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La lectura oral: ¿Una actividad estéril?




Enviado por jorsa



    1. Pauta de observación de la
      lectura en voz alta ( Colomer y Camps, 1990
      )

    Indudablemente cuando nacemos lo hacemos sin saber
    leer. La necesidad de leer puede o no aparecer años
    después, dependiendo de factores culturales y
    ambientales.

    El tener libros en
    casa, ver leer a los padres, exigencias de los centros
    educativos, disponer de una buena biblioteca
    en la escuela,
    tener a alguna persona que nos
    fomente el gusto por lo escrito, incide de manera decisiva para
    generar esta necesidad.

    No obstante, los docentes
    sabemos que el gusto por la lectura
    es un aprendizaje
    lento y que hacerlo placentero depende de nosotros, si como
    responsables de promocionarlo lo vivimos desde dentro y los
    expandimos con pasión y
    cariño.

    Sin embargo, existen niños
    que ni siquiera con mucha motivación serán lectores en su
    vida. Las causas son varias y complejas: Hiperactividad
    física,
    ambiente
    negativo hacia el libro,
    maestros que no han sabido promocionar el gusto por la lectura,
    graves dificultades en el aprendizaje
    de la lectura y escritura.

    Por ello, a sabiendas de que la mayor parte de sus
    alumnos no serán hábiles lectores de adultos el
    maestro deberá proponer actividades que motiven, recreen
    e ilusionen a través del libro. Estamos de acuerdo con
    que el hecho lector es individual, tranquilo y reflexivo, con
    que el verdadero lector lo es consigo mismo.

    Pero esto se logra con mayor facilidad cuando se le
    ofreció un aprendizaje constante y sobre todo
    motivador.

    Todas estas consideraciones acerca de la
    participación activa del que lee en el proceso de
    lectura, nos lleva a pensar, como docentes, en la necesidad de
    cambiar la orientación del proceso lector en el
    niño y en el joven. Lejos de estimular su
    participación parecería que estamos marginando a
    nuestros alumnos del proceso de lectura, aunque esto aparenta
    ser paradójico. Nuestra afirmación se basa en el
    hecho de obligar a nuestros alumnos a leer para los
    demás y no para sí mismos.

    Cuando la lectura se hace para otros la mayor parte de
    las veces el texto
    permanece ajena al lector, éste no participa en la
    lectura, no reflexiona sobre ella, hay como una barrera
    interpuesta entre él y el autor, entre él y el
    texto. Sólo cuando el lector lee para sí mismo
    puede interesarse en la lectura y, por lo tanto, reflexionar
    sobre ella, participar en ella para construir su
    sentido.

    Nosotros creemos que sí debemos trabajar la
    lectura oral pero desde una perspectiva acorde con el enfoque
    comunicacional de la enseñanza de la lengua,
    acorde también con la lectura como proceso de
    transacción entre el texto y el lector.

    Un aspecto que debe ser destacado es el que relaciona
    la oralización de la lectura con la construcción de un significado particular
    por parte del lector.

    Se trata de lo que ya planteaban Kenneth y Yetta
    Goodman en 1969 (cit. Por Condemarín y Medina) con
    relación a la necesidad de la lectura oral para analizar
    los llamados "miscues" que producen algunos lectores.
    Este término no tiene traducción al español y es utilizado por los autores
    para señalar las aparentes "rupturas" que se producen en
    el sistema
    lingüístico cuando los alumnos leen en voz
    alta.

    Sostienen que estos "miscues"(que, según
    ellos, no deben ser considerados ni errores ni equivocaciones)
    permiten entender las estrategias
    particulares que cada alumno pone en juego para
    ir construyendo el significado de un texto.

    A través de estos "miscues" los alumnos brindan
    al docente "pistas"con el fin de diagnosticar mejor la clase de
    "ruptura" y poder actuar
    en consecuencia.

    Así, si un niño lee "pasto" y no
    "hierba"; "miedoso" por "temeroso", estarán indicando
    que se trata de un buen lector puesto que está
    utilizando tanto claves sintácticas como
    semánticas para construir el significado del texto en
    cuestión.

    Si en cambio,
    cuando lee realiza una cambio de fonema que conlleva una
    oposición distintiva ( "pardo" por "prado", cf.
    Condemarín,2000), posiblemente esté indicando que
    utiliza estrategias basadas en la relación letra
    sonido, o
    sea que utiliza claves grafofonémicas y no claves
    semánticas.

    Este trabajo es
    un tipo de evaluación o monitoreo durante el proceso
    de adquisición de la lectura y deberá hacerse
    individualmente.

    El fin no es asignar un puntaje sino el de
    diagnosticar las posibles rupturas, tratando de identificar las
    estrategias lectoras que cada uno utiliza.

    El objetivo es
    el de realizar intervenciones docentes pertinentes a partir de
    lo diagnosticado.

    Autoras como Condemarín y Medina (2000) y
    Colomer y Camps (1990) proponen interesantes ejemplos de pautas
    de valoración para el análisis de los "miscues" que, sin
    duda, guiarán al docente para elaborar él mismo
    sus propias tablas de observación.

    Cuando éste realiza observaciones de la lectura
    oral, con el fin de ver la relación del alumno con la
    construcción de significado, puede diagnosticar:
    cómo ellos analizan las palabras dentro del cotexto
    (conjunto de los demás elementos
    lingüísticos que rodean cada componente de un
    mensaje lingüístico), cómo construyen el
    significado y determinar, aproximadamente, qué niveles
    de lectura tienen.

    Además se pueden elaborar pautas para detectar
    la existencia e incidencia de los posibles "miscues", las
    características de la lectura, las
    características del lector, los niveles en los que se
    encuentra, las actitudes
    frente a la lectura, los intereses lectores.

    A pesar de que tanto se ha hablado y escrito acerca de
    la lectura, creemos que no todo está dicho y que, por lo
    menos en el ámbito docente todavía hay mucho por
    investigar y hacer.

    La oralización de la lectura ha venido siendo
    deshonrada durante los últimos años y lo que hoy
    se aprecia es que la misma es necesaria, que puede aportar
    datos cruciales
    a los docentes con el fin de potenciar una verdadera lectura
    comprensiva, partiendo siempre de que se la utilice con
    inteligencia, sobre todo cuando uno de los fines
    es el de realizar buenos diagnósticos e intervenciones
    didácticas adecuadas y oportunas.

    Vemos, entonces, la necesidad de un replanteo dentro
    de la enseñanza de la lectura: la
    oralización de la misma.

    Colomer y Camps ( 1990 ) indican que una de las
    actividades utilizadas para analizar el proceso y el control de
    la lectura y que podrían incorporarse a la
    evaluación escolar son los "análisis de los
    errores cometidos durante una lectura en voz alta y de las
    autocorrecciones hechas por el mismo lector cuando se da cuenta
    de ellos, la consideración del tipo de hipótesis hecho por el lector que ha
    llenado un texto con algún tipo de espacio vacío,
    y la determinación de las estrategias seguidas por el
    lector que ha tenido que localizar, explicar y corregir los
    errores contenidos en un texto."

    Por supuesto, que este método,
    como tantos otros tiene sus limitaciones, pero no por ello deja
    de ser valioso.

    Pretendemos que los docentes otorguemos su justo lugar
    a la lectura en voz alta, para que ella"recupere su
    honra".

    Dentro de las limitaciones habrá que observar
    que la demanda de
    llenar espacios vacíos obliga a una lectura poco natural
    en la que el lector habrá de retener la presencia del
    espacio vacío hasta que encuentra el vocablo adecuado y
    que la localización de errores es más pertinente
    en textos no literarios del tipo informativo o instructivo que
    en textos conversacionales en los que el lector tiene menos
    elementos para descubrir su coherencia.

    Se habrá de incluir una observación
    diferenciada del avance de cada alumno en los diversos tipos de
    lectura teniendo en cuenta la intención con la que se
    lee y el tipo de texto leídos.

    Por último, deberemos de tener en cuenta, a la
    hora de seleccionar posibles evaluaciones, los dos momentos
    fundamentales para la comprensión de un texto: el
    proceso de leer y la finalización del mismo.

    Pauta de
    observación de la lectura en voz alta ( Colomer y Camps,
    1990 )

    1. Pone el dedo debajo de cada palabra que
      lee
    2. Está tenso mientras lee
    3. No consigue estar sentado para leer
    4. Se distrae fácilmente
    5. Mueve la cabeza mientras lee
    6. Se pone el libro muy cerca
    7. Se pone el libro muy lejos
    8. Confunde consonantes que se escriben de manera
      parecida
    9. Confunde consonantes que tienen un sonido muy
      cercano
    10. Tiene dificultades para leer grupos de dos
      consonantes
    11. Tiene dificultades para leer
      dígrafos
    12. Tiene dificultades para leer grupos de tres
      consonantes
    13. Tiene dificultades para leer diptongos
    14. Comete errores de rotación den la lectura de
      letras ( B por D )
    15. Comete inversiones
      entre las letras de una misma palabra
    16. Comete inversiones entre las sílabas ( o
      grupos de letras )de una misma palabra
    17. Hace sustituciones que respetan el significado del
      contexto
    18. Hace sustituciones que respetan la estructura
      gramatical y sintáctica de la frase

      1. la parte inicial
      2. la parte central
      3. la parte final de la palabra
    19. Hace sustituciones que sólo hacen referencia a
      cómo está escrita la palabra, equivocando
      concretamente:

    20.Tiene dificultades para ligar la letras y leer como
    unidad:

    1. todos los tipos de palabras
    2. las palabras largas
    3. las palabras pocos conocidas o nuevas

    21.Lee lentamente procediendo palabra por
    palabra

    22.Lee en voz muy baja

    23.Comete errores de acentuación

    24. No respeta puntuación

    25. Repite palabras o frases que acaba de
    leer

    26 Está muy excitado

    27. Lee sin entonación

    28.Lee sin ganas.

    Estas intentan ser algunas pautas para valorar
    distintos aspectos de la enseñanza de la lectura y
    sabemos bien que la actitud
    emocional es un aspecto imposible de reducir a un cuadro de
    resultados . Sin embargo, ello no resta la importancia de su
    observación por parte del maestro.

    BIBLIOGRAFÍA

    Condemarín, N, Medina, A., 2000,
    Evaluación auténtica de los aprendizajes. Un
    medio para mejorar las competencias en
    lenguaje y
    comunicación. Andrés
    Bello. Chile.

    Colomer, T., La enseñanza de la lectura. En
    cuadernos de pedagogía 216: p.p. 15-18,
    1993

    Colomer, T., Camps, A., 1990, Enseñar a leer,
    enseñar a comprender. Celeste / M.E.C.

    Goodman, Kenneth S., 1992, La lectura, la escritura y
    los textos escritos ( De la colección "Textos en
    Contexto" de la revista
    "Lectura y Vida.")

    Jorge Sapka

    Maria Leal

    María del Huerto Leal. Profesora de Literatura e
    Idioma Español. Profesora de Lectura y Escritura.
    (Formación
    Docente)

    Jorge Sapka. Maestro. Profesor de
    Idioma Español. Profesor de Lectura y Escritura
    (Formación Docente)

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