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La acción social en la obra de Émile Durkheim y Max Weber




Enviado por silvitovich



    1. Max Weber (1864-1920): Los cuatro
      tipos ideales de orientación de la acción
      social
    2. Émile Durkheim(1858-1917):
      La acción social y los límites de la
      sociología positiva
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Introducción

    La acción social es, como se conoce, objeto de
    estudio de la sociología. Se refiere de manera general al
    análisis del comportamiento
    humano en los diferentes medios
    sociales. La acción humana está estructurada de
    acuerdo a normas
    compartidas y aceptadas por los miembros de una
    colectividad.

     La sociología presenta una doble
    perspectiva complementaria al analizar la realidad social:
    subjetiva o interna y objetiva o externa. Ambos análisis
    se remontan a las dos concepciones sobre la acción social:
    la del teórico social francés Émile Durkheim
    y la del sociólogo alemán Max Weber.
    Para Durkheim, el carácter social de la acción humana
    es objetivo, ya
    que obedece a las "maneras colectivas de obrar, pensar y sentir
    externas al individuo",
    que ejercen un poder
    coercitivo sobre su conducta.
    Weber define
    la sociología como "ciencia de la
    acción social" y afirma que "la acción humana es
    social siempre que los sujetos de la acción incorporen en
    ella un sentido subjetivo", esto es, los caracteres de una
    acción social se encuentran en la percepción
    y en la comprensión del sujeto de la conducta de los
    demás. (Dell’ordine, sin fecha)

    Partiendo de lo anterior el objetivo principal del
    presente trabajo ha
    sido realizar una breve descripción al modo en que ha sido
    considerada la acción humana desde la perspectiva
    sociológica, centrándonos en dos teóricos
    muy importantes de la disciplina que
    ya han sido mencionados: Émile Durkheim y Max Weber, a
    partir del supuesto de que cada uno de ellos aborda esta
    problemática desde diferentes marcos referenciales y en
    diversos niveles de análisis.

    Asimismo nos hemos guiado por el tratamiento que de
    segundas fuentes se han
    realizado sobre los autores escogidos y aún a riesgo de haber
    sido demasiado esquemáticos en la exposición
    consideramos haber sido bastantes justos en lo esencial de
    nuestro análisis. Por una parte, la concepción que
    a veces se presenta sobre la acción, mantiene una estrecha
    relación con la idea, más general, que cada uno
    posee sobre el hombre y la
    sociedad e
    incluso sobre la naturaleza de
    esta relación.

    Así, mientras el caso de Weber constituye un
    ejemplo de considerar a la acción desde la perspectiva del
    sentido individual que el sujeto le atribuye (visión
    micro), el de Durkheim lo hace desde una idea funcional dentro de
    un todo más amplio como la sociedad

    En este sentido, hemos intentado abordar las distintas
    ideas de estos autores desde las visiones más generales
    que nos brindan sus marcos referenciales dentro de los
    cuáles la ‘acción social’ -en mayor o
    menor medida- constituye uno de los elementos.

    Max Weber
    (1864-1920): Los cuatro tipos ideales de orientación de la
    acción social
    .

    A Riesgo de irrespetar un poco el orden
    cronológico comenzaremos el análisis por Max Weber
    porque de los dos autores es el que más profundamente se
    refiere a la acción social.

    Para Weber la sociología es la ciencia que
    pretende entender, interpretándola, la acción
    social para explicarla causalmente en su desarrollo y
    efectos, entendiendo por acción como una conducta humana
    en la que el individuo o individuos de la acción la
    enlacen con un sentido subjetivo.

    Partiendo de la pretensión de fundar una
    sociología comprensiva, es decir una el punto de
    partida de Weber será entonces la acción
    social.

    Así pues define a la acción social como
    cualquier tipo de proceder humano que significativamente
    "(…) se orienta por las acciones de
    otros, las cuáles pueden ser presentes o esperadas como
    futuras
    (…)" (Weber: 1998.) O sea, como una conducta humana
    con sentido y significado y por lo tanto, comprensible y dirigida
    a otra persona.

    El primer elemento nos sirve para distinguir las
    acciones con significado de los individuos, de las meras acciones
    ante un estímulo cualquiera. No es lo mismo guiñar
    un ojo a alguien, que cerrarlo de pronto porque nos entró
    algo en él. En el primer caso estamos ante una
    acción con sentido, en el segundo no.

    La referencia a otra persona le da a la acción su
    carácter social. Cuando saludamos a alguien o elegimos un
    regalo en espera que alguna persona indeterminada lo acepte,
    estamos siempre ante casos de acciones sociales.

    La acción social estaría referida a la
    conducta de otros. Pero lo que interesa al autor es el sentido de
    la acción susceptible de ser comprendida. Weber destaca en
    la investigación sociológica la
    intersubjetividad o el cúmulo de relaciones entre sujetos
    movidos por la intencionalidad, relaciones dotadas de un sentido
    que las hace comprensibles.

    Así trata de captar la lógica
    que subyace a los fenómenos sociales, con lo que
    establecer inferencias causales y modelos
    tipológicos. Así pues trata de rastrear tendencias
    previsibles a partir de la comprensión de orientaciones
    sociales.

    El énfasis puesto por Weber en su construcción de una sociología
    interpretativa y en el sentido subjetivo de la acción hace
    que la acción humana sea entendida como aquella cuyo
    sentido subjetivo hace referencia a otro individuo o grupo.

    Pero ya sea que la acción sea realizada en
    referencia al significado subjetivo de quién la ejecuta o
    por su relación con un tipo ideal de significado subjetivo
    esto, en principio, no alcanzaría para establecer una
    distinción clara entre los modos de obrar basados en
    causas racionales y los comportamientos meramente
    irreflexivos.

    Una de las herramientas
    analíticas más famosas de Weber son la
    descripción de los tipos ideales, para entenderlos debemos
    partir de la base de que Weber consideraba la Sociología
    como una ciencia de la cultura con
    una metodología apartada de las ciencias
    naturales. Con este manifiesto Weber pone en relieve la
    inseparabilidad que existe entre sociedad y los factores
    culturales que le afectan. La solución para estudiar esta
    complejidad la encuentra el autor en los tipos ideales que
    consiste en la aplicación de una metodología que
    tiene su base en las causalidades culturales que suponen la
    previsibilidad de las acciones

    Debido a que muchas de las acciones humanas se hallan
    influidas por emociones o
    valores Weber
    establece el principio de construcción racional de los
    tipos ideales.

    En términos generales Weber distingue cuatro
    tipos de orientación del proceder social:

    • La acción racional con arreglo a
      fines
    • La acción racional con arreglo a
      valores
    • La acción afectiva
    • La acción tradicional.

    Para entenderlos consideramos todos los elementos que
    están implícitos en la acción de una
    persona. En primer término, el sujeto tiene ciertos
    valores por los que se orienta en la vida. Además, tiene
    metas o fines que perseguir Para alcanzar esos fines,
    dispondrá de una cantidad más o menos grande de
    medios entre los cuales elegir. Finalmente, su acción
    tendrá determinadas consecuencias, según sean los
    medios y fines por los que optó. (Zaneti, sin
    fecha)

    Ahora analicemos a partir de esto las categorías
    propuestas por Weber.

    La
    acción racional de acuerdo a
    fines.

    En el primero de estos cuatro tipos corresponde a la
    forma más racional posible de la acción, se pondera
    el elemento racional en términos de cálculo de
    medios para alcanzar un fin valorando racionalmente las probables
    consecuencias de los actos y comparando la efectividad relativa
    de los diversos medios como las consecuencias que se puedan
    derivar de su obtención y de los medios utilizados para
    alcanzarla.

    La persona pasa por todo un proceso de
    deliberación en el cual, según sus valores, elige
    fines y aquellos medios más adecuados para alcanzarlos;
    finalmente evalúa las consecuencias que puede traerle
    tanto en alcanzar los fines, como en la utilización de
    esos medios y si las consecuencias son desventajosas,
    podrá cambiar su curso de
    acción.

    La acción racional de acuerdo a
    valores.

    A diferencia del primer caso, la acción racional
    con arreglo a valores implica la orientación del accionar
    hacia la consecución de un ideal que constituye objetivos
    coherentes hacia los que el individuo dirige su actividad. La
    persona actúa movida por la creencia en un valor que es
    visto como absoluto, como es el caso de las convicciones
    religiosas o políticas,
    y sin consideración alguna de las consecuencias de su
    acción.

    El proceso de decisión de su curso de
    acción es mucho más breve y se limita a encontrar
    el camino más corto para la consecución del fin. La
    persona que está dispuesta a dar su vida por una causa no
    piensa en las consecuencias de lo que hace, sólo quiere
    realizar el valor en el que cree.

    La acción no deja por eso de ser racional, ya que
    los medios elegidos son los más adecuados para alcanzar el
    fin y realizar el valor. La conexión medio, fin, valor, es
    aquí racional.

    La acción afectiva.

    La acción afectiva no supone que el individuo
    posea un ideal definido a través del cuál orienta
    su accionar, por lo que podemos comprender que la misma se
    desarrolla bajo el influjo de un estado emotivo y, siguiendo el
    esquema weberiano, ésta se hallaría en los límites de
    lo significativo y no significativo, debido a que su sentido no
    se establece en la instrumentación de medios hacia fines sino
    en realizar un acto ‘por que
    ’.

    Desaparece el horizonte valorativo. El sujeto
    actúa movido por estados sentimentales del momento, se
    alegra de ver a alguien o se irrita con otra persona. Como dice
    Weber, es un tipo de acción que se encuentra en el
    límite entre la conducta con sentido y la meramente
    reactiva a un estímulo.

    La acción
    tradicional
    .

    El último caso lo constituye la acción
    tradicional en la que el impulso del acto se desarrolla bajo el
    influjo de la costumbre y el hábito y procede de un
    conjunto de ideales o símbolos que no poseen una forma coherente
    y precisa.

    Es aquella determinada por una costumbre arraigada.
    Puede tratarse incluso de hábitos que nos hemos formado en
    relación con los demás, cuyo sentido se agota en
    los mismos miembros y el fin se pierde de vista.

    Esta suerte de tipificación conceptual
    desarrollada por Weber no tiene por objeto establecer una
    clasificación general de la acción social sino que
    podría ser comprendida como un esquema típico ideal
    cuyo fin es establecer mediciones racionales sobre las
    cuáles analizar las desviaciones irracionales de la
    acción

    De este modo, la condición de predecibilidad de
    la acción humana se apoya en su carácter relacional
    (toda acción implica necesariamente una relación
    social y es a través de este concepto que se
    logra conectar las acciones particulares de la gente con
    asociaciones tan complejas como el Estado o la
    Iglesia) lo
    que supone uniformidades de conducta que se establecen por medio
    del "uso" y la "costumbre". 

    Émile Durkheim(1858-1917): La acción
    social y los límites de la sociología
    positiva.

    A diferencia de Weber la concepción de la
    acción humana en Durkheim se halla vinculada con su
    intento de fundar una ‘sociología
    positiva
    ’; así pues la acción social para
    Durkheim es objetiva, es un hecho.

    Esta sociología positiva debe partir del
    principio de mostrar a la sociedad como una realidad externa al
    individuo y regida por diferentes modos de cohesión
    social, los que a su vez condicionan los diferentes modos de
    conciencia colectiva’ por medio de la que se
    moldean los caracteres individuales.

    De este modo, mientras que en las sociedades
    tribales cuyo modo de cohesión social era la
    solidaridad mecánica la "totalidad de creencias y
    sentimientos comunes a la media de los miembros" es más
    fuerte debido a que la individualidad no se halla aún
    plenamente desarrollada; en la sociedad moderna, cuya forma de
    cohesión es la solidaridad orgánica los
    hombres se especializan y desarrollan su singularidad individual
    y la sociedad se constituye por medio de su
    interdependencia.

    "En el primero, lo que se llama con ese nombre es un
    conjunto más o menos organizado de creencias y de
    sentimientos comunes a todos los miembros del grupo:
    éste es el tipo colectivo. Por el contrario, la sociedad
    de que somos solidarios en el segundo caso es un sistema de
    funciones
    diferentes y especiales que unen relaciones definidas. Esas dos
    sociedades, por lo demás, constituyen sólo una.
    Son dos aspectos de una sola y misma realidad, pero que no
    exigen menos que se las distinga."(Durkheim: 1967)

    La acción humana así percibida aparece
    como algo condicionado permanentemente por el entorno social y
    que desde la perspectiva de Durkheim no puede ser estudiada ni
    explicada por referencias a motivos individuales. En
    términos generales aún las categorías
    más internas de nuestro pensamiento se
    derivan y proceden de la experiencia social y solo en sociedad
    podemos llegar a concebirlas.

    La diferencia entre los hombres y los animales
    sería pues que a los primeros la capacidad de
    imaginación le es estimulada por su entorno inmediato, el
    cuál se halla regulado normativamente. Es importante
    destacar que esta regulación es necesaria y que adquiere
    el significado de fuerza moral ya que el individuo por
    sí solo no podría limitar todas sus pasiones por lo
    que es necesario que este se realice bajo la coerción de
    una fuerza
    moral
    exterior.

    Aquí Durkheim introduce uno de sus conceptos
    principales para su análisis de la sociedad moderna: la
    anomia. En lo que él denomina ‘circunstancias
    normales’ la sociedad proporciona a los individuos normas
    morales que son consideradas como legítimas para
    disciplinarlos restringiendo su modo de obrar. Sin embargo, en
    circunstancias anómicas no es capaz de ejercer esta
    influencia.

    La división del trabajo dentro de la sociedad
    moderna y el paso de la solidaridad
    mecánica a la orgánica implica el
    aumento de intensidad de la conciencia
    colectiva así "(…)De una manera general, la
    máxima que nos ordena especializarnos hallar se, por todas
    partes, como negada por el principio contrario, que nos manda
    realizar a todos un mismo ideal y que está lejos de haber
    perdido toda su autoridad"
    (Durkheim, 1967).

    En este sentido Durkheim interpreta la existencia del
    derecho penal que significa la aplicación de un castigo
    ante una conducta socialmente establecida como transgresora y
    cuya función
    social sería fortalecer en cada individuo los sentimientos
    de unión con su colectividad

    La división del trabajo en la sociedad moderna
    necesita de la incorporación de nuevas formas
    complementarias de comportamiento
    ya que es indispensable que los individuos se comprometan en
    múltiples relaciones de intercambio entre sí. De
    aquí que para Durkheim no sea tan importante que un
    individuo siga un curso de acción preestablecido como que
    sí existan mecanismos que regulen normativamente su
    interacción.

    "Por otra parte, las condiciones materiales
    de la vida se oponen a que puedan repetirse tales operaciones,
    pues, a cada instante, y con frecuencia de improviso, nos
    encontramos anudando lazos de ese género,
    bien al comprar alguna cosa o al venderla, o porque viajamos, o
    porque contratamos servicios o
    nos instalamos en un hotel, etc.
    La mayor parte de nuestras relaciones con otro son de
    naturaleza contractual. Si fuera, pues, preciso iniciar cada
    vez de nuevo las luchas, con las necesarias conversaciones para
    establecer bien todas las condiciones del acuerdo en el
    presente y en lo porvenir, nos hallaríamos
    inmovilizados." (Durkheim: 1967)

    Vistas así las cosas, Durkheim insiste en el
    principio según el cuál los fenómenos
    sociales deben ser estudiados según sus funciones que son
    específicamente sociológicas y que podrían
    ser distintas de los propósitos que guiaban a los
    individuos que las realizasen, merced a lo cuál la
    función de un hecho social debería siempre buscarse
    en relación con algún fin social cuya
    orientación es la de armonizar a la sociedad y la
    relación de ésta con su medio
    ambiente.

    Conclusiones:

    No sería caer en obviedad decir que los autores
    escogidos consideran que la sociedad es producto de la
    acción humana, aunque en el caso de Durkheim la sociedad
    tuviera primacía sobre el individuo.

    La posición que adopta cada uno de los autores,
    de algún modo se relaciona con los primados
    epistemológicos de sus propias teorías, así Durkheim pone
    énfasis en distinguir el propósito individual de la
    acción y la función social que ésta cumple.
    En este sentido ha observado que el significado de la
    acción individual es algo que escapa a quién la
    ejecuta, que se suma como una fuerza integradora del orden
    social.

    Por su parte Weber se centra en la orientación
    subjetiva que posee la acción individual y su aporte
    principal para la comprensión de la acción consiste
    en ubicar a las pasiones como una variable definida del proceder
    social.

    Bibliografía

    Durkheim, Émile, 1967, De la división
    del trabajo social
    , De. Schapire, Buenos
    Aires.

    Dell’ordine, José Luis [sin fecha]
    Política social. Disponible en Internet desde

    www.monografías.com/trabajos7/poso/poso.shtlm#des

    [con acceso 20 de junio de 2003]

    Weber, Max: 1994 Economía y Sociedad,
    Fondo de Cultura Económica, México.

    Zaneti, Victoria: [Sin fecha] La sociología y
    su objeto de estudio: la acción social
    Disponible en
    Internet desde
    www.colegio.com.uy/Fotocopias/Apuntes/A5Soc006.htm

    [con acceso 20 de junio de 2003]

    <http://www.sociologicus.com/clasicos/durkheim3.htm>
    [Con acceso 21 de junio de 2003]

    <http://www.sociologicus.com/clasicos/weber2.htm>
    [Con acceso 21 de junio de 2003]

    Autora:

    Silvia Durán Molina

    Lic. Sociología

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