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Betweensiders: El caso de los piqueteros en Argentina



    1. La identidad de los
      piqueteros
    2. El adversario del
      movimiento
    3. El objetivo
      social
    4. Mantenimiento de la
      acción colectiva
    5. Conclusiones

    Es cierto que la democracia
    argentina ha sobrevivido más de dos décadas, lo que
    de hecho constituye el período más prolongado de
    continuidad institucional asociada a la vigencia del sufragio
    universal y las elecciones libres.

    No obstante, desde la crisis del
    modelo
    neoliberal de fines de los 90’, dicho continuismo se ha
    visto un tanto sobrepasado por nuevas formas de acción
    política
    colectiva que se enmarcan en contextos de crisis
    económicas, a pesar de las salidas institucionales que se
    han dado el la Argentina en esos períodos turbulentos,
    así lo expresa Cavarozzi, cuando señala que
    la… "intensificación de una diferente modalidad de
    inestabilidad que se ha vuelto endémica en la América
    Latina contemporánea, y que ha afectado a la Argentina
    en dos ocasiones recientes: el derrumbe de gobiernos en el marco
    de explosiones de protesta social, que ha menudo están
    asociadas a graves crisis económicas… la renuncia
    de Alfonsín en 1989… la renuncia de de la
    Rúa doce años después"… (Cavarozzi.
    2004: 208).

    Así, lo que el autor intenta demostrar es la
    importancia de los movimientos sociales contemporáneos en
    Latinoamérica y el hecho de que hoy son
    incluso capaces de derrocar gobiernos fuertemente personalizados
    (e incluso populistas) como los líderes y gobiernos
    argentinos.

    Contribuyó a la explosión social que
    vivieron los argentinos a fines de la década de los
    90’ el proceso de
    renovación de la autoridad
    pública que se apoyó en un proceso continuo de
    despolitización de la sociedad, una
    sociedad acostumbrada a la expresión del apoyo o
    descontento a los gobiernos, pero que también había
    perdido su capacidad de organización durante el período
    autoritario de los militares argentinos.

    A principios de los
    noventa el eslogan de los políticos justicialistas era
    "síganme", el cual se transformo a fines de la
    década en "déjenme hacer y no se entrometan",
    así las cosas, el gobierno no
    rendía cuentas y la
    sociedad no se las pedía.

    Es en este contexto de crisis del modelo
    económico, de exclusión y de despolitización
    de la sociedad en donde se enmarca el presente escrito, que
    dará cuenta del fenómeno de "los piqueteros"
    (poniendo énfasis en el desarrollo del
    movimiento
    principalmente en el Gran Buenos Aires),
    entendiendo que ante la grave crisis económica que
    atravesó Argentina desde fines de la década de los
    noventa se inauguró un período de constante
    descontento social ante el aumento progresivo del empleo, la
    caída de la calidad de
    vida y la sumisión de un poco más del 50% de la
    población bajo la línea de la
    pobreza.

    En este análisis se seguirá una historia del movimiento, una
    caracterización del mismo en paralelo al proceso de
    interacción que realizan tanto en la arena
    política interna como en su relación con el
    contexto de la
    globalización.

    También, para efectos de orden y
    sistematización de la información y del propio ensayo, se
    tomarán dos tipologías:

    1) la primera, dice relación con la
    tipologización que realiza Manuel Castells a partir de
    Touraine, "en donde se define un movimiento social mediante tres
    principios: la identidad del movimiento, el
    adversario del movimiento y la visión o
    modelo social del movimiento" (Castells. 1997:93) que el autor
    denomina objetivo social, además se incluirá
    otro factor de análisis que se utiliza para estudiar a los
    movimientos sociales, que es el llamado mantenimiento de la
    acción colectiva
    ya que … " un episodio de
    confrontación sólo se convierte en un movimiento
    social merced al mantenimiento
    de la actividad colectiva frente a los antagonistas…"
    (Tarrow. 1997: 28);

    2) en segundo lugar, se utilizará la
    tipología dicotómica entre outsiders e insiders, ya
    que permiten observar a los movimientos sociales bajo las
    "relaciones con su con sus posiciones programáticas y
    estratégicas" (Korzeniewicz y Smith. 2004:
    105).

    Anticipando un momento mi argumento, es importante
    recalcar que el movimiento de los piqueteros, en particular,
    obedece conjuntamente a lógicas de insiders y outsiders
    porque, si bien apelan a la autorregulación y la
    delegación en la mayoría de las situaciones, al
    recibir incentivos del
    Estado y
    fondos de éste en formas de subsidios, también
    adquieren y movilizan lógicas de acción bastante
    confrontacionistas, para obligar al Estado a cambiar sus políticas
    mediante corte de carreteras y tomas de rutas, las cuales, a su
    vez, son acciones
    muchas veces violentas que contradicen su racionalidad insiders,
    así mismo como sus redes de apoyo. Es decir,
    son a la vez (los piqueteros) propensos a la colaboración
    mediante canales institucionales y también son tendientes
    a la confrontación violenta. Es por esas razones antes
    expuestas que denomino a este movimiento social como
    betweensiders.

    Hay que aclarar que los piqueteros son un movimiento
    social porque su acción política colectiva surge
    cuando aprovechan la oportunidad política marcada por el
    descrédito de la política y los políticos
    ante su manejo de la crisis económica de fines de los
    90’, así es que se atrae a la gente a la
    acción colectiva por medio del enfrentamiento violento con
    la policía federal ante la toma de las carreteras en
    reclamo del alto nivel de desempleo que los
    aquejaba, a la vez que … "introdujeron innovaciones en
    torno a sus
    márgenes…" (Tarrow. 1997: 22).

    Por lo tanto, los piqueteros son un movimiento social
    porque obedecen a… "secuencias de acción
    política basadas en redes sociales internas y marcos de
    acción colectiva, que desarrollan la capacidad para
    mantener desafíos frente a oponentes poderosos…"
    (Tarrow. 1997: 23), hechos que revisaré a
    continuación.

    La identidad de
    los piqueteros

    Lo primero que hay que decir es que los piqueteros son
    un movimiento que nace y crece con el desempleo desde 1997 en
    adelante. El origen de las organizaciones de
    desocupados –los "piqueteros"- está vinculado al
    desempleo estructural de larga duración en el Gran Buenos
    Aires y diversas localidades del interior.

    Las condiciones socioeconómicas son la causa
    principal del fenómeno y el camino de su solución:
    el deterioro acelerado de la calidad de vida
    de estos sectores, acostumbrados a tiempos mejores, crea un
    clima de alta
    frustración y protesta. En realidad, el fenómeno de
    los piqueteros se explica no sólo por el desempleo sino
    también por el clientelismo, por los errores de la
    política
    social, y por su utilización política. Podemos
    decir que los piqueteros son, en cierta medida, un subproducto de
    las malas prácticas de la política que
    terminó desbordando a sus creadores.

    Políticamente, podemos decir que existen dos
    tendencias dentro los piqueteros: una más afín al
    Frente
    Nacional contra la Pobreza
    (FreNaPo), del que participan Elisa Carrió, otros ex
    aliancistas y diversas personalidades, y que apoyan la FTV-CTA y
    en menor medida la CCC. Y la otra, la más contestataria,
    que confluye en el Bloque Piquetero y movimientos
    afines.

    La relación de los piqueteros con los Planes
    Trabajar y otros subsidios, surge por lo menos con los sucesos de
    Cutral-Có (y luego en Tartagal) entre mayo y junio de
    1997, tras la protesta y un corte de ruta que se prolongó
    por un mes, el gobierno les ofrece dichos planes para
    desmovilizarlos. Cabe anotar aquí un aspecto
    significativo: el inicio de los "piquetes" se vincula menos con
    las privatizaciones Cutral-có) que con su
    secuela posterior, ya que las protestas se iniciaron algunos
    años más tarde que aquellas.

    A partir de ese mismo año (97’), varios
    grupos de
    piqueteros surgen en la zona sur del Gran Buenos Aires,
    repitiendo la misma práctica: cortes de rutas que se
    levantan tras la negociación de Planes Trabajar para
    ellos.

    La gran expansión del fenómeno se produce
    en tiempos de la
    administración De la Rúa. Con el doble objetivo de
    afectar la estructura
    clientelista en la provincia de Buenos Aires y limitar el
    crecimiento de pequeños grupos de piqueteros en el
    conurbano, el Ministerio de Desarrollo Social
    a cargo de Graciela Fernández Meijide introduce una
    modificación en la distribución de los planes –en
    general, en manos de los municipios-, proponiendo que estos
    sólo sean asignados a ONGs que se responsabilizaran de su
    ejecución.

    Pero en lugar de contener la práctica piquetera,
    esto la institucionaliza y la potencia: las
    organizaciones de desocupados crean sus propias ONGs, ofician de
    coordinadoras de los pequeños grupos que surgen en los
    barrios más pobres del GBA, y se convierten en movimientos
    sociales organizados con mayor poder de
    presión, una administración económica propia, y
    con una práctica sistemática de "piquetes" y cortes
    de ruta para mantenerla.

    Hasta aquí, el fenómeno de los piqueteros
    es la punta del iceberg del clientelismo y los
    despropósitos de la política social en Argentina.
    De haberse implementado un plan de seguridad
    social centralizado, beneficiando a jefes y jefas de hogar,
    aún con los mismos recursos
    previstos en el presupuesto
    nacional se hubiera beneficiado a casi la totalidad de las
    familias afectadas por la desocupación. Se optó, sin embargo,
    por mantener un sistema
    descentralizado y desordenado, funcional a este tipo de
    abusos.

    Pero en los últimos años el
    fenómeno piquetero aumentó a un ritmo de
    progresión geométrica, y se convirtió en un
    iceberg en sí mismo. Pasaron de ser la expresión
    inorgánica de una protesta legítima, a un
    movimiento semiorganizado y con capacidad de acción
    política.

    Hoy los piqueteros, que se organizan en principio en
    pequeñas agrupaciones zonales, confluyen luego en
    organizaciones coordinadoras. Las que a su vez están
    unidas en tres bloques:

    1. Piqueteros de la CTA: Este es el conjunto de
    agrupaciones unidas en la Federación por la Tierra y la
    Vivienda (FTV) que lidera Luis D´Elia. También el
    Movimiento Barrios de Pie, orientado por Patria Libre, pertenece
    a la Central. D´Elia, diputado provincial del Frente para
    el Cambio, antes
    concejal por el Frepaso en La Matanza, formó parte de los
    primeros disidentes frepasistas durante el gobierno de la
    Alianza.

    ( colación de gobierno de de la
    Rúa)

    2. La Corriente Clasista y Combativa (CCC): Brazo
    sindical y piquetero del Partido Comunista Revolucionario. Desde
    hace no menos de un año, la CCC trabaja junto a la FTV de
    D´Elia, y negocian en conjunto respecto de los
    subsidios.

    3. El Bloque Piquetero: Tiene menos convocatoria
    y más ideología. Algunas de las agrupaciones que
    conforman este Bloque tienen su origen en los primeros
    fenómenos piqueteros, mientras que otras, de
    creación más reciente, están vinculadas a
    partidos de izquierda.

    Por lo tanto, como se puede observar…"los
    movimientos de desocupados o piqueteros están conformados
    por varias decenas de grupos que responden a orientaciones
    políticas diferentes: algunas se vinculan con partidos
    políticos o centrales sindicales; otros privilegian su
    autonomía con respecto a los mismos; otros siguen a
    líderes populistas.

    De este modo, una misma denominación,
    piqueteros, recubre orientaciones muy distintas,
    más allá de su enorme impacto político y
    sobre todo mediático…" (Palominos. 2003: 53). Sin
    embargo, el elemento clave que actúa como enlace entre las
    diferentes agrupaciones es el desempleo, junto a un tipo de
    ritual sagrado como son las "asambleas" que reúnen a las
    personas en los barrios para tomar decisiones, como por ejemplo
    el acudir o no a un piquete en determinada ruta o carretera
    bonaerense.

    Por otra parte,… "es la acción misma de
    los piquetes la que explica su visibilidad: los cortes de ruta
    alcanzan un fuerte efecto político, multiplicado a
    través de los medios de
    comunicación. Se trata de acciones
    maximalistas, que contrastan con los fines en principio
    minimalistas que animan las movilizaciones: éstas
    se circunscriben en su mayoría a la obtención de
    subsidios por desempleo y bolsas de alimentos…" (Palominos. 2003: 54), lo que a
    la vez actúa como mecanismo unitario del movimiento, junto
    a una serie de símbolos que forman el paisaje de los
    piquetes el cual no es diferente al que muestra la
    televisión. Llantas que se queman en medio de la ruta,
    grandes ollas populares – se festejan por sabrosas y atraen
    a muchos como única opción para comer –.
    Mujeres con chicos a cuestas, hombres con palos y, en muchos
    casos, con la cara semitapada, las cubiertas encendidas y
    humeantes son el símbolo del piquete, esa marca distintiva
    de estos movimientos de desocupados que crecen en el Gran Buenos
    Aires y el interior del país.

    Lo de los pañuelos en la cara tiene una
    explicación: dicen que lo hacen para protegerse, para que
    cuando tienen que volver a sus barrios la Policía no los
    identifique. Pero con el tiempo esa
    lógica
    cambió. Ahora ya son todos conocidos y el significado fue
    mutando.

    "Hay un debate porque
    muchos piensan que intimidan sin sentido. Pero hoy son más
    simbólicos que otra cosa, como el pasamontañas del
    subcomandante Marcos"(Clarín.2002).

    Así, todo… "se configura para dar sentido
    y marcos de acción a la identidad de los piqueteros que
    han logrado aprovechar la estructura de oportunidades
    políticas que se les han presentado mediante formas de
    acción políticas contenciosas y
    novedosas.

    En síntesis,
    a pesar del trabajo social
    que efectivamente llevan a cabo estos grupos, lo social se
    subsume en el proyecto
    político que no deja de aflorar en ningún
    momento…" (Palominos. 2004: 13)

    El adversario del
    movimiento

    Los piqueteros tienen dos tipos de adversarios. Los
    primeros son de origen externo y se reflejan en el nuevo orden
    mundial en donde los Estados pierden capacidad de decisión
    por la intromisión de nuevos jugadores más difusos
    y que juegan en su propio interés,
    el cual es casi siempre económico, es decir, las
    transnacionales y los procesos de
    privatización que traen consigo.

    Por lo tanto, también están en contra de
    la implementación de políticas económicas
    neoliberales, fundamentalmente porque quizás vivieron de
    forma más exacerbada que en otras zonas del mundo los
    efectos sociales perversos del "modelo". Más bien son los
    agentes del nuevo orden mundial sus enemigos directos,
    entiéndase por ellos el FMI, la OMC, y el
    gobierno de George W. Bush, es decir, los piqueteros reaccionan
    contra la globalización y contra sus agentes
    políticos intentando cambiar sus códigos culturales
    mediante nuevas instituciones
    sociales.

    También, se puede inferir que están en
    contra del ALCA y las
    Cumbres de las Américas, en parte por su acercamiento a
    los Sin Tierra en
    Brasil y,
    también, por las últimas demostraciones de violencia en
    Mar del Plata este año, en donde se pudo ver y reconocer a
    algunos piqueteros envueltos en los incidentes.

    Los segundos adversarios son de tipo interno y se
    dividen en dos: a) los punteros, la pelea central de
    los piqueteros es con los punteros peronistas, más que con
    el Gobierno nacional. Como los planes para quienes están
    desocupados se gestionan a través de los municipios, los
    punteros vinculados al intendente tienen más
    peso.

    De hecho, y sobre todo en los distritos del sur del
    conurbano, ellos tienen muchos más planes otorgados que
    los piqueteros. Y es aquí que se da una doble
    lógica de acción, por una parte los punteros son
    sus adversarios en términos de distribución de los
    beneficios otorgados por el Estado, lo
    cual le asigna legitimidad a uno u otro bando, pero, por otra
    parte, los piqueteros también los deben tener de aliados
    porque son los punteros quienes en definitiva adquieren de forma
    directa los subsidios; b) la policía, estos adquirieron su
    posición de non gratos en el movimiento desde El primer
    piquete en La Matanza en donde se decidió una asamblea de
    representantes de distintos barrios, gremios y comunidades
    eclesiales. Juan José Cantiello. Un cura que pidió
    licencia para sumarse al movimiento, recuerda la discusión
    que los llevó a la ruta, en 1998: "Nos planteábamos
    una medida que llamara la atención.

    Hay que hacer algo para que nos reciban sí o
    sí". (Clarín. 2002). Sin embargo ese primer piquete
    no se hizo porque, cuando llegaron a la ruta, estaba repleta de
    policías y decidieron cambiar de planes para evitar el
    choque, finalmente tomaron la iglesia del
    Sagrado Corazón.
    Lo cual tuvo como consecuencia las constantes acusaciones que se
    dan en los piquetes en las rutas de la existencia de
    "infiltrados", los cuales son sindicados como policías
    escondidos entre el tumulto, además de la opresión,
    hostigamiento y seguimiento de estos últimos en los
    barrios periféricos de la capital
    Argentina, en donde muchas veces son apresados los piqueteros por
    causas que no obedecen a ninguna ordenanza legal.

    Sin embargo, también cuentan con el apoyo de la
    Iglesia católica, sobre todo de aquel sector
    eclesiástico vinculado a la teología de la
    liberación, en donde se destaca desde los inicios del
    movimiento el padre Juan José Cantiello, lo que a la vez
    es un rasgo característico de todo movimiento social
    importante en Latinoamérica.

    El objetivo
    social

    Según Salvador Martí
    Puíg "La democratización se entiende como un
    proceso histórico con fases de transición,
    consolidación, persistencia y, por consiguiente,
    analíticamente distintas, si bien empíricamente
    superpuestas. Y es durante estas etapas sucesivas que entra en
    escena una variedad de actores con diferentes partidarios,
    preferencias, cálculos, recursos y horizontes de
    temporalidad" (Martí
    Puíg. 2001: 22-23).

    Bajo este contexto es que nace el movimiento piquetero,
    por lo tanto sus objetivos
    sociales van a estar determinados por la caída de algunos
    actores tradicionales como los partidos y con la asunción
    de otros con más poder como los punteros peronistas en la
    actualidad, producto de un
    proceso democratizador que tiende a la descentralización territorial y a la
    concentración del poder en pequeños núcleos,
    lo que es algunas veces más perverso que la
    concentración en un poder central, por las redes
    clientelares que se forman.

    Así las cosas los objetivos de los piqueteros son
    muy diversos ante la cantidad inmensa de grupos, con tendencias
    diferentes, que lo configuran. Sin embargo, el objetivo central
    del movimiento es, evidentemente, bajar los niveles de desempleo
    que aquejan a los ciudadanos argentinos.

    Entonces, el desafío queda expresado en que hoy
    lo que se plantean los jefes piqueteros es: crear organizaciones
    políticas duraderas a partir de la enorme (en
    términos de la nada que tenían al inicio del
    movimiento) inyección de dinero que
    significan 20 millones de pesos mensuales, otorgados por el
    Estado, para los barrios más pobres del
    país.

    Sus diferentes ideas sobre lo que deben ser éstas
    organizaciones, que van de la extrema izquierda casi
    anárquica de la Anibal Verón a la búsqueda
    de una alianza de clases de la CTA, pasando por el trotskismo de
    estirpe sindical del Bloque Piquetero, son las que hacen
    irreconciliables por ahora a las distintas agrupaciones. Mucho
    más que los orígenes de sus bases, donde todos son
    igual de pobres, o que la acción social que llevan
    adelante en los barrios, también muy similar en cuanto al
    tipo de emprendimientos y su organización.

    Organizaciones que se definen como progresistas terminan
    exigiendo planes para desocupados ideados con la lógica
    clientelar más tradicional y así quedan atrapados
    en ese estilo que tanto critican.

    Aquí las respuestas coinciden en los distintos
    grupos: ellos no discriminan políticamente al que se les
    acerca en busca de un plan. Y señalan que a partir de la
    mano de obra que obtienen gracias a la atracción de esos
    planes, generan actividades comunitarias reales, algo que los
    punteros barriales no se caracterizan por impulsar. Consideran
    estos planes como la única opción para que la gente
    hoy tenga un plato de comida, pero aseguran que por eso no
    reniegan por eso a su lucha por trabajo digno,
    educación
    y salud
    pública. (Clarín. 2002)

    Es necesario indicar que los piqueteros entraron en el
    reparto de la ayuda social que antes se dividía
    exclusivamente entre caudillos políticos y sindicales, lo
    que fue el alcance de uno de sus objetivos principales,
    participar en la distribución de los subsidios y
    así contribuir en el proceso de toma de
    decisiones. Fue gracias a la crisis de los partidos
    tradicionales y al crecimiento de los desocupados, que ellos se
    supieron organizar.

    Ahora, su objetivo es convertir a esos desocupados que
    se acercaron por hambre, en cuadros políticos que se sumen
    a su proyecto de poder, es decir, el autofinanciamiento de la
    comunidad,
    lejos de los punteros. "Centrados en la producción frutihortícola en la zona
    de quintas que proveen buena parte del consumo de
    alimentos frescos a la ciudad de Buenos Aires, estos trabajadores
    buscan desarrollar emprendimientos sustentables, donde la
    generación de excedentes asegura el mantenimiento y
    expansión económica de su producción, de
    modo de alcanzar la independencia
    de los subsidios oficiales.

    Esta generación de excedentes se destina a
    fortalecer las relaciones sociales y comunitarias y no se
    identifica con el lucro capitalista. En relación con este
    objetivo, la participación en piquetes es un medio de
    obtención de recursos para los emprendimientos
    autogestionados, y no un fin en sí mismo, lo que plantea
    además una definición de su identidad como
    desocupados previa a la identidad piquetera."
    (Palominos. 2003: 71)

    Aunque entre los distintos grupos piqueteros este debate
    es incipiente, se constata que todos ellos, incluso los
    vinculados con partidos políticos, se vuelcan
    progresivamente al desarrollo de emprendimientos productivos y
    exploran las posibilidades de desarrollo de una nueva economía implantada
    en redes sociales que trascienden a la economía
    capitalista.

    Mantenimiento de
    la acción colectiva

    Pese al cambio registrado en las condiciones del
    contexto… "subsisten condiciones "objetivas" para la
    reproducción de las organizaciones de
    desocupados en los mismos términos que le dieron origen:
    la posibilidad de ampliación del movimiento a
    través del reclamo y la movilización para acceder a
    subsidios, esto es, a medios de
    subsistencia.

    El significado de "reproducir las condiciones que
    originaron el movimiento" puede ser interpretado en
    términos de la estrategia de
    "grupo en
    fusión", que busca recrear de modo
    permanente la identidad de origen." (Palominos. 2004:44). Lo que
    se observa en la última toma de ruta,
    específicamente la vía que lleva al aeropuerto de
    Ezeiza, en donde se vieron envueltos piqueteros en un acto de
    colaboración con las personas despedidas por
    Aerolíneas Argentinas.

    El éxito
    de los piqueteros esta basado, fundamentalmente en la capacidad
    de sus líderes de lograr cohesión ante la extensa
    netnees que involucra al movimiento, ya que han podido inventar,
    adaptar y combinar distintas formas de acción colectiva
    para estimular el apoyo de gente que, en caso contrario,
    podría quedarse fuera de la acción (Tarrow. 1997:
    47), es decir, han logrado manejar los marcos cognitivos que
    guían la acción entre un ellos y un nosotros, pero
    no del todo, ¿ Por qué?. Principalmente, debido a
    que si bien… "la acción colectiva los inserta en
    complejas redes políticas, poniéndolos así
    al alcance el Estado…" (Tarrow. 1997: 53), en el caso de
    este movimiento, al parecer se han acercado demasiado a esas
    complejas redes políticas que ha tejido el propio Estado
    federal argentino, lo que a la vez los ha hecho perdurar en el
    tiempo como movimiento, ya que si bien surgieron por motivos
    circunstanciales, el desempleo estructural los ha mantenido
    unidos, pero también el gobierno federal los ha cooptado
    por medio de la entrega de los planes y subsidios antes
    mencionados, entendiendo inteligentemente, creo, que al entregar
    dinero a sus líderes para que los distribuyan, estos se
    sientan con la necesidad de responder también al Estado
    mediante actitudes de
    reciprocidad y dependencia, lo que en definitiva crea un aumento
    de gorrones en la
    organización y una difícil clasificación
    teórica del movimiento, es decir, los piqueteros
    ¿Son insiders u outsiders?, ¿Cuál es su real
    lógica de acción?.

    Conclusiones

    Desde el 2001, con la caída del gobierno de De la
    Rúa, el espacio político-institucional de la
    Argentina ha cambiado, es decir, …"en Argentina vino a
    replantear la cuestión de los límites
    del espacio institucionalizado de la política, abriendo
    paso a lo político instituyente y a una
    redefinición de la política como "fidelidad a lo
    Nuevo" (Palominos. 2004: 37). El hilo conductor que atraviesa a
    los movimientos sociales es su carácter político, que enfoca sus
    luchas hacia un cambio en las relaciones de poder / sociales y
    con el Estado. Este objetivo, que bien puede entenderse como la
    construcción de

    Poder, implica la configuración de un nuevo
    sujeto político conciente de su condición. Dentro
    de esta matriz
    común a los movimientos, se observan diferentes
    orientaciones específicas y núcleos de
    acción según los ritmos temporales que cada uno de
    ellos se impone para realizar sus aspiraciones de cambio, toma o
    construcción de Poder, lo que incide directamente sobre
    sus líneas de acción y estrategia. (Palominos.
    2004: 38)

    Por otro lado, la economía
    argentina presenta una recuperación prolongada en el
    último período del gobierno de Néstor
    Kirchner, hay un clima de bonanza económica y expectativas
    favorables para su futuro, lo que no se registraba en Argentina
    desde hace unos diez años aproximadamente. Sin embargo,
    pese al cambio en el contexto macroeconómico de la
    nación
    vecina, la herencia social
    dejada por la apertura externa, las reformas de mercado y las
    políticas neoliberales de los ’90, no pueden ser
    más devastadoras: más de la mitad de la
    población sumida por debajo de la línea de pobreza,
    y una elevada tasa de desempleo.

    Esta combinación contrasta con la experiencia
    histórica de un país rico en el cual
    prevalecía, hasta mediados de los ’70, un ideal de
    progreso económico indefinido. Este contraste genera
    poderosos condicionamientos para las expectativas sociales
    centradas en la desigualdad de la distribución del
    ingreso, en un contexto en que pese a las expectativas
    económicas favorables, la mayoría de los
    diagnósticos coinciden en las dificultades objetivas para
    mejorar en el corto plazo la distribución del ingreso,
    mitigar la pobreza y reducir drásticamente el
    desempleo.

    Este nuevo contexto económico y político
    condiciona los proyectos de los
    movimientos sociales, favorece algunos y bloquea otros,
    configurando un horizonte complejo de posibilidades. Este
    horizonte surge claramente a través de los debates y
    conflictos
    presentes en Argentina hoy, que colocan en primer plano la
    desigualdad
    social y la renovación del sistema
    político.

    "La meta original
    y común de las organizaciones de desocupados y de los
    trabajadores de empresas
    recuperadas fue la de acceder a medios de subsistencia para sus
    miembros. Esta meta no es sólo económica sino
    también política, en el sentido que más
    allá de la demanda de
    medios de subsistencia la lucha de estos actores fue emprendida
    en pos de su reconocimiento social y político y en nombre
    del derecho al trabajo, que tiene rango
    constitucional.

    Estas luchas se inscriben en continuidad con las de los
    movimientos que promueven la ampliación de la democracia y
    del espacio de los derechos, pero además
    de este componente que podríamos denominar
    "institucionalista", también se trata de una meta
    política en un sentido más radical. Estas acciones
    también apuntan a la modificación de las reglas
    básicas de funcionamiento de la sociedad argentina como
    sociedad capitalista: de la regla que define la inserción
    social a través del trabajo para acceder a los medios de
    subsistencia, y de la regla que establece el control por parte
    de una minoría social del acceso a los medios de
    producción." (Palominos. 2004: 41-42).

    Así, al ser las metas de los piqueteros
    evidentemente políticas, se configura una lógica de
    acción que no es del todo clara y que se entremezcla
    constantemente con contradicciones de base en donde se discute la
    propia identidad del movimiento piquetero. Me refiero
    específicamente a que hoy el movimiento no es observable
    ni clasificable como insiders u outsiders, sino que se encuentra
    en una situación media de acción en donde se ven
    obligados a interactuar con el gobierno central y con los
    punteros en términos de delegación, pero a la vez
    necesitan seguir actuando de forma confrontacional porque la
    identidad primaria del movimiento así lo requiere,
    además de ser un excelente método de
    acción para aumentar el piso de sus demandas.

    Pero surge una pregunta central, si los piqueteros
    utilizan mecanismos de insiders y outsiders ¿A quienes
    representan? Es obvio que el apoyo popular que obtienen esta en
    el grupo de los desempleados, pero también representan al
    gobierno al administrar los subsidios que de él emanan,
    entonces ¿Cómo es posible clasificarlos?
    Intentaré dar algunos argumentos para responder a las
    anteriores interrogantes a continuación.

    Primero, los piqueteros se han beneficiado más
    que cualquier otro grupo colectivo del colapso del poder del
    Estado, lo cual es central. Segundo, sus acciones han
    incrementado la oferta de
    bienes
    públicos causados por la acción colectiva
    contenciosa. Tercero, se han limitado a la distribución de
    "incentivos selectivos"… "limitados a su vez a incentivos
    económicos o materiales y a
    sanciones sociales y recompensas sociales". (Taylor. 1991:
    107).

    Y por último, en cuarto lugar, algunos
    análisis muestran la acción colectiva como
    expresión directa de los intereses comunes, en este caso
    el interés por el trabajo que
    representan los piqueteros, de un grupo estructurado… "una
    clase social,
    comunidad, grupo étnico, sindicato,
    partido o algo así, pero no se pregunta por la
    conexión que existe entre el grupo que actúa y la
    población base a la que dice representar.

    Este cortocircuito teórico evita el problema de
    la movilización individual sin resolverlo." (Tilly. 1991:
    163). Así, los piqueteros al beneficiarse de la perdida
    del poder del Estado argentino, se han visto envueltos en una
    doble situación, por un lado representan a los desocupados
    por medio de las exigencias materiales que se demuestran en cada
    piquete que forman en una ruta bonaerense, sin embargo,
    también representan el interés del gobierno
    argentino al aceptar los subsidios y planes estatales y
    así calmar y frenar las revueltas populares que hace
    algún tiempo eran "pan de cada día" en la capital
    trasandina.

    Por lo tanto, este análisis, al dar cuenta de la
    doble situación de representación en la que se ven
    envueltos los piqueteros, se hace cargo del llamado cortocircuito
    teórico al que hace referencia Charles Tilly (expuesto
    más arriba), en tanto que llamo a esa doble
    situación de representación, y también de
    accionar, "betweensiders", ya que, la acción
    política colectiva en situación de doble
    participación, tanto en la esfera
    política-institucional como en la esfera privada-societal,
    le da un rasgo nuevo y característico a este movimiento,
    fisonomía que no se observa en ningún otro
    movimiento social y que evidentemente supone la influencia
    directa del contexto argentino y de su. Por llamarlo de alguna
    manera, "idiosincrasia propia".

    Sería simple denominar a los piqueteros como un
    movimiento que ha tomado el especio que antes le
    pertenecía a los partidos políticos en el sistema
    político argentino, en el sentido de que participan como
    catalizadores de demandas y ofertas provenientes de la sociedad y
    de las autoridades, respectivamente, pero sería un
    análisis muy simplista desde mi punto de vista, ya que no
    tomaría en consideración la capacidad de
    confrontación que los caracteriza y, por ende, tal
    clasificación no podría explicar ese rol
    extrasistémico, si se quiere, de los piqueteros en
    Argentina.

    Por lo tanto, los movimientos sociales que yo denomino
    "betweensiders", en el curso de una sola interacción no
    son viables, necesitan, además de las condiciones de
    contexto propias, una interacción frecuente con otro, en
    donde la situación social tenga la posibilidad de
    cambiar.

    Porque … "durante encuentros repetidos, incluso
    las partes enteramente egoístas suelen salir ganado con
    estrategias que
    combinan la cooperación inicial con una nítida
    discriminación entre respuestas que
    dependen de si las otras partes cooperan o siguen atendiendo a su
    interés individual"… así… "la
    estrategia del toma y daca (comienzo cooperando en el primer
    encuentro y luego imito fielmente tu respuesta) suele ganar a
    toda estrategia más egoísta." (Tilly. 1991:
    175)

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      Fernando, Et.al. Intereses individuales y acción
      colectiva. Editorial Pablo Iglesias. Madrid,
      España.

     

    Juan Carlos Aguirre

    Participación política y nuevos
    movimientos sociales

    Ciencia Política.

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