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Los elementos clásicos en el diseño de los personajes



     

     

    RESUMEN

    Centrados en los personajes como factores que
    diferencian las historias y en la búsqueda de una
    explicación al éxito de la comedia
    televisiva norteamericana, encontramos que los elementos
    narrativos clásicos están vigentes en los fundamentos
    de la enseñanza de la escritura de guiones
    dramáticos para televisión y en las
    exigencias de la industria. En efecto, varios
    tipos humanos descritos en Los Caracteres de Teofrasto
    coinciden con los rasgos distintivos de personajes de comedias
    televisivas. Dada la vigencia de esta obra, pensamos que en los
    rasgos universales de personajes caricaturescos está una de
    las claves para interesar a las audiencias. Por ello, concluimos
    que la lectura y análisis de esta obra es
    útil e interesante para la creación de personajes de
    ficción, particularmente para la escritura profesional de
    comedias televisivas y para la enseñanza de este proceso.

    Palabras-claves: escritura de guiones, comedia
    televisiva, narrativa clásica.

     

    ABSTRACT

    Focusing on characters as elements that differentiate
    stories and on the search of an explanation for the success of
    the American TV sitcom, we find, in general, that the classical
    narrative elements are included in the bases of the teaching of
    writing of TV drama scripts and in the demands made by the
    industry. In fact, several human types depicted in Los
    caracteres
    by Teofrasto match up distinctive features of TV
    sitcom characters. Considering the validity of that book, we
    believe that in the universal features of the exaggerated
    characters lies one of the keys to engaging the audiences. This
    is why we conclude that reading and analyzing that work is
    worthwhile and interesting in the shaping of fiction characters,
    especially in the professional writing of TV sitcoms and its
    teaching.

    Key words: script writing, TV sitcom, classical
    narrative.

     

    RÉSUMÉ

    En considérant les personnages comme les principaux
    facteurs qui différencient les histoires, et à la
    recherche d’une explication du succès de la
    comédie télévisuelle américaine, nous
    trouvons que les éléments narratifs classiques sont en
    vigueur dans l’enseignement de l’écriture de
    scénarios dramatiques pour la télévision, et dans
    les exigences de l’industrie. En effet, plusieurs types
    humaines décrits dans Les Caractères de
    Théophraste coïncident avec les traits distinctifs des
    personnages des comédies télévisuelles. La vigueur
    de cette oeuvre étant donnée, nous croyons que dans les
    traits universels des personnages caricaturaux nous pouvons
    trouver les clés pour intéresser le publique.
    C’est pour cela que nous conclûmes que la lecture et
    l’analyse de cette œuvre sont utiles et
    intéressantes pour la création de personnages de
    fiction, particulièrement pour l’écriture
    professionnelle de comédies télévisuelles et
    l’enseignement de ce procès.

     

    Pese a formar parte de la ficción televisiva, "el
    corpus narrativo más imponente de nuestros días y
    quizá de todos los tiempos" (Buonanno, 1999:59), las
    comedias norteamericanas han sido por décadas un blanco
    predilecto de críticas que señalan su banalidad, sus
    personajes estereotipados, la evasión de la realidad que
    promueven, su industrialización y estandarización, su
    presencia avasallante en los horarios de programación dedicados al
    entretenimiento y la discriminación cultural
    que llevan implícita, entre otros eufemismos para encubrir
    un desprecio hacia lo que puede inscribirse, sin lugar a dudas,
    dentro de la cultura popular y del
    espectáculo.

    Sin embargo, esas comedias televisivas han sido
    sumamente exitosas y rentables durante la historia de la televisión
    puesto que han gozado de la aceptación de sus públicos.
    Presentes en la programación de los canales desde los
    inicios de ese medio, ellas sobrevivieron al surgimiento de los
    canales especializados hasta el punto que existen algunos
    dedicados sólo a transmitirlas. El desarrollo de un sistema para producirlas ha
    generado ganancias exorbitantes para la industria de la televisión
    norteamericana, además de la avidez y fidelidad de los
    públicos de diferentes países por años. Por si eso
    fuera poco, innumerables personajes, frases, palabras o sonidos
    de impacto (catchphrases) de las comedias son hoy
    referencias compartidas dentro de una suerte de cultura popular
    global contemporánea.

    Esa tendencia al éxito continúa. En los
    años noventa, pese al éxito de series como E.R.,
    Policías de Nueva York (NYPD) y Expedientes
    X
    , la comedia y los reality shows desplazaron las
    series dramáticas: "Más de la mitad de los programas piloto encargados por
    las grandes cadenas para 1993-1994 fueron comedias, y en la
    temporada 1995-1996 (…) el número de nuevas comedias
    dobló al de series dramáticas" (Álvarez,
    1999:132-133). De manera que banales, evasivas, desgastadas por
    el reciclaje o por "sus
    fórmulas", estereotipadas, dirigidas a igualar culturalmente
    por lo bajo o no, algún tipo de conexión hay entre las
    audiencias y las comedias televisivas norteamericanas de gran
    aceptación.

    Aunque las telenovelas han recibido críticas
    similares, su conexión con las audiencias se explica o se
    acepta mediante la tesis del reconocimiento de la
    identidad, de las necesidades
    y de las expectativas o "el drama del reconocimiento": el
    melodrama como sinónimo de mal gusto resulta del miedo a
    reconocer cómo vivimos en él (Martín-Barbero y
    Rey, 1999:124-125). Hay, además, una suerte de
    expiación porque la telenovela es un producto vernáculo,
    sinónimo de "auténticamente latinoamericano", y uno de
    los escasos representantes de la producción de esta
    región. Si bien es cierto que la telenovela es "la mejor
    estrategia para conectar
    productores y televidentes en la televisión
    latinoamericana (…)" (Mazzioti, 1993; Martín-Barbero y
    Muñoz, 1992 en Rincón, 2002:44), actualmente las
    sitcom o comedias de situación de la televisión
    norteamericana se asumen muy bien en numerosos lugares del mundo
    (Rincón, 2002:43). Ese factor las hace particularmente
    interesantes. En términos de creación, de narrativa,
    ¿qué hay tras esas comedias que cautivan a millones de
    personas en diferentes lugares del mundo y cómo ello puede
    contribuir a la escritura profesional de guiones de ficción
    televisiva y a su enseñanza?

    En principio, para responder esta interrogante debemos
    dejar a un lado los prejuicios con los cuales tradicionalmente se
    ha juzgado y menospreciado la televisión y, en especial, el
    entretenimiento. Afortunadamente cobra cada vez más fuerza el análisis de la
    televisión desde una óptica multidimensional y
    más comprensiva. Rincón (2002), por ejemplo, se
    aproxima a ella entendiéndola como un medio de comunicación que
    simultáneamente es institución social, lugar educativo
    y de la política, práctica
    cultural, forma de contar e industrianegocio.

    Actualmente, en palabras de Buonanno
    (1999:61-62):

    (…) las narrativas de la televisión
    también han empezado

    a ser consideradas como importantes
    fenómenos

    institucionales, sociales y culturales. De hecho,
    por

    mucho que parezcan poco originales, repetitivas (…)
    y

    realmente lo sean, las historias narradas por
    televisión

    son importantes sobre todo por sus significados
    culturales.

    Como si se tratase de una corriente de estudios
    internacionales,

    hoy muy consistente y ya con una
    tradición

    de más de una década, está demostrado
    que las series

    de televisión configuran y ofrecen material
    preciado

    para entender la cultura y sociedad que
    expresan.

    Sin representar ni deformar propiamente la realidad,
    las historias

    narradas por televisión más bien la
    reescriben y la

    comentan, entrando y ocupando un lugar
    preeminente

    en las esferas de las "prácticas interpretativas"
    mediante

    las cuales en cada época los hombres han creado
    sus

    propias visiones y versiones del mundo y han dado
    sentido

    a la vida cotidiana.

     

    De ese modo percibiremos cómo en Melrose
    Place
    , Once and Again, West Wing y
    Felicity se promueven como claves del éxito el dinero, la posición
    social y el lugar en la empresa; en comedias como
    Friends o Will & Grace se realiza una
    autocrítica de su propia soledad y en las series de
    detectives como NYP Blue se expone la justicia social y el castigo a
    los individuos que se salen del sistema (Rincón,
    2002:43).

    Superado el menosprecio por la ficción televisiva y
    por la comedia, en particular, y con las diferencias del caso,
    podremos tratar de encontrar algún elemento en común
    entre una comedia televisiva norteamericana y, por ejemplo, una
    obra de Aristófanes (445-386 a.C.) donde a media guerra del Peloponeso un
    ciudadano pacifista, harto de la Guerra con Esparta, firma un
    tratado de paz unilateral por su cuenta y logra un oasis de calma
    en su entorno (Cano, 1999:63). Hoy, transcurrida más de una
    veintena de siglos, la referencia de Cano a Las Acarnianas
    nos recuerda un capítulo de Married… with children
    en el que ante la falta de dinero de Al Bundy para
    adquirir un aparato de aire acondicionado para su
    hogar en pleno verano, la familia se muda a la
    sección refrigerada de un supermercado. Esta burla al
    american way of life desde una comedia inscrita dentro de
    la cultura popular o del espectáculo tiene en uno de sus
    modos la sátira y la parodiala
    herencia de la narrativa
    clásica. Así conseguimos una clave para aproximarnos a
    los elementos que han contribuido al éxito de las comedias
    televisivas norteamericanas.

     

    Los elementos clásicos
    en la narrativa para
    cine y
    televisión

    Vilches (1999:12-13) destaca la obligación que
    tiene el escritor o guionista de hoy de estudiar el sistema
    comercial de hacer televisión: cuál es la fórmula
    del éxito de una serie, dónde se originan las ideas,
    cómo escribir personajes que los espectadores amen, qué
    poética se puede transmitir en la escritura de ritmo diario
    y qué fórmula narrativa se debe aplicar para mantener
    una serie en pantalla sin que desfallezca.

    Se trata (…) de conceptos que antes no interesaban
    al

    guionista fuera de Norteamérica pero que ahora no
    son

    sólo de incumbencia de los productores, sino que
    su desconocimiento

    puede arrojarles fuera del sistema
    industrial

    de creación.

    (…) La necesidad de una sólida formación
    de base, una

    vez relativizado el sistema de autor por el de la
    escritura

    colectiva y la participación del productor y de
    la cadena

    emisora en las decisiones creativas, obliga al
    guionista a

    redefinir sus límites y posibilidades
    profesionales, a conocer

    los orígenes y evolución del lenguaje televisivo
    de

    la ficción (…) (Vilches, 1999:13).

     

    Pese a la criticada estandarización de la
    mayoría de los productos audiovisuales
    elaborados con fines comerciales, la enseñanza del guionismo
    televisivo y cinematográfico, que luego alimenta la
    industria, tiene un origen clásico. Desde los tiempos de
    Aristóteles hasta hoy han
    perdurado elementos clásicos como la estructuración
    dramática en tres actos con sus respectivos puntos de
    inflexión y el conflicto como eje de la
    acción única y la
    definición de los géneros dramáticos, tal como se
    puede comprobar fácilmente en la obra de guionistas
    destacados de la industria del cine o de la televisión y
    docentes del área (Chion,
    1990; Comparato, 2000; Clascá, 1999; Oristrell, 1999;
    Cervantes y Maza, 1994; entre
    otros). La Poética de Aristóteles, por ejemplo,
    está vigente en gran parte de las técnicas de enseñanza
    de la escritura de guiones para cine y televisión, y como
    garantía de que una serie o un film serán aceptados por
    el público, la industria cinematográfica exige el
    clasicismo estructural (Cano, 1999:22).

    Antes Aristóteles en la Poética y hoy
    Chion (1990) y Comparato (2000) recalcan la necesidad de
    correspondencia entre el lenguaje y el carácter en la escritura
    de los diálogos. Lo contrario es considerado como una falla
    del guión: un problema de interrelación entre los
    diálogos y los personajes (Alvort, 2001). Infringir el
    principio aristotélico de equilibrio entre acción y
    caracteres (la conducta, y no el diálogo, debe determinar los
    caracteres) es para ese mismo autor un desacato a uno de los
    "mandamientos" de los diálogos (los guionistas no deben
    explicar ni la trama ni los sentimientos a través de
    ellos).

    Existe otro factor fundamental del guionismo
    cinematográfico y televisivo: la creación de los
    personajes. Para Clascá (1999), ellos diferencian claramente
    una historia de otra, pues los
    argumentos son siempre los mismos. En el diseño de los
    personajes también se encuentran presentes los elementos
    clásicos de la narración. Cano (1999) explica que
    muchas de las comedias televisivas actuales oscilan entre los
    caracteres (el buenazo, el pícaro, la fresca, el grosero…)
    y los roles (el padre trabajador, la madre comprensiva, los hijos
    inquietos, los vecinos entrometidos…), es decir, tienen un
    origen clásico (Menandro, discípulo de Teofrasto, y
    Plauto). Para demostrarlo, identifica los tríos plautinos
    esenciales (el masculino: el anciano, el joven y el esclavo; y el
    femenino: la matrona, la joven y la cortesana) en relación
    simétrica o equilibrada en tres clásicos televisivos
    contemporáneos: Seinfeld, Frasier y
    Friends. En el primer caso, Jerry Seinfeld, George
    Constanza y Kramer conforman el trío masculino. Elaine es el
    contrapunto habitual; los argumentos se consiguen completando con
    personajes secundarios para hacer las relaciones simétricas
    y la figura de los padres existe.

    En Frasier, también está presente el
    trío masculino (hermanos Crane y Mr. Crane), fijos en la
    serie suelen salir dos personajes femeninos (Daphne y Roz), y con
    las ex esposas de los dos psiquiatras o eventuales personajes
    femeninos que encandilan a alguno de los hermanos se mantiene la
    correspondencia de roles masculinos y femeninos, con un
    importante desequilibrio hacia los masculinos como en la comedia
    romana. Como Seinfeld habla a su público, Frasier
    también lo hace; no son escla- vos, pero están
    sometidos a un tipo de sociedad americana. Esta serie
    también mantiene la caracterización por oficios:
    padre-policía, hijos-psiquiatras. Para Cano, finalmente, en
    Friends es donde el modelo de roles y caracteres
    se combina más cuidadosamente con una importante
    inclinación del segundo por encima del primero. Hay un
    trío masculino (Ross, Chandler y Joey) y uno femenino
    (Mónica, Rachel y Phoebe), tres tienen roles bien definidos
    (Mónica, trabajadora en el área de servicios; Ross, profesional
    universitario; Joey, profesional de la actuación), los otros
    tres actúan como contrapunto y la generación de los
    padres se mantiene (aunque en la sombra, existe y aflora
    periódicamente).

     

    Teofrasto (372-287 a.C.) y
    los personajes de las comedias televisivas
    contemporáneas

    En la misma línea de Cano (2001), intentamos
    identificar la presencia de algunos elementos clásicos de la
    narración en las comedias televisivas contemporáneas a
    partir de la lectura de Los
    Caracteres
    de Teofrasto (372-287 a.C.), destacado
    discípulo, amigo y colaborador de Aristóteles y fuente
    de inspiración de Menandro. Para Ruiz (en Teofrasto,
    1988:22-23), en esa obra:

    Teofrasto, desde la altura de su medio siglo de vida,
    se

    permite describir una serie de congéneres de
    distinta especie

    aplicando su fino sentido de la observación,
    desarrollado

    a lo largo de metódica investigación
    científica.

    (…) en esos esbozos magistrales (…) despacha de un
    plumazo

    apenas una treintena de
    líneasel retrato acabado

    de una forma de ser. Todavía hoy sus
    descripciones

    tienen plena vigencia, pues ha sabido captar lo
    que

    es esencial y, al mismo tiempo, pertinente en cada
    tipo

    psicológico (…) No se trata de sesudas
    reflexiones o de

    exquisitas disquisiciones sobre la condición
    humana en

    la estricta línea de la investigación
    aristotélica, sino de

    una bocanada de humor sano y reconfortante sobre
    los

    defectos inherentes a nuestra calidad de seres
    racionales.

    La lectura de estos breves capítulos produce un
    efecto

    catártico sobre nuestra propia conducta y
    acrecienta la

    capacidad de comprensión y de ternura hacia el
    prójimo

    y sus debilidades (…)

     

    Algunos personajes de comedias televisivas exitosas en
    los años ochenta y noventa1 se distinguen por rasgos (2) que
    coinciden con los descritos por Teofrasto tres siglos antes de
    Cristo. Por ejemplo, la rusticidad (el carácter IV), que
    pone de relieve el desconocimiento de
    los hábitos sociales y la ausencia de modales (Ruiz en
    Teofrasto, 1988:61-62), es ostensible en Al Bundy (Married…
    with children
    ) y Homero y Bart Simpson (The
    Simpson
    ).

    La rusticidad parece ser una ignorancia carente de
    modales

    (…) Cuando se sienta, se remanga la ropa por
    encima

    de las rodillas, de forma que queden al
    descubierto

    sus desnudeces (…) No le produce enojo comerse
    algo

    directamente de la despensa ni beber vino puro [para
    la

    época, una prueba de ordinariez (Ruiz en
    Teofrasto,

    1988)]. En persona sale a abrir la puerta
    [para las normas

    sociales de la época, era una tarea propia de un
    esclavo

    (Ruiz en Teofrasto, 1988)] y, tras haber
    llamado

    al perro y haberlo cogido por el hocico, afirma:
    "Éste es

    quien protege mi tierra y mi casa"
    [señal de recelo hacia

    el visitante en lugar de hospitalidad y agrado].
    (Teofrasto,

    1988:61-62)

     

    La locuacidad (carácter VII) es distintiva de Fran
    Fine (The Nanny), Elain (Seinfeld) y Ally
    McBeal.

    La locuacidad, si alguien quisiera definirla,
    parecería ser

    una incontinencia de palabra. El locuaz (…) ante
    cualquier

    cosa que le haya dicho la persona con quien se
    ha

    encontrado, él replicará (…) Mientras que
    aquél le contesta,

    él le interrumpe diciendo: "No te vayas a
    olvidar

    de lo que me quieres contar" (…) "Algo que pasé
    por alto"

    (…) de forma que el interlocutor no tiene tiempo
    ni

    de respirar (…) A los que dicen que se van, él
    es capaz

    de seguirles y de acompañarles hasta la puerta de
    sus

    casas. (…) Impide con su verborrea que se desarrolle
    el

    juicio, cuando forma parte de un jurado, que se
    contemple

    el espectáculo en el teatro y que se coma a gusto
    en

    una cena. Asegura que para un hablador es un
    tormento

    permanecer callado, que la lengua está en su
    elemento y

    que, aunque corriera el riesgo de parecer más
    charlatán

    que las golondrinas, no podría estar en silencio.
    Incluso

    soporta las burlas de sus propios hijos, los cuales,
    cuando

    quieren dormirse, le suplican que les hable:
    "Papá,

    cuéntanos algo para que nos entre sueño".
    (Teofrasto,

    1988:68-69)

     

    En un capítulo de Married… with children,
    la esposa de Al Bundy decide trabajar como vendedora
    independiente de cosméticos y muy pronto sus ingresos por comisiones superan
    los de su marido. Humillado, él busca desesperadamente y
    localiza la libreta de clientes de su esposa y descubre
    que con cargo a su cuenta bancaria (de Al), ella es su única
    compradora.

    Así, la torpeza (carácter XIV) es el retrato
    de los despistes y distracciones de Peggy Bundy y Phobe
    (Friends).

     

     

    La torpeza es, en términos de definición,
    una lentitud de

    la mente en palabras y acciones. El torpe es un
    individuo

    tal que, después de hacer sus cálculos y de
    averiguar

    el total, le pregunta al que tiene a su lado:
    "¿Cuál

    es el resultado?" A pesar de que es objeto de un
    proceso

    y tiene la obligación de asistir, se olvida de
    ello y se

    marcha al campo. En el teatro se queda solo por
    haberse

    dormido. (…) Tras haber recibido y guardado algo,
    lo

    busca más tarde y no consigue encontrarlo. Si
    alguien le

    comunica que ha fallecido uno de sus amigos, para
    que

    acuda al entierro, él se entristece y entre
    lágrimas dice:

    "en buena hora". (…) Cuando en el campo él
    mismo se

    cocina un plato de lentejas, le echa sal por dos veces
    a la

    olla y deja el guiso incomible. (Teofrasto,
    1988:83-84)

     

    Carla (Cheers), el doctor Baker (Baker),
    Ling Woo (Ally McBeal) y Frank, el padre de Raymond
    (Everybody loves Raymond), encarnan el carácter XV:
    la grosería.

    La grosería es una tosquedad en el trato que se
    manifiesta

    verbalmente. El grosero, si alguien le pregunta:
    "¿Dónde

    está Fulano?", replica: "Y a mí qué me
    importa".

    Cuando se le saluda, no contesta. (…) A los que le
    dan

    muestras de estima y le envían algún
    obsequio con motivo

    de las fiestas, él objeta que no le
    resultará regalado.

    Es incapaz de perdonar a quien le mancha, le empuja
    o

    le pisa involuntariamente. (…) Si da un
    tropezón en el

    camino, se pone a maldecir la piedra. No
    consiente

    aguardar a alguien mucho tiempo. (Teofrasto,
    1988:85)

     

    En la desconfianza (carácter XVIII) está
    fotografiado George Constanza (Seinfeld). Al respecto, es
    ilustrativo aquel capítulo en el cual sus amigos le encargan
    la compra de las entradas para el cine. Elaine, la primera en
    encontrarse con él y recibir su entrada, le paga con un
    billete de alta denominación. Como George no tiene el
    cambio necesario, ella guarda
    con indiferencia el dinero bajo la promesa de pagarle más
    tarde, pero él le propone que le entregue el billete y
    él más tarde le devolverá la diferencia del
    dinero. Ese es solo el inicio de la tensión que le plantea a
    este personaje la desconfianza.

    (…) la desconfianza es una sospecha de maldad en
    todos

    los seres humanos. El desconfiado es un individuo capaz

    de enviar a un esclavo a hacer la compra y, a
    continuación,

    mandar a otro para que se informe de
    cuánto

    ha comprado. (…) Estando ya en la cama, le pregunta
    a

    la mujer si ha cerrado el
    arcón, precintado el aparador y

    echado el cerrojo en la puerta del patio. Aunque
    ésta

    responda afirmativamente, él se levanta del
    lecho, a pesar

    de su contestación, y, tras encender una
    lamparilla,

    hace un recorrido, desnudo y descalzo,
    inspeccionándolo

    todo [a causa de su defecto, realiza el control de todo,

    en lugar de creer a su mujer o de encargar a un
    esclavo

    tal cometido (Ruiz en Teofrasto, 1988)] . Sólo
    entonces

    y a duras penas consigue conciliar el sueño.
    Delante de

    testigos reclama los intereses a los que le deben
    dinero, a

    fin de que no puedan decir que no (…) A los que
    le

    compran algo y le dicen: "Dime cuánto es y
    apúntalo,

    ya que ahora no tengo tiempo", él les replica:
    "No te

    preocupes por enviármelo, pues yo voy a
    acompañarte

    hasta que estés desocupado". (Teofrasto,
    1988:92-93)

     

    Pero también George Constanza (Seinfeld) y
    además en el Dr. Baker (Baker) son una muestra del carácter XII: la
    tacañería.

    La tacañería es una ausencia de generosidad
    en lo que

    atañe al gasto. (…) Cuando en la asamblea se
    solicitan

    ayudas económicas de carácter voluntario,
    él se levanta

    sigilosamente y se quita del medio. Si se celebran
    los

    esponsales de su hija, vende la carne de la
    víctima sacrificada,

    excepto la parte reservada a los sacerdotes, y,
    a

    los servidores que contrata para la
    ocasión, lo hace sin

    derecho a comida. (…) Cuando se celebra la fiesta
    en

    honor de las Musas, se abstiene de enviar a sus hijos
    a la

    escuela bajo el pretexto de que están enfermos, a
    fin de

    no tener que hacer algún desembolso [las escuelas
    estaban

    bajo el patrocinio de las Musas (…). En el día
    de su

    festividad, se realizarían, probablemente,
    sacrificios y,

    tal vez, algún otro tipo de acto requiriese las
    aportaciones

    económicas de los alumnos (Ruiz en
    Teofrasto,

    1988)]. Una vez que ha comprado la carne en el
    mercado,

    la lleva él personalmente y también las
    verduras en

    el pliegue de su vestido [era impropio de un
    ciudadano

    ateniense ir de compras al mercado, sobre
    todo sin un

    esclavo para que transporte las adquisiciones
    (Ruiz en

    Teofrasto, 1988)]. (…) Si un amigo está
    haciendo una

    colecta y ya ha hablado con él, tan pronto como
    le ve

    acercarse, se aparta de su camino y vuelve a su casa
    dando

    un rodeo (…) (Teofrasto, 1988:101-103)

     

    Marcie y Jefferson, los vecinos de Los Bundy
    (Married… with children), los hermanos Crane
    (Frasier) y Fran Fine (The Nanny), nos recuerdan la
    vanidad (carácter XXI).

    La vanidad parece ser un deseo mezquino de
    ostentación.

    (…) Si se le invita a un banquete, se las arregla
    para colocarse

    en el puesto de honor junto al anfitrión. (…)
    En el

    caso de que sacrifique un buey, clava el tetuz en la
    misma

    entrada de su casa, después de haberlo adornado
    con grandes

    cintas, con la intención de que los visitantes
    vean que

    ha sacrificado tal res. (…) Si se le muere un
    perrito de

    Malta [raza canina que gozaba de mucho aprecio en
    la

    Antigüedad (Ruiz en Teofrasto, 1988)], le encarga
    una

    sepultura y una estelita, y en ella hace grabar:
    "Rama, oriundo

    de Malta". (…) Se corta el pelo con mucha
    frecuencia,

    cuida de que sus dientes estén blancos, se cambia
    de ropa,

    aunque se encuentre en buen estado y va muy
    perfumado.

    (…) en el teatro, cuando hay función, se sienta
    cerca

    de los estrategos [las personas que ostentaban este
    cargo

    ocupaban unos puestos preferenciales (Ruiz en
    Teofrasto,

    1988)]. No compra nada para su uso personal, pero

    para sus huéspedes (…) Luego informa a toda la
    ciudad de

    cuánto ha hecho. Es capaz, sin lugar a dudas,
    (…) de estar

    en posesión de (…) una pequeña palestra
    con su pista de

    arena y su juego de pelota. Va por
    todas partes ofreciendo

    a los filósofos, a los
    sofistas, a los maestros de armas y

    a los músicos este emplazamiento, para que
    allí actúen, de

    forma que él entre tarde en las exhibiciones,
    cuando ya

    estén todos acomodados, a fin de que alguien de
    entre los

    espectadores comente: "De ése es la palestra".
    (Teofrasto,

    1988:98-100)

     

    Ruiz (en Teofrasto, 1988:30) presume que la obra
    llegó incompleta hasta nuestros días y que el
    número de caracteres era superior. De ser así, tal vez
    encontraríamos el retrato de otros personajes de comedias
    televisivas de gran aceptación. No obstante, seguramente
    esta muestra de la capacidad magistral de observación de
    Teofrasto nos trae además a la memoria personas de nuestro
    entorno. ¿O en el deseo obsesivo-compulsivo por la limpieza
    y el orden de Seinfeld, al ubicar alfabéticamente las cajas
    de cereales en su cocina, de Mónica (Friends), al
    divertirse aspirando las alfombras, y más reciente y
    magnificadamente del detective Adrian Monk (Mr. Monk,
    2002) no vemos la caricaturización de algunas personas que
    conocemos, cuyo retrato pudo haber estado escrito con un fino
    humor en Los caracteres?

    De allí, de los rasgos humanos universales
    caricaturizados en personajes y del reconocimiento que generan,
    la fuente de humor e inspiración que para la creación
    de los personajes de las comedias televisivas representa esta
    obra. Como lo afirma Ruiz (en Teofrasto, 1988:31), Los
    caracteres
    es un resquicio a través del cual
    contemplamos el paisaje urbano, el ajetreo de la ciudad y el
    comportamiento de sus
    habitantes, gente corriente y de ambiciones modestas en la Atenas
    del siglo IV a.C., pero al mismo tiempo, un realismo latente: tenemos la
    impresión de haber compartido muchas de las vivencias
    allí contadas, sus protagonistas nos resultan
    extrañamente familiares y nos sentimos tentados de ponerles
    nombre y apellido a más de uno. Universalidad,
    caricaturización y reconocimiento en el diseño de los
    personajes conforman una clave que encontramos para explicar una
    de las conexiones de las audiencias con esas comedias televisivas
    de gran popularidad. Esa universalidad, vigencia y
    caricaturización de los personajes, presente en Los
    Caracteres
    , encaja armoniosamente con la función de
    familiarización que Buonanno (1999:65) le atribuye a la
    ficción televisiva.

    (…) las series de televisión son, por naturaleza
    propia,

    peculiarmente "conservadoras", aunque la
    expresión tiene

    que usarse si es posiblesin
    prejuicios o connotaciones

    negativas: aquí conservar significa contribuir
    a

    "mantener unida" la cultura, a garantizar su
    reconocimiento

    en un "nosotros" más amplio, a contrastar,
    de

    algún modo, con la construcción de un
    sentido común,

    las dinámicas de dispersión y de
    pérdida.

     

    Vista así la amalgama resultante de esos tres
    factores en el diseño de los personajes y la función de
    familiarización de las series de televisión, para los
    efectos de la creación de personajes de comedias televisivas
    y la escritura de guiones dramáticos, ya sea desde el punto
    de vista de la enseñanza o del trabajo profesional, las
    sutilezas y los hechos corrientes que son distintivos de los
    seres humanos y que se describen y caricaturizan en Los
    caracteres
    hacen de gran interés y utilidad la lectura y
    análisis de este texto.

    San Cristóbal, 2004

     

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    Notas

    1. Con excepción de Baker, las comedias
    televisivas señaladas, al igual que muchas otras, han
    marcado la historia de la televisión y de la comedia
    televisiva, en particular, por medio de un impacto en el
    público entendido en términos de gran audiencia o
    polémica. La mayoría de ellas se transmiten actualmente
    por SONY Entertaiment Television, por FOX y por
    varios canales generalistas de diferentes países del mundo.
    Incluimos seguidamente algunos datos sobre ellas.

    The Simpson

    Fue creada en 1987 ha sido ganadora de dieciocho premios
    Emmy (siete de ellos como mejor serie de animación) y
    diecisiete premios Annie (nueve como mejor serie) (Fox,
    2004). En una cadena especializada como Cartoon Network,
    The Simpson hizo que el veinte por ciento de la audiencia
    estuviera conformado por adultos, es decir, por cada cuatro
    niños había un
    adulto en la audiencia (Álvarez, 1999:152). En el año
    2003 tenía trece temporadas en el aire (Jiménez,
    2003).

    Seinfeld

    Estrenó su piloto en 1989, duró diez
    temporadas, fue nominada varias veces al premio Emmy como
    mejor serie de humor, venció en esta categoría en 1993
    y fue descrita en la revista Entertainment
    Weekly
    como "la comedia de situación de nuestra era"
    (Sony, 2003). Esta serie obtuvo el mayor índice de audiencia
    de la televisión norteamericana (Álvarez, 1999; Sony,
    2003). Llegó en la última temporada al impresionante
    índice de 20.5, a una porción del 32% y fue vista por,
    aproximadamente, 30.4 millones de telespectadores. (Sony, 2003).
    En su último capítulo, logró reunir a ochenta
    millones de espectadores (Álvarez, 1999:155). Sin embargo,
    en Europa, reservada al circuito
    minoritario de las cadenas de pago, "fue un fenómeno
    minoritario, cuando no fracaso" (Álvarez,
    1999:134).

    Married… with children

    Apareció en Fox en 1987, un poco antes que Los
    Simpson, y
    terminó en 1997 (Álvarez, 1999). El club
    de fans de la comedia se formó tan pronto como la
    polémica, que la encumbró aún más, luego que
    una ama de casa de Bloomfield Hills (Michigan) emprendió una
    campaña nacional y consiguió que importantes marcas oyeran sus llamadas al
    boicot (Álvarez, 1999:128).

    Frasier

    Frasier hizo historia por ser la primera y
    única ganadora de cinco premios Emmy a la mejor
    comedia en años consecutivos (Sony, 2003). Su protagonista,
    Kelsy Grammer (Frasier), es uno de los actores mejor pagados
    (cuatrocientos mil dólares por episodio en el último
    contrato) (Álvarez,
    1999:141). El Dr. Frasier Crane también fue un personaje en
    la premiada serie de los años ochenta Cheers (Sony,
    2003).

    The Nanny

    Llamada "la versión de los años noventa de
    I love Lucy" , fue nominada para un premio Emmy,
    Golden Globe Award y American Comedy Award por el
    personaje de Fran Fine (Sony Pictures, 2004).

    Cheers

    En la temporada 1990-91, esta comedia de
    personajes
    , como se le llamó, fue número uno en
    audiencia, ya había ganado veintiséis premios
    Emmy, había convertido a Ted Danson (Sam Malone) en
    la estrella mejor pagada y hasta la llegada de Seinfeld
    fue la serie que tuvo los anuncios publicitarios más
    costosos. Tras once años de temporadas que comenzaron en
    1982, su mayor aporte, que llegó a Seinfeld y a
    Frasier, fue liberar a la comedia de la herencia del
    socialrealismo para conectar de nuevo con la tradición de la
    comedia de observación: sugerir lo grande a través de
    lo accidental (Álvarez, 1999:110-114).

    Friends

    A diferencia de Frasier, Friends (1994) es
    la única serie de las últimas con popularidad
    internacional. Fue un fenómeno en Francia, por ejemplo
    (Álvarez, 1999:144). A mediados del año 2002, casi
    treinta y cinco millones de telespectadores sintonizaron el
    esperado "episodio del bebé", un capítulo de final de
    temporada. Ese número de espectadores solo fue superado por
    los 52.2 millones que vieron el especial de la misma comedia que
    transmitió la NBC en enero de 1996, de acuerdo con la firma
    de mediciones Nielsen Media Research (Osuna, 2002:05).
    Actualmente se transmite por Warner Channel la última
    temporada de esta serie.

    Ally McBeal

    Esta serie ganó un premio Emmy (la serie de
    comedia sobresaliente) y cuatro premios Golden Globe hasta
    la fecha (dos como mejor serie de comedia, uno como mejor actriz
    y uno como mejor actor de reparto) (Fox, 2003)

    Mr. Monk

    Su protagonista, Tony Shalhoub, ganó el premio
    Golden Globe por el personaje de Adrian Monk y actualmente
    la serie tiene tres nominaciones al premio Emmy 2004
    (USA Network, 2004).

    2. En algunas oportunidades, rasgos presentes o no en la
    obra de Teofrasto se mezclan porque en muchos casos los
    caracteres de los personajes de las comedias televisivas no son
    planos. En parte, el carácter XVI de Teofrasto (la
    superstición) está presente en Phoebe (Friends)
    y la torpeza, en Joey (Friends). Sin embargo, hay
    caracteres que en ellos no llegan al extremo de la
    caricaturización o hay otros rasgos que los distinguen con
    más precisión. En el primer caso (Phobe), resalta
    más la torpeza (carácter XIV) y en el segundo, aunque
    ausente en Los caracteres, la ignorancia.

     

    Jenny Bustamante Newball

    En Revista Virtual Contexto, Vol. 8, N° 10,
    año 2004.

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