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Ecuaciones de la física – matemática



    1. Resumen
    2. Desarrollo

      1. Surgimiento de las primeras teorías generales
      2. Importancia y algunas ideas
        fundamentales
      3. Las raíces históricas del
        Análisis
        Armónico
      4. El Problema de la cuerda musical y la teoría de las ondas.
      5. El problema de la propagación del
        calor y
        las series de Fourier
      6. Creación del aparato analítico –
        fenómenos electromagnéticos
      7. Sobre el aparato matemático de la
        mecánica
      8. Breve comentario sobre algunos valiosos
        aportes de una mujer
        sorprendente

    3. Aspectos
      Biográficos
    4. Conclusiones y
      Recomendaciones
    5. Bibliografía

    "Las ecuaciones
    diferenciales se convirtieron y permanecen

    en el corazón de
    las matemáticas".

    Morris Kline

    RESUMEN

    La teoría de las ecuaciones
    diferenciales e integrales es
    con toda seguridad la
    disciplina de
    las matemáticas con una más clara motivación
    aplicada. Tengamos en cuenta que la inmensa mayoría de
    estas ecuaciones deben sus nombres a personalidades
    científicas de la ciencia
    tecnológica aplicada y surgen como modelos
    matemáticos asociados a diferentes fenómenos de la
    Física (movimiento
    vibratorio, difusión del calor, …), Química (procesos de
    reacción-combustión), Biología (estudio de
    especies biológicas), Óptica (procesos de
    difusión de la luz), Estadística (procesos estocásticos),
    Economía
    (optimización del rendimiento), Ingeniería (diseño
    óptimo de vigas) por citar algunos ejemplos de la
    interminable lista. Por todo ello, el estudio de estas ecuaciones
    es muy importante y resulta de indudable interés.

    Siendo ese el propósito del presente trabajo,
    concentraré la labor en abordar con mayor profundidad los
    s. XVIII y XIX vitales para el desarrollo de
    esta singular disciplina, invitándolos a dar un paseo
    científico que espero y deseo sea de su agrado.

    I.NTRODUCCIÓN

    A partir de la segunda mitad del s. XVII con el
    surgimiento del análisis infinitesimal por Newton y
    Leibniz como principales exponentes, se comienza a desarrollar el
    concepto de
    función, de diferencial así como las
    operaciones
    con éstos, surgiendo de esta forma ciertas ecuaciones las
    cuales fueron llamadas diferenciales, sobre las cuales se
    desarrolló toda una teoría para su solución.
    En un comienzo estas ecuaciones modelaban problemas de
    la Mecánica, la Hidromecánica y la
    Astronomía.

    Particularmente en esta rama del análisis
    matemático se revelaba fuertemente la influencia
    determinante de los problemas de las ciencias
    exactas, en primer lugar la Mecánica y la Física Matemática
    y la estrecha interrelación de las investigaciones
    teóricas y prácticas. Sumamente necesario e
    importante resulta destacar el papel de las Ecuaciones en
    Derivadas
    Parciales (EDP) en los problemas de la física
    matemática, las cuales se desarrollaron notablemente en el
    s. XVIII a partir de la Teoría de la Mecánica de
    los Medios
    Continuos, así como la conducción del calor,
    Mecánica de los Fluidos, electromagnetismo, mecánica
    cuántica, la Física Relativista y otras partes
    de la Física. No existe un método
    general de resolver las EDP, pero desde finales del s. XVIII
    varios tipos de ecuaciones han hallado su propia solución
    general.

    Durante el s. XIX, los problemas de valores
    iniciales y de límite (frontera)
    ensombrecieron la búsqueda de soluciones
    generales mientras que los teoremas de existencia han dominado
    gran parte de la investigación de la Matemática Pura
    en las EDP durante el s. XX.

    Los objetivos
    esenciales que persigo lograr con esta investigación,
    consisten en destacar la importancia así como el
    surgimiento de algunos problemas de la Física
    Matemática y de como se fueron desarrollando las ideas en
    cuanto a la resolución de éstos por parte de
    algunos de los matemáticos más notables de la
    época.

    II.
    DESARROLLO

    II.1. Surgimiento de las primeras teorías
    generales

    En los primeros años del s. XVIII los problemas
    físicos de vibraciones o de tipo oscilatorio, que
    conducían a funciones
    trigonométricas, exponenciales o logarítmicas,
    se resolvían frecuentemente en términos
    geométricos. El seno o el coseno eran considerados como
    líneas en un círculo de radio dado, el
    logaritmo como el área bajo la hipérbola, a ninguna
    de ellas se les asignaba la categoría de funciones. Esta
    situación limitaba grandemente la clase de
    funciones que podían ser consideradas y por tanto las
    posibilidades para resolver ecuaciones diferenciales.

    Por esta razón uno de los primeros métodos
    utilizados en la solución de ecuaciones diferenciales va a
    ser el encontrar un desarrollo en serie de la solución
    buscada. Varios geómetras del s. XVII ya
    utilizarían este método en casos particulares
    elementales, en particular lo harían
    sistemáticamente Newton y Leibniz. La aplicación de
    este procedimiento va
    a permitir a los científicos del siglo XVIII trabajar con
    representaciones en forma de series infinitas de potencias de
    ciertas funciones no polinomiales, algunas que hoy clasificamos
    como elementales y otras que consideramos especiales, pero que
    ellos trataban en igualdad de
    condiciones.

    I.2. Importancia y algunas ideas
    fundamentales

    El análisis matemático en el s. XVIII se
    enriqueció con el potente y variado aparato del desarrollo
    de funciones en series de diferentes tipos. Este aparato fue
    creado bajo la influencia directa de los problemas de la
    física matemática. La construcción de una teoría de series
    lo suficientemente general y rigurosa se convirtió hacia
    finales de siglo en un problema de primera línea, de cuya
    solución dependían los éxitos
    prácticos del análisis
    matemático.

    Las reglas de diferenciación en su gran
    mayoría fueron elaboradas ya en los trabajos de Leibniz y
    los hermanos Bernoulli. La
    ampliación de estas reglas en relación con la
    ampliación de la clase de funciones investigadas no
    presentaba dificultades importantes. Así, tras la
    expresión analítica de las funciones
    trigonométricas, exponenciales y otras clases de
    funciones, fueron inmediatamente obtenidas las expresiones
    analíticas de sus derivadas.

    La acumulación de resultados del cálculo
    diferencial transcurrió rápidamente. En el
    Cálculo diferencial (1755) de Euler, este cálculo se
    presenta ya en forma muy completa. Por ejemplo, el teorema sobre
    la independencia
    de los valores de
    las derivadas parciales del orden de diferenciación era ya
    conocido a comienzos de siglo. Euler le dio su
    demostración, extendiéndola a las derivadas
    parciales de orden superior. En la teoría de la
    diferencial total, Euler demostró que en las derivadas parciales
    deben satisfacer la condición

    Es válido aclarar los símbolos fueron introducidos más tarde, alrededor
    del año 1786 por Legendre. La necesidad y, después,
    la suficiencia de la condición dada para que la
    expresión
    sea una diferencial total fue demostrada por Euler. El
    también, considerando las funciones de tres variables
    y sus
    diferenciales totales de la forma

    introdujo las condiciones .

    Con el nombre de Euler se denominan además las
    fórmulas de la diferenciación de funciones
    compuestas, el teorema sobre las funciones homogéneas y
    otros muchos resultados.

    Las investigaciones en la rama de la creación de
    la teoría de las ecuaciones diferenciales en derivadas
    parciales, a pesar de su multiplicidad, no daba aún la
    posibilidad de separar claramente las direcciones fundamentales.
    El problema era todavía demasiado complicado. Y aunque un
    gran número de problemas de física, de
    mecánica y de la teoría de superficies era reducido
    a ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, la
    resolución de ellas progresaba lentamente.

    El trabajo sistemático en esta dirección comenzó a desarrollarse
    solo en los años 60.

    A Euler pertenece la primera monografía, donde se hace un intento de
    construcción de la teoría de las ecuaciones
    diferenciales en derivadas parciales. Se trata del tercer tomo
    del Cálculo Integral, (1770). Junto a Euler
    trabajaron en la teoría de las ecuaciones en derivadas
    parciales D’Alembert, Lagrange, Laplace, Monge
    y otros muchos científicos.

    Una de las ideas principales, relativamente, con
    bastante rapidez reafirmada, en la teoría de las
    ecuaciones de primer orden, fue la idea de la reducción de
    su integración a la integración de
    ecuaciones ordinarias o sus sistemas. Esto
    fue utilizado por D’Alembert (1768) en la resolución
    de ecuaciones diferenciales lineales con coeficientes
    constantes.

    Métodos análogos fueron desarrollados por
    Euler. Un poco más tarde (en los años 1781, 1787)
    cuando Lagrange extiende el método de reducción a
    las ecuaciones lineales con un número arbitrario de
    variables, expresó abiertamente que la resolución
    de las ecuaciones en derivadas parciales depende del arte de su
    reducción a las ecuaciones diferenciales
    ordinarias.

    II.3. Las raíces
    históricas del Análisis
    Armónico

    Frecuentemente cuando se desea la modelación
    matemática de un proceso
    natural, este se representa como un flujo de modo
    fundamentalmente periódico.
    Una de las formas de racionalizar matemáticamente el flujo
    de las cosas es mediante una función o a través de
    su imagen
    geométrica, una curva. El intento de entender
    cuantitativamente las periodicidades que pueda presentar esta
    función o curva, condujo a los matemáticos del
    siglo XVIII a la descomposición de la función en
    una suma de funciones periódicas más simples o
    armónicos fundamentales.

    El análisis armónico, tal como lo
    entendemos hoy, consiste en una metodología matemática para explorar
    los fenómenos complejos a través de su
    descomposición en elementos más sencillos. Veremos
    que uno de los primeros en asumir esta metodología fue
    Daniel Bernoulli en sus estudios sobre la cuerda vibrante o
    musical. Pero ni Daniel Bernoulli, ni sus contemporáneos
    ilustrados, consiguieron hacer asequible sus ideas, demasiado
    físicas, al tratamiento matemático más
    general. Sería Joseph Fourier quién algunas
    décadas después, extendería este enfoque al
    estudio de otros procesos físicos, como la
    propagación del calor. De tal forma se plantaron las
    raíces del análisis armónico clásico
    o teoría de las series de Fourier como suele
    llamarse.

    II.3 .1. El Problema de la
    cuerda musical y la teoría de las
    ondas.

    Una cuerda vibrando genera oscilaciones del aire, que se
    captan por el oído del
    hombre en
    forma de sonido, dado por
    la cuerda. La fuerza del
    sonido se caracteriza por la energía o amplitud de las
    oscilaciones, el tono, por el período de las oscilaciones,
    y el timbre, por la relación entre la energía del
    tono principal y de los armónicos (sobretonos).

    El hallazgo de relaciones entre la matemática y
    los sonidos musicales comenzó, según se sabe, con
    los pitagóricos. Ya en el s. IV antes de Cristo, el
    pitagórico Aristoxeno de Tarento construyó una
    teoría musical muy desarrollada del ritmo y de la
    armonía. En los trabajos de Platón,
    la Matemática consistía de cinco partes:
    aritmética, geometría plana, estereometría,
    astronomía y música o
    teoría de la armonía. Aún así, no se
    conocen obras que profundicen en lo que podríamos llamar
    una teoría matemática de la
    música.

    Tales estudios matemáticos sobre la música
    adquirieron relevancia en el período barroco,
    cuándo la música salió de los salones de los
    palacios y de las catedrales, para frecuentar las casas de los
    burgueses acomodados. Galileo, Descartes y
    Huygens, para citar sólo los sabios más conocidos,
    se destacaron en esta búsqueda de relaciones
    armónico-matemáticas, pero hasta el s. XVIII no
    hubo nuevos resultados de significación
    matemática.

    El primer análisis matemático de las ondas
    lo realizó el gran matemático Isaac Newton
    en sus Principia (1687). Pero Newton no se arriesgó
    demasiado en la utilización de su teoría de
    fluxiones para entender la matemática de los procesos
    naturales.

    Uno de los brillantes admiradores de Newton fue Brook
    Taylor. Entre
    los problemas propuestos por Taylor en su obra más
    conocida Methodus incrementorum directa et inversa (1715)
    figura el siguiente: Problema 17. Determinar el movimiento de
    una cuerda tensa.
    Para Taylor este problema tenía el
    atractivo de su asociación con su afición
    predilecta, la música.

    Taylor obtiene en el lenguaje
    propio de las fluxiones, que el movimiento de un punto arbitrario
    de la cuerda es como el de un péndulo simple. Asimismo
    estableció que la forma de la curva que toma la cuerda en
    un instante dado es sinusoidal y determinó el
    período de oscilación de la cuerda. Sin embargo, no
    consideró el problema de la ecuación diferencial
    del movimiento.

    En 1727, doce años después de la
    publicación de Taylor, Johann Bernoulli en dos cartas enviadas a
    San Petersburgo, llama la atención de su hijo Daniel sobre los
    resultados de Taylor y lo desafía para que se ocupe del
    problema de la cuerda. Pero no puede esperar para hacer
    públicas sus propias ideas sobre el asunto y en 1728
    publica sus Meditaciones sobre cuerdas vibrantes con pesos
    pequeños a distancias iguales
    , donde trata, con
    métodos muy diferentes, el mismo problema. Pero sus
    resultados no van mucho más lejos que los de
    Taylor.

    A partir de las ideas de Taylor y apoyándose en
    las investigaciones de su padre sobre un sistema finito de
    puntos, infirió que cualquier movimiento general se puede
    obtener como combinación de todas las oscilaciones
    fundamentales.

    Daniel había llegado a la convicción de
    que la superposición de soluciones sinusoidales daba la
    solución más general del problema, lo que implicaba
    la posibilidad de expresar una función arbitraria como
    suma de senos. Aparentemente ni Johann Bernoulli ni Taylor se
    preocuparon por demostrar que esta era la solución
    más general, pero tampoco mostraron que no lo era. En
    cambio Daniel
    Bernoulli en su artículo Teoremas sobre oscilaciones de
    cuerpos conectados por un hilo flexible y de una cadena
    verticalmente suspendida
    (San Petersburgo, 1738), va mucho
    más lejos que Taylor y su padre al identificar los
    armónicos superiores de una cuerda musical.

    Los trabajos que en la primera mitad del s. XVIII se
    dedicaron al asunto, como los de Brook Taylor (1715), Johann
    Bernoulli (1728) y Daniel Bernoulli (1738), consideraban por
    separado los desplazamientos de la cuerda musical como
    función del tiempo
    t y como función de la distancia x de un
    punto de la cuerda a uno de su extremos, lo que los llevaba a
    considerar sólo ecuaciones diferenciales ordinarias y a
    soluciones de tipo sinusoidal
    donde l es la longitud de la cuerda, t el tiempo y
    x la distancia de un punto genérico de la cuerda a
    un punto fijo tomado como origen del sistema de referencia. Pero
    se sabía también, por experiencias de laboratorio,
    que la forma que toma la cuerda no siempre es sinusoidal y que
    junto al sonido fundamental se distinguen sus
    armónicos, en el sonido complejo emitido por una
    cuerda musical vibrante.

    El tema de la cuerda musical, va a adquirir una nueva y
    polémica connotación con la incorporación de
    un joven geómetra Jean le Rond D’Alembert,
    quien pronto fue considerado entre los más prestigiosos
    geómetras de Francia en el
    siglo de las luces.

    D’Alembert en su artículo de 1746 titulado
    Investigaciones sobre la curva que forma una cuerda tensa que
    se hace vibrar
    , afirma que se propone demostrar que existen
    infinitas curvas, además de la curva seno, que son modos
    de vibración. En estas investigaciones de D’Alembert
    aparece por primera vez la ecuación en derivadas parciales
    que hoy se conoce como ecuación de ondas en una
    dimensión espacial.

    donde ,
    T es la tensión de la cuerda (que se supone
    constante mientras la cuerda oscila) y s la

    masa por unidad de longitud.

    Como la cuerda se fija en los extremos x = 0 y
    x = l, la solución ha de satisfacer las hoy
    llamadas condiciones de contorno:

    y(t, 0) = 0, y(t, l)
    = 0.

    Además, en el instante t = 0 se fuerza a
    que la cuerda adopte un perfil dado por la función y =
    f
    (x) y a continuación se suelta, lo que
    significa entonces que cada partícula comienza a moverse
    con una velocidad
    inicial nula; estas condiciones iniciales se expresan
    matemáticamente en la forma:

    que también han de ser satisfechas por la
    solución.

    Este problema fue resuelto por D'Alembert de una manera
    tan ingeniosa que se reproduce con frecuencia en los textos
    modernos de ecuaciones diferenciales.

    La solución encontrada por él y que tiene
    la forma siguiente:

    donde f es una función
    arbitraria, pero que ha de ser periódica, impar y
    además
    debe coincidir en el intervalo 0 £ x £ l con la función
    f(x) que describe la forma inicial de la
    cuerda.

    Pocos meses después de ver los artículos
    de D’Alembert, Euler escribió por su parte el
    artículo Sobre la oscilación de cuerdas.
    Aunque en el método de solución siguió a
    D’Alembert, Euler tenía por ese tiempo una idea
    completamente distinta en cuanto a qué funciones se
    podían admitir como curvas iniciales y, en consecuencia,
    como soluciones de una ecuación en derivadas parciales.
    Fueron, al parecer, argumentos de naturaleza
    física en relación con el problema de la cuerda
    musical los que le impulsaron a anteponer su nuevo concepto de
    función.

    Cuando Daniel Bernoulli leyó los
    primeros artículos de D’Alembert y de Euler sobre la
    cuerda vibrante, se apresuró a recordarle a Euler los
    estudios que habían realizado juntos, durante su estancia
    en San Petersburgo.

    También envió a las Academias de San
    Petersburgo y de Berlín varios trabajos enfatizando su
    prioridad y las características más generales de
    sus resultados.

    Daniel Bernoulli, en un artículo publicado en
    1753, subraya un aparente conflicto
    entre las consideraciones de Taylor, por una parte, con sus
    soluciones sinusoidales, y la infinita variedad de soluciones,
    distintas de las sinusoidales, por parte de D'Alembert y Euler.
    Después de criticar el carácter abstracto de los trabajos de
    D’Alembert y Euler, reitera que pueden existir
    simultáneamente muchos modos de oscilación en la
    cuerda vibrante (ésta responde entonces a la
    superposición de todos los armónicos). Insiste en
    que todas las posibles curvas iniciales se pueden representar en
    la forma:

    porque existen suficientes constantes an
    como para que la serie se ajuste a cualquier curva
    . En
    consecuencia, afirma, que todos los correspondientes movimientos
    vendrán dados por la serie infinita:

    Así pues, cualquier movimiento, correspondiente a
    una curva inicial, no es más que una suma de
    armónicos periódicos sinusoidales, y la
    combinación tiene la frecuencia del armónico
    fundamental. Sin embargo, Bernoulli no dio argumentos
    matemáticos para apoyar sus afirmaciones; se apoyó
    solamente en argumentos físicos.

    Euler y D’Alembert dieron sus soluciones de la
    ecuación de ondas en forma cerrada, utilizando un par de
    funciones arbitrarias, mientras que Daniel Bernoulli había
    encontrado una solución en términos de una suma
    infinita de funciones trigonométricas. Y como esta
    última solución parecía implicar claramente
    el carácter periódico de la función,
    mientras que las funciones arbitrarias de D’Alembert y
    Euler no eran periódicas necesariamente, parecía
    que la solución de Bernoulli era menos general. Lo que no
    podía comprenderse entonces era que una
    superposición de "funciones tan buenas" y tan elementales
    como las trigonométricas pudieran representar una
    función arbitraria. Los medios técnicos del
    análisis matemático en esta época eran
    insuficientes para abordar la problemática general de las
    ecuaciones en derivadas parciales y tampoco estaban fundamentados
    como para abordar con rigor conceptos básicos como el de
    función.

    Euler, D’Alembert y D. Bernoulli, hablaban usando
    la misma palabra "función", pero entendían
    diferentes cosas por esta denominación. Las opiniones de
    los tres eran también diferentes en la comprensión
    de solución admisible, sin embargo la historia posterior ha
    mostrado que los tres tenían razón desde cada uno
    de sus puntos de vista.

    Resumiendo: el debate sobre
    la ecuación de la cuerda sometida a una vibración
    en un mismo plano, es importante desde el punto de vista
    matemático, no sólo porque representa el primer
    análisis de la solución de una ecuación
    diferencial en derivadas parciales, sino además porque la
    discusión llevó al cuestionamiento de las nociones
    establecidas de función y de representación de
    funciones por medio de series infinitas de funciones
    trigonométricas. En particular en las ideas de Daniel
    estaba el germen del análisis armónico que se
    estableció en el s. XIX y que comenzara con los trabajos
    de Fourier sobre la conducción del calor.

    II.3. 2. El problema de la
    propagación del calor y las series de
    Fourier

    Las investigaciones matemáticas de la
    conductibilidad térmica antecedieron la creación de
    una ciencia
    más general sobre el calor, la termodinámica. La causa motriz de este
    proceso fue la invención de las máquinas
    de vapor y su creciente uso en los procesos industriales,
    especialmente en Inglaterra y
    Francia. Pero su interés práctico era mejor
    expresado en las industrias
    textiles escocesas, así como la modelación
    matemática que era particularmente perseguida por los
    parisinos. Ya, alrededor de 1800 muchos físicos e
    ingenieros se interesaron por el problema de la
    propagación del calor en cuerpos
    sólidos.

    En 1784 Laplace y Lavoisier publicaron un
    artículo conjunto conteniendo los resultados de sus
    experimentos
    que los condujeron a determinar el calor específico de
    varias sustancias. Un poco de tiempo después, en 1804, un
    alumno de Laplace, publicó sus Memorias sobre la
    propagación del calor
    . Todo parecía indicar que
    no faltaba mucho para que algún galo encontrara la
    teoría matemática soñada. Entonces, Joseph
    Fourier comienza a ocuparse del problema, pero en una forma
    completamente original.

    En 1807 presenta Fourier, por primera vez, su Memoria sobre la
    propagación del calor que es recibida con una inesperada
    aceptación, pero que debido a su falta de rigor
    matemático no es publicada. La Academia de Ciencias de
    París, con el objetivo de
    estimular a Fourier a perfeccionar su Memoria, anuncia que su
    premio al mejor trabajo científico de 1812 será al
    que trate el tema sobre la teoría matemática de la
    conducción del calor. A fines de 1811 Fourier presenta de
    nuevo su Memoria en calidad de
    trabajo concursante.

    Este trabajo es entregado a los mayores geómetras
    de aquel tiempo: Lagrange, Laplace y Legendre, entre otros
    jueces. Después de muchos análisis se
    decidió entregar el premio a Fourier, aunque de nuevo con
    objeciones (sobre todo de parte de Lagrange) desde el punto de
    vista del rigor matemático.

    Esta es probablemente la razón por la cual el
    artículo ganador, contrario a la costumbre, no fue
    publicado inmediatamente, y sólo se editó en 1822
    cuando el mismo Fourier era el Secretario Permanente de la
    Academia.

    Debe señalarse que después del conocimiento
    de los detalles de su obra, los matemáticos de la
    época consideraron a Fourier como precursor de la
    teoría de las series trigonométricas y
    además como original introductor de nuevos métodos
    en el tratamiento de los problemas de la física
    matemática.

    En la obra Théorie analytique de la
    chaleur
    (1822) de Fourier, los dos primeros capítulos
    tratan problemas sobre difusión de calor entre cuerpos
    disjuntos en cantidad finita, es decir el problema
    discreto.

    Aquí se deduce además la ecuación
    en derivadas parciales que rige el fenómeno:

    ,

    donde V=V(x, y, z, t) designa la
    temperatura
    del cuerpo en el punto (x, y, z) en el momento t;
    k el coeficiente de difusión del calor, C la
    constante de capacidad calórica del cuerpo y D la
    densidad.

    En el capítulo III Difusión del calor
    en un cuerpo rectangular infinito
    es donde Fourier introduce
    su método original de trabajo con series
    trigonométricas.

    La Théorie de la chaleur de Fourier es
    extraordinariamente rica en problemas, métodos e ideas
    tanto físicas como puramente matemáticas que dieron
    lugar a múltiples y disímiles teorías. El
    papel que se le asigna a Fourier en la conformación del
    análisis armónico, al punto de llamarlo
    análisis de Fourier está justificado en base a las
    siguientes cuestiones principales:

    1. En más de 50 páginas de su tratado
      Fourier se concentra en el desarrollo de una función
      arbitraria en serie trigonométrica (como
      superposición de los armónicos fundamentales).
      Observa que su análisis puede ser aplicado al problema
      de la cuerda vibrante y justifica el punto de vista de Daniel
      Bernoulli.
    2. Fourier dio un método original para hallar los
      coeficientes resolviendo por primera vez un sistema infinito de
      ecuaciones algebraicas con un número infinito de
      incógnitas. Aunque no expuso un fundamento
      teórico para su método, dio uno de los primeros
      pasos de lo finito a lo infinito, que trascenderá al
      Análisis Funcional. Llamó la atención del
      estudio de las propiedades de los coeficientes. Aunque no hizo
      una demostración rigurosa, ni le dio demasiada
      importancia, apuntó hacia la demostración de la
      convergencia a cero de los coeficientes que ha sido una idea
      que ha desarrollado el estudio general de los
      armónicos.
    3. Formuló en forma no rigurosa el principio de
      localización que establece el hecho de que la
      convergencia de la serie trigonométrica asociada a la
      función f en un punto x, depende
      sólo del comportamiento de f en una vecindad (tan
      pequeña como se quiera) del punto x. Esto fue
      demostrado posteriormente por Bernhardt Riemann
      (1853).
    4. Fourier estaba convencido de que toda función
      podía ser desarrollada en una serie
      trigonométrica convergente. Esto se debía, entre
      otras cosas, a la simpleza de la determinación de los
      coeficientes por la integración término a
      término de la serie. El problema de la convergencia de
      la serie de
      Fourier resultó ser sumamente complejo. Las primeras
      condiciones suficientes de convergencia fueron obtenidas por
      Lejeune Dirichlet (1829). La condición de convergencia
      uniforme se introduce con el objetivo de asegurar la
      integración término a término de la
      serie.
    5. A partir de su representación en serie, con un
      audaz paso al límite obtuvo la primera
      representación integral y el operador integral
      después conocido como transformación de Fourier,
      base y motivación para el análisis
      armónico abstracto
      del siglo XX.

    La justificación rigurosa de la solución y
    la metodología introducida por Fourier en sus trabajos
    sobre la propagación del calor estimuló la introducción y precisión de muchos
    conceptos matemáticos.

    II.4. Creación del
    aparato analítico para la investigación de los
    fenómenos

    electromagnéticos

    Uno de los primeros problemas resueltos exitosamente fue
    el problema de la construcción de la teoría de los
    fenómenos electromagnéticos. Hacia el s. XIX el
    estudio sobre la electricidad y el
    magnetismo se
    separó de la física como una rama independiente. En
    el año 1820 se llegó a conocer sobre el
    descubrimiento hecho por Oersted de la acción
    de la corriente sobre una aguja magnética, el cual
    establecía lo común de los fenómenos, al
    parecer, heterogéneos. Hacia esta misma época Biot,
    Savart, Laplace, Arago, Ampere, Coloumb y otros introdujeron los
    conceptos fundamentales necesarios: carga, cantidad de
    electricidad, densidad de electricidad, leyes de interacción de cargas inmóviles,
    etc. Los problemas del electromagnetismo trajeron consigo, en el
    plano matemático un conjunto de trabajos de
    investigación sobre la atracción de puntos
    según la Ley de Newton y los campos
    electrostáticos.

    Los métodos de resolución de problemas de
    la mecánica celeste, en particular los problemas sobre la
    atracción de los cuerpos celestes según la ley de
    Newton obtuvieron un nuevo campo de aplicación. Fue
    introducido el concepto de potencial de un campo y definida su
    expresión para un campo simple formado por el punto
    cargado de masa
    m:
    (donde ,
    es la constante
    de atracción es el punto atraído).

    Enseguida fueron encontradas las expresiones del
    potencial para un sistema de puntos de atracción y
    después para el campo con distribución continua de masa de
    atracción en un volumen : ( es la densidad de la
    distribución).

    Ya en el año l787 Laplace mostró que en el
    espacio fuera del cuerpo la función potencial satisface la
    ecuación
    A propósito, esta ecuación ya se encontraba en los
    trabajos de Euler y el concepto de función de fuerzas,
    cuya diferenciación según una dirección
    daría las fuerzas de atracción newtonianas, lo
    introdujo en 1773 Lagrange, conformando así mismo la idea
    de función de fuerza la cual fue enunciada ya por D.
    Bernoulli, Euler y Clairaut.

    La teoría matemática del potencial
    eléctrico se formó de una forma rápida. Una
    serie de problemas sobre distribución de la electricidad
    en la superficie de los conductores los resolvió Poisson,
    el cual elaboró a fondo muchas partes de la física
    – matemática contemporánea a él:
    capilaridad, flexión de láminas, conducción
    del calor, etc. Alrededor del año 1813 Poisson
    extendió la ecuación de Laplace al espacio situado
    en el interior del cuerpo que atrae e introdujo la
    ecuación actualmente de amplio conocimiento:

    Poisson resolvió muchos problemas de
    magnetostática. Para esto se apoyó, de hecho, en el
    concepto de potencial, sin embargo, no fue él quien
    introdujo este importante concepto.

    El planteamiento general de la teoría del
    potencial surgió de los trabajos de Green y
    Gauss.

    Green expuso su teoría en la obra
    Investigación sobre la teoría matemática
    de la
    electricidad y el magnetismo (1828). En ella
    investigó el problema central de la electrostática de aquella época. En
    la base de los razonamientos de Green yacía la idea de las
    fuerzas eléctricas y magnéticas pueden ser
    definidas a través de una función de coordenadas.
    La función potencial (como la llamó aquí por
    primera vez Green) se determina por la distribución de
    cargas. Green dedujo mas adelante el teorema integral conocido
    actualmente como fórmula de Green, mostró que el
    valor del
    potencial dentro o fuera de cualquier superficie se expresa a
    través del valor de la función potencial y su
    derivada normal sobre esta superficie.

    En una forma más general y al parecer
    independientemente de Green, Gauss construyó una
    teoría general del potencial. Esto lo realizó en
    el trabajo
    Teoremas generales relativos a las fuerzas de atracción
    y repulsión… actuando inversamente proporcional al
    cuadrado de la
    distancia (1840). A la función
    donde m
    puede representar tanto unas masas comunes como también
    cargas eléctricas o magnéticas, Gauss las
    denominó potencial. Investigó
    sistemáticamente las propiedades de la función
    potencial y su aplicación a los fenómenos
    físicos. No deja de ser interesante señalar la
    aparición en este trabajo del teorema

    Este teorema lo demostró M.V. Ostrogradski (1828)
    y lo trató como una fórmula de balance
    hidrodinámico. Once años después, Gauss
    utilizó esta fórmula para relacionar la magnitud
    del flujo de la intensidad de las fuerzas del campo potencial
    dado con masa o carga común situada dentro de la
    superficie. En nuestra época esta fórmula la
    denominan fórmula de Gauss – Ostrogradski (lo que
    evidentemente es injusto).

    En la historia de la física se advierte que al
    concepto de potencial, los físicos, durante mucho tiempo
    no le atribuyeron un significado de principio, tratando al
    potencial o a la función potencial solo como un concepto
    matemático cómodo. Su significado físico fue
    descubierto posteriormente, después del establecimiento de
    los conceptos de trabajo, energía y la ley de
    conservación de la energía.

    Otra era la situación de ese importante concepto
    en las matemáticas. Su introducción
    posibilitó la ampliación del campo de aplicaciones
    del análisis matemático. Junto a la óptica
    y las oscilaciones, surgía la teoría
    matemática de los fenómenos
    electromagnéticos. El planteamiento del
    problema sobre el potencial insitó a la
    ampliación del concepto de integral, a la extensión
    de la integración sobre objetos complejos. En el
    análisis fue comenzada la elaboración de las
    funciones armónicas como soluciones de la ecuación
    diferencial de Laplace .

    Las funciones armónicas obtuvieron
    ampliación en una amplia clase de problemas de contorno.
    Así es el problema de Dirichlet sobre la búsqueda
    de los valores de una función armónica en un
    dominio, dados
    sus valores sobre el límite (por ejemplo,
    determinación de la temperatura dentro de un cuerpo por la
    temperatura sobre su superficie, determinación de la forma
    de la membrana por la forma de su contorno).

    Con este géneros de problemas se relaciona
    además el problema de Neumann en el cual la función
    armónica debe ser buscada por la magnitud de la derivada
    normal sobre el límite del dominio (búsqueda de la
    temperatura dentro de un cuerpo dado el gradiente de temperatura
    en su superficie, determinación del potencial del
    movimiento de un líquido incompresible que rodea a un
    cuerpo sólido de la condición de que las
    componentes normales de las velocidades de las partículas
    colindantes con la superficie del cuerpo, coincide con las
    componentes normales dadas de las velocidades de los puntos de la
    superficie del cuerpo).

    Para la resolución de los problemas de contorno
    de la teoría de las funciones armónicas fueron
    elaborados métodos, que tienen gran significado tanto
    práctico como teórico.

    Por ejemplo, para la resolución del problema de
    Dirichlet, H. A. Schwarz y C.G. Neumann idearon alrededor del
    año 1870 el método alternante, Poincaré, el
    método de los barridos (alrededor del año 1880),
    Fredholm, el método de las soluciones fundamentales,
    relacionado con las ecuaciones integrales, Perron, el
    método de las funciones superiores e
    inferiores.

    Aún debe mencionarse el método de redes como un método
    fundamental en la resolución aproximada de problemas de
    contorno. Estos métodos daban la posibilidad de librarse
    de una u otra limitación, la cual era necesario imponer a
    la frontera del dominio.

    Pero en cualquier planteamiento general de un problema
    de contorno surgieron los problemas de las condiciones de
    existencia de las soluciones y su estabilidad.

    Gran significación en la historia de la
    teoría del potencial tienen las investigaciones del
    académico ruso A.M. Liapunov realizada a finales del s.
    XIX – comienzos del XX que entre otras cosas abordó
    el comportamiento de las derivadas de las soluciones del problema
    de Dirichlet.

    Los problemas de la física matemática,
    surgidos de los primeros trabajos sobre teoría del
    potencial, adquirieron, como vimos, hacia fines del s. XIX gran
    generalidad. La solución de problemas teóricos tan
    generales y después el desarrollo tempestuoso de los
    métodos de resolución numérica de problemas
    de contorno (los que resultaron posible en relación con el
    surgimiento de los dispositivos electrónicos de
    cálculo) se relacionan enteramente con el siglo siguiente,
    el siglo XX.

    II.5. Sobre el aparato matemático de la
    mecánica

    Hemos citado ejemplos de aplicación del
    análisis matemático en la rama de los
    fenómenos eléctricos y magnéticos al igual
    que en las teorías del calor y de las ondas. Con estos
    ejemplos, el problema, naturalmente, no se agota. Los
    métodos analíticos penetraron en muchas ramas de
    las ciencias
    naturales, adquiriendo en ellas el significado de medios
    operativos resolutivos. Casi en primer lugar penetraron en la
    mecánica, determinando su contenido. La mecánica
    analítica adquirió su aspecto clásico
    precisamente como un estudio sobre las ecuaciones diferenciales
    que expresan las propiedades de las trayectorias de cualquier
    sistema mecánico. La investigación de las
    propiedades de estas ecuaciones y sus interpretaciones para casos
    particulares adquirieron significado de problema principal de la
    mecánica analítica. El papel decisivo de la
    construcción del sistema de esta ciencia lo comenzaron a
    jugar los postulados generales, o como se ha convenido en
    denominarlos, principios o
    leyes de la mecánica.

    Supongamos dado un sistema, cuya posición para
    cada momento de tiempo t dado está definida por los
    valores de n parámetros independientes esto es, un sistema con
    n grados de libertad. Para
    la descripción de un movimiento se introducen
    dos conceptos: energía cinética T y energía
    potencial U. Los conceptos de energía cinética y
    potencial se contraponen, por esto se considera la
    ecuación de Lagrange (lagrangiano):

    ().

    Las ecuaciones del movimiento del sistema
    mecánico son en esencia las ecuaciones diferenciales de
    Lagrange (introducidas por él a finales del
    s.XVIII):

    ().

    La
    resolución e investigación de las ecuaciones
    diferenciales de Lagrange fue una de las direcciones
    fundamentales de la mecánica analítica del siglo
    XIX. Otro enfoque para formular los principios fundamentales de
    la mecánica consistió en que partía, no de
    las ecuaciones diferenciales, sino de ciertas integrales con
    respecto a las cuales se resolvía el problema variacional
    de búsqueda de mínimo. Por este camino se
    obtuvieron los principios variacionales de la
    mecánica.

    El problema de la
    reducción de las ecuaciones diferenciales de la
    mecánica a un sistema canónico de ecuaciones
    diferenciales ordinarias de primer orden fue adelantado
    esencialmente ya a comienzos del siglo (1809) por Poisson y
    años después (1834) resuelto brillantemente por
    Hamilton cuando introdujo la función:

    (donde L es el
    lagrangiano.)

    Hamilton hizo de estas ecuaciones la base de sus
    investigaciones sobre mecánica. La aportación de
    Hamilton representó la culminación de una serie de
    esfuerzos encaminados a hallar un principio amplio a partir del
    cual podían ser derivadas las leyes del movimiento de
    varios problemas de la mecánica. Inspiró la lucha
    por obtener principios variacionales similares en otras ramas de
    la física, tales como la elasticidad, el
    electromagnetismo, y en las más modernas, teoría de
    la relatividad y mecánica cuántica. Desde el punto
    de vista de la historia de las matemáticas el trabajo de
    Hamilton y quienes lo siguieron es significativo no solo para el
    desarrollo del cálculo de variaciones, sino también
    para la teoría de las ecuaciones diferenciales.

    II.6. Breve comentario sobre
    algunos valiosos aportes de una mujer
    sorprendente

    Como es conocido, a lo largo de la historia de las
    matemáticas, hasta el s.XIX fueron pocas las mujeres que
    se dedicaron de una forma u otra a la profundización del
    conocimiento
    científico, pues no se les era permitido por el simple
    hecho de ser mujer. A mediados del propio s. XIX justamente en el
    año 1850 nació en Moscú Sofía
    Vasilievna Kovalevskaya quien además de ser la primera
    mujer en el mundo profesor de
    matemáticas, brindó una gran ayuda para el
    desarrollo de la teoría de las ecuaciones en derivadas
    parciales.

    Según se conoce, los teoremas de existencia
    tuvieron en la historia de las ecuaciones diferenciales un doble
    significado. Resolvían la cuestión sobre el rigor y
    la validez de su aplicación y al mismo tiempo, los
    métodos brindaban la base para la elaboración de
    los métodos de integración numérica de las
    ecuaciones diferenciales.

    El trabajo de Cauchy sobre sistemas de ecuaciones
    diferenciales lo mejoró la propia Kovalevskaya,
    quién en 1874 en su primera obra Sobre la teoría
    de las
    ecuaciones en derivadas parciales,
    demostró la existencia de una solución
    analítica única del problema de Cauchy bajo la
    condición de analiticidad de los datos. Un notable
    descubrimiento de Kovalevskaya es sobre la ecuación
    con condiciones
    iniciales
    analítica en una vecindad de

    Para esta ecuación el problema de Cauchy no tiene
    solución analítica, ya que la serie de potencias
    que satisface
    formalmente las condiciones del problema, converge sólo
    con condiciones iniciales muy especiales.

    Kovalevskaya extendió sus resultados a sistemas
    normales de EDP, dándoles una forma próxima a la
    actual. El caso en que los datos no son analíticos ha sido
    muy estudiado posteriormente, así como otras
    generalizaciones del teorema de Kovalevskaya.

    III. ASPECTOS
    BIOGRÁFICOS

    A continuación: biografías
    (según fecha de nacimiento) de algunas de las
    personalidades, tratadas en el presente trabajo, que
    enriquecieron el basto campo que abarcan los problemas de la
    física matemática.

    Johann-Bernoulli (1667-1748). Nació y
    estudió en Basilea. Recibió su doctorado en
    Medicina. Su
    hermano mayor Jacob lo adentró en los misterios del nuevo
    cálculo. Desde 1695 fue profesor de matemáticas en
    la universidad de
    Groninga en Holanda. En 1705 regresó a Basilea donde se
    hizo cargo de la cátedra de matemáticas vacante a
    la muerte de
    su hermano Jacob. Con su entusiasmo por el nuevo cálculo
    convenció a muchos para que se dedicaran a su desarrollo,
    particularmente a Leonhard Euler, al marqués de
    L’Hospital y a tres de sus cuatro hijos varones. Fueron
    tantos sus partidarios como sus adversarios en los
    múltiples desafíos en que se vio envuelto, la
    mayoría retos que el mismo lanzó a la comunidad
    científica. Gracias a estos desafíos se
    abrió una de las ramas más fructíferas de
    las matemáticas: el cálculo de variaciones. Su
    temperamento, su fanfarronería y su arrogancia le
    propiciaron la enemistad con varios de sus colegas. Su hermano
    Jacob y su hijo Daniel también sufrieron su humor
    colérico. Su producción matemática es extensa,
    pero se destaca su correspondencia científica que consiste
    en unas 2 500 cartas.

    Brook Taylor (1685-1731) Terminó la
    Universidad de Cambridge en 1709. Sus principales investigaciones
    fueron en la teoría newtoniana de fluxiones y sus
    aplicaciones. Estudió los problemas de pequeñas
    oscilaciones y el vuelo de los proyectiles; los problemas de la
    hidromecánica, la óptica, la astronomía y
    otros problemas de la filosofía natural. Desde 1712 fue
    miembro de la Royal Society of London y de 1714 a 1718 su
    Secretario permanente.

    Daniel Bernoulli (1700-1782) Nació en
    Groninga donde su padre Johann I Bernoulli era catedrático
    de matemáticas. Estudió en la universidad de
    Basilea donde obtuvo el doctorado en Medicina. Fue uno de los
    primeros contratados para fundar la Academia de Ciencias de San
    Petersburgo, donde estuvo de 1725 a 1733. A su regreso a Basilea
    obtuvo la cátedra de fisiología y en 1750 la cátedra de
    mecánica. Fue el más multifacético de los
    geómetras Bernoulli. Destacó en matemáticas
    puras en campos como la teoría de ecuaciones
    diferenciales, el cálculo de probabilidades y la
    sumación de series infinitas, pero sobre todo se
    apasionó por las matemáticas mixtas en temas tales
    como la náutica, la mecánica racional, la
    teoría de la elasticidad y la teoría de la
    música. Su obra principal es la
    Hidrodinámica, publicada en 1738. Fue dos veces
    rector de la universidad de Basilea y siempre se sintió
    comprometido con su desarrollo. Ganó 10 premios de la
    Academia de Ciencias de París sobre temas de gran
    importancia, siendo superado sólo por su amigo Leonhard
    Euler que ganó 13.

    Leonhard Euler (1707-1783) nace en Basilea. Su
    padre Paul era un teólogo calvinista que escuchó
    las conferencias de Jacob Bernoulli. Estudió
    matemática elemental con su padre y otros profesores
    particulares como Johann Bernoulli. Su vida la podemos dividir en
    cuatro etapas: 1ª. Formación general en Basilea
    (hasta 1727). 2ª. Experiencia profesional en Rusia
    (1727-1741) 3ª. Madurez científica en Berlín
    (1741-1766) y 4ª. Vejez
    productiva en San Petersburgo (1766-1783). Escribe a los 19
    años su primer artículo científico sobre
    curvas isócronas, bajo la tutoría de Johann
    Bernoulli.

    Es el más productivo de todos los
    matemáticos. Su Opera Omnia tendrá 87 vols.
    con cerca de 900 trabajos, más la correspondencia y
    manuscritos, un promedio de unas 800 Págs. al año.
    Son 4 series: series prima (29 vols.)Matematica Pura, series
    secunda (31 Vols.) Mecánica y Astronomía, series
    tertia (12 vols.) Física y Miscelánea, series
    quarta (15 Vols.) Correspondencia, manuscritos, trabajos conjuntos de
    la última etapa. La distribución temática de
    los trabajos de Matemática Pura de Euler publicados es en
    % la siguiente: Análisis 60% (cálculo integral 33%,
    ecs.diff. 25%, series 22%, cálculo de variaciones 11%,
    cálculo diferencial 9%), Geometría
    17%, Teoría de Números 13%, Álgebra 7%,
    Probabilidades 3%.

    En este libro se
    encontrará muchas veces el nombre de Euler y es muy
    difícil enmarcar en este cuadro todos sus méritos
    científicos.

    Tuvo 13 hijos (solo sobrevivieron la infancia 5) y
    26 nietos a quienes les leía la Biblia y les hacía
    juguetes
    mecánicos y títeres para su entretenimiento. Fue
    quien ganó más premios de la Academia de Ciencias
    de París con 13, siendo su contendiente más
    próximo Daniel Bernoulli con 10 premios.

    Poco después de su llegada a San Petersburgo, con
    poco más de 60 años, queda completamente ciego,
    pero en este período produce casi la mitad de toda su
    monumental obra con la ayuda de sus hijos Johann Albrecht, quien
    ocupaba la cátedra de Física en la Academia desde
    1766, y Christoph, quien era militar de carrera. También
    recibió la ayuda de otros miembros de la academia.
    Paradójicamente una de las obras que culmina estando ciego
    es su Dióptrica en tres tomos. Fue miembro de casi
    todas las Academias de Ciencia y sociedades
    científicas de su época.

    Jean le Rond D'Alembert (1717-1783)
    geómetra y filósofo francés. Cursó
    Derecho en el colegio Mazarino. De forma autodidacta
    estudió las ciencias matemáticas. Se destacó
    por su trabajo en la Enciclopedia Francesa como uno de sus
    principales redactores. Su Tratado de Dinámica
    (1743) fue el primer trabajo donde se formularon las ecuaciones
    diferenciales del movimiento de un sistema material arbitrario.
    En 1744 se publicó su Tratado sobre el equilibrio y
    el movimiento de los líquidos
    que fue una de las
    primeras obras sobre Hidromecánica.

    Las principales investigaciones matemáticas las
    realizó en la teoría de las ecuaciones
    diferenciales. Sus trabajos junto a los de Daniel Bernoulli y de
    Euler fueron seminales en la fundación de la física
    matemática. Se preocupó por fundamentar el
    Cálculo Infinitesimal con la idea de límite.
    También se interesó por el álgebra y
    la teoría de series infinitas. Fue miembro de las
    principales academias de ciencias.

    Joseph Louis Lagrange (1736-1813) Nació en
    Turín de una familia de
    ascendencia gala. Estudió en la Universidad y desde los 17
    años fue profesor en la Escuela de
    artillería de Turín. Federico El Grande lo
    invitó a ocupar la plaza de Euler cuando este
    regresó a San Petersburgo. A la muerte de
    Federico, fue invitado por Louis XVI a París donde
    permaneció de 1787 hasta su muerte. Fue profesor de la
    École Normale primero y desde 1797 de la École
    Polytechnique.

    Tenía una amplísima cultura
    matemática y sus obras tocan temas disímiles de la
    mecánica, la geometría, la teoría de
    ecuaciones diferenciales, el cálculo de variaciones, la
    teoría de funciones analíticas, el algebra, la
    teoría de números, la astronomía y de otros
    dominios del saber. Junto a sus alumnos en Turín
    creó una sociedad
    científica que pronto se convirtió en una Academia
    de Ciencias. Los primeros tomos de la Miscellanea
    Turinensia
    están repletos de trabajos de Lagrange. Fue
    presidente de la Academia de Ciencias de Berlín de 1766 a
    1787. Ganó varios premios de la Academia de Ciencias de
    París por sus trabajos de Mecánica Celeste; en
    particular, en 1766 sobre el problema de los tres cuerpos, que
    más tarde se aplicó a la teoría del
    movimiento de los satélites
    de Júpiter, conocidos como los Troyanos.

    Tenía un carácter introvertido y severo.
    Pero a los 56 años se casó con una joven de 17 que
    le dio un nuevo brío a su vida. Tuvo un papel importante
    en el perfeccionamiento de la educación en el
    período revolucionario, sobre todo en época de
    Napoleón que lo premió por toda su
    labor científica en Francia.

    Jean Batiste Joseph Fourier (1768-1830) Fue hijo
    de un pobre sastre que lo dejó huérfano a los 8
    años. Quiso estudiar en una academia militar de su
    provincia natal, pero al no ser noble no pudo matricular pese a
    la insistencia de Legendre. Se tuvo que contentar con entrar en
    una abadía benedictina como novicio y maestro de
    matemáticas. En 1789 la Asamblea General ordenó la
    suspensión de los votos religiosos y los privilegios de
    nobleza, por lo que pudo pasar a la academia militar de su pueblo
    natal. Allí impartió clases de retórica,
    historia y filosofía.

    Participó activamente en las tareas
    revolucionarias. En 1795 fue enviado a la École Normale de
    París como alumno, pero pronto se destacó y
    pasó a ser profesor de la École
    Polytéchnique. Tomó parte en la campaña de
    Napoleón a Egipto. Fue
    Secretario del Instituto Egipcio donde desarrolló una
    actividad considerable de carácter organizativo y
    científico.

    Al regresar a París, en 1801, trabajó en
    las reformas del sistema
    educativo en Francia. Enseguida Napoleón lo
    nombró Prefecto del Departamento de Isère. Tuvo la
    perspicacia de separarse de la línea de Napoleón
    justo antes de que este fuera derrotado. En 1816 fue electo
    miembro de la Academia, pero el Rey no lo confirmó. Por
    segunda vez, al siguiente año, fue electo y confirmado en
    la sección de Física General. En 1822 fue nombrado
    Secretario Permanente de la Sección de Matemática
    del Instituto de Francia. Además de los problemas de la
    propagación del calor y las series trigonométricas
    se interesó en el estudio de las ecuaciones algebraicas,
    sobre todo su solución numérica.

    Publicó varias memorias sobre
    temas de la estadística matemática y la teoría de
    probabilidades. Hizo varias biografías sobre sabios
    franceses. Realizó importantes contribuciones a la
    egiptología. Fue miembro honorario de las Academias de San
    Petersburgo y de Londres.

    Simeon Dennis Poisson (1781-1840) Uno de los
    primeros alumnos que terminó la Escuela Politécnica
    de París. Desde 1802 trabajó en la misma Escuela
    Politécnica, primero como examinador y más tarde
    como Profesor. Es uno de los más prolíferos sabios,
    con publicaciones en disímiles campos como la
    teoría de series de Fourier, el cálculo de
    variaciones, la teoría de probabilidades y la
    mecánica racional. Se considera uno de los creadores de la
    Física Matemática Desarrolló la
    teoría de la electrostática y del magnetismo,
    generalizó los estudios de hidrodinámica a los líquidos
    viscosos y con la consideración de intercambio de calor,
    resolvió varios problemas abiertos de la teoría de
    la elasticidad, introdujo el coeficiente que mide la cantidad de
    material de un cuerpo elástico.

    En Mecánica Celeste hizo aportes importantes.
    Independientemente de Bessel investigó las funciones
    especiales llamadas de Bessel y dio su desarrrollo en series.
    Escribió un Curso de Mecánica (1811) que fue
    reeditado varias veces. Desde 1820 fue inspector de la enseñanza de la matemática en todos
    los colegios de Francia.

    George Green (1793-1841) estudió de forma
    autodidacta las matemáticas y después
    terminó la universidad de Cambridge (1828) Sus principales
    trabajos son sobre Física Matemática. Además
    de la teoría del potencial relacionada con la electricidad
    y el magnetismo, introdujo ecuaciones fundamentales en el estudio
    de la elasticidad, partiendo de la ley de conservación de
    la energía. Se considera fue uno de los primeros que dio a
    conocer en Inglaterra el Análisis Matemático como
    era desarrollado en el continente. Fundador de la escuela de
    Física Matemática de Cambridge.

    Mijail Vasilievich Ostrogradsky (1801-1862) lo
    había presentado a la Academia de San Petersburgo en 1828
    sin conocer de las investigaciones de Green. Ostrogradsky
    después de terminar la universidad de Jarkov en Rusia,
    estudió de 1822 a 1827 en Paría con Cauchy y otros
    geómetras franceses. Trabajó en San Petersburgo
    como Profesor de diferentes escuelas militares y
    pedagógicas. Sus investigaciones más importantes
    son la hidromecánica, la teoría de elasticidad y en
    otras ramas de la mecánica teórica. Se
    interesó además por los problemas de la educación
    matemática tanto a nivel secundario como
    universitario.

    Lejeune Dirichlet (1805-1859). La familia era
    del pueblo belga de Richelet, lo que explica su nombre Lejeune de
    Richelet, el joven de Richelet. Después de vencer
    fácilmente a los 16 años el Gymnasium de Bonn y
    dado el bajo nivel matemático en Alemania
    pasó a París. En París tuvo profesores como
    Fourier, Laplace, Legendre, Poisson y otros. Su primer
    artículo fue sobre el teorema de Fermat para n = 5.
    Más adelante probaría el caso n = 14. En 1825
    regresó a Alemania, pero no tenía doctorado, ni
    sabía latín, algo imprescindible entonces para
    ejercer como profesor La Universidad de Cologne le dio un
    doctorado honorario y pudo comenzar como Profesor en la
    Universidad de Breslau.

    En l828 a petición de Alexander von
    Humboldt pasó a Berlín. En 1831 se casó
    con una de las dos hijas del compositor Félix Mendelsohn.
    A la muerte de Gauss, en 1855, le ofrecieron la cátedra de
    Gotinga. En 1858 dando una conferencia en
    Montreaux, Suiza, le dio un ataque al corazón.
    Retornó a Gotinga donde recibió la noticia de la
    muerte de su esposa por una apoplejía. No se
    recuperó y murió algo después con solo 54
    años. Se considera el iniciador de la teoría
    analítica de los números.

    En 1837 en sus investigaciones sobre series de Fourier,
    introdujo la definición moderna de función. Se
    interesó en varios problemas de la mecánica,
    además de la teoría del potencial, la
    hidromecánica y la estabilidad del sistema solar.
    Riemann, que fue su alumno, dijo que Dirichlet escribió el
    primer artículo profundo sobre la teoría de series
    trigonométricas. Fue un excelente expositor. Era modesto y
    muy reservado. En sus últimos años, ya muy famoso,
    se negaba a hacer apariciones públicas. Se considera el
    iniciador de la edad de oro en
    Berlín y en toda Alemania.

    William Rowan Hamilton (1805-1865) Nació y
    estudió en Dublín, donde pronto fue detectado su
    talento extraordinario. Se dice que a los 13 años dominaba
    13 idiomas y a los 16 encontró un error en la
    Mecánica Celeste de Laplace. Fue profesor en la
    Universidad de Dublín desde los 22 años. Sus
    principales trabajos fueron en Óptica, Mecánica y
    Cálculo de Variaciones, pero también se
    interesó por el Algebra, la Geometría y las
    ecuaciones diferenciales. Estudió los números
    complejos desde el punto de vista algebraico introduciendo la
    representación en pares ordenados y trató de
    generalizar sus leyes operatorias a tríadas.
    Imposibilitado en su proyecto
    encontró las leyes de los cuaterniones en 1943 y
    dedicó los últimos 22 años de su vida a
    promover sus virtudes. Introdujo muchos de los conceptos del
    cálculo vectorial a través de su teoría de
    cuaterniones. Fue miembro de varias academias de
    Ciencia.

    Sofía Vasilievna Kovalevskaya (1850-1891)
    Nació en Moscú, pero tuvo que estudiar en las
    universidades alemanas de Heidelberg y de Berlín, dada la
    imposibilidad de hacerlo en Rusia por el simple hecho de ser
    mujer. Estudió en Weierstrass de 1870 a 1874, pero su
    doctorado lo recibió en Gotinga. Al regresar a Rusia solo
    encontró trabajo como maestra de niveles secundarios. En
    1884 su amigo Gosta Mittag-Leffler le tramitó una plaza de
    profesor en la Universidad de Estocolmo. Sus principales
    investigaciones fueron en la teoría matemática de
    la rotación de los cuerpos sólidos alrededor de un
    punto fijo, con lo que en 1888 recibió el Premio anual de
    la Academia de Ciencias de París y en 1889 el Premio de la
    Academia de Ciencias de Estocolmo. También resolvió
    un problema abierto en la teoría de las integrales
    abelianas. Sus investigaciones abarcan además diversos
    temas de la física matemática, la mecánica
    celeste y la teoría del potencial.

    Le
    gustaba escribir obras literarias y, en especial, sus Memorias
    de la infancia
    (1890) alcanzaron popularidad. Escribió
    numerosos artículos para la
    prensa con
    diferentes seudónimos. Participó junto a su esposo
    en las luchas a favor de la Comuna en Paría.
    Compartía las ideas de los socialistas
    utópicos.

    Henri Poincaré (1854-1912) Nació en
    Lorena, en el seno de una familia de clase media superior. La
    habilidad matemática se hizo evidente desde la
    enseñanza secundaria. Ganó varios premios del
    concours général de todos los liceos de
    Francia e ingresó en la Ecole Polytechnique de
    París que terminó en 1875. Después
    estudió ingeniería en las Escuelas de Minas.
    Trabajó como ingeniero mientras que escribía su
    tesis de
    doctorado de Matemáticas, aprobada en 1879. Fue designado
    a Caen y seguidamente pasó a la Universidad de
    Paría en la cual fue profesor desde 1881 hasta su muerte
    prematura. La cantidad, calidad y variedad temática de los
    trabajos publicados por Poincaré es superada sólo
    por matemáticos de la talla de Euler o Cauchy.
    Geometría Algebraica, Teoría de los números,
    Algebra, Topología Algebraica, Fundamentos de la
    Matemática, Teoría de funciones, Teoría de
    Ecuaciones Diferenciales, Física Matemática y
    Mecánica Celeste, son algunos de los campos donde
    alcanzó resultados trascendentes. La obra más
    extraordinaria de Henri Poincaré que fue realizada en su
    temprano, pero prodigioso, período de actividad
    matemática (1880-86) es la teoría cualitativa de
    las ecuaciones
    diferenciales. En sus últimos
    años de vida se preocupó por la Filosofía de
    la Matemática. Recibió innumerables premios y
    honores, tanto en Francia como en el extranjero. Fue miembro de
    más de 35 Academias de Ciencia.

    IV. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

    Espero que este pequeño paseo científico
    – histórico – cultural sobre las ecuaciones de
    la Física – Matemática (s. XVIII y s. XIX) le
    haya resultado interesante y de su agrado. Me consideraría
    en extremo afortunado y con infinita satisfacción en caso
    de que eso suceda.

    Sería muy placentero corroborar que esta
    investigación le resulte útil en la
    asimilación de esta vital disciplina que llegó para
    permanecer en el corazón de las
    matemáticas.

    Pretendo que el presente sea solo el inicio de una
    investigación más profunda y abarcadora donde se
    aborden otros siglos. Cualquier sugerencia en ese sentido
    será muy agradecida.

    Permitirnos acercarnos aun más a esta singular
    disciplina a través de las personalidades que se
    encargaron de enriquecerla es una oportunidad inolvidable que no
    debemos dejar de experimentar.

    V. BIBLIOGRAFÍA

    [1] Lützen, J. Partial differential
    equations
    in Grattan Guinness (ed.) Enciclopedia
    de Historia y Filosofía de la
    Matemática

    [2] Ríbnikov, K. A. (1987) Historia de
    las matemáticas
    . Ed. Mir.
    Moscú

    [3] Samarsky, A. A.; Tijonov, A. N. (1980)
    Ecuaciones de la Fisica Matemática. Ed. Mir.
    Moscú

    [4] Sánchez, C; Valdés, C. (2004)
    De los Bernoulli a los Bourbakí. Una historia del
    arte y la ciencia del cálculo.
    Ed. Nivola.
    Madrid

    [5] Sánchez, C; Valdés, C. (2001)
    Los Bernoulli. Geómetras y Viajeros. Ed.
    Nivola. Madrid

     

     

     

     

    Autor:

    Yoisell Rodríguez
    Núñez

    Lic. Matemática; Prof.
    Instructor

    ;

    Ciudad de la Habana

    Noviembre 2005

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