- Introducción: Algunos
Investigadores - Los Principios Míticos del
Popol Vuh y los Escritos Sagrados - Los Elementos Sagrados del
Popol Vuh - Popol Vuh: Como Códice
Sagrado
Introducción:
Algunos Investigadores.
En el estudio del simbolismo prehispánico se
destacan algunos investigadores en el pensamiento y
la simbología precolombina. Entre éstos tenemos a
Alfonso Caso, Federico González y los estudios elaborados
por Imbelloni.
También son importantes las investigaciones
realizadas por Miguel Rivera Dorado y las interpretaciones
místicas de Swedenborg, así como las
investigaciones de Mario Roso de Luna y José
Argüelles.
1. Los Principios
Míticos del Popol Vuh y
los Escritos Sagrados.
La génesis cosmogónica del Popol Vuh se
encuentra en las génesis sagradas y mitológicas de
otras culturas ocupadas también de la Cosmovisión
humana. Hay indisolublemente una conexión permanente, en
estas expresiones simbólicas entre la Divinidad y la
Humanidad.
Hermes Trismegisto, considerado un antiguo maestro
egipcio, en su obra, Corpus Hermeticum, señala que:
"…Egipto es la
imagen del
cielo y la proyección en este mundo, de todo el
ordenamiento de las cosas celestes."
Esta descripción de una génesis y una
cosmogonía de modelo
original guarda una clara similitud entre los libros
sagrados precolombinos (Mayas
Quichès, Incas, etc.),
los libros sagrados cristianos (Biblia) y los libros sagrados
orientales antiguos y modernos (Libro de
Zoroastro, Avesta; el Corán, etc.), incluso los libros
mitológicos de la Civilización Greco Romana,
Escandinava, etc.
Entre ellos, la simbología que gira alrededor de
hechos, personalidades y lugares geográficos que en muchos
casos existen físicamente en nuestra Aldea Terrestre,
fortalecida por historias sagradas trascendentales.
En todos estos escritos, se presenta dos
características fundamentales que tienen actualidad
interpretativa y de práctica cotidiana en el ejercicio de
las mayorías de sistemas
religiosas, espirituales y sagrados: por un lado, hay una
coexistencia entre los planos de la Divinidad y la Humanidad; es
decir, entre los Seres y Poderes y Principios Superiores de la
estructura de
la realidad y la Civilización Humana; y, por otro, se da
una Unidad Absoluta de carácter sagrado para los líderes
espirituales contemporáneos y una unidad de
carácter analógica para los filósofos y científicos de todas las
épocas históricas de la Sociedad
Humana. En este último caso, como lo dice, Federico
González, en su Obra Símbolos Precolombinos":
"De allí la importancia del Mito, como
factor sintético aglutinante e intermediario entre los
distintos planos de la Realidad, a los que conecta, por ser
él, como símbolo, la Unidad analógica
que religa un mundo con otro, el tiempo con la
eternidad, lo visible con lo invisible, lo finito con lo
infinito."
2. Los Elementos
Sagrados del Popol Vuh.
En el Popol Vuh, al igual que los escritos sagrados de
la antigüedad y la contemporaneidad humana contienen muchos
elementos divinos.
El Cielo y
la
Tierra.
Que se puede traducir en lo permanente y lo transitorio.
La Eternidad con la temporalidad. La vida y la Muerte. Lo
Superior y lo inferior. Lo alto y lo bajo. La felicidad y el
sufrimiento. En fin, el simbolismo atemporal y absoluto con el
simbolismo temporal y espacial.
Para muchos investigadores mitológicos, la Ciudad
Celeste y la Ciudad Terrestre. Que en le fondo simboliza la
Espiritualidad y la terrenalidad. Lo Interno y lo externo. Lo
Esotérico y lo exotérico, en la concepción
teosófica integral. La Realidad Inmanifestada y la
realidad manifestada. La Luz y la
oscuridad. El Celeste Imperio y el terrestre Imperio para el
pensamiento chino. La individualidad Divina y la
Personalidad Humana. La Divinidad y la Humanidad. La
fraternidad Divina y la fraternidad humana, ésta
última que representa a la totalidad de la especie humana,
cuyo principio se halla en el "Primer Padre" y cuyo fin
está en lo Absoluto, más allá de todos estos
símbolos y mitos de
origen humano.
Genealogía Divina y
Humana.
El ser humano tiene un gen divino. Tiene un elemento del
cromosoma de la "Cèlula" de la Divinidad que condiciona la
transmisión de los caracteres hereditarios de los
Principios Superiores a la estructura de la entidad
humana.
Esta reproducción divina en lo humano se puede
abordar en dos vías: desde una visión de su origen
divino cuando aparece, nace y crece en el mundo de la realidad
terrestre espacial y temporal, llámese en esta Ciudad
Terrestre; y, en la visión que la residencia y origen
humano tiene en los "habitantes" o principios de la celestialidad
y lo Absoluto, como los ancestros mediatos e inmediatos de la
raza humana.
Es precisamente en esta visión genealógica
en que la mayoría de los libros sagrados y
mitológicos, al igual que el Popol Vuh se fundamenta su
Génesis. Una Génesis de la Naturaleza,
del Universo y la
Humanidad detallada de forma explicativa-narrativa y
genealógica. Presentan los orígenes comunes de la
Humanidad y todas las naciones. Lo mismo sucede en el Popol Vuh y
lo explica desde la contextualidad e historicidad de su
pensamiento socio-religioso.
La Civilización Maya-Quichè desciende de
los Dioses y sus líderes políticos, sociales y
religiosos son los más inmediatos de los ancestros de toda
la Comunidad Social.
De ahí que, se requiere de un medio que mantenga vivo,
actualizado y vigorizante esa unión divina y
humana.
Para González, los nombres genealógicos
tienen un sentido numérico, lingüístico,
astronómico, mágico, rítmico y
cíclico En consecuencia, se convierten en modelos
arquetípicos de la Comunidad Maya- Quichè y se
desarrollan para ello, sistemas rituales "litúrgicos",
mágicos-espirituales. Al igual, incluso, del pensamiento
cristiano occidental y las prácticas no cristianas
orientales.
Plan de la Divinidad.
Un Plan del Cielo,
del firmamento, de la luz y el día se presenta en el Popol
Vuh, al igual que en la Biblia, el Corán, y, el Avesta
Zoroastriano. Este plan demanda
ciertos requerimientos rituales y conductuales, tanto a nivel
individual y colectivo. Un plan que exige la no alteración
de las leyes de la
naturaleza. Que crea la necesidad de elevar el nivel de Conciencia del
pueblo de esa Civilización. Un reconocimiento de su origen
divino, la generación y multiplicación de las
mejores y más altas acciones y
actitudes
éticas, legales y morales para garantizar el destino de su
regreso con sus ancestros en el Universo
Celeste.
Los rituales, conductas y
conciencias persiguen imitar a los arquetipos yacentes en el
Mundo Celestial, de acuerdo a los lineamientos del Plan Divino
que configura los aspectos más auténticos de la
Ciudad Perfecta, Absoluta y Unitaria. El Plan Divino provee a la
Civilización Humana y, en este caso a la
Maya-Quichè una armonía y un orden en todos los
niveles de la existencia y un sentido perfecto a la Vida Humana y
los contenidos de esa existencialidad
terrestre.
La ejecución del Plan de la
Divinidad y su seguimiento natural se concretiza en la raza
humana, la cual se convierte en el factor de unidad de lo divino
con lo terrestre, y la temporalidad y la eternidad. Esa es la
razón fundamental de la misión
humana, del Dharma de la Civilización, en ese momento
histórico precolombino – y del momento actual
– Esa genealogía que indica el origen general de la
colectividad y que el cacique líder
en la civilización Maya-Quichè, el Rey de las
antiguas monarquías occidentales y orientales, el antiguo
Faraón Egipcio y el actual sucesor de Pedro en la tierra,
según el pensamiento cristiano occidental, representan de
una manera simbólica y sintetizada la conexión de
los espacios y genealogías de la Divinidad y la
Humanidad.
La Ritualidad.
Como se ha explicado ampliamente, los Ritos que la
Civilización Maya-Quichè practicaba era una forma
de representar la vivencia, la actualidad y efectividad de los
ancestros celestiales con los contemporáneos terrestres.
Constituían la inspiración y la renovación
del compromiso de la de la vida individual y colectiva del
Pueblo.
La prorrogación de la autoridad y
representatividad divina de los líderes actuales de ese
momento histórico. Los sistemas rituales eran – y lo
siguen siendo – la oxigenación y fortalecimiento del gen
divino depositado en cada uno de los miembros de la Comunidad
para seguir con la misión y sentido de los pueblos y las
personas que lo integraban.
El Popol Vuh contiene prácticas que representan
de manera oral según esos tiempos, las instrucciones
seguidas para ejecutar las ceremonias Mayas-Quichès que se
practicaban en distintos momentos, épocas y situaciones
especiales.
3. Popol Vuh: Como
Códice Sagrado.
Para los investigadores que trascienden lo físico
más allá de las formas, más allá de
las limitaciones de las tres dimensiones de la materia y
existe el interés
superior de comprender y descodificar los contenidos
holìsticos de los escritos que pretenden de manera
simbólica presentar aspectos superiores de la Unidad de la
Realidad, el Popol Vuh representa más que una simple
narración mitológica precolombina.
Es la clave del entendimiento y comprensión del
Principio y fin de la Vida, la naturaleza y la
humanidad.
Era la Cosmovisión genealógica que le daba
sentido a sus tareas comunitarias, funciones
sociales y decisiones oficiales políticas
y sociales, culturales y económicas y religiosas y
reproductivas.
El Popol Vuh, al igual que todos los libros sagrados de
la humanidad antigua y actual, a través de sus tradiciones
orales, prácticas rituales y las manifestaciones de los
ejercicios de autoridad y poder, al
igual que hoy en día, era lo que asimilaba el pasado,
aprovechaba el presente y se preparaban para el futuro; para su
ahora y sus generaciones, aún más allá de la
trascendencia-física.
Raúl A. Hernández
Bonilla
San Salvador, El Salvador,
Agosto de 2005.