Educar en valores: Aprender a sentir y a convivir en una cultura axiológica
- Formación de valores en
la escuela - Caracterización de los
valores en las instituciones educativas - Vías para el
fortalecimiento de los valores - Exigencias didácticas
para la formación de valores - Exigencias
prácticas - Apéndice:
decálogo axiológico
FORMACIÓN DE VALORES EN LA
ESCUELA
El problema de la formación de los valores tiene
mucha actualidad por las propias necesidades del desarrollo
social en este mundo globalizado.
Variados son los enfoques que tratan de buscar una
explicación a tan complejo problema, el cual puede ser
conceptualizado desde diferentes ciencias al ser concebido desde
el paradigma de la complejidad, pues todo intento de
simplificarlo corre el peligro de desnaturalizar su propia
esencia.
En el trabajo se intenta ofrecer diferentes criterios
teóricos y metodológicos sobre la
investigación y la práctica educativa en la
formación de valores en la escuela con un enfoque
psicopedagógico planteado por Emilio Ortiz, de
Cuba.
El problema de la formación o la educación
de valores o en los valores preocupa y ocupa a la comunidad
educativa en el mundo.
La entrada vertiginosa en un nuevo milenio exige de una
mayor eficiencia, eficacia y pertinencia de los procesos
formativos, no solo en cuanto a la elevación del nivel
intelectual de sus egresados, sino también en sus
cualidades morales.
De los valores se viene hablando bastante desde hace
tiempo por parte de diferentes especialistas, con
disímiles puntos de vista y enfoques, lo cual resulta
lógico, pues constituye un tema muy complejo que puede ser
abordado desde diferentes enfoques y desde los diferentes campos
del saber que integran, por ejemplo, las Ciencias de la
Educación: la Psicología, la Pedagogía, la
Filosofía, la Sociología y la Historia, entre
otras.
Un objeto de investigación educativa tan complejo
como los valores no puede ser aprehendido con rigor solo desde la
Pedagogía, de ahí la importancia de hacerlo en
conjunción con la Psicología.
Precisamente, el objetivo de este trabajo es ofrecer
diferentes criterios teóricos y metodológicos sobre
la investigación y la práctica educativa en la
formación de valores en la escuela con un enfoque
psicopedagógico.
No hay nada más dañino en las ciencias en
general y en las psicopedagógicas en particular que
pretender simplificar un fenómeno complejo por
esencia.
El caso de la formación de valores constituye un
buen ejemplo de ello, pues en no pocas ocasiones se ha pretendido
investigarlos, e incluso aplicar criterios que, en aras de las
urgencias de la práctica educativa, han provocado su
vulgarización, y por ende, errores en su pretendida
formación con los consiguientes resultados totalmente
opuestos a los esperados.
O sea, la vía más rigurosa y
científica de profundizar en el mundo de la
educación de los valores dentro del proceso docente –
educativo, es partir de posiciones epistemológicas que
reafirman su carácter multifacético, complejo y
contradictorio.
Multifacético porque posee muchas aristas, las
cuales deben ser tenidas en cuenta en su interpretación,
investigación y en la práctica profesional
pedagógica.
Complejo porque no lo podemos reducir a los elementos
que lo integran o intervienen en su formación, so pena de
perder su propia esencia.
Y contradictorio porque con mucha frecuencia se obtienen
resultados empíricos y teóricos que se niegan entre
sí, lo que dificulta la obtención de regularidades
fácilmente aplicables a la práctica.
Lo afirmado hasta ahora exige, ante todo, dejar bien
delimitadas las posiciones teóricas de las cuales se
parten para una conceptualización de este problema que
evite los riesgos de la simplificación, del empirismo y de
la vulgarización en la formación de los
valores.
¿De qué posiciones teórico –
metodológicas partir?
El estudio científico de los valores debe
preceder a su investigación y a su educación en los
estudiantes.
Se pueden considerar los siguientes
elementos:
¿En qué sujetos deseamos educar
valores?.
Ante todo es imprescindible el enfoque
ontogenético porque en el caso que nos ocupa educamos
niños, adolescentes y jóvenes.
La etapa juvenil plantea determinadas
características generales que se deben conocer por los
profesores y constatar si cada alumno nuestro es portador de
ellas o no.
¿Qué valores posee ese
estudiante?.
Hay que asumir que ese estudiante trae de los niveles
educativos precedentes un nivel de desarrollo de su personalidad,
y por tanto, determinados valores, los cuales hay que conocer
antes de plantearse educarlos.
¿Cuál es su nivel de
motivación?.
Como parte del diagnóstico inicial a cada
estudiante debe conocerse el motivo o los motivos que lo
impulsaron a seleccionar esa institución educativa y no
otra.
¿Cuáles valores educar?.
Ante todo hay que delimitar los valores trascendentes,
los esenciales, de acuerdo con el modelo de hombre que se quiera
formar, para evitar de esa forma concentrar las influencias y no
perder esfuerzos ni tiempo al intentar educar demasiados valores
al unísono.
Además, hay que compatibilizar el enfoque
analítico de los valores: considerarlos cada uno por
separado, con el enfoque sintético: buscar la
condicionalidad interna entre ellos, porque algunos se
presuponen, al estimular la aparición de otros.
¿Cómo concebir a la
personalidad?.
Es necesario adoptar una concepción
científica de la personalidad porque las influencias
educativas están dirigidas a desarrollar un profesional
con determinadas características personales, dentro de los
cuales se insertan los valores, concretados como cualidades de la
personalidad que autorregulan conscientemente su conducta de
manera permanente.
Al valor hay que vivenciarlo, o sea, conocerlo y
sentirlo como importante por parte del que lo posee, de lo
contrario no se forma ni llega a regular la conducta.
¿De cuáles principios
psicopedagógicos partir?.
La ausencia de principios que guíen la
práctica educativa provoca un desmedido empirismo que
lastra cualquier esfuerzo por obtener resultados en la
educación de valores.
Los siguientes principios son
fundamentales:
- De la Personalidad.
- De la Unidad de la Actividad y la
Comunicación. - De la Unidad de lo Cognitivo y lo
Afectivo. - De la Unidad de las Influencias
Educativas. - De la Unidad de lo Colectivo y lo
Individual. - De la Unidad de lo Instructivo y lo
Educativo.
Estos principios permiten diseñar el proceso
docente – educativo de una manera más coherente y
efectiva.
CARACTERIZACIÓN DE LOS
VALORES
EN LAS INSTITUCIONES
EDUCATIVAS
Existen diversas definiciones acerca de los valores,
algunos autores lo consideran como el "significado social que se
le atribuye a objetos y fenómenos de la realidad en una
sociedad dada" (Rodríguez,19,48), otros plantean que es
una "energía moral de quien, dominando el temor y las
otras tendencias inhibidoras de la acción, se muestra
decidido y constante en las situaciones difíciles."
(Foulquié,10;403).
En el Diccionario Filosófico de Rosental y Ludin
se plantea que los valores no son más que las "propiedades
de los objetos materiales y de los fenómenos de la
conciencia social…" (Rosental,20;477).
La mayoría de los autores coinciden en afirmar
que el valor es "la significación del objeto para el
sujeto, o sea, el grado de importancia que tiene la cosa para el
hombre que se vincula con ese objeto". (Alvarez,1,73).
Los valores "caracterizan el significado de uno u otros
para la sociedad, para la clase y para el hombre".
(Rosental,20;477).
"Los objetos materiales constituyen valores de distinto
género porque hacia ellos se orientan los diversos
intereses (material, económico, espiritual) del hombre".
(Rosental,20;477).
Ahora bien, "el valor no es objetivo solamente, ni
subjetivo, es una dialéctica de los dos elementos"
(Alvarez,1;73), y se forma "en el proceso de la actividad
práctica en unas relaciones sociales concretas"
(Rodríguez,19;48).
En este trabajo se parte de considerar el
VALOR como un reflejo cognoscitivo a través
de percepciones, representaciones, conceptos y proyectos de la
realidad objetiva en la personalidad del estudiante como una
orientación afectivo – motivacional.
Ejemplo:
Patria: Realidad objetiva.
Patriotismo: Reflejo de la realidad objetiva (Patria) en
el estudiante.
El alumno responde a ese valor, es Patriota.
El valor se forma y se fortalece sólo en la
interacción sujeto – objeto y sujeto – sujeto, o sea, en
la actividad y en la comunicación. De manera que es
necesario fortalecer el intercambio afectivo con los estudiantes,
en el aula y fuera de ella.
Sólo si el estudiante refleja al objeto que le
satisface y se orienta afectiva y motivacionalmente hacia
él, convierte a ese objeto en un valor.
Los objetos, teniendo en cuenta que existen
independientemente del sujeto, se convierten en valores a medida
que el estudiante entra en relación con ellos.
Ahora bien, el estudiante tiene diversas
necesidades:
- Afectivo – motivacionales.
- Económico – laborales.
- Morales.
- Sexuales.
- Estético – culturales.
- Socio – políticas.
- Técnico – profesionales.
En su interacción con un
determinado objeto o persona, el estudiante va descubriendo
cómo se relaciona con sus diversas necesidades.
Surge entonces la actitud hacia ese
objeto, persona o institución, en dependencia de
cómo esa realidad satisface o frustra sus diversas
necesidades.
El valor es el objeto de la actitud y es un
motivo de la actividad.
Ejemplos:
- Ante una pregunta de si es responsable o no, un
estudiante puede responder que sí lo es, y, sin
embargo, no actuar con responsabilidad ante las tareas
estudiantiles. - Ante una situación de debate creada
intencionalmente en el aula por el profesor, un estudiante
puede asumir una posición de honestidad y en la
conducta cotidiana ser deshonesto.
Esto sucede porque el valor en ese sujeto no constituye
un motivo de la actividad.
La esencia del motivo no está en el contenido que
el estudiante debe asimilar, sino que está en la
significación que tiene ese contenido para el estudiante,
lo cual se expresa en un pensamiento con una alta carga afectiva,
que es el verdadero motivo.
La FORMACIÓN DE VALORES, por tanto,
consiste en establecer en el estudiante un vínculo
íntimo entre el reflejo cognitivo del valor y una carga
afectiva que lo convierta en un motivo.
Para esto es imprescindible tanto la enseñanza,
la información, la fundamentación lógica e
intelectual de los valores como el despertar vivencias afectivas
y acciones volitivas en relación con los
valores.
VÍAS PARA EL FORTALECIMIENTO DE LOS
VALORES
REACTIVA O SITUACIONAL:
Está relacionada con la exigencia externa, la
presión, la amenaza de sanción o la promesa de
estímulo, las cuales evocan el cumplimiento de un
determinado valor en forma reactiva y situacional, sólo
bajo la inmediata y directa presión externa.
Mediante esta vía se intenta fortalecer valores
que regulan la actividad sólo ante la presión
externa o ante una determinada situación que compulsa al
estudiante.
ADAPTATIVA O ACOMODATIVA:
Debido a estos estímulos y sanciones, una vez que
son apreciados por el estudiante, una vez que éste
comprende que el cumplimiento con el valor le permite obtener
estímulos o evitar sanciones, conduce a que él se
plantee la intención, la meta más o menos estable
de cumplir con dicho valor.
Sin embargo, este valor acomodativo se convierte en una
señal, en un conocimiento, en un medio para llegar a fin,
en la vía aprendida y eficiente para lograr un
estímulo y evitar una sanción.
AUTÓNOMA O AUTÉNTICA:
Esta vía consiste en que el estudiante elabore
activamente la meta de cumplir con los valores independientemente
de los estímulos y sanciones, o sea, basado en las
necesidades y metas propias, que partan de él.
Sobre la base personal de la elaboración del
valor, éste puede permanecer, fundamentalmente, como un
medio hacia un fin, según sea la jerarquía de
necesidades del estudiante, pero se favorece que el valor se
convierta en un valor por sí mismo, en una necesidad por
sí mismo.
El valor auténtico se expresa en una meta asumida
plenamente por el estudiante, que es elaborada personalmente por
éste y no responde a estímulos o sanciones
procedentes del mundo externo. Estos valores son los más
duraderos y estables.
Los valores situacionales y acomodativos dependen
principalmente del mundo externo, o sea, si empleamos solamente
estímulos y sanciones el valor puede permanecer
simplemente como un aprendizaje cognitivo, como una meta
instrumental, y no surgir como una necesidad en sí
mismo.
¿En qué consiste este proceso
interno?
Consiste en que una necesidad del estudiante encuentre
su objeto cumpliendo con el valor.
Es decir, cuando por el contrario, se aplican
estímulos o sanciones, las necesidades actúan sobre
los valores como un medio hacia un fin.
A los estímulos y sanciones les llamamos
influencias extrínsecas, porque conducen a
cumplir con el valor como un medio hacia el fin.
Las influencias intrínsecas son
aquellas que promueven la iniciativa del estudiante para cumplir
el valor por sí mismo y no para buscar un estímulo
o evitar una sanción.
No deben formarse valores sólo como
conocimientos, como metas instrumentales, como medios hacia un
fin, sino como necesidades personales; valores estables y
autosustentados, a través del empleo armonizado de las
influencias intrínsecas.
EXIGENCIAS DIDÁCTICAS PARA LA
FORMACIÓN DE VALORES
En la actividad pedagógica el docente debe tener
en cuenta algunas EXIGENCIAS DIDÁCTICAS para el
fortalecimiento de los valores de los estudiantes desde la clase,
las cuales se convierten en el modelo de actuación
pedagógica cotidiana, y que le hemos denominado
DECÁLOGO AXIOLÓGICO (Ver
APÉNDICE):
1.- PROYECCIÓN:
Es necesario diseñar una estrategia de trabajo
metodológico coherente e integradora. En la estrategia de
trabajo metodológico deben estar implicadas todas las
asignaturas del plan de estudios y las acciones de todos los
docentes. El fortalecimiento de los valores no ocurre en un
momento del proceso pedagógico profesional, se logra
durante todo el proceso y en cada uno de los
componentes.
El fortalecimiento de los valores no es un momento, es
una dimensión estable que abarca un largo período
de tiempo. Hacen falta normas de conducta adecuadas pero
adquiridas en el amor, en la vida, en el trabajo.
Un papel decisivo en el fortalecimiento de las
cualidades de la personalidad del estudiante corresponde
desempeñar al profesor, quien debe observar las
posibilidades reales de cada situación por separado para
fortalecer los valores en los alumnos.
Sin embargo, su transformación en cualidades
estables de la personalidad no puede estar condicionada por una
situación aislada, incluso ni por un conjunto de
situaciones si no tienen entre sí los nexos necesarios de
continuidad.
El fortalecimiento de los valores de los estudiantes no
puede lograrse mediante los esfuerzos de un solo profesor, sino
que se requieren acciones coordinadas de todo el colectivo
pedagógico de la escuela.
El fortalecimiento de los valores incluso atañe a
todas las fuerzas sociales de la sociedad: además de las
entidades productivas y las escuelas, las organizaciones
juveniles, políticas y de masas, la familia, la comunidad,
etc.
Esta es una tarea de carácter social general que
rebasa los límites de las instituciones
educativas.
Por otro lado, las asignaturas de formación
general y las básicas deben convertirse en un componente
importante para el fortalecimiento de los valores en los
estudiantes en las especialidades técnicas, de ahí
la necesidad de integrarlas a las asignaturas
técnicas.
2.- PROFUNDIZACIÓN:
Es importante realizar un análisis
metodológico profundo en cada una de las unidades de los
programas de estudios, con el fin de determinar las
potencialidades educativas y axiológicas que tiene dicho
contenido para la formación valoral.
El perfeccionamiento de los métodos de
enseñanza contribuye a fortalecer los valores de los
estudiantes, pero esto no resulta suficiente, sino que es
necesario emplear los métodos de enseñanza en forma
de sistema, con una concepción didáctica
desarrolladora.
3.- DIAGNÓSTICO:
El profesor debe tener en cuenta las
características del grupo de estudiantes, la
situación social en que viven, su medio familiar y normas
de conducta.
Para cumplir el objetivo formativo de un determinado
tema el profesor utiliza un método general, pero la forma
en que lo hace un alumno es distinta a la forma en que lo hace
otro.
En el método, cada alumno manifiesta su propia
personalidad, sus gustos, vivencias e intereses y por tanto,
modifica relativamente el método general.
De ahí la importancia de que el profesor tenga
una caracterización certera de cada uno de sus estudiantes
para que pueda adaptar el contenido y el método de
enseñanza a ellos.
4.- FUNDAMENTALIZACIÓN:
El docente debe efectuar los ajustes o adecuaciones
correspondientes a los contenidos que se desarrollan,
aprovechando sus potencialidades educativas y llevando al aula lo
fundamental, lo que no varía, los núcleos
básicos del conocimiento, en fin, lo que el alumno no
puede dejar de saber: los estándares
básicos.
Para que el contenido objeto de asimilación se
convierta en una herramienta para el fortalecimiento los valores,
no puede estar al margen del estudiante, tiene que ser
significativo para él, tiene que estar relacionado con las
necesidades del alumno.
5.- CIENTIFICIDAD:
Es imprescindible enfrentar a los estudiantes a
situaciones concretas donde tengan que demostrar con su conducta
lo correcto a hacer, donde tengan que asumir una posición
al respecto.
En este sentido, eliminar la dicotomía que aun se
manifiesta en la práctica escolar entre teoría y
práctica adquiere una importancia de primer orden, los
contenidos deben ser reales y concretos, no deben ser abstractos,
deben estar vinculados con la vida de los estudiantes.
6.- ACTIVACIÓN:
Convertir al estudiante en un participante activo y
protagonista de cada acción, y no en un receptor pasivo es
una tarea impostergable del docente
contemporáneo.
Esto está dado en que el contenido puede tener
distintos niveles de valoración por parte del estudiante,
por lo tanto, las relaciones afectivas que el estudiante alcanza
con el objetivo contribuyen a establecer la escala de valores que
ese objeto tiene para el estudiante, lo cual se logra
precisamente en la relación entre el contenido y el
método.
Dicho de otra manera, el valor que el estudiante le
asigna a un objeto determinado depende en gran medida de la
relación afectiva que establece con éste, y esta
relación afectiva depende a su vez del modo en que el
profesor destaque la significación que posee el objeto
para el estudiante, o sea, del método de enseñanza
empleado.
Los métodos activos de enseñanza deben
emplearse tanto en la escuela como en la empresa y en la
comunidad, tanto en actividades docentes como extradocentes,
extraescolares, productivas y de investigación;
sólo así contribuirán al fortalecimiento de
los valores en los estudiantes.
Los métodos de enseñanza deben emplearse
en forma de sistema, con una concepción didáctica
desarrolladora, que estimule el análisis, razonamiento,
argumentación y obtención de conclusiones
ideológicas, promoviendo un enfoque personológico y
reflexivo, centrado en el estudiante, que favorezca un cambio
cualitativo en las normas de conducta de los
estudiantes.
7.- PROBLEMATIZACIÓN:
El profesor debe desarrollar habilidades para plantear y
resolver situaciones problémicas de la vida cotidiana y de
la ciencia que estudian.
Otras dos importantes expresiones del fortalecimiento de
valores en el proceso de apropiación del conocimiento son
el planteamiento de problemas, a partir de lo estudiado, y la
problematización y cuestionamiento de los propios
contenidos que se estudian y de la vida cotidiana.
La solución de problemas es para muchos autores
la vía principal por la que se manifiesta el
fortalecimiento de los valores.
Es necesario plantearle al estudiante tareas atractivas
y significativas para resolver en la clase y fuera de ella, ya
que "si la lógica inicial es la lógica productiva,
mediante las soluciones de problemas, la que forma valores es la
lógica creativa, mediante la solución del problema,
quizás de un solo problema, pero que exige una
lógica investigativa para su solución".
(Álvarez,1;47).
Ahora bien, ¿Resolver problemas en grupos o de
manera individual?
Las condiciones en que desarrolla sus valores el
individuo concreto en la vida real, productiva, económica
y financiera de la empresa no son, por regla general, las que
caracterizan a los grupos constituidos para la solución de
problemas en el aula.
No obstante, la inserción de las técnicas
para la solución de problemas en grupo, en el marco de la
escuela puede contribuir al fortalecimiento de los valores, y
además, puede constituir un importante factor de
motivación hacia el propio proceso de
educación.
El docente debe enseñar a plantear problemas de
la vida cotidiana, no enseñar soluciones ni respuestas. Es
más importante la pregunta que la respuesta, hay que hacer
interrogantes a los alumnos.
8.- MOTIVACIÓN:
Es muy significativo para la eficacia del proceso de
fortalecimiento de valores que el docente logre implicar al
estudiante en su propio proceso de aprendizaje.
Los estudiantes deben ir recibiendo progresivamente
responsabilidad sobre su propio aprendizaje.
Ellos necesitan llegar a darse cuenta que sólo
pueden educarse y aprender si lo hacen por sí mismos y que
fortalecerán sus valores en la medida en que se impliquen
a sí mismos, activa y voluntariamente, en el proceso
pedagógico profesional.
Una condición esencial para que el estudiante
fortalezca sus valores es precisamente el carácter activo
con que él aborde su proceso de preparación
técnica, profesional y cultural.
Otro de los cometidos de la educación valoral
sería, pues, el de explicar a los estudiantes que es
necesaria una determinada actitud para el aprendizaje y la
educación: el alumno debe saber que de él se espera
una colaboración para el fortalecimiento de sus
valores.
El estudiante debe ser considerado sujeto del proceso de
aprendizaje; de manera que él esté consciente del
papel que debe jugar en su propio aprendizaje y educación
y de la necesidad que tiene de fortalecer sus valores.
Si el estudiante no está implicado en
algún grado en la materia, en el proceso de aprendizaje,
en la especialidad que estudia, que ésta tenga
algún sentido para él, difícilmente se
puedan fortalecer sus valores.
El estudiante deber estar implicado en la actividad
concreta, productiva, económica, financiera, para que
desarrolle sus valores. Cuando se hace algo por el gusto propio,
por placer, porque se está motivado, entonces se
obtendrá un comportamiento adecuado, pero si se le da una
dimensión externa, entonces puede afectar la conducta. De
ahí que sea importante trazar estrategias
metodológicas que motiven al estudiante, que lo impliquen
en el proceso.
9.- DISCUSIÓN:
En la escuela es un imperativo crear un ambiente que
estimule el desacuerdo y provocar la duda en el alumno. Es
necesario utilizar el desacuerdo de manera constructiva,
desarrollando el contenido con un enfoque
problémico.
El docente debe provocar la duda en el estudiante,
así como el cuestionamiento y la insatisfacción con
los resultados productivos, económicos y financieros de
las empresas del territorio, con vistas a la
transformación cualitativa de la conducta cotidiana de los
estudiantes.
Hay que estimular un comportamiento activo y
transformador de la realidad, impulsar el cuestionamiento, la
movilidad y el cambio de lo existente, de lo tradicional y
convencional, y estimular de una manera especial la
corrección y transformación de la realidad
productiva y de servicios.
El docente debe apoyar y estimular el enfrentamiento a
los obstáculos que impiden la concreción de las
ideas nuevas y la búsqueda de las vías para
eliminarlos consecuentemente.
"Es cierto que el escolar va a opinar de algo que se
supone no conoce; sin embargo, las vivencias, los intereses y las
intuiciones de los alumnos con frecuencia son sorprendentemente
útiles si, por supuesto, se les permite exponerlos. Pero
sobre todo, el grado de compromiso es mucho mayor".
(Álvarez,1;145).
10.- INVESTIGACIÓN:
El profesor de hoy debe formar hábitos y
practicar técnicas que lleven al descubrimiento, a la
investigación y al estudio. Las técnicas de
investigación son las que preparan para la
autoeducación. Esto implica que el profesor debe ser capaz
de adentrarse junto a sus alumnos por caminos desconocidos
también para él.
El docente no debe ser autoritario ni asumir una
posición de poder; por el contrario, debe manifestar
amplitud de criterios, ser flexible, aceptar las ideas de los
alumnos, aun cuando éstos piensen diferente a él;
no imponer su criterio y permitir la libre expresión de
ideas, luchar por eliminar o atenuar los obstáculos y
resistencias que surjan en el grupo o en algún
estudiante.
¿Cómo realizar el diagnóstico
inicial?.
No se puede educar una personalidad que se desconoce,
por lo que resulta imprescindible realizar un diagnóstico
inicial y recurrente para ir constatando los
resultados.
Pero el carácter complejo de los valores impide
que ese diagnóstico sea inmediato y directo, hay que
involucrar a los alumnos en este proceso porque la
formación de valores exige de la autoconciencia de los
estudiantes, el criterio de ellos es fundamental mediante una
comunicación franca y cotidiana con los profesores y hay
que observar de manera sistemática a los educandos en los
diferentes contextos de su actuación.
Es decir, la observación y la entrevista devienen
herramientas científicas del profesor en su labor
diagnóstica, amén de otras técnicas que se
puedan aplicar.
¿Cómo diseñar los proyectos
educativos?.
Todo el diseño del proceso de enseñanza –
aprendizaje, así como de los proyectos educativos deben
poseer la coherencia necesaria para que contribuyan a la
educación de los valores en las dimensiones curricular,
extensionista y socio-política.
Hay que partir desde la clase con un enfoque novedoso,
creativo, con una sólida preparación
psicopedagógica por parte del claustro de profesores para
que los resultados se correspondan con los esfuerzos
realizados.
La clase será el núcleo fundamental para
la formación de valores, a partir de la cual se produzca
la irradiación hacia las otras dimensiones y actividades
docentes y educativas.
¿Cómo modificar el proceso de
enseñanza – aprendizaje?
El proceso de enseñanza – aprendizaje debe sufrir
todas aquellas modificaciones que sean necesarias para salir de
la rutina y el esquematismo, de acuerdo con las aspiraciones del
proyecto educativo.
¿Cómo realizar el diagnóstico de
salida?
Es imprescindible comparar el diagnóstico de
entrada con el de salida y constatar si se han producido cambios,
con la limitante que los avances en la educación de la
personalidad no son inmediatos, requieren de tiempo para que se
afiancen en los alumnos.
¿Qué experiencias existen en otras
instituciones en la formación de valores?.
Es necesario conocer qué se está haciendo
en otros centros escolares para beber de las mejores experiencias
y resultados de investigaciones realizadas.
El intercambio de experiencias y de resultados
investigativos es muy importante, sería poco
científico y hasta peligroso intentar trabajar de manera
aislada.
La búsqueda de bibliografía actualizada
sobre el tema debe ser una labor constante del claustro de
profesores, así como propiciar encuentros e intercambios
con especialistas y colegas.
Existen experiencias interesantes en otras instituciones
que deben ser tenidas en cuenta y aplicables con las adecuaciones
correspondientes.
Algunos de los resultados más
interesantes son:
- La necesidad de enfocar el proceso docente –
educativo con una su visión ética, comunicativa,
holística e interdisciplinaria. - Problematizar los contenidos de la
enseñanza con situaciones conflictivas que revelen
las contradicciones reales de la sociedad actual y el papel
de lo valores en su dilucidación. - El alumno como sujeto del aprendizaje que logre
vivenciar los contenidos de la enseñanza (unidad de
lo intelectual y lo emocional), a través de un
diálogo cotidiano entre el profesor y el alumno y de
ellos entre sí, así como que se estimule su
autoperfeccionamiento y su educación. - Necesidad de una capacitación
específica a los profesores para la formación
de valores en los jóvenes, a partir de la
introducción en su práctica de estrategias
tales como la orientación profesional, el
aprendizaje grupal y el empleo de métodos
participativos, así como el desarrollo de la
competencia comunicativa de los docentes, y la
redimensión de su rol. - Los valores no se pueden imponer, inculcar ni
adoctrinar, los alumnos deben asumirlos y hacerlos suyos
por su propia construcción y
determinación. - En el profesor debe provocarse la
autorreflexión y autoevaluación sobre la
competencia de su labor en la formación de
valores. - La ejemplaridad del claustro de profesores y del
funcionamiento de la escuela. - Se destacan los valores responsabilidad,
tolerancia, respeto, solidaridad, laboriosidad, compromiso,
sentido de pertenencia y algunas vías para
educarlos. - Enfatizar en la clase como vía fundamental
para la educación de los valores, junto con las
demás actividades. - Vincular de manera coherente los paradigmas
cualitativos y cuantitativos de
investigación. - Se involucran fenómenos
psicológicos complejos, tales como los intereses,
necesidades, motivos, intenciones, aspiraciones, ideales y
convicciones. - La obligatoriedad de hacer siempre un
diagnóstico de cada alumno al entrar a la escuela y
la constatación de su evolución en cada
semestre.
- Problematizar los contenidos de la
La educación de los valores en la escuela
constituye un tema de gran actualidad y trascendencia en la
formación de los hombres que necesita la
sociedad.
Su carácter complejo, multifacético y
contradictorio exige del claustro de profesores una especial
preparación teórica y metodológica en el
campo psicopedagógico para su investigación y en la
labor docente – educativa.
Como objeto de investigación está siendo
estudiado en las diversas instituciones educativas con la
obtención de resultados muy interesantes y promisorios,
los cuales deben ser estudiados e introducidos en la
práctica educativa con las adecuaciones
correspondientes.
- Alvarez de Zayas, Carlos (1999): La escuela en la
vida. Didáctica. Editorial Pueblo y Educación.
Ciudad de La Habana. - Foulquié, Paul (1976): Diccionario de
pedagogía. Ediciones Oikos. Barcelona. - Ortíz Ocaña, Alexander (1993): Los
métodos y procedimientos activos en la enseñanza
de las asignaturas técnicas de la especialidad
Economía en la Educación Técnica y
Profesional. Pedagogía 95. La Habana. - Ortíz Ocaña, Alexander (1997): Estudio
sobre el estado de los valores en los estudiantes de la
especialidad Contador del IP "Pedro Díaz Coello".
Holguín. Cuba. - Ortíz Ocaña, Alexander (1997): La
Activación del Proceso Pedagógico Profesional: un
imperativo de la Pedagogía Contemporánea en la
Escuela Politécnica Cubana. Pedagogía 97. La
Habana. Cuba. - Ortíz Ocaña, Alexander (2002):
Metodología para la enseñanza problemica de la
Contabilidad en la Educación Técnica y
Profesional. Tesis de Doctorado. Cuba. - Ortíz Ocaña, Alexander (2004):
Metodología para la enseñanza problemica en el
aula de clases. Ediciones ASIESCA. Colombia. - Ortíz Ocaña, Alexander (2004):
Creatividad y juegos didácticos: dos aliados en las
instituciones educativas. Editorial Antillas.
Colombia. - Ortíz Ocaña, Alexander (2004):
Metodología del aprendizaje significativo,
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para un libro de texto. Universidad de La Habana.
Cuba. - Rosental, M. y Ludin, P. (1973): Diccionario
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APÉNDICE: DECÁLOGO
AXIOLÓGICO.
EXIGENCIAS DIDÁCTICAS PARA EL
FORTALECIMIENTO DE LOS VALORES
Autor:
Alexander Luis Ortiz Ocaña
CENTRO DE ESTUDIOS
PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS
CEPEDID
BARRANQUILLA
2005