- Análisis de la
realidad - Juzgar a partir de la Palabra de
Dios y la Doctrina de la Iglesia - Compromiso
- Conclusión
- Bibliografía
Las perennes amenazas a la vida, a la persona humana,
sobre todo de los débiles, los más pobres, de las
que somos testigos en nuestro medio y las aterradoras estadísticas dicen que cada vez empeora
más, esta situación es la que me ha llevado a
reflexionar y profundizar en este tema que he titulado:
"Promoción humana a la luz de la "Gaudium et Spes" lo he
realizado con la metodología de la "acción
católica": ver, juzgar y actuar, que es la misma
metodología de la GS; empiezo analizando la realidad
actual iluminado con los desequilibrios que nos presenta la GS;
los contrastes entre las riquezas, poder
económico de nuestro mundo y el hambre, la miseria, el
analfabetismo,
la falta de libertad, la
esclavitud
psicológica y social que hay en él; ante esta
realidad me pregunto: ¿Qué se puede hacer por el
ser humano y por este mundo? ¿Cómo podemos promover
a la persona humana?.
No tengo las soluciones
pero sí creo que como cristianos tenemos que mirar con los
ojos de Dios, obrar como Jesús, proclamando el mandamiento
nuevo del amor y
promover mediante la justicia y la
paz el auténtico crecimiento del ser humano. "La
promoción humana" es hacer pasar de condiciones de vida
menos humanas a condiciones cada vez más humanas, creo que
"la promoción humana" nos exige ser profetas, ser
creativos en nuestro servicio
solidario, ser capaces de encarnar la fe y el amor en
sintonía con los signos de los
tiempos: derechos y
deberes humanos, ecología y tierra como
don de Dios, empobrecimiento y solidaridad,
trabajo
humano, orden económico. "La promoción humana"
también debe ser a la vez espiritual, personal y
comunitaria.
Espero que este trabajo monográfico nos ayude a
despertar la conciencia ante
la situación que estamos viviendo y nos comprometamos en
la defensa de la vida y la promoción inalienable de la
persona humana. El modelo de
promoción humana es Jesús (el Buen Samaritano) que
encarna la caridad y no sólo se conmueve, sino que se
transforma en ayuda eficaz, su acción está movida
por la dignidad de
todo ser humano marginado, explotado, etc. Por eso la
"promoción humana" ha de ser la línea de nuestra
acción a favor del pobre de manera que respetemos su
dignidad y le enseñemos a ayudarse a sí
mismo.
El Evangelio nos debe enseñar que ante las
realidades que vivimos hoy en América
Latina, no se puede amar de veras al herman@ y por lo tanto a
Dios, sin comprometerse a nivel personal, en muchos casos incluso
a nivel comunitario y a nivel de estructuras
con el servicio y la promoción de grupos humanos y
estratos sociales más desposeídos y
humillados.
La GS nos dice que hay que salvar a la persona humana y
renovar la sociedad
humana, por eso también esta Constitución pastoral es un buen ejemplo de
referencia de la esperanza cristiana hacia la
transformación del mundo, del cambio de las
personas y de las estructuras. ¡Hay que creer en un
hombre y
mujer nuevos para
una nueva sociedad.!
I) CAPITULO
PRIMERO: (Análisis de la realidad)
1.1.- Breve historia de la Gaudium et
Spes
Setenta fueron los esquemas elaborados en la
etapa preparatoria del concilio, pero por la similitud de muchos
se redujo a dieciséis, la GS es uno de estos textos
surgidos sobre la marcha de las tareas conciliares.
El cardenal Suenens (primado belga) fue el primero en
referirse a la conveniencia de un esquema que tratara de las
relaciones de la Iglesia con el
mundo, los cardenales Montini y Lecaro abundaron en las mismas
ideas y el concilio las acogió complacido.
Antecedentes
Sin duda alguna esta Constitución es influenciada
por la Encíclica Pacem in Terris por ejemplo en el
párrafo
36, sobre el valor de la
creación y la finalidad de "un progreso universal en la
libertad y sobre una justa distribución de los bienes entre
los hombres"
Juan XXIII escruta y contempla los signos de los
tiempos, hace la "fenomenología de la paz". Su método no
es deductivo sino inductivo, habla de lo que ha visto y
descubierto, además su método va más
allá es comparativo, pone los acontecimientos de la
actualidad de cara a la Revelación cristiana y la
tradición doctrinal o también a las
enseñanzas de la Iglesia. Apenas esbozada en la Pacem
in Terris, esta teología de los "signos de los
tiempos", nacida del Evangelio, que Juan XXIII cita en este
sentido, ha sido recogida y sintetizada con toda fuerza por la
GS, que le da una importancia espiritual metodológicamente
determinada.
Además Juan XXIII había escrito en la
Constitución apostólica Humanae Salutis que
convocaba al Concilio: "se trataba de poner en contacto con las
energía vivificantes y perennes del Evangelio al mundo
moderno…sentimos el ingente deber de reunir a nuestros hij@s
para dar a la Iglesia la posibilidad de contribuir más
eficazmente a la solución de los problemas de
la edad
moderna."
La Constitución pastoral GS sobre la Iglesia en
el mundo actual es el más extenso de todos los documentos
conciliares. Y uno de los más importantes; el Concilio sin
el, le haría falta una pieza fundamental, clave para la
acción pastoral de la Iglesia. En los día de su
gestión
el padre Congar llamó a este documento "la tierra
prometida", pues era frecuente en los días del concilio
remitir a este esquema los problemas difíciles e
interesantes que iban surgiendo sobre la marcha de los debates,
porque muchos pensaron que esta Constitución pastoral iba
a dar respuesta a todos los problemas de la vida moderna,
también dicho título de "tierra prometida" ha
podido llevar a cierta desilusión a quienes esperaban de
nuestro texto
más de lo que podía dar. La GS dio mucho más
de lo que podía esperarse de un documento totalmente en la
historia de los concilios.
Originalidad
"Ningún Concilio había promulgado
hasta el Vaticano II un documento semejante, por eso es que la GS
es una gran novedad en la historia de la Iglesia; nuevo es su
propósito, nuevo es su tema, su nombre es también
nuevo, original en su estructura,
dividida en dos partes: doctrinal y pastoral. En la primera parte
de la GS se expone la doctrina del ser humano, del mundo y de su
propia actitud entre
ambos. En la segunda parte considera con mayor detenimiento
diversos aspectos de la vida y de la sociedad actual,
particularmente ciertas cuestiones y problemas que son más
urgentes.
Los destinatarios es toda la humanidad, no sólo
está escrita para los hij@s de la Iglesia, sino para que
la lean todos los católicos y no católicos, ateos;
el nuevo quehacer de la Iglesia en el mundo actual, la
salvación no ya de las almas, sino de todas las realidades
humanas, la salvación del mundo.
El tema del concilio es totalmente nuevo en la agenda de
los concilios, ningún concilio, ni en los textos de los
Papas se abordó los temas de nuestra constitución
pastoral, ya que antes los concilio se centraba en el dogma,
moral o
disciplina de
la Iglesia, en cambio la GS pone al ser humano en el centro de
las consideraciones. .
Pablo VI comentaba la originalidad de la
GS:
"La Iglesia del concilio se ha preocupado
además de sí misma y de la relación que la
une con Dios, del hombre tal cual hoy se presenta: vivo…
fenoménico cubierto de todas las vestiduras de sus
innumerables apariencias… se ha levantado al hambre
trágico en sus propios dramas, el hombre
super – hombre y mujer de ayer y de hoy, por lo mismo
frágil y falso egoísta y feroz, el hombre
descontento de sí, que ríe y que llora, el hombre
versátil, el ser humano rígido, que se cultiva
solamente en la realidad científica; el hombre tal cual
es, que piensa, que ama, que trabaja, que está siempre a
la expectativa de algo, el hombre sagrado por la inocencia de
su infancia,
por el misterio de su pobreza, por la
piedad de su dolor, el hombre individualista y el hombre
social, el hombre que alaba a los tiempos pasados y el hombre
que sueña con el porvenir, el hombre pecador y el hombre
santo… el Papa se dirige a los humanistas de hoy para
decirles: Ustedes humanistas
modernos , que renuncian a la trascendencia de las
cosas supremas, confiéranle este mérito y
reconozcan nuestro nuevo humanismo
¡También nosotros – y más que nadie- somos
promotores del hombre!".
Tentaciones de la Iglesia
La Iglesia se siente tentada por estas dos
posiciones extremas. Hay cristian@s que huyen del mundo y hay los
que quieren dominarlo, hay épocas en las que prevalece
aquel sentimiento de huida y otras en las que se muestra
más activo el afán de dominio, en uno y
en otro caso alegan motivos religiosos, los huidizos no creen en
la posibilidad de salvar el mundo y se contentan con salvarse del
mundo, los dominantes, por el contrario, alegan razones
teológicas para legitimar su deseo de imponer sus ideas
religiosas de desarrollo a
las realidades humanas. Algunos acusaban a la GS y eran los
cristianos "equivocados" que buscan la ciudad futura descuidando
las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es un
motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de
todas ellas.
1.2.- Signos de los
Tiempos
La atención constante a la historia y la
relación del Evangelio con ella hacer surgir,
teológicamente, el tema de "los signos de los
tiempos".
"Signos de los tiempos" es una expresión antigua; su
origen evangélico remite a la necesidad que ha de tener el
creyente de escrutar constantemente el mundo en que vive para
poder comprender ante todo las expresiones positivas o negativas
que se dan en él, verificar luego las orientaciones que
asume y, finalmente, poder influir en él con la fuerza
provocadora y renovadora del Evangelio.
Recuperación de un término antiguo
La expresión aparece por primera vez en (Mt. 16,3) y
(Lc. 12, 54-56). Más allá de la autenticidad o no
del texto, estamos frente a la dialéctica que opone
continuamente Jesús a las exigencias de sus
interlocutores: la necesidad de ver un signo como prueba de su
divinidad. Recurriendo a un simple fenómeno
meteorológico, los evangelistas (Mt. y Lc.) parecen
insertar una explicación ulterior que intenta destacar
tanto el carácter absurdo de la exigencia que
presentan a Jesús los "fariseos y saduceos" como su
incapacidad para saber reconocer en él al Mesías:
"Por la tarde dicen: Hará buen tiempo, porque
el cielo se enrojece. Y por la mañana: Mal tiempo, porque
el cielo se enrojece con sombras. Saben interpretar el aspecto
del cielo, ¿y no son capaces de interpretar las
señales de los tiempos?". Se trata de una
invitación a ser perspicaces, esto es a saber estar
dispuestos a mirar en profundidad, lo más íntimo,
la realidad, para poder así reconocer lo esencial.
Se debe a la acción profética de Juan XXIII la
recuperación del valor y del significado de esta
categoría para la vida de la Iglesia y para la
reflexión teológica. El sentido original del
versículo de Mateo fue utilizado insistentemente por el
pontífice con la intención de provocar a l@s
cristian@s a saber mirar los cambios del mundo
contemporáneo para poder anunciar de nuevo el Evangelio de
Cristo de forma que pueda ser comprendido.
En el documento de convocatoria del concilio Vaticano II,
Humanae Salutis, fechado simbólicamente el 25 de
diciembre de 1961 se dice textualmente: "Haciendo nuestra la
recomendación de Jesús de saber distinguir los
signos de los tiempos, creemos descubrir, en medio de tantas
tinieblas numerosas señales
que nos infunden esperanza sobre los destinos de la Iglesia y de
la humanidad".
Contra los "profetas de desventuras", siempre dispuestos a
anuncias acontecimientos nefastos, como si el fin del mundo
estuviera siempre acechando, Juan XXIII proponía el
optimismo evangélico para saber responder a los momentos
de crisis de la
Iglesia y de la sociedad con una renovada fuerza espiritual capaz
de reconocer las virtualidades presentes en los hombres y mujeres
de buena voluntad y la acción constante del
Espíritu.
También Pablo VI empleó en su primera
encíclica, Eclesiam suam. En este texto se advierte
que hay que "estimular en la Iglesia la atención
constantemente vigilante a los signos de los tiempos y la
apertura continuamente joven que sepa verificarlo todo y quedarse
con lo que es bueno".
El concilio, con el nuevo clima que se
estaba creando, especialmente en las relaciones Iglesia-mundo, no
podía encontrar una solidaridad mayor con estos
precedentes. En varias ocasiones aparece este término en
los diversos documentos conciliares, hasta encontrar en la GS su
formulación oficial. "Signos de los tiempos" puede ser
considerada, en este horizonte, como una de las formulaciones
más originales del concilio en su intención
pastoral.
En este punto resulta útil mencionar algunos
textos explícitos en los que aparece esta
expresión, ya que son fundamentales para la
comprensión de esta categoría y constituyen unos
puntos muy útiles de referencia para su interpretación teológica.
a) "Como quiera que hoy, en muchas partes del mundo, por
inspiración del Espíritu
Santo, se hacen muchos esfuerzos con la oración, la
palabra y la acción para llegar a aquella plenitud de
unidad que Jesucristo quiere, este santo sínodo exhorta
a todos los católicos a que reconociendo los signos
de los tiempos, participen diligentemente en la labor
ecuménica"
b) "Saludando con alegría los venturosos signos
de la época presente y denunciando con tristeza
estos hechos deplorables el sagrado concilio exhorta a los
católicos y ruega a todos los hombres y mujeres que
consideren con suma atención cuán necesaria es la
libertad religiosa sobre todo en la presente situación
de la familia
humana"
c) "(Los presbíteros) oigan de buen grado a los
laic@s, considerando fraternalmente sus deseos y reconociendo
su experiencia y competencia en
los diversos campos de la actividad humana, a fin de que
juntamente con ellos, puedan conocer los signos de los
tiempos"
d) "Para cumplir esta misión,
es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los
signos de la época e interpretarlos a la luz del
evangelio, de forma que, acomodándose a cada
generación, pueda la Iglesia responder a los perennes
interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida
presente y de la vida futura y sobre la mutua relación
de ambas, es necesario por ello conocer y comprender el mundo
en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo
dramático que con frecuencia le caracteriza"
Tras estos textos explícitos vienen otros muchos textos
del Concilio en donde es muy clara la referencia a los signos de
los tiempos, aunque de forma implícita. Una breve ojeada a
este punto podrá ayudar sucesivamente a la
elaboración de una "teología de los signos de los
tiempos" realizada por el Vaticano II.
Hay dos párrafos de la GS especialmente importantes
en este tema:
"El pueblo de Dios movido por la fe, que le impulsa a
creer que quien lo conduce es el Espíritu del
Señor, que llena el universo,
procura discernir en los acontecimientos, exigencias y
deseos, de los cuales participa juntamente con sus
contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o
de los planes de Dios. La fe todo lo ilumina con nueva luz y
manifiesta el plan divino
sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la
mente hacia soluciones plenamente humanas"
"Es propio de todo el pueblo de Dios, pero principalmente
de los pastores y de los teólogos, auscultar,
discernir e interpretar, con la ayuda del
Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro
tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina, a fin de
que la verdad revelada pueda ser mejor percibida, mejor
entendida y expresada en forma más adecuada"
Como he dicho antes al considerar el impacto de la
Encíclica Pacem in Terris, la novedad más
notable de su metodología es el recurso a los "signos de
los tiempos" Juan XXIII se contenta con enunciar este
acercamiento a la realidad, simplemente poniéndolo en
práctica. La GS ha elaborado la teoría.
Pablo VI mostraba ya la originalidad de esta integración de los "signos de los tiempos"
en la antropología de la GS; la describe como una
interpretación teológica de la Historia
contemporánea precisando que nos se trata solamente de una
"lectura
póstuma del pasado", sino de un esfuerzo para "descubrir
en el tiempo los signos…, las indicaciones de una
relación con el Reino de Dios".
La teoría de "los signos de los tiempos" atañe a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad, no es un monopolio de
los cristian@as subraya con insistencia todo lo que la Iglesia
recibe del mundo; cómo ella reconoce y afirma la presencia
del Espíritu Santo y de la gracia redentora en todos los
hombres y mujeres y no solamente en los bautizad@s. Entonces el
derecho y deber de todo hombre y de todos los hombres a ejercer
este discernimiento entre los acontecimientos y el bien moral,
conocido por su conciencia. Los cristian@s tienen sin embargo,
algo específico que decir en orden a la
interpretación y a la realización de la historia,
deben interpretar la historia mediante "los signos de los
tiempos" es decir preguntarse si los acontecimientos, las
realizaciones, las corrientes de opinión que se abren
paso, representan o no un enriquecimiento de esta naturaleza
humana en constante perfeccionamiento, (v.gr. la naturaleza
humana creada por Dios); los nuevos acontecimientos ¿son
su imagen o su
criatura? El método de los signos de los tiempos consiste
primeramente en descubrir correspondencia y semejanzas,
además corresponde preguntarse si el desarrollo de esta
historia es conforme al designio del plan divino, a la historia
santa, a la historia Bíblica y mesiánica, que se
prolonga entre la resurrección de Cristo y su venida en la
Parusía.
La interpretación de los signos de los tiempos puede
dar lugar a actitudes muy
diversas, para los cristianos la tentación es identificar
su propia interpretación cristiana de la Historia con la
de Dios y la de toda la Iglesia, para no caer en esta
tentación se debe hacer la interpretación sin
sustituir a las instituciones
de la sociedad civil…
y por encima de sus propias particularidades. La proximidad de
los signos de los tiempos debe conjugarse con "los hombres de
buena voluntad"
1.3.- Situaciones de pobreza e injusticia
Las primeras palabras de la introducción a la GS, son una rotunda
afirmación de simpatía con los hombres y mujeres y
con todos sus problemas:
"Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las
angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuentos
sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias
de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón… La Iglesia se siente
íntima y realmente solidaria del género
humano y de su Historia"
Riqueza y pobreza
El rendimiento anual de la economía
mundial creció, de $31 mil millones de dólares
en 1990 a $42 mil millones en el 2000 (en 1950, el rendimiento
mundial total había sido de $6.3 mil millones).
Jamás se había producido tanta riqueza; pero
jamás había estado tan mal
distribuida
El PIB mundial,
se calcula hoy en US$25 billones, es el retrato de la brutal
acumulación de riquezas en manos de pocos: los
países del G-8. (Estados Unidos,
Canadá, Inglaterra,
Francia,
Italia, Alemania,
Japón y
Rusia)
detentan US$18 billones. Los $7 billones restantes deber ser
repartidos entre más de 180 países!.
Agrupando todos los países del mundo en cinco grupos
iguales, según las riqueza que disponen se constata que el
20% de los países más ricos posee una riqueza 150
veces superiores al 20% de países más pobres. El
promedio de ingreso de los 20 países más ricos es
37 veces mayor que el de los 20 más pobres; una brecha que
se ha duplicado en los últimos 40 años .
El grupo de los
países más indigentes comprende 24 naciones: 18
países africanos además de Yemen,
Afganistán, Bangladesh, Haití, Mongolia y
República Popular Democrática de Corea.
Tres ciudadanos estadounidenses –Bill Gates,
Paul Allen y Warren Buffett- poseen, juntos, una fortuna superior
al PIB de 42 naciones pobres, en las cuales viven 600 millones de
habitantes! (Bill Gates ha creado recientemente una
Fundación para combatir la pobreza,
donando para ello $US24 millones de dólares).
Las 356 personas más ricas del mundo disfrutan una
riqueza que excede a la renta anual del 40% de la humanidad. Por
eso, hay 204 millones de pobres y 90 millones de miserables en
América
Latina y en El Caribe, a los cuales se debe aumentar los bolsones
de miseria que existen en varias partes del opulento Estados
Unidos.
Brecha creciente.
"Nunca ha tenido la humanidad tanta abundancia de
riquezas, posibilidades y poder económico y sin embargo
todavía una enorme parte de la población mundial se ve afligida por el
hambre y la miseria; es incalculable el número de los
totalmente analfabetos. Jamás tuvieron los hombres un
sentido tan agudo de la libertad como hoy y sin embargo surgen
nuevos tipos de esclavitud social y psicológica"
Si en 1960 la riqueza de los países del primer grupo
era 30 veces superior al de los más pobres, en 1990 era de
60 veces más. La diferencia pasó de $US1,864 a $US
15,149 millardos. La proyección de esta tendencia para el
2025 haría prever 2 mil millones de personas en extrema
pobreza en el mundo. Cada año se transfieren US$150 mil
millones del Sur al Norte, por medio de tres importantes
mecanismos: los intereses de la deuda, el comercio exterior
y la especulación financiera. ¿Quién ayuda a
quién?.
Desigualdad tecnológica:
Las telecomunicaciones: El 60% de las personas
actuales no han hechos nunca una llamada telefónica y 1/3
de la humanidad vive sin electricidad
Internet: El Internet es un
gran motor de
desarrollo: En el 2001 los usuarios fueron
400 millones; en el 2005 podrán ser mil millones. Los
gastos mundiales
realizados en 1999 para la tecnología
de la información fueron 2,200 millones de
dólares. El 79% de los usuarios reside en los
países ricos, mientras que solo el 0.4% de los habitantes
del África tiene acceso a la red.
El orden social… y su progresivo desarrollo en todo
momento debe subordinarse al bien de la persona ya que el orden
real debe someterse al orden personal y no al
contrario"
Subconsumo y derroche
EEUU representa el 6% de la población mundial;
pero consume el 48% de la riqueza total del planeta. La cuarta
parte de la población del Norte consume el 70% de la
energía mundial, el 75% de loa metales, el 85%
de la madera y el
60% de la comida.
Los automóviles invaden el planeta, en el año
2000 había 532 millones; esto condiciona un estilo
sedentario de vida y mayor contaminación. 2.8 miles de millones de
personal – casi la mitad de la población mundial
– vive con menos de US$2.00 diarios y 1.2, con menos de un
dólar. El 15% de la población mundial –la que
vive en los países ricos – consume el 56% del total
mundial; mientras que el 40% más pobre consume sólo
el 11% del total (v.gr. África consume 20% menos de lo que
hacía hace 25 años).
Mientras que las clases medias y elevadas practican un
consumismo derrochador, las mayorías no cubren sus
necesidades fundamentales: 2.800 millones de personas sobreviven
con menos de dos dólares diarios.
¿En qué se gasta el
dinero?
Cálculo del costo adicional
que se requeriría para lograr el acceso universal a
servicios
sociales básicos en todos los países del mundo, en
millones de dólares:
Instrucción básica para todos 6,000
Cosméticos en USA 8,000
Agua para todos 9,000 Helados en Europa 11,000
Salud Reproductiva 12,000 Perfumes en Europa y USA 12,000
Salud y nutrición básicas a todos 13,000
Mascotas en Europa y USA 17,000
Cigarros en Europa 50,000 Alcohol en
Europa 105,000
Droga en el mundo 400,000 Armas en el mundo
780,000
1.4.- El grito de los pobres
"Del fondo de nuestros corazones, nosotros, los pobres de
América Latina y el Caribe, excluidos de la sociedad
neoliberal, elevamos nuestras voces para expresar la perplejidad
frente a la actual coyuntura internacional marcada por la
desigualdad y por la injusticia.
Somos todos pasajeros de la misma nave espacial llamada
planeta Tierra. Sin embargo, como en las carabelas de los
colonizadores y en los aviones trasatlánticos, viajamos en
condiciones desiguales. Una minoría usufructúa, en
primera clase, de
tecnología
de punta, como el Internet, de alimentación
saludable, de medicina
sofisticada y de acceso a la cultura. La
mayoría –85% de la población mundial –
se amontona en bolsones insalubres, amenazada por el hambre, por
las enfermedades y
por la violencia.
Nuestro grito se yergue en contra de la
globalización que, al favorecer a los pocos
países metropolitanos, en detrimento de las naciones
pobres, revela su carácter de verdadera
globocolonización. El PIB mundial, calculado hoy USD 25
billones, es el retrato de la brutal acumulación de la
riqueza en manos de pocos: los países del G-8 (detentan 18
billones de dólares. ¡Los 7 billones de
dólares que restan deben ser repartidos entre más
de 240 países!. Clama a los cielos constatar que apenas
tres ciudadanos norteamericanos –Bill Gates, Paul Allen y
Warren Buffett – poseen, juntos, una fortuna superior al PIB de
42 naciones pobres, ¡en las cuales viven 600 millones de
habitantes!.
Hoy en América Latina y el Caribe, hay 204 millones de
pobres y 90 millones de miserables. Son 192 millones de niños,
de los cuales la muerte
alcanza, cada años, a casi 500 mil, afectados por
enfermedades prevenibles. Cerca de 14 millones de niños
con menos de 5 años de edad sufren deficiencia de vitamina
A. Cerca de 20 millones de niños menores de 15 años
de edad trabajan en América Latina y el caribe. Muchos
abandonan la escuela para
ayudar en el presupuesto
familiar, mientras otros asumen riesgos de
vida en sus actividades profesionales.
Casi 2 millones de latinoamericanos y caribeños
están contaminados por el virus VIH. En las
escuelas de enseñanza fundamental, la tasa media de
repetición es del 30 %, sin contar que amplias capas de la
población todavía son analfabetas, agravadas por el
analfabetismo virtual, por no saber lidiar con los equipos
electrónicos.
Nuestro grito es de propuesta contra la economía neoliberal
que, monitoreada por el FMI y por el
Banco Mundial,
reduce la democracia al
mercado, la
ciudadanía al consumismo, y viola la
soberanía de nuestros Estados nacionales a
través de la privatización de nuestras empresas
estatales y públicas. En 1999, el desempleo se
elevó a 8,7% en nuestro Continente , la tasa más
alta de la década, mientras el salario real en
la industria
cayó, según la OIT, 0,9% en le primer semestre de
1999, frente a igual periodo en el año.
Se globaliza la pobreza y no el progreso; la dependencia y no
la independencia;
la competitividad
y no la solidaridad. Mientras que las naciones ricas invierten en
tropas y armas, anualmente, ¡800 millones de
dólares! Nuestro grito interpela: si las naciones ricas
quieren la paz, ¿por qué no suprimen sus recursos
bélicos y cancelas las exportaciones de
armas para el Tercer Mundo? Si quieren el fin de las drogas,
¿por qué no erradican los paraísos fiscales
y prohíben que éter y la acetona se exporten de
EE.UU. a Colombia?.
Nuestro grito quiere hacer ver que América Latina no
tenía deudas después de la Segunda Guerra
Mundial. Hoy, debe casi billón de dólares. Por
habitante, es la más alta deuda externa del
mundo. Y en ninguna otra parte del mundo hay tanta deferencia
entre los más ricos y los más pobres como en
nuestro Continente.
Nuestro grito denuncia la mentira de que el mercado neoliberal
es igual para rodos.¿ Cuántas empresas y bancos del Primer
Mundo hay en nuestros países? Y ¿cuántas
empresas y bancos de nuestro países hay en le Primer
Mundo? Para citar un ejemplo, Brasil, con 8,5
millones de Kilómetros cuadrados y 167 millones de
habitantes, en sus exportaciones en 1998 obtuvo cerca de 51 mil
millones de dólares. Holanda, con 41,5 mil
kilómetros cuadrados y 15,7 millones de habitantes, con o
que exportó obtuvo 199 mil millones en el mismo
año.
Gritamos para denunciar: se quiebran las barreras comerciales
de nuestras naciones y yerguen verdaderas murallas
proteccionzotas en los países ricos, donde es cada vez
más difícil la entrada de productos
provenientes de neutras fuentes
productoras. Nos imponen comprar lo que producen, pero se
rehúsan a consumir lo que tenemos que ofrecer. En los
países de OCDE, el club de los más ricos, el
impuesto
aduanero medio aplicado a las exportaciones de manufacturas de
los países subdesarrollados es cuatro veces mayor que el
aplicado a los miembros del club. Nosotros, del Sur, somos
victimas del proteccionismo selectivo impuesto por el Norte.
Gritamos por no soportar la asfixia de los exorbitantes precios que
debemos pagar por los productos manufacturados, mientras los
productos básicos producidos pos nuestros países,
como el azúcar,
el cacao, el café y
otros similares tienen, hoy, un poder adquisitivo equivalente al
20% de lo que tenían en 1960, y mal pagan los costos de
producción.
Nuestros países son víctimas del capital
especulativo; del colonialismo cultural de los enlatados
televisivos; de la intervención militar so pretexto de
combate al narcotráfico. Nunca tuvimos, entre
nosotros, tantos hambrientos y desempleados. En nuestras calles,
niños y mendigos se disputan, como animales voraces,
las latas de basura.
Gritamos indignados contra la prepotencia del FMI que, de sus
escritorios en Washington, nos impone políticas
de ajustes fiscales, sin tener en cuenta la variedad de naciones
y la especificidad de cada país, cortando inversiones
sociales y multiplicando la miseria y la pobreza. Y
¿quién asume la responsabilidad cuando tales ajustes producen el
caos y desestabilizan gobiernos como ocurrió en Ecuador,
Argentina, Bolivia?.
Nuestro grito se eleva a todos los que son sensibles a la
solidaridad y osan abrazar la utopía de un mundo sin
desigualdad, miseria y exclusión. Lo que queremos se
resume en tres palabras, todas ellas hijas de la justicia: pan,
placer y paz". Como el grito del salmista, lleguen a los
oídos del Señor de la Justicia nuestros clamores,
bajo las bendiciones de Nuestra señor de Guadalupe,
patrona de América Latina, y de san Oscar Romero, que nos
inspira en la indignación y en el coraje.
"Se dice que hemos terminado el siglo más violento de
la historia, pero creo que este siglo que empezamos será
peor, al hablar de violencias, en seguida pensamos en las
guerras, ya
incontables, que han asolado países enteros y que han
causado millones y millones de muertos. O nos referimos al
terrorismo, a
la delincuencia,
o simplemente a los desagradables programas que nos
suministra diariamente la
televisión, sin duda el fenómeno más
desolador del siglo pasado ha sido la violencia; pero cuando
pensamos en este asunto, no deberíamos olvidar nunca lo
más importante: la violencia más brutal, la
más criminal, que se ha practicado y se sigue practicando
(cada día más), no es la que se ha producido en las
guerras (con ser tan espantosa). La violencia de peores
consecuencias, en nuestro tiempo, es la que genera la
economía, la que provoca el mercado, y el capitalismo
neoliberal, tal como está organizado. Según las
estimaciones más bajas, cada día mueren, en el
mundo, 70.000 personas por causa de la desnutrición. Ninguna guerra que yo
sepa, ha causado tantos muertos todos los días. Y los
más asombroso que sabemos, con seguridad, que si
ahora mismo se producirían alimentos para
abastecer a la población mundial sobraría bastante,
lo que ocurre es que por ejemplo en EE.UU. se gastan 60.000
millones de dólares al año en productos de belleza.
En Gran Bretaña, más de mil millones de libras se
destinan a comida para animales de compañía. Lo
más grave, es el hecho de que millones y millones de seres
humanos que se ven abocados a la muerte y al
exterminio; o por lo menos obligados a llevar una vida que no es
digna de tal nombre"
"La historia de Naboth sucedió hace mucho tiempo;
pero se renueva todos los días. ¿Qué rico
no ambiciona continuamente lo ajeno? ¿Cuál no
pretende arrebatar al pobre su pequeña posesión e
invadir la herencia de sus
antepasados? ¿Quién se contenta con lo suyo?
¿Qué rico hay que al que no excite la codicia de
la posesión vecina?. Así pues, no ha existido
solo una Achab, sino que lo que es peor, todos los día
nace de nuevo y nunca se extingue su semilla en este siglo. Si
muere uno, renacen muchos; son más los que nacen para la
rapiña que para la dádiva. Ni es Naboth el
único pobre asesinado; todos los días se renueva
su sacrificio, todos los días mata al pobre. Embargado
por este miedo el pobre abandona sus tierra y emigra cargado
con sus hijos, prenda de amor; le sigue su mujer llorosa, como
si acompañara a su marido a la tumba. Es menos
deplorable para ella asistir al entierro de los suyos; porque
aunque perdiera la ayuda de su marido, este tendría un
sepulcro, y aunque se quedara sin hijos, no lloraría su
destierro ni estría afligida por el hambre de su tierna
prole".
La gravedad de este fenómeno progresivo y creciente,
constituye, por supuesto, el hecho más preocupante, en
nuestro tiempo, para cualquier persona que pretenda vivir con
honestidad y
coherencia.
La Iglesia reconoce humildemente su propia limitación
en lo temporal. Sabe que las relaciones terrenas tienen un valor
en sí, independientemente del orden de la
redención. El mundo goza de autonomía frente a lo
religioso; pero a la vez invita a cambiar la situación en
el mundo contemporáneo llenos de contradicciones y
desequilibrios en el orden teórico y práctico,
gravedad especial de las condiciones demográficas y
económicas, contrastes entre grupos
sociales y raciales.
1.5.- La compasión que nace del amor divino como
interiorización del sufrimiento del otro
"…el Hijo de Dios, con su encarnación, se ha
unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos
de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre…".
El concilio se ha acercado al hombre y la mujer desde el
amor, por esto ha podido atender al ser humano de nuestros
días en toda su complejísima situación, casi
cada página de la constitución pastoral da pruebas de
este conocimiento
amoroso, ningún hombre ha sido excluido, ni los ateos
siquiera, ningún problema ha escapado a esa amorosa
solidaridad.
"No hay nadie en el género humano a quien no se
deba amor, si no ya por mutua reciprocidad, sin embargo,
sí por la participación de la común
naturaleza"
"Cómo sólo hay dos maneras de pecar contra
el prójimo: una causándole daño
y otra negándole ayuda cuando se le puede ayudar, y por
ello los hombres son malos… el amor al prójimo es el
principio del amor de Dios… sabemos que todo coopera a su
bien para los que aman a Dios" (Rom. 8,28)
La GS en el n. 22 dice que los avances se dan por el amor como
motor de la historia, y en la verdad y caridad de los cristian@s,
serán presagios de unidad y paz para el mundo entero.
Por eso la compasión como programa mundial
de cristianismo,
exige un programa universal, no sólo para las religiones, sino incluso
para toda la humanidad, la compasión no puede construirse
en una consenso mínimo ético, que ponga de relieve
algunas virtudes como obligatorias, pues probablemente con esto
se esté socavando la idea de la libertad y reduce a
migajas nuestro compromiso con los que sufren, la
compasión nace del amor divino como una
interiorización activa del sufrimiento del otro, es el
monoteísmo que une el amor a Dios y el amor al
prójimo, la compasión pensada como programa
político, es en primer lugar ingrediente de un programa de
paz, que junto al sufrimiento personal tiene en cuenta al
sufrimiento del otro, del compañero de conflicto y
ese sufrimiento se percibe y se integra en la memoria
histórica, además la compasión es capaz de
oponerse a la amnesia cultural y política, que "grita
por la justicia" y se enfrenta al olvido político
cultural, el universalismo de la compasión se basa en la
universalidad del sufrimiento.
"¿No advierten que llamamos humano lo que respira
compasión y bondad, y calificamos de inhumano todo lo
que lleve signo alguno de crueldad y dureza? ¿No es
así que tomamos por distintivo del hombre la
compasión y lo contrario el de la fiera? De ahí
que digamos: pero ¿eso es un hombre o una fiera y un
perro? Propio de los hombres es socorrer la pobreza, no
aumentarla"
Compasión quiere decir sentimiento conjunto,
empatía, pero además es la donación
misericordiosa de Dios al ser humano, y también del hombre
hacia los demás, la compasión no es sólo un
concepto
barato de la tradición cristiana cuando se lleva al fondo
de su historia semántica, porque compasión es
también donación de Dios en la experiencia del
Éxodo, es también la fe en la resurrección
de cristo y esperanza en la resurrección, eso hace que la
compasión provoque la única respuesta válida
del hombre a los sufrientes del hombre, consiste sentir con los
que sufren y participar de sus sufrimientos. Por ello es un
elemento central el amor al prójimo; esta dimensión
ética
de la compasión es importante para todos.
El prójimo y por lo mismo el aliado de aquello que nos
compete, no es sólo aquel que nosotros vemos y admitimos
como tal. El ámbito de lo que nos concierne y el
tamaño de la responsabilidad es ilimitado. El criterio de
medida es y será el sufrimiento ajeno tal como se ve en la
historia de Jesús: un hombre caído entre los
ladrones ante el cual sacerdotes y levitas pasan de largo por un
interés
superior. La forma más masiva del sufrimiento es hoy un
sufrimiento ante la pobreza, la violencia e injusticia
estructural que lenta y violentamente lleva a la muerte. Esta
pobreza, o bien el recuerdo de Auschwitz, son "un paisaje de
gritos" y esta experiencia es en la que se fundamenta la
compasión. La entrega es un aspecto de la compasión
como respuesta a la desesperación de los que sufren; el
otro aspecto es el grito compasivo por la justicia, frente al
mundo sufriente, la primera respuesta es la de la
compasión que fuerza a terminar con el sufrimiento.
La ortopraxis en sentido de implicarse en el sufrimiento del
otro significa, en la misma línea que marca la
teología de la liberación, la búsqueda de la
justicia, una justicia que tiene su fundamento en la
compasión. Esta compasión específica no se
puede dar desde la superioridad, sino que exige una
aceptación literal del otro, el cual no es solo el hombre
y mujer que puede ser dañado en forma general; sino el ser
humano concreto que
yo encuentro herido, humillado y al que le han arrancado su
felicidad. La compasión y el sufrimiento compartido, como
resultado de nuestro análisis, es un sentimiento
altruista, un sentimiento que reacciona ante el sufrimiento de
otra persona con el deseo de alcanzar su bien.
1.6.- Algunos signos de esperanza presentes en nuestro
tiempo
La actitud del Concilio ante las realidades terrenas
alienta un optimismo franco y contagioso, no ignorando las muchas
miserias y calamidades que se dan en nuestro presente, los padres
no eran ilusos soñadores, sabían que el
género humano en esta tierra gustará siempre de las
alegría y tristezas, se moverá entre angustias y
esperanzas, contabilizará éxitos y fracasos,
vivirá una síntesis
de miserias y fracasos.
"El concilio, se ha detenido más en el aspecto
dichoso del hombre más que en el desdichado. Su postura
ha sido muy a conciencia optimista. Una corriente de afecto y
de admiración se ha volcado del concilio hacia el mundo
moderno. Ha reprobado los errores, sí porque lo exige no
menos la caridad que la verdad; pero, para las personas,
sólo invitación, respeto y
amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo, en
lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores;
en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza; sus
valores no
sólo han sido respetados, sino honrados; sostenidos sus
incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y
bendecidas".
La profundización de la acción del
Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo nos impulsa a
prestar atención a los "signos de esperanza presentes en
este último fin de siglo, a pesar de las sombras que con
frecuencia los esconden a nuestros ojos". En efecto, es verdad
que nuestro siglo está marcado por gravísimos
crímenes contra el hombre y oscurecido por
ideologías que no han favorecido el encuentro liberador
con la verdad de Jesucristo ni la promoción integral del
hombre. Sin embargo, también es verdad que el
Espíritu de Dios, que "llena el universo", no
ha cesado de sembrar abundantemente semillas de verdad, de amor y
de vida en el corazón de los hombres y mujeres de nuestro
tiempo. Esas semillas han producido frutos de progreso, de
humanización y de civilización, que constituyen
auténticos signos de esperanza para la humanidad en
camino.
"Los progresos realizados por la ciencia,
por la técnica y sobre todo por la medicina al servicio de
la vida humana" En efecto, no cabe duda de que la existencia
humana en la tierra, a nivel personal y social, ha experimentado
y sigue experimentado una notable mejoría gracias al
extraordinario desarrollo científico. Sobre todo cuando
respeta la promoción humana auténtica e integral,
debe acogerse con gratitud, aunque, como es evidente, la ciencia y la
técnica no basta para colmar las aspiraciones más
profundas del y mujer (v. Gr. En el campo de las comunicaciones) si garantizan el pleno control
democrático, y si se convierten en transmisores de valores
auténticos, la humanidad podrá gozar de grandes
beneficios y se sentirá una única gran familia.
"Un sentido más vivo de responsabilidad en
relación con el ambiente"
Hoy la humanidad redescubre, también como reacción
ante la explotación indiscriminada de los recursos
naturales que a menudo ha acompañado el desarrollo
industrial, el significado y el valor del ambiente como morada
hospitalaria, donde está llamada a vivir. Las amenazas que
ciernen sobre el futuro de la humanidad por no respetar los
equilibrios del ecosistema,
impulsan a las personas de cultura y d ciencia, así como a
las autoridades componentes, a estudiar y poner en
práctica diversas medidas y proyectos que no
solo buscan limitar y aliviar los daños causados hasta el
momento sino sobre todo lograr un desarrollo de la sociedad que
respete y valore el ambiente natural.
"Los esfuerzos por establecer la paz y la justicia donde
hayan sido violadas, la voluntad de reconciliación y de
solidaridad entre los diversos pueblos, en particular en la
compleja relación entre el norte y el sur del mundo"
En este siglo que recién hemos concluido se ha dado la
inmensa tragedia de dos guerras mundiales y hoy siguen existiendo
guerras y tensiones, que provocan como consecuencia gran
sufrimiento par pueblos y naciones de todo el mundo.
Además en este siglo, más que en ningún
otro, masas enormes de personas, entre causas por perversos
mecanismos de explotación, han vivido y siguen viviendo en
condiciones indignas de la persona humana. También por
esta razón, la conciencia humana, impulsada por la
acción objetivo
prioritario e irrenunciable. La conciencia advierte hoy como un
crimen intolerable el que perduren condiciones de injusticia, de
subdesarrollo
y de violación de los derechos de la persona humana.
Además, con razón se rechaza la guerra como medio
para la solución de los conflictos.
Pablo VI quiso señalar como meta, en el horizonte de la
humanidad, una "civilización del amor" en la que se
podrá alcanzar el ideal de una única familia humana
en la que se respete la identidad de
cada uno de sus miembros y se realice un intercambio
recíproco de dones. Como nos recuerda el Concilio, el
Verbo nos revela "que Dios es amor" y, al mismo tiempo, nos
enseña que la ley fundamental
de la perfección humana, y por ello de la
transformación del mundo, es el mandamiento nuevo del
amor. Así pues, a los que creen en la caridad divina les
da la certeza de que el camino del amor está abierto a
todos los seres humanos y de que no es inútil el esfuerzo
por instaurar la fraternidad universal"
II) CAPÍTULO
SEGUNDO: (Juzgar a la luz de la Palabra de Dios y la doctrina de
la Iglesia)
2.1.- Dios como liberador y la acción liberadora del
ser humano.
La situación mundial tal como está en este
momento, nos impone una nueva forma de pensar a Dios y de pensar
en Dios; una nueva forma de comprender a Jesús y de leer
su Evangelio. En definitiva, una nueva forma de interpretar y
explicar la revelación que Dios nos ha comunicado en
Jesucristo. Es verdad que la violencia, pobreza y sufrimientos
son cosas que siempre han existido en el mundo y en la historia.
Pero, en este nuevo milenio, esas cosas se están
produciendo con dos características nuevas: en primer
lugar, unas dimensiones de pobreza y sufrimiento que nunca se
habían dado como ahora; en segundo lugar, un contraste, en
la cara opuesta (los causantes, responsables de tal
situación) que resulta, cada día más
escandaloso por la acumulación de las riquezas, por el
despilfarro consumista sin sentido que se da y sobre todo por la
ignorancia (responsable) y la insensibilidad que, de hecho existe
en quienes mueren (literalmente) a causa de la abundancia. Ahora
bien, estando así las cosas si no pensamos a Dios, si no
intentamos comprender el Evangelio desde el sufrimiento de las
víctimas, se hace sencillamente imposible enterarnos
de cómo es el Dios de nuestra fe. Y se hace también
imposible enterarnos de cómo es el Dios de nuestra fe. Y
se hace también imposible enterarnos de lo que nos quiere
decir su mensaje.
Por eso la teología no se puede seguir elaborando,
sólo o principalmente, a partir de ideas, verdades
absolutas, dogmas de fe, teorías
teológicas, sino que ante todo, a partir de la
vida, tal como la vida de los seres humanos está de
hecho determinada y condicionada en nuestro tiempo: una vida
desigual para unos y para otros; vida amenazada en millones de
personas; vida carente de la más elemental dignidad en los
excluidos de nuestra sociedad y vida también que se
realiza en formas de deshumanización degradante en el caso
de quienes (por acción o por omisión) somos
responsables de lo que está ocurriendo. Esto no quiere
decir que en el nuevo paradigma
teológico que la teología prescinda de las
verdades de fe o de los dogmas de la Iglesia. Significa que se
tiene que leer e interpretar esas verdades y esos dogmas desde
la solidaridad con las víctimas del "orden
establecido", los débiles con los que se
solidarizó Jesús; "lo débil del mundo", "lo
plebeyo del mundo", "lo despreciado", "lo que no existe",
aquí está el mérito y valor de la
teología de la liberación, desde su mismo origen ha
tenido la libertad y audacia de ponerse a pensar la fe desde
los que están abajo en la historia y lo que esos
teolog@s han dicho, es por una razón fundamental, la
razón determinante de todo lo demás: ha sintonizado
con la vida, las preocupaciones y las esperanzas de los que
están abajo y cuando la sintonía humana va por
ahí, eso por si solo genera libertad y audacia y la
creatividad
fuente del futuro. Una teología que asume como estructuras
básicas, la vida, la libertad y la utopía, es una
teología "parcial". Es decir, toma partido a favor de los
que siempre han estado, están y estarán abajo en la
sociedad. O sea, se pone de parte de "los últimos de la
vida", lo cual no tiene su origen en las ideologías de
izquierda de los dos últimos siglos. Tiene su origen en lo
que, de hecho, fue la vida y el destino de Jesucristo en el que
decimos que creemos los cristian@s.
Sabemos por la fe, que la esperanza rebasa los límites de
nuestra historia; pero sabemos igualmente que una esperanza, que
no empieza por luchar por mejorar la historia, no es ni puede ser
la esperanza que nos presenta el Evangelio cuando explica el
proyecto del
Reino de Dios. Por otra parte, lo más exigente y
prometedor, que nos enseña el Evangelio sobre la
utopía, es que la esperanza de un futuro mejor viene de
los que están abajo en la historia. Por eso
Jesús nos dice que no pongamos nuestra esperanza ni el
progreso de la economía (los que dominan a los pueblos),
ni en la fortaleza del poder (los que controlan a los pueblos).
Jesús ve a la historia y el futuro de la humanidad desde
un punto de vista que nos desubica a todos, sobre todo en este
momento cuando los países ricos (dinero) y
poderosos (política) se enseñorean sobre el resto
de la humanidad , la masa inmensa de los excluidos.
Dios sale en defensa de los pobres:
"por la miseria de los desvalidos y el gemido de los
pobres me levanteré ahora", dice el Señor (Sal
11,6) ¿Quién no temerá al Señor que
se levanta? Y en otro lugar: "Levántate Dios mío,
álcese tu diestra, no te olvides de los pobres" (Sal
9,53) Temamos ese alzamiento y no queramos ver levantada la
mano de Dios sobre los que desobedecen y lo que es más
grave, dejándose caer sobre los que se muestran duros
con los pobres. Y: "No será siempre el olvido del pobre"
y "sus ojos miran sobre el pobre (lo que es mejor y más
importante que las cejas y sus cejas interrogan a los hijos de
los hombres" (Sal 10,5); una inspección o mirada como si
dijéramos menor y secundaria"
El Evangelio nos enseña que paradójicamente, si
hay esperanza en el futuro, tal esperanza viene precisamente de
aquellos con los que ya no cuentan. Entonces lo más
importante que tendría que hacer la Iglesia en su
relación con los pobres, es antes que querer "ayudarles",
ponerse a "escucharlos". Lo que, ante todo, tenemos que hacer es,
más que evangelizar a los pobres, dejarnos evangelizar por
ellos.
2.2.- Promoción humana y salvación
Cristiana
Durante muchos siglos, la teología no se ha preocupado
de la vida porque no se ha preocupado del problema de los pobres,
Entre otras cosas, porque quienes han hecho la teología
han sido (y seguimos siendo), por lo general, personas que
tenían (y tenemos) esta vida asegurada.
¿Cómo podemos hablar del Dios de la vida en una
situación de muerte, la muerte temprana e injusta que
sufre la gran mayoría de los pobres? ¿Cómo
vivimos el amor y la esperanza? ¿Qué entendemos por
salvación cristiana ¿Qué significa la
Iglesia, en este momento, para la vida que lleva la
mayoría de la gente?, se podría seguir planteando
preguntas, algunas seguramente más graves.
Desde el final del Concilio Vaticano II, durante el cual la
Iglesia se insertó especialmente por los problemas que
afectan a la
organización del mundo, se ha ido escrutando los
signos de los tiempos e interpretando a la luz del Evangelio,
v.gr. en la conferencia
general de Medellín, 1968, la Iglesia oye el grito de los
pobres y se hace intérprete de su angustia, igualmente la
teología de la liberación permaneciendo en contacto
estrecho con la vida cotidiana de las poblaciones víctimas
de la miseria y con la tarea que la Iglesia debe llevar a cabo en
esta coyuntura, su intención es la de hacer oír
ampliamente el grito del herman@ pobre y sufriente, la queja que
suscita el hambre, las enfermedades, la explotación
injusta practicada con espíritu de lucro, el exilio
forzado, la opresión. Condiciones inhumanas padecidas por
los seres humanos que poseen exactamente lo que llevan sobre
cuerpo, pasan la noche en la calle, en ella viven y en ella
mueren, sin beneficiarse de la asistencia médica
más elemental. Para el Cristiano(a) "iluminado" por el
Evangelio, estos "signos de los tiempo" constituyen uno de los
desafíos más provocadores. Incitan a desplegar, en
nombre de la fe, todos los esfuerzos posibles para liberar a
sus herman@s de su situación inhumana. Este
interés hacia los miserables y esta alianza con los
oprimidos encuentran expresiones particularmente sugestivas en
las palabras bíblicas de justicia, liberación,
esperanza, paz.
Tomando la situación de la historia humana como un
destino que es posible cambiar, Dios revela su misterio a
través de los mismos acontecimientos, cuanto más
penetra el cristian@ en las situaciones concretas y su evolución histórica, mejor responde
a la Palabra de Dios, así se capta mejor la unidad
profunda que une a la historia divina de la salvación
realizada por Jesucristo a los esfuerzos desplegados a favor del
bien del ser humano y de sus derechos; la fe cristiana, debe ser
ante todo como una praxis
histórica que cambia y renueva el orden social y
político, ya que es precisamente allí en el mundo
el lugar donde se desarrolla el designio divino de
salvación.
2.3.- Lo que el Antiguo y Nuevo Testamento dicen en
relación a la salvación divina y la
promoción humana.
Se recurre casi siempre al relato del Éxodo, en
efecto, la salida de Egipto es
realmente el acontecimiento primero de la salvación en el
Antiguo Testamento; es la liberación que redime de una
dominación extranjera y de los trabajos forzados. En este
liberación está ordenado el culto de la alianza que
se celebró en el monte Sinaí.
Los Salmos, igualmente, cuando hablan de miseria y de
lamentaciones, de socorros y de acción de gracias, se
expresan en fórmulas de plegarias que mencionan la
Salvación religiosa y la "liberación". La estrechez
no se identifica con una condición social de miseria sino
también de la enemistad, la injusticia, del pecado y de
aquello a lo que éste nos conduce: la muerte amenazadora y
el vacío que esta representa.
La Revelación Divina inspira a mejora las condiciones
de la existencia humana, los profetas denuncian a las condiciones
sociales v.gr. Amós y Oseas, reprochan con fuerza a sus
contemporáneos la falta de solidaridad. Isaías
designa muy especialmente, entre los seres humanos que reclaman
protección a las viudas y a los huérfanos;
además condena el acaparamiento de bienes en las manos de
algunos. Isaías junto a los demás profetas exigen
la actitud de la conversión interior y de la justicia,
"dejen de hacer el mal. Aprendan a hacer el bien, busquen el
derecho, socorran al oprimido,,sean justos con el
huérfano, defiendan y consuelen a la viuda".
Muchos salmos hablan explícitamente de Dios como
liberador de los oprimidos y defensor de los pobres. Cuando
libera al pueblo de Israel de la
opresión, Dios exige de él que se prohíba a
sí mismo de toda forma de opresión a los hombres.
El Nuevo Testamento recoge elementos muy importantes del Antiguo,
muestra que no hay verdadero cambio de la sociedad sin
reconciliación del hombre con Dios y con los otros hombres
y mujeres; la vida humana sólo puede conseguir una forma
mejor de manera suficiente y constante si los seres humanos
llegan a ser " criaturas nuevas" por la conversión y la
justicia. Obligación de cuidar a los pobres y
enfermos.
El mensaje central de Jesús es el Reino de Dios y de
vida. El Reino de Dios no es sólo un mensaje para la
otra vida, sino que, además de eso y antes que eso, es un
proyecto para "esta" vida que se consumará en la otra:
cuando el Nuevo Testamento habla de la "vida", se trata siempre
de la vida en relación al proyecto fundamental de Dios: su
Reino, proyecto de vida, para vivir la vida y esta vida en
plenitud, por eso el anuncio del Reino se presenta como Buena
Noticia; porque la noticia que más interesa a la gente, es
toda noticia que se refiere a la vida. Jesús no
sólo anuncia el Reino con sus palabras, sino que, al mismo
tiempo, aporta los signos de su presencia, que todos van al mismo
sentido, el de la vida: curar, alimentar, consolar, perdonar
liberar, es decir, todos los gestos de Jesús son para
hacer vivir a la gente. Jesús a partir de su proyecto
sobre el Reino de Dios, se solidarizó con cuatro grupos de
personas, los enfermos, los pobres, los pecadores y las mujeres.
Todas estas gentes eran marginales de aquella sociedad, de manera
que el denominador común de todos ellos era "la
debilidad", es decir personas en las que la vida se veía
amenazada, disminuida, mutilada, de una manera u otra;
físicamente en los enfermos, económicamente en los
pobres, moralmente en los pecadores; socialmente en las mujeres.
No hay duda alguna, lo determinante, para Jesús, es la
defensa y la dignificación de la vida.
Parábola del rico epulón y del pobre
Lázaro en la que Jesús apuesta por la defensa de
una vida digna.
"… la igual dignidad de las personas exige que se
llegue a una situación de vida más humana y
más justa. Pues las excesivas desigualdades
económicas y sociales entre los miembros o los pueblos
de una única familia humana resultan escandalosas y se
oponen a la justicia social, a la equidad, a
la dignidad de la persona humana.."
En la parábola del Buen Samaritano frente a la
indeferencia por la protección de una vida en peligro, que
se personaliza en los hombres de la religión (el Levita y
el sacerdote) Jesús presenta como modelo al indeseable
samaritano, que sólo tiene una cosa buena: ante el peligro
de la muerte, "se le conmovieron las entrañas", es decir
era un hombre al que le importaba en serio la vida, fuera de
fuera, Jesús pone en el centro de su mensaje la vida,
puesto que el centro de tal mensaje es el amor .
2.4.-Relación entre la promoción humana y la
salvación realizada por Dios
La revelación con la que hemos sido gratificados
en Cristo divide el curso ininterrumpido de la historia dela
salvación en tiempo de promesa y tiempo de cumplimiento,
por otro lado hay que admitir que las necesidades del ser humano
no están reducidas solamente a las dificultades
económicas y materiales,
hay que tener presente la totalidad de lo que comporta su
situación de peligro y de perdición.
La constitución pastoral GS hace una distinción
entre el crecimiento del reino de Dios y el progreso humano, "el
servicio de los hombres sobre la tierra "prepara la materia de
Reino celestial" Por lo tanto la misión de la Iglesia
no es sólo anunciar el mensaje de Cristo y su Gracia a la
humanidad, sino también impregnar y perfeccionar todo el
orden temporal con espíritu evangélico; por eso
podemos considerar a las luchas por la justicia como la
participación en la transformación del mundo, "como
un elemento constitutivo de la fe"; por una parte, la historia
concreta es en cierto modo, el lugar donde el mundo se transforma
hasta que toca el misterio de Dios.
La Iglesia no puede jamás olvidar que vive
constantemente en una especie de arena, donde estás en
competición los candidatos al poder, donde el poder se
ejerce efectivamente de tal o cual manera concreta, donde reinan
las ideologías que allí se relacionan. En
razón de su origen, de su carácter sobrenatural y
de su misión religiosa, como también de la
esperanza escatológica, de la Iglesia "no está
ligada de una manera exclusiva e indisoluble a ninguna raza o
nación,
a ningún genero de vida
particular, a ninguna costumbre reciente" . si el es necesario
guardarse de estar comprometida en las intrigas de los que buscan
el poder, no debe adoptar una actitud puramente "neutralista" e
"indiferente" ni acantonarse en su reserva totalmente
"apolítica". Pede llegar a incurrir en el reproche de
complicidad si no denuncia la situación de los oprimidos,
las victimas de las injusticias y más si encubre tal
estado de cosas y se abstiene de tocarlo. Es solidaria de los
pobres.
Es preciso entender esté término en toda su
aceptación , que comprende, por ejemplo a los hombres y
mujeres afectados por la indigencia espiritual,
psicológica o material. La asistencia eficaz que hay que
asegurar a estos "pobres"es ciertamente, desde ka
antigüedad, una de las tares principales de la Iglesia y de
sus miembros: Pero hoy día su ejercicio ha llegado a ser
el testimonio más esplendoroso de una fe viva y, para un
gran número de personas ajenas a la Iglesia, un criterio
inapreciable de su credibilidad.
La iglesia toda: laicos, diáconos, sacerdotes, obispos,
el Sumo pontífice; no tienen el derecho de callar en los
casos en que son pisoteados la dignidad humana y los derechos
elementales del ser humano; siendo así, la Iglesia, en su
conjunto, está obligada a expresar su pensamiento
sin tardanza y con vigor. En la Iglesia nadie habla por si solo,
es necesario que todos oigan el grito de sus herman@s donde
quiera que se encuentren, de todos lo que tratos injustos, son
explotados por el sufrimiento, endurecidos por la pobreza y por
el tormento del hambre.
2.5.- Tierra y cielos nuevos (GSn. 39)
La GS da el debido realce a la conexión
existente entre nuestro esfuerzo y el más allá, la
expresión "tierra nueva" además de ser tomada de la
Biblia, expresa acertadamente la oposición entre la tierra
presente y la futura.
Que el mundo actual, tal como lo vemos ahora, sufrirá
una transformación radical, es una persuasión que
se remonta al los tiempos más lejanos; pero la
cuestión que ahora se plantea es la siguiente: ¿
Tiene el trabajo
actual del hombre o mujer alguna relación con el cielo
futuro?, el trabajo, o esfuerzo humano a través de la
historia, ¿prepara de alguna manera la Jerusalén
celestial? El progreso científico, la técnica y la
producción, ¿mantiene alguna
continuidad con la realidad postrera que seguirá a la
parusía? Y, si la contestación a esta pregunta es
afirmativa, surge una nueva cuestión: ¿De
qué naturaleza es esta relación, preparación
y continuidad?. ¡Realidad misteriosa la de este nuevo
mundo, objeto de nuestra esperanza!; sin convertirnos en juguete
de nuestra imaginación, bien podemos asegurar que el mundo
futuro será mucho más maravilloso de lo que podamos
soñar ahora.
Para el cristian@, la dirección y meta de la historia son bien
claras. La historia tendrá un fin, desembocando en la
eternidad; también el mundo actual desembocará en
el "mundo nuevo" en el que Dios será todo en todos;
también el Cristian@ se pregunta en qué medida su
acción actual contribuye a la edificación del mundo
eterno, del paraíso trascendente que él espera.
Este mundo futuro, ¿será el mismo mundo que
nosotr@s hemos trabajado con nuestra manos? ¿No
será un mundo totalmente distinto?.
– Hay una concepción catastrófica del mundo,
según la cual, nuevo significa renovación
total; los que siguen esta línea defienden la tesis de una
total discontinuidad entre el mundo actual, para estos las
actividades temporales con las que la humanidad edifica
técnicamente el mundo no tienen ninguna fuerza ni
relación con el mundo futuro.
– Una visión más optimista, donde el mundo
futuro será fundamentalmente el mismo en el que ahora
vivimos: sufrirá solamente una transformación que
volverá a poner las cosas en el mismo orden que
tenían antes de la caída y apoyándose en
Rom. 8, 19-22 defienden la tesis de la continuidad y aceptan una
contribución efectiva del trabajo humano en la
elaboración del paraíso futuro.
La Iglesia deja la libertad para escoger la que responda mejor
a los propios sentimientos; sin embargo nos podemos preguntar si
la visión optimista no tiene más probabilidad de
ser verdadera; si por la fe sabemos de dónde viene el
mundo, sabemos también a donde va; creación y
escatología no pueden existir separadas una
de la otra. En esta referencia al principio y término
final de la creación, el trabajo alcanza todas sus
dimensiones humanas y sobrenaturales.
Toda historia del mundo está orientada hacia el retorno
de Cristo, rey del universo; el hombre, mediante toda su vida y
por lo tanto, también por su trabajo, prepara el
advenimiento del mundo futuro sobre el cual reinará
eternamente con Jesucristo, ya que cristo está en el
principio y en el fin de los tiempos, es el Alfa y la Omega de la
historia del universo con el vendrá el advenimiento de los
cielos nuevos y de la tierra nueva que cante el libro del
Apocalipsis.
Esencialmente el reino de cristo es un reino espiritual:
"Mi Reino no es de este mundo", sin embargo, la realeza de
Cristo trasciende el orden espiritual. Como quiera que todo ha
sido hecho por Él, en Él y con Él, Cristo es
con pleno derecho de rey de la creación: la
creación viene de Él, y Él la dirige hacia
su término. Todo lo que brotó de las manos de Dios
–nos dice la Escritura- es
bueno. Además, la criatura suspira por la
liberación; pero una auténtica liberación
supone identidad entre aquello que en algún momento
conoció la servidumbre y después pasó a
gozar de la libertad. Finalmente, la concepción optimista
parece armonizarse mejor con el plan de Dios.
El número 39 de la GS subraya cierta continuidad entre
nuestra tierra y la tierra nueva que empezará con la
parusía. Así pues, para algunos, trabajar la
tierra, pone al día todas las riquezas que Dios ha
encerrado en ella, desarrollar las virtualidades del cosmos, todo
esto es preparar el cielo nuevo y la tierra nueva. Sin embargo,
el mundo no conseguirá esta renovación con sus
propias fuerzas, ni con el progreso técnico de la
humanidad. Será necesaria una intervención divina
que purifique el mundo de la herrumbre y escoria que lleva
consigo, y que lo transforme maravillosamente, elevándolo
al orden sobrenatural.
Gracias al trabajo del ser humano, la salud va triunfando sobre la
enfermedad, la vida sobre la muerte, la verdad sobre el error, el
bien sobre el mal… No cabe duda que el mundo, paso a paso, se
va haciendo más apto para recibir la transformación
de lo alto. "De nada sirve al hombre y mujer ganar todo el mundo
si se pierden a sí mismos"; esta orientación hacia
el futuro escatológico debe franquear los umbrales de la
vida ética del hombre y mujer; debe penetrar a su
conciencia apara animarle a la labor de la propia
abnegación y para que, en el empleo de las
energías terrenas a favor de la vida humana, tenga siempre
presente y acaricie el deseo de que su esfuerzo, su trabajo y su
actividad en general vayan éticamente orientados hacia el
más allá; es decir de cara al más
allá, en el plano ético tiene mucha importancia no
sólo lo que se hace, sino también y sobre
todo el cómo se hace (es decir, el amor con que se
hace). Además de lo que quedaría de nuestros
esfuerzos para el reino no será esencialmente su
resultado, sino el amor que le habrá inspirado. Ese amor
lo que da a nuestra actividad su verdadera grandeza en el orden
sobrenatural.
A nuestro parecer, los padres conciliares quieren evitar dos
actitudes falsas:
a) La de aquellos que centran toda su atención en lo
que hace, prescindiendo o dando muy poca importancia al
cómo lo hacen.
b) La de aquellos que, por la esperanza de la tierra nueva, se
olvidan o no toman con el suficiente interés las cosas de
aquí abajo dando una valor muy secundario a lo que
hacen, para centrar todo su interés en el
cómo lo hacen.
La búsqueda y esperanza del cielo no tienen
ningún derecho a desviar la actividad humana de sus
ocupaciones naturales ni a disminuir su interés por ellas.
"En nombre de nuestra fe, tenemos el derecho y el deber de
apasionarnos por las cosas de la tierra". "¡Hermanos,
permanezcan fieles a la tierra!".
III)
CAPÍTULO TERCERO: (Compromiso)
3.1.- Misión de los cristian@s en el mundo.
"…Numerosos mártires dieron y dan un preclaro
testimonio de esta fe. Fe que debe manifestar su fecundidad
impregnando toda la vida de los creyentes, también la
profana, e impulsándolos a la justicia y al amor, sobre
todo con los necesitados…".
La Iglesia, es la comunidad
cristiana, integrada por hombres y mujeres que, reunidos en
Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar
hacia el Reino del Padre y han recibido la Buena Nueva de
salvación para comunicarla a tod@s. El mundo es la entera
familia humana, con el conjunto universal de las realidades entre
las que ésta vive; el mundo, es teatro de la
historia humana, con sus afanes, fracasos y victorias; es el
mundo que los cristian@s creen fundado y conservado por el amor
del creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, pero
liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del
demonio, para que el mundo se transforme según el
propósito divino y llegue a su consumación.
Para el mundo actual, la mejor respuesta a aquella pregunta:
Iglesia ¿qué dices de ti misma?, (decimos para
el mundo), no para los que son miembros conscientes de la
Iglesia, el mundo pregunta a la Iglesia: tú
¿quién eres?, carece en su mayor parte de esta
fe y esperanza que todo ilumina. Su actitud, por lo general es,
más bien de acuciante curiosidad natural. Tal vez, en
ocasiones, de verdadero interés, no exento de
admiración. Muchas veces, de escepticismo o –de lo
que es peor- de crítica
propensa a la polémica y al resentimiento y aún de
abierta prevención y hostilidad.
La Iglesia considera que puede responder a los deseos
más profundos del ser humano, revelándole su
último destino predicando la libertad, la dignidad de la
conciencia y del derecho justo, no separado de la ley divina, en
una falsa autonomía, sino inserto en el plano
salvífico de Dios. La Iglesia exhorta a los cristian@s al
cumplimiento de sus deberes temporales, advirtiéndoles que
deben guiarse por el Evangelio; lamenta la conducta de
aquell@s que se sumergen en los "negocios
terrestres" sin referencia alguna a la vida cristiana. Los laic@s
tiene el deber de dedicarse a las actividades temporales con
competente dominio, respetando las leyes propias de
las diferentes disciplinas y pidiendo a sus sacerdotes luz y
fuerza moral, pero no necesariamente la solución concreta
de los varios problemas temporales.
Pablo VI, hablando al cuerpo diplomático acreditado
ante la santa sede, se refirió a los Católicos
que quieren de la Iglesias esta actitud:
"Piensan que la fidelidad al deposito que ha recibido
impone a la Iglesia una actitud de reserva, o incluso de
condena al mundo moderno ¿No está toda la Iglesia
encaminada hacia otro mundo, plenamente diferente de
éste, el mundo del más allá, el mundo
plenamente diferente a éste… el mundo de las almas de
las realidades espirituales? ¿Qué importancia
puede conceder a estos progresos técnicos, orgullo del
hombre de hoy, a sus esfuerzos por explorar el cosmos… todo
esto es lo "temporal", objeto de las investigaciones
y de las disputas de los hij@s de los hombres. Si no llega a
condenarlo y maldecirlo, que la Iglesia al menos se desinterese
de ello, que se "desligue", como hoy se dice que permanezca en
su campo: lo espiritual, lo espiritual puro".
Pablo VI ha rechazado sin ninguna reserva estas dos posturas
extremas y dice:
"La Iglesia no puede hacer suya ninguna de estas
dos actitudes extremas. No puede desinteresarse de lo
temporal, porque lo temporal es la actividad de los hombres
y mujeres y todo lo que concierne al ser humano concierne a la
Iglesia. Una Iglesia desencarnada, alejada del mundo, retirada
al desierto, no sería la Iglesia de Cristo, la Iglesia
del Verbo Encarnado. Ella, por el contrario, se interesa muy de
cerca por todo esfuerzo generoso que atienda a hacer avanzar a
la humanidad, no solamente en su camino hacia el cielo, sino
también en su búsqueda del bienestar, de la
justicia, d e la paz y de la felicidad sobre la tierra. No
puede, por otra parte, aprobar a los que pretenden conseguir
este objetivo tan noble y tan legítimo por medio de la
subversión violenta del derecho y del orden social… ya
que las revolución entendida en el sentido de un
cambio violento y brusco se ejerce desde siempre en algunos
espíritus ávidos de lo absoluto, de soluciones
rápidas, enérgicas y eficaces del problema
social; ellos ven gustosos aquí la nunca vía que
conduce a la justicia. En realidad, la acción
revolucionaria engendra de ordinario todo un cortejo de
injusticias y de sufrimientos, pues la violencia, una vez
desencadenada se controla difícilmente, surtiendo sus
efectos en las personas al mismo tiempo que en las estructuras,
no es lo mismo a los ojos de la Iglesia la solución apta
para remediar los males de la sociedad. Por lo tanto, ni
indiferencia por el camino concreto de los hombres y mujeres de
hoy, ni vinculación con la acción revolucionaria.
A igual distancia de estos dos extremos, la actitud de la
Iglesia ante el mundo moderno es la que ha definido ante
nuestros ojos, a lo largo de los años de
reflexión que estamos viviendo, el concilio Vaticano II,
una actitud que puede resumirse en dos palabras: amor y
servicio"
3.2.- Respeto a la dignidad de la persona
humana
El Concilio reúne en tres grupos a la persona
humana: atentamos contra la vida; contra la integridad de
la persona humana . En el primero incluye a los
homicidios de cualquier clase, genocidio, aborto, eutanasia y el
mismo suicidio
deliberado. Los atentados contra la dignidad de
la persona humana citados por el concilio, son las
mutilaciones, las torturas morales o físicas, los conatos
sistemáticos para dominar la mente ajena. Pero el
peligro más sutil está en el intento de
justificación que para tales comportamientos puede querer
buscarse precisamente en el bien común. Finalmente
ofenden a la dignidad humana las condiciones
infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, las
deportaciones, la esclavitud, la prostitución; también las
condiciones laborales degradantes que reducen al operario al
rango de mero instrumento d lucro, sin respeto a la libertad y
ala responsabilidad de la persona humana. Es cierto el juicio
sobre estas situaciones sociales: deshonran más a sus
autores que a sus victimas. La dignidad humana radica en el
espíritu en la libertad.
La GS afirma recogiendo la enseñanza de la Sagrada
Escritura, que "el ser humano fue creado a imagen de Dios, capaz
de conocer y amar a su creador". Esta afirmación tan
fundamental plantea que la dignidad del ser humano no sólo
debe referirse a su origen, al hecho de ser obra del mismo Dios,
sino a la vocación inscrita en su capacidad de conocer y
amar a Dios y a sus semejantes.
Si la defensa de la dignidad humana aparece
históricamente como una progresivamente conquista de la
humanidad, se debe principalmente a la acción de la
Iglesia. Podrá ocurrir que la participación en esa
conquista se realice algunas veces por cuenta de culturas o
ideologías no cristianas. Sucederá incluso, en
otras ocasiones, que ka conducta de ciertos más
bien hayan servido, o sirvan todavía, de rémora
justamente por el divorcio entre
la fe y la vida diaria. El Concilio quiso provocar en todo pueblo
de Dios una sincera y abierta "revisión de vida" ante el
mundo entero como espectador y juez.
"Clama sin cesar… dice el Señor al
profeta, alza tu voz como trompeta y echa en cara mi pueblo sus
iniquidades y sus pecados…día tras día me
buscan y quieren saber mis caminos, como si fuera un pueblo que
ama a la justicia, sin apartarse de la ley de su
Dios…¿Saben que ayuno quiero yo? Dice el Señor
Yavé: Romper: las ataduras de yugo; partir su pan con el
hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y
no volver el rostro ante tu hermano… Entonces llamarás
y Yavé te oirá; le invocarás y El te
dirá: Heme aquí. Cuando quites de ti la
opresión, el gesto amenazador y el hablar altanero,
cuando des tu pan al hambriento y sacies el alma
indigente brillará su luz en la oscuridad y tus
tinieblas serán cual melodía". El Cristian@
que falta a sus obligaciones
temporales: falta sus deberes con el prójimo, falta,
sobre todo a sus obligaciones para con Dios
El Concilio inculca el respeto al hombre y al mujer, de
forma que cada uno, sin excepción de nadie, debe
considerarse al prójimo como "otro yo", es importante
insistir que los humanos se tienen que amar; ya que la
tentación de cada un@ es hacer su propia vida. Toda la
sociedad ha de amar y ha de sentirse comprometida par acercarnos
a todos y servirles con eficiencia cuando
llegue el caso.
¿Cómo promover al ser humano a
comienzos del siglo XXI?
Ya he hablado de la urgencia de promover a todo
ser humano (alma y cuerpo) para ello, creo que es conveniente
hacerse la pregunta ¿Cómo es el ser humano de este
nuevo siglo?.
El mundo ha desarrollado mucho la ciencia (el
saber) y la técnica (el hacer) aunque no de
modo general; pero ha olvidado un tercer elemento: la
ética (hacer el bien). La cultura actual no tiene
como fundamento la ética, ni la religión; hay
que humanizar a la libertad humana, la cual no es infinita,
sino responsable. El ser humano de hoy se encuentra degradado en
cuanto a principios
éticos (todo vale), los grandes pensadores,
científicos, técnicos y políticos no son muy
éticos.
"El hombre de hoy está en vías de
desarrollar más plenamente su personalidad
y de descubrir y afirmar cada vez más sus
derechos"
La promoción human parte de los Derechos Humanos,
entonces no existe otro camino para la promoción humana
que el de la justicia y de modo eminente la justicia social,
(expresión acuñada por Pío XII). La justicia
implica reconocimiento de la dignidad y de los derechos humanos;
sin embargo muchas veces ni siquiera se cumplen los Derechos
Humanos, v.gr. La declaración de la ONU habla del
derecho ala vida (art. 3), pero no de que este derecho pertenece
al niñ@ desde su concepción. Tampoco condena la
eutanasia; no explicita el derecho a la integridad física ni condena el
genocidio.
"… crece la conciencia de la excelsa dignidad que
corresponde ala persona humana, ya que está por encima
de todas cosas y sus derechos y deberes son universales e
inviolables. Conviene pues, que se haga accesible al hombre
todo lo que necesita para llevar una vida verdaderamente
humana, como es: el alimento, el vestido, la vivienda, el
derecho a elegir libremente un estado de vida y a formar una
familia, a la
educación, al trabajo, a la buena fama, al respeto,
a una adecuada información, a actuar de acuerdo con la
recta norma de su conciencia, a la protección de la vida
privada y a la justa libertad, también en materia
religiosa".
Nuevos Desafíos:
1.- El problema económico: Porque, ahora
mismo, lo que decide la vida o muerte de muchos miles de
personas, cada día, es la organización y el funcionamiento de la
economía mundial (neoliberalismo), lo cual hace que la
economía se concentre cada vez en menos personas y la
distancia entre ricos es más asombrosa y la consecuencia
inevitable, no ya la marginación de los marginados de
siempre, sino sobre todo la exclusión y el exterminio de
millones de seres humanos; por eso no queda otra cosa que la
promoción humana y tomar enserio la fe Cristiana, sin
tomar partido con el neoliberalismo económico, porque si
este sistema no mata,
por lo menos maltrata, envilece, humilla y degrada la vida hasta
límites que ni imaginamos.
"Se nos advierte que de nada sirve al hombre
ganar todo el mundo si se pierde a sí
mismo"
2.- El problema ecológico: Es
cuestión de vida o muerte, no se puede tomar postura a
favor de la vida, o de la promoción humana, sin tomar
postura a favor de la ecología. Es importante salvar la
vida de las ballenas o de tales especies animales en peligro de
extinción; pero más importante que eso es salvar la
vida de millones de seres humanos que se mueren de hambre, bien
dice Leonardo Boff "la ecología es el grito de la tierra";
pero antes que eso, es el grito de los pobres. Es urgente superar
el nuevo ecologismo proteccionista para pasar al ecologismo
globalizador o ambientalista que cuestiona al actual modelo de
desarrollo tecnológico, no centrado en el hombre, sino en
el beneficio asimétrico de ciertos grupos políticos
y financieros.
3.- El problema legal:
"… se ha de proteger la vida con el máximo
cuidado desde la concepción; tanto el aborto como
el infanticidio
son crímenes nefastos"
Tomar enserio la defensa de la vida, es por supuesto
pronunciarse en contra del aborto; pero no solo eso,
además de eso hay que pronunciarse en contra de la
pena de muerte
y en contra de la fabricación y el comercio de
armamentos y en contra de los gobiernos que, como es sabido
fabrican y venden armas a los países del tercer mundo.
Tomar en serio la vida tendría que incluir denunciar
abiertamente y oponerse abiertamente a los países que
venden armas y son miembros del llamado "consejo de seguridad" de
Naciones Unidas,
si los que hacen posible a las guerras, son precisamente los
encargados de evitarlas.
4.- El problema social: Hablo del respeto a los
derechos de las personas, de la igualdad real
y efectiva de todos ante la ley, de la estima que toda persona
(por el solo hechos de ser persona) merece, de la igual dignidad
de todo ser humano, sea cual sea su sexo, el
color de su
piel, las
ideas políticas que defiende, la nación
a la que pertenece, la religión que profesa, el cargo que
ocupa, la cultura que tiene, etc. Ya que todos tenemos derecho a
vivir con dignidad.
5.-El problema religioso: También las
religiones han
atentado y siguen atentando de muchas maneras contra la vida, con
frecuencia ha ocurrido que quienes tenían (o tienen) poder
en la institución religiosa, se han visto con derecho
–y hasta se han sentido con el deber de imponer, a los que
están abajo su poder, doctrinas, obligaciones y renuncias
incluso al propio pensamiento; a veces se humilla a las personas
y hasta se las priva de su felicidad o incluso de su
dignidad.
La promoción Humana no se agota en su
realización terrenal; el plan definitivo de Dios sobre el
ser humano, se cumplirá en el más allá. Toda
la creación de Dios tiende a la plenitud
escatológica y por consiguiente, toda promoción
humana porque el fin último de todo lo creado es ser
"nueva creación" "nuevos cielos y tierra nueva" (Is.
67,17).
AA.VV. COMISIÓN TEOLÓGICA
INTERNACIONAL,
Documentos (1969-1985) Teología de la
liberación
BAC, Madrid
1978.
CASTILLO, José María,
Los Pobres y la teología ¿Qué
queda de la teología de la
liberación?
Bilbao 1997.
CAMACHO LARAÑA, Idelfonso
Doctrina Social de la Iglesia quince claves para su
comprensión
España 2000.
CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II,
"Constitución Apostólica sobre la Iglesia
en el Mundo Gaudium et Spes"
BAC, Madrid 1997.
CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II
"Comentarios a la Constitución Gaudium et
Spes"
BAC, Madrid 1968.
KUSCHEL, Kart – José y MIETH Diezmar
(eds).,
CONCILIUM 292 En busca de valores
Universales
Navarra 2001.
MAURIC ROY, Card.
Los Cristianos al servicio de la
justicia
Madrid 1978.
HUGO REYNALDO ERAZO ROJAS