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El Fondo Monetario Internacional y el plan de estabilización de 1958




Enviado por jorge_zappino



    1. El marco internacional entre 1958
      y 1961
    2. El marco político
      interno entre 1958 y 1961
    3. Situación
      macroeconómica de la Argentina a principios del
      año 1958
    4. El plan de estabilización
      de 1958 y los acuerdos con el FMI de 1958 y
      1959
    5. Análisis de la
      evolución del plan en el primer
      año
    6. Situación
      macroeconómica de la Argentina a principios de
      1962
    7. A modo de
      conclusión

    INTRODUCCION

    El presente trabajo tiene
    como objetivo
    analizar, brevemente, la relación entre el FMI y la
    Argentina durante el gobierno de
    Arturo Frondizi (1958-1962). Especialmente, se tratará el
    Plan de Estabilización de 1958 y los acuerdos con el FMI
    de 1958 y
    1959.

    El esquema de desarrollo
    será el siguiente:

    • El marco internacional entre 1958 y 1961
    • El marco político interno entre 1958 y 1961
    • Situación macroeconómica de la Argentina a
      principios
      del año 1958.
    • El plan de Estabilización de 1958 y los acuerdos con
      el FMI de 1958 y 1959.
    • Análisis de la evolución del plan en el primer
      año de aplicación.
    • Situación macroeconómica de la Argentina a
      principios de 1962.
    • A modo de conclusión

    EL MARCO INTERNACIONAL ENTRE
    1958 Y 1961

    En el periodo que estamos estudiando, luego de la Segunda
    Guerra
    Mundial, el mundo occidental continuó con su acelerado
    desarrollo. El comercio
    internacional y el PBI de la mayoría de los
    países se incrementaron rápidamente.
    También, en esta época, los países europeos
    comienzan el avance en los procesos de
    cooperación económica. Con los antecedentes del
    Benelux y de la Comunidad Europea
    del Carbón y el Acero (CECA), el
    25 de marzo de 1957 se firma el Tratado de Roma, que crea, a
    partir del primer día de 1958, la Comunidad
    Económica Europea (CEE). Inicialmente, participan de esta
    iniciativa Alemania,
    Francia,
    Italia,
    Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Con este tratado se daba
    comienzo a las tres fases previstas: la creación de una
    unión aduanera, la conformación de una comunidad
    económica, para llegar, finalmente, a la integración política.

    Estos seis países acuerdan una rebaja de aranceles para
    el intercambio entre ellos, y fijan un arancel externo
    común para las importaciones
    desde otras naciones. De esta manera, el proceso
    comienza a apartarse de los planes estadounidenses, lo cual
    deriva, al poco tiempo en una
    creciente competencia entre
    dicho país y la CEE, que continúa hasta nuestros
    días.

    Mientras tanto, el Reino Unido comienza a ver caer su
    participación en el comercio
    internacional, al tiempo que la libra esterlina perdía
    terreno como moneda de reserva frente al dólar y la
    cohesión del Commonwealth se debilitaba. Por el contrario,
    la CEE era el escenario de un gran crecimiento
    económico. Esto lleva a Gran Bretaña a
    solicitar su incorporación en julio de 1961, seguida de
    Irlanda, Dinamarca y Noruega. Sin embargo, esta
    incorporación iba a ser vetada por Francia, que
    consideraba que la orientación política
    británica no era esencialmente europea, sino que apuntaba
    hacia el Atlántico.

    Uno de los puntos fundamentales de la estrategia de la
    CEE era la Política Agrícola Común, que
    serviría para fijar precios
    comunes, que no serían establecidos por el mercado mundial,
    sino más altos y establecidos por la Comunidad, de tal
    forma de garantizar a los agricultores europeos una renta
    suficiente. Este sistema
    requería, además, el establecimiento de un control sobre las
    importaciones de productos
    agrarios provenientes de otras regiones. Esta política
    comenzó a generar dudas en los círculos de poder
    norteamericano, quienes comenzaron a ver en la CEE a un enemigo
    contra su poder.

    Estados Unidos, por su parte, buscaron reintegrar al Japón a
    la economía
    mundial como forma de contener el avance de los países
    comunistas del extremo oriente. Sin embargo, los mecanismos
    flexibles establecidos en el comercio entre EE.UU. y
    Japón, se vieron deteriorados por la
    intensificación de la política proteccionista
    japonesa y al control de cambios e inversiones
    extranjeras. De esta manera, Japón demostraba que no
    seguiría las pautas del capitalismo
    occidental.

    Dentro del bloque socialista, los diversos países
    habían continuado con el modelo
    soviético, promoviendo una industrialización
    autónoma donde el comercio exterior
    era visualizado como secundario. Sin embargo, en 1949, como
    respuesta al Plan Marshall, la Unión Soviética,
    Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Checoslovaquia
    crearon el Consejo para la Ayuda Económica Mutua
    (COMECOM), al que se sumaron Albania y Alemania Oriental. Tras
    la muerte de
    Stalin, en 1953, el comercio exterior comenzó a ser visto
    como prioritario para la cooperación entre los
    países socialistas.

    Este periodo está marcado, además, por el fin
    del colonialismo, que dio paso a gobiernos nacionales que
    intentaron un mayor desarrollo
    económico. De esta manera, la industrialización
    fue alcanzando a varias naciones nuevas, aunque también
    provocaron guerras y
    conflictos, la
    mayor parte de las veces promovidos por las mismas ex
    metrópolis coloniales.

    Muchos países subdesarrollados, entre ellos la
    Argentina, se vieron afectados por la Política
    Agrícola Común de la CEE, la cual reducía la
    capacidad exportadora en esos mercados. Ya en
    1955, como consecuencia de estas políticas
    de los países centrales, se había realizado en
    Bandung la primera Conferencia del
    recientemente fundado Movimiento de
    Países No Alineados.

    Ante estas nuevas presiones de los países periféricos, la ONU
    organizó, en 1962, la Conferencia para el Comercio y el
    Desarrollo (UNCTAD), institucionalizándola como
    órgano de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
    El primer encuentro de la UNCTAD se realizó entre marzo y
    junio de 1964 en Ginebra, y los debates tomaron como base un
    documento del economista argentino Raúl Prebisch referido
    a una nueva política comercial internacional al servicio del
    desarrollo económico. Las ideas de Prebisch sirvieron como
    fundamento para el intento de proyectos de
    integración económica entre los países de
    América
    Latina, que cristalizaron en 1961 con la creación de
    la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC),
    cuyo objetivo apuntaba a compensar el reducido tamaño de
    los mercados nacionales que trababa las estrategias de
    sustitución de importaciones de sus miembros.

    Sin embargo, los resultados obtenidos fueron pobres: el
    comercio intrarregional no se incrementó en
    términos globales y se concentró en los sectores
    tradicionales, con lo cual su influencia en los procesos de
    desarrollo económico nacionales fue de poca relevancia. La
    sucesora de la ALALC, la ALADI. no
    implicó un cambio de
    fondo de la estrategia de integración ni de su impacto
    macroeconómico.

    Uno de los puntos más importantes del periodo bajo
    estudio, es la flexibilización del orden bipolar: tanto
    los Estados Unidos
    como la URSS no planteaban sus problemas como
    en los comienzos de la guerra
    fría. A esta nueva situación se la llamó
    "coexistencia pacífica", visualizada como una nueva
    percepción de la capacidad destructiva de
    los arsenales atómicos de ambas naciones. Estos cambios
    comenzaron con la presidencia de Eisenhower en los Estados Unidos
    y de Nikita Kruschev en la URSS, lo cual generó una mayor
    flexibilidad en el juego
    político mundial.

    Por esta época comenzaron, también, las primeras
    rupturas dentro del bloque comunista, a saber: el conflicto
    chino-soviético y los diferentes alzamientos en Europa Oriental
    (1956 en Hungría y 1968 en Checoslovaquia). Además,
    la llamada "crisis de
    Berlín" culminó en la construcción del Muro, que dividiría
    a Berlín, a Europa y al mundo hasta 1989.

    En el caso de América
    Latina, el cambio más importante fue la Revolución
    Cubana de enero de 1959, que fue tomando una posición
    cada vez más cercana al marxismo y
    contraria a la política hemisférica de los Estados
    Unidos, los cuales comenzaron a hostigar al gobierno de Fidel
    Castro hasta aislarlo de sus vecinos latinoamericanos, provocando
    el inhumano bloqueo económico (que ya dura más de
    cuarenta años) y la expulsión de Cuba de la
    OEA.

    EL MARCO POLITICO
    INTERNO ENTRE 1958 Y 1961

    En 1957, el gobierno de la denominada Revolución
    Libertadora, presidido por Aramburu, convoca a una asamblea
    constituyente como primer paso hacia las elecciones nacionales
    convocadas para 1958, de la cual surgiría un nuevo
    presidente democrático. En dicha elección, la
    representación mayoritaria correspondió al
    oficialismo, aunque los votos en blanco, mayoritariamente
    peronistas, superaron a los candidatos ganadores de la UCR del
    Pueblo. La Asamblea Constituyente sesionó a fines de
    agosto de 1957 y el resultado más significativo de las
    deliberaciones fue la declaración de la vigencia de la
    Constitución de 1853, excluyendo las
    reformas de 1949, y la incorporación del art. 14 bis,
    garantizando varios derechos sociales
    básicos, entre ellos el de huelga. La
    segunda minoría, expresión del radicalismo
    frondizista, impugnó la asamblea y se retiró del
    recinto, convirtiéndose en portavoz del voto en blanco. El
    objetivo de "desperonizar" al país estaba a punto de
    fracasar.

    De esta manera, la elección presidencial, quedó
    reducida a los candidatos de los dos sectores del radicalismo. La
    fórmula de la UCR Intransigente, encabezada por Frondizi,
    derrotó al candidato de la UCR del Pueblo, Ricardo
    Balbín Frondizi triunfó con el 45 % de los votos,
    aunque la victoria se debió al aporte de los votos
    peronistas fruto del acuerdo de Perón con
    Frondizi.

    Sin embargo, la postura "legalista" de Aramburu se impuso a la
    fracción, esencialmente de la Marina, que pedía no
    entregar el gobierno. Por otro lado, el gobierno fue entregado
    aunque las FF.AA. conservaron su poder dispuestas a preservar los
    principios de la Revolución Libertadora y a asegurar la
    proscripción del peronismo. De
    esta manera, se convirtieron en un partido militar, en un
    actor más del sistema cuya función
    era controlar las actividades de los gobiernos civiles.

    Frondizi dio comienzo a su gobierno consciente de la precario
    de la situación. Luego de asumir, el 1 ° de mayo de
    1958, utilizó los primeros meses para tomar las medidas
    más importante. La primera de ellas, como parte del
    acuerdo con Perón, sancionó una ley de
    amnistía y la Ley de Asociaciones Profesionales, que
    restableció el sindicato
    único por rama y por industria. En
    el ámbito económico, Arturo Frondizi puso en marcha
    lo que se denominó la "batalla por el petróleo", que tenía como fin el
    autoabastecimiento del país en dicha área. Por otro
    lado, a fines de 1958, se promulgó una ley de promoción de las inversiones
    extranjeras.

    En el área de educación, la medida
    más audaz fue anular el monopolio
    estatal sobre la educación
    superior, contraviniendo, de esta manera, el espíritu
    de la Ley 1420 de educación gratuita y laica. La ley
    provocó el beneplácito de la Iglesia que, a
    partir de allí, avanzaría sobre ese ámbito.
    Son conocidas las marchas multitudinarias detrás de las
    banderas Laica o Libre.

    En el ámbito laboral, las
    negociaciones por el tema del petróleo
    le provocaron la dura reacción de los trabajadores de ese
    sector; la huelga fue violentamente reprimida, mientras el
    gobierno implantaba el estado de
    sitio, que mantuvo durante todo el mandato. En esta lucha, fueron
    detenidos numerosos líderes gremiales. La política
    de austeridad implementada, en acuerdo con el Fondo Monetario
    Internacional, que trataremos más adelante, provocó
    una dura recesión económica en 1959, que
    analizaremos más adelante.

    En este contexto, los partidos opositores, principalmente la
    UCR del Pueblo, comenzaron a ver como posible el derrocamiento
    del gobierno, o cuanto menos el condicionamiento del mismo.

    En 1959 los militares lograron que Frondizi sacara de su
    gabinete a todos los funcionarios ligados a Rogelio Frigerio, el
    cual era visto como una amenaza comunista en la Argentina. De
    esta manera, uno de los principales colaboradores de Frondizi, y
    uno de los creadores del plan desarrollista, era expulsado del
    gobierno.

    En el terreno electoral, la derrota del oficialismo en Mendoza
    y un mayor volumen de votos
    del Partido Comunista, hicieron recrudecer los pedidos de
    renuncia del presidente.

    Para intentar calmar la situación, Frondizi
    reorganizó el gabinete, nombrando a Alvaro Alsogaray como
    Ministro de Economía y Trabajo.
    Pese a todo, las relaciones de Frondizi con las FF.AA., siguieron
    siendo críticas. Estas últimas, asumieron el
    tutelaje sobre el gobierno que se expresó a través
    de más de treinta planteos orientados a asegurar el
    control de las fuerzas en manos de oficiales leales a los
    principios de la Revolución Libertadora, y a promover el
    nombramiento de figuras del conservadorismo en el gobierno. El
    gobierno cedió a estas presiones de manera
    sistemática, con lo cual quedaba legitimado cada nuevo
    avance del poder militar sobre el poder civil.

    En el contexto internacional el enfrentamiento entre los
    EE.UU. y la Cuba revolucionaria, en 1959, situó a
    América Latina en el tablero mundial de la Guerra
    Fría. El Pentágono comenzó a promover el
    compromiso de los ejércitos del continente en la lucha
    contra la "subversión comunista" en el hemisferio. Los
    militares argentinos prontamente se plegaron a esa estrategia de
    lucha contra el enemigo interno.

    En marzo de 1962, las elecciones para gobernadores
    provinciales le trajo más problemas a Frondizi. Este
    esperaba que un nuevo acuerdo con Perón lograra la
    autoexclusión de los peronistas, cosa que no
    consiguió. Los militares golpistas consideraban que un
    triunfo peronista facilitaría sus planes de derrocar a
    Frondizi. De esta manera, la suerte del gobierno quedó en
    manos del peronismo y de los militares.

    Las elecciones dieron el triunfo al Frente Justicialista. Este
    ganó en varias de las provincias, entre ellas la de
    Buenos Aires,
    con Andrés Framini.

    La primera reacción de Frondizi fue anular las
    elecciones e intervenir la provincia. Esa medida había
    sido acordada con los militares tres días antes de los
    comicios. Sin embargo, esto no impidió que las FF.AA.
    derrocaran a Frondizi el 29 de marzo de 1962.

    SITUACION MACROECONOMICA
    DE LA ARGENTINA A PRINCIPIOS DEL AÑO
    1958

    A principios de 1958, los principales indicadores
    macroeconómicos de la Argentina arrojaban los siguientes
    datos:

    • Existía un control de precios sobre un conjunto de
      bienes de la
      canasta familiar.
    • El tipo de
      cambio, fijado oficialmente, estaba en $ 18 por
      dólar.
    • Existía un complejo sistema de tipos de cambio
      múltiples.
    • Las importaciones se efectuaban solo con cupos y
      autorizaciones previas.
    • La inflación, en 1957, fue del 25,4 %.
    • El balance comercial había arrojado déficit
      en 1956 (184 millones de U$S) y en 1957 (336 millones de
      U$S).
    • Se produce una baja de los precios de exportación de los productos argentinos
      y, al mismo tiempo, un aumento en los precios de los bienes
      importados, esencialmente el costo y el
      flete de los combustibles.
    • Las exportaciones se mantuvieron estancadas en 975
      millones de dólares.
    • Al 1ero. de mayo de 1958, las reservas eran de 104 millones
      de dólares. Con estas reservas, apenas se cubría
      el 50 % de las importaciones ya pactadas.
    • La deuda externa,
      a fines de 1957, era de 1.425 millones de dólares, y el
      país estaba al borde de la cesación de
      pagos.
    • El 96,5 % de las exportaciones eran productos primarios
      agropecuarios. más de la mitad de las importaciones eran
      insumos básicos para la industria. Los combustibles
      representaban el 24,4 % de esas compras al
      exterior.
    • La actividad económica creció, entre 1950 y
      1957, a un ritmo del 3,3 % anual. La industria aportaba un 31 %
      del PBI, pero lo hacía a costa de utilizar una gran
      cantidad de divisas para
      importar insumos básicos.

    Algunos cuadros ejemplifican el contexto macroeconómico
    al inicio del gobierno desarrollista:

    Para ver las siguientes tablas
    seleccione la opción "Descargar" del menú
    superior

    ACTIVIDAD ECONOMICA (Tasa de
    variación)

    TASAS ANUALES DE
    INFLACION

    COMPOSICION DE LAS IMPORTACIONES (en
    %)

    DEFICIT FISCAL (en %
    del PBI)

    REMUNERACION MEDIA ANUAL DE LOS
    ASALARIADOS

    DISTRIBUCION DEL INGRESO (en
    %)

    Fuentes: elab. propia sobre datos de: Rapoport, M.
    (2000); Vitelli, G. (1986); Gerchunoff, P. y Llach, L. (2003);
    FIDE.

    El plan de
    Estabilizacion de 1958 y los acuerdos con el FMI de 1958 y
    1959

    A fines de diciembre de 1958, el presidente Frondizi
    anuncia el llamado Plan de Estabilización y Desarrollo,
    que va a ser apoyado desde el exterior. Este plan implicaba
    convocar al país al sacrificio y a respaldar un plan
    tendiente a reordenar la economía nacional y sentar las
    bases del desarrollo futuro del país.

    El plan de diciembre fue presentado como un elemento
    fundamental para la solución definitiva de los problemas
    que se venían acumulando desde algunas décadas
    atrás. Según el diagnóstico presidencial, la
    condición económica de la Argentina era
    dramática. Se insistía en que el principal problema
    era el exceso de gastos sobre la
    producción nacional, lo que había
    conducido tanto a déficits comerciales como a un bajo
    nivel de inversión. Así, mientras que a fines
    de la última guerra, las reservas de oro y divisas
    acumuladas en el Banco Central
    superaban en 1.300 millones de dólares a la deuda externa,
    a fines de abril de 1958 era la deuda externa la que superaba en
    1.100 millones de dólares a las reservas de oro y divisas
    con que contaba la Nación.

    Con el correr de los meses, las críticas al
    programa
    económico oficial no sólo no se acallaron sino que
    se extendieron a quienes en un principio habían elogiado
    el plan. Alvaro Alsogaray, por entonces presidente del Partido
    vico
    Independiente, planteaba dudas respecto a la capacidad del
    gobierno para cumplir con sus promesas, y el propio FMI
    compartía esa visión. La evolución
    macroeconómica durante la primera mitad de 1959 fue
    decepcionante. Los propios industriales, aun cuando estaban de
    acuerdo con los lineamientos generales de la política
    económica, habían señalado desde un comienzo
    lo recesivo del nuevo régimen de importaciones.

    La Argentina se había incorporado al FMI y al
    Banco Mundial en 1956, durante el gobierno de la llamada
    "Revolución Libertadora. Frondizi, al poco tiempo de
    asumir, pide al Fondo que envíe una misión
    para elaborar un diagnóstico de la situación
    económica y preparar, junto a funcionarios argentinos, un
    programa de emergencia que el FMI contribuiría a
    financiar.

    Estas medidas estaban en abierta contradicción
    con las ideas desarrollistas, con los postulados de la
    Unión Cívica Radical Intransigente y con las
    promesas de la campaña electoral. Esto provoca, de
    inmediato, una resistencia,
    tanto de la UCRI como de la opinión
    pública.

    Fue la promulgación por parte del Congreso de una
    ley que autorizaba la venta de una de
    esas empresas, el
    Frigorífico Nacional en el barrio de Mataderos, lo que
    provocó una protesta espontánea que pronto se
    convirtió en un gran enfrentamiento entre el gobierno y el
    movimiento obrero. Los obreros del frigorífico se
    refugiaron en barricadas dentro de la fábrica. El bloque
    peronista de las "62" declaró estado de
    huelga por tiempo indeterminado. Durante dos días, la
    economía argentina fue paralizándose a medida que
    las industrias
    cerraban, el transporte
    público no funcionaba y los diarios dejaban de
    aparecer.

    Con el presidente Frondizi en EEUU, el presidente en
    ejercicio, José María Guido, reaccionó ante
    la huelga apelando a medidas firmes. Se dieron órdenes que
    ponían el sistema de transporte de la Capital en
    movilización militar. La Capital Federal adquirió
    la apariencia de una ciudad ocupada. La firmeza de la
    reacción del gobierno a la huelga general encauzó
    la economía en pocos días a la normalidad. Pero la
    política original de Frondizi-Frigerio
    tambaleaba.

    Las evaluaciones que realizó el FMI y las
    perspectivas de que Argentina aplicara un programa de
    estabilización tuvieron un resultado muy pesimista. Debido
    a su debilidad política, el gobierno sólo tomaba
    medidas aisladas, por ejemplo en materia de
    contención del crédito. Las autoridades tampoco mostraban
    voluntad política y cohesión ideológica para
    adoptar las decisiones que la difícil situación
    demandaba. Por último, en la sociedad no
    existía un consenso favorable a esas reformas.

    Pese a todo, a mediados de diciembre de 1958, los
    lineamientos del plan y la Carta de
    Intención estuvieron listas y a consideración del
    Fondo.

    De esta manera, Argentina modificó su
    política económica para obtener la convertibilidad
    a dólares de sus saldos comerciales favorables con el
    "Club de París". Estas decisiones obedecieron a tres
    causas: aún reconociendo los cambios en política
    económica realizados por Frondizi, Estados Unidos y
    los organismos de crédito continuaban reclamando una mayor
    apertura económica y la total liberalización de los
    vínculos comerciales y financieros internacionales. El
    fracaso inicial de su gobierno, el deterioro económico, la
    protesta social, y la ruptura del pacto con Perón,
    llevaron a influyentes sectores políticos y
    económicos de orientación liberal a exigir una
    política económica ortodoxa, siguiendo las
    recomendaciones que en ese momento estaba haciendo Roberto
    Alemann, miembro de varias misiones argentinas durante las
    tratativas con el "Club de París" de los años
    1956-57.

    Como consecuencia de los acuerdos con el Fondo y con el
    "Club de Paris", los organismos financieros internacionales, un
    consorcio de bancos privados
    norteamericanos y el gobierno de Estados Unidos otorgaron una
    "ayuda" a la Argentina por una suma de 329 millones de
    dólares para apuntalar el Plan de Estabilización.
    De esta manera, se inicia una nueva etapa en la política
    económica del gobierno de Frondizi en la
    Argentina.

    En ese paquete de ayuda, se decía que los 75
    millones aportados por el Fondo, servirían para conformar
    un fondo de estabilización en dólares que
    permitiese la unificación y liberalización total
    del mercado cambiario argentino.

    El nuevo programa pretendía sanear la
    economía y sentar las bases del desarrollo mediante
    medidas en materia cambiaria, arancelaria, comercial, tributaria,
    de déficit fiscal y de financiamiento
    del gasto público. En líneas generales, todas ellas
    tendían a una economía de mercado, en una Argentina
    golpeada por una crisis económica, y por un alto grado de
    conflicto social, derivado de la proscripción del
    peronismo.

    De esta manera, se intentaba dejar atrás
    políticas económicas de fuerte intervención
    estatal, cuyos orígenes se remontaban a los años
    30.

    Para llevar adelante el Plan, Frondizi necesitaba
    ganarse la confianza de los inversores internos y externos. Para
    esto, la señal más fuerte fue la designación
    de Alvaro Alsogaray como nuevo Ministro de Economía, en
    reemplazo de Donato del Carril. La primera medida de Alsogaray
    fue firmar otro acuerdo con el FMI para iniciar un programa de
    austeridad.

    Para liberar los fondos producto de
    ese otro acuerdo, el Fondo hizo las siguientes recomendaciones a
    seguir durante 1959: reducir el déficit fiscal, reducir el
    gasto corriente y los aportes del Tesoro a las empresas
    públicas, restringir los aumentos de salarios de los
    empleados estatales, etc. Es decir, más de lo mismo de
    siempre.

    En política
    monetaria, se limitaron los redescuentos de los bancos
    privados y se aumentaron los encajes mínimos; de esta
    manera, se restringía el crédito.

    Hacia fines de 1959, el gobierno argentino, que ya
    había usado parte del crédito stand-by que
    había obtenido el año anterior, solicitó un
    nuevo crédito del Fondo. La misión que vino al
    país en septiembre de ese año, consideró que
    había existido un gran "progreso" del Plan de
    Estabilización, por lo cual recomendó un nuevo
    crédito stand-by de 100 millones de
    dólares.

    La situación del gobierno, sin embargo, era poco
    menos que desesperante, pero las turbulencias
    macroeconómicas fueron cediendo paulatinamente. El
    dólar, que había tenido un pico de casi 100 pesos
    moneda nacional en mayo, retrocedió hasta 83 en agosto.
    Para evitar una mayor apreciación de la divisa, el Banco
    Central estableció una paridad fija en ese nuevo nivel. La
    inflación descendió al compás del tipo de
    cambio: los precios de las importaciones y los productos
    agrícolas se estabilizaron apenas el dólar
    alcanzó ese nuevo equilibrio, y
    los productos industriales crecieron a apenas 1% mensual en el
    último cuarto de 1959.

    La entrada de capitales extranjeros, tanto en la forma
    de inversión directa como de préstamos
    públicos y privados, permitió alejar por un tiempo
    el fantasma de una crisis de balanza de pagos.
    En 1960, por ejemplo, el hecho de que el déficit comercial
    y los intereses de la deuda generaran salidas por 170 millones de
    dólares no impidió que el Banco Central acumulara
    317 millones de reservas, gracias a entradas de capital
    superiores a los 500 millones.

    La economía de mercado, propugnada por Alsogaray,
    se basaba en la aplicación rigurosa de los mecanismos de
    mercado como principio ordenador de la sociedad libre. El Estado
    sólo debía asegurar la competencia, resolver los
    casos críticos, y compensar determinados objetivos
    sociales. Alsogaray insistió en la necesidad de llevar el
    proceso de liberación hasta las últimas
    consecuencias, preservando la estabilidad, como única
    garantía de incrementar la capacidad productiva de la
    economía. La política económica llevada
    adelante por el inefable capitán-ingeniero
    consistió en el clásico programa de "ajustes
    estructurales": devaluar, "racionalizar" el sector
    público, participación irrestricta del capital
    extranjero, limitar el crédito a las PYMES, no
    aumentar salarios, etc.

    Ya en el año 1962 una gran cantidad de deudas en
    el corto y mediano plazo y una fuga de capital ocasionaron una
    reducción de las reservas que tuvo un importante impacto
    sobre el crédito del país. Para compensar el
    deterioro de las reservas, el gobierno tuvo que recurrir al
    crédito del Banco Central en exceso del límite
    convenido con el FMI para poder financiar sus gastos corrientes.
    Por esto, el Fondo declaró a la Argentina en
    violación del acuerdo de stand-by firmado en diciembre de
    1961.

    ANALISIS DE LA
    EVOLUCION DEL PLAN en EL primer año

    El plan comenzó a implementarse a fines de 1958
    cuando se liberaron los precios hasta entonces controlados, salvo
    las tasas de
    interés y los alquileres. Además, se unifica el
    mercado cambiario, se elevan las tarifas de los servicios
    públicos y se reforma el sistema de
    aranceles.

    En mayo de 1958, se había otorgado un aumento
    salarial masivo del 60 % sobre los niveles de salarios de
    1956.

    Por otro lado, la balanza de pagos presentaba serias
    dificultades. Por último, hacia fines de 1958 se
    observaban ya síntomas recesivos.

    La unificación del sistema cambiario
    significó, en los hechos, una fuerte devaluación, ya que el valor de la
    divisa pasó de $ 18 por dólar en 1958, a 68,7 en
    enero de 1959. A partir de abril de ese año, se estabiliza
    en $ 83 y no tuvo mayores modificaciones hasta marzo de
    1962.

    En cuanto a los salarios, luego del aumento citado, se
    buscó retrasar el salario real. Se
    suspendieron todas las cláusulas de ajuste por costo de
    vida y no se otorgarían más aumentos masivos.
    Durante el año 1959, los salarios industriales crecieron
    solo el 30 %. Esto permitió un clima de
    "estabilidad" durante ese año.

    En realidad, los salarios medios cayeron
    un 23.4 % en 1959; y la participación en el ingreso
    bajó del 44.4 % al 37.7 % en 1959.

    Los resultados pueden ser brevemente descriptos como
    sigue:

    • La inflación, luego de aumentar fuertemente en
      el primer semestre de 1959, se desaceleró en forma
      rápida.
    • El salario real cayo, como dijimos, un 23.4
      %.
    • La actividad económica se redujo en un 6.4
      %.
    • Se pudo reducir el déficit fiscal y el gasto
      publico.
    • Se produjo una fuerte contracción
      monetaria.

    SituaciOn macroeconomica de la Argentina a
    principios de
    1962

    La situación macroeconómica a principios de 1962
    puede resumirse como sigue:

    • No existían controles de precios
    • Existía un solo tipo de cambio
    • La inflación del año 1961 fue del 8.3 % anual
      mayorista.
    • El balance comercial de 1961 arrojó saldo negativo,
      debido al aumento de las importaciones durante el proceso de
      capitalización.
    • La composición de las importaciones había
      variado considerablemente. En 1957, las compras de combustibles
      representaban el 24.3 % del total; y las de maquinarias y
      equipos rondaba el 25 %. En 1961, en cambio, eran del 6.7 % y
      del 53.8 % respectivamente.
    • La actividad económica, medida a través del
      PBI, creció entre 1958 y 1962, a una tasa acumulativa
      del 3.5 %.
    • La inversión total creció a una tasa del 12 %
      anual.
    • Entre 1958 y 1961 la producción de petróleo
      creció el 195 %; la de automotores, el 342 %.
    • Los salarios, hacia 1961, se encontraban en
      recuperación luego de la abrupta caída de
      1959.
    • Las inversiones extranjeras tuvieron como destinos
      principales la industria química, la
      petroquímica, los productos
      metálicos, los automotores y el
      petróleo.
    • El déficit fiscal y el gasto se vieron desminuidos:
      los gastos pasaron del 13.9 % al 10.5 % del PBI; mientras que
      el déficit fiscal se redujo del 7.7 % al 1.7 % del
      PBI.

    Algunos cuadros ejemplifican la evolución de algunas
    variables
    macroeconómicas luego de aplicado el plan.

    Para ver las siguientes tablas
    seleccione la opción "Descargar" del menú
    superior

    ACTIVIDAD ECONOMICA (Tasa de
    variación)

    TASAS ANUALES DE
    INFLACION

    COMPOSICION DE LAS IMPORTACIONES (en
    %)

    DEFICIT FISCAL (en % del
    PBI)

    REMUNERACION MEDIA ANUAL DE LOS
    ASALARIADOS

    DISTRIBUCION DEL INGRESO (en
    %)

    Fuente: elab. propia sobre datos de: Rapoport, M.
    (2000); Vitelli, G. (1986); Gerchunoff, P. y Llach, L. (2003);
    FIDE.

    A modo de
    conclusión

    Este programa de estabilización de diciembre de
    1958, fue el precio exigido
    a la Argentina por el FMI y el Tesoro de los EEUU para brindar la
    ayuda económica necesaria para resolver la crisis de la
    balanza de pagos. El mismo preveía diversas medidas que
    produjeron una fuerte reacción de la clase
    trabajadora y los sectores de bajos ingresos. No eran
    sólo los consiguientes aumentos de los precios al consumidor los
    que creaban el descontento, sino también la anunciada
    intención del gobierno de librarse de empresas
    deficitarias que habían sido adquiridas en la época
    de Perón.

    El condicionamiento impuesto por el
    organismo surge de una carta del
    ministro de Economía, del Carril, inicialmente ocultada
    por el gobierno: "El Plan se halla impregnado de una fuerte
    filosofía liberal, con precisos objetivos recesivos:
    reducción de empleados estatales en un 15%,
    paralización de obras públicas, privatización o reducción de
    empresas estatales (ferrocarriles, frigorífico municipal),
    libertad de
    precios salvo una canasta de 10 artículos, aumento de
    tarifas de empresas de servicios,
    restricción crediticia, mantenimiento
    de salarios en el mismo nivel durante dos
    años".

    El gobierno hizo casi todo lo que estaba al alcance de
    sus manos para fomentar, primero, e intensificar, después,
    el aluvión de capitales. Hubo una serie de reducciones
    impositivas que alcanzaron tanto a empresas nacionales como a
    extranjeras. Dentro del esquema de recargos a la importación establecido con el plan de
    estabilización, fue acentuándose la preferencia por
    las máquinas y
    equipos: hacia fines de 1960 se eliminaron algunos recargos a la
    importación de varias líneas de maquinarias, lo
    mismo que el requerimiento de depósitos
    previos.

    En 1960, la recuperación de la actividad
    económica comenzó a transmitirse hacia los salarios
    industriales, que aumentaron alrededor de 12% de principios a
    fines de año. Si bien eso no alcanzaba para revertir la
    caída brusca de 1959, servía para calmar el
    ánimo gremial del año anterior, y seguramente
    ayudó a que el ausentismo debido a huelgas cayera de 5,7 a
    2,1%.

    Las nuevas condiciones para invertir que había
    impuesto el gobierno desarrollista generaron un cambio en la
    estructura de
    la producción industrial argentina. La reducción en
    el costo del equipamiento, provocada tanto por las rebajas
    arancelarias a los bienes de inversión como por las
    mayores facilidades de financiamiento externo, estaba
    favoreciendo a las actividades más intensivas en el uso de
    capital. No es extraño que fueran esas actividades las que
    lideraran la recuperación del primer bienio de los
    60.

    Sin embargo, el respaldo minoritario a las ideas
    económicas liberales y el profundo arraigo de las de
    intervención estatal en la economía, también
    condicionaron la viabilidad y los resultados de esas
    políticas.

    Además, el plan de estabilización
    también fue rechazado por importantes sectores
    extrapartidarios que hasta ese momento habían apoyado a la
    UCRI, porque lo interpretaron como una traición a su
    programa inicial.

    Por último, estos problemas descriptos no
    invalidan la importancia del plan de estabilización
    económica de 1958 para la historia económica y
    de la política económica en la Argentina. Por un
    lado, marcó un punto de inflexión en la
    política económica del gobierno de Frondizi.
    Además, aunque con algunos altibajos, este programa
    inició una relación perdurable, la mayor parte de
    las veces, política y económicamente conflictiva,
    de la Argentina con el FMI y el Banco Mundial
    desde fines de los años 50 hasta la
    actualidad.

    Jorge S. Zappino

    Licenciado en Ciencia
    Política (Universidad de
    Buenos Aires)

    Magister en Historia Económica y de las
    Políticas Económicas (Universidad de Buenos
    Aires)

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