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Trampa en el Cyberespacio




Enviado por Roberto Di Cosmo



    1. Armario con cajones y lavado de
      cerebros
    2. El impuesto a la
      información
    3. El carácter específico
      del software
    4. Los fabricantes atrapados en la
      trampa
    5. El país de los
      tecnocretinos
    6. Prácticas
      dudosas
    7. Bordeando la ley
    8. Una mirada al posible futuro de la
      educación
    9. Lo que esta en juego: el control de
      la información
    10. . Una oportunidad para
      Europa y el empleo
    11. Una posible alternativa: los
      programas libres
    12. Para concluir
    13. .
    14. References

    Durante las últimas vacaciones de Navidad me he
    quedado asombradísimo con la fascinación creciente
    de los medios de
    comunicación por ese oscuro objeto del deseo que se
    oculta detrás de las palabras “ordenador'', “multimedia'',
    web'', “internet'' y sus derivados.
    Si uno creyera a esos medios de
    comunicación y a un buen número de expertos
    improvisados, no se podría pretender ser un ciudadano de
    primera clase sin
    poseer el ultimísimo (y muy caro) material
    informático que da acceso al paraíso encantado del
    “cyberespacio''.

    Es también difícil ignorar la omnipresente
    y extraña confusión que nos incita a pensar que el
    único tipo existente de ordenador es el PC, por supuesto
    equipado con un chip de Intel, y que en ese PC sólo puede
    haber un programa
    indispensable, Microsoft
    Windows[+].

    Esto es todavía más curioso si
    consideramos que el fenómeno de servilismo intelectual
    ante estos dos gigantes americanos llega a su punto máximo
    justo en el momento en el cual los Estados Unidos
    parecen comenzar a despertarse de un largo sueño que ha
    permitido a estos gigantes adquirir una posición de
    monopolio
    prácticamente absoluta. Por el camino, ambas empresas han
    destruido un número impresionante de empresas cuyos
    productos eran
    de calidad muy
    superior (todo esto está muy bien documentado en numerosas
    obras — como por ejemplo [1,

    2
    ,
    3
    ] — disponibles en los Estados Unidos,
    pero no han sido, que yo sepa, traducidas al
    francés).

    Pienso por ejemplo en la campaña lanzada por
    Ralph Nader (defensor de los consumidores que ha logrado hacer
    retirar del mercado un
    automóvil peligroso producido por General Motors) y en el
    proceso que
    está llevando a cabo el DOJ (Department of Justice, el
    ministerio de justicia
    federal de EEUU) contra Microsoft en este momento. Pienso sobre
    todo en la sorprendente reacción del público
    americano en los sondeos de opinión en Internet: una
    mayoría aplastante apoya las acciones del
    DOJ incluso cuando las encuestas son
    realizadas por empresas como CNN, que son decididamente
    pro-Microsoft en sus artículos (sondeos de opinión
    de la CNN [4]
    y también de la ZDnet [5];
    esta última limitó arbitrariamente la
    duración de la encuesta y no
    anunció su resultado hasta haber recibido numerosas
    cartas de
    protesta).

    Por el contrario, nuestro público está
    bien lejos del despertar: mecido por la suave voz del conformismo
    ambiental, se adormece aún más y más en los
    brazos de Microsoft. Nuestro público sueña con un
    mundo feliz, en el cual un gran filántropo distribuye a
    todos los estudiantes de Francia copias
    gratuitas de Windows 95 con
    la única finalidad de ayudarlos a recuperar su atraso
    tecnológico. Nuestro público sonríe al
    pensar en las pantallas azules llenas de mensajes
    tranquilizadores que explican cómo “el programa X ha
    provocado la excepción Y en el módulo Z'': fallo
    que por supuesto no ha sido culpa de Windows, sino del programa
    X. Nuestro público duerme feliz sin preguntarse por
    qué un ordenador mucho más potente que aquel que ha
    servido para enviar hombres a la luna — y que además los
    ha traído de vuelta vivos — no es capaz de manipular
    correctamente un documento de un centenar de páginas,
    cuando éste está equipado con ese Microsoft
    Office que
    hace tan felices a todos nuestros comentaristas.

    1. Armario con cajones y lavado
    de cerebros

    He tenido muchas ocasiones de medir personalmente la
    profundidad de este sueño hipnótico del cual he
    hablado anteriormente, pero la más graciosa es seguramente
    aquella que se me presentó hace algún tiempo durante
    un viaje en TGV. Las computadoras
    portátiles (esos embriones de computadoras que cuestan
    tanto como un coche pequeño, que se pueden guardar en un
    maletín y que sirven con mucha frecuencia para jugar al
    solitario) proliferan en estos tiempos casi tanto como los
    teléfonos móviles, sobre todo en los trenes y
    aviones. Pues bien, durante uno de mis viajes, me
    encontraba sentado al lado de un agradable señor, joven
    ejecutivo dinámico, que estaba ejecutando en su
    máquina el calamitoso (veremos por qué más
    adelante) programa DeFragEste programa
    muestra en la
    pantalla una hermosa matriz llena
    de pequeños cuadraditos de diferentes colores que se
    mueven en todos los sentidos
    mientras el disco trabaja intensamente. No pude resistir la
    tentación (espero que este señor no se ofenda si se
    reconoce en este artículo) y después de haberlo
    elogiado por su hermoso portátil, le pregunté,
    fingiendo la mayor ignorancia, qué era ese lindo programa
    que yo no tenía en mi portátil. Con un aire de
    superioridad mezclada con compasión ( “el pobre hombre no
    tiene mi super programa''), me respondió que ésta
    era una herramienta esencial que hay que lanzar cada cierto
    tiempo para hacer más rápida la máquina
    desfragmentando el disco. Continuó repetiéndome de
    memoria los
    argumentos que se encuentran en los manuales de
    Windows: cuánto más se utiliza el disco más
    se fragmenta y cuánto más se fragmenta, más
    lenta se vuelve la máquina; ésta es la razón
    por la cual él ejecuta concienzudamente
    DeFrag cada vez que puede. En ese momento
    saqué mi computadora
    portátil, que no utiliza Windows sino GNU/Linux (una
    versión libre, gratuita, abierta y muy eficaz de Unix,
    desarrollada por los esfuerzos comunitarios de millares de
    personas en Internet) y le dije, con una expresión muy
    sorprendida, que en mi portátil el disco está
    siempre muy poco fragmentado y cuanto más se utiliza menos
    se fragmenta.

    Nuestro ejecutivo, ya menos cómodo,
    contestó que su portátil utilizaba la última
    versión de Windows 95 producida por la empresa
    más grande de software del mundo, y que yo
    seguramente me estaría equivocando en algún punto.
    Traté entonces de hacerle olvidar por un instante la
    propaganda que
    lo había intoxicado hasta ese momento, explicándole
    de manera muy simple el problema de la desfragmentación:
    voy a tratar de resumirles a ustedes una apacible
    conversación que duró una buena media
    hora.

    Usted sabe seguramente que sus datos
    están guardados en “archivos'' que
    son memorizados sobre el disco duro de
    la
    computadora. Este disco es como un gigantesco armario con
    cajones, cada cajón tiene la misma capacidad
    (típicamente 512 bytes[+])
    y cada disco contiene algunos millones de cajones. Si los datos
    que a usted le interesan son guardados en cajones contiguos se
    puede acceder a ellos más rápidamente que si
    estuvieran desparramados (a partir de ahora diremos fragmentados)
    dentro del armario. Esto no tiene nada de raro, es lo que nos
    pasa todos los días cuando hay que encontrar un par de
    calcetines: uno las encuentra mucho más rápido si
    ambas se encuentran en el mismo cajón. Estamos entonces de
    acuerdo en que es mejor un armario bien ordenado que uno
    desordenado. El problema reside en saber cómo hacer para
    conservar el armario ordenado cuando este se utiliza
    frecuentemente.

    Imaginemos ahora un ministerio que guarda sus
    expedientes en un enorme armario con millones de cajones. Nos
    gustaría, por las mismas razones antedichas, que los
    documentos
    relativos a un mismo expediente se encuentren, en la medida de lo
    posible, en cajones contiguos. Usted debe contratar una
    secretaria y tiene la opción de elegir entre dos
    candidatas con prácticas bastante diferentes: la primera,
    cuando un expediente debe eliminarse del archivo, se
    limita a vaciar los cajones, y cuando un nuevo expediente entra,
    lo separa en pequeños grupos de
    documentos de la medida de un cajón y archiva cada
    grupo al azar
    en el primer cajón vacío que encuentra en el
    armario. Cuando usted le señala que así va a ser
    muy difícil encontrar rápidamente todos los
    documentos que tienen que ver por ejemplo con el expediente del
    Crédit Lyonnais, ella responde que va a ser necesario
    contratar todos los fines de semana una docena de ayudantes para
    poner de nuevo todo en orden. La segunda candidata, al contrario
    que la primera, conserva sobre su escritorio una lista de cajones
    vacíos contiguos, la cual pone al día todas las
    veces que un expediente es cerrado y sacado de los cajones.
    Cuando entra un nuevo expediente, ella busca en su lista un
    conjunto de cajones vacíos contiguos de la medida
    necesaria, y es ahí donde coloca el nuevo expediente.
    Así, le explica ella, el armario permanecerá
    siempre bien ordenado, incluso aunque haya muchos movimientos de
    expedientes. No hay duda de que es la segunda secretaria la que
    debe ser contratada, y nuestro joven ejecutivo estuvo
    perfectamente de acuerdo.

    En ese momento fue fácil hacerle entender que
    Windows 95 actuaba como la primera secretaria y necesitaba de
    ayudantes que ordenen el armario (el programa
    DeFrag), mientras que GNU/Linux actuaba como la
    buena secretaria y no necesitaba de nadie para ayudarla. Al
    llegar a la estación, nuestro gentil ejecutivo ya no
    estaba tan contento: le habían enseñado que
    DeFrag hace andar más rápido la
    máquina, pero habíamos visto juntos que en realidad
    es Windows quien la hace lenta!

    En efecto, el problema de la gestión
    eficaz de los discos es muy viejo y hace mucho tiempo que se sabe
    como resolverlo (la prueba es que Unix es más antiguo que
    Microsoft y tiene la buena secretaria desde 1984!). Y
    todavía hay cosas mucho peores que
    DeFrag; desafortunadamente, no tenemos tiempo para
    contarles todas las pequeñas y sabrosas historias sobre el
    programa ScanDisk que se supone tiene que
    “reparar'' los discos, pero que propone opciones incomprensibles
    cuyo resultado final es, la mayoría de las veces, la
    destrucción pura y simple de la estructura de
    los expedientes, aún cuando los datos podían haber
    sido recuperables antes de ejecutar este programa.

    No solamente esto es imposible con Unix (a menos que el
    disco sea taladrado con una máquina), sino que las
    técnicas correctas de gestión de un
    disco son enseñadas en los primeros cursos de informática de la Universidad desde
    hace más de 10 años.

    La simple existencia de un programa como
    DeFrag o los daños producidos por el
    ScanDisk de Windows 95 deberían ser
    suficientes para que cualquier persona
    inteligente con poder de
    decisión pudiera tachar Microsoft de la lista de sus
    proveedores. Y
    sin embargo, como prueba de la eficiencia del
    lavado de cerebros y del profundo sueño en el cual hemos
    estado
    sumidos, aquí en Francia estamos dispuestos a convertir el
    sistema
    informático bancario a productos Microsoft, así
    como a elegirlos también para la educación de
    nuestros hijos. El poder de la maquinaria comercial de ciertas
    empresas logra realizar tal distorsión de la realidad que
    llegamos a creer fervientemente que los defectos más
    graves de ciertos programas son por
    el contrario totalmente indispensables (a propósito de
    esto, en el mundo informático hace mucho tiempo que se
    emplea el dicho “it's not a bug, it's a feature!''
    no es un defecto, es una funcionalidad!). Sucede también
    que los especialistas que tienen los conocimientos necesarios
    para desarmar todas estas trampas y poner en evidencia los
    errores, los peligros y las manipulaciones, sin riesgo de ser
    considerados como competidores derrotados y gruñones, se
    han callado durante demasiado tiempo. Tenemos aquí un
    fenómeno bien extraño: por un lado, ningún
    científico serio tiene ganas hoy en día de publicar
    un artículo en la prensa que se
    dice de informática, por miedo a manchar su
    reputación por haber tratado con mercachifles. Por el otro
    lado, al no tener el apoyo de científicos serios, la
    prensa informática se transformó, vía
    soporte publicitario, en un eco poco edificante de los
    fabricantes de computadoras. Esto la hace aún más
    mercachifle, y aún menos frecuentable por expertos
    serios.

    2. El impuesto a la
    información

    Sin embargo el monopolio Wintel (Windows + Intel,
    término recurrente en la prensa americana) que se
    está instalando en Francia y en el mundo entero tiene
    tales apuestas en juego, y no
    solamente económicas, que no nos podemos callar más
    bajo ningun pretexto. No se trata solamente de aceptar vivir con
    una mala tecnología ignorando
    que se podría tener algo mucho mejor: esto ya se ha
    producido varias veces, por ejemplo con el sistema de
    vídeo VHS que desplazó al Video 2000 y
    Betamax, que eran mucho mejores[+].
    Aquí se trata del hecho de que nuestros nuestros
    gobernantes hayan aceptado que el monopolio Microsoft-Intel
    adquiera un total dominio de la
    información, explotándolo
    además en su exclusivo beneficio. Estoy seguro de que
    aquel entre ustedes que tenga algún conocimiento
    de economía
    ya ve a dónde quiero llegar: este monopolio logra desde
    hace muchos años el cobro de una verdadera tasa
    monopolística
    , es decir, que explota la posibilidad
    que tiene un monopolio de vender a precios
    inflados, ejerciendo así un verdadero chantaje sobre los
    consumidores que se ven forzados a comprarle a él. Esta
    tasa es enorme, pero más grave aún, su importe sale
    del espacio europeo sin que nos demos cuenta, y no solamente no
    produce riqueza alguna sino que por el contrario la destruye (ver
    por ejemplo [6]
    y [7]).

    Veamos ahora los medios por los
    cuales se consolida este monopolio cada día un poco
    más, sin descuidar los riesgos no
    económicos que el mismo produce sobre nuestra vida de
    todos los días. En el caso de la informática, las
    posibilidades ofrecidas a las empresas sin escrúpulos son
    particularmente temibles. Trataremos de comprender esto
    comenzando por todo lo que no se entiende necesariamente como una
    práctica dudosa o ilegal.

    3. El carácter específico del
    software

    Para comenzar a comprender porqué pagamos un
    impuesto invisible cada vez que compramos un PC[+]
    o los programas Windows, hay que familiarizarse primero con
    una característica que distingue la informática de
    cualquier otro dominio tecnológico: el costo de la
    duplicación de productos. Una vez que un programa ha sido
    realizado, cosa que puede costar muy caro, se puede duplicar en
    un CD-Rom al
    costo de sólo algunos francos por copia, o se puede
    transmitirlo por la red a un costo que no cesa
    de reducirse, de manera totalmente independiente de la
    calidad y del costo de
    producción de la primera copia. Los únicos
    componentes cuyo costo no es infinitesimal son aquellos a los que
    llamamos “el soporte'': las miles de páginas del manual de papel,
    o las docenas de disquettes necesarios para archivar el software
    cuando no se dispone de lectores de CD-Rom. Pero
    los editores de programas, que tienen todo el interés en
    hacer desaparecer ese costo fijo, no tardaron mucho en ocuparse
    de ese tema: usted habrá remarcado que los PC que se
    venden en los supermercados vienen acompañados de
    programas pero prácticamente de ningún manual,
    salvo alguna breve nota explicativa (sic!). Hay por supuesto
    manuales “on-line'', es decir no sobre papel. Nadie va a
    impedirle que se gaste algunos centenares de francos para
    imprimirlos, si a usted se le antoja. Yo mismo pude constatar
    personalmente que una empresa
    japonesa muy conocida, cuyo nombre me reservo, vende computadoras
    portátiles de las más caras del mercado sin proveer
    siquiera un CD-Rom con los programas: todo está instalado
    en el disco duro, y para hacer una copia de seguridad todo
    depende de nosotros mismos, si queremos comprar los 40 disquettes
    necesarios y pasar un día entero jugando a ser un
    disk-jockey con la máquina. Podemos decir entonces que
    actualmente, con estas prácticas, el costo de copia de un
    programa esta prácticamente reducido a cero.

    Una segunda característica esencial es el status
    legal de un programa: por varias razones, no tan extrañas
    si uno lo piensa detenidamente, el software, ese sofisticado
    producto de
    tecnología de punta utilizado por millones de personas en
    su vida profesional, y convertido en piedra angular de una nueva
    revolución
    industrial, goza de la misma inmunidad que las obras de
    arte (de
    hecho, los industriales del software se llaman “editores''). Por
    ejemplo, no hay ninguna cláusula legal ni ninguna jurisprudencia
    que permita garantizar que el software haya de cumplir una
    determinada función,
    ni siquiera aquella para la cual usted lo ha comprado. Esta
    situación es razonable cuando se compra una novela o un
    cuadro (de gustibus…decían los romanos), pero
    deja de serlo cuando se aplica al software: usted no puede
    demandar a Microsoft legalmente ante la justicia por defecto de
    construcción, al haber descubierto que
    Windows 95 no está hecho con las mínimas
    prácticas establecidas de la ciencia
    informática; mientras que usted sí puede acusar a
    un fontanero o a un electricista por realizar una
    instalación que no está hecha conforme a las
    normas.

    Lo peor es que no hay ninguna toma de responsabilidad por los daños que el
    software pueda producir. De nuevo, es razonable que usted no
    pueda llevar a juicio a un cantante porque el último CD
    tecno que comprara su hijo provocara una disputa familiar en el
    curso de la cual se rompiera un jarrón chino
    valiosísimo. Pero es perfectamente inaceptable que usted
    se quede indefenso si pierde 200 Mb de datos comerciales muy
    valiosos de su disco duro a causa del vetusto sistema de archivos
    de Windows 95 y de su horripilante programa
    ScanDiskSobre todo sabiendo que podría
    probar muy fácilmente delante de un tribunal que los
    conocimientos técnicos necesarios para realizar un
    producto ampliamente superior, gracias al cual no hubiera perdido
    sus datos, son de dominio público desde los años
    70, y que el código
    mismo que implementa estas técnicas en el Unix de AT&T
    ha sido comprada por Microsoft. Pero en cambio,
    sí que puede arrastrar ante la justicia a su electricista
    si éste le instala cables eléctricos en los
    zócalos de madera de su
    apartamento[+].

    Finalmente, una consecuencia muy grave de esta impunidad es
    que el “editor'' de software no está de ninguna manera
    obligado, desde el punto de vista legal, a corregir los errores
    reconocidos y documentados, aún cuando esos fallos sean
    voluntarios. Dicho de otra manera, el “editor'' de software es
    libre de venderle a usted lo que a él le parezca, o mejor
    dicho, aquello que su departamento publicitario le haga creer que
    compra, sin ninguna obligación de resultados, y sin que
    usted tenga el menor recurso, aún en caso de mala fe
    manifiesta. Peor aún, puede ocurrir que le hagan pagar por
    las versiones de “actualización'', que son en realidad
    correcciones de defectos, a precios tan caros como el producto
    original.

    Además, este status jurídico tan
    sorprendente, estaba probablemente justificado cuando los
    programas eran escritos por un ingeniero en su garage, pero es
    absolutamente aberrante hoy en día. Ahora nos encontramos
    con multinacionales del software cuyas finanzas son
    colosales, y no dan provecho a todos los editores de software
    sino solamente a los más poderosos. Está claro que
    una gran empresa puede y
    debe obligar a un prestatario de servicios
    informáticos a firmar un contrato
    contrayendo obligaciones
    de resultados y conteniendo cláusulas de garantía,
    pero por desgracia, esto no está al alcance del consumidor, ni de
    la mayoría de las empresas, cuando el editor de software
    en cuestión tiene la capacidad financiera suficiente para
    comprar o destruir su empresa en algunas semanas.

    Me imagino que en este momento, al igual que nuestro
    joven ejecutivo dinámico de hace un rato, usted
    comenzará a sentirse menos cómodo: el cyberespacio
    encantado comienza a mostrar sus costados poco agradables, y esta
    maravillosa empresa filantrópica que ha sido siempre
    presentada como el súmmum de la tecnología
    informática y del éxito
    del libre mercado comienza a parecer cada vez menos
    filantrópica. Desafortunadamente, estamos solamente en el
    principio de nuestro paseo por el lado oscuro del planeta
    Microsoft, y todavía no hemos llegado a lo
    mejor.

    4. Los fabricantes atrapados en
    la trampa

    La posición de monopolio de Microsoft le permite
    también desembarazarse con facilidad de las otras posibles
    fuentes de
    costo para la comercialización del software: la
    asistencia técnica y la distribución. Para la primera,
    podríamos imaginarnos que aunque el editor no esté
    legalmente obligado a ayudarle a instalar su software, se
    encontrará obligado a hacerlo para no perder los clientes. No se
    preocupe, Microsoft tiene la solución: es suficiente leer
    unas frases que se encuentran en la licencia de Windows 95 de la
    cual reproduzco aquí un extracto:

    6. SOPORTE TÉCNICO. El soporte técnico
    para el PRODUCTO SOFTWARE no es proporcionado por Microsoft
    Corporation o sus subsidiarias. Para obtener soporte
    técnico, remítase al número de soporte del
    Fabricante de PC suministrado en la documentación para la computadora
    (ordenador). Si tiene dudas con respecto a este CLUF (“Contrato
    de Licencia para el Usuario Final''), o si desea comunicarse con
    el Fabricante de PC por cualquier otra razón,
    remítase a la dirección proporcionada en la
    documentación de la COMPUTADORA/ORDENADOR.

    Astutos, verdad? Se hace responsable de todo al
    fabricante de la computadora, el cual no tiene nada que ver
    con DeFrag pantallas azules y demás
    desastres, pero acaba pagando las consecuencias financieras de
    esos errores (y yo sabré algo de eso, vista la cantidad de
    veces que traté inútilmente de comunicarme con el
    servicio de
    asistencia telefónica para la instalación de
    Windows, siempre para el portátil de la marca japonesa
    que no he revelado más arriba y que todavía
    ocultaré aquí). Si Windows 95 no estuviera en
    posición de monopolio, los fabricantes de computadoras se
    librarían con mucho gusto de este tipo de
    acuerdos.

    Para la distribución del software es la misma
    historia. De
    nuevo son los fabricantes, ensambladores y revendedores de
    computadoras los que pagan el costo: ellos deben preinstalar
    Windows 95 en las máquinas.
    Pero hoy existe algo aún mejor que es la
    distribución del programa por Internet sin ningún
    soporte material. Esto es un golpe genial: usted paga por un
    programa y después paga el gasto de obtenerlo por la red
    (y qué gasto, con el tamaño de un Microsoft Office
    en nuestros días), reduciendo efectivamente el costo total
    de la copia y distribución por el “editor'' a exactamente
    cero francos. Y se pregunta por qué un cierto presidente
    de un cierto país del otro lado del atlántico ha
    sugerido firmemente liberar completamente de impuestos al
    comercio
    informático? Bien, aquí tiene una parte de la
    respuesta!

    En resúmen,
    si hoy uno se llama Microsoft, y solamente si se llama
    Microsoft, puede vender más o menos cualquier cosa, sin
    obligación de resultado y sin temor a ser demandado. Todo
    esto con un costo unitario nulo, y a un precio al
    público que no baja jamás[+],
    y que se traduce en beneficio puro[+].
    Falta comprender por qué no solamente el gran
    público, que no conoce nada de computadoras, sino
    también las grandes empresas, los gobiernos y los medios
    (que deberían disponer de servicios informáticos
    altamente calificados), no utilizan su libertad de
    elegir otra cosa que los productos Microsoft. Para responder a
    esta pregunta no es suficiente culpar a los mercanchifles de la
    prensa que se dice especializada, aún cuando su parte de
    responsabilidad es bien evidente. Deberemos llevar a cabo una
    exploración más profunda de la cara oculta de este
    gigante, para comenzar a descubrir ciertas prácticas
    dudosas que rozan frecuentemente la ilegalidad, y que con mucho
    desagrado encuentro que no son comentadas en ninguna parte del
    panorama mediático [francés], salvo en algunos
    pequeños folletos satíricos efímeros que no
    son ciertamente la lectura
    preferida de los altos responsables de las
    empresas[+].

    5. El país de los
    tecnocretinos

    Para ver la cosa más clara, olvidemos por un
    instante las computadoras, el software y todo eso. Siempre hemos
    estado condicionados a considerar estas cosas como útiles
    pero difíciles, es decir, a renunciar a formarnos una
    opinión personal acerca
    de este tema. Nos han dicho que es demasiado complejo y que
    debemos limitarnos a seguir la sabia elección de los que
    se dicen expertos (por ejemplo, la revista
    americana Byte, de gran difusión, tiene en su logotipo la
    leyenda “Byte, because the experts decide''–Byte, porque los
    expertos deciden).

    Dejemos de lado por un instante a los expertos, para ir
    a ver lo que pasa en el mundo paralelo imaginario de los
    TecnoCretinos, en el que una empresa llamada MacroPrensa obtiene
    poco a poco el control absoluto
    de todas las imprentas del planeta. Esta no controla directamente
    los periódicos, pero es la que los imprime con los
    caracteres MacroPrensa, de los cuales es la única
    propietaria. Un buen día, tras una gran campaña
    publicitaria alabando las bondades de un nuevo juego de
    caracteres que permitirá obtener periódicos
    más modernos, esta empresa comienza a imprimir todo con
    caracteres klingonianos (el alfabeto de los Klingons en la famosa
    serie StarTrek). De esta manera, nadie más puede leer los
    nuevos libros o
    periódicos sin recurrir a la Lupa de la MacroPrensa,
    disponible a la venta en todos
    los kioscos, donde es distribuída con cargo a los editores
    de periódicos. El público, encantado de la
    maravillosa novedad tecnológica, se adapta y compra la
    Lupa. Envalentonados por el éxito de esta iniciativa,
    MacroPrensa comienza a cambiar el juego de caracteres
    periódicamente, todos los años, y después
    todos los semestres; las viejas Lupas ya no pueden leer los
    nuevos periódicos y hace falta renovarlas con grandes
    gastos cada dos o
    tres meses. Un competidor de MacroPrensa ve ahí una gran
    ocasión para producir una Minilupa mucho menos costosa que
    la Lupa Macroprensa, y comienza a venderla en los kioscos. Pero
    los kioscos tienen un contrato de exclusividad con MacroPrensa y
    rehusan distribuírla. Peor aún, MacroPrensa
    demanda al
    competidor ante la Justicia por violación de los derechos de
    autor, pues lo considera culpable de haber analizado los
    caracteres klingonianos a fin de construir la Minilupa. Y
    gana…

    …no está muy lejos

    Pero qué idiotas, dirá usted, quién
    puede dejarse hacer eso? Pues bien, permítame decirle que
    el mundo de los TecnoCretinos no está muy lejos. Hace dos
    años quise presentar a la UE una solicitud de
    financiación para la visita de un investigador inglés
    a nuestro laboratorio.
    Para eso busqué el formulario, y me dijeron que la manera
    más fácil de proceder era obtenerlo desde el
    servidor de
    Web www.cordis.lu de la comunidad
    europea, ya que el correo normal podía tardar algún
    tiempo considerable. Dí así con un documento que se
    llamaba machin.doc y que estaba escrito con
    Microsoft Word
    para Windows versión vaya-usted-a-saber. En Klingoniano.
    No hay problema, me dije a mí mismo, tenemos un MacIntosh
    en el laboratorio con la lupa Microsoft Word
    versión 6.0. Esta es de la misma empresa, la más
    reciente, luego podré leerlo bien. Cuando pensé
    esto eran las 10 de la mañana. Para mi gran sorpresa,
    Microsoft Word en MacIntosh, después de una docena de
    minutos de “conversión'', bloqueó la
    máquina y me vi obligado a apagar y volver a encender,
    perdiendo mi trabajo.
    Así comenzó una verdadera batalla con la Lupa,
    donde al final salí vencedor pero agotado a eso de las 19
    horas, con una versión del formulario rellenado, obtenido
    imprimiendo las páginas una a una y con manipulaciones
    complejas en cuyos detalles no entraré. Basta decir que me
    entraron muchísimas ganas de llevar esto ante la Justicia,
    pero sin muchas esperanzas de ganar. Todo esto por qué?
    Por un formulario extremadamente simple con las casillas Nombre,
    Apellido, etc., que lo habríamos podido preparar muy
    fácilmente con un formato de archivo libre y
    público, tal como el HTML que se
    utiliza desde 1991 en la Web. Han pasado ya dos años y en
    http://www.cordis.lu nada ha cambiado. El aspecto
    es muy atractivo, pero los formularios y la
    documentación que contiene información que debe ser
    libre y gratuita y que son de importancia vital, están
    todavía presentados solamente en formato privado,
    típicamente Microsoft, e, increíble pero cierto,
    compatible solamente con los productos Microsoft para
    PC.

    A causa de esto, nuestro laboratorio pronto
    comprará un gran PC con Windows 95 y Microsoft Office,
    solamente para poder leer los documentos de la UE. La Lupa
    Klingoniana avanza. Además, con esta Lupa el formato de
    archivos cambia de versión en versión, de tal
    suerte que Word 5.0 no puede hacer nada con los archivos de Word
    7.0, y peor aún, el Word 6.0 en Mac tiene problemas para
    leer archivos de Word para Windows. Hemos caído en la
    trampa! No es suficiente con comprar Microsoft Word una vez;
    deberemos pagar de nuevo cada versión, sólo para
    poder continuar leyendo los archivos nuevos de otros. Y si por
    azar habíamos comprado un producto complementario para la
    versión 5.0, por ejemplo un diccionario en
    español,
    habrá que comprar uno nuevo en la nueva versión; la
    vieja será “incompatible'', aún cuando el
    español no haya cambiado entretanto.

    Advertirá que se trata de un verdadero y limpio
    secuestro de
    nuestra información: una vez que los datos entran en Word
    o Money, ya no hay manera fácil de recuperar todo el trabajo que
    usted ha hecho para transferirlo a otro programa si decide no
    comprar más productos Microsoft. Se cuidaron muy bien de
    no suministrar convertidores eficaces hacia otros
    formatos[+].
    Además intentaron varias veces hacer que se aprobaran
    leyes
    prohibiendo a los competidores la utilización de sus
    formatos propios de archivos, o incluso su análisis. Si se llegaran a aprobar estas
    leyes, una empresa que venda una Minilupa convertidora
    sería culpable de violación de las leyes de
    derechos de
    autor[+].
    Pero son nuestros datos los que están en juego.
    Bienvenidos al país de los TecnoCretinos!

    6. Prácticas
    dudosas

    Resumiendo la técnica es simple: por un lado se
    hace caer a los consumidores en la trampa secuestrando su
    preciosa información en un formato propietario, el cual es
    constantemente “actualizado''. Debido a estas modificaciones,
    los usuarios se ven obligados a comprar cada 6 ó 12 meses
    una actualización de todas sus aplicaciones, tan
    sólo para poder continuar leyendo sus propios datos o
    acceder a información que (de manera innecesaria) es
    suministrada bajo este formato privado. Por otro lado, se
    entrampa a los competidores: no se les da la documentación
    [del sistema
    operativo] y se introducen variantes arbitrarias con la
    única meta de no permitir que los productos que ellos
    desarrollan funcionen correctamente. Es más, si la
    competencia
    llega a descubrir que una de las modificaciones tenía como
    único fin el hacer funcionar su producto con menor
    eficiencia que el producto equivalente del monopolista, son
    condenados por haber hecho “ingeniería al revés'' (reverse
    engineering
    ), el equivalente informático a desmontar
    el motor de un
    Twingo para ver como está hecho[+].

    Esta última técnica es especialmente
    poderosa si el editor de software detenta a la vez el sistema
    operativo (Windows 95) y las aplicaciones (MS Word, Excel, etc).
    En tal caso es técnicamente posible modificar el sistema
    para tornar inestables o inutilizables los productos de la
    competencia, y a la vez mejorar las prestaciones
    de sus propios productos. Es lo que se ha hecho en Windows NT
    Workstation, limitando artificialmente a diez los accesos
    simultáneos a la máquina; esto hace inutilizable el
    servidor Web de Netscape sobre NT Workstation (ver
    [13]
    y [14]).
    Si quiere resolver esto, deberá comprar la versión
    Windows NT Server, muchísimo más cara, la
    cual incluye gratuitamente un servidor de Web de Microsoft. La
    treta pone fuera de juego a Netscape. Esto es simplemente
    maquiavélico, y aún más cuando descubrimos
    que las dos versiones, NT Workstation y NT Server, son
    prácticamente idénticas y sólo se
    diferencian en un puñado de líneas, tal y como se
    documenta en [15]
    y [16].

    El resultado final de estas prácticas dudosas es
    simple: se impide que el usuario pueda elegir otra cosa que
    no sea un producto Microsoft
    . Junto con la reducción
    a cero de los costos y de los
    riesgos, tal cual como vimos anteriormente, esto permite al
    monopolio establecer un verdadero impuesto sobre la
    información, donde Microsoft es el único
    beneficiario. Después de todo, si Bill Gates ha
    sido recibido con honores dignos de un Jefe de Estado en el
    Elíseo, se debe a que se trata de la visita de la
    versión “cyber'' del recaudador de impuestos. Un impuesto
    que no tiene nada de virtual: enormes sumas de dinero salen
    de la Comunidad Europea cada año en contrapartida por
    productos de mala calidad que nos vuelven más y más
    dependientes de la mala tecnología del otro lado del
    Atlántico. Es más, estos productos se distribuyen
    en Europa a precios
    exorbitantes, muy superiores a los precios americanos o
    canadienses. No se deje engañar por los que le dicen que
    los programas en Europa son más caros porque necesitan ser
    traducidos. Si echa un vistazo al servidor Web de Microsoft, se
    enterará de que consideran “ilegal'' (sic) comprar su
    software en versión francesa en Canadá (en donde es
    mucho más barato que aquí) para utilizarlo en
    Francia [17].
    Y el “libre'' mercado? Nos ordeñan como a las vacas
    lecheras, y la pasividad de los gobiernos europeos, que comienza
    a parecerse bastante a la cooperación activa si uno piensa
    en http://www.cordis.lu, es absolutamente inexplicable, visto el
    tamaño de este verdadero expolio.

    7. Bordeando la
    ley

    Llegamos finalmente a los actos francamente ilegales.
    Comenzando por la venta “vinculada'', que está
    expresamente prohibiba en Francia (Libro I,
    Capítulo II, Section 1 de la Ley del
    Consumidor, “Se prohibe […] subordinar la venta de un
    producto […] a la venta concurrente de otro […]''
    ), y
    también en Europa (ver los artículos 85 y sobre
    todo el 86 del tratado, así como su aplicación, en
    la detallada referencia [18]).
    Lo que quiere decir esto es que está prohibido que le
    obliguen a comprar con el producto que a usted le interesa otro
    producto que no quiere. No se prohibe vender “lotes'' de
    productos en un supermercado, pero en tal caso usted debe tener
    la opción de comprar separadamente cualquier componente
    del lote, si así lo desea, sin sobrecosto alguno. Sin
    embargo, durante mucho tiempo los grandes vendedores de PCs no le
    han permitido que comprara una computadora sin adquirirla con el
    sistema operativo de Microsoft (Windows 95 o NT ahora, DOS o
    Windows 3.x antes). Se puede convencer personalmente visitando
    los servidores Web de
    Dell y Gateway, por ejemplo. Verá que usted puede
    “construir su propia computadora'', según le dicen, pero
    nunca suprimir la Lupa Microsoft de dichos componentes, siendo
    que los programas (“software'') y el material electrónico
    (“hardware'') son
    dos productos bien diferentes por más que traten de
    disimularlo[+].
    Al final, acabamos por no saber el precio real del software. En
    efecto, haciendo partidas de acuerdos confidenciales, estos
    precios son a menudo muy inferiores a los precios de mercado. Uno
    de estos acuerdos ha sido condenado hace poco en los tribunales
    de la UE como práctica comercial ilegal.

    Para que pueda hacerse una idea precisa de la
    envergadura económica del asunto, considere el caso de una
    universidad parisina que compró 15 PC para instalar
    GNU/Linux hace algunos meses. No se sabe cuánto
    pagó el fabricante por Windows 95 pero si nos fiamos de lo
    que se dice en [7],
    el paquete Office PME tiene un precio de venta al público
    que es el doble del de Windows 95 y se vende a los mayoristas por
    poco más de 600 francos; de lo cual se puede estimar que
    Windows 95 tiene un precio mayorista de unos 300 francos.
    Así pues, aún suponiendo que el fabricante no tenga
    margen de ganancia sobre el software (cosa de la cual dudo, dado
    que la preinstalación es un servicio que tiene su costo),
    esta universidad ha sido obligada a pagar 15 veces 300 francos,
    es decir 4.500 francos, por un producto que no quería.
    Dicho de otra forma, el Estado
    Francés ha hecho en este caso un regalo de 4.500 francos a
    Microsoft, una empresa no europea que no está presisamente
    al borde de la quiebra ni
    necesitada de ayudas estatales. Si se extrapola este caso
    particular a las compras
    realizadas por todas las Universidades de Francia que utilizan
    GNU/Linux, se trata ya de millones de francos por año.
    Habrá que preguntarse quiénes son los piratas en
    este caso. No puedo comprender las razones de un despilfarro
    semejante cuando se dice que las arcas del estado están
    vacías.

    Si uno busca bien, pero verdaderamente bien, es posible
    en teoría
    intentar que le devuelvan el dinero
    (fastidiando al pobre fabricante de la computadora), pero se
    trata de una verdadera carrera de obstáculos. En nuestra
    escuela muchos
    investigadores y alumnos han comprado computadoras o
    portátiles para instalar GNU/Linux o Next Step, pero han
    sido obligados a comprar Windows sin lograr ningún
    reembolso. Esta es la fuente más importante de ganancias
    para Microsoft y es por esto que se puede hablar de verdadero
    impuesto sobre las computadoras: por cada PC comprado hay un
    tanto por ciento de dinero para los hinchados bolsillos de
    Microsoft, lo quiera usted o no. Es debido a estos 10 años
    de tales prácticas, durante los cuales amasó una
    inmensa riqueza y aplastó a toda su competencia, que
    Microsoft ha sido amonestada por la justicia americana y europea
    en 1995, aunque sin ninguna consecuencia financiera
    [19].
    Lo cual quiere decir que el botín del robo permanece en
    manos por el ladrón, a cambio de la promesa de éste
    de no ser reincidente. Debido a esta condena sin castigo
    efectivo, hoy en día sigue siendo muy difícil
    comprar un PC sin Windows, a menos que uno recurra a los
    pequeños ensambladores de PCs clónicos. El caso de
    Dell y Gateway 2000 no es aislado, y cada PC comprado es un
    “usuario'' de Windows más en las estadísticas, incluso si la primera cosa
    que hace el comprador es tirar a la basura Windows
    95 para instalar GNU/Linux.

    8. Una mirada al posible futuro
    de la educación

    ¿Qué cosa puede suceder si no nos
    despertamos de nuestro sueño profundo y permanecemos
    sumidos en la trampa de una industria y un
    sistema
    educativo informatizados por un monopolio privado? Gracias al
    famoso atraso tecnológico francés, es posible
    responder a esta pregunta: otros países nos llevan ventaja
    de unos años, tanto para bien como para mal, y esto nos
    permite contemplar un cierto número de futuros
    posibles.

    Comenzando por el futuro próximo, basta con ir
    muy cerca, a nuestra vecina Suiza. El pasado 8 de octubre, el
    Ministro de Finanzas suizo anunció un acuerdo con
    Microsoft, por el cual el gobierno
    pondrá a disposición de los colegios unas 2.500
    computadoras, y el gigante americano pondrá otras tantas
    licencias de utilización de productos Microsoft y se
    ofrecerá a formar a 600 educadores para la
    utilización de computadoras [20]
    (Un regalo parecido ha sido hecho en Sudáfrica). Es decir,
    por menos de lo que cuesta una campaña publicitaria
    nuestro monopolista ha adquirido el control total de la
    informática en la educación suiza, y
    por ende en las empresas suizas, ya que cuando estos estudiantes
    alcancen un puesto de trabajo no conocerán otra cosa que
    Microsoft Office. Visto en perspectiva, este acuerdo no parece
    tan bueno para Suiza, aunque al menos no habrán pagado
    nada por el software de Microsoft.

    Mejor dicho, para ser exactos, no lo habrán
    pagado ahora, porque se les podría empezar a pedir el pago
    más adelante, como acaba de suceder en Japón.
    El pasado diciembre Microsoft anunció la supresión
    al Japón de licencias globales de centro (“site
    licenses'', un esquema de contabilización de licencias de
    una empresa o una Universidad que permite pagar los programas en
    proporción al uso real, y no en relación al
    número de computadoras). Esta decisión
    impondrá un sobrecosto financiero injustificado y
    considerable que los japoneses van a tener que asumir de todas
    maneras, dado que no hay otros competidores a los que
    acudir.

    Veamos un poco más lejos en el futuro: la
    Universidad del Estado de California (CSU) está apoyando
    en este momento la creación por parte de Microsoft, GTE,
    Fujitsu y Hughes Electronics de una compañía, la
    CETI, que tendrá el monopolio exclusivo para la
    renovación del parque informático de 23 campus
    universitarios de la CSU, donde hay más de 350.000
    estudiantes y docentes. A
    cambio de una inversión de algunos centenares de millones
    de dólares durante 10 años en la infraestructura de
    la red, la CSU dejará a la CETI elegir las computadoras y
    los programas oficialmente usados en los campus. La
    proposición habla muy claro: se tratará
    solamente de Windows 95 Windows NT y Microsoft Office.
    Los beneficios previstos por la CETI, más el impacto en la
    educación de los que el día de mañana
    serán responsables de empresas (impacto seguro gracias a
    los cursos especializados en productos informáticos
    privados), se cifra a algunos miles de millones de dólares
    en diez años. Y esto sólamente contabiliza los
    márgenes de la venta monopolista del hardware y del
    software a los estudiantes y docentes en sus campus, los cuales
    ya no podrán seguir ciertos cursos sin utilizar esas
    computadoras (ver [21]
    y la decisión de reexaminar de acuerdo en [22][+]).

    10 .Lo que esta en juego: el
    control de la información

    Pero los elementos comerciales y las políticas
    que están en juego superan ampliamente el cuadro de la
    educación y de la gestión de empresas. No estamos
    hablando de la simple venta de algunas computadoras y programas,
    sino del control total sobre toda forma de transmisión y
    de tratamiento de la información, en la educación,
    en las transacciones bancarias, en los nuevos y viejos medios de
    comunicación, y hasta en la intimidad de
    nuestra correspondencia privada. Si alguno de los contendientes
    del sector obtiene una posición de monopolio en la
    gestión de esta información, estará en
    situación de hacer pagar un impuesto sobre toda
    operación informática (un porcentaje sobre la
    transacción electrónica, “vigorish'' en
    inglés), tal y como está escrito negro sobre blanco
    en una nota interna de Nathan Myrhuold, el CTO de Microsoft.
    Dicha nota forma parte ahora del dossier del DOJ y fue publicada
    por el Wall Street Journal el año pasado [23].

    Pero tal monopolio podrá también obligarlo
    a usted a ceder una parte muy importante de su libertad personal,
    lo cual puede producir beneficios muy importantes. Reflexione por
    un instante sobre el hecho de que todo tipo de información
    es susceptible de ser generada en una computadora y que se puede
    en principio seguir la pista de toda operación
    informática. Por ejemplo, mientras usted observa unas
    bellas imágenes
    sentado cómodamente delante de su PC multimedia, pueden
    ser copiados sus datos bancarios o puede ser constituído
    su perfil personal y psicológico para ser utilizado a
    espaldas suyas. Esto ya se hace desde hace tiempo con la ayuda de
    “cookies'' en los navegadores
    Web [24];
    ciertas empresas como Sidewalk, filial de Microsoft, le obligan a
    aceptar una verdadera violación de su vida privada para
    acceder a sus servicios [25].
    Gracias a extensiones privadas y vulnerables como el
    Active X de Microsoft, le pueden robar el dinero
    de su cuenta bancaria mientras usted “navega por la red'', tal y
    como ha sido demostrado irrefutablemente por un grupo de
    informáticos de Hamburgo en la
    televisión alemana y en muchas publicaciones de las
    cuales no hemos visto ni rastro aquí en Francia (ver
    [26]
    para más detalles).

    Y aún si Microsoft no se aprovecha de las lagunas
    de seguridad de su sistema, otros pueden hacerlo en su lugar. Hoy
    en día se puede transmitir un virus dentro del
    más simple documentos Word, y si uno compra algo
    vía Internet utilizando transacciones “seguras'' el
    número de su tarjeta de crédito
    podría ser pirateado con sólo ocho horas de
    cálculo
    en la máquina de un estudiante. Es para preocuparse, sobre
    todo si se piensa que el Crédit Lyonnais acaba de cerrar
    un acuerdo con Microsoft para la gestión de cuentas de sus
    clientes a través de la Web (ver [27]).

    Se puede también seguir el rastro de sus
    movimientos, los cuales son revelados a espaldas suyas por su
    tarjeta de crédito o su teléfono móbil, como quedó
    demostrado hace poco en el clamoroso escándalo Suizo, o
    también el affaire OM-Valenciennes (en este sentido, cabe
    también inquietarse por la fusión del
    servicio Microsoft Network con el servicio Wanadoo de France
    Telecom).

    Para llegar a ese punto sin correr el riesgo de ser
    atrapado con las manos en la masa, es necesario controlar toda la
    cadena tecnológica: su computadora debe utilizar un
    programa específico, capaz de sonsacar ciertas
    informaciones a sus espaldas; los proveedores de servicios
    Internet deben permitir guardar registros de la
    duración y del tipo de conexiones que hace; los servidores
    Web que contienen la información que usted busca deben
    utilizar programas específicos también capaces de
    guardar rastro de estos accessos, y de identificarlo
    comunicándose con su navegador. Y sobre todo, es necesario
    que todo esto pase sin que usted lo sepa. Hoy en
    día un informático medianamente dotado puede
    descubrir fácilmente si tal o cual navegador Web
    está revelando su identidad a
    cualquier servidor Web. Esto es posible porque todavía se
    usan protocolos
    informáticos que son de dominio público, y deben
    permanecer públicos para permitir que programas producidos
    por empresas diferentes cooperen razonablemente. Pero si
    mañana no hubiera más que un solo productor de
    software en el mercado, éste haría todo lo posible
    para que el intercambio de información se hiciera por
    medios menos transparentes y mucho más difíciles de
    desenmascarar, tanto más si pensamos en las leyes sobre
    “reverse engineering'' a las que aludimos
    anteriormente.

    Como verá, no se trata solamente de elegir un
    programa de tratamiento de textos.

    11. Una oportunidad para
    Europa y el empleo

    Mi sorpresa por la pasividad, incluso complicidad, de
    nuestros medios toca su punto máximo. Estamos admitiendo y
    alabando prácticas de filibusteros que incluso ponen en
    juego nuestra independencia
    económica. Comprendo que en los Estados Unidos no miren
    demasiado a dónde van los millones de dólares, ya
    que acaban aterrizando en los bolsillos de uno de sus ciudadanos.
    Pero no me explico por qué cierran los ojos aquí,
    cuando este dinero sale de nuestras billeteras.

    Hay que decir que la UE no ha permanecido del todo
    pasiva en este campo, y parece haber una investigación de envergadura sobre todas
    estas prácticas dudosas sobre las que hemos hablado
    [28].
    En ciertos discursos de
    miembros de la DGIV se lee entre líneas que la
    investigación va en el mismo sentido que la lanzada por la
    FTC del Japón hace poco. Sin embargo esto no es
    suficiente: con la rapidez del desarrollo
    tecnológico en el tratamiento de la información,
    cuando se llega a terminar una investigación el daño ya
    está hecho. Si, como en el acuerdo de 1995, no se aplica
    un castigo económico (como ciertas filtraciones hacen
    suponer), todo esto servirá de poco.

    Necesitamos una política activa en el
    dominio de la informática y del tratamiento de la
    información en general. En este area ya disponemos de
    medios técnicos propios: no olvidemos que en efecto Europa
    posee talentos superiores a los que podemos encontrar al otro
    lado del Atlántico. Por citar nada más que dos
    ejemplos al azar, uno de los autores de NextStep, que ha sido
    llamado “el programa más respetado del planeta'', es
    francés; y Europa está a la vanguardia en
    el desarrollo de los métodos
    formales de verificación de programas, que permiten llevar
    a cabo proyectos
    vitales, el último de los cuales fue el segundo
    lanzamiento del cohete Ariane 5.

    Tenemos aquí una oportunidad única para
    Europa de librarse de golpe del monopolio tecnológico
    americano y de dar tanto a nuetras empresas como a nuestras
    escuelas una enorme ventaja. Este “atraso'' del cual tanto se
    habla es de hecho nuestra mejor ventaja. Significa que no hemos
    caído completamente en las trampas hacia las cuales nos
    empujan. No olvidemos que “perder el tren'' no es malo, si es un
    tren que va a descarrilar. Se puede entonces elegir para nuestras
    empresas y nuestros hijos el libre acceso, a un costo
    mínimo, una información libre, abierta, segura y
    eficaz. Esto en todo caso lo hace un número creciente de
    informáticos competentes, que eligen siempre que sea
    posible programas libres gratuitos, abiertos, modificables y muy
    superiores a los productos trampa preinstalados. Y además,
    con un potencial enorme para crear nuevos empleos.

    12. Una
    posible alternativa: los programas libres

    Cuando se trata de elegir el software de nuestros
    colegios y universidades con el que nuestros hijos se
    iniciarán en la informática, no se está
    obligando a atenerse a los equívocos regalos de los
    cybermonopolistas. En lugar de un sistema privado que se cuelga
    cada dos por tres, cambia constantemente de versión sin
    razón alguna, y en el cual el código fuente no es
    accesible, se puede elegir un sistema libre, abierto y estable
    (es necesario saber que, contrariamente al prejuicio
    popular, los programas libres han tenido ampliamente la
    ocasión de ser probados [29]).
    Con dicho sistema todos los jóvenes pueden trabajar y
    aprender con toda seguridad, y permite que los espíritus
    curiosos adquieran una formación
    informática avanzada e inteligente, pues la
    disponibilidad del código fuente les permite ver
    cómo está hecho por dentro, e incluso
    “desmontarlo'' y volverlo a montar si lo desean.

    Y cuando se trata de equipar con sistemas
    informáticos a las grandes empresas, es mejor confiar en
    los programas en los cuales el código fuente y la
    documentación es constantemente verificada y puesta al
    día por una comunidad técnicamente competente,
    pudiéndose adaptar a sus necesidades particulares a bajo
    costo. Algunos estudios serios, llevados a cabo por consultoras
    expertas en informática, han evaluado las ventajas
    económicas y estratégicas que supone para las
    empresas basarse en los programas abiertos, en vez de atarse a
    los programas monopolistas (ver por ejemplo [30]
    y [31,

    32
    ]). Se pueden encontrar muchos ejemplos
    de empresas en Europa que han puesto en práctica esta
    teoría con éxito, exportándola
    después al otro lado del Atlántico (ver
    [33]
    y la creciente lista [34])

    Todo esto es posible sin invertir un céntimo,
    gracias al trabajo comenzado hace unos 15 años por Richard
    Stallman y la Free Software Foundation. El objetivo
    declarado de ésta era producir un sistema operativo
    enteramente libre, denominado GNU [35].
    Este trabajo ha sido completado recientemente gracias al esfuerzo
    de miles de programadores competentes, que respondieron a la
    llamada de Linus Torvalds desde todos los países del mundo
    para contribuir en conjunto, sin fines lucrativos, a completar
    este sistema operativo libre, gratuito y abierto. Se trata de una
    versión de Unix conocida bajo el nombre de Linux (ver por
    ej. [36,

    37
    ]), aunque sería probablement mas
    justo llamarle GNU/Linux [38],
    como se hace en este artículo. La historia de GNU/Linux es
    de aquellas que no se cuentan sin recordar palabras que
    deberían ser queridas no solamente por los franceses:
    libertad, igualdad,
    fraternidad. Se puede encontrar todo tipo de software para este
    sistema: servidores Web, máquina virtual Java, emuladores
    DOS, los útiles GNU, incluso paquetes ofimáticos. Y
    no hay que pagar nada para obtener estos productos de base. La
    Comunidad Europea podría también dar un apoyo a
    este fenómeno tan positivo: una suma de algunas docenas de
    millones de francos, cifra irrisoria en la escala del
    presupuesto
    europeo, permitiría, si es bien utilizada, terminar
    rápidamente proyectos como GNUStep [39],
    favorecer el desarrollo de GNU/linux y establecer una plataforma
    abierta y de calidad para tener paquetes ofimáticos
    interoperables.

    La elección de un sistema abierto y libre puede
    neutralizar el impuesto sobre la información y
    también favorecer el empleo y hacer
    a nuestras empresas más competitivas. El dinero que ya no
    se esfuma (en Windows) puede dedicarse a la actividad productiva
    y a financiar los contratos de
    mantenimiento
    con empresas locales de servicios informáticos, las cuales
    pueden adaptar el sistema a las necesidades específicas de
    las empresas. Esto puede crear un verdadero espacio de
    crecimiento y de empleos cualificados para ingenieros, los cuales
    serán ahora responsables de la calidad de su producto. No
    como los comerciantes mal pagados que intentan vender un producto
    sobre el cual no tienen ningún control, y del cual los
    beneficios van a parar a otra parte.

    En Francia, los empleos de este género
    serán indispensables en un futuro venidero si queremos que
    funcionen las futuras redes informáticas
    instaladas en las escuelas, dentro del cuadro del Plan Internet
    para Todos. Es necesario a cualquier precio evitar cometer de
    nuevo el error del “gurú en la caja'': esta creencia de
    que el manual de instalación transmite toda la
    sabiduría necesaria para la utilización de una
    computadora. Creencia que acabó convirtiendo un
    número incalculable de computadoras Thomson del Plan
    Informático para Todos de 1981 en unos caros
    pisapapeles.

    13. Para
    concluir

    La informática y las computadoras nos dan la
    posibilidad de revolucionar nuestra forma de vivir cotidiana.
    Pero es nuestra responsabilidad elegir entre una revolución
    que nos acabe llevando a una oscura Edad Media
    tecnológica dominada por unos pocos señores
    feudales que se apropien de la escritura y de
    todo medio de comunicación para recaudar impuestos cada
    vez que respiremos; o por el contrario una revolución que
    nos lleve a un mundo abierto y moderno, donde el flujo libre de
    la información nos permita sacar provecho del enorme
    potencial de la cooperación sin barreras y de la
    posibilidad de compartir nuestros conocimientos.

    14.
    Agradecimientos

    Esta traducción en espagñol no hubiera
    podido existir sin la ayuda de Clara Rabinovich, de Delia Kesner,
    y sobre todo de José L. Marín
    (jose[arroba]ma.hw.ac.uk). Es para mi muy
    simbólico el hecho de que esta traducción,
    así como todas las otras traducciones de este texto, haya
    sido hecha gracias a la cooperación sin barreras que
    sólo un sistema informático mundial abierto y
    moderno puede garantizar.

    Copyright

    (C) Copyright Roberto Di Cosmo, 1997. Las opiniones
    vertidas en este artículo pertenecen únicamente a
    su autor, y no vinculan en modo alguno a la ENS, el DMI o el
    LIENS. Este texto está protegido por las leyes de la
    propiedad
    intelectual. Queda autorizada a todo individuo que
    no trabaje para Microsoft, ni para ninguna empresa con contratos
    de confidencialidad con Microsoft, la reproduccion
    para uso personal y sin objeto de lucro de este artículo,
    con la condición de que sea reproducido integralmente,
    incluída esta nota de copyright. Microsoft y sus socios
    pueden solicitar al autor, si lo desean, una licencia individual
    de copia, a un precio de que será establecido por el
    autor; en caso de violación de esta claúsula, se
    solicitará una indemnización de 1 millón de
    francos franceses.

    15.
    References

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    Gates and the Making of the Microsoft Empire.

    Harperbusiness, 1993. ISBN 0887306292.

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    Robert X. Cringely. Accidental Empires : How the
    Boys of Silicon Valley Make Their Millions, Battle Foreign
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    3

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    . John Wiley and Sons, 1997. ISBN
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    8

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    13

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    18

    http://europa.eu.int/en/comm/dg04/public/en/art8586.pdf.

    19

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    21

    MS college deal protest escalates.
    http://www.news.com/News/Item/0,4,17212,00.html.

    22

    Cal State delays MS pact.
    http://www.zdnet.com/zdnn/content/zdnn/0107/269241.html.

    23

    Philip Elmer-DeWitt. Bill Gates wants a piece of
    everybody's action. Time, 6/5/95.

    24

    O. Casey Corr. Cybersnoops on the loose; web-site
    surfers beware: Software 'cookies' gathering personal data.
    The Seattle Times, 8/10/97.

    25

    http://seattle.sidewalk.com/link/43750. Attention, le
    texte est formatté de telle sorte que les conditions se
    trouvent trop à droite sur plein de navigateurs. Faite
    dérouler la page vers la droite pour les lire.

    26

    ActiveX – Conceptional Failture of Security.
    http://www.iks-jena.de/mitarb/lutz/security/activex.en.html.

    27

    http://www.microsoft.com.

    28

    Europa/Competition/Effective competition.
    http://europa.eu.int/en/comm/dg04/speech/six/en/sp96016.htm.

    29

    Information wants to be valuable.
    http://www.netaction.org/articles/freesoft.html.

    30

    http://www.smets.com.

    31

    Bernard Lang. Des logiciels libres à la
    disposition de tous. Le monde diplomatique, January
    1998. Aussi disponible comme
    https://www.monde-diplomatique.fr/md/1998/01/LANG/9761.html.

    32

    Bernard Lang and Jean-Claude Guédon. Linux, mini
    os contre maxi exploitation. Libération, 7
    November 1997. Aussi disponible comme http://pauillac.inria.fr/
    lang/ecrits/libe/www.liberation.com/multi/tribune/art/tri971107.html.

    33

    http://mercury.chem.pitt.edu/
    angel/LinuxFocus/English/November1997/article9.html.

    34

    Freeware usage. http://pauillac.inria.fr/
    lang/hotlist/free/use/.

    35

    http://www.gnu.org.

    36

    http://www.linux.org.

    37

    Linux center. http://www.math.jussieu.fr/
    fermigie/linux-center/.

    38

    http://www.gnu.org/gnu/linux-and-gnu.html.

    39

    http://www.NMR.EMBL-Heidelberg.DE/GNUstep/.

    40

    James Love and Ralph Nader. Microsoft, monopole du
    prochain siècle? Le monde diplomatique, November
    1997.

    About this document …

    Trampa en el
    Cyberespacio
    [+]

    This document was generated using the
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    translator Version 96.1 (Feb 5, 1996) Copyright ©
    1993, 1994, 1995, 1996, Nikos
    Drakos
    , Computer Based Learning Unit, University
    of Leeds.

    The command line arguments were:

    latex2html -split 0
    -ascii_mode p.tex.

    The translation was initiated by Roberto Di Cosmo on Fri
    Oct 9 22:48:54 MET 1998

    …Cyberespacio

    El original francés está desde el 20 de
    Marzo 1998 en la dirección:
    http://www.mmedium.com/dossiers/piege.

    …Windows

    La confusión es tal que ya no se distingue entre
    el “sistema operativo'' y las “aplicaciones'': en la prensa se
    llegó a hablar de Windows 97, cuando en realidad
    sólo se trataba de Windows 95 provisto de un conjunto de
    aplicaciones como Word, Excel, etc., llamado corrientemente
    Office 97!

    …bytes

    Un byte es un número binario de 8 cifras,
    utilizado para medir el tamaño de la memoria de
    un ordenador. Se utilizan también el Kilobyte, el
    Megabyte, y Gigabyte, abreviados respectivamente como Kb, Mb y
    Gb

    …mejores

    Ver Technologie et Marché: journal d'un
    consommateur insatisfait
    , del mismo autor.

    …PC

    PC significaba solamente personal computer;
    ahora el nombre ha sido secuestrado por un sólo tipo de
    computadora personal, la cual utiliza microprocesadores
    Intel.

    …apartamento

    Práctica peligrosa que está prohibida
    actualmente en Europa.

    …jamás

    Contrariamente al costo del hardware, que baja a
    velocidad
    impresionante, el precio del software Microsoft no baja de manera
    significativa, y a veces hasta sube, con cada nueva
    versión: por ejemplo, Windows 95 en Francia se vende al
    precio al público de 1.270 francos (antes de impuestos),
    mientras era disponible a menos de 800 francos en su lanzamiento
    de 1995.

    …puro

    Muchos editores de software venden sus programas sin una
    garantía real, pero son muy pocos los que pueden tener
    todas esas ventajas juntas, y solamente Microsoft tiene el poder
    de imponer sus productos, creando de esa forma un
    verdadero impuesto a la información.

    …empresas

    Se trata de Le Virus Informatique y Les
    puces informatiques
    , ver [8].

    …formatos

    Desde hace muy poco, es posible bajar una impresionante
    panoplia de convertidores y visualizadores desde
    http://www.microsoft.com/office/office/viewers.asp, pero eso
    sólo sirven para convertir documentos entre todos esos
    formatos Microsoft incompatibles, y no para liberarlos de la
    trampa monopolista: hay que tener un PC con windows para usarlos!
    Lo que hace falta, son formatos libres y
    documentados, todo lo contrario de la filosofía
    Microsoft.

    …autor

    Richard Stallman vino a Europa en 1991 para exponer los
    peligros de la aceptación pasiva por parte de la CEE de
    este escandaloso asunto. Algunos de esos argumentos se pueden
    encontrar en [9]

    …hecho

    Para la historia de un caso real, ver Stac contra
    Microsoft en [10];
    afortunadamente, las cosas cambiaron en Europa, en donde ya se
    permite una forma limitada de “reverse engineering''
    [11].
    Véase también la oposición feroz a toda
    reglamentación que pudiera garantizar la interoperabilidad
    entre sistemas distintos [12].

    …disimularlo

    El autor de este artículo no se limitó a
    mirar el sitio Web: unas llamados telefónicas bastaron
    para verificar que no se puede comprar una computadora
    sin software Microsoft a Gateway o Dell.

    …en [22]

    Nota: finalmente, el acuerdo fracasó a mediados
    de 1998 gracias a la oposición firme de estudiantes y
    profesores

    Roberto Di Cosmo

    dicosmo[arroba]ens.fr

    http://www.dmi.ens.fr/~dicosmo

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