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Educar en valores: Aprender a sentir y a convivir en una cultura axiológica




Enviado por alexortiz2004



    1. Formación de valores en
      la escuela
    2. Caracterización de los
      valores en las instituciones educativas
    3. Vías para el
      fortalecimiento de los valores
    4. Exigencias didácticas
      para la formación de valores
    5. Exigencias
      prácticas
    6. Apéndice:
      decálogo axiológico

    FORMACIÓN DE VALORES EN LA
    ESCUELA

    El problema de la formación de los valores tiene
    mucha actualidad por las propias necesidades del desarrollo
    social en este mundo globalizado.

    Variados son los enfoques que tratan de buscar una
    explicación a tan complejo problema, el cual puede ser
    conceptualizado desde diferentes ciencias al ser concebido desde
    el paradigma de la complejidad, pues todo intento de
    simplificarlo corre el peligro de desnaturalizar su propia
    esencia.

    En el trabajo se intenta ofrecer diferentes criterios
    teóricos y metodológicos sobre la
    investigación y la práctica educativa en la
    formación de valores en la escuela con un enfoque
    psicopedagógico planteado por Emilio Ortiz, de
    Cuba.

    El problema de la formación o la educación
    de valores o en los valores preocupa y ocupa a la comunidad
    educativa en el mundo.

    La entrada vertiginosa en un nuevo milenio exige de una
    mayor eficiencia, eficacia y pertinencia de los procesos
    formativos, no solo en cuanto a la elevación del nivel
    intelectual de sus egresados, sino también en sus
    cualidades morales.

    De los valores se viene hablando bastante desde hace
    tiempo por parte de diferentes especialistas, con
    disímiles puntos de vista y enfoques, lo cual resulta
    lógico, pues constituye un tema muy complejo que puede ser
    abordado desde diferentes enfoques y desde los diferentes campos
    del saber que integran, por ejemplo, las Ciencias de la
    Educación: la Psicología, la Pedagogía, la
    Filosofía, la Sociología y la Historia, entre
    otras.

    Un objeto de investigación educativa tan complejo
    como los valores no puede ser aprehendido con rigor solo desde la
    Pedagogía, de ahí la importancia de hacerlo en
    conjunción con la Psicología.

    Precisamente, el objetivo de este trabajo es ofrecer
    diferentes criterios teóricos y metodológicos sobre
    la investigación y la práctica educativa en la
    formación de valores en la escuela con un enfoque
    psicopedagógico.

    No hay nada más dañino en las ciencias en
    general y en las psicopedagógicas en particular que
    pretender simplificar un fenómeno complejo por
    esencia.

    El caso de la formación de valores constituye un
    buen ejemplo de ello, pues en no pocas ocasiones se ha pretendido
    investigarlos, e incluso aplicar criterios que, en aras de las
    urgencias de la práctica educativa, han provocado su
    vulgarización, y por ende, errores en su pretendida
    formación con los consiguientes resultados totalmente
    opuestos a los esperados.

    O sea, la vía más rigurosa y
    científica de profundizar en el mundo de la
    educación de los valores dentro del proceso docente –
    educativo, es partir de posiciones epistemológicas que
    reafirman su carácter multifacético, complejo y
    contradictorio.

    Multifacético porque posee muchas aristas, las
    cuales deben ser tenidas en cuenta en su interpretación,
    investigación y en la práctica profesional
    pedagógica.

    Complejo porque no lo podemos reducir a los elementos
    que lo integran o intervienen en su formación, so pena de
    perder su propia esencia.

    Y contradictorio porque con mucha frecuencia se obtienen
    resultados empíricos y teóricos que se niegan entre
    sí, lo que dificulta la obtención de regularidades
    fácilmente aplicables a la práctica.

    Lo afirmado hasta ahora exige, ante todo, dejar bien
    delimitadas las posiciones teóricas de las cuales se
    parten para una conceptualización de este problema que
    evite los riesgos de la simplificación, del empirismo y de
    la vulgarización en la formación de los
    valores.

    ¿De qué posiciones teórico –
    metodológicas partir?

    El estudio científico de los valores debe
    preceder a su investigación y a su educación en los
    estudiantes.

    Se pueden considerar los siguientes
    elementos:

    ¿En qué sujetos deseamos educar
    valores?.

    Ante todo es imprescindible el enfoque
    ontogenético porque en el caso que nos ocupa educamos
    niños, adolescentes y jóvenes.

    La etapa juvenil plantea determinadas
    características generales que se deben conocer por los
    profesores y constatar si cada alumno nuestro es portador de
    ellas o no.

    ¿Qué valores posee ese
    estudiante?.

    Hay que asumir que ese estudiante trae de los niveles
    educativos precedentes un nivel de desarrollo de su personalidad,
    y por tanto, determinados valores, los cuales hay que conocer
    antes de plantearse educarlos.

    ¿Cuál es su nivel de
    motivación?.

    Como parte del diagnóstico inicial a cada
    estudiante debe conocerse el motivo o los motivos que lo
    impulsaron a seleccionar esa institución educativa y no
    otra.

    ¿Cuáles valores educar?.

    Ante todo hay que delimitar los valores trascendentes,
    los esenciales, de acuerdo con el modelo de hombre que se quiera
    formar, para evitar de esa forma concentrar las influencias y no
    perder esfuerzos ni tiempo al intentar educar demasiados valores
    al unísono.

    Además, hay que compatibilizar el enfoque
    analítico de los valores: considerarlos cada uno por
    separado, con el enfoque sintético: buscar la
    condicionalidad interna entre ellos, porque algunos se
    presuponen, al estimular la aparición de otros.

    ¿Cómo concebir a la
    personalidad?.

    Es necesario adoptar una concepción
    científica de la personalidad porque las influencias
    educativas están dirigidas a desarrollar un profesional
    con determinadas características personales, dentro de los
    cuales se insertan los valores, concretados como cualidades de la
    personalidad que autorregulan conscientemente su conducta de
    manera permanente.

    Al valor hay que vivenciarlo, o sea, conocerlo y
    sentirlo como importante por parte del que lo posee, de lo
    contrario no se forma ni llega a regular la conducta.

    ¿De cuáles principios
    psicopedagógicos partir?.

    La ausencia de principios que guíen la
    práctica educativa provoca un desmedido empirismo que
    lastra cualquier esfuerzo por obtener resultados en la
    educación de valores.

    Los siguientes principios son
    fundamentales:

    • De la Personalidad.
    • De la Unidad de la Actividad y la
      Comunicación.
    • De la Unidad de lo Cognitivo y lo
      Afectivo.
    • De la Unidad de las Influencias
      Educativas.
    • De la Unidad de lo Colectivo y lo
      Individual.
    • De la Unidad de lo Instructivo y lo
      Educativo.

    Estos principios permiten diseñar el proceso
    docente – educativo de una manera más coherente y
    efectiva.

    CARACTERIZACIÓN DE LOS
    VALORES

    EN LAS INSTITUCIONES
    EDUCATIVAS

    Existen diversas definiciones acerca de los valores,
    algunos autores lo consideran como el "significado social que se
    le atribuye a objetos y fenómenos de la realidad en una
    sociedad dada" (Rodríguez,19,48), otros plantean que es
    una "energía moral de quien, dominando el temor y las
    otras tendencias inhibidoras de la acción, se muestra
    decidido y constante en las situaciones difíciles."
    (Foulquié,10;403).

    En el Diccionario Filosófico de Rosental y Ludin
    se plantea que los valores no son más que las "propiedades
    de los objetos materiales y de los fenómenos de la
    conciencia social…" (Rosental,20;477).

    La mayoría de los autores coinciden en afirmar
    que el valor es "la significación del objeto para el
    sujeto, o sea, el grado de importancia que tiene la cosa para el
    hombre que se vincula con ese objeto". (Alvarez,1,73).

    Los valores "caracterizan el significado de uno u otros
    para la sociedad, para la clase y para el hombre".
    (Rosental,20;477).

    "Los objetos materiales constituyen valores de distinto
    género porque hacia ellos se orientan los diversos
    intereses (material, económico, espiritual) del hombre".
    (Rosental,20;477).

    Ahora bien, "el valor no es objetivo solamente, ni
    subjetivo, es una dialéctica de los dos elementos"
    (Alvarez,1;73), y se forma "en el proceso de la actividad
    práctica en unas relaciones sociales concretas"
    (Rodríguez,19;48).

    En este trabajo se parte de considerar el
    VALOR como un reflejo cognoscitivo a través
    de percepciones, representaciones, conceptos y proyectos de la
    realidad objetiva en la personalidad del estudiante como una
    orientación afectivo – motivacional.

    Ejemplo:

    Patria: Realidad objetiva.

    Patriotismo: Reflejo de la realidad objetiva (Patria) en
    el estudiante.

    El alumno responde a ese valor, es Patriota.

    El valor se forma y se fortalece sólo en la
    interacción sujeto – objeto y sujeto – sujeto, o sea, en
    la actividad y en la comunicación. De manera que es
    necesario fortalecer el intercambio afectivo con los estudiantes,
    en el aula y fuera de ella.

    Sólo si el estudiante refleja al objeto que le
    satisface y se orienta afectiva y motivacionalmente hacia
    él, convierte a ese objeto en un valor.

    Los objetos, teniendo en cuenta que existen
    independientemente del sujeto, se convierten en valores a medida
    que el estudiante entra en relación con ellos.

    Ahora bien, el estudiante tiene diversas
    necesidades:

    • Afectivo – motivacionales.
    • Económico – laborales.
    • Morales.
    • Sexuales.
    • Estético – culturales.
    • Socio – políticas.
    • Técnico – profesionales.

    En su interacción con un
    determinado objeto o persona, el estudiante va descubriendo
    cómo se relaciona con sus diversas necesidades.

    Surge entonces la actitud hacia ese
    objeto, persona o institución, en dependencia de
    cómo esa realidad satisface o frustra sus diversas
    necesidades.

    El valor es el objeto de la actitud y es un
    motivo de la actividad.

    Ejemplos:

    • Ante una pregunta de si es responsable o no, un
      estudiante puede responder que sí lo es, y, sin
      embargo, no actuar con responsabilidad ante las tareas
      estudiantiles.
    • Ante una situación de debate creada
      intencionalmente en el aula por el profesor, un estudiante
      puede asumir una posición de honestidad y en la
      conducta cotidiana ser deshonesto.

    Esto sucede porque el valor en ese sujeto no constituye
    un motivo de la actividad.

    La esencia del motivo no está en el contenido que
    el estudiante debe asimilar, sino que está en la
    significación que tiene ese contenido para el estudiante,
    lo cual se expresa en un pensamiento con una alta carga afectiva,
    que es el verdadero motivo.

    La FORMACIÓN DE VALORES, por tanto,
    consiste en establecer en el estudiante un vínculo
    íntimo entre el reflejo cognitivo del valor y una carga
    afectiva que lo convierta en un motivo.

    Para esto es imprescindible tanto la enseñanza,
    la información, la fundamentación lógica e
    intelectual de los valores como el despertar vivencias afectivas
    y acciones volitivas en relación con los
    valores.

    VÍAS PARA EL FORTALECIMIENTO DE LOS
    VALORES

    REACTIVA O SITUACIONAL:

    Está relacionada con la exigencia externa, la
    presión, la amenaza de sanción o la promesa de
    estímulo, las cuales evocan el cumplimiento de un
    determinado valor en forma reactiva y situacional, sólo
    bajo la inmediata y directa presión externa.

    Mediante esta vía se intenta fortalecer valores
    que regulan la actividad sólo ante la presión
    externa o ante una determinada situación que compulsa al
    estudiante.

    ADAPTATIVA O ACOMODATIVA:

    Debido a estos estímulos y sanciones, una vez que
    son apreciados por el estudiante, una vez que éste
    comprende que el cumplimiento con el valor le permite obtener
    estímulos o evitar sanciones, conduce a que él se
    plantee la intención, la meta más o menos estable
    de cumplir con dicho valor.

    Sin embargo, este valor acomodativo se convierte en una
    señal, en un conocimiento, en un medio para llegar a fin,
    en la vía aprendida y eficiente para lograr un
    estímulo y evitar una sanción.

    AUTÓNOMA O AUTÉNTICA:

    Esta vía consiste en que el estudiante elabore
    activamente la meta de cumplir con los valores independientemente
    de los estímulos y sanciones, o sea, basado en las
    necesidades y metas propias, que partan de él.

    Sobre la base personal de la elaboración del
    valor, éste puede permanecer, fundamentalmente, como un
    medio hacia un fin, según sea la jerarquía de
    necesidades del estudiante, pero se favorece que el valor se
    convierta en un valor por sí mismo, en una necesidad por
    sí mismo.

    El valor auténtico se expresa en una meta asumida
    plenamente por el estudiante, que es elaborada personalmente por
    éste y no responde a estímulos o sanciones
    procedentes del mundo externo. Estos valores son los más
    duraderos y estables.

    Los valores situacionales y acomodativos dependen
    principalmente del mundo externo, o sea, si empleamos solamente
    estímulos y sanciones el valor puede permanecer
    simplemente como un aprendizaje cognitivo, como una meta
    instrumental, y no surgir como una necesidad en sí
    mismo.

    ¿En qué consiste este proceso
    interno?

    Consiste en que una necesidad del estudiante encuentre
    su objeto cumpliendo con el valor.

    Es decir, cuando por el contrario, se aplican
    estímulos o sanciones, las necesidades actúan sobre
    los valores como un medio hacia un fin.

    A los estímulos y sanciones les llamamos
    influencias extrínsecas, porque conducen a
    cumplir con el valor como un medio hacia el fin.

    Las influencias intrínsecas son
    aquellas que promueven la iniciativa del estudiante para cumplir
    el valor por sí mismo y no para buscar un estímulo
    o evitar una sanción.

    No deben formarse valores sólo como
    conocimientos, como metas instrumentales, como medios hacia un
    fin, sino como necesidades personales; valores estables y
    autosustentados, a través del empleo armonizado de las
    influencias intrínsecas.

    EXIGENCIAS DIDÁCTICAS PARA LA
    FORMACIÓN DE VALORES

    En la actividad pedagógica el docente debe tener
    en cuenta algunas EXIGENCIAS DIDÁCTICAS para el
    fortalecimiento de los valores de los estudiantes desde la clase,
    las cuales se convierten en el modelo de actuación
    pedagógica cotidiana, y que le hemos denominado
    DECÁLOGO AXIOLÓGICO (Ver
    APÉNDICE):

    1.- PROYECCIÓN:

    Es necesario diseñar una estrategia de trabajo
    metodológico coherente e integradora. En la estrategia de
    trabajo metodológico deben estar implicadas todas las
    asignaturas del plan de estudios y las acciones de todos los
    docentes. El fortalecimiento de los valores no ocurre en un
    momento del proceso pedagógico profesional, se logra
    durante todo el proceso y en cada uno de los
    componentes.

    El fortalecimiento de los valores no es un momento, es
    una dimensión estable que abarca un largo período
    de tiempo. Hacen falta normas de conducta adecuadas pero
    adquiridas en el amor, en la vida, en el trabajo.

    Un papel decisivo en el fortalecimiento de las
    cualidades de la personalidad del estudiante corresponde
    desempeñar al profesor, quien debe observar las
    posibilidades reales de cada situación por separado para
    fortalecer los valores en los alumnos.

    Sin embargo, su transformación en cualidades
    estables de la personalidad no puede estar condicionada por una
    situación aislada, incluso ni por un conjunto de
    situaciones si no tienen entre sí los nexos necesarios de
    continuidad.

    El fortalecimiento de los valores de los estudiantes no
    puede lograrse mediante los esfuerzos de un solo profesor, sino
    que se requieren acciones coordinadas de todo el colectivo
    pedagógico de la escuela.

    El fortalecimiento de los valores incluso atañe a
    todas las fuerzas sociales de la sociedad: además de las
    entidades productivas y las escuelas, las organizaciones
    juveniles, políticas y de masas, la familia, la comunidad,
    etc.

    Esta es una tarea de carácter social general que
    rebasa los límites de las instituciones
    educativas.

    Por otro lado, las asignaturas de formación
    general y las básicas deben convertirse en un componente
    importante para el fortalecimiento de los valores en los
    estudiantes en las especialidades técnicas, de ahí
    la necesidad de integrarlas a las asignaturas
    técnicas.

    2.- PROFUNDIZACIÓN:

    Es importante realizar un análisis
    metodológico profundo en cada una de las unidades de los
    programas de estudios, con el fin de determinar las
    potencialidades educativas y axiológicas que tiene dicho
    contenido para la formación valoral.

    El perfeccionamiento de los métodos de
    enseñanza contribuye a fortalecer los valores de los
    estudiantes, pero esto no resulta suficiente, sino que es
    necesario emplear los métodos de enseñanza en forma
    de sistema, con una concepción didáctica
    desarrolladora.

    3.- DIAGNÓSTICO:

    El profesor debe tener en cuenta las
    características del grupo de estudiantes, la
    situación social en que viven, su medio familiar y normas
    de conducta.

    Para cumplir el objetivo formativo de un determinado
    tema el profesor utiliza un método general, pero la forma
    en que lo hace un alumno es distinta a la forma en que lo hace
    otro.

    En el método, cada alumno manifiesta su propia
    personalidad, sus gustos, vivencias e intereses y por tanto,
    modifica relativamente el método general.

    De ahí la importancia de que el profesor tenga
    una caracterización certera de cada uno de sus estudiantes
    para que pueda adaptar el contenido y el método de
    enseñanza a ellos.

    4.- FUNDAMENTALIZACIÓN:

    El docente debe efectuar los ajustes o adecuaciones
    correspondientes a los contenidos que se desarrollan,
    aprovechando sus potencialidades educativas y llevando al aula lo
    fundamental, lo que no varía, los núcleos
    básicos del conocimiento, en fin, lo que el alumno no
    puede dejar de saber: los estándares
    básicos.

    Para que el contenido objeto de asimilación se
    convierta en una herramienta para el fortalecimiento los valores,
    no puede estar al margen del estudiante, tiene que ser
    significativo para él, tiene que estar relacionado con las
    necesidades del alumno.

    5.- CIENTIFICIDAD:

    Es imprescindible enfrentar a los estudiantes a
    situaciones concretas donde tengan que demostrar con su conducta
    lo correcto a hacer, donde tengan que asumir una posición
    al respecto.

    En este sentido, eliminar la dicotomía que aun se
    manifiesta en la práctica escolar entre teoría y
    práctica adquiere una importancia de primer orden, los
    contenidos deben ser reales y concretos, no deben ser abstractos,
    deben estar vinculados con la vida de los estudiantes.

    6.- ACTIVACIÓN:

    Convertir al estudiante en un participante activo y
    protagonista de cada acción, y no en un receptor pasivo es
    una tarea impostergable del docente
    contemporáneo.

    Esto está dado en que el contenido puede tener
    distintos niveles de valoración por parte del estudiante,
    por lo tanto, las relaciones afectivas que el estudiante alcanza
    con el objetivo contribuyen a establecer la escala de valores que
    ese objeto tiene para el estudiante, lo cual se logra
    precisamente en la relación entre el contenido y el
    método.

    Dicho de otra manera, el valor que el estudiante le
    asigna a un objeto determinado depende en gran medida de la
    relación afectiva que establece con éste, y esta
    relación afectiva depende a su vez del modo en que el
    profesor destaque la significación que posee el objeto
    para el estudiante, o sea, del método de enseñanza
    empleado.

    Los métodos activos de enseñanza deben
    emplearse tanto en la escuela como en la empresa y en la
    comunidad, tanto en actividades docentes como extradocentes,
    extraescolares, productivas y de investigación;
    sólo así contribuirán al fortalecimiento de
    los valores en los estudiantes.

    Los métodos de enseñanza deben emplearse
    en forma de sistema, con una concepción didáctica
    desarrolladora, que estimule el análisis, razonamiento,
    argumentación y obtención de conclusiones
    ideológicas, promoviendo un enfoque personológico y
    reflexivo, centrado en el estudiante, que favorezca un cambio
    cualitativo en las normas de conducta de los
    estudiantes.

    7.- PROBLEMATIZACIÓN:

    El profesor debe desarrollar habilidades para plantear y
    resolver situaciones problémicas de la vida cotidiana y de
    la ciencia que estudian.

    Otras dos importantes expresiones del fortalecimiento de
    valores en el proceso de apropiación del conocimiento son
    el planteamiento de problemas, a partir de lo estudiado, y la
    problematización y cuestionamiento de los propios
    contenidos que se estudian y de la vida cotidiana.

    La solución de problemas es para muchos autores
    la vía principal por la que se manifiesta el
    fortalecimiento de los valores.

    Es necesario plantearle al estudiante tareas atractivas
    y significativas para resolver en la clase y fuera de ella, ya
    que "si la lógica inicial es la lógica productiva,
    mediante las soluciones de problemas, la que forma valores es la
    lógica creativa, mediante la solución del problema,
    quizás de un solo problema, pero que exige una
    lógica investigativa para su solución".
    (Álvarez,1;47).

    Ahora bien, ¿Resolver problemas en grupos o de
    manera individual?

    Las condiciones en que desarrolla sus valores el
    individuo concreto en la vida real, productiva, económica
    y financiera de la empresa no son, por regla general, las que
    caracterizan a los grupos constituidos para la solución de
    problemas en el aula.

    No obstante, la inserción de las técnicas
    para la solución de problemas en grupo, en el marco de la
    escuela puede contribuir al fortalecimiento de los valores, y
    además, puede constituir un importante factor de
    motivación hacia el propio proceso de
    educación.

    El docente debe enseñar a plantear problemas de
    la vida cotidiana, no enseñar soluciones ni respuestas. Es
    más importante la pregunta que la respuesta, hay que hacer
    interrogantes a los alumnos.

    8.- MOTIVACIÓN:

    Es muy significativo para la eficacia del proceso de
    fortalecimiento de valores que el docente logre implicar al
    estudiante en su propio proceso de aprendizaje.

    Los estudiantes deben ir recibiendo progresivamente
    responsabilidad sobre su propio aprendizaje.

    Ellos necesitan llegar a darse cuenta que sólo
    pueden educarse y aprender si lo hacen por sí mismos y que
    fortalecerán sus valores en la medida en que se impliquen
    a sí mismos, activa y voluntariamente, en el proceso
    pedagógico profesional.

    Una condición esencial para que el estudiante
    fortalezca sus valores es precisamente el carácter activo
    con que él aborde su proceso de preparación
    técnica, profesional y cultural.

    Otro de los cometidos de la educación valoral
    sería, pues, el de explicar a los estudiantes que es
    necesaria una determinada actitud para el aprendizaje y la
    educación: el alumno debe saber que de él se espera
    una colaboración para el fortalecimiento de sus
    valores.

    El estudiante debe ser considerado sujeto del proceso de
    aprendizaje; de manera que él esté consciente del
    papel que debe jugar en su propio aprendizaje y educación
    y de la necesidad que tiene de fortalecer sus valores.

    Si el estudiante no está implicado en
    algún grado en la materia, en el proceso de aprendizaje,
    en la especialidad que estudia, que ésta tenga
    algún sentido para él, difícilmente se
    puedan fortalecer sus valores.

    El estudiante deber estar implicado en la actividad
    concreta, productiva, económica, financiera, para que
    desarrolle sus valores. Cuando se hace algo por el gusto propio,
    por placer, porque se está motivado, entonces se
    obtendrá un comportamiento adecuado, pero si se le da una
    dimensión externa, entonces puede afectar la conducta. De
    ahí que sea importante trazar estrategias
    metodológicas que motiven al estudiante, que lo impliquen
    en el proceso.

    9.- DISCUSIÓN:

    En la escuela es un imperativo crear un ambiente que
    estimule el desacuerdo y provocar la duda en el alumno. Es
    necesario utilizar el desacuerdo de manera constructiva,
    desarrollando el contenido con un enfoque
    problémico.

    El docente debe provocar la duda en el estudiante,
    así como el cuestionamiento y la insatisfacción con
    los resultados productivos, económicos y financieros de
    las empresas del territorio, con vistas a la
    transformación cualitativa de la conducta cotidiana de los
    estudiantes.

    Hay que estimular un comportamiento activo y
    transformador de la realidad, impulsar el cuestionamiento, la
    movilidad y el cambio de lo existente, de lo tradicional y
    convencional, y estimular de una manera especial la
    corrección y transformación de la realidad
    productiva y de servicios.

    El docente debe apoyar y estimular el enfrentamiento a
    los obstáculos que impiden la concreción de las
    ideas nuevas y la búsqueda de las vías para
    eliminarlos consecuentemente.

    "Es cierto que el escolar va a opinar de algo que se
    supone no conoce; sin embargo, las vivencias, los intereses y las
    intuiciones de los alumnos con frecuencia son sorprendentemente
    útiles si, por supuesto, se les permite exponerlos. Pero
    sobre todo, el grado de compromiso es mucho mayor".
    (Álvarez,1;145).

    10.- INVESTIGACIÓN:

    El profesor de hoy debe formar hábitos y
    practicar técnicas que lleven al descubrimiento, a la
    investigación y al estudio. Las técnicas de
    investigación son las que preparan para la
    autoeducación. Esto implica que el profesor debe ser capaz
    de adentrarse junto a sus alumnos por caminos desconocidos
    también para él.

    El docente no debe ser autoritario ni asumir una
    posición de poder; por el contrario, debe manifestar
    amplitud de criterios, ser flexible, aceptar las ideas de los
    alumnos, aun cuando éstos piensen diferente a él;
    no imponer su criterio y permitir la libre expresión de
    ideas, luchar por eliminar o atenuar los obstáculos y
    resistencias que surjan en el grupo o en algún
    estudiante.

    EXIGENCIAS PRÁCTICAS

    ¿Cómo realizar el diagnóstico
    inicial?.

    No se puede educar una personalidad que se desconoce,
    por lo que resulta imprescindible realizar un diagnóstico
    inicial y recurrente para ir constatando los
    resultados.

    Pero el carácter complejo de los valores impide
    que ese diagnóstico sea inmediato y directo, hay que
    involucrar a los alumnos en este proceso porque la
    formación de valores exige de la autoconciencia de los
    estudiantes, el criterio de ellos es fundamental mediante una
    comunicación franca y cotidiana con los profesores y hay
    que observar de manera sistemática a los educandos en los
    diferentes contextos de su actuación.

    Es decir, la observación y la entrevista devienen
    herramientas científicas del profesor en su labor
    diagnóstica, amén de otras técnicas que se
    puedan aplicar.

    ¿Cómo diseñar los proyectos
    educativos?.

    Todo el diseño del proceso de enseñanza –
    aprendizaje, así como de los proyectos educativos deben
    poseer la coherencia necesaria para que contribuyan a la
    educación de los valores en las dimensiones curricular,
    extensionista y socio-política.

    Hay que partir desde la clase con un enfoque novedoso,
    creativo, con una sólida preparación
    psicopedagógica por parte del claustro de profesores para
    que los resultados se correspondan con los esfuerzos
    realizados.

    La clase será el núcleo fundamental para
    la formación de valores, a partir de la cual se produzca
    la irradiación hacia las otras dimensiones y actividades
    docentes y educativas.

    ¿Cómo modificar el proceso de
    enseñanza – aprendizaje?

    El proceso de enseñanza – aprendizaje debe sufrir
    todas aquellas modificaciones que sean necesarias para salir de
    la rutina y el esquematismo, de acuerdo con las aspiraciones del
    proyecto educativo.

    ¿Cómo realizar el diagnóstico de
    salida?

    Es imprescindible comparar el diagnóstico de
    entrada con el de salida y constatar si se han producido cambios,
    con la limitante que los avances en la educación de la
    personalidad no son inmediatos, requieren de tiempo para que se
    afiancen en los alumnos.

    ¿Qué experiencias existen en otras
    instituciones en la formación de valores?.

    Es necesario conocer qué se está haciendo
    en otros centros escolares para beber de las mejores experiencias
    y resultados de investigaciones realizadas.

    El intercambio de experiencias y de resultados
    investigativos es muy importante, sería poco
    científico y hasta peligroso intentar trabajar de manera
    aislada.

    La búsqueda de bibliografía actualizada
    sobre el tema debe ser una labor constante del claustro de
    profesores, así como propiciar encuentros e intercambios
    con especialistas y colegas.

    Existen experiencias interesantes en otras instituciones
    que deben ser tenidas en cuenta y aplicables con las adecuaciones
    correspondientes.

    Algunos de los resultados más
    interesantes son:

    • La necesidad de enfocar el proceso docente –
      educativo con una su visión ética, comunicativa,
      holística e interdisciplinaria.
      • Problematizar los contenidos de la
        enseñanza con situaciones conflictivas que revelen
        las contradicciones reales de la sociedad actual y el papel
        de lo valores en su dilucidación.
      • El alumno como sujeto del aprendizaje que logre
        vivenciar los contenidos de la enseñanza (unidad de
        lo intelectual y lo emocional), a través de un
        diálogo cotidiano entre el profesor y el alumno y de
        ellos entre sí, así como que se estimule su
        autoperfeccionamiento y su educación.
      • Necesidad de una capacitación
        específica a los profesores para la formación
        de valores en los jóvenes, a partir de la
        introducción en su práctica de estrategias
        tales como la orientación profesional, el
        aprendizaje grupal y el empleo de métodos
        participativos, así como el desarrollo de la
        competencia comunicativa de los docentes, y la
        redimensión de su rol.
      • Los valores no se pueden imponer, inculcar ni
        adoctrinar, los alumnos deben asumirlos y hacerlos suyos
        por su propia construcción y
        determinación.
      • En el profesor debe provocarse la
        autorreflexión y autoevaluación sobre la
        competencia de su labor en la formación de
        valores.
      • La ejemplaridad del claustro de profesores y del
        funcionamiento de la escuela.
      • Se destacan los valores responsabilidad,
        tolerancia, respeto, solidaridad, laboriosidad, compromiso,
        sentido de pertenencia y algunas vías para
        educarlos.
      • Enfatizar en la clase como vía fundamental
        para la educación de los valores, junto con las
        demás actividades.
      • Vincular de manera coherente los paradigmas
        cualitativos y cuantitativos de
        investigación.
      • Se involucran fenómenos
        psicológicos complejos, tales como los intereses,
        necesidades, motivos, intenciones, aspiraciones, ideales y
        convicciones.
      • La obligatoriedad de hacer siempre un
        diagnóstico de cada alumno al entrar a la escuela y
        la constatación de su evolución en cada
        semestre.

    La educación de los valores en la escuela
    constituye un tema de gran actualidad y trascendencia en la
    formación de los hombres que necesita la
    sociedad.

    Su carácter complejo, multifacético y
    contradictorio exige del claustro de profesores una especial
    preparación teórica y metodológica en el
    campo psicopedagógico para su investigación y en la
    labor docente – educativa.

    Como objeto de investigación está siendo
    estudiado en las diversas instituciones educativas con la
    obtención de resultados muy interesantes y promisorios,
    los cuales deben ser estudiados e introducidos en la
    práctica educativa con las adecuaciones
    correspondientes.

    BIBLIOGRAFÍA

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      vida. Didáctica. Editorial Pueblo y Educación.
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      Profesional. Pedagogía 95. La Habana.
    4. Ortíz Ocaña, Alexander (1997): Estudio
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      especialidad Contador del IP "Pedro Díaz Coello".
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      Contabilidad en la Educación Técnica y
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      Creatividad y juegos didácticos: dos aliados en las
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      Colombia.
    9. Ortíz Ocaña, Alexander (2004):
      Metodología del aprendizaje significativo,
      problémico y desarrollador. Hacia una didáctica
      integradora y vivencial.
    10. Rodríguez Ugidos, Zayra (1993): Ciencia y
      valor. Conferencias de lógica dialéctica. Apuntes
      para un libro de texto. Universidad de La Habana.
      Cuba.
    11. Rosental, M. y Ludin, P. (1973): Diccionario
      filosófico. Ediciones Universo. Argentina.

    APÉNDICE: DECÁLOGO
    AXIOLÓGICO.

    EXIGENCIAS DIDÁCTICAS PARA EL
    FORTALECIMIENTO DE LOS VALORES

     

     

     

     

    Autor:

    Alexander Luis Ortiz Ocaña

    CENTRO DE ESTUDIOS

    PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS

    CEPEDID

    BARRANQUILLA

    2005

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