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Síndrome Nefrítico en pediatría




Enviado por doctorgolpista



    1. Definición
    2. Glomerulonefritis
      Aguda
    3. Fisiolopatología
    4. Epidemiología
    5. Cuadro
      Clínico
    6. Complicaciones de la Fase
      Aguda
    7. Exámenes
      Complementarios
    8. Formas Atípicas de
      Presentación
    9. Tratamiento
    10. Glomerulonefritis
      Crónica
    11. Glomerulonefritis
      Mesangiocapilar
    12. Glomerulonefritis Focal y
      Segmentaría
    13. Glomerulonefritis
      Extramenbranosa
    14. Glomerulonefritis
      Rápidamente Progresiva
    15. Nefropatía por
      IgA
    16. Bibliografía

    DEFINICIÓN

    La lesión glomerular puede ser el resultado de
    alteraciones inmunológicas, hereditarias o de la
    coagulación. La causa más común es la
    inmunológica y produce una "glomerulonefritis" que es un
    término genérico, tanto para designar diversas
    patologías como un término histopatológico
    que significa inflamación de los capilares
    glomerulares.

    La reacción inflamatoria secundaria a la
    lesión inmunológica, resulta de la
    activación de uno o más sistemas de
    mediadores bioquímicos.

    El más importante es el sistema del
    complemento que tiene dos secuencias: la vía
    clásica que se activa por complejos inmunes antígeno- anticuerpo y la vía
    alterna o de la properdina que es activada por
    polisacáridos y endotoxinas. Estas vías convergen
    en el C y se producen anafilactotoxinas que aumentan la
    permeabilidad vascular y los factores quimiotácticos (Cq)
    que dirigen neutrófilos y al parecer macrófagos al
    sitio de la activación del complemento donde las células
    liberan sustancias que dañan la célula
    vascular y la membrana basal.

    El sistema de la coagulación puede ser activado
    directamente iniciando la cascada de la coagulación o
    indirectamente siguiendo la activación del complemento.
    Los depósitos de fibrina se ubican en los capilares
    glomerulares y en la cápsula de Bowman. Además el
    sistema de la coagulación puede activar el sistema
    quinina, que también produce factores
    quimiotácticos y factores semejantes a las
    anafilactotoxinas.

    La glomerulonefritis puede evolucionar en forma aguda o
    crónica.

    GLOMERULONEFRITIS AGUDA

    En pediatría, la glomerulonefritis aguda se
    caracteriza por ser un síndrome de comienzo brusco con
    edema, oliguria, hipertensión arterial y alteraciones del
    sedimento urinario (proteinuria. hematuria y
    cilindruria).

    La forma más frecuente y mejor conocida de
    glomerulopatía aguda es la glomerulonefritis aguda
    posestreptocócica (GNAPE).

    Es una enfermedad específica que, con pocas
    excepciones. tiene una etiología bien definida:
    infección estreptocócica, especialmente por el
    estreptococo 13-hemolítico del grupo A, y con
    rasgos clínicos característicos: edema,
    hipertensión, oliguria, alteración del sedimento
    urinario, hipocomplementemia, regresión espontánea
    y pronóstico benigno.

    Etiología

    Es conocido el hecho de que una infección
    estreptocócica faríngea o cutánea precede en
    1 a 2 semanas (promedio 12 días) el inicio de la
    glomerulonefritis. Los estreptococos nefritógenos son los
    estreptococos (3-hemolítiCos del grupo A
    (EBHA).

    No ha llegado a aclararse en que consiste la propiedad
    nefritógena. Sólo una pequeña pro
    porción de los niños
    infectados con cepas nefritógenas desarrollan la
    enfermedad clínica (1 de cada 100).

    Se ha encontrado con frecuencia la asociación de
    la glomerulonefritis con los EBHA del tipo Ti-Ml y el Tl4-M0 en
    los cultivos faríngeos y el Imp 19 en los cultivos
    cutáneos, pero tambien se han identificado como agentes
    etiológicos principales el tipo 12, 4.25, 49, 53, 55, 56 y
    60.

    La existencia de cepas nefritógenas explica la
    escasa presentación de recurrencias de la nefritis ya que,
    en respuesta a la infección, se establece una inmunidad
    que protege al individuo de
    un segundo ataque, mediante la producción de anticuerpos de tipo
    específico, siendo baja la probabilidad de
    una nueva infección con una cepa distinta, también
    nefritógena. El estreptococo tiene escasa difusibilidad.
    por ello debe buscarse en el grupo familiar del paciente
    afectado.

    En el grupo familiar se encuentran alteraciones en la
    orina en el 6% de los adultos y en el 33% de los niños.
    Esta diferente susceptibilidad explicaría la mayor
    incidencia de la enfermedad en estos últimos.

    Se ha demostrado glomerulonefritis aguda también
    después de infecciones por estafilococos, neumococos y
    algunos virus. Hay poca
    información disponible; sin embargo, su
    aspecto parece semejar al de la GNAPE

    Fisiopatología

    Los estudios de función
    renal en estos pacientes durante la fase aguda demuestran una
    disminución importante de la velocidad de
    filtración glomerular y una disminución menor del
    flujo sanguíneo renal y de las funciones
    tubulares.

    Estos resultados concuerdan con la imagen
    histológica al microscopio de
    luz, en que se
    encuentra capilares glomerulares obliterados por el edema y la
    proliferación celular, con muy escasas lesiones tubulares
    e intersticiales. En estas circunstancias, disminuye el filtrado
    glomerular y se reduce la cantidad de agua y sodio
    que se ofrece a los túbulos para su
    reabsorción.

    Como la función tubular está
    prácticamente intacta se reabsorbe una proporción
    de filtrado mayor que lo normal, favoreciendo la aparición
    de un balance positivo que conduce a una pléfora del
    espacio extracelular, en especial del intravascular y al aumento
    de la presión
    venosa central. Son la causa del edema, la hipertensión y
    la con gestión
    circulatoria y de las complicaciones más temibles y
    frecuentes en el período agudo de la GNAPE: la insuficiencia
    cardíaca y la encefalopatía hipertensiva. El
    mecanismo angiotensina-aldosterona tiene una ingerencia
    sólo secundaria.

    La lesión y la disminución del filtrado
    glomerular explican también la presencia de
    albúmina, hematíes y leucocitos en el sedimento
    urinario, así como la elevación de la tasa de urea
    en sangre y de
    creatinina sérica.

    Al microscopio electrónico, el glomérulo
    confirma la impresión histológica de edema y
    proliferación de las células endoteliales y
    mesangiales. La membrana basal no aparece visiblemente lesionada
    o engrosada y los podocitos epiteliales únicamente se
    fusionan en zonas aisladas.

    A intervalos, a lo largo de la membrana basal, se
    observan depósitos densos que representan complejos
    antígeno-anticuerpo y complemento precipitados. Con
    estudios de inmunofluorescencia se muestra
    depósitos granulares de lgG y C

    Epidemiología

    La tasa anual de GNAPE por 100.000 habitantes es de 7 en
    períodos endémicos, pero esta enfermedad evoluciona
    con brotes epidémicos que pueden más que duplicar
    esa cifra, llegando a 18 por 100.000 habitantes.

    Es propia de los grupos etanos
    jóvenes: el 95% de los pacientes son menores de 15
    años. El 50% tiene entre 5 y 9 años, aunque se
    presenta desde los 2 años.

    Hay un predominio del sexo masculino
    (57%). Se presenta durante todo el año con alzas
    estaciónales en otoño (38%) que obedecen a un
    aumento de la GNAPE de origen cutáneo y en primavera (30%)
    debido a GNAPE de origen faríngeo. En el período
    epidémico la distribución es homogénea durante
    todo el año.

    Es más habitual en grupos familiares con mayor
    grado de hacinamiento y promiscuidad.

    Las cifras de mortalidad revelan un descenso desde 91
    muertos en 1970 hasta 21 en 1981. No se registran defunciones en
    la década de 1990 debido a un diagnóstico más oportuno y al
    tratamiento adecuado de las complicaciones.

    Cuadro
    clínico

    El antecedente de infección estreptocócica
    cutánea (piodermitis) es cada día más
    común como causa de nefritis, sobrepasando el 50% del
    total. El origen respiratorio alto (la amigdalitis
    pultácea) le sigue en frecuencia.

    Otro antecedente que es necesario investigar es la
    escarlatina, de la cual suele observarse, en el momento del
    inicio clínico de la nefritis, la descamación
    laminar. En ocasiones, sirven como puerta de entrada para la
    infección estreptocócica: abscesos dentarios,
    incisiones quirúrgicas o lesiones de varicela o de
    dermatitis
    atópica.

    En un grupo de pacientes, la historia de infección
    estreptocócica (lE) previa no se precisa, pero en la mayo
    ría de los casos puede demostrarse en el laboratorio
    por medio de cultivos o estudios serológicos.

    Alrededor de 2 semanas después de la
    infección estreptocócica, la enfermedad comienza a
    manifestarse por edema palpebral matutino; posteriormente se
    extiende al abdomen y extremidades.

    La anasarca es excepcional. La orina es escasa en
    volumen,
    turbia y de un color más
    café
    que rojo. Los padres suelen describirla comparándola con
    té cargado, agua de carne lavada o bebida cola. La
    hematuria es total y sin coágulos.

    A la exploración, el niño con nefritis
    aguda suele estar pálido, aletargado, inapetente y
    afebril. Si aparece alza térmica debe investigarse el foco
    causal, por lo general otitis o neumonías.

    Deben buscarse los signos de lE
    reciente o activas tales como exudado amigdalino. adenitis
    cervical. descamación cutánea laminar en las
    extremidades, y lesiones o cicatrices de piodermitis. El pulso
    suele ser más lento que lo normal.

    Es frecuente una hipertensión arterial ligera o
    moderada: sobre el percentil 95 correspondiente para la edad. Es
    posible la elevación súbita de la tensión
    arterial, que puede llegar a cifras peligrosas y dar
    síntomas de insuficiencia cardíaca o
    encefalopatía hipertensiva. El fondo de ojo suele ser
    normal, como todo el resto de la exploración, si no se han
    presentado complicaciones. La urea sanguínea puede estar
    elevada.

    El primer signo de mejoría es el aumento de la
    diuresis, con la consiguiente baja de peso. Al cabo de 24-72
    horas comienza una poliuria abundante. La hipertensión se
    normaliza a medida que desaparece el edema, aunque puede
    persistir hasta el fin de la fase poliúrica.

    Complicaciones de la fase
    aguda

    Durante la fase aguda pueden presentarse tres tipos de
    complicaciones: insuficiencia cardíaca,
    encefalopatía hipertensiva e insuficiencia renal
    aguda.

    Los niños con glomerulonefritis aguda e
    hipertensión tienen un pulso bradicárdico. Toda
    frecuencia cardíaca sobre lOO debe considerarse como
    insuficiencia cardiaca, por lo menos potencial. Cuando ya se ha
    producido la complicación se advierten: ortopnea.
    ingurgitación venosa del cuello, ritmo de galope y
    hepatomegalia dolorosa, signos de retención sódica
    y congestión circulatoria con agrandamiento
    cardíaco y aumento de la trama vascular p en la
    radiografía de tórax. La insuficiencia
    cardíaca se encuentra presente al ingreso.

    Los síntomas premonitorios de
    encefalopatía son: cefalea, mareos. molestias abdominales
    y vómitos, que
    pueden seguir de pérdida transitoria de la visión,
    hemiparesias. desorientación y convulsiones tipo Gran
    mal.

    La presión del líquido
    cefalorraquídeo está eleva da, pero el
    líquido es normal. No se debe realizar punción
    lumbar como prueba diagnóstica por el peligro de la
    compresión bulbar con paro
    cardíaco. La encefalopatía se presenta en el 3% de
    los GNAPE y su recuperación suele ser completa.

    La insuficiencia
    renal aguda es una complicación rara (0,5%). La
    oliguria extrema habitualmente no dura más de 24-48 horas,
    por lo que no suelen presentarse las alteraciones
    bioquímicas propias de la insuficiencia renal
    aguda.

    Exámenes Complementarios

    Examen de orina

    Durante el período de latencia de la enfermedad,
    suele ser normal, o con hematuria microscópica. En la fase
    aguda edematosa, la orina disminuye en volumen y la densidad no
    sobrepasa los 1.020. La albuminuria no suele llegar a 1 g%. No
    hay glucosuria.

    El sedimento presenta un número aumentado de
    hematíes, leucocitos, células epiteliales y
    cilindros. Debe observarse la orina reciente si se quieren
    encontrar cilindros hemáticos porque se destruyen con
    facilidad. La albuminuria y la hematuria microscópica
    pueden persistir durante un tiempo.

    Hemograma

    Hay un descenso moderado de la hemoglobina y del
    hematócrito durante la fase edematosa. Se trata de una
    anemia
    normocítica-normocromica. Se pensaba que esto se
    debía exclusivamente a la hemodilución que
    producía la hipervolemia.

    Ahora se sabe que también interviene una
    disminución de la eritropoyetina y de la ferritina. Es
    importante que el médico reconozca el carácter benigno y transitorio de esta
    anemia, pues no requiere tratamiento. De hecho, el tratamiento
    sólo complicaría la hipervolemia. pudiendo
    precipitar una insuficiencia cardiaca. El recuento y la
    fórmula leucocitaria y plaquetaria son
    normales.

    Química plasmática.

    El sodio, potasio, cloruro y bicarbonato
    plasmático son normales, excepto en enfermos con
    insuficiencia re- rial aguda en que se presentan los trastornos
    propios de dicho cuadro. La urea se eleva rara vez sobre 1 g%. La
    creatinina plasmática asciende también
    moderadamente.

    Bacteriología

    En general, la presencia del EBHA en cultivos
    faríngeos es de escaso rendimiento, En nuestra
    casuística no Supera el 30% de los enfermos
    hospitalizados. En los cultivos de piel la tasa
    de aislamiento del EBHA fue del 60 por ciento.

    Serología e
    inmunología

    La prueba serológica más empleada es la
    determinación del título de antiestreptolisina O
    (ASO). Un título elevado significativo o una
    elevación del título en pruebas
    repetidas confirman la existencia de una infección
    estreptocócica previa.

    Comienza a elevarse a los 7 días de la
    infección, llegando a su valor
    máximo entre 3 o 5 semanas después. El
    antibiótico dado al inicio de la infección
    estreptocócica puede abortar la respuesta
    inmunológica.

    En nuestra investigación, se incorporó dentro
    del estudio serológico la prueba de la anti-DNasa B.
    Sabemos que los títulos varían enormemente
    según sea la situación epidemiológica que se
    esté viviendo.

    Los títulos que entrega la American Heart
    Association como normales no son aplicables a la situación
    chilena en que se encontraron como cifras normales para la
    anti-DNasa B. 240 U. Los estudios americanos dan como normal lOO
    U (3 diluciones menor).

    En la GNAPE el 50% de las ASO y el 76% de la anti-DNasa
    B están elevadas en forma significativa. El menor
    rendimiento de la ASO está explicado por la alta
    frecuencia de localización estreptocócica
    cutánea, en que el poder
    inmunogénico del estreptococo es inhibido por la grasa
    cutánea y no se estimula la producción de
    anticuerpos.

    La presencia de estos anticuerpos en la
    circulación sólo sirve para confirmar una
    infección estreptocócica reciente. Carecen de valor
    para estimar la gravedad o para seguir el curso de la nefritis
    aguda.

    El complemento sérico (C baja a los 15
    días de la infección estreptocócica,
    coincidiendo con el inicio de la fa se aguda edematosa y se
    normaliza 4 a 6 semanas después. Los valores
    normales son de 150 ± 50 mp.

    El estudio de C es un elemento útil en el
    diagnóstico de la GNAPE, ya que en pediatría, salvo
    el lupus eritematoso y la glomerulonefritis
    hipocomplementémica, ambos de baja frecuencia en la
    infancia, es
    la única nefropatía que cursa con C bajo. La
    velocidad de’ sedimentación globular es
    inespecífica y su elevación y normalización no tienen una
    correlación directa y. por ende pronóstica. con la
    evaluación de la enfermedad, como se
    describió en adultos.

    Otros
    Exámenes

    En caso de complicaciones se necesita radiografía
    de tórax, electrocardiogramas, etc. La biopsia renal es
    necesaria para confirmar casos de nefritis aguda atípica;
    también sirve para descartar la existencia de una
    nefropatía crónica.

    Formas
    atípicas de presentación

    Algunos casos de Glomerulonefritis aguda post
    Estreptocócica se inicia de manera atípica con
    signos y síntomas de afectación aguda de sistema
    cardiovascular o del Sistema nervioso
    central; que enmascara las manifestaciones propias de la
    neuropatía; o alteraciones mínimas o nulas de
    sedimentos urinarios, o hematuria.

    Tratamiento

    No hay tratamiento específico, pero en casi todos
    los casos se produce la evolución hacia la curación
    espontánea, si se maneja correctamente la fase
    hipovolemica edematosa.

    La restricción en la dieta de líquidos,
    junto con la utilización de fármacos para prevenir
    y tratar las complicaciones, ha reducido de modo considerable el
    número de muertes que se producía anteriormente en
    las fases iniciales de la enfermedad.

    Medidas Generales:

    * Reposo en cama: El grado de restricción
    de la actividad debe variar con la gravedad de las
    manifestaciones clínicas.

    En casos con hipertensión y congestión
    circulatoria el reposo en cama es estricto por el peligro de
    insuficiencia cardiaca. El reposo en cama se mantiene hasta que
    el edema desaparezca y se estabilice el peso y la presión
    arterial en sus niveles se normalicen.

    * Balance hídrico: La ingestión de
    agua no debe exceder la capacidad excretora del
    riñón. El mejor índice control del
    balance hídrico es el peso diario durante la fase aguda
    edematosa, hasta que el peso se estabilice las cifras previas a
    la enfermedad.

    * Dieta: Durante la fase edematosa puede ser
    necesaria la restricción en el contenido de sodio, potasio
    y proteínas
    de la dieta. El sodio debe reducirse en todos los niños
    con edema e hipertensión. El potasio debe ser
    sistemáticamente reducido en la dieta en los primeros
    días hasta que se compruebe que no hay oliguria extrema o
    anuria. Las proteínas se eliminan a 0.5 g/kg/dia cuando
    hay uremia. Cuando la diuresis y la uremia llegan a lo normal,
    deben suspendérselas medidas restrictivas.

    Tratamiento especifico:

    * Infección Estreptocócica: se
    Trata en forma temprana las infecciones con penicilina. Sin
    embargo, muchas veces las infecciones son tan leves o de tan
    corta duración que los padres no recurren al medico. No
    obstante conviene tratar todos los casos con infecciones de
    faringe de piel producida por estreptococos beta
    hemolítico para evitar el contagio de infección a
    otros miembros de la
    familia.

    Debe tratarse en forma profiláctica con
    penicilina todos los miembros de la familia donde
    puede estar el microorganismo
    involucrado. Este manejo profiláctico es menor en
    niños de 15 años por ser el grupo más
    proclive a la enfermedad.

    * Hipertensión Arterial: Si la
    hipertensión es importante y no cedo con las medidas
    generales se indicaran diuréticos de acción
    rápida (Flurosemida, 5 mg/kg por dosis). Lo habitual es
    que la acción diurética sea efectiva a los 20
    minutos.

    * Insuficiencia Cardiaca: Por ser secundaria a la
    hipervolemia responde al tratamiento con
    diuréticos.

    * Insuficiencia Renal Aguda: Suele ser de corta
    duración, se trata con intercambio iónico y la
    diálisis peritoneal.

    Evolución y Pronóstico: El alta
    esta condicionada por la caída de la presión
    arterial a los limites normales, la fusión de
    los edemas, comprobada por la estabilización del peso
    durante mas de 3 días y la desaparición de la
    hematuria macroscopica.

    La hematuria y la proteinuria sirve para indicar la
    gravedad, ya que la presencia de proteinuria durante mas de 6
    meses o de una hematuria mas allá de del año no
    significa que paso la enfermedad a cronicidad.

    GLOMERULONEFRITIS CRONICA

    Es un grupo de Enfermedades renales que
    comparten las siguientes características:

    • No tienen causa etiológica.
    • Afecta predominantemente el
      glomérulo.
    • Las manifestaciones clínicas y de
      laboratorio se prolonga en el tiempo.
    • El daño histológico es
      característico pero son
      patognomónico.
    • Puede ser producido como parte de patologías
      renales o extrarenales que tiende a evolucionar a
      insuficiencia renal.

    Dos mecanismos inmunológicos dañan
    crónicamente el glomérulo:

    • Complejos inmunes formados fuere del
      riñón o depósitos en el o formados en el
      riñón por la unión del antigeno renal
      propio o implantado que se une con anticuerpos circulantes.
      Los complejos inmunes son depositados bajo el endotelio del
      riñón, activando probablemente el sistema de
      complemento, quininas, y se producen sustancias que atraen a
      leucocitos, lo que a su vez entrega sustancias
      proteolíticas. Además, hay productos
      inflamatorios como anafilotoxinas que alteran la
      permeabilidad de la membrana basal.
    • Enfermedad glomerular producida por anticuerpos
      anti membrana basal.

    Se reconoce seis tipos de Glomerulonefritis
    Crónica:

    • Glomerulonefritis Mesangiocapilar.
    • Glomerulonefritis focal o segmentaria.
    • Glomerulonefritis extramembranosa.
    • Glomerulonefritis crescentica.
    • Glomerulonefritis por IgA.
    • Nefrosis Lipoidea.

    Glomerulonefritis
    Mesangiocapilar

    También llamada Glomerulonefritis
    parientoproliferativa. Es la causa más importante de
    Glomerulonefritis Crónica en adolescentes y
    en adultos jóvenes, aunque puede encontrarse a cualquier
    edad. Hay dos tipos: La GN Mesangiocapilar tipo I con
    depósitos subendoteliales y la tipo II con
    depósitos intramembranosos.

    La presentación Clínica abarca la gama
    completa de síndromes nefrologicos, pudiendo presentarse
    como proteinuria aislada, hematuria, la hipertensión es un
    hallazgo frecuente y la función renal tiene compromiso muy
    variable en el momento del diagnostico.

    Esta gran variedad del cuadro clínico dificulta
    la formulación del diagnostico correcto. Una de las
    características mas llamativas del laboratorio es el
    hallazgo en mas del 70% de los casos de depresión
    de de los niveles del complemento c3 y del complemento
    Hemolítico.

    El cuso clínico es lentamente progresivo hacia la
    falla renal. Las lesiones histológicas son siempre
    progresivas siendo por lo general la tipo II la más
    agresiva.

    Glomerulonefritis
    Focal y Segmentaria

    Llanada también hialinosis focal y segmentaria.
    Clínicamente puede presentarse como proteinuria aislada,
    pero es mas frecuente como síndromes
    nefríticos.

    En la fase inicial puede aparecer con síndrome
    nefrítico puro, sin alteraciones del sedimento,
    hipertensión ni compromiso de la función renal que
    induce el diagnostico de nefrosis lipoidea. Puede tener
    remisiones espontáneas, el curso habitual es a la
    insuficiencia renal.

    Glomerulonefritis
    Extramembranosa.

    En esta nefropatía no hay inflamación, la
    forma idiopática es la mas común, y la forma
    secundaria esta relacionada con enfermedades sistémicas
    (Lupus, Artritis Reumatoide), infecciones (Hepatitis B),
    neoplasia (colon, estomago y pulmón) y drogas (sales
    de oro,
    penincilaminas).

    En el comienzo la proteinuria puede ser el único
    hallazgo, pero es mas frecuente la asociación con
    hematuria microscópica, hipertensión moderada y
    compromiso variable de la función renal. Por lo general el
    curso de la enfermedad es de muy lenta progresión a la
    insuficiencia renal.

    Glomerulonefritis Rapidamente
    Progresiva

    Llamada también glomerulonefritis
    rápidamente progresiva, GN extracapilar o
    conformación de semilunas, es la forma más agresiva
    de las glomerulonefritis. Su historia natural es la
    progresión rápida hacia la insuficiencia renal
    terminal.

    La forma idiopatica se clasifica en tres grupos de
    acuerdo con la inmunofluorescencia: con anticuerpos antimembrana
    basal (IN lineal), la mas comun enniños, por complejos
    inmunes (IN granular) y sin evidencia de depositos
    inmunológicos (IN negativa).

    Hay formas secundarias asociadas a enfermedades
    sistémicas: infecciones (estreptococicas, hepatitis B) o
    multisistemicas (lupus, síndrome de Goodpasture, purpura
    de Schönlein-Henoch, vasculitis, etc).

    Desde el punto de vista clínico su
    presentación es el síndrome nefrítico con
    hipertensión arterial de difícil manejo y
    proteinuria que con frecuencia alcanza el rango nefrótico.
    La función renal está comprometida desde el
    comienzo y la evolución es progresiva hacia la falla renal
    en el transcurso de semanas o meses.

    La biopsia renal, después de proporcionar el
    diagnostico de la enfermedad, permite visualizar elementos que
    condicionan su pronostico, como: compromiso de mas del 80% dela
    superficie glomerular, atrofia tubular severa con fibrosis
    intersticial y fibrosis glomerular extensa. La presencia de estos
    hallazgos histológicos son de mal pronostico para la
    función renal.

    El tratamiento mas usado es la metilprednisolona,
    seguido de prednisona. La mayoría de los autores asocian
    inmunosupresores y anticoagulantes y muchos rercomiendan la
    plasmaferesis repetida. Estos tratamientos requieren
    hospitalización del paciente y el cuidado de un equipo
    medico familiarizado con los riesgos en con
    el uso de estas drogas. La instalación de estas medidas
    debe ser temprana.

    La enfermedad tiende a recidivar en el transplante renal
    (10 – 30%), que debe hacerse después de un
    tratamiento prolongado con inmunosupresores. La
    nefrectomía bilateral previa al transplante no ha
    demostrado clara utilidad.

    Nefropatía por
    IgA

    La llamada también enfermedad de Berger, se
    caracteriza por la presencia predominante de IgA en el mesangio
    del glomérulo, pero también se encuentran
    cantidades menores de IgG, IgM, C3 y
    properdina.

    El diagnostico como nefropatía primaria
    (idiopática) exige la exclusión de enfermedades
    sistémicas capaces de producir el mismo cuadro en el
    estudio con inmunofluorescencia, como la púrpura de
    Schönlein-Henoch, la artritis reumatoide seronegativa, la
    enfermedad de Crohn y algunas neoplasias. Su frecuencia es
    variable. Afecta sobre todo hombres en relación
    2:1.

    Clínicamente se manifiesta en su forma más
    corriente como hematuria macroscópica, que comienza muchas
    veces con una infección respiratoria alta,
    acompañándose de malestar y dolor lumbar de
    variable intensidad (cuadro "gripal o viral"). A veces la
    hematuria aparece con el ejercicio físico.

    Suele haber normotensión, la función renal
    esta conservada y C3 normal, lo que hace fácil
    diferenciarlo de la GNAPE. La hematuria macroscópica dura
    2 a 5 días y pasa, pero el sedimento revela persistencia
    de hematuria microscópica acompañada o no de
    proteinuria. En el 10% de estos pacientes la proteinuria alcanza
    rango nefrótico.

    La hematuria tiende a repetirse pero la evolución
    de la enfermedad es habitualmente benigna, con la función
    renal estable por muchos años.

    En algunos casos se llaga a insuficiencia renal en el
    curso de pocos años; esta modalidad evolutiva se asocia
    con el hallazgo histológico de crescentes en los
    glomérulos.

    No existe tratamiento conocido. Esta en proceso de
    evaluación el uso de ácidos
    grasos poliinsaturados omega 3. En el transplante, la
    nefropatía por IgA puede recidivar, pero como su
    evolución es benigna no lo contraindica.

    Bibliografía

    1.- MENEGHELLO, Julio. Pediatría, Quinta
    Edición. Buenos Aires.
    Editorial Médica Panamericana, 1997.

    2.- BENNETT, Claude. Tratado de Medicina
    Interna, Vigésima Edición. México.
    Editorial Mc Graw-Hill, 1997.

      

    PABLO VERA

    Estudiante 5to año de Medicina. LUZ

    LA UNIVERSIDAD DEL
    ZULIA

    FACULTAD DE MEDICINA – ESCUELA DE
    MEDICINA

    PUERICULTURA Y PEDIATRIA

    HOSPITAL CHIQUINQUIRÁ

    MARACAIBO, DE OCTUBRE DE 2004

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