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Historia y Filosofía




Enviado por jjcarlo7



    1. Origen de la
      filosofía
    2. ¿Qué es la
      filosofia?
    3. La evolución del concepto
      de la filosofía
    4. Contenido teórico y
      práctico de la filosofía
    5. Definiciones dadas por los
      filósofos
    6. Los métodos de la
      filosofía
    7. El objeto de la
      filosofía
    8. Origen de la
      historia
    9. ¿Qué es la
      historia?
    10. ¿Quién es el
      historiador?
    11. La evolución de la
      historia
    12. El método de la
      historia
    13. Conclusión
    14. Bibliografía

    INTRODUCCION

    En nuestro trabajo
    presentaremos en su s dos puntos de vista: primero la
    Filosofía y segundo la Historia. En este sentido en
    nuestro presente trabajo diremos que la Filosofía, se
    explica y se define como una ciencia del
    conocimiento
    de las cosas por sus causas. Y la Historia se define como una
    ciencia de narración verdadera de los sucesos, hechos que
    han surgido en el proceso de la
    humanidad.

    De esta manera explicaremos el término de la
    Filosofía e Historia, para introducir en el
    conocimiento de los primeros filósofos y con su ayuda comprender la
    peculiar naturaleza del
    saber que ellos inauguraron y todavía hoy nosotros
    buscamos poseer. Esta es la principal enseñanza de los filósofos y es por
    esta razón la filosofía sólo puede
    entenderse, en el sentido que ellos dieron, como búsqueda
    de la verdad, aspiración a conocer del modo más
    profundo desde las primeras causas la totalidad de las
    cosas.

    De esta manera tenemos como:

    Objetivo general:

    Describir la Filosofía e Historia de
    manera explícita, para dar a conocer a partir de sus
    puntos de vista de analogía.

    Objetivos
    específicos:

    * Explicar claramente sus funciones de la
    Filosofía e Historia.

    * Describir la evolución de estas ciencias.

    * Correlacionar la Filosofía e Historia
    recíprocamente.

    En este sentido, en nuestro presente trabajo, hemos de
    realizar para saber a éstas dos ciencias, sumamente muy
    importantes para el saber humano.

    El método que
    utilizaremos en nuestro trabajo es descriptivo, reflexivo, con
    mucha atención a cada una de estas ciencias a
    través de las obras, es decir, de los libros de
    diferentes autores que surgieron en el proceso del presente
    trabajo.

    En cuanto las fuentes del
    presente trabajo, hemos utilizado, fuentes de Bibliografías de diferentes
    autores, sobre todo fuentes bibliográficas de estas
    ciencias, tanto de Filosofía como de Historia, para
    alcanzar el conocimiento teórico como también para
    llevar a la práctica en la vida cotidiana.

    El término de la Filosofía es atribuido a
    Heráclides Póntico, a Pitágoras; es decir,
    que éste término ellos llamaron por primera como
    Filósofo. En un principio entre los siglos VI y V antes de
    Cristo, el término filosofía tuvo un significado
    bastante genérico y designaba la actividad
    intelectual.

    Para Platón,
    la Filosofía es búsqueda de la sabiduría, de
    una sabiduría que es en sí misma ilimitada, esto es
    saber absoluto que sólo compete a Dios; es porque para los
    hombres corresponde una búsqueda, preguntarse e investigar
    por la totalidad de lo real. Y para Aristóteles, el saber filosófico
    tiene esa misma característica de totalidad, de pregunta
    sobre toda la realidad sin exclusión alguna,
    distinguiéndose así de las ciencias particulares,
    limitadas a explicar determinadas sectores de ella. Es decir, la
    Filosofía es una explicación puramente racional y
    no basta al filósofo, y a cada uno de nosotros constatar
    lo superficial y necesariamente debemos conocer las causas y las
    razones, y tratar de investigar lo real, es decir las causas
    primeras.

    Sin embargo, la Historia es escrito por un historiador,
    todos los sucesos o hechos, como decíamos tal cual es la
    historia de una persona o de la
    humanidad. Es decir, hablando de la Filosofía, proponer el
    pensamiento de
    los filósofos para que sirva de ayuda a nuestra
    inquisición de la sabiduría.

    ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

    En el siglo pasado discutieron largamente los
    historiadores sobre la antigüedad de la filosofía.
    Unos la hacían remontar hasta el origen de la humanidad.
    "El día en que el hombre
    comenzó a reflexionar, ese día comenzó
    también la filosofía".

    Los panbabilonistas sostuvieron, su origen oriental.
    "Todo cuanto pensamos y todas las maneras como pensamos tienen su
    origen en Asia" (Conde de
    Gobineau). Otros como Zeller, la consideraban una creación
    espontánea y peculiar del genio griego: "A
    excepción de las fuerzas ciegas de la naturaleza, no se
    mueve nada en nuestro mundo que no sea griego en su origen"
    (Sumner Maine).

    Creemos innecesario reproducir esta vieja
    discusión, en la que hay que distinguir numerosos matices
    y en la que cabe un prudente término medio. Carece
    fundamento la pretendida etapa alógica o prelógica,
    que los evolucionistas no han sido capaces de demostrar. El
    hombre, desde
    el momento en que aparece sobre la tierra, ha
    poseído la facultad de pensar, y la ha ejercitado
    enfrentándose con los problemas que
    le plantea la realidad, tratando de darles solución con
    sus propios recursos
    racionales. El animismo, el fetichismo, el totenismo, la mitología, etc. Son formas primitivas de
    dar una respuesta a los fenómenos de la naturaleza,
    buscando sus causas y su explicación. Son modos primarios
    de pensar y expresión del juicio rudimentario que los
    hombres primitivos hacían del origen de las
    cosas.

    Pero debemos distinguir entre el conocimiento vulgar y
    conocimiento
    científico.

    * Lo adquirimos pro el funcionamiento directo de
    nuestros sentidos. Así conocemos cosas y sucesos
    particulares de los que el entendimiento abstrae conceptos
    universales, que coordina entre sí en formas
    ínfimas y rudimentarios de juicio.

    Su campo es lo concreto, lo
    particular, lo sujeto al espacio, al tiempo y a la
    mutación. Así conocemos muchas cosas, pero la
    inteligencia,
    si bien funciona espontáneamente elaborando y coordinando
    verdaderos conceptos universales, sin embargo no llega a
    plantearse de una manera reflexiva la pregunta sobre las esencias
    de las cosas, ni sobre sus razones de ser, sobre sus qués
    y sus porqués, a no ser de una manera concreta, inmediata
    y particular.

    * No basta conocer cosas ni sucesos particulares, sino
    que hay que llegar a conocer sus esencias y sus razones de ser.
    Para esto es necesario superar la particularidad, la mutabilidad
    y la contingencia de las realidades concretas, elaborando
    conceptos abstractos y llegando a formular juicios necesarios de
    validez universal.

    Es preciso también ordenar y organizar los
    conceptos en forma más o menos sistemática.
    La ciencia no
    es una simple acumulación de datos, sino es un
    saber ordenado y organizado.

    Aristóteles y Patón: estos dos
    filósofos señalan como principio de la
    filosofía el deseo de saber, innato en todo hombre,
    excitado por la admiración y la curiosidad ante los
    fenómenos de la naturaleza.

    Es característico del filósofo el estado de
    ánimo de la admiración, pues no otro es el
    principio de la filosofía. Y no estableció mal la
    genealogía el que dijo que Iris (la filosofía) es
    hija de Thaumante (la admiración). Pero el hombre no se
    contenta con saber cosas ni sucesos particulares, sino que trata
    de penetrar más arriesgándose sus porqués,
    es decir, sus causas.

    La admiración antes un fenómeno
    insólito produce en el hombre la conciencia de un
    problema, pone de manifiesto su ignorancia y le acucia a la
    investigación hasta que encuentra una
    razón para explicarlo. De esta manera, la
    admiración combinaba con la curiosidad, es el origen
    natural y remoto de la ciencia.

    Entendida la filosofía en sentido amplio, existe
    indudablemente antes de los riesgos. Pero
    si la tomamos en sentido más estricto, como un saber
    científico, organizado, articulado, sistematizado,
    elevado, por encima del aspecto puramente empírico,
    desligado de la forma mítica y con principios y
    métodos
    propios y rigurosos, entonces la cuestión presenta un
    aspecto muy distinto, y podemos afirmar que hasta los griegos no
    ha existido propiamente filosofía.[1]

    ¿QUÉ ES LA FILOSOFIA?

    Etimológicamente, es lo mismo que "amor a la
    sabiduría" (de las palabras griegas "philos" = amante,
    amigo y "sophía" = sabiduría).[2]

    Pitágoras, dice Diógenes Laercio, fue el
    primero que se llamó "filósofo" (amante de la
    sabiduría), conversando familiarmente en Sección
    con Leonte, como refiere Heráclides de Ponto. "Ninguno de
    los hombres, es sabio: lo es sólo Dios – dijo
    Pitágoras".

    Por su contenido, la filosofía puede definirse
    como la ciencia de los primeros principios y últimas
    causas de todas las cosas, adquirida con las solas fuerzas de la
    razón humana.

    Esta no es la única definición que se ha
    dado de la filosofía, aunque es, con toda probabilidad, de
    las menos vagas e imprecisas de cuantas han sido formuladas hasta
    ahora. De su definición se desprende que la
    filosofía es:

    a)                            
    Una ciencia, pues a más de tener un objeto material
    (todas las cosas) y un objeto formal (primeros principios y
    últimas causas) bien definidos, pretende dar a sus
    investigaciones
    un carácter metódico,
    sistemático, racional.

    b)                            
    Una ciencia universal, desde el momento que abarca en su
    estudio a todos los seres, sea cual fuere su índole o
    naturaleza (orgánicos, inorgánicos, materiales,
    espirituales, ideales, imaginarios…), aún los
    simplemente posibles.

    c)                             
    Una ciencia trascendental, porque no se detiene en el aspecto
    fenoménico de las cosas ni en el estudio de sus causas
    inmediatas, sino que orienta su investigación hacia
    aquellos aspectos de la realidad que rebasan la experiencia,
    como son los primeros principios, la naturaleza íntima
    de las cosas, las últimas causas.

    d)                              
    Una ciencia puramente humana, pues prescinde, sin
    despreciarlos, de los socorros de la Revelación Divina.
    En esto se distingue de la Teología, que fundamenta sus
    investigaciones sobre los cimientos de las verdades reveladas
    por Dios.

    LA EVOLUCION DEL CONCEPTO DE LA
    FILOSOFIA

    Edad
    antigua

    En la antigüedad designaba este concepto la
    totalidad del saber humano, cualquier esfuerzo del
    espíritu para ilustrarse.

    Edad
    media

    En la Edad Media se
    introdujo la distinción entre el saber racional y el saber
    revelado, de donde las dos grandes ramas de la Ciencia Medieval:
    la Filosofía (saber racional) y la Teología (saber
    revelado). La primera abarcaba la suma de conocimientos logrados
    con las solas fuerzas de la razón humana; la segunda, la
    Teología, se caracterizaba, y se caracteriza, por el
    desarrollo
    progresivo del contenido de la Revelación Divina, merced
    al concurso de la razón.

    Edad
    moderna

    El concepto de Filosofía sufrió una nueva
    profunda modificación. Debido al asombroso incremento que
    tuvieron las ciencias basadas en el cálculo y
    en la observación (ciencias matemáticas y ciencias de la naturaleza),
    acabaron éstas por desprenderse definitivamente del
    árbol añoso de la Filosofía, para formar
    ramas independientes del saber. De este modo la Filosofía
    hubo de ceñirse al estudio exclusivo de aquellas
    realidades que por su naturaleza trasciende la experiencia, sea
    interna (de la conciencia) que externa (de los
    sentidos).

    Edad
    contemporánea

    La Filosofía suele dividirse en las
    siguientes:

    LAS DISCIPLINAS
    FILOSOFICAS

    a)
    METAFISICA

    La Metafísica
    es la ciencia que estudia todos los seres en sus aspectos
    trascendentales y se dividen en:

    Ontología

    Ciencia del saber en sí.

    Cosmología

    Ciencia del mundo material o corpóreo.

    Psicología racional

    Ciencia del alma: su
    existencia, esencia, propiedades.

    Teodicea

    Ciencia de Dios: su existencia, esencia y
    atributos.

    b)
    LOGICA

    Ciencia que estudia la estructura del
    pensamiento y la validez del conocimiento humano.

    c)
    ESTETICA

    Ciencia de lo bello, filosofía del arte.

    d) ETICA

    Ciencia que estudia la moralidad de
    los actos humanos.

    Al lado de estas ramas tradicionales de la
    Filosofía, han ido surgiendo otras ramificaciones, como la
    Filosofía de las Ciencias, la Filosofía del
    Derecho, la Filosofía de la Historia, etc., cuyo objeto es
    indagar los principios supremos de estas actividades
    humanas.[3]

    CONTENIDO
    TEORICO Y
    PRACTICO DE LA
    FILOSOFIA

    Teórico

    En sí, en lo que tiene de especulativo, de
    teórico, la Filosofía tiende a satisfacer la innata
    curiosidad humana, el nobilísimo anhelo de conocer la
    verdad en toda su extensión y profundidad. En este
    sentido, ninguna ciencia puede llenar más cumplidamente
    este cometido que la Filosofía.

    Práctico

    No obstante su abstracción y aparente alejamiento
    de las realidades concretas de la vida, la Filosofía tiene
    un valor
    práctico inapreciable:

                                   
    Es escuela del
    pensamiento y disciplina
    de la razón. Condiciona la mente el saber
    matemático y científico, a la par que sugiere los
    métodos más apropiados para su
    progreso.

                                   
    Asienta sobre sólidos cimientos los principios y
    normas de la
    conducta
    humana en todos los sectores de la vida (individual, familiar,
    social, religioso, económico, político,
    científico, artístico…). los que gobiernan el
    mundo siguen siendo los filósofos, pese a su aparente
    aislamiento. Su pensamiento es aquél que orienta y da
    sentido al acontecer humano.[4]

    DEFINICIONES
    DADAS POR
    LOS FILOSOFOS

    Platón

    El pensamiento de Platón
    resulta desconcertante, si tratamos de interpretarlo conforme al
    concepto corriente de Filosofía. La filosofía, para
    Platón, no consiste en una especulación pura y
    desinteresada ni en un simple deporte intelectual, sino que es
    una empresa en
    que entra en juego el
    destino final del hombre. No hay filosofía sin virtud, ni
    virtud sin filosofía. Incluso no sería exagerado
    afirmar que mientras en todos los demás filósofos
    la Etica es una aplicación de los principios especulativos
    a la dirección práctica de la vida, en
    Platón más bien sucede lo contrario.[5]

    Epicureísmo

    El fondo ontológico (tratado del ser en general)
    de la filosofía epicúrea, esencialmente
    materialista, sensista y empirista, procede del atomismo de
    Demócrito. Epícuro rechaza las matemáticas
    por no considerarlas de utilidad
    práctica. Se propone solamente conseguir la felicidad en
    cuanto que es posible en esta vida. Su norma es la sencillez y la
    utilidad. Toda filosofía es inútil si no sirve para
    conseguir la felicidad.

    Divide la filosofía en tres partes, subordinadas
    entre sí:

    Canónica (lógica)

    Es la teoría del
    conocimiento, inspirada en el materialismo y de
    las normas y criterios para distinguir lo verdadero de lo
    falso.

    Física

    Su finalidad es esencialmente práctica, para
    suprimir en el hombre el temor al destino, a los dioses y a
    la muerte, que
    considera los tres mayores obstáculos para lograr la
    tranquilidad del alma, la paz y la felicidad.

    Ética

    Es la parte fundamental, en la cual se trata de los
    medios
    adecuados para alcanzar la felicidad. (el placer = vivir evitando
    el dolor, que es el único mal, y conseguir la mayor
    cantidad posible de placer). No todos los dolores son
    absolutamente malos, sino que a veces son preferibles a los
    placeres, pues pueden reportarnos un bien mayor.

    La filosofía, para Epícuro, es el
    "ejercicio que por la palabra y el discurso
    procura una vida feliz".[6]

    Aristóteles

    La filosofía para Aristóteles
    representa un gran esfuerzo para dar solución al problema
    del ser y de la ciencia, tal como venía planteando desde
    Heráclito y Parménides, y que
    Aristóteles recoge en el punto en que lo había
    dejado su maestro.

    Aristóteles conserva el concepto platónico
    de la ciencia como un conocimiento fijo, estable y
    necesario.

    LOS METODOS DE LA FILOSOFIA

    La misma diversidad ontológica de sus objetos
    materiales y formales determina la diversidad de los
    métodos que deben emplearse en la investigación
    científica. No puede emplearse el mismo procedimiento
    para estudiar la cantidad (objeto de matemáticas), la
    moralidad (objeto de ética),
    etc.

    El método lo impone en cada caso la naturaleza
    misma de la realidad, a la cual debe adaptarse, lo mismo que en
    la guerra hay que
    adaptar distintas tácticas eficaces para ciencia su
    método, variable, que debe acomodarse a la estructura
    misma que queremos conocer. En unos casos, el método
    deberá ser inductivo; en otros deductivo; en unos
    experimental, y en otros racional. En unas materias puede
    llegarse a la certeza absoluta, mientras que en otras tendremos
    que contentarnos con un grado mayor o menor de
    probabilidad.

    EL OBJETO DE LA FILOSOFIA

    La filosofía tiene por objeto el conocimiento
    racional de las cosas temporales y mudables del mundo sensible.
    La sabiduría se ocupa del conocimiento intelectual de las
    realidades y verdades eternas e inmutables del mundo
    suprasensible o intelegible de sus propias fuerzas. El objeto
    formal quo o la ratio sub qua de la filosofía es la
    luz de la
    razón. el resultado del proceso de investigación
    filosófica es la ciencia, la cual solamente se produce en
    el entendimiento en virtud de la evidencia intrínseca,
    bien sea inmediata (intuición). El filósofo sabe
    los objetos sobre que se versa.

    ORIGEN DE LA
    HISTORIA

    Es difícil determinar la filosofía,
    tratando de deducirla de los múltiples conceptos que de
    ella han dado los filósofos. Pero más
    difícil aún resulta precisar la de historia, pues a
    las divergencias acerca del concepto de ciencia vienen a sumarse
    las discrepancias sobre la historia.

    Los temas de la historia, del ser histórico y de
    la historicidad son típicos de nuestro tiempo. Se dice que
    a partir de Hegel se
    despierta agudamente la conciencia de la historicidad del ser en
    sentido ontológico, coincidiendo con el auge impresionante
    que por entonces adquiere la historiografía en las ramas
    más diversas de la cultura.
    Rebasa los límites de
    una introducción, entrar en este problema, es
    uno de los más complejos y debatidos en nuestros
    días; pero es indispensable hacer algunas consideraciones
    que nos ayuden a determinar la historia.

    El tema de la historia da origen a una rica
    problemática, que se despliegan en múltiples
    cuestiones. En primer lugar debemos distinguir dos
    aspectos:

    La historia como realidad y la historia como ciencia.
    Algunas lenguas poseen dos palabras distintas para expresarlos.
    Podemos distinguirlos escribiendo la primera con minúscula
    y la segunda con mayúscula. La historia como realidad
    consiste en un conjunto de acciones
    humanas realizadas sucesivamente en el tiempo, y de sus
    resultados relacionados entre sí. La Historia como ciencia
    es el estudio crítico y la narración ordenada de
    esos acontecimientos.

    En el primer sentido, el problema se plantea en función
    del concepto del ser y de la realidad en cuanto tal. El problema
    del ser histórico no es más que un aspecto del
    problema general del ser y de la realidad.

    Considerada la historia en cuanto ciencia, o sea como
    una rama particular del saber humano, el tema se disgrega en una
    multitud de aspectos: puede plantearse l cuestión de si es
    un saber científico, o solamente una técnica, o una
    arte. Admitiendo que sea ciencia, cabe investigar sus condiciones
    de posibilidad y de legitimidad y el modo como debe hacerse el
    estudio y la realización de la historia para construir un
    saber verdaderamente científico (historiografía,
    que a su ves puede ser una aplicación de una metodología a la historia)

    Pero el concepto de historia es múltiple y ha
    sufrido numerosas variaciones a lo largo de los siglos. A
    nosotros nos interesa en concreto la de la filosofía, la
    cual puede considerarse de dos maneras: una en sí misma y
    en sus condiciones de posibilidad y legitimidad en cuanto rama
    particular de la historia general, con lo cual cabe hacer una
    Filosofía de la historia de la
    filosofía; y otra, en cuanto a su origen y las
    distintas modalidades que la manera de hacerla ha ido revistiendo
    a lo largo de los siglos, lo cual da lugar a una
    Historiografía de la historia de la
    Filosofía.

    ¿QUÉ ES
    LA HISTORIA?

    Etimológicamente del latín historia, y
    éste de griego historia, de histos, o histeron, pasado
    posterior.

    La historia es un relato de acontecimientos y de los
    hechos dignos de memoria: a
    Herodoto se le llama el padre de la .historia. La historia es un
    desarrollo de la vida de la humanidad, y es más la
    historia es una narración y exposición
    verdadera de los acontecimientos pasados y cosas memorables. En
    sentido absoluto se toma por la relación de los sucesos
    públicos y políticos de los pueblos; pero
    también se da este nombre a la de sucesos, hechos o
    manifestaciones de la actividad humana de cualquier otra clase:
    historia de la filosofía… o historias de un pueblo,
    etc.[7]

    ¿QUIEN ES
    EL
    HISTORIADOR?

    El historiador hasta la última parte del siglo
    XIX se solía considerar a los historiadores la
    categoría de literatos y la mayoría de los
    historiadores notables fueron aficionados en el sentido de que
    poseían escasa preparación formal y, a menudo, en
    el que contaban con un modo de vida propio, de modo que su
    actividad histórica no era la forma de generarse la
    vida.

    El historiador es un hombre de experiencia en los
    asuntos públicos, como Tucídides y Polibio en el
    mundo antiguo, y Francois Guizot, Adoplphe Thiers y Thomas
    Macaulay en el siglo XIX. La preparación profesional en
    historia como estudio organizado se desarrolló en Alemania a
    comienzos del siglo XIX, y de allí se extendió poco
    a poco al resto de Europa y Estados Unidos en
    las escuelas superiores y universidades. Al mismo tiempo al
    multiplicarse los cursos de historia en escuelas y facultades,
    aumentó la posibilidad de convertir la historia en
    actividad lucrativa.[8]

    LA EVOLUCION DE LA
    HISTORIA

    Edad antigua

    La edad antigua es desde los orígenes hasta el
    año 395 (muerte de
    Teodosio) en esta edad comprendía las civilizaciones de
    los pueblos antiguos más conocidos del Occidente (
    Egipto,
    Caldea, China,
    India,
    Fenicia, Persia, Grecia y
    Roma), y se
    extendió desde la caída del imperio Romano de
    Occidente en 476.

    Edad media

    Esta edad comienza el año 395 hasta 1453 (toma de
    Constantinopla por los turcos o descubrimiento de
    América). En esta edad se extendió desde esta
    fecha hasta la toma de Constantinopla por los turcos en 1453, y
    comprende las cruzadas, el feudalismo y el
    principio de las nacionalidades.

    Edad moderna

    La edad moderna
    es de 1453 hasta 1789 (revolución
    Francesa). En esta edad alcanzó desde el
    establecimiento de los turcos en la Europa oriental hasta la
    revolución
    Francesa (1453 – 1789), comprende la invención de la
    imprenta, los
    grandes descubrimientos geográficos, el Renacimiento,
    la reforma, las consiguientes guerras de
    religión y
    las motivadas por rivalidades dinásticas, la poderosa
    reacción contra la intolerancia y el absolutismo y
    la gran revolución que tan hondamente transformó el
    régimen social.

    Edad contemporánea

    La edad contemporánea comprende desde 1789 hasta
    nuestros días. En esta edad contemporánea,
    empezó con la revolución Francesa y se
    continúa hasta nuestros días con las guerras
    Napoleónicas, la Restauración, el desarrollo de las
    nacionalidades, las explotaciones geográficas en Africa y Asia,
    las rivalidades políticas
    y comerciales de las grandes potencias, y las grandes
    configuraciones que fueron su consecuencia.

    Las épocas históricas no pueden empezar a
    fecha fija. Multitud de factores influyen en los cambios que
    experimenta la humanidad y aún su mismo concepto de la
    vida; además, resulta imposible separar de una forma
    tajante una "edad" de la anterior o de la siguiente. Las
    características de estos cambios no se definen todas a la
    vez, ni en un momento. De ahí que, si bien muchos manuales han
    seguido conservando esta clasificación, con objeto de
    resultar más claros al lector poco formado, la mayor parte
    de los historiadores modernos la rechaza, como estudio global de
    la vida del hombre en el tiempo, ya motivadas por la
    reconsideración de que dichas épocas no pueden ser
    en modo alguno válidas para los países no
    europeos.

    EL MÉTODO DE LA
    HISTORIA

    La historia es una ciencia de carácter peculiar y
    quiere un método propio, acomodado a la materia sobre
    que versa su investigación. No se puede aplicar el
    método empírico de las ciencias físicas
    biológicas, las cuales parten de la observación de
    hechos particulares, pero se elevan por abstracción de lo
    individual hasta la formulación de hipótesis, de teorías, de principios, que son posibles en
    virtud de la naturaleza misma de sus objetos, cuya fijeza de
    comportamiento
    permite la expresión de leyes universales
    que sabemos han de realizarse en circunstancias similares. El
    orden científico en estas ramas del saber es el siguiente:
    observación de los hechos o fenómenos. Interpretación. Formulación de la
    hipótesis.
    Comprobación, positiva o negativa. Elevación a
    teoría
    y formulación de principios leyes.

    La historia se mantiene también dentro del campo
    de los hechos particulares. Pero para ser verdadera ciencia no
    necesita remontarse a la formulación de leyes universales,
    que son incompatibles con la contingencia radical de los
    acontecimientos históricos. Se puede llegar a formular
    ciertas leyes generales, o más bien diagramas, debe
    ser dentro de la flexibilidad exigida por la contingencia de los
    hechos y la intervención de sucesos pasados. Pero respecto
    de los futuros no rebasan el grado de una prudente
    probabilidad.[9]

    El historiador trabaja sobre los hechos pasados, a cuyo
    conocimiento solamente puede llegar por medio de los documentos y
    testimonios a través de los cuales se ponen en comunicación con los acontecimientos
    pretéritos. Y es bien sabido que sólo una
    mínima parte de las acciones humanas ha quedado registrada
    en los documentos, y la labor crítica
    a que hay que someter las fuentes para adquirir certeza de su
    valor y de su veracidad.

    Sería absurdo querer aplicar a la historia un
    método matemático, y también es inadmisible
    un método dialéctico a priori, a la manera de
    Hegel. La historia no versa sobre esencias abstractas, ni sobre
    conceptos universales, sino sobre hechos concretos y sucesos
    particulares, en los cuales, además de un elemento
    más o menos fijo y permanente, que responde al
    comportamiento general de la naturaleza
    humana, intervienen otros muchos fortuitos, libres, y, por lo
    tanto, imprevisibles. La historia no versa sobre lo que pudo
    haber sucedido, sino sobre lo que efectivamente sucedió. A
    la historia solamente interesa los que llegaron a la existencia.
    Por tanto no puede ser a priori, sino a posteriori, arrancando de
    la experiencia propia, si el historiador fuer testigo presencial,
    o de la ajena, cuando tiene que valerse de testimonios y
    documentos.

    La historia es una ciencia, y como tal debe tener un
    orden en que los hechos aparezcan distribuidos en su
    sucesión cronológica y en sus conexiones reales,
    lógicas o causales.

    FILOSOFIA E HISTORIA

    El concepto de la filosofía que hemos propuesto
    lleva implícita la noción de historia, porque la
    filosofía es un producto de la
    actividad intelectual del hombre elaborado a lo largo del tiempo.
    Las cosas inmutables tienen duración, pero no historia.
    Solamente tienen historia los resultados de la actividad humana
    que se hacen, se desarrollan y perfeccionan en el
    tiempo.

    Si existiera la filosofía en sí misma,
    como una entidad sustancial hecha y estética, tendría duración,
    pero no historia. Lo mismo sucederá si hubiese sido hecha
    de una vez parra siempre. En este sentido la historia solamente
    le correspondería señalar la fecha de su
    aparición. Pero la filosofía no existe de esa
    manera. Los que existen, o han existido, son los
    filósofos, que son quienes la han ido haciendo poco a
    poco, a costa de innumerables esfuerzos, con la aspiración
    de llegar a la conquista de la verdad.

    Cada ciencia tiene su acampo específico sin
    necesidad de interferirse ni de suplantarse unas a otras en su
    labor. Es por esta razón el historiador tiene bastante con
    el papel que corresponde, sin necesidad de pisarle el terreno a
    los cultivadores de las restantes ramas particulares de la
    ciencia y sin incurrir en interferencias muchas veces enojosas y
    siempre inoportunas. Con estas tendencias se relaciona la
    cuestión en que se debate si la
    historia de la filosofía es o no es
    filosofía.

    En nuestra disciplina entran dos términos:
    historia e filosofía y se pueden interrogar ¿a
    cuál de ellos debe inclinarse, o cuál debe
    prevalecer, la historia o la filosofía? A nuestro juicio,
    una vez que hemos identificado la filosofía, creemos que
    la cuestión carece de razón de ser. La historia es
    una ciencia, y por lo tanto, una parte de la filosofía. La
    historia es el hecho de haber sido logradas esa ideas, elaboradas
    y formuladas en tal o cual lugar, y por tal o cual personaje
    concreto. Este es el fundamento y la labor que corresponde a la
    historia. Así pues, una cosa es hacer filosofía y
    otra cosa es hacer la historia, que ha llegado a ser lo que es
    actualmente.

    Lo verdaderamente histórico es el proceso o las
    vicisitudes a través de las cuales han llegado a
    construirse es el proceso o las vicisitudes a través de
    las cuales han llegado a construirse las ciencias, mediante una
    serie de esfuerzos realizados por la inteligencia de los hombres
    para llegar a la verdad.

    Así pues, cada rama de la ciencia tiene su propia
    historia en cuanto que todas han tenido que seguir un proceso
    más o menos largo y penoso para llegar a constituirse. La
    ciencia pura versa sobre las esencias de las cosas, que son
    inmutables e intemporales. La ciencia pura aspira a la verdad en
    sí misma. No busca lo que han dicho los hombres, sino
    cuál es la verdad. Es decir, la verdad es intemporal,
    inmutable en el mismo grado en que llega a la captación de
    la verdad.

    El historiador debe fijarse en las etapas que los
    hombres han seguido para llegar, o no llegar, a la
    verdad.

    A la ciencia pura le corresponde discernir la verdad del
    error. Pero el historiador, en cuanto tal, no le compete definir
    si un sistema es
    verdadero o falso. Le basta con exponer fielmente las doctrinas
    tal como las formularon sus autores. Cumple su misión con
    señalar la existencia de tales o tales doctrinas como
    hechos históricos, en un momento dado del tiempo y en
    determinadas circunstancias.

    Tampoco es lícito a un historiador juzgar los
    sistemas
    filosóficos contrastándolos con el que él
    prefiera como favorito.

    El principal es que la Filosofía no es obra de un
    solo hombre, sino el resultado de una labor colectiva, pero no
    coordina, sino realiza por muchos pensadores, en las condiciones
    más diversas y en las más variedades circunstancias
    de tiempo y lugar.

    CONCLUSION

    Para concluir el presente trabajo, queremos expresar la
    Filosofía e Historia es muy amplio, pero los objetivos que
    nos hemos propuesto, nos han ayudado para lograr un conocimiento
    profundo histórico de la relación entre
    Filosofía e Historia, además, nos a ayudado a
    conocer los diferentes etapas: momentos por los que ha pasado
    dicha relación.

    Por otra parte, al delimitar el trabajo nos
    hicimos la siguiente pregunta ¿qué es la
    Filosofía y también qué es la
    Historia?

    Para dar respuesta a esta interrogante es que hemos
    querido hacer un análisis histórico de la
    relación entre la Filosofía e Historia, de este
    análisis podemos sacar las siguientes
    conclusiones.

    La Historia es una ciencia y una rama particular de la
    Filosofía o de la ciencia, al igual que la
    Filosofía es una ciencia, pero a parte de ser
    filosofía es más una ciencia que trata de dar las
    explicaciones últimas de la realidad con las solas luces
    de la razón.

    Es por esta razón debemos desglosar que la
    distinción entre la Filosofía e Historia permite
    conjugar la unidad, la verdad, la inmutabilidad y la
    intemporalidad propia del saber científico o
    filosófico. Es decir, las primeras propiedades debe
    recogerlas la ciencia o la Filosofía pura, mientras que
    las segundas entran de lleno en el campo en que tiene que moverse
    la Historia.

    Así que cada rama de la ciencia tiene su propia
    Historia. Y de las que están ya constituidas ninguna puede
    considerarse como conclusa y terminada.

    Es decir, en todas cabe una continuación,
    desarrollo, progreso, ampliación, enriquecimiento y mayor
    penetración en extensión y profundidad en la
    captación del objeto que le corresponde.

    BIBLIOGRAFÍA

    A. P. E., en NUEVA ENCICLOPEDIA DEL MUNDO, N° 16,
    Ed. Instituto Lexicográfico Durvan, Madrid,
    1993

    FRAILE Guillermo, Historia de la
    Filosofía
    , T. I, Ed. Biblioteca de
    Autores Cristianos (BAC), Madrid, 1965

    Historia, en ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ILUSTRADA EUROPEO
    AMERICANA, N° 27, Ed. Hijos de J. Espasa, Barcelona,
    1925

    PALESTRO Romeo, Aprendamos a Razonar, Ed. Don
    Bosco, La Paz, 1988

    Juan Javier Carlo Q.

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