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Adolescentes y adultos como sujetos de aprendizaje




Enviado por seblaza



    1. Características del
      Desarrollo Evolutivo en el Sujeto de
      Aprendizaje
    2. Relación con la
      práctica docente

    1. Características del Desarrollo
      Evolutivo en el Sujeto de Aprendizaje
      • ADOLESCENCIA

      Por adolescencia solemos entender la etapa que se
      extiende desde los 12/13 años hasta aproximadamente el
      final de la segunda década de la vida (18/19
      años). Se trata de una etapa de transición en
      la que ya no se es niño, pero tampoco adulto. Pero
      debemos tener bien claro que no se trata de una etapa
      biológicamente delimitada, sino producto
      de la cultura
      occidental de fines del siglo XX y lo que va del
      XXI.

      Algunas notas de identidad
      del adolescente occidental son:

      • están aún dentro del sistema
        escolar o en algún otro contexto de aprendizaje
        profesional
      • los que deciden no estudiar están a la
        búsqueda de un empleo
        estable
      • dependen aún de sus padres, generalmente
        viven con ellos
      • pertenecen a una cultura propia (propios
        hábitos, modas, estilos de vida, valores)

      Estos rasgos identificatorios nos hacen notar que
      este tipo de adolescencia no ha existido siempre, es decir,
      no siempre tuvo dichas características. En la
      antigüedad y hasta aproximadamente el siglo XIX, los
      niños se incorporaban al mundo laboral entre
      los 7 años y el comienzo de la pubertad
      (10/11 años en las mujeres, 12/13 años en los
      varones), pocos eran los que estudiaban por encima de los
      10/12 años.

      No existía una cultura adolescente como en la
      actualidad, ni la adolescencia era vista como una etapa
      particular del desarrollo.

      Los finales del siglo XIX marcan en Occidente un
      momento de cambios, producto de la Revolución
      Industrial. Con la industrialización comienza a
      hacerse importante la capacitación, la formación y el
      estudio para importantes masas de la población.

      Esta situación se consolidó durante
      todo el siglo XX y lo que va del actual, permitiendo el
      surgimiento de la etapa adolescente tal cual la conocemos en
      la actualidad, con sus propios hábitos y problemas.

      Una diferencia importante que debemos hacer es entre
      los conceptos de pubertad y adolescencia. Por
      pubertad se entiende el período
      biológico
      durante el cual se da el conjunto de
      cambios físicos que en la segunda década de la
      vida transforma al cuerpo de infantil en adulto con capacidad
      para la reproducción. Mientras que por
      adolescencia, como ya dijimos arriba, entendemos al
      período psicosociológico que se prolonga
      varios años y se caracteriza por la transición
      entre la infancia y
      la adultez. Es decir, la pubertad es un fenómeno que
      afecta a todos los seres humanos, de todas las culturas,
      mientras que la adolescencia, no es necesariamente universal
      ni tiene las mismas características en todos los
      contextos culturales.

      Los cambios físicos de la pubertad ocurren,
      en promedio, desde los 12/13 años hasta los 16/18
      años en los varones, y desde los 10/11 años
      hasta los 14/16 años en las chicas.

      Volviendo a la adolescencia, el tema vital
      más importante en la
      personalidad del adolescente es el desarrollo del yo y
      de la identidad personal.

      Si bien el concepto del
      yo y de la autoestima
      se desarrollan gradualmente durante toda la vida, es en la
      adolescencia cuando se comienza a tejer el propio relato
      personal y ese relato constituye el discurso
      fundamentador de la identidad personal.

      Saberse individuo
      distinto a los demás, conocer propias posibilidades,
      talento y sentirse valioso como persona que
      avanza hacia un futuro son algunas de las notas
      características que deben lograrse en esta etapa.
      Conseguir esta identidad propia es una tarea ardua en la
      adolescencia, debido a los cambios psicofísicos y a la
      presión social (los amigos o la
      pandilla) que el adolescente experimenta.

      La identidad se compone de varios
      elementos:

      • autodefinición de la persona ante otras
        personas, ante el medio social y ante los
        valores
      • diferenciación personal
        inconfundible
      • autenticidad del individuo
      • correspondencia de lo efectivamente desarrollado
        con lo embrionariamente presagiado en el plan
        genético del individuo

      Así constituida, la identidad es de naturaleza
      psicosocial y contiene importantes elementos de naturaleza
      cognitiva:

      • el adolescente se observa y se juzga a sí
        mismo a la luz de
        cómo percibe que lo juzgan los
        demás
      • se compara con los demás y se contrasta
        con el patrón de algunos criterios de valor
        para él significativos

      Todos estos juicios pueden permanecer
      implícitos, no siempre conscientes, y son juicios con
      inevitables connotaciones afectivas, que dan lugar en el
      adolescente a una identidad exaltada y dolorosa, pero nunca
      afectivamente neutra. La identidad del individuo resulta de
      la sedimentación de todas las pasadas identificaciones
      que con otras personas vivió el adolescente en su vida
      infantil, pero no se reduce sólo a eso, sino que
      dichas identificaciones no sólo quedan integradas,
      sino también trascendidas hacia un proyecto de
      vida.

      El concepto de sí mismo es quizás el
      elemento central de los que integran la identidad personal.
      Dicho concepto no es un concepto simple, es un conjunto de
      conceptos, juicios descriptivos y valorativos que el sujeto
      hace acerca de sí. Dicho conjunto se refiere a uno
      mismo bajo distintos aspectos:

      • el propio cuerpo: el sí mismo
        corporal

      El adolescente percibe su cuerpo como
      extraño, cambiado y con nuevos impulsos y
      sensaciones.

      • el propio comportamiento y la propia situación:
        el sí mismo psíquico

      El adolescente se percibe a sí mismo como
      diferente a lo que fue, nota cambiadas sus ideas, metas y
      pensamientos.

      • las relaciones sociales: el sí mismo
        social

      Percibe que los demás no lo ven como antes y
      necesita hacer un esfuerzo más activo y diferente,
      para obtener respuestas que lo orienten.

      Ante esta situación, el adolescente necesita
      formar "la identidad del Yo adolescente" configurado por la
      integración del "Yo corporal", el "Yo
      psicológico" y el "Yo social", lo que le va a permitir
      expandirse como persona capaz de intimidades no ya grupales
      sino personales, en la pareja, en la tarea social y en su
      soledad.

      Autoestima

      La autoestima influye mucho sobre el comportamiento
      de la persona y si bien, como dijimos más arriba, la
      misma se desarrolla gradualmente durante toda la vida, es en
      la adolescencia cuando se comienza a formar nuestra
      visión de cuánto creemos que
      valemos.

      Las personas solemos comportarnos según
      cómo nos vemos y la autoestima que tengamos. Y a la
      vez nuestro comportamiento suele confirmar la imagen que de
      nosotros tenemos; es un círculo cerrado que no hace
      más que reforzar nuestras actitudes
      y puntos de vista básicos.

      Cuando la imagen que tenga de sí sea positiva
      y posea además suficiente autoestima, el adolescente
      se sentirá capaz y se mostrará confiado; por
      ello se comportará de manera que todo lo que haga
      reafirme el sentido de su propia valía.

      Lo contrario sucede con quien tenga imagen negativa
      de sí y baja autoestima. Y demás está
      decir que en el mundo escolar, una autoestima fuerte en el
      adolescente fomenta el
      aprendizaje, es por eso que en mi opinión es tan
      importante para los docentes
      no ser procíclicos, es decir, no contribuir con
      reprimendas exageradas a dañar la autoestima de
      aquellos alumnos que la tienen baja, como tampoco ayudar a
      elevar aún más la de aquellos que la tienen muy
      alta para la escasa experiencia que poseen en determinados
      temas de la vida.

      Papel de la familia
      en la etapa adolescente

      La familia es
      uno de los más importantes contextos en los que se
      produce el desarrollo
      humano. Cuando el sistema familiar es flexible (cambia
      según las necesidades evolutivas de sus miembros),
      existe comunicación y diálogo, armonía para la
      convivencia, es contenedor y al mismo tiempo
      permite la individualización de sus integrantes,
      decimos que la familia crece y es por excelencia el
      ámbito de desarrollo de sus miembros.

      Durante la adolescencia de los hijos, toda la
      familia es profundamente afectada por esta crisis
      natural y evolutiva; por eso se suele decir que toda la
      familia entra en la adolescencia. Durante esta etapa, la
      familia debe cambiar fundamentalmente el modo de
      comunicación
      . La
      comunicación debe dejar de ser complementaria para
      pasar a ser concordante, el padre debe dialogar con el hijo
      adolescente como un igual, capaz de entender razones y asumir
      responsabilidades familiares frente a dificultades que no
      debe desconocer.

      En particular, la familia durante la adolescencia
      debe contener, poner límites e instrumentar o
      enseñar
      a su hijo. Contener significa
      acompañar con amor sin
      ahogar, ayudar a pensar, a analizar los acontecimientos sin
      imponer o desvalorizar, aceptar su crecimiento,
      ayudándolo a emprender vuelos cada vez más
      altos con la seguridad
      y la prudencia que proporciona el sentirse querido.
      Ponerle límites le hace bien al adolescente, a
      ninguno de ellos les gustan los límites, pero
      más los dañan su ausencia.

      Finalmente, por el lado de la
      enseñanza, es en el seno familiar donde se
      aprenden valores como el esfuerzo, la convivencia y la
      solidaridad ante el dolor de otros. Se aprende
      a vivir y a dar sentido a la vida. La familia debe ocuparse
      de esta tarea y ser ejemplificante en las conductas y
      actitudes cotidianas.

      • ADULTEZ

      Entre los estudiosos del tema existe acuerdo
      unánime al considerar que la edad adulta se define en
      términos de roles sociales que las personas adultas
      desempeñan. La edad adulta constituye un
      período muy extenso dentro del ciclo vital, dividido
      generalmente en etapas:

      • adultez temprana: desde los 18 hasta los 30/40
        años aprox.
      • adultez media: desde los 30/40 hasta los 45/65
        años aprox.
      • adultez tardía: desde los 45/65
        años en adelante

      Adultez temprana

      Muchos caracterizan a la juventud o
      adultez temprana como el período que va desde
      los 18 años (cuando se es legalmente adulto) hasta el
      momento en que el joven encuentra empleo y asume sus roles
      familiares: funda una familia, tiene hijos.

      Pero la juventud, a diferencia de la pubertad, es
      exclusivamente social y responde a factores sociales y
      culturales, no biológicos, ya que por ejemplo en los
      últimos años, debido a razones de estudio y/o
      penuria económica, muchísimos jóvenes
      permanecen en el domicilio de sus padres más
      allá de los 20 años de edad, lo que implica que
      varios de ellos conserven aún características
      de adolescentes.

      Se trata de una fase de importantes cambios sociales
      en los ámbitos de la vida profesional y familiar,
      cambios que se resumirían en la apropiación de
      aquellos roles requeridos para la ejecución de una
      serie de tareas como la elección de un
      compañero/a, comienzo de una ocupación,
      aprendizaje en la convivencia marital, paternidad y cuidado
      de los hijos, gobierno y
      dirección del hogar, adquisición
      de responsabilidades cívicas, localización de
      un grupo de
      pertenencia, entre las principales.

      Erikson dice que el adulto joven se mueve entre
      la intimidad y el aislamiento, es decir, es una etapa
      en que la persona está dispuesta a fundar su identidad
      con la de otros; está preparado para la intimidad, es
      decir, tiene la capacidad de entregarse a afiliaciones y
      asociaciones concretas y de desarrollar la fuerza
      necesaria para cumplir con tales compromisos, aún
      cuando impliquen sacrificios significativos. La
      afiliación y el amor
      son las virtudes o fortalezas que Erikson asocia a esta
      etapa.

      Adultez media

      Esta etapa es un período especialmente
      propenso para echar la vista atrás y ver que ha sido
      de los sueños, ilusiones y proyectos
      anteriores; es una época en que se advierte un cierto
      declive físico y en la que la satisfacción
      matrimonial alcanza los niveles más bajos.

      Se trata también de una etapa de gran
      productividad, especialmente en la esfera
      intelectual y artística, y es en definitiva el
      período en el que se consigue la plena
      autorrealización.

      Bee y Michell hablan de dos cambios importantes
      durante esta etapa:

      • uno de características físicas que
        conducen a decisivas modificaciones en la cognición
        y percepción
      • otros más psicosociales que acontecen con
        los roles sexuales e incluyen al climaterio y a la
        variación de las demandas de hijos que
        prácticamente se encuentran ya al comienzo de su
        etapa adulta.

      Por ejemplo, el cambio por
      el lado sexual conduce a manifestaciones más
      afiliativas y afectivas en los hombres, incorporando
      características femeninas a su personalidad, mientras que las mujeres
      aparecen como más agresivas y asertivas.

      Erikson habla de que en esta etapa la persona
      atraviesa el conflicto
      entre generatividad y estancamiento, donde la
      generatividad implica el dar lo más auténtico,
      lo propio, aquello que ha pasado por la propia experiencia y
      se manifiesta en los hijos, los
      valores, el trabajo
      y la relación con los demás. Cuando tal
      enriquecimiento falta por completo, tiene lugar un
      sentimiento de estancamiento y empobrecimiento personal,
      llevando a invalidez física o
      psicológica.

      En esta etapa aparece el balance personal y un
      reajuste de expectativas y sueños, teniendo en cuenta
      las posibilidades del contexto. Surge el dolor por lo no
      realizado, una preocupación por la necesidad de
      sentirse joven, lo que puede llevar en algunos casos a la
      "crisis de la mitad de la vida".

      Adultez tardía

      Es el último período antes de la
      senectud, durante el cual la persona experimenta el declinar
      del propio cuerpo y el paso al status de viejo. En la
      actualidad esta etapa iría desde los 65 años,
      cuando comienza el retiro de la vida productiva hasta los 75
      años aproximadamente.

      Erikson caracteriza a esta etapa por la seguridad y
      el amor posnarcisista del yo, la aceptación del propio
      ciclo de
      vida como algo irrenunciable e insustituible, y en
      general por lucha entre la integridad del propio yo frente
      a la desesperación.
      La integridad del yo implica
      una integridad emocional que permite la participación
      por consentimiento así como la aceptación de la
      responsabilidad del liderazgo.
      El renunciamiento y la sabiduría serían las dos
      fortalezas y virtudes más importantes asociadas a esta
      etapa de la vida.

      Entre las tareas más características
      de esta fase encontramos:

      • el ajuste al declive físico
      • el ajuse al retiro y a la reducción de
        ingresos
      • el ajuste a la
        muerte del cónyuge
      • el establecimiento de una afiliación
        explícita con el propio grupo de edad
      • la adopción de roles de una manera
        flexible
      • el establecimiento de condiciones de vida
        cómoda

      Pero más allá de las diferentes etapas
      de la adultez señaladas (temprana, media y
      tardía), los adultos de la actualidad ya no son
      como los de hace algunas décadas atrás
      ,
      pudiendo diferenciarse claramente entre los adultos
      tradicionales (hijos del siglo XIX) y las dos
      categorías más actuales de "adultos inseguros"
      y "adultos adolescentes".

      Entre sus características representativas
      encontramos:

      • adultos tradicionales: son conservadores, niegan
        los cambios, tratan de educar como los educaron y pueden
        caer en el autoritarismo, son padres predecibles y por lo
        tanto sus hijos saben qué se espera de ellos y
        pueden identificarse o rebelarse ante este
        adulto.
      • adultos inseguros: no quieren ser rígidos,
        pero no quieren dejar de poner límites, manifiestan
        fuertes contradicciones, se cuestionan lo que hacen, buscan
        ayuda en profesionales y libros,
        dialogan con sus hijos y buscan la estabilidad.
      • adultos adolescentes: son adultos por edad pero
        no se responsabilizan por las nuevas generaciones, se
        sumergen en la cultura adolescente, se niegan a poner
        límites, discuten con sus hijos al mismo nivel,
        aunque a favor tienen que pueden mantener una buena
        comunicación.
      1. Relación
        con la práctica docente

      En mi caso, con cuatro años consecutivos de
      experiencia docente como profesor
      de dos materias (Economía y Formulación de
      Proyectos, ambas en 2° Polimodal) en dos colegios de
      Mendoza (uno privado de clase
      media y otro estatal urbano-marginal), encuentro que la
      adolescencia, al igual que en mis épocas de estudiante
      secuandario (hace 15 años aprox), sigue siendo muy
      profunda en el alumnado, es decir, noto que continúan
      muy acentuados sus rasgos de personas bastante alejadas de la
      adultez joven.

      Visualizo que sigue siendo tan difícil como
      entonces, o quizás más, el enseñar
      materias que impliquen una relación directa con el
      mundo de los adultos, como por ejemplo las mías que se
      relacionan con el sistema económico y los negocios,
      o Sociología o Tecnología de Gestión o Teoría y Gestión de las Organizaciones, etc., atribuyendo dicha
      dificultad a que el alumno de hoy ve cada vez más
      alejado dicho mundo, en especial por sus expectativas de
      seguir estudiando una vez egresado del nivel medio, es decir,
      el fenómeno social actual de adolescencia prolongada
      por razones de estudio.

      Por el contrario, noto que esta
      despreocupación por el mundo en el cual se van a
      insertar en un futuro no muy lejano contrasta con sus ansias
      por vivir emociones
      típicas del mundo de los adultos en otros aspectos de
      la vida (como las relaciones de pareja y el sexo por
      ejemplo) para los cuales quizás no están lo
      suficientemente maduros.

      Es decir, quieren quemar etapas en algunos aspectos
      de la vida como los últimos mencionados, que
      generalmente no pasan por la enseñanza escolar, mientras que los veo
      profundamente despreocupados por otros, que sí se
      estudian en la escuela.

      Noto también que el adolescente posmoderno de
      hoy valora mucho a los profesores que los escuchan y dialogan
      con ellos en un cierto pie de igualdad,
      aunque ello nos implique (profesores) a veces alejarnos un
      poco de los contenidos de las materias para charlar temas de
      la vida. No les gusta el profesor distante, que da clases
      tipo magistrales y que está alejado humanamente del
      alumno.

      También percibo que los adolescentes de
      15/16/17 años valoran mucho el sentir que el profesor
      pone límites; si bien no les gusta el estilo militar,
      tampoco les agrada el profesor demagogo (a la larga no lo
      terminan valorando) porque no se hace respetar. Son muy
      concientes de su inmadurez, y cuando pueden lo expresan, es
      por eso que respetan los límites impuestos a
      nivel autoridad
      escolar, pero con diálogo, no al estilo escuela
      tradicional (antiguo).

      Se aburren sobremanera con las explicaciones largas
      de los temas, por ejemplo aquellas que duran 30’ o
      más sin interrupciones. Quieren conceptos cortos, en
      los cuales puedan depositar su atención tipo zapping de TV,
      ésta es quizás la única oportunidad que
      le dan a materias tan del mundo de los adultos como las
      mías.

      Es por eso que busco que mis materias tenga mucha
      parte práctica, y del tipo grupal, a los fines de que
      las tareas puedan realizarse de forma más entretenida
      y así evito las explicaciones largas y el dictado de
      apuntes, que los aburre (los mando directamente a las
      fotocopias para que lean la teoría).

      Están muy metidos en el mundo de la música
      y del espectáculo en general (incluyendo el
      fútbol espectáculo), lo sensorial los atrae
      mucho, muchos admiran sobremanera a determinados artistas
      (generalmente músicos), aunque no sé si se
      identifican totalmente con ellos, pero sin dudas se dejan
      influenciar.

      No advierto que sean chicos con grandes ideales
      (pacifismo, ecología, desarrollo igualitario,
      etc.), al menos el idealismo
      del tipo militante, ni que estén muy preocupados por
      el futuro a largo plazo; sin embargo, en temas sociales,
      percibo que se interesan por cuestiones que ven cercanas como
      las
      drogas, el sida, la
      infidelidad en la pareja, etc.

      Finalmente presiento también que sus padres
      (seguramente en su mayoría adultos posmodernos del
      tipo inseguros o adolescentes) no les ponen muchos
      límites, aunque en general advierto que se preocupan
      por inculcar en sus hijos la importancia de la escuela para
      un futuro mejor, aunque muchos chicos ya no lo creen
      demasiado. Creo que esta última debe ser una de las
      razones más importantes para que el 52% de los chicos
      mendocinos entre 15 y 24 años estén actualmente
      afuera del sistema escolar.

      BIBLIOGRAFÍA

      1. Material preparado por la cátedra
        Sujetos del Aprendizaje, Facultad de Filosofía y
        Letras, UNCuyo, Mendoza.

       

       

      Autor:

      Lic. Sebastián Laza

      (economista y docente)

      TRABAJO REALIZADO PARA LA CÁTEDRA
      "TEORÍA DE LA EDUCACIÓN", DEL CICLO DE
      PROFESORADO PARA PROFESIONALES, FACULTAD DE FILOSOFÍA
      Y LETRAS, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO, MENDOZA,
      ARGENTINA

      Mayo de 2005

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