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El impacto de la red ferroviaria en Argentina




Enviado por lucy.bahia



    1. Un poco de
      historia
    2. El impacto
      territorial
    3. Impacto
      ambiental
    4. Las trasformaciones en el modo
      ferroviario
    5. Las vías férreas y
      Latinoamérica
    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    Introducción

    El tema a tratar es el impacto de la red ferroviaria en
    el territorio argentino, desde sus comienzos, en el siglo XIX,
    hasta hoy.

    Los objetivos del
    trabajo son
    conocer como influyó en la economía, la sociedad, en
    el ambiente y en
    la distribución de la población la red ferroviaria, y como sigue
    afectando nuestra vida en la actualidad.

    Nuestra hipótesis es que la red ferroviaria
    afectó en gran medida la fundación y el desarrollo de
    ciudades y pueblos a lo largo de su extensión, la
    economía, la forma de transporte de
    mercaderías, tanto en tiempo como en
    calidad, y al
    ambiente, pero no tanto como el transporte automotor.

    El inicio de la Revolución
    Industrial, en la Europa de
    principios del
    siglo XIX, exigía formas más eficaces de llevar las
    materias primas hasta las nuevas fábricas y trasladar
    desde éstas los productos
    terminados.

    Las inversiones
    importantes para el desarrollo de las redes ferroviarias en
    América
    Latina se realizaron a través de concesiones que
    otorgaban los gobiernos en especial a empresarios
    británicos y estadounidenses, como ocurrió en
    Argentina. En 1857 se inauguró el primer ferrocarril de
    ese país con el propósito de enlazar los centros de
    producción ganadera y minera con el puerto
    desde donde se exportaba la materia prima
    a Europa y Estados
    Unidos.

    En términos generales el inconveniente de los
    ferrocarriles en América
    Latina hasta las primeras décadas del siglo XX fue que se
    desarrollaron en función
    del comercio con
    el exterior, más que como una vía interna de
    comunicación.

    1. Un poco de
      historia
    2. Puede considerarse como fecha de iniciación
      de la historia de
      los ferrocarriles argentinos el 29 de agosto de 1857,
      oportunidad en que se inauguró la primera
      línea ferroviaria, construida por la "Sociedad del
      Camino de Hierro
      de Buenos
      Aires al Oeste" formada por capitales argentinos. Esta
      primera línea unía Plaza Lavalle con San
      José de Flores en un recorrido de 10 Km. y en ella
      funcionó "La Porteña", locomotora adquirida a
      los ingleses. En 1862 este ferrocarril pasó a ser
      administrado por la provincia de Buenos Aires y tres
      años más tarde la línea llegaba a la
      localidad de Mercedes.

      Como vemos, el capital
      privado fue el primero que intervino en la construcción de líneas
      férreas, y poco después el
      Estado se hizo cargo de la explotación y de la
      construcción de nuevas líneas. Pero hacia
      1887, por la influencia de las ideas liberales, entonces en
      auge, el gobierno
      comienza a vender los ferrocarriles, los cuales son
      adquiridos en su mayoría por capitales ingleses, que
      prosiguen la construcción de nuevas
      líneas.

      Con la intervención de intereses ingleses
      el tendido de las líneas, que en manos del estado
      había tenido como fin el progreso y desarrollo
      económico de las regiones más alejadas de
      otros medios de
      comunicación, adquirió fisonomía
      particular. Se lleva a cabo así la formación
      de una basta red cuyo nudo era Buenos Aires, principal
      puerto de exportación. De esta manera, se
      modeló en cierta manera la economía argentina, haciéndola
      casi exclusivamente proveedora de materias primas para la
      industria europea. Por esta razón la
      red ferroviaria cubrió pronto la zona agropecuaria.
      A diferencia de lo que ocurrió en Europa, donde el
      ferrocarril era un complemento de otros medios
      de comunicación ya existentes, en nuestro
      país fue el factor determinante de la
      explotación de sus riquezas.

      Hasta principios de siglo el panorama general en
      materia
      de ferrocarriles es el de un gran incremento de las
      líneas pertenecientes a empresas
      particulares, a las cuales se conceden ciertos privilegios
      para el tendido y explotación, y por otro lado una
      labor más reducida en materia de tendido de
      líneas por parte del estado, con el fin primordial
      de fomento de las regiones alejadas y poco
      desarrolladas.

      Hasta 1880 el desarrollo de nuestros ferrocarriles
      fue moderado, llegando ese año a los 2500 Km. Entre
      1880 y 1913 se acelera este proceso
      y la red ferroviaria llega a los 30000 Km. A partir de
      entonces el desarrollo es lento, y en el momento de la
      adquisición por parte de la nación de todas las líneas
      particulares el total de las vías férreas era
      de aproximadamente 43000 Km., de los cuales 12900
      correspondían ya al Estado (actual Belgrano).
      Después de 1918 el crecimiento de la red se hace a
      un ritmo cada vez menos acelerado, llegando finalmente (en
      1960) a su máxima extensión: 44180
      kilómetros. Desde entonces, la extensión
      prácticamente ha variado poco. La red actual en
      explotación alcanza aproximadamente los 36000
      kilómetros.

      El 60% de la red corresponde a la región
      pampeana, dispuesta en forma radial o centralizada, hacia
      el puerto de Buenos Aires, consecuencia de la etapa del
      Modelo
      Agro-exportador. Esta centralización no se aplica a la
      línea del Noroeste, que fue creada como ferrocarril
      de fomento.

      Ya durante el modelo agroexportador la temprana
      economía industrial europea había descubierto
      el ferrocarril. Así, la extensión
      geográfica de la economía capitalista se pudo
      multiplicar a medida que aumentaban sus transacciones
      comerciales. Todo el mundo se convirtió en parte de
      esa economía. En términos cuantitativos, el
      tercer cuarto del siglo XIX fue la primera época
      real del ferrocarril.

      Argentina, y más específicamente, la
      región pampeana, no pudo escapar, como ya se
      describió, a esta nueva manera de ser del mundo
      capitalista, y a lo que Karl Marx
      denominó como su logro más supremo: el
      ferrocarril.

      La evolución de la red ferroviaria en el
      área pampeana creció a ritmos acelerados
      durante este periodo. Esta red, que en 1857 tenia apenas 10
      km de extensión, pasó a ser de 9254 km. en
      1890. El período de 1900 a 1910 fue el de
      máxima construcción, llegando, en 1918, a
      35883 kilómetros. Luego, desde 1920 a 1930 el
      principal constructor fue el Estado, que construyó
      4238 kilómetros en las regiones más apartadas
      del país.

      1. En 1857 se inauguró el primer
        ferrocarril en la región, y en Argentina. En su
        tramo inicial, el Ferrocarril del Oeste unía
        Plaza Lavalle con Floresta, en la ciudad de Buenos
        Aires. Este ferrocarril nació impulsado por un
        grupo de comerciantes, pero
        posteriormente fue adquirido por el gobierno de la
        provincia de Buenos Aires.

        Para 1870, de los 772 km. de vías que
        se extendían en la región, 177 km.
        correspondían al Ferrocarril del Oeste, que
        luego de su tramo inaugural llegaba ya a Bragado. Luego
        se extendería hasta 9 de Julio, y en 1890 se
        detiene en Trenque Lauquen, donde se construye un
        taller y depósito de locomotoras que
        generaría empleo en esa ciudad fundada pocos
        años atrás. El Ferrocarril del Oeste se
        extendía por las áreas productivas tanto
        ganaderas como agrícolas, con un destino fijo:
        llegar a Chile.

        El Ferrocarril del Sud, de capitales
        británicos, tenia para 1870 una extensión
        de 114 km. hasta Chascomús, una de las ciudades
        nacidas en la vieja línea de fortines, al sur
        del Salado.

        Estaba presente en los directivos tanto del
        Ferrocarril del Oeste como del Ferrocarril del Sud, la
        idea de ocupar con sus líneas férreas las
        ricas tierras del sur de la provincia de Buenos Aires,
        que luego de la campaña del desierto
        serían altamente valorizadas, y extender luego
        los rieles hasta Bahía Blanca.

        Existió entonces una verdadera
        rivalidad entre ambos ferrocarriles. El del Sud se
        transformaría más tarde en una de las
        líneas ferroviarias más poderosas del
        país. En cambio, el Ferrocarril del Oeste no pudo
        hacer frente a sus dificultades y fue adquirido luego
        por capitales ingleses. Ambos tendrían
        más adelante pactos y convenios comerciales en
        común.

        El Ferrocarril del Sud se extendió, de
        hecho, rápidamente como efecto de la
        campaña del desierto. La línea principal
        se prolongó de Chascomús a Dolores, y de
        allí a Ayacucho, en 1880, y a Tandil en 1883.
        Tras una disputa con el Ferrocarril del Oeste se
        extendió la línea a San Miguel del Monte,
        Azul, Ovalaría y a Bahía Blanca. Aparece
        así la línea a Bahía Blanca por
        Lamadrid y por Juárez sorteando el sistema serrano de Ventania. En 1886 se
        inaugura el tramo Maipú-Mar del Plata, luego de
        ser sometida esta línea a difíciles
        pruebas, debido a que debía
        cruzar terrenos bajos y anegadizos de la pampa
        deprimida.

        El Ferrocarril Central Argentino se
        extendía entre Rosario y Córdoba. Para
        llevar adelante la construcción de este
        ferrocarril de capitales británicos, se creo la
        "Central Argentine Land Company LTD" y se trajeron de
        Europa familias que formaron luego la colonia
        agrícola de Roldán, en la provincia de
        Santa Fe. Este ferrocarril, que unía dos
        ciudades significativas, fue considerado pionero en ese
        entonces. Tenía una excelente situación,
        por su emplazamiento portuario en Rosario, en el
        extremo norte de la pampa ondulada, donde el frente
        fluvial mostraba condiciones favorables para el
        establecimiento de una estación
        marítima.

        El Ferrocarril de Buenos Aires a Ensenada
        tenía como objetivo unir a través de la
        ribera la ciudad de Buenos Aires y lo que fue el sitio
        elegido como ideal para la construcción de un
        puerto en aguas de mayor profundidad.

        El Ferrocarril del Norte, que tenia 29 km. de
        extensión, se construyo para servir al puerto de
        San Fernando, al norte de Buenos Aires.

        Es importante destacar que el trazado de
        vías no partía radialmente desde el
        puerto de Buenos Aires, sino desde dos centros: Buenos
        Aires y Rosario, dos ciudades que contaban por entonces
        con las mejores probabilidades de ser federalizadas.
        Recién en 1883, cuando las vías del
        Ferrocarril del Sud llegan a Bahía Blanca,
        comenzaría a perfilarse el tercer punto
        importante de convergencia, junto a Buenos Aires y
        Rosario, sobre los cuales se estructuraría la
        red ferroviaria.

        En 1891 el ferrocarril Pacífico que por
        muchos años explotó líneas de
        Bahía Blanca, fue también la
        empresa que más contribuyó a la
        ciudad. Por intermedio de varias
        compañías subsidiarias dotó a la
        ciudad de aguas corrientes, luz
        eléctrica, gas
        y tranvías. Todas estas instalaciones, como los
        ramales fueron vendidas a la empresa Ferrocarril del Sud.

        Hacia 1895 se advirtió la necesidad de
        unir las poblaciones cordilleranas de Neuquén y
        se dispuso la construcción acelerada del ramal
        Bahía Blanca hacia la confluencia de los
        ríos Neuquén y Limay. La obra fue
        terminada en solo 4 años. En 1913 llegaba a
        Zapala, pasando por Plaza Huincul.

        El ferrocarril ocupó el espacio,
        integro el territorio, facilitó el poblamiento y
        el desarrollo de las actividades. Todo se movió
        a su ritmo. Fue un factor vital de humanización
        y valorización de los espacios agrarios. El
        ferrocarril contribuyó a radicar familias en el
        espacio rural, fertilizar tierras, modernizar métodos de cultivo, introducir
        nuevas espacies vegetales, buscar nuevas salidas
        portuarias y nuevas perspectivas de explotación.
        Casi todas las líneas tenían chacras
        experimentales, algunas destinadas a carnes, otras a
        cereales, etc. A mediados de 1869, el Ferrocarril
        Central Argentino comenzó la tarea de colonizar
        campos que anteriormente se les habían cedido a
        ambos lados de las vías tendidas hasta entonces
        entre Rosario y Córdoba.

        Algunos de los pueblos fundados a la vera de
        las vías férreas estan desapareciendo
        debido a la inactividad ferroviaria en esas
        zonas.

      2. Las poblaciones

        El impacto del ferrocarril sobre el espacio
        fue muy importante. Su presencia modificó
        profundamente el paisaje pampeano. El tendido de
        vías se vio condicionado por las
        características físicas del
        espacio.

        1. Las líneas se tendieron sobre
          terraplenes de tierra, casi sin balasto de piedra,
          debido a que este elemento escaseaba en la
          región. Sólo cuando se llegó a
          Tandil, y a las sierras cordobesas, comenzaron a
          explotarse allí canteras de mignamitas y
          granito, haciendo posible balastar las
          líneas principales.

          Las denominadas "obras de arte" no abundaron en la
          región. Los pocos ríos existentes no
          necesitaron la construcción de grandes
          puentes para ser superados. Sin embargo, sí
          fue necesario construir un gran número de
          alcantarillas, debido a los cíclicos
          periodos de inundaciones y sequías, sobre
          todo en la pampa deprimida.

          Las vías extendidas en la pampa
          deprimida produjeron alteraciones en las
          condiciones del medio natural: la escasez de alcantarillas favorece el
          desborde de ríos y arroyos. A esto se le
          agrega que los terraplenes embalsan las aguas que
          provienen del lavado en los campos. En cambio, en
          la pampa ondulada, las líneas se extienden
          sobre las lomadas, circulando por puentes, con un
          largo alcantarillado alrededor, es decir, en el
          fondo de los valles fluviales.

        2. Rural
        3. Urbano

        Desde luego, además de las vías
        férreas, se agrega al paisaje la presencia de
        las estaciones ferroviarias, tanto en el campo como en
        los pueblos y las ciudades.

        Las estaciones de campo se construyeron al
        estilo "ingles". En general, poseían
        características similares: el techo a dos aguas,
        la sala de espera, la oficina del jefe y el auxiliar, la
        boletería, y una galería que daba a la
        vía principal. La estación estaba rodeada
        de una o varias viviendas y el tanque de agua.

        Este panorama, con el impacto del ferrocarril
        en el paisaje se repitió a todo lo largo de la
        pampa, afectando a las plantas urbanas en su
        estructuración y apariencia.

        Con el creciente manejo de grandes cantidades
        de carga y de personas sería luego necesaria la
        construcción de playas de maniobras y
        clasificación. Otro elemento incorporado al
        paisaje fueron los inmensos talleres ferroviarios, que
        se extendían en decenas de hectáreas,
        ocupando a miles de operarios.

      3. El paisaje
      4. Aspecto económico

      Los ferrocarriles construidos fueron el resultado
      de iniciativa privada y las acciones
      del Estado. Los inversores privados tendieron sus
      líneas sobre las áreas de mayor potencialidad
      económica, y se vieron verdaderamente beneficiados
      por el sistema de rentabilidad asegurada que el gobierno les
      ofrecía. Por su parte, el Estado, con sus trazados
      trató de llevar fomento y población a las
      regiones marginales y áreas de escaso valor
      económico. Se buscaba así una rápida
      adaptación de la región a las necesidades de
      la economía mundial, tratando de
      extender el progreso y la riqueza que el aumento del
      intercambio traía consigo.

      Por ultimo, cabe destacar que al aumento del
      intercambio comercial, y de las inversiones de capitales
      extranjeros en la región –especialmente en la
      construcción de ferrocarriles- también le
      correspondió un considerable incremento en la
      llegada de inmigrantes europeos. Este factor
      impactaría de igual manera, en una forma notable,
      sobre la evolución del espacio pampeano.

    3. Impacto
      territorial

      El impacto
      ambiental que produce el ferrocarril es menor que el de
      los automotores y otros medios de transporte ya que consume
      menos energía por unidad transportada y no origina
      tantos ruidos como los aeropuertos o carreteras. No
      obstante, los durmientes utilizados para la
      construcción de las vías, generaron un
      impacto negativo sobre determinadas áreas del
      país, como por ejemplo el Bosque Chaqueño y
      la Sabana, en los cuales el quebracho fue intensamente
      talado provocando que solo se encuentren algunos ejemplares
      en los Parques Nacionales.

    4. Impacto ambiental

      Los ferrocarriles argentinos nacieron de la
      iniciativa de empresas privadas (nacionales y extranjeras)
      y de la acción del Estado, para pasar luego a
      ser propiedad de empresas extranjeras,
      principalmente inglesas. De este origen múltiple
      surge uno de los principales problemas de la red ferroviaria: hay
      diferentes trochas, lo que impide que los trenes circules
      libremente por toda la red. A fines de la década de
      1950 se nacionalizan los ferrocarriles que pasan a ser
      administrados desde entonces por una
      empresa estatal dependiente del gobierno nacional
      (ferrocarriles argentinos), encargada de la
      prestación de los servicios de pasajeros (urbanos e
      interurbanos) y de cargas.

      El ferrocarril, que ostentaba una posición
      dominante en el mercado
      de transporte hasta la generalización de transporte
      automotor, fue perdiendo paulatinamente pasajeros y cargas
      a mano de los camiones y ómnibus. Varios factores
      contribuyeron para ese retroceso en su participación
      en el sistema de transporte. Por otro lado el avance de la
      producción automotriz y el incremento de la red
      pavimentada incidieron en una competencia creciente de los camiones, los
      ómnibus y el automóvil particular.

      Como consecuencia de esto los servicios
      ferroviarios fueron perdiendo calidad y confiabilidad, al
      tiempo que generaban pérdidas muy elevadas para el
      presupuesto nacional. La cuestión de
      las pérdidas, sin embargo, debe considerarse con
      mucho detenimiento. Por ejemplo, es discutible que se deba
      aplicar las mismas reglas contables para una empresa
      privada que para una empresa estatal prestadora de un
      servicio
      público. Además, se debe contabilizar los
      beneficios que en materia ambiental genera el ferrocarril
      con respecto a los vehículos automotores. Por
      último hay que tener en cuenta que en muchos
      países los ferrocarriles dan pérdidas y, sin
      embargo, son mantenidos por el estado debido a otros
      beneficios económicos y sociales que derivan de su
      funcionamiento tales como la menor congestión en
      rutas y autopistas

      El proceso de transformación de los
      ferrocarriles comenzó con la división de los
      servicios. Primero fueron separados los servicios urbanos
      de pasajeros (los que se prestan en el Área
      Metropolitana de Bs. As.) de los servicios interurbanos de
      pasajeros y de cargas (los que se prestan entre las
      ciudades). Desde allí siguieron políticas específicas para
      cada uno de estos tipos de servicios. Mientras que los
      servicios de pasajeros urbanos y los de carga interurbanos
      fueron concesionados, los servicios de pasajeros
      interurbanos fueron transferidos a las provincias, que
      debieron hacerse cargo del costo de
      funcionamiento.

      Los contratos
      de concesión de los servicios de carga autorizan al
      adjudicatario a cobrar un peaje a quienes quieran hacer
      circular trenes de pasajeros, y esto eleva el costo de
      funcionamiento de este tipo de trenes. Muchas provincias no
      pudieron asumir este costo y numerosos servicios fueron
      cancelados definitivamente. Como consecuencia de ello
      muchos trabajadores perdieron sus empleos y pequeñas
      localidades quedaron aisladas. La situación fue
      especialmente crítica en aquellas poblaciones en
      las que el empleo ferroviario constituía una de las
      escasas posibilidades de trabajo en ese lugar y en aquellas
      áreas en las que el tren cumplía con
      servicios sanitarios, como el transporte de
      agua.

      La concesión del servicio de cargas se
      realizo entre 1992 y 1993, excepto el Ferrocarril Belgrano
      que, luego del fracaso del intento privatizador,
      permaneció en manos estatales hasta 1999, cuando fue
      otorgado a un gremio ferroviario. La red fue dividida en
      bloques atendiendo, en primer lugar a la homogeneidad de
      las trochas. Así quedaron como un bloque el
      Ferrocarril Urquiza (Trocha media) y el Belgrano (Trocha
      Angosta). El resto de la red, de trocha ancha, fue
      organizado siguiendo la antigua estructura de las líneas de
      Ferrocarriles Argentinos, con leves modificaciones. Todas
      las líneas tienen garantizado el acceso a los
      puertos.

      Los servicios de cargas interurbanos fueron
      concesionados a grupos
      empresarios privados, a cambio del pago de un canon. Los
      distintos grupos empresarios que se adjudicaron las
      concesiones estaban formados por grandes empresas
      nacionales y extranjeras. En cada grupo hay un operador
      técnico, es decir, una empresa con experiencia
      ferroviaria que se hace cargo del funcionamiento de los
      trenes u una entidad bancaria o financiera. Algunas de esas
      empresas, además, participaron de otros procesos
      de privatizaciones. Los grupos empresarios
      privatizados fueron: Ferroexpreso Pampeano, Ferrocarril
      Mesopotámico General Urquiza, Nuevo Central
      Argentino, Buenos Aires al Pacífico, Ferrosur Roca y
      Ferrocarril Belgrano.

      Buenos Aires es la única ciudad argentina
      que tiene un servicio de trenes urbanos, es decir que
      recorre el interior del espacio urbano. Además, es
      la única que cuenta con subterráneos. La
      concesión de trenes y subtes metropolitanos tiene
      una diferencia importante con respecto a la de los
      servicios de carga interurbanos. Es decir, el Estado
      nacional se comprometió a aportar dinero
      para el funcionamiento del sistema, asumiendo que se trata
      de una actividad que no genera ganancias.

      En pocos años los ferrocarriles y
      subterráneos aumentaron su participación en
      el total de pasajeros del transporte público masivo.
      Tanto el ferrocarril como el subte cuentan con algunas
      ventajas para competir exitosamente en las áreas
      metropolitanas, como el ahorro
      de tiempo de viaje en relación con los colectivos y,
      en las áreas más densas de la ciudad, los
      subtes evitan las avenidas donde confluyen una enorme
      cantidad de vehículos que generan desplazamientos
      superficiales lentos, especialmente durante las horas
      pico.

      1. Ventajas y desventajas de la
        concesión ferroviaria

      Transcurridos unos pocos años del inicio
      del proceso de la transformación ferroviaria, se
      puede realizar una evaluación parcial de los resultados
      obtenidos hasta el momento. Para ello es necesario
      considerar diversos aspectos.

      Una primera cuestión que puede analizarse
      es la referida al campo en el rol del Estado. De prestador
      directo de los servicios ferroviarios paso a controlarlos,
      a través de la Comisión Nacional de
      Transporte Ferroviario, primero, y de al Comisión
      Nacional de Regulación de Transporte,
      posteriormente. Estos organismos de control
      fueron creados varios años después de que se
      pudieran en marcha las privatizaciones (cuando en realidad
      deberían haber sido anteriores) y adolecen de
      delimitaciones presupuestarias para controlar eficazmente
      el cumplimiento de los contrato de
      concesión. Hay aquí cierta duda sobre la
      efectiva capacidad del estado para controlar la
      acción privada.

      Este paso a manos privadas implico también
      la desaparición de servicios de pasajeros de larga
      distancia. Estos servicios que suelen ser deficitarios en
      la mayoría de los países del mundo fueron
      eliminados bajo la apariencia de una transferencia hacia
      las provincias. Si las provincias no están en
      condiciones financieras de hacer funcionar los servicios,
      su transferencia equivale, prácticamente a decretar
      que desaparecerán.

      En términos de empleo, la
      reestructuración ferroviaria dejó desocupados
      a numerosos trabajadores de la antigua Ferrocarriles
      Argentinos, ya sea que trabajaran en la operación de
      los trenes como en los talleres de reparación del
      material ferroviario o en tareas
      administrativas.

      Con respecto a la evolución de la cargas
      trasportadas, se observa un crecimiento importante en la
      mayoría de las líneas. Entre 1993 y 1997, el
      total de cargas transportadas por el ferrocarril se
      duplicó y las tarifas tendieron a disminuir a partir
      de la competencia que el ferrocarril representó para
      el camión.

      Esta captación de mayor cantidad de carga
      se debe a un mejoramiento en las condiciones del servicio
      (más rápido, más confiable) y a una
      actitud
      comercial por parte de las empresas que no demostraba tener
      Ferrocarriles Argentinos.

      Finalmente, subsisten conflictos importantes que afectan la
      valides de todo el proceso de privatización. Los contratos se
      están renegociando debido a que las empresas no
      cumplieron con las inversiones que estaban obligadas a
      realizar (en vías, señalizaciones,
      renovación de vagones y locomotoras) y no pagaron el
      canon correspondiente, acumulando varios mayores de
      dólares de deuda con el Estado nacional.

    5. Las
      trasformaciones en el modo ferroviario

      En materia ferroviaria, la Argentina cuenta con
      conexiones internacionales con todos los países
      limítrofes construidas en los inicios del siglo XX,
      aunque no siempre se trata de sistemas
      fácilmente integrables, debido a las diferencias de
      trochas y el estado de la infraestructura.

      1. A principios de 1993 se realizó una
        experiencia singular: desde San Miguel de
        Tucumán partió un tren que llegó a
        San Pablo (Brasil) utilizando siempre la misma
        trocha métrica y demostrando así la
        factibilidad de organizar un servicio
        regular que una puertos del océano
        Pacífico (Iquique y Antofagasta) y del
        océano Atlántico (Santos), con escalas en
        varias ciudades importantes, en un recorrido de un poco
        más de 4000km que recorre el "tren a las
        nubes".

        Los beneficios del funcionamiento de este
        corredor ferroviario interoceánico son
        múltiples: vincula el noroeste argentino con
        dichos puertos oceánicos, significa una notable
        rebaja de los costos de los fletes, disminuye la
        contaminación y aligera el uso de rutas
        viales y puentes internacionales ya
        sobrecargados.

        Este proyecto integra la lista de grandes
        emprendimientos circulatorios (hidrovía Paraguay-Paraná, puente Buenos
        Aires-Colonia, etcétera) que deberán
        concretarse para alcanzar los propósitos que
        persigue el MERCOSUR.

      2. El corredor ferroviario
        interoceánico

        Ferrocarriles Argentinos
        desempeñó un papel esencial en lo que
        respecta a la integración

        física, y a través de ella la
        económica de los países del ALADI, fundamentalmente los del
        MERCOSUR. Esta acción es coordinada a
        través de la Asociación Latinoamericana
        de Ferrocarriles (ALAF).

        Existe el propósito de establecer un
        servicio de transporte internacional con corredores
        Lima-Buenos aires y Lima-San Pablo, aprovechando la
        infraestructura existente, lo cual equivale a unir la
        Cuenca del Plata con el Grupo Andino.

      3. El corredor ferroviario Lima-Buenos Aires y
        Lima-San Pablo

        Al igual que el corredor anteriormente
        mencionado, este proyecto es impulsado por la ALAF.
        Propone la construcción de los empalmes
        necesarios para conectar a nuestros ferrocarriles con
        los de Venezuela y Colombia.

      4. Interconexión con Colombia y Venezuela

        Con Bolivia nos une el Ferrocarril General
        Belgrano, de trocha angosta, una de cuyas terminales en
        la Argentina es La Quiaca (Jujuy), desde donde
        continúa el riel boliviano en Villazón
        hasta La Paz. Otro ferrocarril internacional que nos
        une con ese país es el que, partiendo de
        Yacuiba, llega hasta Santa Cruz de la
        Sierra.

      5. Interconexión con Bolivia

        A fines de 1982 fue inaugurado el tramo
        ferroviario (trocha media) sobre el coronamiento del
        Dique Salto Grande. Al mismo tiempo fueron remodelados
        las líneas y puentes sobre ríos y
        arroyos, lo cual permite la interconexión con
        varias ciudades de Corrientes.

      6. Interconexión con Uruguay

        Hasta el Paraguay se llega, desde 1909, por
        medio del Ferrocarril de General Urquiza, de trocha
        media, que saliendo de Buenos Aires, cruza desde
        Zárate por medio del complejo
        Zárate-Brazo Largo y llega, a Villa
        Encarnación (Paraguay), desde Posadas.
        Allí, en Villa Encarnación, tiene su
        extremo en el Ferrocarril Nacional del Paraguay que
        sigue hasta Asunción.

      7. Interconexión con Paraguay

        Con Chile tenemos dos trasandinos. El del
        centro, que une Mendoza con Santiago de Chile, y el del
        norte, que fue llamado de Haytiquina, que une Salta con
        Antofagasta de la Sierra (con extensión a
        Iquique), por medio de una línea de trocha
        angosta que atraviesa el paso cordillerano de Socompa.
        Se trata de una obra de ingeniería impresionante, debido
        a las complejas condiciones físicas en las que
        se desarrolla el trazado. Un tramo de este ferrocarril
        es utilizado con fines turísticos y promocionado
        como "Tren de las Nubes". EL tráfico de
        mercaderías por Socompa incluye productos
        mineros y artículos de consumo.

      8. Interconexión con
        Chile
      9. Interconexión con
        Brasil
    6. Las vías
      férreas y Latinoamérica

    Nuestro país se comunica con Brasil a
    través del circuito Buenos Aires-Santa Cruz de la Sierra
    (Bolivia) y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)-Corumbá
    (Brasil). A esto se suma la conexión ferroviaria que une
    Paso de los Libres (Argentina) con Uruguayana
    (Brasil).

    Conclusión

    Posiblemente no hay ningún país que sea
    más idealmente adecuado para el transporte ferroviario que
    la República Argentina. La razón fundamental de
    esta afirmación radica en el hecho de que el área
    de mayor densidad de
    tránsito es absolutamente llana. Esto, demás de
    facilitar el transporte en sí, favorece el desarrollo de
    industrias, que
    se suma a la realidad agrícola–ganadera de la basta
    región pampeana y a la expansión de esas
    actividades hacia el interior. Ningún medio de transporte
    terrestre puede ser más conveniente que el ferrocarril
    para el transporte masivo de esos productos a largas distancias.
    Todo depende de que el sistema sea eficiente y el suministro de
    vagones sea oportuno.

    Luego de nuestra investigación, hemos concluido en que
    nuestra hipótesis es
    válida, ya que el ferrocarril afecta nuestro país
    como lo suponiamos, aunque cabe agregar que tambien afecta al
    comercio entre la Argentina y los países de America
    Latina. Además todos nuestros objetivos han sido
    alcanzados.

    Bibliografía

    • Albornoz F., 2001: "Geografía Argentina". Buenos Aires.
      Puerto de Palos.
    • Blanco J., 2000: "Geografía Argentina y del
      MERCOSUR". España.
      Editorial Aique.
    • Carlevari I., 1977: "Geografía
      Económica Mundial y Argentina". Buenos Aires.
      Editorial Ergon.
    • Carlevari I., 1994: "La Argentina 1994". Buenos
      Aires. Editorial Macchi.
    • 0Lorenzini H., 1997: "Geografía
      económica". Bogotá. Editorial A-Z.

    Lucía López

    Argentina

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