Monografias.com > Epistemología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Sobre Cristóbal Colón, el descubrimiento y el cambio de paradigma



    "… si nadie reaccionara a las anomalías o
    a las flamantes teorías de tal manera que se corrieran
    grandes riesgos,
    habría pocas o ningunas revoluciones" (Thomas
    Kuhn)

    Nuestro trabajo abre
    un espacio de debate entre
    lo que se considera un conocimiento
    casual, uno científico y otro religioso. Para ello, vamos
    a tomar como referencia el hecho del descubrimiento de
    América, situando la discusión en la figura
    central que representa Cristóbal Colón.

    Nos formulamos una serie de preguntas entre las cuales
    se encuentran: ¿Colón conocía la existencia
    de tierras más allá del mundo conocido?
    ¿Cuáles fueron sus fuentes de
    información? ¿Fue conocimiento
    científico, vulgar o fue por una revelación
    divina? ¿Cuál fue la
    motivación que lo llevó a realizar ese
    viaje?

    Según datos
    históricos, el descubridor desde su niñez
    había incursionado en viajes marinos
    entre las regiones de las islas Madeira, Azores y Canarias,
    habiendo estudiado cartas
    náuticas y mapas
    cosmográficos en Lisboa, capital del
    saber de la época.

    Hay indicios y alguna prueba razonable, como el
    preámbulo de las Capitulaciones de Santa Fe que dejaba
    entrever la prueba documental decisiva de que Colón se
    atribuye, antes de 1492, descubrimientos en el océano que
    ahora transfiere a los Reyes Católicos, es decir que
    cuando elaboró su plan descubridor,
    sabía más de lo que decía.

    A pesar de que existen algunas suposiciones encontradas
    respecto a su formación religiosa, creemos que se
    sentía "instrumento de la Providencia" para descubrir
    aquellas tierras. Relatos de sus viajes realizados entre los
    años 1477 y 1482 cuentan que se encontró en
    presencia de lo que él mismo calificó de "milagro
    evidentísimo", escrito en sus cartas con las siguientes
    palabras: "Me abrió Nuestro Señor el entendimiento
    con mano palpable a que era hacedero navegar de aquí a las
    Indias, y me abrió la voluntad para la ejecución de
    ello. Y con este fuego vine a Vuestras Altezas".

    Su investigación se basó en textos de
    origen católico, apostólico, romano, pero al
    defender su teoría
    de la redondez de la tierra y su
    ideal de concretar una nueva vía de navegación para
    llegar a las Indias Orientales navegando por el oriente, sus
    citas fueron tanto de origen religioso como empírico.
    Varios historiadores dan cuenta de que para elaborar su plan
    descubridor, citó en su defensa fuentes tales
    como: la Historia "Rerum Ubique
    Gestarum" del Papa Pío II; la "Imago Mundi" que en 1410
    escribiera el cardenal y teólogo francés Pierre
    d'Ailly en la que sugiere que se podría llegar a las
    Indias desde el Oeste; en los textos bíblicos, en especial
    en los Apócrifos en los cuales basó sus
    cálculos de viaje. Además en la Correspondencia y
    Mapa realizada en 1474 por del sabio y geógrafo florentino
    Paolo dal Pozzo Toscanelli.

    Este mapa del mundo conocido lo realizó,
    probablemente a finales del siglo XV en Génova, Paolo
    Toscanelli, y representa el alcance del conocimiento europeo
    antes del inicio de las grandes exploraciones de la última
    década del siglo XV. No se había realizado
    ningún progreso en la geografía europea
    desde el siglo II, fecha en la que el geógrafo griego
    Tolomeo recopiló la información en la que se basó este
    mapa. Parece que Toscanelli fue el primero en lanzar la idea de
    llegar a Asia navegando
    hacia el oeste, idea que siguió Cristóbal
    Colón. Scala/Art Resource, NY

    Entre las fuentes de conocimiento a las que
    podría haber recurrido Colón podemos citar al
    movimiento
    filosófico y teológico denominado
    escolástico, que intentó utilizar la razón
    natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de
    Aristóteles para comprender el contenido
    sobrenatural de la revelación cristiana. Se destaca la
    idea de la armonía fundamental entre razón y
    revelación, tal como lo defendiera Santo Tomás de
    Aquino.

    Los escolásticos afirmaban que el mismo Dios era
    la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad era uno de
    Sus principales atributos. No podía contradecirse a
    Sí mismo en estos dos caminos de expresión.
    Cualquier oposición aparente entre revelación y
    razón podía deberse o a un uso incorrecto de la
    razón o a una errónea interpretación de las palabras de la
    revelación.

    Como los escolásticos creían que la
    revelación era la enseñanza directa de Dios, ésta
    tenía para ellos un mayor grado de verdad y certeza que la
    razón natural. En los conflictos
    entre fe religiosa y razonamiento filosófico, la fe
    actuaba siempre como árbitro supremo. Podemos inferir que
    durante el período escolástico la filosofía
    estuvo al servicio de la
    teología, no sólo porque la verdad de la
    filosofía estaba subordinada a la de la teología,
    sino también porque los teólogos utilizaban la
    filosofía para comprender y explicar la
    revelación.

    Con lo expresado vale la reflexión que al
    presentar su Teoría de la Redondez de la Tierra,
    Colón basó su defensa en esta filosofía
    uniendo lo que él presentó como "revelación"
    con los datos científicos con que podría haber
    contado.

    Nicolás Copérnico hizo referencia a la
    esfericidad de la tierra en su obra Sobre las revoluciones (De
    los orbes celestes) publicado en 1530, cuestión que nos
    lleva a pensar que dicha teoría ya estaba presente en el
    entorno en los años previos al viaje en
    cuestión.Por lo tanto, la "aventura" del descubrimiento
    poseía una base de datos
    reconocible como cierta.

    Cabe destacar que en este período el vulgo
    mantenía creencias sostenidas por la Iglesia
    durante siglos que indicaban que la Tierra era plana y
    aventurarse a sobrepasar los límites
    conocidos acarreaban la desaparición y tormento de los
    navegantes.

    La credulidad y la falta de sentido crítico eran
    el mejor alimento para que el error, las fábulas,
    las leyendas y la
    superstición crecieran y se multiplicaran. Un ejemplo es
    la creencia que provenía de la mitología hindú, que afirma que la
    Tierra es una plataforma plana, sustentada por varios elefantes
    que, a su vez, se apoyan en el caparazón de una tortuga
    gigante y que los sismos se
    debían al movimiento de algunos de estos animales.

    También los chinos a pesar de tener unos mapas
    perfectamente detallados, creían que la Tierra era plana y
    que China estaba
    en el centro.

    Otro ejemplo de esa Europa medieval
    era la creencia de que en regiones lejanas del mundo habitado y
    conocido existía un mundo de monstruos y animales
    fantásticos. Más allá de los pequeños
    espacios costeros, el océano se hacía impenetrable
    y desconocido para el hombre. Con
    estos relatos, cualquier viajero o navegante con
    imaginación trataba de relacionar lo que veía con
    aquello que había leído o le habían contado.
    Es una opinión generalizada que la Edad Media fue
    un largo milenio caracterizado por la ignorancia y el desorden,
    edad oscura de escaso cultivo cultural.

    Una cosa era el
    conocimiento vulgar donde abundaban las leyendas medievales y
    otra el conocimiento teórico, religioso de la época
    en los cuales debió basarse Colón para su plan
    estratégico, por ello debió descartar los
    primeros y asirse de los segundos. Largo y costoso, nada casual,
    su emprendimiento estuvo motivado por una serie de factores
    sociales, económicos, religiosos y técnicos; y se
    apoyó en impulsos políticos y
    científicos.

    Antes de que el océano Atlántico abriera
    sus puertas, se suponía en el ámbito
    académico que la tierra era esférica. Tal creencia
    no admitía discusión ni entre expertos, ni entre
    simples aficionados a la geografía, cosmografía o
    astronomía.

    Para sostener esta teoría se habían
    profundizado estudios sobre escritos de los filósofos griegos Pitágoras y
    Aristóteles, quienes dieron evidencias en
    el año 340 a.C. acerca de la esfericidad de la Tierra. El
    cristianismo
    habría propiciado un "olvido" del saber griego y romano en
    el mundo mediterráneo entre los años 300 y 1300 y
    se esmeró en afianzar el dogma de la fe y del
    cristianismo, suprimiendo los estudios de los sabios de la
    antigüedad.

    Según datos de la época Toscanelli fue el
    primero en lanzar la idea de llegar a Asia navegando hacia el
    oeste, esta suposición habría sido considerada por
    Colón aproximadamente entre los años de 1477 y
    1482, época en la cual según sus cartas de
    navegación lo hiciera asiduamente entre las islas
    atlánticas de Madeira, Azores y Canarias.

    En el ejemplo que estamos considerando existe una
    frontera entre
    el conocimiento real sobre los viajes que poseía
    Colón (conocimiento científico) y la posibilidad de
    descubrir una bisagra que podían dar pie a una nueva
    concepción del cosmos (conocimiento metafísico) que
    permitieron la realización de nuevas teorías. Estas
    consideraciones indudablemente estuvieron presentes al momento en
    que debió explayarse ante la corte española para
    conseguir el apoyo necesario.

    En el plano económico, los hechos que
    precipitaron el descubrimiento habrían estado
    centrados en la imposibilidad de España de
    llegar a las Indias por el oriente debido a la caída de
    Constantinopla en 1453; el control turco
    sobre el Mediterráneo oriental; el alto costo de los
    impuestos; los
    peligros en las rutas terrestres y el descubrimiento de una nueva
    ruta comercial realizada por los portugueses, quienes siguiendo
    la costa de África hacia el sur, en 1486 llegaron al cabo
    de Nueva Esperanza, abriendo un nuevo mercado.

    En el debate llevado a cabo por Colón ante los
    Reyes Católicos, expone sus premisas recurriendo a la
    persuasión, lo que le permite conseguir la
    financiación necesaria y además la posibilidad de
    una demostración práctica de las teorías
    presentadas. La persuasión aludida es el motivo por el
    cual los monarcas abandonan las generalizaciones del entorno y
    superan la concepción que al momento poseían y
    creían, al punto de decidirlos a apoyar el proyecto de
    Colón.

    Lo que se debe tener en cuenta, en coincidencia con lo
    dicho por Kuhn es que un hecho aparentemente sencillo y aislado
    como el descubrimiento de América
    genera una revolución
    en todos los órdenes (social, político,
    económico, científico, etc.) cuya magnitud supera
    todos los debates conocidos e instala nuevos paradigmas que
    hasta el día de hoy son discutidos en los ámbitos
    académicos.

    Cristóbal Colón poseía una
    curiosidad natural y científica, la primera nos remite a
    su gran deseo por "ver" que se reflejan en el cúmulo de
    experiencias y observaciones hechas y la segunda a su interés
    por "comprender" através de la confrontación de sus
    conocimientos con la demostración empírica de la
    realidad.

    Con el descubrimiento se propició una
    revolución del conocimiento, provocando un quiebre de
    paradigmas. Se producen dos fenómenos importantes, por un
    lado se habla del inicio de una nueva etapa donde la materia de
    estudio pasará a ser la redondez de la tierra. Por el otro
    se modifica el viejo adagio de que la tierra era plana y
    gobernada más allá de sus fronteras por la
    mitología. Con esto no sólo se confirman
    teorías, sino que se generan nuevos caminos
    científicos.

    Es el período de transición entre la Edad
    Media y el Renacimiento
    donde se producen una ebullición de ideas que favorecen a
    las ciencias (paso
    de la teoría geocéntrica a heliocéntrica) y
    debilita el poder
    hegemónico de la Iglesia Católica. Todos estos
    eventos
    llevarían al despertar cultural y
    científico.

    En el siglo II d.C. Claudio Tolomeo propuso una
    versión detallada de la visión geocéntrica
    del Universo, ya
    antigua en su época. Este modelo
    (izquierda) representa a la Tierra inmóvil, con los
    planetas, la
    Luna y el Sol girando
    a su alrededor. El sistema de
    Tolomeo fue aceptado por los astrónomos y los pensadores
    religiosos durante unos mil años. En el siglo XVI
    Nicolás Copérnico resucitó otra idea
    antigua, el modelo heliocéntrico del Universo. El nuevo
    modelo fue rechazado por la Iglesia, pero poco a poco fue
    ganando aceptación científica. Los datos de
    Copérnico no eran más precisos que los de
    Tolomeo, pero sus ideas se ajustaban mejor a la nueva física que se
    desarrolló en el siglo XVII.

    Luego de analizar las circunstancias por las que
    debió atravesar Cristóbal Colón para
    concretar su ideal de viajar hacia el Occidente y de confirmar
    suposiciones que hasta ese momento se manifestaban como
    teorías, nos encontramos con nuevos hechos que dan pie a
    discusiones sobre la importancia del descubrimiento.

    "Sin duda puede haber épocas en que una verdad
    encontrada se olvide", la Europa medieval, estancada cultural y
    científicamente no alcanzó a todos, unos pocos
    conservaron el conocimiento de los pensadores de la
    antigüedad clásica, "parece que la verdad espera un
    renacimiento"(Bachelard). Tampoco logra evitar el
    avance de los acontecimientos que generarían tan profundas
    modificaciones.

    Estos hechos fueron algunos de los desencadenantes que
    propiciaron la conformación de nuevos paradigmas, puntos
    de partida de una nueva línea de
    investigación.Colón jamás habría
    sospechado que su anhelo de intentar demostrar una teoría
    tal como la redondez de la tierra abría nuevas
    posibilidades de estudios que en la actualidad todavía
    constituyen un desafío para el hombre.

    Nos incluimos en ese desafío.

    BIBLIOGRAFÍA

    Kuhn, Thomas Samuel – La estructura
    de las revoluciones científicas – Fondo de
    Cultura
    Económica – México – 1980 – Pág.
    268 a 319

    Bachelard, Gastón – El compromiso
    racionalista "La actualidad dela historia de las ciencias"
    – Pág. 148 a 164

    Popper, Karl Raimundo – Conjeturas y
    Refutaciones – El desarrollo
    del conocimiento científico – "Cap. 11 La
    demarcación entre la ciencia y la
    metafísica" – Paidós –
    Barcelona 1983 – Pág. 309 a 353

    Enciclopedia® Microsoft® Encarta 2001. © 1993-2000
    Microsoft Corporation.

     

     

     

    Claudia María Alejandra Colazo
    Lloret

    Profesora en Educación
    Preescolar

    Profesora en Portugués

    Especialista en Alfabetización
    Intercultural

    Maestrando en Enseñanza de la Lengua y la
    Literatura

    Manuel Eduardo Jara

    Profesor en Portugués

    Maestrando en Enseñanza de la Lengua y la
    Literatura.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter