Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

De los valores comunes en las economías desarrolladas al valor de la ética en el ejercicio de la ingeniería



    1. La actitud y la cultura: la marca
      que hace la diferencia entre los llamados países pobres
      y países ricos
    2. Valores comunes asociados a las
      economías desarrolladas y altamente innovadoras. La
      confianza como valor clave
    3. Paradigmas de esta
      época, basados en valores, para las organizaciones
      (valores paradigmáticos)
    4. Responsabilidad social de la
      ciencia y la tecnología
    5. De los valores y las bases
      normativas del ejercicio ingenieril
    6. Hacia un código de
      ética para ingenieros y la responsabilidad del
      ingeniero
    7. Sobre la educación en
      valores, la formación ética y la
      moral
    8. El asunto de los valores, la
      ética, la moral y el riesgo. La Sociedad del
      riesgo
    9. A manera de
      conclusión
    10. Bibliografía

    Introducción

    Son muchos los factores a tener en cuenta para explicar
    el porque de la diferencia tan enorme entre los países con
    economías fuertes, ricos, y altamente desarrollados y los
    países con economías débiles, inestables,
    pobres y en vías de desarrollo,
    por decir lo más, ya que tendríamos que hablar de
    países infradesarrollados. Por supuesto que hay aspectos
    muy notorios de esa diferencia en cuanto a lo económico,
    lo cultural, lo tecnológico, lo social, lo
    político, etc., y que pueden ser abordados desde diversas
    perspectivas, desde la sociología, la economía, la psicología, la
    filosofía, entre otras disciplinas, pero hay uno en
    particular que vamos a abordar aquí y es el que tiene que
    ver con la actitud de los
    ciudadanos de las naciones.

    El aspecto de la actitud lo analizaremos en
    relación con el conjunto de valores
    comunes que comparten los habitantes de una nación
    y que marcan la diferencia entre los países de
    economías ricas y economías pobres. Una vez hecho
    esto se hace un abordaje sobre el importante y crítico
    asunto de la ética, en especial, referida al ejercicio de
    las profesiones de la ingeniería, en lo que denominamos
    ética ingeniería para referenciar, luego, lo que es
    un código
    de ética planteado desde el seno de las organizaciones
    gremiales que agrupan a los ingenieros de determinada
    especialidad.

    Finalmente se hacen algunos planteamientos en torno a la
    necesidad de una educación en valores
    y la formación ética, en los programas de
    formación tecnológica y de ingeniería, y la
    manera como este asunto de los valores y la ética se
    relaciona especialmente con el tema del riesgo, otro
    elemento sensible para la sociedad
    contemporánea.

    1. Alguna vez circuló por el Internet una
      comunicación que hablaba sobre
      ’la diferencia que marca la diferencia’
      entre
      los países ricos y los países pobres, creo que
      quizás era de una empresa
      llamada Consulting Group S.A. del Paraguay,
      pero no tengo certeza absoluta sobre dicha autoría.
      La
      comunicación es bien interesante para el análisis del presente trabajo,
      por lo cual la voy a transcribir textualmente, con agregados
      entre corchetes de mi autoría, así:

      "Los deseos primarios de todo ser humano [en
      nuestra sociedad occidental] son, en general, ganar
      más dinero,
      progresar y ser felices. Una forma efectiva,
      [seguramente
      muy discutible], de lograr estos anhelos es siendo ricos.
      Así como hay personas pobres y personas ricas hay
      países pobres y países ricos.

      La diferencia entre los países pobres y
      los países ricos no es la antigüedad del
      país. Lo demuestran casos de países como
      India y
      Egipto,
      que tienen miles de años de antigüedad y son
      pobres. En cambio,
      Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150
      años eran casi desconocidos son, sin embargo, hoy
      países desarrollados y ricos. La diferencia entre
      países pobres y ricos tampoco es los recursos
      naturales con que cuentan
      [y que hoy en día se
      ha demostrado que la nueva riqueza de las naciones es
      el
      conocimiento y no los recursos
      naturales, ni los bienes de
      capital,
      ni la mano de obra barata], como es el caso de Japón que tiene un territorio muy
      pequeño y el 80% es montañoso y no apto para la
      ganadería y la agricultura; sin embargo, es la segunda
      potencia
      económica mundial pues su territorio es como una
      inmensa fábrica flotante que recibe materiales
      de todo el mundo y los exporta transformados, también
      a todo el mundo logrando su riqueza
      [algo similar a lo
      que sucede con la isla de Taiwán].

      Por otro lado, tenemos una Suiza sin
      océano, pero tiene una de las flotas navieras
      más grandes del mundo; no tiene cacao pero exporta el
      mejor chocolate del mundo; en sus pocos kilómetros
      cuadrados, pastorea y cultiva solo cuatro meses al año
      ya que el resto es invierno, pero tiene los productos
      lácteos de mejor calidad de
      toda Europa al
      igual que Japón no tiene recursos naturales, pero da y
      exporta servicios,
      con calidad muy difícilmente superable, es un
      país pequeño que ha vendido una imagen de
      seguridad,
      orden y trabajo, que lo han convertido en la caja fuerte del
      Mundo. Tampoco la inteligencia de las personas es la
      diferencia
      [y hasta el momento no hay diferencias en la
      capacidad craneal ni en los cerebros entre las personas de
      las diferentes regiones del mundo], como lo demuestran
      estudiantes de países pobres que emigran a los
      países ricos y logran resultados excelentes en su
      educación. Otro ejemplo son los ejecutivos de
      países ricos que visitan nuestras fábricas y al
      hablar con ellos nos damos cuenta de que no hay diferencia
      intelectual.

      Y tampoco es la raza lo que marca la
      diferencia
      [como además lo demostró el
      descubrimiento del genoma humano al determinar que no hay
      diferencias entre las razas], pues en los países
      centro europeos o nórdicos vemos como los llamados
      "vagos del sur" demuestran ser la fuerza
      productiva de estos países, no así en sus
      propios países donde nunca supieron someterse a las
      reglas básicas que hacen a un país
      Grande."

      De acuerdo con lo planteado en las líneas
      anteriores, es la ACTITUD de las personas, por
      una parte, lo que marca la diferencia. Al analizar la
      conducta
      de los habitantes de los denominados países ricos, se
      evidencia que buena parte de la población sigue un conjunto de valores
      o reglas como común denominador. Por otra parte, es
      la CULTURA, el otro aspecto que marca diferencia,
      teniendo en cuenta que el tipo de actitud frente al
      desarrollo, que asume una población, está en
      relación directa con las tradiciones y la cultura que
      ella tiene y que va, indefectiblemente ligada a la capacidad
      de innovación de una nación, con lo cual podemos afirmar que
      la INNOVACIÓN es una característica de
      una economía desarrollada. Pero, qué cosa es la
      cultura?

      En palabras de Clara-Eugenia García
      ("Innovación y cultura: la relevancia de la
      cultura: "Una cultura efectiva se caracteriza, sobre todo,
      por un fuerte contenido moral
      capaz de superar las restricciones impuestas por distintos
      acuerdos y sistemas de
      control formales y capaz, también, de gestionar de
      forma eficaz las altas dosis de incertidumbre que
      caracterizan al proceso de
      innovación. La cultura puede no sólo predecir
      la capacidad para adoptar innovaciones, sino funcionar como
      factor crítico en la articulación de la
      creatividad que todo proceso de
      innovación
      [y de cambio cultural y
      tecnológico] requiere. La estrecha relación
      entre innovación y cultura no es solamente una
      observación empírica , sino que
      es, además, relevante desde el punto de vista
      teórico".

      La actitud y la cultura son, pues, la marca que hace
      la diferencia entre los países denominados "ricos" y
      los denominados "pobres".

    2. La actitud y la
      cultura: la
      marca que hace
      la diferencia entre los llamados países pobres y
      países ricos
    3. Valores comunes
      asociados a las economías desarrolladas y altamente
      innovadoras. La confianza como valor clave.

    Un conjunto común de valores

    Las reglas o valores de los que habla la
    presentación de Consulting Group, referidos a la actitud
    como diferencia, son los siguientes:

    • La Moral como principio básico o
      principio rector.
    • El Orden y la Limpieza
    • La Honradez (algunos hablan de honestidad)
    • La Puntualidad
    • La Responsabilidad
    • El Deseo de Superación
    • El Respeto a la ley y los
      reglamentos
    • El Respeto por el derecho de los
      demás
    • El Amor al trabajo
    • El afán por el Ahorro y la
      Inversión

    No se requerirían más leyes.
    Bastaría con cumplir estas diez simples reglas de
    comportamiento. En la mayoría de los
    países pobres, sólo una mínima (por no
    decir que una nula) parte de la población sigue estas
    reglas en su vida diaria personal o
    colectiva. No se es pobre porque a un país le falte
    riquezas naturales, o recursos energéticos, o porque la
    Naturaleza
    haya sido cruel y se haya ensañado con el territorio;
    simplemente, falta el carácter suficiente para cumplir con
    estas premisas básicas del funcionamiento de una
    sociedad.

    Ahora bien, si tratáramos de establecer un
    conjunto de valores universales que sirvieran como principio
    rector para el desarrollo de una nación,
    podríamos plantear (Gómez Uranga, Mikel.
    "Notas de curso de Doctorado ‘Estudios de Ciencia y
    Tecnología y Gestión de la Innovación Tecnológica’)

    los siguientes:

    • Confianza
    • Compromiso
    • Respeto
    • Entusiasmo
    • Tolerancia
    • Flexibilidad
    • Voluntad de superación
    • Lealtad
    • Humildad
    • Cooperación
    • Responsabilidad
    • Solidaridad

    Sobre la confianza

    En el mundo de la economía, los negocios y
    el empresarismo los más utilizados son la CONFIANZA y
    la LEALTAD.
    Siguiendo con Clara-Eugenia García, ella
    destaca que para lograr un determinado nivel de desarrollo
    tecnológico resultan imprescindibles ciertos niveles de
    confianza y que ésta es un ingrediente fundamental y
    común de ciertas culturas o sistemas
    colectivos de creencias, valores y comportamientos dominados
    por la idea de cambio. Más aún, la cultura
    y los valores en los que se basa el cambio técnico y la
    innovación se refieren a la cultura del cambio
    frente a patrones de comportamiento basados en la
    estratificación, inercia y preservación del orden
    formal establecido. En este sentido, es posible establecer una
    clara diferenciación entre culturas en las que existen
    fuertes niveles de confianza, y que son capaces de soportar el
    cambio y la incertidumbre asociada, de aquellas otras
    organizaciones y sociedades
    en las que los bajos niveles de confianza explican la fuerte
    resistencia al
    cambio y baja tolerancia a la
    incertidumbre (Shane, 1995).

    Queda evidenciado, entonces, que la confianza es un
    elemento esencial de la cultura empresarial, con importantes
    efectos en la articulación del sistemas y estrategias de
    innovación que caracterizan a las empresas. De
    hecho, la relación estrecha entre cultura e
    innovación, que caracteriza a los países
    desarrollados tecnológicamente, explica la emergencia y
    consolidación de sistemas locales y regionales de
    innovación como lo demuestra la experiencia de Silicon
    Valley. Algo común a los estudios y análisis
    sobre el papel y el valor de la confianza es el reconocimiento
    de la misma como un rasgo cultural. De acuerdo con
    Clara-Eugenia García, la confianza no puede crearse como
    resultado de un esfuerzo intencional basado en los
    cálculos (o especulaciones) sobre los potenciales
    beneficios que pudieran obtenerse de la cooperación.
    Esta dimensión cultural de la confianza es clave y se
    relaciona claramente con la formación de un conjunto
    de creencias y valores comunes
    que permiten dotar de
    identidad a
    las acciones
    colectivas y garantizar, así, que las acciones
    individuales sean coherentes sin tener que recurrir a
    mecanismos de control.

    Clara-Eugenia García, caracteriza la confianza
    por los siguientes rasgos:

    • Se identifica con el conjunto de creencias de los
      individuos y no necesariamente con sus acciones o
      comportamientos}
    • Se refiere a las expectativas acerca de la
      conducta de la otra parte por lo que tiene una tremenda
      influencia en la toma de
      decisiones por parte del agente que
      confía.
    • Emerge como ingrediente fundamental en todas
      aquellas relaciones en las que la complejidad de las relaciones
      y la incertidumbre de los resultados impide el establecimiento
      de acuerdos contractuales y sistemas de control
      formal.

    Así las cosas, y dado que estamos hablando de
    la diferencia entre los habitantes de las naciones con niveles
    distintos de desarrollo, en donde las de mayor nivel exhiben un
    conjunto de valores comunes y en donde la confianza es,
    quizás, uno de los más importantes, es buen
    resaltar que la confianza aplicada a las relaciones que tienen
    lugar en el interior de la empresa,
    así como loas que suceden entre empresas, en sentido
    vertical y horizontal, se refiere, básicamente a:
    confianza respecto a las habilidades, competencias y
    conocimientos individuales o de grupo o
    empresa;
    confianza en relación con las intenciones y confianza en
    el grado de compromiso. Siendo la confianza un ingrediente
    esencial de la cultura de la innovación, queda claro que
    la innovación es un proceso que requiere un fuerte nivel
    de compromiso emocional entre todos los miembros de la
    organización, es decir, un gran nivel de
    confianza.

    Las cartas de
    valores

    Muchas empresas tienen un declaración de
    misión y
    de visión que constituyen su carta de
    navegación y su perspectiva de futuro, respectivamente,
    para cumplir con su propósito o razón de ser.
    Adicionalmente, algunas empresas incluyen cartas de derechos y deberes y carta
    de valores que pretenden incorporar a la cultura de la organización. A manera de ilustración, veamos la carta de
    valores de MAIER (en España),
    extraída del texto de
    Alonso Vázquez ("El modelo vasco
    de transformación empresarial"):

    • Crear un sistema basado
      en la confianza en las personas
    • Hacer de las comunicación interna y de la
      formación los pilares para gestionar el
      cambio
    • Flexibilidad, un concepto
      clave.
    • Preocupación activa por el cliente y en
      consecuencia por la propia empresa a todos los
      niveles
    • La persona que
      ejercita la labor diaria es la que mejor puede conocer el
      puesto de trabajo
    • La creatividad no tiene correlación directa
      con el nivel de formación
    • La creatividad potenciada por el equipo
      "Hobetalde" y aplicada a la mejora en todos los niveles
      proporciona un mayor rango competitivo
    • La participación es más importante
      que la "aparente" rapidez
    • Respeto mutuo: respetar y hacerse respetar. El
      quebrantar este principio puede inviabilizar el mejor plan de
      mejora.
    • Autocrítica. Reconocer el error, aprender
      del error
    • La empresa en permanente equilibrio
      inestable
    • Para enfrentarse al reto competitivo tenemos que
      recurrir a todas las capacidades de creatividad y conocimiento.

    Obsérvese como la confianza aparece
    aquí, y puede parecer coincidencial, pero es justo, el
    primer valor de la carta.

    Las leyes no bastan

    En el primer apartado decíamos que no se
    requieren más leyes sino cumplir con las reglas o
    valores básicos que fueron enunciados. Hay quienes, como
    en un escrito de Mario Bunge ("Las leyes no bastan"),
    sostienen que las raíz de los males en la sociedad
    actual es que se ha minando la confianza y la raíz de
    este y otros males es el egoísmo. Cada cual se ocupa de
    sus propios intereses, lo cual es perjudicial incluso para los
    negocios. Si bien los economistas nos dicen que en el mercado
    libre todo empresario
    debe procurar maximizar sus beneficios (en teoría), en la práctica no puedes
    hacer negocios en forma sostenida sin dar ni confiar. Tus
    clientes deben
    poder
    confiar en ti, tanto como tú debes poder confiar en
    ellos. Incluso tus competidores tienen que poder confiar en que
    nos les harás malas jugadas (competencia
    desleal). En un país pueden existir leyes que
    impidan que la gente actúe todo el tiempo como
    un pillo, pero ello no es suficiente. Es más,
    paradójicamente, a mayor cantidad de leyes para
    impedirlo, mayor nivel de desconfianza ya que se da por hecho
    que todos son culpables hasta que no demuestren su inocencia.
    Como consecuencia de esto hay más inspectores y abogados
    que técnicos e ingenieros y más tribunales que
    museos y escuelas técnicas. Es más, pareciera que
    esta proliferación de reglamentos, inspectores, abogados
    y jueces es parte del problema- Hay demasiadas leyes y reglas
    externas y no hay bastantes normas internas
    y morales. No hay valores, y como bien se sabe, hecha la ley,
    hecha la trampa. La ley ha desplazado a la moral, y
    es así como nos encontramos con leyes inmorales, pero
    son las leyes y hay que acatarlas pero están
    desconectadas de los valores que las deberían sustentar.
    Así, nos encontramos que una sociedad de egoístas
    es una sociedad de enemigos mutuos que se acechan y trampean y
    combaten entre sí. La raíz del mal es, entonces,
    el egoísmo.

    Parte del camino hacia el desarrollo de una
    nación se dará cuando la gente comprenda que, a
    la larga, la inmoralidad no es rentable y que la desconfianza
    es un lastre que bloquea cualquier posibilidad de desarrollo.
    El asunto no es tener más leyes y reglamentos sino
    más moralidad,
    más valores, más ética si se quiere.
    Aquí surgiría una pregunta: se requerirá,
    por consiguiente, multiplicar o incrementar los cursos de
    ética? Pues bien, la respuesta puede ser afirmativa. Es
    más, es interesante notar como la famosa Harvard
    Business School ha terminado por incorporar cursos de
    ética en sus programas de estudios. Ha comprendido que
    es preciso persuadir a los futuros empresarios que la
    deshonestidad es, definitivamente, un mal negocio. Pero esto no
    basta, hay que generar una cultura en el conglomerado social de
    tal suerte que le educación moral comience por casa.
    Sobre el asunto crucial de la ética volveremos
    posteriormente.

    1. Paradigmas de
      esta época, basados en valores, para las organizaciones
      (valores paradigmáticos). Conceptos y paradigmas
      en torno a la tecnología

    Valores paradigmáticos

    En la nueva economía, la economía
    globalizada y digital de hoy, es decir, en la economía
    de bienes y servicios basados en conocimiento y de alto
    contenido tecnológico, se plantea el problema de la
    competitividad como requisito para la
    sostenibilidad. De este modo, se habla de que las empresas del
    futuro son aquellas que operan bajo las claves de la
    anticipación (prospectiva), la innovación y la
    excelencia (calidad). Ya hemos visto como la innovación
    es una característica de las naciones más
    desarrolladas, y que ella va ligada a una cultura colectiva. A
    su vez, la cultura está conectada con la actitud y con
    un conjunto común de valores. Existen una serie de
    palabras, de acuerdo con Joel Arthur Barker ("Paradigmas: el
    negocio de descubrir el futuro")
    que representan ciertos
    paradigmas culturales, asociados a valores (valores
    paradigmáticos) que entrañan ciertas reglas,
    disposiciones y límites,
    que se encuentran implícitos y que se requiere seguir,
    por parte de una organización, para obtener el éxito. Veamos el conjunto general, y
    resaltamos con negrita, las palabras referidas, de alguna
    manera, a valores: teoría, modelo, metodología, principios,
    estándares, protocolo,
    rutinas, suposiciones, convenciones, patrones,
    hábitos, sentido común, sabiduría
    convencional, estado
    mental, valores, marcos de referencia, tradiciones, costumbres,
    prejuicios, ideología, inhibiciones, supersticiones,
    rituales, compulsiones, adicciones,
    doctrina, dogma,
    entre otros.

    Antes de terminar este apartado y de mencionar el
    aspecto de los valores en relación con la tecnología, conviene tener en cuenta
    algunas tendencias de esta época y que afectan la
    actitud, la cultura, la innovación y, en general, los
    valores comunes: la regionalización de la economía
    mundial, calidad por todas partes, celebración de la
    diversidad, equipos de
    trabajo autogestionarios, la propiedad
    intelectual como clave para la riqueza, educación
    según las aptitudes, entre otros.

    Valores en relación con la
    tecnología

    Ahora que nos encontramos en una época de
    grandes cambios, nos vamos a referir a los juicios de valor que
    usualmente el común de la gente lanza en relación
    con una tecnología considerada de mala calidad, de mal
    servicio y
    deficiente soporte, o al lanzar un concepto cualitativo para
    describir los productos provenientes de países con "mala
    trayectoria" en este sentido. Veamos las palabras utilizadas,
    de acuerdo con Barker: baratija, insignificancia, barato,
    mala calidad, poco confiable, poca tecnología,
    minucia, destartalado, hechizo, segunda categoría,
    falsificación, deficiente, segunda elección, su
    peor elección, malo, copia, tercera elección,
    imitación, frusilería, imperfecto,
    entre
    otros. En cambio, el juicio de valor cambia diametralmente
    cuando se trata de juzgar un producto de
    buena calidad y de confianza y a su país de origen:
    alta calidad, grado de calidad, muy confiable, el
    mejor del mundo, buena calidad, primera categoría,
    excelente, cero defectos, barato, líder
    mundial, copia, primera elección, complejo, innovadora,
    la mejor compra, alta tecnología.

    Obsérvese de nuevo, como está incluido
    aquí el aspecto de la confianza. Para que haya
    innovación reconocida, debe haber confianza, y este
    valor se incorpora al proceso de innovación de una forma
    tal que se evidencia en los valores corporativos y en la
    cultura de la gente que la desarrolla. En consecuencia, podemos
    establecer un nuevo conjunto de conceptos incorporados en la
    cultura corporativa de las organizaciones altamente
    innovadoras, de excelencia y anticipativas:

    • Todo resulta bien la primera vez
    • Todos intentan hacerlo mejor mañana que
      hoy
    • Las necesidades del cliente se satisfacen de
      manera permanente
    • Los productos funcionan mejor, duran
      más
    • El desperdicio desaparece del
      sistema
    • La gente ama su trabajo.

    En síntesis, la aceptación de una
    tecnología es algo que está ligado a la confianza
    en ella, y en la empresa que la produce así como a la
    percepción sobre la capacidad innovadora
    de la organización y del país al que
    pertenece.

    1. Antes de entrar en el tema de los valores en
      relación con la ética ingenieril, y la adopción de las normas de conducta
      dirigidas a crear códigos de ética en
      colectividades responsables del desarrollo y
      aplicación de tecnología, hagamos un breve
      comentario en torno al problema de la responsabilidad social de la ciencia y
      la tecnología. Una de las preocupaciones fundamentales
      en el trabajo
      investigativo ha sido el problema de los valores en las
      prácticas científicas y tecnológicas,
      para lo cual cabría preguntarnos sobre la responsabilidad social que le cabe a la
      ciencia y a la tecnología en el mundo
      contemporáneo. Este es, en realidad, en palabras de
      León Olivé (de la UNAM), uno de los problemas
      cruciales que se plantean en los estudios de ciencia,
      tecnología y sociedad, y en la filosofía de la
      ciencia, por la manera en que el desarrollo científico
      y tecnológico está afectando a nuestras
      sociedades contemporáneas; incluso a las que en un
      sentido tienen aparentemente un menor desarrollo
      científico y tecnológico, como son las
      sociedades de nuestros países de América
      Latina.

      Sin duda, nuestras organizaciones sociales y
      nuestras formas de vida individuales están siendo
      altamente afectadas. Hoy los desarrollos tecnológicos
      pueden tener efectos muy importantes, y Olivé
      considera que no hemos desarrollado una cultura de
      reflexión sobre si esos efectos nos parecen aceptables
      o no; aceptables desde un punto de vista ético. No
      obstante, también es necesario reflexionar sobre otro
      tipo de valores que pueden ser religiosos, económicos,
      políticos. En buena medida esa responsabilidad social
      de la ciencia y la tecnología tienen que pasar por
      establecer una serie de correctivos, estrategias y
      alternativas en relación con la comunicación y
      la divulgación de la ciencia y la
      tecnología.

    2. Responsabilidad
      social de la ciencia y
      la tecnología
    3. De los
      valores y las bases normativas del ejercicio
      ingenieril

    De acuerdo con Olivé ("normatividad y
    valores en la ciencia y la tecnología),
    nuestras
    decisiones y acciones están orientadas por valores, no
    por reglas que determinan qué hacer y qué elegir.
    Y muchas veces, ante conflicto de
    valores, nos inclinamos por unos u otros según las
    circunstancias y los intereses del momento. En
    tecnología y en empresarismo podemos decir que se toman
    decisiones guiados por valores, pero los sistemas de valores,
    si bien son compartidos, no son determinantes de la
    elección, ya que hay otros factores que intervienen como
    las circunstancias del momento y los rasgos de personalidad. Por otra parte, es necesario
    comprender que los valores que guían a un grupo, dentro
    de un área de conocimiento, son distintos a los de otro
    grupo dentro o fuera de la misma área, pues los valores
    se conforman dentro de cada práctica específica y
    cada una a la vez está condicionada por el contexto de
    intereses en donde se desarrolla.

    Aquí comenzamos a visualizar como los valores,
    en general, están ligados a la práctica de la
    ética dentro de la acción y la interacción entre seres humanos. Puede
    entenderse el problema central de la ética
    (Olivé, "la democratización de la ciencia
    desde la perspectiva de la ética")
    como la
    fundamentación de normas legítimas de
    convivencia, para la acción y la interacción
    entre seres humanos. Por "normas legítimas de
    convivencia" entendemos proposiciones prescriptivas para la
    convivencia, que sean aceptables para los diversos sectores de
    la sociedad con base en genuinas razones desde su punto de
    vista-incluyendo, por supuesto, razones morales-, aunque esas
    razones no sean las mismas para todos los sectores ni para
    todos los ciudadanos, pues sus concepciones de la vida, sus
    intereses y sus valores pueden ser diferentes. Diremos,
    entonces, que una norma está éticamente
    justificada cuando es aceptable para los diversos sectores
    sociales, con base en las razones que cada uno de ellos
    considera adecuados.

    En cuanto al hecho de las consideraciones de valores y
    ética en torno al desarrollo de tecnología, una
    labor propia del quehacer de los ingenieros, es necesario
    apuntar varias cosas, siguiendo cuidadosamente el texto de
    León Olive sobre la Ética aplicada a las ciencias
    naturales y la tecnología:

    • La cuestión fundamental es que lo
      importante son los seres humanos y la satisfacción de
      sus necesidades y de sus deseos
      legítimos.
    • En relación con la aplicación de
      cierto tipo de tecnologías es necesario invocar y
      defender el principio de precaución, al cual nos
      referiremos más ampliamente en el apartado 9, el cual
      establece que se tomen medidas preventivas cuando existan bases
      razonables para creer que la introducción de sustancias o de
      energía en el medio
      ambiente puede resultar peligrosa para los animales, para
      los humanos o para el ecosistema o
      medio ambiente en
      general.
    • Las decisiones racionales sobre la adopción
      o desarrollo de una tecnología dependerá de los
      intereses y valores de las partes involucradas.
    • Las comunidades tecnológicas deben ser
      transparentes en cuanto a sus metodologías y procedimientos,
      lo mismo que en cuanto a las implicaciones o consecuencias de
      la aplicación de tecnología específica. Se
      trata, por consiguiente, de otro imperativo ético para
      estas comunidades.
    • Es frecuente la aparición de los dilemas
      éticos en el ejercicio de una profesión o en el
      proceso de toma de decisiones en torno al uso y desarrollo de
      tecnología. Pero, qué cosa es un dilema
      ético? Un dilema ético, de acuerdo con el texto
      de Olivé, es una situación en la cual una persona
      puede escoger entre por lo menos dos cursos de acción,
      cada uno de los cuales parece estar bien apoyado por
      algún estándar de comportamiento (D. Resnik, "The
      Ethics of Science, An Introduction, 1998).
    • En ciertas circunstancias, tener ciertas creencias
      con bases razonables, o tener cierto un conocimiento objetivo,
      implica tener una responsabilidad moral y el deber de elegir
      entre cursos de acción posibles.
    • En resumidas cuentas, lo
      único que puede justificar moralmente la existencia y el
      desarrollo de la tecnología es su contribución al
      bienestar de los seres humanos, sin producir daños
      injustificados a los animales, y permitiendo una
      explotación racional del medio ambiente, así como
      un aprovechamiento moralmente aceptable de los sistemas
      sociales.

    Ahora, hagamos demos una rápida mirada al
    problema del control social de la tecnología y los
    valores internos del ingeniero. Comencemos diciendo que las
    decisiones tecnológicas afectan nuestro futuro y
    determinan nuevos tipos de relaciones dentro de una sociedad.
    El cambio tecnológico impone nuevas reglas del juego, o
    para hablar en términos de Thomas Kuhn, diríamos
    que aparece un nuevo paradigma
    que trae consigo, nuevos valores.

    El control social es la capacidad de tomar decisiones
    efectivas sobre el curso del cambio tecnológico, es
    decir en la transición de un paradigma a otro, o en el
    desarrollo e introducción de una nueva tecnología
    en un entorno; decisiones que están sometidas tanto a
    normas de moralidad como de racionalidad. En ambos casos se
    aplican valores que serán considerados como
    legítimos en la medida en que se generen a partir de un
    proceso de construcción colectiva y debe afectar
    todas las fases de desarrollo de una
    tecnología.

    De acuerdo con Fernando Broncazo ("Mundos
    Artificiales. Filosofía del cambio
    tecnológico"),
    hay un imperativo moral en el
    ejercicio de la profesión por parte del ingeniero, a la
    hora de desarrollar tecnología. Si consideramos que toda
    reflexión sobre las relaciones entre tecnología y
    valores tiene que dar por supuesto que las decisiones
    tecnológicas, así como los juicios y decisiones
    científicas, están "cargadas de valores", en este
    sentido, el imperativo de la tecnología es ‘crear
    oportunidades’ y en este orden de ideas, este imperativo
    determina una estructura
    de valores que esta dirigida a la ampliación de nuestras
    capacidades y posibilidades y, además, al alejamiento de
    los peligros o al cierre de las trayectorias
    peligrosas.

    Así las cosas, la tecnología presupone
    un conjunto de instituciones en las que se ha desarrollado la
    tradición normativa de la ampliación del espacio
    de oportunidades como fin constitutivo, o dicho de otro modo,
    las tradiciones ingenieriles generan un conjunto de valores
    internos, entre los que destaca la capacidad de
    innovación. Dicha tradición de innovación
    se transmite, según Broncazo, a través de las
    instituciones de formación, los colegios profesionales y
    otros medios por
    los cuales se configura un conjunto de normas que constituyen
    un punto de referencia para el accionar de los ingenieros. Este
    conjunto de normas para la acción establecen un elemento
    de identidad para un colectivo de ingenieros y es así
    como aparecen como un aspecto constitutivo de dicho colectivo y
    por el es reconocido no sólo en el ámbito
    tecnológico sino en el social. Incluso, dicho conjunto
    de normas orienta el quehacer innovativo y lo explica de una
    manera tal que no es posible hacerlo a la luz de una
    perspectiva netamente economicista acerca de la
    tecnología y el proceso de innovación.

    Ahora bien, para hablar de una ética ingenieril
    y adentrarnos en la construcción de una guía para
    la acción, con los códigos de ética,
    digamos que si bien hay un evidente carácter
    antropocéntrico en la tecnología, es decir, tiene
    al hombre como
    centro y como fin, esto no implica que la técnica
    concurra necesariamente al bien moral. La tecnología, de
    por sí, no debe afectar la esencia misma del hombre,
    aunque pueda servir para elevarlo o pueda ser aplicada para
    degradarlo, como tantas veces ocurre. Los problemas
    éticos de la tecnología, es decir de su
    desarrollo, adopción y uso, tienen que ver con preguntas
    como las siguientes (Apel , Kart-Otto. "La situación
    del hombre como problema ético", Anthropos, Barcelona,
    1989;
    y Dou, A. "Aspectos éticos del
    desarrollo tecnológico",
    Mensajero, Madrid,
    1979): qué clase de
    ciudadano estamos formando? Esta pregunta es clave porque
    frente a la tecnología se muestra cada
    vez mayor sensibilidad moral, asociada con el poder
    tecnológico para modificar el mundo y la naturaleza
    humana. Por ello, la pregunta esencial se concreta en otras
    cuestiones: hasta qué punto la sociedad debe continuar
    aceptando como norma la total libertad
    para la investigación científica? Hasta
    qué punto los científicos y los tecnólogos
    pueden ser considerados como los principales guardianes del
    futuro de la humanidad? En qué medida el mundo
    científico tiene el derecho de fijar su propias metas
    lejos del control de la sociedad? Por otra parte, ahora que la
    ciencia requiere de autonomía calificada para el
    desarrollo, ¿quién debe fijar los límites
    de su autonomía? ¿Cómo debe controlarse,
    de manera que no perjudique los intereses más
    permanentes de la humanidad? Todas estas preguntas deben
    analizarse desde la perspectiva del científico y del
    tecnólogo como ciudadano. De ahí la exigencia
    permanente de que los ingenieros sean primero personas y que su
    formación ingenieril esté ligada a un conjunto
    común de valores, con una excelente perspectiva en torno
    a los problemas éticos alrededor de la tecnología
    y signado por un accionar con un imperativo moral
    profundo.

    Para finalizar este apartado, y ya que todo el tiempo
    hemos estado hablando de valores planteemos, entonces,
    qué cosa es un valor. Retomemos, para ello, la
    definición dada por Mario Bunge ("Ëtica, Ciencia
    y Técnica",
    Editorial Suramericana, Buenos Aires,
    1996).

    1. Hacia un
      código de ética para ingenieros y la
      responsabilidad del ingeniero

    Con todo lo dicho hasta el momento, hemos de aceptar
    que existen valores muy generales que priman sobre casi toda la
    praxis
    científica (Echeverría Javier.
    "Filosofía de la ciencia", Akal, Madrid, 1995),
    incluida la producción de nuevo conocimiento, tanto a
    nivel científico como tecnológico. Entre dichos
    criterios axiológicos, Echeverría destaca los
    siguientes:

    • Los resultados de la actividad científica
      deben ser públicos, tarde o temprano, y no sólo
      privados.
      En el caso de la tecnología, los efectos
      potenciales e impactos deber ser también
      privados.
    • Los resultados de la actividad científica
      deben ser comunicables y enseñables.
    • El saber científico debe ser accesible a
      cualquier ser humano, previa educación.
    • La objetividad prima sobre la subjetividad. O si
      se prefiere, la ciencia debe ser objetiva
    • En la medida de sus posibilidades, los
      científicos deben tratar de mejorar lo de sus
      predecesores.

    Puesto que los ingenieros son formados con una fuerte
    fundamentación científica, estos criterios deben
    hacer parte también de su formación ingenieril, y
    permear el quehacer como ingenieros a la hora de desarrollar o
    usar la tecnología. Por ello es importante distinguir
    entre reglas y valores. Los valores son una guía para la
    acción, las reglas permiten comportarse dentro de un
    paradigma para logar el éxito. Ingenieros matriculados
    en un mismo conjunto de valores pueden hacer valoraciones
    (juicios) muy distintas de las que hagan otros ya que la
    aplicación de esos valores a la hora de enjuiciar o
    valorar una innovación tecnológica no es
    determinista, ni individual ni colectivamente. Si se agrega el
    valor de la utilidad social
    del conocimiento (o de la tecnología) las decisiones
    cambian, con lo cual podemos afirmar que las diferentes
    disciplinas de la ingeniería se caracterizan, entre
    otras cosas, por conjuntos
    diferentes de valores compartidos, a la manera de
    Kuhn.

    La ciencia llega a la gente de la calles, sobre todo,
    gracias a la tecnología, por lo cual hay un efecto
    social de los cambios científicos, a través de la
    secuencia: ciencia, tecnología, vida, sociedad. El
    ingeniero como hacedor de tecnología, debe tener esto
    muy claro, ya que a través de la tecnología es
    juzgada de acuerdo con el beneficio y la escala de
    valores de cada uno. El ingeniero debe entender que, por lo
    menos en los países desarrollados, todos están
    sujetos a la realidad de una sociedad tecnológica que
    condiciona la vida de la gente en el hogar, en el trabajo, en
    el ocio y en nuestra economía, necesidades y deseos, que
    crea nuevas necesidades, genera nuevas interacciones y
    relaciones y cambia la perspectiva del ser humano, de la vida,
    del Mundo. Además, la tecnología lleva
    implícita, consigo, unos riesgos que
    es necesario considerar, a partir del principio de
    precaución, en relación con su impacto sobre el
    medio ambiente, la salud y la
    cultura.

    Desde la filosofía de la tecnología, la
    sociología de la tecnología, los estudios de
    ciencia y tecnología, y los estudios de Ciencia,
    Tecnología y Sociedad deben contemplarse los cambios que
    la tecnología introduce en la sociedad y en la cultura.
    Una tecnología tan cambiante también introduce su
    sello particular en la actual sociedad. La obsolescencia de
    algunas tecnologías y la oferta
    continua de novedades de consumo
    influyen fuertemente en la vida familiar, en los hábitos
    individuales y colectivos, en los objetos del deseo, en los
    ideales y en las economías mismas. Reiteramos
    aquí la necesidad de que los ingenieros operen bajo un
    conjunto de valores comunes, aceptados por la sociedad, con la
    ética como principio rector y con moralidad a toda
    prueba. De ello hablaremos luego.

    La ética ingenieril

    La mayoría de las agremiaciones o asociaciones
    de profesionales, incluyendo a los ingenieros, enuncian los
    deberes propios que deben cumplir en el ejercicio de su
    profesión. Por ejemplo, del código de
    ética para ingenieros del Nacional Society of
    Professional Engineers (NSPE), Fundamentals Canons (1987), se
    desprenden los siguientes:

    • Observar con capital importancia la seguridad, la
      salud y el bienestar del público en el ejercicio de sus
      deberes profesionales
    • Prestar servicios sólo en el área de su
      competencia
    • Emitir juicios públicos únicamente de
      una manera veraz y objetiva
    • Actuar en asuntos profesionales para cada empleador o
      cliente como agente o administrador
      fiel.
    • Evitar actos engañosos en la solicitud de
      empleo
      profesional.

    La ética no es un asunto de opinión
    personal ni un sistema subjetivo de creencias que puede ser
    descartado como algo sin importancia o más allá
    de una discusión racional. La ética merece una
    reflexión racional básicamente por dos razones:
    primero, las decisiones de tipo ético son, simplemente,
    imposibles de evitar; segundo, los ideales éticos nos
    son meramente subjetivos. La necesidad de la ética, y de
    una reflexión de tipo ético, esta fundamentada en
    la realidad de que en razón de que como somos seres
    humanos estamos enfrentados con cursos alternativos de
    acción, especialmente a la hora de tomar decisiones
    tanto en el entorno del ejercicio de la profesión, como
    acto individual, o a la hora de desarrollar tecnología,
    como acto colectivo.

    En este punto conviene esclarecer un poco la
    relación, o la diferencia, entre ética y
    moral, ya que a menudo la gente intercambia indistintamente
    estos términos, pero hay algunas diferencias sutiles. La
    palabra ética proviene de la palabra griega
    ethos, que significa carácter o costumbre. En
    griego, ethics es precisamente el análisis
    sistemático de ethoi (el plural de ethos).
    La ética se refiere a las guías de
    acción positivas que utilizamos para guiar nuestro
    comportamiento y, más estrictamente, para el estudio
    sistemático de aquellas guías de acción o
    cualquier guía de acción posible. La palabra
    moral se deriva de las palabras latinas mos y
    mores (singular y plural), la cual, como en la palabra
    griega ethos, también se refiere a costumbres
    sociales o patrones de conducta o comportamiento
    humano, pero a diferencia del griego, el latín no
    tiene forma abstracta de mos para indicar su estudio
    sistemático. Es decir, la ética puede
    estudiarse como materia, no
    así la moral. Así las cosas, a diferencia de la
    ética, la palabra moral permanece más
    empírica o descriptiva en sus connotaciones, de manera
    que los términos teoría de la moral y
    filosofía de la moral sin utilizados cuando deseamos una
    sinónimo de raíz latina para la ética en
    su significado más abstracto.

    La ética, por consiguiente, puede indicar las
    guías positivas para la acción para el
    comportamiento humano, generalmente adoptadas por una persona o
    grupo. El grupo puede ser los miembros de una profesión
    tal como la ingeniería. La moral y la moralidad son
    sinónimos para la ética en este sentido. La
    ética también se refiere al examen racional de
    estas guías de acción positivas para el
    comportamiento humano. La ética, en este sentido
    considera que los tipos de guías para la acción
    son mejores que otros y que las guías para la
    acción deben ser acogidas por algunos individuos o
    grupos. De
    nuevo, el grupo puede ser personas en general o una
    organización o gremio profesional. La teoría de
    la moral y la filosofía de la moral son sinónimos
    para la ética en este sentido.

    Recapitulando, caractericemos brevemente lo que es
    ética y moral, así:

    • La Moral: es un conjunto de normas que se utilizan
      para orientar el comportamiento de los integrantes de una
      sociedad, evolucionan en el tiempo y se diferencian de las de
      otra sociedad
    • La Ética: se da en la mentalidad de una
      persona, por iniciativa personal, o influenciado por un
      colectivo; es un conjunto de normas a saber, principio y
      razones que una persona, o grupo, ha realizado y establecido
      como línea directriz de su propia conducta.
    • La ética y la moral confluyen, en lo
      fundamental, en el hecho de que se trata de normas,
      percepciones, elementos del deber ser. La primera como
      adopción de mental para dirigir la conducta del individuo y
      la segunda como una introyección colectiva, dada por la
      sociedad que la transmite de una generación a
      otra.
    • La ética y la moral difieren en varios puntos:
      la Moral tiene una base social y desde ahí ejerce su
      influencia sobre los miembros de la misma; la ética como
      tal surge en la interioridad de una persona, como resultado de
      reflexión personal y por elección
      autónoma. Otro es que la moral, como conjunto de normas,
      actúa sobre la conducta desde afuera o desde el
      inconsciente; en cambio, la ética influye la conducta
      del individuo pero desde su misma conciencia y
      voluntad. Finalmente, en las normas morales impera el aspecto
      prescriptito, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y
      punitivo, todo lo cual constituye una especie de presión
      externa, mientras que en las normas éticas es
      preponderante el calor
      captado y apreciado internamente por el sujeto. El fundamento
      de la norma ética es el valor.

    Los códigos de ética de ingenieros y
    su utilidad.

    Los códigos de ética son formulados a
    menudo por sociedades de profesionales. Los médicos,
    abogados e ingenieros tienen ese tipo de códigos. Los
    códigos profesionales, en la medida en que se esfuerzan
    en afianzar ideales éticos tales como la honestidad y la
    lealtad, para ejercitar en la práctica
    profesional, en esa medida nos puede ayudar a ser
    moralmente auténticos. Los códigos de
    ética tienen también otro uso: tienen que ver con
    el comportamiento responsable en el uso del conocimiento
    científico y tecnológico en relación
    con el impacto posible sobre la sociedad. Este aspecto es algo
    que se debe incorporar en el proceso educativo de la
    formación del ingeniero.

    Veamos, a manera de ilustración, dos
    códigos de ética, de asociaciones de
    profesionales de la ingeniería. El primero es el de la
    Association for Computing Machinery (ACM), "General Moral
    Imperatives", extraído de Code of Ethics and
    Professional Conduct (1992
    y dice así:

    Como miembro de ACM, yo…

    1. contribuiré al bienestar de la sociedad y
      de los seres humanos
    2. evitaré dañar a
      otros
    3. seré honesto y sincero
    4. seré justo y no realizaré acciones
      discriminatorias
    5. honraré los derechos de propiedad
      incluyendo los derechos de
      autor y las patentes
    6. respetaré la privacidad de los
      demás
    7. honraré la
      confidencialidad.

    El segundo código es el del Instituto de
    Ingenieros Electricistas y Electrónicos de los Estados Unidos
    (IEEE), que dice así:

    CODIGO DE ETICA DEL
    IEEE

    Nosotros, los miembros del IEEE (Institute of
    Electronic and Electrical Engineers
    ) en reconocimiento de
    la importancia de nuestras tecnologías al afectar la
    calidad de
    vida en todas partes del mundo, y en aceptación de
    una obligación personal para nuestra profesión,
    sus miembros y las comunidades que servimos, por la presente
    nos comprometemos a la más alta conducta ética y
    profesional y acordamos:

    1. aceptar la responsabilidad en la toma de
      decisiones de ingeniería consistente con la seguridad,
      la salud y el bienestar del público, y revelar
      rápidamente los factores que puedan dañar al
      público o al medio ambiente;
    2. evitar conflictos
      de interés,
      reales o percibidos, si es posible, y revelarlos a las partes
      afectadas cuando existan;
    3. ser honesto y realista al plantear reclamos o
      estimativos basados en datos
      disponibles;
    4. rechazar el soborno en todas sus
      formas;
    5. mejorar el entendimiento de la tecnología,
      su aplicación apropiada, y sus consecuencias
      potenciales;
    6. mantener y mejorar nuestra competencia
      técnica y acometer labores tecnológicas para
      otros sólo si se está calificado, mediante el
      entrenamiento o
      la experiencia, o después de una revelación
      completa de las limitaciones pertinentes
    7. solicitar, aceptar y ofrecer crítica honesta del trabajo
      técnico, reconocer y corregir errores, y acreditar
      apropiadamente las contribuciones de otros;
    8. tratar imparcialmente a todas las personas
      respecto de factores tales como raza, religión, género,
      discapacidades, edad o país de origen;
    9. evitar dañar a otros, su propiedad,
      reputación o empleo mediante acciones falsas o
      destructivas;
    10. asistir a los colegas y colaboradores en su
      desarrollo profesional y apoyarlos en el seguimiento de este
      código de ética.

    Antes de terminar este tópico sobre los
    códigos es menester mencionar varias cosas, a
    saber:

    • A la hora de una actuación, en materia de
      tecnología y/o del ejercicio de la ingeniería,
      puede presentarse el problema de decidir sobre cual
      acción es la correcta, entre dos o más posibles
      cursos de acción. Este es un aspecto importante del
      comportamiento ético, en especial cuando se trata de
      enfrentar asuntos nuevos, inciertos o confusos.
    • La aparición de dilemas morales, y
      éticos, cuando nos encontramos nosotros mismos ente dos
      situaciones conflictivas o cursos de acción mutuamente
      excluyentes, y ambos casos parecen éticamente
      correctos.
    • En el caso de los dos códigos anteriores,
      aparece la honestidad como uno de los comunes denominadores.
      Habría que decir con Richard Whately (Apophtehgms,
      1854),
      que la honestidad es la mejor política, pero el
      que es gobernado únicamente por esa máxima, no es
      un hombre honesto. Ligada a la honestidad está la
      honradez, y el mejor campo de aplicación lo encontramos
      en el tema del respeto a
      los derechos de propiedad intelectual.
    • Finalmente, uno de los aspectos más relevantes
      en la promulgación y el cumplimiento de los
      códigos de ética de los ingenieros tiene que ver
      con la responsabilidad (social) en el ejercicio de la
      profesión y en el desarrollo de la tecnología.
      Cuando pensamos en una persona responsable, pensamos en dicha
      característica como una virtud. La responsabilidad
      profesional es, en esencia, la virtud principal de los
      ingenieros.

    Con lo visto en las líneas anteriores
    destacamos, entonces, la utilidad y la importancia de los
    códigos ingenieriles.

    1. Hemos visto cuatro conceptos referidos al desarrollo
      de una nación y al desarrollo tecnológico, en
      los procesos
      de innovación, así como al ejercicio de la
      profesión de ingeniero: valores, ética, moral y
      responsabilidad social. Algunos de ellos como el caso de la
      ética pueden enseñarse, como asignatura, dentro
      de un proceso de formación; pero los demás
      hacen parte de la formación pero no de manera
      teórica, en abstracto, sino en el ejercicio mismo del
      proceso formativo y, posteriormente, en el ejercicio de la
      profesión, como guías para la acción
      generalmente aprendidos a partir del ejemplo, o como conjunto
      de normas adoptadas por un colectivo de profesionales, en el
      caso de las agremiaciones de ingeniería, y que son
      introyectadas de tal manera, mediante códigos,
      principios
      o deberes, que su observancia es fundamental para poder hacer
      parte de dicho colectivo.

      De acuerdo con lo anterior surge, entonces, la
      necesidad de una educación en valores, partiendo, por
      supuesto, del valor que tienen la ciencia y la
      tecnología para la educación de los ciudadanos.
      De esta manera, se ha pretendido hacer una educación
      en valores, ligada inherentemente a la educación
      científico-tecnológica, a partir de lo cual se
      plantea que la educación en valores no es menos
      importante para el desarrollo del individuo que la
      adquisición de saberes y destrezas. De este modo,
      ciencia, tecnología y valores (saber, hacer y juzgar)
      son, en consecuencia, elementos básicos de la propia
      definición de educación en nuestros
      tiempos
      , de acuerdo con Mariano Martín Gordillo,
      Carlos Osorio y José Antonio López Cerezo
      (La educación en valores a través de CTS,
      2000). Para responder a la pregunta: qué es, entonces,
      la educación en valores, según los mencionados
      autores, hay que plantearse los siguientes interrogantes:
      Qué se entiende por educación en valores? No es
      redundante hablar de educación en valores? Es posible
      una educación en valores? No consiste siempre la
      propia educación en la transmisión y desarrollo
      de determinados valores? Es lo mismo la educación en
      valores que la educación moral? Hay otros valores
      además de los morales? Puede convertirse la
      educación en valores en
      adoctrinamiento?

      Lo claro es que la educación no puede
      restringirse, exclusivamente al ámbito de la mera
      enseñanza, sino que debe trascender
      este aspecto. En todo caso, la educación en valores no
      puede limitarse a lo moral; por el contrario, debe incluir
      otro tipo de valores. Si se pretende una formación
      integral es necesario trabajar sobre la base de valores
      éticos, estéticos y morales que correspondan,
      en lo posible, a la adopción de unos mínimos
      valorativos, que aunque puedan estar sujetos a controversia,
      permitan la sana reflexión, la crítica y el
      abordaje desde el pensamiento autónomo. Una estrategia
      para la educación en valores, desde estas dimensiones
      estética, ética y
      política, es incorporar un curso de Ciencia,
      Tecnología y Sociedad (CTS) dentro de los planes de
      estudio, en los procesos formativos de ingenieros.

      Un buen ejemplo de la importancia de una
      educación basada en valores, con principios
      éticos, quizás morales, tiene que ver con el
      fenómeno de la nueva era y la manera como se ha
      incorporado en el imaginario colectivo de las masas las
      pseudociencias relacionadas con el tarot,
      la lectura
      del cigarrillo, el tabaco,
      las manos, el horóscopo, y otros sortilegios propios
      de la magia, la brujería, la hechicería y otras
      supercherías, en donde se derrumba el aparato de la
      ciencia y se da paso a un conjunto de falsas creencias y
      antivalores, que hacen fácil presa al individuo del
      control de los magos y hechiceros, apoderándose
      incluso de su voluntad. Ello sucede, en parte, porque se
      carece de una mínima fundamentación
      científica, crítica y racional, y porque
      quienes se aprovechan de la situación carecen de
      valores positivos, como guía de acción, y su
      comportamiento es totalmente antiético. Para analizar
      rápidamente la situación, planteemos junto con
      Diego Andrés Roselli y Fernando Guzmán Mora
      ("Ciencia y Magia", Revista
      Innovación y Ciencia, 1996)
      lo siguiente: "Es
      justo permitir que la gran masa humana prosiga por caminos
      evidentemente falsos, sólo porque así
      encontrarán algún
      [supuesto] consuelo a
      su dolor? Es ético aceptar que curanderos impostores,
      brujos con supuestos poderes de sanación, rezanderos
      estafadores, terapeutas ‘alternativos’ y otros
      ‘mercaderes de la salud’ amparados en la
      credulidad de su clientela, sigan usurpando el papel de los
      médicos? Thomas Hobbes
      (1588-1679) aseguraba que la ignorancia está a medio
      camino entre la ciencia y las doctrinas erróneas.
      Más vale ser ignorante, que educado en principios
      carentes de verdad, ya que de esta última forma nos
      estaríamos alejando de la verdadera sabiduría
      (Leviatán, capítulo 4). Es precisamente lo que
      está sucediendo: en un claro retroceso cultural,
      nuestra población está siendo educada en
      principios erróneos. No podemos resignarnos a
      contemplarlo impertérritos.

      Por otra parte, debemos plantearnos la necesidad de
      abordar la educación moral desde una ética de
      la responsabilidad compartida, de acuerdo con algunos de las
      reflexiones que sobre el tema hace Alexander Ruíz
      Silva ("Le educación moral desde una ética
      de la responsabilidad compartida", Revista Colombia,
      Ciencia y Tecnología, 2002),
      dentro del contexto
      del proyecto de
      investigación: Análisis desde la
      ética de la responsabilidad, de los criterios
      valorativos, éticos, políticos y
      pedagógicos en los procesos de formación en
      valores,
      proyecto realizado conjuntamente con Marieta
      Quintero y Bibiana Restrepo, con la cofinanciación de
      COLCIENCIAS, Colombia, en el período 2001-2002. De
      acuerdo con este trabajo y en lo que hemos hablado de
      valores, ética, y moral, podemos evidenciar que una
      norma alcanza reconocimiento y legitimidad en un grupo social
      en particular, cuando los individuos que componen tal grupo
      están en disposición de acatarla, respetarla y
      velar porque los demás miembros del grupo
      también lo hagan. Ello representa el proceso de
      validación colectiva y social de la norma, el cual es,
      además, permanente y continuo. En consecuencia,
      respetar una norma significa restringir, en sentido negativo,
      la posibilidad (autonomía o libertad) que tiene el
      individuo de violarla y, en sentido positivo, reconocer una
      condición mínima para establecer potenciales
      acuerdos presentes y futuros. En esto radica el
      carácter prospectivo (anticipativo) de la
      educación moral; es decir en la presunción de
      que existe la posibilidad de construir o reconstruir modos de
      regulación (léase normas) a partir de los
      cuales se pase por la mira de la crítica lo
      establecido socialmente y se emprendan las correspondientes
      acciones de superación, reparación o
      corrección, de lo que impide el avance moral de una
      sociedad.

      Tengamos en cuenta que una norma es aquello que
      permite establecer la noción de comunidad. De
      acuerdo con esto, la educación moral se expresa
      esencialmente en la posibilidad de permitir o propiciar
      el
      aprendizaje de valores de tipo moral, susceptibles,
      además, de ser asumidos al mismo tiempo como obligaciones (o deberes) y
      derechos.

      Es en este punto en donde una educación
      fuertemente fundamentada en la ética de la
      responsabilidad tiene no sólo mucho que decir, sino
      también, reales posibilidades de desarrollo y
      concreción en las líneas de acción. En
      cuanto a esto, algunas concepciones éticas
      contemporáneas representan una importante alternativa
      al tratamiento moral de los conflictos, partir del uso de
      criterios racionales tanto para entenderlo como para una
      eventual solución de los mismos. La ética de la
      responsabilidad compartida es, en esencia, una apuesta, una
      visión prospectiva para la sociedad moderna, pero
      también constituye un enfoque viable para las
      instituciones sociales concretas, que como en el caso de la
      escuela,
      requieran de una base normativa en la que se reconozca a cada
      uno de los actores, se respete sus diferencias, se promueva
      la participación y se creen procedimientos y
      mecanismos de control.

      Finalmente, siguiendo con los autores del proyecto,
      digamos que "podemos entender, entonces, que la moral no
      es sólo un asunto de conciencia, sentimientos,
      juicios, es también y principalmente un asunto de
      acciones, de acciones que nos obligan moralmente a la
      búsqueda permanente de consistencia, principal
      fundamento de una ética de la responsabilidad
      ciudadana.

    2. Sobre la
      educación en valores, la formación
      ética y la moral
    3. El asunto de los
      valores, la ética, la moral y el riesgo. La Sociedad del
      riesgo. El principio de precaución (ver decreto
      gubernamental)

    Desde que tratamos, primero, el tema de los valores y,
    luego, el tema de la responsabilidad social en el desarrollo de
    nuevas
    tecnologías, se ha mencionado el término
    riesgo, en general, al cual van ligados, por otra parte, lel
    concepto amplio de sociedad del riesgo, es decir la sociedad de
    la era de la tecnología sometida al impacto de las
    nuevas tecnologías, y el concepto específico de
    riesgo tecnológico, es decir aquel referido al uso,
    abuso y mal uso de la tecnología. Dicho de otra manera:
    el riesgo inherente a la naturaleza misma de la
    tecnología, y al desarrollo de ella por parte de los
    ingenieros, debe ser enfocado con criterio de responsabilidad
    social lo cual nos lleva al tema de los valores, la
    ética y la moral referidas al desarrollo de la
    tecnología misma. Hoy, además, por efecto de
    la
    globalización hablamos ya no de sociedad del riesgo
    sino de sociedad del riesgo global.

    Pero, qué cosa es el riesgo? porqué se
    habla del principio de precaución? Y qué es
    sociedad del riesgo global?

    La definición oficial del término, a
    nivel internacional, fue adoptada por Naciones
    Unidas, en relación con el tema de la evaluación del riesgo en desastres
    naturales, aunque hoy es mucho más amplio el
    ámbito de aplicación. De acuerdo con la Oficina del
    Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Caso de
    Desastres (UNDRO) en 1979, dicho término "se refiere
    a las pérdidas esperadas a causa de una amenaza
    determinada en un elemento de riesgo [que puede ser una
    tecnología], durante un período específico
    en el futuro. Según la manera en que se defina el
    elemento de riesgo, el riesgo puede medirse según la
    pérdida económica esperada, ó según
    el número de vidas perdidas o la extensión del
    daño
    físico a la propiedad"
    . En relación al riesgo
    tecnológico, tendríamos que hablar también
    de pérdidas a la salud o pérdidas por
    afectación del cultura en determinada
    sociedad.

    Desde un punto de vista más social, se entiende
    el riesgo como "una situación o suceso en el cual se
    pone en juego algo valioso para los seres humanos (incluyendo a
    los humanos mismos), y donde el resultado es incierto" (jaeger,
    Renn, Rosa y Weber.
    "Risk, Uncertainly and Rational Action", 2001).
    Según León Olivé, cualquier
    situación o suceso que constituya un riesgo lo es, pues,
    en relación con algo valioso para el ser humano.
    A esta noción de riesgo, siguiendo a Olivé,
    habría que agregar tres anotaciones:

    • Un riesgo surge a partir de decisiones humanas de
      actuar y producir algo, o de omitir acciones o dejar que pase
      algo. "El riesgo presupone una situación donde"
      está en juego "una elección" (López Cerezo
      y Luján).
    • Si se trata de daños que son el resultado de
      decisiones humanas, o por lo menos cuya ocurrencia ha sido
      posible por la participación de decisiones humanas, todo
      riesgo lleva a la imputabilidad de alguna
      responsabilidad.
    • El tercer elemento tiene que ver con la justicia
      social
      , pues en las sociedades contemporáneas "los
      conflictos sociales sobre riesgos pueden entenderse, por lo
      menos en parte, como conflictos respecto a la
      compensación por los riesgos, lo cual necesariamente
      entraña también conflictos sobre el reparto de
      bienes" (López Cerezo y Luján)

    Por otra parte, hoy, en la era de la información y la sociedad del
    conocimiento, que algunos denominan también la era de la
    tecnología o era digital, es necesario considerar el
    riesgo tecnológico, aquél producto del mal uso o
    abuso de la tecnología, por desconocimiento, por falta
    de capacitación, por omisiones, por falta de
    capacitación o por ausencia de medidas de
    prevención y control frente a riesgos reales inherentes
    a la naturaleza o complejidad de la tecnología
    misma.

    En cuanto al principio de precaución, en su
    acepción más básica, podemos decir que "es
    el principio que establece que se tomen medidas preventivas
    cuando existan bases razonables para creer que la
    introducción de sustancias o de energía en el
    medio ambiente pueda resultar peligrosa para animales, para
    humanos o para el ecosistema en general, aunque no se tenga
    evidencia contundente de que existen relaciones causales entre
    la presencia de esas sustancias y los daños". El
    principio de precaución surge, como punto de partida, en
    referencia a potenciales amenazas directas o evidentes de la
    tecnología sobre la salud, la vida y el medio ambiente,
    pero también a las no evidentes, producto de la
    incertidumbre o la inexistencia de datos concretos en torno a
    su real amenaza. Pero hoy en día, es necesario
    extenderlo a otros ámbitos, incluyendo la
    precaución de la tecnología por la
    tecnología, especialmente al cultural por los nuevos que
    entraña la tecnología para la sociedad, para las
    relaciones entre la gente, por el control político,
    económico, entre otros.

    Ahora bien, puesto que los conceptos de riesgo y
    sociedad global del riesgo son algo ambivalentes, ellos supone,
    en palabras de Ulrico Beck ("Retorno a la teoría de
    la ‘sociedad del riesgo’; 2000)
    que anulan
    distinciones y conectan antítesis. En
    síntesis, de acuerdo con Beck, el concepto de (sociedad
    del) riesgo (global) significa:

    • Ni destrucción ni confianza/seguridad,
      más bien virtualidad real
    • Un futuro amenazante,, (incluso) en lugar de
      contradictorio con los hechos reales, se convierte en el
      criterio para decidir las acciones presentes.
    • Tanto los juicios de valor como los juicios de
      hecho
      , se combinan en una moralidad
      matematizada.
    • El control y la falta de control expresadas como
      incertidumbre manufacturada
    • El conocimiento y la inconsciencia entendida en
      conflictos de (re)cognición
    • Simultáneamente, global y local
      reconstituidos como la "glocalidad" de los
      riesgos.
    • La distinción entre conocimiento, impacto
      latente y consecuencias sintomáticas
    • Un mundo híbrido hecho por el hombre
      que perdido el dualismo entre naturaleza y
      cultura.

    Para concluir este apartado digamos lo siguiente: a
    pesar de los grandes avances en el desarrollo
    tecnológico, es necesario aspirar que la
    tecnología, sopesando adecuadamente el riesgo sobre la
    sociedad, coadyuve a resolver algunos de los grandes males que
    asolan a la humanidad, como la pobreza, el
    hambre y las guerras,
    entre otros. No obstante, estos grandes males escapan a la
    esfera netamente científico-tecnológica y se
    constituyen en un problema político en un problema de
    decisión política con tremendas implicaciones de
    tipo moral y ético.

    El principio de precaución, referido no solo a
    tecnología, sino a la toma de decisiones en cualquier
    ámbito de la sociedad, debe considerarse desde un marco
    estructurado para el análisis de cualquier tipo de
    riesgo, comprendiendo tres elementos esenciales, que son de
    capital importancia en cuanto a lo tecnológico:
    estimación del riesgo , gestión del riesgo y
    comunicación del riesgo. El principio de
    precaución es especialmente relevante en la
    gestión del riesgo. En todo caso dicho principio no debe
    ser confundido con el elemento de precaución o
    prevención que los ingenieros aplican en su
    estimación de información científica y
    tecnológica.

    Finalmente, digamos que aunque el principio de
    precaución es definido explícitamente en
    referencia a riesgos para la vida, la salud y el medio
    ambiente, su espectro es mucho más amplio y cubre
    también aquellas circunstancias específicas en
    donde la evidencia científica es insuficiente,
    inconclusa o incierta y hay indicaciones más o menos
    claras, mediante evaluación científica o
    tecnológica objetiva preliminar, de que son bases
    razonables para reconocer que los efectos o impactos
    potencialmente dañinos sobre el ambiente o sobre la
    salud y la vida de plantas,
    animales y seres humanos, pueden ser inconsistentes con el
    nivel de protección escogido. Esto tiene que ver,
    entonces, con la condición de que el ingeniero
    actúe con alta responsabilidad social y con un sentido
    ético del manejo o desarrollo de la tecnología
    cuando el riesgo se refiere a ella.

    1. A manera de
      conclusión

    No hay duda de que la actitud y la cultura (de la
    innovación) son los dos elementos claves que
    caracterizan a las sociedades con altos niveles de desarrollo
    tecnológico, económico y social. Adicionalmente,
    los habitantes de esas naciones comparten un conjunto de
    creencias y valores comunes que marcan la diferencia con los de
    otras naciones.

    La nueva economía ha dado lugar a unos valores
    paradigmáticos que salen a relucir especialmente en el
    mundo de los negocios y de las relaciones comerciales. De igual
    manera, a la tecnología también se le atribuyen
    ciertos valores, que se evidencian mediante los juicios de
    valor que emite un cliente o la persona que va a adquirir o a
    usar la tecnología.

    El ejercicio de la profesión de ingeniero, y la
    formación para llegar a él, implica la necesidad
    de asumir una responsabilidad social en el uso de la ciencia y
    la tecnología, especialmente en el desarrollo de esta
    última. Cuando los profesionales de las distintas
    disciplinas de la ingeniería se agremian en sociedades o
    asociaciones, entran a compartir un mismo conjunto de valores y
    se adhieren a las mismas bases normativas, las cuales por lo
    general se plasman en códigos de ética
    ingenieriles que se constituyen en guías para la
    acción en el ejercicio de la profesión o en el
    desarrollo de una tecnología.

    En general, se hace necesario que la formación
    de ingeniero no se limite simplemente al desarrollo de unas
    competencias en el saber y en el saber hacer en el campo de
    intervención, o a la acumulación o
    aprehensión de conocimientos e información, sino
    que también debe centrarse en las competencias en el
    ser, con una sólida educación en valores y una
    formación ética y moral acorde con las
    necesidades de utilizar la tecnología en beneficio de la
    sociedad. Esto le daría el carácter de integral a
    la formación tecnológica.

    Finalmente, se debe invocar siempre el principio de
    precaución cuando subsista una mínima probabilidad de
    riesgo en el desarrollo y utilización de determinada
    tecnología, para una comunidad específica o para
    la sociedad en general, y hasta que las evaluaciones
    científico-tecnológicas determinen la inocuidad
    de la misma. En todo caso, este debe ser un principio rector
    permanente en la búsqueda incesante de los
    límites y las fronteras en la era de la alta
    tecnología.

    Bibliografía

    • Barker, Joel Arthur. "Paradigmas: el negocio de
      descubrir el futuro".
      Ed. Mc Graw Hill, Bogotá,
      1995.
    • Cardona Carmona, Héctor. "Responsabilidad
      social de la ciencia y la tecnología: Diálogos
      con los profesores León Olivé y Nicanor
      Ursúa".
      Memoria, ITM, Medellín,
      2005.
    • Beck, Ulrico. "La sociedad del riesgo. Hacia una
      nueva modernidad".
      Paidós, Barcelona,
      1998.
    • Ibarra, Andoni y López Cerezo, José.
      "Desafíos y tensiones actuales en ciencia,
      tecnología y sociedad".
      Biblioteca Nueva (OEI),
      Madrid, 2001
    • Olivé, León. "El bien, el mal y la
      razón. Facetas de la ciencia y de la
      tecnología".
      Paidós, UNAM, México, 2000
    • Ibarra, Andoni y Olivé, León.
      "Cuestiones éticas en ciencia y tecnología en
      el siglo XXI".
      Biblioteca Nueva (OEI). Madrid,
      2003.
    • De Cózar, José Manuel (Ed.).
      Tecnología, civilización y barbarie".
      Anthropos, Barcelona, 2002.
    • López Cerezo, José (Ed). "La
      democratización de la ciencia",
      2003
    • Agazzi, Evandro. "Las dimensiones éticas de
      la empresa científico-tecnológica",
      Editorial
      Tecnos, Madrid, 1996
    • Winner, Langdon. "La ballena y el reactor. Una
      búsqueda de los límites en la era de la alta
      tecnología",
      Editorial Gedisa, Barcelona,
      1987
    • López Cerezo, José y Luján,
      José Luis. "Ciencia y política del
      riesgo",
      Alianza Editorial, Madrid, 2000.
    • Echeverría, Javier. "Ciencia y
      valores".
      Ediciones Destino, Barcelona, 2002.
    • Olivé, León. "La
      democratización de la ciencia desde la perspectiva de la
      ética".
      UNAM, México.
    • Bunge, Mario. "Las leyes no bastan". El
      Colombiano, Medellín, 1992
    • Olivé, León. "Ética aplicada
      a las ciencias
      naturales y la tecnología. Cap.4 de Cuestiones
      éticas de la ciencia y la tecnología en el siglo
      XXI".___
    • García, Clara-Eugenia. "Innovación y
      cultura: la relevancia de la cultura".

      Madrid.___
    • Vázquez, Alfonso. "El modelo vasco de
      transformación empresarial. Retando al futuro".

      ___
    • Olivé, León. "Normatividad y valores
      en la ciencia y la tecnología".
      Simposio: "La
      ciencia y cómo verla". XV Congreso Latinoamericano / II
      Congreso Iberoamericano de Filosofía, Lima,
      2004.
    • Ruíz Silva, Alexander. "La educación
      moral desde una ética de la responsabilidad
      compartida".
      Colombia, ciencia y tecnología. Vol.
      20, No. 2, Bogotá, 2002.
    • Roselli Cock, Diego y Guzmán Mora, Fernando.
      "Ciencia y magia". Innovación y ciencia, Vol. V,
      No. 3, Bogotá, 1996
    • Gordillo, Mariano, Osorio Carlos y López
      Cerezo, Antonio. "La educación en valores a
      través de CTS".
      Foro iberoamericano sobre
      Educación en Valores, Montevideo, 2000.
    • "Ethics Code". IEEE Communications Magazine,
      December, 2002
    • Primo Yúfera, Eduardo."Ciencia y Sociedad,
      Política Científica".
      Introducción a
      la investigación científica y
      tecnológica. Alianza Editorial, Madrid,
      1994.
    • Broncano, Fernando. "Mundos Artificiales".
      Paidós, UNAM, México, 2000.
    • Valencia Giraldo, Asdrúbal. Hombre y
      tecnología, retos y relaciones. Una
      aproximación".
      Universidad de Antioquia,
      Medellín, 1995
    • Echeverría, Javier. "Filosofía de la
      Ciencia".
      Akal Ediciones, Madrid, 1998
    • Mitchman, Carl y Duval, Shannon. "Engineering
      Ethics".
      Prentice Hall, New Jersey, 2000.
    • López Cerezo, José. "Ciencia,
      Técnica y Sociedad".
      Universidad del País
      Vasco.____
    • "Communication from the Comisión on the
      precautionary principle".
      Commission of the European
      Communities, Bruselas, 2000.
    • Gómez Guevara, Adriana y Riveros Díaz,
      Gustavo. "La sociedad del riesgo: terror y miedos de la vida
      moderna".
      Señales, 2004.
    • Beck, Ulrich. "Retorno a la teoría de la
      ‘Sociedad del Riesgo’".
      Boletín de la A.
      G. E., No. 30, 2000.
    • Coburn, A., Spence R., y Pomonis A.
      "Vulnerabilidad y evaluación del riesgo".
      Programa de Entrenamiento para el Manejo de Desastres (PNUD),
      Naciones Unidas, 1991.
    • Gómez Uranga, Mikel. "Notas de clase del
      Doctorado de Estudios de Ciencia y Tecnología y
      Gestión de la Innovación Tecnológica con
      la Universidad
      del País Vasco".
      ITM, Medellín,
      2005.

    Por

    Nelson Rúa Ceballos

    Instituto Tecnológico
    Metropolitano-Medellín

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter