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Desarrollo Organizacional y la Profesión de "Consultor"




Enviado por odicoaching




    Desarrollo
    Organizacional y la Profesión de
    "Consultor"

    (Eric Gaynor
    Butterfield – RODC / www.theodinstitute.org)

    Una de las
    preguntas que nos acercan muy a menudo a nuestra
    Institución se relaciona con la Profesión de
    Consultor. Es fascinante que una profesión que ha sido
    sumamente prestigiosa y ampliamente reconocida tanto dentro del
    mundo de las Empresas como de
    las Ciencias del
    Comportamiento, haya ido perdiendo su
    reconocimiento en el tiempo y en
    los últimos años haya sido fuente de chistes que
    han sido acompañados de sorna y sarcasmo. Muchos
    directivos, socios de empresas consultoras líderes a nivel
    mundial, y los asesores y consultores mismos, nos preguntan
    respecto de lo "que ha pasado con la Profesión de
    Consultor". En los párrafos siguientes hemos de tratar
    algunos puntos que entendemos han estado
    vinculados con este des-barrancamiento de la Profesión,
    que entendemos, ha tenido mucho más que ver con los
    propios consultores que con "sus contextos".

    Todos aprendemos
    de una manera u otra estemos o no expuestos a un ámbito
    educativo, y en especial lo hacen aquellos que han ocupado
    posiciones de dirección y gerencia en
    las empresas, como así también sus ejecutivos y
    profesionales. Todos ellos han estado ante la presencia de
    consultores y asesores que han "entrado y salido" de sus organizaciones y
    empresas no siempre dejando las mejores huellas y contribuciones.
    Un trabajo de
    campo realizado por The Organization Development Institute
    International, Latinamerica muestra que los
    directivos y gerentes consideran "que no siempre han recibido el
    equivalente de lo que ellos han pagado por los servicios de
    consultoría".

    También
    contamos con suficiente evidencia que muestra el hecho de que
    muchos trabajos de consultoría en realidad no lo son sino
    que más bien han sido "tercerizaciones" de funciones y
    operaciones
    que bien pudieron ser realizadas por los mismos miembros y
    participantes internos de la
    organización.

     

    Y otro hecho que
    no puede cuestionarse de ninguna manera tiene que ver con el
    hecho de que en muy pocas oportunidades los consultores y
    asesores de empresas han cumplido con la etapa de "disengagement"
    que es indispensable para que se pueda asegurar que la organización ha de estar en una
    posición de aprender a aprender respecto de cómo
    solucionar sus problemas y
    mejorar sus operaciones en el futuro, luego que los consultores
    han terminado su intervención.

    Tampoco ha faltado
    oportunidad para que muchos trabajos de consultoría hayan
    sido considerados como de "soberbia" por directivos, ejecutivos,
    gerentes y profesionales en sus respectivas empresas, en lugar de
    concebir a la intervención de consultoría como un
    proceso de
    aprendizaje.
    Un alto directivo de una empresa
    líder
    en servicios nos ha manifestado "que los consultores han entrado
    a la empresa como
    si fueran un tren por la quinta avenida de New York,
    llevándose todo por delante y dejando un tendal en el
    piso".

    Gracias por
    compartir.

     

    Eric Gaynor
    Butterfield – RODC

    www.theodinstitute.org

     

    (Abstract de
    Eric Gaynor Butterfield: "Jornada de Cambio y
    Desarrollo
    Organizacional" – The Organization Development Institute
    International, Latinamerica – Buenos Aires 2005
    www.theodinstitute.org)

    The Organization
    Development Institute International, Latinamerica recibe con
    cierta frecuencia algunas preguntas de ejecutivos y directivos de
    empresa como
    así también de consultores en relación con
    la prestación de servicios de asesoría.

    Una de las
    preguntas habituales tanto de Directivos y Ejecutivos de empresas
    se relaciona con la dificultad que tienen para seleccionar una
    propuesta de prestación de servicios de
    consultoría. Por otro lado los consultores –
    generalmente después de haber egresado de una firma
    consultora donde estaban trabajando previamente – se
    acercan para preguntar respecto de cuáles son las competencias
    necesarias que se requieren para el ejercicio de la
    profesión de asesor de empresas.

    En la edición
    del mes de Agosto del año pasado el Dr. Terry Armstrong
    ("Organizations and Change"; August 2004 – Newsletter of The
    Organization Development Institute), afirmaba que muchos de sus
    estudiantes por-graduarse le preguntaban respecto de cómo
    podrían iniciarse en la profesión de Desarrollo
    Organizacional / profesión de consultor. Ellos
    sentían que faltando tan pronto la graduación el
    "procedimiento" a
    seguir para insertarse como consultor sería en alguna
    medida similar a la de otros graduados cuando intentan ingresar a
    una empresa / organización, pero de todas maneras
    percibían que "ingresar a una empresa tiene algunas
    diferencias importantes con ejercer la profesión de
    Consultor o de Desarrollo Organizacional.

    Vamos a comenzar
    haciendo referencia a un trabajo que he presentado en
    www.gestiopolis.com para compartir algunos aspectos que ameritan mencionarse.
    Durante los últimos años 30 años la
    profesión de consultor se ha convertida en una actividad
    con cada vez mayor presencia tanto en su alcance como profundidad
    posiblemente por la necesidad de que las organizaciones
    desarrollen capacidades de competitividad
    como resultado de la mayor turbulencia y necesidad de cambio
    dentro del mundo corporativo. La aparición del rol de
    "Consultor" gozó de un aura de prestigio y era ejercida
    bajo el supuesto de que los profesionales que lo ejercían
    – casi todos especialistas en ciencias duras o semi duras
    – estaban dotados de las competencias necesarias. Por lo
    tanto el consultor era un "actor con presencia",
    independientemente del hecho que fuera un "actor principal" o un
    "actor de reparto". Analicemos algunos hechos.

     

    1. Durante mi
    presentación en el World Congress desarrollado por The
    Organization Development Institute en Dublín en el mes de
    Julio de 1999 una de las preguntas de interés
    que más surgió y me fuera formulada guarda
    relación con como se ejercía la Profesión de
    Consultor o la Profesión de Desarrollo Organizacional en
    los distintos países latinoamericanos. Teniendo en cuenta
    que no existía una "carrera" en Desarrollo Organizacional
    querían aprender respecto de como es que podíamos
    encontrar una solución a los problemas que viven las
    organizaciones dentro de nuestra comunidad "sin
    estar familiarizados con el estado
    actual de "las Ciencias del Comportamiento".

    2. Durante los
    últimos tres años varios directivos y ejecutivos de
    empresas visitan nuestra página web
    y muestran interés en muchos de los artículos,
    casos y experiencias allí incluidos que guardan
    relación con los procesos de
    mejora que son necesarios instalar dentro de sus propias
    corporaciones empresariales en particular y también en
    relación con el mundo organizacional. Algunos de los
    directivos y ejecutivos manifiestan su confusión –
    por decir lo menos – respecto de la inmensa cantidad de
    propuestas posibles de consultoría (o maneras de mejorar
    la organización) y, en su gran mayoría,
    están convencidos de que muchas veces dichas propuestas
    son "modas". Y tienen mucho de razón ya que en los
    últimos 30 años han existido muchos "consulting
    packages" que han tenido una duración limitada. Por lo
    tanto, y como resultado de nuestra interacción con Clientes, una
    pregunta natural y totalmente válida para un directivo de
    empresa es usualmente manifestada de este modo: Si las mejoras
    deben hacerse continuamente en las organizaciones para
    mantenerlas competitivas ¿A qué se debe que muchas
    de las opciones que eligen los consultores dejan de tener
    vigencia después de muy corto tiempo?

    3. Recibimos en
    nuestro Instituto algunas llamadas de profesionales que nos
    manifiestan que tienen interés en "aprender respecto de
    ciertos libros que
    deberían leer" en las áreas de Desarrollo
    Organizacional y Cambio a nivel Individual / Grupal /
    Organizacional. Nos resulta sorprendente que las mejores
    Universidades y Centros de Altos Estudios dediquen solamente una
    porción pequeña de sus energías, recursos y
    tiempos para compartir con sus futuros profesionales respecto de
    cómo se desarrollan las organizaciones. ¿Acaso
    suponen que todas las organizaciones – como todo organismo
    – crecen naturalmente? Nosotros hemos encontrado evidencia
    que más bien es todo lo contrario; prácticamente el
    99 % de todo lo que existe se deteriora con el simple transcurso
    del tiempo (y quien lo dude no tiene más que apoyar una
    naranja sobre una mesa sin moverla por cierto tiempo). Hemos
    dicho sin moverla, es decir, se requiere el cambio. Pero incluso
    a veces el cambio no es suficiente puesto que por lo general no
    nos puede llevar más allá que a la situación
    original, es decir, cuando se ha originado la
    organización. Pero dentro de un mundo competitivo las
    organizaciones deben hacer mucho más que simplemente
    cambiar en la medida que le permita volver a la situación
    original; requieren saltos dimensionales que la posicionen bien
    por encima de sus contendores. El otro aspecto se relaciona con
    el estudio del Cambio en relación con las distintas
    unidades de análisis; no es lo mismo conseguir cambios
    a nivel individual que a nivel grupal o a nivel organizacional.
    En un trabajo de campo (Eric Gaynor B.: "Marcos conceptuales y
    teorías
    de Cambio" – 2003) se ha encontrado evidencia que muy pocos
    profesionales están familiarizados con las distintas
    teorías de motivación, de aprendizaje, y de toma de
    decisiones que resultan básicas para mejorar la
    eficiencia
    organizacional.

    4. Durante
    Congresos y Conferencias de Cambio y Desarrollo Organizacional
    surgen algunas preguntas dentro de este orden: ¿Qué
    ES lo que deben hacer (en su calidad de
    profesionales diplomados en muy buenas Universidades) para
    ejercer la profesión de Consultor? Y aquí hemos
    encontrado evidencia que son muy pocas las profesiones que
    reciben un servicio de
    tutoría y guía para el ejercicio de su
    profesión. Afortunadamente la Medicina es
    una de las pocas ciencias donde está presente una
    tutoría que se implementa a través de un programa de
    residencia o concurrencia. Pero resulta que muy pocas veces las
    empresas reclutan a un médico para que introduzcan mejoras
    dentro de sus organizaciones …

    5. Hemos sido
    consultados por ejecutivos, directivos y profesionales respecto
    de cuál es la importancia de las "Ciencias del
    Comportamiento" y que utilidad se puede
    realmente hacer de ellas para mejorar "sus" organizaciones.
    Dentro de las culturas latinoamericanas muchos de los
    aprendizajes dentro de la familia,
    durante los años de educación primaria y
    secundaria y posteriormente en la Universidad se
    desarrollan bajo el modelo
    "autoritario". Incluso el doctorado en latinoamericano se orienta
    a "saber más de lo que ya se sabe" en lugar de cuestionar
    a través de una tesis los
    "conocimientos que a nivel de Licenciatura / Master habían
    sido archivados como verdaderos a ciencia
    cierta". Tratar de iniciarse en las prácticas y
    aplicaciones de las Ciencias del Comportamiento cuando se
    había incorporado principalmente un estilo
    jerárquico vertical de relacionamiento, no es algo que se
    pueda realizar de la noche a la mañana. Algunos lo pueden
    intentar, pero los Clientes no tienen porqué pagar el
    precio de
    estos consultores que han encontrado "un sitio – Cliente donde
    practicar".

    6. Ejecutivos a
    cargo del área de Recursos
    Humanos nos consultan cada vez más respecto de su
    interés en "entrenarse respecto de técnicas,
    herramientas y
    metodologías" de Cambio y Desarrollo Organizacional con
    miras a desplegar servicios como Consultor Interno en las
    empresas que están trabajando en la seguridad que eso
    les ha de ayudar a consolidar su posicionamiento.
    Chris Argyris es posiblemente la persona a quien
    deberían ser dirigidas estos intereses de los responsables
    de las áreas de Recursos Humanos. Un importante
    número de profesionales que ocupan esta posición
    dentro de su organización tiene un grado de expertise
    particular en leyes
    (profesionales Abogados) y en procesos de negociación con fuertes habilidades
    respecto de cómo lidiar con Sindicatos.
    Además de aquellos que, como resultado de la
    organización jerárquica vertical donde operan,
    deben oficiar de implementadotes de "decisiones duras" que la
    alta dirección prefiere transferirles. Nadie mejor que
    Chris para darle respuesta a esta inquietud de los responsables
    de Recursos Humanos: como nadie él enfatiza la enorme
    importancia de que "lo que se verbaliza y dice dentro de la
    empresa sea congruente y consistente con lo que se
    hace".

    7. Existe un
    interés cada vez más grande por revitalizar las
    anteriores áreas internas denominadas como "Organización y
    Métodos" y "Re-ingeniería" y redefinirla como de
    "Desarrollo Organizacional" o algo parecido. Pero existe una
    enorme dificultad para ello. Recuerdo que cuando me inicié
    en la empresa petrolera ESSO (ahora EXXON) pertenecí a un
    departamento de O. y M. donde cada uno de los jóvenes
    profesionales (por allí en el año 1965)
    trabajábamos con alguien próximo a jubilarse que
    había ocupado las más altas posiciones de
    línea, en mi caso particular con el Director de la
    Refinería quien más que un superior era mi Tutor.
    No se cuantos de ustedes han plantado un pequeño
    árbol de menos de un metro de altura en esta vida pero si
    lo han hecho seguramente han adosado a ese pequeño y
    frágil árbol con un palo que le permita mantenerse
    derecho. Parece ser que así como las mejores Universidades
    y Centros de Altos Estudios no dedican demasiadas de sus
    energías a los procesos de aprendizaje, motivación y toma de decisiones para cada
    uno de sus profesionales tampoco las organizaciones cuentan entre
    su personal con
    tutores que puedan acompañar a los jóvenes
    ingresantes para que puedan complementarse las teorías con
    las prácticas organizacionales. Y por más fuertes
    deseos que tengamos en convertir a un manzano en un peral esto no
    resulta fácil de conseguir … los milagros parecen
    no ser una especialidad de los mortales.

    8. Hace unos tres
    meses atrás un muy experimentado capacitador en contenidos
    como motivación, liderazgo,
    PNL, inteligencia
    emocional, ventas, entre
    otros nos ha solicitado "material relacionado con "cambio
    organizacional" puesto que un Cliente le había
    requerido presentar una propuesta para dictar un Taller de Cambio
    Organizacional. Existe una natural visión de muchos
    profesionales a considerar que "contenidos" de Cambio – es
    decir conocimientos de lo que es el Cambio – es suficiente
    para conseguir Implementar Cambios eficientemente. Las personas
    pueden llegar a articular muy bien respecto de un tema y
    contenido pero el proceso de Implementación de Cambios en
    relación con dicha temática es totalmente otra
    actividad.

    9. Encuentros
    informales con distintos profesionales (que se auto-definen como
    consultores) resultan en diálogos donde usualmente nos es
    manifestado que "cada vez tienen más problemas para
    conseguir Clientes" y "que ha mermado mucho el trabajo de
    consultoría". Mi respuesta destaca que existen "Ahora"
    más trabajos de consultoría que nunca; lo que
    sucede es que para llevarlo a cabo necesitamos competencias que
    son "distintas" de las que poseía hasta este momento el
    (supuesto) consultor.

    No seremos tan
    atrevidos como para querer en unas pocas páginas encontrar
    una resolución a tantas preguntas, pero sí vamos a
    realizar el mejor intento para explorar caminos hacia la
    respuesta de ellos o, aun mejor, poder
    re-formular las preguntas de modo que podamos ver el
    fenómeno desde una nueva y más amplia
    perspectiva.

     

    Para ello hemos de
    compartir abiertamente nuestros pensamientos tratando de
    relacionarlos con experiencias y vivencias que puedan sustentar
    nuestras palabras con evidencias y
    hechos en todo lo que nos sea posible. Los detallamos a
    continuación y los hemos de analizar en función de
    sus consecuencias:

     

    1. De modo que a
      veces son Contadores los que "cuentan con una tarjeta de
      Consultor" y otras veces son Lic. en Administración o Ingenieros o alguna
      otra profesión. Ahora bien ¿Cuál cree
      Usted que es la perspectiva de cada uno de estos consultores
      cuando se involucran en un proceso de mejoras y de desarrollo
      organizacional dentro de una empresa? Es muy difícil
      que el Ingeniero experto en Tecnología
      Informática no visualice la falta de éxito en la empresa desde el punto de
      vista de nuevos requerimientos de software /
      hardware y
      los contadores seguramente han de requerir información contable "respecto de algo
      que ya pasó" para hacer algunas pruebas
      respecto de indicadores económicos y financieros.
      El punto que deseamos compartir es que se empieza a definir
      "el problema que vive la empresa o el empresario" teniendo en cuenta principalmente
      la perspectiva bastante rígida del consultor quien por
      supuesto desea hacer valer sus 16 o 17 años
      (sí, años) de estudios formales.

       

       

    2. "Una de las premisas ligadas a la
      profesión de Consultor se basa en que no siempre la
      visión propia e interna de cada uno – tanto a
      nivel individual, grupal u organizacional – puede
      ayudarnos a resolver las situaciones que confrontamos".
      Respecto de este punto las evidencias muestran que la mayor
      parte de los consultores involucrados en los procesos de
      cambio organizacional son profesionales / profesionistas
      diplomados en reconocidas Universidades y Centros de Altos
      Estudios. Un trabajo de campo realizado en el año 1989
      (Eric Gaynor – "Las profesiones de los consultores")
      exhibe que en su mayoría provienen de las Facultades
      de Ciencias Económicas (Contadores, Lic. En Administración y Lic. En Economía) y de la de Ingeniería
      con especialización en el área Industrial,
      Electrónica y Tecnología Informática. Solo ocasionalmente se
      encuentran además algunas otras profesiones aunque en
      menor número (psicólogos clínicos,
      psicólogos sociales / industriales).

       

       

    3. "Es bastante común que
      escuchemos a los consultores en sus intervenciones
      organizacionales comentar respecto del proceso de cambio en
      que están involucrados y referirse también de
      la resistencia al
      cambio de los participantes organizacionales". Resulta
      bastante fascinante que por lo general la resistencia al cambio siempre es adjudicado a
      los "demás" asumiendo que nosotros, como consultores,
      somos totalmente permeables y mostramos una gran
      predisposición para cambiar. Y esto es aún
      más paradójico puesto que la mayor parte de los
      consultores no cambiamos ni nuestros hábitos ni
      costumbres tan fácilmente; leemos a veces durante toda
      una vida usualmente el
      periódico de la misma editorial, somos adeptos o
      fanáticos del mismo club de fútbol o de
      béisbol, votamos por un mismo partido
      ideológico a pesar de que los componentes del mismo
      responden a distintas orientaciones y hasta nuestros
      hábitos alimenticios y de vestir son "protegidos"
      muchas veces como si se trataran de fortalezas inexpugnables.
      Creemos que antes de involucrarse en un proceso de desarrollo
      organizacional es bueno que el consultor dedique algo de
      tiempo "respirando distinto" antes de iniciar el proceso de
      cambio en el Cliente, echando una ojeada a lo que
      sería "nuestra propia resistencia al cambio". Lo que
      en realidad hemos aprendido no es que las personas se
      resisten a cambiar sino que más bien "las personas nos
      resistimos a cambiar cuando no conocemos por anticipado
      algunas de las posibles consecuencias del cambio en
      cuestión". Y aquí, de nuevo, es el consultor
      quien debe mirarse a sí mismo. Hemos encontrado mucha
      evidencia donde no se comunica a la inmensa mayoría de
      los participantes organizacionales respecto del cambio a
      implementarse y en mucha menor medida cuáles han de
      ser las consecuencias resultantes para ellos una vez que el
      cambio está en vigencia. Las interpretaciones que
      podemos hacer respecto de esta conducta
      son múltiples pero no debe escapar a la atención de aquellos consultores que
      deseen mejorar las organizaciones de sus Clientes, que
      manejarse el consultor bajo la percepción de "que el tiene dos ojos y
      buena vista" mientras que los miembros organizacionales en su
      mayoría "se manejan en un área de ceguera"
      puede llegar a resultarle fatal en su proyecto de
      intervención de asesoría.

       

    4. Parece ser que un gran
      número de Consultores desconocen (o tienen solamente
      conocimiento parcial) en gran medida el estado
      de la ciencia
      de las Teorías Organizacionales y que, como resultado
      de dicho desconocimiento (o conocimiento parcial) toman una
      decisión respecto del nuevo escenario organizacional a
      crear basado en un marco conceptual y desconociendo una
      inmensa mayoría de otras concepciones. En un trabajo
      publicado en se hace referencia a unos 60 autores notables
      quienes hacen reales contribuciones para comprender el
      comportamiento de las organizaciones. Un trabajo de campo
      (Eric Gaynor Butterfield: "Congreso de Desarrollo
      Organizacional", Buenos Aires – 1997) muestra que la
      mayor parte de los profesionales internos en empresas y los
      consultores desconocen la inmensa mayoría de
      éstos marcos conceptuales y sus consiguientes posibles
      aplicaciones.

       

    5. Así como muchos
      consultores de empresas prefieren elegir "una" sola teoría organizacional como modelo para
      desarrollar la "organización preferida en el futuro",
      también hemos encontrado evidencia que en su inmensa
      mayoría dichos Consultores se enlistan dentro de la
      selección de "una práctica
      puntual" respecto de cómo introducir mejoras en el
      mundo empresarial y corporativo. El lector interesado en
      obtener información adicional sobre este particular
      puede acudir al trabajo publicado en www.Gestiópolis.com "Desarrollo Organizacional: Un esfuerzo por integrar
      QUE es lo que debemos hacer con COMO debemos hacerlo" donde
      se hace mención a más de 60 (sesenta) "Best
      Practices" que distintos practitioners habían echado
      mano durante sus intervenciones en las empresas. La
      familiaridad de los consultores con solamente alguna de
      éstas "Best Practices" – y por consiguientemente
      el desconocimiento del universo
      total – hacen vulnerable un efectivo ejercicio de la
      profesión de Consultor. Para hacer las cosas
      aún peor, los consultores tienden a seleccionar una
      "Best Practice" en particular – o por lo menos se
      sienten cómodos con ella – en relación a
      Su propia Profesión que ha sido coronada con un
      Diploma Universitario. La conjunción de "una Best
      Practice" junto con "un Diploma Universitario" puede hacer
      aún más estrecha la visión y perspectiva
      del propio consultor.

       

    6. En relación con lo que
      hemos compartido con usted en el punto D. anterior surgen
      algunos interrogantes, siendo una de ellas la siguiente:
      ¿Si un consultor está especializado en una o
      dos "Best Practices" y ellas son utilizadas al momento de
      realizar la intervención de consultoría, como
      es posible esperar mejora organizacional si ésta
      intervención en particular del consultor no toma en
      cuenta las "Best Practices" ya implementadas anteriormente o
      la opción de un sinnúmero de otras "Best
      Practices" que aún no han sido implementadas? Y otra
      pregunta adicional que le formulamos a los consultores:
      ¿Bajo que fundamento decide seleccionar una
      única metodología o "Best Practice" en
      particular – incluso aunque haya sido exitosa en otra
      situación – si también existen muchas
      evidencias exitosas incluso dentro del mismo sector
      industrial del Cliente, de "otra" best practice? Y una
      pregunta final basado en que ya conocemos que el
      aprendizaje tanto a nivel individual como grupal y
      organizacional es "acumulativo": ¿Qué
      esfuerzos, energía, tiempo y recursos dedican
      usualmente los consultores en relacionar la "elección"
      de una práctica en particular teniendo en cuenta el
      impacto del tiempo (hacia atrás) y también
      hacia el arreglo organizacional preferido (hacia
      delante)?

       

    7. Prestar consideración al
      cambio es importante y aún lo es más prestar
      consideración a la tasa de cambio. En otras
      oportunidades hemos hecho referencia a las "3 T" y aún
      no notamos que la inmensa mayoría de los Consultores
      hayan incorporado en el desarrollo de su profesión una
      distinción clara entre ellas, en especial en el
      desarrollo de su propia intervención de
      consultoría. Los cambios dentro de la tradición
      son menores a los cambios transicionales y éstos
      últimos no guardan ningún tipo de
      relación con los cambios transformacionales. Y para
      poder lidiar con los cambios transformacionales resulta
      indispensable conocer – y por supuesto después
      estar en condiciones de aplicar efectivamente – el
      estado de las Ciencias del Comportamiento. Es sumamente
      desafortunado que un gran número de prestigiosas
      Universidades dentro de las comunidades y países
      latinoamericanos no haya alcanzado el nivel de Universidades
      en otros países respecto de las teorías, las
      prácticas, la investigación y los
      valores / ética
      relacionados con las Ciencias del Comportamiento. La pregunta
      que aquí nos formulamos es la siguiente:
      ¿Cómo no van a visualizar dificultades y
      problemas los profesionales, ejecutivos y directivos
      interesados en los procesos de cambio, si no cuentan con el
      arsenal de conocimientos que se vinculan con el
      "comportamiento de las personas"? Al final de cuentas,
      cuando un consultor "elige" una best practice en particular
      como "Calidad
      Total", "Re-ingeniería", CRM o SCM
      ¿la ha de implementar "sin personas"? O acaso los
      participantes organizacionales afectados no son personas, los
      Clientes no son personas, los proveedores no son personas, y los propios
      implementadores de muchas de éstas tecnologías,
      software y metodologías … tampoco lo son! A
      pesar de los muy buenos intentos en materia de
      robótica, automatización y cibernética aún no contamos
      (¡ gracias a Dios !) con metodologías de
      implementación de cambio 100 por ciento
      auto-generadas, auto-administradas o
      auto-implementadas.

    8. Creemos que es oportuno echar
      un vistazo respecto de cómo funcionan las "grandes
      empresas consultoras que operan a nivel corporativo". Y dentro
      de ellas observar el comportamiento de su equipo de
      profesionales y consultores que usualmente han sido
      seleccionados como consecuencia de sus altas calificaciones en
      la Universidad. Una enorme mayoría –
      prácticamente más del 97 % – de los consultores
      que trabajan dentro de grandes firmas consultoras corporativas
      son profesionales Diplomados en Universidades que se han
      graduado en diversas áreas. Muchos de ellos son
      ingenieros en sus distintas especialidades, otros son
      contadores públicos y licenciados en
      administración, también hay especialistas en
      informática, y ocasionalmente nos encontramos
      también con otros profesionales con diversas
      especializaciones como ya hemos mencionado anteriormente. Estas
      personas que se han auto-definido como consultores o en otras
      ocasiones son las empresas las que lo han hecho por ellos
      – especialmente cuando son empleados en firmas
      Consultoras "grandes" en cuanto a su dispersión
      institucional, número de Clientes y facturación y
      número de personal empleado – en realidad realizan
      un trabajo dentro de las empresas "que podría haber sido
      realizado por profesionales de la misma organización y
      que encuentran su paga a fin de cada mes como parte de la
      planilla". De modo que la distinción de consultor NO es
      clara de ninguna manera. Si alguien quiere echar algo
      más de luz a
      ésta perspectiva no debe dejar de tener en cuenta el
      trabajo de Edgar Schein ("Organization Development: Process
      Consultation"; Addison & Wesley – 1968) donde hace
      referencia a tres formas principales que toma el trabajo de
      consultoría: el de "compra", el método
      "médico-paciente", y el de consultoría de
      procesos. Eric Gaynor sugiere ("Formas de realizar los trabajos
      de consultoría": Michigan State University – 1975)
      hace referencia a tres distinciones particulares y adicionales
      que se presentan dentro del mundo corporativo y empresarial
      dentro de las culturas latinoamericanas. Bajo estas nuevas
      perspectivas (Edgar Schein y Eric Gaynor) un especialista en
      implementar un ERP bajo
      J.D. Edwards o SAP o que
      eventualmente participa en una intervención para poner
      en práctica un CRM o SCM no es necesariamente un
      consultor, puesto que ese mismo trabajo pudo haber sido
      realizado a través de una contratación directa
      del profesional (auto-definido como consultor o definido por la
      consultora en la cual es empleado) y su diferencia con los
      "demás" no se hubiera ni siquiera notado ya que hubiera
      sido remunerado el mismo día en que lo son los
      demás miembros organizacionales, usualmente a fin de
      mes. La contratación "de un consultor" o "de una firma
      consultora" en este sentido no se diferencia en mayor medida
      que de la contratación mercerizada de otros servicios,
      como por ejemplo son los de Seguridad, Transporte y
      Vigilancia. El punto que queremos compartir con usted, estimado
      (a) lector (a), es que NO daríamos el nombre de
      consultor a alguien que nos viene a ayudar a nuestra casa a
      instalar una computadora
      con diversos software y que, de tanto en tanto, nos realiza
      modificaciones instalando otros software. Pero SÍ damos
      el nombre de consultor a esa misma persona que viene a nuestra
      empresa a instalar un nuevo hardware con un nuevo software que
      debe ser adoptado por los distintos participantes
      organizacionales. En el primer caso, a la persona que viene a
      nuestra casa para asistirnos a "hacer las cosas distinto con
      una nueva herramienta tecnológica y
      metodológica", usualmente nos referimos a dicha persona
      como que "vino un chico …" mientras que aquellos que
      hacen algo similar "nos referimos a ellos como consultores".
      Nosotros pensamos que es bastante probable que "el chico" no
      sea tan chico y que "el consultor" no sea tan
      consultor.
    9. Los muy frecuentes fracasos de
      intervenciones tradicionales de consultoría son debidos
      en gran medida a la conjunción de muchos de los factores
      arriba mencionados. Pero existe un factor adicional que se
      relaciona con el "arreglo organizacional prevaleciente" dentro
      del mundo corporativo, organizacional y empresarial en Latinoamérica.

    No existe alguna
    duda que la intervención del consultor no se realiza en
    un vacío sino que es más bien sujeta a una
    acción directa dentro de una
    organización. Y aquí es donde debemos detenernos
    por un rato. Trabajos de campo donde se consulta sobre las
    distintas tipologías organizacionales prevalecientes
    reciben respuestas "limitadas" – por decir lo menos
    – respecto de los consultores. Desconocen una inmensa
    mayoría de las "Best Theories" y también de las
    "Best Practices" como se ha hecho mención en los puntos
    C. y D. anteriores, las Best Practices "limitadas" en las
    cuales se especializan no tienen una duración muy larga,
    y aquellos marcos conceptuales "conocidos o escuchados" durante
    los estudios conducentes a sus Diplomados en muy buenas
    Universidades, no siempre les ayuda a identificar las variables o
    dimensiones principales de cada marco
    teórico o conceptual de más de 50 notables
    expertos en comportamiento
    organizacional y menos aún las hipótesis básicas correspondiente
    a los distintos arreglos organizacionales. Si los
    médicos graduados ignoraron el desarrollo de la Ciencia
    de la Medicina y los aportes de los más notables
    expertos sus "intervenciones" en los pacientes podrían
    asimilarse a lo que les sucede a muchas organizaciones cuando
    ingresan los consultores o las firmas de
    consultoría.

     

    I. Dediquemos
    ahora algo de tiempo para analizar y eventualmente poder
    describir la organización que ha de estar sujeta a
    análisis de parte del consultor, y como se enmarca la
    misma dentro de alguna tipología o taxonomía
    organizacional.

    La mayor parte de
    los directivos, ejecutivos, profesionales y consultores
    vinculados con el mundo corporativo y empresarial hacen
    referencia a una empresa ubicándola dentro de alguna
    categoría en particular. Los diversos trabajos de campo
    (Eric Gaynor Butterfield: "Congreso de Desarrollo
    Organizacional"; Trelew – 1997) muestran resultados
    variados. La percepción de los directivos es la de que su
    empresa ha adoptado una forma que se aleja del modelo
    jerárquico vertical, mientras que un gran número
    del personal percibe que es una organización piramidal con
    una orientación altamente burocrática (aunque
    realmente no conocen exactamente las dos dimensiones que
    están implícitas dentro de la Teoría de la
    Burocracia
    desarrollada por Max Weber
    – 1947). Pero sigamos adelante asumiendo que "están
    en lo correcto en cuanto a la definición de su propia
    organización".

    Las organizaciones
    dentro de los países más desarrollados han aceptado
    desde hace muchos años que la organización
    piramidal y burocrática presenta muchas consecuencias
    disfuncionales (ver Alvin Gouldner; Philip Selznick; James March
    & Herbert Simon en "Organizations"; Wiley and Sons –
    1958) que atentan tanto contra su existencia como con su
    crecimiento, y pusieron en práctica nuevos arreglos
    organizacionales. Los trabajos de James D. Thompson –
    (1967); Tom Burns (1961); Tom Burns and Stalker (1967); Paul
    Lawrence & Jay Lorsch (1968) asestaron prácticamente
    un golpe mortal a la organización piramidal y
    tambièn a la burocrática y los intentos
    prácticos fueron iluminados por la enorme
    contribución de Robert Blake
    & Jane Mouton
    (1959) al desarrollar un nuevo arreglo organizacional concebido
    como la "organización matricial". Pero este nuevo arreglo
    organizacional – de características superiores a las
    prevalecientes – asesta a su vez un severo golpe a los
    propios participantes organizacionales de la empresa; ninguno de
    ellos ha de volver a reportar a un solo superior y no es tarea
    fácil reportar a dos en el trabajo cuando eso va incluso
    contra el pasaje bíblico (de un solo Dios). Y es
    aquí donde el dilema de la transformación
    organizacional – por favor tener en cuenta que estamos
    hablando de transformación organizacional y no
    transición organizacional – se traslada a la
    transformación individual que resulta indispensable. Pero
    las personas no nos transformamos muy rápidamente; incluso
    cambios menores como es el caso de algunas habilidades, destrezas
    y conocimientos pueden llevar muchos años (un Diploma
    Universitario lleva unos 16 años aproximadamente). De modo
    que los consultores que deben lidiar con personas como miembros
    organizacionales, como Clientes, como proveedores, como
    banqueros, como accionistas, entre otros deben contar
    necesariamente con las competencias que se requieren para
    vincularse con los individuos y seres humanos, y ellas son
    conocidas como las Ciencias del Comportamiento … de lo
    cual la mayoría de ellos sabe – desafortunadamente
    – muy poco.

    J. En
    múltiples intervenciones dentro de comunidades
    latinoamericanas no hemos tenido mucha evidencia de arreglos
    organizacionales post-matriciales. Los lectores, a estas alturas,
    seguramente han de preguntarse cuál es el arreglo
    organizacional prevaleciente ya que muchos de ellos no "perciben"
    que se esté operando bajo el esquema piramidal o
    burocrático, pensando y sugiriendo que YA se está
    en camino de un modelo "superior". Aquí es donde nuestra
    sugerencia a éstos lectores radica en que traten de
    observar en qué medida aún pueda llegar a existir y
    prevalecer un tipo de "organización nepótica" donde
    los lazos de consanguinidad y sociales son privilegiados. No hace
    falta afirmar que una organización de tipo nepótica
    es incluso "anterior" a la organización piramidal o a la
    burocrática puesto que data de varios siglos atrás.
    Esta perspectiva de "ineficiencia organizacional" se ve incluso
    efectivizada por una práctica que ha imperado a partir de
    la "globalización financiera"; es conocido el
    lema que reza "se piensa globalmente y se actúa
    localmente" con lo cual queda muy clara que la estrategia,
    visión y misión
    organizacional es diseñada desde afuera y le queda a la
    organización local ajustarse a procedimientos y
    prácticas sumamente puntuales y acotadas.

     

     

    K. La pregunta que
    surge a estas alturas también nos ha sido formulada con
    frecuencia por muchos consultores en relación a que si es
    posible implementar lo que se conoce dentro de la disciplina y
    Profesión de Desarrollo Organizacional. Nadie ha dado
    mejor respuesta a ésta pregunta que la que le he escuchado
    al propio presidente de nuestro Instituto, el Dr. Donald W. Cole,
    en su calidad de Presidente de The Organization Development
    Institute en la actualidad y su Fundador en el año 1968.
    La respuesta es iniciada como consecuencia de una pregunta a la
    misma persona que la realiza: ¿Cuándo es que en su
    país se llevó a cabo la Revolución
    Industrial? El hecho es que recién después de 60
    años de la Revolución
    Industrial en los Estados Unidos de
    Norteamérica se edita el primer libro de
    Management que tiene que ver con cómo gerenciar una
    organización y se le exige a una muy prestigiosa
    Universidad – Harvard University – que le dé
    algo más que contenidos a sus alumnos puesto que sino no
    les habrían de ser de utilidad al mundo organizativo y
    empresarial, con lo que nace el famoso "método de casos".
    Lleva algunos 20 años adicionales aprender que el
    método de casos "no es suficiente" y surge el "role
    playing" y otro conjunto de técnicas de aprendizaje
    práctico para finalmente con la explosión de la
    organización matricial y sus consecuencias sobre los
    participantes organizacionales, da a luz una nueva disciplina
    basada en las Ciencias del Comportamiento que se constituye en la
    Profesión de Desarrollo Organizacional. Esto ha llevado
    unos 150 años y todavía estamos aprendiendo todos
    aquellos que participamos en The Organization Development
    Institute gracias a que dentro de nuestros miembros encontramos
    no solamente practitioners, directivos y consultores sino
    también académicos e investigadores que nos ayudan
    a cuestionar los distintos marcos conceptuales y las mejores best
    practices sobre el pilar fundamental constituido por las
    "Ciencias del Comportamiento".

    Pero a tantas
    noticias que
    aparecen como desalentadoras – y por favor no vaya usted
    tampoco a obviar que los Diplomas Universitarios ya tienen una
    fecha de vencimiento que es del orden de los 5 años con lo
    cual guardan algún tipo de similitud con las comidas
    perecederas – somos sumamente afortunados puesto que
    podemos desarrollar la Profesión de Desarrollo
    Organizacional o la Profesión de Consultor o la
    Profesión de Consultor en Desarrollo Organizacional, como
    consecuencia de lo que es el estado de las Ciencias del
    Comportamiento y lo mucho que de ella puede aplicarse para
    introducir mejoras y cambios en las organizaciones. Soy bastante
    consciente de que mis propios estudios de Doctorado terminados en
    el año 1975 que me ha permitido ser seleccionado por
    "Tufts University" para difundir Desarrollo Organizacional en
    calidad de pionero en Latinoamérica, están
    totalmente depreciados y obsoletos. Actualizarlos, combinarlos
    con otras teorías y prácticas, adoptar perspectivas
    distintivas, y más importante aún "aprender de los
    propios Clientes que me han pagado honorarios por mis servicios
    de consultoría" son tareas que emprendo diariamente en la
    paradójica realidad de "tener que cuestionar todo lo que
    he archivado el día anterior como algo inequívoco".
    Pero tratar en forma equívoca (en el día de hoy) lo
    que el día de ayer como consultor he archivado
    inequívocamente, no es tarea sencilla …

    Queremos
    además compartir con Usted y con todos aquellos
    interesados una muy buena noticia respecto de que la
    Consultoría sea una profesión. Desde hace
    más de 20 años The Organization Development
    Institute viene trabajando duramente desplegando sus mayores y
    mejores energías y recursos para contar con las
    Competencias que son necesarias para el ejercicio de la
    Profesión de Consultor o Profesión de Desarrollo
    Organizacional. Y una noticia aún mejor: dichas
    competencias ya han sido discriminadas para cada una de las
    distintas fases de una intervención de
    consultoría.

    Si usted, como
    consultor o interesado en la profesión de
    consultoría quiere aún aferrarse solamente a su
    Diploma Universitario es posible que se encuentre entre las
    personas que nos han hecho las preguntas a que hemos hecho
    mención en la primera parte de este material. Si
    está en condiciones de re-conceptualizar su
    Profesión (ver propuestas de Edgar Schein y Eric Gaynor
    como modelos
    alternativos), consolidarse en el
    conocimiento y la aplicación de las Ciencias del
    Comportamiento, percibe la necesidad de entrenarse para cambios
    transformacionales en lugar de transicionales, desarrolla y
    ejercita las Competencias para la Profesión de Desarrollo
    Organizacional a que hemos hecho mención más arriba
    y finalmente tiene en cuenta una importante sugerencia del Dr.
    Terry Armstrong en el Newsletter mencionado donde destaca que el
    propio Consultor, el propio profesional en Desarrollo
    organizacional ES la intervención, entonces tiene todo un
    mundo de importantes contribuciones por delante que lo han de
    beneficiar a Usted y definitivamente también a los
    Clientes.

    Muchos Clientes
    – quienes nos pagan honorarios profesionales y
    además nos permiten aprender en la acción – ya han
    sido "lastimados en demasía" por el hecho de que los
    Consultores no hayamos tenido en cuenta lo que hoy en día
    se sabe en las Ciencias del Comportamiento.

    Muchas gracias por
    compartir.

     

    Eric Gaynor
    Butterfield
    – Presidente

    The Organization
    Development Institute International, Latinamerica

    (also Board member
    of The Organization Development Institute –
    Worldwide)

    www.theodinstitute.org

     

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