- Resumen
- Marco introductorio
contextual - El docente profesional o la
profesión docente - Tendencias en la
formación profesional universitaria - El docente
directivo - El rol del docente
investigador - Propuesta de un plan integral
de formación y desarrollo docente - Referencias y
bibliografía
Dentro de las orientaciones para el mejoramiento de la
calidad en las
instituciones de educación
superior en Venezuela, el
fortalecimiento de la carrera docente constituye un aspecto muy
importante en el rendimiento y competitividad
de estas instituciones en la sociedad
moderna de hoy.
Si bien es cierto que dicho mejoramiento debe partir de
la estabilidad social y remunerativa del docente en todos sus
sentidos, no deja de preocuparnos la poca formación
integral del docente universitario en su ámbito
profesional, directivo e investigativo.
El presente trabajo
reúne algunas consideraciones conceptuales sobre la
formación
docente en instituciones de educación superior y
propone ciertas estrategias
generales para el diseño
de planes normativos en el área.
Palabras claves: Educación profesional.
Educación superior. Estrategias de formación.
Competencias
en formación.
2. Marco
introductorio contextual.
Dentro de los cambios que expresa la educación superior
para el nuevo milenio, la calidad sin duda representa el punto
mediante el cual estas instituciones deben orientar grandes
transformaciones en su quehacer académico.
Para la UNESCO (1998) la calidad de la educación
lleva consigo el mejoramiento en todas las actividades
académicas desde el proceso de
enseñanza aprendizaje,
pasando por la dotación y tecnologías, hasta el
desarrollo docente en todas sus esferas.
Para ello, las instituciones de educación
superior deben diseñar una política de
formación y desarrollo permanente de sus profesores a fin
de actualizar y mejorar sus competencias, estimulando la innovación continua en todo el sistema
pedagógico.
Esta necesidad obedece a partir del rol transformador de
la educación superior en las sociedades
post industriales en el contexto de la sociedad del conocimiento.
La sociedad del conocimiento es un sistema
económico y social donde el
conocimiento y la información constituyen fuentes
fundamentales de bienestar y progreso. (UNESCO 2003)
Bajo esta noción, el carácter sustantivo del desarrollo
científico-tecnológico para el avance social,
orienta toda intención para la construcción de políticas
científica-tecnológicas fomentadoras de la ciencia, de
la investigación, de la innovación y la
transferencia tecnológica. (Royero, 2003)
Esta intención de desarrollo
social, enmarca un papel fundamental de la
investigación en los centros universitarios por medio de
una redefinición del docente como eje central de esta
misión,
a partir de sus tres roles característicos en la dinámica universitaria: El docente
profesional, el docente directivo y el docente
investigador.
3.
El docente profesional o la profesión
docente.
Dentro de la concepción de la profesión
docente, la categoría profesión ha sido estudiada
por varios autores que interpretan lo complejo del concepto
(Veáse Barrón, 1996, Menghiní, 2000,
Freidson, 2001 y Fernández, 2001)
Barrón, Rojas y Sandoval (1996) la clasifican a
partir de los aportes de la economía de la
educación (Capital Humano,
Relación Materialista Dialéctica del Trabajo) y las
aportaciones desde la sociología de las profesiones. (Teoría
Funcionalista de Pearsons y la Teoría del Conflicto en
sus variantes: la Perspectiva Interaccionista Simbólica,
la Tradición Neoweberiana, la concepción
Neomarxista y ciertos modelos
Holísticos. Todos coexistentes hasta la
actualidad.
Estas teorías
demuestran que la actividad profesional está
íntimamente ligada al desarrollo socio-histórico
del tipo de educación que se quiera desarrollar y a lo
educativo. En este sentido, se asume la propuesta de
Fernández (2001) al afirmar que la formación
profesional es el
…conjunto de procesos
sociales de preparación y conformación del
sujeto, referido afines precisos para un posterior desempeño en el ámbito laboral.
Además, es el proceso educativo que tiene lugar en las
instituciones de educación superior, orientada a que los
alumnos obtengan conocimientos, habilidades, actitudes,
valores
culturales y éticos, contenidos en un perfil profesional
y que corresponda a los requerimientos para un determinado
ejercicio de una profesión.(p 45)
En síntesis,
si bien la formación profesional cumple un doble papel,
tanto institucional como educativo, también se encuentra
en un mundo donde su perspectiva varía en función de
la dialéctica social y económica de la sociedad
capitalista.
La importancia social de la formación profesional
es sin duda un factor de desarrollo involucrado tanto con las
condiciones de acción
del Estado, como
en los factores de calidad de las instituciones de
educación superior, debido a que es el medio mediante el
cual se administra el proceso de enseñanza aprendizaje
inmediato en las aulas de clase.
Su papel como facilitador de herramientas
para el desarrollo cognoscitivo y explicativo de ciertas
áreas de conocimiento, se encuentra en la actualidad lleno
de muchas inconsistencias pedagógicas y
didácticas.
La desprofesionalización de la docencia
universitaria ha sido sin duda algunos de los principales
problema de la baja calidad del sistema, ya que se aprecia a la
misma, como una oportunidad de empleo en
aquellas profesiones no relacionadas con la
educación.
Las instituciones de educación superior han
apelado a los llamados cursos de formación docente o
"componente docente", para aquellos profesionales que ingresan al
sistema universitario que no tengan título de pregrado en
el área educativa.
Estos cursos que mayormente duran un año o
algunos meses, no garantizan la calidad pedagógica
esperada debido a su carácter general e intensivo, sin
ningún tipo de seguimiento práctico y sin ninguna
conexión con la investigación, la extensión
y el control
permanente por parte de las unidades de dirección académica.
Este control en la práctica debe ser realizado a
partir de la evaluación
didáctica en cada semestre, cuyo objetivo sea
retroalimentar a los propios docentes y
vincular más a dichos programas con los
efectos concretos en el rendimiento de los alumnos y los
resultados en las actividades de investigación y
extensión.
Se confunde la libertad de
cátedra con la libertad de piratear; en la constante
renuencia del docente universitario al ser evaluado y a la poca
disciplina de
control y seguimiento académico de los órganos que
la realizan.
Esta realidad hace que la actividad docente
universitaria en términos prácticos, sea vista como
un empleo en una simple relación de patrón
(público o privado) y empleado, y no como un trabajo, es
decir, tener un trabajo como profesor
universitario, significa dedicarse y orientar dichos esfuerzos a
la productividad
académica. (Publicaciones, asistencia a congresos,
programas de extensión, asesorías, etc.) (Albornoz,
1997).
En Venezuela, la formación y mejoramiento docente
se le ha reconocido la debilidad y ausencia de sistemas
adecuados para proveer esta formación (Morles, Rubio y
Álvarez, 2003).
Sólo en algunas universidades nacionales existen
estrategias de formación docente. El más reconocido
es el SADPRO (Sistema de Actualización Docente del
Profesorado) de la Universidad
Central de Venezuela que funciona desde 1974.
Estas deficiencias dentro de un marco de
políticas públicas sobre educación por parte
del Estado, orientan una relación dialéctica entre
las orientaciones de los gobiernos y sus proyectos
políticos, la gestión
de sus sistemas educativos y el marco externo e interno de
presión
económica social que permiten establecer ciertas
tendencias de la formación profesional.
4.
Tendencias en la formación profesional universitaria.
Una aproximación a la realidad
latinoamericana
Aunque existen rasgos distintivos entre las sociedades
latinoamericanas en torno a sus
cambios sociopolíticos de importancia, el marco integral
de influencia externa ha sido en muchos casos similares en las
mayorías de los países del continente.
Estas similitudes se generalizan en el ámbito
contextual, por lo que dichos cambios se pueden manifestar en
periodos diferentes de acuerdo a la realidad de cada
país.
En tal sentido, Díaz Barriga (citado en
Barrón ,1996) describe algunas características que
a nuestro juicio, coinciden con el desarrollo de la
formación profesional en latinoamericana y muy
especialmente en Venezuela, concentrada en cuatro tendencias
fundamentales:
a) Tendencia de formación profesional
liberal. Caracterizada por la fuerte discusión del
liberalismo,
positivismo,
racionalismo y
neohumanismo kantiano) que influenció íntimamente a
la
organización de la universidad latinoamericana a
partir de la universidad napoleónica en los años
30-50
b) Tendencia de formación profesional
modernizante y tecnocrática. Influenciada por el
vencimiento del modelo de
sustitución de importaciones
implantado en el continente donde exigía que la profesionalización respondiera al interés
desarrollista e industrializante endógeno en lo
años 60-70.
c) Tendencia de formación profesional
técnico-científica (1970-1982) o en el modelo
tecnocrático neoliberal donde la formación
profesional se orientaba a la resolución de problemas
prácticos e inquietudes individualistas típico del
pragmatismo
norteamericano.
d) Tendencia de formación profesional
técnico-productivista (1982-1995). Caracterizada
mayormente por el control por parte del Estado de las
universidades en su afán de evaluar y acreditar a partir
de la búsqueda de la calidad de los centros de
educación superior ante la sociedad y el propio
Estado.
E) Tendencia científico tecnológica
(1995.-inicios del siglo XXI) orientada por los cambios de la
sociedad globalizada y el reordenamiento de los aparatos
productivos de una sociedad postindustrial a una sociedad del
conocimiento.
En conclusión, estas tendencias se relacionan
íntimamente con el propio desarrollo de la
filosofía educativa y su contexto global de influencia en
las políticas que la orientan, a partir de corrientes
socioeconómicas mayormente liberales que condicionan y
estructuran una visión de la formación profesional
en el sistema escolar operante, tanto en el rol docente, como en
el rol directivo e investigativo.
En torno al rol del docente directivo, este es de sumo
interés considerar debido a las características de
las instituciones de educación superior que exigen su
dirección y administración a sus propios profesores,
independientemente de sus capacidades y habilidades
sistemáticas para la gestión de las
mismas.
Las marcadas deficiencias en las habilidades y destrezas
para dirigir instituciones universitarias, se concentran
básicamente en la planeación, control de
gestión y visión estratégica del sistema
institucional.
Al respecto, la UNESCO (1999) afirma que las
administraciones regionales o locales no siempre cuentan con las
tecnologías administrativas imprescindibles para la
gestión. Suelen disponer de débiles equipos de
planeamiento,
falta de sistemas de planificación, e insuficiente coordinación entre los procesos de
planificación educativa, de planificación
presupuestaria y de asignación efectiva de recursos.
Por lo que las estrategias de formación
profesional dentro de dicho rol, se han estructurado en Latinoamérica a partir del planeamiento
educativo, la gestión integral de los sistemas
universitarios, la evaluación , y el diseño de
políticas públicas en el área.(Senén,
1999)
Estas áreas según esta autora, han sido
configuradas a partir de algunas tendencias en cuanto a las
diferentes estrategias de formación de recursos en el
continente, entre las cuales destacan:
1. Tendencia hacia la creación de un mercado de
servicios
educativos (asesorías, consultorias, etc.)
2. Tendencia de las ofertas académicas, ligadas a
las instancias de formación superior y que forman parte de
una propuesta universitaria sistemática. (Postgrado en
áreas educativas de gerencia y
planeamiento universitario).
3. Tendencias de propuestas de capacitación de corta duración,
alcance masivo y aplicación de nuevas metodologías.
(Diplomados, cursos de ampliación, formación por
Internet, entre
otras.)
Esta diversidad de tendencias, permiten configurar
algunas estrategias de desarrollo en instituciones de
educación superior a partir de los roles anteriormente
descritos dentro de un contexto inter y transdisciplinario de la
ciencia.
La íntima relación que guardan disciplinas
como la psicología, sociología, antropología, administración, economía etc., con
la educación, estructuran la base para dicho
perfeccionamiento a partir de una concepción
interdisciplinaria y transdisciplinaria de la praxis docente
como categoría de la educación.
Esta concepción se adentra en el carácter
interdisciplinario de la ciencia que constituye la base para la
nueva investigación y comprensión de los
fenómenos y avances para el desarrollo
socio-educativo.
Las razones para que la interdisciplinariedad pasara a constituirse en un
tema de discusión, reposan, según
Martínez(1997) en tres razones fundamentales: la primera,
y la más básica, se refiere a la búsqueda de
la unión del conocimiento en un todo unificado, la
segunda, que tiene que ver con el desarrollo natural de las
ciencias, dice
que la interdisciplinariedad es consecuencia de la propia
evolución y acumulación del
conocimiento como la fusión de
perspectivas separadas comunes y, a veces, nuevas, y finalmente,
en su visión pragmática, lo interdisciplinario es
entender el rol de la ciencia y el conocimiento en la
solución de los problemas básicos del hombre y la
sociedad. (p. 164).
En vista de ello, la interdisciplinariedad es
consecuencia del agotamiento del paradigma
modernista del conocimiento y la exigente presión de los
sistemas económicos sociales por la eficiencia de la
ciencia y la necesidad de un conocimiento multicientífico
más concreto a la
complejidad de las contradicciones sociales del mundo de
hoy.
6. El rol del docente
investigador.
Las instituciones de educación superior en su
constante reto por la innovación y producción de conocimientos socialmente
válidos para el avance nacional, requieren de una especial
atención debido al carácter
estratégico de desarrollo que representan los centros de
investigación y la productividad científica de los
docentes universitarios que en poco porcentaje se dedican a esta
misión.
En Venezuela, de los casi 30.000 mil docentes que
laboran en las universidades nacionales, solo 1506 están
inscritos el Programa de
Promoción de Investigadores (PPI), 6
provienen de las universidades privadas y tan solo siete son de
los institutos y colegios universitarios (OPSU, 2000).
La proporción de profesores a dedicación
exclusiva, categoría íntimamente vinculada a las
tareas de investigación universitaria, es de un 47% con
respecto al total de docentes en las universidades oficiales, sin
mencionar el ínfimo porcentaje en las universidades
privadas que alcanza apenas a un 1,6% .(Ídem)
En cuanto al apoyo en Venezuela de docente investigador,
debe destacarse la creación del CONABA (Comisión
Nacional para el Beneficio Académico) del Consejo Nacional
de Universidades(CNU) dirigido a las universidades nacionales y
el Programa de Promoción al Investigador(PPI) del
Ministerio de Ciencia y
Tecnología.
Además de eso, existen los Consejos de Desarrollo
Científico, Humanístico y Tecnológico en
cada universidad y la prima del 19% del sueldo correspondiente a
aquellos docentes que hayan realizado estudios de Doctorado
creado por la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU), sin
embargo, los altos índices de inflación y las
continuas devaluaciones de la moneda nacional, han impactado
negativamente en la inversión del sector y en la estabilidad
social de los docentes.
En otro orden de ideas, y con una visión
continental, la gestión y producción de sistemas
nacionales de investigación universitaria en
latinoamericana arrojan resultados pocos alentadores en torno a
la inversión en investigación y
desarrollo.
Al respecto, "ningún país sobrepasó
el 1% de su PBI…en inversión para la
investigación y el desarrollo, el porcentaje promedio de
América
Latina para el año de 1992 estuvo en el orden del
0,4%, en comparación con el 1,4% en Italia o
Canadá en 1991, y en 1994 sobrepasó el 2,0% en
países como Francia
(2,3%), Estados Unidos
(2,54%) o Japón
con un 2,73 %. Brasil y México
representan las tres cuartas partes del total de los fondos
invertidos y dominan ampliamente en el continente, pero en
comparación con el mundo industrializado ambos se
encuentran por debajo". (Lemasson y Chiappe, 1999)
La estrecha relación que existe entre estas
funciones o
roles del docente universitario, requiere de una revisión
inmediata a partir de las políticas de formación y
desarrollo docente en el sistema de educación superior
debido a las siguientes exigencias contextuales. (Muller,
2003)
1. Las nuevas demandas que plantean las transformaciones
socioculturales y económicas a la
educación.
2. La revolución
del conocimiento en la "sociedad de la
información".
3. El papel de las nuevas
tecnologías y el desarrollo
tecnológico.
4. Las inéditas características del mundo
del trabajo y los requerimientos de formación para las
ocupaciones.
5. Las competencias requeridas para la inserción
ocupacional, el mantenimiento
y el desarrollo de la carrera laboral.
6. La urgencia de formaciones sólidas y a la vez
flexibles ante el cambio.
7. Revisión de los sistemas educativos en sus
políticas, presupuestos,
programas, métodos,
actualización y jerarquización docente en las
relaciones entre educación y el mundo laboral.
7. Propuesta
de un plan integral de
formación y desarrollo docente.
Para poder
determinar una estrategia de
desarrollo docente en instituciones de educación superior,
es perentorio preguntarse ¿para qué formamos y
cómo desarrollaremos dichas habilidades aprehendidas en un
determinado marco de desarrollo socio -institucional?
La respuesta a esta difícil interrogante viene de
la propia concepción que se tenga de la educación
como vehículo de lucha contra la pobreza, la
exclusión y el subdesarrollo
social y cultural.
La formación y desarrollo docente no debe verse
como una estrategia pragmática de un cúmulo de
cursos y contenidos descontextualizados de una realidad
económica social, que no permita canalizar los resultados
esperados de dicha formación hacia la sociedad, hacia la
institución y sus problemas fundamentales.
Tales resultados deben ser parte de una estrategia
alineada entre las políticas de desarrollo nacional, las
estrategias de ciencia y tecnología y las
políticas de formación y desarrollo docente en
dichas instituciones, bajo un carácter continuo y
permanente.
Los objetivos que
debe perseguir esta estrategia nacional de formación se
orientan a:
1. Aumentar significativamente la productividad y
rendimiento del docente en su rol profesional, en su rol
directivo y su rol de investigador dentro de un marco de
desarrollo nacional e institucional.
2. Alinear las necesidades de formación con el
tipo de educación que se pretenda aplicar y el currículo, conjuntamente con los sistemas
de evaluación, calidad y postgrado.
3. Orientar el crecimiento de la competitividad
internacional del recurso humano nacional.
4. Crear centros multidisciplinarios de alto nivel en la
producción de tecnologías en todas las ramas del
quehacer productivo y humano financiados por capital
privado y público nacional.
5. Diseñar un proyecto de
desarrollo docente a nivel nacional a fin de integrar en una
estrategia común, las experiencias y avances en el
área.
Estos objetivos deberán orientar los programas a
partir de la clasificación inicial de desarrollo docente
tomando en cuenta los perfiles de desempeño, los objetivos
anteriormente descritos y los distintos roles
mencionados.
En lo que respecta al rol docente profesional, se
sugiere una estrategia inicial de desarrollo en la pedagogía universitaria y el adiestramiento en
el área de conocimiento interdisciplinar impartida en la
institución.
Para ello, se proponen un conjunto de tareas orientadas
a proporcionar mecanismos para el diseño de un plan formal
de desarrollo docente en este nivel a partir de:
- Fundamentos teórico-metodológicos para
la educación del desarrollo en el siglo XXI. - Análisis de la Praxis pedagógica
universitaria. - Didáctica de la educación
superior. - Evaluación educativa en instituciones de
educación superior. - Estrategias para el mejoramiento de las capacidades
cognoscitivas, de inteligencia
y creatividad
humana. - Estrategias para el conocimiento investigativo de
producción científica. - Estrategias para el desarrollo interactivo entre las
comunidades y la acción docente. - Uso de la tecnología educativa en la
educación superior. - Uso y manejo del inglés técnico
instrumental. - Mecanismos de capacitación y adiestramiento en
áreas de conocimiento a partir de los últimos
avances científico-tecnológicos relacionados
íntimamente con las necesidades de los profesores, los
alumnos, la cátedra y los objetivos del
sistema.
En referencia al rol del docente directivo, se
establecen igualmente el posible perfil de desempeño tanto
en las estrategias internas de formación, como aquellas
orientadas a la formación y obtención de
títulos de postgrado (Senén, 1999)
- Políticas de desarrollo nacional de la
educación. - Análisis y diseño de normativas
educativas. - Construcción e identificación de
problemáticas socio-educativas. - Definición de estrategias de
intervención en el sistema. - Diseño de planes estratégicos
institucionales. - Conformación y coordinación de equipos de
trabajo multidisciplinares. - Consulta, negociación, mediación y
articulación de intereses. - Coordinación de programas de asesoramiento y
transferencia tecnológica a las comunidades. - Gestión y evaluación de programas y
proyectos. - Diseño y gestión de los sistemas de
información y estadísticas educativas. - Uso de herramientas informáticas en
educación. - Uso y manejo del idioma ingles.
- Desarrollo de técnicas
de asesoramiento institucional para la identificación de
problemáticas y el diseño de propuestas
específicas. - Diseño y gestión
de sistemas de evaluación educativa. - Elaboración de presupuestos.
- Evaluación de propuestas
institucionales. - Diseño e implementación de sistemas de
control de gestión. - Estudio y mejoramiento de sistemas
administrativos universitarios.
En torno al rol del docente investigador, se tienen las
siguientes competencias básicas a manejar.
- Políticas de desarrollo nacional en
educación y ciencia y tecnología. - Desarrollo de estrategias cognitivas para el pensamiento
creativo y abstracto. - Desarrollo de habilidades de lecto-escritura y
expresión oral avanzada. - Gestión de sistemas de investigación
científica. - Uso de herramientas informáticas avanzadas
para la investigación. - Uso avanzado del idioma ingles.
- Pasantías profesionales en instituciones
nacionales o extranjeras de alto nivel.
Estas competencias son apenas algunas ideas iniciales
sobre las áreas básicas que a nuestro juicio y
experiencia debe manejar un docente universitario integral en
tiempos en que la educación superior representa un
compromiso mayor con respecto a la sociedad ,en la
búsqueda constante del camino básico hacia el
progreso y el desarrollo
económico-social.
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