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Los paradigmas de la venta




Enviado por Martín E. Heller



    Los paradigmas de
    la venta

    1. Las
      ventas no se producen solas: "se
      logran"
    2. Los
      Paradigmas de la Venta
    3. Los
      paradigmas de la venta
    4. La
      venta es sinónimo de "engaño"
    5. Es muy sencillo
      vender
    6. Buscar
      recetas milagrosas
    7. Vendedor
      ¿se hace o se nace?
    8. La
      incorporación de vendedores, únicamente con mucha
      experiencia
    9. La
      venta concluye con el pago
    10. Los reclamos
      inexistentes son prueba suficiente de la satisfacción
      generada
    11. Conclusiones

    Las
    ventas no se producen solas: "se logran"

    La historia de la venta es muy
    amplia como para compartirla totalmente en un artículo
    como se merece.

    Sin embargo, la
    motivación respecto a ella sigue siendo hoy y
    será siempre muy alta puesto que todos quieren y desean
    vender cada vez más.

    Comenzando el análisis, para que cada quien pueda extraer
    sus mejores conclusiones, podemos expresar que los resultados que
    se obtienen a través de ella es sólo "una
    cuestión de actitud".

    Si bien sabemos que dependemos de los frutos que provee
    para subsistir y evolucionar, reinvirtiendo, ampliando,
    creciendo, etc., podemos adoptar o asumir una actitud pasiva y
    hasta despectiva respecto a su ejecución, tal como se
    refleja a través de muchos clientes
    insatisfechos por la atención recibida cuando simplemente
    necesitaban satisfacer una necesidad o resolver un problema y
    tuvieron que sufrir estas experiencias.

    A tales actitudes
    pasivas o despectivas por quienes así la ejercen las
    denominamos como "venta tradicional", por razones netamente de
    respeto y
    elegancia. Dichas actitudes y comportamientos son calificados
    como de mala praxis en el
    ejercicio de la profesión por los propios perjudicados,
    tal como es ejercida por ellos mismos como así
    también por los vendedores a su cargo.

    Su accionar a través de la historia es la que le
    ha dado la mala imagen que
    aún hoy posee la venta y a pesar de ser una gestión
    tan importante para la subsistencia y evolución de todo negocio o actividad. Los
    rasgos más salientes pueden apreciarse en una reciente
    investigación que realizamos y
    publicáramos en nuestro sitio (ver http://www.hellerconsulting.com/Envuesta_Ventas_2002.htm
    ) e interpretada a través de varios artículos
    y capítulos de mi nuevo e-book.

    Esta actitud produce una reacción muy negativa en
    cada potencial interesado en informarse para comprar los productos o
    servicios que
    se ofrecen.

    Al desempeñarse en esa actitud, el comerciante es
    el rey, y como tal hace sentir su diferencia jerárquica
    con todos los súbditos que vienen a molestarlo para que
    los asesore con el fin de poder tomar
    así sus mejores decisiones de compra.

    Un rasgo destacable de la "venta tradicional" se refleja
    a través de una marcada pasividad descripta como "esperar
    a que me vengan a comprar". Graficándolo un poco
    más, sería como que el hecho de contar con buenos
    productos y servicios como condición suficiente como para
    que los potenciales compradores se informen y acudan a ellos para
    abastecerse.

    Lo más llamativo de ello es que quienes
    aún persisten en esta actitud, no la modifican aún
    cuando puedan ser conscientes de que existe una nutrida competencia en su
    rubro y territorio de acción.

    Tal vez se deba a nuestra idiosincrasia latina o a la
    herencia
    histórica recibida, en donde predomina el facilismo de
    creer que "sabemos bastante sobre ventas", pero cuando los
    resultados no se obtienen en calidad y
    cantidad suficiente nos demuestra el error que se comete en
    sustentar esta falsa y errónea creencia.

    De poco sirven las comparaciones con nuestros
    competidores que puedan actuar en forma similar y hasta peor que
    ellos mismos. Ocurre que no todos poseen el mismo problema,
    aún cuando el síntoma se manifieste a través
    de magros resultados en ventas en ambos casos.

    Las respuestas fáciles, pero sin fundamentos, son
    riesgosas. Cuando nos duele una muela o la espalda, lo primero
    que atinamos es a mitigar el dolor sin hacer un claro diagnóstico de su origen. Acudimos a la
    farmacia más cercana y solicitamos un calmante para
    atenuar la molestia.

    En tales casos, lo que correspondería hacerse si
    se desea actuar con eficiencia, es
    simplemente recurrir al especialista (odontólogo o
    traumatólogo, respectivamente), quien luego de un
    diagnóstico objetivo puede
    determinar el tratamiento adecuado para revertir el motivo de la
    dolencia. Esto evita correr riesgos para
    nuestra salud por
    improvisaciones.

    En las antípodas de la venta tradicional, existe
    otra actitud a considerar: la de "vender
    profesionalmente".

    El principal rasgo que la diferencia de la anterior
    estriba en el hecho de aceptar que vender es verbo: la
    acción de satisfacer a potenciales consumidores o clientes
    con los productos o servicios que se ofrecen. Y como toda
    acción que reúna tales características,
    necesita de fundamentos clave, predisposición, aptitud y
    deseos de deleitar al prójimo con lo mejor de la propia
    oferta a
    través de cada contacto con los actuales y potenciales
    clientes.

    El marco que sustenta y contiene a quienes ejercen "la
    venta
    profesional" es "la idoneidad". Un término con plena
    vigencia y que muchos potenciales consumidores esperan encontrar
    en cada representante de cada organización a las que acuden para
    informarse, recibir asesoramiento y orientación para tomar
    sus mejores decisiones de compra y que, luego de comprar o
    contratar, sean reales.

    A lo largo de más de tres décadas he
    podido comprobar personalmente, ejerciéndola y
    contribuyendo a realizarlo en muchas empresas que no
    encontraban un rumbo cierto para su gestión, las que
    pueden dar fe que su existencia produce los resultados
    consistentes y proveen crecimiento y evolución del
    negocio, en tanto y en cuanto se continúe por dicha senda.
    A través de mi reciente obra "Claves para una venta
    exitosa", todos estos aspectos se encuentran desarrollados para
    su implementación efectiva en toda organización o
    actividad.

    El otro rasgo diferenciador importante se encuentra en
    "la responsabilidad", que permite comprender y aceptar
    que los resultados no dependen de nada más que de las
    acciones
    efectivas y eficientes que se realicen en su
    ejercicio.

    El primero paso positivo hacia la venta profesional
    consiste en tomar conciencia de su
    existencia.

    Al igual como ocurre en todas las cosas que deben
    hacerse eficientemente, la venta requiere de un desempeño profesionalizado, lo que implica
    adquirir los conocimientos básicos, poseer un método de
    trabajo y
    contar con habilidades o destrezas que pueden incorporarse para
    hacerlo con calidad y productivamente.

    Tales fundamentos y conceptos no son difíciles, y
    sólo requieren de la predisposición de cada
    empresario,
    directivo, emprendedor y profesional independiente como para
    aprenderlos conceptualmente y aplicarlos con eficacia y
    consistencia en el tiempo.

    Sin ello, su aplicación no producirá los
    resultados deseados espontáneamente ni por Gracia Divina,
    sino sólo a partir del cambio de
    actitud hacia ella.

    La subsistencia, el desarrollo y
    el posicionamiento
    de toda organización, sus marcas, productos
    y servicios en cada nicho de mercado dependen
    exclusivamente de ello: de la calidad, la consistencia, la
    productividad
    y rentabilidad
    en sus acciones de venta.

    Los Paradigmas de la Venta

    Nuestro desarrollo
    personal en el ámbito social en donde crecimos y
    evolucionamos nos lleva permanentemente a aceptar ciertos
    modelos,
    ejemplos, normas y reglas
    que consideramos permanentes y difíciles de modificar
    denominados "paradigmas".

    Este fenómeno psicosocial y cultural tiene
    diferentes consecuencias puesto que asumirlos como tales limitan
    nuestra evolución en el ámbito que ellos han sido
    establecidos.

    Desde los albores de nuestra historia fueron surgiendo,
    tal vez porque hemos necesitado fundamentar ciertos aspectos para
    proveernos la seguridad
    necesaria como para dar cada paso en los numerosos aspectos de
    nuestras vidas que requieren de acción.

    A modo de referencia de paradigmas de la historia,
    podemos compartir los siguientes:

    • Galileo Galilei tuvo la osadía de difundir su
      teoría de que la Tierra
      giraba alrededor del Sol que era contrario a la vieja creencia
      en que aquella era el centro del universo y tuvo
      que purgar varios años de prisión en la Edad Media
      por intentar quebrar el viejo paradigma.
    • Si el reloj que lleva en su muñeca posee un
      mecanismo de cuarzo, le informamos que fue inventado por un
      suizo durante el siglo pasado que no pudo vencer el paradigma
      de su época que señalaba a los relojes con
      mecanismos mecánicos eran los más precisos,
      además de ser "la tradición del país de
      los relojes". Tuvo que vender su invento a Texas Instruments en
      una feria en Japón
      para que estallara el fenómeno que representa el cuarzo
      en la industria
      relojera mundial.

    Los
    paradigmas de la venta

    En la gestión que procura cotidianamente lograr
    resultados de venta y a través de la trayectoria no tan
    feliz que ha tenido en su historia hasta nuestros días,
    por las reiteradas y desafortunadas experiencias como
    consumidores frente a una improvisación generalizada de
    muchos que la ejercen en la cornisa lindante con la "mala praxis"
    por el desconocimiento sobre su ejercicio profesional,
    también tiene sus paradigmas.

    Conocerlos puede resultar muy ilustrativo para
    clarificar todo panorama en el futuro para el mejoramiento en su
    ejercicio cotidiano en todos los ámbitos de
    aplicación.

    Entre los paradigmas más generalizados y comunes
    en ventas dentro de nuestra cultura
    iberoamericana podemos señalar los siguientes:

    La
    venta es sinónimo de "engaño"

    Es innegable el efecto real que una profesión
    ejercida en forma improvisada, tan generalizada y durante tantos
    años hasta en la actualidad, puede llegar a provocar en su
    imagen.

    No obstante ello, quienes sustentan este paradigma tal
    vez desconocen realmente qué es una venta profesional, en
    qué fundamentos éticos se sustenta, qué se
    requiere y cómo se hace para ejercerla dignamente, con
    productividad, consistencia y rentabilidad, recayendo así
    en bloquear toda posibilidad de mejora en sus propios ingresos.

    Al igual que toda profesión, la venta tiene sus
    buenos y malos cultores, y la responsabilidad en la calidad de su
    ejercicio recae en cada representante y especialmente en quienes
    los contrate y no les provea la formación que requieren
    para ejercerla de una manera digna como eficiente.

    A pesar de ello, todos los días se
    requerirá siempre el fruto vital que provee los ingresos
    necesarios para la subsistencia y desarrollo a través de
    su ejercicio.

    ¿Vender o que me
    compren?

    Cuando ambos conceptos se confunden hasta el punto de
    llegar a optar por el más cómodo y menos riesgoso,
    esto se origina y sustenta por el desconocimiento de cómo
    se logra que nos compren con satisfacción como producto de
    una eficiente acción de ventas de calidad.

    La Venta Profesional, que se sustenta en una
    gestión consultiva al aplicar las Técnicas
    Profesionales de Venta, logra obtener los resultados como
    consecuencia de una acción inductiva con cada potencial
    comprador para que tomen sus mejores decisiones de compra y con
    total satisfacción.

    Lo importante es descubrir la manera en que esto ocurre
    y puede aplicarse con total efectividad cuando se aprenden dichas
    técnicas.

    Es muy sencillo
    vender

    Llega a deslumbrar a todo observador cuando un
    especialista en cada actividad ejerce con destreza sus
    habilidades y logra su cometido de una manera aparentemente
    fácil.

    El error latino consiste en su habilidad para
    "improvisar" creyendo que es sencillo intentar reproducir sus
    actos para lograr hacer lo mismo con sólo imitarlo.
    Ejemplos de ello ocurre cuando observamos lo sencillo que parece
    ser hacer un gol en el fútbol desde la tribuna, pilotear
    un avión, extraer una muela, reparar una conexión
    eléctrica, etc.

    Sin embargo sabemos que para llegar a hacerlo con
    eficacia y destreza es necesario aprender a hacerlo,
    experimentar, practicar y corregir los errores que surgen en todo
    proceso
    evolutivo de aprendizaje.

    Cuando este paradigma se encuentra presente en
    directivos, empresarios, profesionales y emprendedores que
    intentan infructuosamente alcanzar resultados de venta
    periódicamente, por el sólo hecho de desconocer los
    fundamentos clave de un tema tan vital para su negocio o
    actividad, diariamente toman decisiones con falencias que
    perjudican su actividad más de lo que pueden
    suponer.

    Entre dichas decisiones podemos señalar: la
    incorporación de representantes inapropiados, a ponerlos
    en función
    con carencias esenciales que atentarán contra la imagen de
    la empresa,
    sus productos y marcas, además de no lograr obtener las
    metas periódicas en términos de
    resultados.

    Buscar
    recetas milagrosas

    Aunque no se reconozca, la verdad de su existencia se
    aprecia al analizar muchas de las decisiones implementadas al
    buscar que un seminario o un
    curso solucione todas las carencias existentes y no clarificadas
    en la propia gestión.

    Si bien la capacitación es indispensable en la
    formación inicial y continua de todo representante,
    sólo resultará efectiva cuando se cuente con el
    perfil adecuado de representante en la empresa y que el
    contenido del aporte responda a un método efectivo de
    gestión, a una filosofía y política de
    gestión, previamente implementadas en la
    organización.

    Vendedor
    ¿se hace o se nace?

    La sola existencia de este paradigma pone de manifiesto
    el desconocimiento sobre la gestión profesionalizada de
    vender.

    Al igual que toda profesión, se requiere desear
    ejercerla, poseer cualidades para el tipo de oferta a vender,
    pero fundamentalmente aprender a ejercerla eficientemente para
    eliminar toda improvisación y carencias (mala
    praxis)
    que perjudiquen la imagen de los bienes,
    servicios, marcas y empresas que se representen.

    La
    incorporación de vendedores, únicamente con mucha
    experiencia

    A través de este paradigma se pretende solucionar
    carencias preexistentes en quienes así actúan: el
    desconocimiento sobre qué es, cómo se hace y
    qué se requiere para vender profesionalmente, y de ello
    creer erróneamente que no se debe "gastar" (en lugar de
    invertir) en capacitación de vendedores.

    Lo más interesante es que este paradigma favorece
    la incorporación de representantes con mucha experiencia
    pero también con vicios que no pueden filtrarse al carecer
    de un proceso formativo que los detecte y los reemplace con las
    respectivas correcciones, generando daños a la imagen de
    la empresa, marcas, productos o servicios que se detectan cuando
    ya resulta tarde para revertirse.

    La venta
    concluye con el pago

    Este paradigma se manifiesta cuando los clientes
    perciben de una empresa o
    proveedor un criterio carente de toda intención y
    consideración de la satisfacción pos venta que debe
    y merece obtener con cada una de sus compras.

    Luego del pago, medio fehaciente de aceptación
    por parte del nuevo cliente o
    usuario, comienza la responsabilidad de la empresa que le
    garantice que disfrutará de todos los beneficios
    argumentados en las entrevistas de
    venta previas a su decisión.

    El único camino para la continuidad y
    evolución de todo oferente en un mercado consiste en
    asumir que si no logra desde su creencia real manifestado a
    través de acciones correspondientes para hacer percibir y
    asegurar que la satisfacción o soluciones
    constituyen fundamentos esenciales, todo esfuerzo por subsistir y
    crecer resultará infructuoso.

    Los reclamos
    inexistentes son prueba suficiente de la satisfacción
    generada

    Al analizar sencillamente este paradigma se podrá
    coincidir en que resultaría muy riesgoso aceptar que "no
    tener noticias no
    puede constituirse en sinónimo de buenas noticias". Los
    daños de su aplicación generalmente conducen a una
    lenta agonía de la actividad, o a una rápida salida
    del mercado según el nivel de competencia
    imperante.

    Cuando no se cuenta con un ámbito que permita
    registrar reclamos de una manera sencilla y fehaciente, los
    clientes pueden no estar satisfechos con la maravillosa oferta
    que han adquirido y resultar irreversible no detectarlo
    oportunamente.

    Aún así, las empresas que poseen y aplican
    realmente criterios de calidad en la satisfacción que
    proveen, no sólo cuentan con ello sino que regularmente
    implementan otras estrategias tales
    como encuestas de
    satisfacción para detectar y realizar los ajustes
    oportunos y necesarios que garanticen la calidad que merecen
    recibir sus clientes.

    Conclusiones

    Quienes rompen un paradigma se los denomina "pioneros
    paradigmáticos", puesto que respaldados en sus firmes
    creencias contrarias a los paradigmas existentes crean un nuevo
    estado de
    cosas, referencias o límites
    creando así nuevos paradigmas.

    Su disposición y determinación para
    quebrarlos y los logros obtenidos por su exitoso accionar hacen
    que disfruten de los beneficios que le corresponden al pionero
    por mérito propio. Aún sabiendo que dichos nuevos
    paradigmas serán imitados por otros y hasta el punto de
    verse suplantado por nuevos paradigmas en el futuro.

    El tenor de los paradigmas de la venta aquí
    descriptos tienen su raíz en dos aspectos que han sido
    comprobados a través de encuestas de satisfacción
    recientemente publicadas en http://www.hellerconsulting.com/Envuesta_Ventas_2002.htm
    y analizadas en los artículos: "Como venden los que
    venden", "Cómo piensan los que conducen la venta" y en
    "Las causas que impiden alcanzar mejores ventas", y que se
    resumen en el desconocimiento y en la improvisación
    además de estar agravados por el desinterés en
    aprender a ejercerla con calidad, eficiencia, consistencia y con
    rentabilidad.

    Por ello, en el caso de la venta no se trata de inventar
    nuevas teorías
    sino de incorporar los conceptos y fundamentos clave para
    incorporar correcciones y mejoras a lo que actualmente se
    está haciendo para que se logre un resultado en los
    términos descriptos precedentemente.

    Con ello se podrá lograr la codiciada
    diferenciación de la propia oferta en el mercado
    hipercompetitivo de nuestros días, la consistencia en el
    logro periódico
    de crecientes resultados de venta, reservado únicamente
    para los pioneros que deseen romper estos u otros paradigmas,
    convirtiendo así en exitosos a sus negocios y
    actividades.

    Martín
    E. Heller


    http://www.hellerconsulting.com/Martin_E._Heller.htm

    La Venta Profesional©

    www.hellerconsulting.com

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