"Los docentes
constituyen uno de los colectivos profesionales más
afectados por la depresión, la fatiga psíquica,
el estrés y
otras dolencias, como el denominado "síndrome de
agotamiento". Tanto es así que los problemas
psicológicos son citados por ocho de cada diez
profesores como principal dolencia de esta
profesión."
(Federación de Enseñanza CCOO, 2000).
El llamado "burn-out" o "síndrome de
agotamiento" es característico de la profesión
docente y tiene como principal síntoma un profundo
desgaste psicológico del maestro después de varios
años de practicar su profesión.
Este problema se atribuye, principalmente, a la falta de
motivación, al trabajo
monótono y repetitivo, así como a la ausencia de
valoración emocional y de reconocimiento y logro hacia el
profesorado.
Aunque no se ha difundido el
conocimiento de este trastorno en América
Latina, este síndrome provoca tanto un fuerte
cansancio emocional como fatiga psíquica que llevan a una
actitud de
despersonalización hacia los alumnos: la vocación
de docencia del
maestro disminuye presentándose claros síntomas de
depresión.
Para algunos investigadores (Haberman, 1995) el
"síndrome de agotamiento" es una
condición en la cual el maestro se considera a sí
mismo como un empleado y deja de ser un profesional. El docente
enseña sin ningún compromiso emocional por su labor
y sin percibir un sentido de eficacia. Llega
un momento en que se convence de no significar una diferencia en
la vida de sus estudiantes lo cual le hace concluir en que no es
necesario seguir preocupándose por ellos o llevar a cabo
un esfuerzo serio por mejorar su enseñanza.
La pérdida del interés o
del placer en la enseñanza tiende a aumentar la
irritabilidad, la tensión y el miedo al entorno escolar,
especialmente al aula, así como una percepción
desproporcionada de los errores propios del docente; se
experimentan, entonces, episodios de vacío o tristeza
durante los cuales las actividades son marcadas por sentimientos
de poco valor o culpa,
culminando en una sensación de fatiga o falta de
energía en la enseñanza.
De acuerdo con observaciones realizadas por
investigadores de la Universidad de
Pennsylvania (Randall, 1993) algunos factores tales como el
ambiente
físico de la ubicación de la instalación
escolar (urbana, suburbana o rural) así como el nivel
(básico, medio o superior) de la escuela afecta
sensiblemente los síntomas depresivos del
docente.
En su gran mayoría, las instituciones
públicas de educación
superior no son lugares agradables para trabajar. Hay una
falta de espacio y un pobre mantenimiento
de las instalaciones, lo que las convierte en ambientes
depresivos tanto para el personal como
para el alumnado.
Los estudiantes de este tipo de instituciones forman una
comunidad muy
diversa; su estado
socioeconómico, su cultura,
educación
y nivel de preparación para la universidad son bastante
diferentes; probablemente son la primera generación
familiar que hace una carrera universitaria y no cuentan con
apoyo económico (Dean & McCracken, 2001).
El maestro de este tipo de instituciones se encuentra en
alto riesgo respecto
al "síndrome de agotamiento".
Algunas estadísticas (National Association of Head
Teachers in Great Britain, 2000) principalmente inglesas y
norteamericanas, señalan que un alto porcentaje de
maestros han visitado a un médico por problemas
relacionados con su labor profesional; algunos problemas
reportados fueron: insomnio, hipertensión, depresión,
desórdenes gastrointestinales y alcoholismo.
Ya desde 1933, en una encuesta
realizada por Hicks entre maestros norteamericanos se
encontró que un gran número de ellos sufría
de nerviosismo así como de fuertes crisis
nerviosas.
Los estudios realizados han identificado algunas causas
externas que producen este agotamiento; estas causas han incluido
tanto consideraciones salariales (Gritz y Theobold, 1996),
demandas irrazonables de tiempo
(Lortie, 1975) aislamiento (Brissie y otros, 1988), alumnos
problemáticos (Friedman, 1995), falta de recursos e
instalaciones inadecuadas (Rudd y Wiseman, 1962; Buckley y otros,
2004), así como confrontaciones con la
administración escolar.
Por otra parte, algunas causas intrínsecas
relacionadas tanto con los atributos personales del maestro
así como su deseo de reconocimiento social parecen influir
también en la condición psicológica del
docente.
Ya que la formación del profesorado no incluye
ningún tipo de preparación psicológica ni
ninguna técnica de autoconocimiento personal, los docentes
se enfrentan a la carencia de recursos psicológicos
así como a la sensación personal de incapacidad
para resolver los conflictos de
su entorno escolar.
Algunas
sugerencias para reducir el
agotamiento
Estas sugerencias están basadas en la experiencia
de maestros que después de 30 años de labor
educativa han desarrollado una serie de estrategias que
los ayuda a seguir dentro de la enseñanza.
Es, sin embargo, conveniente tener presente que cada
maestro debe encontrar una combinación única de
estrategias individuales que lo ayude a mantener su bienestar
físico y psicolólgico:
- Realizar actividades relajantes fuera del ambiente
escolar - Organizar su tiempo y establecer
prioridades - Discutir sus problemas con otros colegas
- Conocerse a sí mismo e identificar debilidades
y fortalezas - Tener confianza en las habilidades
propias - Aprender a decir ¡No!
- Establecer fronteras para proteger la vida
privada - Identificar cualquier aumento de
tensión
- Brissie, J.S. et al. (1988). Individual situation
contributors to teacher burnout. The Journal of Educational
Research. Volume 82, No. 1. U.S.A. - Dean, Sherry y McCracken, Denise. (2001).
Preventing French Teacher Burnout. National Bulletin,
Volume 26, No. 4. Mounting View College, TX. U.S.A. - Friedman, I. (1995). Student behavior patterns
contributing to teacher bournout. Journal of Educational
Research. Volume 84. U.S.A. - Gritz, R.M. y N.D. Theobold. (1996). The effects
of school district spend priorities on length of stay in
teaching. Journal of Human Resources. Volume 31, No. 3.
U.S.A. - Haberman, Martín. (1995). Star Teachers of
Children in Poverty. Kappa Delta Pi International Honor
Society in Education. West Lafayette, IN. U.S.A. - Hicks, F.P. (1933). The mental health of
teachers. Cullman and Ghertner. New York,
U.S.A. - Lortie, D. (1975). Schoolteacher: a sociological
study. University of Chicago. Chicago, U.S.A. - Ministerio de Administración Pública Español. (2000). Estrés en la
educación. Revista de
Educación. Volumen 9, No.
17. Madrid,
España. - National Association of Head Teachers. (2000). NEA
Research. London, England. - Randall, Shelley Carolyn. (1993). Teacher burnout,
depressive symptoms, and coping. Universidad de
Pennsylvania. U.S.A. - Rudd, G.A. y Wiseman, S. (1962). Sources of
dissatisfaction among a group of teachers. British Journal
of Educational Psychology. Volume 32, No. 3. London,
England.
Silvia Cruz del Angel
Maestra en Ciencias de la
Educación