Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

¿Superar la razón científica?




Enviado por juliovaldezalayon



    1. Programa de Franco
      Ferrarotti
    2. Programa de Edgar
      Morin
    3. Programa de Hugo
      Zemelman
    4. Implicaciones para la
      educación
    5. Referencias
      documentales

    La razón educativa se fundamenta en la
    racionalidad occidental dominante. Por ende, la profunda
    metamorfosis que sufre esta racionalidad, necesariamente ha de
    impactar las bases mismas del pensamiento y
    la acción
    educativa. De igual manera, en caso de que esa racionalidad
    preponderante esté ahora en proceso de ser
    superada, naturalmente también la razón educativa
    de nuestra sociedad ha de
    correr la misma suerte.

    La ciencia,
    manifestación patente de la racionalidad occidental,
    parece haberse convertido en una maquinaria técnicamente
    perfecta y humanamente carente de sentido. Sólo controla
    la exactitud interna de sus propias operaciones; es
    pues un fín en sí misma (Ferrarotti, 1994). Desde
    que dejó de hacerse preguntas sobre sí misma, la
    ciencia no
    puede saber con certeza adónde va (Morin,
    1994).

    Es evidente la contradicción entre la necesidad
    de saber de la ciencia y la necesidad de sentido de las personas
    que buscan su auto-realización (Zemelman, 1992). Aunque no
    puede afirmarse que surge del poder,
    estrictamente hab! lando, sin duda tiene que ver con él;
    el nazismo es la
    manifestación más perversa de esta
    afirmación (Mires, 1996). La racionalidad instrumental,
    apoyada en la ciencia, está en la base de todas las
    relaciones de dominación (Lanz, 1993). De aquí que
    la supuesta "neutralidad política del
    científico, su ostentosa indiferencia moral, pueden
    tener un precio muy
    alto" (Ferrarotti, ib., p.293).

    La razón científica se ha fraccionado,
    alejando la posibilidad de construir sentidos en la vida de los
    seres humanos (Zemelman, 1992). Se ha hecho insuficiente para dar
    pruebas en un
    sistema de
    pensamiento (Morin, 1994). Su tendencia a la delimitación
    la ha empobrecido sustancialmente (Ferrarotti, ib.). Sin
    embargo, es necesario considerar que este empobrecimiento de la
    razón científica formal no acaba con toda la
    racionalidad posible (Ferrarotti, ib.). No es pos! ible
    confundir la crisis de un
    paradigma
    específico con la crisis de la racionalidad en general
    (Zemelman,

    ib.). La vía posible es talvez lo que
    alguien ha llamado el pluralismo cognitivo (Beltran,
    1991).

    A continuación, intentaremos exponer tres
    programas[1] que proponen alternativas de superación ante
    las limitaciones de la razón científica.

    PROGRAMA DE FRANCO
    FERRAROTTI:

    Ferrarotti (ib.) toma como punto de partida y de
    llegada lo vivido, la existencia cotidiana. Lo cotidiano
    representa el tiempo de vida
    de los individuos en su dimensión existencial,
    diferenciándolo con respecto al tiempo histórico y
    al tiempo institucional. Desde ese espacio vivencial, los
    problemas y
    las inquietudes se multiplican. La ciencia, harto delimitada y
    convertida en mero procedimiento, ha
    cortado los vínculos con lo cotidiano, por lo que no puede
    dar respuestas ante los vitales requerimientos
    humanos.

    Las grandes explicaciones estructurales con la ayuda de
    categorías muy generales no satisfacen a sus
    destinatarios  (Ferrarotti, 1983).

    Sin embargo, la razón científica no agota
    en sí las posibilidades de la razón. La existencia
    en cambio le abre
    infinitas posibilidades. Existen múltiples formas de
    conocer y de percibir la realidad. Para Ferrarotti (1994), es
    necesario validar el saber rutinario, la superstición,
    como conocimientos que brindan seguridad
    psicológica y técnicas
    de supervivencia. Después de todo, el individuo no
    es un epifenómeno de lo social, sino un polo activo: lejos
    de reflejar lo social, se lo apropia, lo mediatiza, lo filtra y
    lo retraduce, proyectándolo en la dimensión de su
    propia subjetividad (Córdova, 1995). Se hace pe! rentorio,
    pues, explorar de nuevo con la mayor profundidad posible las
    relaciones entre la razón, racionalidad científica
    y subjetividad (Ferrarotti, ib.). La nueva subjetividad
    derroca la anterior; el aceptar el problema como problema -sin el
    afán por darle una pronta solución que a la larga
    puede resultar poco pertinente-, viviéndolo en todas sus
    consecuencias.

    Sólo la consciencia de la crisis puede romper la
    cadena de la repetición de lo idéntico,
    abriéndose a nuevas posibilidades futuras. Ello permite
    abrir una actitud de
    espera, que puede convertirse en una técnica de escucha,
    lo que a fín de cuentas
    constituye una actitud religiosa y podría convertirse
    también en un procedimiento científico. Así,
    los humanos podrán reconocerse entre sí en toda su
    complejidad y diversidad.

    Lo que finalmente se busca es una vida más
    vivible, más rica, más abierta (Ferrarotti,
    ib.). Esto pasa por llevar la racionalidad más
    allá de sí. El discurso
    racional debe abrirse a lo diferente a él: lo irracional,
    lo antirracional y lo metarracional. El mundo ha de concebirse de
    una manera pluridimensional, multiforme y polisémica. Lo
    racional, según Ferrarotti (ib.) debe estar
    orientado a la relación existente en el discurso
    intersubjetivo y comunicación, que nos devuelve a la
    comunidad y a
    un conjunto de significados compartidos.  

    El escenario adecuado para la búsqueda de
    Ferrarotti, más que un simple desarrollo
    científico, depende de la "capacidad de evolución crítica
    global, es decir, de una cultura
    completa, humanística y científica, en la cual la
    ciencia descubra y reecuentre su función
    respecto al sentido del hombre, sin
    pretender agotarlo" (Ferrarotti, ib. P.295).

    PROGRAMA DE EDGAR
    MORIN:

    Su búsqueda parte de un suelo que se
    hunde, de la pérdida del fundamento del conocimiento
    científico y de la ausencia de otro fundamento (Morin,
    1993). Busca la transformación del conocimiento,
    un conocimiento complejo que se nutra de la incertidumbre, que
    evite cortar los nudos gordianos entre objeto y sujeto, naturaleza y
    cultura, ciencia y filosofía, vida y pensamiento
    (ib.). Es un viaje en busca de un tipo de pensamiento que
    respete la multidimensionalidad, la riqueza, el misterio de lo
    real y que tenga como cierto que las determinaciones cerebral,
    cultural, social, histórica que experimenta todo
    pensamiento codeterminan el objeto de conocimiento
    (ib.)

    El universo es
    ontológicamente multidimensional; todo está
    relacionado con el todo y recíprocamente; en él
    existe una dialógica permanente entre orden y desorden, un
    enmarañamiento de acciones, de
    interacciones, de retroacciones (Morin, 1994). Ante ello,
    cualquier pensamiento reduccionista, mutilante, atomizado o
    parcelario es inútil.

    Se necesita un metapunto de vista, un pensamiento
    complejo, que sea a la vez físico, biológico,
    cerebral, mental, psicológico, cultural, social y
    espiritual. Un pensamiento caracterizado por la diversidad, que
    pueda representarse a través de la idea de una red compleja, abierta,
    sin centro privilegiado, fundamentos últimos! ni estructura
    jerárquica, en construcción y deconstrucción
    permanente, con una dinámica de recursividad rotatoria (Morin,
    ib.).

    El sujeto viviente, imbuido de la historialidad de la
    consciencia, ha de reintegrarse al conocimiento con toda la
    complejidad que ello implica. Ese sujeto que conoce el objeto de
    su conocimiento que es él mismo, sin dejar de ser sujeto y
    de considerar subjetivamente el carácter subjetivo del conocimiento.
    (Morin, 1994). No hay objeto más que en relación a
    un sujeto; y no hay sujeto sino con relación a un ambiente
    objetivo que
    lo constituye en su propio ser interno, que le permite existir,
    reconocerse, definirse, pensarse (Córdova,
    1995).

    En consecuencia, todo conocimiento necesita hoy
    reflexionarse, reconocerse, situarse, problematizarse. De
    aquí que la aventura del conocimiento del conocimiento sea
    una tarea histórica para todos y cada uno de los seres
    humanos (Morin, 1994).

    El plan
    gnoseológico de Morin pasa por el co-constructivismo.
    Los seres humanos construyen la percepción
    del mundo con gran ayuda de su parte. No es posible separar el
    mundo que se conoce de las estructuras
    del conocimiento humano.

    El observador debe observarse observando. Se hace
    necesario el diálogo,
    no sólo entre seres humanos, sino entre disciplinas; entre
    racionalidad y magia; entre ciencia y
    filosofía.

    PROGRAMA DE HUGO
    ZEMELMAN

    Zemelman intenta retomar la tradición
    racionalista, enriqueciendo las formas de pensar. Esto pasa por
    razonar en toda la escala en que lo
    real se muestra: lo
    inmediato y mediato, lo dado y lo no dado, lo determinado y lo
    indeterminado, lo producido y la potencialidad (Zemelman, 1992).
    Lo anterior se traduce en riqueza de la relación
    gnoseológica, en el sentido de la apertura de espacios de
    creatividad.

    No se trata sólo de transformar la realidad en
    objeto de explicación, sino en objeto de la experiencia.
    La dimensión de la conciencia
    histórica ha de incorporarse a la problemática del
    conocimiento, puesto que ella impone posibilidades de sentido
    (ib.). El
    conocimiento está unido a la acción, por lo que
    se extiende la capacidad del hombre de reactuar sobre sus
    circunstancias. Mientras el conocimiento es de opciones de
    construcción, la práctica sirve para impulsar una
    construcción en la dirección desarrollada por el conocimiento.
    Ontológicamente, la realidad histórica es un campo
    de enorme vastedad, sie! mpre más rico que cualquier
    teoría
    (Zemelman, 1989).

    El problema, a fin de cuentas, es desarrollar las
    potencialidades de la consciencia histórica como
    consciencia del dándose, más allá de
    cualquier reduccionismo (Zemelman, 1989).

    Cuando se transforma la realidad en contenido de una
    construcción por un sujeto, ello obliga a la
    ampliación de la experiencia y subjetividad de ese sujeto
    (ib.). La realidad cumple, pues, una función
    epistemológica. La reconstruccción del problema
    rompe con su tendencia a identificarlos con objetos teorizados,
    transformándolos en un campo de problemas posibles de ser
    teorizados (Zemelman, 1989). El pensar obliga a ir más
    allá de lo establecido. Es necesario ver cada
    fenómeno con base a la idea de totalidad; es necesario
    abrirse a la inclusividad de los procesos
    inacabados. El razonamiento dialéctico pretende una
    reconstrucción que sintetiza lo dado y lo
    virtual.

    IMPLICACIONES
    PARA LA EDUCACION

    A continuación se intentará recorrer un
    camino de cierto riesgo. Tomaremos
    como punto de partida los fundamentos de los tres programas antes
    descritos, por tratarse de propuestas de superación de la
    agónica racionalidad del mundo occidental; desde
    allí, se derivarán posibles implicaciones que
    tienen como norte rebasar la actual razón
    educativa.

    FERRAROTTI:

    Las organizaciones
    educativas, desde los planteamientos de Ferrarotti,
    habrían de tener tres formas de apertura:

    1. Apertura al ser humano concreto y a
    su vida cotidiana. El propósito fundamental de la educación
    debería ser el desarrollo de una consciencia abierta,
    francamente problematizadora, por parte de seres humanos
    concretos, históricamente condicionados. En realidad,
    más que plantearse problemas, se trata de vivir con el
    problema. Esta capacidad de problematización permanente,
    lejos de las formalidades academicistas, ha de tener como punto
    de partida y de llegada la vida cotidiana de los individuos, en
    su totalidad y diversidad. Esa vida es una apertura ilimitada del
    ser en un mundo pluridimensional, multiforme y
    polisémico.

    2. Apertura epistemológica: si la educación ha de
    abrirse a una vida cada vez más vivible, amplia y diversa,
    también es necesario abrir las dimensiones del
    pensamiento, más allá de lo que hasta ahora se ha
    considerado como racional; ha de incluirse también lo
    irracional y lo antirracional; el orden y el desorden; lo
    paradójico, novedoso y lo desconocido. El pensamiento ha
    de partir y circular en espacios institucionales, extra y
    anti-institucionales. Así, se hace necesario revalorizar
    el saber rutinario y la superstición, como medios de
    adquirir seguridad psicológica al manejar datos cognitivos
    como técnicas de supervivencia.

    3. Apertura a lo social-comunitario. Lejos de propiciar
    un acercamiento progresivo de la educación a una sociedad
    caracterizada por la economía global,
    Ferrarotti seguramente abogaría por un distanciamiento
    crítico de ella. Su énfasis está en la vida
    plena, la que se logra en el seno de una existencia comunitaria
    que nos devuelva a un conunto de significados compartidos. Por
    otra parte, el desarrollo de una actitud de espera, de
    expectativa permanente, en los individuos, crea un suelo propicio
    para el florecimiento de la religiosidad, de lo sagrado, espacio
    privilegiado para la búsqueda del sentido de la vida desde
    una óptica
    meta-utilitaria. Otra verti! ente la constituye la
    exploración en la subjetividad humana, donde cada sujeto
    se reapropia de lo social, lo transforma y lo retorna al
    colectivo.

    En fín, de lo que se trata es de la
    búsqueda del desarrollo de una cultura completa,
    humanística y científica, donde cada ser humano
    tenga derecho de construir su vida, con plenitud y diversidad de
    opciones.

    Lo vivido, desde esta óptica, ha de ser la
    categoría fundante de los procesos educativos. Ello
    requeriría, sin duda, el desmontaje del aparato escolar
    tal como hoy funciona y su sustitución por estructuras
    flexibles, hechas a la medida humana. Implicaría la
    formación de docentes que,
    al reflexionar permanentemente sobre sí, sobre sus vidas,
    podrán inducir a los estudiantes a que procedan de forma
    análoga. Los procesos de socialización tendrán como centro
    vital, también, la evolución de los procesos
    vitales de las personas, en el marco de una existencia
    comunitaria donde prive el compartir, el interactuar en igualdad de
    condiciones. Esto implica la diversidad de estrategias
    pedagógicas, la generaci! ón de ambientes propicios
    para la expresión creativa de sí mismos, la
    resolución de problemas cotidianos y el intercambio
    permanente.

    La formación de los seres humanos, desde la
    problematización de la vida cotidiana, garantizará
    su desarrollo pleno, el ejercicio de su vitalidad en un ambiente
    de plena diversidad, de múltiples significaciones. La
    sociedad, en este marco, es entendida, no como la
    evolución de formas aparentemente objetivas hacia una
    sociedad prototípica (como lo sostiene la racionalidad
    occidental) sino como un espacio que día a día va
    siendo construido colectivamente, donde cada individuo desde su
    propio desenvolvimiento vital realiza sus aportes al conjunto
    total. De aquí que las formas educativas, más que
    preparar para "la sociedad del futuro", fatal, unívoca,
    han de! ocuparse de preservar la diversidad y una apertura de
    posibilidades ilimitadas.

    MORIN:

    Desde los planteamientos de Morin, es posible
    aproximarse a la educación en tres sentidos diferentes:
    político, epistemológico y humano.

    En la óptica de lo político, la
    educación, como cualquier otra institución, ha de
    asumir una visión planetaria, sin apartarse de lo
    específico. Podría decirse que ha de actuar con
    ideas generales y acciones particulares.

    No ha de orientarse hacia un futuro predeterminado,
    manifestado en un estadio social hacia el cual es necesario
    dirigir sinérgicamente lo esfuerzos, sino abrirse en una
    pluralidad de opciones en la mayor diversidad de direcciones
    posibles. En este sentido, tiene que ser un espacio caracterizado
    por la complejidad, la incertidumbre, la apertura permanente y la
    interdeterminación con respecto a otros espacios sociales
    existentes.

    Por ubicarse la máxima eficacia de las
    acciones durante su inicio, es imprescindible abordar con la
    mayor brevedad posible una serie de reformas sistemáticas,
    que al orientarse a lo complejo y a lo incierto rompan con el
    sistema actual centralista, homogeneizador, en dirección a
    la diversidad y la creación permanente de nuevas
    condiciones. Pare ello, se hace imprescindible que el sistema
    abierto de la educación se someta constantemente a un
    proceso de autocrítica, de duda ante la afirmación
    y del desafío ante la incertidumbre.

    En lo epistemológico, un sistema
    educativo visualizado por Morin ha de estar caracterizado por
    el diálogo permanente, por la co-construcción
    colectiva de saberes. Los estudiantes y profesores, de modo
    conjunto, empezarán poniendo en duda lo hasta ahora
    conocido, así como los modos y los procesos a
    través de los cuales se arribó al conocimiento. Han
    de situarse ante la realidad, de la cual ellos mismos son parte,
    y mirarla en toda su complejidad y multidimensionalidad, mirarse
    ellos mismos mirando esa realidad. Construirla con gran ayuda de
    su parte, no sólo atendiendo los criterios racionalistas
    tradicionales, sino abriéndose a otros aspectos hasta
    ahora excluidos de la educación y de la ciencia: la magia,
    la locura, la ubris, la dialéctica orden-desorden.
    Descentrándose de sí, del medio limitante, de los
    propios condicionamientos de la consciencia, las personas
    dialogantes intentarán arribar a metapuntos de vista,
    miradores en lo alto para contemplar lo que ocurre en el mundo.
    Para ello, pueden estudiar e incorporar al conocimiento lo
    diferente: otras culturas, el conocimiento ancestral, los futuros
    posibles. Ello impulsaría cotidianamente la
    construcción de redes de conocimientos,
    donde no existan jerarquías preestablecidas, ni marcos de
    referencia privilegiados. Y, de ser posible lograr esto,
    inmediatamente hay que ponerlo en duda todo y seguir
    adelante.

    La educación, desde la óptica de Morin,
    debe partir de una concepción de ser humano diferente a la
    que sustenta el sistema educativo actual. Ha de considerar
    necesariamente al ser humano como un ser multidimensional:
    biológico, psíquico, social, cultural, espiritual,
    cuyo desenvolvimiento vital no se agota en los criterios la
    racionalidad clásica, sino que los rebasan. Lo
    simbólico, lo mitológico y lo mágico han de
    ser incorporados a los procesos educativos, en la línea de
    ampliar al máximo los caminos del pensamiento y de la
    lógica.

    ZEMELMAN:

    La educación, desde la perspectiva de Zemelman,
    está llamada a la búsqueda del enriquecimiento de
    las formas de pensar, de la ampliación de los horizontes
    de la razón. Ello pasa por la problematización y la
    superación del conocimiento dado. Es necesario incorporar
    en la experiencia educativa diaria categorías tales como:
    lo inmediato-mediato, lo dado y lo no dado; lo determinado y lo
    indeterminado; lo producido y la potencialidad. Este
    enriquecimiento del pensar ha de ser absolutamente significativo
    para los sujetos humanos, de lo contrario sería
    vacío, inútil. Por ello, es imprescindible incluir
    en el ejerci! cio del pensamiento la consciencia
    histórica, pues la realidad histórica es siempre
    más amplia y de mayor riqueza que cualquier
    teoría.

    Las instituciones
    educativas han de abrir espacios para la diferencialidad, en el
    sentido de propiciar el desarrollo de diversos modos de construir
    lo real.

    En ello puede ser propicia la generación de
    espacios de creatividad, de condiciones para el desarrollo libre
    del pensamiento. En todo momento hay que considerar el papel
    protagónico de los seres humanos en el desarrollo del
    pensamiento y en la realización de acciones, polos que se
    imbrican en un proceso único.

    Profesores y estudiantes han de proyectarse a la vida
    social para potenciar la realidad objetiva con la
    práctica, transformando la realidad en contenido de una
    construcción, cosa que viene a ampliar la experiencia y
    subjetividad del sujeto.

    La escuela ha de
    proveer ambientes altamente sistematizados para el pensar y el
    actuar, en la línea de propiciar la inclusividad, la
    dialéctica de articular cada fenómeno con la idea
    de totalidad, de la síntesis
    de lo dado y lo virtual.

    REFERENCIAS DOCUMENTALES

    Barros, N (1993) Una Respuesta al Desafío del
    Postmodernismo: Implicaciones en la Investigación Científico-social y
    Educativa. (Mimeo). Caracas: Autor.

    Beltran, M (1991) La Realidad Social. Madrid:
    Tecnos.

    Bohm, D; Pribam, K.; Capra, F. (1991) El Paradigma
    Holográfico. Barcelona: Kairós.

    Castells, M (1994). "Flujos, redes e identidades: Una
    Teoría Crítica de la Sociedad Informacional". En:
    CREA: Nuevas Perspectivas Críticas en Educación.
    Barcelona: Paidós.

    Capra, F (1987) El Tao de la Física. Madrid: L.
    Cárcamo Editor.

    ——— (1991) Sabiduría Insólita.
    Barcelona: Kairós.

    Comte, A (1982) Discurso sobre el Espíritu
    Positivo. Buenos Aires:
    Aguilar.

    Córdova, V (1995) Hacia una Sociología de lo Vivido. Caracas: F.E.
    Tropykos.

    Einstein, A. (1980). Mis Ideas y Opiniones. Barcelona:
    Antoni Bosch Editor.

    Elliott, J (1990) La Investigación Acción
    en Educación. Madrid: Morata.

    Ferguson, M (1994) La Conspiración de Acuario.
    Madrid: Kairós.

    Ferrarotti, F (1983) "Sobre la Autonomía del
    Método
    Biográfico". En: Marinas M y Santamaría C. La
    Historia Oral:
    Métodos y
    Experiencias.

    ————- (1994) "El Destino de la Razón y
    las Paradojas de lo Sagrado. En: Rafael Díaz, Salvador
    Giner y Fernando Velasco (eds.). Formas Modernas de Religión.

    Madrid: Alianza Editorial.

    Gadamer, HG (1981) La Razón en la Epoca de la
    Ciencia. Barcelona: Luis Porcel Edit.

    Gellman, M (1995). El Quark y el Jaguar. Barcelona:
    Tusquets Editores.

    Giddens, A (1993) Consecuencias de la Modernidad.
    Madrid: Alianza Editorial.

    Gimeno Sacristan. y Pérez Gómez, A. (1992)
    Comprender y Transformar la Enseñanza. Madrid: Morata.

    Guba, E y Lincoln Y (1989) Fourt generation Evaluation.
    Newbury Park, CA: Sage.

    Heller, A (1975) Historia y futuro:
    ¿Sobrevivirá la Modernidad? Barcelona:
    Península.

    Kurth, J (1993) "Hacia el Mundo Postmoderno". En Facetas
    Nº 100/2.

    Lanz, R (1993) Discurso Democrático y Postmodernidad: Anotaciones Sobre el fin de la
    Política. Seminario
    Postdoctoral La Democracia y
    la Sociedad del Nuevo Milenio. Caracas: Faces, UCV.

    Larez, A (1994) "Pensar la Educación en Tiempos
    Postmodernos". Encrucijada Educativa. Año 1 N1 pp.
    110-120. Caracas: Autor.

    Lyotard, JF (1987) La Condición Postmoderna.
    Madrid: Cátedra.

    Mires, F (1996) La Revolución
    que Nadie Soñó. Caracas: Nueva Sociedad.

    Montero, M (1992) "Permanencia y Cambio de Paradigmas en
    la Construcción del Conocimiento Científico".
    Congreso Hispanoamericano de investigación Educativa.
    Caracas: Autor.

    Morin, E (1993) El Método: la Vida de la Vida.
    Madrid: Cátedra.

    ———- (1994) "Epistemología de la Complejidad" En: Nuevos
    Paradigmas, Cultura y Subjetividad. (Dora Fried Schnitman, comp.)
    Barcelona: Paidós.

    Pérez Gómez, A (1988) Currículum y
    Enseñanza. Málaga: Universidad de
    Málaga.

    Popham, J (1986) "Instructional Objetives: Two Decades
    of Decadence. En American Research Association. San
    Francisco.

    Popkewitz, T; Schwab, J (1985). Las Nuevas Tendencias
    del Currículum. Caracas: Laboratorio
    Educativo (N. 123-124).

    Popper, K (1967) La Lógica de la Investigación Científica. Madrid:
    Tecnos.

    Ridnik, VI (1977) ¿Qué es la Mecánica
    Cuántica? Moscú: Mir.

    Rivas Balboa, C (1996) Un Nuevo Paradigma en
    Educación y Formación de Recursos
    Humanos. Caracas: Cuadernos Lagoven.

    Schön, D (1992) La Formación de
    Profesionales Reflexivos. Barcelona: Paidós.

    Stenhouse, L (1987) Investigación y Desarrollo
    del Currículum. Madrid: Morata.

    Tedesco, JC (1995). El Nuevo Pacto Educativo. Madrid:
    Grupo
    Anaya.

    Tyler, R (1976) Principios
    Básicos del Currículum. Buenos Aires:
    Troquel.

    Trevijano Etcheverría, M (1994) En Torno a la
    Ciencia. Madrid: Tecnos.

    Zemelman, H (1989) "En Torno al Razonamiento y sus
    Formas". Lenguas Modernas 16.

    Universidad de Chile.

    ————- (1992) Los Horizontes de la Razón
    II: Historia y Necesidad de Utopía.

    México:
    Anthropos.

     

     

    Autor:

    Julio C. Valdez

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter