- Resumen
- Cuba y la cultura después
del triunfo revolucionario - Cuba vive hoy una
profunda revolución de la cultura - ¿Hacia donde
vamos? - Referencias
- Bibliografía
Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero
de 1959 la sociedad
cubana experimenta profundos cambios en todas sus estructuras.
Un amplio proceso de
democratización de la cultura tiene lugar y momentos
importantes se ponen de relieve desde
1961 con la exitosa y trascendental Campaña de
Alfabetización, que alfabetizó a casi un
millón de personas. Y es a partir de este momento que la
Revolución se fortalece cada día y no desiste en su
afán de cultivar al pueblo, única forma de llevar
adelante esta Batalla de Ideas cargada de programas y
proyectos en
pos de un mundo mejor.
Cultura cubana
Batalla de ideas
Cultura y Revolución Cubana
El concepto de
cultura ha sido por siglos de muchas maneras interpretado. Desde
la aparición del término (45 años ANE),
filósofos, eruditos, oradores y otras
personalidades a nivel mundial han modelado el concepto desde
distintas aristas. Inicialmente, el vocablo significó
cultivo, agricultura,
instrucción, y sus componentes eran: cultus (cultivado) y
ura (resultado de una acción).
A partir del siglo XVIII, con el Romanticismo, se
impuso una diferenciación entre los términos
civilización y cultura. El primero se utilizó para
referirse a los avances económicos y tecnológicos,
lo material; y el segundo, para lo espiritual, es decir, el
cultivo de las facultades intelectuales,
en ello va presente la filosofía, la ciencia, el
arte, la
religión,
etc. Y es por esto que el término de cultura
también se utilizó y se utiliza hasta hoy en
día para caracterizar a un individuo como
culto o inculto en dependencia del nivel intelectual y
artístico que posee.
Ahora, las nuevas corrientes teóricas, han
redefinido este término, contradiciendo la
conceptualización Romántica: se entiende cultura en
un sentido social, por ejemplo, cuando decimos Cultura Maya,
Cultura China
se esta hablado de las diversas peculiaridades de la vida en esas
sociedades. En
general, se entiende cultura como el conjunto de actividades que
realizan los humanos en una comunidad dada,
ya sean científicas, económicas, artísticas
o de otra índole (Sastre, ¿Qué entendemos
por cultura?, 2003).
Este último concepto permite eliminar la discriminación entre" hombres cultos" y
"hombres incultos" que se veía en el concepto
romanticista; además, se evita la diferenciación
entre los pueblos que, colmo sucedió cuando los nativos
europeos fueron encontrados por los europeos, estos los vieron
como salvajes solo por tener una cultura distinta.
Creo es válido tener en cuenta el concepto de
cultura que da la Real Academia Española, donde se expone:
Del latín cultus. Cultivo. Conjunto de conocimientos que
le permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grados de
desarrollo
artístico, industrial, en una época, grupo social,
etc. Física:
Conjunto de conocimientos sobre gimnasia y
deportes, y
prácticas de ellos, encaminados al pleno desarrollo de las
facultades corporales. Popular: Conjunto de las manifestaciones
en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.
Según la UNESCO (1994), la cultura es el conjunto
de los rasgos definitivos, espirituales y materiales,
intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo
social. Engloba no solo las artes y las letras, sino
también los modos de vida, los derechos fundamentales del
ser humano, los sistemas de
valores, las
tradiciones y las creencias.
Del contenido de esta definición, inferimos que
la cultura abarca tantos aspectos que no existe ninguna
manifestación humana que no esté contemplada en el
ámbito cultural. Este orden de ideas, nos induce a pensar
que todos los seres humanos somos, en una u otra forma,
poseedores de cultura.
Y basándome en estas aseveraciones, que no dejan
de ser complicadas si queremos enmarcarnos en algún tema
específico de la amplia gama de aspectos de la cultura,
voy a dirigir esta investigación hacia el papel que ha jugado
la cultura, viéndola desde, las manifestaciones
artísticas, las investigaciones
científicas, la salud, la batalla de ideas,
la
educación y con ella todos los programas que han
surgido para el desarrollo de la Revolución y para que
cada uno de nuestros ciudadanos sea más culto y
esté mejor preparado, desde sus inicios a partir del
triunfo en el año 1959, hasta hoy en día en que la
cultura constituye uno de nuestros mayores logros y a la vez, fue
y es base para obtener otros laureles en diversas esferas de
nuestra sociedad socialista. Porque como dijo nuestro comandante
en el discurso
pronunciado en el Aula Magna de la Universidad
Central de Venezuela, el
3 de febrero de 1999: "Una Revolución solo puede ser hija
de la cultura y las ideas."
Cuba y la cultura después del triunfo
revolucionario.
En los inicios…
Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero
de 1959 la sociedad cubana experimenta profundos cambios en todas
sus estructuras, las funciones
culturales gubernamentales eran desempeñadas por la
Dirección de Cultura del Ministerio de
educación
y todas las actividades respecto al tema cultural recaían
en la gestión
de instituciones
de carácter privado y asociaciones
voluntarias.
En 1961 se funda el Consejo Nacional de Cultura, como
primera institución gubernamental independiente, encargada
de la política de desarrollo cultural en el
país. Comenzó desde entonces un amplio proceso de
democratización de la cultura y se instauraron
instituciones simbólicas para la cultura del país
como fueron el Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográfica (ICAIC), creado apenas a 83 días
del triunfo de la Revolución Cubana; la Casa de las
Américas, en abril de 1959, para desarrollar las
relaciones socioculturales con los pueblos hermanos de América; y la Escuela Nacional
de Arte, en 1962, que fue el principio de la sorprendente
expansión de la enseñanza artística, como una de las
obras más trascendentales y hermosas de la
Revolución expresada en el desarrollo y prestigio
alcanzado por el arte en Cuba.
Ya en 1961, el 30 de junio, Fidel Castro
se reúne con artistas y escritores para realizar una
intervención que históricamente se conoce con
Palabras a los intelectuales, donde quedan expresados los
principios de
la política cultural del gobierno
revolucionario; y en agosto se realiza el Primer Congreso de
Escritores y Artistas, gestor de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC) [1], un congreso que permitió
formular los principios de nuestra cultura, los cuales se basan
en el desarrollo
humano como eje esencial en la nueva sociedad. En 1976,
dentro del proceso de institucionalización de los
Órganos de la
Administración Central del Estado, se
creó el Ministerio de Cultura con la responsabilidad de dirigir, supervisar y ejecutar
la política cultural.
De igual forma se constituyeron las Direcciones
Provinciales y Municipales de Cultura, los que se responsabilizan
en la aplicación de la política cultural a este
nivel.
Ya en 1989, después de un proceso de
reorganización y la experiencia acumulada, surgen nuevas
instituciones como el Instituto Cubano de la Música, el Consejo
Nacional de las Artes Escénicas, el Consejo Nacional de
las Artes Plásticas, el Consejo Nacional de Patrimonio
Cultural, que juntos al Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos y el Instituto Cubano del Libro,
instituciones docentes, de
investigación, de preservación y cuidado del
patrimonio, de trabajo en la
comunidad, y otras, integran el sistema del
Ministerio de Cultura.
El comienzo tampoco fue nada fácil para la
educación, que a mi entender es cimiento de la cultura;
solo imaginarse que el 30 por ciento de las personas con edad
suficiente que no sabían leer ni escribir y un 60 por
ciento de analfabetos funcionales, si se toman en cuenta los
jóvenes y adultos desprovistos de conocimientos y cultura
que no rebasaban el tercero o cuarto grado de una
enseñanza primaria sumamente deficiente.
No existían los maestros suficientes para educar
a millones de niños y
adolescentes,
hubo que formarlos. Tampoco había profesores ni escuelas
para ellos cuando esa gran masa llegara a sexto o noveno grado.
Hubo que combinar las tareas de un grupo de vanguardia,
como estudiantes de Pedagogía con décimo grado aprobado
y la vez profesores de secundaria básica, y más
tarde hacer lo mismo en los centros de enseñanza media
superior, con doce grado aprobado.
No existían además círculos
infantiles, ni escuelas especiales, ni escuelas deportivas, ni
técnicas y de formación profesional,
ni suficientes escuelas primarias para la masa total de
niños y adolescentes en edad escolar. Hubo que luchar muy
duro para que poco a poco pudiéramos estar en los niveles
de educación actual, cuando más de dos millones y
medio de niños, adolescentes y jóvenes van a la
escuela y más 300 mil estudiantes cursan carreras en el
nivel superior.
Apuntaba el Comandante Fidel Castro en su discurso en la
inauguración del curso escolar 2003 – 2004, en la
Plaza de la Revolución, La Habana, que entonces solo se
disponía de tres centros universitarios con un reducido
grupo de carreras. Y fueron creados, en menos de 25 años,
más de 50 centros superiores de enseñanza, donde se
imparten en la actualidad 85 carreras distintas. Además,
es importante apuntar de este discurso que "de 11 millones 177
mil 743 habitantes que hay en la isla, solo el 0.2 por ciento son
analfabetos, casi únicamente personas de avanzada edad que
no dispusieron del sistema educacional con que cuenta nuestro
país en la actualidad".
Y todo esto fue creado por la Revolución a un
ritmo nunca visto. Muchos momentos importantes se sucedieron como
la exitosa y trascendental Campaña de
Alfabetización (desde 1961), que alfabetizo a casi un
millón de personas, y la creación de la Imprenta
Nacional la cual inicia la publicación de la obra de los
grandes maestros de la literatura universal, El
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha de Miguel de Cervantes y
Saavedra, primera edición
cubana, con una tirada de 100 mil ejemplares en cuatro
tomos.
No se puede negar que entre todos los países,
grandes, pequeños, ricos y pobres, Cuba, en el campo de la
educación, ocupa el primer lugar.
Cuando se cayó la Unión Soviética,
nuestro país entró en una profunda crisis,
causada por la desaparición del mercado mundial
socialista del cual formaba parte y la destrucción de un
proyecto
histórico que ya había dado formas y estrategias a la
revolución
cubana. Ante el trágico naufragio del socialismo
europeo, el cual prometía arrastrar a nuestro
caimán a la perdición también, nuestro
comandante, Fidel Castro y la vanguardia de nuestro país
decidieron enfrentar la catástrofe con la lógica
de guerra de von
Clausewitz: encarar al enemigo con las tropas adecuadas, en el
momento adecuado y en el lugar adecuado.
Y en nuestro caso significó superar primero la
crisis económica.
Cuba vive hoy una profunda
revolución de la cultura.
Hoy, a poco más de 14 años del nuevo
modelo de
desarrollo, el éxito
de la economía de la isla es incuestionable. Ante
la incesante agresión de Estados Unidos
(1992, ley Torricelli;
1996, Ley Helms-Burton-Clinton, los ardides tramados en la
Comisión de Derechos Humanos
de la ONU durante todos
estos para que Cuba sea acusada de violar los derechos humanos de
los ciudadanos y las medidas implantadas con el objetivo de
recrudecer la política asfixiante e inhumana contar
nuestro pueblo), se estabilizó el frente de guerra
principal y se concentraron las fuerzas en el segundo campo
batalla: la renovación política. Medidas y leyes que han
sido necesarias instituir para preservar nuestras
conquistas.
La consolidación de este frente ha dado lugar a
la Batalla de las Ideas, a la revolución de la cultura.
Esta nace con una gran ofensiva de movilizaciones físicas
e ideológicas, motivadas por el secuestro del
niño cubano Leían por la mafia
cubano-estadounidense. Se trata de una contraofensiva a los
sectores imperiales – anexionistas; contraofensiva que
desembocó en un movimiento
generalizado de culturización, que sobre las bases de la
identidad
patriótica – revolucionaria y la lucha de las ideas,
pretende construir un nuevo proyecto histórico de la
humanidad: el socialismo del tercer milenio.
Estamos cosechando los frutos de más de cuarenta
años de formación de las mayorías, el ritmo
de avance de la revolución de la cultura ha sido
vertiginoso y lo demuestra la violenta reacción de la
mafia anticubana y todo el mecanismo del gobierno estadounidense:
la derrota de los secuestradores de Elián; las
hazañas en la medicina,
biotecnología y educación del
país, que no tienen paralelo en el Tercer Mundo; la falta
de corrupción
en el sistema
político y de niños mendingando en las calles;
las marchas de más de un millón de personas en La
Habana los primeros de mayo y los gestos de solidaridad en
otros países del mundo y en nuestro propio país con
la presencia de la Escuela Latinoamericana de Ciencias
Médicas donde estudian miles de jóvenes de diversos
países, la atención médica que se les brinda a
enfermos de otras latitudes y el internacionalismo de nuestros
médicos en la hermana república de Venezuela; todos
estos triunfos de la revolución cubana han causado la ira
de los "contras" en Estados Unidos, y es por ello que cada vez
arrecian más el bloqueo económico para asfixiarnos
y rendirnos por hambre y desesperación.
Los medios de la
revolución de la cultura son muchos para que nuestro
pueblo no se doblegue ante la política norteamericana.
Mucho ha sido el trabajo
desarrollado por las instituciones culturales para elevar la
cultura de nuestra población y son varios los resultados
vistos en estos años: el acceso y participación del
pueblo a la cultura con la incorporación activa de
trabajadores, campesinos, estudiantes y niños, como
público o como participante, cada año se celebran
festivales de canto y danza donde
los más pequeños hacen gala de todos sus
conocimientos y aptitudes; el estudio de las raíces
culturales, el reconocimiento de sus valores, el desarrollo de
estos, la investigación del folklore; la
organización del sistema de
enseñanza de las artes, desde el nivel elemental, hasta el
superior, del cual han egresado eminentes figuras cuya obra ha
alcanzado renombre nacional e internacional; la creación
de escuelas formadoras de instructores de arte en cada una de las
provincias; la creación de una cinematografía
nacional, cada año podemos disfrutar de varios festivales
de cine, siendo
el más relevante el Festival del Nuevo Cine
Latinoamericano de la Habana, donde se puede apreciar el valor y la
calidad no
solo de nuestro cine sino del cine latino que en la
mayoría de los casos no llega a las pantallas
internacionales por la propia globalización de la cultura que llevan a
cabo las grandes potencias y entre ellas la más poderosa,
Estados Unidos; es un espacio más donde podemos situarnos
en la historia y
situación actual, cultura y valores de otros países
del mundo. La extensión de los movimientos culturales a
las zonas rurales y montañosas y la introducción de las nuevas
tecnologías en los procesos de
creación y promoción artística y literaria, son
otros de los grandes retos propuestos y alcanzados por nuestra
revolución de la cultura.
Los programas de desarrollo cultural que se llevan a
cabo en nuestro país constituyen expresión de la
política cultural cubana y de los principios que la
sustentan. No cabe duda que en el modelo social cubano la cultura
es un incuestionable instrumento de transmisión de valores
éticos que actúan en el crecimiento
humano.
Las raíces históricas de la cultura y su
devenir actual posibilitan una proyección futura a partir
de la comprensión del compromiso social y de
liberación contenido en ella, de su visión
latinoamericana y universal y de las posibilidades de su desempeño dinámico e
integrador.
Seguimos los principios que nos hemos plantados desde
los inicios de la Revolución y que mantienen su vigencia,
dado que son inherentes a la esencia de nuestro modelo social,
recogen la historia, el pensamiento y
la cultura del país y conservan su correspondencia con las
condiciones socioeconómicas y políticas
ideológicas de la actualidad. Ellos son:
- La reafirmación y desarrollo de la identidad
nacional y la vocación universal y profundamente
latinoamericana y caribeña de la cultura
nacional. - La conservación y difusión del
patrimonio cultural. - El reconocimiento a la diversidad
cultural. - El fomento y estimulo a la creación
artística y literaria. - El respeto y
apoyo al protagonismo y creatividad
de las comunidades en la conducción de sus procesos
socioculturales. - El reconocimiento al papel de la cultura en el
impulso y orientación de los procesos
socioeconómicos.[2]
La Universidad para Todos, es un gigantesco paso hacia
adelante en el proceso educacional y de formación de
valores en la población cubana. Diariamente emite cuatro
horas de programas culturales y científicos por televisión; además, la
vinculación de las escuelas a la computación y su dotación con
más de 15 mil videocaseteras para el uso de programas
docentes y científicos que apoyan en gran medida el
desempeño del maestro y los estudiantes en cada aula; la
creación de los dos canales educativos, donde se trasmiten
desde clases hasta las mejores películas, programas sobre
grandes personajes de la historia de la humanidad y noticias del
orden cultural, social y político nacional e
internacional, son aportes significativos a la educación y
la cultura.
Los programas de la Revolución también se
evidencian en la asignación de computadoras a
todas las Direcciones Municipales de Cultura con servicios de
correo
electrónico y posibilidades de acceso a Internet; la dotación
a todos los centros docentes del país, incluso a aquellos
que están en los lugares mas apartados e intrincados de
nuestro país, de televisores y videos para el desarrollo
de un programa
audiovisual, además de las computadoras y la
creación de nuevas escuelas de formación de
instructores de arte en todo el territorio y de nuevas escuelas
de artes plásticas, entre otras manifestaciones de esta
tarea que fragua a cada minuto el sentimiento revolucionario y
solidario de cada niño y cada joven.
Se ha logrado establecer La Feria del Libro de la
Habana, que ya hoy se realiza en no menos de 30 ciudades del
país.
Se dispondrá de nuevas capacidades de
impresión que le permitirán a nuestra
población acceder a las mejores obras literarias y temas
científicos, políticos, sociales y culturales, a un
costo
mínimo, mediante el sistema de bibliotecas
familiares, ideado en Cuba y que ya comienza a extenderse a otros
países, al igual que los sistemas de alfabetización
por radio y televisión que podrán revolucionar
la educación en el mundo.
Otro aspecto en el cual se ha avanzado en gran medida es
en la creación y desarrollo de los Joven Club de
Computación, donde se imparten cursos y se realizan
concursos que estimulan el aprendizaje de
quienes reciben sus beneficios.
Se ha creado el empleo de
estudiar. Decenas de miles de jóvenes que no estaban
haciendo prácticamente nada, hoy están estudiando y
se les paga un salario para
estudiar, preparándolos para su reinserción en la
sociedad. Y es así como también se cultiva, crecen,
se informan y puede aportar su granito de arena a esta
Revolución. Y no se quiere preparar a nuevos hombres y
mujeres aislados del mundo actual, lleno de contaminación, guerras,
pobreza e
injusticias; no! Nuestro gobierno quiere que nuestros ciudadanos
y en especial, los jóvenes, estén al tanto de todos
los acontecimientos que ocurren día a día en el
mundo y que por demás, sepan enfrentarse a cada una de las
dificultades que este complejo camino por donde va la humanidad
promete.
Otros resultados que podemos apreciar en estos
últimos años son:
- Reapertura del Teatro Amadeo
Roldán en el 2000. - Reapertura del Museo Nacional de Bellas Artes
en el 2001, ahora con dos edificaciones más. - Desarrollo del movimiento de cantorías
Infantiles. - Introducción de nuevas
tecnologías. - Ampliación y diversificación de la
programación. - Aumento de la producción editorial.
- Reapertura de más de 100 museos municipales
entre 1997 y 2000. - Desarrollo de importantes eventos y
festivales. [2]
Y es que esta generación debe librarse de
la
globalización cultural que tratan de imponer los
más poderosos, convirtiendo a la juventud en
sinónimo de superficialidad y de frivolidad; para ellos es
muy importante la tontería y el desmonte de los mecanismos
intelectuales entre los jóvenes. Y un ejemplo muy
interesante esta en la película que se llamó
Forrest Gump [1994, dirigida por Robert Zemeckis y
protagonizada por Tom Hanks], ganadora de seis Oscares, planteaba
la tesis de
¡El idiota feliz e integrado! La idea de que es el
imbécil quien puede lograr realmente la felicidad, es
decir, que es el tonto el que alcanza la felicidad. Y el que es
integrado sin discutir, se integra… ¡hasta llega a ser
veterano en Vietnam!… ese idiota. No tiene conflicto.
Este análisis fue realizado en una
intervención del Ministro de Cultura, Abel Prieto, en la
Cátedra de Formación Política Ernesto
Che Guevara,
el 3 de mayo del 2004, "El Che en la Revolución Cubana y
la lucha actual por la hegemonía socialista"
En esta intervención, el ministro alude a otros
ejemplos muy interesantes y dignos de analizar, como por ejemplo,
programas como "El Show de Cristina" donde las personas van a
contar falsos problemas y a
reírse unos de otros por dinero o por
salir en la TV y denota que lo peor es que existen millones de
hispanos que ven este tipo de programas que al final no trasmite
ninguna idea, ninguna enseñanza.
Estamos viendo desde este punto de vista, que para los
poderosos, la cultura sería un aspecto que iría en
contra de la felicidad de los seres humanos porque con al
desinformación, el analfabetismo
y la incultura de las masas ellos pueden lograr todos sus
pérfidos propósitos sin preocupación de que
casi todo un mundo se vuelque sobre ellos con al fortaleza no
solo de la agresión militar, sino con la fuerza de las
ideas, que es mucho más poderosa y segura.
En el mundo actual, la globalización neoliberal
se abre paso como característica fundamental de este
milenio, y con ella se trata de imponer un monopolio de
la información y las comunicaciones, se desarrolla el 4to Poder, con la
manipulación de mensajes portadores de consumismo,
banalidad y mediocridad encaminados al empobrecimiento espiritual
difundidos por las más potentes tecnologías y
dirigidos a desarrollar un determinado modo de pensar y actuar de
las personas.
Frente a esta situación, la cultura como valor
universal, es la vía más segura e infalible para
enaltecer las aspiraciones creativas del ser humano.
El cultivo y respeto de los valores
culturales nacionales y universales, es una buena práctica
a partir de la cual cada individuo debe ser capaz de comprender y
evaluar críticamente la realidad contemporánea,
esto constituye una necesidad insoslayable.
En el modelo social cubano le cultura es un instrumento
insustituible de trasmisión de valores éticos que
favorecen el crecimiento humano.
Si con el triunfo de la Revolución se
privilegió a la democratización de la cultura, las
circunstancias actuales nos obligan a profundizarla, elevando la
cultura general e integral asumida como política cultural
esencial del país; proporcionando mayor calidad de
vida humana y preparando mejor a los cubanos para enfrentar
los retos del mundo que nos ha tocado
vivir.
Y nuestra respuesta a este proceso que va destruyendo de
a pocos a nuestros pueblos, es la cultura y la educación:
Formación de instructores (música, teatro, danza y
artes plásticas) de arte que desde los primeros pasos del
niño por la primaria inculquen en ellos hábitos
culturales y formativos y de crecimiento espiritual,
haciéndole ver al infante que no es más feliz el
que puede más compra, que una sociedad consumista no es un
buen camino para la subsistencia del ser humano que cada vez se
ve más comprometida por los daños al medio
ambiente, cada vez más severos. Se debe insistir en
que de la cultura son hijas, la calidad y enriquecimiento de la
vida, que es un antídoto contra el consumismo.
El mundo se va perdiendo en un abismo de ignorancia,
analfabetismo y hambre. La gente lee menos cada vez, los libros cuestan
más caros cada día y las personas se vuelven
más maleables; y lo peor, a conveniencia de un
pequeño grupo de poderosos.
Lo más triste es que la solución esta
ahí, alcance de nuestras manos, al alcance de las manos de
los más poderosos, de los dueños de las grandes
empresas, de
aquellos que oprimen a los países tercermundistas y que
hoy tienen en sus manos el futuro del planeta.
Asegura el Comandante Fidel Castro, en su discurso en la
inauguración del segmento de alto nivel del sexto periodo
de sesiones de la conferencia de
las partes de la convención de las Naciones Unidas
de la Lucha Contra la Desertificación, que un mundo mejor
es posible. Que con una inversión inicial de 3 millones de
dólares en un breve periodo de tiempo, y 700
millones en cada uno de los nueve años subsiguientes,
destinados a material educativo y equipos, incluidos un
millón y medio de paneles solares para las comunidades de
difícil acceso y donde no exista corriente
eléctrica, en doce años es posible alfabetizar
y conducir hasta sexto grado a 1.500 millones de analfabetos y
semianalfabetos. Nuestro comandante asegura además, que
esto generaría un gasto de menos de 10 mil millones de
dólares, equivalente a menos del 0.004 por ciento del
producto Interno
Bruto de los países desarrollados miembros de la
Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), en un año.
Y esta inversión, desde mi punto de vista,
sería totalmente viable si analizamos que los problemas
actuales tienen su cuna en el analfabetismo. Todo está
asociado: analfabetismo, desempleo,
hambre, enfermedades,
falta de agua, de
viviendas, de electricidad,
desertificación, cambio de
clima,
desaparición de los bosques, inundaciones, sequías,
erosión
de los suelos,
biodegradación, plagas y demás tragedias son
inseparables.
Nuestro pueblo pasará a la historia por los
logros obtenidos en los campos de la educación, la salud y
la cultura, en tiempos tan difíciles como los que
atravesamos hoy en día.
Vamos hacia una mejor sociedad cubana, con hombres de
nuevo tipo capaces de luchar por los principios en los cuales
creen, como ha sido hasta ahora; hombres cultos y preparados para
enfrentarse a este mundo totalmente unipolar y
globalizado.
Y como expresó Fidel Castro en su discurso "Una
revolución solo puede ser hija de la cultura y las ideas",
pronunciado el 3 de febrero de 1999 en el Aula Magna de la
Universidad Central de Venezuela:
"Hay que trabajar, persuadir, luchar y perseverar.
Jamás desalentarse."
1. La UNEAC es una organización social,
cultural y profesional, no gubernamental, con Status Consultivo
II en el Consejo Económico Social de Naciones Unidas con
personalidad
jurídica propia y plena capacidad legal, que agrupa a los
escritores y artistas cubanos (sobre la base de su
currículum artístico).
Fue fundada el 22 de agosto del año 1961 por
nuestro Poeta Nacional Nicolás Guillén, con el
objetivo de preservar el proyecto de justicia
social e independencia
nacional.
Desde su creación ha estado representada por
artistas de reconocido prestigio en todos los ámbitos de
las artes estéticas y filosóficas. Entre las
figuras que han estado en su dirección se encuentran:
Alejo Carpentier, José Lezama Lima y René
Portocarrero.
Y dentro de sus principales funciones está:
representar los intereses profesionales de todos sus miembros
para que puedan llevar adelante su labor social, para que puedan
llevar adelante su labor social, disponer de las condiciones
adecuadas y recibir los estimulos morales y materiales que
alientan la creación literaria y artística;
propiciar debates, foros, festivales y concursos; ampliar y
desarrollar los vinculos entre el arte y la educación,
contribuyendo a garantizar la base material de estudio, entre
otras.
2. Ministerio de Cultura de la República
de Cuba, http://www.min.cult.cu
- Discurso del Comandante Fidel Castro, Jefe del
Consejo de Estado y de ministros de la República de
Cuba, "Una revolución solo puede ser hija de la cultura
y de las ideas", pronunciada en el Aula Magna de la universidad
Central de Venezuela, el 3 de febrero de 1999. - Discurso del Comandante Fidel Castro en la
inauguración del segmento de alto nivel en el sexto
periodo de sesiones de las partes de la convención de
las Naciones Unidas "Lucha Contra la
Desertificación". - Discurso del comandante Fidel Castro en el inicio del
curso escolar 2003 – 2004, en la Plaza de la
Revolución, Ciudad de la Habana. - Discurso de Abel Prieto, Ministro de Cultura de la
República de Cuba, en la Cátedra de
Formación Política Ernesto Che Guevara, el 3 de
mayo del 2004. - Pola, Juan A. (1989) Entrevistas,
temas relacionados con la cultura.
Autor:
Liudmila Surnay Rodney Francis
Ingeniera Informática y profesora de la Universidad
de las Ciencias Informáticas (UCI).
Cursos de postgrados cursados:
Ideología de la Revolución
Cubana.
Inglés Intermedio
Gestión de Proyectos Internacionales
Infotecnología
Escuela Política del Partido Comunista de
Cuba