Tres hombres están trabajando en la construcción de un edificio. Alguien que es
un observador externo se dirige a ellos y les pregunta
'¿qué están ustedes haciendo?'
El primero, casi sin inmutarse, le responde: 'Aquí estoy
poniendo ladrillos'
El segundo, levantando la cabeza y dejando a un lado por un
momento su actividad, le comenta: 'Estamos construyendo un
muro'
El tercero, orgulloso de su trabajo, afirma: 'Construimos la iglesia de mi pueblo'
¿Qué podemos comentar de la historia? Lo importante no es sólo responder a una actividad, sino la implicación con la que se pueda llevar a cabo. He aquí donde entra en juego la motivación, ya que la incorporación y la posterior retención de las personas en las organizaciones dependerá de muchos "intangibles" que van más allá de lo que puede ser utilizado en una relación profesional normal: sueldo, promoción, etc.
Etimológicamente, el término motivación procede del vocablo latino motus y tenía que ver con aquello que movilizaba al sujeto para ejecutar una actividad. En el lenguaje popular, una persona está motivada cuando emprende algo con ilusión, superando el esfuerzo que deba realizar para obtenerlo. Así, podemos definir la motivación como el proceso psicológico por el cual alguien se plantea un objetivo, emplea los medios adecuados y mantiene la conducta con el fin de conseguir dicha meta (Trechera, 2000).
Tradicionalmente, esa disposición se suele asociar a factores internos, frente a todo aquello que "tira" o empuja al sujeto desde fuera. Así, se distingue entre:
• Motivo. Variable que desde el interior del organismo nos
impulsa a la acción.
• Incentivo. Factor externo que provoca la
realización de un comportamiento.
Ambos conceptos presuponen planteamientos diferentes en la explicación de la motivación. Podemos destacar tres enfoques:
1. Modelo de
satisfacción de necesidades. Se insistirá en los
elementos internos como los motores de la
acción: los instintos, los impulsos o las necesidades.
2. Modelo del incentivo. Se centrará en las variables
externas: los incentivos o las
recompensas.
3. Modelos
Cognitivos. Se pondrá el énfasis en el proceso
cognitivo que realiza el individuo para
tomar la decisión: la comparación, las expectativas
o los objetivos.
1.1.
Modelo basado en la satisfacción de necesidades: "No
sólo de pan vive el
hombre"
"Primum vivere deinde philosophare"
Aunque resulte poco
poético o demasiado pragmático, conviene ser
conscientes de una realidad: todo ser vivo necesita satisfacer
necesidades. Nada se hace por azar, la mayoría de
nuestros comportamientos llevan implícita o
explícitamente el cubrir una necesidad. Los organismos
vivos tienden al equilibrio.
De ahí que, cuando se capte una deficiencia, se perciba
una cierta incomodidad, que provoca la movilización del
sujeto con el objetivo de que realice determinadas conductas
para volver a la situación de equilibrio o
satisfacción.
Diversos autores han intentado realizar una
tipología de cuáles serían las necesidades
que posibilitarían la movilización de una persona.
Describimos algunas propuestas:
a) A. Maslow. Las necesidades básicas se ordenarían según una jerarquía. De tal manera que unas serían más prioritarias que otras, y sólo cuando estuvieran cubiertas las inferiores se podría ir ascendiendo. Maslow (1954) destacaba las siguientes:
• Necesidades fisiológicas. Están en la base de la pirámide y son las que tienen más fuerza. Los seres humanos necesitan satisfacer unos mínimos vitales para poder funcionar. Una persona que careciera de alimento, seguridad, amor y estima, probablemente, sentiría con más fuerza el hambre física antes que cualquier otra necesidad.
• Necesidades de seguridad. En general, todos tenemos
tendencia a la estabilidad, a organizar y estructurar nuestro
entorno. No es fácil vivir permanentemente a "la
intemperie" y de ahí que busquemos mínimos que nos
den seguridad.
• Necesidades de amor, sociales. Una vez cubiertas
las necesidades anteriores, surgirán las de afecto,
sentido de pertenencia, etc. Somos "animales
sociales" y necesitamos relacionarnos con los demás para
poder desarrollarnos como personas. Por ejemplo, cualquiera que
participa en una organización, junto al cumplimiento de una
serie de objetivos, también pretenderá relacionarse
con otros que comparten esos mismos ideales. El formar parte de
una determinada organización sirve como elemento de
referencia y comparación social.
• Necesidades de estima. Todas las personas tienen
necesidad de una buena valoración de sí mismos, de
respeto o de
autoestima,
que implica también la estima de otros. Sólo se
activará esta necesidad si lo más básico
está relativamente cubierto. Por ejemplo, ¿por
qué existe en el Primer Mundo una preocupación, a
veces distorsionada, sobre la autoestima? Si millones de personas
tienen como único objetivo conseguir algún
alimento, ¿se plantearán problemas de
autoimagen o realización personal?
• Necesidades de autorrealización. El proceso
de maduración humana se enriquece durante toda la vida.
Siempre podemos desarrollar nuevas posibilidades. Esta necesidad
se caracterizaría por mantener viva la tendencia para
hacer realidad ese deseo de llegar a ser cada vez más
persona. La forma específica que tomarán estas
necesidades diferirá de un sujeto a otro. Unos pueden
realizarse plenamente siendo un buen padre o madre, otros
colaborando en proyectos
solidarios o en su faceta profesional.
b) F. Herzberg. Herzberg (1966), a partir de una muestra de 1685 trabajadores de diversas disciplinas y niveles directivos, llegó a la conclusión de que los factores que contribuyen a la satisfacción son distintos e independientes de las variables que tienden a provocar insatisfacción. De ahí que describiese dos tipos de factores relacionados con la motivación:
• Factores higiénicos o ergonómicos, que son aquellos que evitan el descontento. Es decir, si no están presentes provocan insatisfacción, pero no son por sí motivadores. Están relacionados con el entorno del puesto de trabajo: el salario, el estatus, la seguridad, las condiciones laborales, el control, etc.
• Factores de crecimiento o motivadores, que son los
que auténticamente motivan. Se refieren al contenido del
puesto de trabajo: el reconocimiento de la tarea, su
realización, la responsabilidad, la promoción,
etc.
La aportación de Herzberg es de gran utilidad en las organizaciones (lucrativas o no), ya que incide sobre aquellas variables que están relacionadas con "los intangibles" que muchas veces se dan por supuestas y que es muy necesario tener en cuenta. Por ejemplo, la experiencia demuestra que a veces se puede trabajar con más ilusión con menos factores higiénicos - medios físicos, instalaciones pobres, bajos sueldos, etc.- si están presentes los factores motivadores. De ahí que sea fundamental activar componentes como el reconocimiento, la participación, la comunicación, la responsabilidad, etc.
c) C. Alderfer. Realiza una síntesis de los modelos anteriores. Para Alderfer (1972) existirían tres tipos de necesidades (E-R-G):
• Existencia. Necesidades básicas y materiales que
generalmente se satisfacen a través de factores externos:
el alimento, el sueldo, las condiciones laborales.
• Relación. Necesidades sociales. Implican la
interacción con los demás: familia, amigos,
compañeros, jefe, subordinados.
• Crecimiento. Necesidad de desarrollo
personal. Se satisfacen cuando el sujeto logra cumplir
objetivos que son importantes para su proyecto
personal.
Alderfer cuestiona el modelo piramidal de Maslow. Para él
existiría un movimiento
ascendente que denomina satisfacción progresiva y otro que
lleva a la persona hacia atrás y que lo expresa como
frustración regresiva. Por tanto, si alguien se frustra al
no poder satisfacer unas determinadas necesidades,
retrocedería para satisfacer necesidades inferiores. Por
ejemplo, quién no logre conseguir cotas de
realización personal y autonomía en su vida
-necesidad de crecimiento-, "regresará" al nivel inferior
-necesidad de relación-. A su vez, cuanto más
insatisfechas estén las necesidades de relación,
más se potenciarán las necesidades de
existencia.
d) D. McClelland. Su objetivo será describir cuáles son las necesidades que auténticamente movilizan a las personas en relación con su superación personal. Según McClelland (1961) se distinguen tres tipos de necesidades:
• Necesidad o motivación de logro.
Sería la tendencia a vencer obstáculos, realizar
nuevos retos y superar las tareas difíciles lo mejor y
más rápidamente posible. De esta manera,
líderes políticos, ejecutivos de empresas,
deportistas, se caracterizarían por una alta necesidad de
logro.
• Necesidad de afiliación o social. Se refiere
a la necesidad de afecto e interacción con los
demás.
• Necesidad de poder. Necesidad de controlar y
ejercer influencia sobre otros.
1.2. Modelo basado en los incentivos. "¿Cómo motivar: el palo o la zanahoria?"
"Se cazan más moscas con una gota de miel que con un
barril de vinagre" (P. Rubio)
Las teorías
que se basan en el manejo de incentivos parten de un presupuesto: las
personas suelen realizar comportamientos con el objetivo de
obtener algún beneficio y evitan o dejan de hacer aquellas
conductas que conllevan un daño.
Para este enfoque toda modificación de conducta se realiza
básicamente a través de refuerzos, recompensas o
mediante la evitación u omisión de aquello que sea
desagradable (Skinner,
1977). ¿Cómo podemos realizar de manera efectiva
ese proceso?
* Si queremos que se inicie o que se mantenga un comportamiento,
sólo tenemos un medio: el reforzamiento. Se suele
distinguir:
• Reforzamiento positivo. La presencia de un estímulo reforzador ante la emisión de una conducta incrementa la probabilidad de repetir esa respuesta. Se le suele aplicar también el término de condicionamiento de recompensa, ya que el sujeto es premiado por la ejecución de un determinado comportamiento. Por ejemplo, si ante la realización de una actividad que ha supuesto un gran esfuerzo se recibe la felicitación de los compañeros, nuestra labor se ve reforzada.
• Reforzamiento negativo. Como consecuencia de la
realización de una conducta se puede evitar o dejar que
actúe algo desagradable. Así, en el origen de
muchas asociaciones está el planteamiento de alternativas
para afrontar una situación social que no es placentera.
Por ejemplo, que los jóvenes realicen cursos formativos
con el objetivo de escapar de la mendicidad o para evitar que
caigan en la delincuencia.
• Extinción. Se produce cuando no presentamos el estimulo reforzador que sustenta esa conducta. Al no reforzar el comportamiento, se irá "debilitando" y disminuirá la probabilidad de que se repita. Por ejemplo, si alguien gasta bromas muy pesadas y no le hacemos caso, es más probable que no utilice esa estrategia.
• Castigo. Un estímulo desagradable para el
sujeto posterior a la ejecución de una conducta que no se
considera adecuada aumenta la probabilidad de que ésta no
se repita. Así, si alguien se salta un semáforo en rojo, recibirá una
multa.
Las teorías que se basan en incentivos lo que potencian es la creación de un ambiente adecuado para que el sujeto se plantee la realización de aquello que le reporta beneficios y no ejecute lo que le proporciona perjuicios. De ahí la importancia de adaptarse a cada contexto y a cada individuo, ya que los estímulos reforzadores pueden diferir.
¿Qué tipo de reforzamientos se reciben en las organizaciones? A veces, ni se tienen en cuenta, y, sin embargo, están en la base de muchos de esos "intangibles". ¿Agradecemos ese "plus" de esfuerzo personal? ¿Reconocemos el buen trabajo realizado? Desgraciadamente, la experiencia de muchos es más bien la contraria, se resaltan los fallos más que los éxitos, con lo cual se castiga y penaliza. ¿Es posible motivar con el castigo? La respuesta es muy simple y clara: NO. La práctica y las investigaciones demuestran que el castigo lo que puede conseguir es eliminar una conducta, pero difícilmente creará otros nuevos comportamientos. De ahí que sea necesario el fomentar respuestas alternativas, reforzando el comportamiento deseable, y evitar en la medida de lo posible los estímulos punitivos.
• Modelo de equidad
Adams (1965) postula una teoría basada en la equidad, que
cuestiona que sean variables determinadas las que en sí
mismas motiven. Por el contrario, sería el juicio que el
sujeto realiza, comparando su trabajo y beneficio con el de
otros similares, el que influye en la motivación. Para
establecer ese juicio, hay que tener en cuenta varios
elementos:
• Inputs. Las aportaciones o contribuciones
que el sujeto aporta al trabajo: formación, capacidad,
experiencia, habilidad, nivel de esfuerzo, tiempo de
dedicación, tareas realizadas, etc.
• Outputs. Los resultados, las ventajas o beneficios que la persona obtiene del trabajo: salario, prestigio, estatus, reconocimiento etc.
El planteamiento es importante, ya que, quizás, "objetivamente" no exista la injusticia o la desigualdad, pero es fundamental la percepción que el individuo realiza de esa experiencia.
• Modelo de expectativas
Para Vromm (1964) la motivación es el resultado de
la conjunción de tres variables:
• Expectativas. ¿Qué imagen construye el sujeto de sí mismo? ¿Se siente capaz? ¿Tiene formación? ¿Esforzándose obtendrá lo que pretende?
• Instrumentalidad. ¿Qué consecuencias
tendrá el rendimiento? Es decir, si consigue un
determinado resultado, ¿servirá para
algo?
• Valencia. ¿Qué valor aporta a
la persona cierta actividad? ¿Qué deseo o interés
tiene para realizarla?
Evidentemente, si alguien no se siente capaz, o supone que no va a repercutir en nada el esfuerzo que haga, o no tiene ningún interés por dicha tarea, ¿tendrá motivación para llevarla a cabo?
• Modelo de Fijación de metas u objetivos
Una meta u objetivo es lo que alguien intenta alcanzar, el fin de una acción. ¿Cuáles son los factores que debe tener un objetivo para que pueda motivar?
• Conocimiento. Se ha de conocer la meta y los
medios para conseguirla.
• Aceptación. Ha de existir acuerdo sobre lo
que se desea realizar.
• Dificultad. Las metas deben ser difíciles,
pero no imposibles. Deben suponer un reto, pero no han de ser
inalcanzables.
• Especificidad. Cuánto más concreto sea
el objetivo, más fácil será aglutinar los
esfuerzos de todos para alcanzarlo.
Según Locke y Latham (1990), en el
establecimiento de metas se ha de resaltar que el
objetivo:
• Orienta la acción. Anima a realizar
estrategias y
planes de actuación. Al centrar nuestra atención, seleccionamos qué
actuaciones son importantes y obramos en consecuencia.
Así, para conseguir una meta, tendremos que plantearnos
las alternativas más idóneas.
• Sirve para regular el esfuerzo. Al tener claro qué es lo que hay que hacer, nos podemos programar para obtenerlo.
• Logra que se trabaje de una manera más
persistente. El objetivo, más que algo imposible, se
presenta como aquello que con el esfuerzo y la persistencia se
puede alcanzar.
"Casi siempre se hallan en nuestras manos los recursos que
pedimos al cielo"
(W. Shakespeare)
En la historia inicial veíamos que los tres trabajadores ejecutaban una misma actividad, sin embargo cada uno la vivía de manera diferente. ¿Qué ocurre? No sólo es importante realizar algo, sino la actitud con la que lo llevemos a cabo. Podemos cumplir objetivos, conseguir metas e incentivos y a pesar de todo no sentirnos contentos. De ahí que sea tan importante el sentido con el que hagamos las actividades. No es raro encontrar detrás de muchas frustraciones y abandonos una cierta desidia e indiferencia. ¿Cómo podemos llenar una tarea de sentido? Como afirmaba el gaucho Martín Fierro, " a veces es conveniente captar las sombras para poder valorar la luz". Apuntamos algunas pistas:
Decálogo eficaz para " desmotivar":
Aplicaciones erróneas de "técnicas"
psicológicas en las Organizaciones
APLICACIONES |
CONSECUENCIAS |
ALTERNATIVAS |
1. "Da caña". Crea un ambiente en el que se priorice el castigo ya que "anima" a actuar. |
El castigo inhibe el comportamiento. Lo único que puede conseguir es la disminución o eliminación de una conducta. |
Refuerza y estimula. Difícilmente se adquiere un nuevo aprendizaje si no se presenta una alternativa. |
2. "No comuniques". Potencia un clima de silencio e incertidumbre. La desinformación "fomenta la creatividad". |
"Es imposible no comunicar". Si no se tiene información se inventa y si no se ofrece, se corre el riesgo de abonar el terreno para que surjan los rumores. |
Comunica e informa. La comunicación es una valiosa herramienta de motivación. |
3. "Resalta el individualismo". Sé fiel al principio de que "cuando varias personas se reúnen para trabajar lo único que hacen es perder el tiempo". |
"Aislamiento y competitividad interna negativa". Aumentan las "zancadillas" y la agresividad entre los compañeros. |
Trabaja en equipo. Se movilizan fuerzas, "sinergias" o posibilidades que hacen que el resultado sea más enriquecedor: "El todo es más que la suma de las partes". |
|
Inseguridad, incertidumbre y falta de implicación. Difícilmente se creará una cultura "fiel" a la empresa. |
El ser humano necesita parámetros de seguridad. Es fundamental partir de unos mínimos estables para desde ahí seguir construyendo. Genera "valor" a través de las personas. |
5. "Se autoritario. Actúa con rigidez e inflexibilidad". Imponte y no pierdas el tiempo en consultas y "chorradas". |
Clima de inseguridad y miedo. Desarrollo de "pelotas" o "ecos" que te dicen lo que quieres escuchar. |
Delega. Potencia la autonomía y la responsabilidad de los empleados. ¡Cuidado con caer en el "síndrome del Titanic": el magnífico barco se hundió por su prepotencia e incapacidad para cambiar de rumbo. |
|
No implicación. Disgrega y fomenta el pasotismo y la dispersión. |
Potencia la participación. Es la manera de implicar a todos en el proyecto. Fomenta la diversidad y la "confrontación creativa". El disenso es la base del trabajo en equipo. |
7. "Critica a tu gente". Humilla en público. Aprovecha todos los foros para expresar tu visión negativa del personal. |
Clima de miedo y de falsa apariencia. Se potencia la "fachada" y el dar una "buena imagen". |
Refuerza la autoestima de aquéllos que trabajan contigo. Resalta el orgullo propio y de pertenecer al grupo. |
8. "Fomenta un clima de miedo e incertidumbre". Acosa, agobia y amenaza. |
Inseguridad, bloqueos e inhibición. Disminuye el rendimiento y la productividad. |
Valora y anima. "No hay mayor desprecio que no manifestar aprecio". Estimula con "intangibles" que incrementen el "salario emocional": manifestar aprecio, tener detalles, dar retroalimentación positiva, etc. |
9. "Sal tú solo en la foto ya que eres el que conoce y dominas la situación". Apúntate todos los tantos. Tú eres el que sabe de qué van las cosas. |
Desidia e inhibición. ¿Para qué esforzarse? Proyecto conjunto. |
Implica a todos, resalta las aportaciones de cada uno. Refuerza la "ilusión colectiva". Aprovecha la espontaneidad, la frescura y la libertad de personas capaces e independientes. Es fundamental pasar del "Yo" al "•Nosotros". "Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros". |
10. "Hazte insustituible y omnipresente" Que te perciban como imprescindible. No crees discípulos. Se fiel al eslogan de que "contigo acaba todo". |
Inhibición y desidia. ¡Alguien realizará "correctamente" la tarea! |
Saber estar sin notarse y saber despedirse. Deja descendencia. Si se sabe "decir adiós", es más fácil que te recuerden positivamente y que puedan "pedirte asesoramiento" o "servirse de tu experiencia". |
José Luis Trechera Herreros
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