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Juan Carlos Onetti. Obra: "Cuando entonces". Título: "Magda: una mujer que no fue"




Enviado por genama



    1. Análisis de los
      paratextos en relación a la figura femenina de la
      novela
    2. Intertítulos
    3. Análisis del plano
      simbólico y de la dualidad
      muchacha-mujer
    4. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    La obra de Juan Carlos Onetti ha sido largamente
    transitada por la crítica, sus temas, obsesiones, sus
    personajes, su ya mítica Santa María, son
    reconocidos y asediados por múltiples miradas. La novela "Cuando
    Entonces", publicada en el año 1987 es la penúltima
    que publica y en 1993 su última novela: "Cuando
    ya no importe".

    Con la perspectiva que otorga un ciclo ya cumplido
    observamos que esta novela es un acorde más de un mundo
    coherente donde se respira una atmósfera y un estilo
    narrativo similar al que se observa en "El Pozo" del año
    1939 quien da a inicio a este singular mundo onettiano. Mundo que
    tiene sus recurrencias y aquí, como en tantas otras obras,
    la atmósfera es nocturna: "…es difícil
    encontrar amaneceres luminosos, soles radiantes…"
    (Benedetti, M. 1973); lo medular de la anécdota ocurre en
    un cabaret-prostíbulo; Santa Rosa con su amenazante tronar
    se anuncia al comienzo de la novela; el personaje femenino eje de
    la historia es
    Magdalena, una prostituta, y los personajes, como es habitual,
    son seres solitarios y melancólicos. Toda su obra es "un
    universo
    indiferenciado". (Concha, J. 1973). La soledad es aquí
    también "una soledad sin salida, sin voluntad de salida y
    por lo tanto carece de sentido todo tipo de lucha en beneficio de
    algo". (Otero, E. 1970).

    En la novela que nos ocupa Lamas huye y se exilia solo,
    en Lavanda; Magda no lucha por mantener a su amor; el
    comandante sacrifica su amor por el deber y abandona a Magda. M.
    Benedetti destaca "…la increíble capacidad del
    narrador para hacer que sus novelas se
    crucen, se complementen y hasta recíprocamente se
    justifiquen". Fiel a su concepción del arte como un
    misterio se ha pasado omitiendo hechos importantes pero "en vez
    de confiarlos eternamente a la vocación remendadora del
    lector cómplice, con tales elusiones ha escrito nuevas
    novelas, en las cuales por supuesto también hay sectores
    omitidos". (Benedetti, M. 1973).

    Un mundo autoreferente y en esta narración como
    en tantas otras contar consiste en develar el significado y las
    consecuencias de algo que ocurrió antes y se hace con "Una
    escritura
    jadeante, poética y desgarradora que cuenta la misma
    historia en un gran libro de
    libros"
    (Capítulo Oriental, Número 28).

    Consecuentemente cada ficción se injerta en otras
    ficciones, los libros dialogan con otros libros y en el caso de
    Onetti y de esta novela en particular no sólo dialoga con
    su propio universo narrativo sino con otros universos literarios:
    hay referencias a Dante, al Fausto, a Voltaire, y a
    la Biblia. Ya lo afirmaba Jorge Luis
    Borges: "Hablar es una tautología".

    LOS PARATEXTOS:
    CAMINOS HACIA MAGDA

    El concepto de
    paratexto fue definido por Gerard Genette como: "Título,
    subtítulo, intertítulos, prefacios,
    epígrafes, ilustraciones y otro tipo de signos
    accesorios, autógrafos o
    alógrafos que dan al texto un
    entorno". Constituyen por lo tanto múltiples días
    de acceso a ese objeto estético que una vez leído
    retroalimenta a los paratextos generando así contactos
    más ricos y profundos.

    Iniciamos nuestro análisis con un paratexto icónico:
    la reproducción de la obra de un artista
    plástico:
    Grau Santos, titulada "Mujer" (Editorial Mondadori,
    1987).

    La misma presenta la figura de una mujer construida con
    pinceladas muy marcadas de colores austeros.
    Su actitud es de
    espera, parece estar acodada, su cabeza reposa en su mano derecha
    y su rostro irradia una resignada melancolía. Su mano
    izquierda sostiene algo que destaca en una paleta ocre por su
    intensidad amarilla, ¿la indiferencia tal vez?. La figura
    está en un ambiente
    cerrado, oscuro y a pesar de su callada tristeza tiene un
    aire de
    provocación: la pollera corta, la ropa ceñida, la
    turgencia de un seno.

    Todos indicios que anticipan la figura de Magda, prostituta
    hermosa que desliza su vida en el cabaret Eldorado y que
    inexorablemente empujada por la desesperación
    cerrará trágicamente su vida. La atmósfera
    nocturna de la portada anuncia ese aire insomne que recorre a
    Magda y demás personajes de la novela que se trasladan del
    cabaret al bar o al apartamento en madrugadas desoladas.

    Continuando con paratextos alógrafos, es decir
    provenientes de otra persona sin ser
    el autor, la solapa inicial presenta al autor y a la obra dentro
    de su narrativa destacándola como "ejemplar dentro de la
    novela breve" y centrando su comentario en la figura de Magda:
    "una mujer cuyo propio nombre sugiere ya el mito
    (…) será la protagonista y la víctima de una
    esplendorosa, oscura y terrible historia de amor y
    sacrificio".

    Se anticipan también datos acerca de
    los modos en que se estructura la
    narración, los distintos puntos de vista y los temas: la
    violencia
    fatal del amor, la fidelidad, el destino, la coherencia del
    universo onettiano a través de "ese terrible pesimismo
    universal que lo caracteriza".

    El paratexto título es considerado privilegiado como
    vía de ingreso a la obra y es además
    autógrafo, es decir, procede de la propia mano del autor.
    "Cuando entonces" inicia una serie de acordes que vibran con el
    eco de otras voces instalando la intertextualidad; Ruben Cotelo
    afirma que este título es el Leit Motiv de "Poema con
    esperanza" de Idea Vilariño a quien Onetti dedica "Los
    Adioses" quien a su vez es el destinatario poético de
    "Poemas de
    Amor".

    Ateniéndonos a la clasificación de Genette se
    trata de un título simbólico conformado por dos
    adverbios de tiempo que
    ubican a toda la narración en una zona de preteridad.

    Cada uno de los cuatro capítulos intenta como en
    círculos concéntricos asediar un momento del
    pasado: ya sea como un confesión en el capítulo
    uno; como evocación en el dos; como testimonio de una
    tragedia en el tres o como demostración impersonal de lo
    inexorable del destino en el capítulo final.

    Desde el título se instala también el misterio,
    la ambigüedad tan cara al autor, es el comienzo de un
    enunciado inconcluso ¿cuando entonces, qué?, el
    resto como decía Shakespeare "es
    silencio", silencio que por otra parte la obra develará
    parcialmente y será una vez más el lector
    cómplice el que deberá llenar esos
    intersticios.

    Pero como afirma Umberto Eco "el título debe confundir
    las ideas, no regimentarlas" sin embargo desde la novela esos
    adverbios de tiempo enmarcan el lapso que cambió la vida
    de quien evoca y narra: el momento en que Lamas conoció a
    Magda: "cierta vez nos miramos y entonces ya fui de Magda, hasta
    hoy, pasara lo que pasó". Las consecuencias de ese
    encuentro con su carga de amor y tragedia marcaron su vida y
    aún hoy "es" en función de
    lo ocurrido "cuando entonces". Magda, pues, como un hito temporal
    erosionando destinos.

    El epígrafe constituye otro paratexto elegido por el
    autor, en este caso cita un fragmento de un poema de Walt
    Whitman:

    "Yo la veo cerca, a mi lado,

    con silenciosos labios,

    dolida y trémula."

    El epígrafe convoca el universo
    lírico de Whitman en el cual desborda una actitud
    vitalista y un empecinado compromiso con la libertad. De
    ese marco estético Onetti elige sin embargo unos versos
    que dibujan con nitidez la interioridad sufriente de una mujer
    quien nos muestra sus
    trémulos labios.

    Si como pensamos es otra clave de acceso el mismo anticipa el
    destino trágico de Magda, su postergado encuentro con la
    felicidad, su fatal desenlace. No obstante, si nos atenemos al
    mundo singular de Whitman que el poema conjura, Magda es el
    único de los personajes que toma una decisión:
    elige morir, elige el suicidio.
    ¿Elegir es, en este caso, ser libre?.

    De los tres personajes que conforman este triángulo de
    amores desencontrados Magda es la única que va hasta las
    últimas consecuencias, comprometiendo su ser entero a su
    pasión amorosa. ¿El compromiso vital sin
    concesiones de Whitman?.

    El epígrafe tendría entonces dos claves del
    personaje: angustia interior, elección desgarradora. Por
    otra parte sugiere lo que será una constante en la
    construcción del personaje femenino: es
    percibida y descripta desde un yo masculino: "yo la veo" ; desde
    aquí pues la mujer tiene
    una existencia vicaria.

    INTERTÍTULOS

    La novela presenta cuatro intertítulos uno por
    cada capítulo. En términos generales todos
    presentan la misma estructura gramatical. Enunciados en voz
    pasiva a quien le falta el complemento agente: "Donde Magda es
    nombrada, Donde Magda es amada, Donde Magda es apartada y Donde
    la teletipo escribe el final". También está ausente
    el antecedente del adverbio relativo que sugiere tiempo y/o lugar
    y que podría ser: el momento donde…o el espacio
    narrativo donde…o el capítulo donde…Son por
    lo tanto estructuras
    gramaticalmente dependientes que aluden tres de ellas
    directamente a Magda.

    Si bien se constituye desde aquí el personaje eje de la
    novela, no obstante, es dependiente en varios sentidos:
    narrativamente, porque existe a través de las voces y la
    evocación de otros narradores; vitalmente, porque el
    placer sensual parece ser uno de los móviles de su
    existencia; afectivamente, porque su entrega al amor solo es
    comparable al dolor de su pérdida. Su dependencia del
    Comandante fue total por eso una vez abandonada su vacío
    interior la abrumó. A lo largo de la novela ella no ha
    sido la constructora de su vida: desde joven, prostituta, y
    cuando amó, la abandonaron; las cosas le pasan a ella,
    convirtiéndola a perpetuidad en sujeto pasivo de acciones y
    decisiones ajenas. Por eso el uso de la voz pasiva se justifica ,
    plenamente, desde el interior de la novela.

    PRIMER INTERTITULO: DONDE MAGDA ES NOMBRADA

    Desde los egipcios el nombre nunca podía proceder del
    azar sino de una relación con las cualidades de las cosas
    nombradas; en consecuencia el nombre representa "el reflejo del
    alma humana"
    (Cirlot, 1979).

    Nombrar es dar existencia; desde el punto narrativo Magda nace
    en este capítulo cuando el narrador la nombra: "y yo que
    le contaba de la Magda no juro que se llamara Magda, Magdalena".
    Lo primero que de ella sabemos y junto con él la duda de
    su veracidad, es una conjetura, no una certeza, abriendo
    así una zona oscura y ambigua en el personaje.

    Magdalena se engarza con el mito y los ecos
    bíblicos se hacen presentes: María de Magdala es la
    prostituta penitente que le lavó los pies a Jesús y
    fue redimida por éste. Magda es un apócope de Magdalena y es la forma
    recurrente en que la nombra Lamas cargada siempre de nostalgia y
    amor.

    Por otra parte Magdalena evoca el lugar de procedencia
    del Migdal que significa torre, por eso el significado de
    Magdalena es "la magnífica, la que vive sola en el
    torreón" y el personaje se encuentra solo entre los
    hombres, sola en su "covacha", sola en su apartamento de la calle
    Santa Fe, sola en su final. El paralelismo con el personaje
    bíblico no es casual porque ella también cuando
    alguien la vio y la amó como persona se sintió
    redimida. Los murmullos de la intertextualidad construyen
    también un personaje otorgándole, en este caso, un
    prestigio mítico.

    Treinta veces es nombrada en este capítulo Magda
    por Lamas, y además de las variantes aludidas, evoca otras
    maneras de llamarla como por ejemplo, "Flor de Té", la
    flor es "símbolo de la fugacidad de las cosas, de la
    primavera y de la belleza" y por su forma "una imagen
    arquetípica de alma" (Cirlot 1969); quizás
    aludiendo a lo efímero de su vínculo con ella: "me
    escapé de Magda" y también alude a ese aire de
    setiembre que recorre no solo toda esta novela desde el comienzo
    sino gran parte de la narrativa del autor. La confesión de
    Lamas en este capítulo se realiza esperando a Santa Rosa:
    "una vez más la historia comenzó para mí, en
    el día-noche de Santa Rosa…30 de setiembre. Siempre
    cumple y arrastra la primavera".

    Treinta veces nombrada, evocada, descripta, pero nunca
    dueña de la palabra en forma directa, siempre exiliada del
    discurso
    narrativo, del circuito del diálogo,
    su voz se escucha a través de otras voces; de este modo la
    fascinación que ejerce desde el pasado es total y no
    sólo sobre Lamas, el que la evoca, sino del que la escucha
    aún sin conocerla: "usted se va a enamorar de Magda";
    fascinación que se extiende además, al
    lector.

    "En la relación entre historia y discurso
    enamorado, resalta una tendencia a la pausa narrativa: la
    acción
    se detiene para dar lugar a la contemplación. La deseada
    es espectáculo" (Moreira H. 1992). Su nombre evoca su
    figura, su andar, su perfume, su mirada y su misterio.
    "Más de una vez se me ocurrió que la mujer del
    cabaret y la muchacha que yo acompañaba en aquella
    madrugada no existían de verdad". El desdoblamiento
    mujer-muchacha corresponden respectivamente a Magdalena y Maga;
    pero es de la muchacha, de Magda, de quien se enamora Lamas. La
    que le inspira ternura y no deseo. Por eso él en todo el
    capítulo se refiere a ella como Magda y no como Magdalena,
    la prostituta.

    SEGUNDO INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES
    AMADA

    "Después de todo, ni la autodestrucción ni
    la casi abyecta condición de los personajes Onettianos
    llegarían a conmovernos o a aludirnos si no estuvieran
    construidos alrededor de una propuesta de amor" (Benedetti, M.
    1968) En distintas oportunidades Onetti ha manifestado que su
    literatura es una
    literatura de bondad, que lo nuclear en ella es el amor, y que
    todo se justifica si se hace con amor.

    En este capítulo Magda es amada: la
    parábola de su vida llega al cenit, amada por el
    comandante quien la instala en un departamento, le entrega una
    llave de oro y una
    esquela de amor: "todo lo que encuentres es tuyo…debo
    partir…pero mi corazón
    reposa contigo". Amada por Lamas quien la evoca desde el dolor y
    con la imposibilidad de olvidarla y amada también por el
    coro de admiradores que noche a noche la rodean y que la llaman
    "nuestra Magda". "La misteriosa mujer cautiva al enjambre de
    hombres que revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor
    de la mesa, donde el whisky rueda generoso pagado por el
    comandante. Magda irradia pasión y dolor" (Potdevin, P:
    2004).

    En este capitulo donde el amor del
    comandante reconcilia a la prostituta con la vida y a quien
    redime, cuando se entrega a Lamas le confiesa que: "…todo
    el tiempo pensaba en él, imaginaba que era con él.
    Dios Mío. Me parece que estoy enamorada". Es aquí
    donde Lamas narrador vincula los orígenes de su historia
    de amor con un determinismo trágico, con un destino que
    "iban a ordenarme la entrad al recto laberinto de mi esclavitud y
    suplicio". Su aproximación a Magda es gradual pero en el
    momento en el que sus miradas se cruzan sabe que le pertenece
    para siempre. Aún después del encuentro
    íntimo con ella y de su terrible confesión: "te
    hice cornudo. Toda la noche metiéndote cuernos"; la sigue
    sintiendo: "hermosa, deseable y única".

    Es el capítulo donde el título se
    justifica también narrativamente porque es la primera vez
    en que el enunciador le cede la voz a Magda y la escuchamos
    refiriendo su historia; es además el momento en el que la
    pausa narrativa es mayor; Lamas describe morosamente a Magda
    realizando una prosopografía, es decir,
    concentrándose en su rostro, en su cuerpo, su perfume, su
    ropa, fragmentando su ser buscando zonas que van de lo sensual a
    lo espiritual; (por ejemplo cuando se refiere a la boca:
    "…hecha con labios delgados, austeros, engañosos,
    tan frecuentes en las mujeres que saben disfrutar de una cama" o
    cuando refiriéndose a su perfume afirma: "nunca en mi vida
    respiré un olor comparable, tan cargado de nostalgia y
    esperanza").

    El amor es presentado en sus aspectos más
    sublimes y más sombríos. Al encuentro pleno y fugaz
    con ella le sigue su ausencia sin retorno que determinará
    una búsqueda incesante. Magda amada, redimida, buscada,
    evocada. Amores en conflicto un
    triángulo de amor y desencuentro; Lamas la ama, pero ella
    ama al Comandante; éste la ama, pero la
    abandona.

    Esta evocación de Lamas que constituye el centro
    narrativo de la novela es la última prueba de que lo
    pasado todavía "es" y que "La aventura consiste en
    remontar el tiempo hasta ver como el pasado proyecta esa sombra
    de sí mismo que nosotros llamamos porvenir" (Benedetti, M.
    1973).

    TERCER INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES
    APARTADA

    Pensamos que es un paratexto muy sugerente por las
    implicancias que tiene al cerrarse el ciclo de Magda en la novela
    ¿apartada de qué?. El alcance simbólico se
    da en distintos niveles: en el plano de la narración Magda
    es la última vez que está presente. Es apartada del
    discurso del narrador; no será ni nombrada ni evocada
    más. Es apartada por el Comandante quien la abandona y
    elige el deber y el compromiso: por lo tanto es apartada del amor
    y de la felicidad. Ella sabe que: "no hay mañana para
    mí" y además siente que "él sigue enamorado
    de mí y sólo de mí y yo de él hasta
    la
    muerte…" , como le confiesa a Pastor de la Peña
    momentos antes de morir. Apartada pues de la vida, de la
    única posibilidad de redención. Apartada finalmente
    en sentido directo: la cabeza separada de su cuerpo: "el tapado
    sobre la butaca, la mujer vestida de verde, y sin cabeza" , ella
    que nunca "fue" del todo (se duda hasta de su nombre)
    definitivamente deja de ser, pierde su identidad y
    abandona su tiempo vital reducida a un cuerpo sin rostro. "La
    muerte quiso
    imponerle una postura obscena", señala el narrador;
    ¿es que también se la aparta de la dignidad a
    través del amor? No se le concede ni la posibilidad de una
    postura mortuoria digna.

    CUARTO INTERTITULO: DONDE LA TELETIPO ESCRIBE EL
    FINAL

    Desaparecida Magda, la impersonalidad se apodera
    de la narración, culminando un proceso en el
    personaje fuel perdiendo el amor, la felicidad y la vida,ganando
    terreno la cosificación. Por eso es la teletipo la
    encargada de cerrar la historia. Lamas recibe el mensaje
    anunciando la caída del avión y la muerte del
    Comandante pero es tan infrasciente como narrador como lo fue
    siempre como lo es también Pastor de la Peña y no
    logra ver, porque no sabe, la ironía trágica que
    esconde el mensaje, el sacrificio inútil de Magda.
    Sólo el lector es omnisciente pues sólo él
    tiene los datos para armar la historia con su carga de futilidad
    y tragedia, "Onetti transforma, compromete al lector en la
    historia transformándolo en un personaje más"
    (Ruffinelli, J. 1973).

    El proceso de cosificación alcanza también
    a Lamas pues por primera vez no hace referencias a Magda ni a su
    amor ni a su dolor por haberla perdido; su espíritu parece
    anestesiado por la soledad. De regreso a Buenos Aires
    vivía pegado a la botella de vino para sobrevivir y cuando
    Olivares lo rescata manifiesta: "la verdad es que me salvó
    la vida o por lo menos, me la prolongó para mi bien o mi
    mal o para nada que tenga un sentido comprensible". Su
    frustración existencial se traduce en indiferencia y
    apatía y mientras lee el mensaje de la teletipo sigue
    "mordiendo hasta terminar la manzana". Ni siquiera se asume como
    narrador aún siéndolo trasladando su responsabilidad y protagonismo a la impersonalidad
    de la teletipo.

    SÍMBOLOS EN
    TORNO A
    MAGDA

    "La obra literaria así como la literatura en
    general forma un sistema; en ella
    nada se debe al azar" (Todorov, T. Material Bibliográfico
    2004). Observamos una serie de referencias con una
    dimensión simbólica coherente y lo entendemos como
    un objeto de reflexión pertinente porque: "La
    significación simbolista de un fenómeno liga lo
    instrumental con lo espiritual, lo humano con lo cósmico,
    lo casual con lo causal" (Cirlot, 1979).

    Los nombres son altamente significativos como el caso de
    Magdalena ya analizado; Eldorado nombre del cabaret donde trabaja
    Magda, que es ese lugar descripto por Voltaire en
    "Cándido" : fabuloso, abundante en oro y felicidad, una
    especie de paraíso que resulta aquí patético
    por el oxímoron que encarna: un lugar de solitarios y
    desesperanzados en busca de amor; el No Name, el bar donde se
    refugian Lamas y Magda y donde transcurre el encuentro de Magda y
    Pastor previo a su muerte no tiene nombre porque quizás no
    importan las identidades de los que allí concurren sino lo
    que buscan: una comunicación nunca lograda, Magda con
    Pastor no dialoga sino monologa. El nombre Pastor significa el
    que cuida sus ovejas, sin embargo fue lo que él no hizo :
    abandonó a Magda a su desesperación y cuando
    reaccionó fue tarde.

    La calle donde Magda vivió su historia de amor es
    Santa Fe y pensamos que fue la fe en una posibilidad de
    redención lo que allí la llevó.

    El número de calle al que Lamas se refiere: " un
    número que estoy obligado a recordar y nunca a decir", es
    el 1000. Siguiendo a Cirlot el uno es símbolo del ser, de
    lo esencial, de la unidad espiritual base de la fusión de
    los seres y es allí donde ella tuvo la única
    oportunidad de ser feliz y así lo expresa:
    "…nosotros nos casamos para vivir dos años de
    felicidad".

    Por otro lado, el cero es el no ser, símbolo de
    lo latente y de lo potencial; en la existencia simboliza la
    muerte y la reiteración de un número multiplica su
    poder; en este
    caso son tres ceros quizás porque al encontrar Magda la
    esencia que dio sentido a su vida encontró también
    la razón para morir.

    Es una llave de oro la que le entrega el Comandante a
    Magda y se la muestra a Lamas diciendo: "mirá, la llave es
    una sola para las dos puertas y es de oro, como esta cruz." La
    llave simboliza "un arcano, una obra a realizar y el medio para
    su ejecución". Aquí aludiría al acceso al
    paraíso, al refugio. A su vez el oro "simboliza lo
    superior, la glorificación, la perfecta decisión
    espiritual". La cruz de oro que Magda siempre tiene en su cuello
    encarna lo que Cirlot describe como "la conjunción de
    contrarios: lo positivo y lo negativo, lo superior y lo inferior,
    la vida y la muerte" (Cirlot, 1979). En definitiva,el Comandante,
    llave y cruz en la vida de Magda.

    LA DUALIDAD MUCHACHA – MUJER

    "CUANDO ENTONCES" se teje con los elementos de un relato
    de la novela negra. Los personajes giran alrededor de una mujer,
    Magda, Magdalena, bíblica alusión a la mujer que
    lucha por alejarse de un mundo corrupto. Su salvación
    está en "el comandante", agregado militar de la embajada
    de una país vecino. Lo conoce en un cabaret de poca monta
    "Eldorado", "una sola palabra, no hay artículo".
    Allí la visita todas las noches, embrujado por el enigma
    que la rodea.

    Magdalena arrastra con su fatalismo a todo aquel que se
    atraviesa en su vida. Al periodista Lamas, quien lucha por
    sobrevivir sin su recuerdo.

    Precisamente en el primer capítulo es presentada
    a través de la lente de este periodista quien traza una
    oposición, en tre la Magda del bar No Name y Eldorado. A
    la Magda del No Name "la conoció durante los quince o
    veinte días en el que el militar estuvo ausente". La
    muestra con un vestuario de mujer pobre, " que no estaba hecha a
    su medida, más grande que ella…":Pero educada, con
    modales e inteligente, más inteligente que la
    mayoría de los hombres que la rodeaban y "más que
    el milico, seguro" Esta
    Magda no inspiraba en Lamas el deseo que surgía en
    Eldorado proveniente de su natural hermosura resaltada por los
    vestidos exhibidos y de su actitud ante el hombre :
    "reía cariñosa, humilde y embobada mirando al macho
    impasible" quien pagaba todos los gastos de los
    parásitos".

    Ella sólo tomaba té, de ahí que
    alguien del bar la bautizara "Flor de té".

    Lamas es asaltado por la duda, y se le ocurre pensar que
    la mujer del cabaret y la muchacha que lo acompañaba en
    las madrugadas no existían, que eran dos farsas: MUJER Y
    MUCHACHA. En ciertas oportunidades Onetti, define a la"muchacha"
    como objeto de seducción, diciendo "sin defensa, ni
    protección, ni máscara, con el pelo atado en la
    nuca, con el exacto ingrediente masculino que hace de una mujer,
    sin molestia, una persona..Eso inapresable, ese cuarto o quinto
    sexo que
    llamamos una muchacha" ( " La novia robada" Pág. 13)..Este
    cuarto o quinto sexo provoca el amor en Lamas y tiene un efecto,
    en este caso: la mera esperanza de enamorarse.

    La muchacha de Onetti al decir de Fernando Ainsa en "Las
    trampas de Onetti", no sucumbe con la pérdida de la
    pureza, sino que puede prolongarse por un tiempo la
    dimensión de su pureza absurda y maravillosa. El deterioro
    y la descomposición de sus mejores virtudes, anunciados
    simbólicamente, en nuestro caso, por en número mil
    y por el negro de su sombrero, será fatal, aunque la
    duración del proceso sea diverso y pese a todo no
    habrá forma de superar el límite cronológico
    de los veinticinco años. Pasado este plazo la muerte de la
    muchacha es inevitable: " El espíritu de las muchachas
    muere a esa edad- sentencia Onetti- más o menos, pero
    muere siempre"( El pozo" Pág. T34) Lamas deja de ver a
    aquella muchacha que suponía preguntando tonterías
    al comandante y sufría pensando en la supuesta intimidad
    de la pareja. Hasta que renuncia y se pone a comenzar el duro
    trabajo del
    olvido".

    En el proceso de lucha por alejarse de un mundo que la
    asfixia, Magda la muchacha, se "descompone"en mujer. El camino es
    siempre el mismo: buscar, descubrir el amor, pero saber que
    apenas se lo ha descubierto , ya está depositado en
    él su acelerada destrucción. En su
    afirmación está su negación, en la tesis, su
    antítesis. El amor solo podrá ser un
    instante: aquel en que se produce un espasmo y en que la
    exaltación logra su timbre más agudo.

    Sin embargo, hay un modo de preservar realmente el amor:
    haciendo que las muchachas mueran antes de transformarse y
    quedando así congeladas en la fijación juvenil que
    han provocado en el hombre que las
    amó. Así sucede en "El Pozo". y así sucede
    en nuestra novela .La evasión es la perfecta
    solución a los problemas y la
    solución a los problemas de Magda, a ese amor perdido por
    causas del destino Magda es un ser problemático, que ama
    pero no puede ser fiel, que se enfrenta a un mundo desolado, ante
    el cual nada puede hacer.

    En medio de su abatimiento físico –moral busca
    una salida, el comandante, pero todos sus esfuerzos quedan
    irremediablemente frustrados: la fatalidad parece dirigir todas
    sus acciones. Surge entonces una visión del mundo en la
    que los valores
    del presente se conciben como falsos y despreciables, una
    obstinada destrucción de toda ilusión y una falta
    de fe en la relación del hombre con el universo que lo
    rodea.: "todos los personajes y todas las personas nacieron para
    la derrota" afirma Onetti (Marcha, 1966)

    En el mundo narrativo de Onetti la dicha es
    efímera y todo vínculo humano está condenado
    a la caída. Onetti establece una profunda
    correlación entre el estado
    anímico del hombre y el medio
    ambiente, sin valerse del encadenamiento lógico de
    ideas propio de la descripción sicológica tradicional;
    la asociación es lírica y no conceptual. La
    inminencia de la desgracia venía insinuándose desde
    el comienzo del relato y se sugiere simbólicamente
    mediante el insistente anuncio del temporal de Santa Rosa el
    desamparo del ser en el mundo. El estado
    anímico del hombre se impone así con fuerza
    irresistible. Poco después, la tragedia, la muerte de la
    muchacha, se ha consumado. Es indudable que la naturaleza no
    sirve de telón de fondo, de simple decorado
    estático. Su estrecha conexión con la historia
    narrada cumple una función unificadora de diversos niveles
    de significación.

    La Magda mujer llega a una situación límite, en
    una zona extrema entre la vida y la muerte. El narrador la
    describe buscando" ese estado de estupidez y liberación "
    a través de la bebida, con voz ronca, muequeando
    desagradablemente, huyendo de lo femenino, lejos de toda
    transmisión sexual, imponiendo rechazo y frigidez y casi
    cerca del final regalando su cuerpo al contador porque"Total,
    este cuerpo ya no es mío. Te lo regalo y te juro que
    podés hacer con él todo lo que se te ocurra".

    Toda la novela es el desarrollo de
    la vida de Magda , el cual traza una parábola, alcanzando
    el cenit en la segunda parte:"Donde Magda es Amada" La cuarta y
    última parte, casi un epílogo, es solo el pretexto
    para cerrar el círculo iniciado cien páginas
    atrás. La trama se detiene en el instante final, por un
    acto volitivo: el suicidio. Este trágico destino avanza
    firmemente desde la primera página y este aspecto del tema
    divide el tiempo de la novela, la estructura narrativa de
    ésta y el mundo sicológico del protagonista en dos
    planos de realidad: un ayer y un mañana. El hoy es
    anecdótico, trivial, en el se presenta a Magda y su
    trágico destino: la muerte. Magda es la sobreviviente de
    un ayer que se acercó fatalmente a un mañana, la
    muerte en su versión mas desoladora: la nada.

    Lamas y el comandante aceptan la corrupción
    del amor has ta su forma más extrema: la prostitución. Magda la prostituta, es
    mostrada aquí, en las madrugadas con Lamas asumiendo una
    nueva forma de inocencia, a costa del ridículo. Es
    presentada con cierto aire infantil, inculta y de mal gusto, a
    través de su retrato y de la descripción del
    apartamento de Santa Fe al mil.

    En su vestimenta encontramos algo de "disfraz" y
    también en su aspecto de muchacha "con muñecas y
    tabillos infantiles"."Ella salía con un tapado de
    armiño. UNA ROPA QUE NO ESTABA HECHA A SU MEDIDA…""Y
    llevaba un sombrero negro, varonil, de alas anchas,
    anticipándose a la moda de
    ahora…".Esta, mujer cautiva al enjambre de hombres que
    revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor de la mesa
    donde el whisky rueda generoso pagado por el comandante.

    Es una Magda que irradia deseo, pasión a través
    de "una cintura, unos pechos, unas caderas, que sólo
    pensarla desnuda ya era un lujo chiquito"Es una hembra deseable
    desde lo físico, donde lo que sólo se ve e importa
    es la juventud.
    Fernando Ainsa dice que donde la contradicción esencial de
    los sentimientos que provocan las mujeres en los protagonistas de
    Onetti, se da perfectamente tipificada es en las prostitutas, un
    personaje tipo recurrido por la seducción inevitable que
    provoca.

    La ambigüedad de los sentimientos , un amor revertido en
    odio, una piedad matizada por el desprecio, un desajuste
    agudizado al punto de ser chirriante, no impedirá que el
    personaje sea más definido que nunca, que sea un abierto
    desafío al orden vigente, que la mujer en cierto modo
    esté realmente lograda como tal a través del
    ejercicio de la prostitución. El juego de
    contradicciones parte de que la prostituta se reparte, en el
    universo amoroso de Onetti, por cuotas idénticas las zonas
    del odio y del posible amor que separa a las mujeres de las
    muchachas.Ellas serán las únicas capaces de
    suscitar la piedad, (un privilegio que solo tienen los locos), al
    mismo tiempo que el amor, (un privilegio de las
    vírgenes).

    La aparición de la prostituta como personaje es
    paralela al surgimiento de su mundo novelesco.

    Uno de los modos más crueles y drásticos que
    tiene ONETTI para diferenciar a las prostitutas por las que
    siente piedad o amor y aquellas otras que odia o desprecia, es el
    precio que
    ésta cobra por su ejercicio. Es el precio que la humilla,
    lo que envilece su condición.

    Paradojalmente no es el ejercicio de la prostitución
    misma. La prostituta que tiene un precio está muerta como
    muchacha o mujer: es un cadáver .De ahí
    provendrá el sobrenombre de Larsen: Junta
    cadáveres, dada su profesión de macró y
    proxeneta en la novela que lleva su apodo, JUNTACADÁVERES.
    MAGDA no tenía precio para el comandante porque el amor no
    lo tiene. En el universo irredento de Onetti, es lo único
    pasible de redención.

    BIBLIOGRAFÍA

    AINSA, F. (1970) : Las trampas de Onetti, Montevideo, Ed.
    Alfa.

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    Marcha.

    CIRLOT, J.E. (1979), Diccionario de
    símbolos, Barcelona, Labor.

    CONCHA, J. (1973) : Onetti, Montevideo, Bibliopteca de
    Marcha

    GENETTE, G. (1989) Citado por Burgueño,
    M.E.–Viroga, S.Relaciones,61.

    MATERIAL BIBLIOGRÁFICO, Módulo IV, (2004)
    ANEP-CODICEN.

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    Montevideo, L. y Risso

    OTERO, E. (1970): La obra de Juan C. Oneti en En torno a
    J.C.O. Mveo.

    POTDEVIN, P. (2004) :Onetti:un escritor aun con mucha
    cuerda.

    www.sololiteratura.com

    RUFFINELLI, J. (1973) : Onetti, Montevideo, Biblioteca
    de Marcha.

     Profesores de Lengua y
    Literatura:

    Jorge Sapka

    María del Huerto Leal

    Febrero de 2005

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