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Las Radiocomunicaciones, su desarrollo




Enviado por tellez



    1. Resumen
    2. Historia
    3. Desarrollo
    4. Transmisor
    5. Receptor
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía
    8. Anexos


    http://www.radioptica.com/Radio/calculo_radioenlaces.asp/t_self

    RESUMEN

    Este trabajo Las
    Radiocomunicaciones, su desarrollo
    permite conocer de forma general cómo ha sido el
    desarrollo de las radiocomunicaciones desde su
    surgimiento.

    De forma general, en este se hace referencia acerca del
    desarrollo de las radiocomunicaciones y sus utilidades en la
    telegrafía inalámbrica, la transmisión por
    teléfono, la
    televisión, el radar, los sistemas de
    navegación y la
    comunicación espacial ( vía satélite ),
    haciendo énfasis en el principio de funcionamiento de la
    transmisión y recepción de señales
    de audio frecuencia-en el caso de la radiodifusión-que
    generaliza también la transmisión de imágenes e
    información.

    SUMMARY

    This work the radiocumunication, gear development was
    made to know in a general way as it has been the development of
    the radio-communications and of its operation
    principle.

    In a general way, in this reference is made about the
    development of the radio-communications and its utilities in the
    wireless
    telegraphy, the transmission for telephone, the television, the
    radar, the sailing systems and the space communication (via
    satellite), making emphasis in the principle of operation of the
    transmission and reception of audio signs frequency-in the case
    of which also generalizes the transmission of images and
    information.

    INTRODUCCIÓN

    FRECUENCIAS AUDIBLES O DE BAJA
    FRECUENCIA:

    Al caer una piedra en un estanque se producen unas
    ondas en el agua que se
    van propagando por ella al mismo tiempo que
    amortiguándose. Cuando se golpea un cuerpo, vibra y esas
    vibraciones mueven el aire que lo
    rodea, aumentando y disminuyendo su presión,
    lo que origina unas ondas de presión que se transmiten de
    partícula en partícula por el aire, de forma
    parecida a lo que sucedía en el agua del
    estanque. Si las ondas de presión transmitidas por el aire
    llegan a nuestros oídos sentimos la sensación de
    sonido al
    vibrar el tímpano y recoger el cerebro los
    impulsos que provocan. Sin embargo, para que el oído
    humano sea sensible a esas variaciones de presión es
    necesario que la frecuencia de las vibraciones estén
    comprendidas entre los 100 y 20.000 hercios aproximadamente; a
    las frecuencias comprendidas entre estos límites se
    les llama "audiofrecuencia" o de "baja frecuencia", siendo el
    sonido más agudo cuanto más elevada es la
    frecuencia.

    La radiodifusión trata de transmitir mensajes
    audibles, sonidos, imagen,
    información a larga distancia rápidamente
    aprovechando las propiedades de las ondas
    electromagnéticas, cosa que el sonido directamente no
    puede proporcionar, dados los inconvenientes que
    tiene:

    • La velocidad
      del sonido en el aire es muy baja, del orden de
      340m/s.
    • El sonido se amortigua rápidamente: apenas
      puede alcanzar un centenar de metros con una nivel
      audible.
    • El sonido no puede atravesar ningún
      obstáculo.

    Por otra parte, las ondas electromagnéticas
    tienen las siguientes propiedades:

    • La velocidad de propagación es muy alta:
      300.000Km/h.
    • Pueden superar cualquier tipo obstáculo e
      incluso algunas de las que salen hacia arriba, rebotan en
      ciertas capas de la atmósfera y regresan a la
      tierra.

    El gran inconveniente de las ondas
    electromagnéticas es que las frecuencias útiles
    para la radiodifusión son mayores de los 100.000 Hz, o
    sea, son inaudibles.

    Las ondas de radio ( ondas electromagnéticas ) se
    utilizan no sólo en la radiodifusión, sino
    también en la telegrafía inalámbrica, la
    transmisión por teléfono, la televisión, el radar, los sistemas de
    navegación y la comunicación espacial. En la
    atmósfera, las características físicas del
    aire ocasionan pequeñas variaciones en el movimiento
    ondulatorio, que originan errores en los sistemas de
    comunicación radiofónica como el radar.
    Además, las tormentas o las perturbaciones
    eléctricas provocan fenómenos anormales en la
    propagación de las ondas de radio.

    1.
    HISTORIA.

    Aún cuando fueron necesarios muchos
    descubrimientos en el campo de la electricidad
    hasta llegar a la radio, su
    nacimiento data en realidad de 1873, año en el que el
    físico británico James Clerk Maxwell publicó
    su teoría
    sobre las ondas electromagnéticas.

    1.1 FINALES DEL SIGLO XIX.

    La teoría de Maxwell se refería sobre todo
    a las ondas de luz; quince
    años más tarde, el físico alemán
    Heinrich Hertz logró generar eléctricamente tales
    ondas. Suministró una carga eléctrica a un
    condensador y a continuación le hizo un cortocircuito
    mediante un arco eléctrico. En la descarga
    eléctrica resultante, la corriente saltó desde el
    punto neutro, creando una carga de signo contrario en el
    condensador, y después continuó saltando de un polo
    al otro, creando una descarga eléctrica oscilante en forma
    de chispa. El arco eléctrico radiaba parte de la
    energía de la chispa en forma de ondas
    electromagnéticas. Hertz consiguió medir algunas de
    las propiedades de estas ondas "hercianas", incluyendo su
    longitud y velocidad.

    La idea de utilizar ondas electromagnéticas para
    la transmisión de mensajes de un punto a otro no era
    nueva; el heliógrafo, por ejemplo, transmitía
    mensajes por medio de un haz de rayos luminosos que se
    podía modular con un obturador para producir
    señales en forma de los puntos y las rayas del código
    Morse. A tal fin la radio presenta muchas ventajas sobre la luz,
    aunque no resultasen evidentes a primera vista. Las ondas de
    radio, por ejemplo, pueden cubrir distancias enormes, a
    diferencia de las microondas
    (usadas por Hertz).

    Las ondas de radio pueden sufrir grandes atenuaciones y
    seguir siendo perceptibles, amplificables y detectadas; pero los
    buenos amplificadores no se hicieron una realidad hasta la
    aparición de las válvulas
    electrónicas. Por grandes que fueran los avances de la
    radiotelegrafía (por ejemplo, en 1901 Marconi
    desarrolló la comunicación transatlántica),
    la radiotelefonía nunca habría llegado a ser
    útil sin los avances de la electrónica. Desde el punto de vista
    histórico, el desarrollo en el mundo de la radio y en el
    de la electrónica han ocurrido de forma
    simultánea.

    Para detectar la presencia de la radiación
    electromagnética, Hertz utilizó un aro parecido a
    las antenas
    circulares. En aquella época, el inventor David Edward
    Hughes había descubierto que un contacto entre una punta
    metálica y un trozo de carbón no conducía la
    corriente, pero si hacía circular ondas
    electromagnéticas por el punto de contacto, éste se
    hacía conductor. En 1879 Hughes demostró la
    recepción de señales de radio procedentes de un
    emisor de chispas alejado un centenar de metros. En dichos
    experimentos
    hizo circular una corriente de una célula
    voltaica a través de una válvula rellena de
    limaduras de cinc y plata, que se aglomeraban al ser bombardeadas
    con ondas de radio.

    Este principio lo utilizó el físico
    británico Oliver Joseph Lodge en un dispositivo llamado
    cohesor para detectar la presencia de ondas de radio. El cohesor,
    una vez hecho conductor, se podía volver a hacer aislante
    golpeándolo y haciendo que se separasen las
    partículas. Aunque era mucho más sensible que la
    bocina en ausencia de amplificador, el cohesor sólo daba
    una única respuesta a las ondas de radio de suficiente
    potencia de
    diversas intensidades, por lo que servía para la
    telegrafía, pero no para la telefonía.

    El ingeniero electrotécnico e inventor italiano
    Guglielmo Marconi está considerado universalmente el
    inventor de la radio. A partir de 1895 fue desarrollando y
    perfeccionando el cohesor y lo conectó a una forma
    primitiva de antena, con el extremo conectado a tierra.
    Además mejoró los osciladores de chispa conectados
    a antenas rudimentarias.

    El transmisor se modulaba mediante una clave ordinaria
    de telégrafo. El cohesor del receptor accionaba un
    instrumento telegráfico que funcionaba básicamente
    como amplificador.

    En 1896 consiguió transmitir señales desde
    una distancia de 1,6 Km., y registró su primera patente
    inglesa. En 1897 transmitió señales desde la costa
    hasta un barco a 29 Km. en alta mar. Dos años más
    tarde logró establecer una comunicación comercial
    entre Inglaterra y
    Francia capaz
    de funcionar con independencia
    del estado del
    tiempo; a principios de
    1901 consiguió enviar señales a más de 322
    Km. de distancia, y a finales de ese mismo año
    transmitió una carta entera de
    un lado a otro del océano Atlántico. En 1902 ya se
    enviaban de forma regular mensajes transatlánticos y en
    1905 muchos barcos llevaban equipos de radio para comunicarse con
    emisoras de costa. Como reconocimiento a sus trabajos en el campo
    de la telegrafía sin hilos, en 1909 Marconi
    compartió el Premio Novel de Física con el
    físico alemán Karl Ferdinand Braun.

    A lo largo de todos estos años se introdujeron
    diferentes mejoras técnicas.
    Para la sintonía se utilizaron circuitos
    resonantes dotados de inductancia y capacitancia. Las antenas se
    fueron perfeccionando, descubriéndose y
    aprovechándose sus propiedades direccionales. Se
    utilizaron los transformadores
    para aumentar el voltaje enviado a la antena. Se desarrollaron
    otros detectores para complementar al cohesor y su rudimentario
    descohesor. Se construyó un detector magnético
    basado en la propiedad de
    las ondas magnéticas para desmagnetizar los hilos de
    acero, un
    holómetro que medía el aumento de temperatura de
    un cable fino cuando lo atravesaban ondas de radio y la
    denominada válvula de Fleming, precursora de la
    válvula termoiónica o lámpara de
    vacío.

    1.2 SIGLO XX

    El desarrollo de la válvula electrónica se
    remonta al descubrimiento que hizo el inventor estadounidense
    Thomas Alba Edison al
    comprobar que entre un filamento de una lámpara
    incandescente y otro electrodo colocado en la misma
    lámpara fluye una corriente y que además
    sólo lo hace en un sentido. La válvula de Fleming
    apenas difería del tubo de Edison. Su desarrollo se debe
    al físico e ingeniero eléctrico inglés
    John Ambrose Fleming en 1904 y fue el primer diodo, o
    válvula de dos elementos, que se utilizó en la
    radio. El tubo actuaba de detector, rectificador y
    limitador.

    En 1906 se produjo un avance revolucionario, punto de
    partida de la electrónica, al incorporar el inventor
    estadounidense Lee de Forest un tercer elemento, la rejilla,
    entre el filamento y el cátodo de la válvula. El
    tubo de De Forest, que bautizó con el nombre de
    audión y que actualmente se conoce por tríodo
    (válvula de tres elementos), en principio sólo se
    utilizó como detector, pero pronto se descubrieron sus
    propiedades como amplificador y oscilador; en 1915 el desarrollo
    de la telefonía sin hilos había alcanzado un grado
    de madurez suficiente como para comunicarse entre Virginia y
    Hawai (Estados Unidos) y
    entre Virginia y París (Francia).

    Las funciones
    rectificadoras de los cristales fueron descubiertas en 1912 por
    el ingeniero eléctrico e inventor estadounidense Greenleaf
    Whittier Pickard, al poner de manifiesto que los cristales se
    pueden utilizar como detectores. Este descubrimiento
    permitió el nacimiento de los receptores con detector de
    cristal, tan populares en la década de los años
    veinte. En 1912, el ingeniero eléctrico estadounidense
    Edwin Howard Armstrong descubrió el circuito reactivo, que
    permite realimentar una válvula con parte de su propia
    salida. Éste y otros descubrimientos de Armstrong
    constituyen la base de muchos circuitos de los equipos modernos
    de radio.

    En 1902, el ingeniero estadounidense Arthur Edwin
    Kennelly y el físico británico Oliver Heaviside (de
    forma independiente y casi simultánea) proclamaron la
    probable existencia de una capa de gas ionizado en
    la parte alta de la atmósfera que afectaría a la
    propagación de las ondas de radio. Esta capa, bautizada en
    principio como la capa de Heaviside o Kennelly-Heaviside, es una
    de las capas de la ionosfera. Aunque resulta transparente para
    las longitudes de onda más cortas, desvía o
    refleja

    las ondas de longitudes más largas. Gracias a
    esta reflexión, las ondas de radio se propagan mucho
    más allá del horizonte.

    Y a mediados de este siglo se produjo, lo que se
    consideraría el avance de los avances, con la
    aparición de los semiconductores,
    y con este un elemento nuevo que revolucionó la
    electrónica hasta nuestros días, el transistor, el
    cual partiendo de las propiedades de materiales
    químicos semiconductores –como el silicio y el
    germanio- disminuyó en gran medida el tamaño de los
    equipos, el consumo y
    mejoró el rendimiento de los mismos, así como la
    vida útil de los equipos y el costo de
    producción.

    La propagación de las ondas de radio en la
    ionosfera se ve seriamente afectada por la hora del día,
    la estación y la actividad solar. Leves variaciones en la
    naturaleza y
    altitud de la ionosfera, que tienen lugar con gran rapidez,
    pueden afectar la calidad de la
    recepción a gran distancia. La ionosfera es también
    la causa de un fenómeno por el cual se recibe una
    señal en un punto muy distante y no en otro más
    próximo. Este fenómeno se produce cuando el rayo en
    tierra ha sido absorbido por obstáculos terrestres y el
    rayo propagado a través de la ionosfera no se refleja con
    un ángulo lo suficientemente agudo como para ser recibido
    a distancias cortas respecto de la antena.

    1.3 RADIO DE ONDA CORTA

    Aun cuando determinadas zonas de las diferentes bandas
    de radio, onda corta, onda larga, onda media, frecuencia muy alta
    y frecuencia ultra alta , están asignadas a muy diferentes
    propósitos, la expresión "radio de onda corta" se
    refiere generalmente a emisiones de radio en la gama de
    frecuencia altas (3 a 30 MHz) que cubren grandes distancias,
    sobre todo en el entorno de las comunicaciones
    internacionales. Sin embargo, la comunicación mediante
    microondas a través de un satélite de
    comunicaciones, proporciona señales de mayor fiabilidad y
    libres de error.

    Por lo general se suele asociar a los radioaficionados
    con la onda corta, aunque tienen asignadas frecuencias en la
    banda de onda media, la de muy alta frecuencia y la de ultra
    alta, así como en la banda de onda corta. Algunas
    conllevan ciertas restricciones pensadas para que queden a
    disposición del mayor número posible de
    usuarios.

    Durante la rápida evolución de la radio tras la I Guerra Mundial,
    los radioaficionados lograron hazañas tan espectaculares
    como el primer contacto radiofónico (1921)
    trasatlántico. También han prestado una ayuda
    voluntaria muy valiosa en caso de emergencias con
    interrupción de las comunicaciones normales. Ciertas
    organizaciones
    de radioaficionados han lanzado una serie de satélites
    aprovechando los lanzamientos normales de Estados Unidos, la
    antigua Unión Soviética y la Agencia Espacial
    Europea (ESA). Estos satélites se denominan normalmente
    Oscar (Orbiting Satellites Carrying Amateur Radio). El primero de
    ellos, Oscar 1, colocado en órbita en 1961, fue al mismo
    tiempo el primer satélite no gubernamental; el cuarto, en
    1965, proporcionó la primera comunicación directa
    vía satélite entre Estados Unidos y la Unión
    Soviética. A principios de la década de 1980
    había en todo el mundo más de 1,5 millones de
    licencias de radioaficionados, incluidos los de la radio de banda
    ciudadana.

    DESARROLLO

    Las ondas electromagnéticas dentro de una
    atmósfera uniforme se desplazan en línea recta, y
    como la superficie terrestre es prácticamente
    esférica, la comunicación radiofónica a
    larga distancia es posible gracias a la reflexión de las
    ondas de radio en la ionosfera. Las ondas radiofónicas de
    longitud de onda inferior a unos 10 m, que reciben los nombres de
    frecuencias muy alta, ultra alta y superalta (VHF, UHF y SHF), no
    se reflejan en la ionosfera; así, en la práctica,
    estas ondas muy cortas sólo se captan a distancia visual.
    Las longitudes de onda inferiores a unos pocos centímetros
    son absorbidas por las gotas de agua o por las nubes; las
    inferiores a 1,5 cm pueden quedar absorbidas por el vapor de agua
    existente en la atmósfera limpia. En la tabla 1 se
    muestran las ondas de radiofrecuencia y sus longitudes de
    onda.

    Los sistemas normales de radiocomunicación
    constan de dos componentes básicos, el transmisor y el
    receptor. El primero genera oscilaciones eléctricas con
    una frecuencia de radio denominada frecuencia portadora. Se puede
    amplificar la amplitud o la propia frecuencia para variar la onda
    portadora. Una señal modulada en amplitud se compone de la
    frecuencia portadora y dos bandas laterales producto de la
    modulación. La frecuencia modulada (FM)
    produce más de un par de bandas laterales para cada
    frecuencia de modulación, gracias a lo cual son posibles
    las complejas variaciones que se emiten en forma de voz o
    cualquier otro sonido en la radiodifusión, y en las
    alteraciones de luz y oscuridad en las emisiones
    televisivas.

    2.
    TRANSMISOR

    Los componentes fundamentales de un transmisor de radio
    son un generador de oscilaciones (oscilador) para convertir la
    corriente
    eléctrica común en oscilaciones de una
    determinada frecuencia de radio; los amplificadores para aumentar
    la intensidad de dichas oscilaciones conservando la frecuencia
    establecida y un transductor para convertir la información
    a transmitir en un voltaje eléctrico variable y
    proporcional a cada valor
    instantáneo de la intensidad. En el caso de la
    transmisión de sonido, el transductor es un
    micrófono; para transmitir imágenes se utiliza como
    transductor un dispositivo fotoeléctrico.

    Otros componentes importantes de un transmisor de radio
    son el modulador, que aprovecha los voltajes proporcionales para
    controlar las variaciones en la intensidad de oscilación o
    la frecuencia instantánea de la portadora, y la antena,
    que radia una onda portadora igualmente modulada. Cada antena
    presenta ciertas propiedades direccionales, es decir, radia
    más energía en unas direcciones que en otras, pero
    la antena siempre se puede modificar de forma que los patrones de
    radiación varíen desde un rayo relativamente
    estrecho hasta una distribución homogénea en todas las
    direcciones; este último tipo de radiación se usa
    en la radiodifusión.

    El método
    concreto
    utilizado para diseñar y disponer los diversos componentes
    depende del efecto buscado. Los requisitos principales de la
    radio de un avión comercial o militar, por ejemplo, son
    que tenga un peso reducido y que resulte inteligible; el coste es
    un aspecto secundario y la fidelidad de reproducción carece totalmente de
    importancia. En una emisora comercial de radio, sin embargo, el
    tamaño y el peso entrañan poca importancia, el
    coste debe tenerse en cuenta y la fidelidad resulta fundamental,
    sobre todo en el caso de emisoras FM; el control estricto
    de la frecuencia constituye una necesidad crítica. En Estados Unidos, por ejemplo,
    una emisora comercial típica de 1.000 KHz posee un ancho
    de banda de 10 KHz, pero este ancho sólo se puede utilizar
    para modulación; la frecuencia de la portadora propiamente
    dicha se tiene que mantener exactamente en los 1.000 KHz, ya que
    una desviación de una centésima del 1%
    originaría grandes interferencias con emisoras de la misma
    frecuencia, aunque se hallen distantes.

    2.1 OSCILADORES

    En una emisora comercial normal, la frecuencia de la
    portadora se genera mediante un oscilador de cristal de cuarzo
    rigurosamente controlado. El método básico para
    controlar frecuencias en la mayoría de las emisoras de
    radio es mediante circuitos de absorción, o circuitos
    resonantes, que poseen valores
    específicos de inductancia y capacitancia y que, por
    tanto, favorecen la producción de corrientes alternas de una
    determinada frecuencia e impiden la circulación de
    corrientes de frecuencias distintas. De todas formas, cuando la
    frecuencia debe ser enormemente estable se utiliza un cristal de
    cuarzo con una frecuencia natural concreta de oscilación
    eléctrica para estabilizar las oscilaciones. En realidad,
    éstas se generan a baja potencia en una válvula
    electrónica y se amplifican en amplificadores de potencia
    que actúan como retardadores para evitar la interacción del oscilador con otros
    componentes del transmisor, ya que tal interacción
    alteraría la frecuencia. El cristal tiene la forma exacta
    para las dimensiones necesarias a fin de proporcionar la
    frecuencia deseada, que luego se puede modificar ligeramente
    agregando un condensador al circuito para conseguir la frecuencia
    exacta. En un circuito eléctrico bien diseñado,
    dicho oscilador no varía en más de una
    centésima del 1% en la frecuencia. Si se monta el cristal
    al vacío a temperatura constante y se estabilizan los
    voltajes, se puede conseguir una estabilidad en la frecuencia
    próxima a una millonésima del 1%.

    Los osciladores de cristal resultan de máxima
    utilidad en
    las gamas denominadas de frecuencia muy baja, baja y media (VLF,
    LF y MF). Cuando han de generarse frecuencias superiores a los 10
    MHz, el oscilador maestro se diseña para que genere una
    frecuencia intermedia, que luego se va duplicando cuantas veces
    sea necesario mediante circuitos electrónicos especiales.
    Si no se precisa un control estricto de la frecuencia, se pueden
    utilizar circuitos resonantes con válvulas normales a fin
    de producir oscilaciones de hasta 1.000 MHz, y se emplean los
    klistrones reflex para generar las frecuencias superiores a los
    30.000 MHz. Los klistrones se sustituyen por magnetrones cuando
    hay que generar cantidades de mayor potencia.

    2.2 MODULACIÓN.

    La modulación de la portadora para que pueda
    transportar impulsos se puede efectuar a nivel bajo o alto. En el
    primer caso, la señal de audio frecuencia del
    micrófono, con una amplificación pequeña o
    nula, sirve para modular la salida del oscilador y la frecuencia
    modulada de la portadora se amplifica antes de conducirla a la
    antena; en el segundo caso, las oscilaciones de radiofrecuencia y
    la señal de audio frecuencia se amplifica de forma
    independiente y la modulación se efectúa justo
    antes de transmitir las oscilaciones a la antena. La señal
    se puede superponer a la portadora mediante modulación de
    frecuencia (FM) o de amplitud (AM).

    La forma más sencilla de modulación es la
    codificación, interrumpiendo la onda
    portadora a intervalos concretos mediante una clave o conmutador
    para formar los puntos y las rayas de la radiotelegrafía
    de onda continua.

    2.3 LA MODULACIÓN DE AMPLITUD,
    A.M.

    Para poder
    transmitir a gran distancia las bajas frecuencias audibles se
    usan las ondas electromagnéticas de alta frecuencia como
    "portadoras" de las primeras: de esta forma las ondas
    electromagnéticas han de contener y transportar de alguna
    forma la B.F (baja frecuencia).

    Modular en amplitud una señal alterna consiste en
    modificar su amplitud con arreglo a un cierto ritmo. Si en una
    corriente alterna
    de elevada frecuencia se alteran sus semiciclos según las
    variaciones de la tensión de otra señal de baja
    frecuencia se logra la A.M, en la que la frecuencia transmitida
    es la de alta frecuencia, con sus características propias,
    pero esta no actúa como portadora de la señal
    audible que se obtiene uniendo los picos de sus
    semiciclos.

    2.4 LA MODULACIÓN DE FRECUENCIA,
    F.M.

    En la FM, se mezcla la alta frecuencia del oscilador con
    la baja frecuencia, obteniéndose una señal de alta
    frecuencia cuya amplitud se mantiene constante, pero cuya
    frecuencia varia con el ritmo de la baja frecuencia que la
    modula, la frecuencia de la onda portadora se varía dentro
    de un rango establecido a un ritmo equivalente a la frecuencia de
    una señal sonora. Esta forma de modulación,
    desarrollada en la década de 1930, presenta la ventaja de
    generar señales relativamente limpias de ruidos e
    interferencias procedentes de fuentes tales
    como los sistemas de encendido de los automóviles o las
    tormentas, que afectan en gran medida a las señales AM.
    Por tanto, la radiodifusión FM se efectúa en bandas
    de alta frecuencia (88 a 108 MHz), aptas para señales
    grandes pero con alcance de recepción limitado.

    Las ondas portadoras también se pueden modular
    variando la fase de la portadora según la amplitud de la
    señal. La modulación en fase, sin embargo, ha
    quedado reducida a equipos especializados.

    El desarrollo de la técnica de transmisión
    de ondas continuas en pequeños impulsos de enorme
    potencia, como en el caso del radar, planteó la
    posibilidad de otra forma nueva de modulación, la
    modulación de impulsos en tiempo, en la que el espacio
    entre los impulsos se modifica de acuerdo con la
    señal.

    La información transportada por una onda modulada
    se devuelve a su forma original mediante el proceso
    inverso, denominado desmodulación o detección. Las
    emisiones de ondas de radio a frecuencias bajas y medias van
    moduladas en amplitud. Para frecuencias más altas se
    utilizan tanto la AM como la FM; en la televisión comercial de nuestros
    días, por ejemplo, el sonido va por FM, mientras que las
    imágenes se transportan por AM. En el rango de las
    frecuencias superaltas (por encima del rango de las ultra altas),
    en el que se pueden utilizar anchos de banda mayores, la imagen
    también se transmite por FM. En la actualidad, tanto el
    sonido como las imágenes se pueden enviar de forma digital
    a dichas frecuencias.

    2.5 ANTENAS

    La antena se puede considerar uno de los elementos
    más importantes de un transmisor, dependiendo mucho de
    ella una buena transmisión y recepción. Ella es la
    encargada de transmitir en todas direcciones las ondas
    electromagnéticas mezcladas con la información a
    trasmitir ( en el caso de una antena transmisora ) y de generarse
    en ella una onda de radiofrecuencia que cuando coincida con una
    de las tantas frecuencias que le llegan es cuando ocurre la
    sintonía ( es el caso de las antenas receptoras ). Una
    antena debe cumplir con varios requisitos, como por ejemplo:
    Longitud de los elementos, distancia e impedancia entre estos,
    así como el tamaño de los elementos y su
    separación están relacionados con la frecuencia, y
    para cada canal la antena tendrá un tamaño
    diferente.

     La antena del transmisor no necesita estar unida
    al propio transmisor. La radiodifusión comercial a
    frecuencias medias exige normalmente una antena muy grande, cuya
    ubicación óptima es de forma aislada, lejos de
    cualquier población, mientras que el estudio de radio
    suele hallarse en medio de la ciudad. La FM, la televisión
    y demás emisiones con frecuencias muy elevadas exigen
    antenas muy altas si se pretende conseguir un cierto alcance y no
    resulta aconsejable colocarlas cerca del estudio de
    emisión. En todos estos casos las señales se
    transmiten a través de cables. Las líneas
    telefónicas normales suelen valer para la mayoría
    de las emisiones comerciales de radio; si se precisa obtener alta
    fidelidad o frecuencias muy altas, se utilizan cables
    coaxiales.

    3.
    RECEPTOR

    Los componentes fundamentales de un receptor de radio
    son: 1) una antena para recibir las ondas
    electromagnéticas y convertirlas en oscilaciones
    eléctricas; 2) amplificadores para aumentar la intensidad
    de dichas oscilaciones; 3) equipos para la desmodulación;
    4) un altavoz para convertir los impulsos en ondas sonoras
    perceptibles por el oído humano ( y en televisión,
    un tubo de imágenes para convertir la señal en
    ondas luminosas visibles), y 5) en la mayoría de los
    receptores, unos osciladores para generar ondas de
    radiofrecuencia que puedan mezclarse con las ondas
    recibidas.


    La señal que llega de la
    antena, compuesta por una oscilación de la portadora de
    radiofrecuencia, modulada por una señal de frecuencia
    audio o vídeo que contiene los impulsos, suele ser muy
    débil. La sensibilidad de algunos receptores de radio
    modernos es tan grande que con que la señal de la antena
    sea capaz de producir una corriente alterna de unos pocos cientos
    de electrones, la señal se puede detectar y amplificar
    hasta producir un sonido inteligible por el altavoz. La
    mayoría de los receptores pueden funcionar aceptablemente
    con una entrada de algunas millonésimas de voltio. Sin
    embargo, el aspecto básico en el diseño
    del receptor es que las señales muy débiles no se
    convierten en válidas simplemente amplificando, de forma
    indiscriminada, tanto la señal deseada como los ruidos
    laterales. Así, el cometido principal del diseñador
    consiste en garantizar la recepción prioritaria de la
    señal deseada.

    Muchos receptores modernos de radio son de tipo
    superheterodino, en el que un oscilador genera una onda de
    radiofrecuencia que se mezcla con la onda entrante, produciendo
    así una onda de frecuencia menor; esta última se
    denomina frecuencia media. Para sintonizar el receptor a las
    distintas frecuencias se modifica la frecuencia de las
    oscilaciones, pero la media siempre permanece fija (en 455 KHz
    para la mayoría de los receptores de AM y en 10,7 MHz para
    los de FM). El oscilador se sintoniza modificando la capacidad
    del condensador en su circuito oscilador; el circuito de la
    antena se sintoniza de forma similar mediante un
    condensador.

    En todos los receptores hay una o más etapas de
    amplificación de frecuencia media; además, puede
    haber una o más etapas de amplificación de
    radiofrecuencia. En la etapa de frecuencia media se suelen
    incluir circuitos auxiliares, como el control automático
    de volumen, que
    funciona rectificando parte de la salida de un circuito de
    amplificación y alimentando con ella al elemento de
    control del mismo circuito o de otro anterior. El detector,
    denominado a menudo segundo detector (el primero es el
    mezclador), suele ser un simple diodo que actúa de
    rectificador y produce una señal de frecuencia audio. Las
    ondas FM se de modulan o detectan mediante circuitos que reciben
    el nombre de discriminadores o radio detectores; transforman las
    variaciones de la frecuencia en diferentes amplitudes de la
    señal.

    3.1 AMPLIFICADORES

    Los amplificadores de radiofrecuencia y de frecuencia
    media son amplificadores de voltaje, que aumentan el voltaje de
    la señal. Los receptores de radio pueden tener una o
    más etapas de amplificación de voltaje de
    frecuencia audio. Además, la última etapa antes del
    altavoz tiene que ser de amplificación de potencia. Un
    receptor de alta fidelidad contiene los circuitos de
    sintonía y de amplificación de cualquier radio.
    Como alternativa, una radio de alta fidelidad puede tener un
    amplificador y un sintonizador independientes.

    Las características principales de un buen
    receptor de radio son una sensibilidad, una selectividad y una
    fidelidad muy elevadas y un nivel de ruido bajo. La
    sensibilidad se consigue en primera instancia mediante muchas
    etapas de amplificación y factores altos de
    amplificación, pero la amplificación elevada carece
    de sentido si no se pueden conseguir una fidelidad aceptable y un
    nivel de ruido bajo. Los receptores más sensibles tienen
    una etapa de amplificación de radiofrecuencia sintonizada.
    La selectividad es la capacidad del receptor de captar
    señales de una emisora y rechazar otras de emisoras
    diferentes que limitan con frecuencias muy próximas. La
    selectividad extrema tampoco resulta aconsejable, ya que se
    precisa un ancho de banda de muchos kilohercios para recibir los
    componentes de alta frecuencia de las señales de audio
    frecuencia. Un buen receptor sintonizado a una emisora presenta
    una respuesta cero a otra emisora que se diferencia en 20 Khz. La
    selectividad depende sobre todo de los circuitos en la etapa de
    la frecuencia intermedia.

    3.2 SISTEMA DE ALTA
    FIDELIDAD

    Fidelidad es la uniformidad de respuesta del receptor a
    diferentes señales de audio frecuencia moduladas en la
    portadora. La altísima fidelidad, que se traduce en una
    respuesta plana (idéntica amplificación de todas
    las frecuencias audio) a través de todo el rango audible
    desde los 20 Hz hasta los 20 KHz, resulta extremadamente
    difícil de conseguir. Un sistema de alta fidelidad es tan
    potente como su componente más débil, y entre estos
    no solo se incluyen todos los circuitos del receptor, sino
    también el altavoz, las propiedades acústicas del
    lugar donde se encuentra el altavoz y el transmisor a que
    está sintonizado el receptor. La mayoría de las
    emisoras AM no reproducen con fidelidad los sonidos por debajo de
    100 Hz o por encima de 5 KHz; las emisoras FM suelen tener una
    gama de frecuencias entre 50 Hz y 15 kilohercios.

    3.3 DISTORSION

    En las transmisiones de radio a menudo se introduce una
    forma de distorsión de amplitud al aumentar la intensidad
    relativa de las frecuencias más altas de audio. En el
    receptor aparece un factor equivalente de atenuación de
    alta frecuencia. El efecto conjunto de estas dos formas de
    distorsión es una reducción del ruido de fondo o
    estático en el receptor. Muchos receptores van equipados
    con controles de tono ajustables por el usuario, de forma que la
    amplificación de las frecuencias altas y bajas se pueda
    adaptar a gusto del oyente. Otra fuente de distorsión es
    la modulación transversal, la transferencia de
    señales de un circuito a otro por culpa de un
    apantallamiento defectuoso. La distorsión armónica
    ocasionada por la transferencia no lineal de señales a
    través de las etapas de amplificación puede
    reducirse notablemente utilizando circuitería de
    realimentación negativa, que anula gran parte de la
    distorsión generada en las etapas de
    amplificación.

    3.4 RUIDO

    El ruido constituye un problema grave en todos los
    receptores de radio. Hay diferentes tipos de ruido, como el
    zumbido, un tono constante de baja frecuencia (unas dos octavas
    por debajo del do), producido generalmente por la frecuencia de
    la fuente de alimentación de
    corriente alterna (por lo común 60 Hz) que se superpone a
    la señal debido a un filtrado o un apantallamiento
    defectuoso; el siseo, un tono constante de alta frecuencia, y el
    silbido, un tono limpio de alta frecuencia producido por una
    oscilación involuntaria de frecuencia audio, o por un
    golpeteo. Estos ruidos se pueden eliminar mediante un
    diseño y una construcción adecuados.

    Sin embargo, ciertos tipos de ruidos no se pueden
    eliminar. El más importante en los equipos normales de AM
    de baja y media frecuencias es el ruido parásito,
    originado por perturbaciones eléctricas en la
    atmósfera. El ruido parásito puede proceder del
    funcionamiento de un equipo eléctrico cercano (como los
    motores de
    automóviles o aviones), pero en la mayoría de los
    casos proviene de los rayos y relámpagos de las tormentas.
    Las ondas de radio producidas por estas perturbaciones
    atmosféricas pueden viajar miles de kilómetros sin
    sufrir apenas atenuación, y, dado que en un radio de
    algunos miles de kilómetros respecto del receptor de radio
    siempre hay alguna tormenta, casi siempre aparecen ruidos
    parásitos.

    Los ruidos parásitos afectan a los receptores FM
    en menor medida, ya que la amplitud de las ondas intermedias
    está limitada mediante circuitos especiales antes de la
    discriminación, lo que elimina los efectos
    de los ruidos parásitos.

    Otra fuente primaria de ruido es la agitación
    térmica de los electrones. En un elemento conductor a
    temperatura superior al cero absoluto, los electrones se mueven
    de forma aleatoria. Dado que cualquier movimiento
    electrónico constituye una corriente eléctrica, la
    agitación térmica origina ruido al amplificarlo en
    exceso. Este tipo de ruido se puede evitar si la señal
    recibida desde la antena es notablemente más potente que
    la corriente causada por la agitación térmica; en
    cualquier caso, se puede reducir al mínimo mediante un
    diseño adecuado. Un receptor teóricamente perfecto
    a temperatura ordinaria es capaz de recibir la voz de forma
    inteligible siempre que la potencia de la señal alcance
    los 4 × 10-18 W; sin embargo, en los receptores normales se
    precisa una potencia de señal bastante mayor.

    3.5 FUENTES DE ALIMENTACIÓN

    La radio no tiene componentes móviles excepto el
    altavoz, que vibra algunas milésimas de centímetro,
    por lo que la única potencia que requiere su
    funcionamiento es la corriente eléctrica para hacer
    circular los electrones por los diferentes circuitos. Cuando
    aparecieron las primeras radios en la década de 1920, la
    mayoría iban accionadas por pilas. Aunque se
    siguen utilizando de forma generalizada en los aparatos
    portátiles, la fuente de alimentación conectada a
    la red presenta
    ciertas ventajas, ya que permite al diseñador una mayor
    libertad a la
    hora de seleccionar los componentes de los circuitos.

    Si la fuente de alimentación de corriente alterna
    (CA) es de 120 V, ésta se puede alimentar directamente del
    arrollamiento primario del transformador, obteniéndose en
    el secundario el voltaje deseado. Esta corriente secundaria debe
    rectificarse y filtrarse antes de poder ser utilizada, ya que los
    transistores
    requieren corriente continua (CC) para su funcionamiento. Las
    válvulas utilizan CC como corriente anódica; los
    filamentos se calientan tanto con CC como con CA, pero en este
    último caso puede originarse algún
    zumbido.

    Las radios de transistores no necesitan una CC tan alta
    como las válvulas de antes, pero sigue siendo
    imprescindible el uso de fuentes de alimentación para
    convertir la corriente continua (CC) de la red comercial en
    corriente alterna (CA) y para aumentarla o reducirla al valor
    deseado mediante

    transformadores. Los aparatos de los aviones o de los
    automóviles que funcionan con voltajes entre 12 y 14
    voltios CC suelen incluir circuitos para convertir el voltaje CC
    disponible a CA; tras elevarlo o reducirlo hasta el valor
    deseado, se vuelve a convertir a CC mediante un rectificador. Los
    aparatos que funcionan con voltajes entre 6 y 24 voltios CC
    siempre disponen de un elemento para aumentar el voltaje. La
    llegada de los transistores, los circuitos
    integrados y demás dispositivos electrónicos de
    estado sólido, mucho más reducidos y que consumen
    muy poca potencia, ha suprimido casi totalmente el uso de las
    válvulas en los equipos de radio, televisión y
    otras formas de comunicación.

    CONCLUSIONES

    Si fuésemos a hacer una cronología de
    hechos sumamente relevantes en la historia de la humanidad, un
    papel importante lo ocuparían las comunicaciones y las
    nuevas
    tecnologías que el hombre ha
    inventado en aras del desarrollo de las comunicaciones. Las
    radiocomunicaciones, en especial, juegan un papel imperante en el
    envío de cualquier tipo de información a cualquier
    parte del mundo. Los sistemas satelitales, la telefonía
    móvil, la radiodifusión, la televisión y
    conjuntamente con otras decenas de formas de transmitir mensajes
    a largas distancias utilizando las propiedades de las ondas
    electromagnéticas, han tomado varias formas y
    características con el objetivo de
    mejorar la transmisión y recepción de las mismas.
    Se ha tocado también el importante papel que han jugado
    las radiocomunicaciones en la historia del hombre, en
    situaciones extremadamente peligrosas debido a situaciones
    climatológicas donde la única vía de
    comunicación es la inalámbrica y en las nuevas
    tecnologías que la sociedad
    moderna exige.

    BIBLIOGRAFÍA.

    Angulo Usatequi José María,
    Electrónica Fundamental 4, Pág. 46-52

    http://www.monografías.com

    http://www.mincomunicaciones.gov.co,

    http://www.electrónica2000.com

    http://www.mundo-electrónico.com,

    http://www.todoantenas.cl

    ANEXOS

    TABLA 1 Ondas de Radiofrecuencia y sus
    longitudes de onda.

     

    Frecuencia

    (Hz)


    Denominación


    Abreviatura


    Longitud de onda

    3-30 KHz

    Frecuencia muy baja

    VLF(Very Low
    Frequency)

    100.000-10.000 m

    30-300 KHz

    Frecuencia baja

    LF(Low Frequency)

    10.000-1.000 m

    300-3.000 KHz

    Frecuencia media

    MF(Mediates Frequency)

    1.000-100 m

    3-30 MHz

    Frecuencia alta (onda
    corta)

    HF(High Frequency)

    100-10 m

    30-300 MHz

    Frecuencia muy alta

    VHF(Very High
    Frequency)

    10-1 m

    300-3000 MHz

    Frecuencia ultra
    elevada

    UHF(Ultra High
    Frequency)

    1 m-10 cm

    3-30 GHz

    Frecuencia súper
    elevada

    SHF(Super High
    Frequency)

    10-1 cm

    30-300 GHz

    Frecuencia extremadamente
    alta

    EHF(Extremely High
    Frequency)

    1 cm-1 mm

    * KHz = Kilo hercio, o 1.000 Hz;
    MHz = Mega hercio, o 1.000 KHz; GHz = Giga hercio, o
    1.000 MHz

     

    Autor:

    Ing. Yoel Téllez
    González

    Ingeniero en Electrónica y telecomunicaciones y Profesor de la
    Universidad
    Hermanos Saiz Montes de Oca, en la provincia de Pinar del
    Río, Cuba.

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