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Viabilidad Económica



    Estimación de los beneficios
    de la agricultura de precisión en la
    producción

    1. Estimación de los cambios en
    costos

    2. Estimación de los cambios en los
    ingresos

    3. Dificultades
    para estimar los beneficios de la agricultura de
    precisión

    4. Ejemplo de
    presupuesto parcial

    5. Ejemplo del
    análisis económico de un ensayo de dosis variable
    de n en maíz por el método del
    balance

    6. Conclusiones

     

     

    INTRODUCCIÓN

    La agricultura de
    precisión (AP) es un ejemplo de cambio
    tecnológico o innovación, lo que se define como "la
    capacidad de transformar un producto nuevo
    o mejorado que pueda ser introducido al mercado; o en un
    proceso nuevo
    o mejorado que pueda ser utilizado por la producción, la industria o el
    comercio; o en
    un nuevo enfoque para poder prestar
    un servicio
    social" (OCDE, 1994). Es decir, que para que el cambio
    tecnológico sea tal, debe existir un proceso que involucre
    a los que lo adoptan, pero también al resto de la sociedad y sus
    instituciones.
    Este proceso no surge sólo de la investigación, sino principalmente de la
    interacción entre ciencia,
    mercado y sociedad (Reca y Parellada, 2001).

    Desde el punto de vista del mercado, el cambio
    tecnológico representa un desplazamiento hacia la derecha
    de la curva de oferta (Longo
    y Gavidia, 2002), o la condición en la que los productores
    ofrecen mayor cantidad de producto al mismo precio.

    Obschatko (2003) también explica el cambio
    tecnológico como un desplazamiento de la función de
    producción, manteniendo una relación estable entre
    el producto y los factores. Es el residuo que no es explicado por
    los cambios en el uso de insumos, pero también es un
    proceso socioeconómico, por el cual se introducen
    modificaciones en las formas de producir con el objetivo de
    aumentar la productividad.

    Para explicar la adopción
    de las nuevas
    tecnologías de la AP, Vanacht (2001) sugiere la
    aplicación del "ciclo hype", un concepto tomado
    de Marketing.
    Según este autor, la adopción de la AP en el mundo
    comenzó aproximadamente en 1995 con un crecimiento
    vigoroso y sostenido; con miles de ha cosechadas con monitor de
    rendimiento que se sumaban cada año; la aparición
    de nuevas tecnologías (GPS, GIS,
    monitores,
    etc.); y la inversión de grandes empresas en
    investigación y desarrollo
    (I&D) de AP, tanto en Norteamérica como en Europa, Australia
    y Sudamérica.

    Este autor identificó una meseta en la
    adopción alrededor del año 2000, producida por una
    menor tasa de crecimiento, o inclusive una contracción,
    especialmente en las zonas líderes del mundo, que
    alcanzaron un punto de inflexión. Asimismo, en esta fecha
    se redujo la oferta de servicios de
    aplicación y/o consultoría, con menos cantidad disponible
    de asesores especializados, a la vez que las grandes empresas
    dejaron de invertir en I&D. Esto se tradujo en una
    desaparición del tema de las primeras planas de la
    prensa
    agropecuaria.

    ¿Por qué se produjo esto? Vanacht sugiere
    que la confluencia de nuevas tecnologías creó un
    "efecto gatillo" o disparador en el mercado, aunque las
    expectativas todavía no estaban en sintonía con la
    realidad de los beneficios que estas tecnologías eran
    capaces de brindar. Este "efecto gatillo" llevó a una
    etapa de "consumo
    irracional" (aproximadamente entre 1996 y 2000), que fue seguida
    por otra etapa de "frustración" (entre 2000 y
    2004).

    Años más tarde, el mercado naturalmente
    alcanza un equilibrio,
    que se traduce en una etapa de "madurez y rentabilidad",
    que el autor pronosticó a partir del 2005 en adelante.
    Esto se llama "Ciclo Hype", y coincide con otros modelos de
    pronóstico de adopción de la AP, como el publicado
    por Lowenberg-DeBoer (1997), como así también
    coincide con las tasas de adopción actual.

    En su modelo de
    pronóstico de adopción de la AP, Lowenberg-DeBoer
    (1997) explica que el cambio tecnológico es confuso y
    desorganizado, a la vez que exige cambiar la forma de pensar y de
    trabajar. La tecnología no aparece
    repentinamente del laboratorio o
    de un seminario
    totalmente formada y perfectamente operacional, sino que requiere
    un periodo de adaptación, con productores innovadores,
    fabricantes y científicos; cada uno haciendo lo que le
    corresponde para que la tecnología sea tanto
    práctica como rentable.

    En este contexto, los productores y los agronegocios
    deben tomar decisiones tecnológicas. No pueden esperar a
    que las aguas se calmen y que la tecnología madure, porque
    sería muy tarde. La historia indica que la mayor
    parte de los beneficios económicos de cualquier cambio
    tecnológico es aprovechada por los primeros en adoptar la
    nueva tecnología.

    Desde el punto de vista de la empresa
    agropecuaria, la AP cubre tres áreas principales: (1)
    Producción, (2) Administración, y (3) Medio
    Ambiente. Desde el punto de vista (1) microeconómico o
    de la producción, las técnicas
    de la AP pueden ser aplicadas, por ejemplo, para la
    búsqueda de (a) la eficiencia
    técnica y económica (rentabilidad), (b) el control de la
    calidad, (c)
    la trazabilidad de la producción, (d) el control de
    plagas y enfermedades, (e) la
    fertilización con dosis variable (DV), etc. La AP
    también puede ser adoptada como (2) una herramienta de
    gestión, para: (a) registrar datos, (b)
    supervisar empleados, (c) controlar actividades, (d) controlar a
    los contratistas y (e) capacitar a los operarios. Por
    último, pero no menos importante, la AP es una herramienta
    útil para proteger el medio ambiente y
    contribuir a la sustentabilidad de la agricultura (Bongiovanni
    and Lowenberg-DeBoer, 2004).

    El propósito de este capítulo es
    identificar modelos que ayuden a los productores y a la gente de
    negocios a
    tomar decisiones estratégicas acerca de uno de los mayores
    cambios tecnológicos de la agricultura de los
    últimos años: la agricultura de
    precisión.

    ESTIMACIÓN DE LOS BENEFICIOS DE LA AGRICULTURA
    DE PRECISIÓN EN LA PRODUCCIÓN

    El potencial de la AP es el de reducir los costos en la
    producción de granos, aumentar la productividad y hacer un
    uso más eficiente de los insumos. En un sentido más
    amplio, la AP permite administrar los insumos en el tiempo y en el
    espacio, optimizar la logística de las operaciones a
    campo, supervisar el trabajo de
    los empleados en el campo, manejar los riesgos de la
    producción, vender productos
    diferenciados, proveer trazabilidad de los productos para consumo
    humano, y documentar los insumos aplicados para cumplir con
    reglas de protección ambiental. Desde el punto de vista de
    la gestión, los monitores de rendimiento también
    son un herramienta para diagnosticar malezas, pestes,
    enfermedades, problemas de
    drenaje y fertilidad, diferencias en sistemas de
    labranza, y por lo tanto, se los usa para la toma de
    decisiones en la elección de híbridos,
    variedades o agroquímicos.

    Hasta aquí hemos estudiado qué es la AP,
    cuáles son sus principales herramientas y
    sus perspectivas de adopción. Ahora nos dedicaremos a
    estimar los beneficios de la AP usando la metodología de los presupuestos
    parciales; calcular los costos de la información sobre un periodo de varios
    años; identificar los costos que tienden a ignorarse con
    el cálculo
    de los márgenes; y por último, identificar las
    dificultades en determinar las diferencias de rendimiento cuando
    se usan las técnicas de la AP. La metodología
    descripta en parte de este capítulo se basa en la
    publicación editada por Lowenberg-DeBoer
    (2000).

    La información es un insumo más de la
    producción, como lo puede ser la semilla, el fertilizante,
    los pesticidas y el combustible, por lo que permite usar la
    metodología de los presupuestos parciales. Un aspecto
    clave es que la información sólo tiene valor en la
    medida en que produzca un cambio en la toma de decisiones. La
    información que no se usa no tiene ninguna diferencia que
    la semilla que sobra o el fertilizante que no se aplica. Pero a
    diferencia de muchos insumos, la economía de la AP es
    sitio-específica. La rentabilidad de las
    tecnologías de AP difiere entre establecimientos debido a
    diferencias en suelos, manejo y
    microclima. Estas diferencias de rentabilidad
    sitio-específica hacen necesario que los productores
    estudien la rentabilidad de la AP en sus propios
    lotes.

    El cambio en el margen que resulta de la adopción
    de una herramienta de la AP puede ser estimado por
    hectárea (ha) o para todo un lote usando la
    metodología de presupuestos parciales. La
    información que se pueda amortizar en varios años
    se debe tratar como un bien durable, como por ejemplo, el mapa de
    elevación digital de un lote.

    El presupuesto
    parcial se fija en los ingresos y en los
    costos que cambian cuando se aplican nuevas prácticas de
    producción. Deduce los cambios en los costos del cambio en
    los ingresos, de modo tal de estimar el cambio en el margen que
    resulta de adoptar una nueva práctica de
    producción:

    Cambio en el margen = cambio en los
    ingresos – cambio en los costos

    Un análisis de rentabilidad más
    completo debería incluir el impacto sobre el
    establecimiento o la empresa como un
    todo y los cambios en el riesgo de
    rendimientos y de costos de
    producción, pero por lo menos el método de
    presupuestos parciales es una buena forma de comenzar a estudiar
    los beneficios económicos de la AP.

    1. Estimación de los cambios en
    costos

    En la mayoría de los casos, es más
    fácil estimar el cambio en los costos, que estimar el
    cambio en los ingresos. El cambio de costos es mucho más
    fácil de determinar en el caso de contratar los servicios
    de AP a un contratista, siempre y cuando exista en la zona. En
    este caso, el cambio en el costo es
    simplemente la tarifa que cobra el contratista.

    Cuando la toma de información, el análisis
    y la implementación se hacen con mano de obra y
    equipamiento propios, el cálculo de costos se complica un
    poco.

    Lo más difícil es estimar el cambio en los
    ingresos, debido principalmente a la variabilidad
    climática. En la mayoría de los casos estudiados en
    otros países, los costos de la AP no dependen del clima, mientras
    que la respuesta de rendimiento a alguna práctica de AP en
    un año dado puede variar ampliamente, debido a las
    precipitaciones u otros factores climáticos.

    En el cálculo de costos aparecen algunos
    problemas típicos, por ejemplo, cuando se usa la
    información durante varios años, y cuando se omiten
    algunos costos. Algunos ejemplos de información que se
    puede usar durante varios años son el análisis
    dirigido de suelos, los mapas de
    elevación digital, las fotografías aéreas de
    suelo desnudo,
    etc. Los análisis de suelo se suelen hacer en ciclos de
    tres a cinco años, dependiendo de la rotación de
    cultivos. La topografía y el color del suelo
    en las fotografías aéreas pueden cambiar en el
    tiempo, pero muy lentamente. Este tipo de información se
    puede usar por diez años o más.

    Cuando la información se usa por varios
    años se puede tratar como un bien durable. El costo anual
    de usar cualquier bien durable tiene dos componentes:

    • El costo de oportunidad del dinero
      invertido
    • La depreciación

    El costo de oportunidad de los fondos invertidos en
    información de AP es la rentabilidad que tendrían
    esos fondos en la mejor alternativa de inversión. Por
    ejemplo, si en lugar de invertir en AP, un productor hubiera
    pagado una deuda, el costo de oportunidad del dinero invertido
    sería la tasa de
    interés de esa deuda. El costo de oportunidad
    también podría determinarse en base a la
    rentabilidad potencial de otras tecnologías innovadoras,
    en la ampliación de la superficie trabajada, o en nuevas
    prácticas de producción. Dentro de los ejemplos de
    inversiones
    alternativas se podría mencionar la rentabilidad de un
    nuevo sistema de
    almacenaje de granos a campo, la rentabilidad de alquilar
    más tierras, o de producir un nuevo cultivo, o de invertir
    fuera de la actividad agricultura. Para facilitar los
    cálculos, esa rentabilidad potencial debe expresarse como
    una tasa anual, similar a una tasa de interés.
    En ese caso, el costo de oportunidad del dinero invertido es el
    total invertido multiplicado por la tasa de
    interés.

    La depreciación es una estimación del
    uso anual de un bien, y no es lo mismo que la amortización contable. La forma más
    fácil de estimar la depreciación es asumir que
    todos los años se usa la misma proporción de un
    bien. Este es el método de depreciación
    lineal:

    Depreciación lineal =
    inversión / vida útil

    Por ejemplo, si un productor invirtiera 8 USD/ha en
    muestreo y
    análisis de suelos, y si se hiciera cada cuatro
    años, la depreciación por el método lineal
    sería de 2 USD/ha. Cabe aclarar que existen otros métodos
    alternativos para estimar tanto el costo de oportunidad del
    capital como
    la depreciación.

    El Cuadro 1 muestra
    cómo se pueden estimar los costos anuales para el caso de
    muestreo dirigido de suelos en un campo que ya cuenta con un GPS
    y con un vehículo para ir a muestrear. El presupuesto
    parcial sólo considera el costo extra de trabajo de
    muestreo y de análisis en laboratorio. Este ejemplo asume
    un muestreo dirigido intensivo cada tres ha, aproximadamente,
    tres minutos para obtener y empaquetar la muestra, y un 10% de
    costo de oportunidad del capital.

    Los 130 USD para el lote de 40 ha representan un monto
    importante a los efectos del flujo de dinero, pero si se tomara
    para un solo año, castigaría el costo de tener
    información sobre la disponibilidad de nutrientes en el
    suelo. Si todos los costos se aplicaran a un solo año, no
    habría ningún sistema de manejo intensivo que fuera
    rentable. Los 45,50 USD para el lote de 40 ha, o los 1,38 USD/ha,
    es una estimación del costo económico anual de esa
    información. La anualización de los costos se
    obtiene con la fórmula: I * d / (1 – (1 +
    d)-n), donde: I es el costo de la
    información, d la tasa de descuento y n la
    vida útil de la información. Se debe hacer
    énfasis en la palabra "estimación", porque no
    existe ningún método perfecto para estimar los
    costos anuales. La mejor prueba de que un método de
    estimación de costos funciona es que resulte en decisiones
    rentables.

    Cuadro 1: Anualización de los costos de
    información, para el caso de un muestreo dirigido de
    suelos en un lote de 40 ha, y para un ciclo de muestreo de 4
    años (USD).

    Ítem

    Unidad

    Cantidad

    Precio

    USD/ha

    Mano de obra para el muestreo

    Hora

    3,25

    $10,0

    $32,50

    Costo de los análisis de suelo

    análisis

    13,00

    $7,50

    $97,50

    Total costo variable

    $130,00

    Costo de oportunidad del capital (10%
    interés)

    $13,00

    Depreciación lineal sobre 4
    años

    $32,50

    Costo anual para un lote de 40 ha

    $45,50

    Costo anualizado por ha

    $1,38

    Adaptado de Precision Farming Profitability,
    Lowenberg-DeBoer (ed.), 2000

    Costos que tienden a ser ignorados

    Los análisis económicos de la AP que han
    sido publicados tienen una tendencia a estudiar los cambios en la
    cantidad de insumos aplicados y en el cambio de los costos (ver
    Griffin et al, 2004, para una completa revisión), pero hay
    otros costos que también deben ser
    considerados:

    • Recolección de datos. Por ejemplo, el muestreo
      dirigido de suelos, las imágenes
      satelitales, el seguimiento del cultivo, etc.
    • Análisis de datos. Por lo general se requiere
      de un software
      especializado para analizar los datos y generar recomendaciones
      de manejo sitio-específico.
    • Capacitación. Ni los productores ni los
      consultores-asesores nacen con la capacidad para analizar los
      datos de la AP. Esta es una habilidad que se debe adquirir. El
      tiempo de aprendizaje
      compite con el tiempo destinado a otras actividades
      productivas, y puede exigir tomar cursos de capacitación, participar en talleres,
      asistir a conferencias, etc.

    El costo que más tiende a ser ignorado es el de
    capacitación en AP. Este costo es muy fácil de
    estimar en el caso que esa capacitación se compre como el
    servicio de un asesor profesional. Pero si es el productor quien
    se capacita, hay que tener en cuenta todos los gastos
    relacionados al aprendizaje formal. Estos gastos son
    relativamente fáciles de identificar, y comprenden el
    costo de asistencia a cursos de capacitación, incluyendo
    el costo del viaje, libros u otros
    materiales de
    apoyo que se compren. El costo de aprendizaje por experiencia en
    el trabajo es más difícil de cuantificar. Por
    ejemplo, ¿cuál es el costo de un día de
    cosecha dedicado a aprender cómo manejar y calibrar un
    monitor de rendimiento? Aunque el costo de aprendizaje por
    experiencia en el trabajo no sea fácil de cuantificar, hay
    que reconocer que es elevado.

    Dado el rápido cambio tecnológico actual,
    la capacitación en AP se deprecia a ritmo acelerado. Sin
    embargo, su costo se puede distribuir en varios años de
    uso.

    Los cambios en los costos pueden ser tanto positivos
    como negativos. En algunos casos, los costos del uso de insumos
    pueden caer lo suficiente como para compensar el costo extra de
    la información, el análisis y la
    implementación.

    2. Estimación de los
    cambios en los ingresos

    Al considerar los cambios en los ingresos por lo general
    se piensa en términos de aumento de rendimiento, aunque en
    realidad hay una serie de impactos positivos sobre los ingresos
    que hay que tener en cuenta, incluyendo:

    · Mejoras en la calidad. Por ejemplo, los nuevos
    sensores que
    analizan el contenido de proteína de los granos
    (Lowenberg-DeBoer, 2005) pueden contribuir a que los productores
    de trigo realicen una cosecha diferencial por zonas de diferente
    contenido proteico, y que vendan el producto diferenciado con
    mayor precio.

    · Producción bajo contratos y
    apertura de mercados nicho.
    Dado que la AP brinda al productor un mayor control sobre la
    producción agrícola, le permite acercarse
    más a la "producción por especificación" que
    requieren ciertos contratos con la industria y algunos mercados
    de productos especiales. Los productores que usen AP llevan la
    ventaja al momento de negociar contratos.

    · Cumplimiento de leyes
    ambientales. En el futuro será necesario cumplir con leyes
    y reglamentos de prevención de la contaminación ambiental, tal como ocurre
    actualmente en países desarrollados, ya sea por temor a
    una multa, ya sea porque es un requisito necesario para cumplir
    con normas de
    calidad. La AP permite llevar un registro
    detallado sobre qué insumo se aplicó, cuánto
    y dónde, lo que en cierta forma brinda al productor una
    "licencia para producir". Bongiovanni and Lowenberg-DeBoer (2004)
    demostraron que la AP puede ser una alternativa rentable cuando
    existen restricciones en la fertilización con
    nitrógeno.

    · Mejorar la logística de la
    producción y la comercialización. La información que
    brinda el monitor de rendimiento a medida que se avanza en la
    cosecha permite, por ejemplo, separar el grano más
    húmedo del grano relativamente más seco. En algunos
    casos, esto permitiría sacar ventaja al llegar antes al
    mercado con un grano seco, obteniendo mejores precios que si
    hubiera que esperar un tiempo de secado, etc., sin dejar de
    cumplir con contratos o compromisos firmados con
    anterioridad.

    3. Dificultades para estimar
    los beneficios de la agricultura de
    precisión.

    Algunos de los problemas clave que se pueden presentar
    al momento de estimar los beneficios de la AP pueden
    ser:

    Falta de evidencia de mayor ingreso. El incremento de
    rendimiento físico y la mejora en la calidad del producto
    son las dos principales fuentes
    primarias de ingreso que se pueden esperar de la AP, pero no son
    fáciles de cuantificar. El Cuadro 2 muestra un ejemplo de
    presupuesto parcial de un campo de 526 ha que usó AP. La
    principal fuente de rentabilidad proviene del mayor ingreso que
    generó el aumento de rendimiento del maíz, el
    que se incrementó significativamente al pasar de un manejo
    tradicional a un manejo sitio-específico.

    Puede que la diferencia no sea visible a simple vista.
    La AP se trata de "poner a punto" los sistemas de
    producción. Los monitores de rendimiento y otros
    sensores pueden medir diferencias de rendimiento y de calidad que
    no son percibidos a simple vista. El análisis con un
    sistema de
    información geográfica (GIS) permite
    identificar tendencias y problemas en el cultivo que de otro modo
    no se hubieran detectado.

    Los beneficios son específicos para cada campo y
    no generalizables. La "puesta a punto" que se hace a
    través de la AP incluye el manejo óptimo de suelos,
    microclimas, habilidades gerenciales, y oportunidades
    comerciales. La sinergia entre
    todos los componentes de un sistema de producción puede
    brindar una ventaja competitiva. Para lograr esta sinergia se
    requiere tener conocimiento
    del terreno, que sólo se puede adquirir a través de
    un seguimiento continuo del establecimiento productivo y de la
    realización de algunos ensayos a
    campo. Las ventajas o beneficios sólo pueden ser medidos
    en el lugar donde ocurren.

    Hay algunos beneficios de la AP que sólo se
    pueden medir a nivel del establecimiento. Por ejemplo, si un
    productor usa los mapas de rendimiento y los análisis de
    suelo para diagnosticar un problema de plagas, malezas o
    enfermedades, las decisiones que se tomen van a ser sobre el
    planteo de rotaciones y sobre otros factores de manejo a nivel de
    la explotación como un todo, no solamente sobre el lote
    donde se detectó el problema. En este sentido, los ensayos
    a campo no ayudan a medir estos beneficios.

    · Algunos de los beneficios de la AP se perciben
    fuera del campo. A las herramientas de la AP se les puede sacar
    un provecho igual o mayor al que se obtiene con el manejo de la
    variabilidad dentro de un lote, como ser los beneficios que se
    pueden obtener de los sensores remotos para una mejor
    comercialización; del registro de insumos aplicados para
    proveer certificación de inocuidad y calidad de alimentos; o de
    los mapas de rendimiento para negociar el arrendamiento de
    la
    tierra.

    4. Ejemplo de presupuesto
    parcial
    .

    El Cuadro 2 brinda un ejemplo de presupuesto parcial, en
    base a los ensayos a campo de AP en un campo de 526 ha que
    produce maíz y soja. El testigo
    con el cual se comparan los resultados es el manejo convencional
    con aplicación uniforme de fertilizantes y con dosis de
    siembra constante. En este campo, el principal beneficio del
    manejo sitio-específico fue el mayor ingreso que
    generó el aumento de rendimiento del maíz en los
    suelos más pobres, con menor potencial de rendimiento. El
    aumento de rendimiento promedio de maíz producido con AP
    fue de casi 1000 kg por ha. Estos cambios de rendimiento se
    estimaron en tres años de mapeo de rendimiento de ensayos
    a campo, en franjas que ocuparon un total de 80 ha por
    año. Los rendimientos de cada franja se estimaron
    según tipos de suelo.

    Para estimar el costo en equipamiento se usó un
    costo de oportunidad del capital del 10%, y el método de
    depreciación lineal sobre una vida útil de 3
    años. Además del costo anual del capital y de la
    depreciación, se incluyó un 0,9% de impuestos y
    seguros, como
    así también un coeficiente de reparación y
    mantenimiento
    del 2% sobre el valor a nuevo. La corta vida útil es un
    supuesto conservador, debido al rápido cambio
    tecnológico. Tanto la computadora
    portátil, como la sembradora de grano grueso y el
    controlador para dosis variable de nitrógeno se usaron
    solamente para maíz, por lo que su costo se
    distribuyó sobre un 50% de la superficie del
    campo.

    La vida útil del equipamiento para manejo
    sitio-específico es similar a la de las computadoras y
    otros quipos electrónicos. En este caso, el costo anual
    del monitoreo de rendimiento con GPS es de unos USD 8,78 por ha
    (USD 3,51 /ha + USD 5,27 /ha).

    Los resultados obtenidos muestran que los costos totales
    con respecto a la cantidad de fertilizantes utilizados cayeron
    levemente (USD 9,54 /ha), pero no lo suficiente como para
    compensar el aumento en el costo de muestreo con análisis
    de suelos (USD 12,35 /ha) y en el costo extra de la
    aplicación con dosis variable (USD 12,35 /ha). La
    aplicación de nitrógeno, fósforo y potasio
    fue menor, mientras que la aplicación de micronutrientes
    fue un poco mayor.

    En este ejemplo, el costo total en semillas no
    cambió mucho, porque el aumento de la densidad de
    siembra en los suelos ricos, de alto potencial de rendimiento,
    compensó la disminución de la densidad de siembra
    en los suelos pobres, de bajo potencial de rendimiento. Con la
    densidad de siembra uniforme (convencional), la población fue de 82.000 semillas por ha,
    mientras que con la densidad de siembra variable, la
    población osciló entre 79.000 y 89.000 semillas por
    ha.

    Los honorarios del especialista en AP se distribuyeron
    sobre toda la superficie del campo. Reflejan el mayor costo que
    significa el mejor conocimiento de las variables de
    producción debido a la AP. Este costo es real y debe ser
    tenido en cuenta, ya sea que el productor contrate a un asesor,
    ya sea que el productor se capacite y realice el análisis
    por sí mismo.

    En conclusión, los retornos netos al manejo
    sitio-especifico se estimaron en 46,59 USD/ha. Esto no incluye
    los beneficios extras que se pueden obtener en el mercado de
    arrendamiento de la tierra.

    Cuadro 2: Ejemplo del presupuesto parcial de un
    campo de 526 hectáreas que produce maíz y soja con
    agricultura de precisión (USD).

    Ítem

    Unidad

    Cantidad

    Precio unitario

    Monto/ha

    USD

    USD/ha

    Cambio de rendimiento

    kg/ha

    960,72

    0,09

    86,99

    Cambio de costos de equipamiento

    Monitor de rendimiento

    Ítem

    1

    4000

    3,51

    GPS

    Ítem

    1

    6000

    5,27

    Controladores para la siembra y
    fertilización

    Ítem

    1

    5000

    8,78

    Computadora portátil

    Ítem

    1

    3000

    5,27

    Aumento total en el costo de
    equipamiento

    22,83

    Cambios en los costos de
    fertilizantes

    Nitrógeno

    kg/ha

    -0,49

    0,55

    -0,27

    Fósforo

    kg/ha

    -16,42

    0,66

    -10,85

    Potasio

    kg/ha

    -3,73

    0,29

    -1,07

    Azufre

    kg/ha

    2,43

    0,46

    1,12

    Zinc

    kg/ha

    0,12

    5,20

    0,64

    Boro

    kg/ha

    0,06

    15,79

    0,88

    Cambio total en el costo de
    fertilizantes

    -9,54

    Cambio en el costo de semilla

    Bolsas/ha

    0,01

    90,00

    1,18

    Cambio en el costo de muestreo de
    suelos

    ha

    1

    12,35

    12,35

    Cambio en el costo de aplicación de
    fertilizante

    ha

    1

    12,35

    12,35

    Honorarios del especialista en AP

    Campo

    1

    650,00

    1,23

    Retornos netos al manejo
    sitio-especifico

    46,59

    Adaptado de Precision Farming Profitability,
    Lowenberg-DeBoer (ed.), 2000

    5. Ejemplo del
    análisis económico de un ensayo de
    dosis variable de N en maíz por el método del
    balance.

    La determinación de la "dosis agronómica"
    de N por el método del balance es el método
    tradicionalmente usado para determinar la dosis de N necesaria
    para alcanzar un rendimiento objetivo. Se calcula teniendo en
    cuenta cuál es la cantidad de N necesaria por unidad de
    rendimiento, a la que se le debe deducir la cantidad de
    N-NO3 disponible en el suelo y la cantidad de N
    disponible por mineralización de la materia
    orgánica. A este valor obtenido se lo divide por la
    eficiencia de uso del N por parte de la planta, para obtener la
    dosis de N a aplicar como fertilizante:

    N Fert = (NTotal
    requerido – N-NO3 –
    NMineralización) / Eficiencia

    Para adecuar este método a los propósitos
    de la agricultura de precisión, el primer paso es
    determinar zonas de manejo dentro del lote.

    Estas zonas se pueden determinar en base a las cartas de suelo,
    fotografías aéreas o imágenes satelitales,
    topografía, o bien en base a la experiencia que tenga el
    productor con respecto a la variabilidad presente dentro de un
    lote. Con esta información se pueden determinar, por
    ejemplo, zonas de baja, media y alta fertilidad, o zonas en base
    al mapa de elevación digital, etc.

    El segundo paso es el muestreo dirigido de suelos dentro
    de cada zona de manejo. Estas muestras se analizan en un
    laboratorio de análisis de suelos, y los resultados de
    N-NO3 y de porcentaje de materia orgánica (MO)
    se interpretan para determinar la cantidad de N a aplicar. Por
    ejemplo, un análisis de suelo que indique el contenido de
    N-NO3 en partes por millón (ppm) y el
    porcentaje de MO se puede usar para calcular la dosis de N por
    cada zona de la manera que ilustra el ejemplo en el Cuadro
    3.

    El muestreo de suelos debe hacerse por lo menos hasta
    los 40 cm de profundidad, dividido en segmentos. En este ejemplo
    se hizo hasta el metro de profundidad [1 y 2]. El dato de la
    densidad aparente [3) DAP] puede provenir del mismo laboratorio
    de suelos o de una carta de suelos
    publicada. El peso del suelo [4] (en miles de toneladas) surge de
    multiplicar la densidad aparente [3] por la profundidad del suelo
    [2], por 10, que es un factor de corrección de
    unidades.

    La cantidad en kg/ha de N-NO3 en el suelo [6]
    se obtiene multiplicando el peso del suelo por las ppm de N. La
    cantidad total en el metro de profundidad se obtiene sumando las
    cantidades calculadas en cada segmento de profundidad. Para
    obtener la cantidad de N-NO3 disponible para la planta
    [8], se multiplica la cantidad de N-NO3 en el suelo
    [6] por la eficiencia de uso del N por la planta [7)
    EUN].

    La cantidad de N proveniente de la mineralización
    de la M.O. se obtiene a partir del resultado de laboratorio [9) %
    M.O.]. Los datos de N en M.O. [10] y el % de
    mineralización de la M.O. [11] pueden provenir del mismo
    laboratorio o de la bibliografía. Finalmente,
    la cantidad de N proveniente de la mineralización de la
    M.O. se calcula multiplicando el peso del suelo [4] en los
    primeros 20 cm, por [9], por [10], por [11], y por un factor de
    corrección de unidades de [1.000.000]. Para obtener la
    cantidad de N mineralizado disponible para la planta [14] se
    multiplica la cantidad de N mineralizado en el suelo [12], por la
    eficiencia de uso del N por parte de la planta [13)
    EUN].

    Una metodología alternativa (más precisa)
    para la determinación del N proveniente de la
    mineralización de la M.O. es a través del
    método Kjeldahl, provisto por los laboratorios de
    análisis de suelo.

    La cantidad de N total disponible para la planta [15] se
    obtiene sumando la cantidad de N-NO3 disponible [8], y
    la cantidad de N mineralizado disponible para la planta
    [14].

    Por último, si el rendimiento objetivo esperado
    en la zona de manejo es de 18 t/ha, y si por la
    bibliografía o la recomendación de los expertos se
    conoce que se necesitan 20 kg de N por cada t de rendimiento de
    maíz, entonces la cantidad de N requerida por el cultivo
    será de: 18 t/ha * 20 kg/t = 360 kg/ha. Dado que en el
    ejemplo la cantidad de N disponible en el suelo es de 139,42
    kg/ha, entonces la dosis de fertilizante N a aplicar será:
    (360 kg/ha – 139,42 kg/ha) / 0,80 = 275,73 kg/ha, en la zona
    denominada "de alto potencial de rendimiento" (Cuadro
    4).

    Cabe aclarar que para poder comparar la diferencia en
    los ingresos, siempre es recomendable dejar un testigo de indique
    cuál es el resultado que se hubiera obtenido en caso de
    haber realizado un manejo tradicional. En este caso se
    tomó un promedio ponderado de todos los análisis de
    suelo y se aplicó una dosis uniforme a todo el
    lote.

    Los cálculos realizados en este ejemplo deben
    repetirse para c/u de las zonas de manejo que se hayan
    determinado dentro del lote. Cuanto mayor sea la variabilidad
    presente dentro de un lote, mayores serán los beneficios
    por el tratamiento diferencial de las diferentes zonas, los que
    se pueden estimar a través de "presupuestos
    parciales".

    El Cuadro 5 muestra los beneficios a nivel del lote,
    obtenidos por el manejo diferencial de tres zonas de diferente
    potencial de rendimiento de maíz. Para lograr estos
    resultados, se comparó el beneficio obtenido por manejo
    diferencial de las tres zonas con el beneficio que se hubiera
    obtenido por hacer dosis uniforme. Esto se pudo hacer gracias a
    que se dejó una franja con dosis uniforme en cada zona de
    manejo, la que se determinó en base a un promedio de los
    análisis de suelo.

    Los resultados indican un beneficio de USD 606 por el
    manejo diferencial. A este beneficio hay que deducirle el costo
    extra del muestreo (USD 10 c/u) y análisis de suelo (USD
    14 c/u). Para el manejo diferencial se tomaron y analizaron un
    total de 3 muestras a un costo de USD 24 * 3 = USD 71. Para el
    manejo uniforme el costo hubiera sido el de una sola muestra y
    análisis (USD 24), por lo que en realidad, el costo extra
    fue de (USD 71 – USD 24 = USD 47). En conclusión, los
    beneficios por manejo diferencial de la dosis de N fue de USD 606
    – USD 47= USD 560 en 45 ha, o lo que es lo mismo: 12,43 USD/ha
    (Cuadro 5).

    Al igual que en el ejemplo anterior, el principal
    beneficio del manejo sitio-específico fue el mayor ingreso
    que generó el aumento de rendimiento del maíz en
    los suelos más pobres, con menor potencial de rendimiento.
    El ejemplo es muy similar al anterior, aunque el tratamiento de
    los costos es menos complejo en este caso.

    Cuadro 3: Cálculo de la cantidad de N
    disponible en la zona de alto potencial de
    rendimiento.

    1) Prof (cm)

    0-20

    20-40

    40-70

    70-100

    TOTAL

    2) Prof (m)

    0.2

    0.2

    0.3

    0.3

    3) DAP

    1.25

    1.24

    1.24

    1.24

    4) Peso (t x 1000)

    2.5

    2.48

    3.72

    3.72

    5) N-NO3 (ppm)

    11.6

    9.66

    6.73

    5.12

    6) N-NO3 kg/ha

    29.00

    23.96

    25.04

    19.05

    97.04

    7) EUN

    0.65

    8) kg N-NO3

    63.08

    9) % M.O.

    2.34%

    10) N de M.O.

    5.80%

    11) % miner.

    3.00%

    12) N mineralizado

    101.79

    13) EUN

    0.75

    14) kg/ha N de MO

    76.34

    15) kg N total

    139.42

    Cuadro 4: Cálculo de la necesidad de fertilizante
    N en cada una de las zonas de manejo.

    Zonas de potencial de
    rendimiento

    Rendimiento
    esperado

    kg de N por t de
    grano

    Necesidad de N

    N disponible

    EUN
    (fertilizante)

    Necesidad de
    fertilizante

    t

    kg

    Kg

    kg/ha

    Alto

    18

    20

    360

    139.42

    80%

    275.73

    Medio

    14

    20

    280

    135.55

    80%

    180.56

    Bajo

    11

    20

    220

    86.13

    80%

    167.34

    Ponderado

    14

    20

    274

    118.16

    80%

    198.24

    Cuadro 5: Resultados económicos de la dosis
    diferencial (USD).

    Zonas de potencial de
    rendimiento

    Alto

    Medio

    Bajo

    TOTAL Ponderado

    Costo de fertilizante

    $ 835

    -$ 184

    -$ 545

    $ 106

    Costo de semillas

    $ 216

    $ 59

    -$ 187

    $ 89

    Valor de la producción

    $ 339

    -$ 635

    $ 1,097

    $ 801

    Retorno a la DV de fertilizante y
    semillas

    -$ 713

    -$ 510

    $ 1,829

    $ 606

    Costo extra de muestreo y
    análisis

    $ 47

    Resultado en 45 ha

    $ 560

    Resultado por ha

    $ 12.43

    6. Ejemplo del
    análisis económico de un ensayo de
    dosis variable de N en trigo por el método de la curva de
    respuesta.

    La agricultura de precisión también se
    puede explicar desde el punto de vista de la economía de
    la producción, una rama de la economía agraria que
    se ocupa de los procesos de
    decisión entre producciones alternativas, es decir,
    qué producir, cuánto producir, y cuál es la
    combinación óptima de recursos, a la
    vez que considera la influencia que ejercen los cambios
    tecnológicos y económicos sobre estas decisiones.
    La principal herramienta de la economía de la
    producción es la curva de respuesta.

    La curva de respuesta o función de
    producción es una descripción cuantitativa o matemática
    de las diferentes posibilidades de producción. Representa
    la relación técnica entre un factor de
    producción variable y un producto, y brinda el o los
    productos esperados, en términos físicos, para cada
    nivel de insumo(s), también en términos
    físicos. Una función de producción se puede
    expresar como: y = f (xi), donde y es la
    cantidad producida y xi son los factores
    variables de producción.

    Si bien es cierto que es imposible hacer una lista
    completa de todos los factores que intervienen en la
    producción de un cultivo en particular, la función
    de producción es una simplificación que nos permite
    estimar la cantidad de la producción alcanzada con
    relación a cantidades variables de insumos. Asume que: (1)
    hay una relación causal entre insumos
    (xi) y productos (y); (2) hay
    rendimientos decrecientes para cada insumo
    (xi), de modo tal que el aumento de producto
    que se logra por agregar más insumo se hace menos y menos,
    y que pasado el punto de máximo rendimiento, cantidades
    adicionales de xi pueden tener un efecto
    negativo sobre el rendimiento. Por último, asume (3)
    retornos a escala
    decrecientes, por lo que un incremento proporcional de todos los
    insumos resultará en un incremento menos que proporcional
    en el producto.

    La función de producción permite controlar
    el nivel de insumos para alcanzar un objetivo deseado, que por lo
    general es el de maximizar la rentabilidad (p), es decir,
    maximizar la diferencia entre el valor del producto y el costo de
    los insumos: p = py y – S pi
    xi – F
    , donde py es el precio
    del producto y pi los precios de los insumos.
    F son los costos fijos. Para maximizar la rentabilidad con
    respecto a un insumo en particular (x1), se
    toma la primer derivada de p, y se despeja x1:
    ¶p/¶x1 = py
    yx1)
    p1
    . La condición para máxima
    rentabilidad es: ¶y/¶x1 =
    py
    /p1. Es decir, la
    máxima rentabilidad se da cuando el valor marginal del
    insumo es igual a la relación inversa de precios
    (py/p1), o bien, cuando el
    valor marginal del producto es igual al costo del insumo
    marginal: py ¶y = p1
    x1.

    A pesar de que puede parecer complicado, la interpretación es muy simple: esta igualdad
    implica que el costo de la última unidad de insumo debe
    ser igual al valor del producto extra obtenido por el uso de esa
    unidad de insumo, o que para máxima rentabilidad, la
    última unidad de insumo se debe pagar por sí misma.
    Esta igualdad significa que el uso de una menor cantidad de
    insumo estaría sobrepagando ese insumo, y que una mayor
    cantidad de insumos no alcanzaría a cubrir su costo. Por
    ejemplo, en el caso de la respuesta del cultivo a la
    fertilización nitrogenada, la rentabilidad es
    máxima cuando la respuesta marginal a un kg de N se iguala
    a los kg de grano que deben venderse para pagar por ese kg de N.
    Si la cantidad de N es mayor a esa igualdad, los kg de N que se
    agreguen no producirán un aumento de rendimiento
    suficiente como para pagar su costo. Si el N se reduce por debajo
    de esa igualdad, se pierden ganancias. En el punto de
    máximo rendimiento físico, el producto marginal del
    insumo es cero, por lo que no puede pagar el costo de
    insumos.

    Por lo general son pocas las formas matemáticas que se usan para las funciones de
    producción, dependiendo de (a) las características
    técnicas de la respuesta (biológicas,
    químicas, nutricionales, etc.), (b) la información
    disponible, y finalmente (c) el uso que se intente dar a la
    información producida. La forma funcional
    cuadrática es la más usada para estudiar los
    procesos de producción agrícola (especialmente la
    respuesta del cultivo a los nutrientes), porque es la que
    presenta la mayor significancia estadística, se ajusta mejor a la teoría
    biológica y económica del proceso de respuesta, y
    es una de las más fáciles de computar. Para la
    fertilización nitrogenada, la rentabilidad con una
    respuesta cuadrática es: p = py
    (α+βN+γN²) –
    pN N – F.

    La primer derivada es: ¶p/¶N =
    py

    (β+2γN)
    pN = 0
    , y despejando, la cantidad óptima de
    N es: N* = [(pN /
    py
    ) – β] /
    .

    Para mayores detalles, consultar el protocolo
    detallado en Bongiovanni (2002b), disponible en Internet.

    Riesgo

    El riesgo también es un factor que debe tenerse
    en cuenta en el estudio de la respuesta del cultivo en el tiempo.
    La influencia del riesgo complica el análisis de
    respuesta, porque es difícil de analizar. La dificultad no
    radica tanto en la forma matemática, sino porque el riesgo
    involucra valoraciones subjetivas sobre: (a) las probabilidades
    de ocurrencia de diferentes alternativas, y (b) las preferencias
    sobre los resultados de haber elegido dichas alternativas. Dado
    que estos elementos son subjetivos, las condiciones de
    maximización de la rentabilidad que son convenientes para
    una persona, pueden
    ser totalmente inconvenientes para otra.

    En el análisis de rentabilidad de la respuesta
    del cultivo al N, el riesgo en la rentabilidad ocurre porque los
    rendimientos, los precios, o ambos a la vez son inciertos. La
    incertidumbre sobre el rendimiento ocurre porque algunas
    variables (por ej.:, el clima) no están bajo el control
    del productor y porque sus niveles no se conocen al momento en
    que se toma la decisión sobre el insumo que está
    bajo control del productor (por ej.:, la dosis de N). A pesar de
    que no se conoce el rendimiento que se va a lograr, se le puede
    asignar una distribución de probabilidad, con
    relación a la combinación de determinados niveles
    de las variables inciertas. Esta probabilidad de
    distribución del rendimiento es relevante en un
    análisis de rentabilidad siempre y cuando haya alguna
    interacción en la respuesta entre cualquiera de las
    variables controladas y las inciertas. Por otro lado, la
    incertidumbre sobre el precio del producto también ejerce
    influencia al momento de tomar la decisión, ya que este
    precio es incierto al momento en que se toma la decisión
    sobre las variables controladas (por ej.: la dosis de
    fertilizante).

    La ecuación para la distribución de
    probabilidad de rentabilidad h(p), donde la
    distribución conjunta del precio del producto,
    py, y el rendimiento, Y, son
    condicionales sobre las variables de decisión,
    x1, …, xn se detalla a
    continuación: . Esta ecuación se puede adaptar al
    problema de maximización de la rentabilidad esperada,
    cuando las curvas de respuesta difieren dentro del mismo lote y
    entre años, para lo que se deben usar diferentes ecuaciones
    para cada campaña:

    donde j es la campaña de
    cultivo, Φ j es la probabilidad de
    ocurrencia de cada campaña (húmeda o seca, etc.) y
    Área i es la proporción de
    área i (i = 1, …, z) dentro del
    lote.

    Para ilustrar la teoría de fertilización
    de trigo con dosis variable se aplicará la
    metodología desarrollada por Bongiovanni (2002a), usando
    dos funciones de producción de dos sitios diferentes. Las
    respuestas para años promedio y para años
    húmedos en los dos sitios estudiados se muestran en el
    Cuadro 6 y en la Figura 1. Se usarán estas curvas de
    respuesta, representando dos tipos de suelos distintos dentro de
    un mismo lote, ocupando cada uno de ellos el 50% del área.
    Asimismo, se asume una probabilidad de ocurrencia de clima medio
    o bueno del 50%.

    Para este ejemplo, se tomó el precio de trigo
    para marzo 2003 de 132,2 USD/t, 14% de gastos de
    comercialización, y un costo de la urea de 0,25 USD/kg, lo
    que implica un costo del N elemental de 0,61 USD/kg, aplicando la
    tasa de interés comercial vigente en Argentina en 2002,
    del 24% anual, por seis meses.

    Cuadro 6: Respuesta del trigo al N en dos sitios
    (L y B) y dos campañas.

    Sitio

    Año medio

    Año bueno

    α

    β

    γ

    α

    β

    γ

    L

    34.08

    0.321

    -0.0022

    42.07

    0.407

    -0.0028

    B

    36.12

    0.191

    -0.0014

    45.1

    0.362

    -0.0026

    Figura 1: Curvas de respuesta del
    trigo al N en la Loma y en el Bajo (L y B) y en dos
    campañas (año medio –a la izquierda- y
    año bueno –a la derecha).

    Como resultado de la optimización, la dosis
    óptima económica en el año normal para el
    sitio L fue de 61 kg/ha y para el sitio B de 49 kg/ha. Por otro
    lado, en el año bueno, la dosis óptima para el
    sitio L fue de 63 kg/ha y para el sitio B de 59 kg/ha. Como se
    muestra en las Figuras, tanto la respuesta al primer kg de N
    aplicado (Figura 2), la dosis óptima de N (Figura 3), y el
    retorno al N (Figura 4) difieren entre zonas y entre
    años.

    Figura 2: Respuesta del trigo al primer kg de N
    en dos sitios (L y B) y en dos campañas (año medio
    –a la izquierda- y año bueno –a la
    derecha).

    Figura 3: Dosis óptima económica de
    N en dos sitios (L y B) y en dos campañas (año
    medio –a la izquierda- y año bueno –a la
    derecha).

    Figura 4: Retorno neto esperado a la DV–N
    en dos sitios (L y B) y en dos campañas (año medio
    –a la izquierda- y año bueno –a la
    derecha).

    Asumiendo que los dos sitios considerados en este
    ejemplo se encuentran dentro del mismo lote en igual
    proporción, se puede comparar el resultado de aplicar N
    con dosis variable, con el resultado de aplicar N con el
    método tradicional del balance. De acuerdo a Melgar et al.
    (2001), por el método del balance, la dosis para el sitio
    "L" es de 32 kg/ha, y de 50 kg/ha para el sitio "B", lo que hace
    un promedio de 41 kg/ha para todo el lote.

    En este contexto, el beneficio extra por usar dosis
    variable de N (el retorno a DV-N) sería de USD 3,38/ha
    para el año normal y de USD 10,72/ha para el año
    húmedo. Es decir, los resultados sugieren que la DV-N
    puede ser rentable, porque la ganancia para el año normal
    sería USD 1,38 más alta que el costo extra de
    aplicar con DV (USD 2/ha), mientras que en el año
    húmedo esa ganancia neta sería de USD
    8,72/ha.

    Como la característica de cada campaña
    (normal / húmeda) es desconocida al momento de la
    fertilización, se puede usar una probabilidad de
    ocurrencia, de acuerdo a lo explicado más arriba.
    Asignando un 50% de probabilidad, el promedio ponderado de las
    curvas de respuesta indica que la dosis óptima para el
    sitio L es de 62 kg/ha y de 56 kg/ha para el sitio B. La ganancia
    extra por usar dosis variable de N sería de 6,76 USD/ha.
    Por lo tanto, sería más que suficiente para pagar
    el costo extra de la DV (2 USD/ha) y de generar una ganancia de
    4,76 USD/ha para el productor.

    Análisis de sensibilidad.

    La probabilidad de ocurrencia de las campañas de
    cultivo se puede pronosticar hasta cierto punto. Por lo tanto,
    asignar probabilidades de 50% a años normales y
    húmedos puede ser una postura excesivamente conservadora.
    Por ejemplo, el contenido de humedad en el suelo al momento de la
    fertilización está correlacionado positivamente con
    la disponibilidad de agua durante
    el ciclo del cultivo. Esta información permitiría
    estimar mejores recomendaciones de fertilización, teniendo
    en cuenta el riesgo.

    Para estimar el valor de estos pronósticos en la implementación de
    la DV, se pueden considerar cuatro escenarios:

    i) Esperar una campaña normal, y que sea normal
    (Normal-Normal). Esto se realiza usando tanto las curvas de
    respuesta como las dosis óptimas para la campaña
    normal.

    ii) Esperar una campaña normal, y que sea
    húmeda (Normal-Húmeda), es decir, las dosis
    óptimas para la campaña normal, pero las curvas de
    respuesta para la campaña húmeda.

    iii) Esperar una campaña húmeda, y que sea
    húmeda (Húmeda-Húmeda), es decir, usando
    tanto las curvas de respuesta como las dosis óptimas para
    la campaña húmeda.

    iv) Esperar una campaña húmeda, y que sea
    normal (Húmeda-Normal), es decir, las dosis óptimas
    para la campaña húmeda, pero las curvas de
    respuesta para la campaña normal.

    Los resultados indican que si el tipo de campaña
    se pudiera predecir correctamente, los resultados serían
    rentables. Y aunque la predicción fuera incorrecta, la
    DV-N también seguiría siendo rentable, ya que el
    retorno a la DV-N solamente cae entre un 26% y un 15%, pero sigue
    por encima del costo de 2 USD/ha (Cuadro 7).

    Por otro lado, los resultados indican que para que la
    rentabilidad de la DV sea equivalente a la rentabilidad de la
    dosis uniforme, el pronóstico debe tener una certeza de
    por lo menos el 50%.

    Con respecto al precio del trigo, la DV-N
    seguiría siendo rentable si el precio cayera un 10% (de
    132,2 USD/t a 118,98 USD/t) en una campaña normal; un 37%
    (de 132,2 USD/t a 83,29 USD/t) en una campaña
    húmeda; y en un 26% (de 132,2 USD/t a 97,83 USD/t) para el
    promedio de las dos campañas.

    Cuadro 7: Retornos a la DV-N basados en el
    análisis de sensibilidad.

    Estrategia de fertilización

    Normal-Normal

    Normal- Húmedo

    Húmedo-Húmedo

    Húmedo-Normal

    USD/ha

    Dosis uniforme (41 kg/ha)

    $459

    $459

    $598

    $598

    Dosis variable – USD 2/ha

    $462

    $462

    $609

    $607

    Costo de indiferencia de la DV

    $3

    $2

    $11

    $9

    Conclusiones. Los resultados de los
    estudios de fertilización del trigo con N realizados en
    dos sitios, y en dos campañas de cultivo indican
    que:

    1. La respuesta al N y las dosis óptimas fueron
    diferentes entre sitios.

    2. La dosis variable de N puede ser rentable,
    considerando el costo extra de 2 USD/ha que cobra el
    contratista.

    3. La respuesta al N y las dosis óptimas por
    sitio difieren entre años.

    Además, el análisis indica que se puede
    realizar la optimización económica cuando las
    respuestas difieren dentro del lote. Se debe tener en cuenta que
    se trata de un análisis "ex-post", es decir, se asume que
    la respuesta del cultivo al N se conoce al momento de realizar la
    fertilización. A pesar de que la respuesta esperada nunca
    se va a conocer con certeza, un análisis económico
    de este tipo es el punto de partida que permite comenzar a
    comprender las implicaciones del manejo
    sitio-específico.

    Para mayor detalle, consultar los protocolos de
    análisis descriptos en Bongiovanni (2002b).

    EJEMPLOS DE BENEFICIOS DE LA AGRICULTURA DE
    PRECISIÓN EN LA GESTIÓN

    A modo de ejemplo, se pueden citar algunos beneficios de
    la AP en la gestión de la siembra, la
    fertilización, la cosecha y la planificación. Para comprender mejor la
    terminología es necesario aclarar que el margen bruto (MB)
    es igual al valor de la producción (precio x cantidad),
    menos los costos directos (labores culturales, semilla,
    agroquímicos, fertilizantes y cosecha) y los de
    comercialización.

    Algunas de estas ideas fueron adaptadas de AgLeader
    (2005).

    En la siembra

    · ¿Cómo saber si la AP es rentable
    en la siembra? Si con el monitor de rendimiento se logra
    identificar un híbrido de maíz que rinde más
    que otro híbrido en las partes más bajas de un lote
    (ej.: 0,3 t/ha), el beneficio sería 77 USD/t x 0,3 t/ha =
    23 USD/ha ó 10% del margen bruto.

    · ¿Cómo influye la velocidad de
    siembra sobre el rendimiento? Se estima que cuando la velocidad
    de siembra supera los 8 km/h, el rendimiento puede disminuir
    hasta en 1,4 t/ha. El beneficio de controlar este aspecto a
    través de un "registrador satelital de siembra"
    sería de 77 USD/t x 1,4 t/ha = 108 USD/ha ó 47% del
    margen bruto.

    · ¿Cómo repercuten los errores de
    siembra? Se calcula que pueden causar una disminución del
    rendimiento del 0,5%, lo que se traduce en una caída del
    1,5% promedio en los márgenes brutos de los principales
    cultivos, ó 3,4 USD/ha.

    · Ensayos a campo indican que los suelos
    más ricos soportan una densidad de maíz mayor,
    aumentando el rendimiento en 0,6 t/ha. Asimismo, con menor
    densidad en los suelos de más pobres, se mantiene el
    rendimiento con menos semilla. Teniendo en cuenta sólo el
    mayor ingreso, sería un beneficio de 77 USD/t x 0,6 t/ha =
    46 USD/ha ó 20% del margen bruto.

    · Evaluar sistemas de siembra. Por ej., los mapas
    de rendimiento permiten determinar diferencias de rendimiento con
    siembra directa en soja de 0,7 t/ha, es decir 0,7 t/ha x 167
    USD/t = 117 USD/ha ó 37% del MB.

    · Ensayos de siembra de diferentes grupos de madurez
    de soja en diferentes zonas de manejo realizados en Río
    Cuarto, Argentina, también mostraron diferencias de
    rendimiento de 0,7 t/ha x 167 USD/t = 117 USD/ha ó 37% del
    MB.

    · El tratamiento de enfermedades de final de
    ciclo en soja por zonas de manejo ha demostrado diferencias de
    rendimiento de 0,18 t/ha x 167 USD/t = 30 USD/ha ó 9% del
    MB.

    · Ensayos de espaciamiento entre hileras a 0,26 y
    0,52 m en soja demostraron que el uso de sembradoras de grano
    fino (drill) en zonas de manejo de bajo potencial de rendimiento,
    y de grano grueso (planter) en zonas de alto potencial, puede
    aumentar el rendimiento en 0,45 t/ha x 167 USD/t = 75 USD/ha
    ó 24% del MB.

    En la fertilización y
    aplicación

    · El ejemplo del análisis económico
    de la dosis variable de N en maíz por el método del
    balance citado más arriba muestra un beneficio de 12,43
    USD/ha ó 5,4% del MB, mientras que el ejemplo del
    análisis económico de la dosis variable de N en
    trigo por el método de la curva de respuesta muestra un
    beneficio de 1,38 USD/ha para el año normal (1% del MB) y
    de 8,72 USD/ha (6,5% del MB) para el año
    húmedo.

    · ¿Se pueden reducir superposiciones?
    Muchas pulverizadoras autopropulsadas con botalones de 20 m se
    superponen hasta 1 m entre pasadas. En 1000 ha son 50 ha de
    superposición. Con la ayuda de los sistemas de guía
    por GPS (banderillero satelital), la superposición se
    reduce a 10 cm. En 1000 ha son sólo 5 ha de
    superposición. Asumiendo un costo promedio 30 USD/ha x 45
    ha, sería un ahorro de 1350
    USD en 1000 ha, ó 1,35 USD/ha, ó 0,6% del MB
    ponderado.

    · ¿Se pueden reducir las áreas no
    aplicadas por error? Estas áreas ó "chanchos"
    pueden significar una reducción de más del 1,5% del
    rendimiento. En un maíz de 1 t/ha: 77 USD/t x 0,015 t/ha =
    1,16 USD/ha ó 0,5% del MB.

    · Si se suma el beneficio de 1,35 USD/ha por
    reducir superposiciones, con los 1,16 USD/ha por reducir
    áreas no tratadas, implica que con sólo trabajar
    2789 ha se paga un sistema de guía por GPS de USD 7000.
    Esta superficie es un 20-30% de lo que trabaja anualmente un
    contratista profesional.

    En la cosecha

    · La información de rendimiento permite
    poner un valor a la tierra por productividad. Teniendo en cuenta
    un precio de la tierra de 5000 USD/ha, y si con los mapas se le
    demuestra a un potencial comprador o arrendatario que el campo
    rinde 10% más que los vecinos, el precio podría ser
    un 5% más alto: un beneficio de 250 USD/ha.

    · Conocer en forma instantánea la humedad
    y la cantidad del grano que se cosecha permite tomar decisiones
    sobre el destino que se le dará a lo cosechado, teniendo
    en cuenta la necesidad de secado y la capacidad de almacenaje
    disponible. Permite ahorrar transporte y
    evita parar la cosecha.

    · El mapa de rendimiento en tiempo real permite
    visualizar la variabilidad sobre la marcha; determinar qué
    afecta el rendimiento (insectos, manchones, malezas, etc.) y
    poder analizar soluciones al
    problema. Si la variabilidad se debe a un problema de la
    cosechadora, como por ejemplo pérdidas de cosecha por una
    zaranda tapada, el operario puede corregir la falla y evitar
    pérdidas de 1 t/ha de soja, lo que representa 77 USD/ha
    ó 33% del MB.

    · El monitor de rendimiento también puede
    detectar problemas con el momento oportuno de cosecha. Lotes de
    soja cosechados en el área de INTA Manfredi (Argentina)
    después de un temporal muestran diferencias de 1 t/ha de
    soja, ó 77 USD/ha ó 33% del MB.

    · La excesiva velocidad de avance u otros
    problemas de regulación de la cosechadora también
    se pueden detectar con el monitor de rendimiento.

    En la planificación

    · Un GIS puede ayudar a determinar cuánta
    semilla (y/o fertilizante) se necesita en cada lote o zona de
    manejo. En este caso, el beneficio proviene de una mejor organización de las operaciones a campo
    (mayor eficiencia). Asimismo, permite controlar los costos, ya
    que conocer la cantidad de insumos necesaria, permite tomar
    mejores decisiones para la siembra.

    · Los mapas de elevación digital permiten
    estudiar el lote en tres dimensiones. Ayudan a estudiar las
    vías de escurrimiento y otros aspectos relacionados a la
    elevación. El beneficio radica en una mejor
    comprensión de las dinámicas del lote.

    · Máximo rendimiento no; máxima
    rentabilidad sí. Con un GPS y un GIS se pueden registrar
    el costo de insumos y los rendimientos por zonas de manejo. Esto
    permite hacer mapas de rentabilidad por zonas. La
    información permite optar entre la producción
    intensiva con AP o seguir con la convencional.

    · Crear zonas de manejo por rendimientos
    normalizados. Los mapas de rendimiento de varios años
    permiten crear un mapa promedio para determinar zonas de
    manejo.

    · Imágenes satelitales y
    fotografías aéreas para tomar mejores decisiones.
    También muestran la ubicación de los lotes para que
    los contratistas identifiquen el lugar. Indican la
    posición relativa con respecto a calles, rutas,
    ríos, poblaciones, etc. Las imágenes
    georeferenciadas y el mapa se superponen automáticamente.
    El beneficio es una mejor comunicación.

    Contratistas.

    Una de las decisiones claves que tienen que tomar los
    productores que quieran adoptar la AP es si van a contratar los
    servicios, o si se van a capacitar para desarrollar por sí
    mismos las habilidades necesarias para la recolección
    de datos, análisis y manejo de la variabilidad. En
    ciertos casos, los contratistas pueden ofrecer el servicio en
    forma más económica, como ser cuando se exige una
    gran inversión de capital que debe distribuirse sobre
    varios campos para que sea rentable, ej.: una cosechadora con
    monitor de rendimiento y GPS.

    En otros casos, la decisión es una
    cuestión de tiempo disponible, y como todo productor ya
    sabe: el tiempo es dinero.

    Hay dos factores principales a considerar: ¿Hay
    contratistas en tiempo y forma? ¿Se cuenta con la mano de
    obra necesaria para hacer el trabajo extra que requiere la AP?
    Por lo general se limita a una elección entre dos
    opciones, una de bajo nivel tecnológico que requiere
    más tiempo, y otra de alto nivel tecnológico que es
    más rápida, pero más cara. También se
    debe tener en cuenta la calidad y la confiabilidad del trabajo
    realizado.

    El tiempo también tiene un costo de oportunidad
    asociado, como lo es en el caso del capital. En el momento de la
    siembra y de la cosecha el costo de oportunidad del tiempo es muy
    elevado, mientras que en el resto del año es mucho
    menor.

    En el caso de aquellas tareas que exigen el desarrollo
    de nuevas habilidades, como lo es el análisis de los datos
    del monitor de rendimiento, se tendrá que tomar una
    decisión estratégica entre contratar el servicio o
    realizarlo dentro de la empresa. Comparado con los otros costos
    de producción, el costo de una computadora y
    de un software para el análisis de datos no es elevado,
    pero el tiempo y esfuerzo requeridos para realizar el
    análisis puede ser alto.

    La AP puede ser analizada como cualquier otra
    tecnología innovadora. La información es un insumo
    en el proceso productivo, tal como lo son la semilla, el
    fertilizante, los agroquímicos o el combustible. La
    información tiene valor si conduce a tomar mejores
    decisiones. Si la información se usa por varios
    años, debe ser tratada como cualquier otro bien de
    capital. En la mayoría de los casos es más
    difícil estimar los beneficios que estimar los costos de
    la AP. La rentabilidad de la AP es específica de cada
    sitio, por lo que los márgenes varían entre sitios
    debido a la variabilidad de los suelos, historia de manejo,
    microclima y otros factores.

    Pronóstico de adopción de la AP

    Limitantes para la adopción

    Griffin et al. (2004) identificaron algunas limitantes
    claves para la adopción de la AP, comparando el caso de la
    biotecnología y el de la AP. La pregunta
    clave que los usuarios actuales y potenciales se formulan es si
    las estrategias de
    manejo basadas en el "conocimiento intensivo" son rentables, o si
    es mejor continuar con la estrategia de
    usar el "conocimiento empaquetado".

    El "conocimiento intensivo" se refiere a las estrategias
    de manejo que dependen de datos al nivel del lote y del
    establecimiento para tomar decisiones sobre aplicación de
    insumos y prácticas de cultivo. Esos datos pueden ser
    obtenidos manualmente o electrónicamente. Ejemplos del uso
    del "conocimiento intensivo" son la dosis variable de
    fertilizantes y la densidad de siembra variable.

    Por otra parte, en las estrategias de "conocimiento
    empaquetado", la información se compra en forma de insumo,
    y el usuario (productor) requiere una cantidad mínima de
    datos adicionales, como por ejemplo, el maíz Bt y la soja
    Round-up Ready. Para aplicar exitosamente estas nuevas
    tecnologías se necesitan relativamente pocas habilidades,
    porque la tecnología viene en forma de "conocimiento
    empaquetado", y no requiere la compra de nuevos equipos ni de
    conocimientos adicionales para el manejo del cultivo.

    Las tecnologías basadas en el "conocimiento
    intensivo" que caracterizan a la AP no sólo requieren una
    inversión en tiempo, sino que también son sensibles
    a la escala. Para un productor que gasta unos USD 200.000 en un
    equipo de cosecha, el monitor de rendimiento con GPS representa
    tan sólo el 3,5% de la inversión. Sin embargo, la
    diferencia radica en el área sobre la que se pueden
    distribuir los costos, incluído el costo del capital humano.
    Por ejemplo, si alguien se capacita para interpretar mapas de
    rendimiento para un establecimiento de 2.000 ha, seguramente lo
    va a poder hacer también sobre 20.000 ha, pero el costo
    por ha va a ser mucho menor.

    Incentivos para la adopción

    Hay muchos estudios que dan razones para no adoptar, y
    son pocos los que incentivan la adopción de la AP (Griffin
    et al., 2004). Sin embargo, hay que tener en cuenta que los
    costos de la tecnología
    de la información (hardware y software)
    están en constante disminución, a la vez que su
    capacidad está en aumento. En el mundo actual, la gente
    incorpora cada vez más la tecnología
    de información a sus vidas cotidianas, como ser las
    computadoras, el GPS y los teléfonos celulares.

    En los países del Cono Sur de América, los incentivos para
    adoptar la AP vienen más por el lado del monitoreo y
    gerenciamiento de la producción y de los operarios; que
    por el lado de la dosis variable. Por ejemplo, en Argentina, la
    alta adopción del monitor de rendimiento antes que de la
    dosis variable, se debe a que ha probado ser una excelente
    herramienta de diagnóstico agronómico y de administración de la maquinaria
    agrícola. Además, los beneficios de los sistemas de
    guía por GPS con respecto a la reducción de
    superposiciones y de áreas mal aplicadas son claros en
    Argentina y Brasil, donde se
    aplican grandes superficies.

    Potencial para consultores-asesores

    Según Griffin et al. (2004), la teoría de
    las redes de
    externalidades que se forman a partir de la tecnología de
    la información juegan un rol muy importante para
    comprender la adopción de la AP.

    Las redes de externalidades se definen como "una forma
    especial de externalidad en la que la utilidad de una
    persona por un bien depende de la cantidad de otras personas que
    consuman ese bien" (Varian, 1996). Un ejemplo de esos bienes son el
    fax, los
    celulares y el módem. Un efecto indirecto de las redes de
    externalidades surge con respecto a los bienes y servicios
    complementarios. Por ejemplo, en áreas donde no hay
    locales comerciales donde alquilar videos, una reproductora de
    video tiene un
    bajo valor relativo para los consumidores, y
    viceversa.

    Siguiendo a Griffin et al. (2004), este ejemplo se puede
    hacer extensivo a las tecnologías de AP y a los servicios
    de asesoramiento (consultoría), tomados como un servicio
    complementario con respecto a la adopción de la AP. Si no
    hay servicios de consultores agronómicos que analicen los
    datos de AP y que brinden recomendaciones a los productores,
    entonces hay pocos incentivos a que los productores adopten la
    tecnología. Por otra parte, si los productores no
    están adoptando AP, tampoco habrá incentivo para la
    aparición de nuevas consultoras que ofrezcan servicios de
    análisis de datos y de asesoramiento. En este caso, una
    alternativa para la adopción puede ser un consorcio de
    productores que junten la información de varios
    establecimientos y justifiquen la existencia de un asesor
    especialista en el tema, que entre otras cosas, pueda realizar
    ensayos a campo.

    Conclusiones

    La principal pregunta es si la agricultura basada en el
    "conocimiento intensivo" va a ser rentable en el futuro. No
    obstante, el objetivo de este libro no es
    promover la adopción a ciegas de la AP ni de cualquier
    otra tecnología, sino el de educar a productores y
    asesores para cuando tengan que tomar decisiones.

    Dentro de las limitantes para la adopción de la
    AP que se citan en la bibliografía (Kitchen et al., 2002;
    Wiebold, 1998) se destacan: el tiempo para capacitarse en el
    manejo del equipo y del software, la falta de habilidades de
    electrónica, la falta de
    capacitación de productores y asesores, el vínculo
    que tiene que haber entre la toma de datos y las recomendaciones,
    la falta de asistencia técnica, la falta de asesores
    capacitados, los datos en diferente formato, el análisis
    de los datos del monitor de rendimiento, la dificultad de obtener
    datos de calidad, ensayos básicos para relacionar el
    rendimiento con las condiciones del suelo, la falta de maquinaria
    de AP, análisis estadístico, software disponible y
    análisis de rentabilidad.

    Estas barreras para la adopción deben ser vistas
    como oportunidades para el desarrollo y como áreas
    potenciales de trabajo, tanto para extensionistas de la actividad
    pública como para consultores de la actividad
    privada.

    Bullock et al. (2002) señalan que la agricultura
    de precisión tiene ciertos problemas de adopción
    comercial, en parte porque no hay información suficiente
    como para apoyar las decisiones de tipo sitio-específicas,
    y porque la información que hay no se usa eficientemente.
    Bullock y colaboradores pronostican que a medida que haya
    más información disponible sobre cómo usar
    la tecnología de precisión en forma rentable, los
    productores van a comenzar a demandar más equipos. Las
    instituciones públicas tienen un rol importante en la
    generación y desarrollo de esta información,
    implementando formas de crear mapas de manejo de bajo costo (por
    ej.: usando topografía, sensores remotos, etc.); y
    poniendo en práctica métodos económicos de
    ensayos a campo de productores (usando mapas de rendimiento,
    sistemas de
    información geográfica, y programas de
    regresión espacial).

    Rodolfo Bongiovanni (1)

    INTA Manfredi, Argentina

    Referencias

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    (1) Director del proyecto PICT año
    2002 N° 08-12931 "La agricultura de precisión como una
    herramienta clave para la sustentabilidad de la producción
    de maíz en la región semiárida argentina"
    INTA Manfredi, Ruta 9 km 636, (5988) Manfredi, Córdoba.
    E-mail: rbongiovanni[arroba]correo.inta.gov.ar.

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