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El manual para casos de secuestro




Enviado por ruanowilly



    1. Planificación,
      logística y ejecución
    2. Recomendaciones
    3. La
      negociación

    DESCRIPCIÓN:

    Este documento se refiere a que cualquiera de las
    medidas de prevención que el propio sentido común
    indica, deben ser tomadas en cuenta para practicarlas una y otra
    vez hasta hacer de ellas una medida automática y
    mecanizada de nuestra mente, cuerpo y emociones.

    En muchos de los casos donde han ocurrido secuestros,
    los familiares y/o la servidumbre y empleados han recordado que
    con algunos días de antelación al hecho en
    sí, habían observado vehículos y personas
    raras y extrañas en el barrio, colonia o vecindario, en
    una actitud que,
    muchas de las veces no despertó ninguna sospecha en ellos,
    pero que ahora que lo miraban con otros ojos y por la experiencia
    del secuestro,
    estaban seguros que era
    muy raro que el vendedor de frutas pasara varias horas sin
    moverse del mismo lugar o que el vehículo con la llanta
    desinflado no hubiese sido reparado ni que el chofer del mismo
    hiciese algo por arreglarla.

    PLANIFICACIÓN, LOGÍSTICA Y
    EJECUCIÓN:

    La familia que puede
    pagar, porque los tiene o los puede conseguir, de mil hasta diez
    mil dólares –mejor si son cien mil o un
    millón, pero el riesgo es
    así mismo mayor-, es el blanco perfecto de cualquier
    grupo de
    plagiarios.

    La democratización que del secuestro se ha hecho
    es la causa de todo esto.

    Una vez que se toma la decisión de quién
    es el próximo plagiado o plagiada, ya sea porque una
    persona de
    adentro de la familia
    escogida pasa el aviso o recomendación, o porque la
    pequeña investigación así lo determina,
    empieza una etapa importante para ambos, víctima y
    victimarios.

    Una o dos personas montan un pequeño operativo de
    seguimiento, vigilancia y control de dos,
    cuatro y hasta ocho días de duración sobre el
    escogido a ser la siguiente víctima.

    Temprano por la mañana se le da seguimiento a los
    pasos para saber la rutina de la futura víctima. Lugar del
    trabajo, de
    paseos, estudio, compras, visitas
    y en fin lo que cualquiera de nosotros hacemos muy tranquilos y
    confiados en días normales de actividad.

    El grupo encargado de hacer estas labores dispone de
    motos, carros, disfraces si es complicada la operación y
    de una serie de trucos para pasar lo más desapercibidos
    posible.

    Se han dado casos de supuestos vendedores de frutas o de
    cualquier cosa que normalmente vemos en nuestros barrios
    ofreciendo sus productos y
    que realmente son plagiarios sanguinarios listos para levantarse
    a la víctima previamente seleccionada.

    Por supuesto que se prefiere a niños,
    menores de edad, mujeres y ancianos, pues eso garantiza poca o
    ninguna reacción de parte de ellos y un fácil
    manejo para los criminales que ejecutan su trabajo a la
    perfección en cosa de pocos minutos; aún y a la
    vista de personas que pasan enfrente.

    O bien atravesando un carro y obstaculizando el paso de
    la víctima se obtienen los resultados
    esperados.

    También la vigilancia puede recomendar que es
    mejor esperar el retorno en horas de la tarde o noche a la
    residencia de la persona escogida para ser plagiada y, en el
    momento preciso de bajarse del carro para abrir la puerta de
    ingreso, justamente allí se le secuestra; en el propio
    vehículo de la víctima, sin que nadie de la familia
    se de cuenta del hecho que está ocurriendo en la puerta de
    la casa, se llevan a la persona.

    Estas cosas son relatadas cuando el secuestrado retorna
    al hogar luego de pagar el respectivo rescate y relata a sus
    afligidos familiares los detalles del operativo en el cual fue
    plagiado.

    Los niños son sacados de los buses escolares con
    sólo detener la marcha del vehículo, o bien al
    ingresar al colegio, o sin tanto esfuerzo cuando los padres los
    llevan a estudiar.

    El supermercado es un buen lugar para vigilar. Y lo es
    porque desde el parqueo de los centros comerciales es
    fácil montar el operativo para llevarse a cualquiera en su
    propio vehículo, nadie nota nada raro pues los que hemos
    salido de un almacén,
    tienda o supermercado, luego de realizar una compra, lo
    único que nos preocupa es llegar a nuestro siguiente
    destino, la casa, el trabajo o a
    una reunión previamente concertada.

    Ninguno tenemos o estamos acostumbrados a notar nada
    extraño en esos concurridos lugares. Nadie, ninguno de
    nosotros, andamos pendientes sobre que en nuestras narices van a
    secuestrar a alguien o, lo que es peor, que lo harán con
    nosotros.

    Ellos, los criminales secuestradores, como son cobardes y
    además el mercado de
    víctimas es suficientemente grande y poco competitivo, se
    abstienen de llevarse a personas armadas, con guarda espaldas o
    vigilantes, y mucho menos a quienes se movilizan en
    vehículos blindados y que disponen para pagarse una buena
    seguridad
    perimetral.

    Claro que si la cosa vale la pena, no importa la calidad de
    seguridad con la que se cuente, pues ellos, los malhechores,
    pueden conseguir sus objetivos ya
    que si tanta es la prevención y las medidas de seguridad
    que alguien contrata para sí mismo a para sus familiares,
    es porque tiene suficiente como para que los criminales se corran
    los riesgos y
    proceder a pegar un golpe de uno, tres y hasta diez millones de
    dólares.

    La vigilancia que se instale para conocer un poco a su
    próxima víctima no es ni sofisticada ni
    difícil de ser detectada.

    Como en cualquier tarea empresarial, industrial o comercial,
    para que las cosas funcionen y se obtengan los objetivos y
    resultados esperados, la estrategia a
    implementarse antes, durante y después del secuestro se
    basa en planificar, organizar, ejecutar y administrar las
    acciones
    básicas que integran esta cruel e inhumana actividad que
    realizan minuciosamente los criminales.

    El o los autores intelectuales,
    jefes máximos de la operación, conocen de las
    sugerencias que hacen algunos de los propios miembros de la
    organización, o por recomendaciones provenientes de
    diferentes canales con los que tienen relación comercial y
    de negocios
    normales y por el trabajo de investigación que tienen a su
    cargo algunos miembros de la pandilla, para proceder a estudiar a
    las posibles víctimas.

    Se toma la decisión y se aceptan las sugerencias previo
    a un pequeño estudio de riesgo y de impacto, que no es
    exhaustivo ni absolutamente libre de riesgos, pero al fin y al
    cabo quien no arriesga no gana.

    Se revisan costos, tiempo de
    cautiverio, logística, abastecimiento de
    vehículos, armas, equipo,
    radios, teléfonos y lo que haga falta; hasta afinar las
    cosas con el recurso humano disponible, los que se
    encargarán de las tareas en las áreas operativas,
    de cuidadores, negociadores y de quiénes recogerán
    finalmente el dinero,
    así como la devolución del secuestrado que hace que
    la operación concluya.

    El siguiente paso es ordenar la planificación del operativo de un
    seguimiento ligero para saber, con la mayor exactitud,
    itinerarios, recorridos, rutina, personas o grupos con los
    que tiene relación y los riesgos posibles a la hora de
    hacer el operativo del plagio.

    Al determinarse el lugar, hora y día apropiado para el
    secuestro, es indispensable disponer de vehículos, armas y
    equipo adecuado para llevar a cabo con éxito
    el operativo.

    Aunque para los principiantes secuestradores un dedo bien
    rígido, para aparentar y apretar en la espalda o
    estómago de la víctima y decirle que es una arma,
    basta y sobra para desmoronar a quien se está plagiando; o
    bien un cuchillo cualquiera con una punta afilada para que el
    secuestrado sienta la punta filosa, permitirán al novato
    plagiador ablandar cualquier reacción de la víctima
    a poco costo y plagiarla
    sin tanta resistencia de su
    parte.

    La cosa es dar con una persona y secuestrarla en el menor
    tiempo posible con todas las garantías a favor de los
    victimarios.

    Los secuestradores disponen de varios lugares para tener en
    cautiverio a las personas. Elegen muy bien las rutas alternas
    para recorrer el camino o rutas más adecuadas y llegar al
    lugar previamente escogido como lugar de confinamiento con la
    víctima lo antes posible y de la manera más
    segura.

    Hacer y practicar varios recorridos antes para establecer
    posibles eventualidades y estar dispuestos para superarlas o bien
    definir que es necesario la utilización de otras
    vías para llegar a la casa de seguridad en la que
    pasará la mayor parte del tiempo de cautiverio la persona
    secuestrada, es tarea imprescindible que realiza el grupo de
    criminales.

    Tiener disponible un equipo humano alterno para entrar a
    batirse si el primero falla o hay un descuido en la
    operación y proceder a ayudar y apoyar al grupo si se
    presenta un peligro para los secuestradores, es parte de un grupo
    que se precie de profesional y técnico al respecto.

    Conocer al dedillo, y hacer que se conozca por parte del grupo
    operativo y de logística, el código
    del secuestrador para evitar sorpresas y mala pata si algo no
    sale como se había previsto, es una de las obligaciones
    de los jefes para serles transmitidas a los subalternos y nuevos
    miembros de la organización.

    Es decir estar dispuestos a echar bala y matar antes que ser
    muertos y capturados. Ese es el único reglamento de los
    chicos malos metidos a plagiar personas.

    Los criminales saben que es poco el riesgo de levantarse y
    plagiar a una persona, pero saben, así mismo, que las
    eventualidades existen y la posibilidad de uno o más
    contratiempos también se da, por lo que están
    preparados física, mental y
    emocionalmente para matar, disparar antes y hacer cualquier cosa
    para evitar que alguien los mate o capture.

    RECOMENDACIONES:

    1. Evitar, hasta dónde sea posible, el pánico para poder
      enfrentar de la mejor manera el problema. Y que esta actitud
      asumida de control y tranquilidad permita tener una
      disposición mejor en el ánimo para empezar a
      negociar la devolución del ser querido en manos de sus
      secuestradores.
    2. Ese ser tan querido y extrañado que no está,
      en estos momentos con nosotros, depende absolutamente de la
      actitud, reacción y emociones controladas de la familia
      y principalmente de quien asuma la responsabilidad de negociar el pago del rescate
      y su posterior y ojalá pronta liberación.
    3. Todos, o la gran mayoría de los secuestros, tienen
      un origen y una motivación en el dinero y
      en satisfactores de tipo económico para sus autores. Lo
      que se busca es que alguien asuma la responsabilidad de
      conseguir y pagar una cierta cantidad de dinero por la
      devolución de la víctima en poder de un grupo de
      desalmados criminales.
    4. También hay secuestros del tipo político y
      otros motivados por un sentimiento de ira y venganza. En estos
      dos tipos de plagio puede o no haber una combinación de
      la compensación económica y la devolución
      de la víctima secuestrada.
    5. El secuestro por razones de venganzas, para que surta sus
      efectos en quien se busca la satisfacción y represalia,
      por parte del autor intelectual del mismo, en la mayoría
      de las veces no hay exigencia de dinero, puesto que es
      producido para ocasionar un sufrimiento de manera cruel,
      continuada y doloroso en aquel o aquellos en quienes se busca
      desquitarse y reivindicar. Y normalmente en este tipo de
      secuestros no hay comunicación y puede o no aparecer la
      persona secuestrada
    6. El auto secuestro también es una posibilidad que no
      debería de descartarse luego de conocido un hecho de
      plagio; y considerar la opción en que los autores sean
      parte de la misma familia y no necesariamente haya tenido que
      ver la persona víctima del secuestro en sí.
    7. En el mismo momento en que sepamos del hecho hay que hacer
      la respectiva denuncia a la Policía Nacional, al
      Ministerio Público, Procuraduría General de la
      Nación y a las Altas Autoridades de
      Gobierno,
      pues de esa manera ponemos en alerta a las personas que
      pertenecen a las diferentes instancias del Gobierno y que se
      dedican a la investigación, seguimiento y captura de
      los secuestradores, ya que ellos cuentan con la experiencia y
      con perfiles de muchos criminales que han sido capturados o
      que son buscados por secuestro; y ellos nos pueden ayudar en
      capturar a los criminales que cometieron el hecho. Con esta
      actitud de denuncia estaremos cumpliendo un deber ciudadano y
      eliminando la excusa torpe de las autoridades que aseguran
      que no ocurren los secuestros en nuestros países.

      1. Para que la opinión pública esté
        enterada de lo que realmente está pasando y
        ocurriendo y así que la presión de la población sea sentida por los
        criminales para no actuar de esa manera, lo mismo para que
        las autoridades sean cuestionadas públicamente por
        los incontables hechos delictivos y criminales que suceden
        y que no los puedan negar como acostumbran.
      2. Con esa presión en los medios de
        comunicación se obliga a los criminales a
        apresurar la negociación, el pago del rescate y la
        liberación de la víctima.
    8. Debemos de denunciar el hecho del plagio a todos los medios de
      comunicación escritos, radiales y televisivos y a
      los corresponsales extranjeros, por dos razones poderosas:
    9. No hay que olvidar que los delincuentes son cobardes,
      miedosos y que viven angustiados por la posibilidad de ser
      capturados en cualquier momento. Los secuestradores lo son y
      por eso mismo no son la excepción como para tener
      presente esto a la hora de decidir si denunciamos el hecho a
      las autoridades y a los medios de
      comunicación. Las denuncias respectivas
      aumentarán la cobardía, temor y angustias en los
      criminales. Esa es la razón que, como primera medida de
      los secuestradores, está la condición que nos
      ponen de no denunciar los hechos y amenazan con matar a la
      víctima. Eso es mentira y en esa amenaza esconden su
      fragilidad. No hay que olvidar que para ellos la persona que
      retienen plagiada es una mercancía de muchísimo
      valor en
      dinero; eso hace imposible e impensable que la eliminen, pues
      al hacerlo se quedan sin el recurso que tienen para estarnos
      dando las correspondientes pruebas de
      su vida lo que permitirá a los familiares estar
      completamente seguros que negocian, por una persona viva y no
      una muerta, el rescate exigido.
    10. Debemos denunciar y buscar el apoyo de agrupaciones,
      clubes, entidades, colegios profesionales y de otros gremios,
      lo mismo que con la familia, amigos, vecinos y
      compañeros de trabajo y actividades, para que de una
      manera muy bien planificada todos juntos, ayudándonos y
      apoyándonos mutuamente, logremos salir bien librados de
      la situación delicada por la que estamos pasando y que
      nuestro ser querido secuestrado sea devuelto con vida y en las
      mejores condiciones para reintegrarse lo antes posible a su
      vida normal.
    11. Existen personas, grupos y empresas que se
      dedican a asesorar y a servir de negociadores entre la familia
      de la víctima y los secuestradores; ellos cobran una
      cierta tarifa por sus servicios
      que puede ser un 10% del monto del rescate que se pague. Es
      nuestra la decisión de contratarlos o no y de pagar por
      los servicios que nos ofrecen.
    12. Debemos tener una grabadora y suficientes casetes para
      mantener grabadas todas y cada una de las conversaciones que
      tendremos con los secuestradores.
    13. Definir el número telefónico al que queremos
      que nos llamen los secuestradores y al recibir la primera
      comunicación de su parte, decirles, bajo cualquier
      argumento que sea lógico y valedero, que a partir de ese
      momento nos deben de llamar al número que por
      decisión personal y
      familiar, y por estrategia, hemos dispuesto dejar como el canal
      de comunicación con ellos. Hay que mantener nuestra
      decisión y no permitir que con la peor de las amenazas
      de ellos sea usado otro número telefónico y mucho
      menos uno celular.
    14. Si preguntan por un número de un teléfono celular o móvil, aunque
      lo tengamos disponible, no debemos ¡bajo ninguna
      circunstancia! dárselos y tampoco permitir que ese sea
      el medio que se use para llevar a cabo las pláticas de
      negociación. Si mantenemos por medio de un
      teléfono celular o móvil la
      comunicación con los secuestradores, es una arma
      poderosa en manos de ellos y que está absolutamente en
      contra de nosotros y de los intereses de la persona
      secuestrada, pues para ellos es muy fácil manipularnos a
      la hora de definir el lugar, hora y la forma de llevar a cabo
      el pago del rescate pues nos pueden cambiar de lugar y de hora
      sin que podamos detectarlos.
    15. Debemos preparar una serie de preguntas que solamente la
      persona secuestrada y uno o dos familiares sepan, esto para que
      nos sirva de prueba fehaciente que nuestro ser querido
      está vivo y en buenas condiciones; lo mismo que nos
      permitirá tener la certeza de estar hablando con el
      grupo que verdaderamente tiene a nuestro familiar. Cada
      respuesta a las preguntas que nos traerán los
      secuestradores, dada anteriormente por nosotros, y hecha a la
      persona secuestrada, nos permitirá saber con exactitud
      que está bien y con vida. Es una de las pocas cosas que
      nos asegurarán las condiciones personales de la persona
      secuestrada.
    16. Puede ser que nos hablen personas que su único fin
      sea extorsionarnos y que perteneciendo o no a la banda que
      tiene en su poder a nuestro ser querido, quieran aprovecharse
      del dolor de la familia. Si ese es el caso, les será
      difícil dar respuesta a las preguntas que nos mantienen
      garantizada la vida, condiciones e integridad de nuestro
      familiar y por lo tanto, esa negativa a aceptar preguntas,
      sólo nos indicará que no son los verdaderos
      captores ni que tienen acceso a la persona secuestrada.
    17. Toda la familia de la víctima del secuestro debe de
      tener una reunión en la cual deben tomar la
      decisión de cuánto será el monto o la
      cantidad de dinero que están dispuestos o pueden pagar
      por el rescate. Dicha cantidad la deben decidir en consenso y
      tenerla disponible y bajo las mejores medidas de seguridad para
      que durante el canje no se pierdan las horas buscando la manera
      de reunir el dinero. Los secuestradores no dan mucho tiempo
      para que se les entregue la cantidad previamente pactada a la
      hora de ir a entregarla por la víctima.
    18. Debemos disponer de una grabadora para tener todas las
      conversaciones grabadas.

    LA
    NEGOCIACIÓN:

    1. Los secuestradores normalmente usan a algunas personas
      especialmente adiestradas para que sean los encargados de
      llevar a cabo las negociaciones en lo que al monto del rescate
      corresponde, así como fijar algunas posiciones y
      posturas del grupo criminal.
    2. El o los diferentes negociadores que nos llamarán
      para acordar las condiciones del pago del rescate, como saben
      que ellos son el único contacto o pista para dar con la
      banda y como están perfectamente bien enterados de esos
      riesgos que se juegan al intervenir en un secuestro, y que
      además saben que casi todas las personas graban las
      conversaciones con ellos, lo primero que hacen, como una norma
      de conducta por
      su propia seguridad, es fingir, cambiar o distorsionar la voz.
      Colocan pañuelos, pedazos de papel o cualquier cosa que
      puedan interponer entre el micrófono del teléfono
      y su boca. Estas cosas las hacen para evitar que al comparar
      entre sí sus voces con las de otros negociadores de
      otros casos de secuestro, puedan las autoridades reconocerlos y
      deducir, entonces, fácilmente en cuáles otros
      secuestros intervinieron estos hábiles
      negociadores.
    3. Casi todas las llamadas de los negociadores se llevan a
      cabo desde teléfonos públicos y/o celulares o
      móviles.
    4. Es indispensable que contando con la grabadora procedamos a
      grabar todas las llamadas que nos hagan. Además es
      igualmente necesario que tengamos a mano un cuaderno destinado
      para apuntar, en primer lugar, la fecha, hora exacta en que se
      produce cada llamada y qué número de casete le
      corresponde, así como la numeración del
      correlativo que indique la grabadora a cada llamada, para
      así poder tener la facilidad de retroceder, adelantar y
      saber el lugar exacto en el que está un determinado
      casete con una particular llamada que nos interesa escuchar de
      nueva cuenta. Y en segundo lugar, para ir apuntando todos
      aquellos datos que nos
      parezcan importantes durante las conversaciones que se
      produzcan entre los secuestradores, su negociador y nosotros o
      nuestro negociador.
    5. Debemos estar preparados física, mental como
      emocionalmente para escuchar una serie de insultos, amenazas e
      intimidaciones de parte de los secuestradores, esa es una
      poderosísima arma que les sirve para mantener la fuerte
      presión sobre la familia y llegar a conseguir,
      rápido, el éxito para ellos en la
      negociación y así la propuesta y exigencias de
      ellos sea la que se mantenga a lo largo de la plática y
      evitan que nosotros o nuestro negociador propongamos una
      cantidad menor y diferente al monto original exigido. No
      debemos de amilanarnos. Y demostrémosle firmeza y
      entereza de carácter pues con esta actitud estaremos
      debilitando una de las armas más poderosas con las que
      cuentan los secuestradores. Y no temamos, porque nuestra
      actitud de firmeza pudiese acarrearle algún peligro a
      nuestro familiar secuestrado, pues para esos criminales nuestro
      ser querido es una valiosa mercancía y ellos mismos se
      van a encargar que nada malo le pase pues ponen en riesgo
      muchos dólares del rescate.
    6. Durante la etapa de negociación van a tratar a
      nuestro familiar secuestrado como si fuese un producto
      comercial. Lamentablemente tendremos que seguirles el juego y, a
      pesar del repudio que eso significará para nosotros,
      debemos conectarnos con esa figura e idea para llevar a feliz
      término toda la etapa de negociación.
    7. La exigencia del dinero, ya sea en moneda nacional o
      dólares, para liberar a la víctima, será
      una cifra enorme, estratosférica y fuera de toda
      proporción, una astronómica y que normalmente
      está afuera del alcance de nuestras posibilidades. Esa
      es una estrategia de ellos, porque al pedir mucho pretenden
      hacer saber a la familia que han estudiado nuestra
      posición económica, bienes y
      dinero. Nuestra postura debe basarse en hacerles un
      ofrecimiento de no más allá del 2% de lo que nos
      pidieron originalmente; es más, podemos iniciar
      ofreciéndoles la mitad del 1% de la cantidad exigida. Y
      no demos marcha atrás en esto hasta no ver la evolución de la negociación. Por
      ejemplo si nos piden 100 mil dólares o su equivalente en
      nuestra moneda nacional, digámosles que lo vamos a
      considerar, pero que de entrada nos parece una cifra que
      está totalmente afuera de nuestras posibilidades. En la
      siguiente llamada, hagamos la contraoferta de no más de
      5 mil dólares o su equivalente en nuestra moneda
      nacional. Y plantémonos en esa cifra. Claro que los
      insultos y reacciones serán fuertes, pero es parte de la
      misma pantalla teatral de ellos. Cuidado y no caigamos en su
      juego y sucumbamos a las amenazas para aceptar de entrada el
      pago exigido.
    8. La insistencia de ellos para que no se de aviso a las
      autoridades será cosa de escucharlo en cada llamada.
      Debemos decirles que efectivamente ninguno de la familia lo ha
      hecho y que nadie sabe nada de lo que nos hicieron. Pero tal y
      como ya fue recomendado en la parte inicial de este Manual, es
      indispensable que pongamos la denuncia de manera inmediata con
      las Altas Autoridades. Con el negociador de los secuestradores
      mantengamos una actitud de no haberlo hecho. Y
      repitámoselo las veces que sea necesario. Si hubiese un
      reclamo porque salió la noticia en algún medio de
      comunicación, es fácil revertir que nosotros
      tuviésemos que ver en eso, ya que le podemos decir que
      como el secuestro fue en público y en la calle, muchas
      personas ajenas a la familia se dieron cuenta y quizá
      alguno de ellos fue el que dio la información de los hechos.
    9. Es posible que exijan hablar o negociar con alguna persona
      en particular. Muchas veces piden o exigen que sea la
      mamá, esposa o una hermana de la víctima
      quiénes se encarguen de llevar la voz cantante en la
      negociación. Ellos saben que si es una mujer la
      contraparte conseguirán una mejor posición.
      Aunque esto no es cierto en todos los casos porque ha habido
      señoras que han desempeñado un excelente papel,
      es prudente que sea un hombre el
      encargado de negociar. El temple e impasibilidad que se
      requieren, muchas veces las mujeres no pueden soportarlo ni
      sostenerlo. Si luego de nuestra reunión familiar hemos
      decidido que sea tal o cual la persona que servirá de
      negociadora, que no nos importen las exigencias de los
      secuestradores para que otra persona sea la contraparte de
      ellos; más si quieren que sea una mujer la que se
      encargue. La mejor excusa será la de poner una
      enfermedad o gravedad en las condiciones de esa persona y de
      manera firme hacerles comprender que seremos nosotros los
      encargados de conversar y llegar a un acuerdo con ellos. Lo
      peor es demostrarles miedo y amedrentamiento. La firmeza, junto
      a un poco de diplomacia, que no se nos olvide esta
      combinación, serán indispensables para conseguir
      algún grado de libertad de
      acción durante la etapa de la
      negociación y puesta de acuerdo en las condiciones
      económicas que conduzcan a la pronta liberación
      de nuestro familiar.
    10. Ellos son los que adentro de sus peticiones van a proponer
      un sistema para el
      pago del rescate. Estudiémoslo muy bien con las personas
      que nos están asesorando y con la familia. Y si podemos,
      o en la medida de nuestros intereses, vayamos
      cambiándolo en el transcurso de la etapa de
      negociación.
    11. No hay un tiempo promedio que pudiéramos definir
      como etapa de negociación. Así como puede durar
      unos pocos días el proceso, si
      ellos consideran que nos pueden sacar y conseguir algo
      más sustancial de dinero, se tomarán su tiempo
      para mantener la presión sobre la familia y que sean
      aceptadas las condiciones, así como la cantidad en la
      que han remachado desde el inicio. En este punto debe ser el
      sentido común y las premisas familiares que quedaron ya
      previamente definidas en la primera reunión familiar que
      se llevó a cabo, las que van a permitir el estira y
      encoge de la situación. Es indispensable que nos vayamos
      amoldando a las circunstancias que se den en el transcurso de
      los hechos para que los secuestradores no pierdan el interés
      y mucho menos llegar a despertarles una mayor
      ambición.
    12. Normalmente el encargado de las negociaciones del pago del
      rescate es uno de los jefes medios y medios altos de la banda o
      bien uno de los líderes, pues teniendo poder decisional
      y la confianza de todo el grupo para negociar la cantidad de
      dinero, ¿quién mejor que un jefe o el líder
      para asumir ese nivel de mando?. Aunque en algunos casos el o
      los negociadores no son más que parte del personal
      profesional y técnico contratado exclusivamente para esa
      tarea y no necesariamente tienen el acceso libre directo con la
      banda de plagiarios y mucho menos con la víctima. Las
      preguntas que lleva se las entrega a su contacto y de él
      recibe las respuestas para la familia. En estos casos
      también los jefes exigen que se graben las
      pláticas con la familia para evitar sorpresas,
      delaciones o lo que es peor, engaños con respecto a los
      verdaderos montos del rescate.
    13. Los negociadores gritones, abusivos, vulgares, prepotentes
      y que amenazan constantemente, son los más
      fáciles de ablandar durante las diferentes charlas que
      sostendremos con ellos; así que no les tengamos temor y
      mucho menos permitamos que nos dominen ni que eso nos deje a
      merced completa de ellos. Sin entrar en su juego teatral,
      propongamos que la negociación sea llevada a cabo
      adentro de los límites
      necesarios.
    14. De nuestra parte es preferible que el negociador o las
      personas que dialoguen con los secuestradores sean hombres.
      La mujer,
      por ser más sensible, puede que sea una presa
      fácil de caer en el juego teatral de los secuestradores
      y que eso permita abusos mucho más allá de la
      situación.
    15. Hay que estar preparados para recibir casetes, cartas y videos
      de la víctima, desde dónde suplicará
      porque se pague lo antes posible el rescate exigido o bien
      aconsejando de dónde y cómo obtener parte del
      dinero o todo lo que haga falta para ajustar las exigencias del
      grupo secuestrador. En algunos casos, si es un video el que
      nos llega, pueden mostrarnos a nuestro ser querido en unas
      condiciones terribles para hacer que esas escenas nos hagan
      trizas y que rápido lleguemos a la cantidad exigida por
      ellos. O bien hacer que la víctima, si es mujer,
      obligándola, por supuesto, a que diga que cada
      día que pasa sin el pago del rescate, es violada por
      diez o veinte hombres. No debemos permitir que eso nos presione
      pues ya hemos decidido en la reunión familiar los
      límites y la estrategia a seguir en el caso.
    16. Nuestro negociador deberá contar con un cuaderno o
      una libreta para ir apuntando la cantidad de dinero que lleva
      ofrecida, la fecha y la hora; ya que es muy común que
      los secuestradores a través de su o sus negociadores
      manejen cantidades a su favor confundiendo al nuestro. No hay
      que dejar de recordar que lo que se escribe no se olvida.
    17. Las comunicaciones con ellos van a ser muy breves,
      por eso debemos de asegurarnos que nada se nos olvide o se nos
      pase por alto. Ante esto es necesario que llevemos los apuntes
      necesarios y lo que nos estén diciendo escribirlo, sin
      que por eso importe que la grabadora esté funcionando;
      ha sucedido, en no pocos casos, que por cualquier motivo no se
      logró una grabación clara o adecuada y eso no
      permite tener los datos que nos dieron. Y, como las llamadas
      las hacen desde teléfonos públicos, para no ser
      detectados fácilmente o rastreados, debemos tomar en
      cuenta que en cualquier momento se comunicarán y
      así mismo, a medio hablarles, dan por concluida una
      charla colgándonos la llamada. Eso, no sólo para
      mantener la presión psicológica sobre nosotros,
      sino para que no dejemos de comprender que son ellos los que
      mandan. Que no nos preocupe tal actitud ya que ellos son los
      más interesados en mantener una cierta continuidad en la
      negociación como para que dejen abruptamente de
      hablarnos durante un período largo de tiempo. No nos
      preocupemos de más, ellos volverán a llamarnos en
      poco tiempo, después de considerar que ya fue suficiente
      el dolor y sufrimiento que nos dieron. Ahora bien si el
      silencio es largo, es decir, más de diez días o
      quince, la cosa se salió de dimensión y
      habrá que tomar medidas en el asunto. Como lo puede ser
      que hagamos una publicación en los medios de
      comunicación pidiendo que nos urge que nos hable fulano
      de tal. Sin identificar que se trata de un secuestro. En los
      anuncios de clasificados es cosa de dos o tres publicaciones
      para que ellos al leer el mensaje, comprendan de qué se
      trata. Y si ni con eso reanudan las pláticas
      interrumpidas, algo grave sucedió y la estrategia a
      utilizar es otra y de más envergadura. Aquí si
      debemos hacer un escándalo público y una denuncia
      por todos los medios de comunicación.

    1. Los secuestradores pueden dejar pasar varios días
      sin llamarnos. Esa táctica es muy usada por ellos para
      hacernos presión y sufrimiento de no saber nada de
      nuestro ser querido. Esperemos, con la seguridad que muy pronto
      tendremos noticias de
      ellos y de nuestro ser querido y, por supuesto, una
      reanudación en la comunicación para continuar
      negociando el rescate.
    2. Siempre es válido, de nuestra parte, llorar y hacer
      lapsos de tiempo en el teléfono soltando una llanto y
      mostrando mucha congoja, de esta manera podremos no sólo
      ganar tiempo, sino hacerles comprender que estamos bajo una
      enorme presión y que ellos tienen la sartén por
      el mango. Por supuesto eso creerán ellos.
    3. Debemos apelar a los buenos sentimientos, al dolor de la
      familia y a la justicia
      divina; pero sin pedir castigo para aquellos con los cuales
      estamos hablando pues se puede revertir el efecto que estamos
      tratando de buscar. Podemos muy bien decirles algo así:
      "Dios se lo va a agradecer. Por el amor de
      Dios. Mire amigo, usted se oye una buena persona,
      póngase en mi lugar; soy una persona de trabajo.
      ¿Qué tal si fuera usted el que estuviera pasando
      por estas penas tan dolorosas?. Usted puede muy bien ser padre
      de familia"….. Cualquier argumento con características
      parecidas a estos ejemplos puede ser usado para mantener un
      pequeño vínculo con los sentimientos del
      negociador.
    4. Si el negociador responde a nuestra contraoferta de dinero
      que le hemos hecho, con argumentos como los siguientes:
      "¿De qué se queja si usted es dueño de
      grandes propiedades y fincas?". Respondamos: "La que tengo
      está arrendada, el ganado apenas consiste en pocas
      cabezas y están dadas en garantía con el banco. La casa
      tiene un gravamen hipotecario y los carros los estoy apenas
      pagando. No tengo posibilidades de más dinero".
    5. Hay que ofrecer, luego de agotados los argumentos, bienes
      materiales,
      y decirles algo así: "Si quieren les doy un carro. Unas
      cuantas vacas, que no puedo vender porque están
      gravadas. Mi equipo de computación, televisores o equipo de
      sonido".
      Todo esto es para que se comprenda que a pesar de no tener
      dinero sí estamos dispuestos a dar cualquier cosa. Ellos
      no aceptan nada más que dinero en efectivo, pero
      nuestros argumentos en contrario permitirán que se
      comprenda que estamos haciendo hasta lo imposible para
      satisfacer sus demandas.
    6. Nuestro negociador, luego de contraofertar con una cantidad
      menor al 2% de lo que ellos están exigiendo,
      podrá ir subiendo en cantidades muy pequeñas y
      módicas, de manera paulatina, en cuenta gotas, para
      mantener el interés de ellos. No debemos subir en montos
      altos o muy altos, pues la impresión que causaremos
      será la de tener disponible cualquier cantidad y eso
      inducirá a los secuestradores a dejar pasar varios
      días sin llamarnos para hacer presión y
      así obtener la mayor cantidad posible de dinero en esta
      etapa de negociación.
    7. Siempre que subamos los montos debemos de hacer
      énfasis en que hasta ahí hemos llegado y que nos
      ha costado muchísimo reunir la cantidad que llevamos y
      que ya es imposible juntar más. Si se pone pesado o
      vulgar y presiona demasiado el negociador de ellos, ofrezcamos
      un bien, carros, refrigeradora, televisores, equipo de sonido,
      que como ya lo vimos, no van a ser aceptados; pero eso hace ver
      o creer que ya no disponemos y no tenemos de donde sacar
      más dinero para irlo sumando a lo que ya hemos reunido.
      Eso les indicará que estamos dispuestos a sacrificar
      todo bien que tenemos para concluir la penosa
      situación.
    8. El día en que se vaya a hacer la entrega del dinero
      del rescate, las llamadas de ellos van a ser muchas y muy
      cortas en duración; quizá muchísimo
      más cortas que las que ya habíamos o
      teníamos considerado como cortas y breves. Y se
      harán de diferentes partes de la ciudad o del
      interior.
    9. Para protegerse, los secuestradores utilizan algunas
      tácticas para distraer la atención, tales como cambiar varias veces
      el lugar designado y acordado para llevar el dinero, así
      como la hora en que éste debe llevarse.
    10. Normalmente no acostumbran a devolver a la persona
      secuestrada en el mismo momento del pago del rescate, aduciendo
      que es por la propia seguridad de la víctima. Pueden
      dejar pasar varios días para la liberación de la
      persona cautiva sin que se comuniquen con la familia de la
      víctima.
    11. Es muy común que personas de la misma banda y grupo
      de criminales llamen por su propia cuenta pidiendo y exigiendo
      dinero y aduciendo un sinfín de justificaciones para
      ello. Aquí, para asegurarnos que son los que tienen a
      nuestro ser querido secuestrado, es imperativo pedirles una o
      varias pruebas de vida. Hay que obligarlos a que lleven una o
      más preguntas para que sean respondidas por la persona
      secuestrada. Si se niegan a ello y tampoco nos quieren enviar
      una foto de la víctima con el
      periódico del día, que no nos moleste y no
      nos sintamos mal por colgarles el teléfono. Esas
      personas o esa persona realmente ¡no tienen a nuestro ser
      querido!, únicamente nos quieren extorsionar. Y si
      queremos colgarles el teléfono, hagámoslo sin
      ninguna pena. O bien cerrémosles el camino
      obligándolos a que para continuar conversando es
      necesario e indispensable que antes nos presenten pruebas
      adecuadas de la víctima, pues de lo contrario
      será difícil llegar a un arreglo o entendido. Que
      no nos importen las más crueles consecuencias que nos
      digan le sucederán a nuestro familiar secuestrado,
      únicamente están mostrando su desencanto por no
      habernos podido extorsionar de la manera tan burda y delictiva
      como pretendían.
    12. También es muy común que luego de haberles
      pagado el rescate exigido y pactado previamente, llamen los
      secuestradores para quejarse que lo que recibieron fue una
      cantidad bastante menor a la acordada. O, lo que es normal
      entre ellos, que nos digan que recibieron sólo papel
      periódico recortada al tamaño de
      los billetes. O, lo que es peor todavía, pero que
      generalmente acostumbran a hacer, es que llamen insultando y
      furiosos nieguen haber encontrado el paquete o los paquetes en
      que el dinero tuvo que haber sido llevado.
    13. La respuesta que hay que darles, a cualquier argumento que
      pretendan usar para desvirtuar la no entrega o la entrega
      parcial del dinero, sin permitir que nos hagan entrar en su
      juego o caer en esa trampa, será una llena de
      tranquilidad, pero con mucha firmeza, diciéndoles que
      nosotros no somos tan desalmados como para jugar con la vida de
      nuestro ser querido. Que tal y como había sido acordado,
      la cantidad exacta, más unas monedas para el
      teléfono público y unos diez dólares para
      el taxi que traería al secuestrado a la casa, fueron lo
      que se dejó exactamente en el lugar y hora
      indicada.
    14. ¡Por nada del mundo caigamos en el juego de ellos,
      aún y las amenazas sean de lo peor!. Solamente quieren
      extorsionarnos y sacar más dinero. Mantengamos nuestra
      postura que el rescate, tal y como fue acordado, así
      mismo se llevó.
    15. Se puede o no iniciar una nueva negociación para
      conseguir un monto mayor del rescate, siempre y cuando sintamos
      que no hay más remedio que acceder a esa nueva
      extorsión.
    16. Algunas veces, en el trayecto hacia el lugar indicado para
      dejar el rescate, podremos ser interceptados por algún
      tipo que se quiere pasar de listo y que formando parte del
      grupo de secuestradores, de la policía o de las fuerzas
      de seguridad que tienen acceso a las llamadas,
      prácticamente quieran asaltarnos. Debemos de ser
      sumamente cautos en esto porque si nos quitan el dinero antes
      de dejarlo en el lugar acordado, no hicimos nada y se
      iniciará una nueva ronda de negociaciones hasta llegar a
      un acuerdo adicional.
    17. Se han dado casos en que la intercepción es parte de
      la estrategia de ellos y quien nos exija el dinero se
      identificará con la clave, santo y seña y nombre
      del negociador, en ese caso no habrá más que
      darles el dinero.
    18. No es común, pero puede llegar a suceder, y es mejor
      estar preparados y sabidos de esto, que el grupo original que
      secuestró a nuestro familiar y que se tomó la
      molestia de negociar el pago del rescate, luego de hacerse con
      el dinero cobrado, vendan o pasen al secuestrado a otro grupo
      de criminales, el cual, siguiendo todos los pasos anteriormente
      descritos, se comuniquen con la familia exigiendo el pago por
      la devolución de la víctima ahora en otras
      manos.
    19. Estos nuevos criminales pueden ser parte del grupo
      encargado de llevar a la víctima del lugar de su
      cautiverio hacia su liberación, y que en el camino se
      quieran pasar de listos con el grupo original del cual
      dependen, y hacer que se inicie por cuenta propia una nueva
      etapa de negociaciones.
    20. No es común, pero puede suceder, que luego de haber
      recibido uno o varios pagos por el rescate y de haber liberado,
      luego de eso, a la víctima, procedan a secuestrar a otro
      miembro de la misma familia. Esto es más factible si la
      familia pagó rápido y, la cantidad exacta o un
      poco menor a la exigida como rescate, fue reunida en el corto
      plazo. Eso les indicará que somos buenos clientes y
      pagamos muy bien por los secuestros.
    21. No es común, pero puede suceder, que se quede alguno
      de los miembros de la banda llamando por su cuenta y riesgos
      propios a la familia, luego de la devolución de la
      víctima, pretendiendo extorsionarlos y exigiendo dinero
      a cambio de no
      hacerles daño
      de nuevo o de no secuestrar a otro miembro de la misma familia.
      Con este caso debemos de iniciar una negociación y
      arreglo para el pago correspondiente, pero a la hora y
      día indicado para el pago, previo a la denuncia
      respectiva, las fuerzas de seguridad podrán capturar a
      estos criminales, cuando lleguen a retirar el supuesto pago
      acordado, pues no hay riesgos en ello.

     

     

    Autor:

    Guillermo Ruano G.

    Asesor y Consultor

    Autor del libro:
    Beverly, el infame secuestro de una jovencita www.editorialpiedraangular.com

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