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Terapéutica celular en la cardiopatía isquémica




Enviado por alfredo_spatola



    1. Conceptos
      generales
    2. Regeneración
      miocárdica
    3. Cardiomioplastía
      celular
    4. Angiogénesis
      terapéutica miocárdica
    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    1.
    INTRODUCCIÓN

    Disponer en el laboratorio de
    células
    capaces de diferenciarse – o sea, formar los diferentes tejidos del
    organismo – fue un problema que ha desvelado a los
    científicos durante años. Finalmente, en 1998, los
    investigadores norteamericanos James Thomson y John Gearhart
    anunciaron que podían hacer crecer en el laboratorio
    Células Troncales – o Progenitoras, también
    denominadas Madres – de origen humano. Se abrió
    así la puerta al diseño
    de nuevas estrategias
    terapéuticas médicas, y contribuir a una mayor
    eficacia en
    los tratamientos y el trasplante de órganos.

    2. CONCEPTOS
    GENERALES

    2.1. DE LA TOTIPOTENCIALIDAD A LA
    ESPECIALIZACIÓN

    La célula
    huevo -o cigoto- producto de la
    fecundación, es Totipotencial, o sea que es
    capaz de generar por sí misma un individuo.
    Cuando el cigoto llega al estadio Bicelular –es decir que
    se duplicó una vez-, cada una de estas células
    puede potencialmente formar un feto.
    Aproximadamente cuatro días después de la
    fecundación, las células que se han dividido por
    mitosis,
    produjeron un aumento del número de células y una
    reducción de su tamaño, ya que el volumen total del
    embrión sigue siendo la del cigoto. Éstas
    células se denominan Blastómeras, y
    comienzan a especializarse. Cuando el embrión esta formado
    por aproximadamente 16 células se llega al estadio de
    mórula, a partir de esta etapa,

    las células que constituyen el macizo celular
    interno darán origen al embrión propiamente dicho,
    mientras que la capa celular circundante contribuirá a la
    formación de la placenta.

    Las blastómeras del macizo celular interno poseen
    la capacidad de generar todos y cada unos de los Tejidos y
    órganos del individuo en formación –o sea,
    que son Células Troncales, Madres o
    Progenitoras– pero no pueden formar todos los tipos
    celulares necesarios para el desarrollo
    fetal, como la placenta. Como su potencial no es total (no son
    Totipotenciales) se las denomina Pluripotentes (cuadros
    1-2).

    A medida que éstas células Pluripotentes
    se van dividiendo y diferenciando van perdiendo Potencialidad
    evolutiva, esto es, la capacidad de generar muchos tejidos
    diferentes, cuando alcanzan el máximo grado de
    diferenciación quedan circunscriptas a formar un
    único tipo celular. Por ejemplo, en la tercera semana del
    desarrollo
    embrionario humano ocurre el proceso de
    Gastrulación, durante el cual se forman las tres
    Capas Germinativas –el Endodermo, el
    Mesodermo y el Ectodermo. A partir de este momento,
    y siempre en condiciones normales, las células
    endodérmicas solo formarán tejidos de ese origen,
    ya que no tiene la potencialidad de producir tejido
    mesodérmico o ectodérmico. Éstas
    células progenitoras mas especializadas son denominadas
    Células Multipotentes.

    Un grupo de
    células Multipotentes son aquellas que se ubican en la
    médula Ósea (figuras 1 – 2), y que
    darán origen a los glóbulos rojos, blancos, y a las
    plaquetas; son las Células Progenitoras
    Sanguíneas.

    Al finalizar el desarrollo embrionario, algunas
    células conservan Potencialidad evolutiva, forman parte
    del tejido al cual dan origen, y son Multipotentes, se las
    denomina Stem Cell o Células Troncales,
    Progenitoras o Células Madre Adultas, para
    diferenciarlas de las que se encuentran en tejidos
    embrionarios.

    Hasta hace poco se consideraba que las células
    progenitoras presentes en tejidos adultos –tales como las
    sanguíneas o las neurales- estaban restringidas a dicho
    tejido. Existen actualmente importantes evidencias que
    demuestran que células progenitoras adultas obtenidas de
    un tejido pueden contribuir a formar un tipo celular diferente
    cuando son expuestas a factores ambientales apropiados (es decir
    que son pluripotenciales).

    Es importante destacar que para que una célula
    madre pueda considerarse pluripotencial tiene que cumplir con las
    siguientes condiciones:

    • Una única célula debe ser capaz de
      diferenciarse en células especializadas procedentes de
      cualquier capa embrionaria;
    • Demostrar la funcionalidad in vitro e in vivo
      de las células de las células en las que se ha
      diferenciado y, finalmente
    • Que se produzca un asentamiento claro y persistente
      de estas células en el tejido diana, tanto en presencia
      como en ausencia de daño
      en los tejidos en los cuales se injerta.

    Se sabe que las Células Progenitoras Embrionarias
    (Stem Cell Embrionarias) tienen mayor potencialidad para
    dividirse y diferenciarse que las Células progenitoras
    Adultas (Stem Cell Adultas). Sin embargo, las
    células embrionarias presentan dos inconvenientes
    fundamentales para ser útiles en medicina: por
    un lado deben obtenerse de embriones humanos, lo que origina
    conflictos
    éticos y, por el otro, éstas células tienden
    a diferenciarse espontáneamente en todos los tipos de
    tejidos, lo que hace necesario aprender cómo hacer para
    que se diferencie solo en un tipo celular deseado.

    Las Células Progenitoras de la mayoría de
    los tejidos de los mamíferos se replican y se diferencian por
    mecanismos asimétricos: cada célula progenitora
    origina otra célula progenitora y una célula hija
    diferenciada.

    Durante la división asimétrica las
    células hijas adquieren diferentes potenciales de
    desarrollo por la segregación desigual de factores
    citoplasmáticos o por influencias diferenciales del medio.
    Los denominados Factores de Transcripción (FT)
    proteínas
    que interactúan con el ADN presente en
    los cromosomas de
    la
    célula- regulan las divisiones asimétricas de
    las células progenitoras. Cada linaje es controlado por
    una combinación única de FT.

    Se sabe que existe una compleja interrelación de
    señales
    entre las células progenitoras, sus hijas en
    diferenciación, células vecinas y el nicho o
    microambiente en el que se encuentran.(1)

    2.2. CUÁLES SON LOS MECANISMOS INVOLUCRADOS EN
    LA PLURIPOTENCIALIDAD?

    Como ya se ha dicho, la existencia de Células
    Madre Adultas o Stem Cell
    en diferentes tejidos,
    hematopoyético, neuronal, epidérmico,
    gastrointestinal, músculo esquelético,
    músculo cardíaco, hígado, páncreas o
    pulmón, no admite controversia, y actualmente se cuenta
    con la evidencia de que éstas células no solo
    pueden generar células maduras de dicho tejido al que
    pertenecen sino también tejidos derivados de otras capas
    embrionarias, cuyo caso mas típico es el de las células
    Madre Hematopoyéticas capaces de diferenciarse en
    tejidos como hepatocitos, músculo cardíaco,
    endotelio, o en tejidos derivados de las tres capas embrionarias.
    Este fenómeno es llamado Versatilidad o Capacidad
    de
    Transdiferenciación de las células
    madre adultas. Pero cuando son trasplantadas células madre
    adultas, los mecanismos involucrados (figura 4) en la
    diferenciación de estas células no son tan claros,
    existiendo actualmente cuatro hipótesis (7-10):

    1. La mayor parte de los estudios publicados hasta el
      momento, a excepción del trabajo de
      Verfaillie, no han sido capaces de demostrar a nivel Clonal
      (una célula que de origen a dos poblaciones de
      células diferentes) la pluripotencialidad, lo que
      podría hablar de una heterogeneidad de la población celular estudiada, cada una con
      una potencialidad diferente;
    2. Procesos de Fusión
      entre las células madre trasplantadas y las
      células residentes, lo que suele acompañarse de
      la formación de células con
      características de ambas poblaciones, y generalmente con
      doble dotación cromosómica;
    3. Desdiferenciación de las células madre
      en células de distinta estirpe
    4. Persistencia en el organismo adulto de células
      madre indiferenciadas remanentes de tejido embrionario con
      capacidad pluripotencial.

    3.
    REGENERACIÓN MIOCARDICA

    3.1. CONCEPTOS GENERALES

    La posibilidad de inducir el desarrollo de
    cardiomiocitos en el corazón
    adulto se ha considerado una estrategia
    prometedora en el tratamiento de enfermedades como la
    insuficiencia cardiaca, la hipertrofia o la cardiopatía
    isquémica (3).

    El concepto
    clásico que se ha mantenido a lo largo de muchos
    años sobre la incapacidad del corazón adulto para
    renovar sus células debe ser revisado a la vista de los
    resultados que se están obteniendo en diferentes modelos
    experimentales (24).

    Los cardiomiocitos se generan a partir de un precursor
    celular que se divide y da lugar a grupos de
    células del mismo tipo. Durante la vida fetal, esta s
    células empiezan a diferenciarse y aparecen en su
    citoplasma las miofibrillas contráctiles. Estos
    cardiomiocitos fetales contráctiles conservan
    todavía la capacidad de dividirse a pesar de encontrarse
    en un estado
    diferenciado y, en el caso de los seres humanos, esta capacidad
    se mantiene hasta los 3 – 4 meses de vida postnatal. Se
    supone que a los pocos meses del nacimiento ya poseemos el
    número máximo de miocitos cardiacos que podemos
    llegar a tener, y que a partir de este momento las células
    que se pierdan ya no van a poder ser
    reemplazadas, lo que conduce a una disminución progresiva
    de su número hasta la muerte.
    Éste es el modelo de
    crecimiento que se ha considerado válido para las
    células musculares cardíacas y para las neuronas
    del sistema nervioso
    central. Este concepto del corazón como órgano
    no regenerativo está basado en observaciones superficiales
    y no esta de acuerdo con los datos
    recientemente obtenidos en animales
    experimentales y en humanos, los que demuestran que el
    corazón es un órgano en regeneración
    continua (2), que aumenta la producción de nuevas células
    musculares en respuesta a diferentes estímulos
    fisiológicos y patológicos.

    Desde hace varios años se piensa que existe una
    débil capacidad de proliferación de los miocitos en
    el corazón postnatal. Los cardiomiocitos en mitosis
    representan aproximadamente 14 x 106 células en
    el corazón normal, que se multiplican por 10 en el caso de
    un infarto agudo
    de miocardio. Se ha calculado que en el ventrículo
    izquierdo de un hombre de 45
    años hay aproximadamente 5,5 x 109 miocitos
    cardiacos con un índice mitótico de 14 x
    106 células; esto significa que 81.000
    células están en mitosis en un momento dado. Las
    mitosis duran aproximadamente entre media y una hora y anualmente
    se producen un número importante de nuevos cardiomiocitos.
    Esta situación implica que de por sí el infarto
    agudo de miocardio trae aparejada una proliferación de
    miocitos en el área circundante.

    Cuando el miocardio requiere un aumento en su capacidad
    contráctil puede satisfacer esta demanda
    incrementando el número de sarcómeros en las
    células existentes (hipertrofia), produciendo nuevos
    cardiomiocitos (hiperplasia) o una combinación de ambos.
    Los estímulos para que se produzca un crecimiento celular
    en forma hipertrófica o hiperplásica están
    muy relacionados.

    La hipertrofia es un aumento del tamaño celular y
    es responsable de la mayor parte del crecimiento normal del
    corazón durante el desarrollo del individuo. El
    estímulo que provoca este crecimiento hipertrófico
    es el aumento de la tensión de la membrana celular, es
    decir, el estiramiento mecánico de su pared (que puede
    tener lugar durante el ejercicio o en respuesta a una hipertensión arterial leve) lo que, a su
    vez, desencadena una serie de respuestas bioquímicas:
    expresión de una batería de genes capaces de
    responder muy rápidamente, los protooncogenes, que
    estimulan la transcripción de genes de la
    contracción. Todo este proceso conduce al crecimiento
    celular y a la hipertrofia cardiaca. Si el estímulo
    mecánico sobre la pared celular se incrementa aún
    más, la contractilidad disminuye y se produce una
    alteración del metabolismo
    del calcio, que acaba por inducir la muerte
    celular.

    La conexión bioquímica
    para trasladar el mensaje desde la membrana al núcleo
    celular la efectúa la angiotensina, ésta a su vez
    induce la expresión de una batería de
    protooncogenes.

    La estimulación del receptor de la angiotensina,
    tanto el de tipo I como del tipo II, induce un aumento del calcio
    citoplasmático que, a su vez, produce la activación
    de una molécula denominada calcineurina, ésta
    desfosforila una factor citoplasmático de
    transcripción llamado NF-AT (factor nuclear de linfocitos
    T activados) y éste factor desfosforilado se transloca al
    núcleo y facilita la transcripción de los genes
    involucrados en la respuesta hipertrófica.

    El calcio citoplasmático es el mensajero que
    actúa como intermediario entre la angiotensina y la
    calcineurina. El calcio es una molécula clave en el
    tráfico de señales intracelulares y su incremento
    puede poner en marcha numerosas cadenas metabólicas, entre
    ellas la activación de la apoptosis (mediante la inducción de la expresión del gen de
    la proteína p53). Este gen representa un punto de
    convergencia de muchos estímulos proapoptóticos y
    su función
    consiste en proteger a la célula contra la
    neoplasia.

    En el proceso de desarrollo fisiológico del
    corazón, desde el momento del nacimiento hasta que se
    alcanza la edad adulta, existe un equilibrio
    entre los estímulos que promueven el crecimiento en
    tamaño de los miocitos y los que pueden conducir a la
    muerte celular programada y la necrosis. Diversos estudios
    refuerzan este concepto, y el hecho de que determinados procesos
    patológicos puedan provocar la muerte de miocitos y otras
    células cardiacas de forma tan importante pone en
    cuestión el concepto de que el miocardio no presenta
    recambio celular, y de que las células que existen poco
    después de nacer son las que se mantendrán a lo
    largo de la vida del individuo. Los datos que se han obtenido
    usando modelos animales sobre la tasa de muerte celular y el
    número total de células que configuran la masa
    ventricular apoyan la hipótesis de un
    recambio activo entre los miocitos cardíacos.

    Estos datos son incompatibles con el concepto
    clásico que se ha mantenido hasta nuestros días
    sobre el bloqueo del ciclo celular en miocitos del
    corazón adulto.

    El responsable del bloqueo del ciclo celular es un
    antioncogén conocido como la proteína del
    retinoblastoma, cuando esta molécula interacciona
    con los factores de transcripción específicos que
    encajan en su estructura el
    ciclo celular se detiene.

    Por el contrario, cuando la proteína del
    retinoblastoma está inactivada porque la hendidura que
    interacciona con los factores de transcripción no puede
    utilizarse porque esta fosforilada, se sigue produciendo
    división celular.

    En modelos animales, el análisis de las proteínas que se
    expresan en el desarrollo fetal ha revelado que no se detecta la
    proteína del retinoblastoma y que, en su lugar, se expresa
    la proteína p107, implicada de manera directa en la
    diferenciación celular. Es decir, que durante la vida
    fetal el corazón tiene miocitos capaces de diferenciarse
    gracias a la presencia de la p107, que es muy abundante en esta
    etapa, pero son células que no tienen todavía
    bloqueado su ciclo celular por la ausencia de la proteína
    del retinoblastoma. La hipótesis es que en el
    corazón adulto persiste un número residual de
    células que mantiene estas características fetales
    en su patrón de expresión proteica. Esta idea se
    halla documentada experimentalmente, y los resultados han
    demostrado, una vez más, que los miocitos cardiacos
    adultos se reproducen y que su tasa de división celular es
    mayor cuanto más viejo es el animal. Resultados demuestran
    que en el plazo de 4 – 6 meses se reemplazan
    aproximadamente una tercera parte de las células
    cardíacas, lo que significa que en 2 – 3 años
    se regenera el órgano completo.

    3.2. INDUCCION DEL DESARROLLO DE
    CARDIOMIOCITOS

    La regeneración miocárdica como
    alternativa al trasplante es una idea que se desarrolló a
    partir de un trabajo pionero del grupo de Cossu (18). En este
    trabajo se utilizaron ratones a los que se había eliminado
    por completo las células de la médula ósea
    por irradiación, en su lugar se trasplantaron
    células enzimáticamente marcadas procedentes de la
    médula ósea de ratones transgénicos. De
    manera sorprendente, estos animales trasplantados presentaron
    fibras musculares esqueléticas que procedían del
    animal donador. Este hallazgo histológico se produjo en
    todos los músculos esqueléticos del animal
    receptor.

    A partir de estas observaciones distintos grupos de
    investigación han introducido las
    células madre de raton en animales consanguíneos
    que han sufrido un infarto de miocardio (figura 3). Los
    resultados obtenidos en los cortes histológicos demuestran
    que en la zona de miocardio infartado puede regenerarse a partir
    de éstas células madre. Cuando las células
    se introducen en el borde de la zona de necrosis es posible
    obtener un crecimiento en continuidad con el tejido normal que
    reemplaza la zona necrótica en el plazo de 2 semanas.
    Además, no solo regeneran los cardiomiocitos, sino
    también las células endoteliales y las
    células musculares lisas. Estos animales presentaron una
    mejoría significativa de su función
    ventricular.

    De la misma manera, se cuenta con la evidencia que en
    los seres humanos los cardiomiocitos se dividen luego de un
    infarto de miocardio. Todos los resultados indican que le
    corazón adulto tiene una subpoblación de miocitos
    que no han terminado su diferenciación; esos miocitos
    sufren división mitótica nuclear luego de un
    infarto. El número de miocitos en mitosis es
    significativamente mayor en la zona lindante al infarto que en el
    miocardio distante a él.

    En animales en los que se les provoca enfermedad
    coronaria, se demostró el incremento de la
    replicación del DNA y el aumento de la actividad
    mitótica miocítica, esta respuesta tiene un pico a
    los 7 – 14 días luego de la oclusión
    coronaria para decrecer posteriormente. Fenómeno similar
    ocurre en seres humanos, sugiriéndose que en la
    insuficiencia cardiaca crónica se afecta progresivamente
    la actividad mitótica cuando la causa es el infarto de
    miocardio.(3)

    Esta proliferación celular puede originarse desde
    cardiomiocitos residentes o desde Stem cells circulantes, luego
    del infarto.

    4. CARDIOMIOPLASTIA
    CELULAR

    4.1. CONCEPTOS GENERALES

    En contraste con otras enfermedades
    cardiovasculares, la mortalidad y la morbilidad de la
    Insuficiencia cardiaca congestiva no han descendido, a pesar de
    los importantes progresos en los tratamientos
    farmacológicos.

    El objetivo del
    tratamiento médico durante un infarto agudo de miocardio
    es establecer la reperfusión y salvar la mayor cantidad
    posible de miocardio, si ésta no es realizada
    rápidamente, la Disfunción ventricular izquierda,
    diastólica y luego sistólica, el remodelado
    ventricular y finalmente la Insuficiencia cardiaca congestiva son
    las consecuencias de la muerte de los cardiomiocitos, con
    elevación de las presiones de llenado ventricular que
    incrementan el estrés
    parietal, y la consecuente liberación al medio de
    neurohormonas y mediadores deletéreos.

    Luego del infarto agudo de miocardio, el remodelado
    ventricular es en parte determinado por la
    neovascularización, al incremento de la apoptosis,
    especialmente en el borde de la zona infartada, y la hipertrofia
    de los cardiomiocitos marginales al infarto, éstos son
    parte de los mecanismos adaptativos que tratan de compensar la
    muerte de miocardio.

    Aunque células derivadas de
    cardiomiocitos residuales y células madre circulantes
    pueden tener la capacidad de regenerar parte del miocardio (2),
    su habilidad para minimizar los efectos deletéreos del
    remodelado ventricular y recuperar función cardiaca son
    limitadas. Por lo tanto, el próximo paso lógico
    sería repoblar la escara necrótica
    miocárdica con células Progenitoras o Stem Cell
    (10) con la finalidad de regenerar cardiomiocitos y revertir el
    remodelado ventricular, reestableciendo la contractilidad
    regional miocárdica.

    Actualmente existen tres áreas de
    investigación en este campo:

    1. La utilización de mioblastos de músculo
      esquelético, obtenidos mediante biopsia de tejido de
      cuádriceps crural o bíceps braquial. Luego de
      separadas las células por medios
      físicos y químicos, son cultivadas con nutrientes
      y estimuladores para lograr, al cabo de 7 a 30 días, una
      cantidad suficiente para ser inoculadas.
    2. La utilización de células madre de
      médula ósea (stem cells de la literatura
      inglesa).
    3. El uso de factores quimiotácticos y
      estimulantes para el crecimiento de células madre (stem
      cell factor).

    Estudios recientes han demostrado que el trasplante de
    células cultivadas en el miocardio no viable ofrece una
    nueva posibilidad de restauración de la disfunción
    cardiaca, ya que se demostró que las células
    implantadas sobreviven y proliferan dentro del corazón
    nativo.

    Una de las cuestiones pendientes es qué tipo de
    células o qué combinación celular
    serían apropiadas para la regeneración
    miocárdica (7-8-10).

    Tomando en cuenta situaciones no resueltas que incluyen
    disponibilidad, problemas
    inmunológicos derivados de su aplicación
    clínica, potencialidad en la génesis tumoral de las
    células producidas comercialmente por laboratorios de
    biología
    celular, y cuestiones éticas inherentes a su
    utilización, las células mas empleadas en los
    Cardioimplantes son:

    • Células Musculares Esqueléticas, son
      capaces de regenerarse después de una injuria debido a
      la presencia de células satélites (mioblastos). Este tipo celular
      es muy resistente a la isquemia, se multiplican después
      de la injuria y presentan un alto poder para mitosis
      múltiples. En su diferenciación terminal, los
      mioblastos de músculo esquelético forman miotubos
      multinucleados (proceso éste de Fusión) crucial
      para el desarrollo de músculo esquelético y, en
      el adulto, para la hipertrofia y el reparo
      muscular.
    • Células de la Medula Ósea. Hay cuatro
      líneas celulares que pueden aislarse de la medula
      ósea:
    1. Células madre Hematopoyéticas
      (HSC)
    2. Células madre Mesenquimáticas
      (MSC)
    3. Células Progenitoras Adultas Multipotentes
      (MAPC)
    4. Células Progenitoras
      Endoteliales

    A su vez, las MSC (también llamadas
    Células del estroma de la medula Ósea) son capaces
    de dar múltiples líneas celulares.

    • Células Madre en sangre
      Periférica, son similares a las obtenidas por
      aspiración de la Medula Ósea, éstas
      células autólogas mononucleares pueden
      movilizarse previamente por la
      administración de citoquinas en forma de Factores
      estimulantes de crecimiento (Ej., G-CSF o Granulocyte Colony-
      Stimulating Factor), y por Estatinas.
    • Células Endoteliales Vasculares, pueden
      recogerse de arterias o venas autólogas con el fin de
      ser utilizadas para producir Angiogénesis y
      Neovascularización. Esta posibilidad tiene la
      ventaja de iniciar y promover angiogénesis, y producen
      un extenso plexo capilar, pero no pueden promover la
      formación de vasos suficiente para regenerar el
      miocardio isquémico. La asociación de terapia
      celular miogénica y angiogénica podría ser
      beneficiosa, ya que la prevascularización de escaras
      miocárdicas indudablemente debe mejorar las condiciones
      locales para la sobrevida de las células implantadas
      (Precondicionamiento).

    El 50% de los casos practicados en el mundo responden al
    empleo de
    Células Madre de la Medula Ósea y el otro 50% al de
    Mioblastos. Existen, sin embargo, diferencias cualitativas entre
    miogénesis y angiogénesis; según el Dr. Juan
    Carlos Chachques, uno de los precursores de la Terapia Celular,
    del Hospital George Pompidou, de París, los mioblastos
    regeneran el miocardio y reemplazan una cicatriz, que se
    convierte en tejido viviente de tipo muscular. "La vía de
    la miogénesis mejora la elasticidad de la
    pared del ventrículo, disminuye la fibrosis y el
    tamaño del infarto". Por su parte, las células
    madre se diferencian en Angioblastos que producen neovasos,
    "estos vasos ayudan a mejorar la zona intermedia entre el infarto
    el área sana". Considera que la combinación de la
    miogénesis y la angiogénesis será el camino
    por el que avanzará la Terapia celular del
    miocardio.

    El máximo beneficio del transplante celular
    sería en un corto período luego del infarto de
    miocardio, pues, existen mecanismos endógenos de
    reparación, en los que la inflamación y la hipoxia tisular estimulan
    la liberación de mediadores (Figura 5) :

    • Granulocyte colony – stimulating factor, que
      movilizan a las células Madre desde la medula
      ósea a la circulación;
    • Stem cell factor, que al igual que el anterior
      movilizan a las células Madre desde la medula
      ósea a la circulación;
    • Vascular endothelial growth factor (VEGF), estimula
      la formación de neovasos, signo local crucial para el
      reclutamiento de células progenitoras
      desde la circulación, asistiendo a los mecanismos de
      reparación miocárdicos;
    • Stromal cell – derived factor – 1, (SDF-1), que
      también reclutan células progenitoras para
      asistir a los mecanismos de reparación
      miocárdicos.

    Éstos mediadores, junto al incremento en la
    permeabilidad vascular y a la expresión de
    moléculas de adhesión locales, facilitarían
    el anclaje de las células transplantadas.

    4.2. SELECCION DEL PACIENTE PARA EL IMPLANTE
    CELULAR

    La indicación para el implante celular (tanto de
    mioblastos como de stem cells) recae en pacientes con:

    • Disfunción sistólica del VI con una Fey
      ≤ 40%, analizada por ecocardiografía y
      ventriculografía radioisotópica
    • Cardiopatía isquémica, con antecedentes
      de infarto de miocardio (tanto del ventrículo izquierdo
      como del derecho), presencia de escaras aquinéticas y
      disquinéticas, no viables, demostradas por diferentes
      métodos.
      Estas escaras no deben tener posibilidades de
      revascularización.
    • Indicación concomitante de cirugía
      coronaria en área remota (diferente del área
      trasplantada) con evidencias de viabilidad e isquemia y
      anatomía
      coronaria NO pasible de angioplastía
      percutánea.
    • Clase funcional II – III (NYHA)
    • Espesor de la pared ventricular > 5 mm
    • En cardiomiopatía dilatada de origen no
      isquémico que son causas de insuficiencia cardiaca. La
      cardiomioplastia celular puede mejorar la función
      cardiaca, y las células implantadas poseen una mayor
      sobrevida en el miocardio receptor, porque la irrigación
      miocárdica en esta patología no está
      significativamente deteriorada.

    La inyección celular precoz, luego del infarto
    puede beneficiar la formación de una escara fibrotica
    amplia, sin embargo parece ser razonable realizar el implante
    luego de que la reacción inflamatoria se halle en
    retroceso.

    4.3. QUÉ PACIENTES QUEDAN
    EXCLUIDOS?

    a. Los pacientes con enfermedades musculares
    esqueléticas deben ser excluidos del implante de
    mioblastos

    b. Pacientes con historia de taquicardia
    ventricular o fibrilación ventricular, así como
    aquellos que tienen un cardiodesfibrilador implantado, o son
    candidatos a su colocación deben evaluarse cuidadosamente
    ya que el implante de células conlleva el riesgo de inducir
    arritmias como potencial complicación

    c. Infarto agudo de miocardio < 4 semanas

    d. Deben excluirse pacientes que cursen enfermedad
    infecciosa activa, pruebas de
    enfermedad viral (+), como Ej., HIV, HVB, HVC

    e. Enfermedades graves neoplásicas

    f. Mujeres embarazadas

    4.4. EL TRASPLANTE CELULAR DE MIOBLASTOS
    ESQUELETICOS

    La mejoría de la función miocárdica
    observada experimentalmente en ratones, llevó al grupo
    francés dirigido por Philipe Menasché a iniciar su
    experiencia clínica en seres humanos (5), así el
    15/6/2000 realizaron el primer implante celular en un hombre de
    72 años en insuficiencia
    cardíaca postinfarto alejado. El implante se
    realizó al mismo tiempo que la
    cirugía de revascularización de miocardio en
    áreas alejadas, logrando la activación
    contráctil y metabólica, con mejora de la Fey y de
    la clase
    funcional.

    Se cumplen desde entonces, en todo el mundo, estudios en
    fase I con resultados muy alentadores. Basado en estos estudios,
    a fines del 2002 se inició un Estudio multicéntrico
    randomizado en Fase II (MAGIC, Myoblast Autologous Grafting in
    Ischemic Cardiomyopaty) que aportará conclusiones muy
    importantes.

    4.4.1. METODOLOGÍA DEL IMPLANTE DE MIOBLASTOS
    ESQUELÉTICOS (9)

    4.4.1.1. BIOPSIA MUSCULAR

    Para el procedimiento de
    cultivo se extraen 600 ml de suero autologo, la ½ antes de
    efectuar la biopsia.

    Se obtiene una muestra para
    biopsia de 10 a 15 gramos de músculo esquelético
    del muslo (músculo vasto lateral) bajo anestesia local. Se
    fragmenta la muestra y se traslada en medio de
    preservación al laboratorio de Cultivo, para
    análisis histológico de la muestra.

    Los mioblastos provienen del músculo
    esquelético y se denominan también
    Células Satélites, son de fácil
    multiplicación y las más estudiadas. Ubicadas en la
    membrana basal en carácter latente, hasta que un
    estímulo hace disparar su replicación. Estos se
    hallan en línea celular que se extiende desde la
    célula mesodérmica indiferenciada hasta las
    células diferenciadas cardiacas, esqueléticas y de
    músculo liso. Son células resistentes a la
    isquemia, lo que permite su crecimiento y multiplicación
    en un medio óptimo de nutrición.

    4.4.1.2. PROCESO DE CULTIVO

    Decontaminación de la muestra con concentraciones
    crecientes de antibióticos,

    separación de tejidos aledaños,

    digestión enzimática del macerado con
    enzimas
    (colagenasa, tripsina),

    filtración y centrifugación,

    resuspensión del remanente en medio de
    crecimiento con 10 – 20% de suero
    autólogo,

    sembrado e incubación a 37ºC en
    cámaras húmedas con 5% de
    CO2,

    expansiones necesarias hasta llegar a 200 millones de
    células,

    tiempo de cultivo de 3 a 4 semanas.

    El día del implante se recolectan mioblastos y se
    resuspenden en una solución de ClNa y Albúmina
    recombinante al 0,5%.

    Ensayos microbiológicos e identificación
    cualitativa y cuantitativa de mioblastos,

    y su traslado a una temperatura de
    4ºC.

    Los cultivos celulares en suero autologo, evitan la
    fijación de proteínas animales en la superficie
    celular (que ocurría cuando se utilizaba suero bovino) y
    que actuaba como antígeno produciendo efectos adversos
    (fibrosis, circuitos de
    reentrada, arritmias graves), además se evita el riesgo de
    la
    contaminación con priones, virus y zoonosis.

    4.4.1.3. VIAS DE ABORDAJE PARA EL IMPLANTE DE
    MIOBLASTOS

    La mortalidad celular que sigue a un implante, parece
    ser muy importante cuando se colocan en el centro de una escara
    altamente fibrotica (baja disponibilidad de nutrientes y oxígeno).

    El implante se realiza en las áreas
    periféricas de las escaras (zonas intermedias entre tejido
    normal y fibrótico).

    La impregnación con amiodarona tres semanas antes
    del implante previene la aparición de
    arritmias.

    La corticoterapia perioperatoria se utiliza para
    controlar un proceso inflamatorio excesivo.

    Las siguientes son las técnicas
    aplicadas para el implante (figura 6):

    • INTRAMIOCARDICO, sea por vía EPICARDICA
      (quirúrgico durante la cirugía de
      revascularización, o por
      toracoscopía);

    ENDOVENTRICULAR, por cateterismo, utilizando como
    guía del procedimiento el Mapeo ventricular
    electromecánico 3D (Catéter Percutáneo
    NOGA System), o la Fluoroscopia biplana y guía
    ultrasónica.

    • INTRAVASCULAR, que puede ser
      INTRACORONARIA,

    INTRAVENOSA CORONARIA,

    INTRAVENOSA SISTÉMICA.

    4.4.1.4. SEGUIMIENTO

    Los estudios realizados para comparar la motilidad
    regional entre el preoperatorio y el postoperatorio se realizan
    con Ecocardiografía Colorkinesis a los 90 días del
    implante, y con un seguimiento promedio de 9 ±
    meses.

    Se utilizan también la Ventriculografía
    radioisotópica y la Resonancia Magnética
    Nuclear.

    4.4.1.5. RESULTADOS

    Los estudios ecocardiográficos demostraron una
    mejoría en el índice de motilidad parietal, una
    reducción significativa del tamaño de la escara del
    infarto, mayor engrosamiento sistólico de los segmentos
    implantados.

    La Ventriculografía radioisotópica ha
    demostrado un incremento en la fracción de eyección
    del ventrículo izquierdo.

    Las pruebas de viabilidad del miocardio demostraron
    áreas nodulares de regeneración.

    Los pacientes lograron una mejoría de la clase
    funcional (NYHA).

    4.4.1.6. MECANISMOS DE ACCIÓN

    Varios factores, en forma directa o indirecta,
    contribuyen a lograr beneficios estructurales y funcionales. El
    implante de mioblastos incrementa la elasticidad regional y
    modifica la matriz celular
    con la finalidad de prevenir el remodelado ventricular,
    contribuyendo a evitar el adelgazamiento de la escara y la
    debilitación del ventrículo. Reducción del
    tamaño y fibrosis de las escaras.

    No se ha dilucidado aun el mecanismo que demuestre la
    transmisión y propagación de los impulsos
    eléctricos desde el corazón nativo a las
    células implantadas, considerando al estímulo
    mecánico de los cardiomiocitos circundantes el responsable
    para producir la contracción.

    4.5. TRANSPLANTE
    DE STEM CELLS DE LA MEDULA ÓSEA y
    CIRCULANTES

    Entre los numerosos trabajos experimentales que avalan
    su uso, cabe mencionar el de Orlic y Anversa (6), quienes
    implantaron células madre de la médula ósea
    que expresaba una proteína verde fluorescente que
    permitía la identificación de sus progenies en
    animales con infarto experimental. A los 9 días, los
    autores observaron que el 68% del área miocárdica
    afectada estaba ocupada por células con
    características de cardiomiocitos, células
    musculares lisas y células endoteliales, con una
    mejoría concomitante de la función cardiaca.
    Así demostraron que las células de la médula
    ósea pueden generar miocardio de novo y reducir el
    remodelado postinfarto.

    La mayoría de los datos con que se cuenta acerca
    del Transplante de Stem Cells en el infarto de miocardio surgen
    de estudios preclínicos en animales, actualmente se
    encuentran en marcha estudios clínicos randomizados,
    particularmente, en nuestro país, el grupo del Dr.
    Trainini JC, lleva adelante el implante de Mioblastos
    esqueléticos y el transplante de Stem Cells de la
    médula ósea (cresta ilíaca).

    El implante de células de la médula
    ósea movilizadas (células CD 133+),
    protocolo basado
    en la utilización de una subpoblación de
    células de la médula ósea, las CD 133+, son
    progenitoras presentes en pequeño porcentaje en la
    médula humana, y con una tendencia a diferenciarse en
    verdaderos hemangioblastos y células
    musculares.

    Las células que expresan el antígeno de
    superficie AC 133 son ricas en progenitores de angioblastos y
    pueden ser aisladas por biopsia de la médula ósea o
    movilizadas de la sangre periférica con G-CSF (factor
    estimulante de colonias de granulocitos).

    El modo de implante de las Stem Cells es similar al de
    los mioblastos esqueléticos, con una mayor tendencia a la
    vía Intracoronaria luego de su
    angioplastía.

    El seguimiento de los pacientes implantados es similar
    también a los del grupo de mioblastos.

    Los resultados obtenidos parecen ser mucho mas
    alentadores debido a que no solos se diferencian en
    cardiomiocitos, sino que también producen
    neovascularización.

    Se llevan a cabo estudios no solo con el implante de
    stem cells en el postinfarto alejado, sino en el Infarto agudo de
    miocardio, en el que se realiza una angioplastía primaria,
    con la infusión intracoronaria (a los 4 – 8
    días de la APTC) de células progenitoras
    circulantes y de stem cells de la médula
    ósea.

    Así tenemos que, después de un año
    de estudio del TOPCARE – AMI (Transplantation of Progenitor
    Cells and Regeneration Enhancement in Acute Myocardial
    Infarction) demostró el aumento de la regeneración
    e incremento de la función miocardica en pacientes que
    habían sufrido un infarto agudo de miocardio. Estos
    resultados fueron publicados en el Journal of the American
    College of Cardiology (septiembre del 2004).

    El TOPCARE – AMI (15) investigó la seguridad,
    factibilidad y
    efectos potenciales en los parámetros de función
    miocárdica tras la infusión intracoronaria de
    Células Progenitoras Circulantes (CPC) ó
    Células Progenitoras derivadas de la Médula
    Ósea (BMC), en pacientes con infarto agudo de miocardio.
    Un total de 59 pacientes fueron randomizados, asignados a recibir
    CPC o BMC en la arteria coronaria responsable del infarto,
    después de 4,9 ± 1,5 días de
    sufrido.

    La aplicación intracoronaria de las
    Células Progenitoras o Stem Cells no incurrió en
    nuevo daño miocárdico, pero un paciente
    experimentó embolia distal luego de la terapia
    celular.

    Durante la fase hospitalaria, un paciente de cada grupo
    desarrolló infarto de miocardio, y uno de ellos
    falleció por Shock cardiogénico. No aparecieron
    nuevos eventos
    cardiovasculares, incluyendo arritmia ventricular o
    síncope.

    Por Ventriculografía a los 4 meses, se vio un
    incremento significativo en la Fracción de
    Eyección, y una significativa reducción en el
    Volumen de Fin de sístole, sin diferencias entre los dos
    grupos.

    Por Resonancia Magnética Nuclear con contraste,
    luego de un año del implante, se evidenció un
    incremento en la Fracción de Eyección,
    reducción del tamaño del infarto y ausencia de
    hipertrofia reactiva (remodelado), sugiriendo la
    regeneración funcional del ventrículo
    infartado.

    La infusión de células progenitoras (BMC o
    CPC) es segura y factible en pacientes luego de un infarto de
    miocardio, luego de realizárseles una Angioplastía
    transcutánea con implante de Stent.

    Se esperan los resultados de grandes estudios
    randomizados doble ciego sobre la seguridad del implante de
    células y de los efectos sobre el remodelado
    ventricular.

    Otro estudio recientemente finalizado, el BOOST
    (transferencia Intracoronaria de Células Progenitoras de
    la Médula Ósea luego del Infarto Agudo de
    Miocardio), estudio clínico controlado randomizado (14),
    en el que tomaron pacientes con síndrome coronario Agudo
    con elevación del ST a los que se le efectuaron
    Angioplastía Transcutánea (78 pacientes), se
    randomizaron 60 de ellos y fueron asignados unos a Grupo Control (n=30)
    quienes recibieron tratamiento óptimo postinfarto, y otros
    al Grupo de Implante Celular (n=30) quienes también
    recibieron óptimo tratamiento médico y
    transferencia de células autólogas Progenitoras de
    la Médula Ósea a los 4 – 8 días luego
    de la intervención percutánea coronaria. El volumen
    aspirado de las médula ósea fue promedio de 128 ml
    tomado de la Cresta Iliaca posterior. Durante la
    preparación de las células de la médula
    ósea, el proceso de sedimentación reduce el volumen
    de células de la médula a una media de 26 ml,
    recuperando un 75% de células nucleadas desde el aspirado
    inicial. La preparación final de células de la
    médula ósea contiene 24,6 x 108
    células nucleadas (viabilidad del 99%), 9,5 x
    106 células CD33+, y 3,6 x 106
    células formadoras de colonias Hematopoyéticas. El
    conteo celular final de la preparación fue de 182 x
    106 por ml.

    El punto final primario fue comparar la Fracción
    de Eyección del VI (FEy Vi) inicial y el medido a los 6
    meses, determinado por Resonancia Magnética Nuclear, cuyo
    análisis de imágenes
    fue realizado por dos

    investigadores que desconocían el tratamiento
    asignado. La FEy Vi inicial o basal, determinada a los 3 –
    5 días después de la Angioplastía, fue del
    51,3% en el Grupo control, y de 50,0% en el otro grupo;
    después de 6 meses la media de FEy Vi hallada fue
    incrementada en 0,7% en el grupo control, contra un incremento
    del 6,7% en el grupo de Implante celular.

    Concluyendo que la transferencia de Células
    progenitoras de la Médula Ósea incrementa la FEy VI
    , especialmente en los segmentos adyacentes al área
    infartada; no incrementa el rango de efectos clínicos
    adversos, ni tiene incidencia en la estenosis del stent, ni
    efectos proarrítmicos. Concluyendo que el implante de
    Células progenitoras de la médula ósea
    promueve un incremento de la función sistólica del
    ventrículo izquierdo en pacientes post Infarto de
    Miocardio.

    En un pequeño estudio multicéntrico
    prospectivo de 14 pacientes realizado en nuestro país
    (17), en los que se administró aspirado de médula
    ósea autóloga no fraccionada por vía del
    seno coronario en pacientes con angina crónica estable,
    demostró mejoría en un 38% en calidad de
    vida, a los 180 días mejoro el grado de angina, en
    13/14 pacientes mejoró, a los 90 días, la
    perfusión miocárdica. La angiografía
    coronaria mostró mayor circulación colateral en
    9/14 pacientes.

    5. ANGIOGENESIS
    TERAPÉUTICA MIOCÁRDICA

    Se puede definir la angiogénesis como la
    formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de
    vasos preexistentes, así en esencia, difiere de la
    vasculogénesis el cual es un fenómeno
    embriogénico en donde, nuevos vasos sanguíneos se
    forman de novo a partir de islotes sanguíneos
    compuestos de stem cells.

    La angiogénesis requiere de una serie procesada
    de eventos que incluye: la migración
    y proliferación de células endoteliales dentro y
    fuera de la microvasculatura original, el rompimiento de
    membranas basales, y finalmente la expresión controlada de
    enzimas proteolíticas que pueden degradar matriz
    extracelular, reensamblar nueva matriz extracelular, y formar
    tubos endoteliales.

    El proceso normal de angiogénesis incluye
    moléculas proangiogénicas y
    antiangiogénicas. Dentro de las moléculas
    angiogénicas principales que se conocen en la actualidad
    están: Factor de Crecimiento Fibroblástico (FGF),
    Factor de Crecimiento Endotelial Vascular (VEGF), Factor alfa de
    necrosis tumoral, Factor beta de transformación del
    crecimiento, Factor de crecimiento derivado de plaquetas y la
    angigenina. También es importante señalar, que la
    hipoxia tisular es una de las mayores fuerzas que estimulan la
    angiogénesis.

    Desde principios y
    mediados de los años noventa, se han hecho esfuerzos por
    aumentar la respuesta angiogénica natural,
    aplicándola al tratamiento de la enfermedad arterial
    periférica y la cardiopatía isquémica
    avanzada.

    El objetivo principal, es alterar selectivamente el
    programa
    genético celular vascular. En primer lugar se identifica
    el gen de interés,
    posteriormente se introduce al huésped, el gen se
    transcribe y posteriormente se expresa sintetizando la
    molécula apropiada. En el proceso se utilizan vectores
    virales (retrovirus, adenovirus, y herpesvirus modificados) y no
    virales. Los efectos colaterales de este tip[o de vectores pueden
    representar riesgos para
    el huésped, por lo que esto ha originado otras
    técnicas como la inoculación directa de genes o la
    infusión de las propias substancias o Factores
    Angiogénicos.

    Con base en la experimentación en animales, se ha
    demostrado la utilidad de los
    factores angiogénicos en el miocardio
    isquémico.(16)

    Se ha experimentado hasta el momento varias rutas de
    administración de genes recombinantes o
    factores angiogénicos, a saber, intravenosa e
    intracoronaria, intrapericárdica, inyección
    intramiocárdica y endomiocárdica, utilizando
    técnicas de cateterismo percutáneo. En el momento
    actual se desconoce cuál es la vía más
    efectiva y segura. Con relación a estudios utilizando
    inyección intramiocárdica directa, la primera
    experiencia clínica fue reportada por Schumacher (23),
    quien utilizó factor de crecimiento fibroblástico
    recombinante inyectado directamente en el miocardio de pacientes
    sometidos a revascularización con puente de mamaria; la
    inyección se hizo de manera distal al sitio de la
    anastomosis. Al realizar una angiografía a estos pacientes
    12 semanas después de la cirugía, se observó
    un aumento de la red arterial alrededor del
    sitio de la inyección.

    Más recientemente se diseñó un
    sistema basado en
    técnicas de cateterismo percutáneo y guiado por un
    mapeo endocárdico electromecánico basado en campos
    magnéticos (sistema Biosense), el cual permite la administración de genes, factores
    angiogénicos y células directamente en el
    endocardio, siendo aplicado en un sitio específico y local
    de miocardio isquémico.

    En cuanto a su aplicación clínica, es de
    destacar el estudio VIVA (21) aleatorizado, controlado y doble
    ciego en pacientes sin opción de revascularización.
    A los 120 días, existían diferencias significativas
    en cuanto al grado anginoso en el grupo de mayor dosis respecto
    del control y grupo de menor dosis.

    Baumgartner y col.(19) aplicaron a nivel intramuscular
    un plásmido codificador de VEGF a pacientes con enfermedad
    vascular periférica e indicación de
    amputación. observaron un aumento en los niveles
    plasmáticos de VEGF y una mejoría clínica en
    las úlceras isquémicas y en la necesidad de
    amputación.

    Losordo y col.(20) aplicaron a nivel miocárdico
    mediante inyección intramiocárdica un
    plásmido de DNA codificador de VEGF, en el territorio
    isquémico de cinco pacientes, en los que se observó
    una disminución del grado anginoso.

    El estudio KAT (22) que incluye 103 pacientes a los que
    a continuación de implantarles un Stent coronario se los
    asignaba a terapia génica con adenovirus-VEGF,
    plásmido-VEGF o placebo, mediante infusión
    intracoronaria. A los 6 meses de seguimiento no se objetivaron
    efectos adversos ni reestenosis en los grupos de tratamiento,
    además, el grupo tratado con adenovirus-VEGF
    presentó una mejoría significativa en la
    perfusión miocárdica al compararlo con los otros
    dos grupos.

    La administración de factores angiogénicos
    puede tener riesgos potenciales aún no bien determinados
    en el paciente como son, incremento de actividad tumoral en
    neoplasias ocultas, acelerar retinopatía preexistente,
    complicaciones de lesiones ateroscleróticas, así
    como efectos proaterogénicos.

    Se puede concluir que el uso de genes recombinantes o de
    moléculas angiogénicas que aumentan el flujo
    colateral en las zonas isquémicas, puede representar una
    nueva forma de tratamiento en pacientes con enfermedad
    isquémica avanzada y que no son candidatos a
    cirugía de revascularización coronaria y/o
    angioplastía coronaria.

    6.
    CONCLUSIONES

    Tanto el transplante celular como al
    angiogénesis, han despertado enormes expectativas en el
    mundo científico, como terapéuticas destinadas a
    mejorar la viabilidad miocárdica, limitar el infarto, y
    restaurar la función muscular de una miocardiopatía
    dilatada idiopática.

    Deben concluirse grandes estudios aleatorizados, con
    gran número de pacientes, determinando entre otras
    cosas:

    • Precondicionamiento para la diferenciación de
      las células madre antes del implante
    • Demostración y mejoramiento del acoplamiento
      electromecánico entre las células transplantadas
      y las nativas
    • Optimización en el promedio de las
      células que sobreviven al procedimiento de transplante,
      en el corto y largo plazo
    • Necesidad de repetidas y múltiples implantes
      para recolonizar progresivamente la escara
      miocárdica
    • Momento oportuno para realizar el implante celular en
      la cardiopatía isquémica
    • Asociación de terapéuticas
      angiogénicas con el implante celular
    • Transplante celular combinado con un marcapaseo
      auricular biventricular sincronizado, lo que mejoraría
      la distribución celular, desarrollo de
      miotubos y aumento de las cadenas de miosina
    • Determinar en estudios comparativos a largo plazo,
      con cual de las técnicas analizadas (implante de
      Mioblastos, de Stem cells, angiogénesis, y
      combinación de técnicas) se obtiene los
      resultados mas alentadores.

    Es un gran desafío, muy complejo,
    interdisciplinario, que está en sus comienzos, que
    requiere de análisis muy rigurosos, y que constituyen una
    gran promesa para el tratamiento de las patologías que se
    acompañan de degeneración o necrosis tisular y
    disfunción celular.

    BIBLIOGRAFÍA

    1. Vianello Sergio. Descubriendo las células
      progenitoras. Ciencia Hoy
      2003. Vol 13, N°73:32-36
    2. A.P. Beltrami,.,Konrad Urbanek,, Jan Kajstura,,
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    Dr. Alfredo Spatola

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