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Teoria de la Argumentación Jurídica: Material de Lectura




Enviado por Juan Ureta Guerra



Partes: 1, 2

    1. La argumentación y
      las técnicas de solución de
      problemas
    2. La argumentación y
      sus técnicas
    3. Casos
      prácticos
    4. Los
      textos argumentativos
    5. Conclusión
      general

    INTRODUCCION

    Existen situaciones donde ocurre un debate y para
    participar en ese debate, sosteniendo una tesis o
    refutando una tesis, necesitamos ARGUMENTAR. Para argumentar de
    manera eficaz debemos entrenarnos en el uso de diversas técnicas y
    también, si solo quisiéramos ser espectadores, es
    necesario este entrenamiento
    para juzgar con mejor criterio cual tesis esta mejor o peor
    defendida.

    El debate como modalidad de competencia, es
    hoy en día reconocido como un medio propicio para
    solucionar problemas en
    el campo jurídico, político y científico, ya
    que nos enriquece con la confrontación de diversos puntos
    de vista y nos hace reconocer la provisionalidad de muchas ideas
    y soluciones.

    Pero hay quienes con mayor necesidad deben de argumentar
    y son quienes ejercen el poder pues
    deben justificar los actos que realizan. Si un padre dona su casa
    a uno de sus hijos no necesita dar explicaciones, pero quien
    condena, quien libera, quien otorga una buena pro para que se
    gasten fondos públicos, debe explicar sus actos. En este
    sentido la argumentación es una forma de controlar a
    quienes administran la cosa pública.

    En el Perú actualmente se argumenta mal, basta
    con revisar los informes
    técnicos, los proyectos de
    ley, las
    sentencias, artículos de opinión y esto se debe a
    que creo que se confía en que la gente lee poco o mal y
    mucho menos asume una actitud
    critica. Elevar la calidad de los
    argumentos es fundamental.

    ¿Cómo se puede ser un buen argumentador y
    hacer buenos argumentos? Existen diversos aspectos que deben ser
    tomados en cuenta a) la calidad de la tesis que ofrece como
    solución al problema b) los argumentos con las que se
    sostienen y c) el medio que empleamos para comunicar.

    Alguien puede tener una buena idea, pero si no sabe
    argumentar en su defensa puede fracasar, como también
    puede fracasar si teniendo buenos argumentos y una buena tesis no
    sabe comunicarla adecuadamente

    Entonces para argumentar hay que saber algo mas que
    teoría
    de la argumentación y así exploraremos un poco
    sobre la teoría de la solución de problemas, luego
    las técnicas de argumentación y finalmente sobre
    la
    comunicación de textos argumentativos.

    Fundamentalmente lo que buscamos es dotar al estudiante
    de espíritu crítico y de las herramientas
    para examinar, demoler argumentos y así se vea incentivado
    a mejorar los suyo cuando ingrese al debate.

    1. LA
      ARGUMENTACION Y LAS TECNICAS DE SOLUCION DE
      PROBLEMAS

    Nuestra capacidad de solucionar
    problemas esta sometida a diversos factores a) los conocimientos
    previos (lo que incluye la experiencia, conocimientos expertos en
    un área, darnos cuenta que estamos ante un problema y
    hacer un plan, memoria, etc.);
    b) las aptitudes metacognitivas (nuestra capacidad de evaluar los
    planes que hacemos para resolver el problema) y c) nuestra
    emotividad (estimulo, desagrado, integres,
    desaprensión)

    Este capitulo busca reforzar las
    habilidades metacognitivas para mejorar el desempeño en la elaboración de
    tesis.

    1. Las técnicas para solucionar
      problemas

    ¿Qué es un problema?

    Problema: aquello que no tiene una
    solución trivial

    Tipos de Problemas

    Problemas por resolver Problemas por demostrar
    Problemas de rutina

    Por resolver:

    El propósito es descubrir un objeto, una
    incógnita del problema.

    Elementos: a) La incógnita se le llama
    la quaestium o lo que se busca, o lo que se pide. c) Los
    datos y c) la
    condición

    Clases de problemas por resolver:

    1. Teóricos. ¿Cuál
      diferencia habría entre acto y negocio
      jurídico? ¿Qué diferencia entre regla y
      principio?
    2. Prácticos. ¿Cuál es el
      argumento mas convincente? ¿Qué norma se
      aplicara aquí mejor que otras? ¿Quién
      fue el asesino? ¿a quien corresponde esta huella
      digital?

    Por demostrar

    El propósito consiste en mostrar de modo
    concluyente la exactitud o la falsedad de una afirmación
    claramente enunciada

    Ej. Un testigo que afirme que el acusado se hallaba en
    casa cierta noche. Obliga al juez a investigar si dicha
    afirmación es verdadera y a justificar su opinión
    sobre bases tan sólidas como sea posible.
    (Polya)

    Sus elementos:

    La hipótesis y la conclusión donde se
    demuestra o refuta la hipótesis

    Problemas de rutina

    Problemas que ya tienen una solución
    establecida, pero sucede que a) se desconoce el procedimiento
    ya establecido b) no se tiene habilidad para dominar el
    procedimiento

    Ej. ¿Como presento la demanda ante
    el juez?

    ¿Cómo averiguo si la casa esta
    hipotecada?

    Problemas excepcionales:

    Cuando las reglas generales no son aplicables aun caso
    particular

    ¿Cómo se solucionan los
    problemas?

    Existen muchos procedimientos
    para solucionar problemas. Las misma ciencia
    jurídica esta dividida en campos que se especializan en
    dar pautas para resolver problemas específicos:
    constitucional, tributario, laboral, penal,
    etc. cuyos procedimientos son compartidos por los expertos en
    esos campos., las distintas disciplinas como el derecho, la
    medicina el
    arte, la
    matemática
    tienen formas diferentes de solucionar problemas:

    Lectura: Stephen Toulmin: Los campos
    especializados:

    Debido a que las diferentes empresas humanas
    tienen distintos objetivos, sus
    procedimientos de argumentación conducen a variadas clases
    de resolución.

    A pesar de que los argumentos
    empleados en todos los campo de razonamiento práctico son
    bastante similares en su comienzo – por ejemplo, todos
    comienzan con la formulación de una aserción- no
    existe tal uniformidad en la forma en que se los conduce hacia
    una conclusión.

    En ciertos foros como el judicial,
    los procedimientos se articulan sobre una base adversativa. Es
    decir, la acción
    presentada ante la corte incluye dos partes opuestas o
    adversarias. En dicho foro, los procedimientos concluyen
    cuando -luego de atravesar el debido proceso– la
    corte emite un veredicto en favor de una u otra parte. Para
    llegar a esa resolución. La función
    esencial de los procedimientos judiciales es básicamente
    elegir (o "dictaminar") entre las dos posiciones adversas
    más que intentar lograr una posición intermedia y
    satisfactoria para ambas partes (de lo que se ocupan las
    instancias pre-tribunalicias, como la mediación y la
    conciliación.)

    En empresas racionales como las
    negociaciones entre sindicatos y
    patronales, la meta es
    justamente la opuesta. La meta es lograr un compromiso
    consensuado que sea aceptado por ambas partes. El resultado de
    una negociación exitosa no es,
    consecuentemente, una decisión en favor de una u otra
    parte. Por el contrario, la resolución consiste en acceder
    a una posición intermedia satisfactoria –o al menos
    tolerable- para las partes involucradas.

    Estos dos modos de procedimiento
    contrastantes –el adversativo y el
    consensuado- no son los únicos posibles. En otros
    campos de argumentación, como el artístico, ni un
    acuerdo ni un fallo son factores esenciales en la
    resolución de la discusión. En cambio, la
    función central de la argumentación será la
    de clarificación. Si se nos pregunta como
    defendemos nuestra opinión acerca de un libro o una
    película, por ejemplo, tal petición
    demandará de nosotros sólo expresar claramente la
    relevancia de nuestra aserción en el contexto de la obra
    en cuestión. Explicaremos la significancia de
    nuestra afirmación más que probar que la misma es
    correcta. Es cierto que otras personas podrán
    discutir la validez de nuestras interpretaciones sobre cierta
    obra de arte señalando que nuestras aserciones no son
    pertinentes respecto del tema discutido. Pero no siempre es
    necesario que una perspectiva se imponga a otra visión
    alternativa. Insistir que cierta lectura de una
    novela es
    la lectura correcta no contribuye a los objetivos que se
    persiguen en ese campo. En la discusión estética, muchas veces es suficiente con
    que los otros puedan exclamar: "sí, ya entiendo como uno
    podría interpretarlo de esa manera." En tales contextos,
    podemos concluir una discusión racionalmente sin pretender
    que se haya establecido lo "correcto" y lo "incorrecto" del tema
    debatido.

    Podemos recurrir a una perspectiva mas amplia, esta nos
    la brinda Polea quien distingue cuatro procedimientos generales
    para resolver problemas:

    BUSQUEDA A CIEGAS

    • Búsqueda sin información ni plan: fuerza
      bruta
    • Debe ser exhaustivo, no descartar nada a
      priori
    • Puede ser en anchura. Abarcar todas las ramas del
      árbol y encuentra la solución, si la hay, pero
      es más difícil ocupa mas memoria.
    • En profundidad. Explorar una rama del árbol,
      hasta agotarlo. No siempre encuentra la solución ni la
      vía mas corta

    HEURISTICA

    • Búsqueda de ejemplos de éxito para ser imitados
    • En derecho: copiar demandas, modelos de
      sentencias.
    • En medicina: historias clínicas
    • En administración: negocios
      exitosos o fracasados
    • El peligro es que no tiene valor
      general

    COMPETENCIA

    • Basado en la confrontación entre rivales, lo
      que incentivara la recopilación de la
      información útil y la creatividad. Ejemplos
    • Un juicio bajo el modelo
      acusatorio
    • Rivalidad entre teorías científicas
    • Rivalidad entre partidos u opciones

    RACIONAL

    • Basado en el uso de reglas que paso a paso nos
      llevan a obtener la
    • Un juicio bajo el modelo inquisitivo
    • Un algoritmo
      matemático
    • Una receta de cocina

    EJEMPLO DE UN PROCEDIMIENTO RACIONAL EN
    DERECHO.

    Por ejemplo, a los magistrados se les ha
    enseñado estos pasos para "analizar y resolver un caso
    jurídico":

    • Una primera aproximación a los hechos del
      caso
    • Selección del Material jurídico
      aplicable
    • La interpretación de los textos
      jurídicos aplicables
    • La subsunción de los hechos establecidos en el
      caso al interior del material jurídico
      interpretado
    • La elucidación de la decisión tomada a
      la luz del
      sistema
      jurídico en su conjunto
    • La comunicación de la decisión y su
      justificación

    (Academia de la Magistratura: Razonamiento
    Jurídico, Lima, AMAG, 2002, pág.26-26,
    )

    EJEMPLO DE UN PROCEDIMIENTO POR
    COMPETENCIA

    Michel Villey en el Compendio de filosofía del
    derecho
    , afirmaba que el método
    tópico para resolver casos usado por los juristas es el
    siguiente:

    • Plantear el problema
    • Distinguir las tesis opuestas
    • Argumentar estableciendo conjeturas y
      refutaciones
    • Cierre
    • Decisión

    DIFERENCIAS

    En un modelo racional de solución de problemas
    existe un juego de
    reglas que cualquiera que los use debe dar el mismo resultado
    (ejemplo para todos 2+2= debe dar 4 como resultado, del mismo
    modo si sigue al pie de la letra en una recta para preparar
    puré de papas en caja "abra la caja, vierta el contenido
    en una olla con ½ litro de agua
    hirviendo, revuelva y mantenga por 2 minutos" a cualquiera que la
    use deberá de resultarle un puré de
    papas.

    En los procedimientos por competencia existen un jugo de
    reglas ) como las del ajedrez, o la
    del football) pero no esta garantizado el éxito, pus
    dependerá de la estrategia que
    cada actor emplee PROBLEMAS DEL MODELO INQUISITIVO

    Sistemas
    procesales penales.

    No puedo hacer ahora un detallado estudio, ni siquiera
    una exhaustiva enumeración de la amplia gama de sistemas
    procesales penales que existen y han existido, pues ello no es el
    propósito de esta intervención.

    Con una finalidad eminentemente didáctica se ha acostumbrado separarlos en
    tres grandes grupos:

    a) Sistema acusatorio, b) sistema
    inquisitivo y, c) sistema mixto, tomando en
    consideración para ello su más sobresaliente
    característica. Utilizaremos esta clasificación,
    sabiendo que con ella no se agotan todas las posibilidades, pero
    nos brinda cierto orden para el desarrollo que
    nos proponemos hacer. Sistema acusatorio, b) sistema
    inquisitivo y, c) sistema mixto, tomando en
    consideración para ello sus más sobresalientes
    característica. Utilizaremos esta clasificación,
    sabiendo que con ella no se agotan todas las posibilidades, pero
    nos brinda cierto orden para el desarrollo que nos proponemos
    hacer.

    a. Sistema acusatorio.

    Es incuestionable, así nos lo enseña el
    estudio histórico del procedimiento penal, que existe una
    gran relación entre las ideas políticas
    propias de una sociedad y el
    sistema que utiliza para juzgar a quienes se les atribuye la
    comisión de hechos delictivo. El sistema acusatorio
    resulta propio de regímenes liberales, sus raíces
    las encontramos en la Grecia
    democrática y la Roma republicana,
    en donde la libertad y la
    dignidad del
    ciudadano -no nos referimos a quienes no tenían esta
    categoría- ocupa lugar preferente en la protección
    brindada por el ordenamiento jurídico.

    El nombre del sistema se justifica por la importancia
    que en él adquiere la acusación, ella resulta
    indispensable para que se inicie el proceso, pues el acusado debe
    conocer detalladamente los hechos por los cuales se le somete
    ajuicio; veremos luego que la pasividad del juez es otra
    característica del sistema, por ello le resulta imposible
    actuar de oficio, debe necesariamente ser legalmente excitada su
    actuación, excitación que puede proceder cuando se
    trata de delitos
    públicos, de cualquier ciudadano. Otros principios
    importantes de este sistema son la oralidad, la publicidad y el
    contradictorio. Tanto en Grecia como en Roma la oralidad es
    consustancial al proceso, dado que la escritura no
    había alcanzado el desarrollo y utilización que
    más tarde lograría, la forma de expresión
    dominada por toda la gente, necesariamente fue la oral, es por
    ello que tanto frente al Areópago como ante el Senado se
    hicieran de viva voz los planteamientos y de la misma forma se
    resolvieran los asuntos llevados a conocimiento
    de esas instancia. La oralidad y el hecho de no existir otro ente
    superior que revisara lo resuelto, conlleva a que la instancia
    única sea otra de las características propias del
    sistema; sobre la representación del pueblo que juzga, no
    existe otra instancia, además no resulta posible rever lo
    resuelto, pues las pruebas y en
    algunos casos el pronunciamiento, no quedan asentados por
    escrito. Al confrontar este sistema con el inquisitivo veremos
    como en el acusatorio el Juez debe ocupar un puesto más
    pasivo en el desarrollo de la contienda judicial, lo que le
    permite lograr mayor imparcialidad frente a las partes. En
    general, el Tribunal se involucra poco con las tesis de una y
    otra de las partes, limitándose a oírlas, al igual
    que a los testigos y presenciar el recibo de las otras pruebas
    necesarias para demostrar el suceso fáctico en
    examen.

    Al desarrollarse el procedimiento con base a debates,
    los que se ejecutan en lugares públicos, hace que la
    publicidad sea otra de las condiciones más
    señaladas del sistema, ella posibilita además la
    fiscalización del pueblo sobre la forma en que sus jueces
    administran justicia.

    La pasividad del juez conlleva a que las partes se
    desempeñen con amplia libertad, para aportarle argumentos
    y probanzas que permitan mejor resolver, es por ello que el
    contradictorio adquiere marcada importancia. Las tesis
    encontradas de las partes permiten una mejor búsqueda de
    la verdad real de lo acontecido. Consecuencia directa de esa
    preeminencia de las partes, es el plano de igualdad en
    que deben desempeñar sus actuaciones, no puede existir
    preeminencia alguna de una sobre otra y toda actuación
    debe tener una finalidad propia del procedimiento. Para
    posibilitar ese plano de igualdad, aún en relación
    con el acusado, su libertad ambulatoria durante el proceso es la
    regla, su prisión preventiva, la
    excepción.

    Generalmente en los regímenes políticos
    democráticos se utilizan sistemas procesales en los que se
    aplican la mayoría de los principios que informan este
    sistema, para posibilitar, en mayor medida, el respeto a los
    derechos de los
    ciudadanos y porque el pueblo tiene una mayor injerencia en
    la
    administración de justicia. La oralidad conlleva una
    notable ventaja para el sistema, pero no debe desconocerse que
    ella también posibilita un mayor grado de
    estigmatización del reo, pues la comunidad
    tendrá mayor posibilidad de conocerlo directamente al
    tener que comparecer personalmente al debate.

    Algunos ven en la oralidad un peligro para que las
    partes con facilidad de dicción puedan manipular con sus
    argumentaciones a los Jueces; de ese peligro no está
    exento el sistema escrito, la capacidad de argumentación
    puede constituir también una ventaja para el que escribe
    bien, los giros efectivos al exponer, pueden resultar o no
    ventaja, pero es lo cierto que los Jueces también
    desarrollan capacidades propias que les permiten separar, en las
    exposiciones de las partes, los argumentos valiosos de
    aquéllos planteamientos efectistas que sólo
    pretenden sensibilizarlos, sin ninguna razón
    jurídica, en favor de una de las partes.

    b) Sistema inquisitivo.

    La utilización de este sistema es propia de
    regímenes despóticos, absolutistas y totalitarios,
    se le relaciona con la Roma imperial y el Derecho
    Canónico. En él los derechos de las partes en
    especial del imputado, están sobradamente disminuidos. Al
    Juez se le erige en amo del procedimiento, es la garantía
    de la imparcialidad y la búsqueda de la justicia; para
    lograrla se permite toda clase de
    excesos y aún la actuación de oficio. Al pueblo se
    le margina de la administración de justicia, esta
    función es llevada al ejercicio propio de magistrados que
    representan a Dios, al Monarca o al Emperador, por lo que debe
    confiarse enteramente en ellos.

    Los principios que le informan son casi diametralmente
    opuestos a los propios del sistema acusatorio. La oralidad, la
    publicidad y el contradictorio, no se avienen con este sistema y
    son sustituidos por la escritura, el secreto y la no
    contradicción. La búsqueda de la "verdad" se debe
    permitir no importa el procedimiento a utilizar, si lo que
    interesa es poder perseguir a los infieles, no resulta
    indispensable que exista la denuncia del hecho, la simple
    delación es suficiente, con ella se cubre la identidad de
    quien comunica al investigador el hecho y si resulta necesario,
    se permite la actuación de oficio; de esa forma se
    garantiza que todo hecho sea investigado, no importando que al
    sujeto que se le atribuye la comisión de la acción,
    pueda o no tener conocimiento detallado sobre lo que se le acusa.
    Este sistema tiene un claro contenido persecutorio, la investigación muchas veces se realiza de
    espaldas al imputado, el expediente poco a poco se va
    completando, el recibo de la prueba no amerita
    intervención alguna de la defensa, el instructor -que como
    ya se dijo se constituye pero se en la garantía de las
    partes- va dando a la investigación el giro que estima
    corresponde, como no intervienen las partes en el recibo de las
    probanzas, pero luego tendrán que referirse a ellas en sus
    alegatos previos a la resolución final, es indispensable
    asentar en actas el dicho de los testigos y el resultado de las
    pruebas recibidas, por ello la escritura sustituye a la
    oralidad.

    El imputado no es un sujeto del proceso, es su objeto.
    Por ello no resulta característica de este sistema el
    posibilitar el acceso al expediente, ni el pueblo puede
    constituirse en garante de la administración de justicia,
    de toda forma ésta se administra en nombre de Dios, del
    Monarca o del Emperador. La publicidad no es indispensable, se
    constituye por el contrario en un estorbo. El secreto adquiere
    importancia pues permite al inquisidor investigar sin los
    obstáculos que pueda interponer la defensa, al amparo del
    secreto pudieron realizarse toda clase de excesos y aún
    legitimarse la tortura para arrancar la confesión, madre a
    su vez de todas las pruebas.

    La defensa pierde toda importancia, el sistema no puede
    ser contradictorio. Durante toda la instrucción, etapa
    principal del proceso, el imputado queda a merced de los poderes
    del instructor. Si no le estaba permitido conocer el contenido
    del expediente, menos podría ejercer los derechos propios
    de la defensa. Pero aún al denunciante o acusador le
    estaba vedada cualquier actuación, es por ello que el
    contradictorio no puede desarrollarse con base a este sistema, el
    Juez sustituye al acusador y se constituye en garantía del
    imputado. La fase de juicio resulta ser una mera formalidad, una
    vez recopilada toda la prueba se le confiere audiencia a las
    partes, para que silo tienen a bien, emitan conclusiones, las
    cuales no resultan indispensables para resolver, pues siempre el
    Juez se pronunciará aunque aquéllas no se
    presenten. Algunos ordenamientos latinoamericanos en sus
    códigos de procedimiento penal siguen los lineamientos de
    este sistema, pero autorizan además una audiencia oral
    para que las partes emitan sus conclusiones, con ello se dice se
    cumple con las exigencias propias de un sistema moderno de
    administración de justicia. Indudablemente ello no es
    así, esa mala copia de un debate no es sino otro de los
    muchos engaños que se le han hecho a nuestros pueblos,
    para evitar que adquieran en toda su dimensión los
    derechos por los que tanta sangre se ha
    derramado. Los déspotas y tiranos que hemos tenido en todo
    el continente han encontrado en el sistema inquisitivo, que
    también sirvió a la Corona Española para
    supervisar y mantener su influencia en las Colonias, un medio
    idóneo para doblegar al pueblo y postrar a los
    Órganos Jurisdiccionales Este nuevo amanecer, este
    reverdecer de la democracia que
    vivimos en la América
    Indiana debe servir para revitalizar nuestras instituciones
    y adecuarlas a los requerimientos propios de sistemas respetuosos
    de los Derechos Humanos,
    la administración de Justicia también merece esos
    ajustes, la proscripción de los ordenamientos procesales
    fundamentados en el sistema inquisitivo debe ser una
    consecuencia. No puedo, por mi condición de extranjero,
    criticar las razones históricas que obligaron a Guatemala a
    crear, no hace muchos años, un sistema especial de
    administración de justicia en materia penal
    relacionada con la seguridad del
    Estado,
    seguidor en forma casi absoluta de los principios que informan el
    sistema a que ahora nos referimos, no creo que la experiencia
    haya sido la mejor. El rescate de los derechos de la sociedad no
    puede darse sobre el desconocimiento de los derechos de lo
    ciudadanos, unos y otros deben ir necesariamente de la mano para
    que se posibilite el logro de los fines de toda sociedad
    democrática.

    La doble instancia es posible en este sistema y resulta
    una necesidad, pues si la justicia se administrara en nombre de
    otro -Dios, Monarca, Emperador- el verdadero titular de la
    función tiene que tener la posibilidad de revisar lo que
    en su nombre se ha hecho ello es factible pues todo lo actuado
    consta en un expediente.

    La actuación del juzgador en la valoración
    de la prueba tampoco tiene la misma amplitud que en el sistema a
    que nos referimos anteriormente, al Juez se le dan reglas
    expresas sobre la forma en que debe realizar esa
    valoración, es éste otro medio de control la
    pruebas son tasadas en su valor y el juez debe ajustarse a lo que
    el derecho le manda a ese respecto.

    c.- Sistema mixto.

    Su nacimiento se relaciona con la época
    post-revolución
    francesa, pero fueron las voces que desde principios del Siglo
    XVIII se alzaron en contra del desconocimiento de derechos que el
    sistema inquisitivo conlleva, las que crearon el ambiente
    necesario para que el cambio se produjera. El desprestigio del
    sistema inquisitivo, por el desconocimiento de esos derechos
    ciudadanos, motivó al legislador napoleónico a
    dedicar sus mayores esfuerzos para encontrar un procedimiento que
    tomando lo mejor de los anteriores se constituyera en un medio
    eficaz para represión de los delitos, sin desconocimiento
    de los derechos del ciudadano. En 1808 se sanciona el Código
    de Instrucción Criminal, que entra a regir a partir de
    1811, en el que se ponen en práctica esas ideas de
    conjunción que dan base al procedimiento que se ha
    conocido como mixto y cuyas principales características
    son:

    a) separación de la instrucción en dos
    etapas, la instructoria y la de juicio.

    b) preponderancia de la escritura en la primera etapa y
    de la oralidad en la segunda.

    c) valor preparatorio de la
    instrucción

    d) separación de funciones del
    acusador, el instructor y el juzgado.

    e) garantía de inviolabilidad de la
    defensa.

    f) el juez no es un mero expectante de la contienda,
    pues toma contacto directo con las partes y la prueba y dirige el
    procedimiento.

    g) se elimina la doble instancia, posibilitándose
    la revisión de lo resuelto mediante el recurso de
    casación.

    El desarrollo que ya hemos realizado del contenido de
    cada una de las características y principios de los
    sistemas, nos relevan de hacerlo nuevamente en atención al sistema mixto, sólo
    resulta indispensable señalar que si bien es cierto en
    éste se mantiene la instructiva y en ella prevalece la
    escritura, no es posible asimilar ésta etapa al
    procedimiento inquisitivo, pues la instrucción en el
    sistema mixto no se inicia de oficio, requiere de una
    excitación del órgano jurisdiccional que al propio
    tiempo sirve
    al imputado para adquirir conocimiento sobre los hechos que se le
    atribuyen y así plantear la defensa. A la
    instrucción tienen acceso pleno todas las partes y a ellas
    les está autorizada su intervención en las
    diligencias probatorias; además todo lo actuado en la
    instrucción sólo tiene valor preparatorio en
    relación con el juicio, etapa ésta en la que debe
    reproducirse totalmente la prueba que ha de servir al juzgador
    para resolver el asunto.

    1. LA
      ARGUMENTACIÓN Y SUS TECNICAS

    2.1.- Definición de Klein

    "Lo que una argumentación busca es recurrir
    a lo colectivamente válido para convertir algo que
    colectivamente se ha vuelto cuestionable en algo colectivamente
    válido".

    Klein 

    CV + CC= CV

    2.2. Técnicas de
    argumentación:

    Existen diversas técnicas que nos pueden ayudar a
    mejorar nuestra capacidad para argumentar de manera eficiente en
    un debate: técnicas retóricas, el método de
    Toulmin, las reglas de la lectura
    crítica, el examen de las falacias, las
    reglas de honestidad
    científica, etc. Aquí trataremos de las tres
    primeras.

    1. Retórica

    LA PERSUACIÓN

    Tres pescadores

    El arte de hablar persuasivamente nace como una
    técnica de adiestramiento.
    Aporta una pedagogía radical, con efectos individuales
    e institucionales. A la persona le
    confiere técnicas para hacerse escuchar y para afectar a
    los demás. Y, en un orden menos aparente pero bastante
    más decisivo, dota de marcos de regulación social.
    Tales marcos operan en la lonja de justicia, la escuela y el
    parlamento.

    (….)

    Cuando uno habla y se dirige a un auditorio, las
    palabras que salen de la boca del orador son el resultado de un
    proceso productivo. Los rétores reconocen en este comportamiento
    la realización de cinco operaciones: 1)
    invención, 2) disposición, 3) elocución, 4)
    memoria y 5) acción. Según el esquema, en el inicio
    se aportan las ideas y al final se manifiesta el habla,
    realización verbal que viene acompañada de
    gesticulación y de otros elementos comunicativos no
    verbales. Ésa es la fórmula de la factoría
    retórica. En consecuencia, las divisiones evidencian una
    naturaleza
    dinámica, operativa, productiva.

    La invención (heurésis) está
    dedicada a la argumentación de las ideas. Escoge los tipos
    de razonamiento convenientes y los cubre con los elementos
    materiales que
    Vengan al caso. A pesar de lo que se pueda suponer, no se espera
    gran originalidad del orador. De hecho, hace bien si sigue los
    surcos usuales –que no vulgares ni mediocres-, ya que se
    asegura así la comprensión y aceptación del
    público. Entonces, el término de la
    operación de invención no remite a un acto
    creativo, en el sentido de original o nuevo, sino que bien al
    contrario señala un esfuerzo de descubrimiento de los
    caminos más apropiados para el caso, de entre los ya
    establecidos por la convención y los usos
    discursivos.

    Así pues, la invención comporta lanzar
    una red para
    atrapar un material y someterlo a arte. La operación
    inicial es una doble afirmación, la de la necesidad del
    método y la del esfuerzo relativo que pide ese acto
    intelectivo. Decimos esfuerzo relativo porque la norma manda
    hacer pie en los recursos bien
    conocidos: el ejemplo, el entimema y el locus. Si los
    enunciados con nombre diferente, podemos decir que se trata de la
    inducción, la deducción y el tópico,
    respectivamente. De los dos últimos ya hemos hablado en el
    capítulo dedicado al discurso
    judicial. El entimema se basa en la deducción, pues
    propone una premisa general indemostrada, ambigua, por la
    pretensión de ser considerada digna de aprobación.
    Si el interlocutor niega la premisa mayor del orador, no hay caso
    de demostración del punto defendido, puesto que la
    deducción ha quedado truncada. Por su parte los
    tópicos aprovisionan orador de una red de aspectos con los que
    iluminar el material de debate.

    El ejemplo aporta, como el entimema, un recurso
    argumentativo de cariz público, y no científico, ya
    que participa de elementos emotivos, lógicos. Ficticios y
    teatrales. En concreto, el
    ejemplo es un razonamiento de un recorrido y descendente.
    Consiste en proponer una realidad ascendente particular, que
    puede ser un hecho, el relato de unos acontecimientos
    simplemente, una palabra. Entonces se intenta justificar o, una
    relación de analogía entre el ejemplo y la
    cuestión del debate. Del motivo presentado como ejemplo
    paradigma, en griego-, se ha de inducir una verdad
    más amplia y general, a partir de la cual –y en un
    descenso deductivo, ahora – se quiere extraer la validez
    del punto que interesa.

    Quintiliano propone un ejemplo en el que dibuja un
    vínculo analógico entre unos músicos y los
    buenos ciudadanos. Recuerda que en cierta ocasión dos
    flautista. Ausentes de Roma por mucho tiempo, fueron reclamados
    por el Senado con un decreto honorífico. Con mucha
    más razón, argumenta el rétor, conviene
    hacer retornar a los buenos ciudadanos romanos que, distinguidos
    durante la República, han sufrido del exilio por causa de
    los avatares políticos la calamidad. Hasta aquí, el
    ejemplo del maestro. Su mecanismo resulta claro. La verdad
    general que se presenta aplicable a ambos casos es que las
    personas de calidad, a pesar de haber sido desterradas, merecen
    ser llamadas de nuevo a la metrópolis.

    Es sobradamente conocido el ejemplo de la
    tradición cristiana que compara a los humanos con los
    pajarillos. Argumenta que, si los pájaros no se preocupan
    del día de mañana y ni falta que les hace pues Dios
    se ocupa de ellos, ¿cómo no ha de hacerlo el hombre,
    que, con mucha más razón ha de confiar en la
    providencia divina, por ser una criatura hecha a su imagen y
    semejanza? La anilla deductiva que abraza los dos términos
    comparados es la condición común de criaturas de
    Dios, así como la proverbial providencia del supremo. No
    hay que insistir en que este razonamiento se remonta a una
    premisa deductiva puramente verosímil. Es decir, un
    entimema. Por lo tanto, a menudo las operaciones inventivas se
    implican unas en otras y forman procedimientos
    complejos.

    El recurso al modelo de una persona constituye otra
    variedad de ejemplo. "Aníbal lo hizo, por tanto tú
    también puedes ser capaz de hacer lo mismo". Ello viene a
    decir que Aníbal y tú son humanos y dignos del
    mismo valor y audacia. En la misma línea de
    demostración. Se puede tomar a alguien como imagen
    negativa. Entonces, su cualidad es no tener ninguna o bien
    resultar ésta negativa. "Moisés ha visto la
    película X y dice que le ha encantado. Así que ni
    soñar en ir a verla, porque seguro que es
    malísima." En este ejemplo, la relación no es
    analógica sino de contrarios, donde Moisés
    representa una figura de referencia, pero para no imitarla. Con
    un poco de atención a las conversaciones diarias
    recolectamos un buen número de ejemplos, basados todos
    ellos en las similitudes o disparidades persuasivas.

    Las perlas

    Si la invención significa descubrir qué
    decir y la disposición se resume en ordenar lo que se ha
    hallado (exordio, narración, demostración y
    conclusión). ¿Qué importancia tiene la
    elocución? La razón de la pregunta radica en su
    definición, como ahora veremos. La operación de la
    elocución ornamenta las palabras, al precisar el estilo o
    tono general y al añadir las figuras, como la
    metáfora o la metonimia.

    La elocución es la operación
    retórica más comprometida con el lenguaje.
    Se ocupa de traducir las estrategias
    precedentes a un formato verbal presentable. Ahora bien, con el
    tiempo, esta tercera operación de formular en palabras los
    argumentos ha pasado a ejercer un dominio completo
    sobre el resto de operaciones. A partir de la tradición
    romana, del plan original de cinco partes se pasa a considerar
    tres, en detrimento de la memoria y
    la acción. Y hay más cambios. De enseñar a
    hablar se pasa a enseñar a escribir pulcramente. La
    retórica llega a ser el arte de la escritura, lo cual la
    convierte en elocución pura. Como consecuencia. la
    literatura se
    apodera del lugar que ocupa el discurso inmediato. Además,
    la memoria oral es substituida por una memoria visual y una
    formación del gusto en el registro escrito.
    Una tradición secular, que se enraíza en la
    Edad Media,
    nos ha hecho particularmente receptivos a la escritura y a los
    estilos literarios. No deja de ser una paradoja que el estudio
    elocutivo del habla exija recursos escritos y habilidades
    lectoras, ya que el análisis se inicia al leer lo que se ha
    dicho.

    Para exponer las operaciones de "poner en palabras" los
    argumentos, hemos de hacernos algunas preguntas.
    ¿Cómo hablamos? Este interrogante es demasiado
    general. En realidad, apunta hacia los recursos con los cuales
    confeccionamos el traje del habla. Expresemos la pregunta de otra
    forma.¿Qué diferencia a unas expresiones de las
    otras, aun siendo equivalentes?¿Se puede hablar de una
    desnudez del habla y de un estado más colorista y
    figurativo? ¿Cómo podemos conseguir efectos
    elocutivos y figuras estilísticas?

    Ésas son algunas de las preguntas que se hace la
    retórica. La estilística o la lingüística. Con ellas se pone al
    descubierto una distinción muy cara. No es lo mismo hablar
    o escribir persuasivamente que saber en qué consisten esas
    destrezas. Arte es conocimiento, no mera práctica. Por lo
    tanto, la retórica enseña a hablar o escribir con
    toda la eficacia que pide
    el contexto. Por añadidura, desde su perspectiva
    teórica domina el sentido de las elecciones léxicas
    y estilísticas.

    Podemos decir: "los rétores, verdaderos
    pescadores de perlas", y probablemente nadie se escandalice del
    empleo que
    hemos hecho de los recursos estilísticos. No obstante,
    sabemos que los rétores y los escolásticos no pasan
    por ser pescadores en absoluto. Mucho menos de perlas, ya que
    cuesta imaginarles zambulléndose en mares tropicales, con
    un cuchillo entre los dientes, ni regentando un vivero. Pero la
    frase hace referencia efectiva a una realidad, que no es literal
    sino figurada. Por pescador podemos entender, no ya en el nivel
    desnudo del lenguaje sino
    en otro revestido de apariencia (figura quiere decir apariencia),
    la persona que tiene el oficio de conseguir palabras
    extrayéndolas del mar de la lengua.
    Metafóricamente, pescar designa la acción de coger
    o alcanzar con la inteligencia.
    Y la cosecha de perlas da entender que no vale cualquier palabra,
    sino aquella que, siendo perfecta en su género o
    paradigma,
    encaja con similar excelencia al uso, al sintagma. En definitiva,
    al referirnos a los rétores como pescadores de perlas
    aludimos a su buen pensar y decir las palabras, en el marco de un
    discurso convincente y sensible a la belleza.

    (…)La pintura tiene
    colores. La
    arquitectura,
    volumen y
    ornamentos. La lengua, sin embargo, también puede ser
    pictórica y arquitectónica. La elección de
    las palabras y el trenzado que disponen aporta al discurso los
    colores y la ornamentación, la iluminación necesaria para animar el habla.
    Se logran esos efectos con la apropiada pulsación del
    sinónimo, el uso del eufemismo para matizar una
    designación cruda o para despertar connotaciones y
    complicidades, o bien utilizar el recurso rey, la
    metáfora, al usar una palabra para dar a entender
    otra.

    La persuasión de la belleza

    Cuando hablamos de estilo y de figuras, planea una duda.
    Tienen sentido preguntarse si no estamos haciendo crítica
    literaria en vez de retórica. Es más,
    ¿qué influencia tiene el estilo de habla en el
    auditorio? ¿Tan importante es? Para dar respuesta a las
    preguntas podemos atender a la publicidad, que no en vano ha
    conseguido un lugar privilegiado en el foro discursivo actual. Y
    comprobamos que el uso que hace de los recursos
    estilísticos, en el habla, es intensivo: rima las frases;
    las ritma, al contar el número de sílabas; e
    introduce hipérboles o exageraciones, metáforas,
    antítesis o contrastes verbales,
    ironías… Indudablemente, la publicidad utiliza estos
    recursos con una finalidad que va más allá de la
    belleza.

    Los elementos estéticos pueden tener una
    función persuasiva. Y las figuras constituyen un punto de
    conexión entre estilo y la argumentación. El primer
    aspectoque destaca el en los actos elocutivos es el tono
    escogido. Los antiguos lo llamaban estilo, y distinguían
    tres: noble, sencillo y moderado. El estilo noble tiene un
    registro distinguido y serio, que busca convencer y no ahorra la
    vehemencia, si conviene. El estilo sencillo o mantenido se
    caracteriza por la precisión y sobriedad; lo guía
    el objetivo de
    probar con contención una realidad. Finalmente, el tono
    moderado incorpora un registro anecdótico y
    humorístico, para conseguir así agradar. Pensando
    en la publicidad, podríamos catalogar inicialmente los
    anuncios según tengan un tono distinguido, desapasionado o
    divertidamente distendido. Sin embargo, al iniciar tal
    clasificación observamos que la elocuencia consiste
    indisolublemente en probar (e. sencillo), agradar (e. moderado) y
    convencer (e. noble). Sin duda, al hablar podemos escoger una
    elocución simple o compuesta de diversos estilos. Lo que
    sí es seguro es que a cada uno de ellos corresponde una
    determinada capacidad de uso de las figuras; hay restricciones y
    recomendaciones. Por ejemplo, en una demostración que pasa
    por ser veraz y precisa, no se entenderían las
    hipérboles o la versificación.

    De los comentarios precedentes hemos extraído dos
    notas básicas del trabajo
    estilística. Aparentemente son dos contradictorias, aunque
    con más exactitud diríamos que son complementarias.
    En primer lugar, la producción de estilo es una actividad
    libre. El hablante tiene la libertad de emplear o desestimar los
    recursos que desee. Si no fuera así, el estilo no
    existiría, ya que todo acto de habla vendría a ser
    semejante al resto de expresiones. En segundo lugar, no obstante,
    el uso de las figuras está codificado.

    Éstas son reguladas por unas convenciones, unos
    códigos fijos. Cada figura forma una estructura que
    puede ser reconocida y transportada a unos contenidos que son
    explícitos. (….)

    Puntos cardinales e ironía
    política

    Para orientarse en la navegación entre las
    palabras, los sabios han dibujado un mapa en el que se contemplan
    cuatro puntos cardinales. Ciertamente, esos puntos no hacen
    referencia al norte ni al sur, ya que en la tierra del
    habla ello no existe. Si están presentes, no obstante,
    cuatro dimensiones, entre de las cuales se manifiesta la
    belleza.

    A saber: el sonido de las
    palabras, el sentido de las palabras, la construcción sintáctica y los
    juegos de
    ideas. Quien sigue este trayecto recorre toda la carta
    geográfica de las palabras, en particular indicada para
    reconocer la persuasión de la belleza.

    Técnicamente, los recursos del lenguaje figurado
    reciben nombres de figuras.

    1) De dicción, 2) de sentido o tropos, los 3) de
    construcción y 4) de pensamiento.
    Jugar con la dicción permite efectos de plasticidad
    sonora. En el titulo de una novela de Cabrera Infante, Tres
    tristes tigres
    , hallamos una sorprendente repetición
    de sonidos (aliteración). Lo mismo sucede con el
    título de otra novela suya, La Habana para un infante
    difunto
    . La rima es otro recurso de dicción, entre
    otros Nuestra intención es citar sólo algunos
    ejemplos para pergeñar los cuatros tipos básicos.
    Retornando el título de la novela, La
    Habana para un infante difunto
    , bajo él recoge el
    autor una historia en la Habana de la
    revolución
    cubana, la Habana que el novelista vivió de joven. El
    ambiente y parte de la trama se acercan a una escritura casi
    autobiográfica. La obra es una mirada afectuosa y
    nostálgica hacia un pasado perdido, dejado atrás
    por el exilio de Guillermo Cabrera Infante. Y el título
    –que es en lo que estamos – presenta algunos tropos.
    El tropo –cambio, etimológicamente – es la
    figura que consiste en modificar el sentido de una palabra.
    Cuando el titulo reza "un infante" se refiere doblemente al
    niño y a Infante, en mayúscula, la persona
    específica. Con esta forma señala a una edad y se
    señala a si mismo, pero hay una diferencia entre los dos
    osas significadas: infante, el sujeto cierto, es un todo, en el
    que se suman las edades biográficas de la niñez
    (nacido en 1929), juventud y
    madurez. En definitiva, el uso de infante" implica nombrar la
    totalidad, la persona, para designar una parte, la infancia, o
    cual coincide con el tropo de la sinécdoque
    (también funciona como designación de parte para
    significar el todo). Y el título concluye con un "infante
    difunto", donde difunto remite figuradamente a una etapa pedida,
    acabada, ya sea porque ha quedado tras, ya porque, además,
    se han disipado ciertas ilusiones y encantos. Aquí la
    defunción e Infante, o la del infante que fue, lo es en un
    sentido figurado (metáfora). Su vez, las figuras de
    construcción juegan con la sintaxis. Acortan la frase y da
    por comprendida alguna parte (elipsis). Dejan la frase inacabada
    (reticencia). O bien reiteran los términos o las
    expresiones (repetición), entre otras operaciones
    sintácticas. Finalmente, como cuarto punto cardinal de las
    operaciones elocutivas, tenemos as figuras de pensamiento.
    Ésas no dependen de las palabras, sino del juego de
    inteligencia que ofrece el hablante al interlocutor. Por otra
    parte, a diferencia de los anteriores recursos, aquí se da
    un compromiso con la realidad y lo que se cree de ella. Si
    afirmamos "Hitler, aquel
    gran pacifista, como todos saben…", estamos expresando con las
    palabras, la gestualidad y el tono de todo el discurso, que lo
    que queremos decir es exactamente lo contrario (ironía).
    Este recurso queda suficientemente justificado con una frase
    popular: "Al revés te lo digo, para que me entiendas". El
    énfasis significativo es palmario. Sin embargo, la
    ironía puede ser un recurso más ambicioso
    aún, cuando cubre todo el discurso. En ese sentido, es
    memorable el parlamento que Marco Antonio hace en la tragedia de
    Shakespeare
    Julio César. Ante el cadáver de
    César, el fiel amigo y pariente, y no menos hábil
    político, exclama:

    – – ¡Amigos, romanos, compatriotas!
    ¡Escuchadme! Vengo a enterrar a César, no a
    elogiarlo.

    A pesar de lo que anuncia –y su plan se manifiesta
    poco después – lo que hace no es enterrar nada (la
    causa de su muerte, por
    ejemplo). Elogia la memoria de César y lo presenta como un
    gobernante honorable y magnánimo. A la vez, halaga a los
    conjurados y asesinos de César, para conseguir a
    continuación –con la ironía – hacerlos
    aparecer, a los ojos de los romanos, como unos criminales
    ambiciosos.

    La magnífica obra teatral de Shakespeare da al
    espectador o al lector la ocasión de disfrutar de la
    experiencia de un acto retórico. Puede disfrutar porque
    hay una belleza literaria y dramática que complace. Y
    también puede asistir a una función de
    argumentación y de maraña emocional que logra
    persuadir a los romanos, consiguiendo que piensen lo contrario de
    lo que poco antes creían. La escena del parlamento de
    Marco Antonio es un modelo atrayente. Comienza con un discurso
    epidíctico: elogia al gobernante difunto recordando hechos
    y leyendo su testamento, en el que deja a cada ciudadano la suma
    de 75 dracmas y sus jardines para parques públicos.
    Paulatinamente, a medida que el auditorio se enfervoriza, Antonio
    pasa al registro de otro tipo de discurso: el deliberativo. En
    él ya no se habla de la que ha pasado sino de lo que
    habría de hacerse. Ya no importa tanto elogiar a Cesar y
    censurar a los conjurados. Se trata de un discurso
    político con todas las consecuencias. ¿Qué
    hay que hacer? ¿Qué es aconsejable hacer a partir
    de aquel momento? ¿Qué aconseja Antonio? El
    resultado es sobradamente conocido. Antonio anima a los
    ciudadanos al motín y consigue expulsar de la ciudad a los
    que señala como traidores. Si imaginamos una
    situación similar, un sermón o una alocución
    televisiva pueden ser variedades del género deliberativo.
    En todos esos casos, el habla sirve como instrumento
    político, de poder sin medida. Y, además, sin
    necesidad de que aparente lo que es. En el ejemplo de Julio
    César, Antonio no habla de política. ¡Hace
    política!

    La cámara del tesoro

    Hemos de suponer que Marco Antonio tuvo que improvisar.
    En modo alguno podemos sospechar que recitara un discurso de
    memoria. La improvisación, no obstante, demanda del orador
    una buena memoria natural y otra más llamada artificial,
    que es la que se refuerza con ejercicio y preceptos. De la
    memoria se dice en un manual atribuido
    falsamente a Cicerón, Retórica a Herenio, que la
    memoria es "la cámara de los tesoros" y "guardián.
    De todas las partes de la retórica". En la memoria Antonio
    guarda recuerdos del amigo, como los que le suscitan ver el manto
    ensangrentado del cadáver:

    – – Si sabéis llorar, hacedlo
    ahora.

    Todos conocéis este manto. Recuerdo la primera
    vez que César lo llevó.

    Fue una noche de verano, en su tienda, el día en
    que venció a la tribu servia.

    Antonio tiene en la mente la imagen de un arma (una
    victoria) en el manto. El destino cruel ha añadido a la
    túnica los desgarros de armas blancas y
    sangre, en lo que ha significado la derrota final de
    César. Pero el amigo le quiere vengar, y la memoria le
    ayuda a controlar sus palabras. La memoria a que nos referimos es
    la de la práctica discursiva. Sabe y recuerda el orador
    cómo comenzar a hablar. Qué argumentos presentar en
    primer lugar y cómo conmover a los ciudadanos. Finalmente.
    Con la lectura del dadivoso testamento. Quien como Antonio ha
    sido adiestrado mnemotécnicamente basa su capacidad en los
    recursos de los lugares y las imágenes.
    Los lugares son similares a los tópicos de la
    invención: se deposita mentalmente las ideas. Los nombres
    o lo que sea en unos lugares: en la cómoda, en el
    salón. En el buzón… La memoria funciona
    así como una topografía, con muchos sitios a su
    disposición, en cada uno de los cuales confiamos
    temporalmente un objeto. Por otro lado, está el recurso de
    la asociación de una imagen a un objeto o una palabra. La
    clave de la asociación puede ser la semejanza entre el
    receptáculo y la cosa que se le confía.

    Todavía tenemos una curiosidad por satisfacer.
    ¿Cómo habla Marco Antonio? ¿Cómo
    pronuncia y gesticula? ¿Produce, como mandan los
    cánones. Una buena modulación
    de la voz e imprime movimiento al
    cuerpo? Y, al modular la voz, ¿qué volumen, que
    firmeza. Que flexibilidad consigue? ¿Se ajusta el tono al
    propósito de elogiar a un estadista y de defender un
    modelo político? ¿Combina, quizá, la
    dignidad – en el exordio – con un tono de
    exhortación y patetismo. En la
    peroración?

    Las preguntas vienen al caso porque estamos considerando
    la acción. Quinta y última parte de las operaciones
    retóricas. La acción o pronunciación,
    escribe Cicerón, es el gobierno de la
    voz a partir de la dignidad de las cosas y de las palabras". En
    consecuencia, en un actor –como el que encarne a Antonio
    – puede apreciarse, en su excelencia. La recitación
    del discurso, que se compone de gesto y dicción. Y todo el
    comportamiento, al recordar lo que ha sido depositado en la
    memoria por la invención, la disposición y la
    elocución, todo este comportamiento, decíamos. Basa
    su virtud en la elocuencia del cuerpo, que consta de voz y
    movimiento. De la misma manera. La elocución dispone de la
    elocuencia de las palabras, la disposición del buen orden,
    la invención de los apropiados argumentos, y la memoria.
    De la fidelidad y viveza del recuerdo.

    El personaje de Marco Antonio sigue esos principios con
    mucha fortuna. Y aun Observa una regla superior: la de disimular
    su arte o técnica oratoria. La
    palabra ha de ser escuchada como un acto espontáneo, sin
    preparación. Así el oyente no aprecia que quien
    habla se aproveche de la superioridad que le da la
    técnica, ni que le quiera engañar o que, a fin de
    cuentas, no sea
    más que teatro,
    pedantería (Salinas 1541). Al observar este principio de
    oro, Antonio
    cierra el ciclo de la ironía que envuelve su discurso. Ya
    en la parte conclusiva de éste confiesa:

    – – Amigos, y no vengo a ganarme vuestro
    ánimo.

    No soy orador como Bruto, sino, como todos
    sabéis, un hombre claro y
    franco que quiere a su amigo.

    Momentos antes de exhortar al tumulto incendiario y al
    motín popular, niega toda pretensión. Es decir,
    niega las intenciones que le animan y que pertenecen al mundo
    oculto de la intimidad. Sucede, no obstante, que niega lo que es
    más evidente y, al hacerla, consigue que le crean.
    Consigue aparentar que no sabe hablar como un orador. Si ello es
    así pero convence, según la lógica
    implícita que late dentro del razonamiento, lo que sucede
    es que sus razones son tan sólidas como la roca,
    tan inamovibles como la montaña. Ésta es la
    deducción que se extrae de su planteamiento artificioso o,
    digámoslo así, técnico.

    Para el que conoce el arte de la retórica, las
    palabras del romano enuncian el principio de oro y dibujan las
    otras partes de la acción, a pesar de la tópica
    protesta de ignorancia:

    – – Pues no tengo ingenio, prestancia, ni soltura,
    ni gestos, ni dicción, ni el don de la palabra para
    excitar las pasiones. Yo hablo sin floreos; os digo lo que
    sabéis; os muestro las heridas de César (pobres,
    pobres bocas mudas) y les pido que hablen por
    mí.

    Al leer estos fragmentos, descubrimos la maestría
    de un político eficaz y brillante. Dice: no sé
    hablar, no tengo inventiva ni gracia, no adorno las
    palabras ni alcanzo las pasiones; tan sólo pido a las
    heridas que hablen por mí. Es lo que viene a decir. Y
    resulta evidente que sus frases crean el espejismo de la falta de
    habilidad verbal; no hay que ir lejos para descubrir las
    contradicciones. Por ejemplo, en la última frase, cuando
    pide a las heridas que hablen por él, se da el recurso
    elocutivo de la prosopopeya: hace hablar a una realidad
    inanimada, no humana. La prosopopeya, como la ironía, es
    una figura de pensamiento. Las heridas son "bocas", porque abren
    el cuerpo hacia fuera (figura de sentido: metáfora).
    ¡Cuántas bocas para un solo cuerpo! (figura de
    sentido: hipérbole). 1 las bocas, "pobres bocas mudas",
    sin embargo hablan (figura de construcción:
    antítesis); y suplen la ficticia carencia de elocuencia
    del buen amigo, futuro triunviro del imperio y aliado sectario de
    Cleopatra.

    La red del saber

    En este punto de recapitulación hemos de decir
    que las metáforas que presentan al rétor como
    "pescador de perlas" y la memoria como "cámara del
    tesoro", reiteran los efectos de la belleza que el habla puede
    deparar. En concreto, la elocución, que es la
    operación que da forma verbal a los argumentos, comprende
    las notas de la elegancia. La composición y la
    distinción. Por su parte, la elegancia se alcanza con
    corrección (latinitas) y claridad
    (explanatio). La composición se ocupa de la buena
    variación de sonidos, términos y estructuras
    sintáctica, para evitar la cacofonía o el
    hipérbaton.

    Finalmente, la distinción se manifiesta en la
    ornamentación de las palabras, con figuras y
    tropos.

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    Cuadro de dos aspectos teóricos de la
    Retórica, los géneros y las operaciones
    Discursivas.

    Si contemplamos con candidez los gestos de la
    operación que produce belleza, Nos sentiremos intrigados,
    y tal vez decepcionados, por la conexión entre la
    cámara del Si contemplamos con candidez los gestos de la
    operación que produce belleza, nos sentiremos intrigados,
    y tal vez decepcionados, por la conexión entre la
    cámara del tesoro y la del poder, entre esteticismo y
    palanca política. ¿Cómo puede ser que la
    distinción del lenguaje figurado milite en las filas del
    poderoso? Muy posiblemente, nuestra observación, tan ingenua pero no por ello
    desencaminada, ha de merecer provechosos comentarios de un
    rétor escéptico. En realidad, si hacemos memoria,
    la cuestión del habla y del poder ya está presente,
    y de manera exclusiva, en el origen de la técnica, en los
    conflictos
    judiciales en los que intervinieron Córax y Antirante. Y
    la presencia del poder ha de permanecer tanto en la
    comunicación interpersonal como en la ámbito
    público, esto es, en aquellas que se valen de medios de
    comunicación social. Ciertamente, la actuación
    de Antonio nos lleva a hablar de estos extremos:

    Comunicación y poder. Y es lo que hemos de
    considerar en el capítulo siguiente.

    No obstante, el rétor no deja ociosa su
    inteligencia ni su escritura. Y da algunas respuestas, que quedan
    recogidas en la retórica. Esta disciplina va
    más allá del Ofrecimiento de unos consejos para la
    persuasión y de unos currícula para la
    escuela, ya que en ello hay una red de saber. Con la red, tensada
    por géneros discursivos Y operaciones retóricas,
    podemos entender los efectos del habla. Podemos reconocer su
    cualidad, la belleza, la intención. Desde esta
    posición, la retórica se identifica con la ciencia
    puesto que es saber: comprensión de los mecanismos y de
    los efectos del mundo del lenguaje. Como esa vocación
    taxonómica, junto con los afanes de figuras. Y ortodoxia,
    teoría de los mecanismos, clasifica operaciones y es la
    preceptiva que escolta a una tradicional cultura
    literaria. De otro lado, la retórica constituye casi una
    ciencia (protociencia), si se la examina con criterios en
    absoluto literarios, puesto que, como metalenguaje que describe
    las operaciones de habla, es una cámara del saber que
    comunica con los pabellones científicos de la
    lingüística, la teoría de la
    argumentación y la teoría de la
    comunicación.

    Partes: 1, 2

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