- Abandono o
desplazamiento - Repercusiones
- Llegar a la tercera edad en
Chile es una condena - Sentido y valor de la
vejez - Conclusión
El abandono que sufre la tercera edad es una dinámica que se vive a diario, son
innumerables las historias que existen sobre el abandono,
desplazamiento o el destierro del núcleo familiar.
Historias que describen la realidad de miles de adultos
mayores.
Es por esto de la elección del tema a describir,
la importancia que se le debe atribuir al abandono,
situación que todos como personas sufrimos en alguna etapa
de nuestras vidas, pero ante la mirada de la sociedad no es
mucho lo que se hace para remediar esto, educando a la sociedad
para evitar este hecho.
Debemos que la población mundial crece día a
día y que un gran porcentaje de este rendimiento
será atribuido por la tercera edad, siendo esto ultimo,
objeto de la aplicación de leyes y políticas
sociales a favor de la tercera edad.
Desde el punto de vista personal creo que
toda intervención que se realice tanto en los niños,
mujeres y adultos en general, es importante y es materia de
estudio para profesionales a futuro, no obstante no es mucho lo
que se hace para conocer este tipo de situaciones o para evitar
esto.
Es importante ondear en temas de esta índole, ya
que todos llegaremos a esta etapa de la vida o alguien cercano a
nosotros cómo un familiar, amigo o como ser
social.
Tenemos como futuros profesionales, saber identificar
las carencias visibles en la gestión
laboral
existente en nuestros días. Tengo la sensación que
es relevante dar la importancia que se debe a lo nuevo y a lo
antiguo en conjunto en pos de una construcción social horizontal sin desmedro
de ninguna etapa de la vida (niñez, adultes, vejez, etc.).
la familia
necesita mantener y cuidar la historia que se encuentra en
la vida y los recuerdos de la tercera edad, en lo personal mi
familia
perdió esa instancia y es triste el ya no poder
recuperar u oír de los labios de mi abuela como
ejemplo.
En un grupo familiar
hay distintas etapas en donde se clasifica o se encasilla cada
miembro de la familia como por ejemplo etapa infantil, adultes y
vejez o en otras palabras la tercera edad. El o los miembros que
se encuentran o han llegado a esta etapa, en la mayoría de
os casa son excluidos o desplazados por el resto o mayoría
de los miembros de la familia.
Existiendo una ruptura en los planos afectivos, de
comunicación, interacción como ser social, dentro de un
grupo familiar social.
La familia como grupo social tiene cambios y es mutable
a la época que se vive, en donde se da mas importancia a
lo personal que a las relaciones que existen dentro de los
componentes sociales.
Una de las razones mas comunes es cuando una persona de la
tercera edad es cuando ha cumplido con su vida laboral
útil, persona que no es productiva en términos
económicos para un grupo familiar, transformándose
en una carga potencial de gastos para la
familia a la que pertenece. Situación que se transforma en
causal de rompimiento de interacción humana, relaciones,
comunicación y hasta la afectividad, etc. Siendo esta
ultima de gran importancia para el fortalecimiento y crecimiento
de una familia.
Al producirse un quiebre en los puntos antes nombrados
(comunicación, afectividad, etc.), la tercera edad se
repliega o es desplazada a un "rincón" del hogar,
reduciéndose su mundo social provocando en el sujeto
(tercera edad)una serie de repercusiones tales como abandono
familiar social, aislamiento transformación o cambios en
los lazos afectivos, cambios bruscos en los estadios de animo,
etc.
Otro de los casos recurrentes es en situaciones en donde
el sujeto de la tercera edad es padre o madre y recibe a su hijo
(a) con su familia (allegados), siendo estos una apropiamiento
del hogar en una forma temática y paulatina de este
(hogar), desplazando al sujeto en estudio a dependencias
reducidas el ignoro de su opinión y/o en muchas
situaciones se produce un ambiente de
agresión tanto fisco, verbal y psicológico,
ocasionando en el agredido daños psicológicos,
neuronales, emocionales, conductuales y en algunos casos
físicos que por la avanzada edad del sujeto son
daños irreparables médicamente hablando
Cuando el sujeto en cuestión pertenece a un grupo
familiar extenso y nadie de los componentes de la familia se
quiere preocupar o hacerse cargo del cuidado de este. Viviendo
periodos cortos en los hogares de quien le haya tocado el turno
de cuidarlo, haciendo sentir que es una carga. Circunstancia que
lo lleva a estados de depresión,
desequilibrio emocional, rechazo y el estado
anímico decae, llevándolo a cuadros depresivos que
en muchos casos se desea que llegue al momento de morir para
llegar al termino de su calvario. Siendo esta etapa de la vida la
más dura y triste para una persona que debería
disfrutar y descansar con agrado hasta el término de su
vida, instancia que todo persona desea.
Las situaciones antes descritas son unas de las muchas
que existen a diario en perjuicio de las personas de la tercera
edad, situaciones que tienen una repercusión dañina
para un grupo familiar y para la sociedad en
sí.
Existe una perdida de identidad para
la familia y la sociedad, se extingue la historia que se trasmite
verbalmente, sabiduría que se adquiere a través de
los años y el adulto mayor la posee.
El abandono o desplazamiento tiene consecuencias sobre
las personas como ser social y problemas que
afectan directamente sus emociones,
salud,
sentimientos, etc. Algunas de las repercusiones son gracias a las
razones o circunstancias antes nombradas y descritas
anteriormente.
La tercera edad es afectada en un principio con un
abandono social familiar, es decir, se rompe la
comunicación dentro del grupo familiar, los
sentimientos pasan al olvido en combinación con el
aislamiento desplazando al sujeto a un margen del olvido que es
una persona y no un objeto que sirve para decorar el
hogar.
Los lazos afectivos se rompen ocasionando un quiebre
dentro de una familia al igual que las personas afectadas. La
comunicación se interrumpe cortando toda relación e
interacción entre los componentes familiares y el sujeto
de la tercera edad.
Sus emociones también sufren un cambio en el
proceso del
olvido, transformándose (adulto mayor) en personas
sensibles y que se ven afectadas por cualquier tipo de
situación y/o problemas que hacen que caigan en cuadros
depresivos que en consecuencia afectan su salud, su percepción
d los estímulos y sensaciones.
La conducta se
transforma su sensibilidad crece y todo a su alrededor le
molesta, ruidos, cosas en general, etc. Como por ejemplo si un
niño pasa corriendo le molestará reaccionado en
forma violenta y agresiva en el trato que tendrá con el
niño. Esto a su vez provoca un mayor aislamiento en
perjuicio de si mismo.
La soledad que afecta al adulto mayor se ve reflejada
muchas veces en el desear la muerte,
para no ser carga de nadie y también para no ser una
molestia . Anímicamente decaen siendo vulnerables a
cualquier cosa que los pudiese afectar.
La salud psicológica se ve afectada, la
percepción de la realidad cambia no es la misma que los
demás perciben , a esto último debemos agregarla
responsabilidad que tienen el abuso físico
que muchos adultos mayores sufren por parte de sus familiares
(hijos, nueras, yernos, nietos, etc.), esto además de los
estímulos externos , en sus alteraciones nerviosas, etc.
Ocasionando un desequilibrio en su personalidad
afectan sus relaciones cono ser social.
LLEGAR A LA TERCERA EDAD EN CHILE ES UNA
CONDENA
Cada vez que sale a la luz un nuevo caso
de ancianos maltratados, ignorados o abandonados, llueven las
acusaciones a diestra y siniestra sobre quién asume la
responsabilidad. Generalmente, estas personas que durante muchos
años aportaron con su trabajo o con
su experiencia, se ven enfrentados al olvido y pasan a ser una
molestia para esta sociedad, que no permite defectos tan poco
gratos como ser un fracasado, ser pobre, discapacitado, gordo o
viejo.
Entonces todos nos pasamos la pelota, que el Gobierno, que las
instituciones
de caridad, que los inescrupulosos que lucran con los pobres
"abuelitos", etc. Llegar a viejo en Chile es casi una condena, es
un tema del que no se quiere hablar, y no sólo es un
problema que viven los ancianos pobres.
En este país se subestima a los ancianos. No
todos están enfermos de la cabeza para que los traten y
les hablen como si fueran unas guaguas. Tener dificultades para
desplazarse no significa que no puedan hacer pequeñas
tareas que los hagan sentirse útiles.
El que disminuyan su capacidad auditiva no quiere decir
que no puedan mantener una conversación interesante. El
que tengan 80 años no quiere decir que dejaron de tener
sueños.
Muchos ancianos se desconectan del mundo porque
están terriblemente solos, porque son marginados de toda
actividad familiar, porque nosotros los jóvenes no les
damos cabida. No nos hacemos el tiempo para
caminar un poco más lento, ni para escuchar una frase mal
articulada.
A los ancianos hay que escucharlos, con mucha paciencia.
Ellos son los que nos han legado todo lo que alguna vez le
legaremos a los que vienen luego de nosotros. El deterioro
sería menos penoso si cada uno que tiene un familiar, un
amigo o un vecino de la tercera edad comenzara por ponerle
atención, por tratarlo como un igual que
tiene cosas que decir; basta un saludo, una sonrisa y no
subestimarlo.
SENTIDO Y VALOR DE LA
VEJEZ
Las expectativas de una longevidad que se puede
transcurrir en mejores condiciones de salud respecto al pasado;
la perspectiva de poder cultivar intereses que suponen un grado
más elevado de instrucción; el hecho de que la
vejez no es siempre sinónimo de dependencia y que, por
tanto, no menoscaba la calidad de la
vida, no parecen ser condiciones suficientes para que se acepte
un período de la existencia en el cual muchos de nuestros
contemporáneos ven exclusivamente una inevitable y
abrumadora fatalidad.
Está muy difundida, hoy, en efecto, la imagen de la
tercera edad como fase descendiente, en la que se da por
descontada la insuficiencia humana y social. Se trata, sin
embargo, de un estereotipo que no corresponde a una
condición que, en realidad, está mucho más
diversificada, pues los ancianos no son un grupo humano
homogéneo y la viven de modos muy diferentes.
Existe una categoría de personas, capaces de
captar el significado de la vejez en el transcurso de la
existencia humana, que la viven no sólo con serenidad y
dignidad, sino
como un período de la vida que presenta nuevas
oportunidades de desarrollo y
empeño. Y existe otra categoría -muy numerosa en
nuestros días- para la cual la vejez es un trauma.
Personas que, ante el pasar de los años, asumen actitudes que
van desde la resignación pasiva hasta la rebelión y
el rechazo desesperados. Personas que, al encerrarse en sí
mismas y colocarse al margen de la vida, dan principio al proceso
de la propia degradación física y
mental.
Es posible, pues, afirmar que las facetas de la tercera
y de la cuarta edad son tantas cuantos son los ancianos, y que
cada persona prepara la propia manera de vivir la vejez durante
toda la vida.
En este sentido, la vejez crece con nosotros. Y la
calidad de nuestra vejez dependerá sobre todo de nuestra
capacidad de apreciar su sentido y su valor.
Rectificar la actual imagen negativa de la vejez, es,
pues, una tarea cultural y educativa que debe comprometer a todas
las generaciones. Existe la responsabilidad con los ancianos de
hoy, de ayudarles a captar el sentido de la edad, a apreciar sus
propios recursos y
así superar la tentación del rechazo, del
auto-aislamiento, de la resignación a un sentimiento de
inutilidad, de la desesperación.
Por otra parte, existe la responsabilidad con las
generaciones futuras, que consiste en preparar un contexto
humano, social y espiritual en el que toda persona pueda vivir
con dignidad y plenitud esa etapa de la vida.
Es indispensable el aceptar que todos algún
día llegaremos a un estado de
vejez, tenemos que aprender a convivir con ello y con personas
que ya son adultos mayores y el abandono no es una
solución para olvidar esto.
No tenemos que sentarnos ajenos a esta situación
(abandono), esta arraigada en la sociedad y debemos extirparla
para que no se propague y no nos afecte directamente.
Es lamentable el olvido que tiene la sociedad para con
la tercera edad, ellos son personas, historia y conocimiento,
personas que nos pueden entregar una infinidad de
sabiduría y cosas útiles, tanto para el desarrollo
propio, familiar y de la sociedad con una visión de
fortalecimiento de la misma.
La sociedad necesita y debe entregar amor, se debe
empezar por la familia fortaleciendo este lindo vinculo que nos
une el
amor.
A modo de sugerencia se deberían implementar
técnicas para el desarrollo de la
aceptación de personas de la tercera edad.
Desarrollo de la conducta humana
siendo más tolerable ante toda persona con el apoyo de la
psicología
conductista, virtud de un crecimiento y una comunicación
sana, interacción, afectividad, y principalmente
fortalecer los sentimientos, para que así la tercera edad
sea tomada en cuenta como cualquier otro ser social y que es
parte de la vida social.
Responsable:
Gastón Gutiérrez R.
28 de junio, 2005
UNIVERSIDAD DEL MAR
ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL
ANALISIS PSICOSOCIAL DEL SUJETO
SOCIAL