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No puede haber interculturalidad, sin inteligencia emocional



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Bibliografía

    Resumen.

    El artículo está tomado del libro: "La inteligencia emocional en
    la familia, en la educación y en las organizaciones", pendiente de
    publicación por los autores. En el mismo se analiza el
    controvertido tema de la interculturalidad y la migración, buscando un
    enfoque no sólo racional, sino emocional.

    En la realidad no es difícil demostrar que lo
    racional obliga a una convivencia pacífica, pero utilizar
    sólo estos argumentos implicaría en cierta forma, dejar
    de lado la adquisición que en realidad nos convierte en
    verdaderos seres humanos: la inteligencia emocional.

    Es por ello que se realiza un análisis que pretende
    exponer argumentos racionales y emocionales, para demostrar la
    necesidad de que la interculturalidad se tome en cuenta en la
    educación de nuestros
    niños y jóvenes y se
    busque la concientización de toda la población, a partir de la
    eliminación de mitos y demagogias.

    Introducción.

    El ser humano en su crecimiento experimenta sensaciones
    y sentimientos diversos, ocurriéndole a veces que se
    encuentra en situaciones tan difíciles, que puede llegar a
    considerarlas sin salida.

    Otros, sin estar sometidos a tanta presión, sienten que algo
    les falta en sus vidas, que no saben cual es el sentido de las
    mismas, si es que éste existe.

    No son pocas las personas que piensan que la
    inteligencia juega un papel fundamental para resolver ambas
    cuestiones, ya que los más inteligentes sostienen,
    encuentran las salidas y los más inteligentes encuentran
    también sentido a sus vidas.

    Pero personas consideradas incluso como muy
    inteligentes, han terminado hasta quitándose la vida, por no
    encontrar solución a los problemas y otros que a veces
    conocemos bien, se sienten tan desubicados, que casi se pueden
    considerar espectadores de ellos mismos, pues de hecho no se
    sienten jugando papel alguno.

    Lo anterior es sólo la punta del iceberg de lo que
    ocurre en realidad y se pueden poner otros muchos ejemplos, que
    conducen a sentimientos de frustración, de tristeza, de
    falta de estima y de muchas otras cosas que se traducen
    en:

    • Una vida familiar incompleta.
    • Graves dificultades en los estudios.
    • Serias deficiencias en la labor gerencial y en los
      negocios en
      general.
    • Desempeño pobre como profesional y en definitiva
      un desenvolvimiento laboral débil.

    De ahí que resulta necesario encontrar los
    orígenes de esas situaciones, incorporando la inteligencia
    emocional para hallar alternativas, más que encontrar
    recetas.

    Lógicamente no basta con encontrar los
    orígenes, es necesario el deseo de cambiar. Entonces el
    deseo del cambio y el desarrollo de la inteligencia
    emocional resultan las fuentes que deben conducir al
    éxito, tanto en lo
    personal como en el resto de
    las actividades que se desarrollen.

    En ese sentido, no deberíamos nunca olvidar, que a
    pesar de las diferencias en el color del pelo, de los ojos, de
    la piel, de las entonaciones de
    la voz, de nuestros lenguajes, estamos unidos desde siempre.
    Algunos creen que por la obra divina, otros por una evolución natural, pero
    sea por lo que sea la opinión del lector, estamos seguros que coincidirá con
    nosotros, en que tenemos un mismo origen y unos mismos
    padres
    , por lo tanto y con toda razón, somos
    hermanos
    .

    Entonces es hora ya de que marchemos, como
    hermanos
    , unidos para lograr el bienestar de todos, que
    aceptemos nuestras diferencias y que nos dispongamos de una vez
    por todas, a ser felices y a procurar hacer felices al resto de
    nuestros hermanos.

    La Interculturalidad es la relación entre varias
    culturas, dentro de un territorio o entorno. Prácticamente
    no puede hablarse de un país en el mundo, en el que no
    cohabiten varias culturas, ya sea por descendencia desde tiempos
    lejanos o por inmigración.

    Años atrás, las culturas se concebían en
    diferentes espacios geográficos. Se conocían y
    estudiaban en la escuela, en documentales del
    cine y la televisión o en
    revistas especializadas.

    En la actualidad conviven culturas diferentes en
    espacios geográficos muy estrechos, como por ejemplo una
    ciudad, un pueblo, etc., lo que ha dado lugar a grandes cambios
    que han provocado que las culturas no sean sólo un motivo de
    estudio o de investigación, sino sobre
    todo, un motivo de convivencia, en prácticamente
    todos los países, aunque muchos aún creen que la
    interculturalidad se da sólo en países con
    población indígena originaria.

    Aunque era lógico que esto sucediera, tal parece
    como si este fenómeno de la interculturalidad haya
    sorprendido a la mayoría de las personas. Hasta hace pocos
    años, para acercarnos a otras culturas, etnias o religiones, teníamos que ir en su
    busca, viajar, desplazarnos al lugar de origen. Era más una
    opción que una necesidad. Hoy en día, acercarse
    a otras culturas y religiones, a otras
    cosmovisiones, ya no es algo opcional, sino vital e
    imprescindible
    para una convivencia social
    pacífica.

    Ahora, pues, urge que entre todos encontremos unos
    fundamentos sólidos y lo más universales posibles, para
    la interculturalidad que vivimos, base necesaria para una
    convivencia pacífica y enriquecedora, de forma de que todos
    aprovechemos lo que de positivo tiene la diversidad.

    Desarrollo.

    Un grupo de personas, intelectuales, comunicadores y
    de profesiones diversas, entregaron a la ONU el 22 de abril de 1993, la
    llamada Carta de la Paz. Este documento
    estaba dirigido a todos aquellos que tuvieran sensibilidad por la
    paz y quisieran trabajar por ella. Consta de una introducción, diez
    puntos, una conclusión y una posdata que señalan unos
    principios sobre los cuales,
    se podría fundamentar una paz sólida y
    realista.

    Se presentó públicamente por primera vez en
    Barcelona (España), continuándose
    hasta el presente y difundiéndose en más de 80
    países de los cinco continentes. La misma plantea en su
    primer punto, que los contemporáneos no
    tenemos ninguna culpa de los males acaecidos en la Historia, por la sencilla razón de que
    no existíamos.

    De ahí que en el segundo y tercero se
    establezca: ¿Por qué, pues,
    debemos tener y alimentar resentimientos unos contra otros si no
    tenemos ninguna responsabilidad de lo
    acontecido en la Historia?. Eliminados estos
    absurdos resentimientos ¿Por qué no ser amigos y
    así poder trabajar juntos para
    construir globalmente un mundo más solidario y gratificante
    para nuestros hijos y nosotros mismos?
    .

    Hay alguna gente que por ignorancia y otros por
    demagogia, se dedican a atizar fuegos pasados, pero su
    inconsecuencia hay que ponerla de manifiesto: ¿Son culpables
    los hijos de lo que hicieron o no hicieron sus antepasados?
    Incluso, ¿Debemos juzgar a los hijos por lo que hicieron sus
    padres?.

    Hay que ponerle fin a la ignorancia explicando y hay que
    ponerle fin a la demagogia, poniendo en claro lo que persiguen
    quienes pretenden continuar dividiendo a la humanidad en grupos y sectores.

    En el punto 5 de la Carta mencionada se
    declara: Los seres humanos, por el mero
    hecho de existir, pudiendo no haber existido, tenemos una
    relación fundamental: ser hermanos en la existencia.
    Si no existiéramos, no podríamos siquiera ser hermanos
    consanguíneos de nadie. Percibir esta fraternidad primordial
    en la existencia, nos hará más fácilmente
    solidarios al abrirnos a la sociedad.

    Contemplar a los contemporáneos
    en sus particularidades y situaciones diversas desde esta
    fraternidad existencial puede hacer más fácil el
    encuentro y el diálogo a partir de
    diferentes formas culturales entre las personas y los
    pueblos.

    Hay que ser consciente de que esta evidencia que
    señala la Carta de la Paz sólo es un principio, un
    punto de partida, creemos que uno de los mejores, para iniciar el
    camino de una convivencia intercultural. El reconocimiento de
    esta fraternidad existencial no lleva a suposiciones simplistas,
    de que es fácil convivir con aquellos que tienen otra forma
    de pensar, otra manera de entender las relaciones humanas, de
    qué es una familia, de comer o de rezar. El
    hecho de saberlos hermanos no garantiza la armonía ni la
    mutua comprensión, pero ofrece muchos elementos para
    conseguirlas.

    Será necesario todo un trabajo propedéutico y
    fundamentalmente educativo, será necesario acabar con la
    demagogia imperante en los medios y que estimulan los
    politiqueros.

    En la interculturalidad no se trata de aceptar con un
    cierto fatalismo el hecho de tener que convivir con personas de
    otras culturas, sino de que el anuncio de esta convivencia sea
    fuente de alegría, porque implica ampliar nuestra propia
    cultura, nuestra
    identidad
    .

    Lo contrario a esta perspectiva conduce a una sociedad a
    la defensiva, que busca soluciones basándose en
    el miedo o en la agresión es decir, en el criterio de la
    fuerza o del dominio.

    Alcanzamos así una falsa convivencia pacífica,
    porque, cada uno vive al lado del otro, sin embargo, existen
    entre unos y otros nuevas "fronteras" como: una calle, un barrio
    o una zona, una ciudad cercana a otra, etc.

    Ese tipo de sociedad no genera paz. No podemos olvidar
    que la paz global se fundamenta en la paz de todos y cada uno
    de los pueblos
    .

    Si no somos capaces de cimentar la interculturalidad en
    sustratos reales y sólidos, la convivencia multicultural se
    convierte en fuente de sufrimiento y de conflicto. Sino trabajamos a
    fondo, aspectos como la fraternidad real entre las personas, sean
    de donde sean, vengan de donde vengan, piensen como piensen,
    pasará que aparentemente todo está en calma, hasta que
    un día una pequeña chispa, incendia toda la pradera.
    ¡Cuántos ejemplos han existido y existen en Europa, Asia, África y en todos los
    continentes!

    Parecerá que sabemos convivir, pero de golpe unos
    resentimientos o prejuicios que teníamos enterrados,
    brotarán hacia el exterior como la erupción de un
    volcán y como esta arrasarán con los que tenían
    prejuicios y con los que no tenían.

    Es muy interesante y de gran importancia, el conocer las
    diversas opiniones que existen sobre el tema. Por que son tan
    diversas, como diversos somos.

    Es lindo, porque basta ya de demagogia, de falsos
    consensos y de pretender que todos tengan que pensar como uno de
    nosotros. Basta de gente que va a lugares por estar amenazada y
    obligada, basta de quienes se mueven sólo por algunos pesos
    y supuestamente conforman un grupo ideológico, y por
    supuesto basta también, de quienes se sienten
    "representantes de todos" y son los que obligan y
    compran.

    Al oír la diversidad de opiniones y analizarlas,
    podemos reforzar nuestros criterios o simplemente modificarlos.
    Como el famoso Chavo: "sin querer queriendo", estamos practicando
    la verdadera democracia que ojalá
    alguna vez impere en todo el mundo.

    Todos debemos conocer lo que nos une, para procurar
    erradicar los posibles motivos de separación y desconfianza.
    Será necesario que entre todos, nos demos cuenta que el
    término: "los que vienen de afuera" bien pudiera
    referirse a nosotros mismos, si el que habla se ubica en otro
    lugar.

    Hay que desarrollar valores de fraternidad,
    libertad, justicia, solidaridad, etc., valores que
    nos permitan edificar una verdadera convivencia pacífica. En
    ello la educación debe jugar un papel decisivo, así
    como todos los medios, pero no sólo ellos: es tarea de
    todos
    .

    ¿Quién no ha sido inmigrante alguna vez
    o quién está seguro de que nunca lo será?
    Creo que casi todos hemos tenido la sensación de ser
    extraños en algún lugar, aunque sea temporalmente y es
    imposible afirmar que, por motivos de trabajo, cambio de vivienda
    u otras circunstancias, tengamos que serlo alguna vez.

    Situaciones de pobreza, de seguridad o de mejora individual
    y profesional, obligan a muchas personas a dejar su país, su
    familia y sus afectos. Es un derecho y no un privilegio,
    el procurar el bienestar y huir de lo malo o agresivo.

    La inmigración tiene peligros. Todos conocemos las
    tristes imágenes de los balseros,
    los espaldas mojadas, los cabezas negras etc., que se repiten a
    diario, estimuladas por organizaciones y hasta gobiernos, sin
    sentido alguno de responsabilidad y que al ser tan cotidianas, no
    llegan a golpearnos como debieran. Es la insensibilidad con la
    que casi siempre inconscientemente nos hemos acostumbrado a
    evadir la realidad.

    Parece un hecho irrefutable que la inmigración en
    esta aldea global, en la que el mundo empieza a convertirse,
    continuará creciendo. Las sociedades tienden a hacerse
    cada vez más interculturales, pluriculturales y
    multiétnicas. No sólo en países con raíces
    indígenas sino en TODOS los países. España,
    Francia, Canadá, Suecia y
    los propios Estados Unidos de
    Norteamérica confrontan ya esa situación, a pesar de
    que no poseen poblaciones autóctonas tan grandes, como en
    otros países.

    La educación tiene que jugar un papel líder, dentro de la
    interculturalidad, para llegar a las familias y a todos los
    estratos de la sociedad.

    En numerosos países surgen grupos nacionalistas,
    que defienden, dicen ellos, la pureza de la raza, ven en los
    inmigrantes, sobre todo si son pobres, un peligro de contaminación.

    Es el temor al diferente, la discriminación racista
    más radical, los prejuicios que responden estereotipos anti
    científicos. No hay excepciones, en todos los países
    existen personas que consideran a los que viven en otros, en
    forma muy negativa, en la mayoría de las ocasiones sin
    elemento objetivo alguno.

    Por primera vez en la historia, la utopía de un
    mundo sin fronteras pudiera materializarse paulatinamente, ya que
    el intercambio cultural se hace, irremediable pero
    afortunadamente, imparable
    , de ahí que sea necesario
    reconocer la diferencia como elemento de enriquecimiento social,
    así como defender la libertad para elegir y proteger la
    propia identidad e intentar conocer
    al otro, creando más lazos de encuentro. Hay que mostrar y
    enseñar a quien lo necesite, que el diferente no es un
    desconocido, por lo que se debe valorar lo positivo de su
    persona y de su
    cultura.

    Pero la necesidad fundamental pasa por:

    1. Desarrollar en todos los niveles de la
      educación, la dimensión intercultural, sin
      pretensiones demagógicas que se parecen mucho al racismo.
    2. Motivar a las comunidades, asociaciones de barrio y
      cuerpos sociales para que a través de actividades de
      voluntariado, trabajen para reforzar las actitudes de apertura,
      respeto y acogida, como
      fruto de un debate social.
    3. Establecer políticas claras a favor
      de la integración, teniendo
      presente que un texto legal nunca es
      suficiente.
    4. Llevar a cabo una Propaganda constante por
      todos los medios de información, que busque el
      deseo de integrar y de integrarse, de lograr una
      adaptación mutua en la que nadie pierda. Un intentar
      ponerse en la piel del otro, en las circunstancias tanto del
      que llega, como del que está.

    Por otro lado, el fenómeno migratorio en
    apariencia, ha sido una actividad predominantemente masculina,
    pero hoy la situación ha cambiado: las migraciones tienden a
    feminizarse, como se feminiza la pobreza en el planeta (el 70%
    de las personas pobres son mujeres).

    Las latinoamericanas, africanas y mujeres de Europa del
    Este son quienes más dejan sus hogares y sus familias en
    busca del sueño prometido, en busca de trabajo y mejores
    condiciones de vida para ellas mismas y para sus familias. Ese
    es su derecho
    .

    Tras llegar muchísimas veces en situación de
    ilegalidad, empiezan a buscar trabajo, bien en el servicio doméstico, en la
    agricultura o dónde se
    pueda y en el peor de los casos, en la prostitución. Algunas de
    ellas tienen formación universitaria, pero son muy pocas las
    que logran promoción profesional, a
    pesar de que cuenten con los conocimientos y méritos para
    ello.

    Las discriminaciones de género se repiten en el caso
    de las mujeres inmigrantes y se convierten en un obstáculo
    más para afrontar la inmigración, ya de por sí
    difícil. Paradójicamente, ellas, que componen una
    fuerza laboral joven y la mayoría de las veces despreciada,
    tienen hoy en día en sus manos, gran parte de la
    responsabilidad del hogar y de la compañía de
    niños y ancianos en los países de Europa y
    Norteamérica, tareas que las mujeres de esos países,
    les han ido dejando.

    Es contradictorio y doloroso, que el valioso trabajo de
    llevar un hogar, cuidar a los niños o atender a las personas
    mayores, socialmente se vea como tarea de segunda
    categoría
    que debe dejarse en manos de personas
    también consideradas de segunda. Esto ocurre
    también en muchas ocasiones, con las inmigrantes
    nacionales.

    Por otra parte, como mencionan varias investigaciones, al dejar estas
    responsabilidades en manos de las inmigrantes, las mujeres de
    estos países han podido ingresar en el mercado laboral y ocupar
    posiciones sociales.

    Es así como la posición y el prestigio social
    de numerosas mujeres con cierta estabilidad económica en
    casi todos los países, se hace a costa de otras mujeres: las
    inmigrantes, sean nacionales o no.

    A la ausencia de derechos, a la discriminación, a la
    precariedad laboral, al reforzamiento de estereotipos y al
    vacío psicológico que afecta la inmigración, se le
    suma la actividad inescrupulosa, de delincuentes que aprovechando
    la oportunidad y la contemplación legal existente, comercian
    con las mujeres y las introducen en las más increíbles
    formas de prostitución, como si fueran objetos que se pueden
    vender, comprar y alquilar, según los criterios de los
    "dueños". Internet está plagada de ejemplos, como
    lo están los suburbios de casi todos los
    países.

    Es la regla general que de esa forma acaban los
    sueños de una vida mejor para ellas y sus
    familias.

    Algo que muchos ignoran, es que la tercera fuente de
    ingresos en el mundo
    según datos publicados por la ONU,
    después del narcotráfico y del
    tráfico de armas lo constituye la
    prostitución, fundamentalmente de inmigrantes.

    Las mujeres inmigrantes, muchas veces, se encuentran en
    un verdadero desamparo social y legal, porque las leyes y las políticas de
    inmigración, que pretenden ser neutrales respecto a las
    diferencias de género, en la práctica suelen tener
    efectos desiguales sobre hombres y mujeres.

    Una sociedad con niveles dignos de bienestar, pero
    también de ética, no debería
    permitir un trato discriminatorio hacia las mujeres, sean o no
    inmigrantes.

    Es necesario garantizar no sólo su igual dignidad, sino la igualdad de oportunidades.
    Reconocer sus derechos a la libertad y a la realización
    personal, evitar que las injusticias y discriminaciones globales
    se sigan reproduciendo en las escalas locales y evitar dejarse
    llevar por estereotipos y apariencias, generalmente
    equívocos. La inmigración, nacional o internacional
    debe tener un carácter más humano
    y solidario y por supuesto, menos mercantilista.

    Una sociedad justa debía hacer una verdadera
    pedagogía de la acogida,
    hacia las personas que no son culpables de haber nacido en la
    situación en la que nacieron y mucho menos, de las
    circunstancias por las que dejaron sus poblaciones o países.
    Hay que darles una segunda oportunidad, evitando dejarse llevar
    por rasgos que no son más que eso, rasgos que sólo
    delatan diferencias étnicas.

    Los contemporáneos, sean los que sean, variados,
    plurales, son consecuencia de prácticamente los mismos
    acontecimientos históricos que posibilitaron la existencia
    de cada uno de nosotros: colonizaciones, avances tecnológicos,
    guerras mundiales,
    industrialización en el siglo pasado, etc. Lo bueno, lo
    malo y lo regular están mezclados y de esa mezcla hemos
    surgido todos nosotros. Quien lo niegue, estaría negando la
    historia de la humanidad.

    Si uno mismo está contento de existir, estará
    "ónticamente" contento de aquello que posibilitó su
    existencia; pero los demás son consecuencia de estos mismos
    hechos.

    Por tanto, es coherente que cada uno esté contento
    de la existencia de sus contemporáneos, ya que todos tenemos
    algo en común: el hecho de existir habiendo podido no
    existir. Solamente así, la convivencia, podrá ser
    fructífera.

    Pero lo intercultural choca también con
    determinadas tradiciones, usos y costumbres que consideran a un
    grupo dado o a una nación dada, como
    más inteligente, sobre valorando sus innegables
    logros, al punto de hacerlos aparecer como sublimes,
    cuando se trata de algo parecido a lo logrado por otros muchos
    pueblos en otros lugares. Es la posición del "aldeano
    vanidoso" de la que hablaba el gran escritor, poeta y
    revolucionario americano, José Martí, cuando
    decía:

    "Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su
    aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al
    rival que le quitó la novia, o le crezcan en la
    alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal,
    sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y
    le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en
    el cielo, que van por el aire dormido engullendo
    mundos."

    Esa vanidad, no se distingue mucho del chovinismo y
    desgraciadamente, al ser repetida día tras día por
    políticos y medios de comunicación,
    no se identifica como tal.

    Así se emplean términos en forma ambigua, como
    el de cultura, alienación, identidad y otros, para
    "complacer" supuestamente a grandes masas de la población
    que no han tenido acceso a aprendizajes y desarrollos plenos de
    su potencial cognitivo y afectivo y que por tanto, lo único
    que conocen y valoran es su "aldea".

    El regionalismo forma parte del conjunto de creencias
    que generalmente tiene todo ser humano en un momento de su vida.
    Casi todos valoramos nuestra "aldea", el lugar en donde nos
    desenvolvemos y que nos parece grato, afectivo, bello y en
    definitiva el sitio ideal para vivir.

    El lugar donde vivimos, más si ahí hemos
    nacido, constituye generalmente un sitio sin par en nuestra vida.
    Es que emocionalmente en nuestra "aldea", sentimos seguridad por
    innumerables factores: está nuestra familia, tenemos amigos,
    conocemos el medio, etc. Es por ello que cualquier otra parte
    representa inseguridad o no nos gusta o
    le encontramos muchos defectos.

    Gobiernos chinos aislaron a su población en su
    "aldea" por centenares de años para impedir agresiones y que
    les llegaran "males" del exterior. Eso es típico en el
    "aldeano", los males llegan del "exterior", las virtudes
    están aquí en su medio.

    Efectivamente, quizás no les llegaron los males del
    exterior, pero tampoco lo bueno y por esa razón el pueblo
    chino permaneció aislado y con un desarrollo muy por debajo
    de sus posibilidades. Muchos años después tuvo otra
    muralla, esta vez ideológica y de nuevo continuaron
    aislados. Es relativamente reciente que empiezan a surgir, sin
    "murallas" y los éxitos están a la luz del día.

    Es que lo que es válido para una persona, frente a
    una colectividad, lo es para una "aldea" frente al resto de los
    países. Se acostumbra a decir que dos cabezas piensan
    más que una y se puede decir que dos "aldeas" o países
    unidos tendrán más fuerza que uno solo.

    Entonces, aunque ser "aldeano" (regionalista), es casi
    natural y puede ser muy bueno para la "aldea" (la región),
    lo único que refleja es debilidad, temor al cambio y
    desconocimiento de que la verdadera patria de los seres humanos,
    tiene forma ovoide y gira alrededor del sol junto a otros
    planetas.

    En cualquier parte del mundo, ser regionalista es
    desconocer la necesidad vital, que tienen los seres humanos de
    vivir unidos para desarrollar cada día una sociedad más
    justa y capaz de satisfacer sus necesidades
    básicas.

    Todos tenemos el deber y la obligación, de
    contribuir a esclarecer todo lo que atañe al regionalismo,
    así como los valores que se necesitan
    que posean los seres humanos para vivir en
    armonía.

    Cada vez que resaltamos a una región (aldea) por
    encima de otra, estamos dando un paso atrás en la
    evolución, estamos contribuyendo a que surjan
    incomprensiones, las que pueden provocar nuevas guerras, nuevos
    atropellos, nuevas violaciones y evidentemente esa no es una
    postura inteligente.

    Cada vez que califiquemos a regiones o países como
    buenos o malos superficialmente, estaremos contribuyendo a una
    visión también superficial para llegar a una
    conclusión errónea de consuelo: sólo nosotros
    somos buenos
    .

    No será fácil ir contra la demagogia imperante
    en numerosas publicaciones, en los medios o en el discurso de los gobiernos,
    como no lo será el fustigar creencias y criterios, surgidos
    a veces en el medio familiar. Pero, ¿quién dijo que ser
    animales superiores es fácil?.

    Entonces es posible estar de acuerdo con la "aldea" y
    trabajar unidos para su desarrollo, pero sólo por la
    "aldea global", donde el aldeano, es el ser humano, ¿no
    les parece?

    La cultura no es algo estático que existe y está dado para toda la vida, al contrario es dinámica y se la va construyendo segundo a segundo. Cultura es aprender otros idiomas, de otros países, cultura es utilizar Internet para comunicarnos con otros profesionales, para intercambiar investigaciones, etc.
    Eso no siempre se menciona y da la impresión de que sólo valdría lo "nuestro", y lo demás no sirve, pero si nuestro país es muy importante, mucho más importante es la humanidad y el mundo en el que vivimos, luego el regionalismo y el chovinismo resultan no sólo absurdos, sino contrarios al desarrollo de la humanidad.
    La interculturalidad tiene que valorarse también fuera de nuestras fronteras (que no olvidemos son sólo un trazado artificial, hecho por seres humanos bajo determinadas condiciones sociales, económicas y políticas), de lo contrario, engendraría odios, discriminaciones y toda clase de hechos atentatorios a la paz a la que tenemos derecho todos los seres humanos y por la cual se supone estamos luchando.

    La distorsión es pues, flagrante, porque
    generalmente se contribuye a formar regionalismos que dividen
    dentro de un marco demagógico y que contribuyen al mito de la necesidad de un
    perpetuo rescatar algo, que en realidad nunca se
    perdió, sino que se ha ido transformando, como TODAS las
    demás culturas del mundo.

    A veces para "rescatar" una cultura, se incentiva hacer
    fogatas y otros actos que atentan contra el medio ambiente, pretendiendo
    perpetuar tradiciones absurdas cuando no salvajes y buscando
    proponer la imagen de que todo lo pasado fue
    mejor, es decir, se pretende hacer que las personas de este siglo
    en vez de prepararse para el futuro, vivan en el
    pasado.

    Hace un tiempo, unos periodistas
    entrevistaron a pobladores que pertenecían a una determinada
    etnia, uno de los cuales, se
    quejó "amargamente", de que muchos de los miembros de su
    etnia contraían matrimonio con otros grupos de la
    población.

    Es decir estas personas hacían lo que han hecho
    todos los seres humanos de forma natural, desde siempre
    .
    ¿Se daría cuenta esta persona, que su planteamiento era
    en esencia racista? ¿Podría comprender que la mezcla de
    culturas enriquece en general a todas las que se mezclan?
    ¿Creerá que sólo una raza "pura" es lo
    correcto?

    Y por otro lado ¿Creerá que ellos son "puros"
    en realidad?. Este tipo de criterios, que en ocasiones se apoya
    en buenas intenciones, aunque en un desconocimiento total de lo
    que ha sido, es y será el desarrollo de la humanidad, en
    realidad mantiene separados a los seres humanos, los margina y
    desde luego daña al desarrollo pleno de nuestra "etnia"
    humana.

    Los valores de organización, disciplina, constancia en los
    estudios y el trabajo, solidaridad,
    superación constante, etc., ¿A qué cultura
    pertenecen?.

    Puede que una determinada cultura en el mundo los tenga
    más desarrollados, pero eso sí valdría la pena
    tomarlo y no "rescatar" fogatas y otras barbaridades. ¡Hay
    que dejar de lado lo que no sirve, lo que no funciona, lo que no
    es útil, lo que es dañino!. Hay que tomar, ¡de
    quien sea!, lo positivo
    , lo que enaltece a las personas, lo
    que hace dar un paso adelante en la evolución.

    Dejar tradiciones, cuesta trabajo, causa dolor a veces,
    pero ¿para qué queremos tradiciones absurdas?.
    Mantendremos lo bueno y lo continuaremos desarrollando, porque
    nada es perfecto.

    En otras ocasiones se utiliza la definición de
    alineación como, "si un grupo (o miembros de él) se
    asimila y se deja absorber en otro grupo más poderoso con
    pérdida de la propia identidad.", no para mostrar
    cuestionables formas de actuación parecidas a una veleta,
    sino para asustar y detener el progreso.

    En esta definición habría que considerar
    ¿Cuándo un grupo se deja absorber? ¿Será
    cuando adopta formas de conducta y pensamiento diferentes? Si
    esto es así, es lo que ha hecho la humanidad desde su
    surgimiento. Porque los pueblos que surgían como vencedores
    (generalmente por tener un mayor desarrollo económico y
    científico) eran imitados por los perdedores o eran
    obligados a imitarlos. Pero en ninguno de los casos se puede
    afirmar que hay pérdida de cultura, porque la cultura la
    siguieron haciendo y adaptando.

    Al concluir la invasión francesa a España,
    quedaron muchas costumbres francesas que no alienaron a los
    españoles, sino que contribuyeron al desarrollo de su propia
    cultura. Algunas de estas costumbres llegaron a sus colonias de
    entonces y enriquecieron a su vez la cultura de estas colonias.
    Los franceses se llevaron costumbres españolas y
    enriquecieron la suya. Esto ha sucedido en todos los
    países.

    ¿Qué significa perder su identidad? ¿Ser
    diferente a lo que se era? Entonces esto siempre pasa, porque
    todo cambia y nadie es el mismo ni siquiera de un día para
    otro. Pero si lo que significa es que abandonó algunas
    costumbres o hábitos, pudiéramos preguntar:

    ¿Qué tiene de raro? Eso también es lo
    que ha hecho el ser humano desde siempre y gracias a esa actitud de cambio, estamos hoy
    aquí.

    Detrás de esta definición, hay un intento de
    mantener el estatus quo, de mantener el no cambio, porque si se
    cambia: ¡Se es un alienado!. Los autores creen que los
    verdaderos alienados, son quienes piensan así, sin ofrecer
    prueba alguna y basándose sólo en que siempre fue
    así
    .

    Los indígenas sacrificaban a personas,
    ¿Debemos sacrificarlas nosotros para mantener la
    tradición?. Creían que el sol, la tierra y muchas otras cosas
    eran como dioses, ¿Debemos nosotros creer en eso? Los
    eclipses eran cosas malignas, ¿debemos…?

    Por favor, el mundo se ha desarrollado desde hace
    más de 40000 años, ¿Para no ser alienados debemos
    ser parte del atraso científico, tecnológico y hasta
    humano de esa época?

    Interculturalidad significa: intercambio entre
    personas aptas y capaces de decidir qué es lo positivo de su
    cultura para mantenerlo y qué es lo que no sirve, por
    anacrónico y obsoleto, para erradicarlo. Eso es
    simetría.

    En eso consiste el desarrollo de las culturas. Pero si
    una o varias poblaciones que pertenecen a una cultura dada y que
    por razones diversas no han tenido acceso a la educación, no
    han desarrollado activamente su pensamiento y la capacidad de
    crítica,
    difícilmente podrán decidir entre lo beneficioso y lo
    que no lo es, porque su desarrollo cultural, les impide ver
    nuevos horizontes, se quedarán con lo bueno que tenían,
    pero también con lo malo, aunque según la
    definición ya vista: No serán alienados.

    Es absurdo. A partir de la interrelación las
    personas y los grupos modifican su forma de vestirse, de
    alimentarse, de vivir. También su forma de hablar, de pensar
    y hasta de actuar. Eso no es alienación, eso es desarrollar
    su cultura.

    Si un grupo o varios, a pesar de su interrelación
    se visten como hace cientos de años atrás, mantienen en
    lo básico sus mismas costumbres, procuran hablar, pensar y
    actuar igual, puede ser que esos sí estén
    alienados.

    La cultura es desarrollo permanente, el estancamiento
    es lo contrario
    . O sea, que según políticos y
    muchos representantes de los medios, para ser genuinos,
    habría que vestirse como hace cientos de años
    atrás, se les pudiera preguntar a los que sostienen eso:
    ¿Por qué para ser más genuinos todavía, no
    nos vestimos como Adán y Eva?.

    No es broma, dennos una buena razón de porqué
    una fecha es válida y otra no. Es la misma inconsecuencia de
    la definición ya comentada.

    Por otro lado, si un español que viniera en la
    actualidad de visita a América, lo hiciera con
    un mosquete, una armadura y sable, lo tildaríamos de loco,
    pero craso error, se trata de alguien que no es
    alienado…

    El enfoque multicultural, no demagógico, que se
    lleve a cabo, debe partir de la base de:

    1. Desarrollar en todos los niveles de la
      educación, la dimensión intercultural, sin
      pretensiones demagógicas que se parecen mucho al racismo
      relacionándola con la inteligencia emocional.
    2. Motivar a las comunidades, asociaciones de barrio y
      grupos sociales para que a
      través de actividades de voluntariado, trabajen para
      reforzar las actitudes de apertura, respeto y acogida, como
      fruto de un debate social.
    3. Establecer políticas claras a favor de la
      integración, teniendo presente que la vida ha demostrado
      que un texto legal nunca es suficiente.
    4. Llevar a cabo una Propaganda constante por todos los
      medios de información, que busque el deseo de integrar y
      de integrarse, de lograr una adaptación mutua en la que
      nadie pierda. Un intentar de ponerse en la piel del otro, en
      las circunstancias tanto del que llega como del que
      está.

    En definitiva se busca el desarrollo de personas
    que:

    1. Sean críticos y auto críticos.
    2. Capaces de analizar discursos escritos, orales,
      visuales o de cualquier tipo y sacar conclusiones
      científicas.
    3. Sientan que necesitan a los demás, como los
      demás lo necesitan a ellos y que por lo tanto estén
      prestos a escuchar y valorar criterios diferentes vengan de
      dónde vengan.
    4. Comprendan que el mundo es la "aldea" de TODOS y que
      todos los seres humanos son por tanto, parte de
      ella.
    5. Acaben de entender y comprender, que se necesita
      lograr la unidad de cada país, para que posteriormente se
      logre la unidad del mundo.

    Los tiempos cambian, también lo deberíamos
    hacer todos, aunque nos tilden de alienados, los que no quieren
    cambiar o peor aún, los que no quieren que otros cambien
    para que se mantengan en el atraso y así poder manipularlos
    más fácilmente.

    Las fronteras entre países son un hecho artificial.
    El mundo, aunque aún suene utópico y soñador,
    es de todos.

    Es necesario poner de manifiesto, para ser consecuentes,
    que tanto los que crean en "Adán y Eva" o supongan una
    intervención divina en la creación del mundo, como los
    que no lo hagan, tienen un punto coincidente en el hecho de que
    la especie, venga de dónde venga, tiene un mismo origen y
    entonces con toda razón y sin importar el color de la piel,
    el pelo, los ojos y cualquier otro rasgo, somos hermanos,
    porque provenimos todos del mismo sitio y tenemos los mismos
    antepasados.

    Padres comunes, dan lugar a hermanos. Luego
    todos, aunque muchos no quieran reconocerlo o les sea
    difícil hacerlo, todos, somos hermanos.

    ¿Cómo matarse entre hermanos?, ¿Cómo
    perseguir a hermanos por sus ideas?, ¿Cómo acusarse los
    unos a los otros?, ¿Cómo pretender arrebatarles algo?
    ¿Cómo expulsarlos?. Muchos precursores han pensado
    diferentes utopías acerca de la unidad de todos, el amor entre todos, la
    solidaridad mundial y muchos otros temas, los autores creen que
    el desarrollo de la inteligencia emocional, puede ayudar a que
    todos entiendan y comprendan a todos, que se sientan
    hermanos, de forma que podamos acercar las utopías,
    para que alguna vez dejen de serlo.

    Bibliografía.

    GOLEMAN, Daniel. (1996) La Inteligencia
    Emocional
    . Santafé de Bogotá: Javier Vergara Editor
    S.A.

    HAINAUT, LUIS D. (1998). Los Sistemas Educativos.
    Análisis y Regulación
    . Narcea. Madrid,
    España.

    HERNÁNDEZ del Forn, Gustavo (2003). El
    comunicador – profesor y las
    tecnologías
    . Editorial TALIZ..La Paz, Bolivia.

    RODAS SALAZAR, Elizabeth y HERNÁNDEZ DEL FORN,
    Gustavo. (2003) La evaluación del aprendizaje desde una óptica
    constructivista
    . Editorial TALIZ .La Paz,
    Bolivia..

    ———— La preparación y defensa de
    trabajos científicos
    . (2003) . Editorial TALIZ. La Paz,
    Bolivia.

    ROMERO PÉREZ, Clara. (2000). El Conocimiento del Tiempo
    Educativo
    . Alertes Psicopedagogía. Barcelona,
    España.

    SCHÓN, Donald: La formación de
    profesionales reflexivos
    .( 1994).Paidos, Barcelona.
    España.

     

    Datos de los autores:

    Elizabeth Rodas Salazar

    Graduada de Licenciatura en Pedagogía y del
    Instituto Superior Normal, culminó psicología, contando con un amplio aval
    de trabajo en el área docente y en investigaciones. Es
    autora de numerosos artículos y ponencias siendo
    catedrática de varias universidades y autora de diferentes
    libros de texto.

    Gustavo Hernández del Forn

    Graduado de Ingeniería Electrónica, ha cursado
    Maestrías en Ciencias Técnicas y Pedagógicas,
    teniendo Doctorados en Comunicación Educativa y
    Comunicación Gerencial. Ha publicado numerosos
    artículos y varios libros, siendo considerado un
    especialista en el área de la Inteligencia
    Emocional.

    Categoría: Educación.

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