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El dogma del librecambio




Enviado por Ricardo Lomoro



     

     

     

    …."Continuad, señor; pero procurad hacer en
    este mundo tanta gente feliz como individuos habéis
    quitado de el"…..

    Voltaire, Cartas Escogidas
    de, al Rey de Prusia

     

    El Preguntero

    He deseado convocarlos a unos diálogos "docentes". En
    momentos de "dogma", de "razones" sin dudas, de monotonía
    intelectual, tal vez, los únicos que puedan cometer
    "delitos de opinión económica", sin temer a las
    represalias y aislamiento de los adalides del "orden
    establecido", sean los…."viejos fantasmas".

    Si todo ocurre como espero —o supongo—
    usted, señor Friedrich List, asumirá la
    justificación del bloque europeo, la conveniencia de un
    proteccionismo necesario y suficiente, y el perfeccionamiento de
    la economía
    nacional. Por otro lado, usted señor Friedrich Hayek,
    interpretara el papel de abogado defensor de la escuela del libre
    cambio, de la
    economía cosmopolita, de la competencia y del
    individualismo.

    Utilizando vuestras propias palabras "aunque la historia jamas se repite por
    completo, y precisamente porque no hay evolución inevitable, podemos hasta cierto
    punto aprender del pasado para evitar la repetición del
    mismo proceso"…

    Pareciera que un acontecimiento natural "inevitable" ha
    instalado la "globalización económica" en la tierra, y
    todo se resumiera a competir, maximizar beneficios y liberar los
    movimientos de mercancías, servicios y
    capitales.

    Los Estados Unidos, o
    los intereses económicos que representan —mejor
    dicho—, imponen un "orden internacional" que no solo se
    acata —servilmente—, sino que ni siquiera se
    cuestiona, discute, o al menos, se intenta moderar.

    Japón, que no lo discute, lo modera a
    través de las "guías administrativas" y protege su
    mercado interior
    —todo lo que puede—, mientras, aprovecha la apertura
    del mercado internacional en beneficio propio.

    Europa, no lo discute, no lo modera, y tampoco lo
    aprovecha. Su heterogeneidad; los resabios nacionalistas de
    algunos países; y su complejo de inferioridad la dejan
    inerme ante cualquier intento de establecer una política
    económica que privilegie el desarrollo de
    sus fuerzas productivas.

    Todavía acepta la existencia de un ejercito de
    ocupación interior —OTAN— y, de igual manera,
    se rinde ante los dictados de otro ejercito de ocupación
    financiera —FMI— o
    económica —OMC, OCDE—,
    entregando su mercado a cambio de nada.

    Falta conciencia
    europea?. Es conveniente y necesario que exista?. Es la
    globalización económica inevitable?. Puede
    Europa ser
    competitiva?. Como, cuando, donde?. Todo se soluciona con "mas
    mercado"?. Hasta donde puede beneficiar a Europa la apertura
    económica?.

    Su turno Profesor
    List.

     

    Friedrich List:

    Un autor comentaba hace poco (James Follow—l994)
    que "los estadounidenses e ingleses con frecuencia piensan como
    si sus principios fueran
    los únicos y que nadie, excepto por error, podría
    concebir otros".

    Otro (el Profesor Thomas Huber, especialista en Japón)
    sostiene que la política
    económica y la economía japonesa se sustentan en
    una visión estratégica. El MITI ordena la
    economía de tres maneras: orientación de políticas,
    orquestación de los principales flujos de fondos, organización del suministro de algunas
    materias primas. El sistema permite
    alcanzar las ventajas del sistema planificado y el sistema
    competitivo de mercado y supera a ambos.

    Lo que se hecha en falta, desde el punto de vista
    europeo, es la ausencia de una estrategia
    alternativa de desarrollo
    económico, sustentado en una concepción
    diferente de la política de comercio
    exterior.

    Como dije oportunamente (1841) "hemos conocido ejemplos
    de naciones que han perdido su independencia
    y hasta su existencia política precisamente porque sus
    sistemas
    comerciales no sirvieron de estimulo al desarrollo y
    robustecimiento de su nacionalidad….

    …Cuanto mas rápidamente progresa el afán
    inventivo de la industria y el
    espíritu de perfeccionamiento, el anhelo de la integración social y política, tanto
    mayor es la distancia que existe entre las naciones estancadas y
    las progresistas, y es por lo tanto mas peligroso quedarse
    atrás"….

    Los países que reúnen ciertas
    potencialidades, deben aplicar una estrategia de desarrollo
    integral, para alcanzar a los países mas avanzados, como
    factor de supervivencia nacional. Desde l841 a hoy este
    requerimiento no ha cambiado y —desgraciadamente—
    pocas veces ha sido —suficientemente—
    atendido.

    Si hubiera sido ingles —en su momento, o
    americano, luego— difícilmente hubiera puesto en
    duda el principio fundamental de la teoría
    de Adam Smith.
    Desde Pitt hasta Melbourne su teoría había sido
    utilizada por los ministros ingleses para echar tierra en los
    ojos de otras naciones, en provecho de Inglaterra…de
    algún modo el libre cambio era un "caballo de Troya" que
    utilizaba Inglaterra.

    Pero, veamos, antes de continuar, algunas ideas
    sustentadas en 1841, sobre la "teoría
    dominante":

    "Es innegable, que sin una sólida
    teoría resulta imposible llegar a una practica
    consecuente. Ciertamente podría decirse que los estadistas
    ingleses han desarrollado, por espacio de siglos enteros, una
    excelente practica sin recurrir a la teoría; a ello puede
    objetarse, sin embargo, lo siguiente: la máxima de vender
    artículos manufacturados y comprar materias primas ha
    constituido, para los ingleses, por espacio de siglos enteros,
    una verdadera teoría; sin embargo, esto es solo verdad a
    medias, puesto que, como es sabido, la conocida máxima no
    ha impedido que Inglaterra prohibiera en distintas épocas
    la importación de cereales y otros productos
    agrícolas.

    (en respuesta a Smith) El mundo de los bienes no
    existe. El concepto de mundo
    implica una sustancia espiritual y vivida, aunque solo sea la
    vida animal o el espíritu de los animales. Quien
    podría hablar, por ejemplo de un mundo mineral?. Suprima
    el espíritu, y todo cuanto se llama un bien se
    convertirá en materia
    inerte.

    Nuestra critica se limita a la teoría del
    comercio
    internacional y de la política
    comercial.

    Como es posible, pensaba yo, que en una ciencia
    experimental como la economía
    política pueda producir algo útil un hombre que de
    tal modo rechaza el testimonio de la experiencia?(se refiere a
    Lotz).

    Si los autores se han limitado a copiar o a comentar
    sus antecesores, y han sacado toda su experiencia de los libros, es
    natural que se sorprendan e inquieten cuando se les ofrecen
    experiencias vivas e ideas nuevas que contradicen su
    sabiduría escolar.

    Derivan toda su sabiduría de Adam Smith, un
    hombre limitado, pero sagaz en su limitada esfera, cuyos
    principios son proclamados por ellos, con cualquier motivo, en
    tono prolijo y doctrinal. Su ciencia es sumamente fácil,
    pues con independencia de todas las ideas y separándose de
    las demás direcciones del pensamiento
    humano, construye un "estado
    mercantil general adecuado a todas las naciones y circunstancias;
    cuyo arte consiste en
    dejar que las gentes hagan lo que quieran". Su punto de vista es
    el de interés
    privado: no se da cuenta de que para el estado debe
    existir algo mas excelso, en virtud de lo cual todas las
    actividades adquisitivas deben seguir otra dirección distinta de la que anhela quien
    solo trata de gozar de una manera vulgar. Es natural que
    semejante sabiduría, expuesta con una sagacidad
    difícil de soslayar, consciente y docta, ilustre a un
    siglo que tiene ese mismo punto de vista.

    (sobre Gran Bretaña) En ningún otro
    tiempo ha
    visto el mundo tampoco una supremacía manufacturera y
    mercantil que dotada con energías inmensas como la de
    nuestros días, aplicase un sistema tan consecuente y
    poderoso, con tendencia a monopolizar todas las industrias
    manufactureras, todos los grandes negocios
    mercantiles, toda la navegación, todas las colonias
    importantes, todo el dominio de los
    mares, y a hacer vasallos suyos a todas las naciones, como los
    indios, en el orden manufacturero y comercial.

    Instigado por las promesas de la teoría,
    América
    del Norte se dejo seducir, y abrió sus puertas a las
    mercancías inglesas. Que frutos reportó allí
    la libre concurrencia?. Convulsión y ruina.

    Experiencias de esta especie suscitan con
    razón la duda de si la teoría es tan infalible como
    ella misma supone, o la practica tan insensata como pretende la
    teoría; despiertan también el temor de que nuestra
    nacionalidad
    corra en definitiva peligro de fenecer por un error mental de la
    teoría; como aquel paciente que por observar una receta
    sucumbe a un error; crean en nosotros la sospecha de que esta
    teoría tan estimada se muestra tan
    henchida y solemne para ocultar hombres y armas como otro
    nuevo caballo de Troya, y que hace que nuestros propios muros de
    protección sean derribados con nuestras propias
    manos.

    El abismo que existe desde Quesnay y Smith entre la
    teoría y la practica no se ha cerrado sino que cada
    año esta mas abierto.

    Que valor puede
    tener para nosotros una ciencia cuando no ilumina el camino que
    la practica ha de reconocer?. Seria razonable admitir que la
    razón de uno es tan infinitamente grande que puede
    reconocer la naturaleza de
    todas las cosas, y, en cambio, la razón de otro tan
    infinitamente pequeña que, incapaz de comprender las
    verdades descubiertas y esclarecidas por aquel, puede considerar
    como verdades errores manifiestos, a través de
    generaciones enteras?. No seria mas prudente admitir que los
    hombres prácticos, aunque por regla general propenden a
    mantenerse en el terreno de los datos, no se
    opondrían tan larga y tenazmente a la teoría, si
    esta no contradijera la naturaleza de las cosas?.

     

     

    El sistema industrial (falsamente denominado, por la
    escuela, sistema mercantil).

    Las experiencias del sistema industrial frente a los
    sistemas ulteriores, son las siguientes:

    1) que reconoce el valor de las manufacturas del
    país y su influencia sobre la agricultura
    nacional, sobre el comercio y la
    navegación, sobre la civilización y la
    potencialidad nacional….;

    2) que, en términos generales, elige los
    medios justos
    en virtud de los cuales una nación,
    madura ya para instruir una industria manufacturera, puede llegar
    a crear una industria nacional;

    3) que parte del concepto de nación,
    y, considerando las naciones como unidades, tiene en cuenta, en
    todos los casos, los intereses y las circunstancias
    nacionales.

    En cambio, este sistema adolece de los siguientes
    defectos capitales:

    1) que no reconoce claramente, en general, el
    fundamento de la educación
    industrial de la nación y los requisitos para
    lograrla;

    2) que, a consecuencia de ello, los pueblos que viven
    bajo un cielo desfavorable para las manufacturas, o los estados y
    naciones pequeños o incultos se sienten estimulados a
    imitar el sistema proteccionista;

    3) que quiere extender la protección en
    evidente perjuicio de la agricultura, sobre esta y sobre las
    materias primas en general, a pesar de que la agricultura se
    halla, en substancia, suficientemente protegida contra la
    competencia exterior;

    4) que, en perjuicio de la agricultura y
    antijurídicamente, pretende favorecer las manufacturas
    dificultando la exportación de materias
    primas;

    5) que no enseña a la nación que
    alcanzo la supremacía manufacturera y comercial a proteger
    sus industrias y comerciantes contra la indolencia, permitiendo
    la competencia libre en sus propios mercados;

    6) que, persiguiendo de modo exclusivo la finalidad
    política, ignora las relaciones cosmopolitas que existen
    entre todas las naciones, la finalidad de la humanidad entera, e
    induce, en consecuencia, a los gobiernos, a poner en practica el
    sistema prohibitivo cuando seria suficiente el sistema protector,
    o establece aranceles que
    equivalen a una prohibición cuando corresponderían
    mejor al objeto perseguido unos moderados aranceles
    protectores;

    7) que, a consecuencia del desconocimiento integral
    del principio cosmopolita, no considera como fin la unión
    futura de todas las naciones, el aseguramiento de la paz perpetua
    y de la libertad
    mercantil general, al cual han de tender y aproximarse cada vez
    mas todas las naciones.

     

    El sistema agrícola
    fisiocratico:

    Los fisiócratas recurrieron al principio
    cosmopolita de la libertad mercantil, como si fuese una panacea
    mediante la cual podían curarse todos los males
    existentes.

    "El bienestar del individuo esta
    condicionado por el bienestar de la humanidad". En este sistema
    no existe ninguna nación, ninguna guerra,
    ninguna medida para el comercio exterior; la historia y la
    experiencia son ignoradas o tergiversadas.

    El sistema del valor de cambio (falsamente
    denominado, por la escuela, sistema industrial):

    En relación con las circunstancias nacionales
    e internacionales, la teoría de Adam Smith es una
    continuación del sistema fisiocrático. Lo mismo que
    este ignora la naturaleza de las nacionalidades; excluye casi por
    completo la política y el poder
    político; presupone como existente la paz eterna y la
    unión universal; ignora el valor de una energía
    manufacturera nacional y los medios de llegar a ella, y exige una
    libertad mercantil absoluta.

    "Para exaltar un estado desde el nivel mas bajo hasta
    la mas elevada etapa de riqueza, solo hace falta la paz, gastos moderados
    y una buena tutela
    jurídica; todo lo demás viene por añadidura,
    siguiendo el curso natural de las cosas. Los gobiernos que se
    oponen a este natural desarrollo, que derivan los capitales hacia
    otros canales o quieren poner trabas al progreso de la sociedad,
    obran contra la naturaleza y necesitan ser opresores y tiranos
    para sostenerse"

    El poder político no puede, ni debe, hacer
    otra cosa que declarar el derecho y recaudar los menos impuestos
    posibles. Los estadistas que tratan de establecer una
    energía manufacturera, de exaltar la navegación, de
    fomentar el comercio exterior, de protegerlo mediante una
    potencia
    naval, y de fundar o adquirir colonias, son, para el, arbitristas
    que no hacen otra cosa que poner trabas al progreso de la
    sociedad. Para el no existe ninguna nación sino solo una
    sociedad; es decir, individuos que viven en
    común.

    Esta nulificación plena de la nacionalidad y
    del poder político, esta exaltación de la
    individualidad como generatriz de toda fuerza
    creadora, solo podia resultar plausible cuando se erigia en
    objeto principal de las investigaciones,
    no ya la energía creadora, sino lo creado, la riqueza
    material, o mas bien solo el valor que lo creado tiene en cambio.
    Junto al individualismo era preciso colocar el materialismo,
    para encubrir las inmensas sumas de energías que los
    individuos extraen de la nacionalidad, de la unidad nacional, y
    de la cooperación nacional de todas las energías
    productivas. Era preciso hacer valer, como economía
    nacional, una simple teoría de los valores,
    porque solo los individuos crean valores y
    porque el estado, incapaz para crearlos, debe limitar su eficiencia a
    suscitar, proteger y estimular las energías productivas
    del individuo. En esta combinación, la quinta esencia de
    la economía política se resume así: la
    riqueza consiste en la posesión de valores en cambio. Los
    valores en cambio resultan creados por el trabajo
    individual, unido con la energía de la naturaleza y con
    los capitales. Por medio de la división del trabajo se
    incrementa la productividad de
    este. Los capitales se

    forman mediante el ahorro
    —porque la producción supera al consumo—. Cuanto mayor es la suma de
    capitales, tanto mayor es la división del trabajo; es
    decir, la capacidad de producción. El interés
    privado es el mejor acicate para el trabajo y el ahorro. La
    máxima sabiduría de los poderes públicos
    consiste, por consiguiente, en no poner obstáculo alguno a
    la actividad privada, y preocuparse solamente por la seguridad
    jurídica. Es pues insensato obligar a los ciudadanos de un
    estado mediante reglas políticas a producir lo que pueden
    adquirir mas barato en el extranjero.

    El único defecto fue que el sistema, en
    resumen, no era otra cosa que un sistema de las economías
    privadas de todos los individuos de un país o del conjunto
    del genero humano,
    tal como se formaría y estructuraría si no
    existieran estados, naciones e intereses nacionales especiales,
    constituciones y manifestaciones de cultura
    peculiares, guerras y
    pasiones nacionales; que no era otra cosa sino una teoría
    de los valores, una teoría comercial o mercachifle, no una
    doctrina en la cual se explicara como pueden ser suscitadas,
    aumentadas y mantenidas las energías productivas de toda
    una nación en beneficio especial de su cultura, de su
    bienestar, de su potencia y de su
    autonomía.

    Este sistema lo considera todo desde el punto de
    vista del comerciante. En una palabra, este sistema es el sistema
    mercantil más rígido y consecuente, y resulta
    incomprensible como pudo aplicarse tal denominación al
    sistema de Colbert, que, a juzgar por su tendencia principal, es
    un sistema industrialista, esto es: un sistema que sin tener en
    consideración el beneficio o la perdida actual de valores
    en cambio, solo persigue la instauración de una industria
    nacional, de un comercio nacional.

    ….Digamos por de pronto, al señor Juan
    Bautista Say, que la política no es para nosotros, aquella
    ciencia que explica única y exclusivamente como se
    producen valores en cambio por los individuos; digámosle
    lo que el estadista quiere y debe saber, además de esto:
    como pueden suscitarse, aumentar y ser protegidas las
    energías productivas de toda la nación, y que
    circunstancias pueden debilitarlas, aletargarlas o exterminarlas,
    y como por medio de las energías productivas de la
    nación, pueden explotarse del mejor modo las fuentes
    nacionales auxiliares para producir la existencia nacional, la
    independencia, la prosperidad, la robustez, la cultura y el
    porvenir de la nación.

    Aunque algunos grandes talentos han podido presentir
    ciertos progresos de los tiempos futuros, como Cristo
    presintió la abolición de la esclavitud, cada
    época tiene asignada su especial misión. La
    del siglo que vivimos no puede ser la de desintegrar la humanidad
    con animo de equiparar, en lo posible, los individuos en sus
    placeres espirituales y corporales, sino la de perfeccionar la
    energía productiva, la cultura espiritual, la
    situación política y la potencia de nacionalidades
    enteras, preparándolas, mediante la equiparación
    mas perfecta posible, para la unión
    universal.

    …Yo considero necesario declarar que, durante
    muchos años, no solo fui un fidelísimo
    discípulo de Smith y Say, sino un muy celoso maestro de la
    doctrina infalible….La contemplación de estos (ciertos)
    fenómenos me llevo a dudar por vez primera de la
    infalibilidad de la antigua teoría. Como mis ojos no son
    lo bastante agudos para descubrir de una sola mirada los errores
    de un sistema tan ingeniosamente edificado y apoyado por tantas
    verdades valiosas, juzgue el árbol por su fruto….Un
    sistema de economía política debe ser
    erróneo si efectúa precisamente lo contrario de lo
    que debe suponerse que cualquier hombre con sentido común
    espera de ella.

    …La aparente adherencia de los señores
    Canning y Huskisson a la teoría de los señores Say
    y Smith es una de las maniobras políticas mas
    extraordinarias, de primera clase, que se
    hayan efectuado aprovechando la credulidad del mundo. Estos
    caballeros, llenos sus labios de principios cosmopolitas, se
    dignan persuadir a todas las demás potencias de que cedan
    su poder político con objeto de hacer omnipotente el poder
    productivo y político ingles.

    ….Y si en nuestros dias los grandes hombres de
    Inglaterra simulan abrazar el sistema de Adam Smith (en sus
    discursos
    parlamentarios, no en sus hechos), no hacen nada que Napoleon no
    hubiese hecho si, rodeado de su gloria y de su poder, hubiese
    propuesto a las naciones de la tierra que desbandaran sus
    ejercitos y desmantelaran sus flotas para vivir en paz general,
    unidos como hermanos y amigos; que no podian tener interés
    en matarse y asesinarse unos a otros, y en menoscabar el
    bienestar general manteniendo, con grandes gastos, los medios de
    guerra.

    Pero el mundo ha avanzado maravillosamente en materia
    de experiencia y de inteligencia
    desde los tiempos de Adam Smith….Parece que las instituciones
    cosmopolitas, como las del libre comercio,
    aun no están maduras para introducirlas en la practica. En
    primer lugar, se debe decidir si el sistema social de Napoleon, o
    el de Inglaterra, o el de los Estados Unidos, es el que
    prevalecerá en la tierra. Podrían transcurrir
    varios años antes de que se tome esta decisión, y
    aquellos que actúan seriamente como si ya se hubiese
    tomado pueden ser personas muy honradas y de muy altos ideales,
    pero son políticos miopes. Deseando servir a la humanidad,
    arruinan a su patria. La historia los censurara por haber
    separado las opiniones económicas nacionales de las
    opiniones políticas nacionales"…

    Anteriormente decía que Ameriza se dejo seducir
    (instigado por las promesas de la teoría) y abrió
    sus puertas a las mercaderías inglesas. Y preguntaba: que
    frutos reporto allí la libre concurrencia?. Respuesta:
    convulsión y ruina.

    Hoy, Europa que se deja seducir por las promesas de la
    teoría del libre cambio y abre sus puertas a las
    mercancías, servicios y capitales americanos, que frutos
    obtiene?. Respuesta: menor crecimiento
    económico y paro.

    El mismo dogma, la misma teoría, las mismas
    preguntas, y —lamentablemente— las mismas respuestas.
    Solo han cambiado los interlocutores. Ahora América impera
    y Europa cede.

    Nadie ha resuelto el abismo entre la teoría y la
    practica. Se aplica la misma medicina a
    todos los pacientes. Da lo mismo el grado de desarrollo
    alcanzado, las fuerzas productivas, educación, cultura, y
    evolución social, en su caso.

    Si el enfermo no reacciona: "mas mercado". Si se pierde
    competitividad: "mas mercado". Si aumenta el paro:
    "mas mercado".

    El poder político no debe, ni puede intervenir.
    De otro modo será acusado de "arbitrista", de poner trabas
    al progreso de la sociedad.

    La globalización, el librecambio, la
    competitividad, solo exaltan la individualidad, la inequidad, y
    la insolidaridad. Para lograrlo deben aniquilar la
    nacionalidad.

    La aldea global salva a los ricos (incluso los libera de
    toda responsabilidad
    social) y condena a los pobres (consolidando su
    decadencia).

    Un sistema de economías privadas por sobre las
    fronteras nacionales o regionales imposibilita el progreso de la
    sociedad. Solo mejora las oportunidades de los elegidos, haciendo
    de esos "ciudadanos del mundo" un magma amoral, anacional,
    inimputable e ingobernable.

    Un "supra" mundo sin limites, ni condicionamientos,
    unidos solo por la "doctrina de los negocios", integrado por una
    minoría de "cientos", con la "suma" del poder
    económico; frente a los gobiernos regionales o nacionales
    vacíos de contenido, con dirigentes serviles, lacayos y
    genuflexos; y ante un coro de "miles de millones" de marginados,
    frustrados, negados y miserables "sopistas", temporeros, pobres
    irrecuperables, ejercito de reserva, útiles solo como
    consumidores, espectadores, drogadictos o
    alcohólicos.

    Es esto lo que nos ofrece la teoría dominante?.
    Este es el camino que se teme abandonar?.

    Espero sus comentarios Profesor Hayek.

     

    Friedrich Hayek:

    Supongo, y espero, que iremos de menos a mas. No vamos a
    tirarnos todos los "trastos" a la cabeza desde el primer
    día. Tiempo habrá, de dar y quitar
    razones.

    Como abogado defensor —según el rol
    asignado— del libre cambio, desearía aclarar que la
    "teoría dominante" no es tal, y que el "camino abandonado"
    lo es, una y mil veces; además de vivir en "riesgo
    permanente" de involución y atentado contra la libertad
    humana.

    Lo que usted llamaba "proteccionismo", y yo
    señalaba como "planificación" económica, siguen
    siendo técnicas
    de ingeniería de organización de la
    sociedad, y siguen llevando a un completo envilecimiento de la
    vida social y a la esclavitud del hombre.

    El liberalismo
    político y la libre competencia económica son los
    seguros que
    tiene la sociedad para evitar ciertas repeticiones
    históricas fatales: colectivismo y
    totalitarismo.

    La alternativa de la economía dirigida no es el
    laissez—faire, sino una estructura
    racional de funcionamiento de la libre competencia.

    Permítame recordarle lo que decía al
    respecto en 1944:

    "No hemos trabajado todos de acuerdo con nuestra
    mejores luces y no han trabajado incesantemente muchas de
    nuestras finas inteligencias para hacer de este un mundo mejor?.
    No se han dirigido todos nuestros esfuerzos y esperanzas hacia
    una mayor libertad, justicia y
    prosperidad?. Si el resultado es tan diferente de nuestros
    propósitos, si en lugar de disfrutar libertad y
    prosperidad nos enfrentamos con esclavitud y miseria; no es
    evidente que unas fuerzas siniestras deben haber frustrado
    nuestras intenciones, que somos las víctimas de alguna
    potencia maligna, la cual ha de ser vencida antes de reanudar
    hacia cosas mejores?. Por mucho que podamos disentir cuando
    señalamos el culpable, séalo el inicuo capitalismo o
    el espíritu malvado de un particular país, la
    estupidez de nuestros antepasados o un sistema social no
    derrumbado por completo, aunque venimos luchando contra el
    durante medio siglo, todos estamos, o por lo menos lo estabamos
    hasta hace poco, ciertos en una cosa: que las ideas directoras
    que durante la ultima generación han ganado a la mayor
    parte de las gentes de buena voluntad y han determinado los
    mayores cambios en nuestra vida social no pueden ser falsas.
    Estamos dispuestos a aceptar cualquier explicación de la
    presente crisis de
    nuestra civilización, excepto una: que el actual estado
    del mundo pueda proceder de nuestro propio error y que el intento
    de alcanzar algunos de nuestros mas caros ideales haya al parecer
    producido resultados que difieren por completo de los
    esperados.

    Todavía creemos que hasta hace muy poco
    estabamos gobernados por lo que se llamaba vagamente las ideas
    del siglo XIX o el principio del
    laissez—faire. En
    comparación con algunos otros países, y desde el
    punto de vista de los impacientes por apresurar el cambio, puede
    haber alguna justificación para esta creencia. Pero aunque
    hasta 1931 Inglaterra solo había seguido lentamente el
    sendero por el que otros conducían, también
    nosotros habíamos avanzado tanto, que únicamente
    quienes alcanzan con su memoria los
    años anteriores a la primera guerra saben lo que era un
    mundo liberal.

    El punto decisivo, que las gentes apenas han
    reconocido todavía, no es ya la magnitud de los cambios
    ocurridos durante la ultima generación, sino el hecho de
    significar una alteración completa en el rumbo de nuestras
    ideas y nuestro orden social….hemos abandonado progresivamente
    aquella libertad en materia económica sin la cual jamas
    existió en el pasado libertad personal, ni
    política. Aunque algunos de los mayores pensadores
    políticos del siglo XIX, como De Tocqueville y Lord Acton,
    nos advirtieron que socialismo
    significa esclavitud, hemos marchado constantemente en la
    dirección del socialismo. Y ahora, cuando vemos surgir
    ante nuestros ojos una nueva forma de esclavitud, hemos olvidado
    tan completamente la advertencia, que rara vez se nos ocurre
    relacionar las dos cosas.

    Decía Mr. Hilaire Belloch (1913):"El efecto de
    la doctrina socialista sobre la libertad capitalista consiste en
    producir una tercera cosa diferente de cualquiera de sus dos
    progenitores: el estado de siervos".

    Individualismo es hoy una palabra mal vista, y ha
    llegado a asociarse con egotismo y egoísmo. Pero el
    individualismo del que hablamos, contrariamente al socialismo y
    las demás formas de colectivismo, no están en
    conexión necesaria con ellos….Ahora bien, los rasgos
    esenciales de aquel individualismo que, con elementos aportados
    por el cristianismo y
    la filosofía de la antigüedad clásica, se
    logro plenamente por vez primera durante el renacimiento y
    ha crecido y se ha extendido después en lo que conocemos
    como civilización occidental europea son: el respeto por
    el hombre
    individual qua hombre, es decir, el reconocimiento de sus propias
    opiniones y gustos como supremos en su propia esfera, por mucho
    que se estreche esta, y la creencia en que es deseable que los
    hombres puedan desarrollar sus propias dotes e inclinaciones
    individuales. "Independencia" y "libertad" son palabras tan
    gastadas por el uso y el abuso, que se duda en emplearlas para
    expresar los ideales que representaron durante ese periodo.
    Tolerancia es
    quizá la sola palabra que todavía conserva
    plenamente el significado del principio que durante todo este
    periodo floreció, y que solo en los tiempos recientes ha
    decaído de nuevo hasta desaparecer por completo con el
    nacimiento del estado totalitario.

    Durante todo este moderno periodo de la historia
    europea, el desarrollo general de la sociedad se dirige a liberar
    al individuo de los lazos que le forzaban a seguir las
    vías de la costumbre o del precepto en la
    prosecución de sus actividades ordinarias. El
    reconocimiento consciente de que aquellos esfuerzos
    espontáneos y no sometidos al control de los
    individuos fueran capaces de producir un orden complejo de
    actividades económicas, solo pudo surgir cuando aquel
    desarrollo hubo logrado cierto progreso. La posterior
    elaboración de unos argumentos consecuentes en favor de la
    libertad económica ha sido el resultado de un libre
    desarrollo de la actividad económica que fue el
    subproducto espontaneo e imprevisto de la libertad
    política.

    ….El resultado de este desenvolvimiento sobrepaso
    todas las previsiones. Allí donde se derrumbaron las
    barreras puestas al libre ejercicio del ingenio humano, el hombre
    se hizo rápidamente capaz de satisfacer nuevos ordenes de
    deseos…. y no hay duda que el resultado sobrepaso los mas
    impetuosos sueños del hombre; al comienzo del siglo XX el
    trabajador había alcanzado en el mundo occidental un grado
    de desahogo material, seguridad e independencia personal, que
    difícilmente se hubieran tenido por posibles cien
    años antes.

    Lo que en el futuro se considerara probablemente como
    el efecto mas significativo y trascendental de este triunfo es el
    nuevo sentimiento de poder sobre el propio destino, la creencia
    en las ilimitadas posibilidades de mejorar la propia suerte, que
    los triunfos alcanzados crearon entre los hombres. Con el triunfo
    creció la ambición; el hombre tiene todo el derecho
    a ser ambicioso. Lo que fue una promesa estimulante ya no
    pareció suficiente; el ritmo del progreso se considero
    demasiado lento; y los principios que habían hecho posible
    este progreso en el pasado comenzaron a considerarse mas como
    obstáculos, que urgía suprimir, para un progreso
    mas rápido, que como condiciones para conservar y
    desarrollar lo ya conseguido.

    No hay nada en los principios basicos del liberalismo
    que hagan de este un credo estacionario. No hay reglas absolutas
    establecidas de una vez para siempre…. Hay una diferencia
    completa entre crear deliberadamente un sistema dentro del cual
    la competencia opere de la manera mas beneficiosa posible y
    aceptar pasivamente las instituciones tal como son.
    Probablemente, nada ha hecho tanto daño a
    la causa liberal como la rigida insistencia de algunos liberales
    en ciertas toscas reglas rutinarias, sobre todo el principio del
    laissez—faire.

    …Pudiera incluso decirse que el exito del
    liberalismo fue la causa de su decadencia. Por razón del
    exito logrado, el hombre se hizo cada vez mas reacio a tolerar
    los males subsistentes, que ahora se le aparecian, a la vez, como
    insoportables e innecesarios.

    A causa de la creciente impaciencia ante el lento
    avance de la política liberal, la justa irritación
    contra los que usaban la fraseologia liberal en defensa de los
    privilegios antisociales y la ambición sin limites
    aparentemente justificada por las mejoras materiales
    logradas hasta entonces, sucedio que, al caer el siglo, la
    creencia en los principios basicos del liberalismo se debilito
    mas y mas.

    Se acepto cada vez mas que no podia esperarse un
    nuevo avance sobre las viejas lineas dentro de la estructura
    general que hizo posible el anterior progreso, sino mediante una
    nueva y completa modelación de la sociedad. No era
    cuestion de ampliar o mejorar el mecanismo existente, sino de
    raerlo por completo.

    El cambio supone una completa inversion del rumbo que
    hemos bosquejado, un completo abandono de la tradición
    individualista que creo la civilización
    occidental.

    Hemos cometido, efectivamente la eliminación
    de las fuerzas que producen resultados imprevistos y la
    justificación del mecanismo impersonal y anónimo
    del mercado por una dirección colectiva y "consciente" de
    todas las fuerzas sociales hacia metas deliberadamente
    elegidas."

    El debate no debe
    plantearse —solamente— en términos de
    libertad, justicia y prosperidad, sino también en
    términos de seguridad y dependencia. Tal vez no este en el
    capitalismo la única culpabilidad y
    haya que buscarla en el sistema social, en los gobiernos
    intervencionistas, y en la dejación de responsabilidades
    que fueron haciendo los individuos a cambio de la supuesta
    prosperidad general.

    Para evitar el conflicto del
    individualismo y el egoísmo, no es necesario entregarse a
    manos del estado como rector de vidas y bienes.

    El estado del bienestar ha anestesiado a la sociedad, en
    particular a la europea, y ha transformado a los ciudadanos en
    mercancía electoral apta a todo tipo de
    demagogia.

    Se ha igualado para abajo, eliminando todo tipo de
    ambición, motivación, desafío o riesgo
    emprendedor.

    Los gobernantes arbitristas, los empresarios
    prebendatarios y los sindicalistas burocraticos, han tejido
    una red de
    protecciónes, privilegios y subsidios que ahogan la
    competitividad y el progreso. Se ha anulado toda posibilidad de
    selección natural
    económica.

    Pareciera que para ser aceptado socialmente, el
    individuo, deberia ir pidiendo perdon publica y cotidianamente,
    por su exito económico. Y en el otro extremo, que todos
    los males y fracasos del hombre son culpa de la sociedad y la
    economía; nunca propios y personales.

    Ni el inicuo capitalismo, ni el espiritu malvado de
    algún pais, son los causantes de la perdida de
    competitividad de las empresas, de la
    inflación y del deficit publico.

    Los errores son propios de cada pais y de cada persona; y salvo
    en casos y situaciones muy extremas, esta en ellos —y solo
    en ellos— solucionarlos.

    La comunidad
    internacional no puede actuar como una sociedad benefica y los
    gobiernos no pueden iluminar el cielo protector para atenuar
    fallos, paliar debilidades o subsidiar ineficiencias.

    Los individuos estan presos de la sociedad del
    bienestar, y el estado justifica todo tipo de abuso de autoridad,
    interferencia, subsidio, corrupción, o latrocinio en nombre de
    ella.

    Dentro del mundo desarrollado los países europeos
    tienen una participación del estado en la economía
    del orden del cincuenta por ciento. Si con ello no han podido
    resolver los problemas del
    crecimiento, ni los problemas del paro; no tendriamos que revisar
    lo actuado?; no tendremos que pensar que hemos trabajado
    mal?.

    Si en lugar de una mayor libertad, justicia y
    prosperidad, al cabo de cincuenta años nos enfrentamos con
    fracaso y miseria; no sera por un exceso de ingenieria social?;
    no se habra querido repartir la riqueza antes de crearla?; puede
    ser que la seguridad desde la cuna a la tumba haya lastrado a la
    competitividad?.

    Porque cargar las culpas a la globalización y el
    libre mercado, de problemas que existian desde antes, y solo
    estaban enmascarados por susbsidios y mercados
    cautivos.

    Le invito a que me presente algunos de los males
    —presentes— de la "teoría dominante" como
    usted la llama. Y hago reserva de derecho para señalarle
    —luego— por mi parte los fracasos acumulados
    —en Europa— por el "camino abandonado"

    Le sigo, Profesor List.

     

    Friedrich List:

    No me gustan las enumeraciones exhaustivas; siempre
    resultan incompletas; pronto quedan obsoletas. Hablemos
    —con humilde animo de contribución— de
    algúnas de las —principales, a mi juicio—
    dificultades que plantean —o si usted prefiere,
    evidencian— la globalización de los
    mercados.

    Tomemos algunos ejemplos deportivos —para
    comenzar—: Por que existen diferentes categorias en el
    boxeo?. Por que existe el handicap en el golf o en el polo?. Por
    que en el turf a los jockeys se les agregan contrapesos en la
    montura de sus caballos?.

    La respuesta es: para igualar las chances.

    En la lucha entre un boxeador de 100 kilogramos y otro
    de 60 kilogramos probablemente, a igualdad de
    cualidades deportivas y estado fisico, tenga ventajas el de mayor
    peso, envergadura y largo de brazos. Lo mismo, el jugador de golf
    con menos golpes bajo la par o el polista mejor calificado o el
    jockey con menos peso.

    Estos sencillos ejemplos, me permiten iniciar el
    comentario sobre una de las desventajas o dificultades de la
    globalización económica. Poner en igualdad
    competitiva a países que no tienen el mismo grado de
    competitividad. A algunos —los ganadores— les sobra
    peso, estado fisico, estructura muscular, handicap, y a otros
    —los perdedores— les falta todo para competir en
    igualdad de oportunidades.

    En esas condiciones siempre habra un seguro ganador. Y
    si hay uno y solo uno como seguro ganador estamos mas cerca de
    una situación de monopolio que
    de una de libre competencia.

    No hay competencia, se termina el juego
    (económico).

    El ganador se lleva todo. Y el perdedor acelera su
    ruina.

    Los defensores del libre cambio —la "escuela" o
    "teoría dominante" diran que la globalización
    beneficia al consumidor
    poniendo a su disposición mayor cantidad de bienes y
    mejores precios.

    Los pocos, que seguimos cometiendo "delitos de opinion
    económica" sostenemos que el consumidor beneficiado
    —salvo casos muy puntuales— sera un trabajador,
    pequeño empresario o
    profesional, que, cuando pierda el empleo u
    ocupación —por causa del cierre de las empresas por
    falta de competitividad— dejara de ser consumidor y dejara
    de beneficiarse de la diversidad de oferta y de
    los mejores precios.

    Resumiendo, esta primera critica estaria fundamentada en
    la heterogeneidad de los competidores, y en el tiempo que cada
    uno de ellos necesita para estar en igualdad de
    condiciones.

    De no establecerse ese tiempo de resguardo o medidas
    compensatorias equilibrantes la brecha entre ganadores y
    perdedores se amplia y perpetua.

    Pasemos —ahora— a otro de los aspectos
    preocupantes. La globalización lleva
    —irremisiblemente— a la perdida de poder por parte de
    los estados nacionales como rectores y promotores del desarrollo
    económico.

    El libre movimiento de
    mercancias, servicios y capitales —mas que todo estos
    ultimos— dejan a los gobiernos sin capacidad para regular
    la economía.

    Los flujos financieros se movilizan con un volumen y a una
    velocidad que
    superan la capacidad de reacción de todos y cada uno de
    los bancos centrales.
    Solo la Reserva Federal de los Estados Unidos conserva algo de
    predicamento y margen de maniobra. Y eso porque sus dictados
    coinciden con los intereses del poder financiero; habria que ver
    que ocurre en el caso contrario.

    Además de imparables e ingobernables, los
    movimientos de valores financieros son altamente especulativos y
    volatiles; aspecto que tampoco favorece la evolución de la
    economía real.

    Finalmente —a este nivel de debate; tiempo
    tendremos luego— otra situación que se torna
    impredecible e inmanejable ante la globalización son las
    posibilidades de ejercer algún tipo de control sanitario y
    ambiental a las grandes corporaciones multinacionales.

    Su poder es tan grande, su capacidad de "gestion" y
    disponibilidad de fondos tan amplios que los poderes legislativo,
    ejecutivo y judicial son apenas "marionetas" en el gran
    "vodevil".

    Los grandes negocios y capitales por no tener "barreras"
    no tienen ni las legales, ni las financieras, ni las sanitarias,
    ni las ambientales.

    Repasando, tendriamos entre los males de la
    "teoría dominante", la eternización de las
    desventajas competitivas, la perdida de tejido industrial
    nacional, la desocupación y precarización
    laboral, la
    imposibilidad de regular los flujos de fondos financieros, la
    perdida del poder gubernamental de regulación
    económica y la neutralización del control judicial,
    sanitario y ecologico a nivel nacional, regional y
    mundial.

     

    Friedrich Hayek:

    Me empieza a entusiasmar este debate. Comencemos por ver
    quien "embarro" el camino.

    Fue la social—democracia
    europea (laborismo, democracia cristiana, socialismo…) la que
    por miedo al comunismo
    "pastoreo" a los sindicatos y a
    los trabajadores. Les dio todo lo que pidieron. Contaron con la
    alianza estrategica de los Estados Unidos y del Vaticano. La
    teoría del "mal menor" fue el anestesico que calmo
    cualquier tipo de riesgo político, sindical y
    social.

    Habia que tener al obrero conforme, tranquilo, "seguro",
    neutralizado. Los sindicatos debian ser "atendidos" y
    "entendidos" como agentes privilegiados del convenio laboral.
    Esas inmensas masas burocraticas debian ser satisfechas a
    cualquier costo. Y cuando
    digo cualquier costo, quiero decir cualquier "precio".

    De esos polvos, vinieros estos lodos. El camino
    "embarrado" era solo cuestion de tiempo. La involución del
    comunismo fue el punto y final del miedo, del soborno, del
    apaño, del "mal menor".

    Saltando etapas, tenemos hoy, una Europa no competitiva,
    anclada en el pasado, sin capacidad (interés?) de
    reacción tecnologica, llena de miedos electorales a
    cambiar las reglas de juego, queriendo atacar el cancer con
    aspirinas, sonriendo a derecha e izquierda, tratando de hacer
    tortillas sin "romper huevos". Gobernada por políticos
    (lideres?) "light" atrapados por las encuestas de
    opinion, dependientes de los asesores de imagen, y mas
    preocupados por salir favorecidos en los telediarios, que en
    atender los fundamentos macroeconómicos. Viven en "estado
    electoral" permanente. Son "cazavotos" profesionales.

    Todo esto ha sido consecuencia de la "teoría
    dominante"?; han cumplido algúna vez, en los ultimos
    cincuenta años, con los postulados de la "escuela"?; han
    abandonado o no el camino?.

    Esos males europeos que usted señala
    —perdida de competitividad, desventaja tecnologica, paro y
    precariedad laboral— son causa —a veces— y
    consecuencia, finalmente de los males de la
    social—democracia.

    Visto lo visto, Europa desea mas de lo mismo?; llegaran
    todos los europeos a ser funcionarios publicos vitalicios,
    agricultores subvencionados permanentes, jubilados precoces,
    estudiantes eternos, o parados con salario social
    asegurado?; quien pagara esa cuenta?; y por cuanto
    tiempo?.

    No sera oportuno intentar algún cambio?; no habra
    que mirar hacia adentro para buscar culpables?; lo que sirvio
    —o se creyo que servia— en algún momento, debe
    seguir sirviendo para siempre?.

     

    El Preguntero:

    Creo que podemos dejar el tema por el
    momento.

    Antes de pasar al siguiente, quisiera leerles un poema
    de Jalil Gibran (poeta y pintor simbolista sirio
    1883—1931)

    El Rey sabio

    Una vez gobernaba en la distante ciudad de Wirani un Rey
    que era al mismo tiempo un sabio y poderoso. Y temido era por su
    poder y amado por su sabiduría.

    En el corazón de
    la ciudad había un pozo, cuyas linfas eran frías y
    cristalinas y del cual todos los habitantes bebían,
    inclusive el Rey y sus cortesanos, porque no había otro
    pozo.

    Una noche, cuando todos estaban dormidos, una bruja
    entro en la ciudad y derramo siete gotas de un extraño
    liquido en el pozo y dijo:

    "Desde ahora quien bebiere de esta agua quedara
    loco".

    A la mañana siguiente, todos los habitantes de la
    ciudad, salvo el Rey y su Chambelan, bebieron del pozo e
    hiciéronse locos, como lo predijera la bruja.

    Y durante ese día, las gentes de las estrechas
    calles y las plazas del mercado, andaban cuchicheando el uno al
    otro: "Esta loco el Rey. Ha perdido la razón el Rey y el
    Chambelan. No podemos ser gobernados por un Rey loco. Tenemos que
    destronarle".

    Esa tarde ordeno el Rey que le llevaran un vaso de
    oro del agua
    del pozo y cuando lo trajeron, bebió y dio a su Chambelan
    a que bebiese.

    Y gran regocijo hubo en la distante ciudad de Wirani,
    porque su Rey y su Chambelan habían recuperado la
    razón.

     

    Ricardo Lomoro

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