- Abstract
- A modo
de introducción - El
ejercicio del liderazgo musulmán y la
descomposición de la elite
nazarí - La
conversión forzosa y la necesidad de instituir una nueva
elite - Del
exilio interno a la expulsión - Palabras finales
- Bibliografía
- Notas
La comunidad morisca en los reinos ibéricos del siglo
XVI era un grupo social coaccionado por
la aplicación de políticas reales
restrictivas a todas sus libertades. Éstas necesitaban la
mediación de sectores minoritarios de moriscos para su
puesta en acción, quienes
cumplían la función de ser correas de
transmisión de las decisiones monárquicas y fueron
indispensables para ello.
Dicho grupo, al que sin duda se puede calificar de
elite, tuvo la particularidad de encontrarse en una posición
de bisagra debido a que por un lado estaba en una situación
subordinada y dependiente respecto de la corona, de sus
funcionarios y de miembros de la elite cristiana y por otro, se
hallaba en una situación de privilegio al interior de la
minoría.
A partir del análisis crítico de
los abordajes realizados por diversos historiadores se
intentarán realizar algunos aportes metodológicos para
avanzar en el estudio de la misma, especialmente de su
inserción social y de sus relaciones con el poder y la cultura política hegemónica.
Al igual que en otras sociedades, las autoridades
del Antiguo Régimen se preocupaban por el "gobierno" de la sociedad en su conjunto pero
éste "… no es monopolio de las autoridades
regias, sino que está ampliamente distribuido y compartido
entre los diferentes cuerpos que componen la
‘república’…" (1). A lo largo del siglo
XVI la monarquía hispánica
contuvo en su interior a una comunidad musulmana minoritaria
sometida (2) , identificada claramente como distinta, y para
gobernarla se vio en la necesidad de utilizar un grupo
intermediario que aplicara sus políticas. Si se acepta la
propuesta formulada desde la teoría política (3)
, según la cual en todo grupo humano de cierta densidad demográfica, el
gobierno siempre es ejercido por una minoría, aunque
varíen las formas de reclutamiento de la misma o
los mecanismos de su legitimación, se puede
intentar analizar a la comunidad musulmana-mudéjar-morisca
de estos reinos en el largo siglo que va desde el inicio de la
conquista del reino nazarí en 1482 hasta la expulsión
fuera de la península ibérica en 1609/14, más
específicamente a la minoría que dentro de ella asume
un rol dirigente. Para ello es necesario establecer tres
períodos delimitados por importantes puntos de
inflexión dentro de estos largos cien años; 1º) el
inicio de la guerra de conquista en el
año 1482 hasta las conversiones forzosas de 1501 en el reino
de Granada, que implicó la pérdida oficial de su
condición islámica; [esta decisión tuvo sus
consecuencias definitivas con los bautismos forzosos de Castilla
en 1502, Navarra en 1526, Valencia en 1521 y finalmente
Aragón y Cataluña en 1526 (4) ]; 2º) desde los
bautismos masivos hasta la finalización de la guerra de las
Alpujarras en 1570 y 3º) desde el desplazamiento de la
población granadina al
interior de la península hasta su expulsión fuera de
ella. Para realizar esta tarea se recorrerá la producción
historiográfica de varios historiadores dedicados a esta
temática y se analizarán fuentes editas.
En este trabajo se realizará un
acercamiento a algunos de los aportes realizados desde la
teoría política y desde la sociología para analizar
las características de los sectores minoritarios que dentro
de la comunidad morisca granadina cumplieron el rol de ser
correas de transmisión de las políticas reales. Se
entiende que para analizar a este grupo islamita dirigente es
necesario recorrer cada una de estas etapas porque en cada una de
ellas adquieren características distintas. Para analizar la
situación en que se encontraban los líderes musulmanes,
en el primer período estudiado, y comprender las acciones que realizaron
resultan apropiados los aportes de Max Weber. El análisis se
realizará sobre la comunidad musulmana del reino
nazarí, dentro de sus límites geográficos
hasta 1570.
Según este autor líder es toda persona que presenta alguna de
las siguientes características o una combinación de
ellas: tiene relevancia e influencia en su comunidad, es capaz de
establecer relaciones de fidelidad, puede ejercer el poder
necesario para imponer condiciones (5). Este grupo asienta su
legitimidad en características racionales pues
"…descansa en la creencia de la legalidad de ordenanzas
estatuidas y de los derechos de mando…" (6) , en derechos
de mando tradicionales que se basan "… en la creencia
cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde
lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa
tradición para ejercer la autoridad…" (7) y en sus
cualidades carismáticas porque realizan una "…entrega
extraordinaria a la santidad, heroísmo o
ejemplaridad…" (8). El avance cristiano en la guerra
combinado con las luchas intestinas del reino nazarí
aislaron a muchas localidades, en la tierra de Málaga por
ejemplo, donde sus dirigentes actuaron de acuerdo a criterios
personales enfrentando a los castellanos o pactando con ellos.
Sin embargo ambas conductas tuvieron como elemento común
hacerlo en situación de incomunicación con sus pares
musulmanes frente a la Corona y la sociedad cristianas. Con
aporte de los estudios realizados por José Antonio
López de Coca Castañer y el soporte teórico de Max
Weber se sostiene la
hipótesis según la cual, en la primera etapa,
los dirigentes de la sociedad musulmana actuaron en soledad
frente a la corona castellana durante la guerra.
La teoría política ha demostrado que el
gobierno en una sociedad siempre es ejercido por una
minoría. Pero las circunstancias particulares hacen variar
sus formas de reclutamiento y de legitimación; además
dependiendo del ejemplo analizado cambia su forma de
reclutamiento o la forma de legitimarlo (9). Si además se
acepta la propuesta de Wilfredo Pareto y se denomina elite a
dicho grupo (10) ; es posible analizar con estos conceptos la
segunda etapa. La elite, gubernamental según Pareto,
está conformada por un grupo minoritario que dentro de una
sociedad asume las tareas de gobierno y ejerce el poder
político, quienes poseen aquellas cualidades socialmente
reconocidas según la época, a través de las cuales
se legitima su función de dirección. Según
Gaetano Mosca esas cualidades han sido las mismas a lo largo de
la historia, a saber: riqueza,
mérito personal, los saberes (entre los
que ubica a la religión), la pertenencia a ciertas
familias con reconocimiento social, el valor militar; aunque no
siempre se combinan de la misma forma (11). Según Yannuzzi
estas combinaciones diferentes producen resultados diversos donde
prevalecen los valores dominantes (12).
Siguiendo esta lectura, de Gaetano Mosca y
Wilfredo Pareto, se puede rescatar la importancia que asumen las
condiciones subjetivas en las posibilidades ciertas de aspirar al
poder. Aquella coincide con éstos al utilizar el
término aristocracia en su sentido etimológico, "los
mejores" (13).
Al analizar la segunda etapa se encuentra que éstas
fueron altamente significativas. Los alguaciles y algunos
notables musulmanes debieron actuar en circunstancias
extremadamente difíciles. La actitud asumida por cada uno
de los líderes frente a los cristianos tuvo consecuencias
directas en la conformación de la nueva elite
correspondiente a la segunda etapa, como se verá. La guerra
liquidó a muchos líderes musulmanes locales y
acabó con la elite nazarí, conformada por una
minoría de familias relacionadas entre sí por lazos de
parentesco, poseedoras de importantes recursos económicos y
sustentadas sobre relaciones de dependencia que las unían a
numerosos grupos humanos. Luego de la
caída de Granada se formará una nueva que estará
compuesta por antiguos dirigentes y por otros nuevos originarios
de las capas inferiores de la sociedad musulmana promovidos por
los Reyes Católicos debido a su actividad colaboracionista.
Por lo tanto se sostiene la hipótesis según la
cual, en la segunda etapa, la elite nazarí sufrió una
profunda transformación ocasionada por la conquista
castellana que implicó su desestructuración y
descomposición; y que se formó una nueva y distinta de
la anterior.
La tercera de las etapas indicadas se inició con el
traslado de la mayoría de la población morisca al
interior de la península en condiciones extremadamente
difíciles, en las cuales la monarquía ya no necesitaba
–dentro de esta minoría- a un grupo ejecutor de sus
políticas (14). En esta situación las estructuras de la comunidad
morisca se desarticularon y el rigor necesario para aplicar dicha
medida hizo innecesaria la actividad de un grupo intermediario.
Es por esto que se plantea la hipótesis según la cual en
este último período la aristocracia morisca granadina
perdió su condición de elite respecto de esta comunidad
conversa.
El ejercicio del liderazgo musulmán y la
descomposición de la elite nazarí
A pesar de heroicas acciones de resistencia llevadas adelante por
los habitantes de algunas villas y por algunos grupos de
combatientes, la guerra de conquista tuvo un desarrollo favorable a los
cristianos, especialmente desde que utilizaron la pólvora en
los sitios a las localidades musulmanas. Por otro lado la
dinastía nazarí se encontraba desde hacía tiempo en un estado profunda decadencia,
que en lo político se expresaba en desgarradoras luchas
intestinas.
Durante la guerra, o sea entre la captura cristiana de
la Alhama en febrero de 1482 hasta la toma de Granada en 1492, se
pueden encontrar dos alas, tendencias o actitudes dentro del grupo
dirigente musulmán. La primera estuvo integrada por aquellos
líderes que pelearon abiertamente en la misma contra los
cristianos y la segunda por quienes apelaron a la negociación con la
corona.
Los alguaciles de las distintas villas asumieron
actitudes diferentes; algunos enfrentaron a los cristianos y
otros pactaron con el enemigo y entregaron sus plazas. Para
comprender esto es necesario tener presente que los
parámetros de referencia de la sociedad política
nazarí se hallaban completamente desdibujados y que tomaron
sus decisiones acompañados solamente por sus vecinos,
aislados del apoyo y contención del antiguo aparato de
gobierno musulmán. En ese contexto, la elite como grupo se
descompuso y algunos poderosos adquirieron la simple
condición de líderes.
Entre los primeros se encuentran los alcaldes de las
localidades de Málaga, Álora, Coín, Marbella y El
Burgo, todas pertenecientes a la tierra de Málaga, que
pelearon en la batalla de Lopera en septiembre de 1483 (15) ,
luego de la cual todos fueron apresados menos el de Vélez
Málaga, que murió; también se puede incluir en
este grupo al alcalde, El Zegrí, de Ronda que escapa de los
castellanos para dirigirse a la ciudad de Málaga donde
dirigirá la resistencia (16) , a pesar de haber recibido
importantes ofertas reales para que se declarase vasallo de los
Reyes Católicos.
Otros líderes asumieron una posición distinta.
Algunos sostuvieron una política negociadora durante la
guerra; un claro ejemplo de esto fue Alí Dordux, quien
durante el sitio a Málaga (17) propuso negociar con la
corona, solicitó el estatuto de mudéjar para la
población malagueña y su establecimiento en Coín,
hecho que le permitió obtenerlo sólo para sí y
para un reducido número de familiares y clientes.
Luego fue nombrado por los reyes cadi mayor de todos los moros de
la tierra y más tarde del obispado. Estaba capacitado para
percibir derechos y salarios relativos a su cargo;
sin embargo su competencia quedaba limitada a
casos civiles y no alcanzaba a la resolución de asuntos
entre cristianos y moros. Como juez supremo de los mudéjares
actuó en repetidas ocasiones a título de abogado
defensor de sus correligionarios ante la corona. Fue el encargado
de cobrar impuestos tales como la
almaguana, alfitra y alacer, que requerían encabezamiento
previo. En 1492 fue nombrado "cogedor" de las pagas de la guarda
costera, donde se destacó debido al enorme respeto que por él
sentían los musulmanes. Fue muy bien pagado con casas y
heredades en Málaga y su término, gozó de por vida
de una suma de veinte mil maravedíes, situadas sobre las
rentas de Casarabonela (18). A pesar de su acercamiento a los
reyes, Dordux nunca aceptó bautizarse; antes prefirió
elegir la emigración, que su muerte no le permitió
realizar. Este segundo grupo reemplaza al anterior y funda su
legitimidad, en parte, en sus aspectos carismáticos pero
sobre todo al recibir su designación como autoridad
dominante del nuevo poder (19) surgido de la victoria obtenida
por los cristianos en el campo de batalla.
Es difícil indicar un punto exacto del inicio de
relaciones con los cristianos de este conjunto de dirigentes
musulmanes, sí puede decirse que a medida que los cristianos
lograban controlar una localidad en la cual quedaba
población musulmana, establecían lazos con algunas
personas o grupos colaboracionistas y los instituían como
las nuevas autoridades. Este fenómeno ha sido relevado por
el José E. López de Coca Castañer para la tierra
de Málaga y se entiende que a partir del mismo puede
generalizarse un procedimiento que consistió
primero en reemplazar a los alguaciles y nombrar como tales a
personas de inferior nivel social y de asegurarle los medios económicos
necesarios para imponerse al resto de la población. Gozaron
sucesivamente de diversas prebendas como ropas de lujo, fanegas
de trigo y cebada y especialmente bienes inmuebles; se les
adjudicó tierras que otros miembros de la comunidad
habían dejado vacantes en circunstancias siempre
difíciles. La concesión de mercedes de tierras se
generalizó en la década de 1490 (20).
Mientras los musulmanes mantuvieron la categoría de
mudéjares (21) -en esa década tensa que fue desde la
firma de las capitulaciones de Granada y otras localidades hasta
los bautismos forzosos y voluntarios de 1500, período en el
cual vencedores y vencidos dirimieron continuamente las
condiciones de dominio y sometimiento – los
grupos dirigentes de la comunidad musulmana pasaron por
situaciones de validación permanente.
Los antiguos líderes musulmanes sufrieron distintas
suertes como la muerte, la reducción a
la esclavitud, el cautiverio, la
emigración al norte de África, el desarraigo y exilio
interno, etc.. En general no resultaban confiables a sus
majestades. La corona pretendía mantener el sistema tributario nazarí
y asegurar un flujo continuo de fondos hacia sus arcas. (22)
Muchos de ellos aprovecharon en reiteradas oportunidades su
posición recientemente adquirida en beneficio propio y en
perjuicio de la comunidad que encabezaban. Se desarrollaron
así situaciones de extrema crueldad, de exacciones
exageradas, de abusos personales, etc. Algunos de ellos fueron
cuestionados, repudiados por su colaboracionismo y en algunos
casos separados temporalmente de sus funciones por revueltas locales o
por manejos burocráticos del mismo Dordux (23). Los
integrantes de este último grupo logran ejercer su
dominación sobre los otros musulmanes porque la corona los
designa, los avala respaldando sus acciones y los gratifica con
dones.
Puede observarse en los diez años de guerra de
conquista cómo la sociedad cristiana fue subsumiendo en su
interior y de diversas maneras a la sociedad musulmana vencida.
Los sectores colaboracionistas de la comunidad musulmana fueron
indispensables en este proceso de sometimiento. Puede
recuperarse un aspecto del planteo realizado por Fernand Braudel
según el cual Granada presentaba una situación
colonialista luego de la conquista cristiana (24). También
puede establecerse una comparación con el fenómeno
similar de los curacas en el mundo andino, como otro sector que
posibilitó la aplicación de las políticas de los
conquistadores cristianos.
Según indican algunos historiadores, desde 1484 la
tierra malagueña se encontraba sin dirigentes (25) ; antes
de la caída de la ciudad de Granada una parte significativa
de la elite granadina partió hacia el norte de África e
inmediatamente después la corona facilitó la
emigración de la mayoría (26) dejando a esta comunidad
casi sin cuadros dirigentes y en una posición muy
desventajosa para negociar (27). Atendiendo a esta situación
se propone la idea de que la elite nazarí sufrió un
proceso de descomposición que le impidió actuar como
grupo, y como dirección política de la sociedad
derrotada. En estas condiciones los líderes islamitas
actuaron en forma aislada, inconexa, quedando solos frente al
poder monárquico.
La conversión forzosa y
la necesidad de instituir una nueva elite
La rebelión del barrio granadino del Albaicín
en 1499, su represión y el posterior bautizo forzoso de su
población fueron seguidas por las revueltas en la Alpujarra
y en las sierras de Almería, que duraron hasta febrero del
1500 e incluyeron a los habitantes de la alquería de la Vega
y de Güejar. En estas circunstancias, la tierra de
Málaga permaneció en tensa calma. Pero con importantes
excepciones: los sucesos de sierra Bermeja, donde los
mudéjares mataron unos clérigos y se produjo una
espiral de violencia que incluyó
represión cristiana, la muerte a manos de los musulmanes de
Alonso de Aguilar, uno de sus principales personeros reales de la
zona, el refugio de la población en la mencionada sierra, la
resistencia y finalmente la aceptación por parte del rey
Fernando para que emigren solamente con lo puesto al norte de
África.
Si bien en enero del 1500 la reina Isabel escribió
a Alí Dordux informándole que no era su voluntad
bautizar por la fuerza y lo confirmó nuevamente por
escrito tres semanas más tarde, una vez controlados los
focos rebeldes, recibió junto a su esposo las bulas papales
que les garantizan los dos tercios de los diezmos a pagar por los
futuros bautizados. Los reyes se decidieron por presionar a la
comunidad mudéjar y la conversión general se
inició en el mes de julio del 1500 (28).
En esta coyuntura la corona desarrolló una
política bastante onerosa de "halagos y dones" hacia algunos
dirigentes musulmanes, que consistió en nuevas entregas de
paños y sedas y en la concesión de otros alguacilazgos.
Se los solía acompañar con exenciones fiscales y
mercedes. Como parte de este proceso se reemplazaron las
capitulaciones pactadas durante la conquista por otras nuevas –
según López de Coca Castañer los reyes
católicos…" no tenían un plan preestablecido para la
elaboración de los nuevos contratos feudales"… (29) –
pero todas tenían en común la desaparición del
sistema fiscal nazarí y su
reemplazo por el castellano. El bautismo,
además, implicaba que oficialmente esta población era
cristiana – por lo tanto que pasaba a ser objeto de control por parte de la
Inquisición – que sus mezquitas se transformarían en
iglesias, que su hábitos cotidianos marcados por el
islamismo debían cambiar.
Un caso especial de este grupo es el hijo de Dordux, que
se llamaba Mohamad el Dordux como mudéjar, quien al
convertirse en el verano del 1500 estimuló con su ejemplo la
realización de bautizos colectivos. Fue desheredado por su
padre y tomó el nombre de Fernando de Málaga. La corona
anuló esta decisión argumentando que el bautismo se
hizo por servicio de Dios y de los
reyes. Lo nombraron regidor perpetuo de Málaga, y le
otorgaron una renta de veinte mil maravedíes y otros veinte
mil por la desaparición de su cargo de cadí mayor de
los mudéjares de la tierra (30). Este caso puede ser un
ejemplo de aquellos se convirtieron y trataron de vivir de
acuerdo a la nueva fe, realizando un corte con su pasado
inmediato; manteniendo así su ubicación social.
Debieron ser especialmente cuidadosos, pues su exposición social era mucho
mayor que el de otros sectores de la sociedad, por lo tanto las
expresiones exteriores de la fe cristiana debían ser
precisas y claras, no debían dejar lugar a dudas puesto que
la Inquisición los observaba y además deseaba sus
bienes; por otro lado, la mayoría de los moriscos los
miraban con benevolencia o con recelo. Otros asumieron
públicamente su nueva religión, pero sólo en sus
expresiones exteriores; en la intimidad siguieron fieles al
Islam.
En la corona de Aragón, hacia 1526, se repitieron
algunas situaciones en la transición de mudéjares a
moriscos. El rey presionó a la comunidad para la
conversión y se atrajo a algunos notables musulmanes.
Éstos provenían de los sectores acomodados y eran
políticamente moderados (31) , se bautizaron y estimularon a
los sectores bajos de la población a seguir su
ejemplo.
Para este momento histórico, puede concluirse que
la elite musulmana del reino nazarí precedente a 1482
había desaparecido como tal. Muchos desaparecieron en la
guerra de conquista, en las rebeliones del Albaicín, de
Sierra Bermeja y de la Sierra del Espadán. Otros emigraron
al norte de África durante la guerra, luego de la toma de
Granada –en 1492- y durante la primera década del
siglo XVI. Si además se considera a aquellos originarios de
sectores subalternos de la sociedad musulmana que fueron
promovidos a dirigentes y sostenidos como tales por la Corona,
debido a su actividad colaboracionista. Se encontrará que la
elite morisca, hacia fines de la segunda década del
quinientos, era un nuevo grupo conformado por los descendientes
de algunos notables precedentes a 1482 y por los recién
llegados al estatus de privilegio.
Esta nueva elite se diferenció del resto de la
comunidad morisca producto de un proceso de
estratificación e integración a la
aristocracia granadina (32). La posesión de importantes
capitales, el nombramiento en cargos administrativos y
políticos y una significativa aculturación fueron
elementos claves de esta transformación (33). Sus
integrantes recibieron, entre otros beneficios, mercedes reales
(34) y la sexta parte de los sesenta mil ducados de la farda de
la Casa real (35) , de la que en 1564 los más acaudalados
moriscos estaban exentos (36). Este servicio era estimado por
delegados de la comunidad –los seyses- y era recaudada por
miembros notables de la comunidad. Además "…muchos de
los moriscos más importantes se casan con cristianas…"
(37).
Aún coincidiendo con Bernard Vincent quien afirma
que "…la aristocracia morisca leal a la corona nunca
perdió la relación con la comunidad…" y que
ésta "…consideró siempre a los miembros de los
grandes linajes como sus líderes naturales, tan prestigiosos
como antaño…" (38) se entiende que los elementos
arriba mencionados condujeron a un proceso de extrañamiento
de la mayoría morisca humilde y sufrida.
Entre 1526 y 1555, existía una abundante
legislación restrictiva de las prácticas y hábitos
culturales de la comunidad morisca granadina; sin embargo la
Corona no presionó para que fuera aplicada. Estos notables
desempeñaron un importante rol en este período
aperturista (39). Pero el sínodo provincial de Granada de
1565 (40) marcó un cambio en la política de
tolerancia y pidió que se
aplicaran con rigor las ordenanzas existentes. La asamblea de
teólogos, juristas y militares reunida en Madrid en 1566 se
pronunció en el mismo sentido (41).
Parte de la elite convertida reclamó por su derecho
a ser cristianos con características especiales, es decir
trataban de mantener algunos signos de su identidad cultural; pero en
una monarquía que utilizaba a la religión para
definirse y diferenciarse era imposible discernir entre creencias
religiosas y diversidades culturales. Además la
Inquisición comenzaba a perseguirlos, porque aunque hubieran
recibido el bautismo como elección para no morir (como en
Valencia), de todas maneras se lo consideraba válido y ella
podía controlar que su nueva fe fuera respetada y de no ser
así se los castigaba ejemplarmente.
En 1567 la corona articuló los medios necesarios
para aplicar las restricciones a las expresiones culturales, los
reclamos que se elevaron a la Audiencia de Granada fueron
rechazados y la ejecución de esta pragmática sería
una de las principales causas de la rebelión de Alpujarras.
La comunidad de origen musulmán movilizó a sus figuras
representativas, se dirigió al rey. En el memorial del
caballero morisco Francisco Núñez Muley del año
1567 (42) se explicó con sumo detalle cómo las
costumbres no implicaban las creencias; que los cristianos viejos
variaban las suyas según el lugar donde se encontraban y no
por eso dejaban de serlo y que por lo tanto, ellos tenían el
derecho de mantener sus costumbres de provincia, inclusive
para que la sociedad no se perjudicara económicamente. Un
ejemplo de ello eran los inconvenientes que causaba a los
moriscos que se dedicaban a la producción y comercialización de la
seda la obligatoriedad de usar el castellano en sus transacciones
comerciales. Es decir aquí encontramos a los moriscos en un
punto de retroceso con respecto a 1491 donde defendían su
fe, o a 1501 cuando aceptaban el bautismo para seguir viviendo,
ahora sólo pedían mantener sus particularidades, no ser
pasados por la maquinaria de los aparatos estatales y salir
moldeados en cuerpo, alma y vida cotidiana.
Apelaron a sus recursos económicos, a otorgar subsidios a la
corona, "sobornos"; pero sólo consiguieron retrasar las
políticas homogeneizadoras. Quedaba en evidencia que en esa
sociedad que se estaba reorganizando no había lugar no solo
para minorías mediadoras, sino para minorías de
ningún tipo. Además entre 1559 y 1568 una importante
cantidad de tierras pasaron de manos moriscas a cristianas (43).
Todos estos elementos abonaron el terreno de conflictos y la rebelión
estalló en la Nochebuena de 1568 (44).
A mediados del siglo XVI la corona de Castilla
tenía conflictos en distintos frentes, en Alemania donde firma de Lutero
la Paz de Augsburgo con los seguidores en 1555 y en el
Mediterráneo los musulmanes venían tomando posiciones y
practicaban el bandidaje en las costas andaluzas con gran
impunidad, esto además
era aprovechado por muchos moros residentes en la península
para emigrar hacia el norte de África. En Italia definía su pulseada
con Francia por el predominio
europeo, hasta que en la Paz de Crépy en 1544 Francisco I
renunció a sus aspiraciones sobre Flandes, Artois y
Nápoles. Se producía una combinación de enemigos
externos claramente definidos por la fe con enemigos internos
también definidos por la fe; si la comunidad morisca
nítidamente expuesta por su lengua, sus ritos religiosos,
su vestimenta, su alimentación, etcétera además
se resistía a perder estas características sus
posibilidades de seguir existiendo como tal dentro de una
sociedad que cerraba sus filas aferrándose a la
religión católica eran cada vez menores.
Frente al hecho consumado de la rebelión "…
Cada linaje, en bloque, escogió fidelidad al gobierno
establecido o a la revuelta…" (45). Según Enrique
Soria Mesa (46). "…Sólo los clanes alpujarreños se
rebelaron abiertamente con el monarca de Habsburgo…" (47).
La aristocracia granadina estaba internamente estratificada;
algunos en posiciones muy encumbradas y otros eran simples
hidalgos. En general respondieron a la Corona, pues la
conservación de su reciente ubicación social
dependía de su fidelidad a la misma. El odio incubado por la
mayoría de la población morisca se expresó en la
destrucción de muchas de las propiedades rurales de estos
principales (48) y quienes se pusieron al servicio de la Corona
superaron en su desempeño a los soldados
de Felipe II (49).
El 1º de noviembre de 1570, la Corona comenzó
a trasladar masivamente a la población morisca hacia el
interior de Castilla, instrumentando así un método definitivo de
represión de la rebelión. Sin embargo se ocupó de
eximir de la medida a treinta dos familias (50) que habían
demostrado una vez más su fidelidad, esta vez en los
álgidos momentos de la guerra civil. Se presentó
así una nueva situación; por un lado, esta elite
dirigente se encontró sin su base social alterándose
"…profundamente las condiciones en que se establecía el
acuerdo tácito entre elites conversas y la Corona…"
(51). Por otro lado la gran masa morisca partió al exilio
interno nuevamente descabezada, pues los dirigentes de la
rebelión habían sido eliminados en la guerra civil y
los notables fieles a la Corona quedaron en Granada exentos del
desarraigo.
Del exilio interno a la
expulsión
A lo largo del año 1570 se realizaron varios
traslados forzosos de población morisca granadina. La medida
se implementó con éxito y Felipe II
quedó satisfecho. Unos meses más tarde, cuando sus
tropas no podían vencer definitivamente en la cruel guerra
civil, recurrió a una solución alternativa para
finalizar el conflicto: trasladar
masivamente a los conversos sublevados hacia el interior de
Castilla (52). Las características y vicisitudes de este
movimiento humano de grandes
proporciones han sido estudiadas por Bernard Vincent
(53).
A partir de este momento la comunidad morisca granadina
se desarticuló; pues su elite y su base social se separaron
definitivamente. Como ya ha sido planteado, la elite granadina
fiel a la Corona fue eximida de esta medida. Esta decisión
real tuvo varias consecuencias relevantes; la primera evitarles
las penurias y el sufrimiento del destierro, la segunda quitarles
su condición de elite respecto de la mayoría morisca.
Dado que una elite es un grupo minoritario destacado dentro de
otro más numeroso, con el que comparte características
significativas. En esta nueva situación los linajes exentos
del traslado dejaron de ser portadores de esta condición
(54). De allí en más iniciaron un proceso de
redefinición de su identidad.
Al finalizar la guerra la Corona tuvo cierta
desconfianza de algunos linajes (55) , incluso
"…confiscó muchas haciendas…, devolviendo sólo
parte o trocándolas en modestas pensiones vitalicias…"
(56). Sin embargo una parte importante de ellos superó este
momento difícil y logró recuperarse; pues algunos
aumentaron sus propiedades inmuebles luego del traslado forzoso
(57). Las estrategias matrimoniales fueron
uno de los medios a través de los cuales construyeron una
nueva identidad luego de 1570; profundizando así un proceso
iniciado tiempo atrás. Casaron con otros miembros
distinguidos del grupo converso pero también lo hicieron con
importantes familias cristianas viejas (58). A lo largo del siglo
XVI se definieron como conversos de moros cuando les era
conveniente en el reparto tributario (59). A fines del
seiscientos, la Corona presionó (60) a estas familias,
cuando su política se orientaba ya a la expulsión
definitiva de la masa morisca. Pero la mayoría de estos
linajes lograron eximirse de esta medida final (61). Incluso
algunos se mimetizaron como cristianos viejos (62)
Por su lado la mayoría de la población morisca
fue trasladada a diversos puntos de la península, en
condiciones límites para la subsistencia humana, es así
como murieron muchas personas antes de llegar a destino y cuando
lo lograron se encontraban en condiciones lamentables. Una vez
reubicados quedaron en el triángulo formado por Sevilla,
Toledo y Murcia (63). Se entiende que la dispersión, la
pérdida de sus bienes materiales, de su libertad, de sus vínculos
personales –a veces hasta los más próximos-
explican que en ese momento histórico este grupo social no
contaba con una elite. Porque en estas condiciones de deterioro
extremo, el grupo como tal se estaba desdibujando. Por estos
motivos se entiende que la población morisca granadina
trasladada hacia Castilla, luego de la guerra de las Alpujarras,
no contó con la existencia de una elite mediadora entre ella
y las autoridades cristianas.
Quedan muchas aristas sin tratar, por ejemplo un
desarrollo más profundo de las condiciones sociales de la
comunidad morisca trasladada hacia el oeste y norte de
Andalucía y hacia Castilla, de las formas de organización que desarrolla
en esas circunstancias y de las maneras cómo se relaciona
con las autoridades reales.
En cuanto a las hipótesis planteadas en la introducción pueden
confirmarse algunas afirmaciones, por ejemplo que entre 1482 y
1492 la sociedad musulmana fue descabezada y quedó
acéfala, por muerte, pérdida de libertad o
emigración de buena parte de sus líderes. Estas
circunstancias hicieron que la elite islamita como tal se
descompusiera y que los líderes locales actuaran aislados
del marco contenedor del aparato administrativo y político
del reino nazarí, el que a su vez atravesaba profundas
luchas intestinas. A partir de la caída en manos cristianas
de Granada en 1492, la aristocracia granadina sufrió un
proceso de recomposición dirigido y estimulado por los Reyes
Católicos. Esta regeneración tuvo su punto de
inflexión en 1501 cuando debieron elegir entre la
emigración o el bautismo; luego del mismo los notables
bautizados se constituyeron en correas de transmisión de las
políticas reales.
Sobre el período comprendido entre 1501 y 1570
puede afirmarse que fue el de existencia más plena de la
aristocracia morisca. Reconocida, y muchas veces odiada por la
amplia masa islamita subyugada, fue la encargada de estimar y
recaudar tributaciones, de negociar postergaciones en la
aplicación de la legislación restrictiva y a caballo de
estas funciones acumuló un gran capital en bienes materiales y
relaciones sociales. Entre 1526 y 1565 la monarquía no
presionó con dureza a la comunidad morisca para que
abandonara sus prácticas culturales, pero cuando en 1567 la
política real cambió se inició un proceso de
separación definitiva entre la elite morisca y su base
social; pues los principales linajes moriscos granadinos se
mantuvieron fieles a la Corona en la guerra de las
Alpujarras.
En la última etapa de este siglo largo estas
familias se reubicaron como parte de la aristocracia cristiana.
Algunos como simples hidalgos y otros emparentados con relevantes
linajes cristiano viejos. Utilizaron su condición de
conversos de moros cuando ésta les benefició en las
obligaciones fiscales; pero en
buena medida a principios del siglo XVII eran
parte de la aristocracia castellana.
(*) Trabajo presentado como ponencia en el X: Congreso
Interclaustros de Historia, 2005, Facultad de Humanidades de
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- Pg. 12 (Guerra, F. X. : 1998).
- He desarrollado este concepto en "Algunas
consideraciones sobre el concepto de moriscos" (inédito)
presentado en II Jornadas Interinstitutos de Formación
Docente en Historia: Historia y sociedad en el mundo
contemporáneo; Rosario, 2003. - Pg. 3 y siguientes (Yannuzzi, M. : 2000).
- Pg. 108 y siguientes (Ladero Quesada, M. A. :
2001). - Pg. 172 (Weber, M.:2004).
- Pg. 172 (Weber, M.:2004).
- Pg. 172 (Weber, M.:2004).
- Pg. 172 (Weber, M.:2004).
- Pg. 12 "…Hemos querido demostrar que, en cualquier
agregado humano que haya alcanzado cierto grado de cultura,
existe una minoría dirigente, que se recluta de modos
diversos, pero siempre fundada en la posesión de las
múltiples y variadas fuerzas sociales; o sea de aquellas
cualidades que, según el tiempo y el lugar, dan a los
individuos que las poseen, prestigio moral y preeminencia
intelectual y económica, y proveen los modos de dirigir la
voluntad de los otros" Gaetano Mosca citado por (Yannuzzi,
M. : 2000 ). - Pg. 11 "…Tenemos dos capas en la población:
1º la capa inferior, la clase ajena a la
elite: por el momento no investigaremos qué
influencias puede ejercer en el gobierno; 2º la capa
superior, la elite que se divide en dos partes (a) la
elite gubernamental; (b) la elite no
gubernamental…" Wilfredo Paretto citado por (Yannuzzi, M. :
2000 ). - Pg. 12 "… Los diferentes criterios según los
cuales se reclutan las distintas clases políticas
‘no parecen’ nunca aplicarse en forma exclusiva;
(por el contrario) se acoplan, se entretejen, se combinan de
mil maneras, según el nivel de civilización de un
pueblo…" Gaetano Mosca citado por (Yannuzzi, M. :
2000). - Pg. 12 "… Esta diversidad de
combinaciones… produce resultados distintos, reacomoda estos
valores, atribuyéndoles
posiciones relativas diferentes, a partir de lo cual se
redefine su importancia…." (Yannuzzi, M. : 2000). - Pg. "… si pensamos en el término aristocracia
–tal como lo definen Pareto o Mosca, retomando su sentido
etimológico-, nos aseguramos de captar los mejores
elementos para cada momento histórico,…" (Yannuzzi, M. :
2000). - Pg. 170 y siguientes (Soria Mesa, E. :
1995). - Pg. 60 (López de Coca Castañer, J.
E. :1977). - Pg. 67 (López de Coca Castañer, J.
E. :1977). - Pg. 68 (López de Coca Castañer,
J.E. : 1977). - Pg. 198 (López de Coca Castañer;
J. E.: 1977). - Pg. 43…"Poder significa la probabilidad de imponer la
propia voluntad, dentro de una relación social, aún
contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa
probabilidad. Por dominación debe entenderse la
probabilidad de encontrar obediencia a un mandato determinado
entre personas dadas;… EL concepto de poder es
sociológicamente amorfo. Todas las cualidades imaginables
de un hombre y toda suerte de
constelaciones posibles pueden colocar a alguien en la
posición de imponer su voluntad en una situación
dada. El concepto de dominación tiene, por eso que
ser más preciso y sólo puede significar la
probabilidad de que un mandato sea obedecido"… (Weber,
M.:2004). - Pg. 76 y 77 (López de Coca
Castañer, J. E. :1977). - Pg. 3 "…en los analistas árabes,
diligentes consignadores de las cosas de nuestro país,
hallamos con frecuencia en uso los términos
dájala (…) y mudejalat (…), que terminan
el acto de entrar en tratos y conferencias con alguno,
aplicándose alternativamente, ya á las alianzas de
los caudillos árabes con los reyes cristianos, ya á
la sumisión de los súbditos rebeldes, y á las
veces también á la unión, acomodamiento y
auxilio que se prestaban los asociados…." (Fernández y
González, Francisco :1985) Se acuerda con Mercedes
García Arenal en que a pesar de su antigüedad, el
análisis del autor sigue manteniendo relevancia debido a
su lucidez y claridad. - Pg. 77 (López de Coca Castañer,
J.E.: 1977). - Pg. 584 a 588 (López de Coca Castañer,
J.E.: 1977) en A.C.M., libro 7º del
Repartimiento, fols. 19 –26. - Pg. 628 Tomo I"…el español se encontraba
allí, como el francés en Argel, el holandés
Batavia o el inglés en Calcuta, en
el corazón de una empresa colonial, …"
(Braudel:1953). - Pg. 60 "… padece de una acefalía militar que
indudablemente repercute en la posterior y escasa resistencia
que muchos lugares van a ofrecer, pues los musulmanes no
podían competir con los castellanos a la hora de cubrir
sus cuadros de mando…." (López de
Coca Castañer, J.E.: 1977). - Pg. 51 "… tras la emigración de las clases
dirigentes en su casi totalidad, los musulmanes ‘se
verán privados de cuadros dirigentes, quedando inermes en
lo sucesivo y expuestos a toda clase de presiones por parte de
los vencedores" López de Coca Castañer y a Acién
Almansa-" citado por en (Soria Mesa, E. : 1992). Pg. 205 "…La
sociedad morisca granadina es, según generalmente se
admite, una sociedad decapitada. Después de los episodios
de la Reconquista (1483-1492) y del levantamiento de los
musulmanes, acentuado por la conversión forzosa
(1499-1502), se produjeron dos grandes corrientes de
emigración hacia África del Norte…." (Vincent, B. :
1985). - Pg. 39 "… al facilitar la emigración
especialmente al Norte de África, de muchos personajes
destacados y trocando muchos de los que quedaron en
instrumentos suyos, con el fin de organizar un poder
político subordinado, el cual, como intermediario pudiera
encargarse de los asuntos internos <de los
mudéjares> y, simultáneamente, ostentara la
representación ante los nuevos gobernantes…"
(García Pedraza, A. : 1995). Pg. 206 "…pero otros
escogieron deliberadamente adherirse a la causa cristiana. Los
últimos esfuerzos de los reconquistadores fueron
singularmente facilitados por las divisiones que minaban a sus
adversarios. De esta forma permaneció en su puesto una
micro-sociedad prestigiosa y acaudalada…." (Vincent, B. :
1985). - Pg. 193 (López de Coca Castañer,
J.E.: 1993-1994). - Pg. 197 (López de Coca Castañer,
J.E.: 1993-1994). - Pg. 221 (López de Coca Castañer, J.E.:
1977). - Pg. 24 "… E. Ciscar y R. García Cárcel
han demostrado que los delegados musulmanes emanaban de las
clases acomodadas, políticamente moderadas. Por su parte,
algunos notables como Hazentala, alcadi de Val del Chelva, o
Abdala Abenamir, rico vecino de Benaguacil, recibieron del
monarca sustanciosas recompensas por su colaboración a la
tarea de la conversión…."; (Domínguez Ortiz, A./
Vincent, B. : 1984). - Para ver este proceso remitirse a Antonio
Domínguez Ortiz y Bernard Vincent Historia de los
moriscos. Vida y tragedia de una minoría pg. 19 y
siguientes; Bernard Vincent Andalucía en la Edad
Moderna: Economía y Sociedad; Enrique Soria Mesa "La
asimilación de la elite morisca en la Granada cristiana.
El ejemplo de la familia Hermes", "Entre moros y
oscuros labradores cristianos. Un itinerario familiar morisco:
Los Granada Venegas de Monachil (SS. XVI-XVIII)", "De la
conquista a la asimilación. La integración de la
aristocracia nazarí en la oligarquía granadina.
Siglos XV-XVII" y Amalia García Arenal "La
asimilación del morisco Don Gonzalo Fernández el
Zegrí : edición y análisis de su
testamento". - Pg. 54 "… los Zegríes parecen muy aculturados
y mantienen pocos vínculos con la comunidad morisca. No
les preocupa la suerte de ésta y el partido a tomar en el
momento decisivo no constituye ningún problema para
ellos…" Bernard Vincent citado en (Soria Mesa, E :
1992). - Pg. 53 "…Las propias conversiones de muchos de
ellos, antes de las forzosas de 1500, son igualmente un
elemento más de separación entre la comunidad y sus
elites…. Está claro que existe una estrecha
relación entre la conversión de la aristocracia
musulmana y la concesión de mercedes…." (Soria Mesa, E.
: 1992). - Pg. 105 "…Las tres fardas también sirvieron
para recompensar los buenos y leales servicios de los cristianos
viejos y de los moriscos. En realidad, 10.000 de los 60.000
ducados del servicio de la Casa Real eran reservados para ser
distribuidos en forma de gratificaciones. Los beneficiados eran
en su gran mayoría moriscos notables encargados de la
derrama de las fardas…." (Vincent, B. : 1985). - Pg. 107 "…Hemos visto que los cristianos viejos
estaban exentos de la farda, pero la cuestión que se
plantea es saber si todos los moriscos la pagaban. Parece que
no…. Sabemos, sobre todo, que en 1564 fueron consentidas
varias exenciones, más o menos a unas doscientas personas,
entre las cuales se encontraban los moriscos más
acaudalados…. (Vincent, B. : 1985). - Pg. 207 (Vincent, B. : 1985).
- Pg. 211 (Vincent, B. : 1985).
- Pg. 30 "… La relativa tolerancia concedida a los
moriscos en 1526 se inserta en el contexto de una política
que Pierre Chaunu ha calificado de aperturista y que se
orientaba también hacia los erasmistas y los
judeoconversos…." (Domínguez Ortiz, A. – Vincent,
B. : 1984). - Pg. 32 "… las resoluciones de esta asamblea son de
importancia capital, porque rompen deliberadamente con la
línea seguida hasta entonces por los prelados. A
través del texto de nueve
artículos reclamaban la aplicación de todas las
cédulas promulgadas y cuya aplicación había
quedado en suspenso desde 1511. Dejaban de emplearse los
términos evangelización, predicación,
catequización y sólo se hablaba de
represión…." (Domínguez Ortiz, A. – Vincent,
B. : 1984). - Pg. 33 "… La invocación de los prelados fue
oída, puesto que la asamblea…. hizo suyas casi todas las
peticiones y añadió la prohibición de todos los
libros árabes en un
espacio de tres años…." (Domínguez Ortiz, A.
– Vincent, B. : 1984). - Pg. 47 y siguientes (García Arenal, M. :
1996). - Pg. 31 "… Los moriscos granadinos tuvieron aún
más la sensación de ser expoliados cuando, entre 1559
y 1568, se procedió, bajo la dirección de un oidor de
la chancillería de Valladolid,…, a la revisión de
los límites de las fincas y de los títulos de
propiedad; si no los
tenían, caso frecuente sufrían una multa, y si no lo
pagaban su tierra era confiscada y revendida…."
(Domínguez Ortiz, A. – Vincent, B. :
1984). - Pg. 33 "… Los moriscos dieron el paso decisivo con
el levantamiento de 24 de diciembre de 1568…."
(Domínguez Ortiz, A. – Vincent, B. :
1984). - Pg. 46 (Domínguez Ortiz, A. – Vincent, B.
: 1984). - Pg. 54 (Soria Mesa, E. : 1992).
- Pg. 172 (Soria Mesa, E. : 1995).
- Pg. 276 Refiriéndose a la función como
veinticuatro de Granada de Francisco el Zegrí; "…Esta
actividad es el origen del odio que le tiene los moriscos.
Durante la guerra sus propiedades rurales son quemadas. Al
final del conflicto, Francisco el Zegrí está
prácticamente arruinado…." (Vincent, B. :
1985). - Pg. 172 "…Los más destacados de estos
cristinas nuevos cooperaron activamente con las autoridades
castellanas, incluso superaron en celo a los soldados de Felipe
II…." (Soria Mesa, E. : 1995). - Pg. 274 (Vincent, B. : 1985).
- Pg. 172 (Soria Mesa, E. : 1995).
- Pg. 225 "…no pudiendo encontrar una salida a la
guerra por el simple medio de las armas, las autoridades
recurrieron a la solución de reserva… la
deportación general de los moriscos sometidos y pese a
todo cómplices de los que continuaban la lucha.." y Pg.
237 "… No sabían cómo terminarla, cuando la
situación internacional no les permitía esperar
más…" (Vincent, B. : 1985). - Pg. 215 ‘La expulsión de los moriscos del
Reino de Granada y su reparto en Castilla’ en (Vincent,
B. : 1985). - Pg. 172 "…El principal perjuicio les venía del
hecho de que, expulsada la población morisca del reino de
Granada tras 1570, su papel como intermediarios había
desaparecido…." (Soria Mesa, E. : 1995). - Pg. 172 "…muchos de estos linajes fueron
contemplados con cierta sospecha por parte de las autoridades
castellanas…." (Soria Mesa, E. : 1995). - Pg. 173 (Soria Mesa, E. : 1995).
- Pg. 169 "…Estas posesiones <refiriéndose a
las propiedades de Alfonso Venegas> se vieron incrementadas
gracias a la Repoblación del reino de Granada tras la
guerra y expulsión de los moriscos…." (Soria Mesa, E. :
1995). - Pg. 162 "…Los ‘poderosos caballeros
Granadas’, distinguidos en 1643 con el título de
marqueses de Campotejar, se convirtieron en una gran familia de
la aristocracia castellana, enlazando con las más
destacadas familias de la elite de la Monarquía…" (Soria
Mesa, E. : 1995). Pg. 165 "… brillantes estrategias
matrimoniales que durante dos siglos desarrolló esta
familia <Venegas> en orden a incrementar su poder,
riqueza y prestigio…." (Soria Mesa, E. : 1995). - Pg. 175 "…Las conexiones familiares con los grandes
linajes conversos de poco servían ya, pues más
convenía, a la hora de alegar servicios prestados a la
Corona tener sangre mixta…" (Soria Mesa,
E. : 1995). - Pg. 176 "… por esos años se produce una
ofensiva contra las familias moriscas que habían
permanecido en el reino…" (Soria Mesa, E. :
1995). - Pg. 176 "…casi todas las grandes estirpes
consiguieron sobrevivir a la nueva prueba de fuego que
significaron las expulsiones finiseculares… y a la definitiva
de 1609…" (Soria Mesa, E. : 1995). - Pg. 176 "…Linajes notoriamente moriscos se
convierten, por mor de las declaraciones interesadas de los
testigos, en antiguas alcurnias castellanas, cristiano viejas,
limpias de toda mala raza…." (Soria Mesa, E. : 1995). Pg. 657
"… la realidad descubre un encubrimiento, una mentira
orquestada, permitida y, porqué no, incluso fomentada por
el poder central. Se trata de disimular las evidencias conversas,
haciéndose pasar por cristianos viejos, falseando para
ello genealogías, testificaciones, documentos…." (Soria Mesa, E.
:—-). - Pg. 241 (Vincent, B. : 1985).
Alicia Benítez