Monografias.com > Enfermedades > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Niveles séricos de cinc y de cobre, y relación cu/zn en embarazadas con Preeclampsia



     

    Resumen

    Fondo: La eclampsia y la pre-eclampsia son causas
    importantes de morbilidad y mortalidad durante el embarazo. De las 500.000
    muertes maternas estimadas anualmente en todo el mundo, del 10%
    al 15% están asociadas con los trastornos hipertensivos del
    embarazo. Sorprendentemente, se dispone de poca información sobre el posible
    papel de los elementos traza: cobre (Cu) y cinc (Zn) en estas
    enfermedades. Objetivo: Determinar el Cu y
    el Zn, y la relación Cu/Zn en el suero de 56 mujeres
    embarazadas sanas y en 50 mujeres embarazadas con preeclampsia.
    Diseño: Estudio
    descriptivo, prospectivo y experimental. Ambiente: Instituto
    Autónomo Hospital Universitario de Los Andes y Ambulatorios
    tipo III. Venezuela y El Llano.
    Mérida. Estado Mérida. Venezuela.
    Resultados: La concentración sérica promedio de Cu
    está significativamente (p<0.05) disminuida en las
    mujeres con pre-eclampsia mientras que el Zn aumenta y la
    relación Cu/Zn disminuye significativamente (p <0.05).
    Conclusiones: Es probable que en la preeclampsia, los valores séricos
    elevados de Cu puedan preceder al deterioro de la condición
    toxémica, mientras que los valores bajos pueden indicar
    daño de la placenta y
    muerte fetal inminente. Los
    valores bajos de Cu también pueden están asociados con
    la hipertensión en la
    preeclampsia. El cobre y el cinc sérico y la relación
    Cu/Zn pueden servir como indicadores de la función normal de la
    placenta.

    * Palabras clave: Preeclampsia, cinc, cobre, embarazo,
    relación Cu/Zn, función de la placenta.

    Abstract

    Serum levels of zinc and copper, and Cu/Zn ratio, in
    pregnant women with preeclampsia.
    Background: Eclampsia and
    preeclampsia are important cause of morbidity and mortality
    during pregnancy. Of the estimated 500.000 maternal deaths every
    year worldwide, 10% to 15% are associated with hypertensive
    disorders of pregnancy. Surprisingly little information is
    available on the possible role of trace elements: copper (Cu) and
    zinc (Zn) in these diseases. Objective: The aim of this study was
    to determinate serum Cu and Zn, and the Cu/Zn ratio in 56 healthy
    pregnant women and in 50 pregnant with preeclampsia. Design:
    Descriptive, prospective and experimental study. Setting:
    Autonomous Institute University Hospital of The Andes and El
    Llano El Llano and Venezuela Ambulatories type III. Mérida.
    Mérida State. Venezuela. Results: Mean serum Cu was
    significantly (p<0.05) lower in MedULA, Revista de Facultad de
    Medicina, Universidad de Los Andes. Vol. 9
    Nº 1-4. 2000. (2003). Mérida. Venezuela. 14 women with
    preeclampsia whereas serum Zn tend to increase and Cu/Zn ratio
    decreases significantly (p<0.05). Conclusions: It is probable
    that in preeclampsia, high serum copper values may precede
    deterioration of the toxemic condition, while low values may
    indicate damage of placental tissue and impending fetal death.
    Low values of serum copper are associated also with hypertension
    in preeclampsia. Serum copper, serum zinc and Cu/Zn ratio may
    serve as an indicator of normal placental function.

    Key words: Preeclampsia, zinc, copper, pregnancy, Cu/Zn
    ratio, placental function

     

    INTRODUCCIÓN

    La eclampsia y la preeclampsia son causas importantes de
    morbilidad y de mortalidad durante el embarazo, el parto y el puerperio. De las
    500.000 muertes maternas estimadas anualmente en todo el mundo,
    del 10 al 15% están asociadas con los trastornos
    hipertensivos del embarazo. La preeclampsia se caracteriza por
    hipertensión arterial y proteinuria que habitualmente se
    acompaña de edema, y ocasionalmente con trombocitopenia y
    alteraciones de la función hepática. Su etiología
    no se conoce exactamente (Dekker y Sibai 1998) y la investigación continúa
    para un mejor despistaje diagnóstico y métodos de tratamiento
    (Fadigan et al. 1994) ya que ella representa un problema de
    salud pública. Tiene una
    incidencia entre el 3 y el 7% del total de nacimientos y entre
    las primigestas oscila entre el 10 y el 20% (National High Blood
    Pressure 1990).

    Estudios previos han demostrado claramente una
    correlación entre la preeclampsia y las alteraciones en los
    niveles séricos y tisulares de los elementos traza: cinc
    (Zn) y cobre (Cu) (Mahomed et al. 2000; Osman et al, 2000; Zhang
    et al. 1991; Borella et al. 1990; Lao et al. 1990; Lazebnik et
    al., 1989; Brophy et al, 1985; O'Leary, 1969). Sin embargo, estos
    estudios han sido motivo de controversias. El motivo del presente
    estudio de tipo correlacional, orientado y de corte transversal
    es valorar los niveles séricos de Zn y de Cu en mujeres con
    preeclampsia y comparar con lo que sucede en embarazadas sanas
    normotensas. Todas las embarazadas acudieron a la consulta de los
    Ambulatorios Urbanos tipo III (El Llano y Venezuela) de la ciudad
    de Mérida y a la Emergencia Obstétrica,
    IAHULA.

    Simultáneamente, se calculó la relación
    Cu/Zn, que no ha sido valorada en trabajos previos. Esta
    relación puede ser de interés para valorar la
    evolución del embarazo en
    estas pacientes. Los elementos traza mencionados se determinaron
    porque se ha señalado que el desbalance entre sus estados
    corporales está involucrado en la patogenia de la
    hipertensión arterial humana (Bergomi et al. 1997; Vivoli et
    al. 1995). Además, ciertos estudios de población demuestran una
    correlación positiva entre la presión sanguínea
    sistólica y la secreción urinaria de Cu y de Zn
    (Staessen et al. 1991). Aunque, Sparrow et al. (1984) y Taittonen
    et al. (1997) han informado que el Cu, el Zn y la relación
    Cu/Zn no presentan ninguna correlación significativa con los
    valores de presión arterial.

     

    METODOLOGÍA

    Selección de las embarazadas

    El estudio comprendió 106 mujeres embarazadas,
    entre las 25 y 42 semanas de gestación y con edades entre 14
    y 42 años (promedio: 30±3 a) que acudieron a la
    Emergencia Obstétrica del Hospital Universitario de Los
    Andes y a los Ambulatorios El Llano y Venezuela del Estado
    Mérida entre Mayo y Septiembre del 2001, que ingresaron
    voluntariamente en el estudio, autorizando por escrito su
    participación. Se excluyeron aquellas embarazadas con menos
    de 25 semanas de gestación y las que se negaron a tomar
    parte del estudio.

    Las embarazadas se dividieron en dos grupos: A) Grupo de estudio (Grupo de
    Casos): 50 embarazadas preeclámpticas, con edades entre 16 y
    40 años, entre 25 y 42 semanas de gestación. El
    diagnóstico de preeclampsia, en la presente
    investigación, se basó en la presencia de
    hipertensión arterial, proteinuria y edema. B) Grupo
    Testigo. 56 embarazadas sanas normotensas, con edades entre 14 y
    42 años, con 25 a 42 semanas de gestación.

    Una vez obtenida la autorización por escrito, a
    todas las embarazadas se les extrajo una muestra de sangre (8 ml) por punción de
    las venas del antebrazo, con jeringa de plástico y agujas de
    acero inoxidable No. 21, entre
    7 y 9 a.m., con el objeto de evitar las variaciones circadianas
    de los elementos traza en estudio. La sangre, que se recolecto en
    tubos siliconados sin anticoagulante y libres de los metales en estudio, se dejo
    coagular espontáneamente, a 37°C, centrifugándose
    posteriormente a 3.000 rpm, durante 15 minutos para asegurar la
    fácil obtención de una adecuada cantidad de suero, que
    se conservó congelado hasta el momento del
    procesamiento.

    La determinación del cinc y del cobre se
    realizó mediante el método de
    espectrofotometría de absorción atómica, empleando
    un espectrofotómetro de absorción atómica Perkin
    Elmer, modelo 3.100 con llama de
    acetileno. Para cuantificar el Zn se utilizó una
    lámpara de cátodo hueco para cinc, en una longitud de
    onda de 213,9 nm y con un rango de sensibilidad de 0,01 ppm de
    Zn. Para cuantificar el cobre se utilizó una lámpara de
    cátodo hueco, en una longitud de onda de 324,8 nm y con un
    rango de sensibilidad de 0,01 ppm de Cu. Las soluciones patrones se
    prepararon a partir de cinc y de cobre metálico, a
    razón de 1000 ppm de cinc (Zn) y de cobre (Cu)
    metálico, diluidos en agua ultrapura más 1 ml
    de HNO3, respectivamente. Las muestras de suero (1 ml) se
    diluyeron en 5 ml de propanol. De acuerdo con el método, los
    valores normales son de 0.9-1.1 y 1.1 a 1.4 µg/ml para el
    cinc y el cobre, respectivamente. Las determinaciones se
    realizaron en el Laboratorio de Bioquímica y Nutrición de La Facultad de Medicina,
    Escuela de Nutrición y
    Dietética de la Universidad de Los Andes.

    Los resultados se expresan en medias±DE. Se
    determinó la significación estadística de las
    diferencias entre las medias mediante la "t" de Student. La
    relación entre las diferentes variables se estableció
    mediante el análisis de regresión lineal simple
    (y= a+b*x) empleando el paquete estadístico Statgraphics 5.0
    Plus. Se consideró estadísticamente significativa toda
    p<0.05.

     

    RESULTADOS

    La tabla 1 muestra los valores de cinc y de cobre en las
    embarazadas normales. El análisis de la tabla demuestra que
    el cinc disminuye a medida que aumenta la gestación,
    mientras que el cobre aumenta al aumentar la semana de
    gestación. El valor de cinc sérico por
    debajo de 0.70 µg/ml se escogió para indicar una
    nutrición inadecuada de cinc. Este valor se considera el
    límite mas bajo para los adultos y los niños normales. De
    acuerdo con este valor cerca del 50% de las mujeres embarazadas
    entre las 37 y 42 semanas de gestación presentan niveles
    séricos de Zn por debajo de esta concentración, lo cual
    sugiere una carencia condicionada del metal.

     

    La tabla 2 muestra los valores séricos de cinc y de
    cobre en las embarazadas preeclámpticas. A diferencia de las
    embarazadas normales, en las preeclámpticas el valor
    sérico de cinc (cincemia) aumenta mientras que la
    concentración sérica de cobre (cupremia) disminuye a
    medida que avanza el embarazo. El valor cutoff <0.90 µg
    Cu/mL se escogió para indicar la existencia de hipocupremia
    (un estado de nutrición deficiente de cobre. En este
    estudio, se espera que cerca del 43% de las preeclámpticas
    valoradas está en riesgo de presentar un estado de
    nutrición inadecuado de cobre.

     

    La tabla 3 muestra que la comparación entre las
    embarazadas normales y las preeclámpticas, según la
    edad gestacional, no mostró diferencias significativas entre
    la cincemia. Los niveles séricos más bajos de Zn se
    encuentran en el grupo de embarazadas preeclámpticas, aunque
    no son estadísticamente significativos mientras que los
    niveles séricos de cobre difieren significativamente
    (p<0.05) en las embarazadas normales al comparar con las
    preeclámpticas, entre las semanas 31-36 y 37-42 (Tabla
    4).

    Tabla 5. Relación cu/zn en embarazadas normales y
    en embarazadas preeclámpticas según semanas de
    gestación.

    La relación Cu/Zn más baja se encontró en
    el grupo de embarazadas preeclámpticas (Tabla 5). ns= no
    significativo. N= número de embarazadas

    El análisis de regresión lineal demostró
    que existe una relación estadísticamente significativa
    (p<0.001) e inversamente proporcional (r= -0,982) en la
    concentración de Zn sérico en las embarazadas normales,
    lo que significa que la cincemia disminuye a medida que aumentan
    las semanas de gestación. La ecuación del modelo de
    regresión lineal para el cinc sérico en la preeclampsia
    fue y= 0.58+0.003*semanas de gestación; r= 1.00. El
    coeficiente de correlación igual a 1.00 demuestra que existe
    una relación significativa (p<0.001) y directamente
    proporcional entre las variables (cincemia en preeclámpticas
    y semanas de gestación). En este caso, los valores
    séricos de Zn se incrementan en relación directa a las
    semanas de gestación. La ecuación del modelo de
    regresión lineal para el cobre sérico en las
    embarazadas sanas normotensas fue y= 0.6067+0.017*semanas de
    gestación. El coeficiente de correlación (r)= 0.998,
    obtenido en este caso, indica una relación fuerte entre las
    variables. El valor positivo del coeficiente indica que la
    cupremia se incrementa significativamente con las semanas de
    gestación mientras que ecuación de regresión para
    la cupremia en las preeclámpticas fue y=
    1.20667–0.01*semanas de gestación con r=-0.981. Este r
    indica una relación estadísticamente significativa
    (p<0.001) e inversamente proporcional entre las variables en
    estudio; es decir, que existe una relación
    estadísticamente significativa (p<0.001) entre la
    disminución de la cupremia y las semanas de
    gestación.

     

    DISCUSIÓN

    Los resultados de la presente investigación
    muestran claramente que en las embarazadas normales, se
    incrementan significativamente los niveles de cobre sérico y
    la relación Cu/Zn, con una disminución igualmente
    significativa (p<0.05) en el cinc sérico. Este hallazgo
    es similar a lo reportado por Halsted y Smith (1970),
    O’Leary et al. (1996), Makinde et al. (1991), Adeniyi
    (1987), Hunt et al. (1987) y Johnson (1961). Sin embargo, Kundu
    et al. (1985) no encontraron ninguna disminución en los
    valores de la cincemia en embarazadas normales. Por consiguiente,
    estos investigadores llegaron a la conclusión que durante el
    embarazo normal, que cursa sin complicaciones, existe una
    relación significativamente positiva y ligeramente negativa
    entre los niveles séricos de Cu y de Zn de la madre,
    respectivamente, y la edad gestacional (Kundu et al.
    1985).

    Otro hallazgo interesante en la presente
    investigación es el hecho que cerca del 50% de las
    embarazadas normales entre 37 y 42 semanas de gestación
    presentan una carencia marginal de cinc, mientras que Hunt et al.
    (1987) reportaron que el 57% de sus embarazadas tenían
    valores séricos bajos de Zn, lo que sugiere un pobre estado
    corporal del elemento traza. Esta carencia deberá ser
    documentada por la realización de estudios adicionales, como
    determinación de la actividad de la fosfatasa alcalina
    sérica (una cinc metaloenzima) y del contenido del cinc en
    el pelo de las embarazadas. Es un hecho conocido que la
    disminución del cinc sérico por debajo de 0.60
    µg/ml (nivel crítico) en la embarazada normal se
    acompaña de trastornos del embarazo, abortos
    espontáneos, toxemia gravídica, anemia resistente al
    tratamiento, gestación cronológicamente prolongada,
    partos difíciles para la madre y malformaciones fetales
    (Swanson y King 1987, Cherry et al. 1981).

    En las embarazadas preeclámpticas se observó
    un incremento significativo (p<0.05) del cinc en el suero, a
    medida que avanza el embarazo. Recientemente, Mahomed et al.
    (2000) reportaron que las concentraciones promedio de Zn en los
    leucocitos están significativamente (p<0.001)
    incrementadas en las preeclámpticas en comparación con
    las embarazadas normotensas de control. Estos mismos autores
    encontraron evidencias de un incremento
    lineal en el riesgo de preeclampsia con el incremento en la
    concentración de Zn. Los resultados de la presente
    investigación están en desacuerdo con los trabajos
    previos de Kiilholma et al. (1984), quienes reportan niveles
    séricos bajos de Zn en las embarazadas con preeclampsia
    moderada o severa, en comparación con los controles
    normales. Lao et al. (1990), por su parte, no demostraron
    ningún tipo de correlación entre la concentración
    de Zn del plasma o de los eritrocitos con los valores promedios
    de presión arterial en preeclámpticas con proteinuria.
    En consecuencia, la determinación de la concentración
    del Zn plasmático y/o eritrocitario no es un índice
    útil para determinar la gravedad en la
    preeclampsia.

    En las embarazadas preeclámpticas, los niveles
    séricos del cobre disminuyeron significativamente
    (p<0.05). Estos resultados concuerdan con los trabajos previos
    de Kiilholma et al. (1984) y Friedman et al. (1969) quienes
    observaron en la mayoría de sus pacientes con preeclampsia
    niveles séricos de cobre menores que en las embarazadas
    normales. Sólo en una paciente, la disminución de la
    cupremia fue muy pronunciada, a diferencia de nuestros hallazgos.
    Quizás esto pudiera explicarse por los diferentes
    métodos empleados para la determinación del metal en
    las muestras de sangre. Por su parte, O’Leary (1969), en
    embarazadas no toxémicas de alto riesgo encontró una
    disminución progresiva de la cupremia como paso previo a
    la muerte fetal, lo cual no se
    pudo comprobar en la presente investigación. De acuerdo con
    O’Leary, (1969) la evaluación de la
    concentración sérica del cobre puede ser una manera
    útil para evaluar la función placentaria y el bienestar
    del feto.

    A diferencia de los resultados de la presente
    investigación, Borella et al. (1990), Hunt et al. (1987) y
    Fattah et al. (1976) encontraron niveles elevados de cobre
    sérico en los embarazos complicados con gestosis (edema,
    proteinuria e hipertensión), Friedman et al. (1969)
    consideran que en la preeclampsia, los altos valores de cobre
    pueden preceder al deterioro de la condición toxémica,
    mientras que los valores bajos pueden indicar daño del
    tejido placentario y muerte fetal inminente. Estos investigadores
    también opinan que los niveles bajos de cobre en el embarazo
    son un signo de mal pronóstico, aunque los niveles altos de
    la cupremia no necesariamente indican un embarazo exitoso. No
    obstante, Mahomed et al. (2000) encontraron en mujeres
    embarazadas con preeclampsia un incremento no significativo en la
    concentración del Cu leucocitario, en comparación con
    los controles normales. En este caso no se demostró un
    patrón claro de una tendencia lineal en el riesgo de
    presentarse un preeclampsia más grave (eclampsia) con el
    incremento en la concentración leucocitaria del elemento
    traza, a diferencia de la opinión de Friedman et al.
    (1969).

    Cerca del 98% de las embarazadas con preeclampsia
    presentan una carencia marginal de cobre que deberá ser
    documentada en estudios futuros. Este hallazgo también es
    interesante si consideramos que la carencia de cobre se
    acompaña de una serie de alteraciones de la fisiología cardiovascular
    y de los mecanismos de control de la tensión arterial
    (Schuschke 1997) y que en todas nuestras pacientes con
    preeclampsia la manifestación clínica siempre presente
    fue la hipertensión arterial marcada.

    La carencia alimentaria de cobre puede producir
    alteraciones cardiovasculares por inducir hipertensión,
    incremento en los procesos inflamatorios,
    anemia, disminución de la coagulación sanguínea y
    arteriosclerosis (Saari et al. 1999). Un efecto sistémico de
    la carencia de cobre sobre el sistema cardiovascular es la
    alteración de la presión sanguínea. El efecto
    depende de la edad de inicio de la dieta carente en cobre. La
    carencia que se inicia en las edades tempranas causa
    hipotensión; cuando se inicia en animales adultos o más
    viejos, la carencia de cobre puede causar hipertensión
    (Klevay y Halas 1991). Algunas posibilidades para estas
    alteraciones incluyen producción alterada de
    agentes vasoactivos como las prostaglandinas (Nelson et al.
    1992), alteración del sistema cardiovascular a la
    acción del sistema nervioso autónomo,
    como lo sugiere el trabajo de Lukaski et al.
    (1998), y respuesta alterada del músculo liso y del
    endotelio a los agentes vasoactivos.

    Los estudios realizados sobre vasos sanguíneos en
    ratas carentes en cobre han reportado respuestas vasoactivas
    alteradas a las catecolaminas (Kitano 1980), a los agentes
    dependientes del endotelio (Saari 1992) y alteraciones en la
    liberación de la prostaciclina (Nelson et al., 1992).
    Estudios recientes han demostrado que la vasodilatación
    arteriolar mediada por el óxido nítrico (NO) está
    alterada en la carencia de cobre (Schuschke 1997, Plane et al.
    1997). La atención también se
    ha enfocado sobre los efectos de la carencia de cobre sobre la
    microcirculación o en los pequeños vasos que controlan
    el flujo sanguíneo, el intercambio y eliminación de los
    nutrientes y sus productos de desecho y la
    resistencia vascular
    periférica (Schuschke 1997, Klevay 1987, Morin et al.1993,
    Saari 1992). Todas estas investigaciones parecen
    indiscutiblemente señalar la participación de estos
    metales en la patogénesis de la preeclampsia, lo cual
    deberá ser esclarecido en investigaciones
    futuras.

     

    Relación Cu/Zn

    En diversos procesos patológicos habitualmente se
    cuantifican las concentraciones séricas de cobre [CuS] o de
    cinc [ZnS] de manera individual. En estos procesos, con pocas
    excepciones, se encuentra un incremento en el cobre y una
    disminución simultánea en los niveles séricos del
    cinc. Sin embargo, la relación [CuS/[ZnS] no ha sido
    evaluada en la gran mayoría de las enfermedades, aún
    cuando ella se modifica más dramáticamente que las
    concentraciones individuales del cobre y del cinc. Los estudios
    previos realizados en diversos procesos infecciosos e
    inflamatorios sugieren que es útil para evaluar la eficacia de los regímenes
    terapéuticos empleados en sus tratamientos mientras que en
    otros casos la relación pudiera ser empleada con fines
    diagnósticos y/o pronósticos. El cinc
    plasmático disminuido, el cobre que se incrementa y la
    relación Cu/Zn que se eleva son hallazgos muy frecuentes.
    Este modelo de variación se observa en el infarto miocárdico
    (Nakajima et al. 2001; Spencer 1979), en la cardiopatía
    isquémica y en los procesos catabólicos e inflamatorios
    no específicos (Honkanen et al. 1991), en el infarto
    cerebral y en diversas procesos neoplásicos (Zowczak et al.
    2001, Alarcón et al. 1995, Tasaki et al. 1993, Suciu et al.
    1993) al igual que en el embarazo no complicado (Makinde et al.
    1991, Adeniyi 1987, Hunt et al. 1987, Jonson 1961). En la
    presente investigación, a diferencia de los procesos
    mencionados, encontramos una marcada disminución de la
    relación Cu/Zn en las embarazadas preeclámpticas. Esta
    relación, por consiguiente, se pudiera emplear como un medio
    para evaluar la gravedad del cuadro hipertensivo en el embarazo
    de alto riesgo.

     

    CONCLUSIONES

    1. Los resultados del presente estudio demuestran que en
    las pacientes preeclámpticas los niveles séricos de
    cobre disminuyen y los niveles de cinc se incrementan mientras
    que la relación Cu/Zn tiende a disminuir significativamente
    (p<0.05).

    2. La disminución de cobre sérico pudiera ser
    a su vez, un factor importante en la patogénesis de la
    hipertensión arterial de la preeclampsia. En estudios
    futuros se deberá investigar el efecto de estas alteraciones
    séricas del cinc y del cobre sobre el parto y el bienestar
    fetal.

    3. En casos de preeclampsia un nivel sérico muy
    elevado cobre pudiera indicar daño hepático o cerebral
    y una eclampsia inminente mientras que un valor de cobre muy
    bajo, pudiera ser un signo de insuficiencia placentaria y muerte
    fetal inminente; la disminución de la relación Cu/Zn
    también pudiera ser empleada con este mismo fin.

     

    Recomendaciones

    Se requieren estudios prospectivos para determinar si
    las alteraciones observadas en las concentraciones séricas
    y/o tisulares de Zn o de Cu preceden a la preeclampsia o si las
    diferencias pueden ser atribuidas a las alteraciones relacionadas
    con la preeclampsia sobre el metabolismo materno y
    feto-placentario de los elementos traza.

     

    REFERENCIAS

    Adeniyi FA. 1987. The implications of
    hypozincemia in pregnancy. Acta Obstet Gynecol Scand 66: 579-
    582.

    Alarcón OM, de Gamboa M, Silva MT, Urdaneta-
    Carruyo E, Ramírez M.
    1995. Niveles
    séricos de cobre yde cinc y relación Cu/Zn en
    niños con leucemias agudas y linfomas de Hodgkin. Bol Med
    Hosp Infant Mex 52: 399-497.

    Bergomi M, Rovesti S, Vinceti M, Vivoli R,
    Caselgrandi E, Vivoli G
    .1997. Zinc and copper status and
    blood pressure. J Trace Elem Med Biol 11: 166-169.

    Borella P, Szilagyi A, Than G, Csaba I, Giardino A,
    Facchinetti F
    . 1990. Maternal plasma concentrations of
    magnesium, calcium, zinc and copper in normal and pathological
    pregnancies. Sci Total Environ 99: 67-76.

    Brophy MH, Harris NF, Crawford IL. 1985. Elevated
    copper and lowered zinc in the placentae of pre-eclamptics. Clin
    Chim Acta 145: 107-111.

    Cherry FF, Bennett EA, Bazzano GS, Johnson LK,
    Fosmire GJ, Batson HK.
    1981. Plasma zinc in
    hypertension/toxemia and other reproductive variables in
    adolescent pregnancy. Am J Clin Nutr 34: 2367-2375.

    Dekker GA, Sibai BM. 1998. Etiology and
    pathogenesis of preeclampsia: Current concepts. Am J Obstet
    Gynecol 179: 1359-1375.

    Fadigan AB, Sealy DP, Schneider EF. 1994.
    Preeclampsia: progress and puzzle. Fam Physician 49:
    849-656.

    Fattah MM, Ibrahim FK, Ramadan MA, Sammour MB.
    1976. Ceruloplasmin and copper level in maternal and cord blood
    and in the placenta in normal pregnancy and in pre-eclampsia.
    Acta Obstet Gynecol Scand 55: 383-385.

    Friedman S, Bahary C, Eckerling B. 1969. Serum
    copper level as an index of placental function. Obstet. Gynecol.
    33; 189-194.

    Halsted JA, Smith JC Jr. 1970. Plasma-zinc in
    health and disease. Lancet 1: 322-324.

    Honkanen V, Konttinen YT, Sorsa T, Hukkanen M,
    Kemppinen P, Santavirta S, Saari H,
    Westermarck T.
    1991. Serum zinc, copper and selenium in rheumatoid arthritis. J
    Trace Elem Electrolytes Health Dis. 5: 261-263.

    Hunt IF, Murphy NJ, Martner-Hewes PM, Faraji B et
    al
    . 1987. Zinc, vitamin B-6, and other nutrients in pregnant
    women attending prenatal clinics in Mexico. Am J Clin Nutr 46:
    563-569.

    Johnson NC. 1961. Study of copper and zinc
    metabolism during pregnancy. Proc Soc Exp Biol Med 108:
    518-519.

    Kiilholma P, Paul R, Pakarinen P, Gronroos M.
    1984. Copper and zinc in pre-eclampsia. Acta Obstet Gynecol Scand
    63: 629-631.

    Kitano S. 1980. Membrane and contractile
    properties of rat vascular tissue in copper-deficient conditions.
    Circ Res 46: 681-689.

    Klevay LM. 1987. Hypertension in rats due to
    copper deficiency. Nutr Rep Int 35:999-1005.

    Klevay LM, Halas S. 1991. The effects of dietary
    copper deficiency and psychological stress on blood pressure in rats.
    Physiol Behav 49: 309-314.

    Kundu N, Parke P, Petersen LP, Palmer IS, Olson
    O.
    1985. Distribution of serum selenium, copper, and zinc in
    normal human pregnancy. Arch Environ Hlth 40: 268-273.

    Lao TT, Chin RK, Mak YT, Swaminathan R, Lam YM.
    1990. Plasma and erythrocyte zinc and birth weight in
    pre-eclamptic pregnancies. Arch Gynecol Obstet 247:
    167-171.

    Lazebnik N, Kuhnert BR, Kuhnert PM. 1989. Zinc,
    cadmium, and hypertension in parturient women. Am J Obstet
    Gynecol 161: 437-440.

    Lukaski HC, Klevay LM, Milne DB. 1988. Effects of
    dietary copper on human autonomic cardiovascular function. Eur J
    Appl Physiol Occup Physiol 58:74-80.

    Mahomed K, Williams MA, Woelk GB, Mudzamiri S,
    Madzime S, King IB, Bankson DD.
    2000. Leukocyte selenium,
    zinc, and copper concentrations in preeclamptic and normotensive
    pregnant women. Biol Trace Elem Res 75: 107- 118.

    Nakajima H, Hangaishi M, Ishizaka N, Taguchi J,
    Igarashi R, Mizushima Y, Nagai R, Ohno M
    . 2001. Lecithinized
    copper, zinc-superoxide dismutase ameliorates ischemia-induced
    myocardial damage. Life Sci 69: 935-944.

    Makinde OO, Amole F, Ogunniyi SO. 1991. Serum
    copper, zinc and magnesium in maternal and cord blood at
    delivery. West Afr J Med 10: 168-170. Morin CL, Allen KGD,
    Mathias M
    . 1993.

    Thromboxane production in copper-deficient and marginal
    platelets: influence of superoxide dismutase and lipid
    hydroperoxides. Proc Soc Exp Biol Med 202:167-173.

    National High Blood Pressure Education Program.
    1990. Working Group Report on High Blood Pressure in Pregnancy.
    Am J Obstet Gynecol 163: 1691-1712.

    Nelson SK, Huang CJ, Mathias MM, Allen KG. 1992.
    Copper-marginal and copper-deficient diets decrease aortic
    prostacyclin production and copperdependent superoxide dismutase
    activity, and increase aortic lipid peroxidation in rats. J Nutr
    122: 2101- 2108.

    O'Leary JA, Novalis GS, Vosburgh GJ. 1966.
    Maternal serum copper concentrations in normal and abnormal
    gestations. Obstet Gynecol 28: 112-117. Osman K, Akesson A,
    Berglund M, Bremme K, Schutz A, Ask K, Vahter M
    . 2000. Toxic
    and essential elements in placentas of Swedish women. Clin
    Biochem 33: 131-138.

    Plane F, Wigmore S, Angelini GD, Jeremy JY. 1997.
    Effect of copper on nitric oxide synthase and guanylyl cyclase
    activity in the rat isolated aorta. Br J Pharmacol
    121:345-350.

    Saari JT. 1992. Dietary copper deficiency and the
    endothelium-dependent relaxation of rat aorta. Proc Soc Exp Biol
    Med 200:19-24.

    Schuschke DA. 1997. Dietary copper in the
    physiology of the microcirculation. J Nutr. 12: 2274-
    2281.

    Sparrow D, Sharrett AR, Garvey AJ, Craun GF, Silbert
    JE
    . 1984. Trace metals in drinking water: lack of influence
    on blood pressure. J Chronic Dis 37: 59-65.

    Spencer JC. 1979. Direct relationship between the
    body's copper/zinc ratio, ventricular premature beats, and sudden
    coronary death. Am J Clin Nutr. 32: 1184-1185.

    Staessen J, Sartor F, Roels H, Bulpitt CJ, Claeys F,
    Ducoffre G, Fagard R, Lauwerijs R, Lijnen P, Rondia D, et al.

    1991. The association between blood pressure, calcium and other
    divalent cations: a population study. J Hum Hypertens 5:
    485-894.

    Suciu A, Chirulescu Z, Zeana C, Pirvulescu R.
    1993. Study of serum ceruloplasmin and of the copper/zinc ratio
    in cardiovascular diseases. Ann Med Intern 30:193-200.

    Swanson CA, King JC. 1987. Zinc and pregnancy
    outcome. Am J Clin Nutr 46: 763- 771.

    Taittonen L, Nuutinen M, Rasanen L, Mussalo- Rauhamaa
    H, Turtinen J, Uhari M.
    1997. Lack of association between
    copper, zinc, selenium and blood pressure among healthy children.
    J Hum Hypertens 11: 429-433.

    Tasaki M, Hanada K, Hashimoto I. 1993. Analysis
    of serum copper and zinc levels and copper/zinc ratios in skin
    diseases. J Dermatol 20: 21-24.

    Vivoli G, Bergomi M, Rovesti S, Pinotti M,
    Caselgrandi E.
    1995. Zinc, copper, and zinc- or
    copper-dependent enzymes in human hypertension. Biol Trace Elem
    Res 49: 97-106.

    Zhang LC, Liang GD, Yang MG, Zhang YH, Shi FT.
    1991. Significance of changes in serum superoxide dismutase level
    in hypertensive syndrome of pregnancy. Chin Med J (Engl) 104:
    472-475.

    Zowczak M, Iskra M, Torlinski L, Cofta S. 2001.
    Analysis of serum copper and zinc concentrations in cancer patients. Biol Trace Elem
    Res. 82: 1-8.

     

    Oscar M. Alarcón-Corredor (2)

    En MedULA, Revista de Facultad de Medicina, Universidad
    de Los Andes. Vol. 9 Nº 1-4. 2000. (2003). Mérida.
    Venezuela.

    María J. Ramírez-Parra (1) , Fanny Navarro
    (2), Jesús Materán (2), María Ramírez de
    Fernández (2)

    (1) Postgrado de Obstetricia y Ginecología.
    Facultad de Medicina. Universidad de Los Andes. (2) Laboratorio
    de Bioquímica y Nutrición. Escuela de Nutrición y
    Dietética. Facultad de Medicina. Universidad de Los Andes.
    Mérida. Venezuela.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter