La autora comienza exponiendo antecedentes históricos del abordaje dado a la sexualidad. Continúa explicando los cambios fisiológicos que ocurren en la sexualidad en la tercera edad. A continuación aborda los factores que afectan la sexualidad del adulto mayor. Luego hace una breve caracterización de la actividad sexual en el adulto mayor y finaliza planteando que la sexualidad del adulto mayor es plena y satisfactoria a lo largo de la vida siempre y cuando no existan enfermedades que invaliden esta función por lo que este tiene derecho de disfrutar plenamente de ella.
Palabras clave: Sexualidad, adulto mayor.
Las primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000 A de C, pero no es hasta el siglo XX se empieza a investigar la sexualidad desde un punto de vista más científico. Algunos autores comenzaron a ofrecer una visión mas positiva de la sexualidad como por ejemplo: Sigmund Freud (1856-1939) las publicaciones de Freud han dado lugar a una corriente del pensamiento, el psicoanálisis que permanece viva y se ha multiplicado en diferentes teorías y posiciones y que ha impregnado toda la cultura del siglo XX
Este autor reconoce la importancia de la sexualidad en la salud y en la enfermedad
Al abordar la temática de la sexualidad en la Tercera Edad, nos enfrentamos a un doble inconveniente: ahondar en las particularidades de la vejez, suele resultar una tarea agobiante no sólo por la falta de información y datos investigados al respecto, también porque la problemática de esta etapa es generalmente abordada desde sus caracteres negativos, sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que alcanzar dicha etapa trae aparejada.
El segundo problema es el referido a la Sexualidad. Si bien estamos habituados a hablar de ella, y desde Freud en adelante abundan autores que han desplegado todo un cuerpo teórico al respecto, analizando la sexualidad, sus manifestaciones, normalidad – anormalidad, etc. y aunque sostenemos enfáticamente la diferencia entre sexualidad y genitalidad, nos cuesta mucho no caer en sistematizaciones que pretenden semejanzas, como si la sexualidad se expresara exclusivamente por medios genitales.
Hasta hace pocos años se creía que la menopausia marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la maternidad.
Este es el clima en que fueron educadas las mujeres ancianas de hoy, y aunque el cambio es lento, y progresivo, se debe aceptar que la sexualidad en la Tercer Edad sólo responde al puro deseo de sentir placer, de gozar, de abrazarse a otro cuerpo, de amar.
Durante siglos se relacionó la sexualidad con la reproducción, negándole de esta manera el disfrute de la sexualidad al anciano; muchas personas, particularmente jóvenes, siguen viendo la actividad sexual como una facultad que se va desgastando hasta perder todo interés en aquellos que han superado los 60 años, se supone que el deseo siempre se desvanece con la edad.
Esta etapa de la vida es valorada por muchos como ausente de manifestaciones sexuales
En general puede decirse que las personas no cambian mucho, sino que envejecen. En consecuencia los individuos que mostraban poca inclinación hacia el sexo en su juventud tienden abandonar este tipo de actividad y ocultarse bajo la protección de la edad. Aquellos con intereses sexuales activos continuarán siendo activos con las limitaciones impuesta por la capacidad física, pero seguirán joven aún con edad avanzada.
La valoración de la actividad sexual en el anciano de ambos sexo tiene que incluir un enfoque múltiple, pues mas que una afectación intrínseca de la sexualidad lo que existe es una acumulación de factores (enfermedades cardio vasculares, daño en los vasos sanguíneos del área genital, cáncer o enfermedades debilitantes, problema psíquicos, ingestión de medicamentos y de alcohol, así como influencias y hábitos previos ),que influyen de forma negativa sobre la actividad sexual y no exactamente la edad.
La actividad sexual en esta etapa depende también de características física psicológica y biográficas del individuo, de la existencia de una pareja y de sus características, así como del contexto sociocultural en que esta inmerso. La realidad es que el envejecimiento produce ciertos cambios en la fisiología sexual, pero comparado con otros cambios propios de la edad como el ajuste ocular o la capacidad vital, estos cambios son pequeños, la función sexual, vista desde el ángulo del acto sexual, no de la reproducción, se mantiene mucho mejor que otras funciones.
Se había considerado que a partir de cierta edad todas las capacidades se deterioran; hoy se sabe que el cambio de las diferentes capacidades no es unidireccional, ni universal, ni irreversible. Debemos llegar a conocer el sentido que cada edad puede tener, en lugar de imponer los valores de otra edad
En las personas mayores la actividad sexual, no es entendida necesariamente como actividad orientada al coito, sino, en un sentido mucho más amplio; se trata del placer del contacto corporal global y la comunicación, así como la seguridad emocional que da el sentirse querido.
Desde el proceso vital fisiológico, los procesos de envejecimiento sexual comienzan hacia los 30 o 35 años, y siguen un proceso lento, muy variable de unas personas a otras, si comparamos el acto sexual de la juventud y en la vejez la diferencia fundamental es que esta ultima etapa de la vida cobra más fuerza la cercanía y la intimidad corporal.
Podemos entender el sexo como una parte de la personalidad total, algo que aparece en los seres humanos y se mantiene hasta la vejez.
Así pues, es amplio el concepto desarrollado y extendido a lo largo de la vida, que no desaparece por ley en ningún momento de esta, cambia, oscila en su presentación a lo largo del desarrollo vital, tanto por consecuencia de factores psicológicos o sociales como biológicos.
Los estudios realizados en poblaciones mayores de 65 años de numerosos países demuestran que después de esa edad se mantiene la actividad sexual en un porciento considerable de casos.
Helleger y Mortensen señalan en su trabajo que incluso a los 95 años alrededor de un 40% de las personas estaba interesado en el sexo y alrededor de un 25% mantenían actividad masturbatoria.
Brecher encontró en un estudio realizado en1984 que en un grupo de mayores de 70 años, el 81% de los casados se mantenían sexualmente activos y la utilización de la masturbación coma sustituto del coito se calculó en 22% de los cases.
En Cuba se concluyo recientemente un estudio en el cual se entrevistaron al 100% de la población mayor de 65 anos de un área de salud del municipio Centro Habana y encontramos que, de 27entrevistados, 6 (22-%) mantienen actual-mente relaciones sexuales, las cuales son satisfactorias y se realizan utilizando la posición acostados de lado 4 personas, y la posición femenina inferior, 2 personas.
Se encontró también que de los ancianos que actualmente no mantienen relaciones sexuales, 6 (22%) conservaron esa práctica después de los 65años en la siguiente forma: dos hasta los 74 años, y uno por grupo hasta las siguientes edades 68, 78,81 y 82 años.
En total, de 27 entrevistados, 12 (44,4 %) tuvieron relaciones sexuales más allá de los 65 años y dos viudas (7,49/o) refirieron tener deseo sexual intenso: una se masturba con frecuencia irregular y otra controla sus deseos pensando que no es natural sentirlos a esa edad.
Todos estos datos indican claramente que en la tercera edad, hablar de estos aspectos de la sexualidad, no es como algunas personas piensan: "una utopía".
En el presente estudio se abordarán los cambios fisiológicos normalmente esperados en el adulto mayor que modifican su sexualidad.
Cambios fisiológicos que ocurren con la edad en la tercera edad
Existen una serie de cambios fisiológicos que ocurren con la edad. Pero estos no significan muerte sexual. En el hombre dentro de los cambios anatómicos y funcionales tenemos:
Los espermatozoides disminuyen su capacidad de movimiento dentro del semen, que también disminuye en número y calidad, de forma paulatina a partir de los 40 años. Sin embargo más del 50% de los varones de 70 años tiene una abundante espermatogénesis, suficiente para poder mantener una buena capacidad genésica.
A los 70 años de edad, los testículos mantienen su tamaño normal, pero existen cambios degenerativos en los tubos seminíferos, aplanamiento del epitelio germinales interrupción de las células germinales.
La producción de espermatozoide viene regulada por la hormona FSH, y está a su vez, lo está por el hipotálamo.
En la producción e semen intervienen tres estructuras:
Cabe decir que con la edad, el líquido seminal se va haciendo más escaso progresivamente, y también más pobre en sus cualidades funcionales.
En la edad avanzada la testosterona disminuye, al mismo tiempo que la actividad sexual del individuo. El papel de la testosterona es muy importante para el mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios, aunque no es el único factor que participa en este sentido, porque se ha comprobado que los ancianos con buenos niveles de testosterona muestran una mala respuesta sexual.
Las razones podrían ser:
Cambios en el comportamiento y en la respuesta sexual:
Dentro de los cambios anatómicos y funcionales en la mujer tenemos:
La redistribución de la grasa, la disminución de la fuerza muscular, la modificación en la distribución del vello, y los cambios osteoarticulares, que favorecen la tendencia a padecer osteoporosis, son algunas modificaciones que van a influir en la actividad sexual.
También son más evidentes los relativos a los caracteres sexuales secundarios y de forma específica a las mamas, cuyo tejido glandular es sustituido por tejido graso y cuya piel pierde elasticidad, en grado suficiente como para deformar de manera importante su posición en el tórax.
En el aparato genital, los cambios más significativos son:
Desde el punto de vista endocrino metabólico, los cambios más importantes ocurren durante la menopausia, por el cese de producción de estrógeno, que provoca una serie de cambios fisiológicos:
Factores que afectan la sexualidad del adulto mayor
Existen otros factores que afectan las relaciones sexuales con la edad avanzada entre ellos están:
Caracterización de la actividad sexual en el adulto mayor
Cambios en la actividad sexual en el sexo masculino
Cambios en la respuesta y en la actividad sexual en el sexo femenino:
La sexualidad del adulto mayor es plena y satisfactoria a lo largo de la vida siempre y cuando no existan enfermedades que invaliden esta función por lo que este tiene derecho de disfrutar plenamente de ella.
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Autora:
Arcilia María Artola Silva
Especialista en Primer Grado en Medicina General Integral.
Fecha de realización del trabajo: Junio del 2005.
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