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Una mirada positiva a las instituciones de Bretton Woods




Enviado por mariaa_lasa



    1. Banco
      Mundial
    2. Fondo Monetario
      Internacional
    3. Organización Mundial del
      Comercio
    4. Conclusión
    5. Bibliografía
      Consultada

    <<Hace muchos años, a un colega
    mío le dijeron literalmente que "los países
    machos no van al Fondo a pedir". Él les contestó:
    "los países machos no pierden reservas". Traducido a hoy
    en día significa: si los países hicieran las
    políticas adecuadas, justas y serias, no
    necesitarían del FMI en momento
    de crisis
    porque no se endeudarían como se
    endeudaron>>.

    Claudio Loser

    Introducción

    Las críticas a las instituciones de Bretton Woods
    han aumentado con el correr de los años. La
    insatisfacción causada por estas instituciones se ha
    propagado en el sur del mundo y constituyen una importante fuente
    de fricción y controversia en las relaciones
    norte-sur.

    Hay algo claro: las instituciones están formadas
    por personas. Vale decir, es imposible no cometer errores, y
    más cuando se trabaja con políticas
    económicas aplicables a países con
    gravísimos problemas
    macroeconómicos. Pero, ¿todas las desgracias del
    mundo se pueden atribuir al Fondo Monetario
    Internacional o a la
    Organización Mundial del Comercio?
    ¿No cabe responsabilidad alguna para los dirigentes de los
    países del mundo?

    El diseño
    de políticas macroeconómicas está reservado,
    prácticamente, para los dirigentes de los países. A
    modo de ejemplo, y contrariamente a lo que se cree, el FMI no
    tiene control alguno
    sobre las políticas económicas internas de sus
    países miembros. La autoridad que
    el Fondo ejerce se limita estrictamente a supervisar las
    políticas que afectan en forma directa la manera en que se
    compra y se vende la moneda de cada uno de los países
    miembros y a qué precio.

    ¿Entonces? Es evidente que los gobiernos
    podrían mejorar sus políticas económicas,
    sobre todo si dieran margen a las privatizaciones de empresas y se
    encargaran de proveer servicios
    públicos esenciales en lugar de administrar
    empresas.

    En palabras de Claudio Loser: <<Yo critico ciertos
    importantes aspectos del FMI, pero soy un convencido de la
    importancia de su existencia. Más de una vez he dicho y
    escuchado decir que si el FMI no existiera, lo volvería a
    inventar. Es perfectible y lo he dejado claro. Pero no creo estar
    confundido cuando digo que es el arma más potente que
    tiene el mundo en desarrollo, o
    lo que usted califica como los países más
    débiles, para lograr defender sus derechos en un contexto de
    cooperación multilateral, frenando así los posibles
    abusos que pueden surgir de las relaciones meramente
    bilaterales>>.

    Veamos, pues, las frecuentes y erradas concepciones que
    suelen tenerse de las instituciones de Bretton Woods. Comenzando
    por el análisis del Banco Mundial,
    continuando por el Fondo Monetario Internacional y finalizando
    con la Organización Mundial del Comercio,
    intentaremos demostrar cómo, sin dichos organismos, sanas
    ambiciones mundiales como la cooperación internacional, la
    promoción de la estabilidad
    cambiarían y regímenes de cambios ordenados, el
    establecimiento de un sistema
    multilateral de pagos, la eliminación de las restricciones
    cambiarias, la solución de problemas educativos, de paz y
    seguridad, de
    derechos
    humanos, de cultura, de
    medio
    ambiente, de alimentación, de
    crecimiento humano, de desarrollo económico y de pobreza
    serían impensables.

    ¿Un mundo globalizado sin
    instituciones económicas y financieras? Sería
    interesante vivir en él…

    Banco Mundial

    Banco Mundial es la denominación que se ha
    adoptado para designar al Banco
    Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y a la
    Asociación Internacional de Fomento (AIF). Estas dos
    organizaciones
    otorgan préstamos con intereses bajos, créditos sin intereses y donaciones a los
    países en desarrollo.

    Concebido el 1º de julio de 1944, durante la
    segunda guerra
    mundial, en Bretton Woods (Estados Unidos),
    al principio ayudó a la reconstrucción de Europa
    después de la guerra. La reconstrucción sigue
    siendo un aspecto importante de la labor del Banco, ya que las
    economías en desarrollo y en transición se ven
    afectadas por desastres
    naturales y emergencias humanitarias y deben llevar a cabo
    actividades de rehabilitación después de los
    conflictos. No
    obstante, ahora, el Banco concentra más su atención en la reducción de la pobreza como
    objetivo
    principal y mundial de su labor.

    El personal del
    Banco antes estaba compuesto por un grupo
    homogéneo de ingenieros y analistas financieros que
    trabajaban exclusivamente en la ciudad de Washington. Hoy en
    día su personal es variado y de carácter multidisciplinario y cuenta con
    economistas, especialistas en políticas públicas,
    expertos sectoriales y especialistas en ciencias
    sociales.

    Desde 1994, el Grupo del Banco Mundial se ha esforzado
    por hacer frente a las críticas, y ha adaptado su estructura
    para mejorar su eficiencia
    interna y su eficacia en el
    exterior. Hoy más que nunca, el Banco desempeña una
    importante función en
    el plano normativo internacional.

    El Banco Mundial es internacionalmente reconocido por:
    1. ser el proveedor de mayor financiamiento
    externo para la educación, la
    lucha contra el sida y los
    programas de
    salud y de
    diversidad biológica, entre otros; 2. propender al
    alivio de la deuda externa;
    3. trabajar conjuntamente con otras instituciones;
    4. liderar la lucha contra la corrupción
    en el mundo; y 5. colaborar con los países
    afectados por conflictos, respaldando los esfuerzos
    internacionales a través de la ayuda a las poblaciones
    asoladas por la guerra, y reanudando el proceso de
    desarrollo en condiciones de paz.

    Es uno de los organismos especializados de las Naciones Unidas y
    está integrado por 184 países miembros. Estos
    países son conjuntamente responsables de la manera en que
    se financia la institución y del destino que se le da a
    los fondos.

    De conformidad con el Convenio Constitutivo del BIRF,
    para ingresar como miembro del Banco, un país primero
    tiene que adherirse al Fondo Monetario Internacional (FMI). Para
    poder ingresar
    en la AIF, la CFI y el OMGI, un país tiene que ser miembro
    del BIRF.

    El propio Banco es de mayor tamaño, y han
    aumentado su alcance y complejidad. Ha pasado a ser un Grupo
    formado por cinco instituciones de desarrollo estrechamente
    relacionadas: el Banco Internacional de Reconstrucción y
    Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento
    (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el
    Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones
    (OMGI) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
    Relativas a Inversiones (CIADI).

    Las cinco instituciones que lo componen han trabajado,
    tanto independientemente como en forma conjunta, para mejorar su
    eficiencia interna y su eficacia en el exterior.

    1. Banco Internacional de Reconstrucción y
    Fomento

    El BIRF concentra la mayor parte del los
    préstamos. Para poder prestar, el Banco emite bonos en los
    mercados
    mundiales de capitales. A partir de esos bonos, puede conseguir
    dinero
    "barato" y pasarlo a los accionistas más pobres,
    cobrándoles un spread con el que cubre sus gastos. El BIRF
    actúa como una corporativa que distribuye los beneficios a
    sus miembros.

    La ventaja de los bonos del BIRF radica en el hecho que
    tienen garantías de los países prestatarios y una
    gran parte del capital
    suscrito podría ser inmediatamente llamado si la cartera
    del banco sufriera un deterioro por incobrabilidad. Esto le
    merece una calificación AAA por parte de las calificadoras
    internacionales.

    2. Asociación Internacional de
    Fomento

    La AIF otorga préstamos a aquellos gobiernos que
    los demandan para proyectos y
    programas que promuevan el progreso económico y social.
    Junto a estos préstamos, el Banco provee asesoramiento y
    asistencia técnica. Asimismo, concentra sus esfuerzos
    especialmente en aquellos países más pobres que no
    logran cumplir con los términos comerciales impuestos a los
    países que integran el BIRF. A diferencia de este
    último, los fondos del AIF provienen en su mayoría
    de los países más ricos y de transferencias de
    ganancias netas del BIRF.

    3. Corporación Financiera
    Internacional

    Se estableció en 1956 con el objetivo de promover
    el crecimiento de los mercados de capitales del sector privado,
    realizando préstamos y contribuciones de capital a
    proyectos privados sin garantía gubernamental. A
    diferencia del BIRF, sus préstamos no tienen una tasa de
    interés subsidiada. Su idea es que, contribuyendo
    financieramente a empresas del sector privado, se facilitan otras
    inversiones y se impulsa el desarrollo de los mercados de
    capitales.

    4. Organismo Multilateral de Garantía de
    Inversiones

    La OMGI se estableció con el objeto de asegurar a
    los inversionistas contra los grandes riesgos
    políticos que pueden llegar a correr en los países
    en desarrollo, y así promover la inversión extranjera directa en esos
    países.

    5. Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
    Relativas a Inversiones

    El CIADI tiene como fin ayudar a solucionar conflictos
    entre los inversionistas y los países donde se
    realizó la inversión. Actúa mediante la
    conciliación y el arbitraje.

    Fondo
    Monetario Internacional

    1. Introducción

    El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (de
    ahora en más, FMI) se crearon en la conferencia
    internacional de Bretton Woods, pero fue precisamente en
    diciembre de 1945 que el FMI inició sus actividades con la
    firma del Convenio Constitutivo por los primeros 29
    países. ¿Su fin? Contribuir al estímulo del
    buen funcionamiento de la economía mundial. Con
    sede en Washington, hoy, el gobierno del FMI
    cuenta con 184 países miembros, casi la totalidad del
    mundo.

    El FMI es la institución central del sistema
    monetario internacional, es decir, el sistema de pagos
    internacionales y tipos de cambio de las
    monedas nacionales que permite la actividad económica
    entre los países. Sus fines son evitar las crisis en el
    sistema, alentando a los países a adoptar medidas de
    política
    económica bien fundadas. Como su nombre indica, la
    institución es también un fondo al que los
    países miembros que necesiten financiamiento temporal
    pueden recurrir para superar los problemas de su balanza de
    pagos.

    A través de la supervisión que realiza de la política
    económica de los países miembros, el FMI examina,
    sobretodo, el conjunto de los resultados económicos, un
    concepto que
    suele conocerse como "resultados macroeconómicos". Esto
    incluye el gasto total (y sus componentes principales como gasto
    de consumo e
    inversión empresarial), producto,
    empleo e
    inflación y también la balanza de pagos del
    país, es decir, la posición externa representada
    por las transacciones de un país con el resto del
    mundo.

    El FMI se centra principalmente en la política
    macroeconómica, a saber, las medidas de política
    que tienen que ver con el presupuesto
    público, la gestión
    de las tasas de
    interés, el dinero y el
    crédito, el tipo de cambio
    y la política del sector financiero que comprende la
    regulación y supervisión bancarias y de otras
    entidades financieras.

    Además, presta especial atención a las
    medidas de carácter estructural que influyen en los
    resultados macroeconómicos, comprendida la política
    del mercado laboral que
    repercute en el empleo y el comportamiento
    de los salarios. El FMI
    asesora a los países miembros sobre la manera en que
    pueden mejorarse las medidas aplicadas en estos sectores para
    alcanzar, de manera más eficaz, objetivos
    tales como un alto nivel de empleo, una baja inflación y
    un crecimiento
    económico sostenido, o sea, el tipo de crecimiento que
    puede mantenerse sin que conduzca a dificultades como la
    inflación o problemas de balanza de pagos.

    Mediante la labor que realiza para fortalecer el
    sistema
    financiero internacional y acelerar la lucha contra la
    pobreza, además de promover las medidas bien fundadas de
    política económica en todos los países
    miembros, el FMI contribuye a que la
    globalización funcione en beneficio de
    todos.

    A medida que la evolución de la economía
    mundial desde 1945 planteaba nuevos desafíos, la labor
    del FMI ha ido evolucionando y la institución se ha
    adaptado para poder continuar prestando sus servicios con
    eficacia.

    Desde principios de los
    años noventa, la creciente integración internacional de mercados y
    economías (globalización), ha planteado enormes
    desafíos económicos. Entre ellos han figurado la
    necesidad de hacer frente a episodios de turbulencia en los
    mercados
    financieros emergentes, especialmente en Asia y América
    Latina, la ayuda a diversos países para facilitar la
    transición desde un sistema de planificación central a otro de mercado, la
    incorporación a la economía mundial de mercado y el
    fomento del crecimiento económico y la lucha contra la
    pobreza en los países más pobres que corren el
    peligro de ver pasar la globalización.

    El FMI ha reaccionado, en parte, mediante la introducción de reformas que tienen por
    objeto reforzar la arquitectura
    –o marco de normas e
    instituciones– del sistema monetario y financiero
    internacional y la promoción de su propio aporte a la
    prevención y solución de las crisis financieras.
    También ha hecho hincapié en las metas que fomentan
    el crecimiento económico y la reducción de la
    pobreza en los países más pobres del mundo. La
    reforma continúa.

    2. La necesidad de reforzar el sistema
    monetario

    Las crisis financieras que surgieron en los mercados
    emergentes a mediados y finales de los años noventa
    sirvieron para recordar los riesgos que lleva consigo la
    globalización, incluso en las economías que han
    aprovechado en sumo grado esta transformación y que, en
    muchos aspectos, están bien gestionadas.

    Las economías afectadas durante la crisis en Asia
    (1997/98), en particular, han avanzado enormemente durante varias
    décadas gracias al comercio
    exterior, la inversión
    extranjera directa y el acceso a mercados financieros
    internacionales cada vez más integrados. Las crisis
    pusieron de manifiesto no sólo aspectos vulnerables de
    política en los propios países afectados, sino
    también deficiencias del sistema financiero internacional,
    dejando constancia de dos hechos incuestionables: 1. los
    inversores pueden abandonar rápida y masivamente un
    país si presienten o advierten deficiencias en las medidas
    de política interna. Una vez que los inversores, ya sean
    nacionales o extranjeros, pierden la confianza, las entradas de
    capital pueden evaporarse y la salida neta de capital en grandes
    cantidades puede precipitar una crisis financiera; y 2. la
    crisis que surja en un país o región puede
    extenderse rápidamente a otras economías. Para
    reducir el riesgo de futuras
    crisis financieras y fomentar la pronta resolución de las
    que surjan, el FMI ha estado
    colaborando con los gobiernos de los países miembros y con
    otros organismos internacionales, entidades reguladoras y del
    sector privado a los fines de reforzar el sistema monetario y
    financiero internacional.

    3. Los préstamos. Función
    característica del FMI

    Una de las funciones
    medulares del FMI es suministrar préstamos a los
    países afectados por problemas de balanza de pagos. Esta
    asistencia financiera les permite a los países en
    problemas reconstituir sus reservas internacionales, estabilizar
    su moneda, seguir pagando sus importaciones y
    restablecer las condiciones para un firme crecimiento
    económico. A diferencia de los bancos de
    desarrollo, el FMI no financia proyectos
    específicos.

    Un país miembro puede solicitar asistencia
    financiera del FMI si tiene una necesidad de balanza de pagos, es
    decir, si no puede conseguir financiamiento en montos suficientes
    y en condiciones accesibles para hacer frente a sus pagos
    internacionales netos. El préstamo del FMI da más
    flexibilidad a las políticas de ajuste y a las reformas
    que debe realizar el país para corregir el problema de su
    balanza de pagos y restablecer las condiciones para un vigoroso
    crecimiento económico.

    Por lo general, el FMI otorga un préstamo en el
    marco de un "acuerdo" que estipula las políticas y medidas
    específicas que el país aceptó poner en
    práctica para resolver su problema de balanza de pagos. El
    país, en consulta con el FMI, elabora el programa
    económico que sirve de base para el acuerdo y lo presenta
    en una "carta de
    intención" al Directorio Ejecutivo de la
    institución. Una vez que el Directorio aprueba el acuerdo,
    el préstamo se entrega en desembolsos periódicos a
    medida que se va ejecutando el programa.

    El volumen de
    préstamos del FMI ha fluctuado mucho con el tiempo. Con
    posterioridad a la crisis petrolera de los años setenta y
    la crisis de la deuda de los años ochenta, se produjo un
    brusco aumento del financiamiento proporcionado por la
    institución. En los años noventa, el proceso de
    transición de Europa central y oriental y las crisis de
    las economías de mercados emergentes dieron lugar a nuevos
    incrementos de la demanda de
    recursos del
    FMI.

    4. La lucha contra la pobreza

    Ante todo, es menester aclarar que el FMI es una
    institución monetaria, no de desarrollo. No obstante, le
    compete un papel importante a la hora de reducir la pobreza en
    los países miembros: el crecimiento económico
    sostenible, que es esencial para que disminuya la pobreza, exige
    medidas macroeconómicas acertadas y éstas
    constituyen el núcleo mismo del mandato del
    FMI.

    Desde hace muchos años, por medio de su
    asesoramiento, asistencia técnica y respaldo financiero,
    el FMI ha prestado ayuda a los países de bajos ingresos para que
    implementen medidas de política que fomenten el
    crecimiento y eleven el nivel de vida. Entre 1986 y 1999, 56
    países, con una población total que asciende a 3.200
    millones de personas, obtuvieron préstamos a bajo interés al
    amparo del
    servicio de
    ajuste estructural (SAE – 1986/87), y su sucesor, el servicio
    reforzado de ajuste estructural (SRAE – 1987/89), cuyo
    propósito era ayudar a los países miembros
    más pobres del FMI a conseguir un crecimiento
    económico más firme y la mejora sostenida de la
    balanza de pagos.

    Estos servicios han significado un aporte considerable
    al esfuerzo de desarrollo realizado por los países de
    bajos ingresos pero, pese a la importante asistencia del FMI y de
    la comunidad de
    donantes en general, muchos de esos países no han
    alcanzado el progreso necesario para una reducción
    perdurable de la pobreza. La situación ha llevado a que
    gobiernos, organismos internacionales y otras partes interesadas,
    realicen en los últimos años un intenso re-examen
    de las estrategias de
    desarrollo y endeudamiento. La conclusión ha sido que es
    necesario hacer mucho más.

    Organización Mundial del
    Comercio

    1. ¿Qué fue primero? Acuerdo General
    sobre Aranceles
    Aduaneros y Comercio

    Desde 1948 hasta 1994, el Acuerdo General sobre
    Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, de ahora en adelante)
    estableció las reglas aplicables a una gran parte del
    comercio mundial. La intención original era crear una
    tercera institución que se ocupara de la esfera del
    comercio en la cooperación económica internacional,
    y que viniera a añadirse a las dos "instituciones de
    Bretton Woods": el Banco Mundial y el Fondo Monetario
    Internacional. Más de 50 países participaron en
    negociaciones encaminadas a crear una Organización
    Internacional de Comercio (OIC) como organismo especializado de
    las Naciones Unidas. Acababa de terminar la Segunda Guerra
    Mundial y dichos países deseaban impulsar
    rápidamente la liberalización del comercio y
    empezar a soltar el lastre de las medidas proteccionistas que
    seguían en vigor desde comienzos del decenio de
    1930.

    La oposición más importante se
    manifestó en el Congreso de los Estados Unidos en 1950,
    cuando este país anunció que no pediría al
    Congreso que ratificara la Carta de La
    Habana, lo que supuso prácticamente la muerte de
    la OIC. A pesar de su carácter provisional, el GATT
    siguió siendo el único instrumento multilateral por
    el que se rigió el comercio
    internacional desde 1948 hasta el establecimiento de la
    OMC en
    1995.

    El GATT tenía un carácter provisional y un
    campo de acción
    limitado, pero su éxito
    en el fomento y el logro de la liberalización de gran
    parte del comercio mundial durante 47 años es
    incontrovertible. Las continuas reducciones de los aranceles
    contribuyeron a estimular durante los decenios de 1950 y 1960 el
    crecimiento del comercio mundial, que alcanzó tasas muy
    elevadas. La afluencia de nuevos miembros durante la Ronda
    Uruguay fue
    una prueba del reconocimiento de que el sistema multilateral de
    comercio constituía un soporte del desarrollo y un
    instrumento de reforma económica y comercial. Pero no todo
    fue satisfactorio.

    A medida que pasaba el tiempo se planteaban nuevos
    problemas. La Ronda de Tokio, en el decenio de 1970, cuyo
    principal objetivo fue reducir progresivamente los aranceles,
    incitó a los gobiernos a idear otras formas de
    protección para los sectores que se enfrentaban con una
    mayor competencia
    extranjera. Las elevadas tasas de desempleo y los
    constantes cierres de fábricas impulsaron a los gobiernos
    en Europa Occidental y América
    del Norte a tratar de concertar, con sus competidores, acuerdos
    bilaterales de reparto del mercado y a emprender una carrera de
    subvenciones para mantener sus posiciones en el comercio de
    productos
    agropecuarios, hechos ambos que minaron la credibilidad y la
    efectividad del GATT.

    A comienzos del decenio de 1980 era evidente que el
    Acuerdo General no respondía ya a las realidades del
    comercio mundial. En primer lugar, el comercio mundial era mucho
    más complejo y las inversiones internacionales se
    habían incrementado. Se estimaba que las normas del GATT
    resultaban deficientes también en otros aspectos. Por
    ejemplo, en el sector de la agricultura,
    se habían aprovechado abundantemente los puntos
    débiles del sistema multilateral y habían tenido
    escaso éxito los esfuerzos por liberalizar el comercio de
    productos agropecuarios. Era inevitable: la estructura
    institucional del GATT y su sistema de solución de
    diferencias causaban preocupación. Éstos y otros
    factores persuadieron a los miembros del GATT de que debía
    hacerse un nuevo esfuerzo por reforzar y ampliar el sistema
    multilateral.

    Ese esfuerzo se tradujo en la Ronda Uruguay, la
    Declaración de Marrakech y la creación de la OMC.
    En septiembre de 1986, en Punta del Este (Uruguay), aceptaron
    finalmente un programa de negociación que abarcaba
    prácticamente todas las cuestiones de política
    comercial pendientes. Las negociaciones iban a hacer extensivo el
    sistema de comercio a varias esferas nuevas, principalmente, el
    comercio de servicios y la propiedad
    intelectual, e iban a reformar el comercio en los sectores
    sensibles de los productos agropecuarios y los textiles.
    Además, todos los artículos del GATT originales se
    someterían a revisión.

    Dos años más tarde, en diciembre de 1988,
    los Ministros se reunieron nuevamente en Montreal
    (Canadá), para llevar a cabo lo que debía ser una
    evaluación de los progresos realizados al
    promediar la Ronda. Ese proyecto, el
    "Acta Final", fue compilado por el entonces Director General del
    GATT, Arthur Dunkel, quien presidió las negociaciones a
    nivel de funcionarios. El proyecto se presentó en Ginebra
    en diciembre de 1991, y éste se convirtió en la
    base del acuerdo definitivo. En noviembre de 1992, los Estados
    Unidos y la UE, resolvieron la mayoría de sus diferencias
    en materia de
    agricultura mediante un acuerdo denominado informalmente el
    "Acuerdo de Blair House".

    Ya, el 15 de abril de 1994, los Ministros de los
    gobiernos participantes firmaron el Acuerdo en una reunión
    celebrada en Marrakech (Marruecos). Ahora bien, los Acuerdos de
    la Ronda Uruguay incluían calendarios para la
    celebración de nuevas negociaciones sobre diversas
    cuestiones, y en 1996, algunos países exhortaron
    abiertamente a que se celebrara una nueva ronda a comienzos del
    próximo siglo. Es por esto que las negociaciones
    comenzaron a principios de 2000 y fueron incorporadas al Programa
    de Doha para el Desarrollo a finales de 2001. En 1995, la OMC
    sustituyó al GATT como organización
    internacional.

    Para concluir, cabe destacar que el Acuerdo General
    sigue existiendo como tratado general de la OMC sobre el comercio
    de mercancías, actualizado a raíz de las
    negociaciones de la Ronda Uruguay.

    2. Lo que sigue… La Organización
    Mundial del Comercio

    La Organización Mundial del Comercio (de ahora en
    más, OMC), es esencialmente un lugar al que acuden los
    gobiernos Miembros para tratar de solucionar los problemas
    comerciales que tienen entre sí. Su núcleo
    está constituido por los Acuerdos de la OMC, negociados y
    firmados por la mayoría de los países que
    participan en el comercio mundial. Pero la OMC no se dedica
    solamente a la liberalización del comercio: en
    determinadas circunstancias sus normas apoyan el mantenimiento
    de obstáculos al comercio (por ejemplo, para proteger a
    los consumidores o impedir la propagación de enfermedades).

    La OMC nació el 1° de enero de 1995, pero su
    sistema de comercio tiene casi medio siglo de existencia. Desde
    1948, el GATT ha establecido reglas en el sistema. Actualmente,
    su sede se encuentra en Ginebra (Suiza) y cuenta con 146
    países (al 4 de abril de 2003).

    La OMC se ocupa de las normas que rigen el comercio
    entre los países a nivel mundial. Es un foro para que los gobiernos
    negocien acuerdos comerciales. La mayor parte de su labor actual
    proviene de las negociaciones celebradas en la llamada Ronda
    Uruguay y de anteriores negociaciones celebradas en el marco del
    Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
    (GATT).

    La OMC, entra tantos otros aspectos, se rige por
    documentos que
    establecen normas jurídicas fundamentales para el comercio
    internacional. Son esencialmente contratos que
    obligan a los gobiernos a mantener sus políticas
    comerciales dentro de límites
    convenidos. La OMC, del mismo modo, desea ayudar a resolver las
    diferencias comerciales entre los países. La manera
    más armoniosa de resolverlas es mediante un procedimiento
    imparcial, basado en un fundamento jurídico
    convenido.

    También cabe destacar, entre sus otras funciones,
    la supervisión de las políticas comerciales
    nacionales, las actividades de asistencia técnica y
    formación destinadas a los países en desarrollo, y
    la cooperación con otras organizaciones
    internacionales.

    Otro punto importante a destacar de la
    Organización en cuestión, está constituido
    por los principios del sistema de comercio con los cuales
    se maneja; a saber: 1. trato igualitario entre los
    países. Los países más fuertes no pueden
    establecer discriminaciones entre sus diversos interlocutores
    comerciales; 2. igual trato para nacionales y extranjeros.
    Las mercancías importadas y las producidas en el
    país deben recibir la misma aceptación. Lo mismo
    debe ocurrir en el caso de los servicios extranjeros y los
    nacionales; 3. comercio más libre, de manera
    gradual a través de negociaciones. Los Acuerdos de la OMC
    permiten que los países introduzcan cambios gradualmente,
    mediante una "liberalización progresiva". Por lo general,
    los países en desarrollo disponen de plazos más
    largos para cumplir sus obligaciones;
    y 4. previsibilidad mediante la consolidación y la
    transparencia. Los países que abren sus mercados de
    mercancías y servicios, consolidan sus compromisos. Con
    respecto a las mercancías, estas consolidaciones equivalen
    a límites máximos de los tipos arancelarios. El
    sistema trata también de mejorar la previsibilidad y la
    estabilidad por otros medios. Uno de
    ellos consiste en desalentar la utilización de
    contingentes más otras medidas empleadas para fijar
    límites a las cantidades que se pueden importar. Otro
    medio es hacer que las normas comerciales de los países
    sean tan transparentes cuanto sea posible.

    3. Diez malentendidos básicos sobre la
    OMC

    Las frecuentes críticas que se le hacen a la OMC
    se basan en diez malentendidos básicos sobre su
    funcionamiento. Estos son: 1. que la OMC dicta las
    políticas comerciales; 2. que la OMC aboga por el
    libre comercio
    a toda costa; 3. que los intereses comerciales tienen
    prioridad sobre el desarrollo; 4. que los intereses
    comerciales tienen prioridad sobre el medio ambiente;
    5. que los intereses comerciales tienen prioridad sobre la
    salud y la seguridad; 6. que la OMC destruye empleos y
    acentúa la pobreza; 7. que los países
    pequeños carecen de poder dentro de la OMC; 8. que
    la OMC es el instrumento de poderosos grupos de
    presión; 9. que los países más
    débiles se ven forzados a adherirse a la OMC; y 10.
    que la OMC es antidemocrática.

    ¿Por qué están confundidos quienes
    sostienen esto?

    1. La OMC no le indica a los gobiernos como han de
      conducir las políticas comerciales. Es más: es
      una organización impulsada por sus miembros, dado que
      las decisiones que se adoptan han sido negociadas, están
      sujetas al control necesario y, sobretodo, son
      democráticas. La única ocasión en que un
      órgano de la OMC puede tener una influencia directa en
      la política de un gobierno, es cuando, tras encontrarse
      una diferencia respecto de la OMC, el órgano de
      solución de diferencias formula una resolución
      (aunque, claro está, su alcance es
      limitado).
    2. La organización sirve de foro para negociar la
      liberalización de los mercados pero sin restarle
      importancia a otros principios fundamentales de este sistema,
      tales como la no discriminación y la preocupación
      por asegurar que las condiciones en que se llevan a cabo los
      intercambios comerciales sean estables, previsibles y
      transparentes.
    3. La OMC no sólo se preocupa por los intereses
      comerciales. Éstos no tienen prioridad sobre el
      desarrollo. El sistema sostiene la idea de que un comercio
      libre incentiva el crecimiento económico y fomenta el
      desarrollo. En efecto, los acuerdos que se contraen tienen
      especiales consideraciones para con aquellos países
      menos adelantados. En este marco, el crecimiento
      económico sostenido es esencial.
    4. Muchas disposiciones tienen expresamente en cuenta
      las preocupaciones ambientales. Entre otras cosas, el sistema y
      sus normas pueden ayudar a los países a asignar recursos
      limitados de un modo más eficaz y que derroche menos.
      Empero, y de esto hay que se concientes, no le corresponde a la
      OMC establecer normas internacionales para la protección
      del medio ambiente.
    5. Los acuerdos contienen cláusulas claves que
      permiten expresamente a los gobiernos adoptar medidas
      destinadas a proteger la salud y la vida de personas y animales. Uno
      de los objetivos de la OMC es defender el derecho del gobierno
      de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, siempre que las
      medidas eviten riesgos para la totalidad de los productos y no
      sean arbitrarias y/o discriminatorias.
    6. La acusación es errónea y simplista. Un
      comercio más fluido y estable fomenta el crecimiento
      económico y puede contribuir a crear empleos o a reducir
      la pobreza (de hecho, frecuentemente, permite hacer ambas cosas
      a la vez).
    7. Los países pequeños no carecen de poder
      en la OMC. Por el contrario, serían aún
      más débiles sin ella dado que la misma les
      aumenta el poder de negociación.
    8. El sistema de la OMC ofrece a los gobiernos un medio
      para reducir la influencia de ciertos intereses creados (o
      "negociación en ronda"). Por otra parte, la
      Organización está formada por gobiernos. El
      sector privado, las ONGs y otros grupos de
      presión,
      no participan en las actividades, excepto en acontecimientos
      especiales.
    9. La gran mayoría de los países estiman
      efectivamente que es mejor formar parte del sistema de la OMC.
      Mediante su adhesión, los países pequeños
      pueden aumentar su poder de negociación, formando
      alianzas con otros países que comparten los mismos
      intereses.
    10. Finalmente, la OMC no es antidemocrática. Las
      decisiones suelen adoptarse por consenso, lo que implica que
      todos los miembros tienen voz.

    4. Diez ventajas del sistema de comercio de la
    OMC

    Desde el dinero de nuestro bolsillo, pasando por las
    mercancías y los servicios que utilizamos, la OMC y su
    sistema de comercio ofrecen una serie de ventajas, algunas muy
    conocidas; otras, menos evidentes. Éstas son: 1. el
    sistema contribuye al mantenimiento de la paz; 2. el
    sistema permite tratar las diferencias de forma constructiva;
    3. un sistema basado en normas y no en el poder, facilita
    una mejor vida a todos; 4. la mayor libertad de
    comercio redunda en un menor costo de la vida;
    5. el consumidor tiene
    más posibilidades de elección; 6. un
    comercio fluido incrementa los ingresos; 7. el comercio
    estimula el crecimiento económico y, por ende, el empleo;
    8. el comercio da más eficacia económica al
    sistema y reduce los costos; 9.
    el sistema protege a los gobiernos de intereses mezquinos; y
    10. el sistema promueve el bueno gobierno.

    Ampliándolas:

    1. Si el comercio se desenvuelve sin tropiezos y hay
      relaciones comerciales saludables entre ambas partes, disminuye
      la probabilidad de
      un conflicto
      político. Además, en tales circunstancias, todos
      estarán mejor dispuestos a cooperar entre
      sí.
    2. A medida que aumenta el volumen del comercio y el
      número de productos como así también el
      número de países y empresas que participan en el
      mismo, hay más posibilidades que se planteen
      diferencias. No obstante, las tensiones comerciales
      internacionales se reducen en gran medida porque los
      países pueden recurrir a las organizaciones,
      especialmente a la OMC, para resolver sus diferencias en
      materia de comercio.
    3. Es imposible que la OMC pretenda lograr la igualdad
      entre todos los países, pero sí reduce algunas
      disparidades, da a los pequeños países la
      oportunidad de hacer oír mejor su voz y, al mismo
      tiempo, libera a las grandes potencias de la compleja tarea de
      negociar acuerdos comerciales con cada uno de sus numerosos
      interlocutores.
    4. El proteccionismo cuesta caro: aumenta los precios. El
      sistema mundial de la OMC reduce los obstáculos
      comerciales mediante la negociación y aplica el
      principio de la no discriminación. El resultado es la
      disminución de los costos de
      producción, de los precios de los productos acabados
      y de los servicios y, en definitiva, del costo de la
      vida.
    5. No solamente los consumidores tienen más
      opciones para elegir (dada la competencia extrajera) sino que
      además los productos importados se utilizan a su vez
      como materiales,
      componentes y equipos en la producción local.
    6. Reducir los obstáculos al comercio permite la
      expansión comercial, lo cual conlleva el aumento de los
      ingresos nacionales e individuales. Al generarse ingresos
      adicionales, los gobiernos pueden disponer de recursos para
      redistribuir los beneficios obtenidos por aquellos que ganan
      más.
    7. El comercio estimula el crecimiento económico,
      lo que puede ser buen signo para el empleo. Sin duda, el
      comercio tiene potencial para la creación de empleos. La
      práctica frecuentemente demuestra que la
      reducción de los obstáculos comerciales mejora la
      situación del empleo. Se concede, sin embargo: la
      reducción de obstáculos comerciales traen consigo
      una serie de factores que complican la situación. No
      obstante, la alternativa que representa el proteccionismo,
      ¿permite resolver los problemas del empleo?
    8. El comercio favorece una división del trabajo
      entre los países. Los recursos pueden aprovecharse en
      forma más racional y eficaz para la producción.
      Pero el sistema de comercio de la OMC ofrece algo más:
      contribuye a reforzar la eficacia y a bajar los costos, debido
      a los importantes principios que encarna.
    9. Los gobiernos deben estar preparados para poder hacer
      frente a los grupos de presión. El sistema de la OMC
      puede aportar una contribución útil en este
      sentido, considerando que abarca una gran diversidad de
      sectores. De esta manera, si en el curso de una
      negociación comercial en el marco de la OMC, un grupo de
      presión trata de influir en su gobierno para que se le
      considere un caso especial que requiere protección, este
      último puede rechazar la presión proteccionista
      alegando la necesidad de conseguir un acuerdo de alcance amplio
      que beneficie a todos los sectores de la economía. Es
      esto, precisamente, lo que hacen los gobiernos con
      regularidad.
    10. Una vez efectuado un compromiso para liberalizar a un
      sector del comercio, es difícil dar marcha atrás.
      Para las empresas esto supone más seguridad y claridad
      con respecto a las condiciones comerciales. Para los gobiernos,
      suele ser sinónimo de buena disciplina.

    Conclusión

    Creemos que la mejor manera de concluir con el presente
    trabajo, es transcribiendo un fragmento (valioso y oportuno, para
    la ocasión), de un discurso del
    Director Gerente del
    Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, pronunciado en
    la "Conferencia sobre la humanización de la
    economía mundial" (Washington, 28 de enero de 2002). Dicho
    fragmento reza así:

    <<(…) la economía mundial estaba
    más integrada a fines del siglo XIX que hoy, pero una ola
    de nacionalismo y
    proteccionismo encarnizados, que propiciaron la depresión
    y la guerra mundial,
    pusieron freno a la globalización en la primera mitad del
    siglo pasado. Desde la segunda guerra
    mundial, la democracia y
    el libre mercado han cobrado fuerza
    nuevamente, sobre todo tras el final de la guerra
    fría. El resultado está a la vista: a lo largo
    de los últimos 50 años la libertad económica
    y política ha florecido a la par de la prosperidad. El
    ingreso per cápita mundial ha aumentado a más del
    triple, y el alfabetismo y la esperanza de vida han mejorado
    enormemente en la mayoría de los países. Entre los
    principales beneficiarios están las naciones en
    desarrollo, que albergan a la mitad de la población
    mundial. (…) La experiencia demuestra que la
    integración a la economía mundial puede ofrecer
    grandes ventajas a los países en desarrollo.

    (…) A mi parecer, las instituciones de Bretton
    Woods -el FMI y el Banco Mundial- forman parte del movimiento en
    pro de una globalización más integral. En 1944,
    fueron creadas con el propósito de ayudar a recuperar los
    beneficios de la integración mundial e infundirles
    permanencia mediante el fomento de la apertura, la confianza y la
    cooperación internacional. Pese a todas las
    críticas de las que han sido objeto, si estas
    instituciones no existieran, habría que inventarlas. Ambas
    persiguen un objetivo común: promover una prosperidad
    ampliamente compartida, con una división del trabajo
    fructífera y una cooperación estrecha que les
    permita ser más eficaces en sus respectivas actuaciones.
    Por consiguiente, el Banco Mundial se concentra en proyectos de
    inversión a largo plazo, el fortalecimiento
    institucional y la asistencia en temas sociales, ambientales y
    vinculados a la pobreza. El FMI, por su parte, se ocupa del
    funcionamiento del sistema monetario internacional y de la
    promoción de políticas macroeconómicas
    sólidas como condición necesaria para un
    crecimiento duradero. Las corrientes privadas de capital son hoy
    la fuente más importante de la financiación del
    crecimiento, la productividad y
    la creación de empleo, pero pueden ser también
    fuente de inestabilidad y crisis. De ahí la
    obligación del FMI de ayudar a los países a
    aprovechar las posibilidades que ofrecen los mercados mundiales
    de capital, atenuando a la vez los riesgos, y de contribuir a la
    estabilidad del sistema financiero
    internacional>>.

    Es evidente: los cambios dinámicos que
    frecuentemente ocurren en la economía como resultado,
    entre otra cosas, de la globalización, la interdependencia
    y la liberación de los mercados, así como los
    rápidos adelantos tecnológicos y
    científicos, han producido un reto para los líderes
    de los países en vía de desarrollo, trayendo como
    consecuencia modificaciones -más de una vez, aceleradas-,
    de las políticas estructurales tanto económicas
    como sociales. Y es, precisamente en este marco (nada
    fácil, problemático y dificultoso), donde
    actúan el FMI, el Banco Mundial o la OMC.

    Como se aprecia: las instituciones de Bretton Woods son
    perfectibles. Sería ingenuo y contraproducente negarlo.
    Algunos países (aunque también culpables de sus
    fracasos) lo pueden referir. ¿Pero se puede negar, acaso,
    que tanto el FMI como el Banco Mundial, han colaborado en la
    creación de un sistema que pone a cada país en el
    centro de formulación de estrategias de alivio de la
    pobreza? Recurramos aquí, entonces, a otras partes del
    globo, donde la equidad
    social, la mejora de la distribución de los ingresos y el
    crecimiento económico fueron posteriores a asistencias de
    las instituciones en cuestión.

    ¿Un mundo globalizado sin
    instituciones económicas y financieras? Sería
    interesante vivir en él…

    Bibliografía
    Consultada

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    Altamiranda, María Cecilia

    Barbeira, Fabiana

    Caminos, Constanza

    Gross, María Florencia

    Lasa, María de los
    Ángeles

    Viale, Gisela

    Córdoba

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