- Armario con cajones y lavado de
cerebros - El impuesto a la
información - El carácter específico
del software - Los fabricantes atrapados en la
trampa - El país de los
tecnocretinos - Prácticas
dudosas - Bordeando la ley
- Una mirada al posible futuro de la
educación - Lo que esta en juego: el control de
la información - . Una oportunidad para
Europa y el empleo - Una posible alternativa: los
programas libres - Para concluir
- .
- References
Durante las últimas vacaciones de Navidad me he
quedado asombradísimo con la fascinación creciente
de los medios de
comunicación por ese oscuro objeto del deseo que se
oculta detrás de las palabras “ordenador'', “multimedia'',
“web'', “internet'' y sus derivados.
Si uno creyera a esos medios de
comunicación y a un buen número de expertos
improvisados, no se podría pretender ser un ciudadano de
primera clase sin
poseer el ultimísimo (y muy caro) material
informático que da acceso al paraíso encantado del
“cyberespacio''.
Es también difícil ignorar la omnipresente
y extraña confusión que nos incita a pensar que el
único tipo existente de ordenador es el PC, por supuesto
equipado con un chip de Intel, y que en ese PC sólo puede
haber un programa
indispensable, Microsoft
Windows[+].
Esto es todavía más curioso si
consideramos que el fenómeno de servilismo intelectual
ante estos dos gigantes americanos llega a su punto máximo
justo en el momento en el cual los Estados Unidos
parecen comenzar a despertarse de un largo sueño que ha
permitido a estos gigantes adquirir una posición de
monopolio
prácticamente absoluta. Por el camino, ambas empresas han
destruido un número impresionante de empresas cuyos
productos eran
de calidad muy
superior (todo esto está muy bien documentado en numerosas
obras — como por ejemplo [1,
2,
3] — disponibles en los Estados Unidos,
pero no han sido, que yo sepa, traducidas al
francés).
Pienso por ejemplo en la campaña lanzada por
Ralph Nader (defensor de los consumidores que ha logrado hacer
retirar del mercado un
automóvil peligroso producido por General Motors) y en el
proceso que
está llevando a cabo el DOJ (Department of Justice, el
ministerio de justicia
federal de EEUU) contra Microsoft en este momento. Pienso sobre
todo en la sorprendente reacción del público
americano en los sondeos de opinión en Internet: una
mayoría aplastante apoya las acciones del
DOJ incluso cuando las encuestas son
realizadas por empresas como CNN, que son decididamente
pro-Microsoft en sus artículos (sondeos de opinión
de la CNN [4]
y también de la ZDnet [5];
esta última limitó arbitrariamente la
duración de la encuesta y no
anunció su resultado hasta haber recibido numerosas
cartas de
protesta).
Por el contrario, nuestro público está
bien lejos del despertar: mecido por la suave voz del conformismo
ambiental, se adormece aún más y más en los
brazos de Microsoft. Nuestro público sueña con un
mundo feliz, en el cual un gran filántropo distribuye a
todos los estudiantes de Francia copias
gratuitas de Windows 95 con
la única finalidad de ayudarlos a recuperar su atraso
tecnológico. Nuestro público sonríe al
pensar en las pantallas azules llenas de mensajes
tranquilizadores que explican cómo “el programa X ha
provocado la excepción Y en el módulo Z'': fallo
que por supuesto no ha sido culpa de Windows, sino del programa
X. Nuestro público duerme feliz sin preguntarse por
qué un ordenador mucho más potente que aquel que ha
servido para enviar hombres a la luna — y que además los
ha traído de vuelta vivos — no es capaz de manipular
correctamente un documento de un centenar de páginas,
cuando éste está equipado con ese Microsoft
Office que
hace tan felices a todos nuestros comentaristas.
1. Armario con cajones y lavado
de cerebros
He tenido muchas ocasiones de medir personalmente la
profundidad de este sueño hipnótico del cual he
hablado anteriormente, pero la más graciosa es seguramente
aquella que se me presentó hace algún tiempo durante
un viaje en TGV. Las computadoras
portátiles (esos embriones de computadoras que cuestan
tanto como un coche pequeño, que se pueden guardar en un
maletín y que sirven con mucha frecuencia para jugar al
solitario) proliferan en estos tiempos casi tanto como los
teléfonos móviles, sobre todo en los trenes y
aviones. Pues bien, durante uno de mis viajes, me
encontraba sentado al lado de un agradable señor, joven
ejecutivo dinámico, que estaba ejecutando en su
máquina el calamitoso (veremos por qué más
adelante) programa DeFragEste programa
muestra en la
pantalla una hermosa matriz llena
de pequeños cuadraditos de diferentes colores que se
mueven en todos los sentidos
mientras el disco trabaja intensamente. No pude resistir la
tentación (espero que este señor no se ofenda si se
reconoce en este artículo) y después de haberlo
elogiado por su hermoso portátil, le pregunté,
fingiendo la mayor ignorancia, qué era ese lindo programa
que yo no tenía en mi portátil. Con un aire de
superioridad mezclada con compasión ( “el pobre hombre no
tiene mi super programa''), me respondió que ésta
era una herramienta esencial que hay que lanzar cada cierto
tiempo para hacer más rápida la máquina
desfragmentando el disco. Continuó repetiéndome de
memoria los
argumentos que se encuentran en los manuales de
Windows: cuánto más se utiliza el disco más
se fragmenta y cuánto más se fragmenta, más
lenta se vuelve la máquina; ésta es la razón
por la cual él ejecuta concienzudamente
DeFrag cada vez que puede. En ese momento
saqué mi computadora
portátil, que no utiliza Windows sino GNU/Linux (una
versión libre, gratuita, abierta y muy eficaz de Unix,
desarrollada por los esfuerzos comunitarios de millares de
personas en Internet) y le dije, con una expresión muy
sorprendida, que en mi portátil el disco está
siempre muy poco fragmentado y cuanto más se utiliza menos
se fragmenta.
Nuestro ejecutivo, ya menos cómodo,
contestó que su portátil utilizaba la última
versión de Windows 95 producida por la empresa
más grande de software del mundo, y que yo
seguramente me estaría equivocando en algún punto.
Traté entonces de hacerle olvidar por un instante la
propaganda que
lo había intoxicado hasta ese momento, explicándole
de manera muy simple el problema de la desfragmentación:
voy a tratar de resumirles a ustedes una apacible
conversación que duró una buena media
hora.
Usted sabe seguramente que sus datos
están guardados en “archivos'' que
son memorizados sobre el disco duro de
la
computadora. Este disco es como un gigantesco armario con
cajones, cada cajón tiene la misma capacidad
(típicamente 512 bytes[+])
y cada disco contiene algunos millones de cajones. Si los datos
que a usted le interesan son guardados en cajones contiguos se
puede acceder a ellos más rápidamente que si
estuvieran desparramados (a partir de ahora diremos fragmentados)
dentro del armario. Esto no tiene nada de raro, es lo que nos
pasa todos los días cuando hay que encontrar un par de
calcetines: uno las encuentra mucho más rápido si
ambas se encuentran en el mismo cajón. Estamos entonces de
acuerdo en que es mejor un armario bien ordenado que uno
desordenado. El problema reside en saber cómo hacer para
conservar el armario ordenado cuando este se utiliza
frecuentemente.
Imaginemos ahora un ministerio que guarda sus
expedientes en un enorme armario con millones de cajones. Nos
gustaría, por las mismas razones antedichas, que los
documentos
relativos a un mismo expediente se encuentren, en la medida de lo
posible, en cajones contiguos. Usted debe contratar una
secretaria y tiene la opción de elegir entre dos
candidatas con prácticas bastante diferentes: la primera,
cuando un expediente debe eliminarse del archivo, se
limita a vaciar los cajones, y cuando un nuevo expediente entra,
lo separa en pequeños grupos de
documentos de la medida de un cajón y archiva cada
grupo al azar
en el primer cajón vacío que encuentra en el
armario. Cuando usted le señala que así va a ser
muy difícil encontrar rápidamente todos los
documentos que tienen que ver por ejemplo con el expediente del
Crédit Lyonnais, ella responde que va a ser necesario
contratar todos los fines de semana una docena de ayudantes para
poner de nuevo todo en orden. La segunda candidata, al contrario
que la primera, conserva sobre su escritorio una lista de cajones
vacíos contiguos, la cual pone al día todas las
veces que un expediente es cerrado y sacado de los cajones.
Cuando entra un nuevo expediente, ella busca en su lista un
conjunto de cajones vacíos contiguos de la medida
necesaria, y es ahí donde coloca el nuevo expediente.
Así, le explica ella, el armario permanecerá
siempre bien ordenado, incluso aunque haya muchos movimientos de
expedientes. No hay duda de que es la segunda secretaria la que
debe ser contratada, y nuestro joven ejecutivo estuvo
perfectamente de acuerdo.
En ese momento fue fácil hacerle entender que
Windows 95 actuaba como la primera secretaria y necesitaba de
ayudantes que ordenen el armario (el programa
DeFrag), mientras que GNU/Linux actuaba como la
buena secretaria y no necesitaba de nadie para ayudarla. Al
llegar a la estación, nuestro gentil ejecutivo ya no
estaba tan contento: le habían enseñado que
DeFrag hace andar más rápido la
máquina, pero habíamos visto juntos que en realidad
es Windows quien la hace lenta!
En efecto, el problema de la gestión
eficaz de los discos es muy viejo y hace mucho tiempo que se sabe
como resolverlo (la prueba es que Unix es más antiguo que
Microsoft y tiene la buena secretaria desde 1984!). Y
todavía hay cosas mucho peores que
DeFrag; desafortunadamente, no tenemos tiempo para
contarles todas las pequeñas y sabrosas historias sobre el
programa ScanDisk que se supone tiene que
“reparar'' los discos, pero que propone opciones incomprensibles
cuyo resultado final es, la mayoría de las veces, la
destrucción pura y simple de la estructura de
los expedientes, aún cuando los datos podían haber
sido recuperables antes de ejecutar este programa.
No solamente esto es imposible con Unix (a menos que el
disco sea taladrado con una máquina), sino que las
técnicas correctas de gestión de un
disco son enseñadas en los primeros cursos de informática de la Universidad desde
hace más de 10 años.
La simple existencia de un programa como
DeFrag o los daños producidos por el
ScanDisk de Windows 95 deberían ser
suficientes para que cualquier persona
inteligente con poder de
decisión pudiera tachar Microsoft de la lista de sus
proveedores. Y
sin embargo, como prueba de la eficiencia del
lavado de cerebros y del profundo sueño en el cual hemos
estado
sumidos, aquí en Francia estamos dispuestos a convertir el
sistema
informático bancario a productos Microsoft, así
como a elegirlos también para la educación de
nuestros hijos. El poder de la maquinaria comercial de ciertas
empresas logra realizar tal distorsión de la realidad que
llegamos a creer fervientemente que los defectos más
graves de ciertos programas son por
el contrario totalmente indispensables (a propósito de
esto, en el mundo informático hace mucho tiempo que se
emplea el dicho “it's not a bug, it's a feature!'' —
no es un defecto, es una funcionalidad!). Sucede también
que los especialistas que tienen los conocimientos necesarios
para desarmar todas estas trampas y poner en evidencia los
errores, los peligros y las manipulaciones, sin riesgo de ser
considerados como competidores derrotados y gruñones, se
han callado durante demasiado tiempo. Tenemos aquí un
fenómeno bien extraño: por un lado, ningún
científico serio tiene ganas hoy en día de publicar
un artículo en la prensa que se
dice de informática, por miedo a manchar su
reputación por haber tratado con mercachifles. Por el otro
lado, al no tener el apoyo de científicos serios, la
prensa informática se transformó, vía
soporte publicitario, en un eco poco edificante de los
fabricantes de computadoras. Esto la hace aún más
mercachifle, y aún menos frecuentable por expertos
serios.
2. El impuesto a la
información
Sin embargo el monopolio Wintel (Windows + Intel,
término recurrente en la prensa americana) que se
está instalando en Francia y en el mundo entero tiene
tales apuestas en juego, y no
solamente económicas, que no nos podemos callar más
bajo ningun pretexto. No se trata solamente de aceptar vivir con
una mala tecnología ignorando
que se podría tener algo mucho mejor: esto ya se ha
producido varias veces, por ejemplo con el sistema de
vídeo VHS que desplazó al Video 2000 y
Betamax, que eran mucho mejores[+].
Aquí se trata del hecho de que nuestros nuestros
gobernantes hayan aceptado que el monopolio Microsoft-Intel
adquiera un total dominio de la
información, explotándolo
además en su exclusivo beneficio. Estoy seguro de que
aquel entre ustedes que tenga algún conocimiento
de economía
ya ve a dónde quiero llegar: este monopolio logra desde
hace muchos años el cobro de una verdadera tasa
monopolística, es decir, que explota la posibilidad
que tiene un monopolio de vender a precios
inflados, ejerciendo así un verdadero chantaje sobre los
consumidores que se ven forzados a comprarle a él. Esta
tasa es enorme, pero más grave aún, su importe sale
del espacio europeo sin que nos demos cuenta, y no solamente no
produce riqueza alguna sino que por el contrario la destruye (ver
por ejemplo [6]
y [7]).
Veamos ahora los medios por los
cuales se consolida este monopolio cada día un poco
más, sin descuidar los riesgos no
económicos que el mismo produce sobre nuestra vida de
todos los días. En el caso de la informática, las
posibilidades ofrecidas a las empresas sin escrúpulos son
particularmente temibles. Trataremos de comprender esto
comenzando por todo lo que no se entiende necesariamente como una
práctica dudosa o ilegal.
3. El carácter específico del
software
Para comenzar a comprender porqué pagamos un
impuesto invisible cada vez que compramos un PC[+]
o los programas Windows, hay que familiarizarse primero con
una característica que distingue la informática de
cualquier otro dominio tecnológico: el costo de la
duplicación de productos. Una vez que un programa ha sido
realizado, cosa que puede costar muy caro, se puede duplicar en
un CD-Rom al
costo de sólo algunos francos por copia, o se puede
transmitirlo por la red a un costo que no cesa
de reducirse, de manera totalmente independiente de la
calidad y del costo de
producción de la primera copia. Los únicos
componentes cuyo costo no es infinitesimal son aquellos a los que
llamamos “el soporte'': las miles de páginas del manual de papel,
o las docenas de disquettes necesarios para archivar el software
cuando no se dispone de lectores de CD-Rom. Pero
los editores de programas, que tienen todo el interés en
hacer desaparecer ese costo fijo, no tardaron mucho en ocuparse
de ese tema: usted habrá remarcado que los PC que se
venden en los supermercados vienen acompañados de
programas pero prácticamente de ningún manual,
salvo alguna breve nota explicativa (sic!). Hay por supuesto
manuales “on-line'', es decir no sobre papel. Nadie va a
impedirle que se gaste algunos centenares de francos para
imprimirlos, si a usted se le antoja. Yo mismo pude constatar
personalmente que una empresa
japonesa muy conocida, cuyo nombre me reservo, vende computadoras
portátiles de las más caras del mercado sin proveer
siquiera un CD-Rom con los programas: todo está instalado
en el disco duro, y para hacer una copia de seguridad todo
depende de nosotros mismos, si queremos comprar los 40 disquettes
necesarios y pasar un día entero jugando a ser un
disk-jockey con la máquina. Podemos decir entonces que
actualmente, con estas prácticas, el costo de copia de un
programa esta prácticamente reducido a cero.
Una segunda característica esencial es el status
legal de un programa: por varias razones, no tan extrañas
si uno lo piensa detenidamente, el software, ese sofisticado
producto de
tecnología de punta utilizado por millones de personas en
su vida profesional, y convertido en piedra angular de una nueva
revolución
industrial, goza de la misma inmunidad que las obras de
arte (de
hecho, los industriales del software se llaman “editores''). Por
ejemplo, no hay ninguna cláusula legal ni ninguna jurisprudencia
que permita garantizar que el software haya de cumplir una
determinada función,
ni siquiera aquella para la cual usted lo ha comprado. Esta
situación es razonable cuando se compra una novela o un
cuadro (de gustibus…decían los romanos), pero
deja de serlo cuando se aplica al software: usted no puede
demandar a Microsoft legalmente ante la justicia por defecto de
construcción, al haber descubierto que
Windows 95 no está hecho con las mínimas
prácticas establecidas de la ciencia
informática; mientras que usted sí puede acusar a
un fontanero o a un electricista por realizar una
instalación que no está hecha conforme a las
normas.
Lo peor es que no hay ninguna toma de responsabilidad por los daños que el
software pueda producir. De nuevo, es razonable que usted no
pueda llevar a juicio a un cantante porque el último CD
tecno que comprara su hijo provocara una disputa familiar en el
curso de la cual se rompiera un jarrón chino
valiosísimo. Pero es perfectamente inaceptable que usted
se quede indefenso si pierde 200 Mb de datos comerciales muy
valiosos de su disco duro a causa del vetusto sistema de archivos
de Windows 95 y de su horripilante programa
ScanDiskSobre todo sabiendo que podría
probar muy fácilmente delante de un tribunal que los
conocimientos técnicos necesarios para realizar un
producto ampliamente superior, gracias al cual no hubiera perdido
sus datos, son de dominio público desde los años
70, y que el código
mismo que implementa estas técnicas en el Unix de AT&T
ha sido comprada por Microsoft. Pero en cambio,
sí que puede arrastrar ante la justicia a su electricista
si éste le instala cables eléctricos en los
zócalos de madera de su
apartamento[+].
Finalmente, una consecuencia muy grave de esta impunidad es
que el “editor'' de software no está de ninguna manera
obligado, desde el punto de vista legal, a corregir los errores
reconocidos y documentados, aún cuando esos fallos sean
voluntarios. Dicho de otra manera, el “editor'' de software es
libre de venderle a usted lo que a él le parezca, o mejor
dicho, aquello que su departamento publicitario le haga creer que
compra, sin ninguna obligación de resultados, y sin que
usted tenga el menor recurso, aún en caso de mala fe
manifiesta. Peor aún, puede ocurrir que le hagan pagar por
las versiones de “actualización'', que son en realidad
correcciones de defectos, a precios tan caros como el producto
original.
Además, este status jurídico tan
sorprendente, estaba probablemente justificado cuando los
programas eran escritos por un ingeniero en su garage, pero es
absolutamente aberrante hoy en día. Ahora nos encontramos
con multinacionales del software cuyas finanzas son
colosales, y no dan provecho a todos los editores de software
sino solamente a los más poderosos. Está claro que
una gran empresa puede y
debe obligar a un prestatario de servicios
informáticos a firmar un contrato
contrayendo obligaciones
de resultados y conteniendo cláusulas de garantía,
pero por desgracia, esto no está al alcance del consumidor, ni de
la mayoría de las empresas, cuando el editor de software
en cuestión tiene la capacidad financiera suficiente para
comprar o destruir su empresa en algunas semanas.
Me imagino que en este momento, al igual que nuestro
joven ejecutivo dinámico de hace un rato, usted
comenzará a sentirse menos cómodo: el cyberespacio
encantado comienza a mostrar sus costados poco agradables, y esta
maravillosa empresa filantrópica que ha sido siempre
presentada como el súmmum de la tecnología
informática y del éxito
del libre mercado comienza a parecer cada vez menos
filantrópica. Desafortunadamente, estamos solamente en el
principio de nuestro paseo por el lado oscuro del planeta
Microsoft, y todavía no hemos llegado a lo
mejor.
4. Los fabricantes atrapados en
la trampa
La posición de monopolio de Microsoft le permite
también desembarazarse con facilidad de las otras posibles
fuentes de
costo para la comercialización del software: la
asistencia técnica y la distribución. Para la primera,
podríamos imaginarnos que aunque el editor no esté
legalmente obligado a ayudarle a instalar su software, se
encontrará obligado a hacerlo para no perder los clientes. No se
preocupe, Microsoft tiene la solución: es suficiente leer
unas frases que se encuentran en la licencia de Windows 95 de la
cual reproduzco aquí un extracto:
6. SOPORTE TÉCNICO. El soporte técnico
para el PRODUCTO SOFTWARE no es proporcionado por Microsoft
Corporation o sus subsidiarias. Para obtener soporte
técnico, remítase al número de soporte del
Fabricante de PC suministrado en la documentación para la computadora
(ordenador). Si tiene dudas con respecto a este CLUF (“Contrato
de Licencia para el Usuario Final''), o si desea comunicarse con
el Fabricante de PC por cualquier otra razón,
remítase a la dirección proporcionada en la
documentación de la COMPUTADORA/ORDENADOR.
Astutos, verdad? Se hace responsable de todo al
fabricante de la computadora, el cual no tiene nada que ver
con DeFrag pantallas azules y demás
desastres, pero acaba pagando las consecuencias financieras de
esos errores (y yo sabré algo de eso, vista la cantidad de
veces que traté inútilmente de comunicarme con el
servicio de
asistencia telefónica para la instalación de
Windows, siempre para el portátil de la marca japonesa
que no he revelado más arriba y que todavía
ocultaré aquí). Si Windows 95 no estuviera en
posición de monopolio, los fabricantes de computadoras se
librarían con mucho gusto de este tipo de
acuerdos.
Para la distribución del software es la misma
historia. De
nuevo son los fabricantes, ensambladores y revendedores de
computadoras los que pagan el costo: ellos deben preinstalar
Windows 95 en las máquinas.
Pero hoy existe algo aún mejor que es la
distribución del programa por Internet sin ningún
soporte material. Esto es un golpe genial: usted paga por un
programa y después paga el gasto de obtenerlo por la red
(y qué gasto, con el tamaño de un Microsoft Office
en nuestros días), reduciendo efectivamente el costo total
de la copia y distribución por el “editor'' a exactamente
cero francos. Y se pregunta por qué un cierto presidente
de un cierto país del otro lado del atlántico ha
sugerido firmemente liberar completamente de impuestos al
comercio
informático? Bien, aquí tiene una parte de la
respuesta!
En resúmen,
si hoy uno se llama Microsoft, y solamente si se llama
Microsoft, puede vender más o menos cualquier cosa, sin
obligación de resultado y sin temor a ser demandado. Todo
esto con un costo unitario nulo, y a un precio al
público que no baja jamás[+],
y que se traduce en beneficio puro[+].
Falta comprender por qué no solamente el gran
público, que no conoce nada de computadoras, sino
también las grandes empresas, los gobiernos y los medios
(que deberían disponer de servicios informáticos
altamente calificados), no utilizan su libertad de
elegir otra cosa que los productos Microsoft. Para responder a
esta pregunta no es suficiente culpar a los mercanchifles de la
prensa que se dice especializada, aún cuando su parte de
responsabilidad es bien evidente. Deberemos llevar a cabo una
exploración más profunda de la cara oculta de este
gigante, para comenzar a descubrir ciertas prácticas
dudosas que rozan frecuentemente la ilegalidad, y que con mucho
desagrado encuentro que no son comentadas en ninguna parte del
panorama mediático [francés], salvo en algunos
pequeños folletos satíricos efímeros que no
son ciertamente la lectura
preferida de los altos responsables de las
empresas[+].
5. El país de los
tecnocretinos…
Para ver la cosa más clara, olvidemos por un
instante las computadoras, el software y todo eso. Siempre hemos
estado condicionados a considerar estas cosas como útiles
pero difíciles, es decir, a renunciar a formarnos una
opinión personal acerca
de este tema. Nos han dicho que es demasiado complejo y que
debemos limitarnos a seguir la sabia elección de los que
se dicen expertos (por ejemplo, la revista
americana Byte, de gran difusión, tiene en su logotipo la
leyenda “Byte, because the experts decide''–Byte, porque los
expertos deciden).
Dejemos de lado por un instante a los expertos, para ir
a ver lo que pasa en el mundo paralelo imaginario de los
TecnoCretinos, en el que una empresa llamada MacroPrensa obtiene
poco a poco el control absoluto
de todas las imprentas del planeta. Esta no controla directamente
los periódicos, pero es la que los imprime con los
caracteres MacroPrensa, de los cuales es la única
propietaria. Un buen día, tras una gran campaña
publicitaria alabando las bondades de un nuevo juego de
caracteres que permitirá obtener periódicos
más modernos, esta empresa comienza a imprimir todo con
caracteres klingonianos (el alfabeto de los Klingons en la famosa
serie StarTrek). De esta manera, nadie más puede leer los
nuevos libros o
periódicos sin recurrir a la Lupa de la MacroPrensa,
disponible a la venta en todos
los kioscos, donde es distribuída con cargo a los editores
de periódicos. El público, encantado de la
maravillosa novedad tecnológica, se adapta y compra la
Lupa. Envalentonados por el éxito de esta iniciativa,
MacroPrensa comienza a cambiar el juego de caracteres
periódicamente, todos los años, y después
todos los semestres; las viejas Lupas ya no pueden leer los
nuevos periódicos y hace falta renovarlas con grandes
gastos cada dos o
tres meses. Un competidor de MacroPrensa ve ahí una gran
ocasión para producir una Minilupa mucho menos costosa que
la Lupa Macroprensa, y comienza a venderla en los kioscos. Pero
los kioscos tienen un contrato de exclusividad con MacroPrensa y
rehusan distribuírla. Peor aún, MacroPrensa
demanda al
competidor ante la Justicia por violación de los derechos de
autor, pues lo considera culpable de haber analizado los
caracteres klingonianos a fin de construir la Minilupa. Y
gana…
…no está muy lejos
Pero qué idiotas, dirá usted, quién
puede dejarse hacer eso? Pues bien, permítame decirle que
el mundo de los TecnoCretinos no está muy lejos. Hace dos
años quise presentar a la UE una solicitud de
financiación para la visita de un investigador inglés
a nuestro laboratorio.
Para eso busqué el formulario, y me dijeron que la manera
más fácil de proceder era obtenerlo desde el
servidor de
Web www.cordis.lu de la comunidad
europea, ya que el correo normal podía tardar algún
tiempo considerable. Dí así con un documento que se
llamaba machin.doc y que estaba escrito con
Microsoft Word
para Windows versión vaya-usted-a-saber. En Klingoniano.
No hay problema, me dije a mí mismo, tenemos un MacIntosh
en el laboratorio con la lupa Microsoft Word
versión 6.0. Esta es de la misma empresa, la más
reciente, luego podré leerlo bien. Cuando pensé
esto eran las 10 de la mañana. Para mi gran sorpresa,
Microsoft Word en MacIntosh, después de una docena de
minutos de “conversión'', bloqueó la
máquina y me vi obligado a apagar y volver a encender,
perdiendo mi trabajo.
Así comenzó una verdadera batalla con la Lupa,
donde al final salí vencedor pero agotado a eso de las 19
horas, con una versión del formulario rellenado, obtenido
imprimiendo las páginas una a una y con manipulaciones
complejas en cuyos detalles no entraré. Basta decir que me
entraron muchísimas ganas de llevar esto ante la Justicia,
pero sin muchas esperanzas de ganar. Todo esto por qué?
Por un formulario extremadamente simple con las casillas Nombre,
Apellido, etc., que lo habríamos podido preparar muy
fácilmente con un formato de archivo libre y
público, tal como el HTML que se
utiliza desde 1991 en la Web. Han pasado ya dos años y en
http://www.cordis.lu nada ha cambiado. El aspecto
es muy atractivo, pero los formularios y la
documentación que contiene información que debe ser
libre y gratuita y que son de importancia vital, están
todavía presentados solamente en formato privado,
típicamente Microsoft, e, increíble pero cierto,
compatible solamente con los productos Microsoft para
PC.
A causa de esto, nuestro laboratorio pronto
comprará un gran PC con Windows 95 y Microsoft Office,
solamente para poder leer los documentos de la UE. La Lupa
Klingoniana avanza. Además, con esta Lupa el formato de
archivos cambia de versión en versión, de tal
suerte que Word 5.0 no puede hacer nada con los archivos de Word
7.0, y peor aún, el Word 6.0 en Mac tiene problemas para
leer archivos de Word para Windows. Hemos caído en la
trampa! No es suficiente con comprar Microsoft Word una vez;
deberemos pagar de nuevo cada versión, sólo para
poder continuar leyendo los archivos nuevos de otros. Y si por
azar habíamos comprado un producto complementario para la
versión 5.0, por ejemplo un diccionario en
español,
habrá que comprar uno nuevo en la nueva versión; la
vieja será “incompatible'', aún cuando el
español no haya cambiado entretanto.
Advertirá que se trata de un verdadero y limpio
secuestro de
nuestra información: una vez que los datos entran en Word
o Money, ya no hay manera fácil de recuperar todo el trabajo que
usted ha hecho para transferirlo a otro programa si decide no
comprar más productos Microsoft. Se cuidaron muy bien de
no suministrar convertidores eficaces hacia otros
formatos[+].
Además intentaron varias veces hacer que se aprobaran
leyes
prohibiendo a los competidores la utilización de sus
formatos propios de archivos, o incluso su análisis. Si se llegaran a aprobar estas
leyes, una empresa que venda una Minilupa convertidora
sería culpable de violación de las leyes de
derechos de
autor[+].
Pero son nuestros datos los que están en juego.
Bienvenidos al país de los TecnoCretinos!
Resumiendo la técnica es simple: por un lado se
hace caer a los consumidores en la trampa secuestrando su
preciosa información en un formato propietario, el cual es
constantemente “actualizado''. Debido a estas modificaciones,
los usuarios se ven obligados a comprar cada 6 ó 12 meses
una actualización de todas sus aplicaciones, tan
sólo para poder continuar leyendo sus propios datos o
acceder a información que (de manera innecesaria) es
suministrada bajo este formato privado. Por otro lado, se
entrampa a los competidores: no se les da la documentación
[del sistema
operativo] y se introducen variantes arbitrarias con la
única meta de no permitir que los productos que ellos
desarrollan funcionen correctamente. Es más, si la
competencia
llega a descubrir que una de las modificaciones tenía como
único fin el hacer funcionar su producto con menor
eficiencia que el producto equivalente del monopolista, son
condenados por haber hecho “ingeniería al revés'' (reverse
engineering), el equivalente informático a desmontar
el motor de un
Twingo para ver como está hecho[+].
Esta última técnica es especialmente
poderosa si el editor de software detenta a la vez el sistema
operativo (Windows 95) y las aplicaciones (MS Word, Excel, etc).
En tal caso es técnicamente posible modificar el sistema
para tornar inestables o inutilizables los productos de la
competencia, y a la vez mejorar las prestaciones
de sus propios productos. Es lo que se ha hecho en Windows NT
Workstation, limitando artificialmente a diez los accesos
simultáneos a la máquina; esto hace inutilizable el
servidor Web de Netscape sobre NT Workstation (ver
[13]
y [14]).
Si quiere resolver esto, deberá comprar la versión
Windows NT Server, muchísimo más cara, la
cual incluye gratuitamente un servidor de Web de Microsoft. La
treta pone fuera de juego a Netscape. Esto es simplemente
maquiavélico, y aún más cuando descubrimos
que las dos versiones, NT Workstation y NT Server, son
prácticamente idénticas y sólo se
diferencian en un puñado de líneas, tal y como se
documenta en [15]
y [16].
El resultado final de estas prácticas dudosas es
simple: se impide que el usuario pueda elegir otra cosa que
no sea un producto Microsoft. Junto con la reducción
a cero de los costos y de los
riesgos, tal cual como vimos anteriormente, esto permite al
monopolio establecer un verdadero impuesto sobre la
información, donde Microsoft es el único
beneficiario. Después de todo, si Bill Gates ha
sido recibido con honores dignos de un Jefe de Estado en el
Elíseo, se debe a que se trata de la visita de la
versión “cyber'' del recaudador de impuestos. Un impuesto
que no tiene nada de virtual: enormes sumas de dinero salen
de la Comunidad Europea cada año en contrapartida por
productos de mala calidad que nos vuelven más y más
dependientes de la mala tecnología del otro lado del
Atlántico. Es más, estos productos se distribuyen
en Europa a precios
exorbitantes, muy superiores a los precios americanos o
canadienses. No se deje engañar por los que le dicen que
los programas en Europa son más caros porque necesitan ser
traducidos. Si echa un vistazo al servidor Web de Microsoft, se
enterará de que consideran “ilegal'' (sic) comprar su
software en versión francesa en Canadá (en donde es
mucho más barato que aquí) para utilizarlo en
Francia [17].
Y el “libre'' mercado? Nos ordeñan como a las vacas
lecheras, y la pasividad de los gobiernos europeos, que comienza
a parecerse bastante a la cooperación activa si uno piensa
en http://www.cordis.lu, es absolutamente inexplicable, visto el
tamaño de este verdadero expolio.
Llegamos finalmente a los actos francamente ilegales.
Comenzando por la venta “vinculada'', que está
expresamente prohibiba en Francia (Libro I,
Capítulo II, Section 1 de la Ley del
Consumidor, “Se prohibe […] subordinar la venta de un
producto […] a la venta concurrente de otro […]''), y
también en Europa (ver los artículos 85 y sobre
todo el 86 del tratado, así como su aplicación, en
la detallada referencia [18]).
Lo que quiere decir esto es que está prohibido que le
obliguen a comprar con el producto que a usted le interesa otro
producto que no quiere. No se prohibe vender “lotes'' de
productos en un supermercado, pero en tal caso usted debe tener
la opción de comprar separadamente cualquier componente
del lote, si así lo desea, sin sobrecosto alguno. Sin
embargo, durante mucho tiempo los grandes vendedores de PCs no le
han permitido que comprara una computadora sin adquirirla con el
sistema operativo de Microsoft (Windows 95 o NT ahora, DOS o
Windows 3.x antes). Se puede convencer personalmente visitando
los servidores Web de
Dell y Gateway, por ejemplo. Verá que usted puede
“construir su propia computadora'', según le dicen, pero
nunca suprimir la Lupa Microsoft de dichos componentes, siendo
que los programas (“software'') y el material electrónico
(“hardware'') son
dos productos bien diferentes por más que traten de
disimularlo[+].
Al final, acabamos por no saber el precio real del software. En
efecto, haciendo partidas de acuerdos confidenciales, estos
precios son a menudo muy inferiores a los precios de mercado. Uno
de estos acuerdos ha sido condenado hace poco en los tribunales
de la UE como práctica comercial ilegal.
Para que pueda hacerse una idea precisa de la
envergadura económica del asunto, considere el caso de una
universidad parisina que compró 15 PC para instalar
GNU/Linux hace algunos meses. No se sabe cuánto
pagó el fabricante por Windows 95 pero si nos fiamos de lo
que se dice en [7],
el paquete Office PME tiene un precio de venta al público
que es el doble del de Windows 95 y se vende a los mayoristas por
poco más de 600 francos; de lo cual se puede estimar que
Windows 95 tiene un precio mayorista de unos 300 francos.
Así pues, aún suponiendo que el fabricante no tenga
margen de ganancia sobre el software (cosa de la cual dudo, dado
que la preinstalación es un servicio que tiene su costo),
esta universidad ha sido obligada a pagar 15 veces 300 francos,
es decir 4.500 francos, por un producto que no quería.
Dicho de otra forma, el Estado
Francés ha hecho en este caso un regalo de 4.500 francos a
Microsoft, una empresa no europea que no está presisamente
al borde de la quiebra ni
necesitada de ayudas estatales. Si se extrapola este caso
particular a las compras
realizadas por todas las Universidades de Francia que utilizan
GNU/Linux, se trata ya de millones de francos por año.
Habrá que preguntarse quiénes son los piratas en
este caso. No puedo comprender las razones de un despilfarro
semejante cuando se dice que las arcas del estado están
vacías.
Si uno busca bien, pero verdaderamente bien, es posible
en teoría
intentar que le devuelvan el dinero
(fastidiando al pobre fabricante de la computadora), pero se
trata de una verdadera carrera de obstáculos. En nuestra
escuela muchos
investigadores y alumnos han comprado computadoras o
portátiles para instalar GNU/Linux o Next Step, pero han
sido obligados a comprar Windows sin lograr ningún
reembolso. Esta es la fuente más importante de ganancias
para Microsoft y es por esto que se puede hablar de verdadero
impuesto sobre las computadoras: por cada PC comprado hay un
tanto por ciento de dinero para los hinchados bolsillos de
Microsoft, lo quiera usted o no. Es debido a estos 10 años
de tales prácticas, durante los cuales amasó una
inmensa riqueza y aplastó a toda su competencia, que
Microsoft ha sido amonestada por la justicia americana y europea
en 1995, aunque sin ninguna consecuencia financiera
[19].
Lo cual quiere decir que el botín del robo permanece en
manos por el ladrón, a cambio de la promesa de éste
de no ser reincidente. Debido a esta condena sin castigo
efectivo, hoy en día sigue siendo muy difícil
comprar un PC sin Windows, a menos que uno recurra a los
pequeños ensambladores de PCs clónicos. El caso de
Dell y Gateway 2000 no es aislado, y cada PC comprado es un
“usuario'' de Windows más en las estadísticas, incluso si la primera cosa
que hace el comprador es tirar a la basura Windows
95 para instalar GNU/Linux.
8. Una mirada al posible futuro
de la educación
¿Qué cosa puede suceder si no nos
despertamos de nuestro sueño profundo y permanecemos
sumidos en la trampa de una industria y un
sistema
educativo informatizados por un monopolio privado? Gracias al
famoso atraso tecnológico francés, es posible
responder a esta pregunta: otros países nos llevan ventaja
de unos años, tanto para bien como para mal, y esto nos
permite contemplar un cierto número de futuros
posibles.
Comenzando por el futuro próximo, basta con ir
muy cerca, a nuestra vecina Suiza. El pasado 8 de octubre, el
Ministro de Finanzas suizo anunció un acuerdo con
Microsoft, por el cual el gobierno
pondrá a disposición de los colegios unas 2.500
computadoras, y el gigante americano pondrá otras tantas
licencias de utilización de productos Microsoft y se
ofrecerá a formar a 600 educadores para la
utilización de computadoras [20]
(Un regalo parecido ha sido hecho en Sudáfrica). Es decir,
por menos de lo que cuesta una campaña publicitaria
nuestro monopolista ha adquirido el control total de la
informática en la educación suiza, y
por ende en las empresas suizas, ya que cuando estos estudiantes
alcancen un puesto de trabajo no conocerán otra cosa que
Microsoft Office. Visto en perspectiva, este acuerdo no parece
tan bueno para Suiza, aunque al menos no habrán pagado
nada por el software de Microsoft.
Mejor dicho, para ser exactos, no lo habrán
pagado ahora, porque se les podría empezar a pedir el pago
más adelante, como acaba de suceder en Japón.
El pasado diciembre Microsoft anunció la supresión
al Japón de licencias globales de centro (“site
licenses'', un esquema de contabilización de licencias de
una empresa o una Universidad que permite pagar los programas en
proporción al uso real, y no en relación al
número de computadoras). Esta decisión
impondrá un sobrecosto financiero injustificado y
considerable que los japoneses van a tener que asumir de todas
maneras, dado que no hay otros competidores a los que
acudir.
Veamos un poco más lejos en el futuro: la
Universidad del Estado de California (CSU) está apoyando
en este momento la creación por parte de Microsoft, GTE,
Fujitsu y Hughes Electronics de una compañía, la
CETI, que tendrá el monopolio exclusivo para la
renovación del parque informático de 23 campus
universitarios de la CSU, donde hay más de 350.000
estudiantes y docentes. A
cambio de una inversión de algunos centenares de millones
de dólares durante 10 años en la infraestructura de
la red, la CSU dejará a la CETI elegir las computadoras y
los programas oficialmente usados en los campus. La
proposición habla muy claro: se tratará
solamente de Windows 95 Windows NT y Microsoft Office.
Los beneficios previstos por la CETI, más el impacto en la
educación de los que el día de mañana
serán responsables de empresas (impacto seguro gracias a
los cursos especializados en productos informáticos
privados), se cifra a algunos miles de millones de dólares
en diez años. Y esto sólamente contabiliza los
márgenes de la venta monopolista del hardware y del
software a los estudiantes y docentes en sus campus, los cuales
ya no podrán seguir ciertos cursos sin utilizar esas
computadoras (ver [21]
y la decisión de reexaminar de acuerdo en [22][+]).
10 .Lo que esta en juego: el
control de la información
Pero los elementos comerciales y las políticas
que están en juego superan ampliamente el cuadro de la
educación y de la gestión de empresas. No estamos
hablando de la simple venta de algunas computadoras y programas,
sino del control total sobre toda forma de transmisión y
de tratamiento de la información, en la educación,
en las transacciones bancarias, en los nuevos y viejos medios de
comunicación, y hasta en la intimidad de
nuestra correspondencia privada. Si alguno de los contendientes
del sector obtiene una posición de monopolio en la
gestión de esta información, estará en
situación de hacer pagar un impuesto sobre toda
operación informática (un porcentaje sobre la
transacción electrónica, “vigorish'' en
inglés), tal y como está escrito negro sobre blanco
en una nota interna de Nathan Myrhuold, el CTO de Microsoft.
Dicha nota forma parte ahora del dossier del DOJ y fue publicada
por el Wall Street Journal el año pasado [23].
Pero tal monopolio podrá también obligarlo
a usted a ceder una parte muy importante de su libertad personal,
lo cual puede producir beneficios muy importantes. Reflexione por
un instante sobre el hecho de que todo tipo de información
es susceptible de ser generada en una computadora y que se puede
en principio seguir la pista de toda operación
informática. Por ejemplo, mientras usted observa unas
bellas imágenes
sentado cómodamente delante de su PC multimedia, pueden
ser copiados sus datos bancarios o puede ser constituído
su perfil personal y psicológico para ser utilizado a
espaldas suyas. Esto ya se hace desde hace tiempo con la ayuda de
“cookies'' en los navegadores
Web [24];
ciertas empresas como Sidewalk, filial de Microsoft, le obligan a
aceptar una verdadera violación de su vida privada para
acceder a sus servicios [25].
Gracias a extensiones privadas y vulnerables como el
Active X de Microsoft, le pueden robar el dinero
de su cuenta bancaria mientras usted “navega por la red'', tal y
como ha sido demostrado irrefutablemente por un grupo de
informáticos de Hamburgo en la
televisión alemana y en muchas publicaciones de las
cuales no hemos visto ni rastro aquí en Francia (ver
[26]
para más detalles).
Y aún si Microsoft no se aprovecha de las lagunas
de seguridad de su sistema, otros pueden hacerlo en su lugar. Hoy
en día se puede transmitir un virus dentro del
más simple documentos Word, y si uno compra algo
vía Internet utilizando transacciones “seguras'' el
número de su tarjeta de crédito
podría ser pirateado con sólo ocho horas de
cálculo
en la máquina de un estudiante. Es para preocuparse, sobre
todo si se piensa que el Crédit Lyonnais acaba de cerrar
un acuerdo con Microsoft para la gestión de cuentas de sus
clientes a través de la Web (ver [27]).
Se puede también seguir el rastro de sus
movimientos, los cuales son revelados a espaldas suyas por su
tarjeta de crédito o su teléfono móbil, como quedó
demostrado hace poco en el clamoroso escándalo Suizo, o
también el affaire OM-Valenciennes (en este sentido, cabe
también inquietarse por la fusión del
servicio Microsoft Network con el servicio Wanadoo de France
Telecom).
Para llegar a ese punto sin correr el riesgo de ser
atrapado con las manos en la masa, es necesario controlar toda la
cadena tecnológica: su computadora debe utilizar un
programa específico, capaz de sonsacar ciertas
informaciones a sus espaldas; los proveedores de servicios
Internet deben permitir guardar registros de la
duración y del tipo de conexiones que hace; los servidores
Web que contienen la información que usted busca deben
utilizar programas específicos también capaces de
guardar rastro de estos accessos, y de identificarlo
comunicándose con su navegador. Y sobre todo, es necesario
que todo esto pase sin que usted lo sepa. Hoy en
día un informático medianamente dotado puede
descubrir fácilmente si tal o cual navegador Web
está revelando su identidad a
cualquier servidor Web. Esto es posible porque todavía se
usan protocolos
informáticos que son de dominio público, y deben
permanecer públicos para permitir que programas producidos
por empresas diferentes cooperen razonablemente. Pero si
mañana no hubiera más que un solo productor de
software en el mercado, éste haría todo lo posible
para que el intercambio de información se hiciera por
medios menos transparentes y mucho más difíciles de
desenmascarar, tanto más si pensamos en las leyes sobre
“reverse engineering'' a las que aludimos
anteriormente.
Como verá, no se trata solamente de elegir un
programa de tratamiento de textos.
11. Una oportunidad para
Europa y el empleo
Mi sorpresa por la pasividad, incluso complicidad, de
nuestros medios toca su punto máximo. Estamos admitiendo y
alabando prácticas de filibusteros que incluso ponen en
juego nuestra independencia
económica. Comprendo que en los Estados Unidos no miren
demasiado a dónde van los millones de dólares, ya
que acaban aterrizando en los bolsillos de uno de sus ciudadanos.
Pero no me explico por qué cierran los ojos aquí,
cuando este dinero sale de nuestras billeteras.
Hay que decir que la UE no ha permanecido del todo
pasiva en este campo, y parece haber una investigación de envergadura sobre todas
estas prácticas dudosas sobre las que hemos hablado
[28].
En ciertos discursos de
miembros de la DGIV se lee entre líneas que la
investigación va en el mismo sentido que la lanzada por la
FTC del Japón hace poco. Sin embargo esto no es
suficiente: con la rapidez del desarrollo
tecnológico en el tratamiento de la información,
cuando se llega a terminar una investigación el daño ya
está hecho. Si, como en el acuerdo de 1995, no se aplica
un castigo económico (como ciertas filtraciones hacen
suponer), todo esto servirá de poco.
Necesitamos una política activa en el
dominio de la informática y del tratamiento de la
información en general. En este area ya disponemos de
medios técnicos propios: no olvidemos que en efecto Europa
posee talentos superiores a los que podemos encontrar al otro
lado del Atlántico. Por citar nada más que dos
ejemplos al azar, uno de los autores de NextStep, que ha sido
llamado “el programa más respetado del planeta'', es
francés; y Europa está a la vanguardia en
el desarrollo de los métodos
formales de verificación de programas, que permiten llevar
a cabo proyectos
vitales, el último de los cuales fue el segundo
lanzamiento del cohete Ariane 5.
Tenemos aquí una oportunidad única para
Europa de librarse de golpe del monopolio tecnológico
americano y de dar tanto a nuetras empresas como a nuestras
escuelas una enorme ventaja. Este “atraso'' del cual tanto se
habla es de hecho nuestra mejor ventaja. Significa que no hemos
caído completamente en las trampas hacia las cuales nos
empujan. No olvidemos que “perder el tren'' no es malo, si es un
tren que va a descarrilar. Se puede entonces elegir para nuestras
empresas y nuestros hijos el libre acceso, a un costo
mínimo, una información libre, abierta, segura y
eficaz. Esto en todo caso lo hace un número creciente de
informáticos competentes, que eligen siempre que sea
posible programas libres gratuitos, abiertos, modificables y muy
superiores a los productos trampa preinstalados. Y además,
con un potencial enorme para crear nuevos empleos.
12. Una
posible alternativa: los programas libres
Cuando se trata de elegir el software de nuestros
colegios y universidades con el que nuestros hijos se
iniciarán en la informática, no se está
obligando a atenerse a los equívocos regalos de los
cybermonopolistas. En lugar de un sistema privado que se cuelga
cada dos por tres, cambia constantemente de versión sin
razón alguna, y en el cual el código fuente no es
accesible, se puede elegir un sistema libre, abierto y estable
(es necesario saber que, contrariamente al prejuicio
popular, los programas libres han tenido ampliamente la
ocasión de ser probados [29]).
Con dicho sistema todos los jóvenes pueden trabajar y
aprender con toda seguridad, y permite que los espíritus
curiosos adquieran una formación
informática avanzada e inteligente, pues la
disponibilidad del código fuente les permite ver
cómo está hecho por dentro, e incluso
“desmontarlo'' y volverlo a montar si lo desean.
Y cuando se trata de equipar con sistemas
informáticos a las grandes empresas, es mejor confiar en
los programas en los cuales el código fuente y la
documentación es constantemente verificada y puesta al
día por una comunidad técnicamente competente,
pudiéndose adaptar a sus necesidades particulares a bajo
costo. Algunos estudios serios, llevados a cabo por consultoras
expertas en informática, han evaluado las ventajas
económicas y estratégicas que supone para las
empresas basarse en los programas abiertos, en vez de atarse a
los programas monopolistas (ver por ejemplo [30]
y [31,
32]). Se pueden encontrar muchos ejemplos
de empresas en Europa que han puesto en práctica esta
teoría con éxito, exportándola
después al otro lado del Atlántico (ver
[33]
y la creciente lista [34])
Todo esto es posible sin invertir un céntimo,
gracias al trabajo comenzado hace unos 15 años por Richard
Stallman y la Free Software Foundation. El objetivo
declarado de ésta era producir un sistema operativo
enteramente libre, denominado GNU [35].
Este trabajo ha sido completado recientemente gracias al esfuerzo
de miles de programadores competentes, que respondieron a la
llamada de Linus Torvalds desde todos los países del mundo
para contribuir en conjunto, sin fines lucrativos, a completar
este sistema operativo libre, gratuito y abierto. Se trata de una
versión de Unix conocida bajo el nombre de Linux (ver por
ej. [36,
37]), aunque sería probablement mas
justo llamarle GNU/Linux [38],
como se hace en este artículo. La historia de GNU/Linux es
de aquellas que no se cuentan sin recordar palabras que
deberían ser queridas no solamente por los franceses:
libertad, igualdad,
fraternidad. Se puede encontrar todo tipo de software para este
sistema: servidores Web, máquina virtual Java, emuladores
DOS, los útiles GNU, incluso paquetes ofimáticos. Y
no hay que pagar nada para obtener estos productos de base. La
Comunidad Europea podría también dar un apoyo a
este fenómeno tan positivo: una suma de algunas docenas de
millones de francos, cifra irrisoria en la escala del
presupuesto
europeo, permitiría, si es bien utilizada, terminar
rápidamente proyectos como GNUStep [39],
favorecer el desarrollo de GNU/linux y establecer una plataforma
abierta y de calidad para tener paquetes ofimáticos
interoperables.
La elección de un sistema abierto y libre puede
neutralizar el impuesto sobre la información y
también favorecer el empleo y hacer
a nuestras empresas más competitivas. El dinero que ya no
se esfuma (en Windows) puede dedicarse a la actividad productiva
y a financiar los contratos de
mantenimiento
con empresas locales de servicios informáticos, las cuales
pueden adaptar el sistema a las necesidades específicas de
las empresas. Esto puede crear un verdadero espacio de
crecimiento y de empleos cualificados para ingenieros, los cuales
serán ahora responsables de la calidad de su producto. No
como los comerciantes mal pagados que intentan vender un producto
sobre el cual no tienen ningún control, y del cual los
beneficios van a parar a otra parte.
En Francia, los empleos de este género
serán indispensables en un futuro venidero si queremos que
funcionen las futuras redes informáticas
instaladas en las escuelas, dentro del cuadro del Plan Internet
para Todos. Es necesario a cualquier precio evitar cometer de
nuevo el error del “gurú en la caja'': esta creencia de
que el manual de instalación transmite toda la
sabiduría necesaria para la utilización de una
computadora. Creencia que acabó convirtiendo un
número incalculable de computadoras Thomson del Plan
Informático para Todos de 1981 en unos caros
pisapapeles.
La informática y las computadoras nos dan la
posibilidad de revolucionar nuestra forma de vivir cotidiana.
Pero es nuestra responsabilidad elegir entre una revolución
que nos acabe llevando a una oscura Edad Media
tecnológica dominada por unos pocos señores
feudales que se apropien de la escritura y de
todo medio de comunicación para recaudar impuestos cada
vez que respiremos; o por el contrario una revolución que
nos lleve a un mundo abierto y moderno, donde el flujo libre de
la información nos permita sacar provecho del enorme
potencial de la cooperación sin barreras y de la
posibilidad de compartir nuestros conocimientos.
Esta traducción en espagñol no hubiera
podido existir sin la ayuda de Clara Rabinovich, de Delia Kesner,
y sobre todo de José L. Marín
(jose[arroba]ma.hw.ac.uk). Es para mi muy
simbólico el hecho de que esta traducción,
así como todas las otras traducciones de este texto, haya
sido hecha gracias a la cooperación sin barreras que
sólo un sistema informático mundial abierto y
moderno puede garantizar.
Copyright
(C) Copyright Roberto Di Cosmo, 1997. Las opiniones
vertidas en este artículo pertenecen únicamente a
su autor, y no vinculan en modo alguno a la ENS, el DMI o el
LIENS. Este texto está protegido por las leyes de la
propiedad
intelectual. Queda autorizada a todo individuo que
no trabaje para Microsoft, ni para ninguna empresa con contratos
de confidencialidad con Microsoft, la reproduccion
para uso personal y sin objeto de lucro de este artículo,
con la condición de que sea reproducido integralmente,
incluída esta nota de copyright. Microsoft y sus socios
pueden solicitar al autor, si lo desean, una licencia individual
de copia, a un precio de que será establecido por el
autor; en caso de violación de esta claúsula, se
solicitará una indemnización de 1 millón de
francos franceses.
1
James Wallace and Jim Erickson. Hard Drive: Bill
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2
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5
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18
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19
Bulletin UE 07-1994 (fr): 2.4.1 Engagement de Microsoft
envers la Commission européenne.
http://europa.eu.int/abc/doc/off/bull/fr/9407/p204001.htm.
20
Swiss schools to get MS software.
http://www.news.com/News/Item/0,4,15086,00.html.
21
MS college deal protest escalates.
http://www.news.com/News/Item/0,4,17212,00.html.
22
Cal State delays MS pact.
http://www.zdnet.com/zdnn/content/zdnn/0107/269241.html.
23
Philip Elmer-DeWitt. Bill Gates wants a piece of
everybody's action. Time, 6/5/95.
24
O. Casey Corr. Cybersnoops on the loose; web-site
surfers beware: Software 'cookies' gathering personal data.
The Seattle Times, 8/10/97.
25
http://seattle.sidewalk.com/link/43750. Attention, le
texte est formatté de telle sorte que les conditions se
trouvent trop à droite sur plein de navigateurs. Faite
dérouler la page vers la droite pour les lire.
26
ActiveX – Conceptional Failture of Security.
http://www.iks-jena.de/mitarb/lutz/security/activex.en.html.
27
http://www.microsoft.com.
28
Europa/Competition/Effective competition.
http://europa.eu.int/en/comm/dg04/speech/six/en/sp96016.htm.
29
Information wants to be valuable.
http://www.netaction.org/articles/freesoft.html.
30
http://www.smets.com.
31
Bernard Lang. Des logiciels libres à la
disposition de tous. Le monde diplomatique, January
1998. Aussi disponible comme
https://www.monde-diplomatique.fr/md/1998/01/LANG/9761.html.
32
Bernard Lang and Jean-Claude Guédon. Linux, mini
os contre maxi exploitation. Libération, 7
November 1997. Aussi disponible comme http://pauillac.inria.fr/
lang/ecrits/libe/www.liberation.com/multi/tribune/art/tri971107.html.
33
http://mercury.chem.pitt.edu/
angel/LinuxFocus/English/November1997/article9.html.
34
Freeware usage. http://pauillac.inria.fr/
lang/hotlist/free/use/.
35
http://www.gnu.org.
36
http://www.linux.org.
37
Linux center. http://www.math.jussieu.fr/
fermigie/linux-center/.
38
http://www.gnu.org/gnu/linux-and-gnu.html.
39
http://www.NMR.EMBL-Heidelberg.DE/GNUstep/.
40
James Love and Ralph Nader. Microsoft, monopole du
prochain siècle? Le monde diplomatique, November
1997.
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Trampa en el
Cyberespacio[+]
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Drakos, Computer Based Learning Unit, University
of Leeds.
The command line arguments were:
latex2html -split 0
-ascii_mode p.tex.
The translation was initiated by Roberto Di Cosmo on Fri
Oct 9 22:48:54 MET 1998
…Cyberespacio
El original francés está desde el 20 de
Marzo 1998 en la dirección:
http://www.mmedium.com/dossiers/piege.
…Windows
La confusión es tal que ya no se distingue entre
el “sistema operativo'' y las “aplicaciones'': en la prensa se
llegó a hablar de Windows 97, cuando en realidad
sólo se trataba de Windows 95 provisto de un conjunto de
aplicaciones como Word, Excel, etc., llamado corrientemente
Office 97!
…bytes
Un byte es un número binario de 8 cifras,
utilizado para medir el tamaño de la memoria de
un ordenador. Se utilizan también el Kilobyte, el
Megabyte, y Gigabyte, abreviados respectivamente como Kb, Mb y
Gb
…mejores
Ver Technologie et Marché: journal d'un
consommateur insatisfait, del mismo autor.
…PC
PC significaba solamente personal computer;
ahora el nombre ha sido secuestrado por un sólo tipo de
computadora personal, la cual utiliza microprocesadores
Intel.
…apartamento
Práctica peligrosa que está prohibida
actualmente en Europa.
…jamás
Contrariamente al costo del hardware, que baja a
velocidad
impresionante, el precio del software Microsoft no baja de manera
significativa, y a veces hasta sube, con cada nueva
versión: por ejemplo, Windows 95 en Francia se vende al
precio al público de 1.270 francos (antes de impuestos),
mientras era disponible a menos de 800 francos en su lanzamiento
de 1995.
…puro
Muchos editores de software venden sus programas sin una
garantía real, pero son muy pocos los que pueden tener
todas esas ventajas juntas, y solamente Microsoft tiene el poder
de imponer sus productos, creando de esa forma un
verdadero impuesto a la información.
…empresas
Se trata de Le Virus Informatique y Les
puces informatiques, ver [8].
…formatos
Desde hace muy poco, es posible bajar una impresionante
panoplia de convertidores y visualizadores desde
http://www.microsoft.com/office/office/viewers.asp, pero eso
sólo sirven para convertir documentos entre todos esos
formatos Microsoft incompatibles, y no para liberarlos de la
trampa monopolista: hay que tener un PC con windows para usarlos!
Lo que hace falta, son formatos libres y
documentados, todo lo contrario de la filosofía
Microsoft.
…autor
Richard Stallman vino a Europa en 1991 para exponer los
peligros de la aceptación pasiva por parte de la CEE de
este escandaloso asunto. Algunos de esos argumentos se pueden
encontrar en [9]
…hecho
Para la historia de un caso real, ver Stac contra
Microsoft en [10];
afortunadamente, las cosas cambiaron en Europa, en donde ya se
permite una forma limitada de “reverse engineering''
[11].
Véase también la oposición feroz a toda
reglamentación que pudiera garantizar la interoperabilidad
entre sistemas distintos [12].
…disimularlo
El autor de este artículo no se limitó a
mirar el sitio Web: unas llamados telefónicas bastaron
para verificar que no se puede comprar una computadora
sin software Microsoft a Gateway o Dell.
…en [22]
Nota: finalmente, el acuerdo fracasó a mediados
de 1998 gracias a la oposición firme de estudiantes y
profesores
Roberto Di Cosmo
dicosmo[arroba]ens.fr
http://www.dmi.ens.fr/~dicosmo