Cultura y sociedad han
transitado de la mano a través de la historia como resultado de
los nexos internos que las unen; ambas son aspectos correlativos:
la sociedad, en cada etapa de su desarrollo, es
caracterizada por su cultura y ésta encuba los brotes de
la nueva formación económico-social. Por el lugar
que ocupa la producción de bienes
materiales en
el movimiento
ascensional de la sociedad es que al trabajo y a
las relaciones
laborales se les considera objeto primario del cambio
cultural, en sus aspectos económicos, técnicos y
sociales; estos cambios reflejan la historia del hombre y su
cultura, en los mismos han influido un conjunto de factores
económicos, políticos, sociales y culturales en
general que han impactado la cultura económica,
empresarial y laboral. Los
portadores materiales activos de estas
relaciones y transformaciones son los trabajadores y de hecho, se
convierten en sujetos de las transformaciones que se imponen como
necesidad histórica.
Es imprescindible señalar que el contenido de la
cultura laboral socialista cubana no ha sido sistematizado,
aunque abunden estudios que analizan, desde distintos
ángulos, la cultura cubana, los problemas del
trabajo, la educación laboral
y económica.
Nuestra condición de país subdesarrollado y
dependiente tuvo una influencia decisiva en el desarrollo
cultural del pueblo y en particular de los trabajadores, el
atraso educacional y el bajo desarrollo tecnológico, entre
otros aspectos, repercutieron en la cultura del trabajo,
reduciendo esta a un conjunto de habilidades, muchas veces
adquiridas de forma empírica y por ello poco
competentes.
De hecho, la creación de la nueva cultura laboral ha
tenido ante sí dos grandes dificultades: primero, la
herencia
cultural que nos legó la república neocolonial y
segundo, la carencia de trabajos teóricos acerca de la
cultura laboral socialista en general y cubana, en particular.
Nuestra condición de país que construye el socialismo y el
entorno externo en que nos insertamos exige, como elemento
fundamental de este propósito, la formación de una
nueva cultura del trabajo.
Es en este sentido que apreciamos en el pensamiento
social de Ernesto Guevara una guía para la acción
y en especial, sus aportes a la concepción de un nuevo
tipo de trabajador. Como profundo conocedor del pensamiento
marxista, Che no sólo interpretó el ideal cultural
del socialismo, sino también lo enriqueció y
dedicó gran parte de su tiempo e
ingenio creador, a llevar a la práctica tal ideal. La
visión de la cultura que tenía el Che sienta
pautas en su concepción del papel que esta debía
jugar en la construcción del socialismo y de la nueva
cultura laboral.
El papel de la cultura lo considera en distintos aspectos: en
la preparación que brindan los centros educacionales en
general y, en particular, en una especialización: cultura
médica, cultura técnica, etc; como portadora de
nuevas ideas: "Falta el desarrollo de un mecanismo
ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala
hierba…" (Obras, t-2: 379) y, como medio de
liberación del hombre. "Esto se traducirá
concretamente en la reaparición de su naturaleza a
través del trabajo liberado y la expresión
de su propia condición humana a través de la
cultura y el arte" (Obras,
t-2: 375) Y continua: "…Desde hace mucho tiempo el hombre
trata de liberarse de la enajenación mediante la
cultura y el arte. (Ibidem: 377) Por el lugar que da a la
cultura, en la formación del hombre nuevo,
es que considera el tiempo libre como un importante espacio para
su desarrollo. "…hay algo más importante que la
clase social a
que pertenezca el individuo: la
juventud, la
frescura de los ideales, la cultura…" (Ibidem:
220)
Che emplea el concepto cultura
con diferentes acepciones: Como educación o
más bien como resultado de la instrucción y
educación llevada a cabo por los centros docentes.
Al hacer referencia al papel de la técnica y de la
cultura en el desarrollo, lo relaciona con los centros
educacionales (Obras, t-2: 42) La previsión, como
cualidad de los planificadores, la asoció a una base
cultural amplia, adquirida, ante todo, en Institutos
Universitarios (Obras, t-2: 46) y, como conjunto de aspectos que
caracterizan a una civilización.
El monopolio y la
propiedad
monopolista en que se basa destruyen nacionalidad y
culturas. "…Vende su cultura en forma de películas,
de novelas, o de
cuentos para
niños,
con toda intención de ir creando en nosotros una
mentalidad diferente…" (Obras, t-2: 90) El socialismo es
resultado de una Revolución
Cultural que lleva a la exaltación de sus valores; de
una nueva concepción del mundo, de relaciones sociales
propias, de un nuevo modo de vida y para ello "La cultura
es patrimonio del pueblo entero…" (Obras, t-2:
30).
Como sabemos, la formación del hombre nuevo es
esencial en su visión estratégica de
construcción del socialismo, pero esta
transformación ha de realizarse durante y mediante la
construcción del socialismo, lo que implica, ante todo, la
formación del hombre socialista.
Este ser humano de nuevo tipo se proyecta con rasgos
específicos; de ellos, podríamos señalar:
una elevada conciencia
política y
social, valores éticos y conducta moral de
tendencias socialistas, entre otros muchos. Sin embargo, dado el
tema de este trabajo y la limitación de espacio, haremos
énfasis en la formación de su cultura laboral y las
consideraciones del Che al respecto.
Con frecuencia se caracteriza a una sociedad a partir de su
cultura y aunque existe consenso en considerar la cultura como
factor del cambio social, la determinación de cómo
esta toma participación directa en el mismo, no siempre
resulta fácil comprenderlo y exponerlo con suficientes
argumentos. La complejidad del concepto cultura hace que
un amplio espectro de problemas aparezcan interrelacionados con
éste.
Sí nos detenemos en su definición, algunos
autores como A. Kroeber y C Kluckhon (Culture a Critical. Review
of Concepts and Definitions. Cambridge, Mass, 1952) ofrecen hasta
160 definiciones, en ello puede influir lo complejo del
fenómeno y/o el enfoque unilateral en función
del objeto de estudio de la ciencia que
aborda el problema. Cualesquiera que sean las esferas de la vida
y actividad social que tomemos, también tendremos unos u
otros elementos de la cultura.
Por su origen, este concepto va ligado a lo que es producto de la
actividad humana (agricultura) a
diferencia de la naturaleza virgen, este término proviene
del verbo latín "colo", cuyos significados "elaboro",
"cultivo", "honro", "venero", son las más importantes
entre las múltiples acepciones que existen. La
mayoría de las conceptualizaciones realizadas tienden a
abarcar todo lo creado por el hombre, lo material y lo
espiritual. En ellas se ha querido sintetizar todos los
adelantos: materiales, espirituales y sociales, dado que la
cultura se expresa en todo el sistema de la
actividad humana: material (laboral, científica y
sociopolítica) y espiritual (gnoseológica,
valorativa y comunicativa), reproduciéndose en la
misma.
Un análisis lógico del concepto nos
remite a su extensión y contenido. El primero se
refiere al conjunto de objetos que pueden ser incluidos en el
mismo: cultura económica, empresarial, laboral,
política, jurídica; cultura de salud y demás,
así como la extensión de cada uno de ellos, por
ejemplo: el concepto cultura de la salud incluye: cultura
dietética, hábitos y costumbres alimenticios;
cultura física:
postura, ejercicios, etc.; cultura de la higiene: personal,
familiar y comunitaria; cultura de la medicación:
consultar al médico y regirse por sus indicaciones, no
automedicarse; cultura del empleo del
tiempo: su distribución y aprovechamiento. El
segundo, es decir, su contenido, es el conjunto de
caracteres a los que se le puede aplicar el concepto; a cada
dimensión de su extensión le son comunes el:
- ser característica sintética del nivel de
socialización alcanzado por individuos y
grupos
humanos, - nivel de desarrollo alcanzado por personas y grupos
sociales que se expresa en sus ideas, conducta y
actuación, - nivel de desarrollo alcanzado en la instrucción, la
ciencia, el
arte, la literatura, la producción material,
la conciencia social y sus instituciones, - mecanismo adaptativo de la humanidad a la naturaleza y la
sociedad (a esto atribuyen el cambio social, - conjunto de valores materiales y espirituales creados por
la humanidad en el curso de la actividad humana, - horizonte (cultural) que sirve de prisma valorativo de la
realidad, - modo de vivir: hábitos, costumbres, tradiciones
y, - el ser reino de los significados; estos están
determinados por las creencias y valores correspondientes.
Realizado este estudio, pudiéramos aceptar a los
efectos de su análisis, la forma en que el Diccionario
Cervantes la
define:
"Conjunto de valores materiales y espirituales creados por
la humanidad en el curso de la historia y, también
lo define como: "Nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en
la instrucción, la ciencia, la literatura, el arte,
la moral, la
filosofía, etc. y las instituciones
correspondientes"
Sí partimos de las ideas expresadas anteriormente sobre
la cultura, antes de definir qué es cultura laboral,
sería bueno precisar algunos aspectos de la
extensión y contenido de este concepto.
Extensión incluye: cultura del ahorro, de la
calidad, del
cuidado de los medios de
trabajo, protección e higiene en el trabajo,
cultura específica del tipo de trabajo: según el
sector empresarial, tipo de empresa, puesto
de trabajo y demás.
Si tomamos cultura de la calidad, esta incluye:
presentación del producto, su acabado, adaptación
al gusto del consumidor, su
belleza, tiempo útil de duración, capacidad de
reciclaje y
bondades con respecto al medio
ambiente; mantenimiento
o incremento de los niveles tradicionales de calidad,
preocupación por los detalles, es decir, aspectos
tecnológicos y también sociales como son el
mejoramiento continuo en la vida personal, familiar, social y de
trabajo que involucre a todos.
Con respecto a su contenido tendríamos:
- Síntesis del nivel de socialización alcanzado
por el trabajo y las relaciones laborales. - Conjunto de valores materiales y espirituales creados
para y por el proceso de
trabajo. - Horizonte cultural que sirve de prisma valorativo del
trabajo y las relaciones laborales. - Universo de los valores,
creencias y orientaciones que matizan el medio laboral: la
actividad y las relaciones laborales. - Modo de ser en el medio y la actividad laboral.
Al producir, cada bien creado es un resultado de la cultura
laboral de ese pueblo, de ese grupo o
colectivo de trabajo; una verdadera creación
artística, en la que no dejan de estar presentes las
leyes
estéticas; la materialización de ideas,
sentimientos, motivos.
En la cultura laboral espiritual se ponen de manifiesto
aspectos de la psicología
social como son las emociones,
estados de ánimo, impresiones y manifestaciones volitivas;
la decisión, seguridad,
perspectivas, costumbres, hábitos, tradiciones y gustos,
normas
sociales, opiniones públicas, ceremonias, convicciones son
cualidades que actúan en el sujeto social; las necesidades
económicas objetivas son su elemento de partida y los
intereses económicos son formas de expresión de las
relaciones socio psicológicas económicas, sus
elementos son: el interés
material, las motivaciones, los estímulos, el entusiasmo
laboral.
El interés material y los motivos
económicos de la actividad económica y laboral, en
específico, actúan como componentes que enlazan la
psicología
económica y la conciencia económica, a
través de ellos, es decir de los intereses
económicos, el factor espiritual de la vida
económica adquiere una fuerza
real.
La actitud ante
el trabajo, la satisfacción o insatisfacción por el
proceso laboral, el entusiasmo en el trabajo son componentes de
la psicología laboral. En la conciencia cotidiana,
existen tradiciones y experiencias necesarias para el trabajo que
complementan el nivel empírico de la conciencia
económica. Pero a este nivel no se puede interpretar y
llegar a la esencia de los fenómenos de la vida laboral,
sólo se reflejan aspectos superficiales de las relaciones
económicas, por lo que es preciso la existencia de un
nivel teórico formado por la ideología y la ciencia
económica.
La ideología abarca las formaciones espirituales que
por su naturaleza tienen un carácter clasista y actúa como
producto del reflejo del ser social a través del prisma de
los intereses de clases, entre ellos los intereses
económicos. Los puntos de vista teóricos de
determinada clase o partido sobre la
organización económica de la sociedad, sobre
las formas de dirección económica se expresan a
través de la ideología económica, como
producto de la interiorización de sus intereses
económicos fundamentales, aspecto este que las arma
de ideas en la lucha económica, en la defensa de sus
derechos
laborales y en su identificación con otros niveles de
intereses como son el interés social y empresarial. (V.D.
Popov, 1981)
Por su parte, la conciencia científica se distingue por
el modo y profundidad de reflejar la realidad; es un riguroso
sistema de conceptos, juicios, deducciones, principios y
demostraciones teóricas. La Economía
Política, las llamadas economías concretas y
otras ramas de las ciencias
económicas forman parte de la conciencia científica
económica que tienen como principal finalidad el
conocimiento de las leyes económicas objetivas y el
mecanismo óptimo de su realización.
Es bueno que realicemos algunas distinciones entre
cultura económica, cultura empresarial y cultura laboral.
A nuestro modo de ver, la primera es más amplia
pues se refiere a la economía en general;
por su parte, la cultura empresarial puede reducirse a ese
medio; en ella se concreta la aplicación de la organización científica del trabajo
como resultado de las investigaciones
empresariales y económicas, las que impactarán el
desempeño de la fuerza de trabajo y toda la
organización del trabajo y la gestión
empresarial.
Es decir, la cultura empresarial identifica la forma de ser de
una empresa y
se pone de manifiesto en su actuación ante los problemas,
retos y oportunidades; adaptación al cambio; en sus
creencias, entre otros aspectos y, la cultura laboral, aunque
forma parte de las anteriores, podemos reducirla al
desempeño de la fuerza de trabajo, es decir, obreros y
trabajadores, administrativos y dirigentes. No obstante, todas
estas formas de la cultura están estrechamente
interrelacionadas, independientemente de las diferencias
apuntadas. De esta forma podemos entender por cultura laboral:
"Nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en el
desempeño efectivo de sus recursos
laborales humanos; expresado en su capacidad real para
enfrentarse a una situación concreta de trabajo"
Un desempeño efectivo incluye características de
la fuerza de trabajo, capacidades de la dirección
empresarial y del medio laboral que responden a las siguientes
interrogantes:
- ¿Qué espera la empresa del
trabajador? ¿Puede hacerlo? ¿Tendrá los
conocimientos, habilidades, capacidades y experiencia
suficiente para desempeñar ese trabajo?
1) Estas interrogantes nos sitúan en el campo de las
aptitudes. Poder hacer
requiere: facultad de análisis, de tomar decisiones, de
transmitir informaciones; habilidades motoras, sensoriales,
psicológicas, cognoscitivas, experiencias; independencia,
flexibilidad, incluye:
a) Calificación: conocimientos, habilidades,
experiencia.
b) Capacidades: comunicación, cooperación,
previsión, salud.
- Pero, ¿Quiere hacerlo? ¿Por qué
razón hacerlo? ¿Qué condiciones se les
ofrecen?
2) Y, estas otras cuestiones nos conducen al campo de las
actitudes. Querer hacer está en dependencia de un
sistema de valores que incluye la responsabilidad, solidaridad,
austeridad, sensibilidad (ecológica, ética,
estética, etc.), disciplina,
sentido del deber, realización, pertenencia, colectivismo,
interés, laboriosidad (incluye consagración,
constancia, esfuerzo, esmero, entrega, otros), creatividad
(incluye iniciativa, flexibilidad, diligencia, emprendimiento y
otros), entusiasmo, alegría, honestidad,
lealtad, fidelidad y otros.
- ¿Qué resultados se esperan de la empresa? :
¿Qué condiciones organizativas y de
dirección son necesarias para un desempeño
óptimo? ¿Qué condiciones se ofrecen a los
trabajadores?
No todo queda en la masa de trabajadores, la dirección
de la empresa ha de garantizar ciertas condiciones:
régimen de estimulación, formas de
organización de la emulación; clima laboral
alegre, sano, amistoso, armonía, flexible; oportunidades
de aprendizaje
continuo, posibilidades de ascenso, independencia para operar,
opinar; comunicación fluida, régimen de trabajo
democrático, confianza mutua, control de abajo
arriba y de arriba a bajo, posibilidades de innovación permanente, justicia y
equidad como
un modo innato de proceder, ejemplaridad de los mandos, adecuada
exigencia, actuación honrada, práctica del
ecologismo, legalidad,
liderazgo,
respeto,
seguridad, sinceridad, tradición, transparencia,
copropiedad, apertura al cambio y otros, entre los que se pueden
mencionar: aprovechamiento de los recursos, cumplimiento del
plan,
movimiento de vanguardias, trabajo sindical, régimen
participativo, etc.
3) Valores finales de la empresa. Resultados que se
esperan de la empresa: Eficiencia
económica, social y técnica según su
misión;
alcanzar, como señala Falop, la calificación de
empresa de clase, es decir, eficientes y/o competentes y/o de
clase mundial. (Rodolfo Falop Bejerano, 2002)
A través del proceso histórico de la
Revolución cubana y de la revolución cultural, como
parte de ésta, se ha venido conformando una nueva cultura
laboral que en esencia consiste, según nuestra
opinión en: "El nivel de desarrollo alcanzado por los
trabajadores cubanos en términos de capacidad productiva,
manifestada en su desempeño real y concreto, como
expresión del grado de socialización logrado"
En la misma podemos distinguir las cualidades generales exigidas
en sus aptitudes y actitudes por
el entorno global y, en específico, por la
naturaleza socioeconómica de nuestro país. Por
ello, la cultura laboral del trabajador cubano es portadora de
rasgos, principios y valores propios, nacidos con la
Revolución; fruto de las transformaciones
democráticas, antiimperialistas, agrarias, populares y
socialistas.
Su origen y desarrollo convergen con el proceso revolucionario
y en particular con la revolución cultural llevada a cabo
en el país y continuada en la actualidad.
Para tratar sobre la nueva cultura del trabajo en el
socialismo y en particular en nuestro país, es necesario
hacer referencia a los rasgos, principios y valores que forman su
contenido. El ideal cultural laboral socialista aspira a
que al trabajo y a las relaciones laborales le sean propios los
siguientes rasgos:
1º. El trabajo como médula del modo de
vida: Es decir, la actividad laboral será un
medio de satisfacción humana, un medio de vida,
única fuente de riqueza; una forma de hacer la vida
más plena, rica y feliz; más íntegra,
productiva y más humana. Se creará una sociedad de
trabajadores en la que el holgazán, el vago, el lumpen y
otras lacras no tendrán cabida; esta es una
transformación básica, sin embargo, encuentra
en la tradición mercantilista y una larga historia de
explotación a unos de sus mayores escollos.
La actitud ante el trabajo, como un hecho de
conciencia, durante la construcción del socialismo, debe
cambiar y de ésta, depende la cantidad y calidad de
su resultado, de su eficacia."El
trabajo, punto central de la actividad humana, de la
construcción del socialismo…está determinado
también, en su eficacia, por la
actitud que se tenga ante él" (Borrego, 2002: 243)
Pero deben enfrentarse los rezagos del pasado, todo aquello que
durante años cimentaron la enajenación. "Al entrar en una sociedad
nueva no puede considerarse el trabajo como la parte negra de la
vida, sino todo lo contrario.
Tenemos que caminar sobre una base fundamental, hacer del
trabajo una necesidad moral, una necesidad interna, ese tiene
que ser el proceso educativo de los años que vienen"
(Pérez, 1989: 206. Y continua la autora citando al Che:
"Es necesario que se quite el aspecto erróneo propio de
una sociedad explotadora, de que el trabajo es la necesidad
desgraciada del hombre y aparezca el otro aspecto del trabajo;
como la necesidad interna del hombre" (Ob. Cit: 206)
Orlando Borrego, en su libro "Che el
camino del fuego" cita palabras del Che que sintetizan sus ideas
sobre el trabajo en el socialismo. "…el pasado, que se
refleja haciendo que en la conciencia de muchos trabajadores sea
esta necesidad de trabajar cotidianamente una necesidad
oprimente, una necesidad que tratan de burlar, que burlan
considerando que la fábrica es todavía del viejo
patrón… Y nuestra actitud debe ser totalmente
diferente.
El trabajo debe ser una necesidad moral nuestra, el
trabajo debe ser algo que vayamos cada mañana, cada tarde
o cada noche con entusiasmo renovado, con interés
renovado. Tenemos que aprender a sacar del trabajo lo que tiene
de interesante o lo que tiene de creador, a conocer el
más mínimo secreto de la máquina o del
proceso en que nos toca trabajar" (Ob. Cit: 244)
2º. El principio
socialista de distribución establece que la remuneración se
realice según el trabajo aportado debido a la
heterogeneidad del trabajo y la calificación laboral de
los trabajadores y, ante todo, por el insuficiente desarrollo de
las fuerzas productivas, reflejados en la productividad del
trabajo y su eficiencia, las que requieren la puesta en
práctica de estímulos materiales (además de
los estímulos morales) ya que, como dijimos, el trabajo es
aún un medio de vida.
Al mismo tiempo, la sociedad exigirá a cada
cual que le aporte según su capacidad, lo que implica
retos tales como, asegurar su formación
laboral, garantizar puestos de trabajo, y no sólo un
puesto de trabajo, sino también, un lugar donde pueda
rendir según su capacidad. No obstante, las diferencias
que implica la puesta en práctica de la
distribución socialista, igualdad ante
el trabajo, la unidad entre deberes y derechos laborales y el
mayor empoderamiento de los nuevos dueños,
permitirán la unidad de los intereses, una disciplina
laboral y técnica consciente, por lo que las diferencias
serán admitidas sin conflictos
sociales y superadas en etapas posteriores; también se
prevé una mayor coherencia entre la eficiencia
económica y la eficiencia social y, el desarrollo de
relaciones laborales camaraderiles, fraternales, de ayuda mutua,
solidarias.
Al referirse al fenómeno conciencia, Che lo hace
con una visión integral: no es sólo
disposición política para el gran sacrificio en
hechos trascendentales, sino el heroísmo cotidiano en
diferentes aspectos, entre ellos, la entrega al trabajo, ya que
"…la construcción del socialismo está basada
en los frutos del trabajo, en la mayor
producción, en la mayor productividad. En balde
sería que profundizáramos al máximo nuestra
conciencia, si no pudiéramos aumentar nuestra
producción…" (Che, Obras t-6: 1962:423 El
socialismo es para él "…un régimen al
que se llega históricamente, y tiene como base la
socialización de los bienes fundamentales de
producción y la distribución equitativa de todas
las riquezas de la sociedad, dentro de un marco en el cual haya
producción de tipo social" Y continua: "…una
sociedad en que el trabajo debe adquirir una condición
nueva; la mercancía hombre cesa de existir y se instala un
sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber
social.
Los medios de producción pertenecen a la sociedad
y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple
con el deber social. El hombre comienza a liberar su pensamiento
del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer
sus necesidades animales mediante
el trabajo" Una sociedad, en fin, que implicaría para el
hombre: igualdad, participación, responsabilidad,
libertad y
desalienación. (Vasconi, Pensar al Che t-2:
352)
Para Che, "…la actitud comunista ante el trabajo va
formándose paulatinamente a través de cambios que
van ocurriendo en la mente del individuo, cambios que
necesariamente serán largos y que no se puede aspirar a
que sean completos en un corto período en los cuales el
trabajo ha de ser lo que todavía es hoy, esa
obligatoriedad compulsiva social, para transformarse en una
necesidad social"
El trabajo como deber social, la entrega al trabajo, la
disposición al sacrificio, integración del hombre a la sociedad,
jerarquización del estímulo moral son cualidades
que el Che vincula con la nueva actitud ante el trabajo.(Obras,
t-4: 147)
Che estimaba que "…Estimulo material directo y
conciencia son términos contradictorios, en nuestro
concepto…" (Obras, t-1: 191) y afirmaba: "Sí, el
estímulo material se opone al desarrollo de la conciencia,
pero es una gran palanca para obtener logros en la
producción…nosotros afirmamos que en tiempo
relativamente corto el desarrollo de la conciencia hace
más por el desarrollo de la producción que el
estímulo material…" (Obras t-1:101) En el Sistema
de Financiamiento
Presupuestario, señala: "…La búsqueda de
mecanismos de incentivación que difieran de los
empleados en el capitalismo
está dado por la comprensión de que el socialismo
no es sólo un hecho económico, sino
también un hecho de conciencia".( Tablada, 1987:
144) y añade este autor, "El socialismo se propone no
sólo crear un régimen caracterizado por la
abundancia de bienes de consumo, sino
también una nueva actitud humana ante la sociedad y
ante el bienestar que ésta le brinda"(Ob. Cit: 145). El
Che valoraba que "La lenta y compleja transformación
ideológica plantea durante un tiempo la
contradicción "producción vs. conciencia"
Es en este período que el peso de los hábitos de
pensamiento inculcados por el capitalismo (ambición,
egoísmo, individualismo, y otros ) se hacen sentir
negativamente en el esfuerzo productivo y puntualizaba:
"…no negamos la necesidad objetiva del estímulo
material, si somos renuentes a su uso como palanca impulsora
fundamental…(…) No hay que olvidarse que viene del
capitalismo y está destinado a morir en el socialismo"
"…la etapa de construcción socialista es de
transición, aún en ella el estímulo material
es importante…Hacemos énfasis en los
estímulos morales de la sociedad socialista y consideramos
que los estímulos materiales deben ir en descenso hasta
que desaparezcan en la sociedad sin clases" (Obras t-4: 482)
3º. Carácter creador del
trabajo: La creatividad es un valor de la
cultura laboral que en el socialismo deberá alcanzar altos
niveles de realización como expresión de la nueva
actitud ante el trabajo que se va gestando, no sólo por la
calificación de la fuerza de trabajo, sino además,
por la organización científica del trabajo y la
producción y, la conciencia económica
socialista formada.
Ello permitirá que
en cada momento sea alentado el espíritu innovador, que
las ideas se expresen y generen un ambiente
propicio al diálogo y
la creación, dándole cauce a los proyectos
valiosos y oportunos para mejorar la actividad de
investigación; influyendo en la
disposición y el deseo de
aportar nuevas ideas para perfeccionar el trabajo, en tanto se
desarrolla una cultura que privilegia el cambio
tecnológico, la invención e innovación,
propicia un ambiente participativo y de mutuo compromiso de los
trabajadores como parte de la visión de futuro.
Las contradicciones que genera el mercado, la
ley del valor y la distribución según el
trabajo, frente al plan y la propiedad social socialista, en
el período de transición, hay que admitirlas y
utilizarlas conscientemente; trazar una política
económica que propicie su extinción paulatina,
transformando las condiciones que generan su presencia; no bastan
la distribución según el trabajo y su complemento a
través de los fondos sociales de consumo, la
eliminación de la explotación del hombre por el
hombre y muchos otras medidas populares, es imprescindible el
trabajo formativo de conciencia socialista. Che
enfrentó esta problemática con espíritu
crítico y pensamiento creador, dos aspectos relevantes en
su personalidad.
Su crítica
al capitalismo, a los métodos y
formas de construir el socialismo en otros países; a
determinados aspectos de la teoría
marxista que se convertían en dogmas, fue muy clara y
abierta; también a sus compañeros más
cercanos les criticó de forma oportuna y constructiva. Al
respecto escribe Orlando Borrego: "…la crítica
más cruda contra los errores o debilidades y luego, ante
la evidencia de una rectificación, el apoyo solidario
potenciando las cualidades humanas y no los defectos de las
personas" (Ob. Cit: 53) Su creatividad se pone de
manifiesto en un conjunto de acciones
en función de la reorganización del
país y de su aparato económico;
también en la forma que su pensamiento trasciende
fronteras y el tiempo. La ciencia y la técnica en
función de la construcción de la economía
socialista, fue altamente valorada por el Che, la
revolución científica y técnica que
comenzaba a desplegarse en aquellos años,
consideraba, tenía que manifestarse en innovaciones
en todas las ramas del saber llevando a la práctica la
iniciativa y la creatividad basada en el acervo de
conocimientos que el pueblo debía alcanzar gradualmente a
través de la obra educativa. "Estamos inaugurando una
época en la cual los conocimientos científicos son
y serán, cada vez con mayor fuerza, los que determinen
nuestro ritmo de desarrollo y nuestra capacidad de quemar etapas
en la construcción socialista" (Borrego, 2001:
131)
Para el Che, el objetivo de la
nueva sociedad debía tener, como fundamento básico
esencial, el desarrollo de la conciencia y una cultura
científica y tecnológica integral; el camino
del desarrollo, en el aspecto económico, debía
vencerse con la técnica más avanzada posible y
ésta había que tomarla donde esté. Con
respecto a la electrónica dijo: "Todo indica que
esta ciencia se constituirá en algo así como una
medida del desarrollo; quien la domine será un país
de vanguardia…Más adelante
señalaba: "Estamos entrando en la era de la automatización y de la electrónica; tenemos que pensar en la
electrónica en función del socialismo y en el
tránsito al comunismo…" (Ob. Cit: 135) Vinculó
el fenómeno del desarrollo científico con la
conciencia: "…Cuando en cada cubano el trabajo sea una
necesidad vital como expresión de creación
humana, la técnica, la tecnología, los
inventos se
sucederán por millones…" (Borrego, 2001:
337)
4to. Dirección
democrática del trabajo, con papel relevante del
colectivo laboral (mínima distancia de poder como
expresión de su nivel de empoderamiento)
Preocupación por el desarrollo y realización
multifacético del trabajador (atención al hombre). Sentido superior de
pertenencia materializado en su participación consciente y
la responsabilidad compartida.
El trabajo sindical debía encaminarse a lograr
una amplia y consciente participación de los
trabajadores en el proceso de planificación y en el cumplimiento del
plan, así como en otras tareas revolucionarias; tiene que
jugar un doble papel: aliado de la
administración en la producción, pero voz y
oído de
los trabajadores.
A fines de 1961 se crearon las asambleas de
producción las cuales estaban llamadas a convertirse en
escuelas transformadoras de la mentalidad de la clase obrera,
"…serán una parte de la vida de las
fábricas, y serán el arma que tenga toda la clase
obrera para la fiscalización del trabajo de su administración, para la discusión de
los planes, para el control del plan, para el establecimiento de
nuevas normas técnicas,
organizativas de todo tipo, para toda clase de discusión
colectiva o todo núcleo de la fábrica, o
todos los trabajadores de la fábrica, o todos los
trabajadores del departamento, según la importancia de
cada unidad de la producción. (Borrego, 2001:197) La
emulación es una competencia, pero
dirigida a mejorar en beneficio, ante todo, de la sociedad;
presupone una organización eficaz para que prenda en las
masas, se realice el reconocimiento de cada trabajador y
colectivo y, se lleve a efecto la estimulación moral y
material. La aplicación de estímulos al
trabajo se remonta a los primeros meses de 1961, aún antes
de ser organizada y puesta en marcha, la emulación
socialista.
5to. Carácter planificado del proceso de
trabajo.
Este presupone un nuevo papel del Estado en
la organización, dirección y control de
la economía nacional; ejerce la propiedad de las empresas
estatales, designa sus directivos, aprueba objetivos y
presupuestos;
desempeña un papel regulador mediante diferentes políticas
estatales, leyes, normativas y otras disposiciones. Todo ello se
conjuga con la participación de los trabajadores en un
proceso de planificación continua.
El Che concedía a la planificación
una importancia capital en el
funcionamiento de la economía socialista, "La
planificación pasa a ser la función a través
de la cual los hombres pueden conocer la realidad, decidir sobre
ella y crear y conformar, por tanto, su presente y
futuro…" y agrega que con el marxismo "El
hombre deja de ser esclavo e instrumento del medio y se convierte
en arquitecto de su propio destino" (Obras, t-1 P. 354) Y,
añade: "…Podemos decir que la
planificación centralizada es el modo de ser de
la sociedad socialista, su categoría definitoria y el
punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a
sintetizar y dirigir la economía hacia su meta, la plena
liberación del ser humano en el marco de la sociedad
comunista" (Che, obras, t-1 P.200)
Conocido estos rasgos, se asumen los principios,
es decir, aquellos puntos de partida, guías de la labor
que se pretende llevar a término, en este caso, el
perfeccionamiento del trabajo y las relaciones laborales. El
mecanismo ideológico cultural debe accionar en el sentido
de convertir estos principios en convicciones, en creencias para
que de los mismos puedan derivarse los valores
correspondientes.
El trabajo como un deber y derecho de todos,
implica, ante todo, garantizar puestos de trabajos para todos,
acorde a la preparación de cada cual y esto último,
presupone la obligación de brindar la preparación
profesional requerida a cada uno, además de elaborar un
cuerpo legal que ampare las partes.
Pero deberes y derechos han de andar unidos, el
trabajador tiene deberes que cumplir los cuales deben ser
asumidos, como el deber social de asistir al trabajo, rendir en
el mismo en cantidad y calidad, cuidar los medios a su
disposición, colaborar con sus compañeros y el
colectivo, entre otros.
Humanización del trabajo abarca aspectos
vinculados a su protección e higiene, la atención
al hombre y también, con ayuda de la técnica, ir
sustituyendo la fuerza física humana por las fuerzas
mecánicas.
Intelectualización del trabajo no es un
lujo del socialismo, es una tendencia mundial originada por el
progreso científico-técnico, esta encuentra en el
socialismo las condiciones para su masificación tal como
observamos está ocurriendo en nuestro país.
Mientras que en el capitalismo, la polarización de la
riqueza y la pobreza y la
privatización de la enseñanza originan niveles altos de
marginación dentro de los países, regiones y entre
el Centro y la Periferia del sistema
capitalista.
Igualdad ante el trabajo rebasa lo referido al
sexo, edad,
raza, nacionalidad,
territorios, entre otros. Hacer realidad los presupuestos
anteriores de hecho significa un gran reto, ya que esta llamada
igualdad se extiende a la preparación laboral, a la
ubicación en el puesto de trabajo que le agradaría
ocupar.
Carácter rector del interés social
es el elemento que permite alcanzar la unidad en torno a las
necesidades sociales; presupone un alto nivel de desarrollo del
colectivismo, la solidaridad y la cooperación. En la
práctica, su aplicación no significa el
desconocimiento de los intereses grupales e individuales, sino la
conjugación de todos, aunque no siempre el beneficio de
uno u otro sea inmediato en una situación
determinada.
Conjugación de la disciplina y la independencia
laboral son aspectos que no se excluyen sino más bien
se presuponen "…No consideren la disciplina como una
actitud negativa, es decir, como la sumisión a la
dirección administrativa, la disciplina debe ser en esta
etapa absolutamente dialéctica, disciplina consiste en
acatar las decisiones de la mayoría, de acuerdo al
centralismo
democrático…" (Che, discurso
21-8-62, en Escritos y Discursos,
t-4) La creatividad laboral exige independencia, dejar hacer al
trabajador y esto debe estar avalado por una actitud responsable
ante el trabajo, disciplina laboral y técnica, individual
y colectiva.
Conjugación de la eficiencia y justicia
social.
La eficiencia económica expresa la relación
entre resultados y gastos
medidos en unidades de tiempo de trabajo o
en dinero;
generalmente se expresa como relación entre ingresos
y gastos monetarios. La eficiencia social está
relacionada con el impacto de la producción en el
mejoramiento del bienestar y del desarrollo humano de la
población, sobre la base del
uso adecuado de los recursos disponibles.
Como sabemos, la productividad del trabajo ha sido considerada
por los clásicos del marxismo leninismo, los
teóricos marxistas y dirigentes de los partidos comunistas
como elemento fundamental en la victoria del socialismo, a esto
se le añade la competitividad
existente en el mundo de hoy. El capitalismo tiene métodos
pocos humanos de alcanzar crecimientos económicos, pero el
socialismo debe alcanzar eficiencia sin afectar la equidad y la
justicia social, aún cuando no se cuenta con un desarrollo
a plenitud de la conciencia.
La estimulación material y moral, a partir del
reconocimiento del aporte laboral de cada cual, la
democratización de la vida laboral y social, el
perfeccionamiento de los métodos socialistas de gestión, entre otros, contribuyen a la
conjugación de estos importantes aspectos.
Realización del trabajador como dueño de
nuevo tipo, ello comprende educación, cultura laboral
socialista, funcionamiento económico eficiente y
beneficios para el trabajador en su empresa y socialmente. En el
plano individual se manifiesta en un desempeño competitivo
por su calificación técnica y su actitud en el
medio laboral, no limitándose a su puesto de trabajo; su
actitud ante el trabajo es el principal criterio valorativo de su
realización laboral y social.
Formación de la cultura laboral con sentido de
integralidad, aquí se incluyen conocimientos
económicos generales y específicos, habilidades
para su desempeño eficiente, actitudes y otros aspectos de
la cultura general que debe poseer como ciudadano socialista.
Carácter planificado del desarrollo.
Como vimos, al analizar la planificación como rasgo del
trabajo socialista, el Che concedía a ésta una
importancia capital en el funcionamiento de la economía
socialista, al considerarla como vía para el conocimiento
de la realidad y sobre esta base poder tomar decisiones para el
presente y para el futuro, de modo tal que la misma se convierta
en parte de la cultura de la organización y
dirección de la economía nacional.
Otros, como el papel del Partido en tanto fuerza
dirigente superior del sistema de democracia
socialista; el Estado,
como instrumento más directo del sistema de la democracia
socialista; unidad de administración, sindicato,
partido y rigor y sistematicidad en el control.
Los valores juegan un papel determinante en la
concepción de la estrategia y
política de desarrollo socialista; el contenido
económico, político y cultural de la sociedad en
transición socialista, exige la formación y
consolidación de un sistema de valores acorde a su
naturaleza social.
Mucho se ha teorizado acerca de los valores, los intentos por
definirlos se remontan a tiempos remotos. En la segunda mitad del
siglo XIX, con la aparición del marxismo, el concepto de
valores
humanos se aborda sobre la base de la relación del
factor subjetivo y el factor objetivo en la esencia humana,
es decir, en la correlación entre la vida material y la
vida espiritual de la sociedad. Los valores que
pudiéramos denominar tradicionales son definidos
como sigue:
Colectivismo: El socialismo representa una etapa
superior del grado de socialización alcanzado por la
humanidad y, por tanto, es esencialmente colectivista, de
ahí que la formación para el colectivo, por el
colectivo y en el colectivo sea un principio que parte de la
relevancia de este valor, tanto por su contenido como por sus
vínculos con valores humanos tales como: la
sensibilidad, el altruismo, la solidaridad, fraternidad,
justicia, igualdad, dignidad,
modestia, honradez, honestidad, fidelidad, patriotismo,
internacionalismo y otros.
La interrelación colectivismo-individualismo fue
analizada por el Che de forma muy clara: "Educarse en el sentido
colectivo a que aspiraba el Che, significaba incrementar la
capacidad de entrega sin subestimar la propia individual y la
sana aspiración de reconocimiento y realización de
los intereses de la persona como ser
social" (Borrego, 2001:115) El Che señaló: "La
Revolución no es una estandarizadora de la voluntad
colectiva (…) sino todo lo contrario, es una liberadora de
la capacidad individual del hombre" (Obras, t-2: 73) Y
añade: "…el individualismo debe ser, en el
día de mañana, el aprovechamiento cabal de todo el
individuo en beneficio absoluto de una colectividad…" (Ob.
Cit: 74) La actividad laboral, por su carácter social y el
nivel alcanzado por la división social del trabajo,
sólo es realizable eficientemente sí funciona como
actividad de grupo, lo cual implica capacidades tales como la
cooperación, ayuda mutua, coordinación de acciones,
comunicación, trazarse fines comunes y otras; todo ello se
resume en una aptitud y actitud colectivista de trabajo. Una
conciencia colectivista presupone, entre otros valores, el
desarrollo de la sensibilidad humana.
La Sensibilidad ética es un valor esencial
de las relaciones
humanas que expresa un profundo humanismo;
propensión natural a ser sensible con los demás;
manifestación de ternura y delicadeza en las relaciones
interpersonales, reconocimiento de la necesidad ajena,
disposición a sacrificarse por los
demás.
Es el reconocimiento de la necesidad ajena; se expresa
en la cortesía con los demás, comprensión de
sus problemas, dedicación a la ayuda. Sí no se
posee sensibilidad no se puede ser revolucionario, comunista. Un
insensible no puede ser solidario, cooperativo,
internacionalista, colectivista.
El Che venció sus limitaciones de salud,
renunció a una vida profesional "cómoda" porque
amaba al hombre y para ello se requiere
identificación con los problemas de los
demás. Entre las cualidades de un joven comunista
él dijo: "…una gran sensibilidad ante los problema,
gran sensibilidad frente a la injusticia…ser
humano…solidario…sensible…"
"…plantearse siempre los grandes problemas de la humanidad
como problemas propios" (Che, Obras t-2: 174)
Muy relacionado con el colectivismo y como
expresión de sensibilidad humana, encontramos el
altruismo: (Del fr. Altruismo) Esmero y complacencia en el
bien ajeno, aún a costa del propio, y por motivos
puramente humanos.
Se trata del servicio al
bienestar de los otros, de la disposición al sacrificio de
los intereses personales en aras del beneficio de los
demás. El medio laboral ofrece oportunidades para que se
manifiesten actitudes altruistas entre los trabajadores: aporte
de horas extras, trabajo voluntario, ayuda mutua desinteresada y
otras.
Solidaridad (del lat. solidus: sólido).
Comprensión de la comunidad de
sentimientos, intereses e ideales u objetivos comunes y acciones
correspondientes. En el colectivo laboral se pone de manifiesto
la solidaridad laboral como espíritu de
cooperación y ayuda mutua, identificación con los
problemas de los demás y un ejemplo de ello es la llamada
"atención al hombre" cuando la misma se ajusta a ciertos
principios, entre los cuales podemos citar: Esta es un problema
de todos, no sólo de jefes y ejecutivos de organizaciones;
debe ser sistemática, es decir, no como cuestión de
ciertos días o etapas; debe ser diferenciada,
individualizada ya que las necesidades son de esta manera; no
limitarse a la entrega de cosas materiales ya que el afecto, el
cariño, la estima y otras son importantes también;
evitar el formalismo y que la misma fluya como un modo de ser,
una cultura de la convivencia laboral.
El patriotismo expresa el amor al
país y es fruto de una identidad
cultural en la que se conjugan muchos aspectos. No se expresa
sólo en el aspecto militar, en la confrontación
bélica con el enemigo; se manifiesta, además, en el
orgullo nacional por nuestros logros, en la lucha por la calidad,
por el desarrollo de todas las ramas de la economía y los
servicios.
La formación patriótica del pueblo es una
tarea de importancia decisiva, Che apuntaba: "…la victoria
de Cuba no
está en los cohetes soviéticos, ni en la
solidaridad del mundo socialista, ni en la solidaridad de todo el
mundo; la victoria de Cuba está en la unión, en el
trabajo y en el espíritu de sacrificio de su pueblo"
(Borrego, 2001: 120) La construcción del socialismo exige
la formación de un nuevo ideal patriótico masivo
"Porque eso de creer que el socialismo se va hacer sin el
sacrificio de nadie, en medio de la reacción capitalista,
eso es un cuento; eso es
imposible, porque alguien se tiene que sacrificar, todo el mundo
tiene que sacrificar algo…Ahora, los hombres de
vanguardia, en todos los momentos deben ir sacrificándose,
hasta que de pronto el sacrificio se transforme en un modo de
ser"(Borrego, 2001: 338) Che establecía una
relación muy directa entre la soberanía política y la
independencia económica. El poder revolucionario o la
soberanía política es el instrumento para la
conquista económica pero, la soberanía
política se consolida con la independencia
económica.
El revolucionario no desarrolla sus sentimientos
patrióticos en detrimento de otros pueblos "En primer
lugar, yo considero mi patria no solamente a la argentina, sino a
toda América. ( Ariet, 1989) La formación
patriótica es parte inseparable de la educación
integral del hombre nuevo, esta se lleva a cabo por distintas
vías, en diferentes medios y con la participación
de todos los factores.
Fraternidad (del gr. phratria y de éste el
lat. fraternitas: fraternidad). Se trata del amor de
hermanos que une a todos los miembros de la familia
humana. El amor fraterno es la tendencia del ser humano a unirse
solidariamente con los demás sobre la base de compartir
una misma dignidad humana. Los revolucionarios cubanos hemos
aprendido de Martí y
Fidel a creer en el hombre, en su nobleza y tendencia a lo bello
y sobre esta base trabajamos en la formación del hombre
nuevo y practicamos fraternalmente la solidaridad humana, dentro
y fuera del país.
Justicia (Del lat. Iustitia) 1. Valor
ético que regula la vida espiritual y social del ser
humano; es la virtud social por excelencia. La concepción
del Che, acerca de la justicia social, es amplia pues abarca un
conjunto de derechos, con igualdad de oportunidades, que abarcan
la esfera política, económica, cultural y
demás, sin distinción de razas, sexo, nacionalidad,
edades, entre otros aspectos. Aunque retomaba aquello planteado
por C. Marx sobre la
sociedad en transición hacia el socialismo la cual
¨… presenta todavía en sus aspectos, en lo
económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la
vieja sociedad de cuyas entrañas procede (Marx y Engels,
La ideología alemana, edic. 1987) ¨ Es decir, nosotros
estamos en una época en que la injusticia no es
desterrada, no la podemos desterrar absolutamente, no podemos dar
a cada cual según su necesidad…"(Che, obras, t-4 P.
549), refiriéndose a un aspecto muy importante de las
relaciones de distribución.
La justicia, en el plano laboral, tiene un amplio campo
para su práctica, el derecho a calificarse para ocupar un
puesto de trabajo y acceder al mismo, así como, a una
remuneración acorde al trabajo realizado; la posibilidad
de participar en las decisiones y de ascenso, entre otras,
están amparadas legalmente.
Igualdad (del lat. aequalitatem. Principio que
reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos
derechos, aunque los seres humanos no son iguales porque cada uno
es una personalidad única, insustituible en su género,
tanto como ser biológico o social. La igualdad social
puede ser mal entendida y traducirse en igualitarismo,
históricamente se han formado, dos concepciones
fundamentales del igualitarismo: como igualdad de las
posibilidades y como igualdad de los resultados. Pero, la
igualdad es un valor de mayor alcance en la sociedad socialista,
no se reduce al aspecto económico y mucho menos al
problema de la distribución y aún otro más
estrecho como es la remuneración del trabajo. La igualdad
de oportunidades no es una condición abstracta, es
posibilidad, realidad que se adapta a los seres humanos, pongamos
como ejemplo los discapacitados, las diferencias de sexos, razas,
edad, territorios y demás, todas ellas son
protegidas.
No es posible hablar de desarrollo
humano ajeno a la dignidad plena del hombre.
Dignidad (Del lat. dignitatem: excelencia moral). Valor
moral, reconocimiento del valor de todo el ser humano como
personalidad por sí mismo y por la sociedad a la cual
pertenece.
La dignidad es una forma de autoconciencia y de control
de la propia personalidad que permite al ser humano comprender la
responsabilidad con respecto a sí mismo y la sociedad, y a
esta última reconocer en la práctica los derechos
de la
personalidad y formular exigencias hacia ella. El Che
decía: "…No pedimos nada a nadie; no estamos
mendigando empréstitos, ni solicitando la compra de
nuestros azucares de rodillas, simplemente ofrecemos lo que
tenemos, respetamos a los pueblos vecinos y a todos los pueblos
del mundo y proclamamos nuestro derecho insobornable a ser
considerados un país igual a cualquier otro de la tierra, en
el concierto de los pueblos libres.
Quienes así nos admitan serán nuestros
amigos, no importa la ideología interior y lo que les
anime, no importa su sistema social o económico. Quien no
nos respete como nación,
no puede aspirar a nuestra amistad, sea cual
fueren los vínculos anteriores que nos ligaron y sea cual
fuere la fuerza que pueden poner para ofender a nuestra patria"
(Borrego, 2001: 32)
Modestia: En el profesional o en el trabajador
menos calificado es expresión de pudor, moderación,
sencillez en las relaciones interpersonales.
Sentido de humildad que no humilla ni decrece al hombre
sino que lo eleva. Rechazo al culto desmedido de las virtudes
humanas y, a obtener beneficios personales por resultados que
obtiene el individuo como representante de un colectivo
social. Enfrentamiento a cualquier intento de una persona a
considerarse por encima de los demás. El Che fue un
modelo de
modestia y sencillez, era su modo de ser, su modo de vida
sencillo: auto, vivienda, oficina no
lujosa; su forma de vestir; lenguaje
coloquial, la menor distancia de poder, respeto a las opiniones
de los demás, aún cuando no las compartía,
capacidad para adaptarse a su interlocutor. La austeridad forma
parte de su modo de actuación. Tenía un sentido muy
alto de la humildad; enemigo declarado del envanecimiento humano;
rechazaba el culto desmedido o injustificado de las virtudes
humanas.
Honradez: muestra de honor
y dignidad por el lugar que ocupa en la sociedad acorde a la
importancia social que se le concede. Rectitud y justeza en su
actuación; rechazo al robo, la corrupción, el soborno, la negligencia, el
nepotismo, el engaño y demás.
Honestidad: despliegue de la honradez;
manifestación del honor y la vergüenza; amigo de la
verdad, rechazo al fraude, el globo,
la traición, la hipocresía y la doble moral. En su
expresión más pura, es sinceridad, verdad, es
propia de personas francas, rectas, transparentes.
En la actividad laboral podemos analizar ciertos valores
que aglutinan a otros como son:
La profesionalidad la cual integra un conjunto
identificable y evaluable de conocimientos actitudes, valores,
habilidades, relacionadas entre sí que permiten
desempeños satisfactorios en situaciones reales de
trabajo; en ella se pueden apreciar características de la
fuerza de trabajo tales como, actitudes (comportamientos,
valores, motivaciones) y aptitudes (facultad de análisis,
toma de
decisiones, transmisión de información; habilidades motoras,
sensoriales, psicológicas, cognoscitivas, experiencias;
independencia, flexibilidad).
La Consagración,
es dedicación, empeño en la tarea,
incondicionalidad ante las mismas, desvelo. La
colaboración, es imprescindible en el
trabajo de grupos, tanto para el cumplimiento de una tarea
determinada como es el perfeccionamiento de la
producción.
La responsabilidad ante el trabajo, este es un
valor que debemos ir fortaleciendo a través de diferentes
mecanismos, métodos y formas organizativas y educativas
por la importancia que el mismo reviste por ser expresión
de la materialización de otras cualidades laborales, esta
incluye: Responsabilidad ante los resultados del trabajo:
Su cantidad y calidad; cumplimiento del plan asignado;
responsabilidad ante las normas de disciplina laboral y
técnica: asistencia, puntualidad, aprovechamiento del
tiempo de trabajo, ahorro, cuidado de los medios, observar normas
de protección e higiene del trabajo, etc; responsabilidad
ambiental: oposición a la irresponsabilidad
ambiental y de agresión al entorno natural y social.
Rechazo al desequilibrio entre conocimiento y acciones
prácticas sobre la conservación ambiental;
responsabilidad ante las relaciones de cooperación
entre trabajadores y entre puestos de trabajo.
Facilitar estos nexos, evitar que sus acciones afecten a
otros; trasmitir ideas, experiencias, aconsejar; estar vigilante
del flujo productivo; contribuir a la toma de decisiones;
responsabilidad ante la búsqueda de soluciones:
superación constante, actitud creadora ante las
dificultades, buscar y brindar aportes y, responsabilidad ante
sus deberes sindicales: afiliación,
participación en la emulación, cumplimiento de las
tareas sindicales, especialmente aquellas propias del control
obrero.
La laboriosidad: expresión de la
necesidad de trabajar por amor al trabajo; de la vocación,
actitud, satisfacción estética y la experiencia.
Oposición a la pereza; afición por el trabajo
creador; inclinación, admiración y respeto hacia el
trabajo; consagración al trabajo
Es una condición importante crear un clima
laboral de entrega incondicional y el despliegue de una
laboriosidad y responsabilidad laboral consciente.
Incondicionalidad ante el trabajo:
subordinación y lealtad de lo individual al colectivo y lo
social; significa, sencillamente, no poner condiciones; implica
una gran entrega a la obra social, confianza en la
dirección de la revolución y la conjugación
de un conjunto de cualidades humanas en la personalidad. Che
decía: "Yo no sé, yo dirijo o me dirigen donde me
pongan. Eso depende de Fidel y del gobierno. Donde
me necesite la revolución, allí estaré" (O.
Borrego, 2001 P. 4) En el proceso de construcción
socialista, muchas han sido las oportunidades de poner a prueba
nuestro sentido de la incondicionalidad: en las misiones
internacionalistas, en momentos que han demandado gran
espíritu solidario, en las movilizaciones hacia diferentes
tareas de la revolución, entre otras. Sin embargo, en la
vida cotidiana, están presentes, frecuentemente y de forma
anónima, actitudes que tienen como basamento la
convicción de que este es nuestro deber.
El sentido de pertenencia: Identificación
con su país, con los trabajadores, con su colectivo,
manifestado en la preocupación constante por el mejor
cuidado de los medios de producción y de toda la propiedad
social. Orgullo de pertenecer a ese colectivo; interés por
obtener los mejores resultados productivos y en la
emulación; vigilante activo.
La identificación con su familia, vecinos,
compañeros de trabajo es un nivel importante en el ascenso
a su convicción de sentirse ciudadano de su país y
luego, actuar consecuentemente como tal.
El cuidado de la propiedad social, la disposición
de defender su país, de rendir el máximo en su
puesto de trabajo, la sensibilidad ante las dificultades que
atravesamos, o el disfrute de nuestros éxitos, entre
otras, son expresiones de cuanto hemos desarrollado el sentido de
pertenencia. Che apuntó: "…Estamos en una
época en que se ha proclamado una revolución
socialista, y el socialismo no es de palabras, sino que es el
resultado de hechos económicos y de hechos de conciencia.
Estamos tratando por todos los medios de superar esta
situación, de hacer que la clase obrera sienta
profundamente la revolución" (Borrego, 2001:
115)
Sentido del deber laboral: En este plano lo
determinamos como un valor de la cultura del trabajo en el que se
rechaza el acomodamiento indebido, el facilismo; oposición
al incumplimiento y va muy unido a la dignidad revolucionaria.
Orgullo profesional que lo conduce al máximo rendimiento y
cuidado de su prestigio y le hace sentir realizado a
través del resultado de su trabajo. El sentido del deber
social es expresión del nivel de socialización del
individuo y de los grupos sociales, es el descubrimiento de su
pertenencia a un colectivo.
"En la sociedad socialista o en la construcción
del socialismo el hombre trabaja porque es un deber
social… Ese deber social es rendir un esfuerzo medio, de
acuerdo a su calificación, y recibir, por lo tanto, un
salario
individualizado…al mismo tiempo todos los beneficios
que la sociedad otorga" (Obras, t-4: 597) "Para Che, una de las
formas de lograr la eficiencia deseada era cumpliendo con el
deber social de cada productor, lo cual se resumía en:
producir en la cantidad necesaria, con la variedad requerida, con
la mayor calidad y el más bajo costo
posible…" (Borrego, 2001: 89)
Transcurridas más de cuatro décadas del triunfo
del primero de enero de 1959, observamos los brotes de la nueva
cultura laboral cubana surgir, no sólo por el nivel
cultural alcanzado en general y en particular, en materia del
trabajo, sino también en los valores, actitudes y
resultados; especialmente en el movimiento de trabajadores
destacados y vanguardias; así como, en situaciones
especiales cuando la nación
ha necesitado enfrentar desastres
naturales o solucionar problemas
sociales de urgencia; o en el cumplimiento de tareas en otros
países o de apoyo, ayuda a otros pueblos hermanos, dentro
o fuera del país; también, muchas veces de forma
anónima, en el cumplimiento cotidiano del deber social
laboral.
La cultura laboral se expresa como una capacidad real
demostrada en el desempeño de la fuerza de trabajo, su
contenido recoge la mejor experiencia internacional, su
carácter socialista y cubano. Su formación
está consecuentemente estructurada en sistema que
involucra a la familia, la escuela, la
empresa y demás organizaciones e instituciones estatales,
de masas y sociales; desde la niñez, la juventud y en los
adultos como calificación continua; con un nivel de
integralidad que va desde los asuntos económicos y
laborales, técnicos y humanistas hasta su más
estrecha vinculación con la práctica
profesional y social.
Para optimizar el proceso educativo, en función de la
formación de una nueva cultura del trabajo, es necesario
dotar a los agentes socializadores de orientaciones
pedagógicamente fundamentadas que sirvan como guías
metodológicas que les permitan aprovechar las
potencialidades de su medio, enfocar con carácter de
sistema sus acciones e integrarse con el resto de los sujetos
responsabilizados con dicha labor. Como ya apuntamos, la familia,
la escuela y la empresa poseen potencialidades muy pocas
aprovechadas en tal sentido.
Tomado de Tesis de
Maestría "La cultura laboral socialista cubana", FLACSO,
Universidad de La
Habana, 2003.
Ángel B. G. Peralta Arbella,
Autor:
M. Sc. Ángel B. Grave de Peralta Arbella
Universidad de Holguín, "Oscar Lucero
Moya"