- Justificación
- Rasgos físicos de los
guaraní - Costumbres
- Lingüística
- Salud y vida de los
guaraníes - La medicina
guaraní - La alimentación
guaraní - La vivienda
guaraní - Organización social y
política de los guaraní - Economía
guaraní - Comercio: trueque –
intercambio - La religión
guaraní - Las etnias guaraníes y su
ubicación geográfica - Creencias y
rituales - Manifestaciones
artísticas
Diversas son las teorías
que existen acerca del origen del
hombre americano, y en particular de los Guarani. Una de
ellas expresa que el hombre
americano es socialmente heterogéneo. Provinieron de
aquellos hombres de Asia, Australia y
Malasia.
El camino que utilizaron para sus grandes migraciones fue a
través del Estrecho de Bering, en épocas de grandes
glaciaciones, y tal vez otros caminos marítimos a
través del Océano Pacifico.
En el Paraguay,
según las investigaciones
de la Dra. Branislava Susnik, tres serían las corrientes
migratorias, que establecieron sus reales orignes en estas
tierras, en épocas precolombinas.
La primera corriente migratoria llegada
al Paraguay precolombino es la australoide , es
decir, semejante a los primitivos habitantes del continente
australiano. Físicamente, su estructura
craneal era dolicocéfala (de cráneo muy oval o
más largo que ancho); la pigmentación de su
piel era
bronceada, y su estatura era de la alta a la baja. Su cultura era
parasitaria, pues se dedicaban a la recolección de
productos de
la naturaleza y a
la caza inferior y superior.
Las Parcialidades Indígenas descendientes de la corriente
australoide, que en la actualidad viven en la Región
Occidental de nuestro país, son: Choroti, Chulupi,
Lengua, Tova,
Angaite, Sanapana, Guana. Todos pertenecen a diversas Familias
Lingüísticas.
La segunda corriente migratoria llegada a
nuestro país en la época precolombina, sería
la protosiberiana , es decir, semejante a los
primeros pobladores de la Siberia. Físicamente, su
estructura craneana era dolicocefaloide, la pigmentación
de su piel era oliva claro y su estatura era baja. Su cultura se
caracterizaba por la utilización de instrumental de hueso.
Se dedicaban a la pesca.
Los actuales representantes de esta corriente en nuestro
país, son los Chamakokos y los Moro, también
ubicados en las Región Occidental del país.
La tercera corriente migratoria es la llamada
protomalaya o polinésica . Sus
representantes tenían caracteres idénticos a los de
los primeros pobladores del Sur de Asia y del Archipiélago
Indonesio. Físicamente, su conformación craneana
era braquicéfala (de cráneo casi redondo), sus
caracteres netamente mongoloides; la pigmentación de su
piel era amarillenta y su estatura era baja. Su cultura era
agrícola y usaban instrumentos de piedra pulida y el hacha
con mango.
Los descendientes de esta corriente migratoria en el Paraguay
actual, son en la Región Oriental los Mby'a, los Chiripa,
los Pâi Tavyterâ, los Ache Guajaki; y en la
Región Occidental los Guarajos y los Tapiete. Todas estas
parcialidades pertenecen a la Familia
Lingüística Guaraní.
Según el Prof. Dr. Dionisio González
Torres, los principales legados son: 1)El
Idioma Guarani, con su enorme caudal léxico; y 2)Los
conocimientos acerca de la naturaleza (flora y fauna, por
ejemplo). Los Guarani fueron y son profundos conocedores del
medio natural.
A medida de que pasa el tiempo los
diferentes descubrimiento apasionan mas al hombre , y mas
cuando se trata de avances
tecnológicos pero en realidad quizás uno de los
mayores misterios es el saber de nuestro pasado en de cada cosa
que algún día existió como forma de vida, es
así el caso como la cultura guarani para muchos
podría ser una de las tantas culturas indígenas
latinoamericanas que mantuvieron asiento en sur América
, pero cuando descubrimos poco a poco las características
que identificaron a esta cultura guarani que habita en Paraguay
pero que tiene descendencia en Bolivia y gran
parte de los países vecinos encontramos una cultura pasiva
y tolerante frente a la invasión española .donde de
acuerdo a las crónicas e historiadores los jesuitas
tuvieron un papel determinante en este asentamiento o comunidad
indígena, es Ali como la evangelización
llámese capuchinos , sacerdotes, redentoristas ,misioneros
o y diferentes congregaciones religiosas tienen y aun forman
parte de la historia guarani antes y
después .
Pero volviendo a razón por la cual los
españoles no les fue de gran atractivo esta cultura es por
que eran nómadas circunstancia que no les permitía
mantener mayores riquezas materiales,
pero en cambio
conocían mucho de medicina,
lugares y algunos metales que
fueron de admiración por los españoles teniendo en
cuenta la fundición y trabajo
detallado que tenían los objetos que adornaban sus
cuerpos.
Con toda la historia y emancipación
española en sur América , ligada al catolicismo y
nuevas formas de vida esta cultura aun se mantiene y a sido
ejemplo de firmeza ante costumbres de colonización tanto
así que en el Paraguay la mayoría de la población habla el guaraní. Por eso,
fue el primero de estos países que reconoció un
idioma autóctono como lengua nacional en 1967 ; desde
1992, es idioma oficial junto con el español.
Es asi que en esta investigación encontraremos material de
gran importancia para enseñanza y cultura personal e
incluso descubriremos aportes desconocidos de una de las culturas
amerindias que mantienen su nombre en la moneda oficial de su
país y un lengua es una de las mas empleada por la
población.
Siendo este trabajo un medio para dar una justa interpretación a cada una de las
características que pueden ser de importancia al reconocer
esta comunidad indígena que como muchas han sido testigos
de una barbarie emancipadora que trajo muerte temor y
una nuevas generaciones basadas es vivencias que no son nuestras,
pero que siguen latentes por los años y por la historia
donde tendrán que seguir en una constante
transformación de pensamientos y perpetuación de
sus antepasados.
Por varios años he escuchado acerca del paraguay
y esta fue la mejor oprtunidad para conocer algo mas sobre este
pais .Ya que muy poco o nada sabia pero en mi búsqueda de
información sobre el paraguya encontre algo
sobre la cultura guarni,que en muchas ocasiones habia escuchado
pero nunca pense que se tratara de un grupo
indígena ni tampoco que mantuvierna esas tradiciones de
vida.
De ahí surge este proceso de
investigación que poco a poco apasionaba mi ansia de saber
mas de los sobre esta cultura del Paraguay , que a pesar de ser
es un país pequeño con una población
estimada en 5.734.139 y con una extensión de 406.750
km2 . a sabido mantener la mística y la
influencia migratoria casi al limite de la aculturación
,muestra de ello
es la lengua y moneda oficial que tiene como nombre guarani Eso
quizás fue una de las razones por las que determine
descubrir a este pequeño país , que alverga a la
cultura guarani conocedora de sabiduría y conocimiento
ancestral. Que como la mayoría de comunidades de Latinoamérica a sido golpeada por la
discriminación y explotación pero se
han en el ámbito social y político en busca de sus
derechos..
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS: el físico
de los guaraníes era armonioso y robusto. De
estatura mediana, rostros ovalados, cabeza grande pelo oscuro y
abundante
La documentación histórica se refiere a
algunos rasgos físicos de los guaraníes en
general:
La estatura es poco elevada, raramente pasaba de 1,62 mts.
Las mujeres por lo general son más pequeñas. Su
talla media es de 1,50 mts.
La forma del cuerpo es maciza, hombros anchos, caderas gruesas,
manos y pies pequeños.
La cabeza es redonda, Rostro casi circular, nariz corta, boca
mediana, labios bastante finos, ojos pequeños y
expresivos.
El nacimiento. Cuando nace un
niño la madre es quien lo acompaña durante los
primeros años, en forma más directa que el padre,
quién por su mismo rol socio-económico de cazador
se mantenía alguna parte del tiempo ausente, sobre todo si
se trataba de cacerías colectivas de venados o
pecaríes. Ocasionalmente, cuando el grupo debía
desplazarse a un ritmo más acelerado, el padre
quién solía portar al niño sobre sus hombros
y llevarlos –en caso de no haberse establecido el grupo en
un lugar determinado– a perseguir con él a las
presas y sólo dejarlo con su madre al divisar huellas o
cualquier otro rastro que indique la presencia de algún
animal.
Generalmente la madre amamantaba al niño cada vez que
éste se lamentaba, y lo hacia hasta que el mismo se
tornaba relativamente grande (tres o cuatro años): No era
extraño así observar amamantar a una madre a dos o
más de sus hijos e inclusive a un pecarí o
coatí, que criaban como mascota y a los que alimentaban
como si formaran verdaderamente parte de la familia. Si por
alguna razón la madre no quería amamantar a su
niño, se colocaba en los pezones cera negra; en tal caso
solía dársele la pechuga de algún ave, sin
cocerla, para que el niño la succione.
Los dientes de los jakare que lograban capturar sus
padres, eran agujereados y ensartados a un cordoncito de fibra de
ortiga brava y enlazados al cuello de los niños.
No como un simple elemento ornamentativo sino que
fundamentalmente como sinónimo de la capacidad de
cazadores de sus padres. Era también común entre
los niños la utilización de collares de penes de
armadillos. Los collares indican en los niños el prestigio
social de sus padres, prestigio que en cierta medida se lo
atribuían como propio, especialmente durante sus juegos de
cacerías en los que solían narrar las
hazañas de sus padres como de ellos mismos e imitarlas a
semejanza de lo que habían oído.
El asiento de fogones. El fuego era y sigue
siendo el sitio de las reuniones familiares. En torno a
él, los niños aprendían –a
través de las conversaciones– las experiencias de
los mayores, los mitos. El
momento de ingerir las presas se tornaba en un encuentro entre
padres e hijos, como lo era la hora de dormir en la que se
colocaban unos sobre otros a un lado del fuego, como para lograr
calentarse y brindarse mútuamente con sus cuerpos una
temperatura
agradable.
El niño aprendía a través de estos hechos,
más que a dialogar a escuchar a sus padres y familiares, a
compartir el alimento, y el lecho, pues generalmente todos
comían de una misma porción que se iban pasando de
uno en uno, aunque a veces la madre o el padre extraía
pequeños trozos para los niños, sobre todo si estos
eran aun relativamente pequeños. Igualmente el lecho
constituía un elemento compartido, generalmente se daba a
los niños el lugar más próximo al fuego,
pero aún así estos debían cambiarse con
cierta frecuencia de posición para que los que
dormían junto a ellos puedan acomodarse con cierta
libertad.
La hora de acostarse, constituían el momento apropiado
para extraerse las espinas o astillas y para que los niños
procedan a sacar a sus mayores las garrapatas o piojos que se
desarrollan en las partes genitales o las axilas. En el asiento
de fogones los niños asimilaban de sus padres las reglas
de los cánticos que expresaban lamentaciones,
hazañas o deseos, aún que recién empezaban a
entonarlos una vez llegados a la adolescencia,
ello sin embargo no implicaba que estos canten a semejanza de sus
mayores o que ejecuten algún instrumento musical con el
simple fin de diversión.
La educación
sexual. Los padres Ache-Guayaki practican el acto
sexual, que era sinónimo "de fechar" delante de sus hijos
puesto que para ellos una forma de iniciarlos y desarrollar la
psico-sexualidad de
los infantiles. El niño descubría así parte
de su origen, ya que según las tradiciones la otra parte
era de origen animal, de la presa capturada por el padre y
sustanciada por la madre en su estado de
preñez. Era precisamente el nombre de esta presa el que
llevaba el niño. Cuando los infantes veían copular
a los animales los
observaban detenidamente y comentaban con sus semejantes muchas
veces en tono irónico la relación de
gestación en su más amplio contexto natural.
Entre los Guayaki del Yñarô, que practicaban la
poliandria, es de decir la unión de una mujer con varios
hombres; estos según el prestigio que gozaban ante su
mujer ocupaban una determinada posición en el lecho y
según las posiciones se les aplicaban apelativos que
definían el grado de su potencialidad
socio-económica. Los maridos debían ocuparse sin
excepción de todos los hijos de su mujer.
Las relaciones de los adultos homosexuales o cazadores fracasados
eran en cierta medida –los encargados del cuidados de los
infantes- junto con las madres de éstos y de realizar todo
tipo de labores domésticas como confeccionar cestos,
fabricación de cerámicas o recolección de
frutos o tubérculos
LENGUAJE: se distinguían tres grupos con
características dialectales;
1.- El amazónico que habla de ñe
engatú ( lengua hermosa o pulida ).
2.- El Tupí o Tupinambá ( guaraní
de la costa atlántica ).
3.- El grupo caracterizado por hablar el
avañe-é (lengua del hombre ), que comprende los
dialectos del Paraguay, Bolivia, Argentina y sur de Brasil,
emparentados entre sí.
Un ejemplo viviente son las
inscripciones del Cerro Polilla (Yvytyrusu, Guaira). Un
rstudio nuestra la probable manifestación gráfica
de los Guarani son las inscripciones que existen en algunos
tramos de la Cordillera del Yvytyrusu. Inscripciones que ya
fueron analizadas por varios especialistas, entre ellos, el
señor Nicolás Deyón, docente
holandés, quien luego de sus estudios que dichas
inscripciones no son rúnicas (es decir de los vikingos),
sino púnicas (es decir de los cartagineses).
En efecto, una parte del informe de
Deyón dice que cerca de 10 kilómetros detrás
de Villarrica en las montañas del Yvytyrusu está el
Cerro Polilla, cercano a un campo militar, en el terreno de un
señor de apellido Fernandez existe una pared blanca con
dibujos y
letras o petroglyfos llamados los doce alfabetos del
Yvytyrusu. De los doce, el Nº 10 es realmente un
alfabeto, leyendo desde abajo, de derecha a izquierda.
Afirma
Deyón que la
secuencia es hebrea: vocales dobles, vocales, y A B G D H
V Z I Q J L M N S P T . La mayoría de las letras
son de origen púnico de Cartago, con alguna influencia
Romana y un fuerte parecido con el Rúnico de los
Nórdicos.
Según el eminente Dr. Moisés Bertoni, en
su monumental obra "La civilización Guarani",
ningún pueblo en el mundo ha sabido resolver como el
Guarani las cuestiones referentes a la higiene, y con un
resultado tan brillante. Tampoco hubo, ni existe actualmente
pueblo cuya higiene práctica y popular esté en todo
tan de acuerdo con los más recientes progresos de la ciencia,
como los pueblos genuinamente Guarani. Y hay aun más: Los
Guarani pretendieron o intentaron resolver ciertos problemas que
la ciencia no
abordó todavía por su gravedad o por las
dificultades que se oponen.
La extraordinaria longevidad de los Guarani, es
seguramente la circunstancia que más claramente pone de
manifiesto la excelencia de su higiene. La sobriedad es
condición necesaria para una prolongada longevidad. Los
Guarani puros fueron dueños de una notable salud mental,
mantuvieron el ánimo sereno y tranquilo y conocieron la
alegría de vivir. La vida feliz que todavía
llevaban hace poco, es la prueba. Ahora bien, hablando de
verdaderos Guarani, ellos nunca cometen excesos, ni en el comer
ni en el beber. Thevet escribía "nunca comen fruta
alterada, ni que no esté bien madura, ni comida que no
esté bien cocida". Su sobriedad no se limitaba al comer
poco o comedidamente. Se esmeraban también en combatir el
vicio de la gula.
Ayunaban obligatoriamente en muchas ocasiones, según
Bertoni. Tal costumbre siempre fue general, desde las Antillas y
Guayanas hasta el Sur. Aunque los motivos pudieran variar, el
ayuno Guarani representaba una verdadera institución. Se
ayunaba y aun se ayuna por diversas causas: ayunos
místicos, ayunos medicinales, ayunos de educación de la
voluntad, y otros eventuales. Lo consideran como un ejercicio
necesario de tiempo en tiempo, y sacan motivo de orgullo en no
ser esclavos del comer. Los ayunos místicos siempre fueron
frecuentes. Así ayuna el avare, o karaiva, o paje, antes
de intentar una de sus evocaciones y aun para la
preparación de ciertas sustancias o medicamentos. Por el
nacimiento de un hijo, el padre también tiene que ayunar,
firme y contento a la vez.
Aseo esmerado había en las comidas y todo lo
referente a la preparación de los alimentos.
Rochefort escribió que salvo los días de comida en
común (fiestas o reuniones públicas), cada persona
tenía su pequeña mesa aparte. Sobre la mesa
ponía el más aseado de los manteles, que era una
verde hoja de banana. Siempre antes de comer lavan las manos con
mucho cuidado. Contraste muy notable con el descuido de que daban
triste ejemplo muchos indígenas de otra raza.
El ASEO DEL CUERPO , hombres, mujeres y
niños, al levantarse van a lavarse y nadar a los arroyos,
por más frío que haga. Entran al "agua, mojan la
cabeza, luego se lavan todo el cuerpo y zambullen…y algunos
días hay, en que lo hacen más de doce veces". Esta
era una de las razones del porque rechazaban el vestir como los
Europeos, lo que muy bien se comprende, y estaba puesto en
razón. Ciertas partes del cuerpo requieren un cuidado
especial. Así los Chiriguano se limpian la cabeza mediante
las semillas machacadas de Ñandyra, cuidan también
mucho de sus uñas, y no menos de las de los pies. El
lavarse la cabeza con el jabón natural
que ciertos vegetales contienen, era uso muy general y ha
persistido en todas partes donde haya población de cruza
Guarani inclusive. Se indica otro punto especial, cual es el
horror que ciertas impurezas despiertan entre los Guarani, al
punto que las mujeres ocultan con gran cuidado su
menstruación.
La urukuización . Cada mañana,
después del primer baño, y previo secarse
perfectamente, todo varón se hacía frotar todo el
cuerpo con un ungüento hecho de uruku (árbol
neotrópico común), materia
colorante que se forma en torno a las semillas. Esta
operación la hacía la mujer u otra
persona de la casa, por medio de una esponja. Resultaba que todo
el cuerpo, inclusive el rostro, presentase un tinte colorado
pálido especial, bastante lustroso, extraño, pero
no desagradable a la vista. Cada mañana temprano el hombre
se lavaba vigorosamente todo el cuerpo, hasta que el residuo del
uruku del día anterior desapareciese completamente o casi.
La urukuización se conservó a través de las
edades y del continente, llegando hasta nuestras selvas, pero
disminuyendo gradualmente de importancia.
Los ejercicios físicos empezaban desde la
infancia. Se
puede decir que el niño Guarani es sometido al ejercicio
desde su nacimiento. No conoce faja, ni mucho abrigo, ni mucho
reposo, porque la madre seguidamente le lleva consigo en sus
diarias ocupaciones y en sus viajes, en
espera de que el padre, si el hijo es varón, lo tome muy
tempranamente a su cargo para que le acompañe en todo, que
no sea el combate o en las reuniones públicas.
El sueño . Llegado el sueño, el
indio va a la hamaca. No conoce eso de resistirse al
sueño, ni el tomar mate o algo parecido para perder el
sueño. Cuando le da, se acuesta y duerme, no haciendo caso
de los demás. En viaje, en los campamentos donde no pueden
hacerse de una cama, o cuando llegan de visita en casas de
cristianos, los que nunca se la ofrecen, el indio duerme sobre el
suelo,
cubriéndose el tronco y la cabeza, y con los pies desnudos
cerca del fuego, que mantiene prendido toda la noche. La hamaca
es una de las características de los Guarani
Los médicos han mantenido en secreto sus
conocimientos, es ilusión creer que un transeúnte o
viajero de ocasión les pueda sacar datos muy
importantes o verdaderas revelaciones al respecto del ARTE DE CURAR. Es
cosa sabida que más el curioso insiste y más el
indio se retrae; a no ser que para liberarse del fastidio,
éste suelta alguna mentira, caso no muy raro.
A la higiene indígena y la excelencia del clima,
atribuían el hecho de que se observasen en América
mucho menos enfermedades que en Europa y otras
partes del mundo. Así, la sífilis no
es de origen americano, ni existió en este continente
antes del descubrimiento.
La chupada o succión es una forma atenuada de la ventosa,
y los Guarani la utilizaban comúnmente. La ventosa Guarani
se hacía cortando convenientemente una calabaza o porongo,
de manera a formar un embudo o cornete, que se aplicaba
extrayendo el aire por
aspiración, por la parte angosta debidamente agujereada.
Desde antiguo ya usaban los Guarani la ventosa
escarificada , sabiendo aplicarla con gran conocimiento
en muchas enfermedades, principalmente en las morbosas e
inflamatorias.
Las enfermedades digestivas eran
prácticamente desconocidas por ellos, partiendo de la base
de su alimentación, casi vegetariana y muy
natural, que no forzaba mucho la digestión. Conocieron
como ninguno, las plantas medicinales , y daban
un cuidadoso uso a cada una de ellas, según las
circunstancias.
El paje , según González Torres,
es una mezcla de hombre mago, sacerdote y médico. Ellos
conocían también de "técnicas"
para causar o curar enfermedades. Este paje cuenta con un
paje-mirî , su ayudante, que con el correr del
tiempo ocupaba el cargo de aquel.
Según Bertoni, los verdaderos médicos
indígenas -que los hay, y buenos- han mantenido en secreto
sus conocimientos, es ilusión creer que un
transeúnte o viajero de ocasión les pueda sacar
datos muy importantes o verdaderas revelaciones al respecto del
ARTE DE CURAR. Es cosa sabida que más el curioso insiste y
más el indio se retrae; a no ser que para liberarse del
fastidio, éste suelta alguna mentira, caso no muy
raro.
A la higiene indígena y la excelencia del clima,
atribuían el hecho de que se observasen en América
mucho menos enfermedades que en Europa y otras partes del mundo.
Así, la sífilis no es de origen americano, ni
existió en este continente antes del descubrimiento.
Como cura conocen el baño caliente, y el
uso del barro. También conocen antidiarréicos,
disentéricos, antisépticos, gárgaras.
Utilizan el pohâ aku y el pohâ ro'ysâ. El
pohâ se prepara 1) hervido, 2) cocinado, 3) machacado, 4)
mezclado, como por ejemplo ciertas plantas
machacadas con miel, resultando poderosas infusiones.
La alimentación . Todos los
pueblos Guarani eran más o menos vegetarianos, y algunos
lo eran en absoluto. Aún donde comían pescado, la
alimentación carnívora les enfermaba, y muchos no
soportaban la alimentación europea. No tenían los
Guarani tradición alguna de haber sido pueblo cazador. Sus
antepasados vivían de hojas y yuyos, mandioca y batata. Lo
absoluto que era el antiguo vegetalismo Guarani está
claramente indicado por otra tradición que Rochefort nos
ha transmitido, tradición muy antigua entre ellos,
según la cual sus antepasados no se alimentaban sino de
yerbas o yuyos y de frutos naturales de la tierra. Los
Guarani nunca comieron huevos de ninguna clase. Dos
motivos tenían, uno es higiénico (el huevo de los
animales superiores prácticamente es carne, y carne de las
más putrescibles) y místico el otro (es un lujo de
destrucción, teniendo en cuanta el número de seres
que se destruyen en embrión al alimentarse la persona con
huevos). La alimentación base se daba a través de
la mandioca, maíz,
batata, frutas y miel. Entre las frutas la banana el anana, el
kumanda, aratiku, arasa, jakarati'a, pakuri, andai,
kurapepê, mbokaja, etc. No usaban tabaco, ni
tomaban mate, ni otro estimulante o narcótico,
según Bertoni.
La Vivienda Guarani, de
característica precaria, es construida de ramas y hojas de
árboles. Es precaria, debido al casi
constante nomadismo. La base de la construcción siempre fue vegetal.
Muy pocos Muebles, útiles y utensilios
conoció el Guarani, solo los necesarios, de fácil
transporte,
prácticos. El arco y la flecha, el ajaka, alguna canoa,
los tembipuru de la casa, el hy'a para beber y conservar agua, el
kambuchi, y el japepo (que también era usado para enterrar
a los muerto
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA DE LOS
GUARANI
: vivían en aldeas, en tribus que ocupaban en los
claros de la selva, las familias vivían en casas comunales
que tenían su jefe, este tenía su aposento en el
centro de la cabaña, que era larga hasta 60 metros, de una
sola pieza donde cabían de 60 hasta 120 personas, los
jefes de las casa comunales formaban el consejo de jefes, en el
que eran tratados y
resueltos los principales problemas de la comunidad, la aldea
estaba dirigida por un jefe político llamado
Mburubichá, y un jefe religioso llamado Shaman, la familia
y el matrimonio
constituían el núcleo básico de la sociedad.
La participación en el consumo de
Alimentos era una ceremonia comunitaria. Toda la Comunidad se
alimentaba del animal que se cazaba, de los productos cultivados
y de aquellos que eran recolectados en el monte.
ECONOMÍA: cada grupo poseía exclusividad
sobre una extensa área territorial y cada familia
poseía un lote de tierra en las
plantaciones en comuacuten, y cada esposa su huerta particular,
el hombre hacía el desmonte, y la mujer plantaba,
cosechaba y preparaba los alimentos; plantaban maíz,
calabaza, poroto, tabaco y mandioca. Otro elemento de la
alimentación lo constituía la carne, producto de la
caza y de la pesca. La propiedad era
comunal ( tupambaé ), sólo los objetos de uso
personal eran de propiedad privada ( abambaí ).
Por su condición de agricultores, los
guaraníes eran un pueblo básicamente vegetariano.
La carne ocupaba un lugar secundario en la alimentación y
dependía de la cacería de animales y aves
silvestres y de la pesca. Consumían también el
tambú, una larva que se desarrolla en los tallos de
palmeras. La producción agrícola era muy variada
destacándose el maíz, la mandioca, el zapallo, el
tabaco, la batata dulce y una gran variedad de
porotos.
Ibirá-cuá del guaraní,
Ibirá(palo, madera) y
Cuá (hoyo, agujero). Era un método de
cultivo utilizado por el pueblo guaraní consistente en la
perforación del terreno mediante un palo con punta que
servía para hacer el hoyo donde se sembraba la semilla.
Usualmente constituía un trabajo propio de la
mujer.
Otros productos vegetales eran obtenidos directamente
del monte o la selva, tal el caso de las hierbas medicinales,
frutos como el guayabo y la piña o ananá y la yerba
mate.
la Dra. Branislava Susnik al respecto de la
organización sociopolítica: Cada sociedad que
políticamente no constituye un estado-gobierno, se
fundamenta en determinados set de mutualidad territorial y en el
parentesco socioculturalmente categorizado, verdaderos lazos
unificatorios y reguladores de la convivencia; es -en síntesis–
la unidad sociobiológica y sociolocal.
La comunidad o grupo local -bandas, aldeas, vecindad de grupos
domésticos dispersos, unidades clánicas- es
esencialmente una asociación de doble carácter : es una asociación
territorial con el derecho a la explotación de los
recursos
naturales, a la posesión o al usufructo de la tierra y
también a la extensión local; y es también
una asociación de sus miembros, con pautas definidas de
convivencia social, la que básicamente integra tres
elementos: esfuerzo colectivo en las actividades subsistenciales
y ceremoniales; orden social y paz comunal.
La comunidad compuesta de familia extensas, linajes, clanes, es
siempre ya una unidad política. Hay
tendencia hacia la formación de unidades políticas
mayores, cuando se establece una relación intercomunal. En
estos casos, cada comunidad puede mantener su autonomía
económica y social, pero es políticamente asociada
con la otra, formándose la conciencia de
grupos regionales, mediando ya una regulación
política.
El interés
por el matrimonio -en las sociedades que
viven en pequeñas comunidades, si bien
económicamente autosuficientes- se centra en tres
postulados: la perpetuación biológica del grupo, la
eficacia de la
cooperación subsistencial y la convivencia grupal. El
matrimonio no es simple unión entre un hombre y una mujer,
sino una unión socialmente reconocida para integrarse al
determinado orden unificatorio de la comunidad.
Los cónyuges deben acatar normas de la
comunidad, aceptar la filiación social preestablecida de
su descendencia y observar la conducta pautada
con sus parientes consanguíneos y afines, siendo las
familias aliadas de ambos contrayentes, un factor importante para
la unidad grupal.
La familia . El matrimonio que inicia una
familia, no es, generalmente, independiente en las sociedades
primitivas; se encastra dentro de un grupo doméstico ya
establecido y constituye parte de una familia extensa. En ese
sentido, la residencia más generalizada es patrilocal o
matrilocal. En el primero de los casos, la mujer está
obligada a seguir a su marido, localizarse e integrarse al grupo
doméstico de él.
Las clases sociales . En una sociedad de simple
subsistencia y tecnología
mínima, la organización social, por parentesco, simple
o ampliado, cumple con las necesarias funciones
cooperativas;
hay solamente una diferenciación por edad y sexo, un
principio biológico, pero conceptuado culturalmente. Los
recursos
naturales son accesibles a todos y explotados uniformemente por
los miembros de una comunidad; puede establecerse el prestigio
social de un hábil cazador, diestro canoero o valiente
guerrero, pero no se constituye en el motivo de una
diferenciación social, si bien puede llevar a un rol
lideral.
Por otro lado, en una sociedad que llega a alta productividad
económica, cuando hay la propiedad, un intercambio de
bienes
organizado, una adquisición económica por medios
violentos o un liderazgo
institucionalizado, surge la necesidad de la adecuada distribución de los bienes
económicos y del control social
respectivo y se acondiciona una diferenciación social por
la posición de los miembros de una sociedad y sus
interrelaciones; se forman determinadas clases
sociales, con status desigual, generalmente hereditarias, si
bien con ocasionales posibilidades de una movilidad social de los
individuos.
Con las clases sociales se desarrolla una nueva escala del
trabajo organizado (familia, tribu, táva), una nueva
valorización de los recursos económicos, se
establecen nuevos vínculos sociales, fuera del parentesco
real o social y una nueva organización política de
la sociedad. En el ámbito Guarani predominan la riqueza
económica, natural y productiva, el intercambio de bienes,
las guerras
intertribales y la posesión político-territorial,
como los factores principales que acondicionan la
diferenciación social.
cada grupo poseía exclusividad sobre una extensa
área territorial y cada familia poseía un lote de
tierra en las plantaciones en comuacuten, y cada esposa su huerta
particular, el hombre hacía el desmonte, y la mujer
plantaba, cosechaba y preparaba los alimentos; plantaban
maíz, calabaza, poroto, tabaco y mandioca. Otro elemento
de la alimentación lo constituía la carne, producto
de la caza y de la pesca. La propiedad era comunal (
tupambaé ), sólo los objetos de uso personal eran
de propiedad privada ( abambaí ).
Por su condición de agricultores, los
guaraníes eran un pueblo básicamente vegetariano.
La carne ocupaba un lugar secundario en la alimentación y
dependía de la cacería de animales y aves
silvestres y de la pesca. Consumían también el
tambú, una larva que se desarrolla en los tallos de
palmeras. La producción agrícola era muy variada
destacándose el maíz, la mandioca, el zapallo, el
tabaco, la batata dulce y una gran variedad de
porotos.
Ibirá-cuá del guaraní,
Ibirá(palo, madera) y Cuá (hoyo, agujero). Era un
método de cultivo utilizado por el pueblo guaraní
consistente en la perforación del terreno mediante un palo
con punta que servía para hacer el hoyo donde se sembraba
la semilla. Usualmente constituía un trabajo propio de la
mujer.
Otros productos vegetales eran obtenidos directamente
del monte o la selva, tal yerba mate.el caso de las hierbas
medicinales, frutos como el guayabo y la piña
o ananá y la ARMAS Y
ÚTILES: los elementos empleados en las labores
agrícolas eran los siguientes: para moler el maíz
usaban los morteros de madera cavados en troncos de
árboles; para el cultivo el palo de plantar o de sembrar,
con punta aguzada; también usaban hachas y rudimentarias
piedras de moler. Para hacer el fuego empleaban el taladro o
aparato de producir fuego por sistema de
frotación. Las armas principales eran: la maza, la macana,
el arco y la flecha. Algunos grupos empleaban lanza.
los pueblos recolectores, pescadores y cazadores de
nivel subsistencial no valoraban la tierra en sí como un
bien económico, sino por el potencial de sus recursos
naturales y explotables. Las tribus tienen conciencia de su
territorio ocupacionalmente hereditario y de libre
explotación, defendiendo sus límites
naturales contra la invasión los extraños.
Economía-Riqueza : La economía
subsistencial en las sociedades simples -explotación
también limitada de recursos naturales– permite pocos
excedentes circunstanciales; los grupos domésticos son
productores y consumidores a la vez; el intercambio
periférico es de poca importancia; la subsistencia a base
de cultivo, significa una mayor movilidad económica por su
asociación con la caza o la pesca. Las sociedades con una
economía verdaderamente rica, en cambio, manifiestan una
economía acumulativa por la intensiva explotación
de los abundantes recursos naturales, con excedentes de gran
importancia; coexiste la organización productiva del
trabajo, la categorización de los bienes tangibles y la
diferenciación por clases sociales; en ésta, los
líderes imponen el control social y su autoridad.
COMERCIO:
TRUQUE – INTERCAMBIO
Cada sociedad, aun con simple susbistencia, tiene una
determinada periferia territorial, la que promueve contactos
culturales; el trueque periférico simple
o ya un comercio
intertribal acondicionado y continuo significan no solamente una
circulación extensiva de bienes y una escala de
valoración de bienes, sino también una estimulante
movilidad espacial y nuevas relaciones asociacionales. El trueque
constituía también la base de las primeras
relaciones tribales con el nuevo ambiente de
los blancos; hierro para
hachas, puntas de flechas y lanzas, objetos de adorno por el
prestigio social, eran los ítems culturales nuevos de
preferencia, cambiables por pieles, mantas y fribras; esto
provocó entre muchos grupos tribales una
explotación más intensiva de sus recursos naturales
y una producción manufacturera mayor.
El intercambio es de poca importancia, no
obstante, existe una cadena de intercambios de regalos
interpersonales e intercomunales, basada en visitas ocasionales o
periódicas. Las visitas a los parientes
consanguíneos o afines, especialmente en casos de escasez
subsistencial, obligan a regalos de ayuda con ítemes
alimenticios; la misma obligación vale como regla de
solidaridad entre
los miembros dispersos de una hermandad clánica. El regalo
se da y se acepta con cierta ceremonia para no lesionar el
prestigio social del beneficiado. Los parientes necesitados
pueden visitar a su gente de otras comunidades, trayendo consigo
adornos y otros ítemes, recibiendo en cambio los
alimentos; y si bien no hay una relación económica
entre tales bienes, el intercambio se considera justo y
balanceado.
LA RELIGIÓN
GUARANI
La faceta espiritual del guaraní constituye uno
de los aspectos más llamativos y atrayente de su
cultura.
Desde el mismo momento de la conquista hispánica,
llamo la atención de los conquistadores y
colonizadores el hecho de que los guaraní no poseyeran
templos, ni ídolos o imágenes
para venerar, ni grandes centros ceremoniales.
No dudaron en concluir que se trataba de un pueblo sin
ningún tipo de creencias religiosas. La verdad era otra,
la religiosidad existía y era profundamente espiritual, a
tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos
tallados.
Ñanderuvusu, nuestro padre grande, o
Ñamandu, el primero, el origen y principio, o
Ñandejara, nuestro dueño, eran los nombres
que hacían referencia a uEn cuanto a la
RELIGIÓN podemos señalar que es el
centro del cual proceden formas de comportamiento
y la cultura misma del indígena. Los Guarani son
monoteístas. Los Mby'a -estudiados por Cadogan- creen en
Ñande Ru Papa Tenonde (nuestro padre, el último
entre los últimos, pero el primero de todos), los
Pâi por su parte veneran a Ñane Ramói Papa
(nuestro abuelo ultimo y primero). En fin, el solo hecho de
concebir la existencia de dicho Dios, es signo elocuente de su
comprensión del proceso de la creación, con
fundamento religioso, claro.
Por otra parte, el concebir un padre, último y primero, es
algo notablemente llamativo, que no todas las culturas primitivas
llegaron a concebir. El Dios descripto por Cadogan, a más
de crear el universo, la
tierra, los animales, vegetales, minerales, al ser
humano, etc; primero crea el fundamento del lenguaje
humano (el idioma, la palabra), una porción de amor al
prójimo, y crea un himno sagrado, en su soledad; y hace
que formen parte –el lenguaje,
el amor, y el
himno- de su propia divinidad. Este principio justifica el
tremendo valor que
tiene para el indígena, la palabra. El
ñe'êngatu , por consiguiente, es
quien tiene el don, la virtud de usar la palabra.
Por otra parte, él busca el aguyje y lo
logra mediante el tekokatu , es decir la vida
plena. El indígena busca el tekokatu, mediante ejercicios
morales, físicos, y conviviendo en armonía con la
naturaleza. La palabra katu (
ngatu ) es también una excelente unidad
para medir los alcances de la civilización Guarani. Katu
quiere decir pleno o perfecto, por ello la Iglesia
Cristiana toma la expresión Marangatu (Marä'ÿ =
inmaculado + ngatu = perfecto) para referirse a los santos. El
indígena tiene la concepción de lo perfecto y de la
perfección, otra virtud que no todas las culturas antiguas
concebían.
Además del tekokatu, el indígena plantea el
tekojoja (vida justa, igualitaria), y
también, pone de manifiesto el jekupyty
(teko + rupyty), sinónimo de solidaridad.
Quien no ingresó al mundo profundo del Guarani puede
seguir juzgando equivocada y hasta maliciosamente, pero quien
conoce una parte de aquella cosmovisión Guarani, no puede
menos que asombrarse y ponderar extraordinariamente los altos
kilates de la Civilización Guarani. 500 años y un
poco después del "descubrimiento oficial" del continente
americano, la palabra Guarani, el idioma Guarani, sigue vigente,
y hablado por la mayoría de la población paraguaya,
tan solo a manera de un ejemplo.
Mucha gente ignorante de la cosmovisión Guarani,
se preguntó mas de una vez, si por que ellos no trabajan
como "nosotros", o porqué no construyen como "nosotros". Y
la cuestión y su explicación pasan en este caso,
por una cuestión filosófica-religiosa.
El Guarani tiene una concepción muy espiritual -no
materialista- de la vida terrena. Él no viene a la tierra
para vivir eternamente, es un simple transeúnte hacia otra
meta; es un individuo de
corta existencia terrenal, así piensan y dicen ellos. Por
esa razón, es que para el Guarani la tierra, los animales,
los vegetales, los minerales, en fin, la naturaleza no
tiene "dueños".
El Guarani viene al mundo terrenal para lograr una
perfección, un estado de plenitud, el
aguyje . Para ello debe convivir
armónicamente con sus semejantes y fundamentalmente con la
naturaleza que le rodea. Debe usar la naturaleza pero
racionalmente, pensando fraternal y solidariamente en los
demás. En la naturaleza cada componente tiene un genio
protector ( Jarýi o Póra ),
así; tajy jarýi, guasu jarýi, ka'a
jarýi, etc. los cuales se manifiestan -para advertir o
sancionar- a quienes osaren abusar de la naturaleza, por ejemplo
matando 20 guasu, cuando que probablemente precise de uno
solamente para alimentarse él y su familia, y para dar
(porombojopói) a algún vecino.
El uso de la naturaleza conlleva al agotamiento de la misma y es
esa señal, la que mueve al indígena a buscar una
tierra nueva, fértil, virgen, no explotada aún, es
el yvy marâ'ÿ ; a la cual llega
mediante un constante peregrinar nómada. El lugar
abandonado volverá a regenerar y servirá a otros.
Esta es la razón fundamental del
nomadismo Guarani. En principio el
indígena se dedicaba a la simple recolección (po'o.
Po = producto + 'o = extraer, sacar). El nomadismo no tiene su
causa única -como muchos piensan- en la necesidad de
migrar luego del fallecimiento de algún líder,
pues su alma
quedará rondando y molestando a la comunidad; sino y
fundamentalmente, tiene su causa en la necesidad de hallar un
nuevo yvy marä'ÿ. Recordemos que era común el
culto a los huesos -Cadogan
lo recuerda en su obra Ayvu Rapyta- de allí que los
indígenas recuperaban los huesos de sus difuntos, y los
llevaban consigo; ofreciéndoles frecuentemente sus
plegarias, cantos y danzas (ñembo'e jeroky), procurando la
reencarnación, inspirados en el mito -que
sobre la reencarnación- protagonizó el
mítico Pa'i rete kuaray.
Otra seña de la conciencia de que la vida terrena es
pasajera, es el hecho de que el indígena nunca puso su
nombre a un lugar -costumbre común entre paraguayos y
extranjeros- en nombres de ciudades, calles, etc. Más
bien, él toma su nombre de la naturaleza, así:
Kapi'ata, el Mburuvicha toma su nombre del vegetal
kapi'i'atâ. El indígena es un profundo protector y
conocedor de la naturaleza. Su vida tiene sentido, tiene
razón en el monte, en la na La raza guaraní en la
actualidad se divide principalmente en cuatro etnias, a saber:
Mbyá, Avá, Paí ó Pañ' y
Chiripá. Sin embargo, de acuerdo al material
bibliográfico que se consulte y al periodo de la historia
al que esté refiriendo, es posible encontrar muchos
más grupos humanos guaraníes con otras
denominaciones. Es por ello que definir claramente el espacio
geográfico que ocupaban a la llegada de los
españoles se dificulta bastante, dado que de acuerdo a los
grupos y sub-grupos étnicos a los que se haga referencia,
difiere la magnitud de la superficie de su hábitat. Por ejemplo, Hélene
Clastrés habla de los tupí-guaraní y los
sitúa entre la cuenca inferior del río Amazonas
– Cananea – hasta Río Grande do Sul de Norte a
Sur, y desde el Atlántico hasta el Río Paraguay de
Este a Oeste[1]; el Padre Franz Müller, misionero que
trabajó con los guaraníes a principios del
siglo XX – 1908 – deja registro de la
ubicación de los guaraníes a esa altura de la
historia "A partir de los 27º de latitud Sud hasta
aproximadamente los 25º lat. Sud hacia el Norte tiene su
habitat casi exclusivamente los Mbyá en la llanura y los
Guayakí en las serranías… Desde allí hacia
e Norte, aún llegando hasta el Salto Guairá y
más allá hasta entrar en Matto Grosso, aparecen,
según nuestros datos, los Mbyá, si bien no como una
colectividad cerrada, sino entre las tribus Pañ' y
Chiripá como un enclave y mezclados con ellos. Los
asentamientos de los Chiripá se encuentran, en su
mayoría, hacia el Sud, los de los Pañ' generalmente
hacia el Norte del río Jejuiguazú"[2]; y un informe
publicado en internet habla
específicamente de las etnias Mbyá y Avá
Guaraní ubicadas entre las mesopotamias conformadas por
los ríos Uruguay,
Paraná y Paraguay[3].
De tales lecturas se desprende la vasta superficie habitada
naturalmente por esta raza. Dentro de la cual encontraban todo lo
necesario para su supervivencia y el desarrollo de
su cultura.
EL CULTO A LOS MUERTOS: para los guaraníes el
espíritu de los antepasados y de los héroes
míticos están siempre vivos en el seno de la
comunidad, no solo simbólicamente, sino realmente habitan
en los adornos que los representan; existen relaciones muy
estrechas y continuas entre la comunidad de los vivos y la de los
muertos, que se manifiesta en la ayuda mutua, los muertos los
proveen de alimentos, les enviaban la lluvia, velan por su
bienestar y los estimulaban en la guerra, en
cambio éstos, aparte de los ritos, ofrendas y
vengar a los muertos en honor a ellos celebraban una gran fiesta
anual .
EL CHAMAN O SACERDOTE: en suma es el chamán un
sacerdote dotado de poderes sobrenaturales, que tiene el poder de hacer
llover ( pluviomago ), adivino, profeta, hechicero, sabio,
médico, jefe espiritual de la comunidad y director de
danzas y ceremonias. El poder del chamán es muy grande,
entra en comunicación con los espíritus
buenos y malos y defiende a su comunidad contra aquellos que son
malos.
La Teogonía Guaraní comienza,
personificando el Poder Ordenador, infinito, Universal y Eterno,
en TUPÁ. Es decir, que es el mismo, la totalidad
pródiga de los bienes necesarios para subsistir. Habita en
los dominios de CUARAJHI, el Sol, origen de
la luz, morada de la
madre de la luz. A su vez este genera una personificación
ya canalizada en el sentido de ámbito universal: ARA, que
significa día, espacio de cielo, tiempo, y por
consiguiente, luz. Sigue YACY, la luna, a la que se considera
madre de la raza, y que por ello conserva un sentido sexual
perfectamente determinado (mujer, hembra, fuente fecunda,
etc.).
A YACY, siguiendo ese concepto se la
considera "madre de las plantas", de los frutos que germinan y
las flores de todo orden. Por consiguiente, el sentido vital de
su influencia se hace sentir en el curso de las aguas y mantiene
su gravitación sobre las estaciones y sobre la estabilidad
productora del suelo
LAS ETNIAS GURANIES
Y SU UBICACIÓN GEOGRAFICA
La raza guaraní en la actualidad se divide
principalmente en cuatro etnias, a saber: Mbyá,
Avá, Paí ó Pañ' y Chiripá. Sin
embargo, de acuerdo al material bibliográfico que se
consulte y al periodo de la historia al que esté
refiriendo, es posible encontrar muchos más grupos humanos
guaraníes con otras denominaciones. Es por ello que
definir claramente el espacio geográfico que ocupaban a la
llegada de los españoles se dificulta bastante, dado que
de acuerdo a los grupos y sub-grupos étnicos a los que se
haga referencia, difiere la magnitud de la superficie de su
hábitat. Por ejemplo, Hélene Clastrés habla
de los tupí-guaraní y los sitúa entre la
cuenca inferior del río Amazonas – Cananea –
hasta Río Grande do Sul de Norte a Sur, y desde el
Atlántico hasta el Río Paraguay de Este a Oeste[1];
el Padre Franz Müller, misionero que trabajó con los
guaraníes a principios del siglo XX – 1908 –
deja registro de la ubicación de los guaraníes a
esa altura de la historia "A partir de los 27º de latitud
Sud hasta aproximadamente los 25º lat. Sud hacia el Norte
tiene su habitat casi exclusivamente los Mbyá en la
llanura y los Guayakí en las serranías… Desde
allí hacia e Norte, aún llegando hasta el Salto
Guairá y más allá hasta entrar en Matto
Grosso, aparecen, según nuestros datos, los Mbyá,
si bien no como una colectividad cerrada, sino entre las tribus
Pañ' y Chiripá como un enclave y mezclados con
ellos. Los asentamientos de los Chiripá se encuentran, en
su mayoría, hacia el Sud, los de los Pañ'
generalmente hacia el Norte del río Jejuiguazú"[2];
y un informe publicado en internet habla específicamente
de las etnias Mbyá y Avá Guaraní ubicadas
entre las mesopotamias conformadas por los ríos Uruguay,
Paraná y Paraguay[3].
De tales lecturas se desprende la vasta superficie habitada
naturalmente por esta raza. Dentro de la cual encontraban todo lo
necesario para su supervivencia y el desarrollo de su
cultura.
La faceta espiritual del guaraní constituye uno
de los aspectos más llamativos y atrayente de su
cultura.
Desde el mismo momento de la conquista hispánica,
llamo la atención de los conquistadores y colonizadores el
hecho de que los guaraní no poseyeran templos, ni
ídolos o imágenes para venerar, ni grandes centros
ceremoniales.
No dudaron en concluir que se trataba de un pueblo sin
ningún tipo de creencias religiosas. La verdad era otra,
la religiosidad existía y era profundamente espiritual, a
tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos
tallados.
Ñanderuvusu, nuestro padre grande, o
Ñamandu, el primero, el origen y principio, o
Ñandejara, nuestro dueño, eran los nombres
que hacían referencia a una divinidad que era concebida
como invisible, eterno, omnipresente y omnipotente. Una entidad
espiritual concreta y viviente que podía relacionarse con
los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible de
TUPÂ, el trueno. Se manifestaba en la plenitud de la
naturaleza y del cosmos, pero nunca en una imagen material.
Ñamandu no era el dios exclusivo de los
guaraníes, era el dios padre de todos los
hombres.
Frente a Ñamandu, el padre bondadoso, el
dador de vida y sustento del equilibrio del
orden universal, estaba la otra dimensión de la realidad
espiritual, el MAL, expresado en el concepto de
Aña. Esta fuerza
maléfica era la generadora de la muerte, la
enfermedad, la escasez de alimentos y las catástrofes
naturales.
Para los guaraníes esta tierra y esta vida no
eran la perfección. Existía un lugar donde todo era
perfecto, la Tierra sin Mal. La vida del hombre era un andar
hacia aquel sitio, al que se podía llegar luego de la
muerte física,
y en algunos casos excepcionales corporalmente, sin pasar por el
trance de la muerte. La Tierra sin Mal no constituía un
mito para los guaraníes. Era un lugar real, concreto, que
se ubicaba imprecisamente hacia el este, más allá
del Gran Mar (océano Atlántico). Esta creencia en
la Tierra sin Mal generaba periódicamente grandes
migraciones en su búsqueda, inspiradas por el mesianismo
de algunos chamanes o paye.
Creían en la inmortalidad del espíritu y
en el hecho de que la muerte consistía en el acto por el
cual el alma o anguera abandonaba el cuerpo físico
ya sin vida o te’ongue.
Muerto el individuo, sus familiares procedían a
la destrucción de todas aquellas pertenencias del mismo
que pudieran retenerlo indebidamente en el mundo de los vivos. Si
el alma quedaba, por simpatía hacia algún objeto,
en el mundo terrenal, se transformaba en un angueru o alma
en pena. El angueru o anguera inclusive, podía
manifestarse a los vivos bajo el aspecto de un póra
o fantasma.
El difunto era enterrado en un japepo, una vasija
de cerámica de dimensiones considerables. El
japepo no tenía una utilización
específicamente fúnebre sino que cumplía
múltiples funciones.
Concebido por las manos alfareras de la mujer
guaraní, servia para la cocción de los alimentos,
para la fermentación de las bebidas
alcohólicas y para servirlas en los agasajos, y luego
finalizaba convertido en urna funeraria.
Existían dos formas de tratar al cadáver.
Una consistía en dejar abandonado el cuerpo del difunto
durante algún tiempo prudencial en el monte, para que
sufriera el proceso del descarne. Luego, los huesos eran
recogidos y depositados en el interior del japepo. Otra
forma era la de introducir el cadáver completo en el
interior de la urna, acomodándolo en una posición
fetal.
La urna era enterrada en el mismo sector que ocupaban
las viviendas. Junto al japepo se depositaban otras
pequeñas vasijas cerámicas que contenían
alimentos y bebidas, ya que se consideraba que en sus primeros
estadios de desprendimiento del mundo terrenal, el alma
aún conservaba ciertas apetencias humanas.
El pueblo guaraní poseyó desde un
inicio, un carácter intrusivo en la región
platense. Su entrada fue violenta y determinó una
existencia constantemente ofensiva y defensiva respecto a las
poblaciones aborígenes no guaraníes que habitaban
la región.
Los ataques se realizaban en forma masiva. Previo al
ataque, sé hacia caer sobre las fuerzas adversarias una
lluvia de flechas y piedras. Luego venía la embestida
directa con lanzas, macanas o garrotes. La crueldad con los
vencidos era extrema. Algunos de los prisioneros eran reservados
para esclavos, mientras que otros lo eran para ser comidos en
banquetes rituales. La antropofagia era una práctica
común entre los guaraníes. Se consideraba que al
ingerir la carne del enemigo vencido, existía una
apropiación del valor y de las virtudes guerreras del
mismo.
LA MITOLOGÍA GUARANÍ: El vasto solar
guaranítico, que va desde las extendidas campiñas,
serranías airosas, arroyuelos, grandes ríos, y
sobre todo, selva inmensa, es escenario propicio para una rica
mitología.
Las creencias se hacen carne. El "ava", el indio, es un
ente que vibra con el medio y responde instintivamente a sus
sugestiones. Y las personificaciones vagas por el amplio
escenario, alertando los íntimos resortes del alma
Indígena explicando así fenómenos comunes,
cuando no modelando un carácter distintivo.
Si dijimos que antes existía un extraño
parentesco con los orígenes bíblicos, ya que el
guaraní sostiene la existencia de un Diluvio con
destrucción de comunidades, es evidente que el
"hábitat" y las peculiaridades idiomáticas del
"Ava-fiee), del idioma autóctono, son generadores
directos.
PORÁ, ya de por sí, significa "fantasma",
alma en pena que anda por las picadas, los escondrijos montuosos,
los caminos…
Y ya encontramos el invisible YACY-YATERÉ, el
rubio enano, el duende típico acechando en las siestas; la
CAÁ-PORÁ, extraño y porteiforme fantasma
femenino de las selvas; el POMBERO, el extraño
también, sigiloso y velludo personaje, que desde
situaciones estratégicas acecha la vida silvestre; el
I-YARA, dueño de las aguas; el CUARAJHI-YARA, duendecillo
del Sol, dispensador generoso de las sementeras, dios fecundante,
patrón del "avati", (maíz).
Luego, el CURUPÍ, el sátiro racial, enano
y deforme, de sensualidad permanente, emblema de la poderosa
fecundación natural de los desbordes
dionisíacos, ladrón de pequeñuelos y raptor
de doncellas… La CAÁ-YARI, dueña o abuela de la
Yerba Mate, espléndida diosa rubia, a la que entregan su
alma los hombres del yerbal para obtener sus favores y el
rendimiento de su trabajo,. .
El guaraní otorga a sus entidades míticas
la condición de "dueñas o protectoras" de tal o
cual elemento animal o vegetal. Es como haber hallado un modo
consciente de evitar la depredación y los despojos
arbitrarios e innecesarios del "hábitat" que es tablado de
su existencia.
Árboles, plantas, sementeras, ríos,
manantiales, todo tiene su duende familiar. Todo esta sujeto a
las ocultas leyes del mito, y
que el indio respeta mas que a su propia vida.
LOS MITOS ANTROPOMORFOS: Siguen después los mitos
antropomorfos, las extrañas coincidencias con otros de
tipo universal, como el LOBIZÓN, el hombre que se
convierte en perro-lobo, el YAGUARETÉ-ABA,
transformación del hombre en tigre, todo ello
después de rituales mágicos de relieve
diabólico.
El "Ava-ñee", el dulce idioma, sigue tejiendo
incansablemente sobre la sensibilidad del indígena, las
sugestiones de su onomatopeya. Quizás el idioma, por su
grafismo casi pictórico-musical, contribuya en gran parte
a la sugestión de los mitos.
Ha dicho Max MULLER: "Se ha demostrado cumplidamente que
la mitología es solo una fase, y una fase inevitable en el
desarrollo del lenguaje, tomado el lenguaje en su verdadero
sentido, no solo como símbolo exterior del pensamiento,
sino como el único medio posible de darle cuerpo. Mientras
el lenguaje atraviesa esa fase particular, todo puede trocarse en
mitología".
He aquí entonces, resumiendo, que el sentido
guaraní de sus mitos raciales, comprende una
interpretación panteísta de los fenómenos
totales del orbe, y en especial de los elementos de su
"hábitat" solariego.
Como individuo primitivo, el "avá", el "andros"
universal de esta raza, no puede menos que explicar con sentido
anecdótico, y luego, totémico, esos elementos
naturales. En ello, cumple una identidad
implícita con otras culturas primarias de otras latitudes,
incluso orientales y africanas.
Pero lo que despierta nuestro interés, es el
sentido ingenuo y poético de todos sus mitos, transitando
los movimientos de una fe en la existencia del alma y las fuerzas
espirituales.
Finalizando, todo ello es un himno continuado a los
dones circundantes, a su paisaje, a sus necesidades satisfechas,
al sol que brilla, a la lluvia bienhechora, a la sombra que
sobrecoja, al animal amigo y al enemigo…
ARTESANÍA CERÁMICA: eran hechas
exclusivamente por las mujeres, fabricaban: platos, ollas, vasos,
pipas, escudillas, etc; las vasijas, denominadas "yapepó"
eran de gran tamaño o mediana y se empleaban para
fermentación, como almacenamiento y
como urnas funerarias. Utilizaban arcilla negra, las colocaban
boca abajo sobre piedras candente para su secado.
CESTERÍA: eran hechas por los hombres,
confeccionaban canastos y cestos de diferentes formas y para
diversos usos; también sombreros y abanicos. Los elementos
empleados eran las tacuaras denominadas " tacuapí " y "
tacuarembó " e "isipó" .
VESTIMENTA Y ADORNOS CORPORALES: los guaraníes
conocían un rústico telar, con el cual fabricaban
el tipoy, que le servía de vestido. Su
ornamentación corporal era rica en pinturas, collares,
brazaletes, rodilleras ( plumas ).
CANOAS: como eran hábiles navegantes,
construyeron canoas que alcanzaban 10 metros de longitud eran
hechas de un árbol ahuecado; se manejaban con
remos.
INSTRUMENTOS MUSICALES: como los dioses son los primeros
músicos, los instrumentos
musicales son de expresión divina. Usaban el compley o
flauta, sonaja o maraca, tambor de madera cascabeles y
silbatos.
CREENCIAS RELIGIOSAS: los guaraníes creen en la
vida después de la muerte, por ello proveen al muerto de
lo que necesitaría en la otra vida. Según sus
creencias la muerte los conduce a una vida mejor, pero antes de
entrar en ella los muertos deben recorrer el inframundo. Son
múltiples los peligros que acechan al que viaja a la "
tierra sin mal ", exceptuados los
niños
INDIOS GUARANI
MAPA DE PARAGUAY
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Milton Vallejo Salazar
Trabajo elaborado para antropología.