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La Hiperactividad




Enviado por sandy_santamaria



    Dossier enviado por
    Fátima
    Palagot
    a la (2001)

    1. Sintomatología.
    2. Características
      esenciales íntimamente asociadas a la
      hiperactividad
    3. Características
      menores aquellas menos asociadas con la
      hiperactividad
    4. Problemas de atención y
      de hiperactividad
    5. Mitos sobre la
      hiperactividad
    6. "Programa de
      entrenamiento en estrategias metacognitivas para maestros de
      niños hiperactivos"
    7. El estudio de la
      metacognición
    8. Paradigma teóricos
      representativos. Tratamiento teórico de la
      metacognición
    9. Metacognición e
      hiperactividad
    10. Bibliografía

    SINTOMATOLOGIA.

    El reconocimiento de la reacción de la
    hiperactividad no es difícil cuando cerca de los cinco
    años se observa de manera persistente y recurrente por lo
    menos la mitad de los síntomas siguientes:

    • Actividad continua y sin objeto
    • Corta capacidad de atención
    • Mucha distractibilidad
    • mucha excitabilidad :emociones
      lábiles (pasando del llanto a la risa en el espacio de
      minutos).
    • impulsos incontrolados
    • mala concentración
    • indiferencia al peligro y al dolor
    • poca respuesta a la recompensa o al
      castigo
    • destructibilidad; agresividad; mentiras, robos,
      berrinches
    • constantes choques con cuanto le rodea
    • propensión a los accidentes:
      torpeza, coordinación motora
      deficiente
    • problemas de lenguaje
    • estrabismo
    • dificultad de percepción; problemas
      audiovisuales
    • predominio mezclado de la derecha y la izquierda (por
      ejemplo: diestro con las dos manos y zurdo con las dos
      piernas).
    • irregularidad en la etapa de desarrollo
      (ejemp. Empezar a andar si haber gateado, etc.)
    • "poca limpieza" al dibujar, colorear,
      escribir
    • incapacidad de completar algo espontáneamente,
      necesidad de continuos recordatorios
    • incapaciadad de ejecutar actividades
      coordinadas
    • sociabilización deficiente; falta de respeto
      hacia las necesidades o propiedades de los demás;
      incapacidad de hacer amigos, conducta
      conflictiva
    • trastornos de sueño
    • necesidad de supervisión constante

    Para hacer el diagnóstico es indispensable que se agrupen
    muchos de estos síntomas.

    La hiperactividad es el más aparente de los
    trastornos de la conducta, no solo se trata de una inquietud
    reconocible, sino de un verdadero estado de
    movilidad permanente. En la edad escolar son los maestros quienes
    lo detectan y con bastante razón, si se considera que los
    niños
    hiperctivos interfieren la buena marcha del grupo ya que
    puede molestar a sus compañeros, hablan constantemente y
    gritan en los momentos más indecuados, dando a la
    impresión de expresar un estímulo interior
    incontrolable.

    CARACTERÍSTICAS ESENCIALES
    ÍNTIMAMENTE ASOCIADAS A LA HIPERACTIVIDAD

    Cuatro son las características más comunes
    en la hiperactividad:

    A) LA PRIMERA Y LA MÁS LLAMATIVA ES LA FALTA
    DE ATENCIÓN

    Las actividades atencionales no se hallan
    suficientemente desarrolladas. El niño hiperactivo se
    mueve por que no puede estar quieto, concentrado en algo. Una
    falta de maduración de los mecanismos neurológicos
    de la atención podria estar implicada en este problema.
    Los profesores se dan cuenta de la falta de atención
    planteandp las siguientes frases descripivas: poca capacidad de
    atención y escaso interés.
    Los psicólogos dicen que el niño es incapaz de
    pesistir en las tareas abstractas. No escuchan relatos de cierta
    duración y cambian con frecuencia de actividad.

    B) LA 2DA. CARACTERÍSTICA ESENCIAL DE LA
    HIERACTIVIDAD ES LA DIFICULTAD DE APRENDIZAJE:

    Aproximadamente un tercio de los niños
    hiperactivos presentan una marcada deficiencia en el aprendizaje y
    un porcentaje de enre el 40 y 50% evidencian un obstinante
    retraso académico. Habitualmente se considera que existe
    una dificultad de aprendizaje cuando se da una clara discrepancia
    entre la edad mental del niño y/o su edad
    cronológica y el rendimiento académico que cabria
    esperar de su edad. Las dificultades de aprendizaje suelen
    apreciarse normalmente con referencia a las tres areas de
    procesamiento de la información: la respuesta, la integradora y
    la expresiva. Estas dimensiones del aprendizaje se designan
    empleando el término "perceptivo-cognitivo". Ejemplos de
    trastornos perceptivo-cognitivos son: que el niño tenga
    dificultades para retener palabras habladas, frases o letras, y
    para reproducir dibujos.

    Como regla general, los niños hiperactivos con
    dificultad de aprendizaje experimentean una gran dificultad en
    captar las ideas abstractas, auqneu pueden desarrollar con
    éxito
    labores concretas. Frecuentemente, padecen problemas con los
    fonemas; pueden identificar las letras pero son incapces de
    pronunciarlas correctamente. Su deletreo es con frecuencia pobre.
    A menudo suman muy bien, con los dedos pero lo hacen
    difícilmente con el papel. En resumen, tienen problemas y
    dificultades para incorporar la información nueva y
    aplicarla al dominio de las
    ideas.

    C) LA 3ª. DE LAS CARACTERÍSTICAS MAS
    COMUNES DE LA HIPERACTIVIDAD SON LOS PROBLEMAS DE
    CONDUCTA.

    La mala conducta es notable en del 80% de los
    niños hip. Las dificultades de conducta ocurren de manera
    mas sobresaliente, durante las horas escolares.

    D) LA 4ª CARACTERÍSTICA MAS COMUN DE LA
    HIPERACTIVIDAD ES LA FALTA DE MADUREZ.

    Casi todos los niños hip. Operan a un nivel menos
    sofisticado que sus compañeros de igual edad. Esto ese
    refleja en sus deseos, su particularidad de elegir amigos mas
    jóvenes, sus intereses, sus dificultades de
    adaptación a los cambios que se produzcan en su medio
    ambiente, sus frecuentes explosiones de mal genio y su escasa
    tolerancia a
    las frustraciones. Los dibujos que hacen de las personas son
    simplistas, incluso teniendo en cuenta los problemas visomotores
    que muchos de estos niños presentan. Muestran una ligera
    tendencia al llanto fácil. Permanecen mas tiempo
    hablando como bebés y son más miedosos.

    CARACTERÍSTICAS MENORES AQUELLAS MENOS
    ASOCIADAS CON LA HIPERACTIVIDAD

    • Impulsividad
    • Dificultades con los compañeros
    • Baja autoestima

    http://www.tda-h.com/Problat.htm

    PROBLEMAS DE
    ATENCION Y DE HIPERACTIVIDAD:

    Publicado originalmente en EL NUEVO DIA, de San Juan de
    Puerto Rico.
    Forma parte del libro
    APRENDIENDO A VIVIR, del Dr. Fernando García
    Castaño (Ediciones Hispalis, San Juan. 2000), distribuido
    por S.P.E.R. (http://www.speres.com)

    El trastorno por déficit de
    atención/hiperactividad (TDAH) es una de las condiciones
    clínicas que se presentan con más frecuencia en la
    infancia.
    Puede manifestarse en tres modalidades diferentes.

    Cuando predomina el déficit de atención,
    los síntomas suelen aparecer en la forma de dificultad
    para el esfuerzo mental y la concentración. El niño
    se distrae con facilidad, se le olvidan las cosas, tiene
    dificultad para seguir las instrucciones que se le dan y le
    cuesta trabajo
    organizarse.

    Si su niño presenta seis o más de los
    síntomas siguientes, podría padecer de
    déficit de atención (sin
    hiperactividad).

    • No suele prestar atención a los detalles o es
      descuidado en su trabajo escolar.
    • Tiene dificultad para mantener la atención en
      sus tareas o en sus juegos.
    • A menudo parece como que no escucha cuando se le
      habla.
    • No acostumbra a seguir las instrucciones que se le
      dan. No termina su trabajo escolar o sus
      asignaciones.
    • Tiene dificultad para organizar sus tareas y
      actividades.
    • Le desagradan las tareas que requieren un esfuerzo
      mental sostenido (como las asignaciones); evita a menudo
      realizarlas o las hace de mala gana.
    • Pierde a menudo cosas necesarias para hacer sus
      tareas u otras actividades. Por ejemplo, lápices,
      libros,
      asignaciones o juguetes.

    Si, por el contrario, predomina la hiperactividad, el
    niño suele ser inquieto y se encuentra generalmente
    realizando alguna actividad. No permanece sentado mucho tiempo y
    puede hablar excesivamente. Tiende a actuar impulsivamente, sin
    tener en cuenta las consecuencias de sus actos. En algunos casos,
    puede hacer cosas que pueden poner en peligro su propia seguridad, o bien
    puede desarrollar una conducta agresiva hacia los demás.
    Si su niño presenta seis o más de los
    síntomas siguientes, podría padecer de
    déficit de atención con hiperactividad.

    • Da indicios de intranquilidad, como moverse en el
      asiento, jugar con las manos y mover los pies.
    • Se levanta de su asiento cuando debe permanecer
      sentado.
    • Corre de una parte a otra o se trepa a lugares
      inapropiados.
    • Se le hace difícil jugar con tranquilidad y
      calma.
    • Está en actividad generalmente y se mueve como
      impulsado por un motor.
    • Suele hablar en exceso.
    • Contesta las preguntas antes de que se le hayan
      terminado de hacer.
    • Se le hace difícil esperar su
      turno.

    Algunos niños presentan problemas tanto de
    atención como de hiperactividad. Se considera entonces que
    el trastorno es de tipo combinado.

    Como sucede con todas las condiciones, el TDAH puede
    manifestarse con distintos grados de intensidad. En los casos
    leves, la sintomatología está débilmente
    representada y, aunque la conducta exhibe los rasgos propios del
    síndrome, el daño
    que se registra no suele ser de grandes proporciones. Los casos
    severos no abundan y generalmente reciben tratamiento temprano en
    la vida del niño. Si la intensidad es moderada (regular o
    intermedia), ocurre con frecuencia que los maestros advierten la
    conducta irregular y aconsejan a los padres que realicen una
    consulta profesional.

    En todo caso, no debe subestimarse nunca la importancia
    de esta condición. El TDAH suele ir acompañado de
    dificultades con el aprovechamiento escolar y tiende a
    confundirse muchas veces con problemas de conducta. Requiere
    diagnóstico y tratamiento, por el bien del niño que
    lo padece.

    En el tratamiento del TDAH, es fundamental que los
    padres conozcan la naturaleza,
    las características y el desarrollo de la
    condición, a fin de que se capaciten para manejar
    adecuadamente el comportamiento
    de su hijo. Para ello, deben obtener información por los
    medios que
    estén a su alcance. Pueden leer libros sobre el tema,
    indagar en Internet o asistir a
    seminarios informativos. Esto les demandará tiempo y
    esfuerzo, pero vale la pena invertir ambos en el bienestar de su
    hijo.

    Como advertencia final, hay que prevenir en contra del
    "diagnóstico casero". Tanto si un adulto considera, a base
    de la lista de síntomas anterior, que su niño
    padece la condición, como si piensa que no la tiene, la
    palabra final y razonablemente confiable la tiene un profesional
    de la salud conocedor
    del TDAH, que dará su impresión diagnóstica
    después de haber seguido los pasos establecidos en un
    proceso
    psicodiagnóstico.

    MITOS SOBRE LA
    HIPERACTIVIDAD

    Dr. Fernando García Castaño Publicado en
    el
    periódico EL NUEVO DIA, de San Juan de Puerto Rico, el
    7 de Marzo de 1998.

    Las opiniones sobre la hiperactividad que corren de boca
    en boca encierran con suma frecuencia una serie de mitos que, al
    ser radicalmente falsos, confunden y desorientan a quienes
    más precisados se encuentran de contar con
    información confiable: los padres, familiares y maestros
    de niños hiperactivos. Se presentan a continuación
    algunos de dichos mitos.

    Un niño hiperactivo es aquel que no permanece
    quieto un instante, que toca y desbarata todo lo que esté
    a su alcance
    . Falso. Son muy pocos los niños realmente
    hiperactivos que caen bajo esta descripción. Sólo exhiben este
    comportamiento los casos severos, aquellos en que la
    condición aparece con gran intensidad. Afortunadamente,
    son muy pocos estos casos. La conducta de muchos de los
    niños que se comportan así se debe a que sus padres
    no les han proporcionado los controles necesarios para una
    conducta adecuada, o sea, no les han inculcado cómo debe
    ser el comportamiento dentro y fuera del hogar. Mas esto no
    guarda ninguna relación con la hiperactividad.

    Los niños hiperactivos molestan continuamente.
    No se puede estar a su lado
    . Falso. Nunca se puede tomar como
    criterio de hiperactividad el grado con que un adulto se siente
    molestado por la conducta de un niño. Hay adultos
    fácilmente excitables, irritables y nerviosos,
    irracionalmente exigentes con la conducta infantil, que se
    alterarán por la actividad normal de niños que
    sólo juegan y se distraen. Como también hay adultos
    extremadamente calmosos, plácidos e imperturbables, que
    pueden ver cómo se desploma el mundo a su alrededor sin
    alterarse mínimamente. Estas personas condonan
    irracionalmente la conducta infantil inapropiada. Los primeros
    tacharán de hiperactivos a niños que no lo son en
    absoluto, mientras que los segundos corren peligro de no
    identificar una sintomatología clara, con la que viven a
    diario.

    A mi hijo le han diagnosticado hiperactividad, pero
    no se parece en nada al vecinito, que es hiperactivo y
    está en tratamiento. Por lo tanto, se equivocaron y mi
    niño no es hiperactivo
    . Falso. Este razonamiento parte
    de la premisa de que la hiperactividad se manifiesta de igual
    forma en todos los que la sufren. Nada más lejos de la
    realidad. El síndrome que se denomina TDAH (trastorno por
    déficit de atención/hiperactividad) consta de una
    serie de síntomas. No siempre están presentes todos
    ellos en una persona y, por lo
    general, unos síntomas están mucho más
    marcados que otros. Esto produce una amplia variedad de cuadros
    clínicos. Lo que en un niño es conducta preocupante
    y digna de atención terapéutica puede ser que ni
    siquiera aparezca en otro, aunque ambos sufran la misma
    condición.

    Al lado de niños con una hiperactividad
    "clásica" (inquietos al extremo de parece estar conectados
    a un motorcito), hemos visto otros con una actividad motora
    relativamente normal o promedio, mas con una conducta
    extremadamente impulsiva. En otros, el hablar en forma
    incontrolada es el rasgo más marcado. Unos casos aparecen
    complicados con problemas de aprendizaje o con conducta agresiva;
    otros no. La actuación irreflexiva de algunos niños
    puede llegar a poner en peligro su propia vida, al seguir un
    impulso ciego, mientras que en otros está ausente este
    riesgo. Hay,
    en suma, una amplia variedad de manifestaciones de la
    condición, que puede desconcertar a quienes no la conocen
    debidamente.

    Sí, mi hijo es hiperactivo, pero eso se le
    pasará cuando sea mayor.
    Falso. EL TDAH es una
    condición crónica, cuyos efectos suelen perdurar,
    con intensidad variable, a lo largo de toda la vida. Ahora bien,
    en la inmensa mayoría de los casos, la excesiva actividad
    motora suele desaparecer o disminuir significativamente en la
    adolescencia.
    Si alguien cree que el TDAH se reduce a un elevado nivel de
    actividad física,
    interpretará erróneamente el cambio que
    observa y deducirá que se acabó el problema. La
    realidad, sin embargo, está muy lejos de esto. El alto
    grado de movimiento
    suele transformarse en una sensación interna de
    desasosiego y de intranquilidad. Además, la elevada
    actividad motora nunca fue la esencia del problema; sólo
    su aspecto más visible. Aunque la persona se mueva menos,
    la condición permanece entera e intacta.

    Aunque mi hijo sea hiperactivo, no importa. Yo
    era igual y he salido adelante en la vida. Falso. Quienes
    así se expresan suelen estar pensando en el aspecto
    económico de la vida. Su condición de TDAH, si la
    tienen, no les habrá sumido en la miseria, pero nunca,
    nunca sabrán estas personas cómo hubiera sido su
    vida si hubieran recibido el debido tratamiento en el momento
    adecuado. Por otra parte, la vida no consiste solamente en ser un
    vendedor exitoso, tener un buen empleo o
    poseer un negocio. Existe la dimensión afectiva, el mundo
    de las relaciones
    interpersonales, el matrimonio, la
    paternidad y maternidad, la familia…
    Si se examinaran estas áreas en la vida de las personas
    que se ufanan de su falta de tratamiento, probablemente
    comenzarían a dar la cara ciertos conflictos,
    cuya conexión con la condición no diagnosticada ni
    tratada había permanecido siempre oculta.

     
    "PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO EN
    ESTRATEGIAS
    METACOGNITIVAS PARA MAESTROS DE NIÑOS
    HIPERACTIVOS".

    Fco. Javier Beltrán Guzmán Irma
    Aída Torres Fermán Instituto de Investigaciones
    Psicológicas Universidad
    Veracruzana México

    INTRODUCCIÓN

    El movimiento es una, sino es que la principal,
    característica de los seres vivos, es por ello que una
    señal de vida es cuando observamos que algo o alguien se
    mueve. En los niños, el movimiento resulta vital como una
    forma de relacionarse con el mundo que les rodea. En muchas
    ocasiones esta actividad no es comprendida por los
    adultos.

    Esto sucede cuando el pequeño, por su mismo
    comportamiento, se expone a riesgos de
    daño físico, rompe cosas en el hogar, impide acudir
    a centros de reunión social en los que más que
    permitir la recreación
    y la convivencia familiar se convierte en un suplicio. En la
    escuela, por su
    parte, nunca se queda quieto en su mesabanco, molesta a sus
    compañeros, en ocasiones muestra
    comportamientos que pueden ser calificados como agresivos.
    Así, el niño comienza a ser etiquetado como
    inquieto, agresivo, hiperquinético o
    hiperactivo.

    De ahí que, surgen una serie de cuestionamientos
    que debieran ser respondidos: ¿Qué es la
    hiperactividad? ¿A qué nos referimos cuando
    mencionamos ese término? ¿Cómo diferenciarlo
    de la actividad normal del chico? ¿Cómo distinguir
    entre agresividad e impulsividad? etc.

    En principio, podemos afirmar que la hiperactividad es
    un concepto que se
    refiere a un conjunto de alteraciones conductuales muy definido.
    Frecuentemente se encuentra asociado a niños con
    trastornos en el aprendizaje y/o emocionales. No obstante, el
    término alcanza su significación primordial cuando
    se hace referencia a un niño concreto.

    ¿Cómo debemos enfrentar esta
    problemática? La metodología es la misma para cualquier caso
    que nos plantee un problema: Lo primero es definirlo lo
    más precisamente posible, después evaluarlo para
    determinar sus posibles causas y, en base a ello, establecer una
    estrategia de
    tratamiento.

    Tanto el diagnóstico como el tratamiento de este
    trastorno han logrado un avance considerable. Actualmente, el
    síndrome de hiperactividad incluye frecuentemente los
    siguientes síntomas comportamentales, de acuerdo a Valett
    (1988): Movimiento corporal excesivo, Impulsividad;
    Atención dispersa, Variabilidad,
    Emotividad,Coordinación visomotora pobre, Dificultades
    aritméticas, Lectura pobre,
    Memoria escasa
    y Tendencia al fracaso

    Por otra parte, en la clasificación internacional
    de enfermedades de
    la
    Organización Mundial de la Salud (OMS) se resume toda
    la sintomatología descrita anteriormente como se asienta a
    continuación:

    314. "Síndrome Hiperquinético de la
    Infancia".- El criterio para el diagnóstico utiliza como
    datos
    fundamentales la distractibilidad, la desinhibición, la
    hiperactividad, la impulsividad, los cambios marcados del humor y
    la agresividad. (OMS, 1978)

    Por otro lado, la Asociación Psiquiátrica
    Americana (APA) caracteriza este síndrome en su DSM-III de
    la siguiente manera:

    "Déficit de Atención con Hiperactividad".-
    El criterio para el diagnóstico se basa en tres datos
    fundamentales y tres secundarios. Los primeros son:
    inatención, impulsividad e hiperactividad; los secundarios
    son: el principio del trastorno antes de los 7 años,
    duración de por lo menos 6 meses y certeza de que no tiene
    como causa la esquizofrenia, un
    desorden afectivo o algún grado de deficiencia
    mental.(DSM-III, 1995)

    Cabe mencionar que, a partir de esta revisión se
    plantea el desarrollo de una investigación en la cual se incorporen
    estrategias de intervención metacognitivas que hasta el
    momento no han sido abundantemente utilizadas en estudios en
    niños con síndrome de hiperactividad o
    inatención como se demostrará en la bibliografía revisada al
    respecto.

    Aspectos teóricos de la
    hiperactividad

    El trastorno de la hiperactividad ha sido
    conceptualizado tomando en cuenta diferentes aspectos, lo que ha
    dado origen a diversas aproximaciones teóricas y
    estrategias de intervención derivadas de las
    mismas. No obstante, en los últimos tiempos la
    hiperactividad ha sido considerada específicamente como un
    trastorno de la atención y es desde esta perspectiva que
    abordaremos su estudio.

    La hiperactividad como un desorden de la
    atención

    La hiperactividad en general y en los niños en
    particular, puede ser considerada como una forma de discapacidad que
    impide que el sujeto o individuo se
    desarrolle normalmente toda vez que su problema le impide centrar
    su atención para responder convenientemente a los
    estímulos o las demandas que el medio ambiente le
    plantea. A la hiperactividad se le conoce también como un
    desorden en la atención o desorden de atención
    deficiente (DAD), sus siglas en inglés
    son ADD. También se ha diferenciado este desorden de la
    atención con aquel que va acompañado de
    hiperactividad y al que denominaremos con las siglas DATH ( en
    inglés sus siglas son ADHD)

    Comenzaremos por distinguir dos clases de trastornos:
    Los trastornos que son denominados del poder
    cognoscitivo a los que se les conoce también como
    problemas para el aprendizaje, y los trastornos del estilo
    cognoscitivo o de la atención. En este último se
    comprenden a los niños hiperactivos o con atención
    subenfocada. En el caso de que se observe una extrema
    compulsividad también puede denominársele
    atención superenfocada. Desde el punto de vista
    práctico significa que el niño hiperactivo toma
    decisiones demasiado pronto, antes de obtener o revisar
    suficientemente la información necesaria para determinar
    lo que puede producir resultados satisfactorios, o menos
    dañinos. Por ello se comprende el que esa clase de
    niños fracasen en la escuela ya que dejan de escuchar al
    maestro antes de que este haya dado las instrucciones de la
    tarea.

    Por otro lado, el mismo procesamiento de
    información deficiente frecuentemente produce relaciones
    defectuosas con sus compañeros, ocasionando con ello
    marginación social.

    Ahora bien, debido a su multicausalidad alrededor de la
    hiperactividad se ha generado una cortina de humo, de tal suerte
    que en ocasiones puede decirse que se ha generado un mito en
    torno a la misma,
    ya que los factores descubiertos, son considerablemente variados
    (Weimberg y Brumack, 1992; Golden, 1992). Debido a ello se ha
    llegado a cuestionar si la hiperactividad y la atención
    deficiente son un problema de aprendizaje o más bien un
    desorden relacionado a las variables
    mencionadas, lo que ha llevado a plantear que el tratamiento para
    este desorden debe incluir un manejo conductual, asesoría
    familiar y el uso de medicamentos específicos (Silver,
    1990; Cherkes, 1991 y McBurnett, 1991)

    Así, los tratamientos sugeridos son diversos, por
    ejemplo, manejo conductual, apoyo a los padres e
    intervención escolar, en algunos casos una dieta especial
    y manejo farmacológico (Martin, 1984) .Además ha
    sido considerado el aspecto del desarrollo emocional (Frederick y
    Olmi, 1994; Riccio, González y Hynd, 1994). Por otra
    parte, los padres también han contribuido a la
    identificación de las causas de la hiperactividad,
    (Sounga-Barke,1993).

    Resulta importante también conocer los
    principales enfoques teóricos que han intentado explicar
    el trastorno de la hiperactividad o del déficit de la
    atención. En el siguiente apartado se revisarán
    dichos enfoques.

    Enfoques Teóricos sobre la
    hiperactividad

    Dado que la hiperactividad es un problema de salud y
    educativo considerablemente significativo han sido planteados una
    diversidad de enfoques teóricos desde los cuales se puede
    interpretar el origen y desarrollo de este trastorno.

    Una de las primeras perspectivas teóricas sobre
    este trastorno es aquella que se basa en los aspectos
    orgánicos y biológicos. Esta base orgánica
    puede ser de origen genético, por una disfunción
    cerebral, por factores hereditarios, etc. (Leibowitz, 1991). En
    este mismo sentido, Frick, Lahey, Christ y Loeber (1991)
    señalan que los padres de niños que presentan
    trastornos de hiperactividad tienen antecedentes, o bien de
    trastornos de conducta en su infancia o de abuso de drogas.

    Dado estos orígenes orgánicos, este
    trastorno ha sido denominado inicialmente como Lesión
    Cerebral Mínima la cual tiene implicaciones
    anatómicas y etiológicas, por lo que Bax y McKieth
    (1963) proponen el uso del término Disfunción
    Cerebral Mínima, aunque algunos autores no están de
    acuerdo con dicho término. (Tarnopol,1976). Numerosos
    estudios médicos sobre niños hiperactivos con
    disfunción cerebral mínima y problemas de
    aprendizaje concluyen que el desequilibrio químico es en
    gran medida la causa primordial de las disfunciones
    neurológicas (Velasco Fernández, 1985; Valett,
    1988)

    Sin embargo, el diagnóstico de disfunción
    cerebral mínima no debe incluir inferencia alguna sobre el
    tipo y etiología de la disfunción o el alcance y
    ubicación de los tejidos
    neuronales. El término sólo debe aplicarse para
    describir el grado de perturbación conductual que se pueda
    asociar con mal funcionamiento demostrable o sospechado a nivel
    cortical.

    Un enfoque alternativo al anterior es el
    sociológico el cual coloca los factores determinantes del
    síndrome de inatención fuera del individuo, esto
    es, en los factores externos de naturaleza social y cultural. El
    individuo es un ser gregario por naturaleza, tiende a vivir en
    compañía de otros, por lo cual debe de sujetarse a
    las normas
    establecidas por el grupo, así como, participar de la
    herencia
    cultural de sus antecesores. (Ideus, 1994)

    Una de las contribuciones esenciales de Vigotsky fue
    precisamente el concebir al individuo como un ser eminentemente
    social. Siendo uno de sus planteamientos más importantes
    el que afirma que los procesos
    psicológicos superiores se adquieren primero en un
    contexto social para ser posteriormente internalizados.
    (Carretero, 1993)

    Otra perspectiva acerca de los orígenes de la
    hiperactividad es la evolutiva. En principio, cabe apuntar que la
    <> en el niño es normal dentro de ciertas etapas de
    su desarrollo dadas las actividades de exploración y
    curiosidad que tiene que cubrir (Papalia, 1994). En estudios
    practicados a niños hiperactivos no se han detectado
    alteraciones de tipo neurológico ni lesiones
    anatómicas, lo que hace deducir que existe un retardo en
    la maduración producto de
    una falta de estimulación apropiada para el desarrollo
    (Stone y Church, 1980)

    Una aproximación teórica actual y novedosa
    es la que se refiere a la neuropsicología. Esta rama de la
    Psicología
    se encarga de estudiar la conducta en relación a la
    organización cerebral de las diferentes
    habilidades cognitivas. En el caso particular de los
    niños, se encuentra relacionada con perturbaciones
    específicas del desarrollo de funciones
    simbólicas, con trastornos del aprendizaje y con la
    pérdida o disfunción de las actividades nerviosas
    superiores a causa de alguna lesión cerebral en las etapas
    en que el niño las está desarrollando o su integración se ha visto afectada. (Heres,
    1990). Para poder entender el comportamiento normal o
    patológico y evaluarlo clínicamente se debe conocer
    el desarrollo infantil y la forma en que se desarrollan todas las
    funciones cognitivas.

    Otra tendencia teórica de actualidad es la de la
    metacognición en la cual, en el tratamiento
    de la DATH, destaca el desarrollo de estrategias en memoria y
    metamemoria las cuales han demostrado que los sujetos
    hiperactivos obtienen mayores beneficios en el control de su
    impulsividad y en sus habilidades de aprendizaje (Voleker, 1989).
    Mayor (1993) destaca la necesidad del entrenamiento en
    habilidades metacognitivas particularmente en poblaciones que
    requieren de atención especial tales como los niños
    que presentan dificultades en el aprendizaje, deficientes
    mentales e hiperactivos.

    La aplicación de las estrategias metacognitivas
    en niños hiperactivos han sido ampliamente desarrollados
    por Meichenbaum y col. (1985). Ellos reportan que al parecer esta
    clase de niños no presentan problemas en la
    comprensión del lenguaje o de memoria, sino que no
    consiguen mantener la atención cuando reciben
    instrucciones para realizar una tarea. Estrategias de
    intervención en el Desorden de la Atención
    Deficiente con Hiperactividad (DATH)

    Dada la diversidad de factores que intervienen en la
    determinación de la hipèractividad infantil se han
    desarrollado igualmente una gran variedad de aproximaciones de
    tratamiento a dicha problemática. En este apartado
    abordaremos los principales tratamientos que se han
    utilizado.

    Retroalimentación

    Un enfoque psicopedagógico que se ha desarrollado
    en los últimos tiempos para reducir la conducta
    hiperactiva, es el llamado feedback o retroalimentación en el cual la persona
    participa activamente en la revisión, evaluación
    y corrección de su propia conducta. Generalmente, con la
    retroalimentación se informa al niño de los
    resultados de su propia actuación en una situación
    específica. Esta técnica usualmente utiliza
    aparatos mecánicos y/o electrónicos y contabiliza
    lo que el sujeto ha realizado para hacerlo consciente
    inmediatamente de los resultados de su comportamiento.

    Así, Tomassetti (1985) investigó los
    efectos de la retroalimentación sobre dimensiones de la
    atención y el aprendizaje de niños hiperactivos.
    Por otro lado, Edwards (1984) y Barowsky (1990) sugieren que la
    bioretroalimentación debería ser considerada como
    una alternativa de tratamiento en esta clase de
    niños.

    Michel y Beare (1991) estudiaron el efecto de un
    video como
    administrador
    de retroalimentación sobre una conducta de tarea de un
    estudiante con desórdenes emocionales y conductuales. El
    efecto de la retroalimentación y el entrenamiento en
    relajación ha sido también abordado en
    relación a las tareas relacionadas con la memoria
    entre los muchachos hiperactivos. (Omizo, Cuberly, Semands y
    Omizo, 1986) . Otro autor, Denkowski (1984) comparó el
    entrenamiento en relajación progresiva en grupo con el uso
    de la retroalimentación usando un electromiógrafo
    individualmente encontrando que ambos resultaban igualmente
    efectivos. La literatura especializada
    revisada sobre esta estrategia de intervención muestra ser
    prometedora como coadyuvante en el tratamiento de la
    hiperactividad . (Margolis, 1990; Chang y Hiebert, 1989; Craig,
    1984; Stewart, 1984). Autocontrol

    Otra técnica de intervención que se ha
    utilizado con relativo éxito es el entrenamiento en
    autocontrol, el cual consiste simplemente en que el sujeto
    controle su comportamiento a través de proporcionarse
    autoinstrucciones.

    En principio cabe mencionar que el entrenamiento
    autoinstruccional fue desarrollado por Meichenbaum en 1979 y se
    trata de un programa
    terapéutico basado principalmente en el desarrollo del
    lenguaje interno o privado. El principio que subyace a este
    enfoque es que el individuo use su propio lenguaje como un
    instrumento de planeación
    y guía de su conducta no verbal. (Korhonen, 1986; Kaduson,
    1993). Guevremont, Tishelman y Hull (1985) implementaron un
    programa de entrenamiento generalizado en autocontrol para
    niños con déficit de la atención utilizando
    a sus madres como terapeutas adjuntas.

    Un trabajo que discute las bondades del entrenamiento en
    autocontrol es el realizado por Hinshaw y Melnick (1992). El
    autocontrol ha sido igualmente estudiado en niños de edad
    preescolar con
    características de hiperactivos. (Barkley, 1987).
    Variaciones en los procedimientos
    son explorados con el fin de observar efectos más
    contundentes. ( Asher, 1991) .

    Como una variedad de autocontrol y/o de
    relajación a las técnicas
    de tratamientos derivadas del Psicoballet, estrategia
    terapeútica desarrollada en Cuba. El
    Psicoballet es un método de
    psicoterapia
    artística, específicamente la danza, misma
    que se estructura en
    un sistema
    dinámico integral con sus características y
    leyes propias
    y específicas. Los mecanismos de acción
    del psicoballet son el reforzamiento y la corrección del
    marco referencial propioceptivo en la apreciación de la
    realidad y la estabilización de la actividad nerviosa
    superior, complementándose con la autodisciplina, el
    autocontrol y la creación de intereses estéticos en
    un medio donde la interacción del participante con el equipo
    de asistencia permite poner en juego los
    mecanismos de la psicoterapia de grupo. (Fariñas y
    Hernández, 1993)

    Resulta evidente que en ocasiones la intervención
    estrictamente conductual no resulta suficiente para abordar el
    problema de la inatención, es por ello que algunas
    aproximaciones han considerado los aspectos internos del
    individuo y su participación en el proceso de controlar
    sus impulsos. Intervención cognitiva Una de las
    técnicas más eficaces de la aproximación
    cognitivo-conductual ha sido el empleo de autoinstrucciones para
    el manejo de diversas manifestaciones comportamentales. Las
    autoinstrucciones han tenido como propósito primordial de
    investigación, el control de las verbalizaciones internas,
    y/o externas (en sus primeras etapas) sobre al conducta abierta
    y, por lo tanto, analizar las posibilidades de utilizarlas como
    técnicas terapéuticas. Uno de los pioneros en esta
    área fue Luria (1980). Diversos autores reportan que el
    contenido de las instrucciones afecta la conducta
    diferencialmente, (Bem, 1967; Hartig y Kanfer, 1973; Kanfer,
    Karol y Newman, 1975; Kanfer y Zinch, 1974; Monahan O'Leary, en
    Meichenbaum, 1977).

    Meichenbaum (1977) ha sido uno de los autores que
    más se ha abocado al estudio de los efectos de las
    autoinstrucciones en los niños con déficit de la
    atención. También Kanfer y Zinch (1974) analizaron
    el efecto de las auto-instrucciones en la resistencia a la
    tentación en niños.

    De este modo, podemos afirmar que la mediación
    verbal consiste en hablarse a uno mismo de una forma relevante o
    significativa como cuando nos enfrentamos a algo que vamos a
    aprender, algún problema que vamos a resolver o en la
    adquisición de un concepto.

    Se han encontrado evidencias de
    que es mejor pronunciar en voz alta las autoinstrucciones que
    leerlas en voz baja (Meichenbaum, 1977). En el caso
    específico de los niños con hiperactividad se
    pretende que el lenguaje
    consigo mismo sirva de guía y soporte para un
    comportamiento adaptativo del sujeto.

    Así, Cotugno (1987) estudió el control
    cognitivo de niños hiperactivos y los comparó con
    no hiperactivos. Por otra parte, Whalen (1986) hace una
    revaloración de la terapia cognitiva y conductual en
    niños hiperactivos en donde plantea la necesidad de una
    mayor investigación y sugiere el uso de terapias
    combinadas. El estudio de las diferencias conductuales y
    cognitivas entre chicos y chicas con DATH ha sido abordado de
    igual forma pero no se encontraron diferencias significativas.
    (Breen 1989).

    Goldstein (1987) Realizó un estudio con
    niños de 6 a 11 años en donde investigó el
    desarrollo cognitivo en niños hiperactivos con baja
    atención. Otro estudio Investigó la
    ejecución cognitiva en niños con desórdenes
    de conducta (Mojarro, 1995). Stoner y Glynn (1987), por su parte,
    abordaron los estilos cognitivos en 28 niños de edad
    escolar que presentaban DATH.

    Estudios más complejos como los realizados por
    Copeland y Weisbsbrod (1983) abordaron las estrategias cognitivas
    utilizadas por niños con dificultades en el aprendizaje.
    El entrenamiento cognitivo ha sido utilizado de igual forma como
    una estrategia de tratamiento de niños hiperactivos
    utilizando sistemáticamente como reforzamiento la
    respuesta social contingente para mantener la respuesta durante
    la ejecución del programa de entrenamiento
    cognitivo.(Abikoff y Klein (1987).

    Intervención conductual

    En lo que se refiere al enfoque conductual este tiene
    sus fundamentos en el análisis experimental de la conducta
    originalmente planteado por Skinner en
    1938, del cual se derivó lo que se conoce como
    Análisis Conductual Aplicado entre cuyas aplicaciones se
    encuentra en el ramo educativo y, específicamente en el
    problema que nos ocupa: la hiperactividad.

    Las críticas que han recibido esta clase de
    procedimientos es la carencia de un control
    estadístico de sus resultados, lo mismo que los
    dudosos diagnósticos de lesión cerebral que
    presentan los sujetos estudiados. No obstante, dicho procedimiento ha
    mostrado ser efectivo en el tratamiento de este tipo de trastorno
    conductual (Gearheart, 1989)

    Cruickshank también ha tratado a niños con
    déficit en la atención cuyo promedio de edad es de
    6 a 12 años, con edad mental que se ubica entre los 4 y 8
    años con un CI (coeficiente intelectual) mayor a 50. En
    esta muestra se encontraban niños que no presentaban
    alteración orgánica alguna pero si manifestaban
    hiperactividad.

    El tratamiento propuesto por Cruishank (1975) incluye
    los siguientes aspectos:

    1. Reducción de estímulos auditivos y
      visuales no esenciales, para que el niño pueda
      concentrarse en los estímulos relevantes a la tarea que
      va a desempeñar.
    2. Reducción del espacio ambiental. Se propone
      que el pupitre y, en general, todas las estructuras
      ubicadas en el lugar de trabajo sean del mismo color,
      colocando el pupitre hacia la pared.
    3. Proceder de acuerdo a un programa diario
      estructurado.
    4. Aumentar el valor de
      estímulo de los materiales
      didácticos. Para esto, se sugiere que el material
      didáctico sea intensificado en los campos visual y
      táctil (Myers y Hamill, 1982; Gearheart,
      1978).

    Básicamente el estudio de la invervención
    conducutal se basa en la aplicación de los principios del
    reforzamiento y la modificación de conducta. ( Lipp 1985;
    Iaboni 1995). Douglas y Parry (1994) estudiaron los efectos de la
    recompensa y la extinción sobre la frustración y la
    atención en niños con DAD.

    Northup, Jones, Broussard y George (1995) evaluaron la
    utilidad
    relativa de la forma en que se pueden ponderar la fuerza de los
    reforzadores seleccionados. Hasta aqui han sido expuestas algunas
    evidencias del trabajo conductual con niños hiperactivos,
    los cuales, como ya se mencionó se basan en el control de
    las condiciones ambientales y la manipulación de
    contingencias como reforzadores o castigos como el tiempo fuera
    para lograr el control de la conducta del niño
    hiperactivo.

    Sin embargo, existen además, una variedad de
    estrategias que no pueden ser incluidas en una u otra
    aproximación. A continuación mencionaremos algunas
    de ellas.

    Grizenko (1993) utilizó un programa de
    tratamiento multimodal con orientación
    psicodinámica para niños con conducta disruptiva a
    menudo relacionada con disfuncionalidad académica,
    deficiencia en habilidades sociales y pobre autoestima. Por su
    parte, Gordon (1991) propone un tratamiento no médico para
    resolver problemas de déficit de la atención, se
    trata de un programa de entrenamiento de la atención
    descrito por primera vez por Rapport y Gordon en 1987. Una
    estrategia más es la del automodelamiento (Walker, 1990).
    Otras estrategias han consistido en evaluar el efecto del
    ejercicio estructurado sobre la atención y el éxito
    en matemáticas en estudiantes hiperactivos
    (Williams, 1991).

    Intervención
    farmacológica

    El tratamiento por excelencia con el que ha sido
    abordado el problema de la hiperactividad es el
    farmacológico. Desde luego, este enfoque se basa en el
    modelo
    médico y considera al trastorno como una enfermedad que
    debería ser tratado con medicamentos.

    Sin embargo, los efectos del medicamento por si mismo
    son transitorios si no se combinan con alguna otra clase de
    estrategia de intervención ya sea conductual, cognitiva o
    de cualquier otra clase. Aunque algunos autores consideran que
    otra clase de tratamientos por sí mismos no tienen
    efectividad si no se ven acompañados por el
    medicamento.

    El medicamento psicoestimulante cuyo empleo se ha
    generalizado en en el tratamiento del déficit de la
    atención con trastorno de la hiperactividad, es el
    conocido comercialmente como ritalin cuyo componente activo es el
    metilfenidato (MF). El diccionario de
    especialidades médicas señala que se recomienda su
    uso específicamente para este trastorno.

    Así los investigadores han estado preocupados por
    los efectos residuales del MF, (Zametkin y cols. 1988). Por otro
    lado, la búsqueda de la dosis adecuada ha sido siempre una
    prioridad en la investigación farmacológica la que
    resulta particularmente importante en tratandose de niños.
    (Barkley, 1988). Vyse y cols. (1989) investigaron los efectos del
    metilfenidato (MF) en los niños con déficit de la
    atención con hiperactividad (DATH), sobre la habilidad
    para aprender. Otra tarea sobre la cual se han evaluado los
    efectos del MF ha sido la ejecución en pruebas de
    ejecución o prácticas. (Trommer y cols.,
    1991)

    Barkley y cols. (1989) evaluaron las diferencias entre
    37 chicos agresivos y 37 no agresivos de entre 6 y 13 años
    de edad con DATH y sus respuestas a dos dosis de metilfenidato
    (.3 y .5 mg/kg). Otro estudio sobre agresividad fue conducido por
    Murphy y col. (1992). Uno más de los problemas de los
    niños con DATH, además de ser considerados como
    agresivos, es el de la socialización (Hinshaw, 1989). Otros
    autores como Wallander y cols. (1987) estudiaron el
    comportamiento social y su modificación con el MF.
    Adicionalmente, se ha considerado que la edad juega un papel
    importante en el efecto diferencial del metilfenidato. En este
    tenor Alston y Rommey, (1992). Igualmente, Barkley y cols. (1984)
    evaluaron los efectos de la edad y de la dosis de metilfenidato
    sobre las interacciones entre las madres y sus hijos con
    DATH.

    En otro orden de cosas, la memoria es uno de los
    procesos cognitivos que más se ven afectados por la DATH
    ya que los subprocesos de almacenamiento,
    organización y recuperación se ven afectados por la
    falta de atención. De este modo, han sido examinados los
    efectos del metilfenidato (MF) sobre los procesos de memoria y la
    conducta en niños ansiosos y no ansiosos con DATH.
    (Tannock y cols. 1995). Por otro lado, Douglas y col. (1995)
    intentaron probar la hipótesis de que altas dosis de
    metilfenidato (MF) tiene un efecto perjudicial en la flexibilidad
    cognitiva en niños con DATH. Se ha comentado ya que el
    medicamento (MF) por sí mismo no es suficiente para dar
    una solución total a la problemática de la
    inatención. A este respecto, Horn y col. (1991) abordaron
    los efectos sumatorios del uso de psicoestimulantes, el
    entrenamiento a padres y el autocontrol en niños con DATH.
    Asimismo, DuPaul y Barkley (1993) apoyan las ventajas de combinar
    el tratamiento conductual y psicofarmacológico en el
    tratamiento de este desorden.

    Con todo, una de las preocupaciones de los
    investigadores ha sido el considerar los efectos colaterales de
    la ingesta de este producto, como ocurre en toda la rama de la
    farmacología, es por ello que algunos autores ahn evaluado
    dichos efectos colaterales (Handen, 1991; Fine y Johnston,
    1993).

    Dado que el problema principalmente se presenta dentro
    del salón de clases, Ullman y cols., (1985) evaluaron los
    efectos del metilfenidato administrado a 86 niños cuya
    edad promedio era de 8.62 años y diagnosticados con DAD o
    DATH.

    En base a la revisión hecha hasta aqui en torno
    al uso del metilfenidato para el tratamiento de la DATH, podemos
    concluir que su efectividad es relativa, es decir, que el efecto
    estará presente en tanto permanezca la
    administración del medicamento; por otro lado, el
    medicamento por si mismo es insuficiente para resolver los
    problemas de atención del pequeño,así como
    se ha afirmado que las otras terapias por sí mismas no son
    tan efectivas sino en combinación con el farmaco.
    Consideramos que el empleo de los psicoestimulantes debe ser en
    los inicios de la terapia y que este debe ser sustituido
    paulatinamente conforme otro tipo de estrategia vaya logrando que
    el sujeto tenga un mejor control sobre su
    comportamiento.

    EL ESTUDIO DE LA
    METACOGNICION

    El estudio del desarrollo del pensamiento ha
    sido abordado desde los inicios de la Psicología y de
    la
    Educación como ramas del conocimiento.
    De hecho, aún en la actualidad el aprendizaje o la
    adquisición de información guarda mucho de
    misterioso ya que no se ha podido explicar a plenitud cómo
    se lleva a cabo dicho proceso.

    En el proceso del aprendizaje intervienen a su vez
    muchos procesos tales como la memoria, la asociación, el
    razonamiento, etc., producto de lo cual es lo que se conoce como
    conocimiento, el que puede ser considerado como su
    representación simbólica en la memoria y, a su
    manipulación se le conoce como pensamiento (Mayor y otros,
    1993).

    Con frecuencia, se ha tratado de organizar el
    conocimiento distinguiéndolo en dos tipos
    básicamente: declarativo y procedimental, analógico
    y proposicional, serial o paralelo, específico y
    abstracto, distribuido y localizado, etc.

    Por otro lado, dentro del contexto de las ciencias
    cognitivas el pensamiento puede ser entendido como la actividad
    de un sistema que opera sobre las representaciones internas de
    que dispone acerca de algún aspecto del mundo interior o
    exterior en el marco de una situación contextual, fruto de
    su interacción con el entorno que contribuye a
    determinarla. Esta actividad se basa en estrategias, denominadas
    en algunos contextos como estrategias de pensamiento pero lo que
    es fundamental destacar aqui es que dichas estrategias se
    adquieren y se construyen paulatinamente llevando el control
    externo al interno y de la acción o actividad concreta a
    la cognición o actividad interna.

    Es así que pasariamos a lo que se denomina
    pensamiento autorregulado uno de cuyos ejemplos es el pensamiento
    crítico, reflexivo, autorreflexivo, etc. Sobre el cual
    Piaget
    menciona: "la situación se modifica en el sentido de que
    la toma de conciencia
    empieza a prolongarse en una reflexión del pensamiento
    sobre sí mismo" (Piaget, 1976 citado por Mayor y otros,
    1993)

    De este modo, el pensamiento autorregulado, lo mismo que
    la naturaleza dinámica del aprendizaje y del conocimiento
    producto del mismo, han llevado a diversos autores a lo que, de
    manera general, se conoce como metacognición o el
    conocimiento sobre el conocimiento mismo.

    A partir de lo anterior, diversos autores (Novak y
    Gowin, 1988; Nickerson y otros, 1987; Vega, 1984; Repetto, 1990)
    han desarrollado toda una línea de investigación
    sobre la intervención en estrategias metacognitivas y su
    impacto en el desarrollo cognitivo de los alumnos, asi como, la
    transferencia y perdurabilidad de sus efectos en el aprendizaje
    (Repetto y otros, 1990).

    Comenzaremos por definir el concepto de
    metacognición. De acuerdo a Repetto y otros (1990),
    etimológicamente se refiere a un conocimiento más
    allá del propio conocimiento. Por otro lado, Ugartetexa
    cita a Flavell quien desarrolló el concepto de
    matacognición y lo define como: Metacognition refers to
    one's knowledge concerning one's cognitive process and products
    or anything related to them…

    En base a la anterior definición Ugartetexea
    propone la siguiente definición de metacognición:
    "El conocimiento referido a los contenidos, estrategias,
    destrezas, habilidades y procesos intervinientes en los actos de
    conocimiento y el control ejercido en los mismos gracias a este
    conocimiento". En esta definición resaltan dos aspectos
    fundamentales: el conocimiento sobre el conocimiento, y el
    control sobre él mismo, esto es, la autorregulación
    del proceso de conocer (Brown y Smiley, 1977).

    Existe otro concepto relacionado a la
    metacognición, las estrategias cognitivas, con ello Rigney
    (1978) se refiere a dicho concepto como "los procedimientos y
    operaciones y
    que los sujetos pueden usar para adquirir, retener y recordar
    diferentes tipos de conocimientos y realizaciones".

    De acuerdo a Brown (1987) las raíces de la
    metacognición se encuentran en el análisis de los
    informes
    verbales, los mecanismos ejecutivos del procesamiento de la
    información, de los problemas que plantea el aprendizaje y
    desarrollo de la autorregulación y la
    reorganización conceptual y, finalmente, del tópico
    de la heterorregulación.

    En la metacognición como en otros procesos
    cognitivos han sido elaborados modelos, de
    los cuales el más representativo es el propuesto por
    Flavell (1979) en el cual plantea cuatro componentes
    básicos que se distinguen e interactúan entre
    sí: los objetivos
    cognitivos, las experiencias metacognitivas, el conocimiento
    metacognitivo y el uso de estrategias. En relación al
    conocimiento metacognitivo este puede ser dividido en tres
    variables, a saber, variables personales, variables de la tarea y
    variables de la estrategia.

    PARADIGMA TEORICOS
    REPRESENTATIVOS TRATAMIENTO TEORICO DE LA
    METACOGNICIÓN

    1. Procesamiento de la información
    (Siegler, Klahr, Stenberg, Trabasso)

    • Descripción, modelo de control,
      procesos ejecutivos
    • Descripción, modelo de mecanismos
      autorreguladores.
    • Descripción, modelo de entrenamiento
      en estrategias y generalización.

    2. Cognitivo-Estructural (Piaget, Brown,
    Feldman)

    • Descripción estructural del
      conocimiento sobre acontecimientos cognitivos y
      patrones estratégicos.
    • Enfasis en secuencia de cambio
      estructural.
    • Modelos de relación entre cambio
      estructural en conocimiento metacognitivo y otro
      conocimiento

    3. Cognitivo conductual

    Bandura, Mishel, Rosenthal y
    Zimmerman

    • Estatus de metacognición en el
      repertorio de acontecimientos simbólicos que
      median el aprendizaje.
    • Descripción del modelo como fuente de
      metacognición.
    • Papel de la metacognición en la
      ingeniería y tecnología del cambio de
      conducta.

    4. Psicométrico (Cattell-Horn, Guilford,
    Estructura del Intelecto, Factor Kaufman, Modelo
    estructural, WISC )

    • Problemas de medida
    • Identificar factores metacognitivos o
      procesos básicos.

    Tabla 1. Paradigmas
    teóricos de la metacognición (Yussen, 1985, p. 263)
    (Tomado de Mayor y otros, 1993) Mayor a su vez, propone un modelo
    de actividad cognitiva basado en dos conceptos fundamentales:
    consciencia y control. En el análisis de toma de
    conciencia que implica que toda actividad cognitiva puede
    centrarse en los diferentes niveles de conciencia pero
    señala que también se puede profundizar en la
    intencionalidad la cual se refiere a la propiedad de
    la actividad mental por la cual se remite siempre a un objeto
    diferente a ella misma.

    La existencia de una toma de conciencia en toda
    actividad metacognitiva parece indiscutible, por lo que este
    componente se incorpora igualmente un subcomponente: el
    introspectivo, lo que conlleva el problema de su
    verbalización y operacionalización (Ericsson y
    Simon, 1980; Brown, 1987).

    El segundo componente de interés para nuestro
    trabajo es el control cuyo análisis puede centrarse en la
    acción dirigida a metas cuyos subcomponente son el
    autocontrol, generalmente abordado por aproximaciones
    teóricas como el conductismo o
    las teorías
    de aprendizaje social (Bandura) y las de control ejecutivo
    abordado por las teorías del procesamiento de la
    información. En el elemento del control habría que
    agregar otro componente más: la
    motivación y la voluntad.

    Es desde luego importante resaltar que la actividad que
    el sujeto despliega no se da sino en un contexto
    específico y este resulta relevante toda vez que es el
    componente esencial de la actividad yq que en el se define el
    tipo y la calidad de las
    interacciones (Mayor 1991; Lewin, Kantor,1990).

    De entre las variables contextuales que pueden ser
    consideradas, Mayor (1993) propone las siguientes: los
    materiales, la situación y el contexto sociocultural. A
    las anteriores debemos agregarles las variables del sujeto como
    son la edad, el nivel de conocimientos, las creencias, la
    personalidad, condicionamientos biológicos y sociales,
    etc. Describiremos solamente algunos de ellos.

    Con respecto al conocimiento se puede decir que mientras
    más conocimientos tenga un individuo esto representara un
    elemento predictor de la facilidad o dificultad con que
    aprenderá nuevos conocimientos, relacionado con
    éstos se encuentra el nivel de habilidades del que se
    puede afirmar que se requiere de un nivel mínimo de
    habilidades para desarrollar, posteriormente, habilidades
    metacognitivas. Al respecto, Glaser y Pellegrino (1987),
    mencionan tres diferencias entre quienes poseen un nivel bajo y
    uno alto de habilidades, a saber: a) el manejo de la memoria se
    refleja en la rapidez de los cálculos; b) su conocimiento
    de las limitaciones procedimentales para la solución de
    problemas y c) los individuos con mayores habilidades emplean
    formas de procesamiento más conceptuales.

    Otra variable del sujeto importante de ser mencionada es
    la motivación
    la cual, en algún sentido, guarda una relación
    directa con el rendimiento cognitivo general y con el concepto
    particular de autoeficacia definido por Bandura como: "el
    enjuiciamiento que hacen las personas de su capacidad para
    organizar y ejecutar cursos de acción requeridos para
    lograr los tipos designados de ejecución" (Bandura 1987).
    Un principio fundamental relacionado con lo anterior es que, para
    lograr la automotivación relacionada con la autoeficacia
    se requiere que no se utilicen mucho reforzadores
    extrínsecos cuando se observe que la actividad del sujeto
    es intrínsecamente interesante.

    Regresando a las variables del contexto es necesario
    mencionar que el hecho de que el sujeto haya desarrollado
    estrategias metacognitivas no asegura necesariamente que las
    utilizará en todas las situaciones a las que se enfrente.
    De manera particularmente importante destacan algunas variables
    del contexto que pueden interferir con el uso y desarrollo de
    estrategias metacognitivas, ellas son: los materiales, la
    situación y su disposición así como, el
    ambiente social que rodea a la actividad de
    aprendizaje.

    Aún más específicamente, para el
    caso de los niños hiperactrivos, la variable
    situación destaca su importancia ya que incluye la
    organización de los estímulos del ambiente
    físico y social, espacial y temporal, lo mismo que las
    relaciones interpersonales del individuo. Así, el
    desarrollo de algunas habilidades metacognitivas depende de las
    actitudes de
    los padres y maestros lo mismo que de la variedad de situaciones
    de aprendizaje que facilita la interacción entre
    ellos.

    Finalmente, se encuentran las variables de la tarea o
    actividad propiamente dicha. En principio, si la tarea es muy
    sencilla dificilmente podrían observarse las habilidades
    metacognitivas que hubiesen desarrollado. Además, si la
    tarea es ambigüa también puede dar la oportunidad de
    que se manifiesten distintos niveles de planificación y estrategia metacognitiva
    por parte de los sujetos.

    Como ha sido mencionado, la actividad de los sujetos con
    DATH , resulta ser en sí misma complicada y díficil
    no tanto por la tarea sino por las dificultades de
    atención inherentes a dicho trastorno.

    Wellman (1985) propone un esquema alternativo acerca de
    las clases de conocimiento que integran la metacognición.
    En principio habla del conocimiento sobre la existencia el cual
    se presenta alrededor de los 2 o 3 años de edad y que se
    caracteriza porque los niños se dan cuenta de que tanto
    ellos como los otros tiene mundos internos.

    La siguiente etapa se presenta entre los 4 y los 5
    años edad en la que han aprendido a diferenciar entre los
    diferentes procesos cognitivos y asociar unos a contingencias que
    ocurren externamente. A esta edad igualmente entienden la
    influencia de uno o varias variables sobre los procesos
    cognitivos. Hacia el final de los cinco años comienzan a
    percibir la importancia de la integración ya que se dan
    cuenta de que "tienen cerebro" y que
    muchos de los proceso mentales son simbólicos y a los que
    unicamente ellos tienen acceso. Finalmente, aprenden a conocer,
    evaluar, y controlar sus propios estados mentales y la dirección de sus procesos cognitivos para
    alcanzar una respuesta eficiente.

    Para el desarrollo de las habilidades metacognitivas en
    los sujetos hiperactivos se requiere conocer el proceso de
    desarrollo de la autorregulación ya que las estrategias
    metacognitivas para la atención de esta
    problemática se basa fundamentalmente en este
    aspecto.

    Koop propone tres etapas en el desarrollo de la
    autorregulación

    1. Control inconsciente.- Que define el período
    que va del nacimiento al final del primer año de vida,
    caracterizado fundamentalmente por el desarrollo de mecanismos
    neurofisiológicos para el control de estímulos
    provenientes del exterior.

    2. Control.- Se refiere al período comprendido
    entre el primero y el tercer año de vida en el cual se
    observa un creciente reconocimiento de las solicitudes de los
    adultos que se encargan de su cuidado y

    3. Autorregulación.- Comienza a desarrollarse
    desde los 3 años. Puede diferenciarse cuantitativa pero no
    cuantitativamente del autocontrol en cualquier caso, ambos
    dependen de la capacidad de representación objetal en el
    empleo de símbolos así como su capacidad de
    recordarlo. (Koop, 1982)

    Por su parte, Piaget (1974) ha propuesto otra teoría
    sobre la autorregulación la cual consiste igualmente en
    tres etapas o fases: La regulación autónoma (por
    sencilla que sea la acción el individuo regula y modula
    continuamente su ejecución); Regulación activa, se
    presenta durante la fase de las operaciones concretas y se
    encuentra relacionada con situaciones de aprendizaje por ensayo y error
    en las que los aprendices construyen y evalúan "
    teorías en acción". Y, finalmente, la
    regulación consciente, la cual se presenta en la fase de
    las operaciones formales (11 y 12 años). Aquí los
    aprendices se plantean hipótesis las que
    pueden ser contrastadas y modificadas, todo ello a través
    de operaciones mentales y el uso de la
    imaginación.

    Consecuentemente con ello surge otro concepto
    fundamental en la metacognición: la
    metacomprensión, la cual es definida por Ugartetexea
    como:

    "aquella faceta de la metacognición orientada
    al estudio de los factores, procesos, habilidades y estrategias
    que intervienen en la comprensión humana y en el
    cómo regular los mismos de manera que esta
    comprensión supone la identificación y consciencia
    de la persona que está comprendiendo y del cómo
    puede orientar, regular y controlar este acto del
    conocimiento
    ".

    Asi, la metacognición debe atender el
    conocimiento metacognitivo de aspectos personales, el
    conocimiento de las estrategias que el individuo posee para
    hacerse con el significado del mensaje.

    Una de las habilidades metacognitivas significativa para
    el niño con síndrome de inatención es la
    Metaatención. Es sabido que las dificultades en esta
    área es propio de niños en cierta etapa del
    desarrollo pero puede considerarse como un déficit en
    niños mayores o en aquellos que presenten alguna
    alteración particular como es el caso de los niños
    hiperactivos. La metaatención se refiere a dos
    áreas concretas: el conocimiento acerca de cómo
    funciona y qué variables afectan y controlan la
    atención.

    De acuerdo a Miller (1985) el aumento de la
    metaatención se da entre los 4 y 7 años y la
    comprensión acerca de las variables que la pueden afectar
    ocurre posteriormente. En relación a nuestros niños
    con DATH, la vinculación metaatención y autocontrol
    es particularmente importante toda vez que los procesos
    metaatencionales permiten mantener centrada la atención lo
    que los lleva a demorar la decisión de distraerse o no. En
    este sentido al autocontrol se le ha considerado como la
    capacidad de retrasar la obtención de una
    gratificación (Mishel y Mishel, 1983).

    Ahora bien, el desarrollo de las habilidades
    metacognitivas, como ya se dijo anteriormente, no se da en el
    vacío, y en este aspecto juegan un papel importante los
    individuos o adultos que rodean al niño, del mismo modo
    que son importante para la detección, diagnóstico y
    tratamiento de la problemática del niño
    hiperactivo.

    Al respecto, Vigotsky señala que las habilidades
    que los pequeños muestran cuando reciben ayuda se
    encuentran en camino de ser introyectadas, más
    concretamente menciona un concepto importante llamado zona
    proximal y se refiere a la distancia entre lo que los
    niños pueden hacer solos y lo que están en
    condiciones de hacer con la ayuda de alguna otra
    persona.

    Así, consideraremos el papel del entorno familiar
    sobre el cual Day, Cordon y Kevin (1989) afirman que el
    desarrollo cognitivo de los pequeños se debe tanto a la
    instrucción formal como informal que les proporcionan los
    adultos que le rodean, lógicamente, los que reciben mayor
    estimulación son los que obtienen mejores resultados en el
    futuro. Desde luego, es de mencionarse que no todos los adultos
    se encuentran preparados para estimular convenientemente al
    pequeño.

    El segundo de los ambientes en orden de importancia es
    el que proporciona la escuela toda vez que en algunos casos se
    considera como una extensión del hogar, las personas que
    ahi inciden como los maestros y compañeros de clase vienen
    a representar modelos de actuación a imitar siendo ellos
    quienes dan la pauta para el desarrollo de habilidades a
    través de un aprendizaje vicario.

    Particularmente, los maestros juegan un papel como
    mediadores para el desarrollo de las habilidades metacognitivas
    que se supone tienen estas habilidades altamente desarrolladas y
    pueden estimular éstas a través de programas de
    análisis de contenido.

    METACOGNICION E
    HIPERACTIVIDAD

    Uno de los grupos más
    estudiados por Meichenbaum y colaboradores acerca del resultado
    del entrenamiento en habilidades metacognitivas es el de los
    niños hiperactivos o con síndrome de
    inatención. Se sabe que estos pequeños no tienen
    dificultades en la comprensión o en la capacidad de
    recordar, el problema radica en su incapacidad para centrar la
    atención y estar en condiciones de seguir
    instrucciones.

    Respecto a ello, Barkley (1985) menciona que esta
    dificultad en la atención se ve agudizada por la falta o
    por una defectuosa mediación verbal debido a un
    autolenguaje inmaduro que conlleva el uso de menos mediadores
    verbales y de un menor número de reglas introyectadas para
    resolver problemas, además de una menor autoconciencia y
    conciencia de cómo su conducta afecta a los demás
    individuos que lo rodean.

    O'Neill y Douglas (1991) compararon a sujetos
    hiperactivos y no hiperactivos pero con dificultades en el
    aprendizaje. Los autores concluyeron que, a pesar de que ambos
    grupos dedicaban menos tiempo y esfuerzo a las tareas de
    aprendizaje y utilizaban estrategias más superficiales no
    podía inferirse de ello que tuvieran un déficit
    metacognitivo sino que más bien se debían al
    impacto de varibles motivacionales en el uso de las estrategias
    adecuadas.

    Mayor y otros (1993) mencionan algunas de lo que
    podrían ser ejemplos de autoinstrucciones típicas
    en un programa de entrenamiento metacognitivo aplicado a sujetos
    hiperactivos:

    "Tengo que parar y pensar antes de empezar.
    ¿Qué tengo que hacer? (Definición del
    problema) ¿Qué planes puedo intentar?
    ¿Qué pasaría si hago esto? Voy a hacerlo con
    cuidado…así (centrar la atención y guiar la
    respuesta) ¿Qué puedo hacer a continuación?
    ¿Lo he hecho bien hasta ahora? (Evaluación) Aqui me
    he equivocado, borro y ya está, aunque tenga errores puedo
    repetirlo y ya está (opciones para corregir errores) Vamos
    a ver… la verdad es que lo he hecho muy bien
    (autorefuerzo)".

    Las autoinstrucciones al igual que en otros casos son
    primeramente modeladas por un adulto que puede ser el padre o el
    maestro, en este caso el adulto se habla en voz alta a sí
    mismo (FASE DE MODELADO COGNITIVO); luego, el pequeño
    efectúa la tarea repitiendose a si mismo las
    verbalizaciones en voz alta pero bajo la dirección del
    maestro (FASE DE GUÍA MANIFIESTA); posteriormente, el
    niño realiza la tarea mientras dice en voz baja las
    instrucciones (FASE DE AUTOGUÍA SEMI-ENCUBIERTA) y,
    finalmente, el alumno guiará su propia ejecución a
    través de autoinstrucciones mediante habla interna o en
    silencio (FASE DE AUTOINSTRUCCIÓN ENCUBIERTA) (Mayor y
    otros, 1993).

    Lo que se pretende que se logre con estos programas de
    autoinstrucción es que el niño "piense antes de
    actuar" (Meichenbaum y Goodman (1971). Otros investigadores han
    evaluado programas que faciliten el mantenimiento
    y la generalización en ausencia de instrucciones expresas
    (Kurtz y Borkowski, 1987).

    El problema de la hiperactividad sigue ahi, los
    niños continuan siendo marginados socialmente, los
    maestros siguen teniendo problemas para manejar a esos
    niños en el salón de clases y los padres requieren
    de ayuda pues su comprensión acerca del problema de su
    hijo es pobre y algunos persisten en castigarlos, marginarlos y
    retirarles su afecto.

    Los niños con déficit de atención o
    hiperactividad tienen una alta morbilidad, esto es, su frecuencia
    es considerablemente alta y ni la sociedad ni
    las instituciones
    que la integran cuentan con una respuesta satisfactoria para los
    problemas que ello representa.

    De este modo, la necesidad de continuar haciendo
    investigación en busca de alternativas de solución
    e intervención para propiciar mejores oportunidades a los
    niños hiperactivos continua vigente, sobre todo porque, a
    pesar de la gran cantidad de investigación realizada hasta
    el momento es insuficiente. La propuesta de investigación
    e intervención que presentamos a continuación es un
    intento de ello y es la que se planea desarrollar como trabajo
    recepcional de la tesis
    doctoral. CARACTERIZACIÓN DEL PROGRAMA

    De acuerdo a la revisión teórica realizada
    a lo largo del presente trabajo ha quedado claro que una
    aproximación única no es suficiente para la
    solución del trastorno de la hiperactividad, es por ello
    que el programa de intervención que se propone incluye
    inicialmente ejercicios de relajación que permitan proveer
    un estado disposicional del alumno para el trabajo.
    Indice Temático

    El programa de capacitación a los maestros especialistas
    estará constituido por el siguiente contenido
    temático:

    1. Orígenes, Definición y Desarrollo del
      Síndrome de Inatención con Hiperactividad o
      DATH.
    2. spectos teóricos del Desarrollo Cognitivo y
      Metacognitivo
    3. Actitudes del maestro e Hiperactividad
    4. Diseño del ambiente escolar para el
      aprendizaje de niños hiperactivos
    5. Programa de intervención con niños
      hiperactivos en el área escolar.

    El programa de intervención está dividido
    en cuatro fases o etapas mismas que a continuación se
    describen:

    A. Entrenamiento en relajación

    B) Entrenamiento en reducción de la
    tensión y ejercicio físico

    C) Entrenamiento en inhibición
    perceptivo-muscular

    D) Entrenamiento en atención y
    concentración con estrategias metacognitivas

    Se recomienda que estas sesiones de trabajo se lleven a
    cabo diariamente en el orden siguiente:

    1. Al inicio de clases: entrenamiento en
      relajación
    2. Durante el recreo: entrenamiento en reducción
      de la tensión y ejercicio físico.
    3. Después del recreo: entrenamiento en
      inhibición perceptivo-muscular y entrenamiento en
      atención y concentración con estrategias
      metacognitivas.

    La duración de cada período de actividades
    podrá ser de 30' a 45', de manera particular, las
    últimas actividades mencionadas se llevarán a cabo
    en relación a alguna tarea académica propia del
    curso regular.

    Dinámica de trabajo.

    El procedimiento de entrenamiento tendrá las
    siguientes fases:

    FASE I. Se aplicará el PRE-TEST

    FASE II. DE CAPACITACIÓN.- Se abordarán
    los aspectos teóricos contemplados en el índice y
    que corresponden a los temas I, II, III y IV. FASE III. DE
    ENTRENAMIENTO.- A) Se entrenará a los maestros
    específicamente en el programa de intervención en
    áreas escolares, de acuerdo al punto V del índice
    temático. B) Se capacitará a los maestros en la
    aplicación de la escala valorativa
    de niños hiperactivos propuesta y elaborada por Vallet
    (1988), con el fin de que aprendan a discriminar y detectar
    oportunamente a los alumnos que presenten esta
    problemática.

    FASE IV. DE INTERVENCIÓN.- Aplicación del
    programa de intervención por parte de los maestros en sus
    salones de clase respectivos.

    FASE V. Aplicación del POS-TEST Consideraciones
    Finales

    Recapitulando, el síndrome de inatención
    se refiere a un patrón de comportamiento persistente de
    falta de atención y/o hiperactividad e impulsividad cuya
    frecuencia y gravedad es mayor de lo que típicamente se
    observa en sujetos de un nivel de desarrollo comparable. Los
    niños con DATH tienen un mayor riesgo de enfrentar una
    variedad de problemas en la esfera social, cognitiva,
    académica, familiar y emocional con un consecuente retardo
    en su conducta adaptativa.

    Como ha podido verse a lo largo del desarrollo de este
    trabajo, el síndrome de inatención con
    hiperactividad o DATH es un trastorno complejo y multifactorial
    que requiere de una aproximación multi e
    interdisciplinaria. Las causas precisas del trastorno son hasta
    ahora desconocidas.

    Es de reconocerse también que las aproximaciones
    teóricas desarrolladas hasta el momento para la
    explicación de este fenómeno han sido parciales ya
    que cada una ha abordado el fenómeno desde su muy
    particular perspectiva y no integralmente, lo que las hace
    lógicamente parciales. Sería recomendable y hasta
    provechoso que el DATH pudiera ser visto a través de una
    perspectiva evolutiva e interactiva ya que ésta establece
    que el curso del desarrollo está determinado por las
    características del niño (neurobiológicas y
    psicológicas) en interacción con factores
    ambientales inmediatos como la familia, la
    escuela y la comunidad, y
    otros más amplios como la estructura
    social, política, cultural y
    económica.

    En lo que se refiere a la problemática de estos
    pequeños, ésta resulta ser bastante compleja ya que
    se ven afectadas todas sus esferas del desarrollo,
    particularmente, la afectiva y la cognitiva que se traducen en
    dificultades para el aprendizaje y para la socialización
    tanto con sus compañeros como con el mundo de los adultos
    que los rodean. Los pequeños son más habladores,
    negativos, desafiantes, desobedientes, poco cooperadores,
    demandantes y considerablemente dependientes de sus madres en
    situaciones en que se les da la oportunidad de realizar una tarea
    o de jugar. Este patrón de comportamiento de niños
    con DATH tiene el potencial de perturbar la relación
    interpersonal con las personas significativas en su vida e
    influir de modo desfavorable en la forma en que éstas
    responden al comportamiento perturbador del
    niño.

    Debido a lo anterior es que un aspecto importante para
    la atención del niño hiperactivo radica en el
    diagnóstico, en el cual la principal dificultad encontrada
    es la ausencia de un modelo teórico que guíe el
    desarrollo de los criterios del diagnóstico; no obstante,
    se destaca el hecho de que éste debe hacerse desde la
    perspectiva de la evaluación integral, esto es, debe
    considerarse tanto la evaluación médica como
    psicológica, emocional y social del pequeño para
    que, a partir de ello pueda establecerse un plan de
    tratamiento adecuado al mismo.

    Del mismo modo, la mencionada problemática ha
    sido abordada ampliamente por los diferentes especialistas
    interesados en la materia
    quienes han planteado una gran diversidad tanto de enfoques como
    de procedimientos para tratar de encontrarle la mejor
    solución, puede afirmarse que en su mayoría han
    tenido éxito en lo que se refiere a controlar o inhibir el
    comportamiento hiperactivo. De estos enfoques se destacan por su
    volumen, el
    tratamiento conductual combinado con el factor cognitivo y el
    tratamiento farmacológico básicamente utilizando el
    Ritalin, sin embargo, cabe mencionar que en su mayoría,
    los investigadores coinciden en que el tratamiento ya sea a base
    de drogas o de otra estrategia en particular debe de ser
    considerado de manera individual.

    Como se ha afirmado reiteradamente, la dificultad mayor
    del pequeño con DATH es su impulsividad o la conducta
    desinhibida que presenta. Dicho de otra manera presentan un
    problema de retardo en el desarrollo de la capacidad para inhibir
    su comportamiento. Las funciones ejecutoras relacionadas con la
    capacidad de inhibición y que se encuentran afectadas son:
    prolongación y memoria de trabajo, autorregulación
    de afecto/motivación/excitación;
    internalización del lenguaje y el análisis y
    síntesis. Todo ello da como resultado el
    que al niño le sea difícil organizar el
    comportamiento a través del tiempo, predecir y controlar
    la conducta propia y maximizar las consecuencias a largo
    plazo.

    Aún cuando las funciones mencionadas en el
    párrafo
    anterior tienen un referente neuropsicológico en los
    lóbulos cerebrales prefrontales, el retardo en el
    desarrollo de éstas puede superarse a través del
    empleo de estrategias metacognitivas que permiten la
    internalización del lenguaje, el desarrollo del
    autocontrol y la automotivación.

    Hasta ahora es escasa la investigación sobre el
    tratamiento y manejo del niño hiperactivo desde la
    perspectiva de la metacognición por lo que puede afirmarse
    que no está suficientemente explorada y representa un
    campo de investigación casi virgen y con muchas
    potencialidades.

    Pero al igual que las demás estrategias, la
    metacognitiva no puede ser utilizada exclusivamente es por ello
    que en la propuesta de trabajo a realizar se incluye el uso de
    técnicas de relajación previas mismas que
    proveerán un estado disposicional apropiado para los
    ejercicios de metacognición.

    Por otro lado, dado que el DATH es detectado
    inicialmente en el hogar y sus consecuencias académicas y
    sociales se reflejan en el ámbito escolar es menester
    tener en cuenta tanto a los padres como a los maestros en el
    proceso de tratamiento. Estos últimos han sido
    involucrados activamente en el mismo, no obstante, también
    es cierto que aún no todos participan ni de la
    preparación conveniente ni de la actitud
    adecuada para la atención de esta clase de
    niños.

    Se puede decir que aún existen muchos prejuicios
    del maestro hacia el niño hiperactivo y que los sistemas
    escolares no se encuentran diseñados para favorecer el
    control de la conducta y la estimulación conveniente para
    la superación de sus dificultades de
    atención.

    Es así que se hace cada vez más
    imprescindible el establecimiento de programas permanentes de
    capacitación de docentes con
    el fin de promover cambios en las actitudes de los maestros que
    trabajan con esta clase de alumnos y adquieran el conocimiento y
    las habilidades para poder estimularlos adecuadamente y favorecer
    de esta manera su desarrollo óptimo e integral.

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    Autor:

    Sandra Santamaría

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