- Resumen
- La Universidad Republicana:
1826-1843 - Inicios de la modernidad en la
Universidad: 1842-1880 - La Universidad bajo el movimiento
de la Regeneración: Cesa la autonomía se
centraliza la Universidad.1880-1903 - Conclusiones
La universidad colombiana en el siglo XIX se analiza, en
este trabajo, a
través de rupturas político-educativas.
Además, la evolución y reformas universitarias se
insertan en el proceso de
conformación de los dos partidos tradicionales que van
organizando el Estado
republicano y la Nación
en medio de las guerras
civiles partidistas. El aporte se localiza en el análisis de los tres períodos dentro
del contexto político: 1). La universidad republicana,
1826-1842; 2). Inicios de la modernidad en la
universidad, 1842-1880; 3). La universidad bajo el movimiento de
la Regeneración: Cesa la autonomía se centraliza la
universidad, 1880-1903.
PALABRAS CLAVES: Historia, Universidad,
Universidad siglo XIX, Universidad republicana, Autonomía
universitaria.
ABSTRACT
Colombian university of the XIX Century is analizad, in
this work through the political educative break. Also, the
evolution and universities reform is insert in the conformation
process of the two traditional parties that organizates the
Republican State and the Nation in the middle of civil
partidistas war. The import took placer in the analysis of the
three periods in the political context: 1). The Republican
University, 1826-1842; 2). From the beginning of the modernity in
the University, 1842- 1880; 3) The University in "Regeneration":
stop the autonomy and center the university.
La síntesis
que presentamos es un avance de la investigación que realizamos sobre la
"Historia de la
universidad colombiana.1774-1992". En este trabajo se dará
una visión general de la evolución de la
universidad colombiana en el siglo XIX tomando como hilo
conductor las grandes reformas
educativas y políticas
que marcaron rupturas en el desarrollo de
esta institución en Colombia.
Ciertamente, el siglo XIX presenta una caracterización
peculiar respecto a la simbiosis de: cambio
constitucional-partido político-universidad.
Los tres períodos de estudio los hemos
caracterizado teniendo en cuenta la concepción del
Estado sobre
la universidad, autonomía, fundaciones dentro del
desarrollo cultural-político del país, reformas
administrativas y de planes de estudio, profesores y estudiantes
y financiación.
La metodología que se ha utilizado es la de la
historia social de la educación donde el
hecho educativo es la universidad. En este sentido se analiza
cada periodo histórico a partir de: Primero, la
concepción de la universidad localizada en una ciudad y
país con su componente
socio-político-económico. En este apartado
consideramos fundamental establecer la relevancia político
social que tenía la institución universitaria en la
ciudad dentro de la relación universidad-sociedad.
Segundo, consideramos que la legislación es la
base para entender la concepción de la política
universitaria que establecía cada gobernante en su
momento. Ciertamente, la legislación tiene sello propio en
cada administración. A este respecto, se
establece que en los diferentes periodos se propusieron ideales
educativos diferentes según se perteneciera al partido
liberal o al conservador. Sin embargo, tenemos en cuenta que un
aspecto es la legislación y otro la aplicación de
la misma en la institución universitaria.
Tercero, en este punto es relevante señalar que
detrás de una reforma educativa se localiza un autor o
autores de la misma. Por lo tanto, es relevante conocer
¿qué tipo de influencia externa asimilaron;
¿cuál fue la predominante? y ¿qué
características particulares asumió el pensamiento
universitario en el adaptacionismo de las políticas de
reforma universitaria que propusieron?
Cuarto, en la reglamentación administrativa nos
referimos a: gobierno de la
universidad; reglamentación sobre los catedráticos
y la reglamentación sobre los estudiantes.
Quinto, en el análisis de la
"Reglamentación académica" se tiene en cuenta: 1).
Requisitos para el Ingreso.2). Objetivo de la
enseñanza; 3). En los contenidos las
cátedras: con los autores y el método,
los horarios, los exámenes y el tiempo de
estudio
Sexto, en la financiación de la universidad se
explicarán las fuentes de la
misma. Los gastos de las
instituciones
no se analizarán por considerar que es un aspecto peculiar
de cada institución que no es motivo del presente
estudio.
Séptimo, nos referimos a las normas internas
en lo referente a la reglamentación de la vida cotidiana
en la institución y la relación de los miembros de
la misma con la sociedad.
Octavo; se refiere a los documentos de la
época, tales como la legislación y prensa, entre
otros.
El trabajo se sustenta en documentos del Archivo General
de la Nación
de Colombia, Archivo del Colegio Mayor del Rosario, Academia
Colombiana de Historia, entre otros. Como indicamos este es un
avance de una investigación y por lo tanto sólo
presentamos los primeros cuatro apartados de la
metodología propuesta.
Finalmente, debemos indicar que nuestro propósito
es el de llevar a cabo un estudio comparado de la
caracterización de la Universidad en América
Latina con el equipo de investigadores del Grupo:
Historia de la Universidad Latinoamericana". HISULA.
1. La
universidad Republicana: 1826-1843.
En primera instancia debemos recordar que en la
época colonial, en el actual territorio colombiano, no se
logró la fundación de universidad pública.
La excepción se presenta en los albores del siglo XIX con
el Colegio-Universidad de San Pedro Apóstol, en la villa
de Mompox (1806). Por lo tanto, no se tuvo la experiencia del
modelo de lo
público en la universidad.
Por otra parte, en el virreinato de la Nueva Granada no
se logró la creación de instituciones de
formación académica científica como si lo
hicieron los virreinatos de Nueva España con
la cátedra de anatomía
práctica (1768), el Real Jardín Botánico
(1788) y en el mismo año la Cátedra de Química, el Real
Seminario de
Minería
(1786). Así mismo, en el virreinato del Perú, se
organizó en Lima La Escuela de San
Fernando bajo la dirección de Hipólito
Unánue.
En el virreinato de la Nueva Granada la única
experiencia de carácter científico, no docente
institucional, fue la Expedición Científica que
estuvo bajo la dirección de José Celestino Mutis
(1783). Sin embargo, reiteramos que en los inicios del siglo XIX,
nuestro modelo Ilustrado de Universidad se establece en la Villa
Mompox. Por lo demás, quedaron intactas las estructuras
universitarias coloniales. Pero hay que decir, que la elite
criolla que lideraba el proceso de la independencia
conocía el pensamiento Ilustrado y con las ideas de la
Enciclopedia propugnaron por unir la libertad y la
razón en los nuevos estudios universitarios.
Es significativo que para los nuevos gobernantes el gran
reto era nada menos que organizar un nuevo Estado bajo los
principios
republicanos. Para ellos la educación se
convirtió en la base de la transformación
social-económica y científica.
En este sentido, los criollos retomaron el modelo
borbónico de control de la
universidad por parte del Estado. Se ha repetido que el modelo
aplicado en la reforma de Santander en 1826, fue el de Napoleón. Este modelo de Napoleón se
caracterizó por "formar las escuelas autónomas de
derecho, medicina,
farmacia, letras y ciencias;
separadamente se estructuraron la Escuela Politécnica,
destinada a la formación de los cuadros técnicos y
la Escuela Normal Superior, encargada de crear los educadores que
actuarían como difusores, en toda la nación, de la
nueva cultura
erudita de base científica". Nosotros consideramos que,
quizá, estuvo en las intenciones de los nuevos gobernantes
el utilizar el modelo de Napoleón para formar los
encargados del desarrollo
económico del país. Sin embargo, fuera de
adaptar algunos aspectos en la división de las Escuelas en
la universidad lo destacable fue el control de la universidad por
parte del Estado bajo un sistema
centralista. El currículo que aspiraban era el truncado de
Moreno y Escandón de introducir en la enseñanza las
"ciencias útiles". Agregando los objetivos de
formar "buenos" ciudadanos y construir la nueva Nación,
donde lo relevante era la educación pública y por
lo tanto la formación
de maestros se convirtió en la prioridad del momento.
En cuanto al modelo de la universidad alemana, de introducir en
esta institución "la formación de tecnólogos
y científicos que permitieran crear una química y
una metalurgia
rápidamente desenvueltas para competir con las antiguas
potencias industriales" estuvo lejos de adaptarse en
Colombia.
Por otra parte, debemos indicar que detrás de la
citada reforma del Plan de estudios
de 1826 se encontraban don Jerónimo Torres, don Vicente
Azuero, don José María Esteves y el Dr. José
Fernández Madrid a
quienes Santander les encomendó la elaboración del
Plan de Estudios para las universidades.
Hay que decir, que con la independencia, la élite
que organizó el nuevo Estado Nacional colombiano y que se
encontraba dentro de la corriente de la
Ilustración, se marcó como objetivo fundamental
para la consolidación del Estado el impulsar un nuevo tipo
de educación donde las "ciencias útiles" marcaran
la pauta dentro de la concepción de la "educación
pública y oficial". Sin embargo, reiteramos que el modelo
de universidad investigativa no puede afirmarse que entró
al territorio colombiano.
Desde luego, la concepción de la Universidad
presentó en este período dos concepciones que
giraron en torno a los dos
líderes políticos: Francisco de Paula Santander
(1792-1840) y Simón Bolívar
(1783-1830). Es imprescindible señalar que los dos
coinciden en el modelo administrativo-financiero,
concretándose en una estructura
centralista de unidad de currículo y de control por parte
del Estado. Además, la universidad como la
educación en general, debía ser el vehículo
de formación del nuevo ciudadano con la
característica de pública y gratuita. Sin embargo,
el verdadero problema que les diferenció fue,
precisamente, el de los contenidos del currículo
especialmente en el campo de la filosofía y de la
política. Sin embargo, existió unidad de criterios
en la eliminación de la escolástica y en la
utilización del método experimental.
Por otra parte, es importante desatacar que al
plantearse la universidad bajo el control del Estado, la
universidad republicana, pierde la autonomía
académica, administrativa y financiera. La
Institución debía servir a los intereses del Estado
y es éste el que le reglamenta y regula su funcionamiento.
Sin embargo, el anhelo planteado por el Fiscal Moreno
desde 1768 de secularizar la universidad se va cristalizando
aunque se debe indicar que el clero secular continuó con
influencia dado que participaron en la revolución
de independencia. Según se establece, cargos relevantes se
le dieron al clero secular mas no a las comunidades religiosas.
El monopolio
educativo había finalizado para éstas durante
la
administración de Santander. A este respecto, se debe
indicar que "la Iglesia
quería continuar contando con la protección estatal
a la que estaba acostumbrada desde los tiempos coloniales, pero
quería recuperar su independencia frente al Estado. Por su
parte, los gobernantes republicanos querían conservar a la
Iglesia bajo el mismo control que ejercían la Corona y las
autoridades coloniales…. sin comprometerse a garantizarle
la situación de sólido monopolio religioso y social
que gozaba durante la dominación
española".
En cuanto a la
organización de los nuevos centros universitarios se
parte del "Patronato del Estado". La influencia europea fue
evidente en la organización del nuevo modelo de
universidad. Precisamente, la concepción universitaria de
Santander se concreta en el ya citado Decreto del 18 de marzo de
1826. En éste se dispone el establecimiento de las
universidades centrales del Estado colombiano en: Caracas,
Bogotá y Quito. Por
otra parte, se ordenó la creación de universidades
seccionales donde se presentara un mayor número de
profesores y alumnos. Se indica en el Art. 25 que "en las
ciudades en que haya universidades centrales o departamentales,
quedará incorporada a la universidad la enseñanza
que se daba en el colegio o colegios existentes en la misma
ciudad". Pero, lo peculiar en este caso, es que en la realidad
funcionaron en las regiones los colegios denominados
"santanderinos" más no las universidades. Lo relevante, es
que estos colegios asumieron el modelo del Colegio Mayor de
Nuestra Señora del Rosario donde se impartía en la
Institución los estudios de carácter
superior.
Es imprescindible señalar que el Decreto que
reglamentó el Plan de estudios fue el del 3 de octubre de
1826. En éste se reglamenta la arquitectura de
los edificios (Art. 28); se continua con la tradición
colonial que el rector y vice-rector deberían vivir en la
institución (atr.29); Se asume la forma de gobierno del
claustro compuesto por: rector, vicerrector, catedráticos
y doctores (Art. 30). Sin embargo, esta Junta debería
cumplir con lo ordenado por el gobierno (Art. 32). El Art. 36
acuerda las funciones de la
citada Junta entre otras, el manejo económico.
Debe destacarse que el rector era elegido por la Junta
General que hemos mencionado. Se incluía en la
votación a los catedráticos jubilados. El gobierno
era por tres años. El Art. 40 presenta un parágrafo
que señala que en las nuevas universidades, "la primera
vez será nombrado el rector, vicerrector y secretario por
el poder
ejecutivo".
Hemos indicado que el currículo se unificó
para todas las universidades. El centralismo y
control académico lo estableció claramente el
citado Decreto de octubre de 1826. El máximo organismo
nacional para todos los niveles educativos continuó siendo
la "Dirección General de Instrucción
Pública". Los grados y títulos tendrían
validez en todo el territorio nacional. (Art. 52 y 60). Es
importante, destacar que establece los niveles académicos
con los requisitos para su ingreso. De esta manera, los
exámenes eran imprescindibles para poder acceder
de: bachiller a licenciado. Es curioso que con el mismo examen de
licenciado se recibiera el de doctor sin requerir de estudios
posteriores (Art. 61, parágrafo). El Decreto reglamenta
igualmente la convalidación de los títulos del
extranjero. A estas personas se les requería que
presentaran el examen de licenciado (Art. 67).
Igualmente, se estableció el concurso
público para los docentes. Este
concurso era riguroso (Art. 69 a 76), al igual que las funciones
de los catedráticos (Art. 77 a 94). A los estudiantes se
les reglamentó desde la matrícula, asistencia a
clases, los certámenes públicos, exámenes y
vacaciones.
Un hecho ya señalado por Moreno y
Escandón, como era el de la necesidad de los libros y
biblioteca en la
universidad, queda establecido en este Decreto (Art. 126 a 130).
A este respecto, se estableció que cada universidad
tendría su propia imprenta, un
museo, laboratorio
químico y jardín botánico y observatorio
astronómico (Art. 133 a 140).
Por otra parte, se estableció el control y la
uniformidad de la enseñanza que se impartiría en la
universidad. El Plan de Estudio se reglamentó en: primero,
literatura y
bellas artes;
segundo, filosofía y ciencias
naturales; tercero, medicina; cuarto, jurisprudencia; quinta, teología (Art.
141). Ahora bien, es importante destacar que en la clase de
literatura se enseñaba: "lengua
francesa e inglesa, dos de gramática latina combinada con la
castellana, una de lengua griega y una del idioma de los
indígenas que prevalezca en el Departamento" (Art. 142).
Sin lugar a dudas, el pensamiento de la nueva educación
experimental se centraba en la denominada clase de
"filosofía y ciencias naturales". En estos estudios se
cubría desde las matemáticas, la física, geografía,
química, mineralogía, zoología, y
física experimental (Art. 143).
Así pues, nuevos estudios y textos se
introducían en el ámbito universitario. Las
teorías
económicas y políticas inglesas ingresaron a los
claustros universitarios. De hecho, el latín dejó
de ser la lengua oficial de enseñanza y por el contrario
se introdujo la enseñanza del francés y del
inglés
fundamentalmente por que se le dio un gran significado para el
comercio y el
desempeño diplomático. Los niveles
se centraron en tres años para el bachillerato, otros tres
para el grado de licenciado y doctor (Art. 199 y 200). Para los
de jurisprudencia y teología se les exigía dos
años más (Art. 203 a 207). Para los abogados,
además, se les requería presentar tres años
de práctica para poder ejercer la profesión (Art.
224). Sin lugar a dudas se proponía un nuevo
currículo donde desaparecía la enseñanza
escolástica y se introducían los nuevos estudios
que no se habían logrado institucionalizar en la Colonia.
Y, algo fundamental: el Estado asumía el control de la
educación
superior frente al monopolio que habían tenido las
comunidades religiosas en la época de la
Colonia.
Desde luego, la educación de los sacerdotes se
indicó que debería ser independiente de los
seglares. En tal sentido, Santander expidió un Decreto el
31 de julio de 1823 donde creó el Colegio de "Ordenados"
con el respectivo Plan de estudios y bajo la administración de un sacerdote que
sería nombrado por el arzobispo. Pero parece que en la
práctica, por lo menos en Bogotá, los estudiantes
para sacerdotes siguieron asistiendo a las clases del Colegio San
Bartolomé.
A cada Facultad se le reglamentaron los textos
básicos. Destacamos los libros de Jeremías Bentham
(1748-1832) (Art. 168) que ya se habían recomendado por
Santander mediante el Decreto del 8 de noviembre de 1825. Hay que
decir, que los libros de Bentham fueron motivo de polémica
hasta finalizar el siglo XIX. No cabe duda que Bentham es el
filósofo político de la época que ejerce
mayor influencia en estos territorios americanos. Sus principales
obras: "Fragmentos sobre el gobierno" (1776) y "Principios de
moral y
legislación" (1789), fueron los textos obligatorios en las
universidades de Nueva Granada que se impusieron bajo el auspicio
de Santander. Lo significativo es que Bentham dividió la
intelectualidad de la época, unos como partidarios suyos y
otros como adversarios. No deja de ser curioso que José
Félix de Restrepo, profesor de la
época colonial y propulsor de la filosofía
Ilustrada, ahora, en el cargo de la dirección tripartita
de la "Dirección de Estudios Nacional", se opone a la
enseñanza de los textos de Bentham.
Revisando los decretos educativos del siglo XIX en
Colombia se observa que, según la concepción del
gobernante de turno, se suprime o se incluye en el Plan de
Estudios al controvertido Jeremías Bentham. Por lo tanto,
resulta relevante destacar en este trabajo la concepción
que tenía este político-filósofo sobre la
universidad. La primera crítica
que establece es la relacionada con la enseñanza atrasada
que se impartía por unas instituciones que fueron
"fundadas bajo la autoridad de
los papas y en unos tiempos de ignorancia en que la
teología era la ciencia
única". Agregaba, que si aparecía algún
hombre
aplicado a las ciencias naturales, enemigos natos de la
teología escolástica, este era inspirado por el
diablo y tratado como mago y hechicero".
Debemos indicar que la universidad sufrió los
avatares de la controvertida vida política y por lo tanto
las innovaciones educativas quedaron en las reglamentaciones, y
la tan anhelada enseñanza de las ciencias "útiles"
se desarrolló en forma paralela a la universidad. En este
sentido, los intentos de la ley del 6 de
agosto de 1821 señalaban que se debía "fomentar el
estudio del comercio, la minería, la agricultura y
las ciencias militares". Así mismo, se debe destacar que,
precisamente Francisco Antonio Zea durante su misión
diplomática en Europa tuvo como
uno de sus propósitos establecer una Academia de Ciencias
en la Gran Colombia. Es por ello que realizó tres contratos: "el
primero, con el grupo de franceses bajo la dirección del
peruano Mariano Rivero para organizar la Escuela de
Minería y el Museo Nacional; el segundo, con el mexicano
José María Lanz para organizar una escuela de
ingenieros militares y levantar el mapa de la nueva
república; el tercero, con César Molina para
dirigir en Santafé un establecimiento
litográfico".
En realidad al grupo de franceses se les contrata por
seis años. A Santafé llegan Rivero y Boussingault
el 24 de mayo de 1823 encontrándose con una realidad
diferente a la pactada en el contrato. Desde
luego lo pactado con Zea y el ideal de institucionalizar las
"ciencias útiles" en la reciente República se
encuentran con el inconveniente de la crisis
económica. Pero, la intención es lo que cuenta y
los nuevos gobernantes legislan y se expide la ley del 28 de
julio de 1823. Esta Ley aprobaba la fundación de la
Escuela de Minería y el Museo Nacional en la capital de la
República.
No obstante, con la situación de dificultad
económica la Escuela de Minas y el Museo iniciaron labores
en 1824. La Escuela de Minas bajo la dirección de Mariano
Rivero, que a su vez enseñaría las cátedras
de mineralogía, geología y
explotación. Boussingault regentaría la
cátedra de química general, analítica y
metalurgia. Roulin se encargaría de matemáticas
elementales, geometría descriptiva, mecánica y dibujo. Por
otra parte, en el Museo se enseñaría botánica en el primer año y en el
segundo la agricultura. Allí, entró a colaborar el
neogranadino Juan María Céspedes quien más
tarde aparece como miembro fundador de la Academia Nacional en
1826.
Debemos indicar, que la universidad no logró
cambios significativos en el currículum. Los estudios de
derecho, teología y medicina continuaron siendo los
básicos para la nueva generación colombiana. Por lo
tanto, la enseñanza de las ciencias naturales no se
logró cristalizar a pesar de los esfuerzos de Lino de
Pombo y José María Céspedes, entre otros, y
del Decreto de Santander de octubre de 1826 que indicaba en el
Capítulo XXII la enseñanza de las ciencias
naturales.
Un aspecto de gran relevancia en la nueva
legislación para la universidad, de 1826, fue la
limitación al monopolio del clero sobre este nivel
educativo. Lo mismo sucedió en el campo general de la
educación. En este punto, lo destacable es que para los
nuevos gobernantes la religión era competencia de la
libertad individual hecho que iniciaría la controversia,
más adelante, con los liberales que propugnaron por la
secularización de la educación.
En definitiva, el período de la llamada
"universidad santanderina" representó el control del
Estado sobre la universidad con los intentos de un
currículo moderno dentro de cierta libertad de
cátedra para los profesores de literatura y de ciencias
naturales. Terminó con el control y monopolio de las
comunidades religiosas sobre los estudios superiores. Se
permitieron colegios-seminario pero bajo el control del
currículo por parte del Estado. Hay que decir que fue una
etapa que osciló entre las políticas de Santander y
las de Bolívar. Pero ante todo, el proyecto
universitario se sujetaba al proyecto "nacional" de consolidar un
nuevo sistema
político-económico dentro del proceso de
formación del Estado y de la Nación. Cuando
Santander regresa al gobierno retoma nuevamente la reforma (1834)
sin lograr que el Congreso le de la respectiva
aprobación.
Este período lo resume magistralmente Florentino
González (1805-1875) cuando establece una descripción de la situación
caótica de los estudios en la universidad. Al respecto
indica que "la enseñanza era por supuesto, muy imperfecta,
y todavía se hacia perder el tiempo a los estudiantes en
aprender las añejas doctrinas de los peripatéticos,
y en disputar como energúmenos en latín, sin llegar
nunca a entenderse, sobre las causas eficientes y
finales…… Así pasó el primer
año de nuestro estudio de filosofía, en el que lo
de más provecho que estudiamos fue la lógica
de Heinecio, autor éste que fue proscrito ostensiblemente,
pero sus principios fueron consignados en el cuaderno de
lecciones que nos dictó el catedrático José
María de Latorre y Uribe; pero por la misma razón
fue más leído: es lo que sucede cuando se persiguen
los libros". Debemos señalar que dentro del anterior
contexto se educaron no sólo González sino
también el gran reformador de la universidad como lo fue
Ospina Rodríguez.
Cerramos esta etapa con los Decretos del Gobierno de
Bolívar contra la enseñanza de Bentham y la
prohibición de las Sociedades o
confraternidades secretas porque, según él,
preparaban "los trastornos políticos, turbando la
tranquilidad pública y el orden establecido".
Hemos indicado que con el regreso de Santander al poder
se intenta re-estructurar la universidad con el nuevo Plan, que
presenta en 1834, pero no recibió el apoyo del Congreso.
En cambio, se aprobaron, en 1835, las reformas que le otorgaban
más privilegios académicos a los colegios de
secundaria. Ahora bien, estas instituciones, en la provincia,
habían caído bajo la influencia del clero y el Plan
de Estudios científicos no se logró
institucionalizar, una vez más, por la falta de recursos
económicos.
No podemos dejar de mencionar que los estudios
realizados en los colegios particulares, desde antes de 1830, se
les acreditaban en la universidad para obtener el respectivo
grado académico. Igualmente, sucedió con los
colegios de la Comunidad de
Santo Domingo a quienes Bolívar les validó los
estudios para que pudiesen obtener los grados académicos
en la universidad. Otro aspecto que llama la atención es que los colegios empiezan a
dictar cursos que estaban destinados a la enseñanza
universitaria. Encontramos los casos del colegio de
Guanentá donde se establece una cátedra de medicina
y cirugía, en 1828. Situación similar presentaron
los colegios de Vélez, Antioquia, Ibagué y Panamá.
Reiteramos, que es significativo, porque estos estudios de
medicina, hasta el momento, correspondían al
currículo de la universidad.
Finalmente, con el abandono de la presidencia por parte
de Santander, encontramos, en agosto de 1837, a 3.012 estudiantes
localizados en las tres universidades, 20 colegios
públicos para varones y 6 casas de educación. El
mayor número de cursos se concentraba en lenguas, le
seguía filosofía, leyes y
teología. Los salarios de los
profesores no pasaban de 600 pesos anuales pero se
recurrió a que la enseñanza fuera gratuita por
parte de los maestros. Es decir, la anhelada introducción de las ciencias naturales y
técnicas no se había
institucionalizado en la universidad por la falta de fondos para
impartir estos estudios. Es más, había transcurrido
una década donde no se aclaraba el sentido
ideológico-político de la nueva Nación ni se
lograba que las universidades se transformaran obedeciendo a las
necesidades del personal que
requería el país.
A Santander le sigue en la presidencia, su opositor,
José Ignacio Márquez. Precisamente, Márquez
en el mensaje al Congreso de 1839, describe la situación
cultural de la época. Se indica cómo la universidad
no había resuelto ninguno de los problemas
fundamentales de formación de la generación que se
necesitaba para el desarrollo del país. Señalaba,
que: "tenemos abundancia de letrados y de médicos que se
aumentan día a día, pero carecemos de suficiente
número de hombres instruidos en las ciencias exactas y
artes mecánicas, en la química, mineralogía,
botánica y agricultura, sin las cuales no podrán
desenvolverse del todo los gérmenes de prosperidad que
encierran las diversas provincias del Estado, sería
conveniente se hiciesen venir de Europa, profesores
hábiles en estas ciencias, con los aparatos, máquinas e
instrumentos necesarios para que las difundiesen en la
República" . En realidad abogaba por los principios que
había señalado años antes el vicepresidente
Francisco Antonio Zea.
La preocupación de Márquez es explicable
si se tiene en cuenta que "en la Nueva Granada, como en otros
países de América
Latina, la expansión comercial de mediados del siglo XIX
hizo, en gran medida, que la clase alta mirara hacia el
extranjero". Conocemos que en este período los liberales
se identificaban con el grupo social de "comerciantes,
burócratas e intelectuales". Este grupo iba perfilando una
nueva nación con diferente estilo de vida
a los de la colonia. Por lo tanto, se propugnaba por nuevos
valores que
llegaban de los filósofos ingleses y franceses acordes con
el mundo moderno que se imponía en Europa y que se trataba
de asimilar en las antiguas colonias españolas en
América.
Las diferencias políticas marcaban el rumbo de la
dirección de la universidad Central. Márquez se
negaba a nombrar un santanderino de rector de esta
institución. Así, que vetado Florentino
González tuvo que aceptar finalmente en nombrar a
José Duque Gómez simpatizante de Santander. Pero,
el aspecto más singular es que la universidad no fue ajena
a la convulsión política del momento. La Guerra de los
Supremos o también denominada de los "conventos" entre
1839 y 1841 marco las diferencias entre los liberales, la
provincia y los conventos. Especialmente, los círculos de
poder de la Iglesia estaban alerta y protestaron con las medidas
sobre los conventos. En definitiva, como señala
Köning "mantenían su alianza personal con
políticos más bien conservadores".
Existe otra diferencia importante que se da a partir de
la presidencia de Pedro Alcántara Herrán, en 1841,
como es el hecho del retorno al país de la
Compañía de Jesús, quienes entran de
inmediato a regentar sus antiguos colegios y universidades. Por
otra parte, se abre un nuevo período con la reforma
universitaria que implementa Mariano Ospina, desde la Secretaria
del Interior en 1842.
2. Inicios de la
modernidad en la universidad: 1842-1880
Los antecedentes de la modernidad, los hemos
señalado en la reforma del fiscal Moreno y Escandón
y en la de Eloy Valenzuela en el periodo colonial. Sin embargo,
de manera institucionalizada y con los criterios de:
relación educación-economía, la
expansión de la escolaridad y la diversificación
del curriculum;
transmisor del conocimiento
creado en otra parte, se tratan de desarrollar a través de
la reforma de Ospina Rodríguez de 1842.
Este periodo se caracteriza por: las luchas partidistas
que dieron grandes cambios en la universidad sometiéndose
la misma a cada gobierno de turno; el control del Estado y la
dirección por parte del sector civil sobre la universidad;
el bajo presupuesto; los
debates de la moral laica
opuesta al control de la iglesia; los debates por la
enseñanza de Bentham; y la rígida disciplina
para controlar la institución.
2.1. La reforma universitaria de Mariano Ospina
Rodríguez (1842-1845)
La reforma de Mariano Ospina, se aprobó mediante
la ley 1366 del 21 de mayo de 1842. Precisamente, con esta Ley se
reformó el Plan de Estudios que se venía aplicando
desde 1826. Este Plan lo podemos caracterizar en primera
instancia en: orientar la educación hacia "lo
práctico y lo útil" con la inclusión de la
enseñanza de las ciencias naturales. Señalaba
Ospina, en la Memoria al
Congreso de 1842, que: "las ciencias exactas y naturales,
conocimientos industriales, aplicación de las verdades
científicas a las artes productivas de riquezas, han sido
extrañas en los colegios y universidades" .
Por lo anterior, consideraba prioritario que "la riqueza
no viene sino del trabajo y de la industria, y
la política y la abogacía apartan a la juventud del
trabajo y de la industria". Es por ello que se ordenó para
cada universidad una Facultad de Ciencias y Matemáticas.
Consideramos que este hecho cambia la concepción de la
universidad. Lo prioritario era formar la nueva generación
en "los asuntos industriales y las ciencias útiles". La
educación técnica se convirtió en el puntal,
según Ospina, para lograr contener el desorden y
"acercarse a los logros económicos". Ospina, "esperaba
simultáneamente familiarizar a las clases altas con el
conocimiento
científico práctico y desestimularlos de buscar
grados universitarios tradicionales". El objetivo de Ospina era
vincular al país al mercado
internacional formando un individuo que
sirviera a este desarrollo económico.
Es más, en cada Distrito la universidad
estaría compuesta por cinco facultades: la de literatura y
filosofía; la de ciencias físicas y
matemáticas; medicina; jurisprudencia y ciencias
eclesiásticas. En estas circunstancias se apoyó,
para impartir la citada formación, en los antiguos
colegios santanderinos hecho que ya había iniciado
Bolívar en 1828. Ahora, la novedad radicaba en el hecho
que a estas instituciones se les otorgaba el privilegio de
otorgar grados siempre que "observaran el régimen escolar
de las universidades o que los estudiantes se sujeten a ser
examinados en ellas sobre las materias que creyesen haber
aprendido". Sin embargo, esta modernización de los
estudios en la universidad, una vez más, fracasó en
su intento por la falta de dinero.
Un segundo aspecto, de gran relevancia, en la reforma de
Ospina se refiere al hecho que abogando la libertad de
enseñanza restituye la enseñanza religiosa y apoya
a los jesuitas. Se
debe indicar que el General Pedro Alcántara Herrán,
en 1844, permitió el regreso de la Compañía
de Jesús quienes retomaron el control de sus colegios y
universidad. Desde luego, se retomó la polémica de
la enseñanza de Bentham en las universidades y se les
atribuyó que por estas enseñanzas se "había
dado el deterioro moral y político del país". Por
lo tanto, a Bentham se le cambió por Juan Heinecke,
teólogo y jurista alemán. Se eliminó
igualmente del currículo al autor sensualista Destut de
Tracy.
Desde luego, el Plan de estudios de Ospina fue
calificado por Salvador Camacho Roldán como
"drástico y adicto a las ideas dominantes". Este criterio,
igualmente, lo compartió José María Samper
al considerar que se regresaba al predominio de la Iglesia sobre
la sociedad. Por su parte, Ospina señalaba a sus oponentes
que si ellos querían enseñar a Bentham que lo
hicieran pero indicaba que "respetamos vuestra libertad, pero
respetad vosotros la nuestra, nosotros queremos las doctrinas de
los jesuitas que son las doctrinas del catolicismo".
Un tercer aspecto que tiene que ver con la tendencia
republicana es el de la educación bajo el control del
Estado. Pero, como hemos señalado, la reforma de Ospina se
diferencia de los anteriores gobernantes liberales al darles
nuevamente espacio de influencia a las comunidades religiosas en
la educación. El control del Estado se reglamentó
de manera metódica. El rector de la universidad hacia la
labor de inspector en las aulas de clase para determinar el
cumplimiento de "la moral y de la religión.
Es significativo que el control del Estado
incluía el currículo con un fuerte carácter
centralista que era organizado y fiscalizado por el Consejo de la
Universidad. El centralismo se marcó a través de la
Dirección General de Instrucción Pública y
el Ejecutivo nombraba a los docentes por lo tanto se eliminaron
los concursos de docentes que se habían establecido en el
Plan de Estudios de 1826. Así mismo, la universidad se
organizó en tres distritos universitarios. La Central de
Bogotá, se convirtió en la universidad de Primer
distrito, bajo la rectoría de Benito Osorio.
Por su parte, en cada distrito se establecía una
Universidad central compuesta por cinco Facultades. Estas eran:
literatura y filosofía; ciencias físicas y
matemáticas; medicina; jurisprudencia; y ciencias
eclesiásticas. (Artículo 9). Debemos indicar que
cobran importancia los colegios donde se impartían algunos
estudios universitarios que los denominó escuelas
especiales. En efecto, es importante destacar que se
estableció el examen para el ingreso a la
universidad.
Una vez más, se atravesó una grave crisis
de falta de profesores. Sin lugar a dudas los bajos salarios no
motivaban a la pequeña élite intelectual del
momento. Para el curso 1847-1848 se localizaban 63 profesores y
909 alumnos en las universidades de Bogotá, Cartagena y
Popayán. Los salarios de los profesores oscilaban entre
200 y 500 pesos anuales en 1845. El máximo salario lo
tenía el rector con 800 pesos. Los títulos que se
otorgaban eran: Bachiller, licenciado y doctor. Es significativo,
que con Ospina se acaba la gratuidad de la universidad. Dado que
hasta ese momento casi todos los estudiantes "adjuntaban
testimonios de pobreza", sin
embargo, las becas para las facultades mayores no se dieron hasta
1845 excepto las conocidas del Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario. La financiación de la
universidad era diverso: Tesorería de diezmos; Tesoreria
provincial de Bogotá; productividad de
las propiedades de la universidad; donaciones privadas para
apoyar las becas. Finalmente, sólo resta decir que la
generación del radicalismo se formó bajo el Plan de
Ospina.
2.2. La universidad en la crisis del
liberalismo
romántico: 1845-1867.
No podemos entender los cambios fundamentales que
aplicó el presidente José Hilario López
(1849-1853) sin reconocer el papel precursor de la reforma del
Presidente Tomás Cipriano de Mosquera (1845-1848). Con
Mosquera se plantea la concepción
político-económica del libre comercio;
la enseñanza de las ciencias naturales y los principios de
la moral laica contra la iglesia y las libertades individuales
como base de la libertad de enseñanza. Al gobierno de
Mosquera se le debe la creación del Colegio Militar para
la formación de ingenieros bajo la dirección del
coronel Agustín Codazzi. Precisamente, es Codazzi quien
realiza el estudio geográfico del territorio nacional
teniendo como colaborador director a Manuel Ancizar en la
Comisión Coreográfica.
En efecto, en el debate
político que se desarrolló para impulsar la
candidatura de José Hilario López, "el liberalismo
radical hizo énfasis en la necesidad de instaurar un
Estado democrático fundamentado en la libertad, en
especial la economía, con una independencia plena del
poder civil frente al poder religioso". Hay que decir, que las
teorías de Bentham vuelven a la palestra en cuanto a la
concepción democrática republicana, en la libertad
religiosa, y en la teoría
del libre cambio.
Ahora los liberales le contestan a Ospina. Se
debía evitar la interferencia de la Iglesia en la labor
del Estado "se consideraba preciso que la educación dejara
de estar orientada por las instituciones religiosas y más
aún por la compañía de
Jesús".
La gran transformación de la universidad se da a
través de la Ley 1842 del 8 de mayo de 1848. Precisamente,
el artículo primero indica que "la enseñanza en
todos sus ramos es libre". Los grados académicos se pueden
obtener con la misma validez en las instituciones públicas
como privadas.
Pero lo significativo es que la universidad que hasta el
momento cumplía la función de
otorgar los títulos para ejercer una profesión, con
la ley del 15 de mayo de 1850, se cambia radicalmente la
concepción sobre las mismas. Hay que decir, que este
año es significativo en la historia de Colombia. Las
reformas sociales y económicas bajo el liberalismo
conllevan una nueva concepción de la universidad. Se
considera una nueva era debido a la situación que la
libertad de enseñanza significó para algunos que
las universidades se suprimían al no ser necesario "el
grado o título científico, para ejercer las
profesiones científicas, pero podrán obtenerlo las
personas que lo quieran, del modo que se establece la presente
Ley". Lo radical es que a los colegios nacionales se les
otorgó las mismas prerrogativas de la universidad en lo
concerniente a los estudios y a los grados. A partir de la
Resolución del 19 de agosto de 1853 se eliminó el
requisito del título profesional para ejercer una
profesión liberal con excepción de la
farmacia.
Debemos, señalar que detrás de estas
reformas se encontraba la base de la nueva Constitución de 1853 que había sido
obra de José María Plata, asesorado por Florentino
González, durante el gobierno del General José
María Obando (1853-1854). Es importante, destacar que en
Argentina en el mismo año de 1853 se establece una nueva
Constitución con carácter federalista.
En Colombia, fue precisamente en este gobierno de Obando
cuando se establece la ley de separación de los poderes
del Estado y de la iglesia y se continúa con la misma
política de López frente a las universidades. Igual
orientación siguió José María Melo
(1854-1855) con quien se finaliza este periodo de gobiernos
liberales. Antes de dejar el poder establece Melo el Decreto que
"no existía religión oficial en el país, y
no fue casual que entonces tanto el matrimonio civil
obligatorio como el divorcio
vincular fueran legalmente instituidos".
No es de extrañar esta posición que
obedecía por una parte a la influencia de las
teorías de Bentham pero fundamentalmente era la corriente
avanzada del momento que circulaba en Europa. Los principios de
la revolución
francesa: la libertad de conciencia, la
libertad individual y la civil estaban a la orden del día.
Las traducciones de los filósofos franceses se publicaban
en Colombia. El mismo Rufino J. Cuervo indicaba que "la
influencia de Francia
durante los años que precedieron la revolución
(1847) es muy perceptible en nuestros asuntos políticos
para bien o para mal".
Un hecho contradictorio de Melo fue el haber eliminado
la Escuela Militar fundada por Mosquera por considerar que el
ejército era una institución inútil y la
ingeniería muy costosa.
Es importante, destacar que la posición de
José Hilario López y Florentino González
sobre la universidad se ve marcada por la influencia de la
concepción que tenía Bentham sobre la universidad.
Al respecto, señala el filósofo inglés en el
Plan que propone para la universidad: "no habría grados
académicos, ni exámenes que acreditasen la
capacidad y ciencia de los
sujetos, ya que la población se encargaría de
seleccionar por su actividad profesional los buenos y malos
abogados, médicos, etc". .. Habría sin duda
abogados o médicos ignorantes; pero qué, no los hay
ahora a pesar de los grados, títulos y exámenes?
… porque tienen un título que para los necios (y
hay tantos necios) cubre su ignorancia, y les da seguridad de que
no les falta trabajo; en vez de que en mi sistema un abogado y un
médico no pueden asegurar su subsistencia sino en su
ciencia, y no en grados y pergaminos. Cicerón fue, sin
disputa un buen abogado, sin haber recibido el grado de
licenciado en Leyes por una universidad; e Hipócrates fue
un excelente médico sin tener un diploma ni haber sido
examinado por un protomedicato". Al respecto, se pregunta
Bentham, y ¿por qué no podrían formarse
muchos Cicerones y muchos Hipócrates por los mismos
medios que
aquellos se formaron?".
En resumen, Bentham propone "libertad absoluta en el
estudio y ejercicio de las ciencias, como en el estudio y
práctica de las artes y oficios". Por otra parte, debemos
indicar que Bentham se opone a los exámenes porque
considera que sólo miden la memoria y no el
raciocinio del examinado. Este último aspecto, no se dio
en Colombia. Por el contrario los grados y los exámenes se
reglamentaron en la provincia con la variante que se
podían realizar los cursos en cualquier institución
pública o privada.
Reiteramos, que el principio benthamista de la
"independencia del Estado frente al poder religioso" sería
sin lugar a dudas el mayor motivo de controversia que
tendrían que afrontar el grupo de liberales radicales en
los próximos años.
En definitiva, este período del 1845 a 1867 fue
turbulento por los cambios de los gobiernos liberales y
conservadores. Así pues, el gobierno conservador donde se
destacó Ospina Rodríguez(1842-1845) en calidad de
ministro reformador de la universidad, dio paso a los gobiernos
liberales de Tomás Cipriano de Mosquera(1845-1848);
José Hilario López (1849-1853); Obando y Melo, para
dar un viraje de un nuevo período conservador con el Dr.
Manuel María Mallarino (1855-1857) y Mariano Ospina
Rodríguez (1857-1861). Este último, conservador y
quien había sido el promotor de la fundación del
partido conservador y, como hemos citado, el reformador de la
universidad colombiana en 1842. Este período conservador
aboga por el aspecto religioso como principal salida a la crisis
que vivía el país.
Es así que se acoge la idea de Sergio Arboleda
que señala que "el clero puede salvarnos y nadie puede
salvarnos sino el clero". Por lo tanto, no es de extrañar
que la Iglesia le diera todo el respaldo al presidente Ospina
quien como era de suponer volvió a la alianza Iglesia
Estado garantizando los privilegios y prerrogativas. Debemos
indicar, que la transformación educativa en Bogotá
se daba para unos 40.000 habitantes y se publicaban cerca de 10
periódicos semanarios.
Desde luego, que los virajes políticos
continuaron y con éstos la universidad. Los liberales
regresan al poder con Tomás Cipriano de Mosquera quien en
tres periodos seguidos de 1863 a 1867 sienta las bases de lo que
se denominaría la época de los liberales radicales.
En especial, se debe indicar que la Constitución
federalista de 1863, denominada de Rionegro, "repitió casi
en su totalidad los enunciados organizativos e institucionales de
la Constitución norteamericana de 1779".
Pero hay que tener en cuenta que esta situación
política se vivía con la misma intensidad en los
países vecinos. Por ejemplo en el Ecuador se
proclamó la Ley de la Libertad de Enseñanza
Pública del 28 de octubre de 1853 que fue suscrita por
José María Urbina. El Art. 2° señalaba
que: "los expresados estudiantes no necesitan para el seguimiento
de su carrera, de matrícula de certificado que acredite su
asistencia a clases". En México, la
situación fue más drástica. Los liberales,
en 1833, suprimieron la Universidad de México y en cambio
crearon seis establecimientos educativos en la capital federal.
Maximiliano la volvió a clausurar en 1865, y cuando el
presidente liberal Benito Juárez regresó al poder
en 1867, se negó a reabrirla, considerando que era un
bastión irrefutable de conservatismo". Hay que decir que
en el Estado de Jalisco, el gobernador Prisciliano
Sánchez, en 1826, había suprimido la universidad y
en su lugar estableció el Instituto Científico
Literario que a su vez fue clausurado en 1834 por "la
oligarquía militar y sacerdotal".
2.3. La universidad durante la etapa radical:
1867-1880.
Como hemos señalado, la universidad caminó
unida a las reformas que cada partido político realizaba a
las Constituciones del Estado. Por lo tanto, para entender la
reforma universitaria de José María Samper en 1867,
bajo el gobierno del Presidente Santos Acosta, se debe ubicar
dentro del pensamiento de los liberales y la reforma
constitucional de Rionegro de 1863. Si bien, los radicales le
dieron mayor relevancia al nivel de la primaria no deja de ser
significativo de la reforma de Samper la creación de la
"Universidad Nacional de los Estados Unidos de
Colombia" el 22 de septiembre de 1867. La nueva
institución ofrecería una educación gratuita
para hacerla más democrática y la enseñanza
de las ciencias se convirtió en una de las preocupaciones
como un medio para el desarrollo del país.
El primer rector designado para la universidad Nacional
fue Ezequiel Rojas pero al no aceptar se nombró a Manuel
Ancizar. Los profesores que ingresaron a la nueva universidad
constituían la élite intelectual de la
época.
Debemos indicar que la nueva institución rescata
la educación técnica que había impulsado
años atrás Ospina. Por otra parte, se
estructuró, en el artículo 2°, en seis escuelas
o institutos especiales: Derecho, Medicina, Ciencias Naturales,
Ingeniería, Artes y Oficios, Literatura y
Filosofía. A la Universidad quedaron adscritas: la
Biblioteca Nacional, El Observatorio Astronómico, el Museo
de la Escuela de Ciencias Naturales, el laboratorio
químico y el Hospital de Caridad y el Militar. Hacia
finales del año también se vinculó, a la
universidad, el Colegio de San Bartolomé
Como es de suponer la universidad queda bajo el control
del Estado como en la época de Santander. Es el gobierno
quien determina los reglamentos, el currículo y el
nombramiento de profesores y funcionarios en la primera etapa y
posteriormente requerían de la ratificación
presidencial.
Hay que decir, que la pauta general de la libertad
religiosa la establece la Constitución de Rionegro de 1863
donde no se proclama a Dios. Así pues, la Universidad
Nacional nace dentro de la libertad individual y religiosa. Su
propósito reiteramos era la de establecer los estudios
científicos asumiendo corrientes filosóficas como
la del positivismo en
la enseñanza y método. Sin embargo, una vez
más las "buenas" intenciones de una educación
técnica científica se verán entrecortadas
por la crisis económica que sufrió la universidad
desde la fundación. Se consideró que el
déficit fue notorio desde el primer año de
funcionamiento. Así que una de las prioridades del
currículo como era la formación en "Artes y
oficios" se vio truncado. Fue significativo que en el primer
año de funcionamiento de los cien estudiantes
habían desertado una gran parte por la falta del apoyo
económico.
Pero, lo significativo de este periodo, sin lugar a
dudas, fue la reforma educativa de los radicales de 1870 que dio
motivo a una de las polémicas más fuertes con el
sector clerical en especial en lo referente a la educación
primaria. Se retomó el principio del control del Estado
sobre la educación con reformas como educación
primaria gratuita y obligatoria. Por supuesto que no fue menos
polémico lo concerniente a la libertad religiosa que
quedó consignada en el articulo 46. Igualmente se
señaló que "la educación laica no
sólo era constitucional, sino deseable desde el punto de
vista político, económico, social y
moral".
La citada reforma educativa estaba unida a la
concepción de la sociedad con un Estado republicano y con
los principios de libertad. El gran cambio educativo se
dirigió a la escuela primaria. La situación
educativa lo exigía. El censo de 1870 daba una tasa de
analfabetismo
de más del 90% y se demostró que de los 563.000
niños
de la nación solamente 32.000 asistían algún
tipo de escuela. El presidente Eustorquio Salgar (1870-1872) pudo
comprobar casi de inmediato las bondades de la reforma educativa:
"si en 1870 estaban estudiando 32.000 alumnos, este número
pasó en 1871 a 43.463 y en 1876 a 80.453. Es decir,
aumentó la población estudiantil en más del
60%". Fiel al principio de impulsar la educación primaria
se unió el de la formación
de maestros con la creación de una Escuela Normal en
cada departamento.
La Reforma de 1870 se caracterizó en primera
instancia por el centralismo. El Capitulo I estableció la
centralización de la educación en el
poder ejecutivo y la creación de una oficina central
que dependía directamente del Ministerio del Interior. La
universidad entró a depender de la Secretaria General del
Interior y Relaciones Exteriores. Por otra parte, el control se
manifestó en la obligatoriedad de textos como los de Tracy
y los de Bentham. La universidad contaba con un total de 356
estudiantes.
Podemos también indicar que esta reforma
llevó el principio que venían abogando los
radicales de años anteriores. Así que se indica que
"la educación debe garantizar la organización
republicana del gobierno y asegurar los beneficios de la
libertad".
Los ajustes en la Universidad continuaron en 1872 con
reformas en el Plan de estudios y con Aquileo Parra en la Ley de
mayo 22 de 1876 donde el ejecutivo nombraba el rector pero los
profesores y funcionarios quedaban bajo al autonomía del
gran Consejo. Hay que decir que aún está por
realizar un estudio sobre las universidades y academias
regionales que otorgaron títulos. Los estudios se han
concentrado en la Universidad Nacional de Colombia. Sólo
ahora, los grupos de
"Historia de la universidad colombiana" están dando sus
aportes en investigaciones
como el Colegio Académico (1859-1881) de la ciudad de
Pasto, que en 1895-1896 se convierte en Liceo Público y a
comienzos del siglo XX en la Universidad de
Nariño.
De otra parte, como se ha mencionado, la universidad no
fue ajena a los avatares políticos. Así mismo, a
los diez años de funcionamiento se establece un balance de
la universidad con la formación de 5.509 alumnos la
mayoría en medicina seguida de jurisprudencia e
ingeniería. Desde luego, los conservadores impulsaron en
Medellín la creación de la universidad de esta
ciudad en 1871 como una estrategia de
autonomía de Antioquia frente al poder central de la
nación.
El hilo conductor de la polémica en este periodo
está dado por la obligatoriedad de la enseñanza
primaria y la libertad religiosa. Son significativas, en este
período, las drásticas medidas que tomaron algunos
obispos al llegar a prohibir a los católicos el que
matricularan sus hijos en las escuelas públicas. Estaba en
juego el poder
de la religión católica sobre el control de la
educación. Por este motivo, el obispo Bermúdez
señalaba que: "no importa que el país se convierta
en ruinas y escombros si la bandera de la religión puede
elevarse triunfante"
Mientras los radicales se dividían, por el
contrario el partido conservador se unifica y de esta manera
llega a la presidencia Núñez(1880-1882), quien de
inmediato inicia el acercamiento con la iglesia; se expide la Ley
106 de 1880 que centraliza aún más la
educación en la capital. La Universidad Nacional
impartiría la educación secundaria y profesional y
el Poder Ejecutivo vuelve a nombrar profesores y funcionarios de
la institución.
Pero el gran cambio educativo que lidera
Núñez bajo los principios del partido conservador
se dan en su segundo período de gobierno (1884-1886). Es
precisamente, la Constitución de 1886 la que va marcar la
orientación educativa de todos los niveles de la
educación colombiana por más de un siglo junto con
el Concordato que se firma con el Vaticano en 1887.
3. La universidad bajo
el movimiento de la Regeneración: Cesa la
autonomía se centraliza la
universidad.1880-1903.
Hemos señalado que a un cambio político de
gobierno se daba de inmediato el cambio en la universidad. Por lo
tanto Rafael Núñez con la política
centralista restableció la relación Iglesia –
Estado y se aprobó la Reforma Constitucional de 1886 y el
Concordato. Una nueva concepción de universidad
entró en vigencia al establecer la universidad confesional
y al servicio del
partido de gobierno. La nueva Constitución dejaba sin
vigencia la de 1863. Podríamos señalar que en la
Constitución de 1863 predominó el federalismo, las
libertades individuales y la separación de la Iglesia y el
Estado. La de 1886, se caracterizó por el centralismo del
gobierno que "vigoriza" la autoridad, y la redefine las
libertades individuales; dio plenas garantías a la Iglesia
para dirigir la educación que sella con el citado
Concordato.
Hay que decir que el periodo de la Regeneración
en Colombia constituye uno de los proyectos
hispanoamericanos de constitución de nación en el
siglo XIX, mediante el cual se aspiró a ordenar y unificar
un país alrededor de un Estado autoritario y de la Iglesia
católica, en un territorio que se encontraba fragmentado
por las luchas civiles y difíciles condiciones
geográficas.
Aunque, propiamente, el período de la
Regeneración culmina en 1900, por extensión se
refiere al dominio
conservador que se ejerce hasta 1930. Al término de la
Guerra de los Mil Días, en 1902, se ensayaron dos esquemas
de reconciliación política: el quinquenio de
Rafael Reyes (1904-1909) y el republicanismo de Carlos E.
Restrepo (1910-1914), a partir de los cuales surgió la
hegemonía conservadora (1914-1930).
La Regeneración fue una curiosa fórmula
que integró "principios de liberalismo económico,
intervencionismo borbónico, antimodernismo del corte del
papa Pio IX, y un nacionalismo
cultural hispanófilo. El liberalismo económico se
expresó en apertura al capital extranjero, fomento a la
minería y a los ferrocarriles, y redistribución de
baldíos para la agricultura exportadora. El neoborbonismo,
en aumento de la fiscalidad, modernización del
ejército, creación de un banco central con
monopolio de emisión, y paternalismo frente a los
artesanos". El dilema que planteó Rafael
Núñez al país, para salvarlo de la
anarquía generada por los extremos del federalismo fue
"regeneración fundamental o catástrofe", receta que
trataba de resolver los problemas planteados por la
constitución liberal y federalista de 1863, mediante la
cual se habían otorgado gran cantidad de libertades
sociales, autonomía casi absoluta a las provincias con el
consecuente debilitamiento del poder central.
Para Miguel Antonio Caro (1843-1909), ideólogo
con Rafael Núñez de la Regeneración, la
tradición española y católica poseía
todo lo que los pueblos americanos necesitan, y debía
permanecer pura e incontaminada como la lengua. "Un proyecto de
nación que remite a la raíz hispánica y
católica es un proyecto excluyente de las mayorías
mestizas del país, por no mencionar a las poblaciones
indígenas, sobre las que recayó la fuerza de este
proyecto civilizador. Los saberes letrados, la fe
católica, el hispanismo serian dominio de unos pocos que
legitimarían con ello su derecho al poder. Fueron
efectivos en su rechazo a las ideas modernas, y privaron de ellas
a todos por medio de la educación religiosa que se
impartió a los pocos que tuvieron acceso, y por la total
negación de instrucción a los
demás".
Reiteramos que para Núñez y Caro la
inestabilidad política era consecuencia de los gobiernos
radicales. Por lo tanto, era necesario el control de la
universidad por parte del ejecutivo. Nuevamente, el presidente
nombra rector, profesores y funcionarios mediante terna del
Consejo Académico. Así mismo, bajo control del
Ejecutivo también quedó la reciente Escuela de
Minas de Medellín creada por la Ley 60 de 1886. Es curioso
que las universidades financiadas con capital privado salieron a
la palestra como un medio de libertad de cátedra y
opuestas a la regeneración. Se finaliza el siglo con el
Plan Zerda de 1892 que continuó con el control de la
universidad por parte del gobierno y se privilegiaba la
educación profesional sin vislumbrarse la universidad
investigativa.
Por otra parte, es relevante destacar que el joven
radical Nicolás Pinzón fundó el Externado de
Colombia en 1886, como un albergue para la juventud y los
profesores liberales, que habían sido excluidos de la
antigua Universidad Nacional. La fundación del Externado
se constituyó en el primer acto de oposición, en el
campo de la cultura, al largo período de la
dominación conservadora. Se inició con el Colegio
de literatura (bachillerato) y Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas. "Sus cátedras quedan en poder de un
brillante equipo de profesores: los hacendistas Salvador Camacho
Roldán y Aníbal Galindo; los civilistas Francisco
Montaña y Castro Vélez; los inflamados pensadores
del radicalismo Juan Manuel Rudas y Luis A. Robles; el
expresidente Largacha, el humanista Santiago Pérez, Felipe
Silva, Alejo de la Torre, Juan Félix de León… El
primer graduado en la nueva universidad es Tomás O.
Eastman, uno de los valores
más serios del pensamiento colombiano. Luego vienen Carlos
Arturo Torres, José Camacho Carrizosa, Tancredo Nannetti,
Ramón
Vanegas Mora, Ricardo Hinestrosa Daza, Lucas
Caballero".
Es importante señalar que, en 1894, Liborio Zerda
en su calidad de Ministro de Instrucción Pública,
presentó al Congreso un informe sobre la
marcha de la educación. En lo concerniente a las
Facultades Universitarias se refirió a las existentes en
ese momento y que estaban autorizadas para conferir
títulos de grado profesional, a saber, las Facultades de
Derecho y Ciencias Políticas, la de Matemáticas e
Ingeniería
Civil y la de Medicina. Con la misma autorización se
encontraban las Escuelas de Veterinaria y
de Minas. Respecto a las Universidades de los Departamentos, se
designaban como tales a los institutos de enseñanza
secundaria y profesional establecidos en Cartagena,
Medellín y Popayán, formados de las Facultades de
Letras y Filosofía, de Derecho y Ciencias Políticas
y de Medicina, que eran sostenidos con rentas propias de los
Departamentos y con una subvención del Tesoro
público de $12,000 anuales para cada uno.
En el ambiente de la
Regeneración, la Universidad Nacional fue satanizada por
su posición crítica, al mismo tiempo que se le
imputaba la causa de la inestabilidad política y del
malestar social que rodeó el proceso de
implantación de la nueva Constitución de 1886. Por
ello, la Universidad regresó al control directo del Estado
y perdió tanto su limitada autonomía como su unidad
académica. Es sólo hasta los años 20, cuando
la Universidad reacciona recogiendo los ideales del movimiento
universitario de Córdoba, hasta renacer con nuevo
ímpetu, bajo la República Liberal de Alfonso
López Pumarejo.
Por otra parte, la Universidad de Cartagena,
única institución de educación superior del
Estado Soberano de Bolívar, ofrecía los programas de
Filosofía y Letras, Medicina y Jurisprudencia. En su
funcionamiento interno existía un sistema de becas para
estudiantes internos, en el cual se le asignaban
proporcionalmente los cupos de becarios a las provincias que
integraban el Estado; así mismo, la Universidad fue vista
por mulatos, negros y provincianos como un medio de movilidad
social y de reconocimiento político, social y
cultural.
Rafael Núñez, quien había sido su
rector en el periodo 1852 – 1853, llamaba la
atención, en 1883, sobre la necesidad de impulsar en la
universidad estudios orientados a satisfacer las necesidades de
la naciente economía industrial: "El hecho alarmante de
encontrarnos cada día con más generales y doctores,
a la vez que con menos empresas
sólidas de producción, por carecer de los primeros
elementos del trabajo útil". Aparecen como escuelas anexas
la del Bello Sexo y la
Náutica; en 1895 se creó la Escuela de Medicina
Tropical de Bolívar, la facultad de Veterinaria y
la Escuela de Odontología.
La Universidad del Cauca, después de iniciar
funciones en el año de 1827, en el antiguo convento de
Santo Domingo, con dieciséis cátedras de
teología, filosofía y derecho, al llegar el
año de 1850, juntamente con las demás
universidades, fue transformada en Colegio Provincial,
carácter y denominación con que continuó
hasta el año de 1883, en que recuperó su anterior
calidad de Universidad. Por la ley 126 de 1890 se le
reconoció la facultad de expedir títulos
profesionales y se reorganizó el consejo universitario.
Según el análisis hecho por Arcesio Aragón,
con esta ley se dio el primer paso hacia el régimen de la
autonomía universitaria, que será "ampliamente
concedido por la ley 39 de 1903".
Hay que decir que, al finalizar el siglo, la juventud
abandonó la Universidad y se incorporó a la guerra.
Terminada esta confrontación, el gobierno conservador
decidió reglamentar el sistema
educativo dentro de su afán de modernizar y
centralizar. Se expidieron la Ley Uribe o Ley 39 de 1903 y el
Decreto 491 de 1904, legislación que reorganizaba la
Instrucción Pública, con el fin de "prepararles
mejores días y más claros horizontes a las
generaciones nacientes". Esta ley reiteró el papel de
primer orden de la religión católica en la
instrucción pública, buscó incorporar la
enseñanza agrícola, industrial y comercial en todos
los niveles de la instrucción primaria, secundaria y
profesional – como "las tres fuentes de la riqueza
pública y privada", impuso mecanismos que apoyaran la
unidad nacional, estableció claros dispositivos de control
sobre maestros y alumnos, y determinó la distribución compartida del financiamiento
educativo entre la nación, los departamentos y los
municipios.
Es importante, señalar que en Colombia, el siglo
XX se inicia con la derrota de la burguesía revolucionaria
en la citada guerra de los mil días y con la toma de
Panamá por parte de estados Unidos en 1903. Y,
después de haber sufrido al finales de siglo cuatro
guerras civiles: 1876; 1885; 1895; y la citada de los mil
días de 1899 a 1903. Por otra parte, es significativo que
se inicia el periodo de industrialización. Se
establecieron ferrerías, cervecerías,
fábricas de calzado y el café
inicia su carrera para convertirse en la principal fuente de
exportación. Un hecho que no puede pasar
inadvertido es que surgen los primeros elementos de la clase
obrera moderna.
En materia de
educación superior, la Ley Uribe estableció que la
enseñanza profesional debía ser "clásica,
severa y práctica" y debía descansar sobre la base
de la educación moral y religiosa, y destacó la
importancia de la Escuela Nacional de Minas y de la
formación de ingenieros.
Quizá, quien describa mejor la Ley Uribe sea
Germán Arciniegas en el Proyecto de Ley sobre la
creación de la Universidad Colombiana, presentado a la
Cámara de Representantes en 1933, se expresaba así
acerca de esta ley: "Hay quienes piensan que la Ley de 1903
significa algo en el avance de la instrucción
pública. Esa Ley, que vino a aceptar dócilmente el
yugo que se le impuso a la Universidad en un momento de
reacción política, carece en absoluto del sentido
noble que ha henchido las cartas
fundamentales de las Universidades en todo el mundo. Una partida
de Códigos y de publicaciones oficiales en donde esta Ley
aparece como el principio de una era feliz, no hacen sino ocultar
la médula del problema y pasar de largo sobre lo que era
fundamental: la Ley de 1867. La Ley de 1903 es un sistema,
ciertamente, pero un sistema sumiso, concebido para sancionar lo
que era un vicio de la democracia".
El Decreto 491 de 1904 fijó los programas de
estudio en las facultades y consagró el principio de la
"autonomía", característica difícilmente
practicable por la universidad dada la dependencia que
ésta mantenía del ejecutivo, tanto a nivel del
nombramiento de rectores y profesores como de las rentas que
dependían de la voluntad estatal. En 1906, el General
Reyes expidió el Decreto 182 por el cual se reglamentaron
los estudios de la Facultad de Ingeniería, enfatizando en
una enseñanza práctica y acorde con las necesidades
del país y de los adelantos de la ciencia. Para ello el
Consejo "revisará en sus reuniones ordinarias los
ejercicios analíticos, gráficos y prácticos ejecutados por
los alumnos durante el mes y aplicará rigurosamente la
sanción a que se hagan acreedores los alumnos que no hayan
presentado sus trabajos". Esta medida posiblemente
correspondió más al afán progresista de
Reyes, quien era un conocedor de las riquezas naturales del
país, por sus actividades de exploración y
colonización con la Compañía Reyes
Hermanos.
Durante el período regenerador, la única
universidad pública que se creó en país fue
la Universidad de Nariño, la cual nació junto con
la creación del Departamento de Nariño en 1904. En
consonancia con el espíritu modernizador que impregnaba al
país en el quinquenio de Reyes, esta universidad
fundó, junto a la Facultad de Derecho, la Facultad de
Matemáticas e Ingeniería, como un puntal para el
desarrollo regional, a imagen y
semejanza de la Escuela de Minas de Medellín.
Desafortunadamente, con el cambio en el gobierno departamental,
la nueva dirigencia regional no supo comprender y defender este
símbolo de progreso y sucumbió al final de la
primera década del siglo XX.
El planteamiento de una universidad "científica,
moderna, experimental, actual y evolutiva" se señala en un
discurso del
General Rafael Uribe Uribe en 1909 ante el Congreso de la
República. El General reforma la Universidad Nacional en
su propuesta del 9 de agosto de 1911 donde presenta la
autonomía para esta institución.
Se puede decir que con la hegemonía conservadora,
la universidad colombiana siguió anquilosada en los
dogmatismos, las materias inocuas, la ausencia de
investigación o de pensamiento científico y el
apego a las exigencias de la iglesia. El entorno nacional, por el
contrario, veía surgir el capitalismo en
el plano económico, la difusión del marxismo en el
plano político, el nacimiento del proletariado y el
ascenso de la burguesía en el plano social; a nivel
latinoamericano, el movimiento reformista de Córdoba en
1918 puso en marcha a la juventud para conseguir transformar la
universidad y la nación. Para la universidad se
pedía libertad de cátedra, participación
estudiantil en el gobierno universitario y popularización
de la cultura, para la nación se pedía democracia y
justicia
social.
El movimiento por la reforma de la universidad se da
tardíamente en Colombia y con muy poca fuerza, dado el
encerramiento en que había mantenido al país, la
hegemonía conservadora, cuidando especialmente de que los
vientos reformadores no tocaran los claustros universitarios. Sin
embargo, la revista
Universidad fundada por Germán Arciniegas, a
comienzos de los años 20, empieza a mover la
opinión acerca de la urgencia de vincular a los
estudiantes entre sí y expresar sus opiniones en congresos
y plataformas de lucha. Consecuencia de los movimientos que se
suscitaron fue la muerte del
estudiante Gonzalo Bravo Pérez, el 8 de junio de 1929, en
el gobierno de Miguel Abadía Méndez.
El siglo XIX se cacterizó por ser el
período histórico de buscar la identidad como
nación y de buscar la conformación de un Estado
republicano con la concepción de los dos partidos
tradicionales: liberal y conservador que se organizaron en este
siglo. El primero, representado por Santander y el segundo, por
Bolívar. Cada partido, con la ideología que fue estructurando, en los
períodos de gobierno que ganaron, precedida en su gran
mayoría por una guerra civil, establecieron su
Constitución y con ésta su pensamiento sobre la
educación y la universidad.
El primer período de análisis se localiza
en "La universidad Republicana: 1826-1843". Es relevante destacar
que desde la independencia, en 1819, se aprobaron ocho
Constituciones y con ellas una nueva orientación frente a
la universidad. En este período Bolívar y Santander
marcaron la pauta política frente a la organización
de la nueva universidad. Lo significativo en los puntos
convergentes fue el "Patronato del Estado"con un marcado
centralismo. Las divergencias se centraron en la
concepción del currículo. La reforma fundamental de
este período fue la de Santander en 1826.
Según se establece, el período de los
"Inicios de la modernidad en la universidad: 1842-1880" se
caracteriza porque la universidad presentó reformas
sustanciales a través de los ideólogos del momento.
Entre las más significativas podemos señalar la de
Mariano Ospina Rodríguez en 1842; la de José
Hilario López de 1850; la de José María
Samper en 1867; La reforma educativa de 1870. Lo peculiar en este
período es la ruptura que se da en el gobierno de
José Hilario López donde las universidades pierden
el poder de centros del saber. Este hecho se manifiesta no
sólo en Colombia sino también en una gran parte de
los países de América Latina a donde llegaba la
misma filosofía inglesa y francesa que propugnaba la
máxima de la libertad individual. Así mismo, la
creación de la universidad Nacional en 1867. Lo
significativo es el hecho que con un gobierno de Radicales en el
contexto Nacional la Provincia de Antioquia, bajo el gobierno del
conservador Pedro Justo Berrío, establece la universidad
de Antioquia en 1871 respondiendo de esta manera a los liberales
que habían organizado la universidad Nacional en el citado
año de 1867.
El último período de análisis, que
se establece en el siglo XIX, es el de "La universidad bajo el
movimiento de la "Regeneración: Cesa la autonomía y
centraliza la universidad.1880-1903". Lo significativo, del
período fue la reforma de 1886 dentro de la
Constitución Nacional que perduraría, en los
principios fundamentales, hasta la reforma educativa y
Constitución de 1991.
Hay que decir, que la universidad colombiana a
través de las citadas reformas educativas adaptó en
los diferentes momentos las corrientes filosóficas y del
pensamiento que estaban en la palestra educativa en Europa.
Especialmente, la inglesa y francesa. Merece especial
mención la polémica por la enseñanza de los
textos de Bentham. La defensa del jurista inglés la
asumieron los liberales frente a los conservadores que lo vetaron
junto con el clero que al unísono lo identificaron como el
orientador de la pérdida de sus privilegios en la
educación.
Podríamos decir, que fue una preocupación
general de los dos partidos el someter la universidad al control
del Estado y que ésta obedeciera a las necesidades de
formación industrial que necesitaba la nueva sociedad.
Quizá, la reforma que más se acerca a estos
criterios y de impulsar la educación técnica sea la
de Mariano Ospina en 1842.
Por otra parte, la autonomía señalada por
Santander en el gobierno universitario pronto se perdió
dentro del centralismo y el afán por controlar esta
institución. El currículo nunca fue motivo de
discusión por los estamentos universitarios. Este se
reglamentó desde el gobierno central.
Igualmente, el criterio de los concursos docentes
propuestos desde 1826 sufrió variaciones desde el citado
control por parte del ejecutivo. A los estudiantes se les
reglamentó el ingreso, exámenes y grados. Una
característica peculiar es que los estudiantes estuvieron
siempre presentes en las diferentes guerras civiles a las cuales
se vincularon activamente. Por otra parte, la universidad fue
casi gratuita hasta la reforma de Ospina donde generalizó
el pago por los derechos de exámenes
y de grados.
En definitiva, el siglo XIX se caracteriza por un
proceso de formación de un nuevo Estado que fuese
anticolonial y que obedeciera a los principios
político-filosófico-económicos del partido
gobernante. Lo peculiar, es que los regímenes liberales se
enfrentaron con la Iglesia católica en el proceso para
determinar, principalmente, el control sobre la educación
y la secularización de la misma. Por el contrario, los
conservadores continuaron con legado colonial de considerar la
Iglesia católica como uno de los principales elementos de
unidad nacional. Se finaliza el siglo con el triunfo de la
ideología conservadora y con ésta el de la Iglesia
católica a través del Concordato. La
reacción liberal fue la de crear universidades con capital
privado. Sin embargo, se inicia el siglo XX en medio de la
denominada "guerra de los mil días". Y, según se
establece, la universidad no estuvo ajena a las guerras de los
partidos
políticos y a los proyectos por incluir en el
currículo las carreras técnicas. Pero, en este
sentido, el cambio curricular que tenía como objetivo
modernizar la universidad no se logró porque el
déficit permanente en las finanzas
universitarias fue el principal oponente.
.
Elaborado por
Diana Soto Arango
Directora Proyecto "Historia y prospectiva de la
universidad Latinoamericana". Dirección de
Investigaciones. Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia. Código:
9005-093. Co-ordinadora Grupo: Historia de la Universidad
Latinoamericana".HISULA.Código Colciencias COL0011868.
Pertenece a varios grupos de investigación de historia de
las universidades, entre otros "Historia del Colegio Mayor del
Rosario".