Juan Carlos Onetti. Obra: "Cuando entonces". Título: "Magda: una mujer que no fue"
- Análisis de los
paratextos en relación a la figura femenina de la
novela - Intertítulos
- Análisis del plano
simbólico y de la dualidad
muchacha-mujer - Bibliografía
La obra de Juan Carlos Onetti ha sido largamente
transitada por la crítica, sus temas, obsesiones, sus
personajes, su ya mítica Santa María, son
reconocidos y asediados por múltiples miradas. La novela "Cuando
Entonces", publicada en el año 1987 es la penúltima
que publica y en 1993 su última novela: "Cuando
ya no importe".
Con la perspectiva que otorga un ciclo ya cumplido
observamos que esta novela es un acorde más de un mundo
coherente donde se respira una atmósfera y un estilo
narrativo similar al que se observa en "El Pozo" del año
1939 quien da a inicio a este singular mundo onettiano. Mundo que
tiene sus recurrencias y aquí, como en tantas otras obras,
la atmósfera es nocturna: "…es difícil
encontrar amaneceres luminosos, soles radiantes…"
(Benedetti, M. 1973); lo medular de la anécdota ocurre en
un cabaret-prostíbulo; Santa Rosa con su amenazante tronar
se anuncia al comienzo de la novela; el personaje femenino eje de
la historia es
Magdalena, una prostituta, y los personajes, como es habitual,
son seres solitarios y melancólicos. Toda su obra es "un
universo
indiferenciado". (Concha, J. 1973). La soledad es aquí
también "una soledad sin salida, sin voluntad de salida y
por lo tanto carece de sentido todo tipo de lucha en beneficio de
algo". (Otero, E. 1970).
En la novela que nos ocupa Lamas huye y se exilia solo,
en Lavanda; Magda no lucha por mantener a su amor; el
comandante sacrifica su amor por el deber y abandona a Magda. M.
Benedetti destaca "…la increíble capacidad del
narrador para hacer que sus novelas se
crucen, se complementen y hasta recíprocamente se
justifiquen". Fiel a su concepción del arte como un
misterio se ha pasado omitiendo hechos importantes pero "en vez
de confiarlos eternamente a la vocación remendadora del
lector cómplice, con tales elusiones ha escrito nuevas
novelas, en las cuales por supuesto también hay sectores
omitidos". (Benedetti, M. 1973).
Un mundo autoreferente y en esta narración como
en tantas otras contar consiste en develar el significado y las
consecuencias de algo que ocurrió antes y se hace con "Una
escritura
jadeante, poética y desgarradora que cuenta la misma
historia en un gran libro de
libros"
(Capítulo Oriental, Número 28).
Consecuentemente cada ficción se injerta en otras
ficciones, los libros dialogan con otros libros y en el caso de
Onetti y de esta novela en particular no sólo dialoga con
su propio universo narrativo sino con otros universos literarios:
hay referencias a Dante, al Fausto, a Voltaire, y a
la Biblia. Ya lo afirmaba Jorge Luis
Borges: "Hablar es una tautología".
LOS PARATEXTOS:
CAMINOS HACIA MAGDA
El concepto de
paratexto fue definido por Gerard Genette como: "Título,
subtítulo, intertítulos, prefacios,
epígrafes, ilustraciones y otro tipo de signos
accesorios, autógrafos o
alógrafos que dan al texto un
entorno". Constituyen por lo tanto múltiples días
de acceso a ese objeto estético que una vez leído
retroalimenta a los paratextos generando así contactos
más ricos y profundos.
Iniciamos nuestro análisis con un paratexto icónico:
la reproducción de la obra de un artista
plástico:
Grau Santos, titulada "Mujer" (Editorial Mondadori,
1987).
La misma presenta la figura de una mujer construida con
pinceladas muy marcadas de colores austeros.
Su actitud es de
espera, parece estar acodada, su cabeza reposa en su mano derecha
y su rostro irradia una resignada melancolía. Su mano
izquierda sostiene algo que destaca en una paleta ocre por su
intensidad amarilla, ¿la indiferencia tal vez?. La figura
está en un ambiente
cerrado, oscuro y a pesar de su callada tristeza tiene un
aire de
provocación: la pollera corta, la ropa ceñida, la
turgencia de un seno.
Todos indicios que anticipan la figura de Magda, prostituta
hermosa que desliza su vida en el cabaret Eldorado y que
inexorablemente empujada por la desesperación
cerrará trágicamente su vida. La atmósfera
nocturna de la portada anuncia ese aire insomne que recorre a
Magda y demás personajes de la novela que se trasladan del
cabaret al bar o al apartamento en madrugadas desoladas.
Continuando con paratextos alógrafos, es decir
provenientes de otra persona sin ser
el autor, la solapa inicial presenta al autor y a la obra dentro
de su narrativa destacándola como "ejemplar dentro de la
novela breve" y centrando su comentario en la figura de Magda:
"una mujer cuyo propio nombre sugiere ya el mito
(…) será la protagonista y la víctima de una
esplendorosa, oscura y terrible historia de amor y
sacrificio".
Se anticipan también datos acerca de
los modos en que se estructura la
narración, los distintos puntos de vista y los temas: la
violencia
fatal del amor, la fidelidad, el destino, la coherencia del
universo onettiano a través de "ese terrible pesimismo
universal que lo caracteriza".
El paratexto título es considerado privilegiado como
vía de ingreso a la obra y es además
autógrafo, es decir, procede de la propia mano del autor.
"Cuando entonces" inicia una serie de acordes que vibran con el
eco de otras voces instalando la intertextualidad; Ruben Cotelo
afirma que este título es el Leit Motiv de "Poema con
esperanza" de Idea Vilariño a quien Onetti dedica "Los
Adioses" quien a su vez es el destinatario poético de
"Poemas de
Amor".
Ateniéndonos a la clasificación de Genette se
trata de un título simbólico conformado por dos
adverbios de tiempo que
ubican a toda la narración en una zona de preteridad.
Cada uno de los cuatro capítulos intenta como en
círculos concéntricos asediar un momento del
pasado: ya sea como un confesión en el capítulo
uno; como evocación en el dos; como testimonio de una
tragedia en el tres o como demostración impersonal de lo
inexorable del destino en el capítulo final.
Desde el título se instala también el misterio,
la ambigüedad tan cara al autor, es el comienzo de un
enunciado inconcluso ¿cuando entonces, qué?, el
resto como decía Shakespeare "es
silencio", silencio que por otra parte la obra develará
parcialmente y será una vez más el lector
cómplice el que deberá llenar esos
intersticios.
Pero como afirma Umberto Eco "el título debe confundir
las ideas, no regimentarlas" sin embargo desde la novela esos
adverbios de tiempo enmarcan el lapso que cambió la vida
de quien evoca y narra: el momento en que Lamas conoció a
Magda: "cierta vez nos miramos y entonces ya fui de Magda, hasta
hoy, pasara lo que pasó". Las consecuencias de ese
encuentro con su carga de amor y tragedia marcaron su vida y
aún hoy "es" en función de
lo ocurrido "cuando entonces". Magda, pues, como un hito temporal
erosionando destinos.
El epígrafe constituye otro paratexto elegido por el
autor, en este caso cita un fragmento de un poema de Walt
Whitman:
"Yo la veo cerca, a mi lado,
con silenciosos labios,
dolida y trémula."
El epígrafe convoca el universo
lírico de Whitman en el cual desborda una actitud
vitalista y un empecinado compromiso con la libertad. De
ese marco estético Onetti elige sin embargo unos versos
que dibujan con nitidez la interioridad sufriente de una mujer
quien nos muestra sus
trémulos labios.
Si como pensamos es otra clave de acceso el mismo anticipa el
destino trágico de Magda, su postergado encuentro con la
felicidad, su fatal desenlace. No obstante, si nos atenemos al
mundo singular de Whitman que el poema conjura, Magda es el
único de los personajes que toma una decisión:
elige morir, elige el suicidio.
¿Elegir es, en este caso, ser libre?.
De los tres personajes que conforman este triángulo de
amores desencontrados Magda es la única que va hasta las
últimas consecuencias, comprometiendo su ser entero a su
pasión amorosa. ¿El compromiso vital sin
concesiones de Whitman?.
El epígrafe tendría entonces dos claves del
personaje: angustia interior, elección desgarradora. Por
otra parte sugiere lo que será una constante en la
construcción del personaje femenino: es
percibida y descripta desde un yo masculino: "yo la veo" ; desde
aquí pues la mujer tiene
una existencia vicaria.
La novela presenta cuatro intertítulos uno por
cada capítulo. En términos generales todos
presentan la misma estructura gramatical. Enunciados en voz
pasiva a quien le falta el complemento agente: "Donde Magda es
nombrada, Donde Magda es amada, Donde Magda es apartada y Donde
la teletipo escribe el final". También está ausente
el antecedente del adverbio relativo que sugiere tiempo y/o lugar
y que podría ser: el momento donde…o el espacio
narrativo donde…o el capítulo donde…Son por
lo tanto estructuras
gramaticalmente dependientes que aluden tres de ellas
directamente a Magda.
Si bien se constituye desde aquí el personaje eje de la
novela, no obstante, es dependiente en varios sentidos:
narrativamente, porque existe a través de las voces y la
evocación de otros narradores; vitalmente, porque el
placer sensual parece ser uno de los móviles de su
existencia; afectivamente, porque su entrega al amor solo es
comparable al dolor de su pérdida. Su dependencia del
Comandante fue total por eso una vez abandonada su vacío
interior la abrumó. A lo largo de la novela ella no ha
sido la constructora de su vida: desde joven, prostituta, y
cuando amó, la abandonaron; las cosas le pasan a ella,
convirtiéndola a perpetuidad en sujeto pasivo de acciones y
decisiones ajenas. Por eso el uso de la voz pasiva se justifica ,
plenamente, desde el interior de la novela.
PRIMER INTERTITULO: DONDE MAGDA ES NOMBRADA
Desde los egipcios el nombre nunca podía proceder del
azar sino de una relación con las cualidades de las cosas
nombradas; en consecuencia el nombre representa "el reflejo del
alma humana"
(Cirlot, 1979).
Nombrar es dar existencia; desde el punto narrativo Magda nace
en este capítulo cuando el narrador la nombra: "y yo que
le contaba de la Magda no juro que se llamara Magda, Magdalena".
Lo primero que de ella sabemos y junto con él la duda de
su veracidad, es una conjetura, no una certeza, abriendo
así una zona oscura y ambigua en el personaje.
Magdalena se engarza con el mito y los ecos
bíblicos se hacen presentes: María de Magdala es la
prostituta penitente que le lavó los pies a Jesús y
fue redimida por éste. Magda es un apócope de Magdalena y es la forma
recurrente en que la nombra Lamas cargada siempre de nostalgia y
amor.
Por otra parte Magdalena evoca el lugar de procedencia
del Migdal que significa torre, por eso el significado de
Magdalena es "la magnífica, la que vive sola en el
torreón" y el personaje se encuentra solo entre los
hombres, sola en su "covacha", sola en su apartamento de la calle
Santa Fe, sola en su final. El paralelismo con el personaje
bíblico no es casual porque ella también cuando
alguien la vio y la amó como persona se sintió
redimida. Los murmullos de la intertextualidad construyen
también un personaje otorgándole, en este caso, un
prestigio mítico.
Treinta veces es nombrada en este capítulo Magda
por Lamas, y además de las variantes aludidas, evoca otras
maneras de llamarla como por ejemplo, "Flor de Té", la
flor es "símbolo de la fugacidad de las cosas, de la
primavera y de la belleza" y por su forma "una imagen
arquetípica de alma" (Cirlot 1969); quizás
aludiendo a lo efímero de su vínculo con ella: "me
escapé de Magda" y también alude a ese aire de
setiembre que recorre no solo toda esta novela desde el comienzo
sino gran parte de la narrativa del autor. La confesión de
Lamas en este capítulo se realiza esperando a Santa Rosa:
"una vez más la historia comenzó para mí, en
el día-noche de Santa Rosa…30 de setiembre. Siempre
cumple y arrastra la primavera".
Treinta veces nombrada, evocada, descripta, pero nunca
dueña de la palabra en forma directa, siempre exiliada del
discurso
narrativo, del circuito del diálogo,
su voz se escucha a través de otras voces; de este modo la
fascinación que ejerce desde el pasado es total y no
sólo sobre Lamas, el que la evoca, sino del que la escucha
aún sin conocerla: "usted se va a enamorar de Magda";
fascinación que se extiende además, al
lector.
"En la relación entre historia y discurso
enamorado, resalta una tendencia a la pausa narrativa: la
acción
se detiene para dar lugar a la contemplación. La deseada
es espectáculo" (Moreira H. 1992). Su nombre evoca su
figura, su andar, su perfume, su mirada y su misterio.
"Más de una vez se me ocurrió que la mujer del
cabaret y la muchacha que yo acompañaba en aquella
madrugada no existían de verdad". El desdoblamiento
mujer-muchacha corresponden respectivamente a Magdalena y Maga;
pero es de la muchacha, de Magda, de quien se enamora Lamas. La
que le inspira ternura y no deseo. Por eso él en todo el
capítulo se refiere a ella como Magda y no como Magdalena,
la prostituta.
SEGUNDO INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES
AMADA
"Después de todo, ni la autodestrucción ni
la casi abyecta condición de los personajes Onettianos
llegarían a conmovernos o a aludirnos si no estuvieran
construidos alrededor de una propuesta de amor" (Benedetti, M.
1968) En distintas oportunidades Onetti ha manifestado que su
literatura es una
literatura de bondad, que lo nuclear en ella es el amor, y que
todo se justifica si se hace con amor.
En este capítulo Magda es amada: la
parábola de su vida llega al cenit, amada por el
comandante quien la instala en un departamento, le entrega una
llave de oro y una
esquela de amor: "todo lo que encuentres es tuyo…debo
partir…pero mi corazón
reposa contigo". Amada por Lamas quien la evoca desde el dolor y
con la imposibilidad de olvidarla y amada también por el
coro de admiradores que noche a noche la rodean y que la llaman
"nuestra Magda". "La misteriosa mujer cautiva al enjambre de
hombres que revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor
de la mesa, donde el whisky rueda generoso pagado por el
comandante. Magda irradia pasión y dolor" (Potdevin, P:
2004).
En este capitulo donde el amor del
comandante reconcilia a la prostituta con la vida y a quien
redime, cuando se entrega a Lamas le confiesa que: "…todo
el tiempo pensaba en él, imaginaba que era con él.
Dios Mío. Me parece que estoy enamorada". Es aquí
donde Lamas narrador vincula los orígenes de su historia
de amor con un determinismo trágico, con un destino que
"iban a ordenarme la entrad al recto laberinto de mi esclavitud y
suplicio". Su aproximación a Magda es gradual pero en el
momento en el que sus miradas se cruzan sabe que le pertenece
para siempre. Aún después del encuentro
íntimo con ella y de su terrible confesión: "te
hice cornudo. Toda la noche metiéndote cuernos"; la sigue
sintiendo: "hermosa, deseable y única".
Es el capítulo donde el título se
justifica también narrativamente porque es la primera vez
en que el enunciador le cede la voz a Magda y la escuchamos
refiriendo su historia; es además el momento en el que la
pausa narrativa es mayor; Lamas describe morosamente a Magda
realizando una prosopografía, es decir,
concentrándose en su rostro, en su cuerpo, su perfume, su
ropa, fragmentando su ser buscando zonas que van de lo sensual a
lo espiritual; (por ejemplo cuando se refiere a la boca:
"…hecha con labios delgados, austeros, engañosos,
tan frecuentes en las mujeres que saben disfrutar de una cama" o
cuando refiriéndose a su perfume afirma: "nunca en mi vida
respiré un olor comparable, tan cargado de nostalgia y
esperanza").
El amor es presentado en sus aspectos más
sublimes y más sombríos. Al encuentro pleno y fugaz
con ella le sigue su ausencia sin retorno que determinará
una búsqueda incesante. Magda amada, redimida, buscada,
evocada. Amores en conflicto un
triángulo de amor y desencuentro; Lamas la ama, pero ella
ama al Comandante; éste la ama, pero la
abandona.
Esta evocación de Lamas que constituye el centro
narrativo de la novela es la última prueba de que lo
pasado todavía "es" y que "La aventura consiste en
remontar el tiempo hasta ver como el pasado proyecta esa sombra
de sí mismo que nosotros llamamos porvenir" (Benedetti, M.
1973).
TERCER INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES
APARTADA
Pensamos que es un paratexto muy sugerente por las
implicancias que tiene al cerrarse el ciclo de Magda en la novela
¿apartada de qué?. El alcance simbólico se
da en distintos niveles: en el plano de la narración Magda
es la última vez que está presente. Es apartada del
discurso del narrador; no será ni nombrada ni evocada
más. Es apartada por el Comandante quien la abandona y
elige el deber y el compromiso: por lo tanto es apartada del amor
y de la felicidad. Ella sabe que: "no hay mañana para
mí" y además siente que "él sigue enamorado
de mí y sólo de mí y yo de él hasta
la
muerte…" , como le confiesa a Pastor de la Peña
momentos antes de morir. Apartada pues de la vida, de la
única posibilidad de redención. Apartada finalmente
en sentido directo: la cabeza separada de su cuerpo: "el tapado
sobre la butaca, la mujer vestida de verde, y sin cabeza" , ella
que nunca "fue" del todo (se duda hasta de su nombre)
definitivamente deja de ser, pierde su identidad y
abandona su tiempo vital reducida a un cuerpo sin rostro. "La
muerte quiso
imponerle una postura obscena", señala el narrador;
¿es que también se la aparta de la dignidad a
través del amor? No se le concede ni la posibilidad de una
postura mortuoria digna.
CUARTO INTERTITULO: DONDE LA TELETIPO ESCRIBE EL
FINAL
Desaparecida Magda, la impersonalidad se apodera
de la narración, culminando un proceso en el
personaje fuel perdiendo el amor, la felicidad y la vida,ganando
terreno la cosificación. Por eso es la teletipo la
encargada de cerrar la historia. Lamas recibe el mensaje
anunciando la caída del avión y la muerte del
Comandante pero es tan infrasciente como narrador como lo fue
siempre como lo es también Pastor de la Peña y no
logra ver, porque no sabe, la ironía trágica que
esconde el mensaje, el sacrificio inútil de Magda.
Sólo el lector es omnisciente pues sólo él
tiene los datos para armar la historia con su carga de futilidad
y tragedia, "Onetti transforma, compromete al lector en la
historia transformándolo en un personaje más"
(Ruffinelli, J. 1973).
El proceso de cosificación alcanza también
a Lamas pues por primera vez no hace referencias a Magda ni a su
amor ni a su dolor por haberla perdido; su espíritu parece
anestesiado por la soledad. De regreso a Buenos Aires
vivía pegado a la botella de vino para sobrevivir y cuando
Olivares lo rescata manifiesta: "la verdad es que me salvó
la vida o por lo menos, me la prolongó para mi bien o mi
mal o para nada que tenga un sentido comprensible". Su
frustración existencial se traduce en indiferencia y
apatía y mientras lee el mensaje de la teletipo sigue
"mordiendo hasta terminar la manzana". Ni siquiera se asume como
narrador aún siéndolo trasladando su responsabilidad y protagonismo a la impersonalidad
de la teletipo.
SÍMBOLOS EN
TORNO A
MAGDA
"La obra literaria así como la literatura en
general forma un sistema; en ella
nada se debe al azar" (Todorov, T. Material Bibliográfico
2004). Observamos una serie de referencias con una
dimensión simbólica coherente y lo entendemos como
un objeto de reflexión pertinente porque: "La
significación simbolista de un fenómeno liga lo
instrumental con lo espiritual, lo humano con lo cósmico,
lo casual con lo causal" (Cirlot, 1979).
Los nombres son altamente significativos como el caso de
Magdalena ya analizado; Eldorado nombre del cabaret donde trabaja
Magda, que es ese lugar descripto por Voltaire en
"Cándido" : fabuloso, abundante en oro y felicidad, una
especie de paraíso que resulta aquí patético
por el oxímoron que encarna: un lugar de solitarios y
desesperanzados en busca de amor; el No Name, el bar donde se
refugian Lamas y Magda y donde transcurre el encuentro de Magda y
Pastor previo a su muerte no tiene nombre porque quizás no
importan las identidades de los que allí concurren sino lo
que buscan: una comunicación nunca lograda, Magda con
Pastor no dialoga sino monologa. El nombre Pastor significa el
que cuida sus ovejas, sin embargo fue lo que él no hizo :
abandonó a Magda a su desesperación y cuando
reaccionó fue tarde.
La calle donde Magda vivió su historia de amor es
Santa Fe y pensamos que fue la fe en una posibilidad de
redención lo que allí la llevó.
El número de calle al que Lamas se refiere: " un
número que estoy obligado a recordar y nunca a decir", es
el 1000. Siguiendo a Cirlot el uno es símbolo del ser, de
lo esencial, de la unidad espiritual base de la fusión de
los seres y es allí donde ella tuvo la única
oportunidad de ser feliz y así lo expresa:
"…nosotros nos casamos para vivir dos años de
felicidad".
Por otro lado, el cero es el no ser, símbolo de
lo latente y de lo potencial; en la existencia simboliza la
muerte y la reiteración de un número multiplica su
poder; en este
caso son tres ceros quizás porque al encontrar Magda la
esencia que dio sentido a su vida encontró también
la razón para morir.
Es una llave de oro la que le entrega el Comandante a
Magda y se la muestra a Lamas diciendo: "mirá, la llave es
una sola para las dos puertas y es de oro, como esta cruz." La
llave simboliza "un arcano, una obra a realizar y el medio para
su ejecución". Aquí aludiría al acceso al
paraíso, al refugio. A su vez el oro "simboliza lo
superior, la glorificación, la perfecta decisión
espiritual". La cruz de oro que Magda siempre tiene en su cuello
encarna lo que Cirlot describe como "la conjunción de
contrarios: lo positivo y lo negativo, lo superior y lo inferior,
la vida y la muerte" (Cirlot, 1979). En definitiva,el Comandante,
llave y cruz en la vida de Magda.
LA DUALIDAD MUCHACHA – MUJER
"CUANDO ENTONCES" se teje con los elementos de un relato
de la novela negra. Los personajes giran alrededor de una mujer,
Magda, Magdalena, bíblica alusión a la mujer que
lucha por alejarse de un mundo corrupto. Su salvación
está en "el comandante", agregado militar de la embajada
de una país vecino. Lo conoce en un cabaret de poca monta
"Eldorado", "una sola palabra, no hay artículo".
Allí la visita todas las noches, embrujado por el enigma
que la rodea.
Magdalena arrastra con su fatalismo a todo aquel que se
atraviesa en su vida. Al periodista Lamas, quien lucha por
sobrevivir sin su recuerdo.
Precisamente en el primer capítulo es presentada
a través de la lente de este periodista quien traza una
oposición, en tre la Magda del bar No Name y Eldorado. A
la Magda del No Name "la conoció durante los quince o
veinte días en el que el militar estuvo ausente". La
muestra con un vestuario de mujer pobre, " que no estaba hecha a
su medida, más grande que ella…":Pero educada, con
modales e inteligente, más inteligente que la
mayoría de los hombres que la rodeaban y "más que
el milico, seguro" Esta
Magda no inspiraba en Lamas el deseo que surgía en
Eldorado proveniente de su natural hermosura resaltada por los
vestidos exhibidos y de su actitud ante el hombre :
"reía cariñosa, humilde y embobada mirando al macho
impasible" quien pagaba todos los gastos de los
parásitos".
Ella sólo tomaba té, de ahí que
alguien del bar la bautizara "Flor de té".
Lamas es asaltado por la duda, y se le ocurre pensar que
la mujer del cabaret y la muchacha que lo acompañaba en
las madrugadas no existían, que eran dos farsas: MUJER Y
MUCHACHA. En ciertas oportunidades Onetti, define a la"muchacha"
como objeto de seducción, diciendo "sin defensa, ni
protección, ni máscara, con el pelo atado en la
nuca, con el exacto ingrediente masculino que hace de una mujer,
sin molestia, una persona..Eso inapresable, ese cuarto o quinto
sexo que
llamamos una muchacha" ( " La novia robada" Pág. 13)..Este
cuarto o quinto sexo provoca el amor en Lamas y tiene un efecto,
en este caso: la mera esperanza de enamorarse.
La muchacha de Onetti al decir de Fernando Ainsa en "Las
trampas de Onetti", no sucumbe con la pérdida de la
pureza, sino que puede prolongarse por un tiempo la
dimensión de su pureza absurda y maravillosa. El deterioro
y la descomposición de sus mejores virtudes, anunciados
simbólicamente, en nuestro caso, por en número mil
y por el negro de su sombrero, será fatal, aunque la
duración del proceso sea diverso y pese a todo no
habrá forma de superar el límite cronológico
de los veinticinco años. Pasado este plazo la muerte de la
muchacha es inevitable: " El espíritu de las muchachas
muere a esa edad- sentencia Onetti- más o menos, pero
muere siempre"( El pozo" Pág. T34) Lamas deja de ver a
aquella muchacha que suponía preguntando tonterías
al comandante y sufría pensando en la supuesta intimidad
de la pareja. Hasta que renuncia y se pone a comenzar el duro
trabajo del
olvido".
En el proceso de lucha por alejarse de un mundo que la
asfixia, Magda la muchacha, se "descompone"en mujer. El camino es
siempre el mismo: buscar, descubrir el amor, pero saber que
apenas se lo ha descubierto , ya está depositado en
él su acelerada destrucción. En su
afirmación está su negación, en la tesis, su
antítesis. El amor solo podrá ser un
instante: aquel en que se produce un espasmo y en que la
exaltación logra su timbre más agudo.
Sin embargo, hay un modo de preservar realmente el amor:
haciendo que las muchachas mueran antes de transformarse y
quedando así congeladas en la fijación juvenil que
han provocado en el hombre que las
amó. Así sucede en "El Pozo". y así sucede
en nuestra novela .La evasión es la perfecta
solución a los problemas y la
solución a los problemas de Magda, a ese amor perdido por
causas del destino Magda es un ser problemático, que ama
pero no puede ser fiel, que se enfrenta a un mundo desolado, ante
el cual nada puede hacer.
En medio de su abatimiento físico –moral busca
una salida, el comandante, pero todos sus esfuerzos quedan
irremediablemente frustrados: la fatalidad parece dirigir todas
sus acciones. Surge entonces una visión del mundo en la
que los valores
del presente se conciben como falsos y despreciables, una
obstinada destrucción de toda ilusión y una falta
de fe en la relación del hombre con el universo que lo
rodea.: "todos los personajes y todas las personas nacieron para
la derrota" afirma Onetti (Marcha, 1966)
En el mundo narrativo de Onetti la dicha es
efímera y todo vínculo humano está condenado
a la caída. Onetti establece una profunda
correlación entre el estado
anímico del hombre y el medio
ambiente, sin valerse del encadenamiento lógico de
ideas propio de la descripción sicológica tradicional;
la asociación es lírica y no conceptual. La
inminencia de la desgracia venía insinuándose desde
el comienzo del relato y se sugiere simbólicamente
mediante el insistente anuncio del temporal de Santa Rosa el
desamparo del ser en el mundo. El estado
anímico del hombre se impone así con fuerza
irresistible. Poco después, la tragedia, la muerte de la
muchacha, se ha consumado. Es indudable que la naturaleza no
sirve de telón de fondo, de simple decorado
estático. Su estrecha conexión con la historia
narrada cumple una función unificadora de diversos niveles
de significación.
La Magda mujer llega a una situación límite, en
una zona extrema entre la vida y la muerte. El narrador la
describe buscando" ese estado de estupidez y liberación "
a través de la bebida, con voz ronca, muequeando
desagradablemente, huyendo de lo femenino, lejos de toda
transmisión sexual, imponiendo rechazo y frigidez y casi
cerca del final regalando su cuerpo al contador porque"Total,
este cuerpo ya no es mío. Te lo regalo y te juro que
podés hacer con él todo lo que se te ocurra".
Toda la novela es el desarrollo de
la vida de Magda , el cual traza una parábola, alcanzando
el cenit en la segunda parte:"Donde Magda es Amada" La cuarta y
última parte, casi un epílogo, es solo el pretexto
para cerrar el círculo iniciado cien páginas
atrás. La trama se detiene en el instante final, por un
acto volitivo: el suicidio. Este trágico destino avanza
firmemente desde la primera página y este aspecto del tema
divide el tiempo de la novela, la estructura narrativa de
ésta y el mundo sicológico del protagonista en dos
planos de realidad: un ayer y un mañana. El hoy es
anecdótico, trivial, en el se presenta a Magda y su
trágico destino: la muerte. Magda es la sobreviviente de
un ayer que se acercó fatalmente a un mañana, la
muerte en su versión mas desoladora: la nada.
Lamas y el comandante aceptan la corrupción
del amor has ta su forma más extrema: la prostitución. Magda la prostituta, es
mostrada aquí, en las madrugadas con Lamas asumiendo una
nueva forma de inocencia, a costa del ridículo. Es
presentada con cierto aire infantil, inculta y de mal gusto, a
través de su retrato y de la descripción del
apartamento de Santa Fe al mil.
En su vestimenta encontramos algo de "disfraz" y
también en su aspecto de muchacha "con muñecas y
tabillos infantiles"."Ella salía con un tapado de
armiño. UNA ROPA QUE NO ESTABA HECHA A SU MEDIDA…""Y
llevaba un sombrero negro, varonil, de alas anchas,
anticipándose a la moda de
ahora…".Esta, mujer cautiva al enjambre de hombres que
revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor de la mesa
donde el whisky rueda generoso pagado por el comandante.
Es una Magda que irradia deseo, pasión a través
de "una cintura, unos pechos, unas caderas, que sólo
pensarla desnuda ya era un lujo chiquito"Es una hembra deseable
desde lo físico, donde lo que sólo se ve e importa
es la juventud.
Fernando Ainsa dice que donde la contradicción esencial de
los sentimientos que provocan las mujeres en los protagonistas de
Onetti, se da perfectamente tipificada es en las prostitutas, un
personaje tipo recurrido por la seducción inevitable que
provoca.
La ambigüedad de los sentimientos , un amor revertido en
odio, una piedad matizada por el desprecio, un desajuste
agudizado al punto de ser chirriante, no impedirá que el
personaje sea más definido que nunca, que sea un abierto
desafío al orden vigente, que la mujer en cierto modo
esté realmente lograda como tal a través del
ejercicio de la prostitución. El juego de
contradicciones parte de que la prostituta se reparte, en el
universo amoroso de Onetti, por cuotas idénticas las zonas
del odio y del posible amor que separa a las mujeres de las
muchachas.Ellas serán las únicas capaces de
suscitar la piedad, (un privilegio que solo tienen los locos), al
mismo tiempo que el amor, (un privilegio de las
vírgenes).
La aparición de la prostituta como personaje es
paralela al surgimiento de su mundo novelesco.
Uno de los modos más crueles y drásticos que
tiene ONETTI para diferenciar a las prostitutas por las que
siente piedad o amor y aquellas otras que odia o desprecia, es el
precio que
ésta cobra por su ejercicio. Es el precio que la humilla,
lo que envilece su condición.
Paradojalmente no es el ejercicio de la prostitución
misma. La prostituta que tiene un precio está muerta como
muchacha o mujer: es un cadáver .De ahí
provendrá el sobrenombre de Larsen: Junta
cadáveres, dada su profesión de macró y
proxeneta en la novela que lleva su apodo, JUNTACADÁVERES.
MAGDA no tenía precio para el comandante porque el amor no
lo tiene. En el universo irredento de Onetti, es lo único
pasible de redención.
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Profesores de Lengua y
Literatura:
Jorge Sapka
María del Huerto Leal
Febrero de 2005