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Construyendo la nueva escuela: Leyes pedagógicas y principios didácticos




Enviado por alexortiz2004



    1. Concepción
      filosófica de un proceso de enseñanza –
      aprendizaje problémico, vivencial y
      desarrollador
    2. Concepción
      psicológica
    3. Concepción
      pedagógica
    4. Leyes
      pedagógicas
    5. Principios didácticos y
      reglas metodológicas

    CONCEPCIÓN
    FILOSÓFICA DE UN PROCESO DE ENSEÑANZAAPRENDIZAJE
    PROBLÉMICO, VIVENCIAL Y DESARROLLADOR:

    La filosofía de la educación propicia el
    tratamiento acerca de la educabilidad del hombre y da respuestas
    a interrogantes tan importantes como ¿qué es
    educación? y ¿por qué y para qué se
    educa?. Por lo tanto, resulta muy importante para evaluar la
    calidad de la educación, partir de identificar la
    naturaleza de las respuestas que los maestros y directivos le dan
    a esas interrogantes en teoría y sobre todo en la
    práctica educativa, pues estas determinan en gran medida
    el fin y los objetivos de la educación, que son la
    brújula orientadora de toda acción
    educativa.

    La educación debe ser concebida de forma que el
    estudiante desarrolle su espíritu crítico y se
    favorezca el desarrollo de su creatividad y debe lograr un
    adecuado equilibrio entre la formación científico –
    técnica y el pleno desarrollo espiritual del hombre. Debe
    ser un proceso donde se complemente la explicación y la
    comprensión del mundo social y natural.

    La educación integral exige que se encuentren los
    métodos para hacer que los estudiantes aprendan a razonar,
    a operar con conceptos de un mayor o menor grado de
    abstracción y generalización, y a su vez empleen
    más conscientemente el método científico en
    tales razonamientos.

    De ahí que, desde una proyección
    filosófica, el aprendizaje problémico se fundamenta
    en la concepción del conocimiento científico, que
    se desarrolla por etapas relacionadas entre sí y que
    suceden una a la otra, proceso que considera la práctica
    como fuente primaria para desarrollar el pensamiento abstracto y
    de ahí volver a la práctica al aplicar y
    sistematizar el conocimiento alcanzado; es decir, que los nuevos
    modelos metodológicos deben concebir que en las aulas se
    haga ciencia y no se trabaje con marcos conceptuales totalmente
    acabados, que no son susceptibles de perfeccionarse
    teórica y metodológicamente.

    La actividad creadora y transformadora de los hombres es
    el instrumento de modificación y transformación de
    las circunstancias y el medio para cambiarse a sí mismos.
    Según sea la actividad de los individuos así son
    ellos mismos. Por lo tanto, el principal fundamento
    filosófico del aprendizaje problémico es la
    contradicción como fuente y motor del
    desarrollo.

    La realidad del pensamiento y el mundo orgánico
    natural, social e individual se desarrollan
    dialécticamente, o sea, en su suceder constante las cosas
    se tornan en cosas nuevas; se convierten en sus "opuestos"; de
    éstos surgen otras cosas nuevas, y la
    transformación sucesiva nunca finaliza. La ciencia, la
    cultura y toda actividad humana comprueban la existencia de esta
    problemática universal del desarrollo. Por lo tanto, si en
    cada proceso general, particular y específico se encuentra
    el movimiento de los opuestos en su unidad, se encuentra la
    valoración dialéctica, dinámica de la
    contradicción como fuente y motor del desarrollo y la
    concatenación de los fenómenos, se puede aseverar
    que el pensamiento dialéctico es de una gran utilidad en
    cada uno de los momentos del pensamiento científico y, en
    particular, en la investigación
    científica.

    Resolver un problema es solucionar la
    contradicción, que manifiesta no sólo la dificultad
    que se debe superar (dinámica de lo conocido y lo
    desconocido) sino que refleja y proyecta el camino de
    solución y, con ello, la propia superación
    dialéctica del problema.

    Si el aprendizaje se desarrolla en un amplio contexto de
    contradicciones internas y externas (adaptación e
    innovación, masividad y calidad, teoría y
    práctica, individualidad y sociedad, dependencia y
    autonomía), es necesario entonces construir una
    concepción del aprendizaje capaz de penetrar en la esencia
    de los procesos educativos, desarrollar el pensamiento, el
    conocimiento y la comunicación pedagógica mediante
    la dinámica que genera las contradicciones.

    Si la realidad se desenvuelve con base en una
    dinámica dialéctica contradictoria, el proceso de
    apropiación de esa realidad no puede ser ajeno ni menos
    excluir la contradicción como principio y regularidad para
    la comprensibilidad y la apropiación del mundo.

    CONCEPCIÓN PSICOLÓGICA DE UN
    PROCESO DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE PROBLÉMICO,
    VIVENCIAL Y DESARROLLADOR:

    Para lograr efectividad en el aprendizaje
    problémico que se lleva a cabo en la escuela es preciso
    conocer, desde el punto de vista psicológico, a
    quién va dirigida la labor del docente; es decir,
    distinguir las particularidades psicológicas que
    caracterizan la personalidad del sujeto a quien se enseña:
    el estudiante.

    Los docentes, tanto los profesores como los directivos
    académicos, deben conocer los fundamentos
    psicológicos que les permitan comprender y atender a los
    estudiantes, a partir del conocimiento de la dialéctica
    entre lo interno y lo externo en el aprendizaje, entre lo
    individual y lo social.

    El estudiante posee intereses y motivaciones, por lo que
    incrementa el nivel de comunicación con sus
    compañeros de estudio.

    La formación consciente de tales
    características determina cada vez más la actividad
    social del joven en el entorno socio – cultural donde se
    desenvuelve, por lo que la estructuración de situaciones
    problémicas de aprendizaje que ofrezcan al estudiante la
    posibilidad de emplear los conocimientos de la área en su
    actividad social se convierte en un poderoso mecanismo que
    estimula el pensamiento independiente del estudiante y despierta
    el interés por la área y por su escuela.

    En la etapa escolar el concepto "estudio" se
    amplía porque la adquisición de conocimientos
    traspasa los límites de la escuela y de los programas de
    estudio, y abarca su preparación en la vida social, en el
    entorno que lo rodea, lo que les permite una mejor
    realización de la actividad intelectual y una mayor
    capacidad de comprensión.

    Desde una proyección psicológica, el
    aprendizaje problémico se basa en el paradigma
    Histórico – Cultural desarrollado por Vigotsky, cuyas
    tesis incluyen revelaciones que de una u otra forma plantean
    exigencias al proceso de enseñanza –
    aprendizaje.

    La enseñanza debe estar encaminada a estimular la
    zona de desarrollo próximo en los estudiantes, lo cual
    dependerá de los conocimientos y de las acciones que sea
    capaz de lograr de manera independiente, con ayuda del profesor,
    del grupo, de la familia o de la comunidad.

    Desarrollos posteriores de este enfoque fueron la
    teoría de la actividad de Leontiev, quien
    profundizó en el origen y desarrollo de la psiquis, y
    estudió la conciencia y la estructura de la actividad; la
    teoría de formación planificada y por etapas de las
    acciones mentales y los conceptos, de Galperin; y los
    procedimientos generalizados de la actividad cognoscitiva, de
    Talízina, quienes consideraban que el aprendizaje
    tenía que partir de modelos completos en forma de
    imágenes generalizadas que son asimiladas por los
    estudiantes.

    Estos investigadores expresan que las funciones
    psíquicas superiores tienen un origen histórico
    social y que nacen de las interacciones en el proceso de
    comunicación entre las personas, por lo tanto, consideran
    el aprendizaje como un proceso de apropiación de la
    experiencia histórico social, a través del cual el
    individuo deviene personalidad, mediante la actividad y la
    comunicación que establece con sus semejantes.

    Un ejemplo que ilustra la concepción anterior
    puede ser tomado de lo realizado por el proyecto cubano TEDI
    entre 1990 y 1996 en escuelas cubanas (Zilberstein, 1999;
    Silvestre, 2000): Utilizar diferentes procedimientos
    metodológicos que permiten a escolares de quinto y sexto
    grados plantear hipótesis, determinar
    características esenciales, valorar con conocimiento de la
    esencia de lo que estudiaron, una vez que habían recibido
    la ayuda adecuada para llegar a hacerlo por sí solos. En
    este ejemplo, el estudiante llega a familiarizarse con
    procedimientos para aprender y se apropia de éstos, lo que
    lo prepara a su vez para buscar nuevos conocimientos.

    Estos investigadores han realizado numerosos aportes
    científicos al estudiar los problemas del desarrollo
    intelectual, que ponen en manos de la Didáctica profundos
    e importantes elementos cuya correcta selección,
    integración y síntesis ofrecen los fundamentos
    psicológicos para un sustento teórico sólido
    del cambio que necesita el proceso de enseñanza –
    aprendizaje en las instituciones educacionales.

    Sabido es que la concepción que se adopte del
    desarrollo psicológico ejerce una importante influencia en
    la concepción del proceso de educación del hombre.
    Por esa razón la fundamentación psicológica
    juega un papel muy importante en el diseño de la
    educación, en el proceso de enseñanza y por lo
    tanto en su evaluación. Claro está esta influencia
    no es determinística, toda concepción
    psicológica para ser aplicada a la práctica
    educativa debe ser pasada rigurosamente por un "tamiz
    pedagógico", en evitación de caer en el
    psicologismo, mal que ha estado presente en no pocas
    prácticas pedagógicas de nuestra región
    geográfica.

    En la educación cubana, la concepción del
    desarrollo histórico cultural de la psiquis humana
    elaborada por Vigostky y desarrollada por la psicología
    soviética constituye la teoría psicológica
    que fundamenta la pedagogía cubana. Claro está, la
    psicología cubana a partir de esta concepción ha
    tenido un amplio desarrollo y ha hecho importantes aportes que
    atemperan a nuestro contexto ese importante paradigma
    psicológico.

    El paradigma histórico cultural tiene una esencia
    humanista. Además, es coherente con las ideas educativas
    de nuestros principales maestros de este siglo y del siglo
    pasado.

    El enfoque histórico cultural de la
    psicología pedagógica ofrece una profunda
    explicación acerca de las grandes posibilidades de la
    educabilidad del hombre, constituyéndose así en una
    teoría del desarrollo psíquico, íntimamente
    relacionada con el proceso educativo, y que se puede calificar de
    optimista y responsable.

    Este enfoque le demuestra al educador las indudables
    posibilidades que tiene de influir en la formación y
    desarrollo de las nuevas generaciones y lo persuade de lo
    determinante que resulta la acción educativa en todos los
    ámbitos en que vive.

    En esta teoría psicológica, la
    categoría principal es la apropiación por el hombre
    de la herencia cultural, elaborada por las generaciones
    precedentes, entendida ésta no como una copia o reflejo
    pasivo de la realidad, ni como la entienden los biologicistas,
    sino como las formas y recursos a través de los cuales el
    sujeto, de forma activa y en íntima relación con
    sus pares y con los adultos, hace suyos los conocimientos, las
    técnicas, las actitudes, los valores, los ideales de la
    sociedad en que vive y los mecanismos mediante los cuales se
    autodesarrolla.

    Al mismo tiempo que el sujeto se apropia de la herencia
    sociocultural, la construye, la desarrolla, la enriquece y la
    transforma y convierte su aporte, en su legado a las generaciones
    futuras.

    En esta teoría psicológica está muy
    clara la unidad entre instrucción y educación, la
    cual presupone que el proceso de apropiación se vincula
    tanto al plano cognitivo como al afectivo.

    CONCEPCIÓN PEDAGÓGICA DE UN PROCESO
    DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE PROBLÉMICO, VIVENCIAL Y
    DESARROLLADOR:

    Diversos estudios realizados en Cuba, entre los que se
    destacan los realizados por el "Grupo Pedagogía" del
    Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, han revelado la
    existencia de una valiosa tradición pedagógica
    cubana, que al sistematizarse, tomando en cuenta además
    las ideas universales, contribuyen a una concepción
    autónoma de la educación y de la escuela
    cubanas.

    En principio resulta necesario, para expresar de manera
    sintética la esencia de nuestra concepción
    pedagógica, definir un conjunto de sus principales
    categorías así como caracterizar sus
    interrelaciones fundamentales.

    Entendemos la educación como un sistema de
    influencias conscientemente organizado, dirigido y sistematizado
    sobre la base de una concepción pedagógica
    determinada, cuyo objetivo más general es la
    formación multilateral y armónica del estudiante
    para que se integre a la sociedad en que vive y contribuya a su
    desarrollo y perfeccionamiento, a partir de que el núcleo
    esencial de esa formación debe ser los valores
    morales.

    El proceso instructivo se refiere básicamente al
    sistema de información, a los conocimientos y a los
    procedimientos que los estudiantes deben alcanzar en
    función de la concepción curricular en que se
    inserten.

    La Pedagogía cubana actual valora la necesaria
    integración de la didáctica como una sola rama de
    la pedagogía, abarcadora de los procesos instructivos y no
    respondiendo dicotómicamente la teoría de la
    enseñanza y a la teoría de la educación, o
    sea, considera que la instrucción está incluida en
    el proceso educativo y por lo tanto, no puede darse aisladamente
    del resto de las influencias que integran este
    último.

    La posición anterior no desconoce las
    especificidades metodológicas determinadas por el
    contenido y el tipo de actividades que se realicen en el proceso
    educativo.

    La categoría objetivo tiene un papel rector de
    todo el proceso educativo y por lo tanto, a partir de las
    reflexiones anteriores referidas a la relación que existe
    entre educación e instrucción, consideramos que
    carece de sentido que en la práctica educativa se utilicen
    de manera dicotómica objetivos instructivos y
    educativos.

    Por su parte la enseñanza la comprendemos como la
    dirección, organización, orientación y
    control del aprendizaje, pero que puede incluir el propio
    autoaprendizaje, como autodirección y autocontrol del
    proceso por el propio estudiante, aspectos que son cada vez
    más posibles como resultado del desarrollo de las
    técnicas educativas, y también de nuevas
    relaciones, más democráticas y cooperadoras entre
    el maestro y el estudiante.

    El aprendizaje es posiblemente la categoría
    más compleja de la pedagogía, ha sido por lo
    general monopolizada por la psicología, particularmente
    por el conductismo y el cognitivismo, las que han hecho enfocar
    aprendizaje en términos muy técnicos,
    pragmáticos, y cientificistas.

    La comprensión del aprendizaje en el contexto
    pedagógico puede expresarse como un proceso en el cual el
    estudiante, bajo la dirección directa e indirecta del
    maestro, en una situación especialmente estructurada para
    formarlo individual y socialmente, desarrolla capacidades,
    hábitos y habilidades que le permiten apropiarse de la
    cultura y de los medios para conocerla y enriquecerla. En el
    proceso de esa apropiación se van formando también
    los sentimientos, intereses, motivos de conducta, valores, es
    decir, se desarrollan simultáneamente todas las esferas de
    la personalidad.

    Al concebir la relación entre la enseñanza
    y el aprendizaje a partir del enfoque histórico cultural,
    asumimos que la educación y la enseñanza
    guían el desarrollo y a su vez toman en cuenta las
    regularidades del propio desarrollo, éste es un producto
    de la enseñanza, de la actividad y de la
    comunicación del estudiante con dicho proceso.

    Entre los rasgos que deben caracterizar el proceso de
    enseñanza aprendizaje según nuestra
    concepción pedagógica están: su
    carácter social, individual, activo, comunicativo,
    motivante, significativo, cooperativo y consciente en
    determinadas etapas evolutivas.

    Entender la educación como desarrollo implica
    reconocer que es en primer lugar un proceso de cambios y
    transformaciones cuantitativos y cualitativos que ocurren en el
    individuo, la sociedad y los grupos, los cuales constituyen
    premisa, condición y resultado de la propia
    educación, pues sin un determinado desarrollo, sin
    determinadas premisas biológicas y sociohistóricas
    no es posible el desarrollo humano pleno sin la acción
    formativa consciente, facilitadora y dirigida a lograr
    determinado tipo de desarrollo.

    La formación es un concepto que llega desde la
    filosofía, y que hoy toma mucha fuerza, algunos lo
    proponen como el concepto principal de la pedagogía,
    porque es el que define lo educativo, que radica en ser un
    proceso de humanización, de creación de un tipo de
    hombre de acuerdo a determinados ideales y fines sociales. El
    hombre no nace, se hace y por lo tanto hay que formarlo, es decir
    hay que dotarlo de valores y de un sentido de la vida. Este
    concepto destaca la dimensión axiológica de la
    educación.

    El desarrollo y la formación deben verse en su
    unidad: toda formación implica un desarrollo y todo
    desarrollo conduce en última instancia a una
    formación psíquica de un orden superior.

    La actitud cognoscitiva que se debe crear en los
    estudiantes y los procedimientos de pensamiento a ella asociados
    han de ser expresión de una nueva motivación, de
    una nueva actitud hacia la apropiación de los
    conocimientos. Esto depende de la capacidad del docente de
    conformar alternativas metodológicas de aprendizaje que
    motiven al estudiante, lo que resulta posible con la
    activación de su aprendizaje, cuya posibilidad la ofrece
    la problemicidad del contenido de cada área del
    conocimiento.

    El contenido de aprendizaje reflejado en los programas
    de estudio puede elevar su actualización en
    relación con las ciencias, puede ampliarse o adecuarse,
    pero si los métodos de enseñanza no propician al
    máximo la actividad intelectual de los estudiantes para el
    aprendizaje y por ende su interés por aprender los
    contenidos por sí solos, no producen resultados
    cualitativamente superiores.

    La vinculación del contenido con la realidad de
    la sociedad constituye un rasgo distintivo de los programas de
    estudio, que exige la activación del aprendizaje de los
    estudiantes y a su vez ofrece una respuesta a la necesidad de que
    los estudiantes aprendan en relación directa con la
    realidad social, que es dinámica, profunda y
    cambiante.

    El interés por activar el aprendizaje de los
    estudiantes no es nuevo en la historia de la Pedagogía.
    Desde la antigüedad se afirmaba que la actividad intelectual
    favorecía la comprensión de la esencia de los
    procesos y fenómenos de la realidad.

    Los intentos por enseñar a pensar pueden ser
    hallados en la actividad instructiva de Sócrates (470 –
    399 a.c.), quien creía en la superioridad de la
    discusión sobre la escritura e inventó un
    método a través de preguntas denominado
    Mayéutica. Para él, hacer preguntas a los
    interlocutores con vistas a que les buscaran respuestas era el
    mejor método de discusión. Estos métodos
    también fueron utilizados por los sofistas (481 – 411
    a.c.).

    Por otro lado, los puntos de vista empiristas del
    filósofo inglés Bacon (1561 – 1626) exigían
    la búsqueda de la verdad mediante el estudio de la
    realidad.

    Comenius (1592 – 1670) introduce ideas en contra del
    dogmatismo en la enseñanza, plantea enseñar a los
    niños a pensar con su propia inteligencia. También
    desarrolló una importante lucha en este sentido Rousseau
    (1712 – 1778), quien exigía métodos de
    enseñanza que tuvieran en cuenta las particularidades del
    estudiante y se estableciera una estrecha relación de la
    enseñanza con la vida. Su teoría de la
    educación condujo a métodos de enseñanza
    infantil más permisivos y de mayor orientación
    psicológica, defendía el aprendizaje a
    través de la experiencia más que por el
    análisis.

    A principios del siglo XIX el pedagogo sueco Pestalozzi
    (1746 – 1827) difundió ideas encaminadas a activar el
    aprendizaje de los estudiantes mediante la observación, la
    generalización y las conclusiones personales para
    desarrollar el pensamiento de éstos. Planteaba que el
    niño debía ser guiado para aprender a través
    de la práctica y la observación, y por medio de la
    utilización natural de los sentidos.

    El pedagogo alemán Diesterweg (1790 – 1866)
    decía que el mal maestro informa la verdad, mientras que
    el bueno enseña cómo encontrarla.

    Por otra parte, el gran pedagogo ruso Ushinski (1824 –
    1870) creó un sistema didáctico dirigido al
    desarrollo de las fuerzas intelectuales de los estudiantes, a fin
    de que éstos pudieran adquirir nuevos conocimientos de
    forma independiente.

    En la segunda mitad del siglo XIX el pedagogo
    inglés Armstrong introdujo en la enseñanza de la
    Química el llamado método heurístico para
    desarrollar el pensamiento de los estudiantes. De esta forma
    criticó los métodos escolásticos.

    Dewey (1859 – 1952) introdujo en Estados Unidos en 1909
    ideas acerca de cómo pensar, plantea utilizar en la
    pedagogía las conclusiones científicas de los
    psicólogos acerca de que el pensamiento es la
    solución de problemas.

    La aspiración de estimular la actividad
    cognoscitiva y en consecuencia enseñar a pensar
    está contenida en el ideario pedagógico cubano,
    enriquecido con las sabias observaciones del Padre Caballero
    (1762 – 1835), quien se manifestó en contra del dogmatismo
    y en pro de reformas en los estudios universitarios.

    El ilustre pensador Varela (1788 – 1853), sostuvo ideas
    progresistas respecto a la educación, se opuso al
    escolasticismo imperante en el ambiente filosófico de su
    tiempo, planteaba que al hombre hay que enseñarlo a pensar
    desde niño.

    En la obra del insigne pedagogo Caballero (1800 – 1862)
    existen criterios de avanzada sobre los métodos de
    enseñanza y sobre el trabajo, y a la juventud le
    pedía que no repitiera ni aprendiera de memoria.
    Desarrolló un pensamiento de marcado carácter
    empirista.

    También se observan criterios destacados en
    Varona (1849 – 1933), quien insistía en la necesidad de
    instrumentar métodos científicos en la
    enseñanza con el fin de desarrollar a los individuos,
    prepararlos para la vida y despertar en ellos los
    estímulos necesarios para impulsar el trabajo.

    El ideario pedagógico de Martí (1853 –
    1895) encierra una valiosa enseñanza para el
    perfeccionamiento de la Educación.

    Al referirse a la escuela del siglo XIX, Martí
    expresó: "¡De memoria!. Así rapan los
    intelectos como las cabezas. Así sofocan la persona del
    niño, en vez de facilitar el movimiento y expresión
    de la originalidad que cada criatura trae en sí;
    así producen una uniformidad repugnante y estéril y
    una especie de librea de las inteligencias."

    Consideraba que la educación debía
    responder a la época. Expresaba que educar "…es
    depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha
    antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,
    hasta el día en que vive; es ponerlo al nivel de su tiempo
    para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo,
    con lo que no podría salir a flote, es preparar al hombre
    para la vida."

    Desde una proyección pedagógica es
    necesario analizar el aprendizaje problémico vinculado a
    la vida.

    Desde hace ya algún tiempo se habla de la
    necesidad de una Pedagogía que permita la
    preparación de un hombre acorde con las exigencias de la
    sociedad. Es necesario desarrollar una Pedagogía que
    estimule y haga realidad la integración entre la
    institución educativa y la sociedad.

    En la sociedad se desarrolla un proceso educativo
    empírico y espontáneo. No todos los medios de
    educación influyen de igual manera sobre los estudiantes
    incorporados a la sociedad, sino que hay conductas que
    desvían al estudiante de su objetivo esencial y de su
    adecuada conducta.

    La estructuración del proceso de educación
    en la sociedad debe ser similar a la educación en las
    actividades docentes que desarrolla el estudiante en la escuela.
    Al evaluar la efectividad de esta concepción en la
    práctica educativa, debemos ver su aplicación no de
    manera directa sino mediada por una reflexión
    pedagógica creativa y dialéctica.

    LEYES
    PEDAGÓGICAS
    (Dr. Homero Fuentes):

    El aprendizaje es un proceso, unido a la
    enseñanza, integrado por categorías,
    configuraciones y componentes. Las relaciones entre las
    configuraciones del proceso de enseñanza – aprendizaje
    adquieren una significación especial en tanto establecen
    la dinámica de sus componentes y permiten la
    explicación de cada uno de estos y del proceso en su
    conjunto.

    Evidentemente lo más importante no está en
    las referidas categorías, sino en las relaciones que entre
    ellas se establecen, o sea, en las leyes pedagógicas.
    Estas leyes expresan justamente el comportamiento y la
    dinámica del proceso de enseñanza – aprendizaje que
    como tal lleva implícito una lógica, una secuencia
    de etapas que constituyen elementos consustanciales al
    mismo.

    Aún entre entendidos en la materia las leyes de
    la pedagogía no son tan conocidas y algunos hablan de un
    sistema de principios didácticos, lo cual operó por
    mucho tiempo; aunque en la Didáctica el término
    principio no tiene una generalidad mayor que el de ley como
    ocurre en las ciencias naturales. En la Didáctica se le
    denomina principio a una generalización de la
    práctica pedagógica sobre la base del empirismo que
    se da en determinadas condiciones de un país, de una
    comunidad, de una escuela, lo que hace limitado su
    alcance.

    Sin embargo, para establecer una ley se deben encontrar
    aquellas relaciones que de un modo más esencial permitan
    explicar el comportamiento del proceso de enseñanza –
    aprendizaje y no generalizaciones de fenómenos, es decir,
    con las leyes se pasa de los fenómenos a las relaciones de
    los hechos, o sea, a la esencia, y de los componentes de estos a
    las estructuras.

    Tenemos que resaltar que en las ciencias sociales las
    relaciones que se establecen tienen un carácter
    dialéctico, cualitativamente diferente a la
    concepción hipotético – deductiva propia de las
    ciencias naturales, incluso de las ciencias técnicas. Las
    relaciones en las ciencias sociales no son lineales y
    analíticas como en la Matemática, en que las
    relaciones funcionales son de dependencia inmediata, de causa –
    efecto, expresadas en un vínculo directo entre variables
    dependientes e independientes.

    No comprender esta diferencia puede conducir a
    interpretaciones rígidas y dogmáticas, no
    sólo en el sistema conceptual, sino en la estructura de la
    propia ciencia pedagógica. En esta interpretación
    está la influencia de la concepción
    sistémico – estructural, muy en boga desde la
    década de los años cincuenta.

    Estas relaciones tienen un carácter
    dialéctico que se da entre triadas dialécticas en
    las que la contradicción entre los pares
    dialécticos se resuelven a través de una tercera
    categoría.

    Existen dos leyes de la Didáctica, determinadas a
    partir de las consideraciones teóricas desarrolladas por
    C. Álvarez (1992 – 1996): "la escuela en la vida", en la
    que se concreta la relación: problema – objeto – objetivo
    (P – O – O) y "la educación a través de la
    instrucción", en la que se concreta la relación:
    objetivo – contenido – método (O – C – M).

    Estas dos leyes han sido recreadas por H. Fuentes (1998)
    como: El vínculo del proceso docente educativo con la
    sociedad (vínculo del proceso docente educativo con la
    vida) y la dinámica interna del proceso docente
    educativo.

    Si hacemos un análisis contextualizado de dichas
    leyes pedagógicas a la luz de la integración de las
    teorías constructivista, humanista, el aprendizaje
    significativo y el enfoque histórico – cultural, en
    función de estructurar un proceso de enseñanza –
    aprendizaje problémico, significativo y vivencial,
    entonces podemos llegar a la conclusión de que en la
    Didáctica integradora y desarrolladora existen dos
    leyes pedagógicas:

    • La escuela en la vida, que expresa la
      relación entre las configuraciones o categorías
      pedagógicas: problema, objeto y objetivo.
    • La educación mediante la afectividad, que
      expresa la relación entre las configuraciones o
      categorías pedagógicas: objetivo, contenido y
      método.

    El problema configura todas aquellas
    dificultades, conflictos, contradicciones, falencias,
    interrogantes, vacíos o lagunas en el conocimiento;
    presentes en el objeto y a los cuales debe enfrentarse el sujeto
    para solucionarlos. Este problema se convierte en eje
    problémico en el proceso de enseñanza –
    aprendizaje, necesidades cognoscitivas de los estudiantes,
    capacidades que ellos tienen que desarrollar, preguntas
    problematizadoras.

    El objeto abarca todos los procesos inherentes a
    la naturaleza, la sociedad y el propio pensamiento del hombre, o
    sea, es la vida misma, la realidad objetiva, el entorno
    comunitario, contexto social o familiar, el mundo productivo y
    laboral, el proceso profesional de la empresa, todo lo cual
    abarca el objeto de la cultura que debe asimilar el estudiante y
    se convierte en el contenido del que debe apropiarse en el
    proceso de enseñanza – aprendizaje.

    El objetivo es la aspiración presente en
    el currículum escolar, la meta, el propósito, los
    fines de la educación, representa el modelo
    pedagógico a alcanzar, el resultado anticipado en la
    formación integral del sujeto, o sea, los logros que el
    estudiante debe alcanzar en el proceso de enseñanza –
    aprendizaje: logros cognoscitivos (saber), logros procedimentales
    (saber hacer) y logros actitudinales (ser, convivir), en
    función de desarrollar su capacidad de pensar (esfera
    cognitiva), sentir (esfera afectiva) y actuar (esfera
    comportamental o conductual).

    El contenido debe ser el mismo objeto de la
    cultura para que le resulte significativo al estudiante y
    descubra en él los sentidos y significados que éste
    tiene para su vida, debe ser real y concreto, y no abstracto, con
    lo cual el estudiante no comprenderá para qué le
    sirve.

    El método es la vía que utiliza el
    estudiante para apropiarse del contenido y asimilar el objeto de
    la cultura, en función de alcanzar un logro mediante la
    solución de problemas de su vida, es por ello que el
    método debe ser lúdico para dinamizar el proceso de
    aprendizaje del estudiante y que dicho proceso sea atractivo,
    entretenido y placentero para él; debe ser
    problémico para que el estudiante adquiera las
    competencias necesarias para vivir de manera autónoma en
    sociedad; y debe ser afectivo, ya que sin afectos no hay
    aprendizaje significativo, la letra no entra con sangre, la letra
    entra con amor, con cariño, con ternura; es necesario
    cambiar la pedagogía tradicional por la pedagogía
    de la ternura y del amor.

    PRINCIPIOS
    DIDÁCTICOS Y REGLAS METODOLÓGICAS:

    La palabra principio, del latín Principium,
    significa fundamento, inicio, punto de partida, idea rectora o
    regla fundamental. En la literatura se utiliza con frecuencia el
    término principio como regla que guía la conducta,
    fundamento de un sistema, concepto central que constituye la
    generalización y extensión de una
    proposición a todos los fenómenos de la esfera de
    la que se ha abstraído o las máximas
    particularidades por las que cada cual se rige en sus
    operaciones.

    Los principios didácticos son aquellas
    regularidades esenciales que rigen la dirección
    científica del proceso de aprendizaje de los estudiantes
    en el aula de clases. En realidad los principios
    didácticos son Principios didácticos, reglas
    metodológicas y recomendaciones prácticas para
    dirigir el proceso de aprendizaje, educación y desarrollo
    de la personalidad de los estudiantes.

    Juan Amos Comenio planteó una serie de
    fundamentos relacionados con principios que orientan a una
    didáctica tradicional, los cuales tienen algunos aspectos
    negativos, pero en su gran mayoría tienen plena vigencia y
    respondían a un fin noble: enseñar todo a
    todos:

    1. Comenzar temprano antes de la corrupción de la
      inteligencia.
    2. Actuar con la debida preparación de los
      espíritus.
    3. Proceder de lo general a lo particular.
    4. Proceder de lo más fácil a lo
      más difícil.
    5. No cargar en exceso a ninguno de los que han de
      aprender.
    6. Proceder despacio en todo.
    7. No obligar al entendimiento a nada que no le convenga
      por su edad o por razón del método.
    8. Enseñar todo por los sentidos
      actuales.
    9. Enseñar las cosas para uso del
      presente.
    10. Enseñar siempre por un solo y mismo
      método.

    Partiendo de estos fundamentos y derivados de las dos
    bases de la pedagogía podemos plantear los siguientes
    principios de una didáctica desarrolladora,
    vivencial y significativa:

    Carácter científico de la
    educación:

    Esencia:

    Todo proceso pedagógico debe distinguirse por un
    marcado enfoque científico, por un diálogo y no por
    un monólogo, que combine de manera armónica la
    apropiación de los conocimientos por parte del estudiante
    con el desarrollo de habilidades y la formación de
    valores. Para cumplir con este principio el estudiante debe
    asimilar la cultura acumulada por la ciencia y la humanidad a lo
    largo de su desarrollo y además formar una
    concepción sobre el mundo, sobre la sociedad, sobre la
    naturaleza, sobre los demás hombres y sobre sí
    mismo que se convierta en convicciones personales.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Desarrollar los contenidos a partir de datos
      objetivos, informaciones reales obtenidas con rigor
      científico.
    • Demostrar en su quehacer pedagógico una
      cultura general e integral, y un profundo dominio de los
      contenidos pedagógicos, psicológicos,
      metodológicos y científicos.
    • Aprovechar las experiencias de los estudiantes para
      vincular los contenidos con los problemas actuales y
      estimular el debate y la búsqueda
      independiente.

    Carácter individual y colectivo de la
    educación:

    Esencia:

    Entre las principales cualidades que debe tener un
    estudiante está el colectivismo, por lo que el proceso
    pedagógico debe lograr el fortalecimiento de la
    solidaridad, el respeto mutuo, la disposición a la ayuda,
    la franqueza, la actitud crítica y la
    autocrítica.

    Solo en el colectivo y con su ayuda se puede dirigir el
    trabajo educativo en la formación de los estudiantes, sin
    embargo en el proceso pedagógico se produce cierta
    contradicción entre su influencia individual y su
    ejecución en forma grupal. Por una parte se brinda
    docencia y se ejecutan actividades en grupos estudiantiles y por
    otro lado se aspira a que la incidencia sea particular en cada
    uno; pero el grupo escolar constituye algo más que un
    agregado de personas, es una entidad viva con loa cual el docente
    interactúa y que le sirve de fuente para llegar a cada uno
    de sus miembros.

    Siempre la educación exigirá una
    atención grupal y una atención individual ya que lo
    colectivo y lo individual se complementan.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Plantear tareas que permitan la participación
      de cada estudiante, propiciando la autovaloración y la
      valoración de sus compañeros.
    • Tener en cuenta las particularidades individuales y
      colectivas en cada clase, evitando la estandarización
      del grupo.
    • Realizar un diagnóstico de los grupos donde
      los estudiantes interactúan, junto con su
      caracterización personal.
    • Implicar al grupo en cualquier estrategia educativa
      dirigida a resolver problemas individuales.
    • Detectar los estudiantes aislados y rechazados en el
      grupo para integrarlos lo más rápido
      posible.
    • Utilizar los líderes espontáneos en
      función del cumplimiento de las actividades de
      carácter grupal.
    • Concienciar a todos los miembros del grupo del valor
      social de éste y de sus posibilidades reales de actuar
      unidos en la consecución de diferentes
      metas.
    • Ofrecer oportunidades a los estudiantes de pensar,
      plantear dudas, criterios, preocupaciones, inquietudes, y
      respetarlos en su participación.
    • Propiciar el trabajo independiente donde el
      estudiante asuma decisiones y responsabilidades ante los
      hechos, favoreciendo la plena confianza en ellos.
    • Favorecer un clima de aceptación sobre la base
      de la comprensión empática y la
      autoridad.
    • Emplear técnicas de dinámica de grupo
      donde se determinen las responsabilidades individuales y
      colectivas.

    Vinculación de la educación con la
    vida y el estudio con el trabajo:

    Esencia:

    El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos.
    Esta frase de José Martí nos indica que el
    conocimiento no solo debe explicar el mundo sino que debe
    señalar las vías para su transformación y es
    preciso hacer cada día más la vinculación de
    los contenidos con su aplicación en la práctica
    donde los estudiantes se enfrenten a problemas nuevos que los
    obliguen a pensar y crear soluciones prácticas utilizando
    los conocimientos aportados por las ciencias.

    Los contenidos del proceso pedagógico no pueden
    verse constreñidos a los marcos de las propias
    áreas y programas de estudio porque se convierten en
    aspectos abstractos, muy teóricos y desarticulados con la
    vida.

    Los materiales objeto de conocimiento escolar no
    constituyen un fin en sí mismos sino un medio para lograr
    la inserción creciente del estudiante en la sociedad como
    un participante activo y transformador y no como un receptor
    pasivo.

    Este principio responde directamente a la idea de hacer
    que la educación satisfaga las necesidades de la sociedad,
    para que marche con el dinamismo de la vida social y el avance
    científico – técnico, lo cual implica la
    vinculación de los estudiantes a la realidad de la vida,
    favoreciendo la asimilación de experiencias acerca de las
    relaciones sociales además de desarrollar sentimientos,
    valores, actitudes y normas de conducta.

    Sin resentir su carácter científico, los
    conocimientos deben relacionarse de forma constante y
    sistemática con los hechos y fenómenos de la
    naturaleza y de la sociedad, con los cuales los estudiantes se
    enfrentan cotidianamente.

    Una de las formas de manifestarse este principio es la
    vinculación escuela – comunidad a través de la
    integración a los procesos sociales y comunitarios. La
    influencia conjunta de la escuela, la familia y la comunidad
    constituyen un modo indispensable para unir el estudio con el
    trabajo y la actividad social, en función de formar las
    competencias laborales y ciudadanas de los estudiantes.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Propiciar la profesionalización de las
      diversas áreas del conocimiento vinculando los
      contenidos científicos que se trabajan con su
      aplicación en la vida, en el mundo laboral y
      productivo.
    • Partir siempre que sea posible de los ejemplos
      prácticos y de las experiencias de los
      estudiantes.
    • Ofrecer la oportunidad de aplicar los conocimientos a
      la actividad práctica aprovechando las posibilidades que
      la práctica ofrece como punto de partida, base y fin del
      conocimiento.
    • Demostrar la importancia del trabajo para la vida
      haciendo que los estudiantes participen en la solución
      de problemas socialmente útiles.
    • Realizar actividades de formación vocacional y
      orientación profesional dentro del propio proceso
      pedagógico, buscando la aparición de motivos e
      intenciones profesionales en la personalidad de los
      estudiantes.

    Unidad entre instrucción, educación
    y desarrollo de la personalidad:

    Esencia:

    Puesto que a vivir viene el hombre, la educación
    ha de prepararlo para la vida. Partiendo de esta idea de
    José Martí, corresponde al docente dirigir el
    proceso pedagógico de manera tal que junto a lo
    instructivo, se garantice la formación y el desarrollo de
    la personalidad de los estudiantes. Instrucción y
    educación no es lo mismo aunque están muy
    relacionadas. La instrucción tiene que ver con el
    pensamiento y la educación con los sentimientos, la
    instrucción con la conciencia y la educación con el
    corazón, es por ello que instruir puede cualquiera pero
    educar solo quien sea un evangelio vivo. La instrucción
    posibilita la asimilación de conocimientos y el desarrollo
    de habilidades, y la educación garantiza la
    formación de convicciones, ideales, valores, actitudes,
    normas de conducta.

    La unicidad del proceso pedagógico es una
    realidad inobjetable, sin embargo en la práctica escolar
    se constata una dicotomía entre lo instructivo y lo
    educativo. A veces se ha producido una confusión al
    identificarlos o reducir lo educativo a la enseñanza, o
    sea, limitar el proceso pedagógico a la transmisión
    de los conocimientos, a la asimilación y a la
    reproducción de éstos.

    El conocimiento de algo no implica obligatoriamente una
    influencia efectiva en la conducta si no llega a adquirir un
    valor subjetivo para el estudiante, un ejemplo de ello son
    determinadas normas de educación formal y de conducta, que
    son conocidas por todos los estudiantes pero muy pocos las
    cumplen en su desempeño social.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Tener en cuenta el nivel de desarrollo alcanzado por
      cada estudiante en particular y el grupo en general para lograr
      un ritmo de trabajo creciente en el proceso.
    • Garantizar la ejemplaridad del profesor en todos los
      aspectos de la vida.
    • Trascender en el desarrollo y evaluación de
      los contenidos de las asignaturas aquellas cuestiones meramente
      reproductivas que solo ejercitan la memoria mecánica y
      la lógica.
    • El docente debe demostrar en su actuación que
      los contenidos que imparte son personalmente significativos
      para él y ser fiel ejemplo de todo lo que trata de
      educar en sus estudiantes.

    Unidad entre lo cognitivo, lo afectivo –
    motivacional y lo comportamental:

    Esencia:

    Por la propia naturaleza humana todos los elementos que
    se integran en la personalidad tienen una naturaleza cognitiva y
    afectiva, es imposible delimitar un hecho o fenómeno
    psicológico puramente afectivo o puramente cognitivo en el
    funcionamiento normal del hombre.

    Los conocimientos y habilidades que posean un sentido
    personal para el estudiante, provocan una efectiva
    regulación de su conducta y viceversa, por lo que los
    motivos proclives a la escuela y al aprendizaje facilitan la
    asimilación de los contenidos científicos, el
    desarrollo de habilidades y la formación de determinados
    valores y normas de conducta en los estudiantes.

    Ahora bien, la simple obtención del conocimiento
    no implica automáticamente su manifestación
    conductual, sino solo cuando resulta relevante para la
    personalidad en su reflejo afectivo – volitivo, por eso las
    operaciones cognitivas en la escuela tienen que ser portadoras de
    un contenido emocional favorable para poder alcanzar los logros
    educacionales y los estándares básicos, de
    ahí que el docente deba imprimirle una alta carga afectiva
    y motivacional a su método de dirección del
    aprendizaje de los estudiantes.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Crear un clima socio – psicológico favorable y
      participativo con los estudiantes, proclive al aprendizaje
      activo y desarrollador, y a la interacción.
    • Diagnosticar el nivel motivacional de los estudiantes
      para las actividades del proceso pedagógico.
    • Constatar cómo los conocimientos asimilados
      por parte de los estudiantes se van personalizando
      progresivamente e influyen en la regulación de su
      conducta.
    • Despertar emociones y sentimientos positivos en los
      estudiantes en todas las actividades docentes.
    • Tener en cuenta los gustos, intereses, motivos y
      necesidades de los estudiantes al planificar y ejecutar las
      actividades docentes.
    • Favorecer y estimular los éxitos individuales
      y colectivos de los estudiantes.

    Unidad entre la actividad y la
    comunicación:

    Esencia:

    La actividad y la comunicación son dos
    fenómenos psicológicos no identificables pero muy
    vinculados en el desarrollo de la personalidad del estudiante. La
    realización de actividades conjuntas condiciona,
    obligatoriamente, la necesidad de la comunicación entre
    las personas, en la medida que sea mayor y más eficiente
    esa comunicación, mejor se cumplen los objetivos de la
    actividad.

    El desarrollo de la personalidad del estudiante exige
    una adecuada y armónica unidad entre las actividades que
    realiza (relación sujeto – objeto) y la
    comunicación que establece con los demás
    (relación sujeto – sujeto). Una de las condiciones para el
    éxito de la labor pedagógica radica en la calidad
    de las actividades que realizan los estudiantes junto con el
    docente para la apropiación del contenido y la fluida
    comunicación que establezcan ambos y los estudiantes entre
    sí.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Planear la clase de tal manera que propicie la
      comunicación interpersonal entre los estudiantes y con
      el docente.
    • Garantizar que los estudiantes y el docente ocupen
      siempre la doble posición de emisores y receptores de la
      comunicación.
    • Diagnosticar las posibles barreras de la
      comunicación que pueden estar limitando el aprendizaje
      de los estudiantes y eliminarlas.
    • No evadir ningún tema de conversación y
      conferirle el enfoque educativo necesario.
    • Propiciar la polémica en la búsqueda de
      soluciones a los problemas a partir de la confrontación
      de diferentes puntos de vista.
    • Utilizar métodos pedagógicos que
      estimulen la interacción grupal, su dinámica y el
      cambio de roles en los estudiantes.
    • No utilizar frases o palabras que lesionen la
      personalidad de los estudiantes.
    • Estar siempre abiertos al diálogo con todos
      los estudiantes y no prejuiciarse con ninguno en
      particular.
    • No perder el control emocional con los estudiantes,
      mantener la sinceridad y la cortesía con
      éstos.
    • Planificar las actividades especificando las
      responsabilidades individuales y colectivas, orientando con un
      lenguaje claro y preciso la actividad concreta por ejecutar y
      precisando qué tipo de acciones incluye la actividad en
      cuestión y los recursos con que cuentan los estudiantes
      para desarrollar dicha actividad.
    • Analizar con los estudiantes las actividades
      desarrolladas, destacando las dificultades y éxitos
      individuales y colectivos.
    • Lograr que todos los estudiantes participen de manera
      rotativa en la planificación, organización,
      ejecución, control y evaluación de las
      actividades.

    Unidad de influencias educativas en el grupo
    escolar:

    Esencia:

    El proceso pedagógico no es privativo de la
    escuela, aunque ella ocupe el papel rector en el mismo. En dicho
    proceso interviene la familia y la comunidad donde desarrolla su
    vida el estudiante, por lo que debe existir una relación
    complementaria entre todos estos factores de la educación
    para que las influencias se correspondan con las funciones de
    cada uno. En este sentido la unidad es sinónimo de
    integración, de unión, conformidad y
    unanimidad.

    Por otro lado, cada docente debe tener plena conciencia
    y suficiente claridad en el papel y la función que le
    corresponde en el proceso de educación de la personalidad
    del estudiante, para que no existan diferentes niveles de
    exigencia y de dirección del aprendizaje en un mismo grupo
    escolar.

    Recomendaciones prácticas para su
    aplicación en el aula de clases (reglas):

    • Implicar desde el inicio a todos los actores que
      tienen que ver con la educación del estudiante, con
      tareas específicas de valor educativo.
    • Dirigir la búsqueda de dicha unidad a
      través de la persuasión y del esclarecimiento del
      rol de cada quien.
    • Cohesionar al colectivo pedagógico de un mismo
      grupo escolar en su labor educativa.

     

     

    Autor:

    Alexander Luis Ortiz Ocaña

    CENTRO DE ESTUDIOS

    PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS

    CEPEDID

    BARRANQUILLA

    2005

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