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Aspectos de la empresa




Enviado por isaruiz



    PRESENTACION

    La definición de la empresa como
    un sistema abierto
    que interactúa con el medio social en el que se
    desenvuelve exige -como parte del proceso
    administrativo- la inclusión del análisis del entorno tanto en la evaluación
    de la gestión
    realizada como en la definición de objetivos y en
    la proyección de metas. El entorno mismo puede
    considerarse bajo distintos ángulos: cultural,
    político, legal, económico, etc..

    En el contexto de esta investigación, el énfasis se centra
    en el aspecto económico, el cual puede examinarse bajo la
    perspectiva de la temporalidad según sea de corto o de
    largo plazo. En el primer caso se hará referencia a las
    características más inmediatas y
    seguramente más fluctuantes; se hablará, entonces,
    de coyuntura económica. En el largo plazo se
    tendrán en cuenta los factores estructurales o más
    estables que caracterizan el entorno económico.

    Por su naturaleza, los
    modelos de
    planeación estratégica realizan la
    identificación de oportunidades y amenazas para la empresa con
    base en las características estructurales del entorno y
    descuidan sus elementos coyunturales. Sin embargo, el largo plazo
    está determinado, en gran medida, por la
    acumulación de fenómenos de corto plazo, de
    naturaleza
    transitoria. Así, por ejemplo, el incremento quinquenal de
    las ventas en una
    empresa puede
    estar impulsado por factores diferentes en cada uno de los cinco
    años: las exportaciones, el
    gasto público, el crédito
    al sector privado, etc.. De esta manera, un crecimiento continuo
    de los ingresos
    operacionales, a través de un período de varios
    años, se explicaría por la sucesión
    (afortunada) de diversos fenómenos. Conviene, entonces,
    tener presente la coyuntura económica en la gestión
    gerencial, no sólo como factor explicativo de los
    resultados alcanzados, sino, además, como variable
    decisiva en la formulación de metas precisas, tales como
    producción, ventas,
    exportaciones, y
    utilidades.

    Ahora bien, la coyuntura económica puede
    definirse como la confluencia -en un tiempo y en un
    espacio dados- de un grupo de
    factores que, considerados conjuntamente, contribuyen a explicar
    la situación que atraviesa una actividad económica
    específica, correspondiente bien sea a una empresa, a un
    sector productivo, a un grupo de
    sectores (rama) o a la economía en su
    conjunto.

    Estos distintos alcances del término coyuntura
    (empresa, industria,
    sector, actividad económica general) quizás puedan
    comprenderse mejor tomando como ejemplo el "Informe de la
    Junta Directiva y del Presidente" de la Compañía de
    Cementos Argos S.A., correspondiente a 1995, donde se lee que:
    "Argos y sus empresas
    asociadas, al igual que otros sectores de la economía nacional,
    tuvieron unos resultados inferiores en general, en el año
    de 1995 al cual se refiere el presente informe, al
    compararlas con los mostrados en el ejercicio anterior. Estos
    resultados se vieron afectados por la disminución en la
    actividad edificadora nacional que según estadísticas de Camacol, decayó en
    13.5% después de dos años de un desempeño
    por encima del crecimiento de nuestra economía. La industria de
    la construcción se vio afectada entre otros
    factores por cierta saturación en el mercado de
    vivienda terminada, y por los altos intereses de los
    préstamos hipotecarios. Además de lo anterior, el
    exceso de oferta que
    mostraron los productores de cemento
    nacionales hizo que los precios no se
    modificaran al ritmo de los costos de
    producción, afectando los resultados de
    nuestras empresas".

    Sin embargo, en la práctica gerencial
    aparentemente no se concede igual importancia al análisis ex-ante de la coyuntura, es decir,
    a la denominada previsión económica. En efecto, no
    es usual encontrar en los Informes
    Anuales, rendidos por los administradores a los propietarios, la
    descripción de las perspectivas del entorno empresarial.
    Esta ausencia quizás tenga una razón más
    profunda, cual es el desconocimiento de la articulación
    coyuntural de la empresa, tanto
    con la industria en
    la cual participa como con la economía en su
    conjunto.

    En efecto, todas las empresas no se
    comportan de igual manera frente a la coyuntura, sino que -por el
    contrario- presentan diferentes sensibilidades; es decir, los
    efectos sobre las organizaciones
    -derivados de los cambios en la actividad económica
    agregada- son de naturaleza y
    magnitudes diferentes. Por esta razón, es viable medir la
    sensibilidad coyuntural de acuerdo con el aspecto de la empresa que
    resulta más afectado: los beneficios, los ingresos
    monetarios, las ventas
    físicas o la administración. La diferencia entre la
    sensibilidad coyuntural vía ingresos o
    vía ventas
    está dada por las características propias del bien producido
    y por el poder de
    mercado de cada
    empresa. Por
    su parte, la gerencia
    refleja negativamente el impacto de la coyuntura cuando los
    cambios de ésta no fueron anticipados durante el proceso
    administrativo y, por consiguiente, recae -en quien toma la
    decisión- la responsabilidad de los resultados.

    Las elasticidades o sensibilidades coyunturales de la
    empresa pueden
    clasificarse en positivas o negativas, conforme sea el
    impacto que la coyuntura ejerce sobre la actividad de la
    organización: precoces, coincidentes o
    retardadas, según la relación temporal con el
    movimiento
    coyuntural. Una firma puede presentar una sensibilidad positiva o
    negativa a la coyuntura, según que la actividad
    empresarial o sus resultados varíen en el mismo sentido o
    en sentido inverso que el ciclo económico. Por
    definición, las empresas
    procíclicas tienen un peso más importante en el
    volumen global
    de actividad que las empresas
    contracíclicas. Una firma puede presentar una sensibilidad
    precoz o retardada a la coyuntura, como son los casos de las
    empresas
    exportadoras y fabricantes de maquinaria, respectivamente. Una
    firma puede presentar una sensibilidad elevada o débil
    frente a la coyuntura (una empresa
    constructora -por su naturaleza
    propia- registra una sensibilidad elevada).

    Para una gestión
    gerencial exitosa quizás no sea, entonces, suficiente
    disponer de los pronósticos generales, es decir, conocer
    las perspectivas macroeconómicas del país. Se
    requiere, además, identificar y cuantificar los posibles
    impactos, favorables o desfavorables, de esa coyuntura sobre la
    industria en
    la que se participa y sobre la empresa misma,
    dado que los fenómenos generales no repercuten de igual
    manera en todos los sectores y empresas.
    Sólo de esta manera se evitará inculpar al
    desempeño económico del desempeño
    empresarial, pues la previsión de las fluctuaciones del
    entorno también constituye tarea esencial en la
    función gerencial.

    Sin embargo, este tema ha sido poco explorado tanto por las
    teorías
    económicas como por las administrativas, quizás en
    razón de su naturaleza
    ambigua, pues se sitúa en la intersección de los
    desempeños macroeconómico y empresarial. En efecto,
    la ciencia
    económica ha reducido el análisis de la empresa al de
    un agente representativo, perfectamente informado sobre su
    función de producción, sus costos, su
    demanda y sus
    competidores; en cualquier caso se trata de un agente intemporal
    que actúa racionalmente, cuya incertidumbre
    encontraría siempre una solución única y
    óptima, así sea a través de modelos
    probabilísticos.

    Las teorías
    administrativas, por su parte, han enfatizado en las habilidades
    de dirección requeridas para lograr el mayor
    rendimiento de los recursos
    humanos disponibles, pues el aprovechamiento de los factores
    tecnológicos se ha delegado a la ingeniería
    industrial; mientras que el desempeño económico
    general se ha definido como una variable externa, frente a la
    cual se tiene poca o nula capacidad de reacción. En otras
    palabras, de acuerdo con las teorías
    administrativas, las empresas sufren
    la coyuntura económica más de lo que pueden hacer
    para cambiarla.

    Esta investigación, por el contrario, quiere
    plantear la posibilidad e importancia de que los directivos
    empresariales realicen una política coyuntural
    activa; es decir, que -con base en un adecuado proceso de
    previsión económica general y particular para cada
    empresa-
    adopten las decisiones necesarias para reducir los efectos
    negativos de la coyuntura económica y para potenciar el
    aprovechamiento de los impactos positivos. El punto de partida
    necesariamente consiste en el
    conocimiento de la dinámica coyuntural y de la forma como se
    articula a ese movimiento
    cada empresa.

    Con el propósito de contribuír al
    enriquecimiento de la gestión
    gerencial, se desarrolló el presente estudio, el cual
    contó con el apoyo financiero y académico de la
    Universidad
    Eafit. El contenido del mismo se descompone en tres grandes
    secciones: la primera examina la definición y análisis de la teoría
    de las fluctuaciones económicas, con énfasis en las
    coyunturales; en la segunda se exponen los elementos
    metodológicos utilizados para lograr una
    aproximación empírica al examen de las relaciones
    empresa-coyuntura económica; la tercera
    corresponde a la aplicación del análisis propuesto al caso de dos empresas:
    Cemento Argos
    y Fabricato.

    CAPITULO PRIMERO

    ASPECTOS TEORICOS

    El conjunto de procesos
    realizados para generar los bienes y
    servicios
    necesarios a la subsistencia material de una comunidad se
    denomina la actividad económica, la cual aparece como el
    agregado inconsciente -es decir, no planeado colectivamente- de
    muchas acciones
    individuales. En el centro de estas últimas se encuentran
    las empresas, u
    organizaciones
    consagradas a la obtención de beneficios monetarios
    mediante la producción y venta de uno (o
    algunos) bienes y/o
    servicios. Los
    resultados empresariales individuales se constituyen, por tanto,
    en el determinante del comportamiento
    económico social y de sus fluctuaciones; estas
    últimas ocasionadas en la disparidad de criterios
    existente al tomar las decisiones individuales.

    Sin embargo, el comportamiento
    económico social no es más que una categoría
    del conocimiento,
    definido como la sumatoria ponderada de los desempeños
    alcanzados por todas y cada una de las empresas que
    hacen parte del sistema
    económico. En efecto, la medición de un resultado
    económico global ha sido una de las preocupaciones
    centrales de la ciencia
    económica, la cual se ha empeñado en identificar y
    delimitar los comportamientos de corto y largo plazo de la
    actividad económica, a partir de diferentes indicadores
    promedios o agregados. Aún más, en el proceso de
    avance del conocimiento
    científico, el corto término ha sido un terreno
    de análisis específico de la
    macroeconomía, en particular, a través del estudio
    del denominado ciclo económico; mientras que las teorías
    del crecimiento y el desarrollo se
    han ocupado de los movimientos de largo plazo. En ambos casos, el
    papel cumplido
    por las empresas -como
    unidades productoras básicas- aparece relegado a un
    segundo plano.

    En otras palabras, la conceptuación de la
    realidad económica como una totalidad, es decir, como un
    agregado macroeconómico, resta importancia a los
    comportamientos individuales, pese a que ellos constituyen el
    origen y la base del desempeño global.

    Desde la perspectiva de la empresa, por
    el contrario, el comportamiento
    general identificado por el análisis económico no puede pasar
    inadvertido sino que debe constituír un punto de
    referencia obligado para la proyección de sus operaciones. En
    efecto, definida como un sistema abierto
    que interactúa con su entorno, la unidad empresarial
    está comprometida con el
    conocimiento y manejo (hasta donde sea posible) del medio
    socioeconómico en el que opera. En este sentido, la
    agregación macroeconómica constituye un
    parámetro de decisión para la empresa, por
    cuanto le indica la evolución y tendencias del
    entorno.

    En este capítulo, teniendo como marco de
    referencia el hecho que el movimiento
    constituye el modo de existencia propio de la actividad
    económica, se profundizará en el análisis de las interrelaciones economía-empresa

    1 EL CARACTER DINAMICO
    DE LA ACTIVIDAD ECONOMICA

    La actividad económica se encuentra sometida a
    una gran variedad de movimientos o fluctuaciones, algunas de las
    cuales son claramente definibles, lo que permite clasificarlas de
    manera sistemática. Al lado de éstas hay una
    multitud de cambios inciertos, no clasificables e imprecisos, que
    pueden llamarse factores accidentales, como los derivados de
    fenómenos climáticos y de cambios políticos
    imprevistos. Es decir, las variaciones de la actividad
    económica pueden agruparse en dos grandes
    categorías: cambios no recurrentes y fluctuaciones
    recurrentes.

    Desde la perspectiva de la ciencia
    económica -cuya existencia depende de la posibilidad de
    sistematizar las observaciones de la realidad-, los movimientos
    importantes son los de carácter recurrente. Es decir, la
    teoría
    enfrenta un reto tanto histórico como conceptual, pues
    simultáneamente debe identificar y clasificar las
    fluctuaciones ocurridas en el desarrollo
    histórico de la actividad económica. En este
    sentido, con base en el estudio de la sociedad
    industrial, tres tipos de movimientos han sido definidos:
    seculares, de larga duración y de corto
    período.

    Las fluctuaciones seculares corresponden al crecimiento
    continuo de la actividad económica; su medición se
    obtiene al comparar dos fases -lejanas entre sí- del
    desarrollo
    socioeconómico; y se les asimila con el progreso
    económico permanente; es decir, este tipo de expansiones
    corresponde a la experiencia de varias generaciones sucesivas.
    Esta apreciación sugiere que, al menos en teoría,
    no existe la posibilidad de un decaímiento secular de la
    actividad económica, sino que la sociedad humana
    se encuentra en constante expansión.

    Los movimientos largos corresponden a fluctuaciones muy
    amplias, en términos de duración temporal, e
    indican que en realidad el progreso económico no sigue una
    línea recta y que el proceso de
    crecimiento es inestable. En una perspectiva de larga
    duración, se ha podido constatar la existencia de grandes
    fluctuaciones, como los denominados ciclos Kondratieff, cuya
    periodicidad alcanza el medio siglo. En estos casos, las fases de
    crecimiento continuo se alternan con recesiones prolongadas,
    expresadas en cambios de precios y
    cantidades (Dupriez y otros, 1996).

    Las fluctuaciones de corto período, por su parte,
    se integran con los movimientos largos y explican los cambios en
    sus tendencias. Es decir, una tendencia puede definirse como un
    movimiento
    continuo y prolongado de cualquier actividad en una dirección conocida; si bien es necesario
    añadir que el sentido de la dirección puede cambiar; lo que conduce a
    pensar que las tendencias no son más que fases de unos
    movimientos recurrentes de largo plazo; es decir, componentes de
    ciclos de mayor amplitud.

    Las desviaciones frente a la tendencia constituyen las
    fluctuaciones de corto plazo o ciclos económicos de corta
    duración, los cuales pueden definirse como la
    expansión simultánea de muchas actividades
    económicas, seguida generalmente por recesiones similares,
    contracciones y recuperaciones que lindan con la fase expansiva
    del siguiente ciclo. Esta secuencia de cambios es recurrente pero
    no periódica. La duración de un ciclo puede variar
    de uno a diez o doce años, según la
    definición clásica de A. F. Burns et W.C. Mitchell,
    citada por J. Fayolle (1987).

    En síntesis, la representación tradicional
    de la dinámica económica se basa en la
    distinción entre tendencia y ciclo. La primera simboliza
    el largo plazo, mientras que el ciclo caracterizaría los
    fenómenos de corto plazo. La definición de dominios
    específicos en la ciencia
    económica separa ambos elementos, bajo el supuesto de que
    obedecen a fuerzas independientes.

    De esta manera, el análisis de corto plazo, característico de la macroeconomía,
    supone fijas las capacidades de producción y se consagra al estudio de las
    fricciones existentes en los diferentes mercados
    (monetario, laboral, de
    bienes y
    servicios). El
    largo plazo, por su parte, constituye el dominio exclusivo
    de las teorías
    del crecimiento y el desarrollo, en
    las cuales se examinan los procesos de
    acumulación de los factores de producción y de distribución social de la
    riqueza.

    Finalmente, cabe señalar que las fluctuaciones de
    corto plazo pueden dividirse en dos grupos: las
    estacionales y las cíclicas. La estacionalidad de una
    magnitud económica se define como su repetición con
    una amplitud estable y una periodicidad regular.
    Convencionalmente, sólo las fluctuaciones con periodicidad
    inferior a un año (verbigracia, mensuales o trimestrales)
    pueden calificarse de estacionales. Sin esta convención,
    la distinción entre fluctuaciones estacionales y ciclos
    económicos propiamente dichos no sería
    suficientemente clara. Además, la estacionalidad de un
    fenómeno debe identificarse mediante su repetición
    durante un período amplio (al rededor de cinco
    años), a fin de no confundir los fenómenos
    accidentales o aleatorios con los de carácter estacional
    (J. Fayolle, 1987).

    1.1 LA NATURALEZA DEL
    CICLO ECONÓMICO

    El conocimiento y
    estudio de los movimientos de la actividad económica se
    hace a partir de la recolección sistemática de
    datos, en las
    denominadas series de tiempo o
    agrupación cronológica de información económica sobre una
    variable concreta. El tratamiento estadístico de estas
    series temporales permite lograr la definición matemática
    del ciclo económico, entendido como la alternancia de
    sucesos prósperos y adversos en el transcurso de la vida
    económica.

    Para algunos analistas, esas fluctuaciones (o componente
    cíclico de la serie temporal) corresponden a oscilaciones
    estocásticos alrededor de una tendencia
    determinística, es decir, de una serie que tiene un ritmo
    de crecimiento (de largo plazo) constante, como ocurre con la
    estimación de una producción potencial a partir de calcular
    las tasas de variación para los factores productivos
    (capital y
    trabajo). En este caso, los movimientos aleatorios no
    afectarían -de manera permanente- la tendencia en
    sí misma y el ciclo se definiría por las
    desviaciones con respecto al sendero tendencial.

    Con este criterio puede decirse que ¨el ciclo
    económico es el perfil más o menos regular de
    expansión (recuperación) y contracción
    (recesión) de la actividad económica en torno a la senda
    de crecimiento tendencial. En una cima cíclica, la
    actividad económica es elevada en relación a la
    tendencia y en un fondo cíclico se alcanza el punto
    más bajo de la actividad económica¨…¨La
    senda tendencial del PNB es el camino que éste
    seguiría si los factores de producción estuvieran empleados en su
    totalidad¨, (Dornbusch y Fischer, 1994).

    Esta distinción entre tendencia y ciclo coincide
    con la teoría
    económica tradicional, para la cual la tendencia refleja
    el crecimiento de una economía en equilibrio
    (equivalente al crecimiento bajo condiciones de producción de pleno empleo, como
    aparece en el mencionado texto de
    Dornbush y Fischer), mientras que los ciclos o fluctuaciones
    representan la dinámica de desequilibrios alrededor de
    esta tendencia. Es decir, el enfoque tradicional del ciclo
    económico caracteriza la actividad económica como
    un movimiento
    secular -de crecimiento regulado o constante- que es perturbado
    por fluctuaciones cíclicas.

    Por el contrario, el componente tendencial sería
    estocástico si careciese de una dinámica autónoma, una tasa de
    crecimiento constante e independiente de los fenómenos
    accidentales, y, por consiguiente, estuviese compuesto por la
    sumatoria de todos los movimientos aleatorios. En este caso no
    habría separación formal entre tendencia y ciclo,
    pues todos y cada uno de los factores aleatorios podrían
    hacer variar la tendencia, convirtiéndola en un proceso
    estocástico; es decir, en un fenómeno
    estadístico que se desarrolla en el tiempo
    según leyes
    probabilísticas (Mochón y Ancochea, 1981).
    Así, por ejemplo, en el caso de la medición de la
    producción de un país (a
    través del PIB o del PNB)
    podría decirse que en todo momento los niveles de producción actual y tendencial son
    iguales.

    Este enfoque conduce a una descripción muy
    diferente de las series de tiempo, en las
    cuales los movimientos resultan de la acumulación de
    choques, cada uno de ellos con un valor promedio
    positivo, puesto que todo término aleatorio está
    incluído en el total, de acuerdo con la construcción matemática
    utilizada por los modelos ARIMA,
    mediante los cuales se efectúa esta interpretación.
    De esta manera, el análisis del PIB
    indicaría que caídas en el crecimiento resultan de
    choques pequeños y negativos, mientras que las expansiones
    de amplios y positivos; además, que no tiene sentido
    hablar de recesiones o expansiones temporales, ni reconocer
    fluctuaciones cíclicas, pues la separación entre
    tendencia y ciclo no es más que que un proceso
    puramente estadístico carente de significado
    económico (Blanchard y Fischer, 1994).

    En otras palabras, también puede decirse que la
    discusión sobre la naturaleza del
    ciclo económico se concentra en determinar si éste
    puede definirse como un movimiento
    exógeno o endógeno al sistema
    tendencia-desviaciones.

    En el primer caso, se trata de teorías
    determinísticas que conciben al ciclo como el resultado de
    perturbaciones aleatorias que impactan al sistema
    económico, rompen su equilibrio y
    desencadenan una serie de fluctuaciones que tiende a
    disminuír con el paso del tiempo, pero que
    no elimina totalmente los movimientos cíclicos -sino que
    los hacen recurrentes- pues nuevos eventos aparecen
    y rompen otra vez el equilibrio de
    la economía,
    el cual se considera como el estado
    natural de la dinámica económica que se realiza a
    lo largo de una línea con pendiente constante.

    La visión opuesta ha sido planteada por los
    defensores de la dinámica no lineal, para quienes la
    naturaleza del
    ciclo económico es endógena. Según esta
    metodología, la tendencia no obedece a una
    forma funcional perfectamente determinada y uniforme en el curso
    del tiempo, tal como
    suponen los modelos
    econométricos lineales, sino que se puede comportar como
    una sucesión más o menos continua de tendencias
    segmentadas, en la medida en que cada movimiento
    aleatorio, a lo largo del tiempo, puede
    alejarse indefinidamente de la tendencia existente, sin girar
    alrededor de ella.

    Esta última concepción podría
    interpretarse como el fruto de la fusión de
    dos escuelas económicas aparentemente opuestas: por una
    parte, la teoría
    del crecimiento endógeno, según la cual existe
    alguna causalidad del ciclo a la tendencia: en particular,
    perturbaciones transitorias tienen efectos de largo plazo en el
    ritmo de crecimiento de la productividad.
    Por otra, la teoría
    de los ciclos económicos reales, según la cual son
    fenómenos exógenos de oferta, y en
    particular los de carácter tecnológico, los que
    generan los ciclos, al inducir cambios en el comportamiento
    de los agentes económicos.

    Como corolario de esta controversia, caben dos
    anotaciones: en primer lugar, que la profundización en su
    conocimiento
    compete al campo de la investigación económetrica de las
    series de tiempo, lo cual
    supera el ámbito de este trabajo. En segundo lugar, que
    ambas teorías
    introducen límites en el análisis económico.

    En efecto, el enfoque tradicional -centrado en la
    aceptación de un patrón de crecimiento estable a
    largo plazo- supone la existencia de diferentes tendencias y
    ciclos -unos más largos que otros- lo que obliga a
    identificar las relaciones entre los diferentes movimientos de
    largo plazo y sus efectos en las situaciones presentes de la vida
    económica. Bajo este esquema, un fenómeno de hoy
    podría interpretarse inclusive como la expresión de
    la inflexión en un ciclo de largo plazo, como ocurre con
    los denominados ciclos Kondratieff, cuya extensión se
    calcula en cincuenta años o más (Dupriez y otros,
    1996). Es decir, una lectura
    determínistica de las series temporales restaría
    importancia a los fenómenos coyunturales, los cuales
    perderían identidad
    propia y aparecerían como efectos de fenómenos
    lejanos en el tiempo.

    El enfoque probabilístico de los movimientos
    económicos, por su parte, restringe la amplitud del
    análisis al descartar la existencia de un
    movimiento
    tendencial, susceptible de ser utilizado como patrón de
    comparación con otros componentes de la serie temporal. Es
    decir, si todas las fluctuaciones son aleatorios y sólo se
    explican por sí mismas, no cabe la posibilidad de
    establecer analogías con comportamientos promedios sino
    sólo con cambios precedentes, igualmente
    estocásticos.

    Podría concluírse, siguiendo a Zarnowitz
    (1985), que la ciencia
    económica se encuentra en un callejon sin salida:
    "ciertamente, los procesos y
    relaciones económicas estudiadas son en general
    estocásticas, por lo tanto las explicaciones
    determinísticas de los movimientos macroeconómicos
    pueden no ser suficientes. Pero las explicaciones puramente
    estocásticas carecen de un contenido teórico;
    mientras que sólo los factores articulables en una
    teoría
    económica hacen parte natural de las preocupaciones de
    quienes desean lograr un entendimiento sobre la naturaleza y
    causa de los ciclos económicos".

    1.1.1 UNA ILUSTRACION MATEMATICA

    La controversia sobre la naturaleza del
    ciclo económico se ha considerado, según se
    anotó arriba, como un problema de carácter
    únicamente matemático, sin ninguna relevancia
    económica. Bajo esta perspectiva, las dos concepciones
    podrían expresarse de las siguientes maneras:

    1.1.1.1 Interpretación tradicional: ciclo
    estocástico alrededor de una tendencia
    determinística.

    De acuerdo con esta teoría,
    la técnica gráfica para obtener el ciclo consiste
    en el sometimiento a una regresión lineal de los valores
    logarítmicos de la serie considerada. Con este método se
    establecen simultáneamente la tendencia y el componente
    cíclico, definido este último como las desviaciones
    con respecto a dicha tendencia. Adicionalmente, utilizando un
    modelo ARMA
    (modelo
    autorregresivo y de medias móviles) para tratar los
    residuos, se puede obtener la expresión matemática
    específica a cada serie de tiempo, cuya
    fórmula general se indica en la ecuación 1, que se
    presenta más adelante.

    Para esta teoría,
    el término de error Ut es -por construcción- la desviación de la
    serie respecto a su tendencia (el conjunto de estas desviaciones
    constituye, por consiguiente, el ciclo económico). Cada
    uno de estos valores no
    puede ser predicho por el dato anterior de la serie y posee
    -además- el carácter de choque externo con efectos
    transitorios; es decir, sin repercusiones permanentes sobre la
    tendencia (Blanchard y Fischer, 1989).

    El gráfico No. 1 refleja esta
    conceptuación del ciclo económico, aplicada al caso
    colombiano. Para ello se tomaron los logaritmos de las series
    trimestrales del PIB elaboradas
    por el Departmento Nacional de Planeación
    (1988 y 1993), se sometieron a una regresión lineal en
    función del tiempo, para
    hallar el patrón de crecimiento promedio durante el
    período marzo de 1975 – diciembre de 1992, el cual
    resultó ser del 0.92%, de acuerdo con la ecuación
    obtenida: Y = 0.0092X + 11.535.

    Finalmente, se graficaron los residuos como desviaciones
    respecto a la tendencia (línea más clara en el
    gráfico No. 1) y se suavizó la dispersión de
    los mismos, mediante la obtención de promedios
    móviles de orden 4. Así se construyó la
    curva del ciclo económico colombiano que se presenta en el
    gráfico (línea más oscura), la cual define
    el tipo de fluctuaciones -expansiones o recesiones- con respecto
    al patrón de crecimiento central.

    Gráfico No. 1

    En términos matemáticos, esa parte del
    PIB originada
    en choques transitorios -y a la cual se le denomina ciclo
    económico- es definida, por construcción, como una serie estacionaria,
    cuya expresión algebraica se encuentra en la
    ecuación 1.

    (1) qt = g. t +
    ut
    donde
    ut sigue un proceso
    estacionario

    En esta ecuación, la serie
    qt (definida como el
    logaritmo de la producción, q) sigue un ciclo
    estocástico alrededor de una tendencia
    determinística (la cual posee una tasa de crecimiento
    constante, igual a g). Todo choque aleatorio (por ejemplo,
    un choque unitario en el período cero) va a implicar
    fluctuaciones alrededor de la tendencia sin afectar el sendero de
    crecimiento de largo plazo. El ciclo (definido como las
    desviaciones con respecto a la tendencia) está
    representado por el proceso
    estacionario ut . Un
    proceso
    estacionario es un proceso
    aleatorio de media nula, varianza finita y donde las covarianzas,
    es decir, las correlaciones entre las realizaciones del proceso en
    diferentes períodos (ut
    y ut +n
    ) son
    independientes (Muet, 1993).

    1.1.1.2 Interpretación alternativa: serie
    estacionaria en la primera derivada

    La visión opuesta a la consideración del
    ciclo como un proceso
    estocástico alrededor de una tendencia
    determinística parte del supuesto que los fenómenos
    o choques aleatorios no tienen efectos transitorios sino
    permanentes y que, por lo tanto, no existe distinción
    alguna entre el ciclo y la tendencia; sino que, en todo momento,
    sólo es posible identificar un único valor,
    correspondiente a ambos. Es decir, por construcción la serie se define como no
    estacionaria. En el caso de los datos
    trimestralizados del PIB
    colombiano, habría lugar a decir que, para cada
    período, la tendencia y el valor
    trimestral son los mismos.

    El mecanismo para demostrar la duración (o
    permanencia) del fenómeno aleatorio consistiría en
    la aplicación de un modelo ARIMA
    (modelo
    autorregresivo-integrado de medias móviles) en lugar de un
    ARMA; el primero se utilizaría sobre las diferencias
    logaritmicas de la serie a analizar; mientras que el modelo ARMA,
    según se anotó, sirve para analizar los residuos o
    términos de error obtenidos a partir de la
    regresión lineal de los valores
    logarítmicos de una serie (Blanchard y Fischer,
    1989).

    La aplicación de ambos modelos debe
    realizarse sobre series estacionarias, es decir, sobre series que
    no muestren tendencia; por esta razón esta
    interpretación alternativa considera la serie como
    estacionaria en su primera derivada. Para eliminar la tendencia,
    se recomienda convertir los datos originales
    en cifras logarítmicas y posteriormente realizar una
    diferenciación de las mismas. Esta posibilidad de
    manipular las series es lo que permite señalar que el
    carácter estacionario o no estacionario de una serie
    se obtiene por construcción
    . Y también por
    esta misma razón se argumenta que la controversia sobre la
    naturaleza del
    ciclo económico es más de carácter
    estadístico que económico.

    Bajo estos supuestos, la mejor expresión
    gráfica de esta concepción del ciclo
    económico podría ejemplificarse a través de
    la curva de las diferencias logarítmicas PIB colombiano
    tomado en sus cifras anuales, como aparece en el gráfico
    no. 2.

    Gráfico No. 2

    La estacionaridad exige que cumpla un doble requisito en
    la práctica: a) una media aproximadamente constante en el
    tiempo y b)
    una varianza o dispersión también constante. La
    diferencia básica entre ambos modelos En
    términos gráficos, una media constante supone la no
    existencia de tendencia (en su lugar, aparece una línea de
    tendencia paralela al eje de las abscisas; es decir, una
    línea con una pendiente de valor cercano
    o igual a cero). Una varianza constante corresponde a un
    gráfico en que las oscilaciones alrededor de la media sean
    similares, lo que técnicamente se conoce como
    homocedasticidad (Pulido, 1989).

    Para el caso del PIB
    colombiano, el tratamiento de la serie de diferencias
    trimestrales mediante una regresión lineal conduce -al
    intentar construír una curva de promedios móviles
    de los residuos respecto a la tendencia, similar a la del
    gráfico No. 1- a la generación de una curva
    prácticamente paralela al eje de las abscisas, lo que
    denota la presencia del fenómeno de la homocedasticidad
    (ver gráfico No. 3); es decir, no es factible definir un
    ciclo económico que gire alrededor de una tendencia
    determinística. Se puede hablar, entonces, de un ciclo y
    una tendencia constantemente iguales.

    Gráfico No. 3

    En términos matemáticos, se accede a una
    ecuación que refleje esta modelización del ciclo
    económico, mediante el siguiente procedimiento:

    Rezagando la ecuación 1 en un período, se
    obtiene:

    (2) qt -1 = g
    (t-1) + ut-1

    Por diferencia de (1) – (2),

    (3) qt –
    qt -1 = g + ut
    – ut -1

    Sea ut –
    ut -1 = vt

    (4) qt –
    qt -1 = g + vt
    donde vt sigue
    un proceso
    estacionario

    Si, por el contrario, la serie
    qt es estacionaria en su
    primera derivada (en un valor
    constante cercano a g), un choque unitario en el
    período cero conservará un efecto durable y no
    habrá más separación entre tendencia y
    ciclo. Esto se hace comprensible recurriendo al operador de
    retardo B, el cual tiene la propiedad de
    desfasar en un período el valor de la
    variable a la cual se aplique; por lo tanto, al iterar su
    aplicación K veces la variable se desfasa en K
    períodos, así:

    But = ut-1 y Bkut =
    ut – k

    Resolviendo la iteración, el término de
    error de la ecuación (4) se escribe de la siguiente
    manera:

    Término de error = Vt +
    Vt-1 + Vt-2 + Vt-3 + … +
    V1 + Vo

    = Vt + BVt + B2Vt +
    B3Vt + …+
    BkVt

    = Vt + …….+ V1 +
    Vo

    Luego la ecuación (4) se convierte en:

    (4a) qt = g. t
    + (Vo + V1 + …Vt )

    Donde: el primer término (g. t )
    representa la tendencia determinística y el segundo (Vo
    + V1 + …V
    t )
    la tendencia y ciclo estocástico
    (ut ).

    Este segundo modelo posee
    una tendencia determinística que aumenta a la tasa
    g, pero el término aleatorio ya no sigue un
    proceso estacionario
    . Su media es nula, pero su varianza
    y sus covarianzas tienden hacia el infinito. Si por ejemplo,
    Vt es un ruido blanco
    (grupo de
    variables
    aleatorias independientes, identicamente distribuídas, de
    media nula y variancia constante), el término
    estocástico de la ecuación 4a sigue un recorrido
    aleatorio y, a lo largo del tiempo, se aleja indefinidamente de
    la tendencia determinística.

    De hecho, los dos modelos
    difieren únicamente por las hipótesis relativas al proceso
    estocástico. En el primer caso (ecuación 1) la
    desviación respecto a la tendencia
    (ut ) es estacionaria y
    no posee raíz unitaria. En el segundo caso
    (ecuación 4a), la desviación respecto a la
    tendencia determinística posee una raíz unitaria, o
    es una integral de orden 1, puesto que
    (ut – ut
    -1
    ) es estacionario.

    Para finalizar esta sección, cabe anotar que -de
    acuerdo con Huffman (1994)- existe una interpretación
    intermedia entre las dos anteriores, consistente en trazar una
    tendencia no lineal, cuya tasa de crecimiento no sería
    constante sino variable. En este caso, en lugar de una
    regresión lineal se estaría utilizando otra de
    carácter exponencial.

    1.1.2 CICLOS DE REFERENCIA Y CICLOS
    ESPECIFICOS

    Para efectos de analizar las interrelaciones empresa-economía es
    útil precisar la existencia de diferentes ciclos en el
    conjunto de actividades que integran el sistema
    económico. En esencia, se trata de reconocer que si bien
    existe un ciclo general o principal, en el cual se condensa el
    movimiento de
    la actividad económica agregada, también ocurren
    ciclos específicos, de acuerdo con las características propias de cada
    actividad.

    Así, por ejemplo, para el caso de Estados Unidos,
    Zarnowits (1985) distingue entre actividades que siguen el ciclo
    promedio o general y las que, además, registran
    fluctuaciones propias, como las industrias
    productoras de bienes de
    consumo
    durable y de bienes de
    capital.
    Agrega que existen diferencias entre las amplitudes de los
    movimientos de estas ramas con las productoras de bienes de
    consumo no
    durable, pues las primeras serían de mayor magnitud que
    las segundas. Fenómeno similar se constata al comparar los
    ciclos del comercio al
    por mayor con los del comercio
    minorista.

    La disparidades en duración (amplitud) y
    frecuencia de las fluctuaciones registradas por las distintas
    actividades económicas tanto con respecto al ciclo general
    como entre sí, permite establecer una nueva
    clasificación, al distinguir entre los conceptos de
    ciclo de referencia y ciclos específicos. El
    primero hace alusión al ciclo seguido por por un sector
    económico o por un grupo de
    industrias, que
    se consideran determinantes de otras. También puede
    corresponder al agregado de la actividad económica general
    (normalmente evaluado a partir del PIB o del PNB,
    según las cuentas
    nacionales de cada país). El término designa,
    entonces, el ciclo que sirve de parámetro comparativo (de
    referencia) para evaluar el desempeño de alguna otra
    actividad relacionada (por ejemplo, el ciclo de la construcción constituye un referente para
    examinar la producción de cemento).

    El concepto de ciclo
    específico comprende, entonces, la identificación
    de los altibajos registrados en los resultados alcanzados por una
    industria,
    sector o empresa durante
    un lapso determinado. Estas variaciones pueden medirse en
    aspectos tales como producción, ingresos,
    ventas,
    beneficios.

    De esta manera, una serie dada -por ejemplo, la
    producción de cerveza en
    Colombia- puede
    ser estudiada bajo dos ángulos: mediante la
    identificación y análisis de su ciclo
    específico; y/o mediante su comportamiento
    con respecto a un ciclo de referencia (industria de
    bebidas, producción de bienes de
    consumo, gasto
    agregado de consumo
    familiar, PIB, etc.). En
    cada caso corresponde al observador seleccionar el ciclo de
    referencia más apropiado, de acuerdo con el sector en
    estudio, lo que le permitirá establecer una
    comparación entre ambas series (la general o de referencia
    y la particular o específica) y definir el comportamiento
    de la segunda con relación a la primera:
    procíclico, anticíclico, acíclico, precoz o
    retardada (Fayolle, 1987 y Dupriez, 1986).

    Cada uno de estos calificativos permite caracterizar el
    desenvolvimiento de una actividad con respecto al agregado
    económico o con referencia a otra a la que se encuentra
    vinculada. Un comportamiento
    se define como procíclico cuando evoluciona en el mismo
    sentido que un movimiento de
    referencia. En el caso contrario, se denominan
    anticíclico.

    Una variable tiene un carácter precoz cuando su
    evolución anticipa el ciclo de referencia;
    en caso contrario, se le llama retardada. Para ser significativa,
    esta anticipación debe ser al menos de tres meses y
    relativamente constante. Los ciclos específicos pueden ser
    también coincidentes o descriptivos, cuando sus puntos de
    inflexión se corresponden temporalmente con los del ciclo
    de referencia.

    En síntesis, dos elementos metodológicos
    deben estar presentes al abordar el estudio cíclico de
    algún fenómeno económico: la
    conceptuación sobre la naturaleza del
    ciclo (exógeno o endógeno, de acuerdo con las
    características atribuídas a la
    tendencia) y la escogencia del ciclo de referencia más
    adecuado para correlacionar los cambios ocurridos en el
    fenómeno que se va a examinar.

    1.1.3 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO
    DE LOS CICLOS ECONÓMICOS

    La noción de ciclo de corta o mediana
    duración no es nueva. En 1862, con la publicación
    de su obra "Las crisis
    comerciales y su retorno periódico
    en Francia,
    Inglaterra y los
    Estados
    Unidos", Clement Juglar (1819-1905) fue el primero en
    demostrar en un documentado estudio de los precios y
    sistemas
    financieros, que las crisis
    constituían solamente una simple fase pasajera de una
    fluctuación recurrente y ondulada de la actividad
    económica.

    Con posterioridad a las observaciones de Juglar, otros
    economistas han analizado los ciclos, sus orígenes y
    características. Como resultado se ha
    generado una definición consensual -fluctuaciones de la
    actividad económica agregada alrededor de sus valores
    tendenciales- y una controversia sobre los factores causales.
    Esta última ha sido sintetizada en análisis
    recientes (Zarnowits 1985) entre teorías
    endógenas y teorías
    exógenas.

    Las teorías
    endógenas son aquellas que sitúan el origen de los
    ciclos en la dinámica interna del sistema
    económico; en general, son teorías
    que suponen la existencia de tendencias determinísticas.
    Las teorías
    exógenas afirman que la economía siempre
    está expuesta a fenómenos externos, de tal manera
    que la comprensión de los ciclos no puede explicarse
    solamente por factores endógenos. Entre las variables
    exógenas se incluyen las siguientes: guerras,
    cambios demográficos, desarrollos tecnológicos,
    fenómenos climáticos, gasto gubernamental, y
    leyes
    impositivas.

    Zarnowits identifica seis grupos de
    teorías endógenas o de ciclos autogenerados. Con
    excepción del primer grupo -que
    denomina pioneras-, las demás se presentan como
    derivaciones del pensamiento
    keynesiano; en ellas se atribuye el origen del ciclo
    económico a factores como:

    • La incertidumbre de los inversionistas respecto a los
      beneficios esperados de los proyectos de
      largo plazo. En este caso, la caída súbita de la
      eficiencia
      marginal del capital
      genera una crisis
      económica.
    • La dinámica salarios-precios,
      pues los cambios en ambos inducen modificaciones en la
      composición de la demanda
      agregada y en el mercado
      financiero (pueden estimular el endeudamiento con fines de
      consumo).
      Estos últimos fenómenos provocan fluctuaciones en
      la actividad económica global.
    • El proceso de acumulación de capital
      físico, es decir, la agregación de las decisiones
      de inversión neta de las empresas. En la
      medida en que estas últimas dependan de la demanda
      agregada, los cambios en el consumo se
      transmiten, de manera ampliada, a otros niveles de la
      producción: bienes
      intermedios y de capital. De
      esta manera, pueden generarse grandes fluctuaciones o
      ciclos.

    Por su parte, las teorías pioneras se
    caracterizan por afirmar que el ciclo es un fenómeno
    endógeno del sistema
    económico; sus expositores pertenecen a lo que Keynes
    denominó la escuela
    clásica, la cual sólo atinaba a interpretar el
    ciclo como interferencias friccionales (desviaciones) del
    equilibrio.
    Además, el movimiento de
    los precios era
    coincidente con el de la producción; en esta forma,
    expansiones iban acompañadas de inflaciones y recesiones
    de deflaciones.

    En cuanto a las teorías sobre los orígenes
    exógenos del ciclo, Zarnowits precisa que son aquellas que
    definen las fluctuaciones económicas como respuestas a
    perturbaciones monetarias y reales. Estas teorías han sido
    desarrolladas en la segunda mitad del siglo XX y se han
    beneficiado de la creación de modelos
    econométricos y de los avances en la informática. En este sentido, pertenecen a
    la escuela de
    pensamiento
    que le atribuye un carácter estocástico a todos los
    fenómenos económicos, pues considera que los
    fenómenos cíclicos se entrelazan con las tendencias
    de largo plazo y que la separación de ambos -sobre el
    supuesto de una tendencia determinística- ignora tales
    interacciones.

    Respecto a su contenido doctrinario, son teorías
    que reflejan el debate
    reciente, aún susceptibles de nuevos desarrollos. Estas
    teorías pueden clasificarse según las escuelas de
    pensamiento
    que las han originado: monetaristas, de expectativas racionales y
    neokeynesianas. Las primeras -que atribuyen un papel
    protagónico a la cantidad de dinero-
    responsabilizan a las autoridades económicas de las
    fluctuaciones provocadas por los cambios en la oferta
    monetaria.

    La escuela de las
    expectativas racionales -bajo la premisa de que todos los agentes
    económicos se forman expectativas racionales- identifica
    tres fuentes de
    inestabilidad: modificaciones imprevistas en la oferta
    monetaria (y en los precios),
    cambios en la oferta
    laboral
    debidos a variaciones salariales (la sustitución
    intertemporal ocio-trabajo) y los incrementos en la productividad.

    Finalmente, las teorías neokeynesianas
    sitúan el origen de las fluctuaciones económicas en
    la incapacidad del sistema de
    mercado para
    autorregularse, debido a las imperfecciones existentes en los
    diferentes mercados,
    incluido el de la información, y al predominio de estructuras
    oligopólicas y monopólicas.

    1.2 TEORIA DE LA COYUNTURA ECONOMICA

    Por coyuntura económica debe entenderse, de
    acuerdo con la Real Academia Española (1992), la
    combinación de factores y circunstancias que, para la
    decisión de un asunto importante, se presenta en una
    nación. Esta combinación tiene lugar en un
    determinado momento, lo que permite comprender por qué las
    coyunturas pueden cambiar a lo largo de un período (por
    ejemplo, durante un año pueden presentarse varias
    coyunturas diferentes entre sí); además, el
    componente temporal de la coyuntura permite clasificarla entre
    los fenómenos ligados a la dinámica económica, como los
    movimientos tendenciales y cíclicos analizados
    antes.

    Con estas precisiones puede definirse la coyuntura -Ost
    (1994)- como la conjunción de relaciones económicas
    tal como pueden ser aprehendidas en un momento dado,
    especialmente para definir la situación global de la
    economía.
    En este concepto, al
    igual que en la definición dada por la Real Academia
    Española, el énfasis se hace en la interdependencia
    de los fenómenos económicos y en la capacidad de
    evidenciar un proceso común al conjunto de la realidad
    económica.

    Sin embargo el término coyuntura puede tomar
    aún otra acepción, de mayor amplitud, cuando se le
    define como la descripción global de una situación
    socio-económica específica existente en un momento
    dado. En este sentido, toda coyuntura resulta ser la
    síntesis compleja de una articulación temporal de
    fenómenos de diferente naturaleza: social, política y
    económica.

    Aun cuando el análisis económico se
    esfuerza por decantar sus indicadores
    particulares, mediante su abstracción de la realidad
    concreta, la naturaleza social de la ciencia
    económica le impide lograr ese objetivo sin
    alterar el
    conocimiento de cada situación coyuntural. Por el
    contrario, las coyunturas se definen al interior de una
    combinación de múltiples factores sociales,
    políticos y económicos, constantemente cambiantes
    en sus importancias relativas para la interpretación de
    una situación concreta.

    1.2.1 CICLOS Y COYUNTURAS

    A menudo, el término coyuntura es sinónimo
    de transitoriedad, es decir, de una sucesión de eventos
    pasajeros. Esta connotación adicional remite al movimiento
    económico, el cual constituye el objeto de estudio
    privilegiado de todo análisis coyuntural.
    Paradógicamente no se trata de una extensión
    equívoca del término, sino más bien de una
    ampliación del concepto a la
    realidad que él comprende, puesto que el movimiento
    constituye el modo de existencia propio de los hechos
    económicos.

    En efecto, como se indicó anteriormente, por su
    esencia, la actividad económica es dinámica. De hecho, todas las magnitudes
    que permiten mensurarla se definen como variables
    flujos, es decir, cambiantes permanentemente a través del
    tiempo, si bien se les convierte en stocks, se les acumula,
    cuando se trata de cuantificar los fenómenos
    económicos y sus variaciones.

    Bajo esta óptica,
    la coyuntura puede interpretarse como la recurrencia de hechos
    anteriores. Es decir, la coyuntura consistiría en la
    repetición frecuente de eventos similares
    que tienen una misma secuencia. Aparentemente sería un
    proceso análogo al del ciclo económico de corto
    plazo.

    Sin embargo, se trata de dos procesos
    diferentes: los ciclos son movimientos periódicos,
    recurrentes, de amplitudes temporales y de magnitudes
    (resultados) variables.
    Están compuestos por una sucesión de fases de
    ascenso (recuperación o reactivación y auge o
    expansión) y de descenso (desaceleración,
    recesión y contracción), definidas por la magnitud
    del crecimiento
    económico logrado, bien sea con respecto a una
    tendencia exógena o a sus comportamientos precedentes,
    según se describió antes.

    La coyuntura, por su parte, es el movimiento más
    inmediato que se puede apreciar; es cada uno de los instantes en
    que podrían dividirse las fluctuaciones económicas.
    En este sentido, de acuerdo con la periodicidad adoptada por el
    analista, la coyuntura puede corresponder a movimientos
    semanales, mensuales, trimestrales, semestrales, anuales o
    plurianuales. En este caso, la escogencia de la periodicidad
    dependerá de la persistencia o duración de los
    fenómenos característicos de una coyuntura
    específica o de la variable elegida para evaluar la
    coyuntura.

    Así, por ejemplo, si se trata de analizar las
    coyunturas económicas determinadas por los conflictos
    bélicos desarrollados en el siglo XX la periodicidad puede
    ser de naturaleza plurianual. Pero si, en cambio, se
    desea examinar las coyunturas monetarias, con base en el comportamiento
    de la tasa de interés o
    de los agregados monetarios, la periodicidad más adecuada
    puede ser semanal.

    Sin embargo, en lo que se refiere al conocimiento
    de la coyuntura económica como movimiento de muy corto
    plazo, la costumbre establecida por las instituciones
    que realizan análisis frecuentes, define el estudio de la
    coyuntura como la estimación y el análisis del
    movimiento económico en el pasado reciente (de seis meses
    a un año) y el presente; y la previsión de ese
    movimiento sobre un horizonte que puede cubrir igualmente entre
    seis meses y un año. El diagnóstico coyuntural habitual es,
    entonces, la unidad de esos dos movimientos: análisis del
    pasado-presente y proyección del futuro (Fayolle,
    1987).

    Esta diferenciación entre coyuntura y ciclo
    económico no supone que se trate de fenómenos
    aislados entre sí. Por el contrario, el estudio de la
    dinámica económica trata de
    establecer relaciones entre los diferentes movimientos de la
    economía.
    De esta manera, se piensa que las fluctuaciones de corto plazo
    están determinadas por las de largo plazo; es decir, que
    las fases de los ciclos de larga duración -como los
    denominados Kondratieff en honor a su descubridor, y cuya
    duración total se estima en cincuenta años-
    influyen en los de corto plazo.

    Desde esta perspectiva, puede definirse el movimiento
    coyuntural como la sucesión, en el transcurso del tiempo,
    de hechos económicos (también sociales y
    políticos) coincidentes en las mismas coordenadas
    espacio-temporales. Esta definición implica que los
    fenómenos coyunturales forman parte integral de
    movimientos de mayor amplitud. En este sentido, podría
    decirse que existe una relación bidireccional entre ambos
    fenómenos: por una parte, los eventos
    coyunturales contribuyen a caracterizar las fases de auge y
    crisis
    registradas en los distintos ciclos de corta duración; por
    la otra, el momento mismo que atraviesa la actividad
    económica agregada (recuperación, expansión,
    desaceleración o recesión) determina el
    calificativo de la coyuntura como favorable o
    desfavorable.

    La aprehensión de ese movimiento, a través
    del análisis coyuntural, se hace mediante la
    elaboración de indicadores
    sintéticos o parciales, los cuales pueden ser variables
    monetarias y/o reales. Los indicadores
    sintéticos son aquellos que resultan de la
    agregación ponderada (sumatoria o productoria) de
    distintas variables
    denotativas de las circunstancias particulares de cada coyuntura.
    Los indicadores
    parciales son los que reflejan, separadamente, los
    comportamientos registrados por cada una de las variables que
    intervienen en la definición de una coyuntura. como son:
    las expectativas de los empresarios, el balance del sector
    externo, la estabilidad política, los
    resultados económicos recientes, el clima laboral y social,
    etc.. En este caso, corresponde al coyunturista mostrar la
    articulación fáctica de ellos.

    1.2.1 LA COYUNTURA EN LA TEORIA
    ECONOMICA

    El concepto de
    coyuntura económica ha sido relativamente extraño a
    la economía
    política
    de occidente, la cual se ha construído alrededor del
    concepto de
    equilibrio
    como hilo conductor de los diferentes análisis y como
    determinante fundamental del inconsciente económico;
    éste a su vez resultante de la acción dispersa de
    muchos agentes económicos que actúan sólo
    guiados por su interés
    individual.

    De esta manera, el término coyuntura -si bien no
    es considerado sistemáticamente- correspondería, en
    lo fundamental, a las situaciones de desequilibrio; pues mientras
    la economía opere bajo condiciones de equilibrio se
    encuentra en una situación tendencial normal, de largo
    plazo, y no transitoria o coyuntural. Es decir, el concepto de
    coyuntura es exógeno a la teoría
    económica, en particular a aquellas corrientes que
    postulan la autoregulación del sistema
    económico y la primacía de las fuerzas del mercado.

    Para estos enfoques, la preocupación consiste en
    identificar las fuentes de
    perturbación del equilibrio
    económico -normalmente asociadas con la adopción
    de políticas
    por parte de las autoridades económicas- y en dejar que
    los procesos de
    autorregulación operen.

    Sólo a través de la corriente Keynesiana,
    la economía política abre la
    posibilidad al concepto de
    coyuntura. En este caso, partiendo de señalar las
    imperfecciones de los diferentes mercados
    -laboral,
    monetario y de bienes-, se
    establece que la característica central (la tendencia
    natural) de éstos es el desequilibrio y no el equilibrio,
    como postulan los defensores del liberalismo
    económico, y -por lo tanto- se hace necesaria una
    intervención permanente del Estado a
    través de políticas
    (coyunturales) específicas, de acuerdo con las
    particularidades del desajuste enfrentado.

    1.3 EMPRESA Y
    COYUNTURA ECONOMICA

    Dentro de la teoría
    económica, la empresa
    aparece -al lado de los consumidores que maximizan su
    satisfacción- como un agente maximizador de ingresos
    monetarios a través de la realización de un proceso
    de transformación de insumos en productos. La
    decisión inicial, sin embargo, consiste en asumir o no
    dicha función productiva, de acuerdo con su rentabilidad
    relativa, la cual puede definirse como la tasa interna de
    retorno esperada de un proyecto de
    inversión, que sólo sería
    adoptado en caso de que su rendimiento económico exceda la
    tasa de interés de
    los activos
    financieros de renta fija. De esta manera, la rentabilidad
    aparece como la
    motivación principal para la actividad
    empresarial.

    Sin embargo conviene distinguir entre la
    proyección de la rentabilidad
    (la tasa interna de
    retorno) y la rentabilidad
    realizada (los beneficios obtenidos como porcentaje del capital
    arriesgado). Esta última se convierte en el concepto esencial
    para el análisis coyuntural, en la medida en que
    está determinada por fuerzas externas a la accion
    empresarial, como: los precios
    relativos en los mercados de
    trabajo y de bienes, el
    desarrollo
    tecnológico y los factores aleatorios que alteran la
    demanda
    esperada. En este contexto, la empresa
    aparece sólo como una interfase entre los mercados de
    trabajo y de bienes; como
    unidad de producción no hace más que adaptarse a
    los determinantes exógenos y esta adaptación debe
    hacerla de manera óptima, es decir, con eficiencia y
    eficacia, para
    maximizar sus ingresos. En la
    medida en que aprenda a conocer estas fuerzas externas
    proyectará mejor su curva de demanda, la
    cual podría denominarse, entonces, curva de demanda
    percibida.

    Este es el punto decisivo para conceptuar la coyuntura
    en relación con la empresa y la
    política
    económica. El empleo y los
    precios se
    forman en la empresa, la cual decide simultáneamente en
    ambos dominios. Con base en ellos define sus perspectivas de
    mercado, las
    negociaciones laborales y mercantiles, pero no se limita a
    interrelacionar, de manera pasiva, mercados de
    trabajo y de bienes. La
    eficacia de su
    gestión
    anterior y actual, la naturaleza de su estrategia de
    desarrollo en
    función de criterios precisos de rentabilidad
    intervienen de manera central en sus decisiones. A través
    de la gestión
    se crea al -interior de las empresas- una apreciación
    sobre relaciones fisicas y financieras que modelan las decisiones
    posteriores.

    1.3.1 LA ACTITUD
    EMPRESARIAL FRENTE A LA COYUNTURA

    En cuanto agentes económicos maximizadores de
    beneficios, todas las empresas se encuentran involucradas por y
    en el desenvolvimiento del contexto económico en el que
    realizan sus actividades. En este sentido, puede afirmarse que
    las interacciones entre las empresas y la coyuntura son diversas,
    dependiendo de las características específicas de cada
    unidad productiva y de cada entorno macroeconómico; que
    las empresas realizan la coyuntura de la misma forma que la
    experimentan y que la coyuntura resulta ser, al mismo tiempo, una
    variable determinante de las decisiones y una variable
    determinada por el comportamiento
    de las empresas (Ost, 1993 y 1994).

    Esto no significa que todas las empresas reaccionen de
    igual manera frente a la coyuntura. Todo lo contrario: algunas
    empresas manifiestan un escaso interés
    por el contexto económico en el cual se desempeñan;
    otras se preocupan por ese entorno, pero carecen de los medios
    necesarios para analizarlo en forma precisa a sus circunstancias;
    finalmente, existe un tercer grupo
    constituido por aquellas que realizan un permanente seguimiento a
    las condiciones macroeconómicas en las que operan, las
    interpretan y adoptan políticas
    en correspondencia con esos análisis.

    Esta diferencia de actitudes
    frente al entorno económico se explica por el
    tamaño relativo de cada empresa, medido en términos
    de participación en el mercado, del
    volumen de
    activos
    físicos, del empleo
    generado; o también por la vinculación a un
    conglomerado económico que englobe actividades de la misma
    o de diferentes naturalezas, y cuyos resultados grupales se
    encuentran estrechamente vinculados al desempeño y
    fluctuaciones de la actividad económica agregada. Es
    decir, mientras más grandes son las empresas mayor es su
    preocupación por conocer las características y prever las tendencias del
    entorno macroeconómico.

    En el caso de empresas monopólicas, o de
    oligopolios altamente concentrados (definidos como aquellos en
    donde más del 75% de la producción lo realizan
    entre 1 y 4 firmas), ellas mismas generan algunos indicadores
    coyunturales, al menos los relacionados con los sectores en los
    que operen o con los mercados de los
    bienes que produzcan. Como ejemplos, se encuentran los monopolios
    petroquímicos o de transporte
    aéreo en poder del
    Estado, o
    aún de particulares.

    Cuando se trata de empresas pequeñas, su
    preocupación por la coyuntura se encuentra en gran medida
    limitada al seguimiento del desempeño logrado por el
    sector en el cual se inscriben, al igual que al conocimiento y
    discusión de las decisiones de política
    macroeconómica que pueden afectarlas. En este caso, la
    carencia de recursos propios
    para registrar e interpretar la coyuntura es sustituída
    por las actividades de divulgación de los gremios y la
    prensa
    económica.

    Al margen de la capacidad para incidir en la coyuntura,
    o simplemente para conocerla y prever sus posibles cambios, el
    análisis del entorno económico vivido, y de sus
    efectos sobre los resultados empresariales, se ha convertido en
    práctica habitual por parte de los administradores de las
    empresas, quienes -en los informes
    anuales rendidos a los propietarios- acostumbran resaltar el
    clima
    económico en el que cumplieron sus funciones,
    explicando los resultados alcanzados -al menos parcialmente- como
    consecuencia de la coyuntura anterior.

    1.3.2 LA SENSIBILIDAD COYUNTURAL DE LA
    EMPRESA

    Las empresas -en tanto que participantes en actividades
    económicas específicas- registran diferentes
    sensibilidades a la coyuntura económica, las cuales pueden
    interpretarse como diversas elasticidades frente a las
    fluctuaciones de la actividad económica
    agregada.

    De acuerdo con las correspondencias o similitudes entre
    movimientos económicos generales y resultados
    empresariales, estas sensibilidades pueden clasificarse en
    positivas o negativas a la coyuntura, según varíen
    (los resultados empresariales) en el mismo sentido o en sentido
    contrario al ciclo de corto plazo. Por definición, las
    empresas procíclicas tienen un peso mayor en la actividad
    económica agregada que las contracíclicas, pues
    esta última no es más que la suma ponderada de las
    actividades individuales realizadas por todas y cada una de las
    empresas participantes en una economía. Igualmente, las
    sensibilidades de las firmas frente a la coyuntura pueden ser
    precoces o retardadas, altas o débiles, o
    específicas según tipo de productos
    ofrecidos al mercado.

    En términos cuantitativos, la sensibilidad
    coyuntural de una empresa específica puede medirse a
    través de diversos indicadores,
    tales como: costos, ingresos,
    beneficios, producción, etc.. En cualquier caso, se
    requerirá contar con la serie cronológica
    respectiva para efectos de su comparación con la evolución coyuntural.

    Estimar el grado de sensibilidad coyuntural equivale,
    entonces, a comparar los perfiles temporales de dos series. Esta
    comparación puede ser gráfica y estadística. En el primer caso se examina
    la concordancia entre los puntos de inflexión
    (máximos y mínimos) de los gráficos de las
    dos series; en el segundo, se procede a descomponerlas en sus
    elementos básicos: ciclo, tendencia, estacionalidad y
    movimientos erráticos; con este procedimiento se
    obtiene una información depurada que permite mejores
    análisis. Sin embargo, debe recordarse que la
    separación de ciclo y tendencia es un tema de amplia
    discusión hoy en día, la cual cobra importancia si
    trata de medirse la sensibilidad durante un período muy
    largo.

    Cuando se trate de períodos cortos, el
    coeficiente de correlación -obtenido al aplicar una
    regresión lineal simple- resulta útil, partiendo
    del supuesto de que lo general -el comportamiento
    macroeconómico- determina el resultado
    microeconómico (de la empresa). Es decir, a através
    de la aceptación de este criterio -fundamental para
    definir la sensibilidad coyuntural de la empresa- se elimina la
    discusión sobre la capacidad de los coeficientes de
    correlación para explicar el sentido de la causalidad
    existente entre dos series estadísticas.

    De acuerdo con Ost (1994), por las propiedades del
    coeficiente de correlación (r), se puede deducir el grado
    y el signo de la sensibilidad coyuntural del indicador utilizado
    ( y por ende, de la empresa): costos,
    beneficios, ingresos,
    ventas,
    etc..

    Si r> 0 y cercano de + 1,
    el indicador es fuertemente procíclico

    Si r> 0 y cercano de 0, el
    indicador es débilmente procíclico

    Si r = 0, el indicador es acíclico

    Si r< 0 y cercano a 0, el
    indicador es débilmente contracíclico

    Si r< 0 y cercano de – 1,
    el indicador es fuertemente contracíclico.

    Finalmente, en lo relativo a la medición de la
    sensibilidad coyuntural de una empresa específica, los
    problemas
    prácticos a resolver consisten, en primer lugar, en la
    selección de las series cronológicas adecuadas para
    expresar tanto el comportamiento
    de la empresa como el ciclo de referencia; y, en segundo lugar,
    en la definición de la forma matemática
    adecuada: valores
    absolutos, cambios porcentuales, desviaciones con respecto a una
    tendencia, etc.. En el capítulo siguiente se
    presentará la metodología escogida en este trabajo para
    resolver estos problemas.

    CAPITULO SEGUNDO

    ASPECTOS

    METODOLOGICOS

    En este capítulo se retomarán algunos de
    los elementos expuestos en el anterior, específicamente
    los correspondientes al ciclo de referencia y a la
    medición de la sensibilidad coyuntural de la empresa, a
    fin de presentar la metodología utilizada para identificar las
    políticas coyunturales seguidas por las
    empresas manufactureras examinadas. El soporte teórico de
    la metodología descrita se encuentra en
    Christian Ost (1994).

    2.1 DETERMINACIÓN DEL CICLO DE
    REFERENCIA

    La economía se caracteriza por su devenir, es
    decir, por el movimiento como forma natural de existencia. Bajo
    esta perspectiva, el concepto
    fundamental es el de proceso económico, el cual puede
    definirse como una actividad económica que evoluciona en
    el tiempo y que produce cambios en la materia, la
    energía y la información (Dagum, 1995). Esta evolución registra dos niveles de
    temporalidad: corto y largo plazo; en el primero quedan incluidos
    los movimientos cíclicos y los coyunturales, mientras que
    en el largo plazo tienen lugar los cambios
    estructurales.

    Es decir, los distintos procesos
    económicos se caracterizan por su extensión, por su
    recurrencia y por las articulaciones
    existentes entre ellos. En efecto, según se analizó
    en el capítulo anterior, existen algunas interrelaciones
    (sólo explícitas a través del
    análisis económico
    ) entre las fluctuaciones de
    larga y corta duración, y entre los ciclos y los
    fenómenos coyunturales. Esta interdependencia entre los
    distintos movimientos de la actividad económica permite
    clasificar los ciclos como específicos y de referencia.
    Los primeros hacen alusión a las fluctuaciones propias de
    una empresa, una industria, o
    un sector productivo. Los ciclos de referencia, por su parte, se
    definen -al interior de las interdependencias entre los
    movimientos económicos- como los correspondientes a la
    actividad dominante. Esto quiere decir que las variaciones
    ocurridas en algunas actividades agregadas contribuyen a explicar
    los cambios registrados en otras; es decir, que lo general
    determina -en alguna medida- el comportamiento
    de lo particular.

    El problema metodológico se limita entonces a definir el
    ciclo de referencia apropiado para cada actividad particular (y
    detrás de ella, para cada empresa). En principio,
    debería existir un único ciclo de referencia,
    equivalente al movimiento agregado de las diferentes actividades
    productivas, al ciclo económico general. Sin embargo, las
    participaciones (porcentuales) sectoriales en el agregado son
    desiguales, lo mismo que las contribuciones a sus variaciones.
    Esta disparidad de importancias relativas se refleja en la
    configuración de movimientos específicos para cada
    actividad, los cuales pueden ser analizados gráficamente,
    frente al ciclo económico general, con base en tres
    criterios: ciclicidad, volatilidad y precocidad (Ost,
    1994).

    El concepto de
    ciclicidad hace alusión a la alternancia de fases, indica
    el sentido del movimiento. Una actividad específica
    presenta ciclicidad en la medida en que los cambios de su serie
    cronológica guarden alguna relación con los
    ocurridos en la economía. Con este criterio, un sector
    económico se define como procíclico cuando las
    inflexiones de su serie cronológica coinciden con las de
    la actividad económica agregada. Se le denomina
    anticíclico cuando su comportamiento es inverso al del
    ciclo económico. Si no existe ciclicidad, al sector se le
    califica de acíclico. En este caso, para efectos del
    análisis coyuntural, será necesario realizar
    comparaciones con otras series cronológicas vinculadas con
    la actividad económica o empresarial
    específica.

    Por volatilidad se entiende la concordancia entre las
    magnitudes de las fases cíclicas. El tipo de volatilidad
    de una serie cronológica se establece al comparar las
    amplitudes de sus movimientos (sus longitudes de onda, se
    diría en física) con las del
    ciclo de referencia. Según que las amplitudes de
    movimiento de una serie sean más fuertes o más
    débiles que las del referente, se dirá que la serie
    es fuerte o débilmente volátil (Ost,
    1994).

    La precocidad señala la periodicidad relativa de
    una actividad económica. Si las inflexiones de una serie
    cronológica sectorial anteceden a las del movimiento
    cíclico general, se le denomina precoz; en caso de que
    sean subsecuentes, se habla de un sector retardado; y si son
    simultáneas, se considera una actividad coincidente con el
    ciclo de referencia.

    De la descripción precedente se deduce que los
    tres criterios de análisis no tienen igual importancia. La
    ciclicidad es el criterio dominante porque determina la
    existencia o la ausencia de un perfil coyuntural basado en las
    fases del ciclo económico. El perfil coyuntural muestra la
    existencia de puntos de inflexión en una serie y su
    concordancia con los del referente. Los criterios de volatilidad
    y precocidad están condicionados a la existencia de
    ciclicidad. El perfil coyuntural, y por tanto la ciclicidad, se
    desprende de la comparación gráfica de las dos
    series cronológicas: la del agregado económico y la
    del sector o empresa considerada.

    En síntesis, la selección de un ciclo de
    referencia implica la realización de los siguientes
    pasos:

    • Seleccionar las series cronológicas
      correspondientes a la actividad económica agregada y al
      sector o empresa a analizar.
    • Graficar simultáneamente ambas series
      cronológicas.
    • Analizar los perfiles coyunturales de las curvas
      obtenidas para definir si existe o no ciclicidad. En caso
      negativo, seleccionar otras series cronológicas
      (pertenecientes a procesos
      económicos vinculados con la actividad que se desea
      examinar) y repetir el proceso hasta identificar el ciclo de
      referencia buscado.
    • Mediante el uso de regresiones lineales simples,
      verificar que el coeficiente de correlación no tiende a
      cero, es decir, que no existe aciclicidad entre el sector o
      empresa analizada y su ciclo de referencia.

    2.2 MEDICIONES DE LA CICLICIDAD Y DE LA SENSIBILIDAD
    COYUNTURAL DE LA EMPRESA

    La apreciación simultánea de los tres
    criterios mencionados en la sección anterior permite
    definir la sensibilidad coyuntural de un indicador. Desde un
    punto de vista teórico, la ciclicidad es una
    condición necesaria de sensibilidad, la volatilidad y la
    precocidad del indicador amplifican o atenúan el grado de
    sensibilidad definido por la ciclicidad. Cuando los instrumentos
    y datos
    estadísticos lo permitan, se podrá entonces
    distinguir una variedad de grados de sensibilidad. Para una
    ciclidad idéntica -trátese de una actividad
    procíclica o contracíclica-, una serie será
    muy sensible cuando sea fuertemente volátil y precoz;
    mientras que será poco sensible si tiene un comportamiento
    retardado y es débilmente volátil.

    Las empresas sufren la coyuntura más de lo que
    ellas la determinan. En consecuencia, puede afirmarse que una
    firma presenta una elasticidad o
    sensibilidad frente a la coyuntura, cuyo grado y
    características dependen de muchos aspectos. Así,
    por ejemplo, una firma puede registrar frente a la coyuntura una
    sensibilidad positiva o negativa; precoz o retardada; elevada o
    débil. También cabe hablar del perfil coyuntural
    por productos, lo
    que permitiría a una empresa determinar el impacto de los
    cambios en la coyuntura sobre el conjunto de sus actividades y,
    en caso necesario, recomponer su portafolio de productos. De
    forma análoga, sería factible estimar las
    sensibilidades coyunturales correspondientes a las distintas
    formas de organización empresarial: por
    departamentos, por productos, por
    divisiones, por filiales, o por grupos. En estos
    casos, se hablaría de una sensibilidad por funciones, bajo
    el supuesto de que la estructura
    organizaciones
    obedece a la distribución de funciones al
    interior de la firma, corporación o grupo
    económico.

    Una vez que se ha establecido con transparencia la
    noción de sensibilidad deseada, su medición puede
    hacerse a través de distintos instrumentos:
    comparación gráfica entre indicadores
    internos y variables
    macroeconómicas; diferencias entre sus tasas de
    crecimiento; elasticidades de las demandas de productos;
    coeficientes de correlación o de regresión lineal;
    utilización de un referente general (PIB) o de
    indicadores de
    demanda:
    consumo
    privado, formación bruta de capital fijo,
    exportaciones,
    importaciones,
    etc..

    Aparece, entonces, el concepto de
    indicador de sensibilidad coyuntural, el cual corresponde a
    cualquier serie cronológica considerada pertinente para
    hallar la relación entre el desempeño de la firma y
    el de la coyuntura económica. Los indicadores de
    sensibilidad se subdividen en indicadores de
    sensibilidad de empresa -los que designan los puntos de impacto-
    e indicadores
    coyunturales, que son los correspondientes a las fuentes de
    impacto.

    Entre los indicadores de sensibilidad de la firma, se
    encuentran los siguientes: cantidades físicas producida,
    unidades vendidas, ingresos totales
    (en valores
    constantes o corrientes), costos, y
    beneficios. Cada uno de estos indicadores resulta susceptible de
    considerar en forma agregada para toda la empresa, o, desagregado
    por productos,
    áreas funcionales o centros de costos, de
    acuerdo con la estructura
    organizativa adoptada.

    Entre los segundos, indicadores coyunturales, se pueden
    identificar los índices sintéticos o generales de
    la coyuntura, los registros sobre
    comportamiento sectorial, los datos de demanda global
    o de productos.

    Según se anotó arriba, la medición
    de la sensibilidad coyuntural de la empresa resulta, entonces, de
    correlacionar entre sí los indicadores seleccionados, bien
    sea de forma gráfica o matemática. Dado que se trata de comparar
    series cronológicas, el procedimiento
    más apropiado consiste en el uso de regresiones lineales
    sobre datos
    transformados logarítmicamente, de tal manera que el
    coeficiente de la variable independiente adquiera el
    carácter de una elasticidad. En
    forma sintética, el cuadro siguiente muestra los
    posibles valores de
    este coeficiente y sus interpretaciones.

    CUADRO No. 2.1

    MEDICIONES DE LA SENSIBILIDAD
    COYUNTURAL DE LA EMPRESA

    Sensibilidad de
    ingresos

    S(i)

    Sensibilidad de
    costos

    S(c)

    Sensibilid. de
    beneficios

    S(P )

    S(i) > 0 Procíclica

    S(i) = 0 Acíclica

    S(i) < 0 Contracíclica

    S(c) > 0 Procíclica

    S(c) = 0 Anticíclica

    S(c) < 0 Contracíclica

    S(P
    ) > 0 Procíclica

    S(P
    ) = 0 Acíclica

    S(P
    ) < 0 Contracíclica

    Fuente: C. Ost: L’ENTREPRISE DANS LA
    CONJONCTURE (1994).

    La sensibilidad de los ingresos se
    transmite proporcionalmente a la del beneficio, mientras que la
    de los costos afecta
    inversamente a la del beneficio. Por ejemplo, si los costos aumentan
    durante una fase de expansión (son procíclicos), y
    los ingresos
    permanecen constantes (son acíclicos), el beneficio tiende
    a disminuir (la empresa es contracíclica). Cuando los
    ingresos y los
    costos son
    procíclicos, los impactos coyunturales se compensan, lo
    que se traduce en un comportamiento acíclico de los
    beneficios (y de la firma). Pero el resultado dependerá
    siempre de la intensidad de los impactos procíclicos: si
    los ingresos son más sensibles que los costos, el
    beneficio estará determinado por la prociclicidad de los
    ingresos. Estas consideraciones sugieren que es posible obtener
    distintas combinaciones del cuadro anterior y por consiguiente
    deducir múltiples tipos de sensibilidad coyuntural (Ost,
    1994).

    2.2.1 NOTA TÉCNICA SOBRE LA MEDICIÓN DE
    LA SENSIBILIDAD

    Como se ha indicado, la estimación del grado de
    sensibilidad coyuntural de una empresa consiste principalmente en
    la comparación de los perfiles temporales de dos series,
    lo cual puede hacerse a través de una regresión
    lineal. Sin embargo, esta herramienta no genera un resultado
    único e inequívoco sino, por el contrario, cuatro
    indicadores alternativos, los cuales se analizan en la siguiente
    sección. Conviene anotar, eso sí, que cualquiera
    que sea el parámetro estadístico seleccionado, la
    interpretación de la sensibilidad se guía por el
    criterio de la ciclicidad. Es decir, el coeficiente escogido se
    califica de acuerdo con su valor relativo
    (mayor, menor o igual a cero) a fin de establecer si la empresa
    tiene un comportamiento procíclico, anticíclico o
    acíclico.

    2.2.1.1 Mediciones estadísticas de la sensibilidad
    coyuntural

    La aplicación de una regresión lineal
    produce diversos resultados estadísticos, comprendida una
    ecuación similar a la (1), y algunos indicadores de la
    correlación existente entre las dos series
    cronológicas consideradas. En esta sección se
    describirá la capacidad explicativa de la sensibilidad
    coyuntural de la empresa, que poseen cuatro de tales resultados:
    los coeficientes de determinación y correlación, la
    covarianza y la elasticidad o
    coeficiente de la variable independiente.

    Pit = biyt +
    ai + eit(1)

    donde:

    Pit = nivel de beneficio de la empresa
    i

    yt = tasa de crecimiento (anual o trimestral)
    del PIB
    real

    • El coeficiente de determinación
      (muestral)
      , r2, que mide la
      proporción o porcentaje de la variación total en
      Yt explicada por el modelo de
      regresión. El valor de
      r2 oscila entre 0 y 1. En el caso de la sensibilidad
      coyuntural, mientras más cercano a la unidad sea el
      valor de
      r2, mayor será la proporción del
      desempeño empresarial explicado por las fluctuaciones de
      la actividad económica; es decir, la sensibilidad
      coyuntural de la firma y su ciclicidad (su carácter pro
      o anticíclico) serán mayores mientras más
      cerca de 1 se encuentre el valor de
      r2. Vale aclarar que el coeficiente de
      determinación no indica más que el grado o nivel
      de la sensibilidad coyuntural y que el signo está dado
      por el coeficiente de la variable independiente, bi
      en la ecuación (1). La expresión matemática del coeficiente de
      determinación muestral es la siguiente:

    r2 =
    bi2 (S yt2 / S
    Pit2)

    • El coeficiente de correlación (r), que
      es una medida de la asociación entre las dos variables
      estimadas, equivalente a la raíz cuadrada del
      coeficiente de determinación (r2), por
      lo cual asume valores
      entre menos 1 y más 1. Esto indica que es de naturaleza
      simétrica, lo que implica que el coeficiente de
      correlación entre Y y X es igual al coeficiente de
      correlación entre X y Y. Es decir, se acepta que el
      coeficiente de correlación por sí sólo no
      permite deducir el sentido explicativo de la relación;
      sin embargo, el supuesto conceptual de este trabajo -las
      definiciones de ciclicidad y de sensibilidad coyuntural-
      sugieren que lo macroeconómico determina lo
      microeconómico. Por lo tanto, resulta válido
      utilizar este parámetro como medida de la
      relación causal investigada. La expresión
      matemática del coeficiente de
      correlación es:

    r = s Py / s P. s y

    • El coeficiente de elasticidad, o simplemente
      la noción de elasticidad,
      entendida, al igual que en la Microeconomía, como el cociente entre dos
      valores
      porcentuales. Por definición, la elasticidad
      es una medida de sensibilidad. En el caso de la
      regresión lineal, esta medida se obtiene cuando las
      series cronológicas de la ecuación (1) han sido
      convertidas previamente en logaritmos. En este caso, el
      valor de la
      elasticidad
      corresponde al término bi. Dado que la
      elasticidad
      puede ser positiva o negativa, se dice que la firma es
      procíclica cuando el valor de la
      elasticidad
      es positivo, anticíclica cuando es negativo y
      acíclica cuando la elasticidad
      es igual a cero (o tiende a este valor). En términos
      matemáticos:

    E = bi (Yi /
    Pi)

    • El coeficiente de covariación, el cual
      sirve para confirmar la simultaneidad en el movimiento de las
      series cronológicas. Es decir, mientras el coeficiente
      de correlación toma en cuenta tanto el sentido como el
      valor absoluto de los datos, sin
      distinguirlos, el coeficiente de covariación se limita a
      mostrar el sentido de la evolución de las series y muestra la
      coincidencia de las inflexiones. En otros términos, un
      valor positivo de la covarianza indica que ambas series se
      sitúan, en promedio, por encima o por debajo de la
      media; mientras que un signo negativo señala que se
      produce un cambio de
      sentido entre ambas series, o sea, que mientras una aumenta y
      se coloca por encima de la media, la otra disminuye y se
      sitúa por debajo de la media. Esta característica
      sugiere que el coeficiente de covarianza no toma en cuenta la
      volatilidad o amplitud de los movimientos, por lo cual -para un
      adecuado análisis de sensibilidad- debe complementarse
      con el coeficiente de correlación. En términos
      matemáticos, la covarianza se define como la esperanza
      matemática del producto de
      las desviaciones de cada variable con respecto a su
      media:

    COV (Pt, Yt)
    = E [ (P – P) (Y
    -Ÿ)]

    2.2.1.2 Criterios técnicos para validar los
    coeficientes de correlación

    Según se ha observado, el grado de respuesta
    promedio del ciclo de una empresa a cambios en el entorno puede
    ser medido a partir de regresiones lineales simples (como la
    ecuación 2), que correlacionen los indicadores
    básicos de desempeño de cada firma en
    función de los indicadores básicos del ciclo
    económico o sus determinantes.

    Yt = B1Xt +
    B0 + Ut(2)donde,

    Yt = indicador básico de
    desempeño de cada firma (beneficios, costos, ventas,
    producción física,
    etc.)

    Xt = variable que agrega el desempeño
    global de la economía o agrega parte del entorno
    económico que afecta más directamente la firma en
    cuestión.

    B1 = respuesta de Yt ante cambios
    en Xt (si es equivalente a la elasticidad, mide
    el grado de sensibilidad coyuntural)

    Ut = término de error
    estocástico

    Sin embargo, la validez de los resultados alcanzados se
    encuentra condicionada a la calidad misma de
    la regresión, la cual -a su vez- depende de la
    satisfacción de cinco supuestos básicos (Gujarati,
    1993):

    • El modelo de
      regresión está correctamente específica,
      es decir, no existen sesgos ni errores de
      especificación.
    • El modelo sigue
      una distribución normal, es decir, el valor
      promedio de las desviaciones con respecto a la media o
      tendencia es igual a cero.
    • No existe correlación entre los valores
      de la variable explicativa (Xt) y los
      términos de error estocástico (Ut); es
      decir, la covarianza entre ellos es igual a cero.
    • No existe autocorrelación serial entre los
      distintos valores del
      término de error estocástico, es decir, los
      distintos valores de
      (Ut) son independientes entre sí. Es decir,
      el término de perturbación asociado a alguna
      observación no está influenciado
      por el término de perturbación asociado a
      cualquier otra observación.
    • Existe homocedasticidad o igual varianza para todos
      los valores
      de (Ut).

    Para una mejor comprensión de la importancia de
    estos supuestos, obsérvese que la ecuación
    Yt = B1Xt + B0 +
    Ut indica que Yt depende tanto de
    Xt como de Ut. Por tanto, mientras no se
    especifique la forma cómo se generan Xt y
    Ut no se puede hacer ninguna inferencia estadística sobre Yt, ni sobre
    B1. En consecuencia los supuestos sobre la variable
    Xt y el término de perturbación
    Ut son fundamentales para llevar a cabo una
    interpretación válida de las estimaciones de la
    regresión.

    2.2.1.3 Pruebas de validación de los
    supuestos básicos

    En esta sección se describirán algunas
    pruebas -al
    igual que algunas formas específicas de aplicarlas-
    utilizadas para verificar la calidad estadística de las regresiones lineales. Es
    decir, se parte del supuesto de que los estadísticos
    básicos que arroja una regresión (r2, t,
    f) no son suficientes para determinar la bondad de ésta y
    que, para el efecto, se requieren otros test, los cuales
    se describen a continuación.

    2.2.1.3.1 Contrastes de
    autocorrelacion

    Existe autocorrelación cuando el término
    de error de un modelo
    econométrico está correlacionado consigo mismo a
    través del tiempo. Sin embargo, no es preciso que
    Ut esté correlacionado consigo mismo en cada
    dos instantes de tiempo diferente, sino que basta con que la
    autocorrelación se extienda a algunos períodos. En
    otras palabras, no existe autocorrelación entre las
    Ut, cuando la covarianza entre los términos de
    error tiene un valor de cero. Es decir,

    cov (Ui, Uj) = 0, donde, "i" y "j"
    son observaciones diferentes.

    Si no se cumple el supuesto de no
    autocorrelación, B1 estimado no
    presentará varianza mínima, es decir, no
    será eficiente. Para verificar este supuesto, se utiliza
    la "prueba d de Durbin-Watson", cuyo estadístico de
    decisión (d) se define como:

    t = n t = n t = n t =
    n

    d = {å
    (et – et-1)2 } /
    å
    et2 = 2 (1 – å
    et.et-1 / å
    et2)

    t = 2 t = 1 t = 2 t =
    1

    Para aceptar o rechazar el supuesto de
    autocorrelación, el procedimiento
    consiste en hallar el valor de "d" y compararlos con unos
    valores
    críticos definidos ex-ante, acuerdo con el tamaño
    de la muestra y el
    número de variables
    explicativas utilizado. Para hallar estos valores
    críticos (también llamados límites superior
    e inferior) existen unas tablas construídas según
    el nivel de significancia deseado.

    El test
    Durbin-Watson es insuficiente cuando se trata de correr modelos
    dinámicos, o cuando el valor de este estadístico se
    ubica en la zona de indecisión. Por tanto, en este trabajo
    se uitiliza además el test de
    Breush-Godfrey (ver Stewart y Wallis, 1981; Johnston,
    1984).

    Esta prueba también es asintótica,
    distribuída como una Chi2 con los grados de
    libertad dados
    por el número de coeficientes asociados a los residuales;
    es decir, por el orden de correlación serial que se
    contrasta. Así por ejemplo, si el orden es 1, para
    valores de la
    Chi2 mayores a 3.84 la hipótesis nula de no correlación
    serial de orden 1 es rechazada.

    2.2.1.3.2 Supuesto de homocedasticidad (igual
    dispersion)

    Si la varianza de Ut con respecto a
    Xt es constante; esto es: Var (Ut
    /Xt)= s
    2, en muestreos repetidos, en promedio, los
    diferentes B2 estimados serán iguales al
    verdadero B2. Si esto no se cumple, no son
    consistentes, es decir, no convergen a un verdadero valor de
    B2. Los intervalos de confianza de los diferentes
    B2 estimados serán diferentes, como
    consecuencia las pruebas T y F
    posiblemente producirán resultados inexactos.

    El problema fundamental que surge con la
    heterocedasticidad es que si se permite que la varianza
    s
    t2 del término de error sea
    diferente en cada período, entonces el número de
    parámetros a estimar crecería con el número
    de observaciones, pues con cada observación aparece un nuevo
    parámetro.

    La verificación de la homecedasticidad se realiza
    mediante diferentes pruebas o
    contrastes de heterocedasticidad. En los cálculos
    utilizados en este trabajo se recurrirá al test de White, el
    cual consiste en una regresión de los residuales, al
    cuadrado, de la ecuación resultante, sobre el valor
    predicho de la variable dependiente. Este test se
    distribuye asintóticamente como una Chi2 con un
    grado de libertad. Por
    lo tanto, valores del estadístico mayores a 3.84 inducen a
    rechazar la hipótesis nula de existencia de
    homocedasticidad.

    2.2.1.3.3 Supuesto de normalidad

    El test reportado es
    el Jarque-Bera (ver Novales, 1994), basado en los momentos 3 y 4
    de la distribución de los residuales. Se
    distribuye asintóticamente como una Chi2 con
    dos grados de libertad; esto
    significa que los valores
    del test menores a 6
    llevan a rechazar la hipótesis nula de distribución normal del término de
    error; por lo tanto, los estadísticos t y f del modelo son
    válidos para hacer inferencias.

    2.2.1.3.4 Supuesto de la forma funcional
    correcta

    El test utilizado es
    la prueba Reset, la cual constata si es significativa la variable
    dependiente estimada dentro del modelo. Se
    distribuye asintóticamente como una Chi2 con
    los grados de libertad
    iguales al número de potencias de la variable dependiente
    estimada.

    CUADRO No. 2.2

    SINTESIS DE LAS PRUEBAS DE
    VALIDACION

    HIPOTESIS

    PRUEBA

    ACEPTACION

    RECHAZO

     

     

     

     

    Normalidad (residuales)

    Jarque-Bera

    Chi2 (1) <
    6

    Chi2 (1)
    ³
    6

    No correlación serial

    Breush-Godfrey

    Chi2 (1) <
    3.84

    Chi2 (1)
    ³
    3.84

    No correlación serial

    Durbin-Watson

    1.371< DW < 2.029

    2.94 < DW < 4

    0 < DW < 1.06

    Homocedasticidad

    White de Heterocedasticidad

    Chi2 (1) <
    3.84

    Chi2 (1)
    ³
    3.84

    Forma Funcional

    Correcta

    Ramsey Reset

    Chi2 (1) <
    3.84

    Chi2 (1)
    ³
    3.84

    Significancia de variables independ.

    t (student)

    t > 2.131 si n = 15

    t > 2.120 si n = 16

    t > 2.145 si n = 14

    t £ 2.131 si n = 15

    t £ 2.131 si n = 15

    t £ 2.131 si n = 15

    2.2.1.4 Una nota sobre el uso de transformaciones
    logaritmicas

    Los valores históricos de una variable pueden
    mostrar grandes fluctuaciones de un período a otro, lo que
    incide en la tendencia de la serie. A fin de suavizar el
    comportamiento de ésta, es usual expresar las variables en
    logaritmos, en lugar de números enteros. De esta manera,
    si en lugar de correr la regresión

    Yt = B1Xt +
    B0 + Ut se corre LnYt =
    B2LnXt + B1 +
    Ut

    se evita el problema de heterocedasticidad, o
    dispersión desigual de los datos.

    El beneficio de utilizar valores en logaritmos radica en
    que las transformaciones logarítmicas comprimen las
    escalas en las que se miden las variables, reduciendo así
    una diferencia de diez veces a una de dos veces. Por ejemplo, el
    número 80 es diez veces el número 8, pero el Ln 80
    (= 4,3820) es aproximadamente dos veces mayor que el Ln 8 (=
    2,0794). Una ventaja adicional de la transformación
    logarítmica, es que el coeficiente de la pendiente,
    B2, mide la elasticidad de
    Yt con respecto a Xt , es decir, el
    cambio
    porcentual en Yt ante cambios en Xt. Esta
    es una de las razones por las cuales los modelos
    logarítmicos son tan populares en la econometría
    empírica.

    2.3 EL PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION
    FINANCIERA

    Según se anotó en la sección
    precedente, la sensibilidad coyuntural de la firma puede medirse
    en términos físicos o monetarios. Estos
    últimos comprenden aspectos tales como los ingresos, los
    costos, y los
    beneficios; los cuales aparecen en los estados
    financieros anuales rendidos por cada empresa. Es decir,
    estos indicadores de la gestión
    empresarial son de naturaleza contable, lo que supone que su
    método de
    cálculo
    se encuentra definido ex-ante en el sistema de
    contabilidad
    utilizado por cada organización.

    En otras palabras, los estados
    financieros constituyen la expresión numérica y
    simplificada de los resultados obtenidos anualmente por una
    empresa; sin embargo, en sí mismos, carecen de
    explicación, pues los datos que
    registran son el reflejo tanto de las características
    internas de la
    organización -incluído el sistema contable
    utilizado- como de sus interacciones con la actividad
    económica.

    A fin de establecer mediciones homogéneas para la
    sensibilidad coyuntural de diferentes empresas, se hace necesario
    -por consiguiente- analizar y reclasificar algunas cuentas de los
    estados
    financieros correspondientes a las empresas incluídas
    en la muestra. Este
    procedimiento
    se hace tanto más indispensable cuanto que la partida de
    utilidades o beneficios aparenta ser la más indicada para
    reflejar el desempeño logrado por una empresa y, por lo
    tanto, la más apropiada para comparar con la evolución coyuntural de la actividad
    económica agregada.

    Sin embargo, las utilidades empresariales pueden tener
    distintos orígenes: unas se encuentran ligadas a la
    operación específica de la
    organización; otras se generan en la
    realización de transacciones ajenas a la función
    productiva, como la liquidación de activos
    físicos y los ingresos por inversiones
    financieras. Finalmente, existen otras de carácter
    puramente contable, derivadas de
    cambios en la normatividad legal o en los criterios del contador
    de la firma. Una breve descripción de cada una de ellas,
    pondrá de relieve la
    necesidad de someter dicha cuenta a una depuración
    contable.

    2.3.1 LAS UTILIDADES OPERACIONALES

    De acuerdo con la teoría
    microeconómica, las firmas son agentes económicos
    maximizadores de beneficios, para lo cual adquieren recursos
    destinados a ser transformados en productos que
    se ofrecerán en el mercado. Sin
    embargo, bajo un criterio contable, los recursos se
    denominan activos y algunos
    de ellos pueden no ser susceptibles de transformación
    productiva, lo que permite clasificarlos en dos grupos: activos
    operativos y activos de
    inversión.

    Los primeros son aquellos que la empresa transforma
    permanentemente en el desarrollo de
    su objeto social principal. Los ingresos que producen se miden e
    identifican en el estado de
    resultados como el saldo de los flujos monetarios, favorables
    y desfavorables, comprometidos en la operación. El valor
    neto que resulta de la diferencia de estas corrientes se llama
    utilidad
    operativa.

    Los activos de
    inversión son los empleados para las
    actividades que no hacen parte del objeto social de la
    compañía, y las corrientes monetarias que generan
    dependen de la naturaleza del activo en cuestión. Se
    agrupan en: préstamos hechos por la empresa, inversiones
    temporales y permanentes, y bienes entregados en arrendamiento.
    Los ingresos que estos activos generan
    pueden identificarse en el estado de
    resultados como intereses, dividendos, participaciones y
    arrendamientos.

    Para efectos del análisis de la sensibilidad
    coyuntural de una empresa, sólo son relievantes las
    utilidades derivadas de las
    operaciones
    propias, en las cuales se reflejan directamente las fluctuaciones
    de la economía sobre la actividad específica de la
    firma. Es decir, los beneficios operacionales constituyen una
    expresión sintética de la evolución reciente de las actividades
    empresariales y, por tanto, involucran el comportamiento general
    de la actividad económica, en la medida en que constituyen
    el ambiente en el
    cual se desenvuelve el negocio de la
    compañía.

    2.3.2 LAS UTILIDADES NO OPERACIONALES

    En este item se agrupan tres categorías: las
    provenientes de normas contables,
    las obtenidas con la inversión financiera de utilidades
    operativas y las derivadas de la
    liquidación de activos
    físicos.

    2.3.2.1 Las utilidades contables

    Hasta el año de 1.992 y de conformidad con el
    decreto 2160/86, la única base de valuación posible
    de aplicar en Colombia, para
    efectos contables y tributarios, era la del costo
    historíco, definido como la cantidad de unidades
    monetarias erogadas en efectivo (o su equivalente) en el momento
    de la adquisición de un bien o un servicio. Este
    criterio contable asumía la prevalencia en el tiempo de
    ese valor primigenio y hacía caso omiso del proceso
    inflacionario y se utilizaba principalmente como fuente de
    información externa, más que para la
    toma de
    decisiones, dado que la inflación colombiana se ha
    mantenido, en promedio, durante las dos últimas
    décadas, por encima del 20% anual.

    La nueva normatividad reconoce que el costo
    histórico, en la mayoría de los casos, no es una
    base suficiente y -en consecuencia- da relevancia a la
    valuación como una norma básica que debe incluir
    otras bases diferentes para medir el desempeño de las
    organizaciones. Ellas son:

    • Costo
      histórico ajustado por inflación.
    • Valor actual o de reposición: representa el
      importe en efectivo que se consumiría para reponer un
      activo o se requeriría para liquidar una
      obligación, en el momento actual.
    • Valor de realización o de mercado:
      Representa el importe en efectivo, o en su equivalente, en que
      se espera sea convertido un activo, o liquidado un pasivo, en
      el curso normal de los negocios.
    • Valor presente o descontado: Representa el importe
      actual de las entradas o salidas netas en efectivo, o en su
      equivalente, que generaría un activo o un pasivo, una
      vez hecho el descuento de su valor futuro a la tasa
      pactada.

    Para la rendición de cuentas que deben
    hacer los administradores, la legislación hace clara
    diferencia entre los usuarios que requieren información general y usuarios que
    necesitan información específica. Para los
    usuarios generales la base que se debe utilizar es la del
    costo
    histórico ajustado por inflación y -por lo tanto-
    fija las estimaciones y mediciones que van a establecer las
    utilidades contables distribuíbles a socios. Por otra
    parte, para los usuarios con necesidades de información específica, la gerencia
    está en obligación de medirla y presentarla de
    acuerdo con la base específica demandada. Cabe anotar,
    que, conforme a la ley el sistema de
    información general constituye el parámetro
    aplicable por quienes evalúan la gestión
    gerencial.

    Puede concluirse que -al utilizar bases diferentes- los
    resultados deben ser disímiles. La razonabilidad de la
    información depende entonces del tipo y
    naturaleza del análisis y de las decisiones que se vayan a
    tomar. Los resultados de las operaciones que
    presentan las organizaciones
    son susceptibles de medición con cada una de las bases y
    por lo tanto la utilización de una sola de ellas no
    contiene la verdad absoluta. Esta dependerá de la óptica
    desde la cual se esté analizando y evaluando el
    desempeño económico.

    El sistema de ajustes persigue como objetivo que
    los empresarios financien los activos no
    monetarios con capital y
    pasivos no monetarios, de tal manera que -si este equilibrio se
    logra- al ajustar por el indice general de precios unos y
    otros el efecto inflacionario se neutraliza. De lo contrario, si
    el ajuste por inflación -que resulta de aplicar el indice
    de precios a los
    activos no
    monetarios- es mayor que el ajuste al capital y
    pasivos no monetarios habrá una utilidad por
    exposición a la inflación susceptible de ser
    gravada con la tasa de impuestos y
    también de ser distribuída en
    dividendos.

    Pero si el efecto del ajuste es al contrario,
    éste se reflejará en el estado de
    resultados como una pérdida por exposición a la
    inflación, que al deducirse de las utilidades contables
    generará un ahorro en los
    impuestos. Ha
    de concluirse, entonces, que las empresas que más
    fortaleza presenten en su estructura
    patrimonial, se beneficiarán con ahorros en impuestos; y
    aquellas que presenten una estructura
    débil, contabilizarán una utilidad por
    inflación que -sumadas a las otras utilidades generadas
    por el negocio- incrementarán sus indices de rentabilidad.

    Puede anticiparse, que la utilidad neta
    proveniente de diferentes actividades y eventos
    económicos, tiene componentes dignos de ser analizados y
    evaluados antes de elaborar el proyecto de
    distribución de utilidades, pues en el caso
    concreto de
    las utilidades inflacionarias de ninguna manera deben ser
    susceptibles de distribución; de hacerlo se corre el
    riesgo de
    anticipar la liquidación de activos en
    efectivo por un evento que no lo genera.

    2.3.2.2 Las utilidades por liquidación de
    activos físicos

    Estos beneficios son ingresos provenientes de
    reconversión tecnológica. Las utilidades se
    producen cuando la venta de los
    activos usados se contabiliza por su valor de reposición,
    es decir, por el costo de
    adquirilos nuevos. Dado que este precio es
    superior al registrado en libros,
    aparece una utilidad de
    carácter estrictamente contable, derivada de la venta de bienes,
    la cual también es susceptible de ser distribuída
    entre los accionistas, proceso que no debe realizarse, pues
    sólo las utilidades que incrementan realmente la corriente
    de efectivo son susceptibles económicamente de reparto en
    forma de dividendos. Las utilidades no susceptibles de fortalecer
    la caja deben retenerse en el negocio, pues de distribuirse
    consumen efectivo y deterioran la líquidez del
    ente.

    2.3.3 LOS INGRESOS OPERACIONALES

    Este término designa los flujos monetarios brutos
    que recibe una empresa durante un periodo determinado, como
    resultado de las ventas de
    bienes y servicios que
    realiza en función del desarrollo de
    su actividad principal. La selección de esta cuenta como
    indicador de la sensibilidad coyuntural de una organización puede resultar adecuado con
    las utilidades operacionales constituyen sólo una
    fracción pequeña de las utilidades totales; es
    decir, cuando predominan los beneficios provenientes de otras
    inversiones,
    ajenas a la naturaleza propia de la empresa, o de carácter
    exclusivamente contable.

    Sin embargo, como se verá en el capítulo
    siguiente, la escogencia del indicador de sensibilidad coyuntural
    puede también responder a un criterio más
    operativo, de carácter econométrico, consistente en
    identificar el mejor ajuste para determinar el ciclo de
    referencia más adecuado para una actividad empresarial
    concreta.

    2.4 MARCO ANALITICO PARA LAS SINOPSIS DE LOS
    INFORMES
    ANUALES DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS

    Para efectos de analizar la política coyuntural
    de una empresa, una de las herramientas
    más adecuadas, está constituída por los
    Informes
    Anuales presentados por las Juntas Directivas a las asambleas
    generales de socios, específicamente el apartado dedicado
    al análisis y explicación del desempeño
    alcanzado en el respectivo período. Su lectura
    permite obtener, entonces, una visión global de los
    comportamientos registrados tanto por la empresa como por la
    economía, al igual que del entorno estructural en el cual
    se desenvuelve la empresa y las emprendidas por los directivos
    para hacer frente a la coyuntura del año.

    El tratamiento de esta información se hizo de la siguiente manera:
    se hizo una lectura
    cuidadosa de todos y cada uno de los informes
    correspondientes a las empresas de la muestra
    seleccionada, para el período 1980 a 1995. Con base en
    esta lectura se
    procede a la identificación de aspectos comunes a la gran
    mayoría de informes a fin
    de proceder a una selección de datos y au
    tabulación de los mismos. La síntesis de estos
    análisis se consigna en cuadros anualizados y segregados
    según la información que proporcionen. Cada matriz se
    elabora asignando las columnas para los períodos
    (años) y las filas para los datos que se
    quieren destacar. En general, se constata la preocupación
    de las Juntas Directivas por resaltar aspectos como la política
    económica, las variaciones en las ventas,
    costos, y utilidades; los cambios en términos de materias
    primas y/o tecnología; la
    relaciones
    laborales y el balance social alcanzado.

    Dado que la información obtenida inicialmente es muy
    extensa e incompleta, pues no todas las empresas siguen el mismo
    modelo para la elaboración de su análisis, e
    inclusive, en una misma firma se presentan modificaciones de un
    año a otro, es necesario realizar una segunda
    depuración, a fin de registrar sólo la
    información más sistemática y relievante
    para el curso de la investigación, eliminando datos o
    situaciones que no presenten una continuidad, que se suministran
    sólo en algunos años, que no permiten hacer
    inferencias o que no fueron determinantes en el comportamiento
    económico obtenido por la firma en ese año. Se
    busca, por tanto, la obtención de datos que permitan
    explicar los resultados alcanzados en el período del
    informe.

    Durante la lectura de
    estos informes
    anuales, se verificó siempre la existencia de una
    preocupación por mostrar que se había realizado la
    mejor gesitón posible, y que si el desempeño de la
    firma no era el óptimo (por ejemplo, si se habían
    reducido las ventas o las
    utilidades, o ambas), la razón radicaba en factores
    externos a la compañía, y en ningún caso en
    la responsabilidad de la dirección.

    2.4.1 DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES CONSIGNADAS
    EN LAS MATRICES
    CUALITATIVAS

    Una vez realizada la labor de depuración de la
    información contenida en los análisis que las
    Juntas Directivas agregan a los estados
    financieros anuales, se llegó a la elaboración
    de unos cuadros resúmenes (ver anexos) cuyas variables
    cualitativas se describen a continuación.

    2.4.1.1 Entorno económico

    Corresponde a la visión de la dirección de la empresa sobre la
    situación global de le economía en el periodo
    tratado; comprende la descripción de los problemas
    macroeconómicos y del comportamiento sectorial. Entre los
    temas abordados con más frecuencia se encuentran: el
    manejo de la política cambiaria,
    el comportamiento de la competencia, la
    inflación, el costo del
    dinero, el
    manejo de impuestos y las
    decisiones gubernamentales específicas que afectan al
    sector o a la empresa.

    Los directivos empresariales están muy pendientes
    de las decisiones de política
    económica, especialmente aquellas que los puedan
    afectar, y -por supuesto- sientan su voz de protesta ante las
    medidas que no los favorecen; pero también destacan
    aquellas situaciones en las que el gobierno de
    alguna manera apoya su sector, por ejemplo, con controles sobre
    el contrabando o con una reducción de impuestos que los
    coloquen en situaciones ventajosas.

    2.4.1.2 Ventas

    Las Juntas Directivas acostumbran consignar, al inicio
    de su informe, la
    evolución de los ingresos brutos de la
    respectiva empresa o de sus ventas
    físicas (unidades vendidas) y haciendo énfasis en
    su variación con respecto al período anterior.
    Algunas empresas manejan su cifra de ventas por el
    volumen total
    de su producto
    vendido, mientras otras sólo se refieren a la cantidad de
    dinero
    transado, y, en algunos casos, dan claridad en si se trata de
    productos
    vendidos en el mercado interno o
    si son cifras provenientes de la exportación. Resulta de gran importancia la
    información sobre la cantidad de unidades vendidas, pues
    da cuenta del crecimiento real de la empresa, pero no se
    encontró consistencia en la presentación de dichas
    cifras. En el estado de
    resultados, aparece la cifra sobre el valor de las ventas, y
    si bien esta se puede deflactar, no es exactamente equivalente al
    número de unidades vendidas, pues la deflactación
    genera valores en términos de un año
    base.

    2.4.1.3 Materia Prima

    Esta sección sintetiza la información
    sobre variaciones en precios,
    cantidades y calidades de los diferentes insumos de las
    compañías. Es de gran importancia lo sucedido en
    esta área, pues determina la estructura de
    costos de cada firma. En este sentido, en los informes se
    atribuye un papel
    predominante a la política
    agrícola y al impulso que algunas compañías
    realizan en pro de sus proveedores de
    materia prima,
    en algunos casos favoreciendo las actividades de investigación; en otros, con la mejora de
    cultivos o con apoyo tecnológico, lo que a futuro genera
    una mejor calidad de los
    productos y
    una reducción de sus costos al contar con abundante
    abastecimiento.

    El efecto sobre los insumos importados, que está
    relacionado con el manejo de las políticas
    macroeconómicas, es también resaltado, pues la
    ineficiencia es enorme al evaluar el costo final de
    los productos. Se
    nota una dependencia por los insumos importados, jugando un gran
    papel dentro
    de este item, el manejo que se dé a la tasa de cambio y a las
    relaciones que se tengan con los países que suministran
    los insumos.

    Los empresarios dejan ver su preocupación por el
    manejo de la materia prima,
    buscando obtener los mejores costos posibles, una excelente
    calidad y la
    oportuna consecución de los mismos.

    2.4.1.4 Costos

    En algunas empresas se presenta el manejo de sus costos
    como un apartado dentro del informe, pues
    tratan de destacar los esfuerzos en que incurren para controlar
    costos exagerados, presentándolos como éxitos de la
    administración. Mencionan mejoras en
    procesos,
    mayor rendimiento de su personal, y
    consecución de créditos con bajos intereses, entre
    otros.

    2.4.1.5 Laboral

    Esta sección registra la información sobre
    el manejo de las relaciones; se hace hincapiée en el
    mejoramiento del clima laboral interno y
    de la calidad de
    vida de los empleados. Estas consideraciones son importantes
    debido a la gran influencia que hoy en día se atribuye al
    recurso humano en el desarrollo de
    la empresa. Los informes
    destacan la firma de convenciones colectivas, la
    realización de programas de
    educación,
    vivienda, recreación y cultura y de
    apoyo a la familia del
    trabajador, así como el desarrollo de
    planes de calidad total,
    implementación de nuevas teorías dentro de la
    administración, las cuales se espera que
    redunden en el buen desempeño de la
    organización. Se observa dentro de esta
    sección, el interés de
    la empresa por tener una mano de obra cada vez más
    calificada, mejorando así el proceso
    productivo.

    2.4.1.6 Tecnología

    Dentro de este Item están consignadas todas las
    acciones a
    nivel de mejoramiento técnico de la empresa, tales como
    adquisición de maquinaria y equipo nuevo,
    tecnificación y mejoramiento de la maquinaria existente,
    la importación de nuevos elementos tecnológicos, la
    contratación de firmas especializadas para
    modernización y mejoramiento de la planta; todo lo cual
    permite obtener una mejor información y una visión
    global de la estructura de
    la planta de la empresa, sus condiciones técnicas de
    producción y su capacidad de mejoramiento
    continuo.

    Se deben tener en cuenta los efectos que sobre este
    capítulo ejerció la apertura económica
    implementada en nuestro país, pues algunas empresas dejan
    ver su afán por modernizar sus equipos, viviendo luego en
    otros periodos los beneficios logrados por aprovechar esta
    situación.

    2.4.1.7 Filiales y subsidiarias

    Ocupa gran parte del informe el
    comportamiento que tienen las empresas filiales y subsidiarias,
    analizando, en casi cada una de ellas, las mismas situaciones que
    se han mencionado antes, realizando una visión general
    sobre la empresa, y dando énfasis a las ventas (exportaciones),
    las utilidades, su crecimiento, los problemas
    laborales y su comportamiento dentro del sector.

    Cabe anotar que muchas empresas obtienen una alta
    participación dentro de sus utilidades por parte de estas
    compañías, que en la mayoría de los casos se
    tratan de inversiones en
    otros sectores diferentes a los cuales esta dedicada, aunque en
    otros son empresas paralelas que proporcionan materiales
    para la "matriz" , es
    de gran importancia mostrar en los cuadros cual es el fin de la
    empresa filial y la participación que tiene en sus
    principal.

    CAPITULO TERCERO

    ANALISIS DE

    CASOS:

    ARGOS S.A.

    Hacer frente a los cambios en su entorno constituye un
    compromiso ineludible para las diversas organizaciones
    empresariales. Al menos así se desprende de la lectura de
    los informes que
    las Juntas Directivas rinden anualmente a sus Asambleas de
    Accionistas, en los cuales se incluye siempre alguna
    reflexión acerca del desempeño reciente de las
    distintas variables macroeconómicas.

    Sin embargo, en la mayoría de los informes, la
    referencia al comportamiento del entorno económico no
    profundiza ni los determinantes de éste ni en las
    relaciones del desempeño empresarial con la actividad
    económica agregada. Este último aspecto es el que
    se quiere profundizar en este capítulo para el caso de la
    empresa de cementos Argos, S.A.. Para el efecto, se
    analizará el entorno específico, es decir, la
    actividad constructora como mercado natural,
    se definirá el ciclo de referencia para la empresa y se
    examinarán algunos indicadores
    financieros.

    3.1 EL ENTORNO SECTORIAL

    La producción de cemento y
    concreto se
    encuentra destinada a servir de insumo fundamental a la industria de
    la construcción; de esta manera, la suerte de
    las empresas cementeras se encuentra condicionada por el
    desempeño de las obras públicas y de la
    edificación privada; es decir, depende de la
    ejecución de proyectos de
    infraestructura y del desarrollo de
    las actividades urbanizadoras.

    Pero los dos componentes de la actividad constructora
    -obras públicas y edificación privada- no tienen
    igual importancia ni igual dinámica en la economía nacional. En
    efecto, considerada como un sector integrante del PIB, durante
    el período 1971-1995, el valor final de los bienes totales
    generados por la construcción ha constituído
    alrededor del 3.5% del PIB, el cual resulta bajo comparado con
    las contribuciones sectoriales de la industria
    manufacturera (21.6%), la actividad agropecuaria (22.4), el
    comercio
    (12.4%) y los servicios
    financieros (14.4%). Entre los sectores productivos, el aporte de
    la construcción al PIB sólo supera al
    de la minería,
    que registra un 2.7% en promedio para el mismo período,
    pero durante los años 90 se ha revertido esta
    relación ya que la minería ha
    oscilado alrededor del 4.2% y la construcción sobre el 3.1%.

    En cuanto a la importancia relativa de cada uno de los
    componentes de la actividad constructora, en el Plan de
    Economía Social
    (DNP, 1987) se senaló que, en
    promedio, las obras públicas constituyen el 63% del total
    de la actividad sectorial y que el 37% restante corresponde a las
    edificaciones; dentro de estas últimas, la
    participación de las viviendas correspondería al
    85%. Esta estructura
    porcentual se habría conservado durante los últimos
    años.

    Por otra parte, respecto a los determinantes del ritmo
    de crecimiento de la construcción, existen claras discrepancias
    entre distintos analistas, pues mientras algunos (Giraldo y
    Cortés, 1994) afirman que es una actividad caracterizada
    por un dinamismo interno, a partir del cual genera sus propios
    ciclos (en especial, la edificación urbana); otros
    (Junguito, López et al., 1995) consideran que son factores
    exógenos los que determinan sus fluctuaciones y aún
    hay otros (Valderrama,1988) que definen a la actividad
    constructora como un sector anticíclico, propicio para ser
    utilizado como reactivador de la economía.

    Debe precisarse que los dos primeros análisis
    consideran las licencias de edificación aprobadas como el
    indicador sectorial, y por tanto como la variable dependiente,
    mientras que el estudio del DNP relaciona la evolución del sector en su conjunto -obras
    públicas y edificación privada- con el
    desenvolvimiento del producto interno
    bruto.

    3.1.1 La ciclicidad de la actividad
    constructora

    Según se definió en el capítulo
    precedente, la relación existente entre un sector
    específico y la dinámica de la economía en
    su conjunto se puede establecer con base en el valor del
    coeficiente de la variable exógena que resulte de una
    regresión lineal, donde el PIB tiene este carácter
    de variable independiente. Para efectos de esta investigación, se corrieron tres
    regresiones lineales entre el sector de la construcción y el PIB, con base en los valores
    logarítmicos de sus producciones reales, para el
    período 1970-1995.

    La primera consideró una relación
    contemporánea de ambas variables; la segunda hizo depender
    el valor actual de la construcción de los valores
    precedentes alcanzados por el PIB y la misma actividad actividad
    constructora, ambos rezagados un período; la tercera
    estimación consistió en eliminar el término
    independiente en el primer modelo obtenido. Los resultados fueron
    los siguientes:

    Ct = – 2.96 + 0.94 PIBt con:
    r2 = 0.87, t = 12.78 y Dw = 0.56 (3.1)

    Ct = -0.70 + 0.25 PIBt-1 + 0.71
    Ct-1 con: r2 = 0.93, t = 1.75 y Dw =
    1.717 (3.2)

    Ct= 0.47 PIBt con: r2
    = 0.65, t = 82.8 y Dw = 0.21 (3.3)

    La calidad de las
    regresiones obtenidas fue examinada mediante la aplicación
    de cuatro pruebas:
    correlación serial, normalidad, heterocedasticidad y forma
    funcional. Los resultados permitieron descartar las ecuaciones 3.1
    y 3.3, y aceptar la 3.2 que cumplió todas las exigencias
    de calidad estadística, como aparece en el cuadro
    siguiente.

    CUADRO No. 3.1

    DETERMINANTES DE LA CONSTRUCION EN
    COLOMBIA 1970 –
    1995

    ESTADISTICOS DEL MODELO

    DIAGNOSTICOS

    MODELO

     

    Ct = -0.70 + 0.25 PIBt-1 +
    0.71 Ct-1

    Correlacion serial, Chi2 (2)

    0.77

    Normalidad, Chi2 (2)

    1.55

    Heterocedasticidad, Chi2 (1)

    1.79

    Forma funcional, Chi2 (1)

    0.093

    De acuerdo con el modelo, puede afirmarse entonces que
    la actividad constructora, definida como el agregado de las
    inversiones en
    obras públicas y en edificación privada, tiene un
    comportamiento muy débilmente procíclico,
    según el valor del coeficiente de la variable
    PIBt-1 y el hecho de que esta variable se encuentra
    rezagada. Pero además debe tenerse en cuenta que la
    primera regresión -en la cual se incluyó el
    PIBt como variable independiente- no cumplió
    con todos los diagnósticos de calidad, pues
    presentó problemas de
    autocorrelación y de forma funcional.

    En síntesis, teniendo en cuenta que los
    coeficientes en la regresión representan elasticidades,
    dada la transformación logarítmica previa de las
    series originales, puede afirmarse que el sector de la
    construcción es débilmente procíclico. Esto
    significa que un incremento de un punto porcentual en el PIB en
    un año determinado genera un crecimiento de la actividad
    constructora durante el período siguiente, pero
    equivalente a sólo una cuarta parte de ese punto
    porcentual de aumento del PIB en el año anterior,
    manteniéndose todo lo demás constante.

    Por otra parte, en cuanto a la calidad del
    ajuste alcanzado -entre valores históricos y estimados de
    la variable construcción- el gráfico siguiente
    ratifica la validez del modelo construído.

    Por último, conviene señalar que las
    características del modelo presentado en este ejercicio,
    sugieren que el calificativo de anticíclico -dado por
    Planeación Nacional al sector de la
    construcción- merece una exploración
    econométrica mayor. En efecto, el trabajo de
    Valderrama (1988) -basado en la graficación
    simultánea de las tasas de crecimiento trimestral
    alcanzadas tanto por la economía en su conjunto (PIB) como
    por diversos sectores- definió como sectores
    procíclicos a los que registran alguna simetría
    gráfica con las variaciones del PIB trimestral; y
    anticíclicos a los que presentan un comportamiento opuesto
    a la dirección que lleva el ciclo de la
    economía. En esta última categoría se
    encontrarían los sectores de la minería y
    de la construcción, mientras que en la primera sobresalen
    la agricultura y
    la industria
    manufacturera; sin embargo, el análisis gráfico no
    aparece acompañado por otro de carácter
    econométrico que defina relaciones entre variables y
    permita evaluar las conclusiones sobre las simetrías y
    asimetrías gráficas.

    3.1.2 La ciclicidad de la actividad
    edificadora

    Como se dijo antes, existen discrepancias entre
    distintos analistas acerca de los determinantes del ciclo de la
    edificación urbana. En este apartado se hará
    referencia a dos trabajos recientes, uno de ellos publicado en la
    Revista
    Camacol (1994) y otro aparecido en la Revista del
    Banco de la
    República (1995).

    3.1.2.1 "Los ciclos de la edificación en
    Colombia 1950
    -1993. Otra mirada"

    Bajo este título Fabio Giraldo Isaza y Juan
    Carlos Cortés Cely publicaron en la Revista
    Camacol No. 60 (septiembre de 1994), un ensayo
    teórico y empírico sobre la ciclicidad de la
    edificación en Colombia. En este
    último aspecto, utilizaron la información sobre
    metros cuadrados de licencias de construcción en 56
    ciudades de Colombia, para el
    período 1950 -1993, y corrieron tres regresiones lineales
    univariables, es decir, considerando el tiempo como la variable
    independiente. Los resultados alcanzados fueron:

    Yt (50-93) = 815400.86 +208316.75t
    (3.4)

    Dado que la gráfica correspondiente a los datos
    históricos y ajustados del modelo anterior permitía
    deducir dos grandes subperíodos, los autores decidieron
    considerar dos subperíodos:

    Yt (50-71) = 1522775 +
    152893.94t (3.5)

    Yt (72-93) = – 2393231.2 +
    302006.9t (3.6)

    Finalmente, mediante una gráfica de los residuos
    correspondientes a la ecuación de todo el período,
    establecieron que, entre 1950 y 1993, actividad edificadora en
    Colombia
    habría pasado por nueve ciclos, cada uno de ellos con una
    duración promedia de 4.5 años, y caracterizados
    porque "un aumento en los metros licenciados hoy, conlleva una
    dinámica significativa en el siguiente año, una
    disminución no significativa dos años
    después y otra, esa sí muy significativa, en el
    cuarto año.

    En otras palabras, el ciclo completo de la
    edificación -medido de pico a pico- tiene una
    duración aproximada de 5 años, aunque
    también hay evidencia de que éste en condiciones
    favorables para el sector puede ser de sólo 4 años.
    En ambos casos, se puede concluír que el ciclo completo
    está compuesto por dos o tres períodos recesivos y
    otros dos de recuperación".

    El modelo propuesto por Giraldo y Cortés supone,
    además, la existencia de una tendencia
    determinística alrededor de la cual se producen
    desviaciones no aleatorias, sino fuertemente encadenadas entre
    sí (autocorrelacionadas). Es decir, no serían
    fenómenos exógenos y estocásticos los que
    producirían los ciclos de la actividad constructora, sino
    factores endógenos y dependientes de sus valores
    precedentes.

    Sin embargo, la lectura de
    las explicaciones -dadas por los propios autores- sobre los
    ciclos identificados en su trabajo, no corrobora la
    interpretación teórica anterior, pues hace
    más énfasis en factores exógenos como la
    dinámica del Sistema Upac y la acción gubernamental
    -cambios en la política
    macroeconómica o en la política de vivienda-
    que en los efectos rezagados de una expansión de la
    actividad edificadora en un momento determinado.

    3.1.2.2 "La edificación y la política
    macroeconómica"

    Este es el título del artículo de Roberto
    Junguito y otros aparecido en la Revista del
    Banco de la
    República de noviembre de 1995, el cual pretende
    identificar los determinantes económicos de la
    edificación y explicar el auge registrado en la
    construcción en el último quinquenio. Para el
    efecto -mediante el uso de la metodología propuesta por Hodrick y
    Prescott, la cual utiliza transformaciones exponenciales de los
    datos históricos, en lugar de operar con
    logarítmos- descomponen la serie temporal (1950-1994) de
    las licencias de construcción en tendencia y componente
    cíclico.

    Los resultados les permiten afirmar que que, salvo en
    períodos seleccionados como 1974-1984, las oscilaciones
    observadas en la actividad constructora no han tenido la misma
    frecuencia y amplitud; es decir, que la serie considerada no es
    cíclica en el sentido definido por Giraldo y
    Cortés: "una serie de tiempo es cíclica cuando la
    secuencia de aumento y disminución de su valor se repite
    con alguna frecuencia en el tiempo".

    En cuanto a los determinantes de las oscilaciones, los
    investigadores del Banco sostienen
    que el comportamiento cíclico de la actividad -durante el
    período de estudio- pudo haber sido motivado por factores
    exógenos y de política
    económica, como el crecimiento de la economía
    colombiana, la disponibilidad de financiamiento
    para la construcción y el comportamiento de la tasa real
    de cambio.

    La hipótesis anterior fue puesta a prueba
    mediante un modelo de ajuste parcial utilizado para explicar el
    comportamiento de las licencias y de los préstamos totales
    para la edificación, con 59 datos entre 1980 y 1994. En
    primera instancia, se generó una ecuación que
    explica el comportamiento de los préstamos totales a la
    construcción en función de la liquidez general de
    la economía, medida por M3 -suma de efectivo y
    pasivos sujetos a encaje-, y la tasa de interés,
    medida con la tasa de interés
    del CDT. Se agregó una variable Dummy para registrar el
    cambio
    estructural que se dió en ese período debido a
    cambios importantes en la oferta de
    activos financieros. El modelo resultante fue el
    siguiente:

    LPRESR1 = 0.50 LM3R – O.30 LCDT + 0.23 DUMMY + 0.37
    LPRESR1 (-1) (3.7)

    R2 = 0.80

    Donde

    L PRESRI = Logaritmo de los niveles de
    préstamos

    LM 3 R = Logaritmo de M3

    LCDT = Logaritmo de los CDT

    DUMMYA = Variable DUMMY

    LPRESR1 (-1) = Logaritmo de los niveles de
    préstamos rezagados un período.

    Al resultar todas las variables estadísticamente
    significativas, el modelo permite afirmar que el 80% de la
    variabilidad del volumen de
    recursos
    dirigidos a la construcción ha dependido -entre 1980 y
    1994- directamente del grado de liquidez de la economía e
    inversamente de la tasa de interés.

    Los mismos autores modelaron el comportamiento de las
    licencias de construcción en función del PIB, el
    índice de tipo de cambio
    real y el nivel de préstamos otorgados. La
    especificación lograda fue la siguiente:

    L CONST = 0,79 LPIBK – 0,32 LITCR + 0,27 LPRES1F
    (3.8)

    0,24 LCONST (-1)

    R2 = 0,67

    Donde:

    L CONST: Logaritmo del nivel de licencias de
    construcción

    L PIBK : Logaritmo del PIB

    LITCR : Logaritmo del índice de tipo de cambio
    real

    L PRESR1F: Nivel de préstamos otorgados,
    proyectados con la ecuación 1

    Los resultados señalan que el 67% de las
    variaciones del nivel de licencias de construcción son
    explicadas positivamente por el PIB, el nivel de préstamos
    para la construcción y las licencias otorgadas en el
    período inmediatamente anterior. Y negativamente por el
    tipo de cambio
    real, que no es otra cosa que el precio
    relativo de los bienes transables y no transables
    internacionalmente; es decir, que las revaluaciones favorecen el
    crecimiento de la construcción urbana y las devaluaciones
    la desestimulan.

    De acuerdo con el valor del coeficiente del logaritmo
    del PIB en este modelo, 0.79, la edificación urbana
    -medida a través de la cantidad de metros cuadrados
    comprendidos en las licencias aprobadas- sería
    débilmente procíclica.

    3.1.3 Síntesis sobre la ciclicidad
    sectorial

    Por su articulación insumo-producto, la
    actividad constructora constituye el entorno sectorial
    básico de la producción de cemento; sin
    embargo, la construcción en sí misma no es
    homogénea, pues resulta de la agregación de dos
    grandes actividades económicas: las obras públicas
    y la edificación urbana. El crecimiento de las primeras ha
    estado
    determinado por el cumplimiento de los planes de desarrollo y
    las limitaciones fiscales para realizar proyectos de
    inversión.

    Por su parte, el desarrollo de la edificación
    urbana ha dependido tanto de los programas
    gubernamentales de construcción de vivienda como de las
    condiciones del mercado privado. Pero estas últimas, a su
    vez, han fluctuado a tono con los cambios en el mercado
    financiero y el crecimiento exógeno del ingreso nacional,
    según el modelo propuesto por los funcionarios del
    Banco de la
    República.

    Estas características explican las aciclicidades
    -respecto al PIB- detectadas tanto para el sector de la
    construcción como para la edificación de vivienda.
    En efecto, el mayor peso relativo de las obras públicas en
    la actividad constructora -unido a la irregularidad de su
    desarrollo- explican el carácter acíclico de este
    sector, pues sus fluctuaciones no están asociadas al
    crecimiento
    económico general sino a la ejecución de
    programas de
    inversión, lo que depende de las
    prioridades de la política
    económica de turno.

    Por su parte, el examen aislado de la edificación
    urbana -el componente de menor importancia relativa en el sector
    de la construcción- demostró que esta actividad se
    encuentra determinada principalmente por factores exógenos
    a sí misma y al crecimiento del PIB, el cual sólo
    influye en la dinámica de la urbanización de manera
    secundaria, de acuerdo con el valor de la elasticidad
    hallada: 0.79.

    Estos resultados serán considerados en la
    sección siguiente, al examinar la ciclidad de la
    producción de cemento y
    concreto por
    parte de la empresa Argos S.A..

    3.2 CARACTERISTICAS CICLICAS Y COYUNTURALES DE
    ARGOS

    Examinar la ciclicidad y la sensibilidad coyuntural de
    una empresa implica la selección y análisis de dos
    elementos básicos: la variable indicativa del
    desempeño empresarial y la variable exógena,
    explicativa de las fluctuaciones de la primera. Por
    definición, esta última debería ser el ciclo
    económico mismo, es decir, las tasas de crecimiento del
    PIB real; sin embargo, en el caso de subsectores que participan
    en una gran rama -como lo es la producción de cemento y
    concreto para
    la industria de
    la construcción- su relación con el PIB está
    afectada por el tipo de articulación existente entre la
    rama en que participa y el PIB.

    De acuerdo con la concepción económica de
    la firma -como una unidad maximizadora de beneficios-, la
    variable más adecuada para medir el desempeño
    empresarial es el nivel de utilidades anuales; sin embargo, esto
    no significa que las utilidades, por sí mismas, sean el
    indicador más adecuado de la ciclicidad de la empresa. En
    efecto, como se anotó en el capítulo anterior, las
    utilidades pueden clasificarse en operativas (procedentes de la
    actividad productiva específica) y no operativas u
    originadas en inversiones
    financieras o en manejos contables. Para el caso de las empresas
    manufactureras, resulta claro que las segundas no pueden reflejar
    su relación con las fluctuaciones
    económicas.

    Por otra parte, los beneficios o utilidades se definen
    como la diferencia entre ingresos (ventas) y gastos (costos);
    lo que indica que cualquiera de estas dos variables
    también puede constituírse en indicador de la
    ciclicidad. Aún más, en principio los ingresos
    pueden considerarse como la expresión monetaria de la
    demanda
    física y
    ésta, de alguna manera, como un reflejo de la
    dinámica de la actividad económica agregada. En
    otras palabras, más que las utilidades son los ingresos
    realizados cada año la variable más adecuada para
    caracterizar las relaciones de una firma con el ciclo
    económico y, por ende, para evaluar su política
    coyuntural.

    De acuerdo con estas anotaciones y la definición
    del entorno específico, se realizaron diversas pruebas,
    gráficas y econométricas, tendientes al hallazgo
    del ciclo de referencia y de la sensibilidad coyuntural de Argos.
    En este capítulo se describirán las mismas y se
    presentarán las conclusiones alcanzadas.

    3.2.1 Identificación del ciclo de
    referencia

    Como se explicó en el capítulo anterior,
    el concepto de ciclo
    de referencia hace alusión a las relaciones existentes
    entre distintas actividades económicas, la evolución de una de las cuales determina el
    comportamiento de la otra. En general, se acepta que el papel
    dominante le corresponde a la actividad económica
    agregada, es decir, a las fluctuaciones del PIB como indicador
    sintético de dicha actividad.

    Sin embargo, cuando se trata de evaluar actividades
    relativamente pequeñas en relación con el agregado
    de la producción total, el papel del PIB
    (considerado como preponderante por su naturaleza misma) puede
    revelarse insuficiente para explicar las variaciones
    particulares. Este es el caso de la contribución
    específica de una empresa, la cual sólo
    sería importante en el evento de una estructura de
    mercado de monopolio
    natural. Por este motivo, se hace necesario explorar otras
    variables de carácter sectorial -de mayor o menor
    importancia relativa- para establecer el ciclo de referencia de
    una empresa.

    En el caso particular de Argos se consideraron cuatro
    variables exógenas y cuatro indicadores de
    desempeño empresarial. Las primeras fueron: el PIB total
    de la economía, el PIB del sector construcción, los
    metros cuadrados de edificación urbana, según
    licencias aprobadas, y el gasto anual en construcción y en
    edificación, medido a través de la cuenta de
    formación bruta de capital fijo.
    Como indicadores de resultados de la empresa se examinaron: las
    utilidades brutas, las utilidades operacionales, los costos
    operacionales y los ingresos operacionales, todos ellos
    deflactados por el indice de precios al
    productor, sector construcción, con 1990 como año
    base.

    3.2.1.1 Aclaración
    metodológica

    Existe un método
    alternativo para realizar un trabajo econométrico sobre la
    ciclicidad de una variable específica: utilizar un modelo
    del tipo de corrección de errores, basado en el concepto
    de cointegración. Este último representa una
    relación de equilibrio
    entre las diferentes variables examinadas; es decir, una
    relación estable de largo plazo con mecanimos de ajuste
    para el corto plazo. La especificación de las ecuaciones en
    un modelo de esta naturaleza tiene un carácter
    dinámico, según el cual las variables en niveles
    representan el largo plazo y las variables en diferencia dan
    cuenta de los movimientos de la variable endógena en el
    corto plazo.

    Esta técnica es muy relevante en el
    análisis económico aplicado, ya que la
    teoría económica postula sólo relaciones de
    largo plazo, sin detallar el proceso para alcanzar ese equilibrio. La
    cointegración permite confrontar los postulados de una
    teoría con la evidencia empírica, de una mejor
    manera que otras técnicas econométricas. Para ello,
    utiliza test de
    carácter asintóticos, es decir, de tamaños
    de muestra muy
    holgados (más de 50 datos), a fin de llegar a resultados
    concluyentes.

    En la sección siguiente, donde se presentan las
    pruebas
    realizadas para hallar el ciclo de referencia de Argos, se
    recurrió a la obtención de las primeras diferencias
    logarítmicas para expresar el comportamiento
    dinámico (cíclico) de las variables consideradas.
    Sin embargo, no se trata de mostrar las fluctuaciones de muy
    corto plazo -es decir, los cambios o desviaciones
    erráticas con respecto a una tendencia o equilibrio de
    largo plazo-, sino los altibajos o fluctuaciones de la variable
    agregada, en la cual se condensan errores y tendencia. En otras
    palabras, dado el reducido tamaño de la muestra utilizada
    (16 datos), no fue posible recurrir a las técnicas del
    análisis de cointegración.

    3.2.1.2 Determinación gráfica del ciclo
    de referencia

    En los gráficos siguientes -elaborados con base
    en las primeras diferencias logarítmicas de las variables
    respectivas- se muestran los distintos resultados alcanzados.
    Para efectos de una mejor apreciación visual, se
    utilizaron ambos ejes verticales para presentar separadamente la
    escala
    correspondiente a cada variable; lo cual se simboliza mediante
    las letras entre paréntesis (I,D). Respecto a los
    gráficos logrados, caben dos observaciones
    preliminares:

    • La variación anual del PIB es la única
      de las variables consideradas que no registra valores
      negativos. Conviene aclarar, además, que la línea
      horizontal sobre el valor cero sólo se construye para la
      escala
      izquierda y únicamente sirve para identificar los
      años en los cuales decayó alguno de los
      indicadores examinados; dicha línea no muestra,
      entonces, fluctuaciones con respecto a una
      tendencia.
    • Todos los gráficos permiten reconocer la
      existencia de alguna interrelación entre las diferentes
      variables agregadas y los indicadores de desempeño
      empresarial. Es decir, aparentemente cualquiera de los
      referentes contemplados sería adecuado para explicar, en
      términos del entorno coyuntural, los resultados
      alcanzados por Argos. Sin embargo, como se analizará
      más adelante, las pruebas
      econométricas descartan la utilización de
      algunos.

    3.2.1.2.1 Ciclicidad frente al PIB

    Los gráficos Nos. 3.2 a 3.5 comparan las tasas de
    crecimiento anual de la economía colombiana con las
    variaciones, también anuales, de los costos, ingresos,
    utilidades operacionales y utilidades brutas de Argos, para el
    período 1980 – 1995. De acuerdo con la simetría
    gráfica observada, en general existe una tendencia
    procíclica, la cual se observa, especialmente, en las
    relaciones del PIB con los costos e ingresos
    operacionales.

    Esta primera aproximación conduce, entonces, a
    descartar a las utilidades, tanto operativas como brutas, como
    instrumentos adecuados para evaluar la ciclicidad de Argos frente
    al PIB. En efecto, si se observa con detalle las gráficas
    3.4 y 3.5, se puede apreciar que entre 1980 y 1988, las
    utilidades de operación tuvieron variaciones muy cercanas
    a cero, mostrando prácticamente un comportamiento
    acíclico frente al agregado económico; luego
    registraron una evolución anticíclica (entre 1989 y
    1991) y finalmente, una tendencia procíclica. Por su
    parte, al observar los grandes rasgos de las dos curvas de la
    gráfica No. 3.5, puede decirse que las utilidades brutas
    han variado prácticamente en forma opuesta al ciclo de la
    economía; es decir, en ellas ha predominado un
    comportamiento anticíclico.

    Estos primeros resultados sugieren que otros
    fenómenos -diferentes a la evolución coyuntural de la economía-
    tienen gran importancia en la determinación de los
    resultados económicos de Argos y en sus fluctuaciones. Al
    examinar las características financieras de la empresa, se
    retomará este aspecto.

    3.2.1.2.2 Ciclicidad frente al PIB de la
    construcción

    La fabricación de cemento y
    concreto
    -principal actividad productiva de Argos- constituye uno de los
    insumos fundamentales de la industria de
    la construcción, la cual se subdivide en obras
    públicas y edificaciones privadas. Como se indicó
    en la sección precedente, tradicionalmente las autoridades
    económicas han considerado que el sector de la
    construcción tiene un carácter anticíclico,
    lo que permite utilizarlo como motor de
    reactivación económica en períodos de
    recesión. Cabría esperar, entonces, que los
    resultados de la industria y las empresas cementeras fluctuaran
    alrededor de la dinámica sectorial de la
    construcción y que, por lo tanto, que el ciclo de
    referencia, para explicar el comportamiento coyuntural de la
    empresa, correspondiese a las variaciones dinámicas de la
    actividad constructora agregada. Con el fin de contrastar estos
    supuestos se elaboraron los gráficos Nos. 3.6 a
    3.9.

    Los resultados son similares a los anteriores, en el
    sentido de que los grados de ciclicidad (pro, anti o
    acíclico) son diferentes en el caso de las utilidades
    (operativas y brutas) que en el caso de costos e ingresos
    operacionales. En estos últimos gráficos, las
    utilidades evidencian una tendencia procíclica; mientras
    que costos e ingresos, al menos hasta 1987, habrían sido
    abiertamente anticíclicos frente al PIB de la
    construcción; luego se habrían convertido en
    procíclicos. La validez de estos resultados también
    se confrontará con las pruebas
    econométricas.

    Sin embargo, resulta oportuno precisar algunos aspectos
    que han determinando el ciclo de referencia aquí
    considerado. En primer lugar, las obras públicas son el
    subsector con mayor participación en el PIB de la
    construcción; esto sugiere que el ciclo sectorial
    está afectado por las políticas,
    planes y programas de
    inversión pública; en segundo lugar,
    durante la mayor parte de los años 80, el precio del
    cemento
    permaneció bajo un régimen de control, que se
    modificaba periódicamente.

    Por último caber recordar que la
    edificación privada depende, en gran medida, de las
    políticas de vivienda, las cuales durante
    el decenio pasado tuvieron modificaciones notorias:
    reducción al principio de la década, cuando se
    dió énfasis al Plan de Integración Nacional (basado en el
    desarrollo de grandes obras públicas); estímulo
    importante con los programas de
    vivienda sin cuota inicial (años 83-85) y
    decaímiento a partir de las políticas
    de auconstrucción y distribución de subsidios para la vivienda
    de interés
    social (1987-1990).

    3.2.1.2.3 Ciclicidad frente a las licencias de
    edificación aprobadas

    De acuerdo con los modelos
    descritos en la sección 3.1, la cantidad de metros
    cuadrados aprobados -a través de las licencias de
    construcción- constituye el parámetro más
    utilizado para examinar la evolución de la actividad
    edificadora. También en los Informes
    Anuales de Argos se recurre, en forma reiterada, a este elemento
    como indicador del desempeño logrado y de las expectativas
    sobre el período próximo.

    En otros términos, los metros cuadrados de
    construcción aprobados aparecen como el instrumento
    más recurrido para interpretar el desempeño tanto
    de la construcción urbana como el de la producción
    de cemento; en
    ambos casos, se acepta que los efectos reales se manifiestan con
    un año de retraso, que sería el período
    promedio entre el otorgamiento de una licencia de
    construcción y el desarrollo de ésta. Para la
    definición de un ciclo de referencia, sería
    ésta, entonces, la variable más
    adecuada.

    En los gráficos anteriores (3.10 a 3.13) se
    comparan las evoluciones seguidas por las licencias de
    construcción aprobadas con los ingresos, costos y
    utilidades de Argos para el período 1980 – 1995. De
    acuerdo con la simetría registrada, es posible definir dos
    grandes subperíodos o ciclos, caracterizados por
    relaciones diferentes:

    Entre 1982 y 1986, la actividad económica de
    Argos habría tenido un comportamiento anticíclico
    frente a la dinámica de la edificación urbana (las
    líneas muestran sentidos opuestos). Este fenómeno
    es especialmente notorio en el caso de los costos e ingresos
    operacionales, lo cual puede hallar explicación en la
    política oficial de control de
    precios sobre el cemento -que
    generó aumentos inferiores al del IPC-, y en las
    negociaciones salariales, las cuales habrían actuado en
    sentido contrario, al producir incrementos superiores a la
    inflación anual. Por otra parte, cabe pensar que la
    tendencia positiva en los ingresos operacionales se
    explicarían, ante la caída en las licencias de
    construcción, por el desarrollo de las obras
    públicas.

    Entre 1987 y 1992, el comportamiento habría sido
    procíclico (las líneas se mueven en el mismo
    sentido); por lo cual puede afirmarse que la evolución
    coyuntural de Argos refleja la del subsector de la
    edificación urbana.

    A partir de 1993, se inicia un tercer período,
    caracterizado por una relación inversa durante los dos
    primeros años (1993-1994), lo cual se explica,
    quizás, por el efecto rezagado de las licencias de
    construcción sobre la realización de las obras
    planeadas, y, por lo tanto, sobre la demanda
    efectiva de cemento y
    concreto.

    3.2.1.2.4 Ciclicidad frente a los gastos en
    edificación y obras públicas

    Los gráficos Nos. 3.14 a 3.19 corresponden a un
    análisis alternativo, consistente en examinar la posible
    ciclicidad frente a la demanda agregada
    realizada. Para el efecto, como ciclo de referencia, se utilizan
    los cambios registrados por los gastos agregados
    en edificación y obras públicas, según los
    datos consignados en la cuenta de Formación Bruta de
    Capital Fijo
    (FBKF) de las Cuentas
    Nacionales.

    En primera instancia se observa que las demandas por
    edificación y obras públicas tienen ciclicidades
    diferentes, de acuerdo con los años en que se registran
    los valores
    máximos y mínimos, y los niveles alcanzados. En
    efecto, las caídas en la edificación urbana
    (años 1984, 1990, 1993)) no parecen guardar
    relación alguna con las del subsector de obras
    públicas (años 1987, 1989, 1994).

    En segundo lugar, frente a la evolución del gasto
    en edificación urbana, el comportamiento coyuntural de
    Argos habría sido anticíclico en el período
    1980-1984; procíclico en el lapso 1984-1995, si bien en el
    año 1993 se registró un cambio de
    tendencia. Por otra parte, respecto a la demanda de
    obras públicas, como ciclo de referencia, el
    comportamiento de los indicadores de Argos permite identificar
    tres subperíodos: 1980-1984, procíclico; 1984-1988,
    anticíclico; 1988-1994 procíclico, con la salvedad
    del año 1990, en el cual aparecen dos tendencias
    disímiles.

    En términos generales, puede concluírse
    que las fluctuaciones de largo plazo en el desempeño
    empresarial de Argos están determinadas por estos dos
    tipos de gastos, con la
    observación que las caídas en la
    edificación urbana puede ser compensadas con incrementos
    en la inversión pública, lo que finalmente
    permite identificar una fuerte dependencia (prociclicidad) de los
    resultados de Argos frente a la demanda
    efectiva por obras de construcción.

    Es decir, más que la demanda
    planeada (licencias de construcción aprobadas) es la
    demanda
    realizada -o gastos efectivos
    en obras públicas y edificación- lo que determina
    el ciclo empresarial de Argos.

    Como se detallará más adelante, la
    fuerza de la
    relación entre los ingresos operacionales de Argos y la
    demanda realizada de obras públicas y edificación
    se verificó mediante un análisis
    econométrico. La ecuación resultante (la
    número 17 en el cuadro 3.2) reune las condiciones estadísticas necesarias para aceptar la
    capacidad explicativa que tienen los gastos efectivos
    en obras públicas y edificaciones, en el período
    contemporáneo, de la variabilidad de los ingresos de
    Argos.

    3.2.2 Validación
    econométrica

    Conforme a la metodología presentada en el
    capítulo segundo, las diferentes relaciones examinadas en
    los gráficos anteriores fueron sometidas a
    verificación econométrica, mediante la
    realización de las regresiones lineales correspondientes.
    Los resultados logrados (ver cuadro No. 3.2) permiten destacar
    varios hechos:

    En su gran mayoría, las relaciones funcionales
    establecidas presentan problemas
    estadísticos que ponen en entredicho su validez matemática
    y, por lo tanto, permiten descartar la escogencia de las
    variables independientes allí incluídas, en el
    momento de definir el ciclo de referencia más
    apropiado.

    En cuanto a las ecuaciones que
    no presentan ningún problema estadístico (cinco en
    total), se caracterizan por unos bajos coeficientes de
    determinación muestral (r2), lo que significa
    una baja interdependencia entre las variables consideradas (ver
    ecuaciones
    números1,2,3, 6 y 7). Es decir, la capacidad explicativa
    que el factor exógeno tiene sobre el comportamiento del
    indicador interno resulta insuficiente para validar los
    coeficientes de dichos factores en las respectivas ecuaciones.

    En general, entre 1980 y 1995, algunas relaciones han
    sido tan fluctuantes que al intentar condensar la
    asociación lineal promedia en una regresión no se
    logró dicho propósito, pues ninguna de las ecuaciones
    resultantes presentaron la suficiente consistencia estadística para valer e interpretar los
    respectivos parámetros (ver ecuaciones
    concernientes a las utilidades en el cuadro 3.2).

    CUADRO No. 3.2

    DETERMINACION ECONOMETRICA DE LA
    CICLICIDAD DE ARGOS

    MODELO

    DIAGNOSTICO
    ESTADISTICO

     

     

    t

    (variableindepen)

    r2

    chi2
    (1)

    correlac.

    serial

    chi2
    (2)

    normal.

    chi21)

    heteroc.

    chi2
    (1)

    forma

    funcional

    PROBLEMAS

     

     

     

     

     

     

     

     

    1) LCTS = 4.82 + 0.69 LMED

    3.74

    0.50

    0.20

    1.26

    1.24

    0.086

    NINGUNO

    2) LCTS = -3.93 + 1.11 LPIB

    3.40

    0.45

    0.59

    0.63

    2.76

    1.63

    NINGUNO

    3) LCTS = -1.56 + 1.25 LPIC

    3.07

    0.40

    1.14

    0.89

    0.65

    0.58

    NINGUNO

    4) LING= -11 + 0.85 LPIB + 1.08 LPIC

    2.02 Y 2.17

    0.69

    1.49

    1.14

    6.09

    2.41

    HETEROCED.

    5) LING = 2.75 + 0.97
    LMED(-1)

    6.23

    0.75

    1.93

    1.32

    0.27

    4.24

    FORMA FUNC

    6) LING = 3.28 + 0.90 LMED

    4.7

    0.61

    1.19

    0.95

    3.34

    0.71

    NINGUNO

    7) LING = -6.71 + 1.79 LPIC

    4.55

    0.59

    2.73

    0.77

    1.46

    1.39

    NINGUNO

    8) LING = -8.64 + 1.49 LPIB

    4.41

    0.58

    2.8

    1.94

    4.3

    0.36

    HETEROCED.

    9) LUTB = -16.6 + 1.98 LPIB

    3.15

    0.41

    6.44

    1.16

    6.47

    5.04

    HETEROCED.

    10)LUTB = -3.4 + 1.51
    LMED(-1)

    4.76

    0.63

    4.67

    0.36

    0.62

    7.77

    VARIOS

    11)LUTB = -0.83 + 1.22 LMED

    3.36

    0.44

    4.65

    0.74

    7.36

    2.44

    VARIOS

    12)LUTB = -12.84 + 2.28
    LPIC(-1)

    2.52

    0.32

    5.9

    0.95

    3.03

    1.19

    CORR. SER.

    13)LUTB = -17.8 + 2.77 LPIC

    4.3

    0.57

    5.21

    1.46

    5.22

    12.67

    VARIOS

    14)LUPO = -12.9 + 2.17 LPIC

    1.34

    0.11

    6.24

    4.9

    2.48

    4.78

    VARIOS

    15)LUPO = 17.6 – 0.64 LPIB

    – 0.45

    0.014

    5.77

    4.26

    4.17

    1.86

    VARIOS

    16)LUPO = 7.88 + 0.11 LMED

    0.136

    0.001

    6.69

    6.31

    1.19

    INDETERM

    VARIOS

    17)LING = -20.34+0.98LGED +
    0.87LGOP

    6.14 Y 2.56

    0.79

    0.39

    1.66

    1.95

    0.169

    NINGUNO

    DEFINICION DE TERMINOS:

    LCTS = serie logarítmica de los costos
    operacionales de Argos, 1980-1995

    LING = serie logarítmica de los ingresos
    operacionales de Argos, 1980-1995

    LUTB = serie logarítmica de las utilidades brutas
    de Argos, 1980-1995

    LUPO = serie logarítmica de las utilidades
    operacionales de Argos, 1980-1995

    LMED = serie logarítmica de los metros cuadrados
    de construcción, aprobados según licencias,
    1980-1995

    LPIB = serie logarítmica del PIB real de Colombia,
    1980-1995

    LPIC = serie logarítmica del PIB real del sector
    de la construcción, 1980-1995

    LMED(-1) = serie logarítmica rezagada
    un período de los metros cuadrados de construcción,
    aprobados según licencias, 1980-1995

    LPIC(-1) = serie logarítmica rezagada
    un período del PIB real del sector de la
    construcción, 1980-1995

    LGED Y LGOP = series logarítmicas de los gastos anuales en
    edificación y obras públicas, según FBKF de
    las cuentas
    nacionales, 1980-1995.

    El modelo óptimo alcanzado corresponde a la
    ecuación 17, en el cual los ingresos de Argos son una
    función de los gastos anuales en
    edificación y obras públicas. De acuerdo con los
    parámetros de dicho modelo, los ingresos operacionales de
    Argos están determinados en casi un 80% por la demanda
    efectiva de obras públicas y edificación urbana; el
    20% restante se explicaría por otros
    fenómenos.

    La ecuación 17 revela que -ceteris paribus- un
    incremento de un 1% en el gasto nacional en edificación
    induciría una variación casi equivalente en los
    ingresos de Argos (0.98%); fenómeno similar ocurre con el
    gasto en obras públicas, donde una unidad de
    variación porcentual produce un movimiento en igual
    sentido de los ingresos de Argos, en una magnitud de
    0.87%.

    En síntesis, el mejor parámetro para medir
    la ciclicidad de Argos se encuentra en la evolución de la
    formación bruta de capital fijo,
    especialmente, en los gastos
    correspondientes a obras públicas y edificación
    urbana. En el cuadro No. 3.3 y en el gráfico No. 3.22 se
    presentan los indicadores estadísticos y gráficos
    que denotan la calidad del
    modelo alcanzado.

    CUADRO No. 3.3

    INGRESOS OPERACIONALES VS. LOS
    GASTOS EN
    CONSTRUCCION

    LS // Dependent Variable is LING

    Date: 10/22/96 Time: 15:23

    Sample: 1980 1995

    Included observations: 16

    Variable Coefficient Std.
    Error t-Statistic Prob.

    LGED 0.984691 0.153397 6.419218 0.0000

    LGOP 0.875281 0.340953 2.567158 0.0234

    C -20.34086 6.280404 -3.238782 0.0065

    R-squared 0.794519 Mean dependent var
    11.37221

    Adjusted R-squared 0.762906 S.D. dependent var
    0.351083

    S.E. of regression 0.170950 Akaike info
    criterion -3.365403

    Sum squared resid 0.379913 Schwarz
    criterion -3.220542

    Log likelihood 7.220206 F-statistic
    25.13303

    Durbin-Watson stat 1.617028 Prob(F-statistic)
    0.000034

    Es necesario aclarar que también se corrieron
    regresiones similares para los otros indicadores endógenos
    -costos operacionales, utilidades operacionales y utilidades
    brutas- pero que los modelos
    obtenidos presentaron problemas
    estadísticos; así, por ejemplo, para el caso de las
    utilidades brutas la ecuación obtenida registró una
    forma funcional incorrecta.

    En cuanto al gráfico 3.22, la simetría
    casi perfecta de los datos reales con los estimados da cuenta de
    la bondad del modelo obtenido, mientras que las desviaciones de
    los residuos -con respecto a la tendencia central- permiten
    definir un nuevo ciclo de los ingresos de Argos. En este caso, se
    trata de un ciclo de carácter relativo o comparativo, pues
    muestra los
    períodos en los cuales los ingresos estuvieron por debajo
    o por encima del valor promedio, representado este último
    por la línea sobre el valor cero. Este ciclo sirve para
    que los directivos empresariales evalúen su gestión
    con respecto a un desempeño promedio.

    De esta manera, aparecen tres subperíodos de
    "bonanza" y tres de "crisis". En
    los primeros (1980-1982,1987-1990 y 1993-1994) los ingresos
    operacionales habrían registrado tasas de crecimiento
    superiores a la tendencia de largo plazo; en los segundos
    (1983-1986, 1990-1992 y 1994 – ?), ocurrió el
    fenómeno inverso.

    3.3. CARACTERISTICAS FINANCIERAS DE CEMENTO ARGOS
    S.A.

    Se entiende por industria manufacturera la
    transformación mecánica o química de sustancias
    inorgánicas u orgánicas en productos nuevos, ya sea
    que el trabajo se
    efectúe con máquinas o a mano, en fábricas o
    en el domicilio, o que los productos se vendan al por mayor o al
    por menor (CIUU, Dane, 1979). Es decir, el objeto propio de las
    empresas manufactureras -cuya política coyuntural se
    analiza en este trabajo- es la realización de una
    actividad de transformación de unos bienes (insumos) en
    otros (productos).

    La observación anterior tiene por objeto
    explicar el criterio fundamental que se aplica en el análisis
    financiero de la empresa Argos. En efecto, de acuerdo con los
    estados
    financieros anuales, Argos obtiene ingresos a través
    de dos grandes fuentes: la
    fabricación de cemento y la inversión en empresas que promueven el
    desarrollo nacional.

    La primera actividad hace parte del subgrupo 3692 de la
    CIIU: "Fabricación de cemento, cal y yeso", de la CIIU; es
    decir, constituye una labor de carácter manufacturero, por
    lo tanto, susceptible de analizar dentro de esta investigación. Por su parte, la inversión en otras empresas
    -manufactureras, financieras y de servicios- le
    ha permitido el fortalecimiento y desarrollo como el grupo
    cementero más importante en Colombia (ver
    cuadro No. 3.4) y como empresa matriz del
    conglomerado constituído a partir de sus inversiones.

    De acuerdo con el objetivo de
    este trabajo -y habida cuenta de la clara diferenciación
    entre las actividades económicas realizadas por la
    empresa-, el análisis de la sección anterior,
    relativo a las fluctuaciones coyunturales de Argos y su
    relación con el ciclo económico, se
    concentró en los costos, utilidades e ingresos
    operacionales, es decir, en los indicadores
    financieros originados en la fabricación y venta de
    cemento.

    Sin embargo, para evitar distorsiones sobre la solidez
    financiera de la empresa, en forma adicional se construyeron
    indicadores para evaluar la bondad económica de las
    inversiones en
    títulos valores y acciones. El
    análisis correspondiente constituye la parte final de esta
    sección sobre las características financieras de
    Cemento Argos.

    Una advertencia final: para homogenizar las cuentas del
    período analizado (1980-1995), fue necesario reclasificar
    la información contable, pues cada balance y estado de
    resultados -individualmente considerado- está afectado
    por fenómenos económicos, legales y
    administrativos, como: la inflación del respectivo
    año, los cambios en la normatividad legal, los criterios y
    métodos
    contables específicos utilizados, concernientes, por
    ejemplo, a la forma particular de registrar las reservas de
    jubilación y depreciación.

    3.3.1 CRITERIOS PARA RECLASIFICAR LA
    INFORMACIÓN

    Para elaborar indicadores que garanticen un
    análisis consistente y uniforme, se utilizarán los
    siguientes procedimientos de
    depuración de la información presentada por la
    empresa Argos S.A.:

    • Segregar y agrupar homogéneamente los recursos de
      operación, inversión y valorizaciones, para el
      balance y las actividades generadoras de ingresos operativos y
      de inversión en el estado de
      resultados.
    • Eliminar los ajustes por inflación hechos a
      partir de 1992, tanto en activos de operación como de
      inversión.
    • Ajustar la inversión que tiene en subordinadas
      (filiales y subsidiarias), a partir de 1994, las cuales
      sufrieron incrementos ostensibles por cambio en el
      método
      de contabilización. A esta partida se llevó el
      incremento de los ingresos acumulados hasta 1993 y la
      participación porcentual de los ingresos obtenidos en
      1994 y 1995.
    • El importe de estos incrementos acumulados se
      traslada a las valorizaciones de activos para igualarlas con
      las valorizaciones del patrimonio,
      que a partir de 1995 no se compensan por cuanto la norma
      obligó a desbalancearlas, al imponer el registro de
      estos incrementos en las valorizaciones
      patrimoniales.
    • La empresa, al 31 de diciembre de 1995, aplicó
      la circular 001 de 1996, de la Superintendencia de Valores, que
      les permite a las empresas matrices no
      contabilizar las valorizaciones de las filiales y subsidiarias,
      si éstas se contabilizan por el método
      de participación. Las inversiones
      en subordinadas, llevadas así, no evidencian el valor de
      mercado de las mismas, por lo que las valorizaciones deben
      mostrar una reducción drástica para
      1995.
    • En los activos de inversión de Argos deben
      agruparse tres componentes (los más importantes por su
      materialidad): acciones en
      sociedades
      anónimas, partes de interés
      social y préstamos a corto y largo plazo.
    • Reclasificar y homogenizar la información de
      los estados de resultados, especialmente con las jubilaciones,
      que en algunos años se presentan como gastos no
      operacionales y en otros sí.
    • Deflactar la información para eliminar los
      efectos de la inflación y garantizar la comparabilidad
      entre períodos.
    • Identificar la concurrencia de mediciones fiscales y
      contables que permiten mayores deducciones para efectos de
      impuestos y
      mayor apropiación de gastos
      contables que reducen la utilidad
      operativa.
    • Eliminar de las valorizaciones del patrimonio
      de Argos el acumulado en utilidades retenidas en el capital
      contable -ocurrido antes de 1.994- de las subordinadas no
      llevadas a resultados por su materialidad
    • Separación del monto de las depreciaciones,
      por ser un rubro cuyo comportamiento depende más de los
      métodos
      de depreciación, acelerados o no, que
      permiten los principios de
      contabilidad generalmente aceptados y la legislación
      tributaria.
    • Reclasificación en algunos años de las
      jubilaciones para asociarlas con los gastos de operacion
      operativos y homogeneizar la utilidad
      operativa y sus márgenes.
    • No incluir como ingresos por dividendos las
      participaciones porcentuales en los años 1994 y
      1995.

    3.3.2 INDICADORES DE GESTION

    De acuerdo con las observaciones metodológicas
    precedentes, en esta sección se presentarán los
    indicadores de
    gestión construídos con base en los estados
    financieros rendidos por las distintas administraciones de
    Argos entre 1980 y 1995. Inicialmente, aparecen los derivados de
    la operación propia del objeto social de la empresa
    -producción y venta de
    cemento-; luego se examinan los correspondientes a la actividad
    de inversión financiera y productiva en otras
    empresas.

    3.3.2.1 Ingresos operacionales

    Este indicar refleja, en esencia, las ventas anuales de
    cemento, las cuales, son el producto de
    dos variables: la demanda o cantidades físicas (toneladas)
    de cemento y concreto
    vendidos, y los precios de estos bienes. Sintéticamente
    puede expresarse en la ecuacion 1:

    Ventas = IT = PQ (3.9)

    donde,

    IT = ingresos reales totales (operacionales) obtenidos
    mediante la producción y venta de cemento
    y concreto

    P = Precios promedios y unitarios de cemento y
    concreto

    Q = Cantidades (toneladas) vendidas

    De acuerdo con los análisis presentados por las
    distintas Juntas Directivas en sus Informes anuales, la
    demanda de cemento y concreto
    está determinada por fenómenos propios de la
    actividad constructora, como el desarrollo de las obras
    públicas (gasto realizado), las licencias de
    construcción aprobadas en el año inmediatamente
    anterior y el comportamiento de las Corporaciones de Ahorro y
    Vivienda, en términos de captaciones y desembolsos
    (créditos) a constructores.

    Por su parte, el precio del
    cemento -componente principal del concreto-
    estuvo determinado, durante gran parte del período
    analizado, por una política gubernamental de control precios,
    la cual se caracterizó por permitir alzas inferiores a la
    tasa anual de inflación. Sólo en los últimos
    cinco años (desde mediados de 1991) habría existido
    una regulación por la oferta y la
    demanda; es decir, una política de libertad de
    precios.

    Los cambios coyunturales corresponden, entonces, a
    sucesos externos -de carácter macroeconómico,
    especialmente- que terminan por afectar a los factores que
    condicionan la demanda de cemento. Entre los fenómenos que
    producen cambios coyunturales se encuentran: los déficits
    fiscales que obligan a reducir el gasto público, las
    cambios en las políticas
    oficiales para la construcción de vivienda, los
    fenómenos monetarios que afectan la liquidez de las CAV, y
    las bonanzas o crisis del
    sector externo. También debe tenerse en cuenta que, por su
    ubicación, las ventas de concreto y
    cemento -efectuadas por Argos- se afectan en razón de la
    evolución regional de la construcción
    pública y privada, especialmente en el Valle de
    Aburrá.

    Existe otro tipo de fenómenos coyunturales,
    totalmente exógenos a la dinámica económica,
    como el terrorismo
    político y del narcotráfico, que disminuyeron la demanda
    de vivienda y la oferta de
    cemento, en diferentes años del período, como en
    1987 cuando fue dinamitada la planta de Ríoclaro, y en
    1990 cuando el país vivió el llamado
    narcoterrorismo.

    En el gráfico 3.23 se aprecia la evolución
    cíclica de los ingresos de Argos durante el período
    1980-1995, la cual fue construída con base en las
    variaciones porcentuales anuales; es decir, cada cifra representa
    el incremento o disminución real registrado en un
    año con respecto al anterior. Conviene advertir que, en
    ningún caso, los valores
    negativos del gráfico corresponden a pérdidas en
    valores corrientes (de cada año) y absolutos. Los
    cálculos en valores reales se hicieron utilizando el
    índice de precios al productor, (IPP, con 1990=100), como
    deflactor.

    El gráfico anterior permite identificar tres
    subperíodos: entre 1980-1983 una fase de recesión,
    la cual coincide con la tendencia general de la economía,
    que -a partir de la destorcida (caída) de los precios del
    café en 1979- registró una tendencia decreciente.
    Entre 1983 y 1990, se aprecia un ciclo completo:
    reactivación (1983-1985), expansión (1985-1988),
    recesión (1988-1990); finalmente entre 1990 y 1995 se vive
    un auge muy acelerado (boom) y una caída de igual
    naturaleza.

    Esta dinámica de los ingresos anuales puede
    caracterizarse -a grandes rasgos- por los siguientes
    fenómenos coyunturales. En 1981 y 1982 las ventas crecen
    como consecuencia de la ejecución de obras públicas
    contempladas en el Plan de Integración Nacional; posteriormente, la
    recesión productiva (manufacturera y agrícola), al
    igual que la crisis
    financiera de 1982, arrastran la construcción y las ventas
    de cemento de Argos, las cuales presentan una variación
    negativa al final del año 1983.

    Los esfuerzos del gobierno turno
    (administración Betancur, 1982-1986) para
    reactivar la economía sólo comienzan a surtir
    efectos a partir de 1984. Esto explica la tendencia
    predominantemente creciente de los ingresos entre 1983 y 1985. En
    particular influyeron factores como: la política de
    vivienda sin cuota inicial, que hizo crecer las licencias de
    construcción y las demandas de cemento; la
    superación de la crisis
    financiera mediante la nacionalización forzosa de las
    entidades en crisis, y la
    recuperación del sector productivo, con sus efectos sobre
    el ingreso y la edificación urbana.

    Entre 1986 y 1988 se registra una fase de auge -tanto en
    la economía nacional como en los ingresos de Argos-
    caracterizada por la superación de la crisis
    externa, con base en tres elementos: adopción
    del programa de
    ajuste recomendado por el FMI, una
    minibonanza cafetera en febrero de 1986 y el comienzo de las
    explotaciones petroleras de Caño Limón.

    El siguiente período de crisis en los
    ingresos de Argos (1988-1990), está también
    relacionado con factores macroeconómicos: la
    eliminación del acuerdo internacional sobre precio mundial
    del café; la sustitución de la política de
    construcción de viviendas sin cuota inicial, que implicaba
    inversión pública, por la de
    autoconstrucción de viviendas, que instauró el
    otorgamiento de subsidios en lugar de la ejecución del
    gasto. También cabe mencionar la expedición de la
    ley de reforma
    urbana (1989), que afectó el uso y la renta del suelo y la
    guerra del
    narcotráfico contra instituciones
    oficiales y privadas, que desestimuló la inversión
    en edificación urbana.

    El último subperíodo (1990-1995) se
    caracteriza por dos fases totalmente opuestas, pero de igual
    intensidad: un ascenso pronunciado entre 1990 y 1993, y una
    caída de similar pendiente en los dos últimos
    años. Para la ocurrencia del primer fenómeno
    habrían contribuído: la bonanza de recursos
    externos, derivada de la apertura económica y de las bajas
    en las tasas internacionales de interés;
    la reducción de la tasa de inflación, que
    permitió aumentos en los ingresos reales; la reforma
    laboral
    (Ley 50 de
    1990), que generó recursos
    adicionales para un segmento importante de los trabajadores; la
    política
    monetaria de reducción de las tasas de interés,
    que desestimuló el ahorro
    financiero y motivó la adquisición de bienes
    durables (vehículos y vivienda); y, finalmente, el
    desarrollo de obras públicas importantes a nivel regional,
    como el metro de Medellín y el edificio de las Empresas
    Públicas. También la desaparición del
    narcoterrorismo habría contribuído positivamente a
    esta recuperación de la actividad edificadora y, por ende,
    de las ventas de cemento y concreto.

    La crisis
    reciente (segunda fase del subperíodo) estaría
    explicada por el agotamiento de los fenómenos coyunturales
    (bonificación por cambio de
    régimen laboral, ingresos
    recursos externos
    privados, culminación de obras públicas
    regionales); y por la reversión de algunas políticas,
    como el aumento de la tasa de interés para controlar la
    inflación. Pero también habría
    influído la saturación del mercado de vivienda
    terminada, con sus efectos sobre los arrendamientos, y,
    finalmente, la crisis política desatada por el proceso
    8000.

    Bajo el ángulo de una política coyuntural
    activa, aparentemente el margen de maniobra empresarial para
    contrarrestar los efectos de las fluctuaciones externas sobre sus
    ingresos es prácticamente inexistente. Es decir, en sus
    actividades de explotación, Argos sufre la coyuntura
    económica más de lo que ella puede
    afectarla.

    3.3.2.2 Costos operacionales

    Las normas contables
    diferencian entre costos y gastos de operación. Los
    primeros son los asociados al proceso de transformación de
    insumos en bienes finales; los segundos, los gastos de
    operación, son las erogaciones complementarias, pero
    necesarias, para hacer posible el desarrollo del objeto social de
    la empresa, como los hechos por labores de administración y ventas. Existe una tercera
    clase de gastos -las sumas asignadas para depreciaciones y
    jubilaciones-, cuyo impacto sobre los costos y beneficios
    operacionales depende del método
    utilizado para registrarlas. En los párrafos siguientes,
    se examinan separadamente estos distintos aspectos
    contables.

    En los gráficos 3.24, 3.24A y 3.24B se ilustra
    tanto el comportamiento cíclico de los costos
    operacionales como los efectos contables descritos. En el primero
    se aprecia una evolución paralela de costos y ventas, lo
    cual resulta comprensible por el hecho de que los precios
    reflejan los costos de producción. Inclusive, puede
    afirmarse que los ingresos estimados son, ex-ante, una
    función de los precios de venta y
    éstos, a su vez, de los costos operacionales.

    IT* = P*Q* (3.10)

    P* = CT* + B* (3.11)

    B* = z CT* (3.12)

    P* = CT* + z CT* (3.13)

    P* = CT* (1+ z) (3.14)

    donde, IT* = ingresos totales estimados

    P* = precios unitarios estimados, Q* = demanda física
    estimada

    CT* = costos operacionales totales, estimados

    B* = beneficios esperados

    z = tasa de ganancia deseada (esperada)

    En el gráfico No. 3.24, se observan algunos
    períodos en los cuales los costos realizados (o ex-post)
    registraron variaciones superiores a las de los ingresos, lo que
    sugiere la existencia de beneficios reales negativos. Esto se
    explica por la ya mencionada política de control de
    precios del cemento, que rigió hasta 1991, y por la
    política laboral de la
    empresa, que permitió aumentos salariales por encima del
    índice de precios al consumidor.

    Por otra parte, también cabe pensar que los
    precios de las materias primas tuvieron aumentos superiores al
    del cemento, y que, en otras ocasiones, la baja demanda redujo
    las ventas físicas y, por tanto, los ingresos totales. Es
    decir, las variaciones en costos e ingresos son globales y no
    reflejan comportamientos de valores monetarios por unidad
    producida y vendida; en este sentido, una caída en las
    ventas físicas no significa que se estén generando
    pérdidas unitarias, pero sí reducción de los
    ingresos totales.

    En otras palabras, la diferente dinámica de
    costos e ingresos obedece a la coincidencia de una estructura de
    costos bastante inflexible y de una demanda determinada por
    factores exógenos a la empresa, frente a los cuales poco o
    nada sirven políticas
    de estímulo, como la publicidad y la
    promoción recomendadas para organizaciones
    que ofrecen otro tipo de bienes.

    En efecto, una lectura global
    de los Informes Anuales permite destacar esta doble
    determinación de costos e ingresos. Así, por
    ejemplo, en los años 1981 y 1982 los aumentos de salarios y
    prestaciones
    sociales estuvieron por encima de la inflación y los
    precios de ventas no pudieron absorber estos incrementos. En 1985
    los precios de venta lograron un
    repunte del 18% frente a un índice de precios al consumidor del
    22.50%. En los años 1986 y 1987 continua el desfase entre
    costos y ventas, si bien fue expedida la resolución 595/86
    que permitió ajustes automáticos en los precios,
    pero no produjo efectos notables en las utilidades. En el
    año 1989 se expide la resolución 771 de Agosto 11 y
    se decreta una libertad
    regulada que permite un incremento de precios para el consumidor del
    33% -para el productor el 21%- frente a una inflación del
    26.10%. En 1990 se pasa de la libertad
    regulada a libertad
    vigilada, mientras que en el siguiente, cuando la
    inflación al consumidor fue
    del 26.82%, se decretó la libertad de
    precios del cemento, pero -al mismo tiempo- se inició la
    política de pacto social que comprometió a los
    productores a no subir los precios más allá del
    22%.

    En cuanto al condicionamiento exógeno de la
    demanda conviene señalar que tiene como contrapartida la
    evolución de los inventarios,
    medida a través de su rotación promedia en
    número de días (ver gráfico 3.24C). Las
    cifras señalan que los inventarios se
    acumulan en período de baja demanda, como los años
    1983 y 1991. Este fenómeno se representa en el
    gráfico por los puntos máximos, correspondientes a
    un mayor número promedio de días en que permanecen
    los productos finales en poder de la
    empresa.

    Por el contrario, los mayores dinamismos en las ventas
    corresponden a períodos de mayor rotación de
    inventarios,
    indicadas por los puntos mínimos del gráfico. De
    esta manera, los periodos más productivos en
    términos de ventas fueron los años 88 y 93, durante
    los cuales fue necesario reponer inventarios cada
    8.25 y 6.44 días respectivamente. Los menos productivos
    fueron los años 81, 83 y 91, donde la permanencia promedio
    del cemento en bodega habría sido de 25.89, 26.97 y
    19.57dias, en su orden. En síntesis, también desde
    los costos, el margen de maniobra coyuntural de Argos es muy
    bajo.

     

    Sin embargo, la diferencia de comportamientos entre
    costos e ingresos ambién encuentra explicación en
    fenómenos estrictamente contables, como se evidencia en
    los gráficos números 3.24A y 3.24B, especialmente
    en este último. En efecto, una revisión cuidadosa
    de la información financiera puso de presente que en 1993
    hubo un cambio en los
    métodos de
    contabilización de algunas partidas que implicó su
    reclasificación de "costos" a "gastos" de
    operación. Así puede comprenderse la convergencia
    de costos y gastos en la gráfica 3.24B, y la coincidencia
    de ventas y costos, a partir de 1993 (ver gráfica No.
    3.24A), cuando las líneas se superponen, suprimiendo la
    diferencia entre ambas (lo que correspondería al margen de
    utilidad
    operacional) que aparece en la gráfica 3.24.

    3.3.2.3 Estructura de
    los ingresos

    Los ingresos totales (IT) también pueden
    definirse como la suma de costos (CT) y beneficios (B), lo que
    permite establecer la importancia porcentual de cada uno de estos
    componentes y examinar su evolución.

    IT = CT + B (3.15)

    Dividiendo por IT, se tiene:

    IT/IT = CT/IT + B/IT

    1 = c + b (3.16)

    donde, CT = costos totales operacionales,
    incluídos los gastos de

    administración y ventas.

    b = margen de utilidad
    bruta

    c = participación porcentual de los costos en los
    ingresos

    El gráfico No. 3.25 muestra la
    distribución porcentual de las ventas o
    ingresos totales durante el período analizado. Por
    definición, los dos grandes componentes, costos y
    utilidades, son complementarios entre sí dentro de la
    estructura de
    los ingresos. Esto significa que los aumentos en uno de ellos
    generan disminuciones en la participación porcentual del
    otro.

    Por su origen, entonces, la evolución de estos
    dos indicadores constituye el reflejo de las variaciones de
    costos e ingresos presentadas en los gráficos 3.24 y
    3.24A. En efecto, cuando los costos operacionales son más
    dinámicos que los ingresos -es decir, cuando registran
    tasas de crecimiento mayores- los márgenes de utilidad bruta
    descienden (períodos 1980-1983, 1984-1987 y 1989-1991).
    Por el contrario, las utilidades relativas aumentan cuando los
    ingresos crecen más rápido que los costos, lo cual
    ha ocurrido siempre en función de la demanda física, como se
    expuso anteriormente.

    También es usual clasificar el margen operativo
    en bruto y neto, según se consideren o no las reservas
    para depreciación y jubilación dentro de
    los costos operacionales. Cuando este rubro corresponde
    sólo a las erogaciones realizadas para efectuar la
    actividad de transformación, se habla del margen operativo
    bruto. Cuando la partida considerada es la suma de costos y
    gastos operacionales, según fueron definidos antes, las
    utilidades relativas así obtenidas constituyen el margen
    operativo neto.

    Los resultados obtenidos de los cálculos
    correspondientes (ver gráfico No. 3.26) indican los
    centavos de utilidad logrados
    por cada peso de ventas realizado. De esta manera, en el
    gráfico se aprecia que son los años 1984, 1988,
    1993, 1994 y 1995 los que más utilidad
    operativa bruta y neta arrojan. Por cada peso de venta, quedan
    $0.22, $0.20, $0.16, $0.16 y $0.18, antes de deducir jubilaciones
    y depreciaciones y $0.10, $0.17,$0.11, $0.11 y $0.11 antes de
    impuestos.
    Como puede observarse los años más criticos fueron
    1990, 1991 y 1992 con márgenes de $0.00, -0.01 y $0.01,
    registrando por primera vez pérdida operacional en 1.991,
    dentro del periodo analizado.

    3.3.2.4 Productividad de
    la inversión

    Conforme a la teoría económica las
    fluctuaciones coyunturales también determinan los cambios
    en el stock de capital social (para el conjunto de la
    economía) e individual (para cada empresa en particular).
    De esta manera, incrementos permanentes en la demanda pueden
    motivar inversiones
    adicionales, mientras que recesiones prolongadas podrían
    conducir a la quiebra y
    liquidación de algunas empresas.

    En los estados
    financieros, el valor de la inversión productiva
    acumulada se registra en el rubro denominado "activos de
    operación", definidos como los que la empresa requiere
    para cumplir con el desarrollo de su objeto social
    -producción de cemento y concreto en el
    caso de Argos-. Para establecer su rentabilidad o
    productividad,
    se utiliza el cociente entre la utilidad operativa y el promedio
    bianual de la suma de los activos de operación.

    En el caso de Argos, los resultados o coeficientes
    logrados (ver gráfico 3.27), identifican a 1988 como el
    año de mayor rentabilidad
    de los activos de operación, al alcanzar utilidades de
    $0.83, en términos brutos y $0.68, netas, por cada peso
    invertido en este tipo de activos. Por el contrario, los
    años que más baja relación presentan fueron
    1.983 ,1.990, 1.991 y 1992, afectados por los bajos
    márgenes y variaciones negativas en las ventas.

    Sin embargo, estas cifras pueden resultar
    engañosas, si se tiene en cuenta que la rentabilidad
    corresponde a un cociente y, por lo tanto, se altera en la medida
    en que los cambios porcentuales de dividendo y divisor sean
    diferentes.

    En este aspecto, ocurre una nueva paradoja: los auges
    coyunturales en la economía y la construcción
    aumentan las ventas de cemento y las utilidades operativas, lo
    que se traduce en crecimiento de la rentabilidad
    de los activos de operación, pues con los mismos activos
    se hicieron más ventas y ganancias. Pero las expectativas
    de que la fase de expansión continúe estimula
    inversiones
    adicionales y, al hacerlas efectivas, se reduce la productividad de
    los activos de operación en el período siguiente.
    Este es precisamente el fenómeno mostrado en los
    gráficos 3.27 y 3.28, pues los años en los cuales
    se hacen los esfuerzos de expansión y reconversión
    son los que arrojan los más bajos indices de rentabilidad.
    Así por ejemplo, en los Informes, se pueden
    identificar, entre otras, dos inversiones
    significativas: instalación y montaje de dos plantas de
    mezclas, una
    en el barrio Caribe de Medellín y otra en el municipio de
    Marinilla.

    Bajo la perspectiva de una política coyuntural
    activa, cabe pensar que la aprobación y desarrollo de
    estos proyectos
    -aún en períodos de recesión- obedecen al
    reconocimiento de alguna ciclicidad en la actividad constructora.
    Sin embargo, en los Informes no se consigna
    anotación alguna en tal sentido.

    En el caso de Argos, para una mejor comprensión
    de la rentabilidad
    arrojada por los activos operacionales, conviene señalar
    -además- que la empresa registra un alto índice de
    propiedad,
    definido como el valor del patrimonio
    dividido por el valor de los activos totales. En efecto, dicho
    índice paso de 0.48 a 0.93 entre 1982 y 1993, si bien este
    notorio incremento se explica, en gran medida, por las
    valorizaciones o actualización de los precios de
    adquisición de los activos (ver gráfico No. 3.29).
    El índice de valorización (valorizaciones sobre
    activos totales) cae a partir de 1993, mientras el de patrimonio
    continúa incrementándose.

    Estas observaciones permiten deducir que el impacto de
    la coyuntura sobre ciertos indicadores
    financieros está mediatizado por la estructura
    patrimonial de la empresa. Mientras ésta sea más
    débil, la incidencia de los fenómenos coyunturales
    en el desempeño empresarial quizás sea
    mayor.

    3.3.2.5 Indicadores
    financieros de liquidez

    En el gráfico No. 3.30 se muestra la
    evolución de tres indicadores de liquidez para Argos en el
    período 1980-1995; ellos son: razón corriente,
    prueba ácida y capital neto de trabajo. La primera es el
    cociente entre activos y pasivos corrientes; la prueba
    ácida constituye una modificación de la
    razón corriente, pues en el numerador considera los
    activos corrientes menos los inventarios.
    Finalmente, el capital neto de trabajo (cuyos valores se
    registran en el eje derecho del gráfico) es la diferencia
    entre activos y pasivos corrientes; es decir, constituye una
    cifra en valores absolutos (millones de pesos).

    Para entender la relación entre coyuntura
    económica y liquidez empresarial, hay que tener en cuenta
    que esta última está determinada por dos factores:
    la naturaleza misma del producto
    -perecedero o durable- y las políticas
    internas de ventas, es decir, el volumen de
    cartera que la empresa está dispuesta a manejar. En el
    caso del cemento, por su naturaleza es un producto
    relativamente perecedero que los constructores no adquieren para
    almacener durante largos períodos. Es decir, la
    producción y venta de cemento
    es un negocio bastante líquido, como se corrobora con la
    alta rotación de inventarios (ver
    gráfico No. 3.24C).

    Estas características del negocio cementero son
    las que se ponen de presente en el gráfico 3.30, en el
    cual se aprecia que la liquidez fluctúa en forma
    análoga a las ventas, es decir, la liquidez está
    directamente relacionada con los impactos de la coyuntura
    económica sobre la demanda de cemento. Sin embargo,
    también en este aspecto existe un margen de maniobra
    financiero por parte de la empresa -el cual impide que la
    coyuntura se manifieste en su plenitud a través de los
    indicadores de liquidez considerados-. En particular se trata del
    manejo de corto plazo, dado a los excedentes de liquidez, los
    cuales, en proporción importante, se convierten en
    préstamos a particulares (ver gráfico 3.31, donde
    se presenta su valor relativo, en términos de activos
    corrientes).

    La importancia de este manejo financiero de la liquidez
    se refleja en el hecho de que el índice de acreencias
    (línea continua del gráfico precedente), siempre ha
    estado por
    encima del 20% de los activos corrientes, e incluso, en 1989,
    llegó a superar el 50%. Como contrapartida, Argos presenta
    una de las relacionas más bajas de apalancamiento gracias
    a la naturaleza de su estructura financiera y a su capacidad de
    generar caja. En efecto, el mismo gráfico 3.31 muestra una
    clara tendencia decreciente en el índice de endeudamiento
    (medido como los pasivos sobre los activos totales), el cual
    tiene un comportamiento totalmente inverso al del índice
    de propiedad
    antes descrito.

    Estos parámetros pueden ser la consecuencia
    lógica
    de una politica de carácter más estructural que
    coyuntural, consistente en capitalizar periódicamente
    parte de las utilidades y destinar permanentemente reservas
    financieras para la adquisiciòn de acciones en
    empresas que promueven el desarrollo del país.

    3.3.3 INDICADORES DE INVERSION

    Como se anotó al inicio de este análisis
    financiero de la empresa Argos, ésta consagra muchos
    de sus recursos a la
    inversión en otras actividades económicas
    diferentes a la producción y venta de cemento
    y concreto. Por su naturaleza, los ingresos así obtenidos
    no se encuentran afectados por los mismos factores coyunturales
    que el negocio cementero, lo que amerita un tratamiento diferente
    para no realizar un examen incompleto de la situación
    financiera de Argos.

    En el gráfico 3.32 aparece el ciclo de de estas
    inversiones, medido a través de sus incrementos
    porcentuales anuales. Dentro de él, se pueden distinguir
    dos fases: una de descenso entre 1982 y 1986 y otra de
    crecimiento entre 1986 y 1994. Si se compara este gráfico
    con el de la liquidez (No. 3.30) se observa que en el año
    de 1982 coinciden dos fenómenos opuestos: un aumento en
    las inversiones no cementeras y una caída en el capital de
    trabajo dedicado a la industria del cemento. En los
    años siguientes, ocurrió el proceso inverso:
    decayeron los recursos
    adicionales dedicados a inversiones distintas a la
    producción y venta de cemento,
    al mismo tiempo que se recuperó el capital de
    trabajo consagrado a esta actividad.

    Al parecer, la gerencia de
    ese entonces percibió incorrectamente la coyuntura de
    comienzos de la década pasada. Creyó contar con
    recursos
    monetarios excedentes, susceptibles de invertir en otras
    actividades, pero lo que ocasionó fue una crisis de
    liquidez, produciendo, incluso, una escasez de capital de
    trabajo en 1982 y 1983. Esta apreciación sugiere que
    la dinámica de las inversiones en otras actividades
    productivas y financieras han sido el reflejo de las expansiones
    coyunturales de la industria del cemento, durante las cuales se
    generan excedentes de liquidez aprovechables en otros negocios.
    Así se explica el notorio incremento registrado en 1993
    (ver gráfico 3.32).

    3.3.3.1 Rentabilidad de las inversiones en
    sociedades

    Para analizar la rentabilidad de este rubro es necesario
    diferenciar entre dividendos y participaciones, según la
    distribución de las inversiones entre
    sociedades
    anónimas y limitadas; pero además es necesario
    distinguir, en el primer caso, entre los dividendos liquidados y
    las valorizaciones accionarias.

    En efecto, mientras la liquidación de
    participaciones en sociedades
    limitadas, y de dividendos en sociedades
    anónimas, generan traslados de efectivo a la matriz; la
    valorización del precio de las
    acciones
    incrementa el rendimiento de las inversiones realizadas en
    éstos papeles, si bien no implican la percepción
    inmediata de recursos
    monetarios.

     

    Dado que el cambio de
    procedimiento
    contable en el registro de las
    inversiones (de costo a método de
    participación), a partir de 1.994, reconoce como ingreso
    la participación porcentual de los ingresos obtenidos por
    las subordinadas y no los dividendos y utilidades transferidas
    por éstas, que directamente afectan las inversiones, fue
    necesario hacer los ajustes pertinentes para lograr la
    consistencia en la información y validar hasta donde fuese
    posible la tendencia y comportamiento.

    En este sentido, el gráfico No. 3.33 muestra un
    rendimiento promedio de las inversiones en sociedades. En
    él sobresalen los años 1991, 1992, 1993 que fueron
    los que mejor resultados arrojaron. Por cada peso invertido en
    sociedades se
    obtuvieron $0.18, $0.19 y $0.24. El año que más
    baja rentabilidad presenta fue 1995 en el que apenas se
    recibieron $0.06.

    Por su parte, el gráfico No. 3.34 registra el
    crecimiento, en valores absolutos, de las valorizaciones
    accionarias. Los datos más significativos corresponden a
    los años 1992 y 1994, fruto de los mayores precios
    alcanzados por las acciones,
    según el comportamiento del IBOMED. El año 1.995
    refleja una variación negativa drástica pero
    influenciada más por la eliminación de la
    práctica contable de incluir valorizaciones en acciones
    registradas según el método de
    participación

     

    Por último, dentro de este análisis
    financiero de Argos conviene destacar la importancia relativa
    de las valorizaciones. Para el efecto se han construído
    los gráficos números 3.35 y 3.36. En el primero se
    muestra el rendimiento adicional de las valorizaciones con
    respecto al valor de las inversiones en sociedades. En
    este caso, a diferencia del gráfico 3.34, las cifras
    indican que el mejor año fue 1993, cuando por cada peso de
    inversión en sociedades se
    contabilizaron 3.56 derivados del crecimiento de las
    valorizaciones.

    El gráfico No. 3.35 indica la rentabilidad
    promedia de las valorizaciones en el conjunto de inversiones en
    sociedades,
    expresada en pesos constantes; de esta manera, hacia 1992, las
    valorizaciones generaron $35.89 por cada de inversión en
    sociedades.
    Como puede verse en los gráficos, estos dos indicadores
    guardan tendencias similares al crecimiento de las inversiones,
    de sus rendimientos y de sus valorizaciones; es decir, registran
    un crecimiento continuo desde mediados de los años 80
    hasta comienzos de los años 90, cuando parece iniciarse un
    proceso inverso.

    En síntesis, el conjunto de gráficos sobre
    este tipo de inversiones evidencia dos fenómenos: por una
    parte, su estrecha relación con los excedentes de liquidez
    arrojados por la producción y venta de cemento; por la
    otra, la importancia creciente de las valorizaciones contables
    derivadas de
    fenómenos económicos (como las variaciones en los
    precios de mercado de las acciones) y
    legales, como los cambios en las normas y procedimientos de
    registro
    contable.

    REFERENCIAS
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    INDICE

    Página

    PRESENTACION 1

    CAPITULO PRIMERO: ASPECTOS TEORICOS 5

    1EL CARACTER DINAMICO DE LA ACTIVIDAD
    ECONOMICA 7

    1.1LA NATURALEZA DEL CICLO
    ECONÓMICO 9

    1.1.1 UNA ILUSTRACION MATEMATICA 12

    1.1.1.1Interpretación tradicional: ciclo
    estocástico alrededor de una tendencia
    determinística 12

    1.1.1.2Interpretación alternativa: serie
    estacionaria en la primera derivada 14

    1.1.2 CICLOS DE REFERENCIA Y CICLOS
    ESPECIFICOS 19

    1.1.3DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO
    DE LOS CICLOS ECONÓMICOS 20

    1.2 TEORIA DE LA COYUNTURA ECONOMICA 22

    1.2.1 CICLOS Y COYUNTURAS 23

    1.2.1 LA COYUNTURA EN LA TEORIA
    ECONOMICA 26

    1.3 EMPRESA Y COYUNTURA ECONOMICA 27

    1.3.1 LA ACTITUD
    EMPRESARIAL FRENTE A LA COYUNTURA 28

    1.3.2 LA SENSIBILIDAD COYUNTURAL DE LA
    EMPRESA 29

    CAPITULO SEGUNDO: ASPECTOS
    METODOLOGICOS 31

    2.1DETERMINACIÓN DEL CICLO DE
    REFERENCIA 32

    2.2MEDICIONES DE LA CICLICIDAD Y DE LA
    SENSIBILIDAD

    COYUNTURAL DE LA EMPRESA 34

    2.2.1NOTA TÉCNICA SOBRE LA MEDICIÓN DE LA
    SENSIBILIDAD 36

    2.2.1.1 Mediciones estadísticas de la sensibilidad
    coyuntural 37

    2.2.1.2Criterios técnicos para validar los
    coeficientes de correlación 39

    2.2.1.3Pruebas de validación de los supuestos
    básicos 40

    2.2.1.3.1 Contrastes de
    autocorrelacion 40

    2.2.1.3.2Supuesto de homocedasticidad (igual
    dispersion) 41

    2.2.1.3.3Supuesto de normalidad 41

    2.2.1.3.4Supuesto de la forma funcional
    correcta 42

    2.2.1.4 Una nota sobre el uso de transformaciones
    logaritmicas 43

    2.3EL PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION
    FINANCIERA 44

    2.3.1 LAS UTILIDADES OPERACIONALES 44

    2.3.2 LAS UTILIDADES NO OPERACIONALES 45

    2.3.2.1Las utilidades contables 46

    2.3.2.2Las utilidades por liquidación de activos
    físicos 48

    2.3.3 LOS INGRESOS OPERACIONALES 48

    2.4MARCO ANALITICO PARA LAS SINOPSIS DE LOS
    INFORMES

    ANUALES DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS 49

    2.4.1 DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES
    CONSIGNADAS

    EN LAS MATRICES CUALITATIVAS 50

    2.4.1.1Entorno económico 50

    2.4.1.2Ventas 51

    2.4.1.3Materia Prima 51

    2.4.1.4Costos 52

    2.4.1.5Laboral 52

    2.4.1.6Tecnología 52

    2.4.1.6Tecnología 52

    2.4.1.7Filiales y subsidiarias 53

    CAPITULO TERCERO: ANALISIS DE CASOS: ARGOS
    S.A. 54

    3.1EL ENTORNO SECTORIAL 55

    3.1.1La ciclicidad de la actividad
    constructora 56

    3.1.2 La ciclicidad de la actividad
    edificadora 59

    3.1.2.1"Los ciclos de la edificación en Colombia 1950
    -1993. Otra mirada" 59

    3.1.2.2"La edificación y la política
    macroeconómica" 60

    3.1.3 Síntesis sobre la ciclicidad
    sectorial 62

    3.2CARACTERISTICAS CICLICAS Y COYUNTURALES DE ARGOS
    63

    3.2.1 Identificación del ciclo de
    referencia 64

    3.2.1.1Aclaración
    metodológica 65

    3.2.1.2 Determinación gráfica del ciclo de
    referencia 66

    3.2.1.2.1 Ciclicidad frente al PIB 67

    3.2.1.2.2Ciclicidad frente al PIB de la
    construcción 68

    3.2.1.2.3Ciclicidad frente a las licencias de
    edificación aprobadas 69

    3.2.1.2.4Ciclicidad frente a los gastos en
    edificación y obras públicas 71

    3.2.2Validación
    econométrica 73

    3.3.CARACTERISTICAS FINANCIERAS DE CEMENTO ARGOS
    S.A. 77

    3.3.1 CRITERIOS PARA RECLASIFICAR LA
    INFORMACIÓN 78

    3.3.2 INDICADORES DE GESTION 79

    3.3.2.1 Ingresos operacionales 80

    3.3.2.2 Costos operacionales 83

    3.3.2.3 Estructura de los ingresos 87

    3.3.2.4 Productividad de
    la inversión 88

    3.3..2.5 Indicadores
    financieros de liquidez 90

    3.3.3 INDICADORES DE INVERSION 92

    3.3.3.1 Rentabilidad de las inversiones en sociedades 95

     

     

    Autor:

    Isabel Olaya

    Realizado por el grupo de
    economia y empresa de la Universidad Eafit
    (GEE)

    Coordinador Alberto Jaramillo

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