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Empresas Oligopólicas y su impacto en la distribución de la riqueza (página 2)




Enviado por lucasmazza2000



Partes: 1, 2

La
ley de la
Defensa de la Competencia

La ley 25.156 surge con el fin de proteger al interés
económico general de las prácticas que distorsionan
la competencia. Es
menester para ello saber que es lo que busca proteger la ley. En
esencia busca que los habitantes de Argentina no paguen
sobreprecios por bienes y
servicios,
especialmente cuando los mercados
estén oligopolizados. En otras palabras buscar llevar esos
precios a los
de un sistema de
competencia
perfecta.

Si bien en la ley no se lee expresamente "oligopolio"
ésta prohíbe muchas de las prácticas que
estos realizan. Fundamentalmente brega por eliminar las
prácticas que tengan por objeto distorsionar la
competencia o al acceso al mercado o que
constituyan abuso de una posición dominante en un
mercado.

Para ello en su artículo 2º enumera las
prácticas restrictivas de la competencia.

  • Manipular en forma directa o indirecta el precio de
    venta o
    compra de bienes o servicios al que se ofrecen en el
    mercado.

En otras palabras, protege a los consumidores de pagar
sobreprecios y a los productores no obtener una razonable
ganancia con respecto a los precios de mercado.

  • Comercializar sólo una cantidad restringida o
    limitada de bienes o prestar un número, volumen o
    frecuencia limitado o restringido de servicios.

Esto hace que el precio de los bienes y/o servicios no
suba.

  • Repartir en forma horizontal zonas, mercados,
    clientes y
    fuentes de
    aprovisionamiento.

Hace referencia al oligopolio completo.

  • Concertar o coordinar posturas en limitaciones o
    concursos.

Es decir, que protege al Estado y por
ende a sus contribuyentes de pagar sobreprecios.

  • Impedir, dificultar u obstaculizar a terceras
    personas la entrada o permanencia en un mercado o excluirlas de
    este.
  • Regular mercados de bienes o servicios mediante
    acuerdos para limitar o controlar la investigación o el desarrollo
    tecnológico, la producción de bienes o prestación
    de servicios, o para dificultar inversiones
    destinadas a la producción de bienes o servicios o su
    distribución.

Es decir, propiciar un "statu quo" para que no bajen
los precios de los bienes y/o servicios en el
mercado.

  • Imponer condiciones discriminatorias para la
    adquisición de bienes o servicios sin razones fundadas
    en los usos y costumbres comerciales.
  • Negarse injustificadamente a satisfacer pedidos
    concretos, para la compra o venta de bienes o servicios
    efectuados en las condiciones vigentes en el mercado en que se
    trate.

Estos dos últimos ítems hacen referencia
a la especulación con los bienes y/o servicios que
una empresa
comercializa. Es decir, una empresa
podría, si no existiese esta ley, reservarse el derecho
de comercializar dicho bien y/o servicio
para hacerlo más tarde a un precio más elevado y
conveniente para sí.

  • Suspender la provisión de un servicio
    monopólico dominante en el mercado a un prestatario de
    servicios
    públicos o de interés
    público.
  • Enajenar bienes o prestar servicios inferiores a su
    costo sin
    razones fundadas en los usos y costumbres comerciales con el
    fin de desplazar la competencia en el mercado o de producir
    daños en la imagen o en el
    patrimonio o
    en el valor de las
    marcas de sus
    bienes o servicios.

Esta es una táctica esencial de los monopolios
para eliminar la competencia

En el artículo 4º de la ley vemos nombradas
otras de las características de los oligopolios
(posición dominante) tal como lo vimos en la
clasificación según la alteración del
principio cuantitativo en sus puntos 1 y 2.

La ley nos dice que una o más personas goza de
posición dominante cuando para un determinado producto o
servicio es la única oferente o demandante dentro de un
mercado nacional o, cuando sin ser única, no está
expuesta a una competencia sustancial o cuando por el grado de
integración de vertical u horizontal
está en condiciones de determinar la viabilidad
económica de un competidor participante en el mercado en
perjuicio de estos. A fin de establecer la existencia de
posición dominante en un mercado deben considerarse las
siguientes circunstancias: si el bien es sustituible por otros,
si las restricciones normativas limitan el acceso de productos u
oferentes o demandantes al mercado de que se trate y el grado en
que el presunto responsable puede influir en la formación
de precios o restringir al abastecimiento o demanda en el
mercado.

La ley en su artículo 6º vela por la no
concentración económica, definiéndose esta
como, la toma de control de una o
varias empresas a
través de los siguientes actos:

  • La fusión
    entre empresas
  • La transferencia de fondos de comercio
  • La adquisición de la propiedad o
    cualquier derecho sobre acciones o
    participaciones de capital o
    títulos de deuda que den cualquier tipo de derecho a ser
    convertidos en acciones o participaciones de capital o a tener
    cualquier tipo de influencia en las decisiones de la persona que lo
    emita cuando tal adquisición otorgue al adquiriente el
    control de, o la influencia sustancial sobre la
    misma.
  • Cualquier otro tipo de acuerdo que transfiera en
    forma fáctica o jurídica a una persona o grupo
    económico los activos de
    una empresa o le otorgue influencia determinante en la adopción
    de decisiones de administración ordinaria o extraordinaria
    de una empresa.

En fin esta ley nos dice que los oligopolios
naturalmente atentan contra el interés económico
general y trata de actuar en tal sentido.

Una buena pregunta a realizarse sería si la ley
argentina es lo suficientemente estricta como para evitar los
oligopolio, y si bien esto correspondería a una
búsqueda más profunda a nivel legal y contractual,
lo cual excede las pretensiones de este estudio, podemos citar a
titulo de referencia que hay un índice que mide el grado
de concentración económica.

El informe
calculó para todos los sectores un índice de
concentración llamado de "Herfindahl". "A
título de referencia, la División Antitrust
del Departamento de Justicia y la
Comisión Federal de Comercio de
los Estados Unidos
establecieron que una industrial con un índice superior a
0.18 debía considerarse altamente concentrada", afirma el
documento. En mayoría de las industriales relevadas el
índice duplica o incluso triplica ese límite de
referencia, lo que en Estado Unidos pondría en alerta roja
a la División Antitrust del Departamento de
Justicia.

En esta tercera parte veremos cómo ser relaciona
la existencia de oligopolios con la desigualdad en la
distribución de la riqueza planteada en el marco
teórico.

En primer lugar deberemos, con el objetivo,
anteriormente mencionado y teniendo siempre en cuenta al marco
teórico referenciado, descubrir las particularidades de
los oligopolios en este nuestro país.

Como hemos visto en el marco teórico nos damos
cuenta que la existencia de mercados monopolizados y
oligopolizados en nuestras tierras no es un proceso
actual, sino que al menos empezó en 1880, ocupando 125 de
los 195 años de nuestra historia. Más,
deberemos ver ahora si se trata de sólo un sector de la
economía
sin importancia más allá de la singularidad del
hecho en este momento, o, muy por el contrario, se trata de un
fenómeno altamente generalizado que repercute en la
macroeconomía nacional y también en
la distribución de la riqueza.

Partimos de un estudio realizado por el Instituto Di
Tella, en donde se detalla que hay 15 sectores altamente
oligopolizados. Entre ellos los 4 más destacados
son:

Cemento: Con el liderazgo de
Loma Negra, (ex) propiedad de Amalita Fortabat, tres empresas
(Juan Minetti y Corcemar se fusionaron y son propiedad del grupo
suizo Holderbank) se reparten el mercado y fijan precios por
encima de la paridad de importación. Hay "evidencia de
colusión y de reparto de mercado", sostiene el informe. La
Comisión Nacional de Defensa de la Competencia
abrió de oficio una investigación contra las
cementeras, después de que la revista
veintiuno publicara memorándum intercambiados entre las
compañías que dejaban constancia de acuerdos de
precios y reparto de mercado en diversas áreas del
país.
Vidrio: Vasa es el único productor local, fijando
precios por encima de los de importación. Pero en este
caso el comportamiento
cartelizado está dictado a nivel internacional. La CNDC
tiene abierta una investigación en el mercado de vidrio plano.
Siderurgia: Techint y Acindar concentran casi toda la
producción local de hierro
primario, a la par que se produjo en los últimos
años de un efecto domino entre los laminadores
independientes, supuestamente impulsada por las condiciones fija
el oligopolio de los dos grandes grupos
económicos. Existe una denuncia contra Siderar en aceros
planos por abuso de posición dominante. Los antidumping
que, silenciosamente, consiguieron los popes del acero en los
últimos años limitó la competencia
importada.
Materiales de construcción: "El hecho de que los
principales productores posean una participación
considerable entre los importadores tiende a hacer pensar que la
competencia no es todo lo efectiva que sería deseable". De
otro modo: los precios locales todavía son caros.
Petroquímica y química pesada:
Los precios podrían ser menores a los de
importación, porque Argentina es excedentaria en estas
producciones. Sin embargo, el poder de
mercado que ejercen los productores en cada rama fija un piso a
los precios.

A continuación exponemos un cuadro con los rubros
oligopólicos y sus respectivas empresas
dominantes:

Carteles y
Monopolios

Empresas

Participación de
mercado en porcentaje

3 primeras

Cemento

97

Loma Negra

55

Juan Minotti/Corcemar

21

Cementos Avellaneda

11

Petroquímica Comodoro
Rivadavia

3

Siderurgia

97

Siderar (Techint)

55,3

Siderca (Techint)

18,9

Acindar

22,7

Aceros Zapia

3,1

Materiales de
Construcción

81

CerAmicos

60

Sanitarios

10,5

Grifería

10,5

Aluminio

100

Aluar

100

Vidrio

100

VASA

100

Neumáticos

100

Firestone

25

Goodyear

25

Pirelli

25

Fate

25

Petroquímica

Estireno

100

FASA

100

Poliestireno

90

Uristar

90

PVC

100

Indupe

100

Polietileno

100

Dow Chemical

100

Hemos visto con esto que los mercados
oligopólicos no sólo forman una parte de la
historia
argentina, sino que en la actualidad también son un
fenómeno generalizado. A su vez hay varios mercados
oligopólicos que se relacionan con el fenómeno de
las privatizaciones sucedido a partir de la
década de 1980. A este respecto se destacan los mercados
siderúrgicos, energéticos, de telecomunicaciones y de servicios.

Es muy interesante saber y conocer cómo cada uno
de estos rubros repercute a nivel individual y social ya que cada
uno de ellos tiene un impacto directo en la distribución
de la riqueza y también en la transferencia de fondos de
la población a estas empresas.

Es muy importante destacar un aspecto que aún no
hemos desarrollado y que sirve para entender un poco más
la realidad social: la presencia de conglomerados
económicos en el mercado. Cuando hablamos de conglomerados
económicos nos referimos a aquellos sectores o empresas o
personas que poseen varios segmentos de un mercado o varios
mercados. Estos conglomerados económicos hacen que la
riqueza se centre en pocas personas y a la vez, y se favorezca la
creación de oligopolios al fusionar o "coordinar tareas"
tanto vertical como horizontalmente.

Un rasgo muy distintivo de la política
privatizadora encarada en el país durante la década
de los noventa, fue la absoluta despreocupación por
difundir la propiedad del capital de las firmas
transferidas.

En ese contexto, era inevitable que la
consecución del programa operara
como disparador de la profundización del proceso de
concentración y centralización del capital en la Argentina.
En la mayoría de las privatizaciones, el propio llamado a
licitación favoreció por un lado la presencia de
pocos oferentes, y por otro, a la supervivencia y la
acentuación de monopolios u oligopolios
legales.

La dinámica asumida por el proceso
privatizador trajo aparejada la consolidación estructural
de un conjunto reducido de conglomerados empresarios, los cuales
pasaron a controlar empresas que operan en sectores que poseen
una clara importancia estratégica en tanto, por ejemplo,
definen la competitividad
de una amplia gama de actividades económicas y la
distribución del ingreso. Como queda reflejado en el
Cuadro Nro. 2, tales conglomerados económicos cubrieron
prácticamente la totalidad de los sectores públicos
privatizados, lo cual les brindó la posibilidad de
insertarse en aquellas áreas decisivas –sino
determinantes en la definición de la estructura de
precios y rentabilidades relativas de la economía
argentina en los años noventa.

Cuadro Nro. 2: Participación de
los principales conglomerados económicos en los distintos
sectores privatizados

Fuente: Area de Economía y Tecnología de la
FLACSO en base a información oficial.

En relación con lo anterior, cabe destacar los
casos de los grupos económicos Astra, Pérez
Companc, Soldati y Techint que, a partir de la privatización de YPF, Gas del Estado,
Segba, Agua y
Energía e Hidronor, se consolidaron como los principales
actores del conjunto del mercado energético
nacional.

Se adjudicaron las principales áreas petroleras
transferidas al sector privado en el marco de la
desestatización de YPF, al tiempo que
participaron en la propiedad de algunas de las empresas que
tomaron a su cargo la prestación de los servicios de
generación y/o transporte y/o
distribución de gas natural y
energía
eléctrica.

Este significativo poder de mercado sobre el conjunto
del sector energético local que lograron estos grupos
empresarios a partir de las privatizaciones se ve potenciado si
se considera que son, simultáneamente, grandes usuarios
industriales para los que el
petróleo, el gas natural y la electricidad
constituyen sus principales insumos energéticos (es el
caso de Astra en la elaboración de bienes derivados del
petróleo.

En definitiva, el caso de la privatización
del-sumamente estratégico- mercado energético local
pone claramente en evidencia cómo desde el aparato estatal
se buscó favorecer a un conjunto muy reducido de grandes
conglomerados empresarios al transferirles no sólo un alto
grado de determinación sobre la evolución del sector y, por ende, de
numerosas actividades vinculadas.

El hecho de que los mismos actores participen en los
distintos eslabones de la cadena energética no sólo
redujo, en gran medida, las posibilidades de garantizar un
funcionamiento medianamente competitivo del sector (uno de los
principales objetivos por
los que se promovió y justificó la
privatización de Gas del Estado, YPF y las empresas
eléctricas nacionales), sino que también
elevó considerablemente el riesgo de que
tales actores instrumenten distintos tipos de prácticas
discriminatorias (subsidios cruzados, precios de transferencia,
etc.), con efectos negativos sobre el funcionamiento de otros
mercados, en especial, aquellos industriales
energo-intensivos.

Luego de todo lo que leímos podemos extraer una
clara conclusión en la cual podemos decir que las
privatizaciones contribuyeron a profundizar la
concentración y centralización del capital en la
Argentina.

Así, es posible concluir que las privatizaciones
constituyeron un verdadero "traje a medida" de los mismos actores
económicos que se habían consolidado
estructuralmente al amparo de las
diversas políticas
de desguace del aparato estatal (y, por lo tanto, del conjunto de
la sociedad
argentina) que se habían venido aplicando en el
país desde mediados de la década de los años
setenta.

Las modalidades de los diversos procesos de
privatización –exigencias patrimoniales
mínimas, requisitos técnicos, celeridad,
importancia del poder de lobbying doméstico, etc.,
facilitaron e incluso indujeron el despliegue de distintos tipos
de estrategias por
parte de los principales conglomerados locales, inscriptas en una
creciente polarización del poder económico. Al
respecto, pueden identificarse dos lógicas de
comportamiento (no necesariamente excluyentes entre
sí):

  • Los grupos económicos que a
    través de alguna/s de su/s firma/s controlada/s
    adquirieron empresas públicas o tenencias
    accionarías del Estado en compañías que
    operaban en el mismo sector de actividad en el cual estaban
    insertos (estrategia de
    concentración)
  • Los grupos económicos que tuvieron una activa
    y difundida presencia en los distintos procesos de
    privatización o, en otros términos, que
    priorizaron una estrategia de diversificación de sus
    actividades hacia diferentes servicios privatizados poco
    –o nada – vinculados entre sí por relaciones
    tecno-productivas y/o de carácter comercial (estrategia de
    conglomeración)

Indudablemente, estas distintas estrategias empresarias
frente al programa de privatizaciones indican que la creciente
oligopolización y conglomeración de la
economía argentina, la polarización del poder
económico en un núcleo reducido de conglomerados
empresarios, y la consolidación y preservación de
reservas de mercado con rentas de privilegio emergen como algunos
de los principales impactos de las formas de desarrollo de dicho
programa.

En primer lugar, a nivel de las empresas privatizadas se
observa un acentuado grado de concentración de la
propiedad en manos de un número muy reducido de
accionistas. En efecto, en casi todas las privatizaciones, las
tenencias accionarías se concentraron, a lo sumo, en tres
o cuatro firmas o grupos que conforman los consorcios
adjudicatarios. En otras palabras, fueron unos pocos actores
económicos los que pudieron ingresar al "negocio" de las
privatizaciones.

En segundo lugar, a nivel del proceso en sí, es
posible constatar que, con la excepción de algunas
áreas y empresas -marginales, en cuanto a su importancia
económica-, prácticamente no existen casos de
empresas privatizadas en cuyos respectivos consorcios
adjudicatarios no se encuentre alguno de los principales
conglomerados empresarios que desarrollan actividades en el
país. En suma, puede afirmarse que la presencia de un
grupo económico de relevancia en el interior de los
consorcios constituyó una suerte de condición
suficiente y, fundamentalmente, necesaria para resultar
adjudicatario de las distintas licitaciones.

En tercer lugar, y a nivel de la estructura de los
mercados, a pesar de la transferencia de monopolios
públicos al sector privado, no se modificó la
dinámica de funcionamiento de los diversos mercados
involucrados. En efecto, no obstante la segmentación realizada en gran parte de los
mismos (energía eléctrica, gas natural), y a pesar
de que uno de los argumentos centrales en pos de la
privatización de empresas estatales era que ello
traería aparejado un mayor nivel de competencia, dichos
mercados siguieron caracterizándose por una estructura
fuertemente concentrada (de tipo monopólica o, a lo sumo,
oligopólica).

De esta manera, no sólo se consolidaron estructuras
altamente concentradas en aquellos mercados de servicios
públicos que fueron transferidos al sector privado, sino
que, adicionalmente, se elevaron sustancialmente las
posibilidades de que los actores que controlan tales empresas
desplieguen distintos tipos de prácticas predatorias que
afecten de manera negativa la competitividad de distintos
sectores y, fundamentalmente, a los usuarios. Más
aún si se considera, por un lado, la significativa
"debilidad" que, en materia de
regulación de las empresas privatizadas, han mostrado los
distintos organismos de contralor existentes y, por otro, el
hecho de que los mismos actores que ingresaron a las
privatizaciones participan -y,

en muchos casos, controlan- aquellas empresas que
cuentan a los servicios privatizados entre sus principales
insumos productivos. Sin duda, esta constituye una de las
principales "debilidades" y/o "errores de diseño"
de la política privatizadora, claro que plenamente
funcional, como el resto de las "fallas de origen", a los pocos
-pero muy (cada vez más) poderosos- actores que lograron
participar del "negocio" de las privatizaciones.

La profundización del proceso de
concentración del capital asociado a la transferencia de
empresas públicas al sector privado refleja, asimismo, la
consolidación de una tendencia que se remonta a mediados
de la década de los setenta: la asociación entre
los grandes grupos económicos locales con firmas de
capital extranjero.

El comportamiento de las tarifas y su impacto
sobre la estructura de precios relativos de la Economía
Argentina

Desde que el Estado se
hizo cargo de la prestación de la mayoría de los
servicios públicos, especialmente a partir de las
décadas de los cuarenta y cincuenta, hasta los años
noventa, los sucesivos gobiernos manipularon -por cierto, no
siempre en forma progresiva- el nivel de las tarifas de los
servicios públicos en función
de, entre otros factores, su impacto sobre el nivel de vida de la
población, en general, y de los asalariados y los
restantes sectores de bajos ingresos, en
particular.

Ello pone de manifiesto la importancia que asume, desde
una perspectiva distributiva, el costo de estos servicios para
los usuarios en una sociedad moderna, casi tan importante como,
por ejemplo, el costo de los alimentos-. De
allí el motivo por el cual cobra relevancia, desde un
punto de vista tanto social como económico, el análisis del comportamiento de los precios
y las tarifas de los servicios públicos
privatizados.

El tratamiento de la evolución de los precios y
de las tarifas de los servicios públicos también se
asocia con los argumentos difundidos a favor de las
privatizaciones. En este caso, la idea era aproximadamente la
siguiente: las empresas públicas necesitan una
inyección de capital cuya magnitud, en el marco de la
llamada "quiebra del
Estado", sólo podía proveer el sector privado, a
fin de aumentar la productividad y
la eficiencia de
estas empresas, en beneficio del conjunto de la
población.

En otros términos, la transferencia al capital
concentrado de las principales firmas del Estado argentino
generaría per se un aumento en la eficiencia de las
empresas que redundaría en crecientes niveles de
"bienestar general" que no tardarían en "derramarse" sobre
el conjunto de la población, en especial, sobre los
sectores de menores ingresos (bajo la forma de, por ejemplo,
tarifas decrecientes y/o una mejor calidad en la
prestación de los servicios).

Sin duda, una vez privatizadas, muchas de las empresas
de servicios públicos mejoraron la calidad de sus prestaciones,
sobre todo con respecto a los parámetros registrados a
fines de los ochenta –si bien, en general, muy por debajo
de sus compromisos contractuales-, aumentaron su "eficiencia
microeconómica" y, fundamentalmente, su productividad
(ello se manifiesta con particular intensidad en el caso del
sector telefónico, donde mejoró la calidad y la
cobertura del servicio en paralelo a un intenso proceso de
expulsión de personal, y a un
incremento considerable en la intensidad del trabajo).

Ahora bien, si estos incrementos en la productividad,
que además de implicar una mejora en la calidad suponen
una disminución de los costos operativos
de las empresas, no se traducen en una cierta disminución
en las tarifas (manteniendo un margen de beneficio "razonable"
para las firmas), no es el conjunto de la sociedad el que se
beneficia de dicha disminución en los costos, sino tan
solo las empresas de servicios públicos. Este parece ser
el caso, prácticamente excluyente, de la experiencia
argentina en materia de privatizaciones de servicios
públicos, si se tienen en cuenta la evolución de
las tarifas de los servicios públicos y de las ganancias
extraordinarias que han obtenido los distintos consorcios
adjudicatarios de las empresas privatizadas desde que iniciaron
sus actividades.

Tal como se observa en el Cuadro Nro. 3, que sintetiza,
para el período comprendido entre marzo de 1991 (momento
en que se lanza el Plan de
Convertibilidad) y diciembre de 1998, la evolución de los
precios y tarifas de un conjunto de servicios públicos
privatizados, en relación con la variación de los
precios mayoristas (se trata del Indice de Precios Internos al
por Mayor –IPIM-), el incremento en las tarifas reales de
estos servicios denota su regresivo impacto sobre la
competitividad de la economía.

Cuadro Nro. 3: Variación de
precios y tarifas seleccionados, Marzo 1991-Diciembre
1998

Así, por ejemplo, el incremento en las tarifas de
peaje (69,3%) supera al aumento correspondiente al IPIM (12,9%).
Este incremento registrado en los peajes de las principales rutas
nacionales conllevó un aumento considerable en los costos
del transporte (que, para muchas firmas, constituye uno de los
componentes centrales del denominado "costo empresario")
y, como tal, ha jugado un papel central en la explicación
de la crisis que
atravesaron muchas economías regionales en el transcurso
de los noventa.

Por último, el precio promedio de los
combustibles líquidos aumentó apenas un 1,4%
durante el período bajo análisis. En este caso, por
tratarse de lo que se suele denominar como un bien
comercializable o transable con el exterior, la
comparación más apropiada -en términos de
los efectos de la desregulación del mercado petrolero que
se impulsó en paralelo a la transferencia de YPF al sector
privado- es aquella que los relaciona con la evolución del
precio internacional del petróleo crudo (más aún
cuando la privatización de la empresa
estatal y la desregulación del sector petrolero aplicadas
durante la década pasada fueron justificadas e
implementadas bajo el supuesto de que darían lugar a la
convergencia entre los precios locales y los internacionales de
combustibles).

Sin embargo, en el Cuadro Nro. 4 se observa cómo,
ante una disminución del 43,2% en el precio internacional
del petróleo
crudo entre marzo de 1991 y diciembre de 1998, los precios de los
combustibles líquidos aumentaron (es el caso de las naftas
común y especial, el 9,2% y 20,9%, respectivamente) o
disminuyeron significativamente menos (kerosén, gas oil y
fuel oil, cuyos precios cayeron sólo 7,1%, 14,0% y 3,2%,
respectivamente), de allí surge la pregunta que formulamos
a Repsol -YPF en el cuestionario
anexado al presente trabajo. (Anexo I)

Cuadro Nro. 4: Variación de
precios de los combustibles

Líquidos sin impuestos, Marzo
1991-Diciembre 1998

(Índice base marzo 1991 = 100)

 En este sentido, cabe destacar que, a diferencia
de algunos sectores económicos productores de bienes
transables, en los que el efecto combinado de la
desregulación de los mercados y la apertura de la
economía operó como "disciplinador" de los precios
domésticos, en el ámbito de los derivados del
petróleo no se han visto satisfechos los objetivos
proclamados con la llamada liberalización de las "fuerzas
del mercado" y la privatización de la empresa líder.
En ese marco, el ejercicio pleno (y abusivo) del poder
oligopólico de mercado por parte de las firmas dominantes,
sumado a la falta total de regulación pública sobre
el mercado, repercutieron directamente, como era de esperar,
sobre la performance de las compañías (bajo la
forma de ganancias extraordinarias –en especial, por parte
de Repsol-YPF-), y pone en evidencia cuales son las consecuencias
que acarrea la "desregulación" de mercados caracterizados
por estructuras de oferta
altamente concentradas cuando no está presente el Estado
en la propiedad ni establece algún tipo de "contrapeso
normativo" tendiente a controlar el comportamiento de las firmas
lideres.

Análisis

Como hemos visto los conglomerados económicos
oligopólicos se presentan en variados mercados de la
economía argentina. Es en el rubro energético, sin
embargo donde se nos presenta información más
valiosa en cuanto a lo que nos convoca, tal es el impacto social
que estas empresas han tenido. Toda la economía depende de
la energía y en este momento en nuestro país, la
mayor parte de las industrias se
nutren de estos recursos
naturales. También es de suma importancia en los
comercios, las residencias, las empresas de servicios e inclusive
en el campo. Como hemos adelantado este sector presenta las dos
características antes mencionadas, a decir, es un mercado
oligopólico y además es un conglomerado
económico ya que el mercado hidrocarburífero
presenta varias ramas, controladas todas por pocas
empresas.

Dice Jeffrey D. Sachs:

"El petróleo y otros combustibles
fósiles provocan cambios climáticos en el largo
plazo, pero poca gente aprecia la gravedad de los riesgos
implícitos

Frente a esta situación algunos proclaman la
necesidad de reducir drásticamente el consumo
mundial de energía. Sin embargo, esta alternativa
debilitará la economía sin solucionar el problema
del suministro de petróleo a largo plazo ni el del
cambio
climático.

Otros, nos exhortan a desacostumbrarnos a los
combustibles fósiles y emprender una carrera alocada hacia
las fuentes energéticas renovables, como la solar o la
eólica. Pero estas alternativas son costosas y, en
términos realistas, no pueden reemplazar los combustibles
fósiles."

Sin dudas la energía es el motor de toda
actividad humana. El consumo energético sigue creciendo
arrastrado por el incremento constante de la producción de
bienes y servicios y a pesar de la sustancial mejora en la
utilización de los recursos. En la
actualidad la producción de un bien requiere la cuarta
parte de la energía utilizada 30 años atrás.
A su vez, el petróleo continúa siendo la principal
fuente de energía y todo hace pensar que lo será
por un largo tiempo. Los pronósticos coinciden en aceptar que en el
2030 los hidrocarburos
continuarán cubriendo las 2/3 partes de las necesidades
energéticas mundiales. De allí, que los conflictos
vinculados al control de las zonas productoras de este recurso
ocupen un capitulo central de cualquier lectura
geopolítica de la historia del
último siglo.

La década de los 70 constituye un punto de
inflexión en la historia del petróleo, pues es el
momento en que los principales países productores toman
conciencia de su
rol fundamental y comienzan a elaborar políticas
destinadas a incidir sobre el precio de este recurso. Dos
instrumentos resultan claves en el éxito
de esta estrategia: la nacionalización de los yacimientos
a través de la reversión de las concesiones y la
creación de la
Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP). La OPEP
acabó con la hegemonía de las grandes empresas
petroleras llamadas las "Siete Hermanas" (Exxon, Gulf, Texaco,
Mobil, Standard Oil, British Petroleum y Royal Dutch Shell), que
en los 50s controlaban más del 98% de la producción
de petróleo en los territorios de los países que
posteriormente formaron la OPEP.

La OPEP fue creada en 1960 por Arabia Saudita,
Irán, Irak, Kuwait y
Venezuela, a
los que posteriormente se sumaron Qatar, Indonesia, Libia,
Emiratos Arabes Unidos, Nigeria y Argelia. A diferencia de otras
iniciativas nacidas en el Sur para defender el precio de sus
productos primarios (café,
banano, cobre,
cereales, etc.) la OPEP es, hasta este momento, la única
asociación que obtuvo logros significativos en sus
objetivos.

A inicios de los 80 los países de la OPEP ya
controlaban el 88% de la producción de petróleo en
sus territorios, en comparación con el 6% en 1970. El
crudo cuya cotización rondaba los 3 u$s/barril,
subió a 12 u$s/bl en 1973 y llegó a superar los 40
dólares en 1979.

La respuesta de los países industrializados no se
hizo esperar. En 1974, se crea la Agencia Internacional de
Energía (AIE) como parte de una estrategia encabezada por
Estados Unidos destinada a romper el cartel de los países
productores y reducir el precio del crudo. Las principales
acciones para alcanzar ese objetivo eran incrementar la
producción de crudo incorporando nuevas áreas y
países, debilitar la cohesión de los integrantes de
la OPEP y tratar de revertir la nacionalización de los
yacimientos impulsando "reformas" del Estado.

La estrategia resultó parcialmente exitosa. Los
precios del crudo fueron descendiendo paulatinamente hasta llegar
a cotizar a sólo 12 u$s/bl en 1998.

Sin embargo, en muy pocos países se llegó
a privatizar totalmente la industria (la
excepción más importante fue Rusia en los
90) y en los de mayor vocación petrolera, como los del
Golfo Pérsico, se mantuvieron fuertes barreras a la
inversión privada en el sector. De
allí que pueda afirmarse que las empresas petroleras de
los países OPEP constituyeron la mayor resistencia a la
presión
privatizadora de esos años.

De estos datos podemos
obtener dos conclusiones muy valiosas. En primer lugar que el
fenómeno de los oligopolios en el mercado capitalista no
es nuevo y que, curiosamente, se ejerce en el área que
más importa a ese sistema, la energía, el motor de
la economía. Este oligopolio pasó de las "Siete
Hermanas" a la OPEP, pero al fin siguió siendo un
oligopolio en donde el precio estaba fijado no por la libre
competencia sino por las empresas o los países
productores. En segundo lugar podemos afirmar que la
política privatizadora, especialmente en el mercado
hidrocarbuífero, no fue un fenómeno que se dio
solamente a nivel país, sino que, muy por el contrario, se
trata de un fenómeno de carácter global en el cual
la Argentina se encuentra inmerso.

En nuestro país el oligopolio energético
se encuentra conformado por los conglomerados extranjeros Repsol,
Total y BP-Amoco (Pan American Energy), por la estatal
brasileña y por los ex grupos económicos
considerados locales como Pecom (ahora Petrobrás), SCP y
Techint, operando en la oferta primaria, transporte,
distribución y consumo industrial de gas natural,
así como también en los segmentos petróleo,
eléctrico y química. Todo esto está
detallado en el anexo 2. El agotamiento de los recursos naturales
no renovables y la equiparación de los precios de
combustibles y tarifas de servicios públicos con los
fijados internacionalmente serán inevitables. (N de A.: En
realidad los precios cobrados en el ámbito local superan
los internacionales).

En un mercado de libre competencia no se podría
argüir ninguna contra a que las empresas busquen los
máximos beneficios posibles ya que es a eso lo que a punta
el sistema capitalista. Sin embargo, nos encontramos frente a un
mercado oligopolizado, lo que quiere decir, como ya hemos visto,
que son los oferentes quienes deciden el precio del
mercado.

A este respecto en abril del año 2000 el
Instituto Argentino de la Energía (IAE) publicó
el trabajo
"Análisis del Mercado de Combustibles Líquidos en
la República Argentina"

Los hallazgos, correspondientes al periodo 1992-2000,
fueron sorprendentes:

  1. Los precios en salida de refinería de los
    combustibles vendidos en el país nunca siguieron una
    trayectoria que reflejara los cambios en el mercado
    internacional, sino que mantuvieron sus propios
    niveles.
  2. Los precios del gasoil y las naftas cobrados por las
    refinadoras se ubicaron, en promedio, entre un 19% y un 64% por
    encima de sus valores de
    referencia internacional, dependiendo del producto y de la
    empresa.
  3. En las naftas el sobreprecio cobrado por YPF,
    respecto de su valor de referencia internacional, fue del 38%.
    En el caso de Esso del 47% y de Shell del 64%. En el gasoil el
    sobreprecio promedió un 19%.

El estudio también señala que los
excedentes transferidos por los consumidores a favor de las
principales refinadoras como consecuencia de los sobreprecios
derivados de la diferencia de precios internos respecto de los
internacionales entre los años 1993 y 1999 fueron de
aproximadamente 4.500 millones de pesos/dólares. La
captación de este excedente se distribuyó entre las
principales productoras de la siguiente forma: YPF+EG3 54%, Shell
28% y Esso 18%.

Es de interés resaltar que los más
perjudicados no son las personas que se encuentran en el segmento
medio de la sociedad como parecería a simple vista, como
se ve por el aumento en las naftas así lo
comprobaría. Muy por el contrario, el oligopolio, que no
cesó en estos últimos años hizo que el
precio de la garrafa de gas licuado de petróleo
pasará de 10 ó 12 pesos a 40. Esto obviamente es
mucho para una familia de
escasos recursos. Recordemos que son estas familias que suman 13
millones de personas las que consumen estos bienes ya que no
tienen acceso a la red de gas natural. Es una
necesidad básica para diversas actividades, entre otras en
cuanto a la cocina y la calefacción. En algunos casos las
familias destinaron la sorprendente suma del 12% de su presupuesto en
este recurso.

Queda bien clara, entonces, la presencia de un mercado
oligopólico y una gran concentración
económica en Argentina. La excusa de las empresas de este
oligopolio para cobrar sobreprecios es el precio del barril de
crudo a escala
internacional. Sin embargo, como hemos visto, este precio no
respondió nunca a dicha escala, sino que mantuvo su propio
nivel, siempre en detrimento de los consumidores (particulares,
agro, transporte e industria) que transfirieron oficialmente
4.500 de pesos/dólares entre 1993 y 1999 y que,
según algunos autores alcanzó la sorprendente cifra
de 9.000 millones de dólares entre 1992 y 2001. En
cualquier caso, el injustificado sobreprecio fue
abismal.

Partimos de las siguientes preguntas para realizar el
análisis de las relaciones entre el marco teórico y
el desarrollo.

1.-¿Cómo podemos relacionar el tema del
presente trabajo con el marco teórico que desarrollamos en
la primera parte?

Como hemos visto la existencia de oligopolios se debe a
dos fenómenos paralelos, que son la
globalización y la existencia de conglomerados
económicos. Las condiciones que favorecen la
implantación de estos dos modelos
son:

  • La existencia de mercados oligopólicos es un
    fenómeno pausible dentro del esquema
    capitalista.
  • La existencia de mercados oligopólicos en
    Argentina data de comienzos del período
    post-bélico e inclusive si se investiga con más
    profundidad se podrá encontrar este tipo de mercados en
    épocas de colonización y conquista. Todo esto
    genera que si bien estas formas de organización no estén legitimadas
    existe una indiferencia tanto de la sociedad como de los
    gobiernos a actuar en contra de ellos. Es decir que no hay una
    cultura que
    se alce en contra de este tipo de estructuras.
  • El establecimiento del así llamado estado
    neoliberal el cual trata de no inmiscuirse en los asuntos
    económicos. Sin un control activo del Estado y con lo
    que dijimos en el punto 1 estamos ante la presencia de posibles
    abusos en los precios por quienes poseen la oferta de los
    bienes o servicios.
  • Debido a la globalización y a la actitud
    pasiva que tuvo argentina frente a este fenómeno donde
    como dijimos anteriormente se deterioró la
    intervención estatal, los grandes capitales
    internacionales penetraron en la economía nacional. Los
    grandes conglomerados nacionales tomaron ventaja de esta
    situación y se asociaron con los capitales
    internacionales sacando provecho de esto.
  • La política privatizadora totalmente
    desorganizada estimuló la entrada de empresas de
    capitales trasnacionales que no buscaban una mejora en la
    eficiencia económica sino que luchaban por contratos
    sumamente ventajosos para ellas pero perjudiciales para el
    país.
  • La desregulación del estado y la falta de
    interés de este con respecto al cumplimiento de los
    contratos de las nuevas empresas privatizadas y también
    la actitud pasiva con respecto a la percepción de tributos.
  • La política
    social general de los gobiernos de turno, si es que hubo
    alguna, fomentó la desigualdad, el aumento de la pobreza y el
    desinterés por las cuestiones que respectan a la
    economía nacional. Este último punto se dio
    especialmente por la percepción de un cierto nivel de
    comodidades en la década del 90 debido a, entre otras
    cosas, el aumento de la deuda
    pública y una convertibilidad solo en los
    hechos.

2.-¿Por qué se creo un oligopolio en el
sector energético?

Además de las características
anteriormente mencionadas con respecto a los mercados
oligopólicos podemos discernir algunas particularidades
del caso de los combustibles fósiles:

  • El aumento indiscriminado de precios luego de la
    crisis del petróleo del año 1973 trajo aparejado
    la voluntad de acaparar ese mercado con el objetivo de sacar
    las máximas ganancias posibles.
  • El fenómeno de los oligopolios en este sector
    son a nivel internacional ya que el petróleo es un bien
    transable y de alto valor para cualquier economía
    moderna.
  • El vacío que dejó el estado en este
    mercado luego de la venta de YPF y la total falta de control
    por parte del estado tanto en el cumplimiento del contrato como
    en la percepción de tributos.
  • Las políticas tendientes a "liberalizar" la
    economía y permitir que se cobren precios
    internacionales en el ámbito nacional.

3- ¿Cómo repercute la existencia de estos
conglomerados económicos en la sociedad
argentina?

Con la existencia de estos grupos económicos
donde el poder y la riqueza se concentran en muy pocas personas,
el sector que únicamente se beneficio es quienes poseen
esos conglomerados y quienes se perjudican son obviamente los que
no tienen el acceso a dicho status. Paralelamente la gente ve el
favoritismo de parte de los gobiernos de turno para con las
élites, lo que produce una sensación de bronca e
impotencia. Todo esto influye en el debilitamiento del tejido
social lo que sumado a los efectos del neoliberalismo
en el plano de los ingresos y de la ocupación deterioraron
la legitimidad de la vida política ante buena parte de la
ciudadanía que pasó a sospechar de
la existencia de venalidad y corrupción. Así los partidos
políticos perdieron reconocimiento y sus dirigentes
fueron objeto de un enorme caudal de críticas que los
colocó en el descrédito público. Frente a
toda esta situación y a la impotencia de la sociedad
argentina que se moviliza en contra de estos privilegios los
aparatos estatales están siempre en una situación
ambivalente, entre atender las presiones de la sociedad y atender
el poder de lobbying que tienen los grandes conglomerados. En la
mayoría de los casos con disímiles sesgos y grados
de parcialidad el Estado le da prioridad a estos últimos
lo que provoca mayor desigualdad. En suma, todas las actividades
(sobreprecios, lobbying, evasión de impuestos, etc.) que
realizan estos grupos económicos a favor de su propio
beneficio y totalmente en contra de la sociedad en su conjunto,
perjudican a la confianza en el sistema y al interés
económico y social general. La integración es una
función clave para la supervivencia del Estado lo que
asegura su unidad interna. Los modelos anteriores del Estado
lograron un grado significativo de integración social,
mediante mecanismos de distribución de la riqueza y
afirmación de derechos sociales, se
generaron efectivas condiciones de integración y
tendencias igualitarias. Esta situación contrasta con el
Estado que vemos en la actualidad. El impacto de lo
económico sobre el tejido social es correlativo a la
concentración, el desempleo y la
desindustrialización, con el aumento de la delincuencia,
mayores índices de criminalidad, robos y secuestros
particularmente en las grandes ciudades. A su vez creemos que no
se puede pensar en un Estado desarrollista y de inclusión
e integración social, si no se regularizan formalizan
algunos aspectos negativos de la actualidad como por ejemplo la
falta de competitividad y la falta de legislación.
Respecto de este último punto pensamos que es más
perjudicial la falta de control de leyes y el
debilitamiento del aparato judicial que la sanción de
nuevas leyes.

Conclusión

Observando la prensa
gráfica de la Ciudad de Buenos Aires,
hemos notado la presencia de un tema recurrente en la agenda de
estos medios. En uno
u otro sentido este tema siempre estaba directa o indirectamente
relacionado con las noticias del
momento. La presencia de un mercado fuertemente oligopolizado en
varios sectores llamó notoriomente nuestra atención. Este tema impactó
fuertemente en nuestra conciencias y quisimos abrirnos a la
teoría
de Alvin Gouldner para analizar esa
problemática.

Hemos partido de la idea de que en el capitalismo no
siempre hay mercados perfectos, sino que es de la esencia misma
de ese sistema el tender a formar monopolios y oligopolios. Nos
dimos cuenta ya, desde los textos económicos, que los
oligopolios no benefician a la comunidad.
Más, quisimos tener una segunda opinión y
recurrimos a la Ley de la Defensa de la Competencia, en donde nos
dimos cuenta en que dirección se debe encarar la
problemática. Quisimos ver entonces, hasta que punto
nuestros mercados se encontraban monopolizados u oligopolizados.
Comenzando a investigar, nos dimos cuenta de varias cosas que nos
sorprendieron. Una de ellas fue la evidente relación que
hay entre los sectores oligopólicos y las empresas
privatizadas. Otro fue el grado de acaparamiento de los mercados
que tienen pocas empresas y que muchas de ellas se diversifican
en sus producciones, pero en vez de repartir los beneficios de la
tecnología y la mayor productividad, la usan en su propio
beneficio, buscando cada vez una supuesta eficiencia
económica. Es increíble lo que pasa en ciertos
rubros como el vidrio en dónde un solo oferente controla
todo el mercado. Puede parecer que habiendo tantos sectores para
analizar sea difícil decidirse por cual investigar. Es
evidente que no se los puede investigar a todos ya que
sería una ardua tarea. Más, la información
de diversas fuentes nos decidió por investigar el mercado
de la energía. Este mercado en el cual creemos que no hay
competencia y las rentas son impresionantes, es
esenciadísimo para la economía nacional y
también internacional. Nos dimos cuenta que no sólo
hay un oligopolio a nivel internacional, sino también a
nivel local, siendo los precios aquí mucho más
altos que los internacionales, siendo perjudicados los
consumidores que se cuentan por millones.

Nos dimos cuenta además la falta de eficiencia
del Estado que en primer lugar no vendió en forma
eficiente a YPF y en segundo lugar no propició una buena
regulación de esta empresa lo que produjo perjuicios en el
pasado, los produce en el presente y, lo que es peor,
podrá provocar en el futuro algunos más graves
como, por ejemplo, la escasez de
petróleo como actualmente sucede con el gas.

Con esto no pretendemos volver a una época en
donde el Estado controlaba la economía ya que conocemos
los perjuicios que esto trae, especialmente en cuanto a la
eficiencia económica y a la falta de transparencia. Pero
sí creemos que el Estado debe cumplir su rol de contralor
en cuanto al cumplimiento de contratos de las empresas
privatizadas, especialmente teniendo en cuenta que estos nos
perjudican claramente.

Finalmente nuestro grupo trato de comprometerse
concientemente con este trabajo, aplicando los conocimientos
vistos en toda la materia y especialmente en el texto de
Sociología Reflexiva, el cual es la base
epistemológica de esta investigación.

Creemos que ante una sociedad tan polarizada en lo que
concierne a la economía y a lo social, al ver tanta
desigualdad intersectorial, quisimos investigar de donde
provenía y cuales eran las causas que produjeron estos
efectos, sinceramente nos hemos dado cuenta de innumerables cosas
que hasta el momento no sabíamos.

A modo de conclusión podemos afirmar que nos fue
grato realizar este trabajo

Bibliografía

Se detallan las obras de los autores, y fuentes
bibliográficas que estos utilizaron.

Principios de Economía – Julio
Aníbal Vignau, Ricardo Jorge Vignau

  • Lecciones de Economía
    Política – Roberto Murray

John F. Due – Análisis
Económico

Ley 25.156 – Boletín Oficial

Jorge E. Sabato y Jorge Schvarzer – Funcionamiento
de la economía y poder político en Argentina,
trabas para la democracia

Juan C. Villarreal – Los hilos sociales del
poder

James F. Petras – Quién manda en América
Latina

José Manuel Grima – Divergencias sobre la
sociedad Civil
en un contexto de crisis

Helio Jaguaribe – Las opciones de
Argentina

Alcira Argumedo – El imperio del
conocimiento

Jean Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon – Los dos
padecimientos.

La nueva era de las desigualdades.

Ricardo Sidicaro – Sociedad Nacional y
Globalización

Maximiliano Montenegro – El cartel del
surtidor

Las privatizaciones y la profundización de la
concentración del capital –

Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Martín Abeles,
Camila Arza, Karina Forcinito, Julieta Pesce y Martín
Schorr.

Artículos periodísticos

Pobres vs. Oligopolios – Rubén Giustiniani
– Página 12 09/03/2005

Los productores de gas natural y sus prácticas
oligopólicas en el mercado energético argentino
– Ricardo A. De Dicco – 15/10/2004*

Precios de combustible y prácticas
oligopólicas – Alberto Pontoni – Página
12 Mayo 2004

  • "Análisis del Mercado de Combustibles
    Líquidos en la República Argentina" –
    Instituto Argentino de Energía

El futuro energético – Alberto Pontoni
– Página 12 Mayo 2004

  • Jeffrey D. Sachs "El futuro energético en
    peligro"

* Este artículo puede ser encontrado en varias
páginas
web, entre otras,
http://www.info-moreno.com.ar/notas/gas/productores_gas_natural.htm

Anexo I

Santiago Moreno

Tal como lo hemos pactado por teléfono el viernes pasado, le envío
el cuestionario con el fin de que pueda usted ayudarnos a
completar nuestro trabajo práctico de la materia
Sociología de la Universidad de
Buenos Aires.

1) ¿Cuándo se fusionó REPSOL con
YPF? ¿Cuál era la situación económica
en ese momento?

2) Según Ámbito Financiero en Argentina el
crudo tiene una retención del 45% cuando se lo exporta y
el precio interno está subsidiado lo que hace que el valor
del barril sea u$s 32. Asimismo es difícil encontrar
yacimientos que operen bajo los costos actuales. Se dice que
Argentina en 5 años podrá ser importador neto de
petróleo como lo es hoy de gas. ¿Es esto cierto?
¿Cómo se puede lograr que al mismo tiempo que las
empresas tengan un margen razonable de ganancia los consumidores
no paguen demasiado por sus servicios (como actualmente sucede en
Uruguay)?

3) ¿Cuál piensa que debe ser el papel que
desempeñe ENARSA, especialmente teniendo en cuenta que el
capital social de Repsol-YPF está formado en un 4,8% por
la petrolera estatal mexicana PEMEX?

4) Teniendo en cuenta que desde diciembre de 2001 el GLP
en garrafa aumento alrededor de un 300% y sabiendo que Metrogas y
Gas Natural Ban están compuestas en un 72% por REPSOL-YPF
(además del 46% de la producción y
exploración de gas natural). ¿Cómo se
podría llegar a que los consumidores de GLP sean usuarios
del más barato gas natural en un futuro?

5) Tomando en cuenta el trabajo del IAE titulado
"Análisis del Mercado de Combustibles líquidos en
la República Argentina", ¿por qué
cuándo el valor de barril de petróleo a nivel
internacional en el período 1992-2000 aumentaba
repercutía en los precios de los combustibles a nivel
local, mientras que cuando disminuía eso no
repercutía en dichos valores, siendo los sobreprecios
promedio cobrados por YPF un 38% con respecto de su valor de
referencia internacional en dicho período?

Desde ya, le agradecemos por su
colaboración.

NOTA: Este fax hasta la
fecha no fue respondido

Anexo II

Repsol es el conglomerado energético más
importante de Argentina. Su capital social se conforma de la
siguiente manera: 35.3% inversionistas estadounidenses, 23%
inversionistas españoles y 13% inversionistas del resto
del, con la especial participación de algunos accionistas
minoritarios: 10.2% La Caixa, 5.3% Grupo BBVA, 5.6% Repinves y
4.8% la petrolera estatal mexicana PEMEX. En el segmento del gas
natural, además de actuar como oferente primario, opera en
los eslabones distribución (para el mercado interno) y
transporte (para la exportación a Chile): (a) controla el 72%
del capital social de la prestataria de distribución Gas
Natural BAN SA [2] y con el mismo porcentaje a MetroGAS SA [3],
es decir, las distribuidoras de gas natural que abastecen a los
aglomerados urbanos más grandes y a su vez con mayores
necesidades energéticas del país; (b) es
propietario de los gasoductos de exportación Methanex YPF
y Atacama (éste último a través de Astra
Evangelista y Pluspetrol Energy, empresas controladas por Repsol
en un 100% y 45%, respectivamente), y participa como accionista
en otros dos gasoductos de exportación: Pacífico
(9.8%) y GasAndes (13%, a través de MetroGAS). Por otra
parte, Repsol opera en otros segmentos del sector
energético: (a) en el segmento eléctrico, posee el
39.53% del capital social de la Central Termoeléctrica
Dock Sud SA; (b) en química, controla las empresas
Petroken Petroquímica Ensenada SA (50%), PBB Polisur
SA (28%) y Profértil (50%) para la fabricación y
comercialización de productos
petroquímicos. Otras actividades en donde se desenvuelve
éste agente económico son: (a) en el
fraccionamiento y comercialización de GLP, opera por medio
de las empresas COMSERGAS SA (62%) y Poligas Luján SA
(50%), (b) en el fraccionamiento y comercialización de
gas, con las empresas Compañía Mega SA (38%) y
Natural Energy SA (72%); (c) y en la ingeniería, construcción y
explotación de oleoductos y logística de productos derivados, con
Oleoductos del Valle SA (37%, más 11.9% de Pluspetrol
Energy y 7% de Astra Evangelista), Oleoducto Transandino
Argentina SA (100%), Terminales Marítimas
Patagónicas: Termap (33%) y Astra Evangelista (100%).
Repsol YPF, no sólo es el líder indiscutido del
oligopolio hidrocarburífero, tras concentrar el 39.8% de
las reservas probadas de petróleo y el 41.5% de las de gas
natural del país, el 42.4% de la producción de
petróleo, el 46.2% de la producción de gas natural,
el 58.3% de la refinación de crudo, el 34.5% del mercado
del gas licuado de petróleo (GLP) y el 46.3% de las
exportaciones de
gas natural, sino que participa en todos los segmentos del sector
energético: petróleo (exploración,
producción, construcción de oleoductos, transporte,
refinación y comercialización), gas natural
(exploración, producción, fraccionamiento,
construcción de gasoductos, transporte,
distribución y comercialización), eléctrico
(distribución) y química (industria
petroquímica, lo que implica un alto consumo de gas
natural; consumo que también se replica para la
extracción de petróleo).

Argentina representa para Petrobras el 60% de su
producción total de petróleo y el 40% de su
producción total de gas natural. Petrobras es el cuarto
propietario de reservas probadas de gas natural, el cuarto
productor y el séptimo agente económico exportador
de este hidrocarburo en el país; además,
ingresó como accionista de la licenciataria de transporte
de gas natural con el mayor sistema de transporte de
Sudamérica (7.418 Km de gasoductos y 520.000 HP de
potencia de
compresión instalada): TGS SA (35% directamente e
indirectamente 50% del capital social a través de
GASINVEST). Por otra parte, opera en otros eslabones de los
circuitos
productivos del petróleo y de suministro eléctrico:
(b) 23.10% de participación en Oleoducto del Valle SA
(oleoducto que transporta el 33% del petróleo crudo
producido en el país); (b) propietaria de la Central
Termoeléctrica; (c) propietaria de la Central
Hidroeléctrica Pichi Picún Leufú; (d) 9.19%
de la Central Hidroeléctrica Piedra del Águila SA
(a través de Hidroneuquén SA); (e) 29.3% Central
Hidroeléctrica Urugua-í (f) 49.99% de TRANSENER SA
(a través de CITELEC), empresa que opera el Sistema
Argentino de Interconexión (SADI), que cuenta con 8.250 Km
de líneas de transmisión de 500 kV y 570 Km de
líneas de transmisión de 220 kV, 32 estaciones
transformadoras y equipos de interconexión del SADI (cabe
señalar que TRANSENER controla en un 90% a la Empresa de
Transporte de Energía Eléctrica por
Distribución Troncal de la Provincia de Buenos Aires SA
-TRANSBA-); (g) EDESUR SA, es controlada por Distrilec Inversora
SA, firma en la que Petrobras Energía participa con el
48.5% del capital social. En el sector energético en su
conjunto Petrobras no sólo opera en el segmento del gas
natural como propietario (concentra el 5.4% de las reservas
probadas), productor (concentra el 6.7%), transportista
(controlante de TGS SA) y exportador (concentra el 3.2%), sino
también en todos los eslabones de los segmentos
petróleo (tercer productor: 9.5%, cuarto refinador: 12%, e
importante comercializador de productos derivados: naftas,
gasóleos, etc.) y eléctrico (generación,
transporte y distribución).

El conglomerado extranjero Pan American Energy LLC
Argentina, es otra de las principales compañías
petroleras que forma parte del oligopolio energético
argentino. Los accionistas de esta petrolera son Bridas (40%) y
British Petroleum-Amoco (60%). En el segmento gas natural, Pan
American Energy (a) posee el 12.2% de las reservas probadas de
este hidrocarburo, ubicándose así en el tercer
lugar; (b) es el tercer productor del país, participando
con el 10.2%; (c) y concentra el 9% de la exportación de
gas natural, es decir, el segundo exportador gasífero en
grado de importancia económica. Las reservas
hidrocarburíferas se ubican en las cuencas NOA (segundo
propietario de reservas de gas: 24.3%), Austral (quinto
propietario: 15.7%), Neuquina (séptimo propietario: 1%) y
Golfo San Jorge (propietario más importante: 64.4%), y en
la boliviana Tarija (séptimo propietario: 6.4%). El 71.4%
de la producción hidrocarburífera de la Pan
American proviene de Argentina y Bolivia.
También se encuentra realizando exportaciones de gas
natural desde el extremo Sur de Argentina a Chile, a
través del gasoducto Methanex Pan American. La
participación estratégica también se
extiende a empresas generadoras de electricidad de Argentina y
Bolivia: Central Termoeléctrica Dock Sud SA (Arg.) e
Inversora Bulo Bulo SA (Bolivia). En suma, Pan American Energy
opera en Argentina en los principales eslabones de la cadena
hidrocarburífera: petróleo (exploración,
producción y transporte), gas natural (exploración,
producción, transporte y distribución), así
como también en el segmento eléctrico
(distribución).

El conglomerado francés Total, a través de
su filial argentina Total Austral, es el segundo propietario
más importante de reservas probadas de gas natural del
país, concentrando el 23.4% de las mismas,
localizándose geográficamente en las cuencas
Neuquina (segundo propietario más importante: 21.8%) y
Austral (principal propietario: 53.4%). Total Austral ocupa el
segundo lugar en la concentración económica de la
producción de gas natural: 23.4% y el tercer lugar en lo
correspondiente a la exportación de este hidrocarburo:
7.8%. Total posee además participación accionaria
en: (a) la licenciataria de transporte TGN SA (19.22%, a
través de GASINVEST), que cuenta con un sistema de
transporte de 5.406 Km y 300.170 HP de potencia compresión
instalada; (b) el gasoducto Pacífico que opera TGS (para
la exportación de gas a Chile); (c) el gasoducto GasAndes
(56.5%) que opera TGN (también para la exportación
a Chile); (d) el gasoducto Uruguayana (33%), a través de
Transportadora de Gas del MERCOSUR -TGM-,
que opera TGN (para la exportación de gas a Brasil); (e) y,
por medio de Total Austral, en la Central Hidroeléctrica
Piedra del Águila (70.02% a través de
Hidroneuquén). Asimismo, Total concentra el 20.5% del
mercado de gas licuado de petróleo (GLP),
ubicándose en el segundo lugar, a través de su otra
subsidiaria argentina: Total Gas. En suma, Total participa
estratégicamente en la producción de gas natural y
en el transporte de este hidrocarburo para su exportación
(Total Austral), más la producción de gas licuado
de petróleo para compensar su nulo aporte en el
abastecimiento del mercado interno (Total Gas) y también
en el segmento eléctrico, en el eslabón
generación (Hidroneuquén).

El ex grupo económico argentino Techint, a
través de su controlada Tecpetrol, empresa que opera en
los eslabones exploración y producción de
hidrocarburos, concentra el 4.9% de las reservas probadas de gas
natural de Argentina, ubicándose como el quinto
propietario más importante. También es el quinto
productor gasífero, participando con el 5.8% del total.
Sus principales reservas de gas natural se ubican en las cuencas
NOA (tercer propietario: 23.2%) y Golfo San Jorge (cuarto
propietario: 5.9%). Del total de las reservas
hidrocarburíferas que son de su propiedad, el 53% se
ubican en Argentina. Con relación al gas natural que
produce en Argentina, el proveniente de la cuenca Neuquina tiene
como destino consumidores industriales, y el producido en la
cuenca NOA es entregado a TGN con destino a clientes,
distribuidoras de gas y consumidores industriales (entre los
cuales, los pertenecientes al grupo Techint, como Siderca y
Siderar); siendo exportado parte del mismo a Chile, para
abastecer centrales termoeléctricas. En suma, el grupo
económico Techint opera en toda la cadena gasífera
argentina: oferta energética primaria, transporte,
distribución y consumo industrial, así como
también en los eslabones exploración,
explotación y transporte del segmento
petróleo.

Sociedad Comercial del Plata (SCP), grupo
económico argentino controlado por la familia
Soldati, participa en las diversas actividades de la cadena
gasífera, así como en otros segmentos del mercado
energético local. Su hasta el momento controlada
Compañía General de Combustibles SA (CGC) se
encuentra en pleno proceso de reorganización, tras la
incorporación de un nuevo accionista, el conglomerado
estadounidense de San Diego (California) Explore Acquisition
Corp
. (controlado por el Fondo de Inversión
Southern Cross Latin America Private Equity Fund II ),
quien aportará 70 millones de dólares. Por
consiguiente, la composición del capital social de CGC
quedará conformada de la siguiente manera: 81% Explore y
19% SCP (CGC, 2004: 17 y 36). CGC posee participaciones directas
e indirectas en las siguientes empresas: (a) Transcoga Inversora
SA (80% CGC); (b) GASINVEST SA (22,3% Transcoga y 5% CGC),
propietaria de Gas Natural BAN SA; (c) TGN SA (16,08% CGC), (d)
Gasoducto GasAndes SA (17,5% CGC) y (e) Gasoducto TGM (10,9%
CGC). La información precedente señala que SCP, a
través de su por ahora controlada CGC, opera en los
eslabones exploración, explotación, transporte,
distribución y consumo industrial de la cadena
gasífera.

 

 

Autor:

Lucas Mazza

Federico Vernuccio

Rodrigo Santillán


De: Argentina
Estudios: Estudiantes de Economía en la UBA
Categoría: Estudio Social

Partes: 1, 2
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