- Ideas principales de la
epistemología de Popper - Convencionalismo y
Sociología de las Ciencias - Las Ciencias y la
Metafísica - Semejanza de la
Selección Natural la Metodología de
Popper - Epistemología
Genética y Evolucionismo - Definiciones,
tautológicas y causas en el
Evolucionismo - El método
hipotético deductivo en versión compleja y el
operacionalismo - El problema mente-cuerpo y sus
variantes - Conclusiones
Para una lectura
contextual de Karl Popper
resulta interesante y hasta indispensable hacerlo aparecer en
algunas de sus principales diferencias: con Dilthey, Marx y Hegel (en el
encuadre del filosofía de las historia), en sus
diferencias con Alexandre Koyré y su escuela (en el
encuadre de la historia de las ciencias y las
ideas metafísicas), y en sus diferencias con Kant y Kuhn ( en
el encuadre de la filosofía de las ciencias o epistemología). Para concluír, a
través de la sociología de las ciencias sería
interesante situar a Popper como a un darwiniano que
heredó los (supuestos) errores y (supuestos) aciertos del
darwinismo en la historia de las ideas.
1.- Ideas principales
de la epistemología de
Popper.
a.- Las ciencias son la mejor aplicación de la
racionalidad.
b.- Se trata de una racionalidad tratada como
universal.
c.- Esta racionalidad está constituida por un
conjunto de reglas.
d.- Esto se observa claramente, en particular en la
Física.
e.- Hay un método
universal, el hipotético-deductivo.
f.- La observación es independiente de la
teoría. (Cuestión muy discutible
desde perspectivas kantianas clásicas , neokantianas
contemporáneas –como la de Henry Allison- , y
kuhnianas en especial.)
g.- Sentido de la acumulación y progreso en las
teorías científicas.
A estas características, Popper les agrega
algunas más, que actúan como diferenciales,
trazando límites o
fronteras con otros campos de la filosofía:
- Rechazo de la metafísica como
anticientífica. - Rechazo del psicologismo (fenomenología) (y aún de la
Psicología y el Psicoanálisis) como ciencias positivas
(es decir, bajo el modelo
físico- química-biológico). - Una perspectiva antihistoricista (que alcanza a
Dilthey, Hegel, Marx, y quizás exceptúa a
Comte) - Ese anti-historicismo incluye a la Historia de las
Ciencias, con lo que excluye a filósofos-historiadores de las ciencias
como Alexandre Koyré y su escuela. - Poca significación de la Sociología de
las Ciencias (que alcanza hasta sociólogos como D.Boor,
B.Latour, S.Woolgar, E: Lizcano)
Las últimas características, definidas en
sentido negativo, dejan lugar al método empírico,
que parece de esta manera bastarse a sí mismo, y de
allí, a la formulación de una teoría
falsacionista –que es también una posición
filosófica-, y al método
hipotético-deductivo.
En el presente trabajo,
haré algunas descripciones de la epistemología
popperiana, y realizaré algunas consideraciones a manera
de comentarios en torno a sus
perspectivas epistemológicas, diferentes y contrapuestas a
sólidas perspectivas tales como las de Alexandre
Koyré, Emanuel Kant, Thomas Kuhn, entre las más
evidentes, pero menos puestas de manifiesto que aquellas en torno
a sus críticas a Carlos Marx, o, en último caso, a
las que ha desarrollado la Sociología de las Ciencias. En
todo caso, la epistemología de Popper quizás
conforme una imagen de las
ciencias que más tense el debate sobre
la racionalidad puesto que lo que en ésta haya de
universal o de contextual, y de histórico y
metafísico, queda puesto en cuestión por Popper. Se
trata de indagar si tales cuestionamientos son sostenibles, y en
todo caso, sobre que criterios.s A estas cuestiones invito a
quienes se interesen por ellas a hacer su propia interpretación de los temas aquí
expuestos.
1.1.-
Convencionalismo y Sociología de las
Ciencias.
Popper no cree que las ciencias se basen en
convencionalismos. Esta posición, en lo que tiene de
interesante, es que trata de no relativizar los conocimientos
científicos. Probablemente, en lo que se refiere a las
leyes de la
naturaleza, se
trata allí de características universales y no
convencionales.
‘no es que el efecto de las leyes que crea
nuestro intelecto se imponga en la naturaleza haciéndola
simple, porque no cree que la naturaleza sea simple.
Sólo las leyes de la naturaleza son simples, y estas
leyes, sostiene el convencionalista, son nuestras propias
creaciones libres … nuestras convenciones sobre la
naturaleza’ ()
Este problema es sin duda difícil. La
posición de Popper con relación a la racionalidad
es que ésta no tiene problemas de
inconmensurabilidad, o de intraductibilidad de términos, y
en última instancia, el pensamiento
matemático resultaría universalmente válido
e incuestionable. Siempre es posible admitir que hay cosas que
ignoramos o que conocemos mal, pero es muy diferente decir que de
acuerdo a ciertos convencionalismos (comunidades
científicas, escuelas de pensamiento, situación
histórico-contextual), no podemos llegar a las mismas
conclusiones partiendo de las mismas premisas.
A través de la Historia de las Ciencia, es
frecuente observar que, -como lo han hecho entre otros
Koyré y Khun- existen sistemas de
pensamiento científico sumamente racionales y coherentes,
aunque de capacidad explicativa diversa. La Sociología de
las Ciencias han destacado fuertemente el carácter convencional de muchas
construcciones teóricas. Popper se sitúa en el
extremo opuesto de D. Boor, por ejemplo, o del programa fuerte
de Sociología de las Ciencias, Además, las ciencias
y sus interrelaciones dan a veces la imagen de territorios
movedizos, como un delta, en que el curso de las aguas a veces
separan, y a veces unen superficies () fronteras de la biología,
física y química se desdibujan, conformando nuevas
regiones epistemológicas ().
De esta manera, la objetividad en las ciencias en su
búsqueda de la verdad, y de una razón universal
como proyecto ideal,
no se contradice con la existencia de convencionalismos o
racionalidades particularizadas por circunstancias
sociológicas o históricas. En todo caso,
resultaría exagerado y hasta inconveniente hablar de
irracionalidad en todos aquellos aspectos en que las ciencias se
apoyen en convenciones o puedan ser explicadas por razones
contextuales, sociales e históricas.
2.2. Las
Ciencias y la Metafísica.
Popper rechaza las explicaciones metafísicas en
la mayor parte de su obra, puesto que se sustraen el
método empírico. Sin embargo, en toda su teoría del
conocimiento, como luego veremos, existe una fuerte
analogía con el evolucionismo darwiniano. Y precisamente,
al referirse a la selección
natural y su status científico, reconoce que:
‘Influido por lo que dicen las autoridades en el
pasado describí esta teoría como "casi
tautológica", y he tratado de explicar como la
teoría de la selección natural podía no ser
comprobable (como lo es toda tautología) y, sin embargo,
de gran interés
científico Mi solución fue que la doctrina de la
selección natural es un programa de investigación metafísica de mucho
éxito.’ ()
En muchas filosofías de las ciencias
surgidas del positivismo y
del Círculo de Viena, es común observar un rechazo
a la Metafísica. Pero en el caso particular de Popper,
este reconocimiento parcial del "programa metafísico" en
la teoría de la evolución resulta importante porque su
teoría del conocimiento
toma, como hemos dicho, muchos aspectos análogos.
Habría que concluir que su teoría del conocimiento
también conlleva aspectos metafísicos, contra el
empisismo experimentalista que propone.
3.1.- Semejanza de
la Selección Natural la Metodología de Popper
El método que propone Popper parecería
estar inspirado en la Teoría de la Evolución y en
la selección natural de Charles Darwin. Las
expresiones que Popper emplea en su teoría
metodológica no se asemejan solamente en las palabras sino
en el significado, y, además su epistemología como
Teoría del Conocimiento está explícitamente
fundamentada en la Biología y hasta en una
Epistemología Evolutiva, en tres niveles:
adaptación genética,
conducta
adaptativa y descubrimiento científico.
… la etapa de selección a partir de las
mutaciones y variaciones disponibles: las de nuevos intentos o
tanteos que están mal adaptadas son eliminadas. Esta es la
etapa de la eliminación del error. Sólo las
instrucciones tentativas más o menos bien adaptadas son
las que sobreviven y, a su vez, son heredadas. Así, pues,
podemos hablar de adaptación por el método de
prueba y error, o mejor dicho, el método de prueba y
eliminación del error. La eliminación del error o
de las instrucciones mal adaptadas se llama también
selección natural y opera en tres niveles (…)
genético, conductual y científico.
Popper considera que sobre la instrucción
(derivada del diseño
creacionista de Paley); y de la selección (derivada de
evolucionismo de Darwin) pueden explicarse los pasos de una
teoría del conocimiento que culmina en la selectividad de
las teorías científicas.
Ya hacia 1932, Popper había expresado su
teoría de la selectividad que produce en las ciencias el
empleo del
método hipotético-deductivo y los experimentos de
falsación, o quizás, de intentos de
falsación (que Hempel denominará
"constrastación").
A pesar de su rechazo del psicoogismo, Popper
intentará, algo tardíamente, en 1977, esbozar una
teoría del yo y de la consciencia, que tendrá
también bases biologistas (6). En la lucha por la
existencia que considera biológicamente común a
animales y
hombres (por lo menos en lo que en éstos hay de
común biológicamente), Popper pasa de aceptar la
continuidad existente en la integración que realiza el sistema nervioso
central a la acción
integradora de la consciencia. Entonces:
Muchas de estas acciones
integradoras son automáticamente inconsciente. Pero otras
no lo son. A éstas últimas pertenece,
especialmente, la selección de medios para
lograr ciertos fines (a menudo inconscientes); es decir, la
toma de
decisiones, la selección de programas.
(7)
La idea de selección le es tan valiosa a Popper,
que a las funciones
psicológicas tales como la Percepción
y la Memoria,
también las explica por su significación y sentido
selectivo. Llevaría todo un estudio que quizás
alguien se interese en realizar, analizar lo que esta idea de
selectividad tiene de común con la intencionalidad de la
consciencia de la fenomenología. Popper, quizás
lamentablemente, no se aproximó a los
fenomenólogos, ni a Bergson (La Evolución Creadora,
Materia y
Memoria), ni, a Piaget
(Epistemología Genética y Psicología
Evolutiva).
En relación a las ciencias, Popper no tiene una
epistemología que trate de la relación de las
ciencias entre ellas, sino que propone un método y una
teoría que no es ciencia empírica (según su
expresión). Su epistemología no resulta, entonces,
integradora, y su método, aplicable en contextos
experimentales particularmente correlacionados con las mediciones
y la posibilidad de repetir las condiciones experimentales,
tiende a aceptar sólo una teoría explicativa, que a
veces es la mejor o la más reciente.
Por ejemplo, prefiere a Darwin en detrimento de Lammark,
y por buenas razones, pero acaso olvida una posible
integración superadora como la propuesta por Piaget,
Precisamente, la Epistemología ara Piaget significa la
interrelación de las ciencias. No es únicamente
apriorista ni únicamente empirista. Con relación al
conocimiento, lo formalizará en estructuras,
en que, tal vez en una audaz reformulación del
evolucionismo, supondrá que de la deducción, y de las tautologías, es
posible obtener más información en el sistema
teórico. Para ello, la elaboración piagetiana del
clásico problema de los universales será explicado
como construcciones operatorias en que:
‘lo real consiste así en una
jerarquía de estructuras formales de las que nuestra
inteligencia
posee el
conocimiento inmediato, en lo que se refiere a sus elementos
generales (los universales), aunque luego les otorgue un
contenido sensible por contacto perceptual (…) Las formas no
son concebidas ni como estructuras a priori del pensamiento ni
como el producto de
construcciones operatorias que constituyen por ello mismo causas
que conciernen simultáneamente a lo real y a nuestra
facultad intelectual’ (*)
Lo que Popper no explica, es decir, los procesos de
"instrucción" y "selección", es precisamente
materia de la Epistemología de Piaget.
3.2.-
Epistemología Genética y
Evolucionismo
Constituye un problema de fundamentación la
Teoría de la Evolución de Darwin, en el sentido en
que ésta –y Popper lo expresa claramente- es
más un programa metafísico, y que, además,
supone admitir o cuestionar las explicaciones
tautológicas. Es posible que la Historia de las Ciencias
pueda complementar a la Epistemología, si por ésta
entendemos no solamente una teoría del conocimiento, un
estudio de las metodologías sino también las
relaciones entre las ciencias. No se trata, entonces, de tomar en
cuenta las teorías superadoras solamente, o aquellas que
resulten exitosas en las pruebas de
falsación, sino aquellas que resulten falsadas, y
aún, teorías metafísica y filosóficas
que resultan eclipsadas por la época. Diferente a Popper,
Piaget explicaba de manera integrativa a Darwin y Lammark,
conduciéndolos hacia una Epistemología
Genética Evolutiva en 1950, mientras que Poper
abordó ese campo científico hacia 1977. Explica
Piaget que las explicaciones "fijistas" de las especies,
remontándose hasta Cuvier, no explica la adaptación
sino atribuyendo cierta fuerza vital a
los organismos, sin intervención del medio exterior.
Luego, con el transformismo, será el medio exterior el que
incida sobre las adaptaciones (Lammark), pero cierta manera del
"fijismo" vuelve a entenderse de modo darwiniano y mendeliano,
abandonando la idea de generación espontánea (que,
de todas maneras, se traslada a las relaciones del mundo
inorgánico y el orgánico, con la inclusión
del azar y las condiciones
físico-químicas).
Una última etapa sería la de
transmisión de caracteres adquiridos. Esta última
tesis
piagetiana, se basa en estudios experimentales que él
realizó en 1929 con moluscos, en los que pudo observar que
la adaptación se producía primeramente por la
acción del medio
ambiente, y posteriormente, mediante transmisión
hereditaria de caracteres adquiridos (tamaño de los
caparazones). El estudio experimental de Piaget recuerda, por el
uso de registros
históricos, al de Kepler. Este último
utilizó las observaciones de Ticho Brahe, mientras que
Piaget estudió las descripciones del tipo de molusco en
los catálogos de 1774 a 1800, observando cambios
adaptativos en su estudio experimental, atribuidos por él
a una transmisión hereditaria de caracteres adquiridos,
originalmente suscitados por el medio. Es un retorno (o
reversibilidad) parcial al lamarkismo, sin desconocer ni la
selección natural darwiniana, ni las leyes de Mendel. Resta
considerar que Popper prácticamente no menciona a Piaget,
quizás por sus diferencias con la Psicología y que,
inversamente, en Argentina los estudiosos de Ciencias
Naturales tienen a Piaget como Psicólogo, y no lo
conocen como Biólogo,() que fue su formación
inicial, que daría pie a una Epistemología que no
se centraría en un método (tal como el popperiano),
sino, entre otras ramificaciones programáticas, como
relaciones entre las ciencias.
4.- Definiciones,
tautológicas y causas en el Evolucionismo
4.1.- De las definiciones, Popper y el trilema de
Fliess
Una afirmación que suele considerarse
tautológica, erróneamente, según el análisis de Eliott Sober, es:
"¿Quiénes sobreviven? Los más
eficaces, ¿quiénes son los más eficaces? Los
que sobreviven." No se trata aquí de una
tautología, ni de un problema de tautología en
relación con la Teoría de la Evolución, sino
de uso de una definición.
En efecto, las tautologías no se encuentran en
las definiciones, si no en enunciados, y la frase referida planea
una definición, y no un enunciado. Popper estudió
el uso de las definiciones, considerando que existe una
tradición platónica y aristotélica que trata
de definir el uso de los términos empleados con la mayor
precisión posible, pero que en ciencias esto no es
posible, ya que:
"la precisión de un lenguaje
depende, más bien, de que se tenga e cuidado de no
sobrecargarlo con la tarea de ser muy preciso", y que
"en ciencia, todos los términos realmente
necesarios deber ser términos no definidos"
argumentando que la definición de
términos volvería imposible el discurso, ya
que todo término empleado debería ser definido a su
vez. Esta afirmación discutible de Popper llega a
considerar que:
"En la ciencia,
tenemos el cuidado de que las afirmaciones que hacemos nunca
dependan del significado de nuestros términos"
().
Una ciencia de semejante características
parecería favorecer solamente un sistema de ecuaciones, y
ni siquiera la Física históricamente hubiera podido
desarrollarse si los conceptos empleados no hubieran sido
analizados y redefinidos una y otra vez. Creo, como Polanyi, que
los términos se definen en función de
otros relacionados, en su articulación e
inarticulación con otros términos, si bien Popper
advierte de las afirmaciones básicas, es decir, cierto
número de afirmaciones que resultan indemostrables, no
sólo por necesidad teórica, sino porque, como
él lo refiere, tomándolo de Fliess, debe evitarse
un regreso al infinito en la cadena de significaciones. Vale
decir, que toda teoría admite términos no
definidos, y el de eficacia admite
una circularidad no tautológica (no es un enunciado), sino
por definición.
En el "trilema de Fliess", que consiste en el problema
de las afirmaciones dogmáticas, el regreso al infinito de
las significaciones y el psicologismo (que implica explicaciones
de la percepción de quién hace determinadas
afirmaciones, basado en su "experiencia personal").
Popper evita esta última salida psicologista y admite que
ciertas afirmaciones básicas (dogmáticas) deben ser
efectuadas aún en las ciencias. Al ponerse al margen del
psicologismo, y de las corrientes de pensamiento de las
teorías de la significación (Wittgenstein). Popper
admitiría que una definición tal sobre la eficacia
es válida, y aún, que la selección natural
no necesita explicaciones de significación, pues la
consideraría un principio explicativo. En todo caso la
eficacia sería una afirmación básica no
tautológica. Pero además, que se trate de un
principio explicativo no equivale a decir que se trate de causa,
y menos aún, causa única.
4.2.- Tautológicas
"El rasgo X es más eficaz que el rasgo Y, si y
sólo si X tiene una posibilidad de sobrevivencia mayor y/o
una mayor expectativa de éxito reproductivo que Y".
()
En este caso, que se trata de enunciados, admite Sober,
sí se produce una tautología. Pero se trata de una
tautología que está dentro de la teoría
evolucionista, es decir, forma parte de la teoría, y no es
la explicación total o fundamental de la misma. El
problema que contiene esta tautología es que parece
poderse formular de una manera formalizable: si P entonces Q.
Esta manera lógico-formal no constituye en Biología
Evolucionista enunciados empíricos, sino
formales:
"¿Son enunciados empírico o verdades
definicionales? En Física, las leyes generales, como la
Ley de la
Gravitación de Newton o la
Teoría Especial de la Relatividad son empíricas.
Por el contrario, muchas de las leyes generales de la
Biología Evolucionista (los enunciados "si P entonces Q
proporcionados por modelos
matemáticos) parece que no son
empíricos"()
Sin embargo, mucho más interesante resulta el
análisis de Gregory Bateson, que considera que la Lógica
es incapaz de modelar sistemas causales, puesto que los sistemas
causales contienen tiempo,
mientras que los sistemas lógico-formales son atemporales.
No es lo mismo, por lo tanto, el si …entonces… de las
explicaciones causales, que los si … entonces de las
formalizaciones lógicas. La lógica atemporal,
sostiene Bateson, se torna autocontradictoria y ejemplifica con
un circuito de electroimán:
Si se hace contacto en A, entonces se activa el
electroimán.
Si se activa el electroimán, entonces cesa el
contacto en A.
Si cesa el contacto en A, entonces se desactiva el
electroimán.
Si se desactiva el electroimán, entonces se hace
contacto.
Esta secuencia es satisfactoria siempre y cuando las
combinaciones "si…entonces" son causales. Pero si se quiere
pasar al mundo de la Lógica, el resultado será
escandaloso:
Si se hace contacto, entonces cesa el
contacto.
Si P, entonces, no P ()
Por lo tanto, parecería que las
tautologías en la teoría de la evolución no
pueden ser entendidas de manera atemporal, es decir, no
habría una inmediatez formal atemporal, sino que los
tiempos evolutivos explicarían causalmente lo que en
lógica aparece atemporal o tautológico.
Además las preguntas por las leyes naturales responden al
cómo, en tanto que las que preguntan por causas al
por qué. Esta distinción, no es, sin duda,
sencilla. Sin embargo, por lo menos en relación con la
selección natural, no puede considerarse como única
causa de la eficacia.
4.3.- Causas
Lo que sustenta la fijación de un rasgo, o su
eficacia, no se reduce a forma causal única
(selección natural), sino que, se consideran
también la deriva genética aleatoria, la
mutación y la migración.
De esta manera habría una aproximación a la que
Popper ha sostenido como explicación del ensayo y
error,luego trasladado al hipotético-deductivismo de la
mente –lo que explicaría los procesos creadores,
adaptativos, asimilativos y de sublimación- pero las
causas se multiplican y no se explican solamente por
selección natural. De esta manera el paralelismo que
Popper realiza entre el evolucionismo y el método
científico de esnayo y error
hipotético-deductivista, parece quedarse con las
respuestas parciales de las ciencias Biológicas y
Físicas, siendo que las primeras suponen teorías
metafísicas (o principios
explicativos no observables), y las segundas una cierta
reducción del lenguaje conceptual a ecuaciones, un
realismo
matemático, lo que, por ejemplo, para Alexandre
Koryré (Newtonian Studies, Estudios Galileanos), no
carecería de aspectos metafísicos.
5.- El método
hipotético deductivo en versión compleja y el
operacionalismo.
5.1.- El método hipotético deductivo en
versión compleja.
Según el estudio de G. Klimovsky, el
método hipotético-deductivo puede considerarse en
versión compleja, es decir, sin simplificarlo y
esquematizarlo, que le quita su capacidad teórica de
explicación.
El papel que desempeñan las hipótesis ad hoc y las hipótesis
auxiliares resulta en esta versión compleja muy
importante. De esta manera, la Teoría sigue
desempeñando un importante papel de organización y relación
sistemática de las hipótesis subsidiarias de la
hipótesis principal. Una compleja trama de interrelaciones
liga la hipótesis central (o las hipótesis propias
de la Teoría) con las hipótesis que deben
demostrarse a su vez, ya sea de manera especial, "ad hoc", cuando
se trata de un fenómeno algo irregular con relación
a la teoría principal, pero explicable, o, cuando mediante
hipótesis auxiliares, deben demostrarse de manera parcial
algunos enunciados que resultan importantes para mantener la
validez de la teoría principal.
Este método, también llamado estrategia por
Klimovsky, también se apoya en la base empírica, es
decir, que si bien hay que distinguir entre los términos
observacionales, estos últimos no se hallan aislados de
los términos teóricos, sino relacionados en
diversos niveles de demostración y observabilidad sujeta a
contrastación empírica. Habría allí
una sistematización que se obtendría por niveles,
(también explicado por Hempel).
Estos Niveles suponen una distinción de
términos teóricos (los de la teoría
principal, generalmente, pero también dentro de las
hipótesis ad hoc y auxiliares), y los enunciados y
términos observacionales, que están subsumidos por
relaciones teóricas, pero que se hallan sujetos a
contrastación empírica y "observable". De esta
manera, una Teoría necesita de hipótesis
auxiliares, y en la versión compleja, que sigue siendo
experimentalista, muchas veces se carece de la posibilidad de
demostrar todo el ámbito de variable de una teoría.
En sentido estricto, esas variables
serían infinitas, pero admitiendo, como Popper, las
afirmaciones básicas o los enunciados por
definición (convencionales), el número de variables
se reduce considerablemente. Aún así, hay
enunciados, bajo la forma de hipótesis auxiliares, que en
la situación de ciencia experimental, no siempre
están sujetas a experimentación, y esto por la
cantidad de contrastaciones que habría que realizar, que,
aún no infinita, es considerable. Klimovsky ejemplifica
que, por caso, para realizar algunas pruebas de laboratorio,
un equipo de investigadores parte del supuesto de la calidad probada
de los materiales,
tal como la pureza de una droga
suministrada por otros experimentadores o laboratorios. Una falla
en el material de trabajo, invalida la secuencia experimental y
ocasiona errores en la contrastación. De esta forma, puede
creerse que es la hipótesis principal que resulta
falseada, y en realidad es sólo una hipótesis
auxiliar que no ha sido contrastada correctamente. Además,
la observabilidad en ciencias suele estar mediatizada por
instrumentos, con lo que el empirismo tecnológico
arroja resultados muy alejados, o inalcanzables por experiencia
de observación directa (telescopio, microscopio,
interferómetro, etc.). Algunos teóricos suponen que
ya no hay ciencias sin tecnología, con lo
que el problema mente-cuerpo adquiere otros alcances, al
modificar la observabilidad de los fenómenos. Sigue
siendo, por lo tanto, con relación a la
Epistemología como Teoría del Conocimiento, un
problema abierto que se puede llamar ¿Qué es el
empirismo?, ya
que prácticamente la idea de un sujeto trascendental en
ciencias retrocede a postulados lógico-matemáticos,
o aún, lingüísticos, que difícilmente
pueda superar cierto convencionalismo, y la filosofía ya
no puede intentar doctrinas a la manera de Hume y Kant. Un
intento de resolver los problemas del empirismo es el
operacionalismo ()
5.2.- El Operacionalismo (imagen visual e imagen
acústica)
"La idea central del operacionalismo es que el
significado de todo término científico debe ser
especificable indicando una operación definida de
contrastación que proporcione un criterio para su
aplicación (…) el término ácido
podría ser "definido operacionalmente del siguiente modo,
con el fin de averiguar si el término "ácido" se
aplica a un líquido dado, introduzcamos una tira de papel
tornasol en él; el líquido es un ácido si y
sólo si el papel tornasol se vuelve rojo. Este criterio
indica una operación contrastadora…"()
De esta manera habría un ejercicio de
contrastación en los términos científicos,
que permitiría a los investigadores referirse a objetos y
fenómenos contrastados en el empleo de los términos
de referencia. La idea del operacionalismo parece consistir en
evitar las ambigüedades y multivocidades del lenguaje, de
manera de atrapar el significado definiendo los términos
empleados por operaciones
contrastadoras. Hempel distingue un uso operacionaista de los
conceptos, del uso teórico y, entre ambos, la existencia
de conceptos-puente, capaces de relacionar el integrar la
teoría y la experiencia.
En el análisis de términos, entiende las
teorías como redes de hilos
entrecruzados, en cuyos puntos de entrecruzamientos aparecen los
conceptos-nudos, que son los centrales en los sistemas
teórico-observacionales. Hempel, en todo caso, distingue
siempre la idea de lo observable de la observabilidad (),
distinción importante referida a la posible
postulación de entidades potencialmente observables, pero
cuyo procedimiento
demostrativo (operacional) no se encuentra todavía
disponible en la teoría que lo describe y lo integra. El
campo de la experiencia posible, en sentido kantiano, va
abriéndose aso como postulación de entidades
teóricas que sistematizan y organizan ("sintetizando" la
apercepción); pero también con entidades cuya
observabilidad, en determinadas condiciones, es posible
operacionalmente.
En el área de la Física, siempre han
existido entidades teóricas como "fuerza",
"ímpetus", "movimiento";
pero también una notable diferencia entre lo operatorio
(p.ej. la caída de los cuerpos en un barco en movimiento),
y una clase de
movimiento no-operatoria (el movimiento de la tierra),
cuya operatoria puede demostrarse mediante el cálculo
geométrico, y, en todo caso, su visibilidad no es
directamente empírica, sino que surge de definiciones y
mediciones de conceptos tales como "longitud". En relación
a las mediciones, según Hempel, los operacionalistas
tienen la dificultad de, si se quiere evitar el convencionalismo,
explicar que dos procedimientos
conduzcan al mismo concepto, lo que
induciría a pensar que se trata de dos conceptos
diferentes, como si se tratase de una correspondencia "uno a uno"
(a cada operación correspondería un concepto).
Así:
…Por esta razón, sostiene Bridgman, no
sería "seguro"
considerar que los procedimientos operacionales determinan uno y
e mismo concepto: se debería considerar que criterios
operacionales diferentes caracterizan conceptos diferentes; y a
éstos deberíamos referirnos, idealmente, mediante
términos diferentes. Así se pueden utilizar los
términos "longitud táctil" y "longitud óptica"
para referirse a las cantidades determinadas con la ayuda de
varas de medir y de triangulación óptica
respectivamente. De modo similar, tendríamos que
distinguir entre temperatura–mercurio y temperatura-alcohol.
()
El empleo de dos escalas diferentes puede llegar a
establecerse como válido si se estipula un modo de
reducción que traslade los valores de
lectura de una escala a otra.
Esto no significa un relativismo, pero no se resuelve de manera
operacionalista, a menos que se considere la operatoria matemática
como una forma cuasi-empírica. Es el mismo problema de la
operatoria del movimiento y la operatoria del
cálculo.
Si, en última instancia, es la escala la que
determina el fenómeno, como sostenía entre otros J.
Piaget, la habilidad en e manejo de símbolos en la operatoria abstracta
(lógica y matemática) e una manera de sortear las
dificultades del empirismo, ya que, para una comunidad
científicamente formada en el empleo de dichas escalas,
los fenómenos aparecen interpretados de otra manera que la
de otras comunidades de científicos cuyas integraciones
epistemológicas no se hayan realizado, pero, sobre todo,
estas combinatorias se alejan del sentido común, si por
él hay que entender el pensamiento no formado dentro de la
integración operacionalista y no-operacionalista. Se
superaría así el problema del empirismo y el
idealismo a la
vez, pero ya no entenderíamos el realismo sino como la
adquisición de estructuras cognoscitivas relacionadas, en
lo interno con los niveles de operatoria abstracta, y en lo
externo con los contextos experimentales y la referencia a una
comunidad de lenguaje provista por la profundización de la
ciencia básica hacia una orientación experimental,
en otras palabras, lo externo se interpreta como cierta
configuración socia que hace posible a determinadas formas
del realismo establecer intersubjetividades. Las versiones
internalistas y externalistas, una vez más. Finalmente,
regresando a Popper. Vale aclarar que su posición
metafísicamente realista es una decisión
epistemológica, y tal vez existencial, que no se funda en
una contrastación o falsación del idealismo, el
empirismo o el escepticismo, sino en no aceptar por
realismo algo así como a la "científica" mesa de
Eddington sino, en todo caso, una defensa del sentido
común, que para él, opera, al igual que las
ciencias, en el ensayo y
error.
6.- E problema
mente-cuerpo y sus variantes
6.1.- Dualismos y paralelismo
psicofisiológico
Suele tomarse a René Descartes como
una referencia filosófica que expone un dualismo
substancialista al explicar las dimensiones del orden
físico y mental. Descartes, al hablar de res extensa y res
pensante supone dos sustancias que corresponden a lo
físico y lo mental. Ese dualismo supone problemas de
correspondencia o de correlación de ambos órdenes,
que en Descartes traza un recorrido metafísico: el de una
substancia finita que pueda pensar lo infinito, y la
reflexión sobre la idea de infinito que implica darse en
una substancia corporal. Para Descartes eran las matemáticas las ciencias capaces de
explicar este fenómeno. Sin embarco, a pesar de su
filosofía mecanicista dedica una obra, Pasiones del
Alma, en la
que desarrolla su concepción del cuerpo y de la
afectividad.
Todas las afecciones son explicadas de manera
materialista y fisiológica, al atribuir a
"espíritus" los vehículos que a través de la
sangre
portaban los movimientos energéticos de las acciones y las
conductas. Los espíritus cartesianos no deben entenderse
de manera metafísica sino materialista, ya que se
refieren, en el orden corporal, a elementos
neurofisiológicos análogos quizás a las
catexias freudianas. La razón entendida como substancia, y
su búsqueda de una base material (orgánica y
cerebral para las emociones,
voliciones y fenómenos mentales. La glándula
pineal, que comunicaba las do substancias, y que ha sido aludida
como una explicación precaria era, sin embargo y para la
época, un intento de hallar base material a los procesos
mentales. El problema, hoy en manos de las neurociencias, era el
de asignarle ciertos "locus" cerebrales a las emociones y
pensamientos de la actividad psíquica. Descartes era no
solamente u espíritu analítico sino
empírico, como lo describe R. Bodei, que lo sitúa
en "su biblioteca"
frente a un becerro listo para su disección. Ese dualismo
cartesiano fue convertido en monismo por Spinoza y en paralelismo
psicofisiológico por Malebranche.
Todo lo referido a la mente, el alma y el
espíritu, desde una perspectiva materialista o
fisicalista, parecía no tener lugar dentro de la ciencia
positiva sin desarrollo
psicológico; serían, en principio, entidades no
localizables, no mensurables y no reductibles a la
contrastación. Sin embargo, las neurociencia, como luego
se verá, superan esto. El paralelismo
psicofisiológico, en cambio, tiene
ciertas complejidades como la noción de metabolismo Si
esta noción biologista pudiera ponerse en suspenso, sin
ser suprimida ni definida, observa Ángel, podría
explicarse la actividad psíquica como paralela a la
actividad físico-química neuronal.
Finalmente, el estudio de R. Rorty es una crítica
al vocabulario mentalista o espiritualista que, según
él, desde Descartes con el dualismo, y desde Kant, con la
noción de "síntesis"
de las categorías del entendimiento y las formas de la
sensibilidad en relación con la percepción, ha
producido una especie de enfermedad del lenguaje, o mejor dicho
una distorsión cognitiva. Luego de una
crítica minuciosa y sostenida, Rorty supone, como los
conductistas, que el lenguaje
que puede expresar mejor lo que se llama "mental", no es otro que
el de la neurofisiología.
Traza un cuadro comparativo de lo que podría ser
un vocabulario "no mentalista", reduciéndolo a
estímulos de fibras neuronales, que resulta algo bizarro.
Entre otras cosas, no logra Rorty quitarle a ese eventual
lenguaje formas de relaciones lógicas compatibles con el
lenguaje "mentalista", y además, considera el problema de
los universales a la manera platónica y no a la manera
piagetiana (ni a priori, ni constructos operatorios
inarticulados). Rorty parece abogar por un epifenomenalismo de la
consciencia, y se aproxima a Popper en el rechazo del
psicologismo (y aún de la Psicología), aunque su
estudio sea una analítica próxima a la
fenomenología,tampoco, al igual que Popper, coincide con
los fenomenólogos porque, según él, no han
entendido bien a Husserl y se tornan subjetivistas y
místicos. Rorty se torna materialista y fisicalista y
admite, como Sellars, que la ciencia es la medida de todas las
cosas. () Tanto para Richard Rorty
copmo para Carl Popper, se trata de discernir los alcances del
reduccionismo, que menoscabaría el libre albedrío
humano o el materialismo
emergentista, que entiende como cualidades de distinto orden al
fisiócrata, a las formas del espíritu, el
sentido interno y la subjetividad (*) , la racionalidad
(en sus muchas formas), y la libertad.
6.2.- Del Dualismo al Trismo (Popper y
Penrose)
El dualismo cartesiano admite una región de
interacción entre ambos órdenes,
mundos o substancias, pero no resulta fácil asignar esa
interacción a lugares específicos, sino a ciertos
estados que experimentamos en nosotros mismos:
Hay ciertas cosas que experimentamos en nosotros mismos
y que no deberían ser atribuidas a la mente ni al cuerpo
solos, sino a la estrecha e íntima unión que existe
entre el cuerpo y la mente… Tales son los apetitos del hambre,
sed, etc. y también las emociones o pasiones de la mente
que no subsisten en la mente o el pensamiento solos… y
finalmente todas las sensaciones.()
Popper también se referirá a
interacciones, pero con una estructuración diferente, de
carácter ternario. En efecto, Popper, que trabajó
con el neurofisiólogo Eccles, distingue entre u mundo 1,
referido a los objetos físicos, el mundo 2, de la actiidad
mental, regido por las reglas de la lógica, que para
Popper tienen validez objetiva, y el mundo 3, que son –como
él mismo dice- los objetos culturales como el
Espíritu Objetivo
hegeliano, como libros, obras
de arte,
tecnología. La interacción, para Popper, se produce
entre el mundo 1 y el mundo 3 por medio del mundo 2 (actividad
mental), ya que no hay relación directa de 1 a 3. Popper,
aún, no se considera epifenomenalista con relación
a la conciencia, como
parece integrarse con su posición evolucionista y
biologista. El problema que se formula en torno a la conciencia
es, según el análisis de W. Betchell,
que:
La selección natural permite que un rasgo
esté ligado a rasgos ventajosos y resulte favorecido
incluso si él mismo no es ventajoso. Un caso
biológico ilustra este punto. Explicamos por qué
las plantas son
verdes no mostrando ninguna ventaja que se siga de ser verde,
sino mostrando que el alelo de la clorofila en las plantas es
también responsable de su color verde y
también mostrando que poseer clorofila es ventajoso. No
exigimos ninguna teoría evolucionista para explicar ni por
qué las plantas son verdes ni por qué contienen
clorofila, ni siguiera por qué la clorofila causa que las
plantas sean verdes… así pues, incluso si los estados
mentales son epifenómenos respecto de ciertos estados
cerebrales, podrían resultar favorecidos si estos estados
cerebrales ayudaran al organismo en su búsqueda de la
supervivencia ().
Para Betchell, entonces, Popper podría ser
epifenomenalista, ya que no contradiría su darwinismo
epistemológico. Queda abierta la cuestión del
reduccionismo y del materialismo emergentista, en otros
términos, del determinismo y el libre
albedrío.
También Roger Penrose ha sostenido recientemente
una posición epistemológica triádica luego
de un estudio que integra la microfísica con la
química y la biología, Penrose describe,
también trata de explicar la consciencia, también a
partir del cerebro, pero
estudiando en él posibles compatibilidades de su estructura y
funcionamiento con la física de Einstein y Plank,
analizando los microtúbulos, que conforman la estructura
interna de las redes
neuronales, modelo que propone modificar. No se trata de un
enfoque darwiniano, aunque sí de un fisicalismo
emergentista complejo, ya que entiende la física junto a
la química y la biología en un reticulado de
ciencias naturales que darían lugar a la mente, la
conciencia y las representaciones del pensamiento.
6.3.- El problema mente-cuerpo y el
lenguaje
Uno de los problemas más arduos lo constituye la
filosofía del lenguaje, en la que no cabe extenderse en
este estudio. Sin embargo, lo que Popper ha propuesto con
relación al lenguaje –ya lo he referido en parte-,
es alejarse de la filosofía hermenéutica del sentido y de la
significación, en relación con el Círculo de
Viena y Wittgenstein, y además ponerse fuera de las
corrientes fenomenológicas que, como Edmund Husserl
(meditaciones cartesianas) y Maurice Merleau-Ponty (filosofia de
la percepción), hacen su elaboración del problema
mente-cuerpo con una detallada descripción de los tiempos subjetivos de
los sistemas sensitivo-cognitivos derivados de la
percepción De la fenomenología siempre se advierte
la calidad intersubjetiva del lenguaje humano, de las que
desarrollan pero no una teoría del triángulo
pragmático del lenguaje a la manera de Karl Otto Apel.
También se distingue a Popper de Lacan a la hora de
formular sus criterios y dar sus razones sobre el fenómeno
del lenguaje de las abejas en relación con el lenguaje
propiamente dicho.
Popper describe cuatro funciones del lenguaje: la
expresiva, la de señalización, la descriptiva y la
argumentativa, pero con una estructuración de niveles, en
que los dos primeros (expresivo y de señalización)
compatibles con los animales y el hombre, y
hasta parte de la función descriptiva se la asigna a las
abejas. El pasaje de un estadío
pre-lingüístico a uno lingüístico
propiamente dicho resulta complejo. Las abejas poseen un
dispositivo capaz de "comunicar" mediante unos movimientos en
forma de "bailecitos" la distancia a recorrer y la dirección en que otras abejas podrán
ir a libar las flores. ¿Se trata de comunicación realmente? Si bien asombra la
precisión y la repetición del mensaje, es muy
posible que se trate de un automatismo, es decir, de una
acción entre tantas otras acciones motrices o reflejas. Si
se trata de una acción de este tipo, no habría en
ese reflejo pre-lingüístico ninguna huella de
intersubjetividad, lo que, fenomenológicamente dicho, a la
manera del Husserl de las Meditaciones Cartesianas,
restaría toda analogía real de función
lingüística entre las abejas y el
hombre. En el
análisis de J. Lacan (1966), la distinción se
efectúa de esta manera:
Una decena de años de observación paciente
bastó a Karl Von Frisch para descodificar este modo de
mensaje, pues se trata sin duda de un código,
o de un sistema de señales
que sólo su carácter genérico nos impide
calificar de convencional. ¿Es por ello un lenguaje?
Podemos decir que se distingue en él precisamente por la
correlación fija de sus signos toman
su valor de su
relación los unos con los otros, en la repartición
léxica de los semantemas tanto como en e uso posicional,
incluso flexional de los morfemas, contrastando con la fijeza de
la codificación puesta en juego
allí. Y la diversidad de las lenguas humanas toma, bajo
esa luz su pleno
valor. Además, si el mensaje del modo aquí descrito
determina la acción del socius, nunca es retransmitido por
éste. Y eso significa que queda fijado en su
función de relevo de la acción, de la que
ningún sujeto la separa en cuanto símbolo de
la
comunicación misma ().
Los estudios sobre el lenguaje parecen establecerse en
tres regiones diferentes, aunque complejamente relacionadas. Una
primera manera de considerar el lenguaje es en la estructura
relacional de los conceptos. No habría conceptos aislados
sino que adquieren significación con relación a un
grupo o
estructura conceptual. Estas estructuras han llevado, entre
otros, a T. Khun a estudiar la trama conceptual de palabras que,
en la Historia de las Ciencias, permiten comprender los cambios
teóricos, tanto con relación a teorías
nuevas como a teorías previas o anteriores. De esta
manera, refiere que conceptos tales como "flogisto" pueden
entenderse como haciendo referencia a objetos existentes o no,
según se estudie su relación con otros conceptos
explicativos como "elemento" y "principio", lo que crea problemas
de traducción e interpretación, ya que
no se da una fácil traducción de "uno a uno" en
todos los casos, sino que debe entenderse un conjunto de
enunciados. De la misma manera, ocurre con la
interdefinición de "masa", "fuerza", y
"aceleración" en la física newtoniana.
Los estudiosos de neurociencias discuten acerca de la
posibilidad de que un concepto como el de "qualia"(*) sean, en
realidad un constructo convencional como afirma Daniel Denett
(1988), o, en cambio, que se trate de patterns de la actividad
neuronal (Patricia Churchland, 1986). Son debates en torno a la
existencia o no de enunciados observacionales, y del marco
teórico en el cuál estos conceptos son
empleados.
Una segunda región es considerar al lenguaje con
relación al sistema percepción-conciencia. El
sistema percepción-conciencia implica o describe
también una teoría del cuerpo. De acuerdo a como se
describe un sistema perceptivo, también se establece una
relación y descripción del cuerpo. Este
ámbito es el que permite trazar analogías, como la
de Popper, que describe a las teorías como organismos.
Popper no toma esta analogía a la manera de los
fenomenólogos, que suelen caracterizar un dualismo a la
manera cartesiana. Percibir y describir verbalmente se vinculan
con el cuerpo, para los fenomenólogos, y no se trata de
una corporeidad anatómica o fisiológica, sin de la
autopercepción de la conciencia. Esta posición
parece aproximarse a la irreductibilidad de la subjetividad, y,
en algunas interpretaciones a una psicología solipsista,
en que la presencia y existencia del otro aparece
paradójica, ya que se da en la intersubjetividad del
lenguaje aunque la relación consigo misma de otra
conciencia parezca escaparse siempre y quedar en su originariedad
y singularidad inalcanzable. De allí que la imagen
corporal sea diferente a la vida del espíritu o la
conciencia. Esa irreductibilidad lleva a Merleau Ponty a
describir informes
neurofisiológicos tales como:
El ideal del pensamiento objetivo –el sistema de
la experiencia como haz de correlaciones
físico-matemáticas- se funda en mi
percepción del mundo como individuo y de
acuerdo consigo mismo, y cuando la ciencia quiere integrar mi
cuerpo con las relaciones del mundo objetivo es porque trata, a
su manera, de traducir la situación de mi cuerpo fenomenal
sobre el mundo primordial (…) unos objetos están ante
mí, dibujan en mi retina una cierta proyección de
sí mismos, yo los percibo. Ya no podrá tratarse de
aislar en mi representación fisiológica del
fenómeno las imágenes
retinianas, y su correspondiente cerebral (..) El acontecimiento
fisiológico no es más que el bosquejo abstracto del
acontecimiento perceptivo. ()
En todo caso, Merleau Ponty parte de una base
filosófica en la que distingue al en-sí y al
para-sí como categorías ontológicas
irrebasables. Esta manera hegeliana resulta, en cambio, rechazada
por Popper: hay diferencias no sólo
epistemológicas, sino metafísicas.
Sin embargo, hay una tercera vía, en la que el
lenguaje o se separa del mundo instrumental y representacional de
las neurociencias. El problema de las representaciones, o
imágenes mentales, ya no se asigna al lenguaje verbal de
las "impresiones" o "sensaciones", sino que asa a un plano
no-verbal, es decir, las reacciones cerebrales que pueden
observarse mediante instrumentos (PET, MRI, ERP) y que
afectan la corteza cerebral. Además, se estudia el
lenguaje de manera neurolingüística, por la capacidad
del cerebro del niño pequeño de asimilar palabra y
estructuras gramaticales. El cerebro, de esta manera, está
básicamente preparado para operar biológicamente.
Cabe decir que las neurociencias no se han detenido por
argumentaciones fenomenológicas o hegelianas, aunque
resulte evidente que la actividad psíquica se relacione
con el cerebro, como se demuestra en los estudios comparativos de
casos de daño
cerebral, por ejemplo, en cuanto a la manera de situarse y
retener esquemas espaciales. Finalmente, a diferencia de M.
Ponty, se ha experimentado con las bases neurológicas de
las representaciones o imágenes mentales,
pudiéndose trazar gráficos de las reacciones a
estímulos y de la imaginación en ausencia de
estímulos: mapas cerebrales,
de los que cabe preguntar: ¿no modifican estos mapas
cerebrales la autopercepción? Sin duda, ya que el campo
perceptivo amplía su base de información y de
conceptos, y por tanto, posiblemente también sus
estructuras operativas y conceptuales. De esta manera, el
problema mente-cuerpo, de manera dualista, o el mundo 1, 2 y 3 de
Popper (triádico); y también el mundo
platónico, e mundo físico y el mundo mental de
Roger Penrose, también triádico, aunque reformulado
en su lógica interna respecto al de Popper, permiten
introducirnos en una dinámica de ideas en el que no parece haber
respuestas definiotivas, sino modos de interrelación que
no detienen ni la reflexión filosófica ni los
nuevos reticulados de las ciencias.
Para una lectura contextual de Karl Popper resulta
interesante y hasta indispensable hacerlo aparecer en algunas de
sus principales diferencias: con Dilthey, Marx y Hegel (en el
encuadre del filosofía de las historia), en sus
diferencias con Alexandre Koyré y su escuela (en el
encuadre de la historia de las ciencias y las ideas
metafísicas), y en sus diferencias con Kant y Kuhn ( en el
encuadre de la filosofía de las ciencias o
epistemología). Para concluír, a través de
la sociología de las ciencias sería interesante
situar a Popper como a un darwiniano que heredó los
(supuestos) errores y (supuestos) aciertos de su
concepción de mundo o weltanschauung implicada, lo que no
es, sin dudas, sencillo,y excede este trabajo. Dejo abiertos
estos cuatro encuadres e indicadores de
posibles estudios, creyendo al menos haber expresado el sentido
general en que pueden situarse en la actualidad los
análisis y derivaciones de las ideas de Karl Popper,
Quizás no se trate tanto de criticar a Popper, ni de
comprenderlo con adhesión a sus criterios, pero sí
de conocer –indirectamente quizás- qué ideas
son las que forman el contexto epocal de la filosofía de
las ciencias desde la segunda mitad del siglo XX y atisbar
cuáles de éstas alcanzan el presente y el futuro
del siglo XXI, momento en el cual muchas de estas ideas expresan
su sentido, de froma explicita y tambien bajo la forma de
estructura subyacente del pensamiento. Y esas ideas son las que
pueden buscarse en el sentido propuesto, ya que también
significan ciertos criterios respecto al libre albedrío en
lo que Habermas ha llamado nuestro derecho a la
contemporaneidad.
Prof. Guillermo Carlos Treboux
Filosofía e Historia de las Ciencias- UNCo
– Neuquen –Rca. Argentina
Avda. Argentina 775 3 g – 8300
Neuquén