Se estudió la relación entre el funcionalismo
familiar (medido por el APGAR Familiar), el estrés medido
por la escala de reajuste social
según eventos estresantes de Holmes y
Rahe, y la ansiedad medida por la escala de Hamilton; y la
relación particular del funcionalismo familiar con la edad,
el sexo, el estado civil, la
profesión, las enfermedades psicosomáticas, algunos
riesgos de salud y el estrato socio-económico
laboral. Para esto se
determinó el nivel de funcionalismo familiar, de reajuste
social según eventos estresantes, ansiedad y del resto de
las variables en una muestra de 500 habitantes mayores
de 13 años de la población de
Mérida-Venezuela. Los resultados
demuestran que.
1. Los sujetos con mayores niveles de eventos
estresantes, ansiedad, enfermedades psicosomáticas, estrato
socio-económico laboral obrero, sedentarios,
alcohólicos, los de profesión obrera y los adolescentes tienen una
significativa tendencia a producir disfunción familiar
moderada y severa.
2. El funcionalismo familiar no es influenciado
significativamente por el sexo, el estado civil, algunas
profesiones y algunos riesgos de salud.
3. El reajuste social según eventos estresantes y
la ansiedad, estuvieron en correlación negativa altamente
significativa con el funcionalismo familiar. Se discuten los
resultados obtenidos, en especial los referentes al reajuste
social según eventos estresantes, ansiedad y funcionalismo
familiar y las posibles consecuencias de su interrelación,
concluyéndose que existe correlación entre dichas
variables, y que el mayor nivel de eventos estresantes y la
ansiedad tienen valor predictivo del nivel del
funcionalismo familiar, aunque de modo poco relevante.
Palabras clave. Funcionalismo familiar, estrés,
ansiedad, APGAR familiar, escala de reajuste social, escala de
ansiedad.
Abstract
Relationship between familiar function, stress and anxiety. The
relationship between familiar function (measured by Familiar
APOAR), Stress (measured by Holmes and
Rahe social readjustment scale according to stressing events),
and Anxiety (measured by Hamilton's scale); and the particular
relationship between Familiar Function with sex, age, marital
status, profession, psychosomatic diseases, some health risks,
and labor, social and economic status. The level of familiar
functionalism, social readjustment according to stressing event,
anxiety and the remaining variables, were determined in a sample
of five hundred inhabitants older than 13 years, from
Mérida, Venezuela. The results showed that.
1 .The subjects with higher levels of stressing events,
anxiety, psychosomatic diseases, lower socioeconomic status,
and/or were sedentary, alcoholics, and/or adolescents, had a
significant tendency to produce moderate arid severe familiar
dysfunction.
2. The familiar function was not significantly
influenced by sex, marital status, some professions or health
risks.
3. The social readjustment according to stressing events
and anxiety, showed highly significative negative correlation
with familiar functions. The results obtained are discussed,
specially those concerning to social readjustment according to
stressing events, anxiety and familiar function and the possible
consequences from their relationship; concluding that the highest
level of stressing events and anxiety have predictive value of
the familiar function level, although with little
relevance.
Key words. Familiar function, stress, anxiety, Familiar
APGAR, social readjustment scale, anxiety scale.
Los estímulos psicosociales se han estudiado como
precursores de enfermedad. Al utilizar para su estudio una
visión sistémica. Bertalanfy (1982) observa como estos
estímulos interactúan en el individuo desde el punto de
vista biológico y ambiental que comprenden por consiguiente
factores genéticos e influencias ambientales físicas y
psicosociales. Para mantener el equilibrio, los individuos
actúan con mecanismos de adaptación ante noxas del
medio ambiente para impedir la
génesis de precursores de enfermedades (Herrera y
González, 1987). La teoría de sistemas es el
enfoque dominante en la terapia familiar y está siendo
utilizada cada vez más en las investigaciones sobre la familia y la salud
(McWhinney, 1987). La familia es el ambiente social al cual los
profesionales de la Medicina de Familia tienen
acceso directo. Si a ésta la consideramos como el primer
laboratorio de relaciones humanas, la célula de la sociedad, con funciones elementales como son
las de dar y conservar la vida y humanizar a sus miembros,
podríamos señalar que para cumplir satisfactoriamente
su rol con el individuo y la sociedad, la familia debe ser
estudiada dentro de un concepto holístico de salud
enfermedad. Abordarla de esa manera seria lo más apropiado
para obtener mejores resultados.
Varios estudios han demostrado que la percepción individual de la
disponibilidad y calidad de la familia como fuente
se relacionan significativamente a la salud de ese individuo
(Cobb, 1976, Chen, 1960).
Rodríguez y Cols. (1990) en un estudio realizado
por el programa de Medicina Familiar en
la Policlínica Presidente Remón de la ciudad de
Panamá, demostraron la
existencia de una estrecha relación entre el grado de
Disfunción Familiar y el motivo de consulta en general. Del
total de consultas, 67.96% fueron hechas por familias con
alteración de su dinámica.
Hay mucha evidencia de que los factores psicosociales
como el estrés y la ansiedad afectan tanto la capacidad del
paciente para enfrentarse a la enfermedad como la
predisposición a contraerla (Smilkstein, 1989; Girard y
cols., 1985; Borysenko y Borysenko, 1982; Daufi; 1987;
Beautris y cols., 1982).
El presente trabajo surgió del
interés de indagar sobre
el Funcionalismo Familiar, medido por el APGAR Familiar
(Smilkstein, 1978 y 1982), y su relación y comportamiento con el Reajuste
Social según Eventos Estresantes (Holmes y Rahe, 1967) y la
Ansiedad según la Escala de Hamilton (1959). Creemos que
este trabajo contribuirá a esclarecer, especialmente para el
equipo de salud de Medicina de Familia, los elementos más
importantes a tomar en cuenta, relacionados con la
Disfunción Familiar, para poder así, establecer
mecanismos de apoyo psicosocial a las familias afectadas, con el
objeto de optimizar su funcionalidad y de esta manera darle
solución a los problemas de salud que
derivasen de esta causa.
Se trata de un estudio de observación descriptivo e
inferencial, de corte transversal realizado en un sector de la
población de Mérida, Estado Mérida, Venezuela,
entre los meses de enero y noviembre de 1994.
El sector seleccionado en la Ciudad de Mérida
corresponde a las comunidades de El Carrizal, perteneciente a la
Parroquia Juan Rodríguez Suárez y Los Curos
perteneciente a la Parroquia J.J. Osuna. La población
estimada por el método aritmético para
el 1-7-1994, basado en el XI Censo de Población y Vivienda
del año 1981, es de 24408 habitantes en ambas comunidades.
De esta población, el 61,48% es de 13 y más años
de edad, resultando del total, 15006 habitantes que representan
al universo de la población
motivo de este estudio. Se asume que ambas comunidades tienen
iguales características socioculturales y de
composición de la población por edad y sexo. Las
características de las viviendas para cada comunidad son diferentes siendo
las de El Carrizal viviendas con áreas bien diferenciadas y
espaciosas, dotadas de los servicios y bienes necesarios para el
confort, ubicadas en urbanizaciones residenciales bien
mantenidas, y las de Los Curos viviendas de tipo interés
social, con buenas condiciones sanitarias en espacios reducidos,
de donde se deduce que la comunidad de El Carrizal tiene una
población con un estrato socio-económico mayor que la
de Los Curos.
De un total de 596 muestras recolectadas, se procesaron
500, representando éstas el 84% del total. El restante 16%
de las muestras no se incluyeron debido a un llenado incompleto
del instrumento utilizado o por su pertenencia a otro estrato
socioeconómico no requerido para este estudio. La
recolección de la muestra se hizo en individuos varones y
hembras de 13 y más años de edad, siguiendo el
método de muestreo aleatorio no
estratificado ni conglomerado, estableciéndose como
condición en la selección de la muestra que
los sujetos provinieran de dos estratos socio-económicos
(obrero y medio alto) controlados mediante la igualdad de "n"(250 y 250),
representando cada grupo a las comunidades de El
Carrizal y Los Curos respectivamente. El cálculo se hizo utilizando
el procedimiento estadístico
del sistema de computación Epi Info
versión 5 (Center for Disease Control, 1990), asumiendo una
frecuencia esperada del 20% en la variable criterio
Disfunción Familiar (Smilkstein, 1988) y una tolerancia máxima aceptable
del 5% por exceso o por defecto. Utilizando un nivel del l % se
obtuvo un tamaño de muestra de 4l3 sujetos, lo cual indica
que nuestro muestreo tiene un nivel de confianza superior al
99%.
El instrumento utilizado para obtener la muestra, fue
una encuesta que contenía las
preguntas para determinar las siguientes variables.
1.- Variables Independientes.
- Edad (Considerando la clasificación de las
crisis psicosociales del
desarrollo por grupos de edad de Erik-Erikson
(1968). - Sexo.
- Estado Civil (casado, soltero, divorciado y
viudo). - Profesión (comerciante, universitario,
estudiante, obrero y oficio del hogar). - Riesgos de salud (ninguno, alcoholismo frecuente,
fumador, sedentarismo, obesidad, consumo de drogas, varios de los
anteriores). - Estrato socio económico laboral (Graffar
modificado por Méndez y Sánchez .1985).
2.- Variables dependientes.
- APGAR Familiar (Smilkstein, 1978 y 1982). Reajuste
Social según Eventos Estresantes de Holmes y Rahe
(1967). - Escala de Ansiedad de Hamilton (1959).
La distribución y
recolección de la encuesta se realizó durante las tres
primeras semanas del mes de Agosto, las cuales fueron entregadas
personalmente a los individuos escogidos al azar de cada
comunidad. En todo momento se resguardó el anonimato del
encuestado. Inmediatamente después de la recolección de
las encuestas del día,
éstas eran clasificadas de manera tal que completaran los
250 sujetos de cada estrato socio-económico laboral,
necesitados para este estudio.
El análisis estadístico
se realizó mediante las pruebas.
-Chi Cuadrado.
-Análisis de Varianza mediante el programa ANOVA
de una vía y dos vías.
-Coeficiente de correlación.
-Coeficiente de regresión múltiple mediante
el método Forward con su respectiva ecuación de
regresión.
La correlación entre el reajuste social y la
ansiedad fueron positivas, pero ambas respecto al APGAR Familiar
fueron negativas, siendo la correlación de las tres,
significativas estadísticamente a un nivel de
0,1%.
A pesar de que los contrastes de hipótesis del APGAR
Familiar, utilizando chi cuadrado, muestra una alta
significación estadística en
relación con los grupos de edad, el estrato
socio-económico laboral, la profesión, el reajuste
social y la ansiedad (Tabla 1); y utilizando el análisis de
varianza, también resulta estadísticamente
significativa para el estado civil el estrato
socio-económico laboral, las enfermedades
psicosomáticas y la profesión (Tabla 2.).
Para la prueba de regresión múltiple calculada
Para la prueba de regresión múltiple calculada por el
método Forward (Tablas 3 y 4), utilizando el APGAR Familiar
como variable dependiente y las variables ansiedad, reajuste
social, enfermedades psicosomáticas, estrato
socio-económico, riesgos de salud (sedentarismo VS. no
riesgos), edad y profesión como variables independientes,
nos muestran como únicas variables que ingresan a la
ecuación con carácter predictivo del
nivel de funcionalismo familiar, a la ansiedad y al reajuste
social.
Dicha predicción mostró una r Múltiple
igual a 0.39328 con una r2 de 0.15467, siendo poco relevante pero
significativa a un nivel del 0.01% (Probabilidad de F=
18.02232).
El coeficiente de regresión en la ansiedad fue
-0.130003, en el reajuste social file -0.006993 y la constante
fue 17.647794. La prueba de Student dio una t para la ansiedad de
-4.197, para el reajuste social de -2.698 y para la constante de
29.091, lo cual es significativo estadísticamente a un nivel
de 0.01% para la ansiedad y del 1% para el reajuste social. La
ecuación de la variable se expresa a
continuación.
Y = 17.65 – 0.13 (Ansiedad) – 0.006 (Reajuste
social).
Sobre las causas de disfunción familiar (n = 176),
resultó que la Asociación o sea, la manera como se
comparten las decisiones, o la satisfacción del miembro de
la familia en la comunicación familiar
y solución de los problemas, junto con la Resolución, o
sea, la satisfacción con la cantidad de tiempo utilizado por la
familia para compartirlo juntos, son las dos primeras causas de
disfunción familiar. El 35,80% y el 30,68% de los sujetos
respectivamente, respondieron que nunca o casi nunca tuvieron
dichos apoyos.
En cuanto al tipo de relación que cada encuestado
con disfunción familiar refirió tener con los miembros
de su familia, el 50,57 % refirieron regular o mala
relación, y un 8,52 % no respondieron al cuestionario de APGAR
II.
Dentro de los diez primeros eventos estresantes
encontrados en la población encuestada, tenemos que el
cambio en el estatus social y
en las condiciones de vida en los últimos dos años
fueron los eventos mas frecuentes, observándose el evento
"Cambios en la situación económica", en un 50,77 % de
la población encuestada.
Numerosos autores han estudiado la relación entre
el estrés, la ansiedad, la disfunción familiar y las
enfermedades psicosomáticas (Smith, 1990; Nicholson y cols.,
1990; Gupta, 1990b; Perini y cols., 1990; Hurrelman y cols.,
1988; Tennant, 1988; Kemeter, 1988; Andrasik y cols., 1988;
Weiner, 1987; Masters, 1987; Laihinen, 1987, Varis,
1987).
El término familia tiene múltiples
definiciones que valían de acuerdo con la época
histórica, como el ambiente cultural que la circunda. Como
un sistema activo permeable, ha pasado de una forma estructural y
funcional inferior a una forma superior, correspondiéndose
con la evolución de la sociedad.
Actualmente, en la cultura occidental, la familia
es considerada como la agrupación de marido, mujer e hijos, que tiene como
finalidad proveer de nuevos miembros a la sociedad, socializarlos
y otorgarle apoyo emocional y físico. De esta manera, se
constituye en la unidad básica de toda estructura social, y por ende,
en su unidad epidemiológica (Jaime e Irigoyen,
1985).
Los procesos de salud-enfermedad,
también se corresponden con la época histórica y
con el ambiente social que les rodea. Ellos van a determinar el
modo de producción de las
enfermedades en la sociedad. El ambiente social va a estar
formado por las condiciones económicas, de vivienda, de
alimentación, laborales, de
instrucción, etc., y lo que es más importante, por el
tipo de estructura y funcionalismo
familiar existentes.
La familia tiene los siguientes efectos principales
sobre la salud del individuo:
- Influencias genéticas, Influencias sobre el
desarrollo del niño, - Influencias sobre la transmisión de
enfermedades, - Influencias sobre la morbilidad y la mortalidad en
adultos y las influencias familiares sobre la recuperación
de la enfermedad (Mc Whinney, 1987).
El nivel de funcionalismo familiar en un momento
determinado puede afectar a aquellas influencias familiares
controlables por el hombre, de manera tal que
éstas se reflejen positiva o negativamente en la salud de
sus individuos. De igual manera, el funcionalismo familiar puede
verse alterado por cualquiera de las otras variables que
configuran el ambiente social. En este estudio observamos que los
adolescentes, los divorciados, los del estrato
socioeconómico laboral obrero, los de profesión obrera,
los obesos, los alcohólicos y los que cursaban con
enfermedad psicosomática, presentaban mayores niveles de
disfunción familiar que los otros grupos
estudiados.
La predictibilidad del APGAR Familiar respecto a las
demás variables, nos señalaron que solamente el
reajuste social según eventos estresantes y la ansiedad
tuvieron carácter predictivo altamente significativo, aunque
poco relevante. Es necesario tomar en cuenta que la poca
relevancia de dicha predicttibilidad pueda deberse a
múltiples factores. Entre los más importantes podemos
mencionar el hecho de que el estrés fue medido solamente por
la escala de reajuste social según eventos estresantes de
Holmes y Rahe (1967), es decir, por eventos tensores, sin tomar
en cuenta la capacidad de respuesta del individuo para lograr el
equilibrio emocional frente a dichas agresiones.
Otro de los factores podría ser la forma como fue
presentado el instrumento para medir la ansiedad (Escala de
Ansiedad de Hamilton, 1959), en donde en un solo rubro se colocan
múltiples opciones sintomatológicas para que el
encuestado sin hacer diferenciación alguna entre los
síntomas tome una decisión para su calificación
por frecuencia de aparición. Esto podría ser motivo de
confusión al calificar el rubro, por lo que creemos que
valdría la pena desglosar más esta encuesta hasta el
punto detener un síntoma por rubro y así obtener mayor
exactitud en la valoración de la ansiedad. Aunque no se
pueda conocer en toda su magnitud el trastorno somático
subyacente a la ansiedad, de lo que no cabe duda es que se trata
de una enfermedad real, y como tal debe ser considerada por los
médicos.
Parece ser, también, que la ansiedad tiene como
base biológica a los mecanismos innatos del estrés,
admitiéndose además la existencia de factores
genéticos que predisponen a determinados sujetos a sufrir
las manifestaciones angustiosas de la ansiedad (Daufi, 1987).
Llama también la atención el hecho de que
a pesar de que las causas de disfunción familiar más
frecuente fueron la insatisfacción de la ayuda recibida por
la familia y la manera como se comparte el tiempo, el espacio,
el dinero y los recursos existentes, los sujetos
con disfunción familiar en casi la mitad de los casos
manifestaron en la encuesta de APGAR Familiar II, que tenían
buenas relaciones con todos los miembros de su familia. Para
efectos de nuevas investigaciones, estas interferencias
podrían eliminarse en la medida que en el proceso de recolección de
la muestra intervengan los Médicos de Familia, quienes
conociendo a su población, podrían controlar en los
sujetos estudiados, las causas que alterarían su ritmo
emocional habitual, permitiéndose así una mayor
confiabilidad en los resultados obtenidos de la
encuesta.
El resto de las variables usadas en este trabajo, no
presentaron valor predictivo del nivel de funcionalismo
familiar.
Los resultados de la presente investigación demuestran
que.
1.- Los sujetos con mayores niveles de eventos
estresantes, ansiedad, enfermedades psicosomáticas, estrato
socio-económico laboral obrero, sedentarios,
alcohólicos, los de profesión obrera y los adolescentes
tienen una significativa tendencia a producir disfunción
familiar moderada y severa.
2.- El funcionalismo familiar no es influenciado
significativamente por sexo, el estado civil, algunas profesiones
y algunos riesgos de salud.
3.- El reajuste social según eventos estresantes y
la ansiedad, estuvieron en correlación negativa altamente
significativa con el funcionalismo familiar.
Se discuten los resultad obtenidos, en especial lo
referente al reajuste social según eventos estresantes,
ansiedad y funcionalismo familiar y las posibles consecuencias de
su interrelación, concluyéndose que existe
correlación entre dichas variables, y que el mayor nivel de
funcionalismo familiar, aunque de modo poco relevante.
* Parte de la Tesis de Postgrado en Medicina
Familiar.
Andrasik F, Kabela E, Quinn S., Attanasio V, Blanchard
EB, Rosenblum EL. 1988. Psychological funcioning of children and
who have recurrent migraine. Pain 34.43-52.
Beautrais A, Fergusson D, Shannon F. 1982. Life events
and childhood morbidity. A prospective study. Pediatrics 70.935-
940. Bertalanfy L. 1982. Perspectivas en la teoría de sistemas. Ed. Alianza Universidad.
Borysenko M, Borysenko J.1982. Stress, behavior and
inmunity. Animal models and mediating mechanisms. Gen. Hosp.
Psychiatry 4.
59-67.
Centers for Disease Control. 1990. Epi Info
(versión 5.0). Atlanta, Georgia.
Cobb S. 1976. Social support as a moderator of life
stress. Psychosom. Med. 38.300-314.
Chen E, Cobb S.1960. Family structure in relation to
health and disease. J Chr. Dis. 12. 544-567.
Daufi L. 1968. La enfermedad hoy. Salvat. Barcelona,
España.
Erikson, EH 1968. Identity. Youth and Crisis. W.W.
Norton and New York.
Girard D, Arthur R, Rauler J.1985. Psychosocial events
and subsequent illness. West. J. Med. 142. 358-363.
González – Méndez H, Sánchez
J.1985. Psiquiatría para estudiantes de medicina.
Producciones Alfa. Mérida, Venezuela.
Gupta MA, Gupta AK, Ellis C, Voorhees 3. 1990a. Some
psychosomatic aspects of psoriasis. Adv. Dermatol. 5.
21-30.
Gupta MA, Gupta AK, Schork N, Ellis C, Voorhees J.
1990b. Psychiatric aspects of the treatment of mild to moderate
facial acne. Some preliminary observations. Int. J. Dermatol. 29.
719-721.
Hamilton M. 1959. The assesment of anxiety tales by
rating. Br. Med. 3.32. 50-54.
Herrera J, González M. 1987. El ambiente
psicosocial y las complicaciones obstétricas. Medicina
Familiar 4. 4-10.
Holmes T, Rahe R. 1967. The social readjustment rating
scales. J. Psychosom. Res. 11. 213-218.
Hurrelmann K, Engel V, Holler B, Nordlohne E. 1988.
Failure in school, family conflicts, and psychosomatic disorders
in adolescence. J. Adolesc. 11. 237-249.
Jaime Alarid H, Irigoyen CA. 1985. Fundamentos de
Medicina Familiar. Editorial Francisco Méndez Cervantes. México, D.F.
Kemeter P. 1988. Studies on psychosomatic implications
of infertility effects of emotional stress on fertilization and
implantation in-vitro fertilization. Hum. Reprod. 3.
41-52.
Laihinen A. 1987. Psychosomatic aspects in dermatosis.
Ann. Clin. Res. 19.147-149. Masters R. 1987. The psyche and the
skin. Neurol. Clin. 5. 489-497.
McWhinney I. 1987. Introducción a la
medicina familiar. Editorial Venezolana. Mérida. Venezuela.
Méndez H. 1988. Método GRAFFAR Modificado por
Méndez Castellano para Venezuela.
Universidad de Los Andes. (Mimeografiado).
Nicholson N, Blanchard E, Appelbaumk. 1990. Two studies
of the ocurrence of psychophysiological symptoms in chronic
headache patients. Behav. Res. Ther. 28. 195-203.
Perini C, Muller F, Rauchfleisch V, Battegay R, Hobi V,
Buhler F. 1990. Psychosomatic factors in borderline hypertensive
subjects and offspring of hypertensive parents. Hypertension
16.
627-634. Rodríguez J. Cabalerio M, Ponce F. 1990.
Perfil familiar de los pacientes ambulatorios en la
policlínica Presidente Remón. Medicina Familiar. 2.
97-104.
Smilkstein G. 1978. The Family APGAR. A proposal for a
family function test and its use by physicians.
J. Am. Pract 6. 1231-1239.
Smilkstein G. 1988. The Apgar questionnaires. University
of Louisville. Kentucky. USA. (Mimeografiado).
Smilkstein G. 1989. Ayudar al paciente a manejar al
estrés beneficia su salud. Medicina Familiar. 9.
27-32.
Smilkstein G, Ashworth C, Montano M, 1982. Validity and
reliability of the family APGAR as a test of family function. J.
Fam. Pract. 15. 303- 311.
Smith MS. 1990. Psychosomatic symptoms in adolescence.
Med. Clin. North Am. 74. 1121- 1134.
Tennant C. 1988. Psychosocial causes of duodenal ulcer.
Aust. N.Z.J. Psychiatry. 22. 195-201.
Varis K. 1987. Psychosomatic factors in gastrointestinal
disoders. Ann Clin. Res. 19. 135-142.
Weiner H. 1987. Some unexplored regions of psychosomatic
medicine. Psychoter. Psychosom. 47. 153-159.
Pedro José Salinas (1)
En Med-ULA, Revista de la Facultad de
Medicina, Universidad de Los Andes. Vol. 3 Nº 3-4 1994.
Mérida. Venezuela.
Jorge Ramón Alchaer Alchaer.
Fadlalla Bahsas Bahsas1. Rafael Hernández Nieto
(2)
1. Postgrado de Medicina de Familia, Facultad de
Medicina. Universidad de Los Andes. Mérida. Venezuela. 2.
Facultad de Humanidades y Educación. Universidad de Los Andes.
Mérida. Venezuela.