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La Teoría Electromagnética



Partes: 1, 2

    1. De la física del Siglo
      XIX al Siglo XX: Una visión de
      conjunto
    2. De los fenómenos
      eléctricos y magnéticos previos a las leyes
      físicas representadas por la teoría
      electromagnética- Una evolución
      histórica
    3. Hacia una comprensión de
      los conceptos físicos de campo eléctrico, campo
      magnético y campo
      electromagnético
    4. La primera gran teoría
      unificadora de la física: la teoría
      electromagnética
    5. Significado de la
      teoría electromagnética de
      Maxwell
    6. La
      teoría electromagnética como teoría
      física de clasificación natural, de acuerdo con
      Duhem
    7. Consecuencias de la
      teoría electromagnética
    8. A manera
      de conclusión
    9. Bibliografía

    Introducción

    El presente trabajo
    consiste, por una parte, en hacer una rápida descripción de la evolución histórica y del desarrollo de
    los conceptos de la electricidad y el
    magnetismo, y
    sus leyes asociadas,
    que se construyeron alrededor de los fenómenos
    experimentales eléctricos y magnéticos hasta
    Maxwell, y de cómo con este último, y sus ecuaciones, se
    logra construir una teoría unificada que relaciona
    ambos fenómenos, aparentemente distintos e
    independientes
    , en lo que conocemos hoy como teoría
    electromagnética
    .

    Por otra parte, y de acuerdo con lo anterior, se
    evidenciará como la teoría física
    del electromagnetismo cumple con las condiciones
    básicas de la estructura de
    una teoría física
    ; es, por consiguiente, una
    teoría de clasificación natural y es una
    teoría representativa, a la manera de Duhem.
    Adicionalmente, permite inferir como la
    matematización
    es un instrumento que permite lograr
    las predicciones
    que se plantean a partir de las leyes
    físicas enunciadas, tanto en su representación
    integral como en su representación diferencial, y que
    fueron varios años después de enunciadas, gracias a
    los trabajos experimentales de Hertz.

    De esta manera, se muestra
    también como una teoría imbuída en el
    espíritu inglés,
    cumple con los postulados de Duhem, en su concepción de
    representación de las leyes físicas y como
    clasificación natural , en su
    matematización y en su relación con los
    experimentos
    físicos, y da origen a desarrollos
    científico-tecnológicos posteriores, para lo cual
    dicha teoría física, fundamentada
    en sus ecuaciones, permitió recoger los avances
    experimentales previos y conducirlos a las aplicaciones
    prácticas, que se pudieron constatar hacia finales del
    siglo 19 y principios del 20
    con todo lujo de detalles.

    Se trata, pues, de un ensayo que
    ilustra, con el excelente ejemplo de la teoría
    electromagnética de Maxwell, la manera como Duhem
    concibió el objeto y la estructura de la teoría
    física.

    1. De la
    física del Siglo XIX al Siglo XX: Una visión de
    conjunto

    En el transcurso de la historia, el hombre ha
    tenido siempre una gran curiosidad acerca de la manera como
    funciona la naturaleza y,
    al principio, sus únicas fuentes de
    información eran los sentidos y
    por ello clasificó, de manera intuitiva si se
    quiere, los fenómenos observados de acuerdo con la manera
    como los percibía. Esto era, en cierto sentido, una
    especie de clasificación natural de la
    física. La física se desarrolló como un
    conjunto de ciencias
    autónomas, con poca o ninguna relación entre ellas,
    por lo menos aparentemente. De este modo, se desarrolló la
    óptica
    como ciencia
    asociada a la luz; la
    acústica con el sonido; la
    termodinámica (o estudio del calor) con el
    calor, como sensación física; la mecánica como ciencia del movimiento.
    Puesto que el movimiento de los planetas y la
    caída
    libre de los cuerpos fueron explicados adecuadamente por la
    mecánica, la gravitación se
    consideró, durante mucho tiempo, como
    una parte constitutiva de la mecánica.

    Por otra parte, el electromagnetismo no se relacionaba
    directamente con ninguna experiencia sensorial- a pesar de ser
    responsable de la mayoría de ellas- y sólo
    apareció como un campo organizado de la física en
    el siglo XIX. Así las cosas, en este siglo la
    física se encontraba dividida en unas pocas ramas o
    ciencias (denominadas tradicionalmente como clásicas),
    así: mecánica, calor, sonido, óptica y
    electromagnetismo, con muy poca o ninguna conexión entre
    ellas, aunque puede establecerse que la mecánica fue el
    principio guía para la acción
    para todas ellas. Puede apreciarse en los estudios independientes
    de la electricidad (estudio de atracción y
    repulsión de cargas eléctricas de Coulomb) y el
    magnetismo (estudio de la inducción magnética de Faraday) que
    el concepto de
    Fuerza,
    proveniente de la mecánica fue utilizado como modelo
    mecánico para explicar muchos fenómenos hasta
    la aparición del concepto de campos o acción a
    distancia. Sobre esto volveremos más
    adelante.

    Es importante resaltar aquí, de una vez, la
    aparición de esa gran teoría unificadora de la
    física, en relación con los fenómenos
    eléctricos y magnéticos, en lo que se
    conoció como la teoría electromagnética
    (TEM), formulada por el físico escocés Clerk
    Maxwell, teoría que permitió integrar los
    fenómenos eléctricos y magnéticos mediante
    un conjunto de ecuaciones generales que explicaban perfectamente
    la propagación del campo electromagnético y la
    naturaleza de la luz. Lo realmente impresionante de las
    ecuaciones de Maxwell es que la conocida velocidad de
    la luz (300.000 km/seg.) no es sólo un viejo dato
    experimental, ratificado posteriormente por la teoría
    einsteniana, sino que también se desprende de las
    ecuaciones del electromagnetismo formuladas por Maxwell en los
    años sesenta del siglo XIX, lo cual muestra la
    magistralidad del trabajo del escocés. Dicha coincidencia
    extraordinaria demostró dos cosas realmente importantes:
    que la luz es una onda electromagnética y que su velocidad
    es una propiedad
    fundamental de la naturaleza como lo demostraría
    posteriormente Albert
    Einstein.

    2. De los
    fenómenos eléctricos y magnéticos previos a
    las leyes físicas representadas por la teoría
    electromagnética- Una evolución
    histórica

    Para entender cabalmente la manera como se llegó
    a la teoría electromagnética de Maxwell, es
    conveniente mostrar, por una parte, la evolución
    histórica que han tenido los fenómenos relacionados
    con las interacciones eléctricas y magnéticas; por
    otra es necesario tener una idea aproximada o una mínima
    comprensión de dichos fenómenos, desde una
    perspectiva física, como se hará más
    adelante. Aunque eran bien conocidos desde la antigüedad, en
    el siglo XVIII comienzan a estudiarse de acuerdo con el nuevo
    método
    científico los fenómenos de la electricidad y
    el magnetismo.

    Los fenómenos de la electricidad y el
    magnetismo hasta el año 1800

    Basados en el texto de
    Braun, Eliécer ("Electromagnetismo: de la ciencia a
    la tecnología", Fondo de Cultura
    Económica, México,
    1992)
    hagamos un muy breve recorrido descriptivo
    por lo que fue el desarrollo de la electricidad y el magnetismo a
    lo largo de la historia y sobre la relación entre esos dos
    fenómenos, aparentemente independientes.

    Iniciemos por lo que era la electricidad hasta el
    año 1800: Tales de Mileto, filósofo y
    matemático griego, es quien primero describió los
    fenómenos relacionados con la electricidad y el
    magnetismo. Entre 1729 y 1736 dos científicos ingleses,
    Stephen Gray (1696-1736) y Jean Desaguliers (1683-1744)
    dieron a conocer los resultados de una serie de experimentos
    eléctricos muy cuidadosos. Un científico
    francés, François du Fay (1698-1739), hizo
    otro tipo de experimentos eléctricos que reportó
    entre 1733 y 1734. En el año de 1663, Otto von Guericke
    (1602-1686)
    de Magdeburgo, Alemania,
    construyó el primer generador de electricidad, un aparato
    que producía cargas eléctricas por medio de
    fricción. En Estados Unidos,
    Benjamín Franklin (1706-1790)) realizó estos
    mismos descubrimientos, sin conocer los trabajos del
    francés du Fay. Según él, el vidrio
    electrificado había adquirido un exceso de fluido (carga)
    eléctrico, y le llamó a este estado
    positivo. Al estado de la seda con la que frotó el vidrio
    lo llamó negativo, pues consideraba que había
    tenido una deficiencia de fluido (carga) eléctrico. Esta
    terminología de Franklin es la que se utiliza hasta hoy en
    día, aunque no se acepten las ideas con que las
    concibió este científico. De hecho su
    clasificación natural dista de la que se da en la realidad
    y su sentido convencional de la corriente
    eléctrica, de acuerdo con la polaridad de la carga, es
    inverso al sentido real. No obstante, es el sentido convencional
    el que se utiliza en nuestro tiempo. Hacia mediados del siglo
    XVIII, mientras efectuaba algunos experimentos, Benjamín
    Franklin se dio cuenta de que durante las tormentas había
    efectos eléctricos en la atmósfera, y
    descubrió que los rayos eran descargas eléctricas
    que partían de las nubes. No fue sino hasta fines del
    siglo XVIII, en 1785, que el ingeniero militar francés
    Charles Auguste Coulomb (l736-1806) pudo medir con
    bastante precisión las características de las
    fuerzas entre partículas eléctricamente cargadas.
    Por otro lado, hacia la última parte del siglo XVIII un
    gran número de personas empleó animales para
    estudiar las descargas eléctricas y utilizó como
    fuentes
    máquinas generadoras y botellas de Leyden.
    Una de estas personas fue Luigi Galvani (1737-1798),
    profesor de
    anatomía
    en la Universidad de
    Bolonia, Italia, quien en
    principio habló de lo que denominó "electricidad
    animal".

    Por otra parte, Alejandro Volta (1745-1827),
    profesor de una Universidad de Italia, se enteró de los
    experimentos de Galvani y los volvió a hacer. Llegó
    a la conclusión de que el efecto descubierto por Galvani
    no tenía nada que ver con la "electricidad animal" sino
    que se debía a una acción química entre el
    líquido, llamado electrolito, y los dos metales. Es
    así como Volta construyó lo que posteriormente se
    llamó una pila voltaica, que fue el primer dispositivo
    electroquímico que sirvió como fuente de
    electricidad.

    Poco después de haber recibido una carta de Volta en
    la que explicaba cómo construir una pila, William
    Nicholson (1753-1825) y Anthony Carlisle (1768- 1840)

    construyeron en Inglaterra uno de
    estos dispositivos. Humphry Davy (1778-1829),
    también en Inglaterra, descompuso por medio de la electrólisis otras sustancias, y así
    descubrió los metales sodio y potasio al descomponer
    electroquímicamente diferentes sales minerales, como
    la potasa cáustica, la soda fundida, etc. Aquí
    aparece, por primera vez, en este ensayo, el
    científico inglés Michael Faraday, al cual
    nos referiremos más adelante, quien descubrió,
    también con las pilas voltaicas,
    las leyes de la electrólisis. No hay duda que Faraday fue
    uno de los más ilustres científicos
    experimentales del siglo XIX.

    Merece destacarse aquí el papel que
    desempeña Charles de Coulomb quien con su estudio de las
    fuerzas eléctricas de cargas en reposo (electrostática) enuncia su ley general
    aplicable a las fuerzas eléctricas y magnéticas.
    La expresión matemática
    de la ley de Coulomb es muy similar a la formulación de la
    gravitación universal de Newton.

    Igual que con la electricidad, hagamos un rápido
    recorrido por el desarrollo de el magnetismo hasta el
    año 1800. En el caso del magnetismo, al igual
    que en el de la electricidad, desde tiempos remotos el hombre se dio
    cuenta de que el mineral magnetita o imán (un óxido
    de hierro)
    tenía la propiedad peculiar de atraer el hierro. Tanto
    Tales de Mileto como Platón y
    Sócrates
    escribieron acerca de este hecho. En el periodo comprendido entre los
    años 1000-1200 D.C. se hizo la primera aplicación
    práctica del imán. Un matemático chino,
    Shen Kua (1030-1090) fue el primero que escribió
    acerca del uso de una aguja magnética para indicar
    direcciones, que fue el antecedente de la brújula.
    Más tarde, después del año 1100, Chu
    Yu
    informó que la brújula se utilizaba
    también para la navegación entre Cantón y
    Sumatra. La primera mención
    europea acerca de la brújula fue dada por un
    inglés, Alexander Neckham (1157-1217). Hacia 1269
    Petrus Peregrinus de Maricourt, un cruzado francés,
    hizo una descripción detallada de la brújula corno
    instrumento de navegación.
    En el año 1600 el inglés William Gilbert
    (1544-1603
    ), médico de la reina Isabel I,
    publicó un famoso tratado, De magnete, en el que
    compendió el
    conocimiento que se tenía en su época sobre los
    fenómenos magnéticos. El científico
    francés Coulomb, el que había medido las fuerzas
    entre cargas eléctricas (véase el capítulo
    II), por su parte, midió con su balanza las fuerzas entre
    los polos de dos imanes.

    Hemos visto como en el paso del siglo XVIII al XIX (es
    decir, hacia 1800), el italiano Alessandro Volta inventa la pila
    y con ella da comienzo el estudio de la corriente
    eléctrica y sus relaciones con el magnetismo. Durante este
    siglo la electricidad y el magnetismo avanzan considerablemente
    gracias a nombres como los de Ampere, Ohm, Coulomb, y Faraday. No
    obstante las formulaciones debidas a ellos recogen aspectos
    parciales de los fenómenos eléctricos y
    magnéticos.

    Hay relación evidente entre electricidad y
    magnetismo?

    Hans Christian Oersted (1777-1851), profesor de
    filosofía natural en la Universidad de Copenhague,
    inició en 1807 sus investigaciones
    sobre los efectos de la electricidad en la aguja magnética
    de una brújula. En ese año, y posteriormente en
    1812, publicó varios ensayos en los
    que argumentaba categóricamente, apoyado en
    consideraciones filosóficas, que la electricidad y el
    magnetismo deberían estar relacionados. Sus argumentos
    se basaban en la creencia de la unidad de todas las fuerzas de
    la naturaleza. Sin embargo, no presentó ningún
    resultado experimental que verificara sus conclusiones. Oersted
    estuvo consciente de esta falla en su argumentación y
    trató de verificarla realizando una serie de experimentos
    con corrientes eléctricas. Durante muchos años
    Oersted no obtuvo ningún resultado positivo, en gran parte
    debido a que las fuentes de corriente de que disponía eran
    pilas voltaicas de muy baja intensidad. Después de muchos
    años, en 1820, durante una clase en que
    estaba presentando a sus alumnos ciertos experimentos
    eléctricos, encontró que una corriente
    eléctrica sí tiene un efecto sobre un imán.
    Los experimentos de Oersted se repitieron en muchos lugares, en
    particular en el Congreso de Investigadores Suizos que se
    llevó a cabo en Ginebra, Suiza, en el verano de 1820, al
    que asistió el científico francés
    François Arago (1786-1853). A su regreso a París, Arago reportó a
    la Academia de Ciencias lo que presenció en Ginebra. Sus
    miembros oyeron estos resultados pero se mostraron muy
    escépticos, y sólo se convencieron hasta que
    presenciaron una demostración directa el 11 de septiembre.
    Una persona que
    estuvo presente en esa sesión fue André-Marie
    Ampère (1775-1836)
    , amigo de Arago, profesor suplente
    en la Sorbona y gran matemático. Ampere haría, posteriormente, su
    extraordinario aporte a la comprensión de las
    interacciones eléctricas y magnéticas, y
    sería un pilar para el desarrollo de la TEM.

    En resumen, como consecuencia de los trabajos de Oersted
    y Ampère, se descubrió que una corriente
    eléctrica tiene efectos magnéticos idénticos
    a los que produce un imán. Además, de la misma
    forma en que hay fuerzas entre imanes, también existen
    fuerzas entre alambres que conducen corrientes
    eléctricas. A partir de
    1822 Ampère se dedicó a formular
    matemáticamente, con mucha precisión y
    elegancia, todos los descubrimientos que había hecho.
    En el año de 1826 publicó un libro,
    Teoría de fenómenos electrodinámicos
    deducidos del experimento
    en donde presenta, de manera muy
    elaborada, los resultados de sus investigaciones.

    Faraday y la inducción
    magnética

    Los trabajos de Ampère se difundieron
    rápidamente en todos los centros activos de
    investigación de la época, causando
    gran sensación. Un joven investigador inglés,
    Michael Faraday (1791-1867) se empezó a interesar
    en los fenómenos eléctricos y repitió en su
    laboratorio
    los experimentos tanto de Oersted como de Ampère. Una vez
    que entendió cabalmente el fondo físico de estos
    fenómenos, se planteó el siguiente asunto: de
    acuerdo con los descubrimientos de Oersted y Ampère se
    puede obtener magnetismo de la electricidad, ¿será
    posible que se obtenga electricidad del magnetismo? De inmediato
    inició una serie de experimentos para dar respuesta a esta
    pregunta.

    Para finalizar este recapitulación
    histórica es importante destacar algunos aspectos
    importantes de la investigación científica en el
    campo del electromagnetismo. En primer lugar, Faraday pudo hacer
    su descubrimiento porque tenía a su disposición dos
    elementos fundamentales: la batería o pila voltaica,
    inventada por Volta algunos años antes, y el
    galvanómetro, inventado por Ampère hacía
    poco tiempo. Sin estos aparatos no hubiera podido hacer
    ningún descubrimiento. En segundo lugar, Faraday pudo
    plantearse la pregunta acerca del efecto del magnetismo sobre la
    electricidad después de que entendió los
    descubrimientos tanto de Oersted como de Ampère. Si no
    hubiera conocido éstos, ni Faraday ni ninguna otra persona
    hubiese podido plantear dicha cuestión. Estos aspectos son
    muy importantes, pues el avance de los conocimientos ocurre como
    la construcción de un edificio: se construye
    el segundo piso después de haber construido el primero y
    así sucesivamente. De la misma manera, se va avanzando en
    el conocimiento
    de la naturaleza basándose en descubrimientos e
    invenciones realizados con anterioridad. Por ello, Isaac Newton
    alguna vez expresó: "Pude ver más lejos que otros
    porque estaba encima de los hombros de gigantes."

    Fue en 1837 que Faraday propuso la idea de que la
    línea de fuerza tenía realidad
    física. Con ello demostró tener una gran
    intuición para entender los fenómenos
    electromagnéticos. Hay que mencionar que debido a que no
    tenía preparación matemática adecuada, por
    no haber asistido a una escuela de
    enseñanza superior, Faraday no pudo
    desarrollar la teoría matemática del campo
    electromagnético, hecho que tuvo que esperar hasta
    Maxwell. Sin embargo, tuvo el genio extraordinario para describir
    esta idea de manera gráfica y se basó en modelos
    de la física mecánica para lograr una
    representación adecuada de los fenómenos
    regidos por las leyes descubiertas hasta entonces.

    3. Hacia una
    comprensión de los conceptos físicos de campo
    eléctrico, campo
    magnético y campo
    electromagnético

    Para comprender mejor la naturaleza de la teoría
    electromagnética (TEM) y contemplar la grandeza de dicha
    teoría unificadora de la física, sobre la cual
    volveremos más tarde, conviene aquí hacer un
    pequeño recorrido por los conceptos teóricos
    asociados con los fenómenos físicos de las
    interacciones electromagnéticas y relacionar varios de los
    estudios experimentales que los abordaron y permitieron generar
    los conceptos básicos en los que se sustentan dichos
    fenómenos y que dieron lugar, posteriormente, a las leyes
    de la electricidad y el magnetismo.

    Interacción eléctrica

    La electricidad (de la palabra griega
    electron, significa ámbar) constituye una
    propiedad eléctrica que produce una interacción mucho más fuerte que la
    gravitacional. Hay dos tipos de interacciones
    eléctricas, cada una de ellas asociada a los dos tipos de
    cargas eléctricas: positiva y negativa. Vale la pena
    mencionar rápidamente algunos fenómenos observados
    y estudiados experimentalmente, en la historia de la electricidad
    y que posibilitaron construir todo el aparato de la física
    en el que se basa, hoy en día, la teoría
    física del electromagnetismo.

    • Los experimentos con varillas de ámbar y
      vidrio, electrizados (cargados)
    • Las interacciones eléctricas entre cargas
      iguales y cargas diferentes que dan origen a interacciones de
      atracción o de repulsión (ley de las
      cargas)
    • Las fuerzas existentes entre cargas iguales y entre
      cargas opuestas
    • La carga eléctrica y conceptos asociados:
      ‘masa’ o carga eléctrica, o simplemente
      carga. Tipos de cargas: positiva y negativa, cuerpos
      eléctricamente neutros o en equilibrio
      iónico, ión (positivo o negativo),
      ionización
    • Principio de conservación de la
      carga
    • Electricidad estática
      o electrostática (cargas en reposo), fuerza
      eléctrica
    • Ley de Coulomb de la interacción
      electrostática. Esta ley es muy similar a la ley de la
      interacción gravitacional y de ahí su afinidad
      con la mecánica clásica, como se dijo
      anteriormente.
    • Experimento de la balanza de torsión de
      Cavendish, para verificar la ley de interacción
      eléctrica entre dos cargas.
    • El concepto de campo eléctrico e intensidad
      del campo eléctrico.
    • Líneas de fuerza y superficies
      equipotenciales
    • Distribuciones de carga y campos eléctricos
      uniformes, polarización
    • Movimiento de cargas en campos
      eléctricos
    • La cuantización de la carga
      eléctrica
    • La estructura eléctrica de la materia y el
      estudio de fenómenos como la electrólisis, la
      emisión termoiónica
    • El potencial eléctrico (voltaje) y su
      relación con el campo eléctrico
    • Las relaciones de energía en un campo
      eléctrico y los estudios experimentales con aceleradores
      electrostáticos como el de Van de Graaff o el de
      Cockroft-Walton.
    • La corriente eléctrica y su relación
      con la carga
    • Los dipolos eléctricos y los arreglos de
      dipolos y multipolos, y los momentos.

    La interacción magnética

    El otro tipo de interacción observado en la
    naturaleza es el magnetismo, y asociado a él tenemos los
    polos magnéticos (monopolos) los magnetos, como los
    cuerpos magnetizados. De manera similar a lo que ocurre en el
    fenómeno eléctrico, en el caso magnético
    también se dan interacciones repulsiva o de
    atracción. También aquí vale la pena
    mencionar rápidamente algunos fenómenos observados
    y estudiados experimentalmente, en la historia del magnetismo y
    que posibilitaron construir todo el aparato de la física
    en el que se basa, hoy en día, la teoría
    física del electromagnetismo. En efecto, las interacciones
    eléctricas y magnéticas están estrechamente
    relacionadas, y de hecho, son sólo dos aspectos diferentes
    de una propiedad de la materia: la carga eléctrica. Esto
    implica que el magnetismo es una manifestación de cargas
    eléctricas en movimiento. Hablamos de electromagnetismo,
    entonces, cuando se consideran de manera conjunta las
    interacciones eléctricas y las magnéticas. Algunos
    fenómenos y conceptos relativos al magnetismo
    son:

    • La fuerza magnética sobre una carga en
      movimiento. Fuerza de Lorentz
    • El movimiento de una carga en un campo
      magnético y, en general, de partículas cargadas.
      Situaciones: espectrometría de masas, los experimentos
      de Thomson con tubos de rayos catódicos, el
      ciclotrón, entre otros
    • La fuerza magnética sobre una corriente
      eléctrica
    • Torque magnético sobre una corriente
      eléctrica
    • Campos magnéticos producidos por corrientes
      cerradas.
    • Campos magnéticos producidos por corrientes
      rectilíneas
    • Fuerzas entre corrientes
    • Campos magnéticos en corrientes
      circulares
    • Campo magnético de una carga en movimiento
      (desde una perspectiva no relativística)
    • El electromagnetismo y el principio de
      relatividad
    • El campo electromagnético de una carga en
      movimiento.
    • Interacción electromagnética entre dos
      cargas en moviendo

    Los campos electromagnéticos
    estáticos

    En lo planteado anteriormente se ha hecho referencia a
    interacciones electromagnéticas en relación con el
    movimiento de partículas cargadas como resultado de esta
    interacción. Aquí surge, necesariamente, la
    necesidad de introducir el concepto de campo
    electromagnético. De este modo, se hace indispensable
    analizar el campo electromagnético como una entidad
    independiente. Un primer análisis tendría que ver con el
    campo electromagnético estático (independiente del
    tiempo), estudiando primero el campo eléctrico y luego el
    magnético. Posteriormente, tendría que abordarse el
    campo electromagnético dependiente del tiempo o campo
    variable. Algunos conceptos y fenómenos relativos al
    electromagnetismo estático son:

    * En relación con el campo
    eléctrico

    • El flujo de un campo vectorial
    • La ley de Gauss para el campo eléctrico. Esta
      es una ley realmente importante que puede aplicarse a una
      superficie de cualquier forma. Esta ley puede expresarse en
      forma diferencial o en forma integral
    • La polarización de la materia
    • El desplazamiento eléctrico
    • La susceptibilidad eléctrica
    • Capacidad eléctrica (capacitancia) y
      capacitores
    • Energía del campo eléctrico
    • Conductividad eléctrica, resistencia,
      ley de Ohm y
      resistores
    • Fuerza electromotriz
    • Leyes de Kirchoff para el voltaje y la
      corriente.

    * En relación con el campo
    magnético

    – La ley de Ampere para el campo magnético. Esta
    ley también puede expresarse

    en forma diferencial e integral

    • El flujo magnético
    • La magnetización de la materia
    • El campo magnetizante
    • La susceptibilidad magnética

    Campos electromagnéticos dependientes del
    tiempo (campos variables)

    Se ha visto que los campos eléctricos y
    magnéticos se consideran estáticos cuando no
    dependen del tiempo. Cuando los campos cambian con el tiempo
    se dice, entonces, que dependen del tiempo. Un campo
    magnético que varía requiere, necesariamente, la
    presencia de un campo eléctrico, e inversamente, un campo
    eléctrico variante requiere un campo magnético, lo
    cual es, además, un requerimiento del principio de la
    relatividad. Las leyes que describen estas dos situaciones se
    denominan, justamente, ley de Faraday-Henry y la ley de
    Ampere-Maxwell. Algunos fenómenos y conceptos
    relativos a los campos electromagnéticos variantes
    son:

    • La inducción
      electromagnética
    • La ley de Faraday-Henry. También puede
      expresarse en forma diferencial o en forma integral
    • El Betatrón
    • La inducción electromagnética debida al
      movimiento relativo de un conductor y el campo
      magnético
    • La inducción electromagnética y el
      principio de la relatividad
    • El potencial eléctrico y la inducción
      electromagnética
    • La autoinducción
    • La energía de un campo
      magnético
    • Las oscilaciones eléctricas
    • Los circuitos
      acoplados
    • El principio de conservación de la
      carga
    • La ley de Ampere-Maxwell. Puede expresarse en forma
      diferencial e integral.

    4. La primera gran
    teoría unificadora de la física: la teoría
    electromagnética

    Cuando irrumpe en el escenario de la física
    James Clerk Maxwell (1831-1879), físico
    escocés, se dispone por fin de una teoría
    integradora, la teoría general del electromagnetismo o,
    simplemente, Teoría Electromagnética (TEM).
    Ésta es formulada en 1873 mediante las ecuaciones
    generales de la propagación del campo
    electromagnético, conocidas como ecuaciones de
    Maxwell. En ella se unifican las fuerzas eléctricas
    y magnéticas. Será la primera de las
    unificaciones que todavía hoy sigue buscando la
    física. Maxwell asume el inmenso legado de Faraday,
    efectuando algunos cambios. Con él la idea de campo
    adquiere una formulación matemática precisa.
    Las ecuaciones de Maxwell constituyen uno de los hitos
    científicos más brillantes de la historia de la
    Física, culminados con el descubrimiento de las ondas
    electromagnéticas por Hertz.

    El modelo unificado en el que todas las fuerzas
    conocidas por entonces (eléctricas, magnéticas, de
    cohesión, gravitacionales, etc.) se podrían
    entender como formas distintas de las dos únicas acciones
    posibles: la repulsión por contacto y la atracción
    a distancia, parece que fue una guía permanente en las
    investigaciones de Faraday sobre la electricidad y el magnetismo.
    Otros dos descubrimientos importantes de Faraday fueron el efecto
    magneto-óptico (denominado después efecto Faraday)
    y el diamagnetismo, que hizo hacia 1845. El primer efecto tuvo
    gran influencia en Maxwell en el desarrollo de la teoría
    electromagnética.

    El camino
    hacia una síntesis
    del electromagnetismo.

    Maxwell, alumno de Faraday, fue posiblemente el
    más imaginativo de los físicos del siglo XIX. En
    1873 publicó la monumental obra Tratado de electricidad
    y magnetismo,
    en la que presentó una
    síntesis de los conocimientos de este tema.
    Maxwell formuló matemáticamente la ley de
    Faraday, con lo que da lugar a la matematización de
    las leyes que rigen los fenómenos experimentales. La
    síntesis fue hecha en términos de un conjunto de
    ecuaciones, conocidas como las ecuaciones de Maxwell, que
    contenían como fondo físico los descubrimientos de
    Oersted, Ampère, Faraday, Henry, Gauss, y otros
    científicos que describimos en apartados anteriores. El
    gran físico vienés Ludwig Boltzmann
    exclamó al leer las ecuaciones de Maxwell: "¿Fue un
    Dios quien trazó estos signos?",
    usando las palabras de Goethe.
    Ello evidenciaba la gran admiración que ocasionó la
    "genialidad presente en la formulación de las leyes del
    electromagnetismo. Maxwell estudió con mucho detenimiento
    los trabajos que sus predecesores habían efectuado sobre
    electricidad y magnetismo. La hipótesis hecha por Maxwell tuvo
    consecuencias trascendentales.

    En primer lugar, sabemos de los trabajos de Faraday que
    si un campo magnético cambia con el tiempo se induce un
    campo eléctrico. Además de la hipótesis de la
    existencia de la corriente de desplazamiento se desprende que si
    un campo eléctrico varía con el tiempo entonces se
    induce un campo magnético. De esta manera, los
    fenómenos eléctricos y magnéticos adquieren
    una bella simetría. Por lo tanto, la
    simetría nos muestra que si de alguna manera en una
    región del espacio llega a existir un campo, digamos
    eléctrico, que varíe con el tiempo, por fuerza
    tiene que existir simultáneamente el otro campo, en este
    caso el magnético. Los dos campos deben existir al
    mismo tiempo, es decir, debe existir el campo
    electromagnético. No puede existir un campo que
    varíe en el tiempo sin la existencia del otro campo.
    En el caso estacionario, o sea que no depende del tiempo,
    sí puede existir un campo sin que exista el otro. Esa es
    la situación, por ejemplo, del campo magnético
    producido por un imán, que es constante en el tiempo y no
    lleva un campo eléctrico
    asociado.

    En segundo lugar, a partir de sus ecuaciones, que
    incluyen las leyes de Ampère y de Faraday, Maxwell
    encontró que cada uno de los dos campos, tanto el
    eléctrico como el magnético, debe satisfacer una
    ecuación que, sorprendentemente, resultó tener la
    misma forma matemática que la ecuación de onda,
    o sea justamente el tipo de ecuaciones que describen la
    propagación de ondas mecánicas como la que se
    propaga en un cable, en un estanque, en el sonido, etc.,
    fenómenos estudiados tradicionalmente por la
    mecánica clásica. Esto significa que si en un
    instante el campo eléctrico tiene un valor
    determinado en un punto del espacio, en otro instante posterior,
    en otro punto del espacio, el campo eléctrico
    adquirirá el mismo valor. Lo mismo ocurre, en
    consecuencia, con el campo magnético. Consecuentemente,
    los campos eléctrico y magnético se propagan en el
    espacio vacío, y como no pueden existir separadamente,
    el campo electromagnético es el que realmente se
    propaga.

    Maxwell también encontró, adicionalmente,
    que sus ecuaciones predecían el valor de la velocidad
    con la que se propaga el campo electromagnético:
    resultó ser igual a la velocidad de la luz, como ya lo
    habíamos mencionado al principio en el numeral 1. Este
    resultado se obtiene de una combinación de valores de
    cantidades de origen eléctrico y magnético. Para
    Maxwell esto no podía ser una casualidad y propuso con
    gran certeza que la onda electromagnética era
    precisamente una onda de luz, o como él mismo
    escribió: "Esta velocidad es tan similar a la de la
    luz, que parece que tenemos fuertes razones para concluir que la
    luz es una perturbación electromagnética en forma
    de ondas que se propagan a través del campo
    electromagnético de acuerdo con las leyes del
    electromagnetismo
    ." Es
    aquí donde entran en singular matrimonio la
    óptica y el electromagnetismo al demostrarse la naturaleza
    electromagnética de las ondas de luz.

    De esta manera, Maxwell resolvió la
    cuestión pendiente desde los tiempos de Young y
    Fresnel
    sobre qué es lo que ondula en una onda de luz:
    es un campo electromagnético. Sin embargo, una vez publicado su trabajo, la
    comunidad
    científica lo recibió con frialdad. Esto se
    debió, en primer lugar, a que su teoría
    tenía una presentación matemática muy
    complicada que poca gente de su época pudo entender. En
    segundo lugar, la formulación en términos de
    campos representó un cambio
    revolucionario de las interpretaciones que prevalecían
    entonces en términos de acción a distancia de la
    teoría de Newton. Además, la noción de
    corriente de desplazamiento no se entendió bien.
    Finalmente, no había confirmación experimental ni
    de la existencia de la corriente de desplazamiento ni de las
    ondas electromagnéticas, lo cual tuvo que esperar algunos
    años más hasta los trabajos de Hertz. Por lo tanto,
    no era de extrañar que pocos físicos entendieran el
    fondo profundo y la importancia de la formulación
    teórica de Maxwell. Para esto se hubo que esperar
    varios años; fue varios años después de
    la muerte de
    Maxwell que se realizó la primera confirmación
    experimental de la existencia de ondas electromagnéticas,
    como veremos en el siguiente apartado.

    La verificación experimental de la
    teoría electromagnética de Maxwell y sus
    predicciones

    A partir del momento en que Maxwell predijo la
    existencia de ondas electromagnéticas se presentó
    la crucial cuestión de cómo generarlas. Hertz, a
    quien nos referiremos a continuación, fue el primero que
    estudió este problema y lo resolvió. Para ello
    desarrolló un formalismo matemático con el cual
    pudo encontrar las características de estas ondas a partir
    de las ecuaciones de Maxwell. De este trabajo se
    desprendió la predicción de que si una
    partícula eléctricamente cargada se mueve en forma
    acelerada, entonces emite ondas electromagnéticas.
    Así, por ejemplo, en el famoso experimento de Hertz para
    generar ondas electromagnéticas, la chispa que salta de
    una esfera a la otra está compuesta de electrones
    acelerados que emiten ondas electromagnéticas, un hecho empírico que se
    constituiría en la constatación de la existencia de
    las ondas predichas por la teoría de Maxwell.

    Heinrich Hertz (1857-1894), profesor de la
    Escuela Politécnica de Karlsruhe, en Alemania, se
    interesó en la teoría electromagnética
    propuesta por Maxwell. La reformuló matemáticamente
    logrando que las ecuaciones fueran más sencillas, y
    simétricas. Sobre el asunto de la simetría
    hablaremos más adelante. Desde 1884 Hertz pensó en
    la manera de generar y detectar en un laboratorio las ondas
    electromagnéticas que Maxwell había predicho.
    Después de mucho trabajo y de experiencias sin éxito,
    en 1887 construyó un dispositivo con el que logró
    su fin. El experimento que realizó fue a la vez genial y
    sencillo. El experimento de
    Hertz fue muy bien recibido y dio lugar a que se aceptara
    rápidamente el trabajo de
    Maxwell. La teoría se aplicó a una gran variedad de
    fenómenos, todos con gran éxito. De esta forma, en
    los comienzos del siglo XX la teoría
    electromagnética de Maxwell ocupó una
    posición equivalente a la de la mecánica de Newton,
    como una parte de las leyes fundamentales de la
    física.

    Una vez que Hertz demostró que en la naturaleza
    existen realmente las ondas electromagnéticas que Maxwell
    había anticipado, se inició una serie de estudios
    teóricos y experimentales para encontrar sus diversas
    propiedades. En la parte teórica fue necesario desarrollar
    una serie de métodos
    matemáticos para poder extraer
    las propiedades de las ecuaciones de Maxwell. Las predicciones
    teóricas que se obtuvieron de esta manera fueron
    consistentemente verificadas en el laboratorio.

    La unificación de las fuerzas de la
    naturaleza
    con la teoría del campo de Maxwell

    Hemos visto, una y otra vez, que como resultado de sus
    investigaciones, Michael Faraday contribuyó a nuestro
    conocimiento del mundo con aportaciones de la misma importancia
    que las que hicieron los más aventajados
    científicos del pasado, como Galileo y Newton. Sus
    numerosos descubrimientos merecieron la admiración de sus
    contemporáneos, quienes no se percataron plenamente del
    impacto e importancia de su teoría de campos y
    demás hallazgos. En realidad, hubo solamente un hombre,
    Maxwell, que supiera apreciar plenamente la importancia y las
    posibilidades de las ideas de Faraday. Lo que Maxwell se
    encontró delante fue una serie de hallazgos experimentales
    y unas cuantas ideas (en estado embrionario, pero fascinantes)
    sobre una teoría general del electromagnetismo y del
    mundo. Maxwell se encargó, entonces, de clarificar la
    teoría de Faraday y de descubrir las leyes del campo.
    Aunque es cierto que su imponente teoría matemática
    se basaba en las ideas de Faraday, alteró alguno de las
    rasgos fundamentales de su concepción. La
    desviación fundamental de Maxwell respecto a Faraday era
    su concepto de materia y campo como entes totalmente
    diferentes.

    El modelo
    mecánico del campo electromagnético de Maxwell es,
    sorprendentemente, uno de los más imaginativos pero,
    también, uno de los más inverosímiles que se
    hayan inventado jamás. Es el único modelo del
    éter que logró unificar la electricidad
    estática, la corriente eléctrica, los efectos
    inductivos y el magnetismo, y a partir de él, Maxwell
    dedujo sus ecuaciones del campo electromagnético y su
    teoría electromagnética de la luz. La deducción de las ecuaciones es enrevesada y
    asombrosa. Históricamente, Maxwell dedujo sus ecuaciones
    en etapas, que vale la pena recordar aquí de manera
    ilustrativa:

    1. La de los remolinos para explicar los efectos
    puramente magnéticos.
    2. La de las bolas eléctricas para deducir las
    relaciones entre corriente y magnetismo, incluida la
    inducción.
    3. La de la elasticidad
    de las bolas para explicar los fenómenos de la carga
    estática.

    Cada una de estas etapas fue un paso hacia la
    coronación de su obra unificadora: la teoría
    electromagnética de la luz. Sabía
    también, que su modelo era poco satisfactorio desde
    cualquier punto de vista físico o metafísico. Por
    lo que se decidió a considerar el problema de liberar las
    ecuaciones y la teoría electromagnética de la luz
    de su modelo mecánico.

    Partes: 1, 2

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