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Didáctica de la expresión corporal



    1. Abstract
    2. Desarrollo

    Abstract.

    Para el aprendizaje y
    la enseñanza de la Expresión Corporal
    es imprescindible una práctica vivencial. Que alumno (y
    profesor)
    vivencie y experimente amplia y profundamente todos los aspectos
    del movimiento,
    desarrolle sus recursos
    corporales, se impregne de las sensaciones, capte las emociones, los
    sentimientos del propio cuerpo. No puede ser un aprendizaje
    mental ni tampoco mecanicista. Por otra parte tampoco se le puede
    obligar a desbloquearse y desinhibirse, sino que esto se
    irá dando de modo natural en el proceso del
    aprendizaje corporal.

    Palabras clave.

    Expresión Corporal, vivencia corporal,
    experimentación, comunicación, creatividad,
    emoción, desbloqueo, desinhibición,

    Desarrollo

    La raíz tanto del aprendizaje por parte del
    alumno, como de la enseñanza por parte del profesor, de la
    expresión corporal (EC) reside en la vivencia personal. El
    alumno aprenderá EC mediante su vivencia corporal
    profunda. El maestro, por su parte, solo puede enseñar EC,
    -favoreciendo y facilitando la vivencia corporal del alumno-,
    alimentándose en su propia vivencia, debidamente
    desarrollada amplia y profundamente en su etapa de
    formación que por otra parte debe ser permanente, revisada
    y contrastada con la teoría.

    Nadie puede enseñar nada, mientras no lo haya
    experimentado él previamente. La EC más que ninguna
    otra disciplina
    debe fundamentarse en una formación práctica –
    teórica, donde la parte práctica no solo es la
    más amplia, sino que es absolutamente vivencial, no una
    práctica mecanicista e insensible.

    En una interligazón permanente entre
    teoría y práctica vivencial se construirá el
    método de
    enseñanza de la EC, los medios y los
    procesos que
    deben seguirse para que cada alumno pueda ser ayudado a vivenciar
    e integrar las experiencias y los conocimientos.

    La práctica vivencial del profesor, no solo le
    provee de los recursos pedagógicos necesarios para
    poder ayudar
    al alumno a vivir su propia experiencia, sino que le mantiene
    alerta respecto a las posibles dificultades que pueda encontrar
    cada uno, ya que él tuvo la oportunidad de haberlo vivido
    previamente, aunque, desde luego, las vivencias de profesor y
    alumno sean siempre distintas.

    La EC es una materia rica y
    compleja en la que se ven implicadas todas las áreas de
    la
    personalidad humana, por ello, es necesario que sea
    vivenciada para poder desarrollarse.

    Pero esa vivencia puede conllevar en algunos casos unas
    ciertas dificultades, derivadas y
    aumentadas por nuestra cultura y
    educación
    que, tiende a dividir al ser humano en múltiples parcelas
    rompiendo su unidad entre la mente, el cuerpo y la
    comunicación, primando el aprendizaje
    memorístico mental ajeno a la experiencia
    corporal.

    El profesor ha de vivir la experiencia corporal con
    todas sus dificultades, gran parte debidas a los bloqueos
    iniciales, pero también con las innumerables
    satisfacciones que va a encontrar al ir desarrollando la
    expresividad. Con la vivencia, la actitud como
    profesor cambia frente al alumno, se produce una
    identificación, una empatía, goza de una mayor
    disponibilidad y comprensión, puede ayudar al alumno
    más fácilmente a encontrar el camino para superar
    sus dificultades y a encontrar su propia expresividad.

    En caso contrario, el profesor ni comprenderá la
    situación del alumno, ni le podrá
    ayudar.

    Si algo define y caracteriza a la EC es un proceso de
    descubrimiento, un proceso de comunicación y un proceso
    creativo desde y por el movimiento, desde y por el propio
    cuerpo

    Un proceso es un camino por recorrer, una aventura,
    donde quizá lo menos importante sea la meta a la que
    vamos a llegar, sino los acontecimientos que van a suceder en
    él.

    No es una carrera, en la que sudando, sin mirar a uno y
    otro lado, sólo pensamos en llegar al final.

    Por el contrario, es un paseo en el que vamos a
    contemplar el paisaje, vamos a aprender a mirar y sentir aspectos
    diferentes: la diferente vegetación; las rocas de variadas
    formas; los animales que lo
    pueblan; la permanente transformación con que flotan las
    nubes; los colores del
    terreno y de los árboles; los olores y los sonidos de la
    naturaleza;
    nos vamos a salir del camino e introducirnos por las veredas
    adyacentes curioseando, llegando a la espesura del bosque,
    metiéndonos en los riachuelos o torrentes. Si sólo
    pensamos en la meta -los objetivos– nos
    perdemos el disfrute del camino y los ricos aprendizajes que en
    él van acontecer.

    La EC es un camino con muchos vericuetos. Es un proceso
    de aprendizaje y de madurez integral, que contiene dentro de
    sí otros muchos procesos que atañen a la esfera
    física, a
    la afectiva-emocional, a la cognitiva, a la comunicacional, a la
    artística, etc.

    En estos procesos múltiples imbricados unos con
    otros, la vivencia es la herramienta fundamental para transitar
    por ellos.

    En esa aventura de descubrimiento de nuestro cuerpo, de
    investigación y exploración de sus
    posibilidades y recursos para moverse y relacionarse casi
    infinitos, nos vamos a encontrar con fuertes emociones, unas que
    nos aprisionan, otras que nos liberan, unas que nos producen
    temores, la mayoría, alegrías y
    satisfacciones.

    ¿Cómo podríamos explicar lo que
    significa la palabra vivencia? Después de tantos
    años vivenciando la EC, a la hora de definirla resulta
    difícil. Quizá porque la vivencia trascienda la
    comprensión racional. Es experiencia, es sensación,
    es emoción, es sentimiento, significa comprender interna y
    profundamente desde el propio cuerpo.

    Es una experiencia que afecta a la piel, a las
    vísceras, al tono muscular, que conecta con el pensamiento,
    que nos evoca recuerdos, que nos libera, que nos expande la
    conciencia.

    En principio, la vivencia comienza por la capacidad de
    sentir, degustar, saborear poco a poco, captar las diferentes
    sensaciones del movimiento. Cuando no se tiene esa capacidad, o
    más bien se ha perdido o se tiene adormecida, entonces lo
    primordial es despertarla, y se despierta mediante el propio acto
    de sentir.

    El movimiento es una inagotable fuente de sensaciones
    diversas, pero es un manantial desconocido para la mayoría
    de las personas porque no se lo han enseñado a sentir y
    disfrutar, o más bien al contrario, porque se le han ido
    taponando a través de la educación, sus
    naturales dotes sensoriales y creativas. Porque el movimiento ha
    sido educado, -domesticado- utilizado sólo como un medio
    físico, como una herramienta, que sirve para otros fines,
    fundamentalmente para trabajar. De esta forma, sus sensaciones y
    su conocimiento,
    quedan restringidas a la escasa y pobre utilización del
    movimiento.

    Sin embargo, desde el principio de la vida, el
    niño se mueve únicamente por placer. La
    motivación para moverse radica en que,
    genéticamente el movimiento es placentero. Es así,
    dado que el movimiento es la manifestación más
    primordial de la vida, a través del cual se aprende a ser
    uno mismo, nos relacionamos con los demás, entendemos y
    recreamos el mundo.

    El movimiento cumple a la vez, una amplia gama de
    funciones
    diversas: biológicas, psíquicas, sociales,
    relacionales, etc. Si genéticamente no fuera placentero
    todas sus funciones vitales no podrían
    desarrollarse.

    Preguntémonos ahora ¿Qué sistema
    educativo estamos desarrollando para que en la pubertad el
    niño haya perdido ya el deseo placentero de moverse; la
    investigación a través del juego haya
    desaparecido; no sepa disfrutar del movimiento, le dé,
    incluso, miedo?

    Hemos cumplido el más alto objetivo
    oculto de la educación. Le hemos castrado. Hemos reducido
    todas sus posibilidades a una: convertirle en una
    máquina.

    La gran tarea de la EC y el primer objetivo: luchar por
    despertar algo la sensibilidad cercenada; luchar por volver a
    encontrar el placer del movimiento.

    Esta es una tarea lenta, con altibajos, con regresiones,
    con adquisiciones y pérdidas, con fallos y aciertos, pero
    progresiva. Debe ser una tarea, motivada, pautada,
    terapéutica –porque sirve para resolver los bloqueos
    e inhibiciones-, didáctica, educativa, creadora.

    Una tarea en la que se posibilita descubrir todos los
    sabores y todas las sensaciones, todos los recursos corporales
    del movimiento para la creatividad, la comunicación y el
    aprendizaje.

    Ha de ser una tarea encauzada, motivada, impulsada,
    porque un cuerpo bloqueado no puede hacerlo solo ni puede moverse
    con espontaneidad ni con libertad.

    Para ello hay que ofrecer pautas y vías que cada
    uno debe explorar y desarrollar.

    ¡Ojo!, tampoco puede ser impuesta, y mucho menos,
    de un modo "terrorista emocional", -como lo llama una
    compañera-, con la pretensión de acabar con todas
    los impedimentos por la fuerza,
    obligando a liberarse mediante propuestas de cierta violencia
    emocional, con las que el único que parece liberarse es el
    profesor, ahuyentando de esa forma sus propios fantasmas,
    utilizando para ello a los demás.

    Luego se dice que los alumnos se sienten
    ridículos, ¡cómo no se van a sentir! No se
    puede obligar a nadie a mostrar ante sí y ante los
    demás su propia impotencia. No se puede obligar a alguien
    que tiene miedo al agua a
    lanzarse a un pantano, con la pretensión de superar el
    miedo. Es posible que lo supere…, si sobrevive.

    Los sentimientos de hacer el ridículo surgen de
    la propia inhibición del alumno, de su carencia de
    recursos y por lo tanto de seguridad, pero
    sobre todo, se manifiesta a causa de las propuestas inadecuadas
    del profesor que deben ir dirigidas a favorecer la
    adquisición de recursos corporales, expresivos,
    comunicativos y creativos, lo cual como venimos exponiendo es un
    proceso continuo.

    Las propuestas inadecuadas van por el siguiente camino:
    no desarrollan ningún proceso. A menudo, para solucionar
    la inhibición y otras trabas, -así como para
    alcanzar los supuestos objetivos de la EC-, se plantea todo un
    recetario de juegos dirigidos a: -por ejemplo, juegos de
    desinhibición-, que sin ninguna vivencia y sin
    ningún proceso, conducen únicamente a hacer
    más manifiesta y violenta la inhibición y el
    sentimiento de ridículo.

    Pero eso no es todo, esos o parecidos juegos son
    propuestos a los maestros en su etapa de formación, por
    sus respectivos profesores. ¡Unos profesores jugando a ser
    niños!
    ¡Unos juegos que hasta a un niño le parecen
    infantiloides!

    Las realidades de cada persona o de cada
    grupo, son
    distintas según cultura, educación, capacidades,
    edad, etc., por tanto no existen recetas válidas para
    todos. El planteamiento vivencial que se le hace al adulto debe
    ser distinto que el que se le hace al niño, aunque partan
    de las mismas bases. Posteriormente, en base a la propia
    vivencia, y a su estudio, el profesor irá encontrando las
    propuestas adecuadas con las que los alumnos puedan desarrollar
    su aprendizaje e imaginación.

    El desbloqueo corporal – emocional – mental
    se resuelve dentro del propio proceso pedagógico de la EC,
    si el profesor ha adquirido los medios para ello mediante su
    formación teórica y vivencial, si ha adquirido
    él mismo, previamente, recursos de movimiento, de
    comunicación y de expresión.

    La vivencia del movimiento en EC, no se limita a captar
    las sensaciones físicas del movimiento, sino a descubrir
    que ellas están ligadas a emociones y sentimientos. Las
    sensaciones se descubren a través de los diversos modos de
    plantear las diferentes posibilidades de hacer el
    movimiento.

    Respecto, por ejemplo, a las posibilidades de
    desplazarse; en relación con diferentes superficies; de
    extender, flexionar, girar; con diferentes matices de
    tensión; en relación con la gravedad; con
    diferentes tempos o impulsos; en diferentes direcciones o planos;
    en diferentes espacios; con diferentes objetos; con diversas
    partes del cuerpo; etc., etc., etc.

    La EC no es sólo un aprendizaje mental, sino
    fundamentalmente corporal. Todas las sensaciones físicas
    contienen a la vez emociones, sentimientos e imágenes.
    No contiene la misma emoción, ni sentimiento, ni nos evoca
    la misma imagen o
    recuerdo, realizar la flexión de un brazo, que extenderlo;
    ni realizarlo con diferente grado de tensión; ni
    realizarlo sobre mi cuerpo, lejos, o en relación con otro
    cuerpo; ni realizarlo lento o rápido…

    Para llegar a captar las dimensiones profundas del
    movimiento es necesario degustarlo amplia y profundamente,
    repitiéndolo sensiblemente, no de una manera rutinaria y
    mecánica, sino introduciéndose en
    él gradualmente mediante pequeñas variaciones y
    matices distintos hasta despertar poco a poco nuestra
    sensibilidad dormida y abotargada; hasta llegar a liberar las
    emociones bloqueadas en nuestro cuerpo; hasta llegar a
    "emborracharse", a empaparse de él, a impregnarse e
    identificarse con las sensaciones permitiendo entonces que salga
    la expresividad propia, escondida y enquistada entre las
    tensiones musculares, entonces es cuando comienza a nacer la
    expresión y la comunicación.

    Hay que poner toda la atención en sentirlo, de un modo lento,
    gradual, repitiéndolo durante un cierto tiempo, con
    pequeñas variaciones, hasta impregnarse en cierta medida
    de ellas, dejar de ser muscular, epidérmico y llegar a
    afectar a la personalidad
    de forma global. Con la vivencia se llega a adquirir la capacidad
    infantil natural de mimetizarse con el entorno, de impregnarse de
    él, de identificarse con el, de transformarse y es esta
    capacidad el preámbulo para hacerse expresivo y
    comunicativo.

    La vivencia no significa hacer un ejercicio o una
    propuesta de movimiento, mecánicamente, "racionalmente"
    bien hecho, sabiendo cómo transcurre todo.

    No se trata de realizar a la perfección unos
    parámetros espaciales, temporales y físicos. No es
    algo rutinario ni repetitivo. No es algo meramente físico
    ni meramente mental. La vivencia traspasa las dimensiones
    físicas y llega a remover emociones y
    sentimientos.

    Gradualmente también se va haciendo racional y
    consciente, llegando a saber los elementos que se están
    utilizando y de qué manera, de modo que lleguen a crearse
    composiciones artísticas y dramáticas.

    La EC es un método vivencial profundo del ser. La
    búsqueda del lenguaje
    corporal propio no es un proceso lineal, cuantitativo. Se
    realizan diferentes propuestas de investigación desde
    distintos puntos de vista que van enriqueciendo la experiencia
    que nos acerca al objetivo.

    El profesor tiene que estar en condiciones de saber
    elegir la propuesta adecuada en cada momento y el rumbo a tomar
    en el proceso global sin perder de vista sus objetivos e incluso
    cambiando estos por otros si resulta más fructífero
    el
    trabajo.

    BIBLIOGRAFÍA

    Benito Vallejo, J. Cuerpo en armonía
    leyes naturales
    del movimiento- INDE Publicaciones. Barcelona 2001

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    comunicación –Bienestar integral en las personas
    mayores- AMARU Ediciones. Salamanca 2005

    Ridocci, M. Creatividad corporal
    –composiciones basadas en la investigación en
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    SCHINCA, M. Psicomotricidad, ritmo y expresión
    corporal, Ed. Escuela
    Española. Madrid
    1980

    SCHINCA, M. Expresión corporal.
    –Técnica y expresión del movimiento. Ed.
    Escuela Española, Madrid 1989

     

    Joaquín Benito Vallejo

    Mercedes Ridocci Fernández

    alfa – movimiento orgánico y
    expresión corporal

    www.movimientoyexpresion.org

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