Monografias.com > Ecología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Transgénicos: un asalto a la salud y al medio ambiente



    * Conceptos básicos sobre Transgénicos
    por Silvia Ribeiro, RAFI, Conferencia en
    Buenos Aires,
    3-4-00, organizada por Ación por la Biodiversidad
    en ocasión del lanzamiento del Sitio Biodiversidad en
    América
    Latina

    En la última década del siglo, y sobre
    todo en los últimos años en la mayoría de
    los países de América
    Latina, nos hemos visto confrontados a la introducción a nuestros países, de
    los llamados "transgénicos", sea a través de
    semillas, de productos
    alimentarios o farmacéuticos. Son productos de una
    tecnología
    que rompe los límites
    naturales entre las especies y por lo tanto, su adecuación
    en el medio ambiente. La
    necesidad de estos productos para productores y consumidores,
    así como sus potenciales impactos en nuestra salud, medio
    ambiente y economía, son
    interrogantes que no han sido contestadas y mucho menos debatidas
    públicamente con la amplitud que amerita la gravedad e
    irreversibilidad de los riegos potenciales que conlleva esta
    tecnología.

    1. ¿Qué son los
    transgénicos y cómo se hacen?

    Todos los seres vivos tienen en el núcleo de las
    células, en los cromosomas,
    conformaciones específicas, llamadas genes, que codifican
    una determinada característica de ese individuo. Por
    ejemplo, son características genéticas el color de una
    mazorca de maíz, de
    los ojos y piel de una
    persona, o las
    manchas en el pelaje de un animal, la forma de las orejas, etc.
    Los seres vivos intercambian genes entre sí naturalmente,
    comúnmente a través de la reproducción, pero también a
    través de la actividad de virus, bacterias y
    plásmidos. Este intercambio se ha dado siempre entre
    especies compatibles entre sí, o muy cercanas, como una
    yegua y un burro, o plantas
    "emparentadas", como la colza y el rábano silvestre, es
    decir, taxonómicamente cercanas.

    Con el advenimiento de la llamada ingeniería
    genética, se hizo posible transferir genes
    específicos de un organismo a otro, aun cuando no exista
    ninguna forma de compatibilidad de los organismos entre
    sí, y hacer que estos genes foráneos se expresen en
    el organismo receptor.

    Por ejemplo, se han insertado genes de peces en papas
    y en fresas, para trasmitirle la característica de
    resistencia al
    frío, genes que codifican toxinas de bacterias a
    vegetales, para trasmitirle toxicidad a insectos, genes de
    crecimiento humanos para alterar la producción de hormonas en
    ganado, aumentando la producción de leche; y un
    largo etcétera.

    No se trata solamente de insertar el gen con la
    característica buscada. También hay que lograr que
    el nuevo gen se exprese en el organismo receptor. Para ello, se
    utiliza un gen "promotor". Actualmente, en el 99% de los
    transgénicos se utiliza el promotor del virus del mosaico
    de la coliflor(CaMV). Además, como las tecnologías
    disponibles para la transferencia tienen un amplio margen de
    error, se inserta también un gen "marcador", que con su
    presencia indica si se realizó la operación. En
    este caso, se ha usado ampliamente genes de resistencia a
    antibióticos, pero hay otros marcadores, que en muchos
    casos también provienen de virus o bacterias.

    Por otra parte, se utilizan bacterias, virus y
    plásmidos (ADN independiente
    dentro de alguna células, con gran capacidad migratoria y
    de recombinación) como vectores, es
    decir como vehículos para infectar al organismo receptor,
    transfiriéndole la nueva información genética.

    Otra tecnología de transferencia, es a
    través de la llamada biobalística, o
    cañón genético, por la cual, una vez hecha
    la construcción del "paquete" con promotor,
    gen buscado y marcador, éste se adosa a una microbala de
    tungsteno u oro y se
    dispara contra células del organismo receptor, pegando
    dentro y/o fuera de la célula,
    dentro y/o fuera del núcleo, dentro y/o fuera del
    cromosoma.

    En ningún caso se tiene control de
    dónde en la cadena cromosómica se inserta la nueva
    característica.

    La ingeniería genética tiene tantas
    incertidumbres e imprecisiones, que autores del ámbito
    científico han cuestionado que se pueda denominar
    "ingeniería"1.

    De hecho, en su estado actual,
    si la comparamos con la ingeniería
    civil, sería como ir construyendo un puente tirando
    ladrillos al otro lado del río para ver si caen en el
    lugar correcto, usando sólo los que hayan servido
    medianamente a tal efecto, y dejando en el lecho del río
    lleno de materiales que
    no se conoce que efecto pueden tener. Con el agravante de que
    esos materiales están vivos, se reproducen y tienen su
    propio ámbito de acción.

    2. ¿Cuáles son y
    dónde están?

    A nivel global, la soja con
    resistencia al herbicida glifosato (soja Roundup Ready o soja RR
    por su nombre comercial), es con mucha distancia, el cultivo
    transgénico mayoritario en área cultivada, seguido
    por el maíz con resistencia a insectos (Maíz Bt)
    y/o a herbicidas y la colza-canola con Bt y/o resistencia a
    herbicidas. Luego siguen una serie de cereales y cultivos
    horti-frutícolas mucho menores en área cultivada. A
    nivel de producción comercial, son solamente tres los
    países con producción significativa de
    transgénicos: Estados Unidos,
    Canadá y Argentina.

    La Unión
    Europea en su conjunto decretó a mediados del 99 una
    moratoria de facto por un mínimo de tres años
    contra el cultivo y comercialización de todos los
    transgénicos en agricultura.

    En América Latina, salvo Argentina, la
    mayoría de los países tienen algunos cultivos en
    experiencia de campo y escasas áreas de plantaciones
    comerciales.

    Los transgénicos cultivados en el mundo hasta
    19982 se repartían en dos grandes grupos: 71%
    fueron cultivos con tolerancia al
    herbicida propiedad de
    la compañía que vende la semilla, el 28% siguiente
    fue tolerancia a insectos, basados en la utilización de la
    toxina del Bacillus Thuringiensis, y sólo el 1% restante
    tenía otras características, como resistencia a
    virus, o una combinación de las dos anteriores. Ambas
    características son para beneficio
    –prácticamente exclusivo- de las
    compañías multinacionales que tienen las patentes
    de esos cultivos y agroquímicos.

    3. ¿De quién son
    los transgénicos?

    El ritmo de fusiones y
    adquisiciones empresariales en el área
    biotecnológica es vertiginoso, y cada dato que se aporte,
    puede no ser válido en el próximo mes. Sin embargo,
    es muy clara la lógica
    de esas fusiones: en la última década se han unido
    las empresas
    productoras de semillas, con las productoras de
    agroquímicos y el sector farmacéutico. La tendencia
    más reciente (que se suma a la anterior
    complementándola) es a la integración vertical en el sector
    alimentario: la misma empresa
    poseerá desde el germoplasma –o sea la patente de la
    semilla y el
    conocimiento del proceso para
    lograrla- hasta el procesado final, es decir lo que el consumidor compra
    directamente en el supermercado.

    En este momento, menos de diez multinacionales controlan
    monopólicamente la mayoría del mercado mundial
    de semillas y agroquímicos y una fracción muy
    significativa del sector farmacéuticos. En la tabla 1 se
    muestran los que están presentes en las tres áreas
    simultáneamente

    Gigante
    Genético

    Agroquímico

    Semillas

    Farmacéutico

    SYNGENTA * = Novartis (Suiza) +
    AstraZeneca (R.U.)

    Nº 1 U$ 7.050

    Nº 3 U$ 1.000

    Nº 4 AstraZeneca U$ 12.750
    Nº 7 Novartis U$ 11.175

    AVENTIS = Hoechst (Alemania) + Rhone Poulenc (Francia)

    Nº 2 U$ 4.675

    U$ 134

    Nº 2 U$ 13.650

    PHARMACIA
    Monsanto (EE.UU.) + Pharmacia & Upjohn
    (Suecia-EE.UU)

    Nº 3 U$ 4.030

    Nº 2 U$ 1.800

    Nº 9 U$ 9.000

    DUPONT
    (EE.UU.)

    Nº 4 U$ 3.155

    Nº 1 U$ 1.835

    Nº 42 U$ 1,109

    Dow Chemical
    (EE.UU.)

    Nº 7 U$ 2.130

    U$ 162

    no hay datos

    Jumbo gigantes en agrobiotecnología,
    hasta enero del 2000, ranking global de empresas, por
    sector (en millones de dólares, basados en las
    ventas
    de 1998)

    Si todas las fusiones anunciadas se concretan,
    cinco Jumbo Gigantes Genéticos controlarán el
    68% del mercado mundial de agroquímicos y más
    del 20% del comercio
    global de semillas.

    *NOTAS: La fusión entre Novartis y AstraZeneca
    todavía esta en tramite. Las divisiones
    farmacéuticas de las dos compañías no
    entraron en el negocio, razón por la cual se da el
    puesto en el ranking mundial en forma separada. La
    fusión entre Monsanto y Pharmacia- Upjohn
    también esta en trámite.

    Tabla 1

    Estas megaempresas han seguido la política de comprar
    las empresas de producción y distribución de semillas y
    agroquímicos nacionales u operando a nivel nacional o
    regional en Africa, Asia y
    América Latina –incluso algunas del tamaño de
    la cerealera Cargill, que fue engullida por Monsanto en el 98,
    que a su vez acaba de fusionarse con Pharmacia-Upjohn. La
    mayoría de solicitudes de ensayo o
    liberación comercial de transgénicos en
    América Latina, lo realizan estas empresas multinacionales
    u otras vinculadas accionariamente a éstas.

    4. ¿Quién
    investiga?

    Las mismas empresas controlan también porciones
    mayoritarias y muy significativas de la investigación y desarrollo
    biotecnológico agropecuario y farmacéutico. Esto no
    solamente a través de sus propios laboratorios, sino en
    gran porcentaje en contratos con
    universidades e institutos de investigación
    agrícola públicos en muchos países, logrando
    así que todos los ciudadanos en cada país subsidien
    -obligatoriamente y sin saberlo- sus actividades
    empresariales.

    En Estados Unidos en 1998, 46% de las empresas de
    biotecnología basaban su
    investigación en universidades públicas, y 33 de
    los 50 Estados de ese país tienen centros de
    investigación compartidos entre universidades e industrias.

    Este modelo
    (multinacionales que "financian" estudios en universidades o
    centro de investigación pública) es también
    ampliamente difundido en América Latina, y se ha acentuado
    con los sucesivos recortes de recursos a los
    sectores públicos, promovidos por los ajustes
    estructurales del FMI,
    etc.

    Este tipo de acuerdos, además de ser un subsidio
    a las empresas –a través del uso de infraestructura
    y sobre todo de profesionales capacitados por recursos
    públicos- significa que las mismas megaempresas tienen
    cuando menos una fuerte influencia, por no decir directa
    ingerencia, en las prioridades de la
    investigación.

    En este contexto, no es extraño que la primera
    generación de transgénicos haya sido la venta casada de
    semillas resistentes no a enfermedades, sino a los
    herbicidas patentados por la misma compañía; o que
    ninguno de los primeros transgénicos en campo haya tenido
    ningún beneficio específico para el
    consumidor.

    5. Promesas y realidades de los
    transgénicos

    Los defensores de los transgénicos afirman que la
    tecnología es para producir productos alimentarios con
    mejores condiciones nutritivas y de sabor, incluso que
    tendrán propiedades curativas o serán
    "nutracéuticos", como grasa o huevos sin colesterol,
    frutas con vacunas u
    otras terapias incorporadas, etc. Además prometen la
    solución de enfermedades hereditarias y la posibilidad de
    producir artificialmente sustancias humanas de uso
    terapéutico (como la insulina transgénica que ya se
    está produciendo a escala) y de
    utilizar animales como
    fábricas de tejidos humanos
    necesarios para transplantes.

    Pero el argumento más difundido de todos y en el
    que se ha puesto más énfasis es "la solución
    al hambre en el mundo", ya que se plantea que frente al
    crecimiento de la población , será necesario
    incrementar exponencialmente la producción de alimentos.

    Todos y cada uno de estos argumentos palidecen frente a
    una confrontación rigurosa con la realidad.

    Para empezar, las cifras de rendimiento de los cultivos
    transgénicos (soja y maíz) muestran una
    disminución del rendimiento.

    En el caso de la soja RR, en un abarcativo estudio
    realizado en Estados Unidos -que produce el 50% de la soja en el
    mundo- los rendimientos arrojaron resultados de
    disminución de rendimiento con un promedio de casi -6%. El
    informe da cuenta
    de varios otros estudios con resultados similares en Estados
    Unidos4.

    Por otra parte, las propias empresas han debido
    reconocer que ninguna de las modificaciones que se están
    haciendo son para lograr mayor productividad,
    por lo que éste es un argumento falaz. Además, la
    productividad es un fenómeno de enorme complejidad
    genética, con tantas interacciones que no ha sido posible
    manejarlas por vía de la ingeniería
    genética, a las que se suman otra serie de complejos
    factores ambientales, agroecosistémicos,
    socioeconómicos y hasta culturales.

    La próxima pregunta para los que afirman que esta
    será la solución para el hambre en el mundo,
    además de que tendrá todo tipo de virtudes
    nutricionales y para la salud; considerando el tipo de
    modificaciones que se hacen realmente , no en las declaraciones a
    la prensa y en
    conferencias, es si la gente se alimentará con herbicidas,
    ya que como vimos ésta es la tendencia aplastantemente
    mayoritaria en transgénicos.

    Y una obvia acotación es que el aumento de
    producción no tiene ninguna relación con la
    disminución del hambre o la pobreza en el
    mundo. Sin ir más lejos, basta con ver las propias cifras
    de la Revolución
    Verde (el paquete tecnológico de mecanización,
    semillas híbridas e insumos químicos en
    agricultura), que según cifras de la FAO muestran que
    mientras que el volumen de
    producción agrícola aumentó, el hambre en el
    mundo creció en proporciones mucho mayores en la misma
    época. Que existan hambre y pobreza no es un
    fenómeno tecnológico sino político y de
    control de recursos. La concentración sin precedentes de
    las empresas biotecnológicas lo único que asegura
    es que la brecha entre pobres y ricos va a aumentar, al
    concentrar más las fuentes de
    sustento y por tanto también los desposeídos y el
    hambre en el mundo.

    6. El futuro: semillas
    suicidas y a control remoto, pero "muy
    nutritivas".

    Muchos desarrollos de estas tecnologías presentan
    un desafío a la imaginación más audaz.
    Algunos suenan casi a ciencia
    ficción, pero sin embargo existen e incluso cuentan con
    más de treinta patentes aprobadas en varias partes del
    mundo. Este es el caso de las llamadas tecnologías de
    restricción de uso genético –TRUG-,
    popularmente denominadas "Terminator" y "Traitor"5,
    desarrolladas por el Departamento de Agricultura de los Estados
    Unidos (USDA) y la multinacional Delta & Pine Co., pero
    rápidamente continuada por todos los otros gigantes
    genéticos.

    "Terminator" es una tecnología que produce
    semillas estériles en la segunda generación, para
    obligar al productor a que vuelva a comprar semillas en cada
    cosecha. Sería una "patente biológica", sin fecha
    de expiración, que viola efectivamente los llamados
    "Derechos del
    Agricultor", a producir y guardar semillas para la próxima
    cosecha, derechos reconocidos por la FAO en 1989, y
    también reconocidos en la mayoría de las versiones
    de Ley de Variedades
    Vegetales de los países latinoamericanos.

    El proceso tecnológico usado para "Terminator" es
    el mismo que se utiliza para manejar "a control remoto" -es decir
    con la aplicación de inductores químicos externos-
    la expresión de determinadas características
    genéticas. Todos los gigantes genéticos
    están desarrollando este tipo de tecnologías, que
    obligará a los productores a usar determinados productos
    químicos –de propiedad de la misma
    compañía que les vende las semillas- si quieren
    lograr que sus cultivos sean exitosos o expresen determinadas
    características, incluso que no se
    enfermen6.

    Como la primera generación de transgénicos
    –básicamente semillas resistentes a herbicidas- no
    presenta ningún atractivo para el consumidor, y frente al
    masivo rechazo del público, como en el caso de Europa, los
    gigantes genéticos están re-enfocando la
    orientación de sus productos, para hacerlos más
    vendibles: gracias a a la combinación de varias
    características genéticas en una misma semilla,
    están intentando colocarle características
    atractivas para el consumidor: mejores condiciones nutritivas,
    agregando vitaminas o
    directamente nutriceúticos, es decir incluyendo vacunas en
    bananas, etc. Esto no quiere decir que eliminen las
    características anteriores: las están
    sumando.

    Y para que estas nuevas condiciones se manifiesten, los
    productores tendrán que usar otros químicos, que
    junto a la característica buscada, activarán por
    ejemplo, la esterilidad, etc. Seguramente la única forma
    de que cualquier productor aplique un químico que
    esterilizará sus semillas, ya que no lo hará
    voluntariamente.

    Este tipo de manipulaciones abre las puertas a la
    utilización de estos cultivos como armas
    biológicas, ya que podrían contener
    características nocivas – o simplemente suicidas-
    que sólo fueran activadas por inductores externos, por
    ejemplo fumigación, calor, etc, y
    que podría estar latente y ser activada en un momento
    determinado, en situaciones de conflicto.

    Este tema, que parece lejano a nuestra realidad
    cotidiana, está siendo discutido actualmente como peligro
    real, en el marco de la renegociación de la
    Convención sobre Armas Tóxicas y Biológicas
    de Naciones Unidas y
    en el marco del Convenio sobre Diversidad Biológica de
    Naciones Unidas, que en su V reunión en Nairobi, en mayo
    2000 acordó recomendar la adopción
    de moratorias para prevenir el uso comercial de estas
    tecnologías.

    Impactos en la salud

    Luego de varios años de países
    dónde se ha liberado transgénicos, empiezan a
    acumularse los datos
    experimentales sobre los impactos que éstos pueden
    tener.

    Algunos problemas de
    los transgénicos para la salud son aplicables a todos los
    tipos de transgénicos, otros dependen del tipo de
    modificación que se haya hecho. A continuación
    siguen algunos de los efectos negativos potenciales más
    conocidos

    Recombinación de virus y bacterias dando
    origen a nuevas enfermedades.

    La abundante utilización de virus, bacterias y
    plásmidos, todos los cuales tienen un alto potencial
    recombinatorio, es decir, de seguir intercambiando material
    genético con otros microorganismos incluso dentro de
    nuestro propio organismo, ha dado como resultado la
    creación de nuevas cepas patógenas de enfermedades
    existentes (más resistentes) o de nuevas
    enfermedades7. La difusión de
    transgénicos puede estar colaborando activamente al grave
    problema del surgimiento de nuevas cepas resistentes de
    enfermedades antes controladas, como la tuberculosis y la
    malaria, y no se descarta la teoría
    del surgimiento de enfermedades nuevas como el ébola,
    hantavirus o VIH a partir de recombinación de retrovirus
    que estaban latentes.

    Más común y por eso de alta gravedad, es
    la recombinación de bacterias E-Coli, que por su
    abundancia y velocidad de
    reproducción son muy usadas en las operaciones de
    transgenia. Además, anteriormente eran fácilmente
    controlables con muchos antibióticos. El surgimiento de
    cepas resistentes a antibióticos es un motivo de honda
    preocupación en círculos médicos, incluso se
    cuenta entre las causas principales de la iatrogenia
    hospitalaria. Existe, por ejemplo, una cepa de E-Coli que es
    resistente a 31 antibióticos, y en este momento
    sólo es sensible a la kanamicina. Esto, no ha inhibido que
    la resistencia a kanamicina sea uno de los marcadores que se
    están utilizando en los procesos de
    ingeniería genética.

    Transferencia de la resistencia a
    antibióticos.

    La mayoría de los cultivos Bt, -como el
    maíz Bt-176 de Novartis, aprobado para experiencia de
    campo en Uruguay
    tienen un gen marcador que produce resistencia a
    antibióticos. El investigador Patrice
    Courvalin8, del Instituto Pasteur de Francia,
    demostró que éste y otros genes marcadores
    similares, pueden trasmitir la resistencia a antibióticos
    a quienes consuman estos productos, e incluso a los humanos que
    consuman animales que hayan sido alimentados con pienso
    transgénico.

    Este estudio, fue suficiente para que Francia
    –después de aprobado y en ensayo de campo- retirara
    del mercado y de sus campos todo los cultivos que tuvieran genes
    marcadores de resistencia a cualquier
    antibiótico.

    Generación de alergias

    En general, las alergias, así como la resistencia
    a antibióticos, son problemas que han aumentado en forma
    exponencial, por lo que son tema de preocupación de la
    mayoría de los organismos de Naciones Unidas relativos a
    la salud.

    Si bien no se puede demostrar una relación
    causa-efecto directa, el York Nutrition Lab. de Inglaterra, en
    1999 incluyó por primera vez a la soja entre los 10
    alergénicos mas probables en la alimentación. La soja
    nunca antes había sido considerada un alergénico, e
    incluso era usada como sustituto de otros alimentos considerados
    origen de alergias. El York Nutrition Lab. declaró, que el
    único cambio que
    veía (la única variable con respecto a años
    anteriores) era la utilización de soja transgénica.
    Posibles explicaciones podrían ser la diferencia de
    ordenamiento en la secuencia cromosómica, la
    generación de moléculas o interacciones
    desconocidas, o el aumento de residuos químicos presentes
    en el grano que va al consumo.

    Por otra parte, se ha comprobado a nivel de laboratorio,
    que si la transgenia se efectúa con elementos
    alergénicos –por ejemplo genes provenientes de
    nueces o pescado- los consumidores reaccionan al alimento con la
    misma alergia que ya tenían previamente frente al
    organismos donante del gen. O sea, la alergia era pre-existente,
    pero la gravedad del tema es que el que los está
    consumiendo no conoce, hasta que aparece la alergia, qué
    otros ingredientes estaban presentes en sus alimentos. Ni
    siquiera en los pocos casos en que se está proponiendo el
    etiquetado de productos transgénicos, se está
    proponiendo este nivel de detalle, porque no necesariamente se
    exige que el etiquetado de cada uno de los ingredientes sea
    reproducido en el producto
    final.

    Mayor nivel de residuos tóxicos en los
    alimentos.

    Según un estudio realizado por la empresa
    Biotest en Australia en 1998, la soja RR trasgénica,
    contiene un nivel de residuos de hasta 200 veces mayor de
    glifosato. El test fue
    realizado como parte de los controles de rutina sobre niveles de
    residuos permitidos. Se compararon 8 marcas de
    alimentos para bebés y se encontró que 2 de ellas
    (de las marcas Wyeth y Heinz) tenían porcentajes de
    residuos 200 veces mayores que los otros, y que ambas eran las
    únicas que habían utilizado soja RR
    transgénica. Actualmente, se sabe y ha tenido que ser
    aceptado hasta por las propias empresas, que el nivel de residuos
    tóxicos presentes en los procesados finales que tienen
    como ingredientes cultivos transgénicos resistentes a
    agrotóxicos es mucho mayor.

    Esto es por el modo de aplicación, ya que como el
    cultivo es tolerante al herbicida y no muere, se aplica una gran
    dosis al comienzo, lo cual produce un efecto acumulativo. Si bien
    se podría argumentar que la presencia de mayores residuos
    no es un efecto directo de la transgenia, de hecho lo es, porque
    si no fuera modificada, la propia planta moriría ante la
    aplicación de tales volúmenes de
    herbicidas.

    Efectos desconocidos y no previsibles, incluso
    mortales

    Al hacer la modificación genética, hay un
    alto nivel de incertidumbre, porque las técnicas
    utilizadas no son precisas. El nivel de imprecisión no
    permite, por ejemplo, controlar la ubicación del nuevo gen
    en la cadena cromosómica o la acción de los
    "restos" de genes que pueden quedar en la célula del
    organismo anfitrión, dentro o fuera del
    núcleo9. Estos pueden recombinarse aún
    estando fuera del núcleo La totalidad de interacciones a
    nivel celular y molecular permanecen aún desconocidas en
    alto grado, y la manipulación genética trabaja
    sobre esa ignorancia.

    Los impactos son impredecibles, y el efecto más
    drástico fue la utilización de un triptofano
    transgénico en Estados Unidos a principios de los
    90. El triptofano es un suplemento alimentario, de venta
    común en su versión no transgénica. Las
    empresa japonesa Showa Denko produjo triptofano
    transgénico con una bacteria, y no se detectó en
    laboratorio ninguna diferencia con el triptofano no
    transgénico que ya se consumía. Se puso a la venta,
    pasando por los controles de las agencias
    estadounidenses.

    Murieron 37 personas y 1500 quedaron con secuelas graves
    permanentes. Se comprobó posteriormente que fue efecto de
    la ingestión de triptofano transgénico, ya que
    éste había generado una molécula
    tóxica, que no se detectó en las cantidades que se
    analizaron en laboratorio. No hay aún explicación
    de porqué se generó esta molécula. La
    empresa fue a juicio por mas de 2.000 millones de dólares
    por parte de las familias de los
    afectados10.

    Este tipo de fenómeno podría estar
    ocurriendo con otros productos, pero seguramente es mucho mas
    difícil de comprobar, ya que no brindan un ejemplo tan
    evidente como la ingestión de triptofano. Existen informes de
    que algo así podría estar ocurriendo con el
    aspartame11, que está probando tener muchos
    efectos adversos y no se sabe a que se deben. La empresa que lo
    fabrica, Nutrasweet, es propiedad de Monsanto y no ha querido
    aclarar si los ingredientes que utiliza para la
    sintetización del aspartame son o no
    transgénicos.

    7. Efectos secundarios de
    farmacéuticos transgénicos.

    Las empresas productoras de insulina humana
    transgénica han usado este producto como mascarón
    de proa de las bondades del uso de la ingeniería
    genética. Alegan que de esta forma se evita el sacrificio
    de animales, de cuyos órganos se extrae la insulina de
    origen animal que utilizan los diabéticos. Este
    último argumento es totalmente fútil, ya que la
    insulina animal es un producto de desecho de los mataderos, que
    ni siquiera son consumidos en Uruguay o Argentina -que son los
    países donde se consumen más órganos
    internos de cerdos y vacas, en el mundo.

    Aparte de esto, declaman que es 10 veces más
    barato producirla, pero, sin embargo, los diabéticos que
    la utilizan la tienen que pagar más cara que la insulina
    animal. Bueno, por lo menos es diez veces más lucrativa
    para las empresas productoras.

    En mayo de 1999, la Asociación Diabética
    Británica, dio a conocer un informe realizado en 1993,
    donde unos 15.000 miembros de dicha asociación (10% de sus
    miembros) denunciaban diferentes grados de molestias desde que
    cambiaron a insulina transgénica. Los cambios reportados
    van desde que no hace efecto o efectos secundarios ligeros como
    mareos o dolores de cabeza hasta casos muy graves como la
    ausencia de síntomas en presencia de hipoglicemia y de
    entrada a coma diabética. Consideremos que este informe
    abarca solamente a aquellos que lo reportaron. Por ejemplo,
    muchos de los que no advirtieron la falta de síntomas de
    coma diabético, por fuerza no lo
    pudieron reportar porque murieron. Este informe fue publicado en
    1999, porque una alta jerarquía de la Asociación
    sufría síntomas y buscó fuentes de
    información, descubriendo que este informe producido
    en 1993 no había sido publicado porque las multinacionales
    que fabrican edulcorantes, insulina y otros insumos para
    diabéticos están entre los principales12
    patrocinadores de la Asociación.

    Por otra parte, ya han habido varias víctimas
    fatales de terapias genéticas. Sobre los riesgos de las
    terapias genéticas existe un documento reciente (diciembre
    1999) que fue elaborado por encargo del gobierno noruego
    cuyo título nos dice mucho de la situación en el
    tema: "Un huerfáno en la ciencia:
    riesgos ambientales de las vacunas modificadas
    genéticamente"13

    8. Impactos sobre el
    medioambiente y la agricultura

    Transferencia de la propiedad transgénica a
    cultivos nativos, criollos o plantas silvestres
    emparentadas.

    Las cultivos de polinización abierta, ( por
    ejemplo a través de diseminación de polen por
    insectos o por el viento) se cruzan con otras plantas nativas o
    silvestres emparentadas y le transmiten la característica
    transgénica. En el caso de resistencia a herbicidas, crean
    "malezas" resistentes a los mismos herbicidas que se
    suponía iban a combartirlas, generando
    "superinvasoras".

    Esto, además de ser lógico en la
    teoría, se ha comprobado en la realidad, y particularmente
    con el maíz y la colza. En Dinamarca, fue motivo de
    moratoria inmediata, ya que hubo un "escape" de colza que se
    cruzó con plantas emparentadas consideradas malezas. En
    Escocia se comprobó cruzamiento de colza
    transgénica a 2,5 km de la plantación. En mayo del
    2000 se descubrió que la introducción y cultivo
    ilegal de colza transgénica en Europa contaminó un
    enorme porcentaje de colza nativa. Suecia y otros países
    europeos ordenaron la destrucción de cultivos para evitar
    la propagación.

    Los ensayos de
    maíz transgénicos en América Latina, aunque
    no sean para su venta comercial, se están realizando en su
    gran mayoría a campo abierto, vecinos a otras plantas de
    maíz no transgénico en ensayo o incluso de campos
    de producción aledaños. Es dable suponer que ni el
    viento ni las abejas podrán leer que no deben polinizar en
    esos ensayos y que no deben trasmitir esa información a
    mazorcas vecinas, por lo que el riesgo de
    contaminación genética existe, y es
    aún más grave en los centros de origen y diversidad
    del maíz, como México.

    Transferencia horizontal

    La transferencia horizontal de información
    genética es la que se da entre especies no relacionadas
    directamente entre sí. Este es un fenómeno que se
    da a nivel vegetal en forma natural, ejemplos de esto son la
    cruza de arroz (Oryza sativa) con la maleza Oryza.perenis , la
    cruza de maíz (Zea Mays spp) con teocintle (Zea spp), o
    entre diferentes especies de eucalyptus y entre
    cucurbitáceas. Esto flujo genético explica parte de
    lo mencionado en el punto 1.

    A nivel de plantas transgénicas se ha comprobado
    , entre otras especies, la transferencia horizontal entre colza
    (Brassica napus) y rábano silvestre (Raphanus
    raphanistrum), entre remolacha (Beta vulgaris) y remolachas
    silvestres, entre trigo (Triticum aestivum) y la invasora
    Aegilops cylindrica, entre sorgo (Sorghum bicolor) y sorgo de
    alepo (Sorghum halapense).

    Pero también se han relatado casos de
    transferencia horizontal entre plantas transgénicas y
    bacterias o virus del suelo.

    El riesgo de transferencia horizontal es mayor cuanto
    mayor es el número de transgénicos en el
    ambiente14

    Muerte de insectos no objetivo.

    Los cultivos "Bt" fueron modificado con los genes de la
    toxina de Bacillus Thuringiensis, que es una bacteria que es
    tóxica para la mayoría de las orugas de
    lepidópteras (que son las mariposas que primero son
    orugas).

    El Bt se viene usando en su forma natural (como spray o
    polvo) desde principios de siglo, como control biológico,
    incluso por los agricultores orgánicos. Sin embargo, al
    incorporarlo a la información genética de la
    planta, la toxina es cientos de veces más potente y
    está presente durante todo el período de
    crecimiento. Por esta razón, el potencial tóxico es
    mucho mayor, e incluso, estudios recientes15
    demostraron que sigue activo en el suelo por mas de 240
    días.

    Esto afecta tanto a las orugas consideradas plaga, como
    a los insectos benéficos que viven de ellas –los
    hambrea- y a todas las lepidópteras que estén por
    alrededor, produciendo desequilibrios en la cadena alimentaria y
    en los sistemas de
    control biológico que pudieran existir en la zona. No
    olvidar que además, la planta pasa esta propiedad a otras
    de su misma u otra especie, y los efectos se expanden y
    reproducen.

    En un estudio de 1999, la Universidad de
    Cornell16, demostró que el viento podía
    llevar el polen de maíz Bt y depositarlo sobre hojas de
    otras especies, (o sean sin siquiera cruzarse) con efecto
    tóxico en 46% de las orugas de las mariposas Monarca que
    comieron de esas hojas, y que no tienen ninguna relación
    directa con los campos de maíz. El experimento
    demostró que los cultivos Bt afectan a otras especies no
    objetivo, y que alcanza con sólo el polen -que por tanto,
    es tóxico- y que puede desplazarse a distancias mucho
    mayores que las pensadas.

    Generación de resistencias

    El uso masivo de determinados productos, sea la toxina
    del Bt, como el uso de glifosato u otros herbicidas, está
    generando resistencia en las plagas y malezas a las que se
    propone combatir, en forma mucho más acelerada de lo que
    se pensaba. Ya se han encontrado numerosas poblaciones de orugas
    resistentes al Bt, por lo que las propias empresas recomiendan
    plantar un máximo de 60% de esta planta
    transgénica, para crear zonas de refugio. Sin embargo,
    esto se ha mostrado totalmente ineficiente, ya que los insectos
    que crecen en los refugios no maduran sexualmente al mismo
    tiempo y por
    tanto no se cruzan. (Universidad de Cornell, 1999).

    El nivel de toxicidad permanente y el peligro de
    generación de resistencias
    es tal, que los cultivos Bt se registran en Estados Unidos como
    plaguicidas, no como cultivos.

    En el caso del glifosato han aparecido resistencias en
    ryegrass17, y en Australia en el ballico annual, que
    es una de las malezas más comunes.

    Irreversibilidad y desconocimiento

    Otro de los impactos muy importantes, es que los
    transgénicos son organismos vivos, es decir, se reproducen
    en forma autónoma e independiente en el medio ambiente,
    incluyendo en los seres humanos. A diferencia de, por ejemplo, el
    uso de agrotóxicos, que son muy dañinos, pero
    tienen un efecto sobre determinado grupo que los
    consume o sobre áreas geográficas determinadas, los
    transgénicos, una vez liberados al ambiente, no pueden
    volver atrás ni ser "recuperados".

    No existen estudios ecológicos de los efectos de
    los transgénicos, es decir del efecto de éstos en
    relación a las múltiples interacciones en el
    medioambiente.

    9. ¿Cómo
    sabemos lo que hay en América Latina?

    Hay diferencias en cada país, como el caso obvio
    de Argentina, y el caso bastante extremo de México, (por
    su pionerismo en comenzar los ensayos desde fines de los 80 y por
    el espectro de cultivos en ensayo, de los cuales la
    mayoría tienen centro de origen o diversidad en
    México) pero los demás conservan ciertos rasgos
    generales. Lamentablemente no es posible saber directa y
    certeramente si hay o no transgénicos.

    A nivel de cultivos, ya mencionamos los
    transgénicos que están en campo. No hay una forma
    de detectar si un cultivo es transgénico o no por simple
    observación. En el caso de los cultivos
    resistentes a herbicidas, (la mayoría, como ya nombramos)
    es posible comprobar que son transgénicos, si ante la
    aplicación o fumigación no mueren. En efecto, no
    existen cultivos no-transgénicos que sean resistentes a
    dosis grandes de herbicidas.

    El caso de los tomates "larga vida" es una interrogante
    en muchos países de la región, ya que este
    difundido e insípido tomate de
    maduración retardada ha sido logrado en muchos eventos a
    través de hibridación convencional, pero
    también a través de la ingeniería
    genética. En el este último caso, se ha hecho
    manipulación intraespecífica, es decir con otros
    tomates, o en un caso invirtiendo un gen dentro del propio tomate
    y por tanto, muchos no lo llaman "trans"-génico, porque
    los genes provienen de la propia especie. Sin embargo, la
    utilización de bacterias y virus que nombramos al inicio,
    se utiliza igualmente. En México, centro de origen del
    tomate, se han hecho experiencias de campo desde 1988 con tomates
    manipulados genéticamente.

    A nivel de los alimentos procesados, es muy
    difícil saber lo que contienen, en parte porque la
    información general al consumidor en este aspecto es
    deficiente, pero también por la lucha enconada que han
    llevado las multinacionales biotecnológicas para evitar el
    etiquetado.

    Sin duda, muchos de los productos que consumimos
    contienen elementos transgénicos. El caso más
    frecuente es el de la soja, que se encuentra como ingrediente en
    aproximadamente el 70% de los alimentos que se compran en los
    supermercados. Aparte de los que declaran el contenido de soja,
    como varios jugos de frutas, los derivados de la soja son
    utilizados en helados, panes, galletas, conservas de pescado,
    mermeladas, dulces y muchos otros productos. El país de
    origen nos dice bastante sobre si la soja es
    transgénica.

    Según cifras de 1998, Estados Unidos produce el
    50% de la soja en el mundo, Brasil el 18% y
    Argentina el 12%. El resto se divide entre China y
    Japón.
    Brasil es el único país del mundo que puede
    garantizar que la soja que produce no es transgénica,
    debido a la fuerte lucha de sus organizaciones
    sociales (consumidores y productores ecologistas) y ambientales,
    que han impugnado, ganando incluso en tres instancias legales, la
    apelación contra la liberación comercial de la soja
    transgénica autorizada por el gobierno federal. En Rio
    Grande do Sul, Brasil, el gobierno del estado lo ha declarado
    "zona libre de transgénicos".

    Tanto en EE.UU. como en Argentina, la soja
    transgénica es más del 70% de su producción.
    El maíz y la colza también ocupan un lugar
    preponderante en su producción, a los que se suman
    volúmenes importantes de producción de esos
    cultivos en Canadá. Como Europa decretó moratoria
    total a los transgénicos -y además realiza
    controles de las importaciones
    esos países han volcado su producción
    transgénica al resto del mundo.

    El nivel de información y debate
    público de estos temas es escaso o inexistente y se ha
    originado, con poquísimas excepciones de algunos centros
    universitarios, en iniciativas de organizaciones de la sociedad
    civil.

    A nivel del consumo de alimentos y farmacéuticos,
    la desinformación con respecto al posible origen
    transgénico es total, tanto referido a la
    producción interna como a los productos
    importados.

    10. Protocolo
    internacional de bioseguridad

    Pese al fuerte trabajo de las
    multinacionales y los países productores de
    transgénicos para impedirlo, a fin de enero del 2000 se
    aprobó en Montreal el llamado Protocolo de Cartagena sobre
    seguridad de la
    biotecnología.

    La elaboración y firma de este protocolo estaba
    prevista desde el origen de la firma del Convenio sobre
    Diversidad Biológica, surgido en la Cumbre de la Tierra de
    Naciones Unidas en 1992.

    El protocolo solamente regula los movimientos
    transfronterizos de organismos vivos modificados, y nada dice de
    las regulaciones nacionales.

    Los países productores de transgénicos,
    con Estados Unidos (que ni siquiera es parte del Convenio sobre
    Diversidad Biológica) y Canadá a la cabeza, se
    dedicaron desde sus orígenes a sabotear la firma del
    protocolo y a vaciar sus contenidos en forma sistemática,
    colocando los intereses de lucro de las empresas por arriba del
    interés
    incluso de sus propias poblaciones. En lo que se pensaba que
    sería la negociación final a principios de 1999 en
    Cartagena, conformaron el llamado "Grupo de Miami" constituido
    por Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina, Chile y
    Uruguay.

    Sin detallar, porque no es el tema de este
    artículo, el Grupo de Miami se opuso, entre otras cosas, a
    la inclusión en el protocolo del principio de
    precaución, a tener en cuenta los riesgos a la salud
    humana, a la inclusión en el ámbito del acuerdo de
    los productos farmacéuticos y todos los productos
    derivados, a que los países tuvieran derecho a
    información previa amplia y detallada, a que tuvieran que
    dar su consentimiento por escrito, al etiquetado explícito
    de los productos modificados. Además peleó todo el
    tiempo para que el protocolo estuviera subordinado a los acuerdos
    de la Organización Mundial de Comercio, y a que
    éste rigiera en caso de disputas.

    El protocolo se firmó y pese al enorme
    vaciamiento de que fue objeto, tiene algunos puntos interesantes,
    como la inclusión del principio de precaución y la
    posibilidad de que los países importadores puedan rechazar
    cargamentos de transgénicos basados en este principio, que
    básicamente dice que frente a la duda sobre los riesgos,
    mejor abstenerse. Pero, gracias a las presiones del Grupo de
    Miami, el ámbito se redujo hasta abarcar sólo
    organismos vivos, o sea, de hecho, solamente semillas para
    siembra y animales vivos, porque todos los derivados están
    excluidos e incluso las semillas que no sean para siembra sino
    para procesado en alimentos o forraje, tienen un proceso de
    información y consentimiento previo sumamente
    débil.

    11. ¿Qué
    hacemos?

    Sigue pendiente la necesidad de información y
    debates públicos para que este tema pase a ser de control
    social. El tema de la información sobre los alimentos y
    otros productos sigue siendo una importante deuda
    pública y a la salud.

    En forma inmediata, es posible evitar el consumo de
    productos transgénicos en cierta medida, rechazando
    productos de origen de los principales países productores
    (EE.UU, Canadá, Argentina) Los productores del país
    pueden rechazar el uso de este tipo de semillas.

    La introducción de esta tecnología, vuelve
    a mostrar la necesidad de los mercados locales,
    donde se pueda manifestar la solidaridad entre
    consumidores y productores, y se puedan tejer relaciones
    solidarias para obtener productos sanos y libres de
    químicos u otras contaminaciones.

    Es tarea posible y de todos detener estos desarrollos
    equivocados y promover otros que afirmen el control social de la
    tecnología y las prioridades de investigación junto
    a la capacidad de la sociedad para
    autoorganizarse y satisfacer las necesidades de todos y todas,
    con un acceso socialmente equitativo a los recursos
    naturales y teniendo en cuenta nuestro medio ambiente y sus
    posibilidades.

    Notas

    Silvia
    Ribeiro
    es parte del Grupo ETC,

    Informe de Investigación "Too early maybe too
    late" , por Dr. Terje Traavik, 1999:1 para la Dirección de Gestión
    Ambiental, Noruega

    Datos de RAFI tomados de Clive James, "Global Review of
    Transgenic Crops: 1998", EE.UU.

    Información basada en investigaciones
    de RAFI, Rankings agroquímicos de AGROW y SCRIP
    Pharmaceutical League Table, diciembre 1999. Este cuadro,
    válido hasta enero del 2000, ya cambió debido al
    anuncio de la fusión de BASF con American Home Products,
    que entrarán entre los cinco principales.

    "Evidences of the magnitude and consequences of the
    Round Up Ready Soybean Yield Drag on University Based Varietal
    trials in 1998." Dr. Charles Benbrook, Sandpoint, Idaho. Ag
    Biotech Infonet Technical Paper 1, Julio 1999. Se puede obtener
    el informe completo en http://www.biotech-info.net

    Para una información más extensa, ver RAFI
    Communique "Tecnologías Traitor", enero-feb 1999, y la
    actualización en el comunicado de prensa "Terminator en el
    Campo", ambos en http://www.rafi.org

    Las experiencias de Novartis con este tipo de
    tecnología, son para disminuír la resistencia
    natural de las plantas a enfermedades, impidiendo que ésta
    se manifieste sin la aplicación de un químico
    externo.

    Dr. Terje Traavik, op.cit.

    P. Courvalin. Plantes transgéniques et
    antibiotiques. Les OGMs risquent-ils d’aggraver le
    problème crucial de la résistence
    bactérienne?, publicado en LA RECHERCHE, 309,
    París, Francia,Mayo de 1998.

    Dra. Mae-Wan Ho, Open University, Inglaterra, Los
    peligros de la Biotecnología, publicado en The Ecologist,
    Vol.27, No.4, julio/agosto 98.

    The tryptophan incident, artículo del Dr. John
    Fagan, Noviembre 1997, EE.UU.

    Sweetheart Deal, Mark K. Anderson, East Bay
    Monthly http://www.alternet.org/PublicArchive/Anderson1015.html

    El informe y otros testimonios se pueden obtener en
    Diabetics World Website , http://members.tripod.com/diabetics_world.
    Ver tambien
    http://www.swissdiabetes.ch/~fis2/englvers/bellagio.htm

    por casos similares en Suiza.

    Informe de Investigación "An Orphan in Science:
    Environmental Risks of Genetically Engineered Vaccines", por Dr.
    Terje Traavik, 1999:6 para la Dirección de Gestión
    Ambiental, Noruega

    PLANTAS TRANSGENICAS: Avaliação e
    biossegurança, Rubens Onofre Nodari y Miguel Pedro
    Guerra
    Prof. Titular – Dep. de Fitotecnia – Universidade Federal
    de Santa Catarina, Brasil. Incluye las referencias sobre los
    casos de transferencia horizontal citados.

    Transgenic plants: Insecticidal toxin in root exudates
    from Bt corn, DEEPAK SAXENA, SAUL FLORES y G. STOTZKY, publicado
    en Nature, Noviembre 1999

    Artículo sobre maíz Bt y mariposas
    Monarca, por John Losey, Linda Rayor and Maureen Carter de la
    Universidad de Cornell, en Nature del 20 de mayo 1999.

    Strategies for Avoiding Herbicide Resistance in
    Ryegrasses Research Letter 99-01, Agriculture and Agri-Food
    Canada ,
    Saskatoon Research Centre, 107 Science Place Saskatoon, SK S7N
    0X2

    Fuente: Grupo ETC


    Silvia Ribeiro

    www.ecogenesis.com.ar

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter