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El Pequeño Bolívar




Enviado por k_valecillos



    1. El Niño Simón
      Bolívar
    2. Simón
      Rodríguez
    3. El Joven
      Cadete
    4. El Viaje a
      Europa
    5. ¡Por fin
      Madrid!
    6. María Teresa, el
      amor
    7. La Vuelta a
      Venezuela
    8. El Regreso a
      Europa
    9. Fanny Du
      Villar
    10. El Juramento del Monte
      Sacro
    11. Bibliografía

    Antecedentes.

    La cuna de Bolívar es
    Caracas, ciudad de 450000 habitantes, en los suburbios son las
    casas de tierra y
    caña entre horcones de resistente madera del
    país, de un solo piso por temor a los terremotos.

    Sembraban en las casas palmeras, acacias, naranjas,
    tamarindos, cotoperies y guayabas.

    Las calles eran rectilíneas, no muy angostas ni
    muy anchas, cortadas en ángulo recto por calles
    perpendiculares. Las plazas son anchas, las fuentes
    lozanas.

    La ciudad esta llena de iglesias y de conventos. Los
    religiosos se dedican a civilizar, existen frailes jacobinos
    capuchinos andaluces y aragoneses, jesuitas.

    En esos tiempos se media la importancia de una ciudad
    por el numero de claustros religiosos que tenía. El numero
    de monjas era de 2189 y de religiosos era un numero mucho
    mayor.

    En los barrios ricos algunas casas tienen un escudo
    señorial, el orgullo del linaje.

    Se era noble por comprar la hidalguía y un titulo
    porque se recibe la nobleza en premio a los servicios al
    Estado,
    defensa del país contra piratas, extranjeros o contra las
    sublevaciones internas, reducción de indígenas o
    fundación de ciudades.

    Como toda la América
    española se divide en castas y esta separación es
    demasiada rigurosa.

    Los que no son de raza blanca se les denomina pardos,
    para ser blanco hay que probar la limpieza de sangre.

    Ningún blanco por pobre que sea ejerce trabajos
    mecánicos. Un blanco español y
    sobretodo si es criollo se cree deshonrado si debe subsistir con
    el sudor de su frente.

    La sociedad
    colonial se divide en:

    Los españoles que ejercen los altos cargos de
    gobierno, el
    comercio y la
    Iglesia.

    Los criollos ejercen funciones
    secundarias de gobierno, son médicos, abogados,
    propietarios de haciendas, militares de no muy alta
    graduación.

    Los pardos ejercen los oficios de artesanos.

    Los indios los verdaderos dueños del país
    son libres ya que las leyes los
    consideran menores de edad como por ejemplo la Ley de
    Indias.

    Los eslavos negros que si son los trabajadores sin
    sueldos y son tratados como
    bestias humanas.

    En esta sociedad existen una gran rivalidad entre los
    blancos españoles y los blancos criollos que son los hijos
    de aquellos nacido en América.

    Con estos se da la oligarquía mantuana,
    existía lujo en sus casas, refinamiento en sus mujeres, su
    vida social era muy cerrada para aquellos que no
    pertenecían a su circulo.

    Daban tertulias, reuniones llenas de cortesías,
    donde se oía música, se
    leían libros.

    Los blancos criollos son casi feudales, dueños de
    numerosos esclavos y estos se ponen de parte de su señor a
    quien pertenecen en alma, vida y
    corazón.

    El Niño Simón
    Bolívar.

    Nació el 24 de julio de 1783, sus padres fueron
    Doña Concepción Palacios y Blanco y el Coronel Juan
    Vicente Bolivar y
    Ponte.

    Su padre proviene de una familia que
    llegaron a Venezuela en
    1589 a través de Simón Bolívar "El Viejo"
    como lo apodaron que había nacido en Marquina; Vizcaya; y
    procedía del pueblo de Bolívar, que en lengua vasca
    significaba "Pradera de Molino.

    Este Bolívar vino en el grupo de Diego
    de Osorio y fue su secretario y Juez de Cuentas de la
    isla de Margarita.

    Su actividad y su gestión
    administrativa fueron causa de que años mas tarde el
    Ayuntamiento de Caracas le enviara como Procurador ante el Rey a
    fin de obtener ventajas políticas
    y económicas.

    Bolívar no se dedico a buscar metales preciosos
    en cambio se
    dedico al cultivo de la tierra. Se
    caso tres veces y murió loco y muy viejo pensionado por el
    Rey.

    El otro Simón, "El Joven"; después de
    enviudar se convierte en sacerdote y con estos dos personajes
    empieza la dinastía de los Bolívar en el
    país.

    Las generaciones de los Bolívar ocuparon puestos
    en La Iglesia, en la Casa Real, en La Marina. Fueron Alcaldes,
    Corregidores, Justicias Mayor y Militares.

    El padre de nuestro héroe participo como oficial
    voluntario en la defensa de La Guaira contra el Comodoro ingles
    Knowles en marzo de 1743.

    Luego ascendería en la carrera milita hasta el
    grado de Coronel del batallón de Aragua.

    En el siglo XVIII nace el vástago de Don Juan
    Vicente Bolívar, futuro libertador de cinco
    naciones.

    Lo bautiza Don Félix Jerez de Aristiguieta,
    miembro de la familia en
    la categoría de primo, presbítero, domiciliado en
    este Obispado, natural y vecino de la ciudad de Santiago de
    León de Caracas.

    El sacerdote le regalara al muchacho un vínculo
    que le hará subir la renta a unos miles de duros
    anuales.

    Se dice que lo bautiza como Simón diciendo que
    sería el Simón Macabeo de las Americas.

    Dos años y medio tenía Bolívar
    cuando muere su padre e iba a cumplir nueve cuando perdió
    a su madre, era el menor de cuatro hermanos, Maria Antonia, Juana
    y Juan Vicente.

    El Pequeño Bolívar se diferenció de
    todas las castas, desde pequeño amó a todos sus
    semejantes, escuchaba, reía, compartía, era
    amigable, siendo desde niño polifacético. Desde
    gustarle una buena música hasta compartir la vida con los
    esclavos de su padre.

    Nunca sintió diferencia, era un niño que
    corría y sin duda cuantas travesuras hacia. El se dio
    cuenta la diferencia entre las casas de los mantuanos con la de
    las clases más desprotegidas.

    Con sus hermanitos gozaba de la libertad de
    correr por los grandes corredores de su casa y disfrutaba de los
    regalos extravagantes de su tío Esteban; hermano de su
    madre y próximo padrino de confirmación.

    El pequeño Bolívar era un niño
    inquietante, fascinante, impetuoso, travieso, no le gustaba que
    fuera duros con él y hasta cierto momento era
    respondón. Tomaba decisiones, solía correr con sus
    hermanos y amiguitos siempre dirigiéndolos en los juegos que
    inventaba.

    Le encantaba la naturaleza,
    teniendo para su cuidado la negra Matea que tenía un arduo
    trabajo al
    seguir al travieso niño tratando de que se
    aquietara.

    El chiquillo sentía un gran amor por otra
    negra llamada Hipólita que era la que se había
    encargado de amamantarlo y de vigilar sus primeros movimientos
    debido a la penosa enfermedad que ya en esa época se le
    manifestaba a su madre.

    Con las negras Hipólita y Matea compartió
    sus tristezas, sus alegrías, aprendió lo que era la
    vida de los esclavos comprendiendo el sufrimiento de los
    demás. Pensándolo en silencio y al pasar los
    años lo compartiría con otro negro que no era
    esclavo, sino Presidente de una nación
    soberana como fue el presidente Petión, que lo
    ayudaría para dar la libertad de Venezuela.

    Nuestro pequeño amigo Bolívar sabía
    de donde provenía, conocía la importancia de su
    familia pero el siempre fue sencillo y sensible siendo tan
    observador que le llamaba la atención en su casa el mundo de servidumbre
    y esclavos pero siempre había un gesto de cariño
    para con ellos, corría en su sangre la bondad y la
    necesidad que todos estuvieran bien, desde su negra Matea hasta
    sus tíos los Palacios.

    El era tan diferente a la sociedad de los criollos que
    demostraban su gran soberbia, el niño trasmitía la
    sencillez y hasta a veces le inquieto el comportamiento
    de sus iguales al ver el desprecio con que miraban a los que no
    eran de su clase.

    Simón empieza a leer y a escribir y hacia muchas
    preguntas cuando algo le llamaba la atención.

    Le gusta el olor al campo a las flores, desarrolla toda
    su sensibilidad y se queda en silencio en los miles de
    pensamientos que le podían pasar por esa
    cabecita.

    Adora los caballos y se dice que pasaba el tiempo con
    muchos muchachos que no eran de su clase, se cree que eso
    desarrollo en
    el pequeño las ganas de luchar por los pobres.

    El pequeño Simoncito era un niño menudo de
    no muy alta estatura, pero lo que le faltaba de cuerpo lo
    compensaba con su gran energía y su
    espíritu.

    Su pelo negro, de nariz perfilada, de ojos azabaches
    penetrantes, sus manitas pequeñas que acariciaban a su
    madre y a las negras Matea e Hipólita.

    Nunca pensaría que serían las recias que
    conducirían en un futuro a parte de la América a la
    libertad.

    Sus piesecitos tan pequeñitos nunca se imaginaron
    que iban a recorrer tantas tierras, caminos y ríos,
    tenía nuestro amiguito una sonrisa que causaba
    simpatía.

    Las comodidades del hogar paterno no le impedían
    al niño sentir los latidos del corazón del pueblo
    venezolano, que sonaban con amor en el pecho de la negra esclava
    Hipólita.

    La negra Matea le trasmitió el amor por su
    pueblo, el dolor por la esclavitud, la
    tristeza de sus amiguitos negros y le dio toda clase de cuidados,
    cariños y mimos

    Fue un niño que desde muy temprana edad se
    caracterizo por su espíritu rebelde por esto su madre
    doña Concepción le puso en manos de Don Miguel
    Sáenz, hombre
    autoritario, que aunque contaba con treinta y cuatro años
    era un hombre demasiado severo e intransigente poco proclive a
    tratar con niños y
    el menos apropiado para entender el carácter de el infante.

    Además la casa del Licenciado no era a lo que el
    pequeño estaba acostumbrado como la casa de San Jacinto,
    con su patio de granados, sus fuentes donde el jugaba con su
    hermano Juan Vicente con barquitos de papel.
    ¿Quizás el niño añoraba sus hermanos,
    jugar con ellos, corre y planificar travesuras?

    Añoraría los cuentos de la
    negra Hipólita, sus cuidados, sería para el muy
    duro encontrarse en la casa del Licenciado.

    En ella no hay otros niños, reina un silencio
    sepulcral, eso para el es el peor de los castigos.

    Al Licenciado Sáenz más le preocupaba sus
    pleitos judiciales y su carrera, pero acepto sin ningún
    entusiasmo el encargo de la madre de Bolivar de disciplinar al
    rebelde muchacho.

    El mentor se dedico a hacer que el niño le
    tuviera temor, el traslado de el chiquillo a la casa del
    Licenciado no trajo ningún resultado.

    Existen varias de anécdotas del muchacho con el
    severo maestro, anécdotas que describen por si solas las
    relaciones pésimas entre el pupilo y su mentor.

    El pequeño Bolívar trato de amargar la
    vida hasta ese momento tranquila del Licenciado.

    Un día mientras almorzaban el impertinente chico
    se mezclo en la conversación que mantenía
    Sáenz con sus invitados.

    "¡Cállese usted y no abra la boca!" Lo
    regaño molesto el abogado.

    El niño dejo de pronto de comer.

    "¿Por qué no come ¿ " Le pregunto
    furioso el Licenciado.

    "Porque usted me dijo que no abriera la boca" Contesto
    el niño con insolencia.

    Una vez lo llamo Sáenz "barrilito de
    pólvora" y Simón le respondió:

    "Tenga cuidado, no se me acerque, puedo
    estallar."

    Otra anécdota cuenta que el Licenciado montado en
    un caballo pura sangre y el niño en un burro se dirigen a
    un sitio y el primero se burla con desprecio del segundo y le
    dice:

    "Me temo que usted nunca llegara a ser un buen
    jinete"

    El pequeño molesto por la burla
    responde:

    "¿Cómo voy a ser un buen jinete, montado
    en un burro demasiado débil para cargar
    leña?"

    Estas escenas de enfrentamientos entre el futuro
    Libertador y el abogado convencieron a Sáenz la inutilidad
    de modificar el carácter de su pupilo
    devolviéndoselo a su madre Doña
    Concepción.

    La atribulada dama decide junto a su Don Feliciano
    Palacios colocarlo bajo la dirección de los mejores maestros de
    Caracas, el Padre Andujar, Don Guillermo Pelgron, el doctor Vides
    y Don Andrés
    Bello ligeramente mayor que él y que lo juzga con
    hostilidad que ni siquiera los hecho gloriosos que posterior
    acometiera su discípulo lograron eliminar la mala
    opinión que tenía de él.

    Ellos juzgaron de la peor manera al perturbador infante
    por su falta de atención, su nerviosismo, su
    carácter reacio a someterse a ninguna disciplina y
    todos llegaron a la conclusión que de el no podía
    esperarse nada bueno.

    Simón
    Rodríguez.

    A los siete años la madre y el abuelo-tutor Don
    Feliciano Palacios le buscan para que lo eduque y dome ese
    carácter tan rebelde del niño a Don Simón
    Rodríguez, maestro de 25 años.

    Las enseñanzas de Rodríguez fueron basadas
    en el libro "Emilio"
    de Jacobo Roousseau, todo su trabajo estuvo inspirado en el
    conocimiento que había obtenido a través de
    la lectura del
    filosofo francés.

    No le hablo al infante ni de obligaciones,
    ni de tareas, ni de lecciones, no le puso horarios. Hablo con el,
    se intereso por sus amigos, por sus juegos, por sus problemas.

    Participo en sus esparcimientos, dialogaban sobre las
    pequeñas anécdotas de la vida diaria.

    Simón Rodríguez se convirtió en su
    amigo y Bolívar sintió ahora si que alguien
    realmente lo comprendía y lo quería.

    En la Hacienda de San Mateo se sometieron a largas
    caminatas y a duros ejercicios físicos para que el
    niño fortaleciera su cuerpo y también su
    espíritu.

    Lo enseño a montar a caballo y a manejar el lazo
    y así lo preparo para las difíciles tareas que en
    un futuro cuando fuera Libertador le tocaría
    realizar.

    Simón Rodríguez forjo un carácter y
    a la vez fijo en el espíritu del pequeñuelo el
    pensamiento de
    la Revolución Francesa.

    Las enseñanzas dadas por el maestro eran en
    cualquier momento, en la casa, o al aire libre, en
    contacto con la naturaleza y así las instrucciones van
    entrando en el alma del mozuelo. El objetivo
    principal del pedagogo era poner al discípulo en contacto
    con la naturaleza y que de esa manera se sintiera parte de ella y
    el resultado fue satisfactorio ya que Bolívar fue
    realmente "el Emilio Americano".

    Quizás es el primer hombre que fue educado para
    ser una persona libre.
    Como se educa un Príncipe para ser Rey así fue
    educado el pequeño Bolívar, fue educado para ser
    libre aunque él exagero bastante ya que resulto El
    Libertador.

    Al morir Doña Concepción el pequeño
    Bolívar tenía solamente nueve años y queda a
    cargo primero de su abuelo materno Don Feliciano Palacios y
    después de su tío Carlos a pesar de la labor
    lograda por el maestro Rodríguez sigue siendo el
    niño un problema para su familia por su carácter
    voluntarioso y rebelde .

    Su abuelo casa a los catorce años a Juana y a
    Maria Antonia también muy joven, ellas hermanas del futuro
    Libertador así desaparece el hogar de
    Bolívar.

    El Joven
    Cadete.

    Al cumplir catorce años fue enviado a las
    Milicias de Blancos de Aragua, escuela militar
    donde iban los jóvenes de la aristocracia criolla que
    querían pertenecer a los ejércitos del
    Rey.

    La vida militar después de toda la
    preparación física y mental que
    le dio Rodríguez transcurrió tranquila. Ya los
    estudios no era un problema para el ya adolescente
    muchacho.

    El en esta parte de su educación
    adquirió conocimientos sobre la vida militar,
    conoció la disciplina y desarrollo sus innatas condiciones
    para el mando.

    Se formó en las bases de la estrategia para
    la guerra aunque
    en el futuro demostraría que era un militar nato y que
    más aprendió en la vida que en las aulas de la
    academia.

    Al año de su ingreso recibe el titulo de
    Subteniente y se va a Caracas a lucir orgulloso su uniforme. El
    ambicionaría demostrar que los que lo criticaron no
    tenía razón, que el si iba a servir, les
    haría tragar esas palabras tan duras con las cuales se
    referían de él.

    Al llegar a su sitio de nacimiento el ya joven
    Bolívar tiene 15 años, su cuerpo era
    pequeño, pero bien formado, con unos ojos negros de mirada
    profunda.

    El circulo socia de su familia era muy grande y el
    jovencito los supo aprovechar. En esta época el
    adolescente conoce por primera vez el amor. Se enamora
    perdidamente de una de las musas Aristiguieta, muchachas famosas
    en la época por su belleza, pero pronto es desilusionado
    el efebo al darse cuenta que la muchacha no le
    correspondía.

    Esto dejo en Bolívar un amargo sabor a
    frustración.

    Estos periodos de la vida del futuro héroe le
    sirvió para conocer la realidad y darse cuenta que no todo
    lo que deseaba podía conseguirlo y que había que
    luchar mucho por alcanzar la metas.

    El Viaje a Europa.

    Los Palacios decidieron enviar al joven caraqueño
    a Madrid, la
    capital de
    España
    donde vivía su tío Esteban, don Carlos Palacios le
    mandaría dinero desde
    Caracas para sus gastos.

    El muchacho se emociono mucho ya que su sueño
    siempre había sido estar al lado de su tío Esteban
    que era con el que se llevaba mejor de todos los Palacios,
    además quería viajar a Europa.

    Partió en el barco "San Hidelfonso desde el
    puerto de La Guaira.

    Lo acompaño un amigo, Esteban Escobar
    quién iba con una beca para estudiar en la Milicia de
    España.

    Estos dos amigos tan emocionados se preguntaban que les
    esperaba en la vida.

    El capitán del barco amigo de los Bolívar
    intimó con el muchacho y quedo sorprendido por la clara
    inteligencia
    de él y opino que tendría un futuro brillante.
    Única apreciación sobre el joven positiva ya que
    él fue calumniado y juzgado de una forma cruel siempre por
    sus semejantes.

    El viaje duro 24 días hasta México
    donde tuvieron que atrancar ya que en La Habana se libraban
    combates contra los piratas.

    Bolívar quiso aprovechar para así conocer
    a la ciudad de México, contando con la autorización
    del capitán del barco. Fue recibido por el Oidor Aguirre
    que era amigo íntimo de los Palacios.

    A los muchachos les impresiono mucho México, la
    calidez de su gente, su magnifico paisaje.

    El jerarca español lo llevo a conocer los
    majestuosos templos y los fastuosos paisajes de la bella ciudad
    llena de monumentos y palacios que eran orgullo del gobierno
    español.

    Bolívar y su amigo disfrutaron tanto que se
    estuvieron un mes.

    Para Simón fue una gran aventura conocer a tanta
    gente importante, incluyendo a Miguel José de Azanza que
    era el Virrey desde 1798 a 1800.

    Llega a España el 5 de mayo de 1799, cuatro meses
    después de haber zarpado de Venezuela. A fin de ese
    año llega a Madrid a encontrarse con su tío
    Esteban, el corazón del mozo cantaba de alegría por
    la cercanía del tío preferido.

    ¡Por Fin
    Madrid!

    Simón estaba asombrado por lo distinta que le
    parecía la capital de España a su lejana Caracas.
    La gente era diferente, transitaban por la calles con seriedad y
    elegancia.

    Por fin llega el encuentro con su tío Esteban, un
    abrazo une a tío y sobrino.

    Esteban Palacios era un venezolano que había
    marchado a España en busca de nuevas oportunidades.
    Vivía en la casa de otro latinoamericano llamado Manuel
    Mallo que era el "favorito" de Maria Luisa de Parma, Reina de
    España.

    Palacios tenía el cargo de Ministro del Tribunal
    de la Contaduría Mayor, cargo que le ofrecía una
    vida sin hacer nada llena de honores y distinciones.

    Bolívar llega en los mejores momentos de Mallo,
    este lo recibe con cariño dándole apoyo y
    protección.

    En esa casa él comprendió lo corrompido de
    la Corte y vio las tantas miserias que tenía el pueblo
    español.

    Los reyes de España eran Carlos IV y María
    Luisa de Parma. Un mundo frívolo lleno de vanidad donde se
    demostraba un gran derroche de dinero y de lujo.

    El palacio real era una soberbia edificación, que
    había sido hincada por Felipe II y terminada por Felipe V
    y Carlos III.

    La edificación era bellísima pero
    había una gran descomposición moral por la
    gente que lo habitaba.

    Vivió en Madrid Simón una vida
    fácil y llena de placeres junto a su tío y a su
    amigo.

    El Pequeño Bolívar es puesto a estudiar.
    El tío Pedro parecía un chiquillo al hablar de
    todas las virtudes de su sobrino, contando todos sus
    avances.

    En la frase completa que le escribía don Pedro a
    Carlos sobre la existencia que llevaba el joven Bolívar,
    decía: "Este niño lo tiene Esteban muy aplicado y
    él sigue con gusto y exactitud el estudio de la lengua
    castellana, está muy ventajoso en el baile, la historia, en buenos libros y
    se le tiene preparado, el idioma francés y la matemática."

    Al tiempo con la llegada de su tío Pedro,
    Simón y Esteban Palacios se mudan a otra casa en la Calle
    de Los Jardines, pero no por eso se apartan de Mallo y son
    presentados a la Reina Maria Luisa.

    De estos tiempos hay una anécdota que retrata la
    buena relación que tenía el joven venezolano en la
    corte española.

    Una tarde jugaba el muchacho con el
    Príncipe al volante en presencia de la Reina Maria
    Luisa, en una acción
    del joven latinoamericano de habilidad, jugando golpea
    fuertemente al Príncipe, este muy molesto quiere detener
    el juego y su
    madre lo regaña obligándolo a seguir, años
    después el joven Bolívar le arrancaría una
    de las mas preciadas joyas de su corona.

    De pronto la buena estrella de Mallo se eclipsa, la
    Reina vuelve a los brazos de su antiguo amante Godoy y este
    vengativo desata una gran persecución en contra del
    antiguo amor de Maria Luisa y sus amigos, Esteban Palacios es
    encarcelado en la cárcel de Monserrat y Pedro el otro
    tío de futuro héroe huye a Cádiz
    salvándose.

    El muchacho queda solo en esa gran ciudad, en ese
    momento es cuando el Marqués de Ustariz lo toma bajo su
    cargo.

    Este señor ere un hombre de edad, de porte
    distinguido y un gran intelectual, poseedor de una cultura
    maravillosa.

    Las lecciones con Ustariz eran fuertes, de arduo
    estudio, eran de nivel universitario.

    Este buen hombre fue el que empapo a Simoncito en las
    ideas más actuales y lo enseño a beber de los
    grandes clásicos antiguos y modernos de la literatura. Sembró en
    el joven la necesidad del saber.

    Comenzó este una vida nueva alejada del lujo y
    los placeres que ya había vivido junto a Mallo y a sus
    tíos. Empezó a leer los Enciclopedistas franceses y
    contrato a los
    maestros que el Marqués le recomendó.

    El muchacho se educaba con avidez y en esa casa
    aprendió lo que le faltaba para que su alma fuera
    atraída por los principios de
    libertad e igualdad que
    ya recorrían vertiginosos por el viejo y el nuevo
    mundo.

    Maria Teresa
    Rodríguez, el amor
    .

    En esos días nuestro joven héroe conoce a
    la mujer que lo
    conquistaría y lo haría pensar seriamente en formar
    una familia.

    En una de las reuniones en casa del Marques conoce a esa
    bella damita de hermosa figura. Ustariz le había
    aconsejado que a las damas había que tratarlas con
    delicadeza.

    Esa mujer
    sería Maria Teresa Rodríguez y Alaiza, hija de Don
    Bernardo Rodríguez del Toro, un rico paisano residenciado
    en Madrid pariente de los Bolívar.

    La joven era huérfana de madre, su vida era
    aburrida, en el aburrimiento de la vida tranquila sin emociones
    fuertes, ni grandes penas.

    Su diversión era la lectura, la
    música y soñar en la espera de la llegada del
    príncipe azul el cual esperaba.

    Al ver al joven Bolívar, tan elegante, que
    llamaba la atención sobre un caballo de fina estampa
    quizás Maria Teresa sintió un alboroto en su
    corazón. Aquí estaba el príncipe azul de sus
    sueños.

    A el mozo Bolívar le encantaba vestir bien, se
    acostumbraba a la vida sencilla como la lujosa, tiene su vanidad
    siempre a punto, le gusta la tertulia y hace un gran papel en
    ellas.

    Posee mucha facilidad de palabra, gran
    imaginación e ideas que mantiene con fuego ante
    cualquiera.

    Los ideales de su vida en esos momentos son muy pocos:
    divertirse, luego casarse, retornar a sus posesiones de Aragua y
    convertirse en un buen padre de familia.

    Los dos jóvenes quedaron prendado uno del otro y
    el amor empezaba a nacer en sus corazones.

    El mancebo empezó a visitar seguido el hogar de
    los Rodríguez y cortejaba a la muchacha ya con el firme
    propósito de casarse.

    El carácter impetuoso de él hacia
    combinación con la dulzura y la suavidad del alma que ella
    tiene.

    Ella le acerca a Dios y le hace visitar los templos,
    donde elevan su espíritu a cielos de infinita
    ternura.

    La soledad de Bolívar lo hizo tomar la
    decisión de contraer nupcias lo más rápido
    posible.

    Tenía Simón una gran desesperación
    por casarse y desesperaban los aplazamientos impuestos por la
    paternal prudencia de Don Bernardo. Pero el muchacho solo contaba
    con 16 años y era normal que el padre de la novia les
    dijera de esperar un poco. Por lo menos que al joven le saliera
    barba.

    La carta dirigida a
    su tío Pedro decía: " que poseo un mayorazgo
    bastante cuantioso, con la precisa condición de que he de
    estar establecido en Caracas, y que a falta mía pase a mis
    hijos y de no, a la casa de Aristiguieta, por lo que, atendiendo
    yo al aumento de mis bienes para mi
    familia, y por haberme apasionado de Maria Teresa, he determinado
    contraer alianza con dicha señorita para evitar la falta
    que puedo causar si fallezco sin sucesión; pues haciendo
    tan justa liga, querrá Dios darme algún hijo que
    sirva de apoyo a mis hermanos y de auxilio a mis
    tíos."

    Como las cosas en esa época eran muy formales le
    pidió a su tío Pedro que tuviera la bondad de
    proteger esta unión dando las órdenes necesarias
    para pedir a Maria Teresa a su padre con todo el formalismo que
    exigía el caso.

    El padre de la enamorada quedo sorprendido cuando el
    joven le comunico la necesidad de casarse con su hija, pero para
    él eran muy jóvenes la pareja y considero necesario
    establecer entre los enamorado distancia para ver si ese amor era
    verdadero y no lo mataría la separación.

    Don Bernardo con ese pretexto se retira con su hija en
    Bilbao. La ausencia de Maria Teresa deja desconsolado al
    impulsivo enamorado.

    En esos días ocurrió el siguiente suceso:
    Bolívar paseaba a caballo por el puente de Toledo cuando
    fue detenido por unos agentes de seguridad, el
    pretexto era que los encajes de los puños que llevaba el
    joven estaba adornado con brillantes, lo que estaba prohibido por
    decreto real.

    El joven Simón se desmonta del caballo y al ser
    interpelado con brusquedad por los agentes desenvaina la espada,
    algunos transeúntes evitaron que el incidente pasara a
    mayores.

    Aconsejado por el Marques de Ustariz abandono a Madrid
    por algún tiempo.

    ¿Por qué razón ocurrió este
    hecho? ¡Quien sabe! Tal vez por el parentesco con el
    íntimo de Mallo que ya había perdido el puesto de
    favorito en la corte.

    El 20 de marzo de 1801 el Rey le da la
    autorización para irse a Bilbao, donde se encontraba Don
    Bernardo con toda su familia, incluyendo a su hija Maria
    Teresa.

    Pero al poco tiempo de haber llegado a Bilbao la familia
    Rodríguez tiene que regresar a Madrid.

    Eso produce un dolor grande en el joven
    enamorado.

    Las autoridades de Madrid no le permitían
    regresar y nuestro amigo no tenía nada que ver con los
    líos de Esteban Palacios, en Bilbao tuvo que permanecer
    casi un año, paseaba por los alrededores de la ciudad,
    cruzando los diferentes puentes que tenía Bilbao sobre el
    río Nervión. De todas partes venía a recalar
    buques y más buques.

    El tío Pedro le escribió a su sobrino
    desde Cádiz diciéndole que estaba tomando interés
    por la libertad del tío Esteban que se encontraba preso y
    su amigo Manuel Mallo en el destierro.

    Su sobrino le contesta que se alegra por la pronta
    libertad de su padrino y en la misma misiva aprovecha para
    decirle que efectuaría su matrimonio por
    poder, es
    decir ella en la capital y Bolívar en Bilbao y que
    después vendría don Bernardo con su hija para
    embarcarse todos en un buque neutral que llegue a Norte
    América.

    Pero la cabecita loca de nuestro joven amigo lo hizo
    cambiar pronto de idea, pensó en que desde Francia
    hablando con el Embajador de España en ese país
    podría obtener pasaporte para Madrid.

    El 13 de enero de 1802 llega a la ciudad francesa de
    Bayona y desde allí paso a París. Esta ciudad era
    esplendida, deslumbrante.

    Nuestro amigo no iba de turista, sino en busca del
    Embajador. Le informaron que estaba en Amiens otra ciudad
    francesa donde se estaba celebrando las fiestas por la paz y el
    triunfo de Napoleón
    Bonaparte, primer Cónsul de Francia.

    En la ciudad francesa perdido en el gentío que
    daban vivas a Napoleón Bolívar pudo contemplar al
    general corso. El pueblo se volvía loco de felicidad al
    aplaudir al héroe francés.

    Lo proclaman "Restaurador del Estado y Genio de la
    Paz"

    En medio del jolgorio pudo Simón ver al Embajador
    de España don José Nicolás de
    Azara.

    Le plantea el asunto y el Embajador le da el pasaporte
    el 16 de febrero para que volviera a Bilbao pero no a Madrid.
    ¿Qué iba hacer a Bilbao? Mejor Bolívar
    decide quedarse en Paris, hasta que a las autoridades
    españoles les diera la gana de dejarle ir a donde se
    encontraba su novia.

    Mientras se encontraba en Francia se acuerda de haber
    oído
    hablar de una Academia Militar de mucha fama que se encontraba en
    el sur de Francia. Se trataba de la escuela Militar de
    Sorez.

    En esa escuela se encontraban unos parientes suyos, los
    hermanos José y Miguel Rivas. Esa escuela era
    célebre y allí había pedido estudiar
    Napoleón Bonaparte, ahora un famoso guerrero y no pudo por
    haber llegado tarde la solicitud.

    Bolívar se intereso por estudiar allí y su
    paso por la escuela de Sorez fue muy provechoso y al joven le
    entusiasmaba el hecho de encontrarse de alumnos a hijos de los
    principales generales y oficiales que peleaban junto a
    Napoleón.

    Así podían seguir paso a paso las grandes
    batallas y los jóvenes estudiantes leían una y otra
    vez los boletines de guerra

    Se aprendía mejor.

    En Paris ni en ninguna parte de Francia iba a conseguir
    el permiso para su viaje a España, regreso a Bilbao y fue
    cuando el gobierno por fin decidió darle el permiso para
    ir a Madrid.

    El rey dio después de una serie de tramites el
    consentimiento para la boda, las amonestaciones según
    Bolívar no podía ser ya que el tenía que
    regresar rápidamente a Venezuela. Fue cuando hablo con
    Juan Bautista Ezpeleta, Vicario de Villa de Madrid.

    Le pide que le dispensara las amonestaciones consileares
    porque había llegado a Cádiz el barco que
    debía conducir con toda brevedad a la pareja a
    América. Se le concedió y lo libero de las
    amonestaciones.

    Exclusivamente se realizo la boda seis días
    más tardes en la Iglesia San José de Madrid el 26
    de Mayo de 1802. Su tío Esteban desgraciadamente no se
    encontraba entre los presentes.

    La vuelta a
    Venezuela.

    Maria Teresa tenía veinte años y el joven
    Bolívar tenia diez y nueve años todavía sin
    cumplir. Los recién casados salieron hacia La
    Coruña. Desde allí un barco los condujo a La
    Guaira, donde desembarcaron en Junio de aquel año,
    exactamente el 12.

    Maria Teresa se sorprendió de las bellezas
    naturales que conseguía a su paso, le encanto el Mar
    Caribe, para ella era una aventura llegar a espacios casi
    inexplorados que a diferencia de su vieja España,
    todavía mantenía el nuevo continente sitios
    vírgenes.

    La temperatura
    era entre 28 y 30 grados y ese mismo día de su llegada la
    joven esposa empieza a escribirle a su padre don Bernardo
    contándole sobre el país que iba
    descubriendo.

    La feliz pareja sigue su camino hacia Caracas, Maria
    Teresa conoce la bella casa donde nace su gran amor
    Simón.

    Se establecieron en la casa del Vinculo de la
    Concepción, en la esquina de La Granadilla.

    La misma Maria Teresa como ya sabemos tenía un
    primo en Caracas que era el Marques del Toro, ella se queda
    admirada por el refinamiento con que vivía la ciudad
    porque le habían dicho que Caracas era un pequeño
    caserío habitado por indios.

    Bolívar le contó que la educación era lo
    más importante de nuestro pueblo.

    Le platico que su quinto abuelo fue quien logro para
    Venezuela la Cátedra de Gramática, mucho más tarde
    convertida en la universidad de
    Caracas.

    Había un adelanto cultural en ciertas familias
    participando en veladas literarias al estilo francés,
    donde se hablaba de música, se recitaban poesías, se comentaban libros y se
    discutían sobre teatro.

    En una oportunidad Andrés Bello leyó la
    Tragedia de Voltaire
    llamada Zaira, como siempre Bolívar le hizo reparos.
    Andrés Bello no le contradijo pero le dijo que él
    la había escogido por ser la única que no estaba
    traducida al español y lo había echo.

    El francés Francisco Depons, quien precisamente
    en este año se encontraba en Caracas como Agente de su
    gobierno decía que "si la competencia se
    mantuviera en el terreno de los conocimientos adquiridos,
    indudablemente los criollos llevarían la ventaja, pues en
    general, los venidos de España encuentran en el
    país gente que los supera en cultura".

    Maria Teresa contemplaba con curiosidad esa cualidad de
    la sociedad caraqueña que la sorprendía y asustaba
    al mismo tiempo.

    Al llegar a Caracas la joven pareja fue agasajada por lo
    familiares y amigos, pero pasadas las fiestas y agasajos el joven
    Bolívar se dedica por entero al cuidado de sus
    posesiones.

    Las haciendas de Seuse, en el Valle de Santa Lucia, en
    la que tenía una plantación de añil, y la de
    San Mateo, requerían la atención de su
    propietario.

    Fueron días muy felices los que pasaron los
    jóvenes enamorados, visitaron los amigos y a la familia.
    Los hermanos de Simón se encontraban radiantes por el
    cambio realizado por su joven pariente.

    La joven Maria Teresa observaba el trinar de los
    pájaros y miraba con atención el típico
    hablar de los arrieros que conducen sus reatas de mulas y burros
    cargados de mercancías.

    Para Bolívar su esposa era un diamante, estaba
    maravillado de mantenerla consigo, cuando viaja a sus fincas en
    los Valles del Tuy y Macaira en el alto llano la deja en Caracas
    temeroso de estropear su blancura.

    Pero en Caracas estaba la fiebre amarilla y
    el paludismo, un mal
    día la frágil mujer cae enferma.

    Bolívar desesperado hace venir médicos y
    la casa se convierte en un mercado, con una
    gran cantidad de gente que recomienda pociones caseras,
    cataplasmas, infusiones de hierbas milagrosas y oraciones a los
    santos cielos.

    Cinco días dura la agonía de Maria Teresa,
    desde el 17 hasta el 22, cinco días con sus noches que
    pasa el esposo en vela, de pie junto al lecho atento al
    interminable delirio de su esposa.

    Pero todo fue inútil la débil dama
    española fallece el día 22 de enero de 1803. Para
    el joven enamorado fue muy duro, no había palabras para
    calmar ese dolor tan grande que dejo la muerte de
    su amada.

    Se sentía morir, se abre nuevamente la capilla de
    La Santísima Trinidad para dar sepultura a la dama
    fallecida.

    El joven Simón susurra ante el oído de su
    hermano Juan Vicente en el entierro de su esposa: "Siento como si
    algo se desatara dentro de mí"

    No parece exagerado lo que se ha escrito sobre el gran
    dolor que sintió Bolívar en ese trance. Amo a su
    esposa con dedicación absorbente y había puesto de
    lado las frivolidades y las tentaciones de un mundo que por
    primera vez veía.

    Nunca más busco otro amor como éste que le
    exigió constancia y pureza. En los primeros días de
    sus amores con Maria Teresa le escribía a su tío
    Pedro: "Querrá Dios darme un hijo.".

    Después no volvió a pensar jamás en
    ese tipo de unión perdurable.

    Maria Teresa Rodríguez del Toro tenía
    apenas veintiún años al morir.

    Bolívar decía: Mi señora
    Doña Teresa.

    La muerte de su
    esposa trajo como consecuencia cambios en la vida del futuro
    héroe. Se sentía solitario y se fue de su casa a
    alojarse en una instalación provisional, en la casa de
    Juan Vicente o donde una de sus hermanas casadas.

    En los primeros días de su viudez se agolpaban
    demasiados recuerdos en su mente, recordaba aquella carta que le
    había escrito el 4 de diciembre de 1800 que
    decía:

    "Usted debe complacerse de ver que me hallo casi
    en el camino de alcanzar la dicha que con mayor ansia deseo y
    cuya pérdida me sería más costosa que la
    muerte misma".

    Simón Bolívar alcanzo la dicha en ese
    tiempo con su matrimonio pero demasiado rápido le llego la
    desgracia.

    Al pasar los años diría: "Quise mucho a mi
    mujer, con la que me casé sinceramente enamorado y a su
    muerte juré no volver a casarme"

    Este juramento lo cumplió, los planes que
    tenía de permanencia en Venezuela se vinieron
    abajo.

    Bolívar contó con el apoyo de la negra
    Hipólita que siempre velo por el joven, Cuando la
    enfermedad de su esposa él vela su sueño e
    Hipólita esta siempre cerca de la enferma.

    Hipólita no tiene palabras para consolar a
    Bolívar. ¿Quién podría consolar al
    futuro Libertador de un dolor tan grande?

    Solamente el tiempo podrá sino borrar, por lo
    menos amainar el dolor de haber perdido a su gran
    amor.

    Aturdido aún por la muerte de Teresita; como
    él la llamaba; Simón Bolívar esta en la
    Guaira, solamente el mar podrá decirle unas palabras de
    consuelo.

    La muerte de Teresa le ha dejado al esposo una sed de
    otros mundos: una sed de estrellas.

    Ya no podrá vivir más en su querida
    Caracas, demasiados recuerdos, demasiados sueños
    truncados.

    Simón recibe una carta de su amigo Alejandro
    Dehollain, joven francés que conoció en
    Bilbao.

    El buen amigo no conoce la tragedia de
    Bolívar.

    El joven venezolano le responde diciéndole:
    "¡Con cuanto gusto he recibido la tuya! Solo mi
    corazón es fiel testigo de mi satisfacción al
    considerar que aún se acuerda el amigo Alejandro de
    desgraciado Simón. Si desgraciado, porque acabo de sufrir
    el ultimo suplicio de cuantos en vida se pueden
    experimentar…"

    "Ya tu Simón no es aquel ente
    dichoso que tantas veces cantaba alegre el colmo de sus
    felicidades con la posesión de su Teresa. Yo la he
    perdido, y con ella la vida de dulzura de que gozaba, mi tierno
    pecho es conmovido del Dios del amor."

    "Con la muerte de mi mujer me hallo tan
    distante que no dudo que dentro de poco nos veremos en Francia.
    Dichoso yo si algún día vuelvo a tener el tesoro de
    tu amistad".

    El regreso a
    Europa.

    Cuando 1803 está por terminar llega a
    España el joven, el año que finaliza ha sido
    terrible para él, por la ausencia terrenal de su
    "Teresita".

    En ese momento para el mundo Inglaterra y
    Francia se han declarado la guerra. Duro poco la paz en Amiens
    del año anterior y que Bolívar celebro con todo el
    mundo.

    Transcurrió cerca de un año, la tristeza
    llena el alma del futuro libertador, nada le importaba que no
    fuese el recuerdo de Teresa.

    En los primeros meses padeció agudas crisis y
    sólo la presencia de Juan Vicente lo llegaba a
    reconfortar, su tristeza llega a tal grado que le era imposible
    ver a Madrid. Pero debe regresar.

    Abrazo al padre de su amada y de su rostro salieron
    lágrimas de un dolor profundo, le entrego a Don Bernardo
    recuerdos de su hija, un relicario y una miniatura en que
    aparecía frente a un paisaje de la tierra
    vasca.

    Surgió un nuevo imprevisto que vino a precipitar
    los acontecimientos, cuando de repente se llena de peste y
    hambruna España, la calificación de extranjeros
    alcanzaba también a los americanos.

    Simón sintió eso como una puñalada.
    ¿No eran ellos también españoles? Se
    pregunto.

    Comprendió que su estadía en ese
    país había terminando para siempre.

    La España había muerto para él
    junto a Teresa. De pronto se quedo mirando a los cielos, en los
    vientos se le represento la imagen de su
    amada esposa que le sonreía pero a la vez se
    desvanecía su figura y pensó que España
    debía morir para su corazón igual que ella, que su
    Teresa.

    Fanny Du
    Villars.

    El joven viaja a Paris en 1804. Es importante acordarnos
    como era Francia para esa época. Napoleón Bonaparte
    fue el genio militar más brillante del siglo 19, pero
    también una de sus figuras más
    controvertidas.

    Conquistó la mayor parte de Europa occidental
    para Francia e instituyó reformas en estos nuevos
    territorios a fin de garantizar las libertades civiles y mejorar
    la calidad de
    vida.

    Fue coronado emperador de Francia en 1804 y
    estimuló al país implantando reformas para unificar
    a la nación,
    dividida por la revolución; muchas de las cuales perduran
    en la actualidad.

    Para Bolívar ya Paris no era lo mismo, todo
    había cambiado y los sueños estaban destruidos. De
    las tres deidades levantadas por la Revolución
    Francesa, la libertad, la igualdad y la fraternidad tal vez
    solo quedaba la última.

    Bonaparte que trazo un Imperio con la punta de sus
    espada, surgía para riesgo de la
    fraternidad, una nueva estirpe de Marqueses, de Condes y Barones
    que velaban por sus propios intereses.

    Cuando nuestro joven amigo se encontraba en Paris
    presencio la coronación de Bonaparte en la Iglesia de
    Nottre Dame, el Papa Pio VII fue llevado desde Roma para que
    presidiera la ceremonia y colocara la corona sobre la frente de
    el nuevo emperador.

    Bolívar quedo sorprendido igual que mucha gente
    al ver a Napoleón arrebatar la corona de manos de
    Pío VII y colocársela el mismo en su cabeza con
    gesto de prepotencia y violando el protocolo.

    Si en algún momento la figura de Napoleón
    fue admirada por Bolívar después de ver ese grosero
    gesto cayo desde un pedestal donde la tenía, para hacerse
    polvo y no levantarse jamás.

    Para el caraqueño era el claro gesto de un tirano
    el hecho por el héroe francés.

    Bolívar vivió en Paris lujosamente en una
    casa de la Rue Vivienne. El conoció a Fanny en una fiesta
    que la bella mujer daba en su residencia.

    Ella era una bella mujer francesa con sangre
    española que quedo prendada del joven venezolano. Fue para
    el muchacho tres amores en uno: La de la amante que
    trataría de curar con su amor el roto corazón del
    muchacho herido por la viudez tan repentina, la de la madre por
    se mayor que él y el de esposa ya que tenían los
    mismos ideales y gustos.

    La francesa se movía en la alta sociedad del
    momento, era la esposa de Derveu Du Villar, Coronel y con
    funciones de relieve en la
    nueva aristocracia francesa.

    Bolívar y Fanny decían que eran parientes
    ya que ella tenía lazos familiares con Los Aristiguieta de
    Caracas y caería en los brazos de Simón y él
    a su vez sediento de amor y de ternura sintió una gran
    atracción por la enigmática mujer.

    Fanny descubriría en el joven venezolano el genio
    que conduciría al nuevo mundo a la libertad.

    En la residencia de la francesa en el Boulevard
    Menilmontant recibe a la sociedad culta de la época.
    Allí conoce Bolívar muchos espíritus libres
    de la época, entre ellos el Barón Humbolth y al
    naturalista Bomplans.

    En una de estas reuniones hubo un incidente donde el
    venezolano al no ver con buenos ojos el proceso
    autoritario de Napoleón no vacila en expresar su
    desencanto. Por esos sus amigos le recomiendan que abandone
    Paris.

    Después de su estancia en Italia
    Bolívar decide irse a América, Fanny le suplica que
    se quede, que no la abandone pero él ya había
    tomado una decisión y no se echara para atrás. La
    pareja no se vuelven a ver jamás.

    .El Juramento
    del Monte Sacro.

    Nuestro amigo había quedado solo y lo embargaba
    una tristeza intensa. Era difícil para él superar
    la muerte de su querida Maria Teresa.

    Bolívar con su profunda melancolía
    encontró apoyo en su gran amigo, el maestro
    Rodríguez y en su pariente Fernando
    Rodríguez.

    El maestro Rodríguez le dice:

    "Vamos para Italia."

    "No tengo animo" Le contesta Bolívar.

    Fernando Rodríguez insiste: Vamos esto te
    calmará

    Bolívar objeta: Ya que tanto insistís,
    iremos.

    Vamos a tomar un coche, otras veces en caballo o a pie,
    para que recuperes tú quebrantada salud. Dice el maestro
    Rodríguez:

    Bolívar resignado responde: Así
    será, tú nunca cambias amigo, siempre te sales con
    la tuya.

    Así fue, los tres amigos salieron dando un paseo
    por Milán, topándose con la coronación de
    Napoleón Bonaparte, luego pasaron a Venecia, Ferrara,
    Bolonia, Florencia y Perusa, por último pasaron a
    Roma

    Bolívar tosía sin cesar, su rostro era
    cada vez más pálido, él quedo admirado de la
    belleza de Roma.

    "¡Al fin llegamos!".
    comentaba

    El día 15 de de agosto de 1805 fue inolvidable
    para Bolívar, una de las 7 colinas de Roma.

    Bolívar comentaba: La tarde esta cayendo
    ¿con que este es el pueblo de Rómulo y Numa, de los
    Gracos y los Horacios, de Agusto y de Nerón, de Cesar y de
    Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aquí todas las grandezas
    han tenido su tipo y todas las miserias su
    cuna….

    Bolívar se inspiró siguió hablando,
    de sus ojos brotaron lagrimas, se le oprimía el
    corazón.

    La Palabra de Díos le había guiado,
    quería gritar con toda la fuerza del
    corazón.

    "Juro delante de usted; juro por el
    Dios de mi padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por
    la patria, qué no daré descanso a mi brazo ni
    reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen
    por la voluntad del pueblo español."

    Días más tardes Bolívar se
    encuentra con otros amigos llamado Humbolt, con sorpresa llega a
    París y ahí estaba Miranda con quien platica un
    poco.

    Bolívar decide continuar el viaje a Hamburgo,
    luego por los Estados Unidos

    Ya inquieto decide regresar a su país, le entra
    una desesperación para llegar a su patria empieza a tener
    presentimientos. Pensaba que hacia falta en su país. Desde
    este momento ya empieza a brillar la figura de Simón
    Bolívar como conductor de la Independencia,
    serian años de luchas y sacrificios, momentos en que
    convertirían a aquel joven Bolívar en Simón
    Bolívar El Libertador.

    Bibliografía.

    1. Los Caminos del Héroe José
      Eustorgio Rivas
    2. Mocedades de Bolívar Rufino Blanco
      Fombona
    3. El Superhombre J.A. Cova
    4. El Libertador Agusto Mijares
    5. Bolívar Alfonso Rumazo G
    6. Bolívar Jorge Campos
    7. ¿Quién fue Simón
      Bolívar?
      Alberto Flores Baeza
    8. Se llamaba Simón Bolívar
      Ramón Díaz Sánchez
    9. Bolívar. Bicentenario de el
      Libertador
      Geomundo
    10. Bolívar el Eterno Traicionado Juan
      Guash
    11. Bolívar mas allá del Mito Tomo
      I y II
      Guillermo Ruiz

    Kelly Valecillos de Rosario

    Licenciada en Ciencias
    Politicas

    Venezuela

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