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La Epistemología




Enviado por gtreboux2002



    1. Ideas principales de la
      epistemología de Popper
    2. Convencionalismo y
      Sociología de las Ciencias
    3. Las Ciencias y la
      Metafísica
    4. Semejanza de la
      Selección Natural la Metodología de
      Popper
    5. Epistemología
      Genética y Evolucionismo
    6. Definiciones,
      tautológicas y causas en el
      Evolucionismo
    7. El método
      hipotético deductivo en versión compleja y el
      operacionalismo
    8. El problema mente-cuerpo y sus
      variantes
    9. Conclusiones

    Para una lectura
    contextual de Karl Popper
    resulta interesante y hasta indispensable hacerlo aparecer en
    algunas de sus principales diferencias: con Dilthey, Marx y Hegel (en el
    encuadre del filosofía de las historia), en sus
    diferencias con Alexandre Koyré y su escuela (en el
    encuadre de la historia de las ciencias y las
    ideas metafísicas), y en sus diferencias con Kant y Kuhn ( en
    el encuadre de la filosofía de las ciencias o epistemología). Para concluír, a
    través de la sociología de las ciencias sería
    interesante situar a Popper como a un darwiniano que
    heredó los (supuestos) errores y (supuestos) aciertos del
    darwinismo en la historia de las ideas.

    1.- Ideas principales
    de la epistemología de
    Popper.

    a.- Las ciencias son la mejor aplicación de la
    racionalidad.

    b.- Se trata de una racionalidad tratada como
    universal.

    c.- Esta racionalidad está constituida por un
    conjunto de reglas.

    d.- Esto se observa claramente, en particular en la
    Física.

    e.- Hay un método
    universal, el hipotético-deductivo.

    f.- La observación es independiente de la
    teoría. (Cuestión muy discutible
    desde perspectivas kantianas clásicas , neokantianas
    contemporáneas –como la de Henry Allison- , y
    kuhnianas en especial.)

    g.- Sentido de la acumulación y progreso en las
    teorías científicas.

    A estas características, Popper les agrega
    algunas más, que actúan como diferenciales,
    trazando límites o
    fronteras con otros campos de la filosofía:

    • Rechazo de la metafísica como
      anticientífica.
    • Rechazo del psicologismo (fenomenología) (y aún de la
      Psicología y el Psicoanálisis) como ciencias positivas
      (es decir, bajo el modelo
      físico- química-biológico).
    • Una perspectiva antihistoricista (que alcanza a
      Dilthey, Hegel, Marx, y quizás exceptúa a
      Comte)
    • Ese anti-historicismo incluye a la Historia de las
      Ciencias, con lo que excluye a filósofos-historiadores de las ciencias
      como Alexandre Koyré y su escuela.
    • Poca significación de la Sociología de
      las Ciencias (que alcanza hasta sociólogos como D.Boor,
      B.Latour, S.Woolgar, E: Lizcano)

    Las últimas características, definidas en
    sentido negativo, dejan lugar al método empírico,
    que parece de esta manera bastarse a sí mismo, y de
    allí, a la formulación de una teoría
    falsacionista –que es también una posición
    filosófica-, y al método
    hipotético-deductivo.

    En el presente trabajo,
    haré algunas descripciones de la epistemología
    popperiana, y realizaré algunas consideraciones a manera
    de comentarios en torno a sus
    perspectivas epistemológicas, diferentes y contrapuestas a
    sólidas perspectivas tales como las de Alexandre
    Koyré, Emanuel Kant, Thomas Kuhn, entre las más
    evidentes, pero menos puestas de manifiesto que aquellas en torno
    a sus críticas a Carlos Marx, o, en último caso, a
    las que ha desarrollado la Sociología de las Ciencias. En
    todo caso, la epistemología de Popper quizás
    conforme una imagen de las
    ciencias que más tense el debate sobre
    la racionalidad puesto que lo que en ésta haya de
    universal o de contextual, y de histórico y
    metafísico, queda puesto en cuestión por Popper. Se
    trata de indagar si tales cuestionamientos son sostenibles, y en
    todo caso, sobre que criterios.s A estas cuestiones invito a
    quienes se interesen por ellas a hacer su propia interpretación de los temas aquí
    expuestos.

    1.1.-
    Convencionalismo y Sociología de las
    Ciencias.

    Popper no cree que las ciencias se basen en
    convencionalismos. Esta posición, en lo que tiene de
    interesante, es que trata de no relativizar los conocimientos
    científicos. Probablemente, en lo que se refiere a las
    leyes de la
    naturaleza, se
    trata allí de características universales y no
    convencionales.

    ‘no es que el efecto de las leyes que crea
    nuestro intelecto se imponga en la naturaleza haciéndola
    simple, porque no cree que la naturaleza sea simple.
    Sólo las leyes de la naturaleza son simples, y estas
    leyes, sostiene el convencionalista, son nuestras propias
    creaciones libres … nuestras convenciones sobre la
    naturaleza’ ()

    Este problema es sin duda difícil. La
    posición de Popper con relación a la racionalidad
    es que ésta no tiene problemas de
    inconmensurabilidad, o de intraductibilidad de términos, y
    en última instancia, el pensamiento
    matemático resultaría universalmente válido
    e incuestionable. Siempre es posible admitir que hay cosas que
    ignoramos o que conocemos mal, pero es muy diferente decir que de
    acuerdo a ciertos convencionalismos (comunidades
    científicas, escuelas de pensamiento, situación
    histórico-contextual), no podemos llegar a las mismas
    conclusiones partiendo de las mismas premisas.

    A través de la Historia de las Ciencia, es
    frecuente observar que, -como lo han hecho entre otros
    Koyré y Khun- existen sistemas de
    pensamiento científico sumamente racionales y coherentes,
    aunque de capacidad explicativa diversa. La Sociología de
    las Ciencias han destacado fuertemente el carácter convencional de muchas
    construcciones teóricas. Popper se sitúa en el
    extremo opuesto de D. Boor, por ejemplo, o del programa fuerte
    de Sociología de las Ciencias, Además, las ciencias
    y sus interrelaciones dan a veces la imagen de territorios
    movedizos, como un delta, en que el curso de las aguas a veces
    separan, y a veces unen superficies () fronteras de la biología,
    física y química se desdibujan, conformando nuevas
    regiones epistemológicas ().

    De esta manera, la objetividad en las ciencias en su
    búsqueda de la verdad, y de una razón universal
    como proyecto ideal,
    no se contradice con la existencia de convencionalismos o
    racionalidades particularizadas por circunstancias
    sociológicas o históricas. En todo caso,
    resultaría exagerado y hasta inconveniente hablar de
    irracionalidad en todos aquellos aspectos en que las ciencias se
    apoyen en convenciones o puedan ser explicadas por razones
    contextuales, sociales e históricas.

    2.2. Las
    Ciencias y la Metafísica.

    Popper rechaza las explicaciones metafísicas en
    la mayor parte de su obra, puesto que se sustraen el
    método empírico. Sin embargo, en toda su teoría del
    conocimiento, como luego veremos, existe una fuerte
    analogía con el evolucionismo darwiniano. Y precisamente,
    al referirse a la selección
    natural y su status científico, reconoce que:

    ‘Influido por lo que dicen las autoridades en el
    pasado describí esta teoría como "casi
    tautológica", y he tratado de explicar como la
    teoría de la selección natural podía no ser
    comprobable (como lo es toda tautología) y, sin embargo,
    de gran interés
    científico Mi solución fue que la doctrina de la
    selección natural es un programa de investigación metafísica de mucho
    éxito.’ ()

    En muchas filosofías de las ciencias
    surgidas del positivismo y
    del Círculo de Viena, es común observar un rechazo
    a la Metafísica. Pero en el caso particular de Popper,
    este reconocimiento parcial del "programa metafísico" en
    la teoría de la evolución resulta importante porque su
    teoría del conocimiento
    toma, como hemos dicho, muchos aspectos análogos.
    Habría que concluir que su teoría del conocimiento
    también conlleva aspectos metafísicos, contra el
    empisismo experimentalista que propone.

    3.1.- Semejanza de
    la Selección Natural la Metodología de Popper

    El método que propone Popper parecería
    estar inspirado en la Teoría de la Evolución y en
    la selección natural de Charles Darwin. Las
    expresiones que Popper emplea en su teoría
    metodológica no se asemejan solamente en las palabras sino
    en el significado, y, además su epistemología como
    Teoría del Conocimiento está explícitamente
    fundamentada en la Biología y hasta en una
    Epistemología Evolutiva, en tres niveles:
    adaptación genética,
    conducta
    adaptativa y descubrimiento científico.

    … la etapa de selección a partir de las
    mutaciones y variaciones disponibles: las de nuevos intentos o
    tanteos que están mal adaptadas son eliminadas. Esta es la
    etapa de la eliminación del error. Sólo las
    instrucciones tentativas más o menos bien adaptadas son
    las que sobreviven y, a su vez, son heredadas. Así, pues,
    podemos hablar de adaptación por el método de
    prueba y error, o mejor dicho, el método de prueba y
    eliminación del error. La eliminación del error o
    de las instrucciones mal adaptadas se llama también
    selección natural y opera en tres niveles (…)
    genético, conductual y científico.

    Popper considera que sobre la instrucción
    (derivada del diseño
    creacionista de Paley); y de la selección (derivada de
    evolucionismo de Darwin) pueden explicarse los pasos de una
    teoría del conocimiento que culmina en la selectividad de
    las teorías científicas.

    Ya hacia 1932, Popper había expresado su
    teoría de la selectividad que produce en las ciencias el
    empleo del
    método hipotético-deductivo y los experimentos de
    falsación, o quizás, de intentos de
    falsación (que Hempel denominará
    "constrastación").

    A pesar de su rechazo del psicoogismo, Popper
    intentará, algo tardíamente, en 1977, esbozar una
    teoría del yo y de la consciencia, que tendrá
    también bases biologistas (6). En la lucha por la
    existencia que considera biológicamente común a
    animales y
    hombres (por lo menos en lo que en éstos hay de
    común biológicamente), Popper pasa de aceptar la
    continuidad existente en la integración que realiza el sistema nervioso
    central a la acción
    integradora de la consciencia. Entonces:

    Muchas de estas acciones
    integradoras son automáticamente inconsciente. Pero otras
    no lo son. A éstas últimas pertenece,
    especialmente, la selección de medios para
    lograr ciertos fines (a menudo inconscientes); es decir, la
    toma de
    decisiones, la selección de programas.
    (7)

    La idea de selección le es tan valiosa a Popper,
    que a las funciones
    psicológicas tales como la Percepción
    y la Memoria,
    también las explica por su significación y sentido
    selectivo. Llevaría todo un estudio que quizás
    alguien se interese en realizar, analizar lo que esta idea de
    selectividad tiene de común con la intencionalidad de la
    consciencia de la fenomenología. Popper, quizás
    lamentablemente, no se aproximó a los
    fenomenólogos, ni a Bergson (La Evolución Creadora,
    Materia y
    Memoria), ni, a Piaget
    (Epistemología Genética y Psicología
    Evolutiva).

    En relación a las ciencias, Popper no tiene una
    epistemología que trate de la relación de las
    ciencias entre ellas, sino que propone un método y una
    teoría que no es ciencia empírica (según su
    expresión). Su epistemología no resulta, entonces,
    integradora, y su método, aplicable en contextos
    experimentales particularmente correlacionados con las mediciones
    y la posibilidad de repetir las condiciones experimentales,
    tiende a aceptar sólo una teoría explicativa, que a
    veces es la mejor o la más reciente.

    Por ejemplo, prefiere a Darwin en detrimento de Lammark,
    y por buenas razones, pero acaso olvida una posible
    integración superadora como la propuesta por Piaget,
    Precisamente, la Epistemología ara Piaget significa la
    interrelación de las ciencias. No es únicamente
    apriorista ni únicamente empirista. Con relación al
    conocimiento, lo formalizará en estructuras,
    en que, tal vez en una audaz reformulación del
    evolucionismo, supondrá que de la deducción, y de las tautologías, es
    posible obtener más información en el sistema
    teórico. Para ello, la elaboración piagetiana del
    clásico problema de los universales será explicado
    como construcciones operatorias en que:

    ‘lo real consiste así en una
    jerarquía de estructuras formales de las que nuestra
    inteligencia
    posee el
    conocimiento inmediato, en lo que se refiere a sus elementos
    generales (los universales), aunque luego les otorgue un
    contenido sensible por contacto perceptual (…) Las formas no
    son concebidas ni como estructuras a priori del pensamiento ni
    como el producto de
    construcciones operatorias que constituyen por ello mismo causas
    que conciernen simultáneamente a lo real y a nuestra
    facultad intelectual’ (*)

    Lo que Popper no explica, es decir, los procesos de
    "instrucción" y "selección", es precisamente
    materia de la Epistemología de Piaget.

    3.2.-
    Epistemología Genética y
    Evolucionismo

    Constituye un problema de fundamentación la
    Teoría de la Evolución de Darwin, en el sentido en
    que ésta –y Popper lo expresa claramente- es
    más un programa metafísico, y que, además,
    supone admitir o cuestionar las explicaciones
    tautológicas. Es posible que la Historia de las Ciencias
    pueda complementar a la Epistemología, si por ésta
    entendemos no solamente una teoría del conocimiento, un
    estudio de las metodologías sino también las
    relaciones entre las ciencias. No se trata, entonces, de tomar en
    cuenta las teorías superadoras solamente, o aquellas que
    resulten exitosas en las pruebas de
    falsación, sino aquellas que resulten falsadas, y
    aún, teorías metafísica y filosóficas
    que resultan eclipsadas por la época. Diferente a Popper,
    Piaget explicaba de manera integrativa a Darwin y Lammark,
    conduciéndolos hacia una Epistemología
    Genética Evolutiva en 1950, mientras que Poper
    abordó ese campo científico hacia 1977. Explica
    Piaget que las explicaciones "fijistas" de las especies,
    remontándose hasta Cuvier, no explica la adaptación
    sino atribuyendo cierta fuerza vital a
    los organismos, sin intervención del medio exterior.
    Luego, con el transformismo, será el medio exterior el que
    incida sobre las adaptaciones (Lammark), pero cierta manera del
    "fijismo" vuelve a entenderse de modo darwiniano y mendeliano,
    abandonando la idea de generación espontánea (que,
    de todas maneras, se traslada a las relaciones del mundo
    inorgánico y el orgánico, con la inclusión
    del azar y las condiciones
    físico-químicas).

    Una última etapa sería la de
    transmisión de caracteres adquiridos. Esta última
    tesis
    piagetiana, se basa en estudios experimentales que él
    realizó en 1929 con moluscos, en los que pudo observar que
    la adaptación se producía primeramente por la
    acción del medio
    ambiente, y posteriormente, mediante transmisión
    hereditaria de caracteres adquiridos (tamaño de los
    caparazones). El estudio experimental de Piaget recuerda, por el
    uso de registros
    históricos, al de Kepler. Este último
    utilizó las observaciones de Ticho Brahe, mientras que
    Piaget estudió las descripciones del tipo de molusco en
    los catálogos de 1774 a 1800, observando cambios
    adaptativos en su estudio experimental, atribuidos por él
    a una transmisión hereditaria de caracteres adquiridos,
    originalmente suscitados por el medio. Es un retorno (o
    reversibilidad) parcial al lamarkismo, sin desconocer ni la
    selección natural darwiniana, ni las leyes de Mendel. Resta
    considerar que Popper prácticamente no menciona a Piaget,
    quizás por sus diferencias con la Psicología y que,
    inversamente, en Argentina los estudiosos de Ciencias
    Naturales tienen a Piaget como Psicólogo, y no lo
    conocen como Biólogo,() que fue su formación
    inicial, que daría pie a una Epistemología que no
    se centraría en un método (tal como el popperiano),
    sino, entre otras ramificaciones programáticas, como
    relaciones entre las ciencias.

    4.- Definiciones,
    tautológicas y causas en el Evolucionismo

    4.1.- De las definiciones, Popper y el trilema de
    Fliess

    Una afirmación que suele considerarse
    tautológica, erróneamente, según el análisis de Eliott Sober, es:

    "¿Quiénes sobreviven? Los más
    eficaces, ¿quiénes son los más eficaces? Los
    que sobreviven." No se trata aquí de una
    tautología, ni de un problema de tautología en
    relación con la Teoría de la Evolución, sino
    de uso de una definición.

    En efecto, las tautologías no se encuentran en
    las definiciones, si no en enunciados, y la frase referida planea
    una definición, y no un enunciado. Popper estudió
    el uso de las definiciones, considerando que existe una
    tradición platónica y aristotélica que trata
    de definir el uso de los términos empleados con la mayor
    precisión posible, pero que en ciencias esto no es
    posible, ya que:

    "la precisión de un lenguaje
    depende, más bien, de que se tenga e cuidado de no
    sobrecargarlo con la tarea de ser muy preciso", y que

    "en ciencia, todos los términos realmente
    necesarios deber ser términos no definidos"

    argumentando que la definición de
    términos volvería imposible el discurso, ya
    que todo término empleado debería ser definido a su
    vez. Esta afirmación discutible de Popper llega a
    considerar que:

    "En la ciencia,
    tenemos el cuidado de que las afirmaciones que hacemos nunca
    dependan del significado de nuestros términos"
    ().

    Una ciencia de semejante características
    parecería favorecer solamente un sistema de ecuaciones, y
    ni siquiera la Física históricamente hubiera podido
    desarrollarse si los conceptos empleados no hubieran sido
    analizados y redefinidos una y otra vez. Creo, como Polanyi, que
    los términos se definen en función de
    otros relacionados, en su articulación e
    inarticulación con otros términos, si bien Popper
    advierte de las afirmaciones básicas, es decir, cierto
    número de afirmaciones que resultan indemostrables, no
    sólo por necesidad teórica, sino porque, como
    él lo refiere, tomándolo de Fliess, debe evitarse
    un regreso al infinito en la cadena de significaciones. Vale
    decir, que toda teoría admite términos no
    definidos, y el de eficacia admite
    una circularidad no tautológica (no es un enunciado), sino
    por definición.

    En el "trilema de Fliess", que consiste en el problema
    de las afirmaciones dogmáticas, el regreso al infinito de
    las significaciones y el psicologismo (que implica explicaciones
    de la percepción de quién hace determinadas
    afirmaciones, basado en su "experiencia personal").
    Popper evita esta última salida psicologista y admite que
    ciertas afirmaciones básicas (dogmáticas) deben ser
    efectuadas aún en las ciencias. Al ponerse al margen del
    psicologismo, y de las corrientes de pensamiento de las
    teorías de la significación (Wittgenstein). Popper
    admitiría que una definición tal sobre la eficacia
    es válida, y aún, que la selección natural
    no necesita explicaciones de significación, pues la
    consideraría un principio explicativo. En todo caso la
    eficacia sería una afirmación básica no
    tautológica. Pero además, que se trate de un
    principio explicativo no equivale a decir que se trate de causa,
    y menos aún, causa única.

    4.2.- Tautológicas

    "El rasgo X es más eficaz que el rasgo Y, si y
    sólo si X tiene una posibilidad de sobrevivencia mayor y/o
    una mayor expectativa de éxito reproductivo que Y".
    ()

    En este caso, que se trata de enunciados, admite Sober,
    sí se produce una tautología. Pero se trata de una
    tautología que está dentro de la teoría
    evolucionista, es decir, forma parte de la teoría, y no es
    la explicación total o fundamental de la misma. El
    problema que contiene esta tautología es que parece
    poderse formular de una manera formalizable: si P entonces Q.
    Esta manera lógico-formal no constituye en Biología
    Evolucionista enunciados empíricos, sino
    formales:

    "¿Son enunciados empírico o verdades
    definicionales? En Física, las leyes generales, como la
    Ley de la
    Gravitación de Newton o la
    Teoría Especial de la Relatividad son empíricas.
    Por el contrario, muchas de las leyes generales de la
    Biología Evolucionista (los enunciados "si P entonces Q
    proporcionados por modelos
    matemáticos) parece que no son
    empíricos"()

    Sin embargo, mucho más interesante resulta el
    análisis de Gregory Bateson, que considera que la Lógica
    es incapaz de modelar sistemas causales, puesto que los sistemas
    causales contienen tiempo,
    mientras que los sistemas lógico-formales son atemporales.
    No es lo mismo, por lo tanto, el si …entonces… de las
    explicaciones causales, que los si … entonces de las
    formalizaciones lógicas. La lógica atemporal,
    sostiene Bateson, se torna autocontradictoria y ejemplifica con
    un circuito de electroimán:

    Si se hace contacto en A, entonces se activa el
    electroimán.

    Si se activa el electroimán, entonces cesa el
    contacto en A.

    Si cesa el contacto en A, entonces se desactiva el
    electroimán.

    Si se desactiva el electroimán, entonces se hace
    contacto.

    Esta secuencia es satisfactoria siempre y cuando las
    combinaciones "si…entonces" son causales. Pero si se quiere
    pasar al mundo de la Lógica, el resultado será
    escandaloso:

    Si se hace contacto, entonces cesa el
    contacto.

    Si P, entonces, no P ()

    Por lo tanto, parecería que las
    tautologías en la teoría de la evolución no
    pueden ser entendidas de manera atemporal, es decir, no
    habría una inmediatez formal atemporal, sino que los
    tiempos evolutivos explicarían causalmente lo que en
    lógica aparece atemporal o tautológico.
    Además las preguntas por las leyes naturales responden al
    cómo, en tanto que las que preguntan por causas al
    por qué. Esta distinción, no es, sin duda,
    sencilla. Sin embargo, por lo menos en relación con la
    selección natural, no puede considerarse como única
    causa de la eficacia.

    4.3.- Causas

    Lo que sustenta la fijación de un rasgo, o su
    eficacia, no se reduce a forma causal única
    (selección natural), sino que, se consideran
    también la deriva genética aleatoria, la
    mutación y la migración.
    De esta manera habría una aproximación a la que
    Popper ha sostenido como explicación del ensayo y
    error,luego trasladado al hipotético-deductivismo de la
    mente –lo que explicaría los procesos creadores,
    adaptativos, asimilativos y de sublimación- pero las
    causas se multiplican y no se explican solamente por
    selección natural. De esta manera el paralelismo que
    Popper realiza entre el evolucionismo y el método
    científico de esnayo y error
    hipotético-deductivista, parece quedarse con las
    respuestas parciales de las ciencias Biológicas y
    Físicas, siendo que las primeras suponen teorías
    metafísicas (o principios
    explicativos no observables), y las segundas una cierta
    reducción del lenguaje conceptual a ecuaciones, un
    realismo
    matemático, lo que, por ejemplo, para Alexandre
    Koryré (Newtonian Studies, Estudios Galileanos), no
    carecería de aspectos metafísicos.

    5.- El método
    hipotético deductivo en versión compleja y el
    operacionalismo.

    5.1.- El método hipotético deductivo en
    versión compleja.

    Según el estudio de G. Klimovsky, el
    método hipotético-deductivo puede considerarse en
    versión compleja, es decir, sin simplificarlo y
    esquematizarlo, que le quita su capacidad teórica de
    explicación.

    El papel que desempeñan las hipótesis ad hoc y las hipótesis
    auxiliares resulta en esta versión compleja muy
    importante. De esta manera, la Teoría sigue
    desempeñando un importante papel de organización y relación
    sistemática de las hipótesis subsidiarias de la
    hipótesis principal. Una compleja trama de interrelaciones
    liga la hipótesis central (o las hipótesis propias
    de la Teoría) con las hipótesis que deben
    demostrarse a su vez, ya sea de manera especial, "ad hoc", cuando
    se trata de un fenómeno algo irregular con relación
    a la teoría principal, pero explicable, o, cuando mediante
    hipótesis auxiliares, deben demostrarse de manera parcial
    algunos enunciados que resultan importantes para mantener la
    validez de la teoría principal.

    Este método, también llamado estrategia por
    Klimovsky, también se apoya en la base empírica, es
    decir, que si bien hay que distinguir entre los términos
    observacionales, estos últimos no se hallan aislados de
    los términos teóricos, sino relacionados en
    diversos niveles de demostración y observabilidad sujeta a
    contrastación empírica. Habría allí
    una sistematización que se obtendría por niveles,
    (también explicado por Hempel).

    Estos Niveles suponen una distinción de
    términos teóricos (los de la teoría
    principal, generalmente, pero también dentro de las
    hipótesis ad hoc y auxiliares), y los enunciados y
    términos observacionales, que están subsumidos por
    relaciones teóricas, pero que se hallan sujetos a
    contrastación empírica y "observable". De esta
    manera, una Teoría necesita de hipótesis
    auxiliares, y en la versión compleja, que sigue siendo
    experimentalista, muchas veces se carece de la posibilidad de
    demostrar todo el ámbito de variable de una teoría.
    En sentido estricto, esas variables
    serían infinitas, pero admitiendo, como Popper, las
    afirmaciones básicas o los enunciados por
    definición (convencionales), el número de variables
    se reduce considerablemente. Aún así, hay
    enunciados, bajo la forma de hipótesis auxiliares, que en
    la situación de ciencia experimental, no siempre
    están sujetas a experimentación, y esto por la
    cantidad de contrastaciones que habría que realizar, que,
    aún no infinita, es considerable. Klimovsky ejemplifica
    que, por caso, para realizar algunas pruebas de laboratorio,
    un equipo de investigadores parte del supuesto de la calidad probada
    de los materiales,
    tal como la pureza de una droga
    suministrada por otros experimentadores o laboratorios. Una falla
    en el material de trabajo, invalida la secuencia experimental y
    ocasiona errores en la contrastación. De esta forma, puede
    creerse que es la hipótesis principal que resulta
    falseada, y en realidad es sólo una hipótesis
    auxiliar que no ha sido contrastada correctamente. Además,
    la observabilidad en ciencias suele estar mediatizada por
    instrumentos, con lo que el empirismo tecnológico
    arroja resultados muy alejados, o inalcanzables por experiencia
    de observación directa (telescopio, microscopio,
    interferómetro, etc.). Algunos teóricos suponen que
    ya no hay ciencias sin tecnología, con lo
    que el problema mente-cuerpo adquiere otros alcances, al
    modificar la observabilidad de los fenómenos. Sigue
    siendo, por lo tanto, con relación a la
    Epistemología como Teoría del Conocimiento, un
    problema abierto que se puede llamar ¿Qué es el
    empirismo?, ya
    que prácticamente la idea de un sujeto trascendental en
    ciencias retrocede a postulados lógico-matemáticos,
    o aún, lingüísticos, que difícilmente
    pueda superar cierto convencionalismo, y la filosofía ya
    no puede intentar doctrinas a la manera de Hume y Kant. Un
    intento de resolver los problemas del empirismo es el
    operacionalismo ()

    5.2.- El Operacionalismo (imagen visual e imagen
    acústica)

    "La idea central del operacionalismo es que el
    significado de todo término científico debe ser
    especificable indicando una operación definida de
    contrastación que proporcione un criterio para su
    aplicación (…) el término ácido
    podría ser "definido operacionalmente del siguiente modo,
    con el fin de averiguar si el término "ácido" se
    aplica a un líquido dado, introduzcamos una tira de papel
    tornasol en él; el líquido es un ácido si y
    sólo si el papel tornasol se vuelve rojo. Este criterio
    indica una operación contrastadora…"()

    De esta manera habría un ejercicio de
    contrastación en los términos científicos,
    que permitiría a los investigadores referirse a objetos y
    fenómenos contrastados en el empleo de los términos
    de referencia. La idea del operacionalismo parece consistir en
    evitar las ambigüedades y multivocidades del lenguaje, de
    manera de atrapar el significado definiendo los términos
    empleados por operaciones
    contrastadoras. Hempel distingue un uso operacionaista de los
    conceptos, del uso teórico y, entre ambos, la existencia
    de conceptos-puente, capaces de relacionar el integrar la
    teoría y la experiencia.

    En el análisis de términos, entiende las
    teorías como redes de hilos
    entrecruzados, en cuyos puntos de entrecruzamientos aparecen los
    conceptos-nudos, que son los centrales en los sistemas
    teórico-observacionales. Hempel, en todo caso, distingue
    siempre la idea de lo observable de la observabilidad (),
    distinción importante referida a la posible
    postulación de entidades potencialmente observables, pero
    cuyo procedimiento
    demostrativo (operacional) no se encuentra todavía
    disponible en la teoría que lo describe y lo integra. El
    campo de la experiencia posible, en sentido kantiano, va
    abriéndose aso como postulación de entidades
    teóricas que sistematizan y organizan ("sintetizando" la
    apercepción); pero también con entidades cuya
    observabilidad, en determinadas condiciones, es posible
    operacionalmente.

    En el área de la Física, siempre han
    existido entidades teóricas como "fuerza",
    "ímpetus", "movimiento";
    pero también una notable diferencia entre lo operatorio
    (p.ej. la caída de los cuerpos en un barco en movimiento),
    y una clase de
    movimiento no-operatoria (el movimiento de la tierra),
    cuya operatoria puede demostrarse mediante el cálculo
    geométrico, y, en todo caso, su visibilidad no es
    directamente empírica, sino que surge de definiciones y
    mediciones de conceptos tales como "longitud". En relación
    a las mediciones, según Hempel, los operacionalistas
    tienen la dificultad de, si se quiere evitar el convencionalismo,
    explicar que dos procedimientos
    conduzcan al mismo concepto, lo que
    induciría a pensar que se trata de dos conceptos
    diferentes, como si se tratase de una correspondencia "uno a uno"
    (a cada operación correspondería un concepto).
    Así:

    …Por esta razón, sostiene Bridgman, no
    sería "seguro"
    considerar que los procedimientos operacionales determinan uno y
    e mismo concepto: se debería considerar que criterios
    operacionales diferentes caracterizan conceptos diferentes; y a
    éstos deberíamos referirnos, idealmente, mediante
    términos diferentes. Así se pueden utilizar los
    términos "longitud táctil" y "longitud óptica"
    para referirse a las cantidades determinadas con la ayuda de
    varas de medir y de triangulación óptica
    respectivamente. De modo similar, tendríamos que
    distinguir entre temperaturamercurio y temperatura-alcohol.
    ()

    El empleo de dos escalas diferentes puede llegar a
    establecerse como válido si se estipula un modo de
    reducción que traslade los valores de
    lectura de una escala a otra.
    Esto no significa un relativismo, pero no se resuelve de manera
    operacionalista, a menos que se considere la operatoria matemática
    como una forma cuasi-empírica. Es el mismo problema de la
    operatoria del movimiento y la operatoria del
    cálculo.

    Si, en última instancia, es la escala la que
    determina el fenómeno, como sostenía entre otros J.
    Piaget, la habilidad en e manejo de símbolos en la operatoria abstracta
    (lógica y matemática) e una manera de sortear las
    dificultades del empirismo, ya que, para una comunidad
    científicamente formada en el empleo de dichas escalas,
    los fenómenos aparecen interpretados de otra manera que la
    de otras comunidades de científicos cuyas integraciones
    epistemológicas no se hayan realizado, pero, sobre todo,
    estas combinatorias se alejan del sentido común, si por
    él hay que entender el pensamiento no formado dentro de la
    integración operacionalista y no-operacionalista. Se
    superaría así el problema del empirismo y el
    idealismo a la
    vez, pero ya no entenderíamos el realismo sino como la
    adquisición de estructuras cognoscitivas relacionadas, en
    lo interno con los niveles de operatoria abstracta, y en lo
    externo con los contextos experimentales y la referencia a una
    comunidad de lenguaje provista por la profundización de la
    ciencia básica hacia una orientación experimental,
    en otras palabras, lo externo se interpreta como cierta
    configuración socia que hace posible a determinadas formas
    del realismo establecer intersubjetividades. Las versiones
    internalistas y externalistas, una vez más. Finalmente,
    regresando a Popper. Vale aclarar que su posición
    metafísicamente realista es una decisión
    epistemológica, y tal vez existencial, que no se funda en
    una contrastación o falsación del idealismo, el
    empirismo o el escepticismo, sino en no aceptar por
    realismo algo así como a la "científica" mesa de
    Eddington sino, en todo caso, una defensa del sentido
    común, que para él, opera, al igual que las
    ciencias, en el ensayo y
    error.

    6.- E problema
    mente-cuerpo y sus variantes

    6.1.- Dualismos y paralelismo
    psicofisiológico

    Suele tomarse a René Descartes como
    una referencia filosófica que expone un dualismo
    substancialista al explicar las dimensiones del orden
    físico y mental. Descartes, al hablar de res extensa y res
    pensante supone dos sustancias que corresponden a lo
    físico y lo mental. Ese dualismo supone problemas de
    correspondencia o de correlación de ambos órdenes,
    que en Descartes traza un recorrido metafísico: el de una
    substancia finita que pueda pensar lo infinito, y la
    reflexión sobre la idea de infinito que implica darse en
    una substancia corporal. Para Descartes eran las matemáticas las ciencias capaces de
    explicar este fenómeno. Sin embarco, a pesar de su
    filosofía mecanicista dedica una obra, Pasiones del
    Alma, en la
    que desarrolla su concepción del cuerpo y de la
    afectividad.

    Todas las afecciones son explicadas de manera
    materialista y fisiológica, al atribuir a
    "espíritus" los vehículos que a través de la
    sangre
    portaban los movimientos energéticos de las acciones y las
    conductas. Los espíritus cartesianos no deben entenderse
    de manera metafísica sino materialista, ya que se
    refieren, en el orden corporal, a elementos
    neurofisiológicos análogos quizás a las
    catexias freudianas. La razón entendida como substancia, y
    su búsqueda de una base material (orgánica y
    cerebral para las emociones,
    voliciones y fenómenos mentales. La glándula
    pineal, que comunicaba las do substancias, y que ha sido aludida
    como una explicación precaria era, sin embargo y para la
    época, un intento de hallar base material a los procesos
    mentales. El problema, hoy en manos de las neurociencias, era el
    de asignarle ciertos "locus" cerebrales a las emociones y
    pensamientos de la actividad psíquica. Descartes era no
    solamente u espíritu analítico sino
    empírico, como lo describe R. Bodei, que lo sitúa
    en "su biblioteca"
    frente a un becerro listo para su disección. Ese dualismo
    cartesiano fue convertido en monismo por Spinoza y en paralelismo
    psicofisiológico por Malebranche.

    Todo lo referido a la mente, el alma y el
    espíritu, desde una perspectiva materialista o
    fisicalista, parecía no tener lugar dentro de la ciencia
    positiva sin desarrollo
    psicológico; serían, en principio, entidades no
    localizables, no mensurables y no reductibles a la
    contrastación. Sin embargo, las neurociencia, como luego
    se verá, superan esto. El paralelismo
    psicofisiológico, en cambio, tiene
    ciertas complejidades como la noción de metabolismo Si
    esta noción biologista pudiera ponerse en suspenso, sin
    ser suprimida ni definida, observa Ángel, podría
    explicarse la actividad psíquica como paralela a la
    actividad físico-química neuronal.

    Finalmente, el estudio de R. Rorty es una crítica
    al vocabulario mentalista o espiritualista que, según
    él, desde Descartes con el dualismo, y desde Kant, con la
    noción de "síntesis"
    de las categorías del entendimiento y las formas de la
    sensibilidad en relación con la percepción, ha
    producido una especie de enfermedad del lenguaje, o mejor dicho
    una distorsión cognitiva. Luego de una
    crítica minuciosa y sostenida, Rorty supone, como los
    conductistas, que el lenguaje
    que puede expresar mejor lo que se llama "mental", no es otro que
    el de la neurofisiología.

    Traza un cuadro comparativo de lo que podría ser
    un vocabulario "no mentalista", reduciéndolo a
    estímulos de fibras neuronales, que resulta algo bizarro.
    Entre otras cosas, no logra Rorty quitarle a ese eventual
    lenguaje formas de relaciones lógicas compatibles con el
    lenguaje "mentalista", y además, considera el problema de
    los universales a la manera platónica y no a la manera
    piagetiana (ni a priori, ni constructos operatorios
    inarticulados). Rorty parece abogar por un epifenomenalismo de la
    consciencia, y se aproxima a Popper en el rechazo del
    psicologismo (y aún de la Psicología), aunque su
    estudio sea una analítica próxima a la
    fenomenología,tampoco, al igual que Popper, coincide con
    los fenomenólogos porque, según él, no han
    entendido bien a Husserl y se tornan subjetivistas y
    místicos. Rorty se torna materialista y fisicalista y
    admite, como Sellars, que la ciencia es la medida de todas las
    cosas. () Tanto para Richard Rorty
    copmo para Carl Popper, se trata de discernir los alcances del
    reduccionismo, que menoscabaría el libre albedrío
    humano o el materialismo
    emergentista, que entiende como cualidades de distinto orden al
    fisiócrata, a las formas del espíritu, el
    sentido interno y la subjetividad
    (*) , la racionalidad
    (en sus muchas formas), y la libertad.

    6.2.- Del Dualismo al Trismo (Popper y
    Penrose)

    El dualismo cartesiano admite una región de
    interacción entre ambos órdenes,
    mundos o substancias, pero no resulta fácil asignar esa
    interacción a lugares específicos, sino a ciertos
    estados que experimentamos en nosotros mismos:

    Hay ciertas cosas que experimentamos en nosotros mismos
    y que no deberían ser atribuidas a la mente ni al cuerpo
    solos, sino a la estrecha e íntima unión que existe
    entre el cuerpo y la mente… Tales son los apetitos del hambre,
    sed, etc. y también las emociones o pasiones de la mente
    que no subsisten en la mente o el pensamiento solos… y
    finalmente todas las sensaciones.()

    Popper también se referirá a
    interacciones, pero con una estructuración diferente, de
    carácter ternario. En efecto, Popper, que trabajó
    con el neurofisiólogo Eccles, distingue entre u mundo 1,
    referido a los objetos físicos, el mundo 2, de la actiidad
    mental, regido por las reglas de la lógica, que para
    Popper tienen validez objetiva, y el mundo 3, que son –como
    él mismo dice- los objetos culturales como el
    Espíritu Objetivo
    hegeliano, como libros, obras
    de arte,
    tecnología. La interacción, para Popper, se produce
    entre el mundo 1 y el mundo 3 por medio del mundo 2 (actividad
    mental), ya que no hay relación directa de 1 a 3. Popper,
    aún, no se considera epifenomenalista con relación
    a la conciencia, como
    parece integrarse con su posición evolucionista y
    biologista. El problema que se formula en torno a la conciencia
    es, según el análisis de W. Betchell,
    que:

    La selección natural permite que un rasgo
    esté ligado a rasgos ventajosos y resulte favorecido
    incluso si él mismo no es ventajoso. Un caso
    biológico ilustra este punto. Explicamos por qué
    las plantas son
    verdes no mostrando ninguna ventaja que se siga de ser verde,
    sino mostrando que el alelo de la clorofila en las plantas es
    también responsable de su color verde y
    también mostrando que poseer clorofila es ventajoso. No
    exigimos ninguna teoría evolucionista para explicar ni por
    qué las plantas son verdes ni por qué contienen
    clorofila, ni siguiera por qué la clorofila causa que las
    plantas sean verdes… así pues, incluso si los estados
    mentales son epifenómenos respecto de ciertos estados
    cerebrales, podrían resultar favorecidos si estos estados
    cerebrales ayudaran al organismo en su búsqueda de la
    supervivencia ().

    Para Betchell, entonces, Popper podría ser
    epifenomenalista, ya que no contradiría su darwinismo
    epistemológico. Queda abierta la cuestión del
    reduccionismo y del materialismo emergentista, en otros
    términos, del determinismo y el libre
    albedrío.

    También Roger Penrose ha sostenido recientemente
    una posición epistemológica triádica luego
    de un estudio que integra la microfísica con la
    química y la biología, Penrose describe,
    también trata de explicar la consciencia, también a
    partir del cerebro, pero
    estudiando en él posibles compatibilidades de su estructura y
    funcionamiento con la física de Einstein y Plank,
    analizando los microtúbulos, que conforman la estructura
    interna de las redes
    neuronales, modelo que propone modificar. No se trata de un
    enfoque darwiniano, aunque sí de un fisicalismo
    emergentista complejo, ya que entiende la física junto a
    la química y la biología en un reticulado de
    ciencias naturales que darían lugar a la mente, la
    conciencia y las representaciones del pensamiento.

    6.3.- El problema mente-cuerpo y el
    lenguaje

    Uno de los problemas más arduos lo constituye la
    filosofía del lenguaje, en la que no cabe extenderse en
    este estudio. Sin embargo, lo que Popper ha propuesto con
    relación al lenguaje –ya lo he referido en parte-,
    es alejarse de la filosofía hermenéutica del sentido y de la
    significación, en relación con el Círculo de
    Viena y Wittgenstein, y además ponerse fuera de las
    corrientes fenomenológicas que, como Edmund Husserl
    (meditaciones cartesianas) y Maurice Merleau-Ponty (filosofia de
    la percepción), hacen su elaboración del problema
    mente-cuerpo con una detallada descripción de los tiempos subjetivos de
    los sistemas sensitivo-cognitivos derivados de la
    percepción De la fenomenología siempre se advierte
    la calidad intersubjetiva del lenguaje humano, de las que
    desarrollan pero no una teoría del triángulo
    pragmático del lenguaje a la manera de Karl Otto Apel.
    También se distingue a Popper de Lacan a la hora de
    formular sus criterios y dar sus razones sobre el fenómeno
    del lenguaje de las abejas en relación con el lenguaje
    propiamente dicho.

    Popper describe cuatro funciones del lenguaje: la
    expresiva, la de señalización, la descriptiva y la
    argumentativa, pero con una estructuración de niveles, en
    que los dos primeros (expresivo y de señalización)
    compatibles con los animales y el hombre, y
    hasta parte de la función descriptiva se la asigna a las
    abejas. El pasaje de un estadío
    pre-lingüístico a uno lingüístico
    propiamente dicho resulta complejo. Las abejas poseen un
    dispositivo capaz de "comunicar" mediante unos movimientos en
    forma de "bailecitos" la distancia a recorrer y la dirección en que otras abejas podrán
    ir a libar las flores. ¿Se trata de comunicación realmente? Si bien asombra la
    precisión y la repetición del mensaje, es muy
    posible que se trate de un automatismo, es decir, de una
    acción entre tantas otras acciones motrices o reflejas. Si
    se trata de una acción de este tipo, no habría en
    ese reflejo pre-lingüístico ninguna huella de
    intersubjetividad, lo que, fenomenológicamente dicho, a la
    manera del Husserl de las Meditaciones Cartesianas,
    restaría toda analogía real de función
    lingüística entre las abejas y el
    hombre. En el
    análisis de J. Lacan (1966), la distinción se
    efectúa de esta manera:

    Una decena de años de observación paciente
    bastó a Karl Von Frisch para descodificar este modo de
    mensaje, pues se trata sin duda de un código,
    o de un sistema de señales
    que sólo su carácter genérico nos impide
    calificar de convencional. ¿Es por ello un lenguaje?
    Podemos decir que se distingue en él precisamente por la
    correlación fija de sus signos toman
    su valor de su
    relación los unos con los otros, en la repartición
    léxica de los semantemas tanto como en e uso posicional,
    incluso flexional de los morfemas, contrastando con la fijeza de
    la codificación puesta en juego
    allí. Y la diversidad de las lenguas humanas toma, bajo
    esa luz su pleno
    valor. Además, si el mensaje del modo aquí descrito
    determina la acción del socius, nunca es retransmitido por
    éste. Y eso significa que queda fijado en su
    función de relevo de la acción, de la que
    ningún sujeto la separa en cuanto símbolo de
    la
    comunicación misma ().

    Los estudios sobre el lenguaje parecen establecerse en
    tres regiones diferentes, aunque complejamente relacionadas. Una
    primera manera de considerar el lenguaje es en la estructura
    relacional de los conceptos. No habría conceptos aislados
    sino que adquieren significación con relación a un
    grupo o
    estructura conceptual. Estas estructuras han llevado, entre
    otros, a T. Khun a estudiar la trama conceptual de palabras que,
    en la Historia de las Ciencias, permiten comprender los cambios
    teóricos, tanto con relación a teorías
    nuevas como a teorías previas o anteriores. De esta
    manera, refiere que conceptos tales como "flogisto" pueden
    entenderse como haciendo referencia a objetos existentes o no,
    según se estudie su relación con otros conceptos
    explicativos como "elemento" y "principio", lo que crea problemas
    de traducción e interpretación, ya que
    no se da una fácil traducción de "uno a uno" en
    todos los casos, sino que debe entenderse un conjunto de
    enunciados. De la misma manera, ocurre con la
    interdefinición de "masa", "fuerza", y
    "aceleración" en la física newtoniana.

    Los estudiosos de neurociencias discuten acerca de la
    posibilidad de que un concepto como el de "qualia"(*) sean, en
    realidad un constructo convencional como afirma Daniel Denett
    (1988), o, en cambio, que se trate de patterns de la actividad
    neuronal (Patricia Churchland, 1986). Son debates en torno a la
    existencia o no de enunciados observacionales, y del marco
    teórico en el cuál estos conceptos son
    empleados.

    Una segunda región es considerar al lenguaje con
    relación al sistema percepción-conciencia. El
    sistema percepción-conciencia implica o describe
    también una teoría del cuerpo. De acuerdo a como se
    describe un sistema perceptivo, también se establece una
    relación y descripción del cuerpo. Este
    ámbito es el que permite trazar analogías, como la
    de Popper, que describe a las teorías como organismos.
    Popper no toma esta analogía a la manera de los
    fenomenólogos, que suelen caracterizar un dualismo a la
    manera cartesiana. Percibir y describir verbalmente se vinculan
    con el cuerpo, para los fenomenólogos, y no se trata de
    una corporeidad anatómica o fisiológica, sin de la
    autopercepción de la conciencia. Esta posición
    parece aproximarse a la irreductibilidad de la subjetividad, y,
    en algunas interpretaciones a una psicología solipsista,
    en que la presencia y existencia del otro aparece
    paradójica, ya que se da en la intersubjetividad del
    lenguaje aunque la relación consigo misma de otra
    conciencia parezca escaparse siempre y quedar en su originariedad
    y singularidad inalcanzable. De allí que la imagen
    corporal sea diferente a la vida del espíritu o la
    conciencia. Esa irreductibilidad lleva a Merleau Ponty a
    describir informes
    neurofisiológicos tales como:

    El ideal del pensamiento objetivo –el sistema de
    la experiencia como haz de correlaciones
    físico-matemáticas- se funda en mi
    percepción del mundo como individuo y de
    acuerdo consigo mismo, y cuando la ciencia quiere integrar mi
    cuerpo con las relaciones del mundo objetivo es porque trata, a
    su manera, de traducir la situación de mi cuerpo fenomenal
    sobre el mundo primordial (…) unos objetos están ante
    mí, dibujan en mi retina una cierta proyección de
    sí mismos, yo los percibo. Ya no podrá tratarse de
    aislar en mi representación fisiológica del
    fenómeno las imágenes
    retinianas, y su correspondiente cerebral (..) El acontecimiento
    fisiológico no es más que el bosquejo abstracto del
    acontecimiento perceptivo. ()

    En todo caso, Merleau Ponty parte de una base
    filosófica en la que distingue al en-sí y al
    para-sí como categorías ontológicas
    irrebasables. Esta manera hegeliana resulta, en cambio, rechazada
    por Popper: hay diferencias no sólo
    epistemológicas, sino metafísicas.

    Sin embargo, hay una tercera vía, en la que el
    lenguaje o se separa del mundo instrumental y representacional de
    las neurociencias. El problema de las representaciones, o
    imágenes mentales, ya no se asigna al lenguaje verbal de
    las "impresiones" o "sensaciones", sino que asa a un plano
    no-verbal, es decir, las reacciones cerebrales que pueden
    observarse mediante instrumentos (PET, MRI, ERP) y que
    afectan la corteza cerebral. Además, se estudia el
    lenguaje de manera neurolingüística, por la capacidad
    del cerebro del niño pequeño de asimilar palabra y
    estructuras gramaticales. El cerebro, de esta manera, está
    básicamente preparado para operar biológicamente.
    Cabe decir que las neurociencias no se han detenido por
    argumentaciones fenomenológicas o hegelianas, aunque
    resulte evidente que la actividad psíquica se relacione
    con el cerebro, como se demuestra en los estudios comparativos de
    casos de daño
    cerebral, por ejemplo, en cuanto a la manera de situarse y
    retener esquemas espaciales. Finalmente, a diferencia de M.
    Ponty, se ha experimentado con las bases neurológicas de
    las representaciones o imágenes mentales,
    pudiéndose trazar gráficos de las reacciones a
    estímulos y de la imaginación en ausencia de
    estímulos: mapas cerebrales,
    de los que cabe preguntar: ¿no modifican estos mapas
    cerebrales la autopercepción? Sin duda, ya que el campo
    perceptivo amplía su base de información y de
    conceptos, y por tanto, posiblemente también sus
    estructuras operativas y conceptuales. De esta manera, el
    problema mente-cuerpo, de manera dualista, o el mundo 1, 2 y 3 de
    Popper (triádico); y también el mundo
    platónico, e mundo físico y el mundo mental de
    Roger Penrose, también triádico, aunque reformulado
    en su lógica interna respecto al de Popper, permiten
    introducirnos en una dinámica de ideas en el que no parece haber
    respuestas definiotivas, sino modos de interrelación que
    no detienen ni la reflexión filosófica ni los
    nuevos reticulados de las ciencias.

    CONCLUSIONES

    Para una lectura contextual de Karl Popper resulta
    interesante y hasta indispensable hacerlo aparecer en algunas de
    sus principales diferencias: con Dilthey, Marx y Hegel (en el
    encuadre del filosofía de las historia), en sus
    diferencias con Alexandre Koyré y su escuela (en el
    encuadre de la historia de las ciencias y las ideas
    metafísicas), y en sus diferencias con Kant y Kuhn ( en el
    encuadre de la filosofía de las ciencias o
    epistemología). Para concluír, a través de
    la sociología de las ciencias sería interesante
    situar a Popper como a un darwiniano que heredó los
    (supuestos) errores y (supuestos) aciertos de su
    concepción de mundo o weltanschauung implicada, lo que no
    es, sin dudas, sencillo,y excede este trabajo. Dejo abiertos
    estos cuatro encuadres e indicadores de
    posibles estudios, creyendo al menos haber expresado el sentido
    general en que pueden situarse en la actualidad los
    análisis y derivaciones de las ideas de Karl Popper,
    Quizás no se trate tanto de criticar a Popper, ni de
    comprenderlo con adhesión a sus criterios, pero sí
    de conocer –indirectamente quizás- qué ideas
    son las que forman el contexto epocal de la filosofía de
    las ciencias desde la segunda mitad del siglo XX y atisbar
    cuáles de éstas alcanzan el presente y el futuro
    del siglo XXI, momento en el cual muchas de estas ideas expresan
    su sentido, de froma explicita y tambien bajo la forma de
    estructura subyacente del pensamiento. Y esas ideas son las que
    pueden buscarse en el sentido propuesto, ya que también
    significan ciertos criterios respecto al libre albedrío en
    lo que Habermas ha llamado nuestro derecho a la
    contemporaneidad.

    Prof. Guillermo Carlos Treboux

    Filosofía e Historia de las Ciencias- UNCo
    – Neuquen –Rca. Argentina

    Avda. Argentina 775 3 g – 8300

    Neuquén

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