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Cambios fisiológicos en la sexualidad en la tercera edad




Enviado por aas170571



    1. Resumen
    2. Cambios fisiológicos que
      ocurren con la edad en la tercera edad
    3. Factores que afectan la
      sexualidad del adulto mayor
    4. Caracterización de la
      actividad sexual en el adulto mayor
    5. Bibliografía

    RESUMEN

    La autora comienza exponiendo antecedentes
    históricos del abordaje dado a la sexualidad.
    Continúa explicando los cambios fisiológicos que
    ocurren en la sexualidad en la tercera edad. A
    continuación aborda los factores que afectan la sexualidad
    del adulto mayor. Luego hace una breve caracterización de
    la actividad sexual en el adulto mayor y finaliza planteando que
    la sexualidad del adulto mayor es plena y satisfactoria a lo
    largo de la vida siempre y cuando no existan enfermedades que invaliden
    esta función
    por lo que este tiene derecho de disfrutar plenamente de
    ella.

    Palabras clave: Sexualidad, adulto
    mayor.

    INTRODUCCIÓN

    Las primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde
    casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy
    limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes
    sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000
    A de C, pero no es hasta el siglo XX se empieza a investigar la
    sexualidad desde un punto de vista más científico.
    Algunos autores comenzaron a ofrecer una visión mas
    positiva de la sexualidad como por ejemplo: Sigmund Freud
    (1856-1939) las publicaciones de Freud han dado
    lugar a una corriente del pensamiento,
    el psicoanálisis que permanece viva y se ha
    multiplicado en diferentes teorías
    y posiciones y que ha impregnado toda la cultura del
    siglo XX

    Este autor reconoce la importancia de la sexualidad en la
    salud y en la
    enfermedad

    Al abordar la temática de la sexualidad en la Tercera
    Edad, nos enfrentamos a un doble inconveniente: ahondar en las
    particularidades de la vejez, suele
    resultar una tarea agobiante no sólo por la falta de
    información y datos investigados al
    respecto, también porque la problemática de esta
    etapa es generalmente abordada desde sus caracteres negativos,
    sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que
    alcanzar dicha etapa trae aparejada.

    El segundo problema es el referido a la Sexualidad. Si
    bien estamos habituados a hablar de ella, y desde Freud en
    adelante abundan autores que han desplegado todo un cuerpo
    teórico al respecto, analizando la sexualidad, sus
    manifestaciones, normalidad – anormalidad, etc. y aunque
    sostenemos enfáticamente la diferencia entre sexualidad y
    genitalidad, nos cuesta mucho no caer en sistematizaciones que
    pretenden semejanzas, como si la sexualidad se expresara
    exclusivamente por medios
    genitales.

    Hasta hace pocos años se creía que la menopausia
    marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se
    justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la
    maternidad.

    Este es el clima en que
    fueron educadas las mujeres ancianas de hoy, y aunque el cambio es
    lento, y progresivo, se debe aceptar que la sexualidad en la
    Tercer Edad sólo responde al puro deseo de sentir placer,
    de gozar, de abrazarse a otro cuerpo, de amar.

    Durante siglos se relacionó la sexualidad con la
    reproducción, negándole de esta
    manera el disfrute de la sexualidad al anciano; muchas personas,
    particularmente jóvenes, siguen viendo la actividad sexual
    como una facultad que se va desgastando hasta perder todo
    interés
    en aquellos que han superado los 60 años, se supone que el
    deseo siempre se desvanece con la edad.

    Esta etapa de la vida es valorada por muchos como ausente de
    manifestaciones sexuales

    En general puede decirse que las personas no cambian mucho,
    sino que envejecen. En consecuencia los individuos que mostraban
    poca inclinación hacia el sexo en su
    juventud
    tienden abandonar este tipo de actividad y ocultarse bajo la
    protección de la edad. Aquellos con intereses sexuales
    activos
    continuarán siendo activos con las limitaciones impuesta
    por la capacidad física, pero
    seguirán joven aún con edad avanzada.

    La valoración de la actividad sexual en el anciano de
    ambos sexo tiene que incluir un enfoque múltiple, pues mas
    que una afectación intrínseca de la sexualidad lo
    que existe es una acumulación de factores (enfermedades
    cardio vasculares, daño en
    los vasos sanguíneos del área genital,
    cáncer o enfermedades debilitantes, problema
    psíquicos, ingestión de medicamentos y de alcohol,
    así como influencias y hábitos previos ),que
    influyen de forma negativa sobre la actividad sexual y no
    exactamente la edad.

    La actividad sexual en esta etapa depende también de
    características física psicológica y
    biográficas del individuo, de
    la existencia de una pareja y de sus características,
    así como del contexto sociocultural en que esta inmerso.
    La realidad es que el envejecimiento produce ciertos cambios en
    la fisiología sexual, pero comparado con otros
    cambios propios de la edad como el ajuste ocular o la capacidad
    vital, estos cambios son pequeños, la función
    sexual, vista desde el ángulo del acto sexual, no de la
    reproducción, se mantiene mucho mejor que otras funciones.

    Se había considerado que a partir de cierta edad todas
    las capacidades se deterioran; hoy se sabe que el cambio de las
    diferentes capacidades no es unidireccional, ni universal, ni
    irreversible. Debemos llegar a conocer el sentido que cada edad
    puede tener, en lugar de imponer los valores de
    otra edad

    En las personas mayores la actividad sexual, no es entendida
    necesariamente como actividad orientada al coito, sino, en un
    sentido mucho más amplio; se trata del placer del contacto
    corporal global y la
    comunicación, así como la seguridad
    emocional que da el sentirse querido.

    Desde el proceso vital
    fisiológico, los procesos de
    envejecimiento sexual comienzan hacia los 30 o 35 años, y
    siguen un proceso lento, muy variable de unas personas a otras,
    si comparamos el acto sexual de la juventud y en la vejez la
    diferencia fundamental es que esta ultima etapa de la vida cobra
    más fuerza la
    cercanía y la intimidad corporal.

    Podemos entender el sexo como una parte de la
    personalidad total, algo que aparece en los seres humanos y
    se mantiene hasta la vejez.

    Así pues, es amplio el concepto
    desarrollado y extendido a lo largo de la vida, que no desaparece
    por ley en
    ningún momento de esta, cambia, oscila en su
    presentación a lo largo del desarrollo
    vital, tanto por consecuencia de factores psicológicos o
    sociales como biológicos.

    Los estudios realizados en poblaciones mayores de 65
    años de numerosos países demuestran que
    después de esa edad se mantiene la actividad sexual en un
    porciento considerable de casos.

    Helleger y Mortensen señalan en su trabajo que
    incluso a los 95 años alrededor de un 40% de las personas
    estaba interesado en el sexo y alrededor de un 25%
    mantenían actividad masturbatoria.

    Brecher encontró en un estudio realizado en1984 que en
    un grupo de
    mayores de 70 años, el 81% de los casados se
    mantenían sexualmente activos y la utilización de
    la masturbación coma sustituto del coito se calculó
    en 22% de los cases.

    En Cuba se
    concluyo recientemente un estudio en el cual se entrevistaron al
    100% de la población mayor de 65 anos de un
    área de salud del municipio Centro Habana y encontramos
    que, de 27entrevistados, 6 (22-%) mantienen actual-mente relaciones
    sexuales, las cuales son satisfactorias y se realizan
    utilizando la posición acostados de lado 4 personas, y la
    posición femenina inferior, 2 personas.

    Se encontró también que de los ancianos que
    actualmente no mantienen relaciones sexuales, 6 (22%) conservaron
    esa práctica después de los 65años en la
    siguiente forma: dos hasta los 74 años, y uno por grupo
    hasta las siguientes edades 68, 78,81 y 82 años.

    En total, de 27 entrevistados, 12 (44,4 %) tuvieron relaciones
    sexuales más allá de los 65 años y dos
    viudas (7,49/o) refirieron tener deseo sexual intenso: una se
    masturba con frecuencia irregular y otra controla sus deseos
    pensando que no es natural sentirlos a esa edad.

    Todos estos datos indican claramente que en la tercera edad,
    hablar de estos aspectos de la sexualidad, no es como algunas
    personas piensan: "una utopía".

    En el presente estudio se abordarán los cambios
    fisiológicos normalmente esperados en el adulto mayor que
    modifican su sexualidad.

    Cambios fisiológicos que ocurren con la
    edad en la tercera
    edad

    Existen una serie de cambios fisiológicos que ocurren
    con la edad. Pero estos no significan muerte sexual.
    En el hombre
    dentro de los cambios anatómicos y funcionales
    tenemos:

    Los espermatozoides disminuyen su capacidad de movimiento
    dentro del semen, que también disminuye en número y
    calidad, de
    forma paulatina a partir de los 40 años. Sin embargo
    más del 50% de los varones de 70 años tiene una
    abundante espermatogénesis, suficiente para poder mantener
    una buena capacidad genésica.

    A los 70 años de edad, los testículos
    mantienen su tamaño normal, pero existen cambios
    degenerativos en los tubos seminíferos, aplanamiento del
    epitelio germinales interrupción de las células
    germinales.

    La producción de espermatozoide viene regulada
    por la hormona FSH, y está a su vez, lo está por el
    hipotálamo.

    En la producción e semen intervienen tres estructuras:

    • Las vesículas seminales: que muestran cambios
      estructurales, entre los que se incluyen lo que se conoce
      como degeneración amiloidea y la sustitución de
      sus fibras musculares por tejido conectivo. El liquido
      seminal normal es muy rico en fructuosa, fuente de
      energía que favorece la movilidad y el ascenso de los
      espermatozoides. Se pierde también parte de esa
      riqueza energética.
    • La próstata se hace más dura y muestra de
      forma progresiva cambios degenerativos, cada vez más
      extensos. Las células glandulares inician su atrofia
      en torno a
      los 40-50 años, a los 60 años toda la
      próstata glandular muestra una deficiencia funcional,
      y cuando se superan los 65 años, es posible percibir
      masas duras en un numero cada vez mayor de sacos
      glandulares.
    • Las glándulas de Cowper, cuya función es
      producir un líquido alcalino, escaso en su
      cuantía, pero con la función de neutralizar los
      restos ácidos
      urinarios de la uretra distal, apenas producen líquido
      en los ancianos de edad avanzada.

    Cabe decir que con la edad, el líquido seminal se va
    haciendo más escaso progresivamente, y también
    más pobre en sus cualidades funcionales.

    En la edad avanzada la testosterona disminuye, al mismo
    tiempo que
    la actividad sexual del individuo. El papel de la testosterona
    es muy importante para el mantenimiento de los caracteres sexuales
    secundarios, aunque no es el único factor que participa
    en este sentido, porque se ha comprobado que los ancianos con
    buenos niveles de testosterona muestran una mala respuesta
    sexual.

    Las razones podrían ser:

    • Fallo funcional de las aminas cerebrales, en la
      vía central dopaminérgica.
    • Una pérdida de sensibilidad de receptores
      adrenérgico, hecho que se ha constatado en el curso
      del envejecimiento, para otras muchas funciones del
      organismo.

    Cambios en el comportamiento
    y en la respuesta sexual:

    • Más tiempo para logra la erección (El hombre
      joven necesita como promedio sólo de 15 a 30 segundos
      y el anciano puede demorar hasta 10 minutos).
    • Demora más el tiempo en eyacular, lo cual
      prolongará más el coito.
    • La erección del hombre de más de 50
      años es menos firme debido a que los vasos
      sanguíneos no son tan elásticos como antes y
      los músculos son menos potentes, lo que disminuye la
      intensidad de erección pero nunca en condiciones de
      salud le hará perder totalmente la capacidad de un
      contacto sexual normal.
    • Disminución del eyaculado en cuanto a su volumen y la
      fuerza con que es expulsado debido a una menor potencia
      de los músculos eyaculadores y, por lo tanto, de sus
      contracciones durante el orgasmo. Este factor es muy poco
      importante, pues pocas veces los miembros de la pareja se
      percatan de este detalle.
    • El periodo de detumescencia del pene, o perdida de la
      erección después de la eyaculación, se
      produce con más rapidez, así como el tiempo
      necesario para logra la próxima erección
      (periodo refractario) se prolonga.
    • Erección pudiera disminuir, perderse o recuperarse
      en una o múltiple ocasiones durante el acto sexual
      prolongado y en ocasiones el pene no alcanza una completa
      ingurgitación hasta momentos antes de la
      eyaculación. Esto depende también de la
      intensidad de los estímulos sexuales.
    • Un elemento funcional que debe tener en cuenta es que las
      erecciones nocturnas, que en todo hombre se presenta durante
      las fases de sueño acompañado de movimientos
      oculares rápidos (fase MOR) sobre todo antes de
      despertarse, son menos frecuentes e intensa según
      avanza la edad. Este hecho no es notado por muchos hombres
      aún en su juventud, por lo que su disminución
      en la madurez no se refiere con frecuencia.
    • En el anciano y en el hombre maduro predomina la
      excitación producida por tocamientos y caricias sobre
      la zona erógenas del cuerpo y la estimulación
      directa de los genitales .El no lograr la erección
      satisfactoria o total hasta que la compañera le
      caricias directamente los genitales constituye una
      expresión de que en esa etapa predominan los reflejos
      medulares, y no una falta de potencia sexual.
    • El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el
      coito sin llegar necesariamente al orgasmo.
    • Después de los 60 años se puede eyacular en
      uno o dos de cada tres coitos y esto no ser causa de
      insatisfacción.
    • Las necesidades de contacto sexual en hombres mayores de
      60 años de edad puede limitarse a una o dos veces por
      semana y ser suficiente para su bienestar.
    • En los ancianos también puede perderse la llamada
      fase de inevitabilidad eyaculatoria. Esta fase procede en
      unos escasos segundos a la eyaculación y en ella el
      hombre se hace conciente de que va a eyacular y no lo puede
      evitar o controlar. El anciano puede eyacular sin este aviso,
      que es producto
      de la contracción de la musculatura de las vías
      seminales, pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin
      dificultad.
    • En el hombre mayor de 50 años disminuye la
      elevación de los testículos dentro del saco
      escrotal antes de la eyaculación, por la acción de los músculos
      crémate ríanos

    Dentro de los cambios anatómicos y funcionales en la
    mujer
    tenemos:

    La redistribución de la grasa, la disminución de
    la fuerza muscular, la modificación en la distribución del vello, y los cambios
    osteoarticulares, que favorecen la tendencia a padecer osteoporosis, son
    algunas modificaciones que van a influir en la actividad
    sexual.

    También son más evidentes los relativos a los
    caracteres sexuales secundarios y de forma específica a
    las mamas, cuyo tejido glandular es sustituido por tejido graso y
    cuya piel pierde
    elasticidad, en
    grado suficiente como para deformar de manera importante su
    posición en el tórax.

    En el aparato genital, los cambios más significativos
    son:

    • Los labios mayores y menores pierden elasticidad y se
      muestran atrofias progresivas de su capaz dérmicas y
      epidérmicas, lo mismo que el resto de la vulva.
    • La vagina con su deprivación estrogénica,
      tiene menos capacidad para su fluidificación, lo que a
      su vez facilita infecciones locales. Su mucosa se hace
      más fina y seca, además pierde longitud, se
      hace más estrecha y menos elástica y reduce su
      capacidad de distensión.
    • El clítoris tiene mayor dificultad para la
      erección

    Desde el punto de vista endocrino metabólico, los
    cambios más importantes ocurren durante la menopausia, por
    el cese de producción de estrógeno, que provoca una
    serie de cambios fisiológicos:

    • Menos intenso el aumento de tamaño de la mama y se
      vuelven menos firmes y más planas.
    • No se observa al principio del coito los cambios
      tópicos en los labios mayores como: Aplanamiento,
      separación y elevación y es menor la vaso
      dilatación de los labios menores. Lo primero se debe a
      la disminución del tejido adiposo y elástico de
      esa zona.
    • Debilitamiento de las musculatura vaginal y de la zona
      perineal, por lo que existe menor contracción de la
      vagina durante la fase de plataforma orgásmica.
    • Menor la elevación uterina.
    • Contracciones uterinas del orgasmo se hacen más
      débiles y en ocasiones dolorosas por ser más
      espásticas que rítmicas. Sin embargo estos
      procesos no eliminan el orgasmo ni suprimen la
      sensación de placer y por lo tanto el avance de los
      años no pone un limite preciso a la sexualidad
      femenina. Es necesario insistir en que estos cambios se dan
      en distintos grados y aparecen en tiempo claramente diferente
      dependiendo de numerosos factores que explicaremos
      posteriormente.
    • Disminución del vello axilar y púbico.

    Factores que afectan la sexualidad del adulto
    mayor

    Existen otros factores que afectan las relaciones sexuales con
    la edad avanzada entre ellos están:

    • Falta de estimulo sexual provocados por una vida sexual
      monótona y poco variada.
    • Menor intensidad de las relaciones sociales.
    • Pérdida de atractivos corporales de la pareja y la
      creencia de que es incorrecto tener fantasías sexuales
      en esta época.
    • Agotamiento físico o psíquico propio de la
      ancianidad disminuye el interés por el contacto y crea
      temor por el cansancio extra.
    • Trabajo, jubilación y aspectos económicos
      (preocupaciones, personas sometidas a elevadas presiones o
      demandas laborares e intelectuales derivadas
      de sus cargos, próximo arribo a la jubilación.
      Este inminente cambio en su rol social y las preocupaciones
      derivadas de este, cuando no se esta preparado para
      afrontarlo, actúan de igual manera en lo relativo al
      sexo.
    • Viudez: los sentimientos afectivos desencadenados por la
      pérdida del cónyuge se hacen evidentes y se
      agrega en ocasiones a un periodo prolongado de inactividad
      sexual.
    • Enfermedades físicas y mentales: Toda enfermedad
      debilitante o que afecte el psiquismo, por diferentes
      mecanismos, pueden dar al trato con toda actividad sexual. La
      Diabetes
      Mellitus es un ejemplo típico por mecanismos
      vasculares y neurogénicos pueden producir perdida de
      la erección o presencia de eyaculación
      retrógrada por falta de cierre del esfínter
      vesical durante el orgasmo
    • Medicamentos: Antidepresivos tricíclicos,
      fenotiacinas, agentes bloqueadores colinérgicos,
      benzodicepinas, narcóticos, inhibidores de la imao,
      una adecuada elección del fármaco por el
      médico, el ajuste de las dosis mínimas
      necesarias y la discusión franca con el paciente sobre
      su actividad sexual pueden disminuir las posibilidades de
      disfunción sexual por las
      drogas.
    • Alcoholismo: Los cambios hormonales y metabólicos
      que afectan a todo el organismo, y en especial al SNC y
      periféricos, disminución de la
      testosterona y ACTH, temblor extrapiramidal, neuritis
      alcohólica provocan trastorno de la erección en
      el hombre y deprimen la libido en cualquier edad.
    • Creencias religiosas: Consideran el sexo como algo
      pecaminoso con exclusión de su valor
      reproductivo, o que debe ser limitado dentro de estrictas
      reglas.
    • Temor al desempeño: El miedo a fallar a no tener
      erección o a no hacer "un buen papel". En la mujer
      por temor a que su cuerpo o su desempeño no sean del
      agrado de su compañero. Podemos afirmar que un hombre
      o una mujer sanos físicamente y psíquicamente
      entre 50 y 70 años o incluso en edades avanzadas
      pueden mantener un determinado nivel de actividad
      sexual.

    Caracterización de la actividad sexual en
    el adulto mayor

    Cambios en la actividad sexual en el sexo masculino

    • Se produce una disminución paulatina de la actividad
      sexual, midiendo el número de eyaculaciones por unidad
      de tiempo.
    • Disminución de la fortaleza y frecuencia de las
      contracciones de la musculatura estriada de la pelvis.
    • Apreciación subjetiva de la percepción de una menor intensidad de
      placer derivada del orgasmo.
    • Menor frecuencia de eyaculación precoz.

    Cambios en la respuesta y en la actividad sexual en el sexo
    femenino:

    • La excitación es más lenta (hasta 5
      min.).
    • Disminución en el número de coitos, y a la
      vez existe un aumento de la frecuencia de prácticas
      masturbadoras en la mujer.

    La sexualidad del adulto mayor es plena y satisfactoria a lo
    largo de la vida siempre y cuando no existan enfermedades que
    invaliden esta función por lo que este tiene derecho de
    disfrutar plenamente de ella.

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    Autora:

    Arcilia María Artola Silva

    Especialista en Primer Grado en Medicina General
    Integral.

    Fecha de realización del trabajo: Junio del
    2005.

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