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La educación de nuestros jóvenes




Enviado por ADRIANA SOSA



    1. Marco
      teórico
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía

    FUNDAMENTACIÓN

    Actualmente nos encontramos con una nueva realidad
    escolar, debido a factores que han ido cambiando como la
    motivación, la disciplina y
    el clima del
    aula.

    También han aparecidos nuevos aspectos como la
    mayor diversidad y heterogeneidad del alumnado, el
    desinterés por el estudio y el facilismo con que consiguen
    las cosas.

    Esta situación me llevó a mi a un
    replanteamiento en mi acción
    como docente dirigida a mis alumnos en el que se contemplen todos
    los niveles de avance en el aprendizaje,
    procurando un modo diferente de trabajo para
    afrontar esta nueva problemática y darle
    solución.

    La falta de motivación
    en los alumnos de séptimo grado y el desinterés por
    el generalizado tanto de ellos como de sus familiares son
    variables que
    en la actualidad funcionan como una constante en mi escuela.

    La adolescencia
    no se caracteriza por ser una etapa sencilla. Es un momento de
    cambios en el que los niños
    deben adaptarse, tanto a las transformaciones en su cuerpo como a
    las capacidades intelectuales
    y cognitivas: a esto se suma la actual crisis de
    valores en
    medio de la que viven.

    "El saber transmitido en la escuela no
    tiene que comprimir esa fuerza
    desordenada y generativa que mueve a los adolescentes".

    Emilio Tenti Fanfani

    MARCO TEÓRICO

    La adolescencia es un periodo evolutivo en el que la
    persona pasa
    por continuos cambios como tránsito hacia la vida adulta.
    El adolescente no sólo trae consigo profundos cambios en
    la propia imagen y en la
    forma de interactuar con las demás personas, sino que
    supone además el acceso a nuevas formas de pensamiento,
    que hasta entonces resultaban del todo o en gran medidas
    inaccesibles.

    Los adolescentes logran establecer con su entorno no
    sólo un nuevo tipo de relaciones afectivas sino
    también nuevas formas de relaciones intelectuales, una
    comprensión distinta de los fenómenos
    físicos o sociales y una mayor autonomía y rigor en
    su razonamiento.

    Este nuevo modo de pensar surgido en la adolescencia
    recibe el nombre de pensamiento formal, que caracteriza al
    estudio de las operaciones
    formales.

    Piaget fue el primero en señalar que el cambio en el
    desarrollo
    cognitivo del adolescente era un salto cualitativo en la naturaleza de
    la capacidad mental y no tan sólo un incremento de la
    capacidad cognitiva.

    Analizaré los términos adolescencia y
    aprendizaje
    para lograr una relación sobre el pensamiento formal de
    nuestro sujeto de aprendizaje dentro de la escuela.

    Durante muchos años se consideró que el
    aprendizaje era sinónimo de cambio de conducta esto
    ocurría porque prevalecía una teoría
    conductista de la tarea educativa; sin embargo, se puede afirmar
    con certeza que el aprendizaje del individuo va
    más allá de un simple cambio de conducta, conduce a
    un cambio significativo de su experiencia.

    La experiencia no solo implica pensamiento, sino
    también afectividad y solamente cuando se consideran en
    conjunto se capacita al alumno para enriquecer el significado de
    su experiencia.

    Según Ausubel el
    aprendizaje del alumno depende de la estructura
    cognitiva previa que se relaciona con la nueva información, debemos entender por
    "estructura cognitiva", al conjunto de conceptos, ideas que una
    posee en un determinado campo del conocimiento,
    así como su organización.

    En el proceso de
    orientación del aprendizaje, es muy importante conocer la
    estructura cognitiva del alumno; no sólo se trata de saber
    la cantidad de conocimientos que posee, sino cuales son los
    conceptos y proposiciones que maneja así como su grado de
    estabilidad.

    Los principios de
    aprendizaje ofrecen el marco para el diseño
    de herramientas
    meta-cognitivas que permiten conocer la
    organización de la estructura cognitiva del alumno, lo
    cual permitirá una mejor orientación de la tarea
    docente, esto permitirá que el aprendizaje no comience
    desde cero sino que parta desde sus experiencias y conocimientos
    previos que puedan ser aprovechados para lograr un rendimiento
    más beneficioso para él. "El factor más
    importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya
    sabe. Averígüese esto y enséñese
    consecuentemente"

    Hablar de aprendizaje
    significativo va equivaler, ante todo, a poner de relieve el
    proceso de construcción de significados como elemento
    central del proceso de enseñanza / aprendizaje. El alumno aprende
    un concepto, cuando
    es capaz de atribuirle un significado. Por tal motivo el alumno
    puede aprender también estos contenidos sin atribuirles
    significado alguno; es lo que sucede cuando los aprende de una
    forma puramente memorística y es capaz de repetirlos o de
    utilizarlos mecánicamente sin entender en absoluto lo que
    está diciendo o lo que está haciendo.

    Por consiguiente construyen significados cada vez que
    son capaces de establecer relaciones sustanciales y no
    arbitrarias entre lo que aprenden y lo que ya conocen. Por
    relación sustancial y no arbitraria se debe entender que
    las ideas se relacionan con algún aspecto existente
    específicamente relevante de la estructura cognoscitiva
    del alumno, como algún elemento ya significativo que le
    permita relacionarlo con el nuevo material presentado.

    Esto se podrá llevar a cabo si el alumno tiene en
    su estructura cognitiva conceptos estables y definidos con los
    cuales pueda interactuar la nueva información.

    Según Piaget,
    podríamos decir que se construyen significados integrando
    o asimilando el nuevo material de aprendizaje a los esquemas que
    ya poseen de comprensión de la realidad. Lo que presta un
    significado al material de aprendizaje es precisamente su
    asimilación, su inserción, en estos esquemas
    previos. En un caso límite, lo que no pueden asimilar a
    ningún esquema previo carece totalmente de significado
    para ellos. La vida cotidiana nos dice que podemos estar en
    contacto con diversas situaciones que no existen
    prácticamente para nosotros, que no significan nada, hasta
    que, por la razón que sea, se insertan en nuestros
    esquemas de actuación o de conocimiento adquiriendo de
    golpe un significado hasta ese momento desconocido.

    Por consiguiente la construcción de significados
    implica igualmente una acomodación, una
    diversificación, un enriquecimiento, una mayor
    interconexión de los esquemas previos. Al relacionar lo
    que ya saben con lo que están aprendiendo, los esquemas de
    acción y de conocimiento se modifican y, al modificarse,
    adquieren un gran potencial de aprendizaje que perdura para
    futuros significados.

    A tal propuesta Ausubel dice que el alumno está
    dispuesto a este tipo de aprendizaje ya que este eleva su
    autoestima,
    potencia su
    beneficio personal y al ver
    el resultado del aprendizaje se ve más motivado para
    seguir aprendiendo, "La esencia del aprendizaje significativo
    reside en que las ideas expresadas de modo no arbitrario sino
    sustancial con lo que el alumno ya sabe. La estructura cognitiva
    de cada sujeto manifiesta una organización
    jerárquica y lógica
    en la que cada concepto ocupa un lugar en función de
    su nivel de abstracción, de generalidad y capacidad de
    incluir otros conceptos"

    En consecuencia es de vital importancia que el nuevo
    material de aprendizaje sea potencialmente significativo para el
    alumno, porque si éste no es susceptible de dar lugar a la
    construcción de significados no se podrá llegar a
    la construcción de éstos.

    Las nuevas ideas o informaciones pueden ser aprendidas y
    retenidas en la medida en que los conceptos se encuentren claros
    y disponibles en la estructura cognitiva del alumno y sirvan de
    esa forma de anclaje a las nuevas ideas y conceptos.

    Cuando estas nuevas informaciones adquieren significado
    para el alumno a través de la interacción con conceptos existentes,
    siendo por estos asimiladas y contribuyendo a su
    diferenciación, elaboración y estabilidad, el
    aprendizaje se dice significativo.

    El aprendizaje en el cual el nuevo conocimiento es
    almacenado en la estructura cognitiva de modo arbitrario y lineal
    es conocido como aprendizaje memorístico, repetitivo o
    mecánico. Carece de todo significado para la persona que
    aprende.

    Al establecer esta distinción se está
    señalando que el aprendizaje de estructuras de
    conocimientos compleja implica una comprensión de las
    mismas, y que esa comprensión no puede alcanzarse por
    procedimientos
    meramente asociativos o memorísticos.

    Por lo tanto, al aplicarse el aprendizaje significativo
    debe cumplir dos condiciones, una intrínseca al propio
    contenido de aprendizaje y la otra relativa al alumno particular
    que va a aprenderlo.

    La primera condición es que el contenido posea
    una cierta estructura interna, una cierta lógica
    intrínseca, un significado en sí mismo.
    Difícilmente el alumno podrá construir significados
    si el contenido de aprendizaje es vago, está poco
    estructurado o es arbitrario; es decir, si no es potencialmente
    significativo desde el punto de vista lógico.

    Obviamente, esta potencial significatividad
    lógica, no depende sólo de la estructura interna
    del contenido, sino también de la manera como éste
    se le presenta al alumno. Pero no basta con que el contenido
    posea significatividad lógica. Se requiere todavía
    una segunda condición: para que un alumno determinado
    construya significados con este contenido es necesario que pueda
    relacionarlo de forma no arbitraria con la que ya conoce, por eso
    el contenido debe ser potencialmente significativo desde el punto
    de vista psicológico.

    Esta potencial significatividad psicológica del
    material de aprendizaje será el factor decisivo en el
    momento de afrontar la adquisición de nuevos
    conocimientos. Esta significatividad psicológica del
    material de aprendizaje explica, por otra parte, la importancia
    acordada por Ausubel y sus colaboradores al conocimiento previo
    del alumno como el factor decisivo en el momento de afrontar la
    adquisición de nuevos conocimientos.

    La potencial significatividad lógica y
    psicológica del contenido de aprendizaje, son dos
    condiciones necesarias pero no suficientes para que el alumno
    construya significados. Es necesario, también que
    éste tenga una actitud
    favorable para aprender significativamente. Esta actitud hacia el
    aprendizaje significativo hace referencia a una intencionalidad
    del alumno para relacionar el nuevo material de aprendizaje con
    lo que ya conoce, con los conocimientos adquiridos previamente y
    los significados ya construidos.

    Cuando la intencionalidad es escasa, el alumno se
    limitará probablemente a memorizar lo aprendido de una
    forma un tanto mecánica y repetitiva; por el contrario,
    cuando la intencionalidad es elevada, el alumno
    establecerá múltiples y variadas relaciones entre
    lo nuevo y lo que ya conoce. El que un alumno se sitúe en
    uno u otro lugar va a depender de su motivación para aprender significativamente
    y de la habilidad del docente para despertar e incrementar esta
    motivación. La intervención del maestro en este
    sentido es un factor determinante, pues la memorización
    mecánica y repetitiva de lo aprendido suele
    aparecer en principio como un procedimiento
    mucho más cómodo para el alumno que la
    construcción de significados mediante la búsqueda y
    el establecimiento de relaciones sustantivas entre lo nuevo y lo
    que ya conoce y así poder
    establecer nuevas relaciones.

    Ausubel va a distinguir tres tipos de aprendizaje
    significativo: de representaciones, conceptos y de
    proposiciones.
    El aprendizaje por representaciones es el más elemental
    del cual dependen los demás tipos de aprendizaje. Consiste
    en la atribución de significados a determinados símbolos. "Ocurre cuando se igualan en
    significado símbolos arbitrarios con sus referentes
    (objetos, eventos,
    conceptos) y significan para el alumno cualquier significado al
    que sus referentes aludan" Este tipo de aprendizaje se presenta
    generalmente en los niños.
    Si nos referimos al aprendizaje de conceptos se definen como
    "objetos, eventos, situaciones o propiedades de que posee
    atributos de criterios comunes y que se designan mediante
    algún símbolo o signos"
    partiendo de ello podemos afirmar que en cierta forma
    también es un aprendizaje de representaciones.
    Los conceptos son adquiridos a través de dos procesos.
    Formación y asimilación. En la formación de
    conceptos, los atributos de criterio del concepto es decir las
    características se adquieren a través de la
    experiencia directa, en sucesivas etapas de formulación y
    prueba de hipótesis.

    Este aprendizaje por asimilación se produce a
    medida que el niño amplía su vocabulario, pues los
    atributos de criterio de los conceptos se pueden definir usando
    las combinaciones disponibles en la estructura cognitiva.
    Y por último el aprendizaje por proposiciones va
    más allá de la simple asimilación de lo que
    representan las palabras, combinadas o aisladas, puesto que exige
    captar el significado de las ideas expresadas en forma de
    proposiciones.
    Este aprendizaje implica la combinación y relación
    de varias palabras cada una de las cuales constituye un referente
    unitario, luego estas se combinan de tal forma que la idea
    resultante es más que la simple suma de los significados
    de las palabras componentes individuales, produciendo un nuevo
    significado que es asimilado a la estructura
    cognoscitiva.

    Es decir, que una proposición potencialmente
    significativa, expresada verbalmente, como una declaración
    que posee significado denotativo (las características
    evocadas al oír los conceptos) y connotativo (la carga
    emotiva, actitudinal e ideosincrática provocada por los
    conceptos) de los conceptos involucrados, interactúa con
    las ideas relevantes ya establecidas en la estructura
    cognoscitiva y, de esa interacción, surgen los
    significados de la nueva proposición.

    Al llegar a este punto, es inevitable interrogarme sobre
    el origen de la intencionalidad con la que los alumnos
    adolescentes abordan las actividades de aprendizaje para ello
    caracterizaré lo que es la adolescencia y como influye en
    su desempeño escolar.

    Para Arminda Aberastury. entrar en el mundo de los
    adultos, significa para el adolescente la pérdida
    definitiva de su condición de niño.

    Los cambios psicológicos que se producen en este
    período junto a los cambios corporales, llevan a una nueva
    relación con los padres y con el mundo. Ello sólo
    es posible si se elabora lenta y dolorosamente el duelo por el
    cuerpo de niño, por la identidad
    infantil y por la relación con los padres de la infancia.

    Cuando el adolescente se incluye en el mundo con este
    cuerpo ya maduro, la imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado,
    también su identidad y necesita entonces adquirir una
    ideología que le permita su
    adaptación al mundo y / o su acción sobre él
    para cambiarlo.

    Es un período de contradicciones, confuso,
    doloroso, ambivalente, caracterizado por fricciones con el medio
    familiar y social. Estos cambios, en los que pierde su identidad
    de niño, implican la búsqueda de una nueva
    identidad que se va construyendo en un plano consciente e
    inconsciente.

    En este periodo el adolescente se presenta como varios
    personajes, ante diferentes personas, a veces ante los mismos
    padres, que nos podrían dar de él versiones
    totalmente contradictorias sobre su madurez, su bondad, su
    capacidad, su afectividad, su comportamiento, aspecto físico,
    etc.

    Los cambios producidos en su cuerpo lo obligan al
    desprendimiento de su cuerpo infantil. Los padres tienen que
    desprenderse del hijo niño y evolucionar hacia una
    relación con el hijo adulto, lo que impone muchas
    renuncias de su parte.

     Al mismo tiempo, la
    capacidad y los logros crecientes de su hijo lo obligan a
    enfrentarse con sus propias capacidades y a evaluar sus logros y
    fracasos. "El hijo es el testigo más implacable de lo
    realizado y de lo frustrado".

    " En la adolescencia, una voluntad biológica va
    imponiendo un cambio y el niño y sus padres deben aceptar
    la prueba de realidad de que el cuerpo infantil está
    perdiéndose para siempre ".

    La problemática del adolescente comienza con los
    cambios corporales, y sigue con cambios psicológicos. La
    inserción en el mundo social del adulto con sus
    modificaciones internas y su plan de reformas,
    es lo que va definiendo su personalidad y
    su ideología. Su nuevo plan de vida le exige plantearse el
    problema de los valores
    éticos, intelectuales y afectivos, implica el nacimiento
    de nuevos ideales y la adquisición de la capacidad de
    lucha para conseguirlos.

    Su hostilidad frente a los padres y al mundo en general
    se expresa en su desconfianza, en la idea de no ser comprendido,
    en su rechazo de la realidad, situaciones que pueden ser
    ratificadas o no por la realidad misma.

    Sufre crisis de susceptibilidad y de celos, exige y
    necesita vigilancia y dependencia, pero sin transición
    surge en él un rechazo al contacto con los padres y la
    necesidad de independencia
    y de huir de ellos.

    El problema de la adolescencia debe ser tomado como un
    proceso universal de cambio, de desprendimiento, pero que se
    teñirá con connotaciones externas o
    dificultarán, según las circunstancias.

    Anna Freud dice: " que
    es muy difícil señalar el limite entre lo normal y
    lo patológico en la adolescencia y considera que, en
    realidad, toda la conmoción de este período de la
    vida debe ser estimada como normal, señalando
    además que sería anormal la presencia de un
    equilibrio
    estable durante el proceso adolescente ".

    Si nos basamos en los conceptos de Piaget Donde dice que
    el adolescente atraviesa por desequilibrios e inestabilidad
    extremas. En nuestro medio cultural, nos muestra
    períodos de elección, de ensimismamiento,
    alternando con audacia, timidez, incoordinación, urgencia,
    desinterés o apatía, que se suceden con conflictos
    afectivos, crisis religiosas las que llevan a atravesar periodos
    de ateísmo, cambios sexuales, problemas de
    identidad,tendencias grupales, necesidades de intelectualizar y
    otras.

    Para Arminda Aberastury todo esto es lo que ha
    llamado… un " Síndrome normal de la adolescencia
    ".

    La mayor o menor anormalidad de este síndrome
    normal se deberá, en gran parte a los procesos de
    identificación y de duelo que haya podido realizar el
    adolescente. En la medida en que haya elaborado los duelos, que
    son en última instancia los que llevan a la
    identificación, el adolescente verá su mundo
    interno mejor fortificado y, entonces, esta normal anormalidad
    será menos conflictiva y por lo tanto menos
    perturbadora.

    Tanto las modificaciones corporales incontrolables como
    los imperativos del mundo externo que exigen al adolescente
    nuevas pautas de convivencia, son vividos al principio como una
    invasión.

    Esto lo lleva como defensa a retener muchos de sus
    logros infantiles, aunque también coexiste el placer y el
    afán de alcanzar su nuevo status. También lo
    conduce a un refugio en su mundo interno para poder reconectarse
    con su pasado y desde allí enfrentar el futuro.

    Estos cambios en los que pierde su identidad de
    niño, implican la búsqueda de una nueva identidad
    que se va construyendo en un plano consciente e
    inconsciente.

    En la adolescencia hay una confusión de roles, ya
    que al no poder mantener la dependencia infantil y al no poder
    asumir la independencia adulta, el sujeto sufre un fracaso de
    personificación, y así, el adolescente delega en el
    grupo gran
    parte de sus atributos y en los padres, la mayoría de las
    obligaciones y
    responsabilidades. Recurre a este mecanismo esquizoideo quedando
    su propia personalidad fuera de todo el proceso de
    pensamiento.

    Una característica típica de la
    adolescencia, es la "falta de carácter", surgida de este fracaso de
    personalización, que a su vez lo lleva a confrontaciones
    reverberantes con la realidad y un continuo comprobar y
    experimentar con objetos del mundo real y de la
    fantasía.

    Los mecanismos de negación del duelo y de
    identificación proyectiva con sus coetáneos y con
    sus padres, pasa por períodos de confusión de
    identidad. El pensamiento comienza a funcionar de acuerdo con las
    características grupales, que le permiten una mayor
    estabilidad a través del apoyo y del agrandamiento que
    significa el yo de los demás, con el que el sujeto se
    identifica.

    Esta sería una de las bases del fenómeno
    de las "barras", en donde el adolescente se siente aparentemente
    tan seguro, adoptando
    roles cambiantes y participando de la actuación, responsabilidad y culpas grupales. Estas
    experiencias grupales son trasladadas a su propio proceso de
    pensamiento, en el cual los afectos y los objetos depositarios de
    los mismo son también fragmentados y tratados con
    exclusión de una responsabilidad personal.

    Los padres no quedan al margen de este proceso, ya que
    también tendrán que elaborar la pérdida de
    la relación de sometimiento infantil de sus hijos,
    produciéndose entonces una interacción de un doble
    duelo, que dificulta aún mas este aspecto de la
    adolescencia.

    Se pretende no sólo tener a los padres
    protectores y controladores, sino que periódicamente se
    idealiza la relación con ellos, buscando un suministro
    continuo que en forma imperiosa y urgente debe satisfacer las
    tendencias inmediatas, que aparentemente facilitarían el
    logro de la independencia.

    Dos aspectos del desarrollo adolescente debemos tener en
    cuenta. Ellos son los rasgos afectivo emocionales y los
    cognitivos.

    Es muy frecuente que los adolescentes crean que lo que
    les pasa a ellos es lo único importante.

    Para Piaget el egocentrismo lo define como cierta
    incapacidad para ponerse en el punto de vista del
    otro.

    Dos aspectos, intentan vincular al egocentrismo con el
    comportamiento adolescente: la audiencia imaginaria y la
    fábula personal

    La primera hace referencia a la preocupación de
    los adolescentes por la imagen que los demás poseen de
    él en cambio la fábula personal se refiere a la
    tendencia adolescente a considerar que sus expectativas son
    únicas e incomprensible por los demás.

    Piaget configura la adolescencia como el resultado de la
    relación que se produce entre los cambios cognitivos y
    afectivos.

    Las representaciones del mundo más o menos
    seguras de la niñez se desmoronan.

    Los sistemas de
    normas y
    valores de los adultos aparecen con todas sus contradicciones y
    mentiras.

    Se descubren que las acciones
    humanas tienen significados y explicaciones diferentes y que
    muchas veces hay una diferencia entre lo que dicen y piden que se
    haga; y sus propias actuaciones.

    Si retomamos el pensamiento del adolescente, veremos que
    en esta etapa los aspectos cognitivos también
    cambien

    Sobre este tema se han referido Inhelder y Piaget:
    quienes sostienen que la adolescencia es el período de
    acceso al estadio de las operaciones formales. En este
    período el pensamiento se caracteriza por una serie de
    avances en las estrategias y
    habilidades referidas a la capacidad de razonar, tanto de forma
    inductiva como deductiva, la habilidad para plantear y comprobar
    hipótesis y para
    formular teorías
    y sistemas de creencias por sí mismo.

    Si tomamos en consideración las investigaciones
    realizadas por Inhelder y Piaget sobre el pensamiento
    adolescente, veremos que se desarrollan y consolidan, a partir de
    las operaciones concretas ya presentes es decir las llamadas
    operaciones formales.

    Estas operaciones se caracterizan por formar parte de
    estructuras lógicas más complejas y elaboradas que
    las de las operaciones concretas. Más
    específicamente, son dos las estructuras lógicas
    propias del pensamiento formal. Cuyos rasgos
    característicos funcionales son generales de ese
    pensamiento que representan formas, enfoques o estrategias para
    resolver problemas.

    Para los adolescentes lo real es concebido como un
    subconjunto de lo posible, invirtiéndose el orden de
    relaciones existente en el período concreto de su
    niñez. Ahora, el adolescente, enfrentado a un problema, es
    capaz de tener en cuenta no sólo los datos reales
    presentes, sino también los potenciales o posibles. De
    hecho, gracias al dominio de la
    combinatoria, es capaz de considerar todas las posibilidades que
    existen en cada situación. Imaginemos que le presentamos
    al alumno cualquier situación de aprendizaje escolar o de
    la vida cotidiana en la que un determinado efecto, puede
    producirse por un conjunto de causas o factores.

    El adolescente, a diferencia del alumno de menos edad,
    será capaz de considerar no sólo la relación
    de cada causa con el efecto sino también todas las
    combinaciones posibles entre las causas. El carácter
    proposicional: al razonar no tanto sobre los hechos reales como
    sobre los posibles (una parte de los cuales ha sucedido
    realmente9 el adolescente está trabajando intelectualmente
    no sólo con objetos reales, sino con representaciones
    proposicionales de los objetos.

    El vehículo para esas representaciones suele ser
    el lenguaje,
    que de esta forma desempeña una labor de importancia
    creciente en el pensamiento formal. De hecho, para resolver un
    problema, el adolescente no tendrá en realidad que hacer
    efectivamente todas las acciones posibles, sino que podrá
    sustituir algunas por conclusiones de razonamientos expresados
    verbalmente.

    Inhelder y Piaget identifican ocho esquemas
    operacionales formales que corresponderían a esos
    conceptos y formas de razonamiento. Entre esos esquemas se hallan
    la combinatoria, las proporciones, las compensaciones
    multiplicativas, el equilibrio mecánico o las
    correlaciones. No es difícil darse cuenta de la
    importancia de estos y otros esquemas formales para la correcta
    resolución de muchas tareas escolares. De hecho, puede
    decirse que la mayor parte de los contenidos de la ciencia, ya
    sea natural o social, no pueden entenderse sin un pensamiento que
    posee las características del pensamiento formal. Pero,
    además de establecer estas características
    generales del pensamiento formal, la posición piagetiana
    clásica hace otras afirmaciones de naturaleza general con
    respecto al desarrollo de ese pensamiento formal, que expresa que
    los adolescentes poseen un pensamiento cualitativamente distinto
    del de los niños de menor edad, pero igual en todos sus
    rasgos al pensamiento adulto. De hecho, las operaciones formales
    constituyen el último estudio en el desarrollo
    intelectual.

    El pensamiento formal es uniforme y homogéneo,
    esto es, constituye todo él un sistema de
    conjunto, por el que el adolescente accede de modo
    simultáneo a los diversos esquemas operacionales formales.
    El pensamiento formal, dado su carácter proposicional,
    atiende a la estructura de las relaciones presentes en los
    objetos y no a su contenido.

    De esta forma, no se verá afectado por el
    contenido de las tareas, sino solo por la complejidad de sus
    relaciones lógicas. Así, dos tareas con la misma
    estructura lógica pero distinto contenido tendrán
    siempre la misma dificultad. Obviamente, un modelo con
    estas características y estos supuestos tiene
    implicaciones ya muy claras para la práctica educativa con
    adolescentes.

    Dado que el pensamiento formal es un todo
    homogéneo que transciende los dominios de conocimiento en
    la tarea del docente, sea cual sea su disciplina, debería
    ser, según este planteamiento, la de ayudar a que ese
    pensamiento alcance un desarrollo pleno. Este pensamiento se
    desarrollará de un modo universal y casi espontáneo
    entre los adolescentes. De esta concepción se deriva un
    enfoque educativo que pone el énfasis en la
    adquisición de métodos de
    trabajo y concede escasa importancia a los contenidos escolares
    en sí mismos.

    Describiré las características del
    pensamiento formal en el siguiente cuadro

     

     

     

    INFANCIA

    ADOLESCENCIA

     

     

    I) Lo real y lo posible

    Los niños están limitados a pensar
    sobre lo que es.

    Abordan un problema fijándose

    en la realidad perceptible e incluso inferible,
    que esta delante de él, pero sin abandonar los
    limites de la realidad perceptible.

    Los niños parten de la
    realidad,

    y sólo en raras excepciones utilizan la
    posibilidad como herramienta para solucionar un
    problema.

    La posibilidad se subordina a la
    realidad.

    Los adolescentes pueden pensar

    en hechos que no han ocurrido nunca.

    Pueden partir de la y a través de ella,
    llegar a la realidad como una más de las
    posibilidades.

    Pueden abordar los problemas

    analizando sistemáticamente todas las
    posibles soluciones

    Consideran la realidad como una parte especifica
    del mundo de las posibilidades.

    La realidad se subordina a la

    posibilidad.

     

    II) El pensamiento

    hipotético-deductivo

     

    Ante una tarea experimental

    de verificar hipótesis, los niños
    no contemplan otras alternativas

    que las suyas.

    Muestran, por lo tanto, una inclinación
    hacia la confirmación que les lleva
    inconscientemente a distorsionar los datos para que se
    ajusten a sus teorías.

    Diseñan experimentos al azar, sin comprobar las
    variables.

    Pueden aplicar el método cien -tífico:
    formulan hipótesis, diseñan

    experimentos validos para contrastarlas, y
    refutan lógica –mente sus propias
    hipótesis a

    partir de los resultados.

    Pueden utilizar la combinatoria

    para ser sistemáticos.

    Pueden controlar variables para el diseño
    de experimentos validos.

     

     

    III)El análisis
    interproposicional

     

    Los niños antes de la
    adolescencia

    pueden llegar a analizar lógicamente
    proposiciones de forma aislada; sin embargo, se
    encuentran con la dificultad de conectar
    lógicamente varias proposiciones a la
    vez.

    Se fijan solo en la relación factual
    entre una proposición y la realidad
    empírica a la que esa proposición se
    refiere.

    Es un pensamiento concreto

     

    Pueden razonar sobre las rela- ciones
    lógicas que se establecen

    entre varias proposiciones.

    Pueden razonar de modo que una
    proposición implica lógicamente otra,
    estableciendo así la relación entre un par
    de enunciados.

    Es un pensamiento abstracto.

     

    Las tendencias evolutivas que señalé
    tienen importancia en relación con mí
    análisis inicial del aprendizaje, ya que apuntan a una
    serie de habilidades cuyo aprendizaje debería ser
    promovido en las instituciones
    educativas. Estas habilidades según Carretero y
    Limón son cuatro tipos: habilidades de razonamiento que es
    la capacidad de argumentación, razonamiento inductivo,
    deductivo, analógico; las habilidades de resolución
    de problemas que es la selección
    de información relevante, identificación de
    objetivos,
    planificación y elección de estrategia,
    toma de
    decisiones, evaluación
    de la solución; las estrategias de aprendizaje de técnicas,
    hábitos de estudio y por último las habilidades
    meta – cognitivas como la planificación, evaluación
    y organización.

    El pensamiento es fundamentalmente un proceso cognitivo
    que apunta a la generación de conceptos y estos requieren
    de los recursos del
    lenguaje.

    Todo proceso cognitivo supone la asimilación y
    transformación de información procedente del
    medio ambiente
    que los rodea, así como del propio sujeto y sus emociones.

    Pensar es un proceso en sentido genético, supone
    un tránsito por estadios diferentes en el que se advierte
    cómo la hegemonía de lo sensoperceptivo va siendo
    reemplazada por la del lenguaje.

    Existen vínculos estrechos entre el pensamiento y
    lenguaje ya que cada progreso lingüístico va
    precedido por un progreso intelectual en el mismo
    terreno.

    A partir del momento que el lenguaje aparece influye
    sobre las adquisiciones cognoscitivas, de tal manera que existe
    una interacción entre ambos.

    Por consiguiente el pensamiento formal no es un rasgo
    universal, ni entre alumnos adolescentes ni entre los adultos,
    tampoco se desarrolla espontáneamente, por un simple
    proceso madurativo, sino que las actividades escolares, bien
    organizadas y estructuradas, favorecen el acceso al pensamiento
    formal. La influencia del contenido tiene especial importancia.
    Sin dudas hay una interdependencia entre pensar y saber: saber
    implica pensar en algo. En consiguiente pensamiento y
    conocimiento son aspectos complementarios de las competencias
    intelectuales.

    El pensar es una capacidad compleja que supone un
    conjunto de habilidades como razonar, innovar, resolver problemas
    en base a datos o informaciones. Es imposible pensar sobre
    nada.

    La capacidad adolescente para poder pensar en
    posibilidades, formulando hipótesis y analizando
    lógicamente el contenido le permite plantearse cuestiones
    sobre el mundo social, que hasta entonces le resultaban
    irrelevantes. Aparecen preguntas relativas a la sociedad, la
    política,
    los problemas
    sociales, religiosos, etc.

    El análisis que hace de estas cuestiones lo lleva
    a replantearse moralmente, tanto sus propias conductas como la de
    los demás, llegando a poder elaborar sus propios
    principios morales.

    Este desarrollo moral
    está estrechamente ligado a los aspectos de
    construcción de la
    personalidad del adolescente, sobre todo en lo referente a la
    elaboración y adopción
    de valores.

    La caracterización que Piaget hace del
    pensamiento adolescente no se limita a pruebas de
    investigación científica, si no que
    dice que la estructura lógica que organiza el pensamiento
    se aplica no sólo al conocimiento
    científico sino también a aspectos de la vida
    social y más concretamente al razonamiento
    moral.

    Por consiguiente, la consecuencia final de la
    adolescencia seria un conocimiento de sí mismo como
    entidad biológica del mundo.

    Después de haber analizado los temas aprendizaje
    y adolescencia estableceré que relación existe con
    el desinterés presentado por los alumnos hacia el estudio
    y el papel que cumple la escuela, los docentes, los
    padres, el sistema
    educativo y la sociedad ante esta
    problemática.

    El obstáculo más importante para el
    aprendizaje es la resistencia de
    los adolescentes a aceptar las responsabilidades de la vida
    escolar. Pocos buscan aprender para tener la experiencia
    irrepetible y esencialmente humana de entender, de intuir la
    inteligencia
    del mundo.

    La preocupación central de nuestra sociedad es
    que lo que aprenden los jóvenes les sirva, al instante.
    Pero lo que sirve está, cada vez más, relacionado
    con la vida profesional y económica. Por eso es casi
    inexistente el interés
    por aprender de nuestros alumnos, si nuestra sociedad es la
    primera en desvalorizar lo que se enseña en las escuelas.
    "Después de todo, ¿para qué servirán
    a nuestros jóvenes Platón,
    Cervantes,
    Shakespeare,
    Beethoven o Rembrandt"

    Si decidimos seguir las tendencias de moda en la educación, podemos
    enfrentar el terrible peligro de producir una generación
    de jóvenes desheredados culturales. Se desprestigia
    aceleradamente lo que lo que los padres consideran inútil.
    Es decir inútil para hacer dinero. Por
    eso, tantas veces se considera irrelevante para la vida lo que
    enseña la escuela. Y eso, ¿para qué sirve?,
    se escucha interrogar con frecuencia tanto a padres como a hijos.
    Esa pregunta refleja el preocupante hecho de que, crecientemente,
    se concibe la vida humana como circunscripta a la experiencia
    cotidiana del aquí y el ahora, a la limitada esfera de la
    productividad.

    Más allá de la imposibilidad de determinar
    qué terminará siendo útil para la actividad
    productiva de un individuo, es preciso regresar a la idea de que,
    mediante la educación, la sociedad pretende, sobre todo,
    formar personas lo más completas posibles. Ese
    debería volver a ser el objetivo
    central de la educación.

    Es indudable que la escuela no es una isla, sino que
    esta inserta en esta sociedad y padece y comparte estos problemas
    y a su vez se suman otros internos, que tiene que ver con el
    cambio que intenta emprender hacia un tipo de escuela mucha
    más abierta y comprometida con la realidad social y del
    alumno, pero que no logra despegarse de una escuela con rasgos
    autoritarios y tradicionalistas, al servicio de la
    socialización; con el tipo de
    política educativa que el Estado
    intenta imponer, que no es clara y está encerrada
    detrás de supuestas leyes nobles,
    donde el Estado, se
    muestra ausente e incapaz de lograr cambios necesarios que nos
    hagan salir de esta crisis y como siempre está al servicio
    de las clases acomodadas y al poder mundial. De él mucho
    no podemos esperar. Su política educativa consiste en una
    supuesta mejora de la calidad
    educativa, estableciendo los mismos criterios con los que se
    rige la economía.

    Así hoy nos hablan de optimización de
    recursos, que significa caída del gasto y una muy probable
    jerarquización de las escuelas, de la mano de evaluaciones
    a los alumnos y a los docentes, que reasignarán los magros
    recursos hacia las escuelas que supuestamente hayan obtenido los
    mejores resultados, sin tener en cuenta las dificultades que
    significa establecer un "verdadero" concepto de la Calidad en la
    Educación, en donde se mezclan factores intrínsecos
    y extrínsecos en la realidad educativa y en donde se ponen
    en juego
    elementos de juicio tan humanos como extra-científicos
    tales como valores, principios, formas de vida, configuraciones
    ético-morales, imposibles de ser medidos o evaluados.
    Así la nueva Pedagogía, pretende formular reglas
    generales supuestamente válidas para todo tiempo y lugar,
    sin tener en cuenta los factores anteriormente citados y que
    condicionan la labor escolar.

    Nuestras esperanzas tienen que centrarse en los
    jóvenes, que se constituirán en el fermento
    necesario para el nacimiento de una nueva sociedad.

    La Escuela y sus docentes deberemos ser los rectores y
    referentes morales de los adolescentes, para que a través
    de la coherencia y el ejemplo, nuevamente nos constituyamos en
    paradigmas
    dignos de imitar por ellos, de manera que puedan introyectar los
    valores perdidos de nuestra sociedad, para relanzarlos
    nuevamente, cargados de un nuevo ideario, que permita tal
    reconstrucción, de manera de lograr un país que
    merezca ser vivido.

    CONCLUSIONES

    No hacen falta demasiados estudios ni estadísticas para comprobar que existe una
    relación directa entre el rendimiento escolar y esta etapa
    de desarrollo.

    Es comprensible que en esta época se provoque un
    bache en los estudios que puede durar bastante tiempo. La entrada
    en la adolescencia supone un cambio en su actitud hacia el
    estudio, y es un cambio que se da en todos, en mayor o menor
    medida.

    El estudiante adolescente suele ser un estudiante en
    crisis, porque la etapa que está viviendo es una etapa
    critica y problemática que más que nunca
    debería ser acompañada por sus padres. Estos padres
    de la posmodernidad
    que buscan ser jóvenes el mayor tiempo posible, por lo que
    se alejan de aquella imagen de modelos y a su
    vez empiezan a creer que su función es apoyar la creatividad y
    el saber que puedan aportar en consultas oportuna. Por esto al
    llegar a la adolescencia el sujeto tiene que estar más
    cerca que nunca de sus padres.

    Esto a su vez puede ser contrarrestado por el hecho que
    el adolescente comprende y se acerca a sus padres pero no puede
    hacer mucho por mejorar su realidad, lo que le puede traer en si
    presiones y esta especie de "duelo por la personalidad
    adquirida.

    Dentro este marco social que promueve el individualismo
    y estimula la competencia,
    el trabajo
    grupal es algo que muchas veces resulta subestimado y poco
    comprendido. Sin embargo tenemos que revalorizarlo como
    posibilidad de lograr una comunicación que integre a cada individuo
    como sujeto que participe activamente y para generar focos de
    discusión en el que todos se animen a participar.
    También la clase escolar
    puede contribuirse como grupo en la medida en que exista la
    posibilidad de que docentes y alumnos puedan reconocer la
    presencia de necesidades, así como de las distintas
    acciones y actividades destinadas a satisfacerlas.

    Es difícil enfrentar de forma completa la
    problemática del adolescente, aún cuando me limite
    a aquellas que inciden sobre su educación.

    No es suficiente conque el aprendizaje sea significativo
    para el alumno, deberá ser también el mejor dentro
    de los posibles conocimientos significativos. Esto significa que
    el docente deberá estar contrastando constantemente los
    paradigmas del conocimiento del alumno, con la finalidad de que
    exista un desequilibrio, que traiga consigo una superación
    continua del estudiante. Deberá comparar con frecuencia la
    forma en que él realiza las actividades con los
    conocimientos de punta y actuar en consecuencia.

    Los problemas generados por el desequilibrio deben ser
    discutidos en grupos, tomando
    en cuenta en todo momento, el entorno social. (Vigotsky)

    Actualmente los problemas ya no son debidos a una sola
    persona, ni a una sola área. Por lo tanto los maestros
    deberemos promover el trabajo en grupos y la socialización
    de los estudiantes. El medio ambiente
    influye de manera considerable en la educación de
    éste, se debe motivar para que el alumno se cultive en las
    artes, ciencias,
    cultura y
    deportes. Pero
    sobre todo en tener una buena relación con sus
    semejantes

    Somos los únicos que no podemos bajar los brazos
    y debemos estar convencidos (para convencer al otro) de la
    necesidad de educar, adaptando nuestra práctica, de manera
    de lograr la motivación del alumno; incorporando a los
    nuevos medios, de
    manera de lograr un acercamiento productivo hacia los mismos,
    aprovechando cada situación de la realidad, como una forma
    de relacionar los conocimientos adquiridos y volcarlos hacia la
    misma, de manera de desarrollar el pensamiento formal,
    hipotético deductivo y crítico, para que a
    través del conocimiento del problema, el alumno pueda
    encontrar soluciones a
    esa problemática particular; ser conscientes de la
    realidad crítica
    que se presenta a nivel social y familiar, para de esa manera
    poder orientar nuestra práctica, atendiendo a la
    problemática particular del alumno y la de su
    entorno.

    Educar a través del ejemplo, sin caer en el doble
    discurso, que
    tanto desorienta y desanima a nuestros niños, promoviendo
    su participación en la construcción de su futuro
    que deberán encarar, de la sociedad y favoreciendo el
    establecimiento de los lazos de solidaridad,
    alentando la cooperación y la tolerancia entre
    ellos, no discriminando y no siendo partícipes en la
    diferenciación, que muchas veces la escuela ejerce
    subrepticiamente, a través de pautas, exigencias,
    contenidos, perfiles y modelos de imposición
    absurdos.

    Ser concientes y los principales partícipes, en
    la necesidad de reconstruir una Nación,
    no es tarea sencilla y por supuesto, los obstáculos
    serán muchos. El desánimo y la desazón
    empañarán nuestro trabajo y harán caer
    nuestros brazos. Pero no podemos desanimarnos, porque vamos a
    tener respuestas, la sociedad, a mi entender, está por
    tocar fondo y tarde o temprano se sumará a nuestro
    esfuerzo, aportando el granito de arena, en esta difícil y
    ardua tarea.

    El Estado, se muestra ausente e incapaz de lograr los
    cambios necesarios que nos hagan salir de esta crisis y como
    siempre está al servicio de las clases más
    acomodadas y al poder mundial. De él mucho no podemos
    esperar. Su política educativa consiste en una supuesta
    mejora de la Calidad Educativa, estableciendo los mismos
    criterios con los que se rige la economía.

    En conclusión somos nosotros los únicos
    que podemos empezar a cambiar esto aportando nuestro granito
    desde la escuela, porque ahí es donde debe empezar el
    cambio de nuestra sociedad y de nuestros jóvenes
    adolescentes que tanto lo necesitan.

    Bibliografía

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    Normal. Buenos Aires.
    Piados 1991, 163 páginas

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    LIMÓN M. Y CARRETERO M. Aspectos evolutivos y
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    MARTINEZ ALICIA. Aportes para escribir la tesina. Ficha
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    Intervención Pedagógico Didáctica en Contextos de Pobreza.

    PIAGET JEAN. Seis Estudios de Psicología. Barcelona
    –Buenos Aires – México 1988, 227
    páginas.

     

     

     

    ADRIANA SOSA

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